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La Araucana (1569, 1578 y 1589) es un poema épico del español Alonso de Ercilla que relata la

primera fase de la conquista de Chile, particularmente la Guerra de Arauco entre españoles


y mapuches o araucanos.

Índice

 1Contexto histórico
 2Argumento
 3Estilística
 4Objetivo e ideología
 5Recepción de la obra
 6Véase también
 7Referencias
 8Enlaces externos

Contexto histórico[editar]

El autor, Alonso de Ercilla, en la edición de 1574 de La Araucana.

Según el propio autor, que participó en dicho conflicto, el poema fue escrito durante su estadía
en Chile usando, a manera de papel, cortezas de árboles y otros elementos rústicos. Ercilla,
quien como antiguo paje de la corte de Felipe IIcontaba con una educación mayor que la del
promedio de los conquistadores, había llegado a dicho país como parte de la expedición de
refuerzo comandada por el nuevo gobernador García Hurtado de Mendoza.
Tras el regreso de Ercilla a España, el libro fue publicado en Madrid en tres partes a lo largo de
dos décadas. El primer volumen se editó en 1569; el segundo, en 1578; y el tercero, en 1589. El
libro obtuvo, entonces, un considerable éxito entre los lectores.
Aunque la historicidad de muchos de los relatos que aparecen en la obra es relativa, se la
considera uno de los mayores escritos testimoniales acerca de la Conquista, y en su tiempo fue
habitualmente leída como una crónica verídica de los sucesos de Chile.
La Araucana había sido precedida por una gran cantidad de textos españoles que describían el
Nuevo Mundo a los lectores europeos, como los Naufragios de Álvar Núñez Cabeza de Vaca,
que relataban las aventuras de su autor en Norteamérica, o la Historia verdadera de la conquista
de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo, que divulgó la asombrosa caída del Imperio
azteca. Sin embargo, La Araucana se distinguió entre estos libros como la primera obra de
literatura culta dedicada al tema con claras ambiciones artísticas. Se trataba de un poema, en
verso, en vez de una crónica en prosa. (Véase la sección Estilística).
Luego de La Araucana, surgió una gran cantidad de obras sobre temas americanos que
imitaban su estilo poético: La Argentina, Arauco domado y Purén indómito, etc. Con el paso del
tiempo, en estos textos se acrecentó el distanciamiento respecto de la crónica y narración de
hechos históricos. Los autores optaron por trasladar temáticas del Renacimiento europeo al
exótico escenario americano. Así, muchos de estos poemas realmente trataban más sobre
sentencias morales, el amor romántico o tópicos latinos, que acerca de la Conquista.

Argumento[editar]
La Araucana incluye episodios históricos, como la captura y ejecución de Pedro de Valdivia así
como la historia de los caciques mapuches Lautaro, Fresia, Colo Colo y Caupolicán. Sin
embargo, la trama guerrera hace demasiado uniforme el poema, como ya lamenta el propio
Ercilla en el canto XX:
¿Todo ha de ser batallas y asperezas,
discordia, sangre, fuego, enemistades,
odios, rencores, sañas y bravezas,
desatino, furor, temeridades,
rabias, iras, venganzas y fierezas,
muertes, destrozos, riñas, crueldades;
que al mismo Marte ya pondrían hastío,
agotando un caudal mayor que el mío?
La Araucana.

Debido a esto, también se insertan sucesos fantásticos, como el de un hechicero que eleva
al narrador en un vuelo sobre la Tierra, permitiéndole ver acontecimientos que suceden
en Europa y Oriente Medio, como la batalla de Lepanto.
Destaca también el episodio del encuentro con una mujer indígena, Tegualda, que busca a
su marido, Crepino, entre los muertos en un campo de batalla. Este último relato es una
muestra del aspecto humanista del trabajo de Ercilla y de su condolencia por la suerte
corrida por el pueblo indígena, describiendo la carencia de malicia y vicios en la gente hasta
la llegada de los españoles. Los versos rinden loas a la valentía tanto de conquistadores
como de indígenas.

Estilística[editar]
Ludovico Ariosto, cuya obra Orlando Furioso influyó en La Araucana.

Como se puede apreciar, el narrador participa activamente en la trama, lo que en ese


entonces no era habitual dentro del panorama de la literatura culta
española.[cita requerida] La métrica de la obra es la estrofa denominada octava real, que rima
ocho versos endecasílabos con el esquema ABABABCC:
Caciques, del Estado defensores, (A)
codicia de mandar no me convida (B)
a pesarme de veros pretensores (A)
de cosa que a mí tanto era debida; (B)
porque, según mi edad, ya veis, señores, (A)
que estoy al otro mundo de partida; (B)
más el amor que siempre, os he mostrado, (C)
a bien aconsejaros me ha incitado. (C)
La Araucana.

La obra pertenece al subgénero del poema épico culto, característico de principios de


la edad moderna. Más específicamente La Araucana fue influenciada por lo que se ha
dado en llamar el Canon de Ferrara, dos poemas épicos cultos escritos en dicha
ciudad italiana:1

 Orlando Innamorato (1486) de Matteo Maria Boiardo.


 Orlando Furioso (1516) de Ludovico Ariosto.
La coincidencia entre los poemas ferrarenses y la obra de Ercilla no acaba en la
utilización del mismo tipo de poema, de temática heroica y caballeresca, sino que
existen además otras coincidencias formales, como es el uso de la octava como metro
poético.
Rastreando las influencias de La Araucana, se debe acotar que a su vez los
dos Orlandos eran deudores de la Divina Comedia de Dante, que en 1321 había creado
el poema épico culto, trabajando con una temática teológica.
La Araucana, por tanto, forma parte de la renovación de la poesía española con formas
italianas, surgida a raíz de la fuerte intervención política y militar hispana que se
desarrollaba por esos años en la península itálica. De hecho, Ercilla había viajado a
Italia como paje del futuro rey Felipe II, lo que le habría dado la ocasión de familiarizarse
con los poemas del Canon de Ferrara y el resto de los autores
del Renacimiento italiano.
Por otra parte, el poema épico culto era la última moda. Poco tiempo antes de la
publicación de La Araucana, otros émulos de los poetas ferrarenses aparecían por
doquier. El portugués Luís de Camões había publicado su obra Los lusiadas en 1572.
En los años siguientes siguieron Torquato Tasso con Jerusalén liberada en 1575, e
incluso el rey de Escocia, Jaime VI, se animó a escribir Lepanto en 1591.
Pero las raíces más profundas de la poesía épica se remontaban a la antigüedad
clásica, de la cual la tradición renacentista italiana hacía eco en ese entonces. En este
sentido, La Araucana es deudora de los poemas épicos grecorromanos.
Los personajes araucanos asumen, a menudo, la actitud de los héroes homéricos y no sin razón
han sido equiparados Lautaro a Héctor, Colo Colo a Néstor, Tucapel a Áyax [...]
Eduardo Solar Correa.2

Por otra parte, La Araucana aplicaba un tratamiento de poema épico a hechos


recientes. En este sentido reproducía la práctica de una antigua obra romana;
la Farsalia de Lucano, que narraba los sucesos de la guerra civil entre Julio
César y Sexto Pompeyo, con claras ambiciones de erigirse en un relato verídico.
Objetivo e ideología[editar]
El propio Ercilla expresa las motivaciones de la obra con estas palabras:
[...] por el agravio que algunos españoles recibirían quedando sus hazañas en perpetuo silencio,
faltando quien las escriba; no por ser ellas pequeñas, pero porque la tierra es tan remota y
apartada y la postrera que los españoles han pisado por la parte del Perú, que no se puede tener
della casi noticia, y por el mal aparejo y poco tiempo que para escribir hay con la ocupación de la
guerra, que no da lugar a ello; así el que pude hurtar, lo gasté en este libro, el cual, porque fuese
más cierto y verdadero, se hizo en la misma guerra y en los mismos pasos y sitios, escribiendo
muchas veces en cuero por falta de papel, y en pedazos de cartas, algunos tan pequeños que no
cabían seis versos, que no me costó después poco trabajo juntarlos [...].
Alonso de Ercilla.

La obra es, por tanto, una reivindicación del valor desplegado por los soldados
españoles en una guerra lejana y olvidada. Entre los soldados de esta guerra olvidada
se encontraba el propio Ercilla, por lo que, en algún sentido, es una reivindicación
también de la actuación personal.
Ese es el objetivo explícito y expresado. Sin embargo, se suele indicar que el texto tiene
como motivación oculta la reivindicación de la figura del indígena,3 aunque también se
suele interpretar esta valoración del indígena como una forma indirecta de
autovaloración del español que lo vence.4

Recepción de la obra[editar]
 Es una de las obras que, en la ficción, Miguel de Cervantes salvó en la escena de la
quema de los libros de caballerías que tiene lugar en el capítulo VI de Don Quijote
de la Mancha. La Araucana comparte con este tipo de obras cierto estilo
deliberadamente literario y la inclusión de algunos episodios fantásticos.
-[...] Y aquí vienen tres, todos juntos: La Araucana, de don Alonso de Ercilla; La Austríada,
de Juan Rufo, jurado de Córdoba, y El Monserrato, de Cristóbal de Virués, poeta valenciano.
-Todos esos tres libros —dijo el cura— son los mejores que, en verso heroico, en lengua
castellana están escritos, y pueden competir con los más famosos de Italia: guárdense como las
más ricas prendas de poesía que tiene España.
Miguel de Cervantes.5

 El mismo Cervantes ya antes le había tributado sus halagos a Ercilla en el


«Canto de Calíope» de La Galatea.

 Voltaire, que dedicó parte de un ensayo a La Araucana, consideró que el


poema alcanzaba cumbres sublimes en la arenga del cacique Colo Colo del
Canto II, que juzga superior al episodio similar protagonizado por Néstor en
la Ilíada. Pero en términos generales, Voltaire opinaba que Ercilla sufría de
cierta incontinencia literaria, que lo hacían enredarse en pasajes
excesivamente fastidiosos:
Hacia el final de la obra, el autor, que es uno de los principales héroes del poema, hace
de noche un largo y aburrido camino seguido de algunos soldados, y para pasar el rato,
hace surgir entre ellos una discusión sobre Virgilio y en especial sobre el episodio
de Didón. Alonso aprovecha la ocasión para hablar con sus soldados de la muerte de
Didon, tal como la cuentan los antiguos historiadores y para mejor desmentir a Virgilio y
restituir su reputación a la reina de Cartago, se divierte discutiendo el asunto durante
dos cantos enteros. Además no es un defecto menor el que su poema se componga de
treinta y seis cantos muy largos. Se puede suponer con razón que un autor que no sabe
o no puede detenerse, no es merecedor de tal carrera.
Voltaire.6
 La publicación de La Araucana dio pie a que el entonces virrey del
Perú, García Hurtado de Mendoza, quien se sentió menoscabado en el
relato, encargara otro poema épico, Arauco Domado (1596), al poeta
chileno Pedro de Oña. Esta segunda obra, habitualmente considerada
inferior al poema de Ercilla, es el primer texto poético publicado por un autor
nacido en Chile.

 En Chile se suele considerar, incorrectamente, a La Araucana como el


último poema épico que narra el nacimiento de una nación, a la manera de
los poemas clásicos como la Eneida o los cantares de gesta medievales.
Incluso algunos autores llevan más allá esta idea:
Chile fue escogido por los hados, y podemos gloriarnos de ser entre los pueblos
modernos, el único cuyos orígenes hayan sido celebrados por la trompa épica, a
semejanza de las antiguas ciudades griegas y romanas.
Eduardo Solar Correa.2

Sin embargo, se escribieron poemas épicos nacionales entre los siglos XVII y XIX,
como La Argentina y conquista del Río de la Plata de Martín del Barco Centenera,
publicada en 1602, y los poemas épicos nacionales finlandeses Kalevala, publicado
en 1835 gracias al trabajo de recopilación folclórica de Elias Lönnrot, y Las Historias de
Ensign Stål, escritas en 1848 por Johan Ludvig Runeberg.

 Por considerársele el poema épico nacional, en Chile se les suele


enseñar a los escolares de educación básica la siguiente estrofa de la
obra:
Chile, fértil provincia y señalada
en la región Antártica famosa,
de remotas naciones respetada
por fuerte, principal y poderosa;
la gente que produce es tan granada,
tan soberbia, gallarda y belicosa,
que no ha sido por rey jamás regida
ni a extranjero dominio sometida.
Canto I, La Araucana.

 El compositor chileno Gustavo Becerra-Schmidt, uno de los más


prominentes de su país, compuso en 1965 un oratorio basado
en La Araucana que lleva igual título. Tiene la particularidad de
incluir instrumentos musicales del pueblo mapuche dentro de la
orquesta sinfónica.
El crítico literario Álvaro Bisama, establece en su obra "Cien libros
chilenos", que la Araucana es el inicio de la literatura en Chile, un libro
"falso", pero que no se puede rechazar, sobre todo si fue elegido por
Cervantes.

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