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Al pie del cañón

la jauría del bajo mundo cierne sus dominios


afilan el puñal para otra noche gangster
sobre sus pieles cobrizas
se trazan tatuajes en tinta pueblo
cruces y saritas que bendigan
la jornada lumpen
casi todos son esclavos del blanco en polvo
una dosis o dos o más como para prenderse de valor
- Aunque huela a mierda pura a pura mierda –
(la blanca) se dispara como el cañón
fulminante a la psiquis
tiempo para la danza salvaje sin vuelta
para el arrebato de los fajos “verdes”
con el índice en el gatillo

En la esquina del mercado yace un saldo:


Héctor, el mono, vendedor de abarrotes fajándose las buenas acciones al alma
Porque de seguro el auxilio llegará cuando ya haya partido.

Martha Robles
@labutterfly

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