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CAPÍTULO I
HISTORIA GENERALIDADES
Etimológicamente la palabra historia deriva del griego ἱστορία de allí pasó al latín historia.
Más allá de las acepciones propias de la ciencia, historia en el lenguaje usual es la narración de
cualquier suceso, incluso de sucesos imaginarios, mas cuando vemos la historia desde el aspecto
que nos compete en este momento podemos definirla como la ciencia que se encarga de estudiar los
hechos y/o acontecimientos producidos por el hombre y que tiene como objeto de estudio
el pasado de la humanidad (Rossell M. , 2006).
Luego de ver algunas de las características con las que debe cumplir una disciplina para considerarse
ciencia nos preguntamos si la historia es o no una ciencia, para dar un poco de luz en tan compleja
situación, la primera cuestión que hay que responder es la que se pregunta por el objeto de la ciencia
histórica.
Raymond Aron dice que el modo de conocer de una ciencia depende del modo de ser del objeto que
dicha ciencia se propone conocer.
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Junto a la historicista, otras dos perspectivas filosóficas influyeron en la evolución de la historia como
ciencia durante el XIX: el positivismo y el marxismo ambas consideraban a la historia como ciencia.
Quizá fueron los excesos de los primeros intentos de escribir la historia desde tales posiciones los que
llevaron a muchos historiadores, a buscar el carácter científico de la historia en su método de
establecer los hechos objetivamente, al margen de cualquier tipo de consideraciones teórica o
filosófica.
La ciencia histórica se ocupa primariamente de la dimensión histórica del hombre. El objeto material
de la Historia lo constituyen todos los hechos humanos del pasado, su objeto formal es ese mismo
conjunto de hechos en cuanto manifiesta una propiedad inherente a la naturaleza humana que
llamamos precisamente «historicidad» (Segura, Sañudo, & Vázquez, 2005).
Para su mejor desarrollo, la Historia recurre a otras disciplinas del saber humano, las cuales las hemos
clasificado en dos grupos las puramente históricas y otras independientes.
La Geografía: disciplina que se dedica a estudiar los lugares en los que se desarrollaron los
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hechos.
La Cartografía: muy vinculada a la anterior, estudia y/o confecciona los mapas donde
acontecieron los hechos.
La Demografía: analiza la población de cada lugar, sus ocupaciones, actividades, censos, etc.
La Antropología: ciencia que se ocupa del hombre en todos sus aspectos, incluyendo sus restos.
La Paleontología: que estudia los seres del pasado o las muestras de su actividad que se encuentran
fosilizadas en los estratos de la corteza terrestre.
La Etnología: disciplina que clasifica las diferentes razas humanas.
La Economía: que se transforma en herramienta para la Historia cuando analiza hechos del pasado.
Mas, como ocurre con otras ciencias, en la Historia hay también lugar a la definición de axiomas
básicos, afirmaciones válidas en sí mismas, o que, con el auxilio de otras ciencias, como la sicología
por ejemplo, puede considerarse como tales (Wikipedia).
El axioma fundamental de la Historia, a partir de lo que se ha constatado para el ser humano es:
Todos los pueblos aman la vida y quieren preservarla.
Y, en estricta coherencia y consistencia con éste, debe aceptarse también los siguientes axiomas
básicos para la historia como ciencia:
1) Todos los pueblos aspiran a satisfacer adecuadamente sus necesidades;
2) Todos los pueblos aspiran a asegurar la satisfacción de sus necesidades futuras;
2) Todos los pueblos aspiran a lograr una cada vez mayor homogeneidad interna;
4) Todos los pueblos aspiran a ser tratados con equidad y respeto por otros, y;
5) Todos los pueblos aspiran a preservar su libertad.
Si hacemos una comparación entre la cantidad de pueblos que han dejado una memoria escrita, con
el número de pueblos que ni siquiera conocieron un método de escritura (pueblos ágrafos), nos
daremos cuenta de que los primeros son una minoría bastante pequeña.
Los investigadores del pasado humano, remoto y reciente, acuden a las fuentes de la historia que
listamos a continuación para explicar con detalles los modos de vida de esos conglomerados humanos
hoy extintos.
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Se considera fuente de la Historia, todo lo que nos ha llegado del pasado y que, en consecuencia, sirve
al historiador para reconstruir, comprender e interpretar ese mismo pasado.
Para la comprensión de la historia debemos definir algunos términos que son inherentes al ser humano
como la cultura, civilización, unidad diversidad, historiografía y otros que se encontraran a lo largo
del trabajo.
En el contexto de la Ilustración surge otra de las clásicas oposiciones en que se involucra a la cultura,
esta vez, como sinónimo de la civilización. Civilización es un término relacionado con la idea
de progreso. Según esto, la civilización es un estado de la Humanidad en el cual la ignorancia ha sido
abatida y las costumbres y relaciones sociales se hallan en su más elevada expresión.
Como la cultura, también es un proceso universal que incluye a todos los pueblos, incluso a los más
atrasados en la línea de la evolución social. Desde luego, los parámetros con los que se medía si
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una sociedad era más civilizada o más salvaje eran los de su propia sociedad. En los albores del siglo
XIX, ambos términos, cultura y civilización eran empleados casi de modo indistinto, sobre todo en
francés e inglés (Thompson, 2002: 186).
Hasta ahora, han sido muy escasos los esfuerzos por narrar la historia de la historia dominicana. La
historia dominicana también tiene su historia y, al igual que ocurre con otras disciplinas, es posible
definir las diferentes etapas que han marcado narración del pasado nacional.
Durante el período colonial y gran parte del siglo XIX, la producción historiográfica de lo que vendría
a ser la República Dominicana estuvo condicionada por la inexistencia o insuficiencia estructuración
del conglomerado nacional. A lo sumo, el sentido de identidad diferenciada avanzó desde el
surgimiento de la vecina colonia francesa de Saint Domingue.
Esta asignatura hace un recorrido por la historia precolombina hasta el surgimiento de la Republica
pasando por los siguientes tópicos:
La Sociedad Taina.
Antecedentes del descubrimiento de América
Conquista y colonización de la isla de Santo Domingo. Siglos XV y XVI.
Conflictos entre las potencias Europeas y su repercusión en la Española (Siglo VXII)
Existencia de dos modelos económicos en la isla de Santo Domingo. (Siglo XVIII)
La revolución Haitiana y su repercusión en la parte Este de la isla.
La unificación política de la isla (1822-1844)
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Francisco A. Henríquez Vásquez María Filomena González
Emilio Cordero Michel Américo Moreta Castillo
Fernando Pérez Memén Ramiro Matos González
Roberto Cassá César de Windt Lavandier
Marcio Veloz Maggiolo Pedro R. Vásquez
José Chez Checo Enrique Patín Veloz
Juan Daniel Balcácer Raymundo González
Vilma Benzo de Ferrer Miguel Ramón Bona Rivera
José Luis Sáez, S.J. Vetilio Alfau del Valle
Manuel A. García Arévalo Edwin Espinal
Mariano Lebrón Saviñón Antonio Lluberes, S.J.
Manuel Núñez Ramón A. Font Bernard
Mu-Kien Sang Ben Juan Francisco Martínez Almánzar
Euclides Gutiérrez Félix Carlos A. Acosta Piña
Franklin J. Franco Pichardo Amaury Justo Duarte
Rubén Silié Celsa Albert Batista
Carmen Durán
Antonio Avelino
Rafael Kasse Acta
Eugenio Pérez Montás
Amadeo Julián
Héctor Luis Martínez
Tirso Mejía Ricart
Rafael Bello Peguero, Pbro.
Octavio Amiama Castro
Jaime de Js. Domínguez
Orlando Inoa
Angel Miolán
José Joaquín Pérez Saviñón
Jesús de la Rosa
Ismael Hernández Flores
Frank A. Roca F.
Juan Ventura
Ciriaco Landolfi
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(Dominicana, 2003)
El origen geológico de la isla de Santo Domingo se remonta a la segunda etapa del periodo
Cretáceo de la era Secundaria, cuando comenzó el proceso de emersión de la isla debido
al fenómeno de subducción de la placa norteamericana que se incrusta, lentamente, por
debajo de la placa caribeña (Dominicana, 2003).
Producto de este fenómeno se avistaron los primeros vestigios de lo que sería la futura
isla, representados por los sistemas montañosos más antiguos.
El área terrestre total de la isla Española o Santo Domingo es de unos 76,420 kilómetros
cuadrados, de los cuales corresponden a la Republica Dominicana unos 48,670 kilómetros
cuadrados, equivalentes a un 63.7% del territorio insular, y a la Republica de Haití los
restantes 27,750 kilómetros cuadrados, correspondientes a un 36.3% del territorio de la
isla (Dominicana, 2003).
La Historia Critica Dominicana I tiene como objeto de estudio los procesos históricos que
dieron lugar a la formación de la Republica dominicana, para el estudio de este proceso
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se apela a la criticidad tanto de los historiadores como de aquellos que se disponen a
estudiarla.
La ciencia representa uno de los esfuerzos más extraordinario del género humano por
hacer más objetivo el conocimiento, la historia nos permite analizar los sucesos del
pasado de manera objetiva en contra de las tendencias naturales a hacerlo subjetivo e
influenciado de intereses personales, de clase o de grupo y, en ello reside la fuerza de su
extraordinario progreso. La historia pone una serie de métodos, fuentes y leyes que nos
permiten ver cada hecho en su justa dimensión y a partir de la reconstrucción objetiva de
está nos permite aportar el punto de vista crítico (Segura, Sañudo, & Vázquez, 2005).
Por otro lado debemos destacar los aspectos geográficos de la isla de Santo Domingo los
cuales nos permiten decir que tenemos una posición geográfica estratégica dentro del
hemisferio norte, teniendo la misma condición dentro de las Antillas. Aunque no debemos
soslayar que la orogénesis del archipiélago antillano nos coloca en una zona sísmica, lo
cual representa el riesgo de movimientos telúricos de forma inesperada.