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PSIQUIATRIA DINAMICA - CORDECH

PSICOSIS CAP XIII

Concepto y clasificación:

Psicosis: enfermedades mentales en que las funciones psíquicas se hallan tan afectadas, que el
sujeto que las padece:
1. no puede cuidar adecuadamente de sí mismo
2. controlar sus impulsos
3. establecer un correcto juicio crítico de la realidad
4. tener conciencia de sus propias alteraciones
5. en gran parte de los casos, convivir razonablemente con los demás.
Tal vez lo más característico de los enfermos psicóticos sea la incapacidad para distinguir entre el
mundo externo y su propia vida psíquica.

Clasificación:
a) orgánicas: existe una patología cerebral o somática general (tumor cerebral, traumatismo,
infección, esclerosis vascular, degeneración del tejido encefálico, etc.) como causa fundamental de
la perturbación psíquica.
b) funcionales o endógenas: no existe una alteración orgánica concreta y desencadenante del
trastorno psíquico. Se considera que existe una multiplicidad de factores somáticos (hereditarios,
metabólicos, neuroendocrinos, energía de los instintos, etc.) y psicológicos (desarrollo del yo,
experiencias infantiles, regresión, fijaciones, frustraciones, situación ambiental, etc.) que se
conjugan entre sí de diversos modos, dando lugar a la eclosión de la enfermedad.
Las psicosis funcionales se dividen en tres grandes grupos:
1. psicosis esquizofrénicas
2. psicosis paranoicas
3. psicosis afectivas o maníaco- depresivas

Psicosis esquizofrénica:
Clínica:
- Forma más grave y extendida de las psicosis funcionales
- Usualmente, se presentan en forma de brotes, con períodos de remisión espontánea.
- Si la terapéutica no llega a detener su curso, evolucionan hacia la cronicidad, dando lugar a
una profunda desorganización de la personalidad.
Sintomatología:
a) Autismo:
- Es tal vez el rasgo más esencial de la esquizofrenia.
- Bleuler, el creador del término, lo define como la evasión de la realidad unida al
predominio, relativo o absoluto, de la vida interior. Llegando a ser el mundo autístico, dice
Bleuler, para estos enfermos más real que el mundo exterior.
- La vida psíquica se constituye en un sistema cerrado de la persona y de su mundo interno,
sin comunicación con la realidad externa.

b) Discordancia:
- incoherencia, falta de unidad y cohesión, disgregación de la conciencia y la personalidad.
Esta discordancia la hallamos en las esferas cognitiva, afectiva, perceptiva, volitiva y
psicomotora, dando lugar a:

b.1 Trastornos del curso de pensamiento:


- En ocasiones, existe un bloqueo del pensamiento
- Enlaces incongruentes e incomprensibles de ideas
- Tendencia al pensamiento concreto, con disminución o anulación de la capacidad de
abstracción, lo cual puede ser fácilmente demostrado por el método de preguntar al enfermo
acerca del significado de refranes usuales.
- Razonamiento distorsionado por la intrusión de temas personales (pensamiento autista) y
por la incapacidad de realizar una apropiada selección de las ideas.

b.2 Trastornos de la afectividad:


- Humor y las reacciones emocionales son, con frecuencia, totalmente inapropiados al contexto
- En ocasiones, la disminución de los sentimientos conduce al embotamiento afectivo.

b.3 Trastornos de la volición y de la psicomotricidad:


Pueden presentarse:
- Inhibición,
- Falta de impulso
- Obediencia automática
- Obstinacion extravagante y negativismo
- Acinesia, es decir, falta total de movimiento,
- Mutismo
- Manerismos
- Estereotipias, etc.

b.4 Trastornos de la percepción:


- Alucinaciones: percepciones en las que no existe el estímulo que el enfermo cree percibir.
- las auditivas y las somatoestécicas son las más frecuentes en las psicosis esquizofrénicas

c) Actividad delirante
La esquizofrenia es una enfermedad esencialmente delirante, puesto que el resultado del autismo
y la discordancia es, precisamente, la organización delirante de las relaciones del enfermo con los
demás y con el mundo de la realidad.

Tipos de psicosis esquizofrénica


A) Paranoide:
- Forma más típica y frecuente de esquizofrenia
- Su rasgo principal es la presencia de un sistema delirante de temática persecutoria,
mística, mesiánica, megalomaníaca, etc.
- El delirio se halla íntimamente involucrado con las alucinaciones auditivas
- La edad de inicio oscila entre los 20 y los 50 años.
- Curso es crónico, con escaso o nulo deterioro de las capacidades intelectuales.

B) Heberfrenica/ desorganizada:
- El nombre de hebefrenia deriva de la diosa griega Hebe, diosa de la juventud
- La característica más importante consiste en un empobrecimiento psíquico progresivo que
afecta a la vez a la esfera intelectual y a la afectiva.
- Son características principales la precocidad de aparición, casi siempre antes de los 20
años, y la malignidad evolutiva

C) Catatónica:
- Se caracteriza por trastornos psicomotores que oscilan entre el estupor, la inmovilidad, el
negativismo y los movimientos estereotipados, versus las crisis de excitación psicomotriz.

D) Simple CIE 10 y trastorno deteriorante simple (esquizofrenia simple) en DSM-IV-TR:


- No existiendo en esta forma síntomas floridos y llamativos, puede evolucionar durante
años sin ser diagnosticada.
- Se inicia en la adolescencia y evoluciona insidiosamente.
- Disminución del rendimiento psíquico
- Pérdida de interés por el trabajo o estudios
- Indiferencia hacia los familiares
- Desaparición progresiva de las relaciones con las personas que le
- rodean y con el mundo externo en general, etc.
- Pequeños delincuentes, vagabundos y prostitutas se encuentran de muchos casos de
esquizofrenia simple.

E) Casos fronterizos también llamados borderline:


- Esquizofrenia pseudo neurótica, esquizofrenia latente, esquizofrenia ambulatoria, caso
limite.
- Los síntomas de la serie esquizofrénica no son muy evidentes, o por lo menos no en todo
momento.
- Presentan a lo largo de su vida repetidos episodios psicóticos agudos retornando a una
aparente normalidad en un tiempo relativamente breve.
- Hay muchos elementos muy diversos, poco concretos, relacionados a queja somática no
vinculada a alteración orgánica.
- Comportamiento extravagante
- Dificultades muy marcadas en las relaciones interpersonales
- Desadaptación laboral, familiar.
- Personalidad rígida, distante, inaccesible, introvertida, con pobreza afectiva y actitudes
contradictorias.
- Rasgos de discordancia y autismo encubiertos bajo una aparente adaptación a la realidad
- No hay una clara actitud delirante fuera de los episodios descritos.

2) Psicosis paranoicas:
- Psicosis crónica
- Se caracteriza por el desarrollo insidioso de un sistema delirante duradero, inquebrantable,
acompañado de una perfecta claridad y orden del pensamiento, la voluntad y la acción.
El delirio tiene 4 rasgos esenciales: desconfianza, rigidez, hipertrofia del ego, falsedad del juicio.
-El delirio es interpretativo y lógico.
-Los tipos mas importantes de delirio son: de reivindicación, de celos, de invención, de injusticia,
erotomanía.

PSICODINAMIA DE LA EZQUIZOFRENIA Y LA PARANOIA Y LA ESQUIZFOFRENIA PARANOIDE

Recordar que la paranoia el delirio permanece contenido dentro de unos límites, porque hay más
fuerza y capacidad defensiva del yo, sin invadir todo el sistema de relaciones del individuo. La
regresión instintiva y el conflicto entre instancias psíquicas no conducen a la disgregación de la
personalidad que se da en la esquizofrenia.

Varias teorías:

1. Freud: Regresión de la catexia- Economia libidinal (carga o investimento que hace que
cierta energía psíquica se halle unida a una representación, partes del cuerpo, objeto, etc):
- Freud: regresión de la catexia como génesis de la esquizofrenia
- La libido es retirada de los objetos y convertida en libido narcisista
- Esta teoría tiene dos fundamentos: la economía libidinal (catexia), y el narcisismo.

División de la esquizofrenia paranoide según Freud en tres categorías, cada una representa una
fase de la regresión o de la posterior redistribución libidinosa.

1. Fase 1: Ruptura con la realidad por retracción de la libido o decatexis:

La libido que investía la representación del mundo externo es retirada y regresa al estado previo
de narcisismo infantil. Lo que produce la ruptura con la realidad y síntomas que tienen que ver con
los sentimientos en relación con la percepción del mundo que lo rodea.

Fenómenos provocados por la regresión:

1) Sentimientos de cambio, amenaza, catástrofe inminente:


- Quedan como vacíos al retirar la libido de los objetos
- Creen que se avecina una catástrofe a consecuencia de la retracción de los vínculos
libidinosos, como si hubieran dejado de existir.

2) Alteraciones de la psicomotricidad
- Por la regresión, las inhibiciones psicomotrices y aparece una motilidad arcaica.
- Hay un remanente de establecer un relación de tipo oral por lo que aparecen: ecolalia,
ecopraxia, que reproducen la actividad imitativa del bebe.

3) Heberfrenia :
- El yo se abandona pasivamente a la perdida de las relaciones de objeto

4) Pensamiento paleológico:
- Llamado también «arcaico», «primitivo», «prelógico», «autístico», «proceso primario del
pensamiento»
- Consecuencia de la regresión del yo que acompaña a la regresión de la libido
- Sus características son: tendencia a la gratificación inmediata de las pulsiones, fácil
desplazamiento de la energía que catectiza una idea se desplace a otra idea o
representación mental, tendencia a la condensación de las catexias.
- S Arieti, principio de Von Domarus : las personas aceptan la identidad sobre la base de
idénticos sujetos, el esquizofrénico puede aceptar la identidad sobre idénticos predicados.
Idénticos predicados hacen idénticos sujetos.
- El arte esquizofrénico está lleno de distorsiones y condensaciones
- Confusión entre la palabra y aquello que con la misma se intenta designar.

2) Fase 2: Hipercatexis
- Hipocondría, ideas de grandeza y delirios megalomaniacos como resultado de la hipercatexis

3) Fase 3: Restitución de la libido a los objetos


-Ideas delirantes de persecución, alucinaciones y trastornos del pensamiento
- El enfermo trata de recuperar de alguna manera el mundo de los objetos, pero su capacidad
para ello es limitada, y sólo lo consigue de una forma distorsionada, inapropiada y, en esencia,
delirante.
- Intento de autocura, Freud denominó, a los síntomas típicos de esta fase, síntomas «de
restitución».
- La representación mental del objeto no es recatectizada, sino únicamente su representación
verbal. La palabra es tratada como si fuera el objeto, y, en consecuencia, los trastornos
característicos del pensamiento esquizofrénico, íntimamente conectados con el lenguaje
hacen su aparición.
- Hanna Segal,«ecuación simbólica»: el símbolo es confundido con lo simbolizado
- Freud: el esquizofrénico, en lugar de recuperar los objetos, recupera las «sombras» de los
mismos, es decir, sus representaciones verbales.
Generalidades:

- Los síntomas que constituyen la psicopatología de la esquizofrenia pueden ser entendidos


como correlatos de los desplazamientos libidinales (economía libidinal), es decir, como
resultado de la decatexis, hipercatexis y recatexis
- La regresión de la libido no siempre es brusca y masiva, sino que en muchas ocasiones es
lenta y progresiva; y, al tiempo que ésta se produce, se presentan ya intentos de
restitución, dando lugar a que se mezclen los síntomas de retirada de la libido y los de
restitución de la misma.
- la investigación de los desplazamientos de la libido, aun siendo de primordial importancia,
no basta para explicar toda la psicodinamia de la esquizofrenia.
- Escuela Kleiniana, significado del conflicto psicótico: gira alrededor de los objetos
infantiles, repitiendo el paciente las relaciones con los mismos en el trato con las personas
de su mundo actual al mismo tiempo que evita los peligros de su agresividad a través de
los mecanismos de introyección y proyección.

2. Conflicto estructural (entre instancias psíquicas) en las psicosis esquizofrénicas:


- La esquizofrenia se debe al conflicto entre instancias psíquicas y la distorsión de las
funciones del yo.
- El yo, abrumado por la ansiedad, no es capaz de realizar su cometido adecuadamente y de
una forma adaptada a la realidad, tanto externa como interna.
- A consecuencia de la ansiedad producida por los impulsos destructivos, el enfermo ha
tenido una especial necesidad de proteger a los objetos de su propia agresión, lo cual ha
producido una ruptura con ellos y con el mundo externo.
- El yo que se ha desarrollado anormalmente, tiene un funcionamiento alterado por lo que
recurre a mecanismos de defensa muy primitivos y deformadores de la realidad.
- El yo desarrolla anormalmente debido a factores de naturaleza constitucional y
hereditaria, tales como debilidad congénita del yo o energía instintiva excepcionalmente
fuerte, y/o se desarrolla de manera insatisfactoria como consecuencia de traumas
precoces, carencias afectivas durante la primera infancia, experiencias nocivas en las
relaciones madre-hijo, etcétera.
- En las psicosis, la regresión adquiere un matiz de prirnitivización en el funcionamiento del
yo, el ello y el superyó.
- Lo que da a la regresión psicótica un especial rasgo de gravedad es su tendencia a
permanecer fija e irreversible, y su capacidad de agravar los conflictos intrapsíquicos
- En las psicosis esquizofrénicas, el funcionamiento del superyó queda alterado
drásticamente como resultado de la regresión.
- Regresión del superyó: Los fenómenos que señalan la regresión del superyó pueden
agruparse en dos categorías: a) la reinstintivización de las funciones del superyó; b) la
emergencia de las primitivas formas operativas.
- Reinstintivacion del superyó: el funcionamiento del superyó se convierte en muy intenso e
impulsivo, exhibiendo una cualidad instintiva, una demanda de descarga inmediata, una
tendencia al proceso primario y una asimilación del ello. Las demandas de éste sobre el yo
se hacen tan poderosas y compulsivas, que no es posible gratificarlas únicamente en la
fantasía, en especial en lo que se refiere a las exigencias punitivas, esto da lugar a una
amplia gama de conductas psicóticas del tipo de automutilación, ascetismo, fanatismo y
autodestrucción.
- Primitivas formas operativas: aparición de formas inapropiadas, anormalmente duras y
crueles de condena moral y castigo, y en el predominio de la ley del talión en sus modelos
más infantiles
- ideas delirantes y alucinaciones con un contenido de autoobservación y autocrítica. En
estos síntomas, la «VOZ» del superyó es percibida como una alucinación auditiva. El
paciente se oye criticado y condenado por las voces de las personas que durante la
primera infancia fueron internalizadas como superyó.

3) Perturbaciones en el desarrollo del yo psicótico, según Margaret Mahler

- Según M. Mahler, en el inmediato período posnatal, durante las tres o cuatro primeras
semanas de vida, el bebé se halla protegido por una coraza autística constituida por un
altísimo umbral de sensibilidad frente a los estímulos externos.

-Considera a este período como una fase de autismo normal, en el sentido de que se trata de
un sistema monádico cerrado, autosuficiente en su alucinatoria satisfacción de las
necesidades.

- Durante esta fase el bebé se encuentra en un estado de primitiva desorientación alucinatoria


en el cual los instintos son satisfechos dentro de su omnipotente y autístico mundo.

- A partir del segundo mes, se inicia una fase de normal simbiosis en que el niño se comporta y
funciona como si él y su madre fueran una unidad.

- En esta fase el niño está expuesto al dolor provocado por el hambre y otras necesidades y no
puede ser aliviado más allá de los límites de la realización alucinatoria de deseos, a menos que
se obtenga una satisfacción que proviene del mundo externo.

- La repetida experiencia de que el alivio del sufrimiento viene «del exterior>> produce en él
una vaga discriminación afectiva entre el interior y el exterior; el self y el no-self. Las huellas
mnémicas de estas experiencias son un factor de la máxima importancia para la diferenciación
del yo y para el proceso de individuación.

- Fase de individuación-separación, cerca del 9 mes. El proceso de normal separación-


individuación tiene lugar dentro de un marco de capacidad y placer, por parte del niño, para
alcanzar un funcionamiento independiente.

- La perturbación esencial en el desarrollo del yo psicótico reside en la deficiencia -o


incapacidad total, en algunos casos de psicosis infantil precoz- de la habilidad del niño para
utilizar a la madre como algo distinto del self.
- Dado que el niño psicótico no puede utilizar a su madre de la forma en que lo hace el niño
normal, emplea sus propios métodos para asegurar su supervivencia, en lugar de aferrarse a
ésta a través de la relación con el objeto libidinal.

- Los mecanismos utilizados por el niño para este fin son fundamentalmente: desanimación,
desdiferenciación, desvitalización, fusión y defusión. M. Mahler los denomina «mecanismos de
mantenimiento»
Clase 1
Miércoles 13/01/2020

Las psicosis son 3: esquizofrénica ¿ paranoide y hebefrenica.

Hebefrenica: forma muy grave por lo prematuro de la aparición. La fractura es en la


adolescencia cuando no hay suficiente desarrollo. No hay una fisura que se pueda tapar,
hay fragmentos rotos, pulverizados.
En el tto hay que mirar al paciente, porque todo ser humano busca tener un vínculo.
Recordar la búsqueda del bebe del pecho de la madre y que cuando no lo encuentra él
bebe muere. Quien represente ese pecho va a lograr sacar algo del paciente. “toda
demanda es una demanda de amor”

- Vacuidad, Moria, 4 A de Bleuler, pan neurosis (buscar)


- Biografía de S Freud y Melanie Klein
- Diferencia entre psicoterapia y psicoanálisis
- Ana o de Freud articulo
- Ver película y anotar para analizar: Black, leer sobre Ann Suliban y Hellen Keller, película
atrapado sin salida.

TAREA

Vacuidad:
- El complejo de vacuidad entendido como el vacío existencial de Víctor Frankl y otros
autores que mencionan la necesidad del sentido y la búsqueda de significado de nuestra
experiencia personal y social
Moria:
- Sinónimo: manía chistosa. La moria es una euforia superficial generalmente producida por
lesiones del lóbulo frontal.

Pan-neurosis:
- Síndrome neurótico general, pan-neurosis o síndrome de Tyrer
Un intento directo de cuestionar esa disgregación conceptual de las neurosis se encuentra
en la defensa por Peter Tyrer de un “síndrome neurótico general”. Lo define como
“demostración de síntomas de ansiedad primaria y depresión, que muestran cambio en su
primacía en diferentes momentos, se manifiesta en ausencia de acontecimientos
importantes de la vida y se presentan ordinariamente en el fondo de una perturbación de
la personalidad, en la cual son prominentes las cualidades inhibidas y/o dependientes.
Es probable también que haya una historia familiar positiva de una situación similar”
Este síndrome excluye el trastorno obsesivocompulsivo (que también para otros autores
ha adquirido entidad propia y diferenciada). Incluye síntomas de ansiedad, distimia y
angustia; también (de forma más matizada) de agorafobia o fobia social. No deja clara la
ubicación de los trastornos somatoformes y disociativos.
En apoyo de su tesis, Tyrer sostiene que las clasificaciones ateóricas desarrolladas desde
1980 dividen los diagnósticos anteriores en diversos compartimientos que, aunque
pueden funcionar bien para los investigadores y la industria farmacéutica, no concuerdan
con la realidad que se presenta en la clínica. Estos compartimientos sólo se mantendrían
separados mediante reglas arbitrarias sin sentido clínico y son incompatibles con un
concepto satisfactorio de las neurosis. Ese concepto satisfactorio de neurosis tendría que
superar la mera descripción de síntomas y conductas para integrar tres aspectos:
1. El componente hereditario de las neurosis y los trastornos de personalidad.
2. El concepto de predisposición o vulnerabilidad de la personalidad frente a la neurosis.
3. Los cambios diagnósticos consecuentes a diversas experiencias vitales.

Lazaro, J. (2013). Dilemas contemporáneos de la nosología psiquiátrica: El caso de las


neurosis. Revista de neuropsiquiatría.

Biografías

Freud

sigmund freud, el padre


del psicoanálisis
La vida de Sigmund Freud, el hombre que revolucionó la ciencia con su método para
intentar dar significado a los sueños, se apagó en Londres el 23 de septiembre de 1939.
Freud ha pasado a la historia por sentar las bases del psicoanálisis como método
terapéutico.
Josep Gavaldà
23 de septi em br e de 2019 · 01:34  Actuali zado a  23 de septiembr e de 2019 · 01:34
Lectura:
Biograf ías

Fumador empedernido, Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, acabó sus días
entre los sufrimientos provocados por el cáncer de paladar que le fue
diagnosticado en 1923. Convertido en una de las figuras más influyentes del
pensamiento contemporáneo, Freud dijo una vez: "Si quieres vivir, prepárate
para morir", y sin dejar de escribir y publicar artículos, su vida se apagó el 23 de
septiembre de 1939 en Londres.
UN MUNDO MARCADO POR EL ANTISEMITISMO
Nacido el 6 de mayo 1856 en Freiberg (Moravia), Sigmund Freud fue el mayor de
seis hermanos. Su familia se vio obligada a trasladarse a Viena para intentar
reflotar el negocio de lanas de su padre. A pesar de ser judío, el joven Sigmund
fue educado al margen de cualquier idea religiosa y nacionalista. Tampoco
las dificultades económicas por las que atravesó su familia fueron un obstáculo
para que ingresara en la Universidad de Viena a los 17 años, donde estudió
Medicina. Ante el creciente ambiente de antisemitismo que se respiraba en la
capital austríaca, Freud decidió cambiarse el nombre y pasó de llamarse
Sigismund a llamarse Sigmund, el nombre con el que sería conocido a partir
de entonces.
La familia se trasladó a Viena debido a las dificultades económicas,
y el antisemitimsmo obligó a Freud a cambiar su nombre por el de
Sigmund
Tras aprender español de forma autodidacta, Freud fundó junto con su
amigo Eduard Silberstein una especie de sociedad secreta a la que llamaron
Academia Castellana, donde bajo los seudónimos de Cipión para Freud y
Berganza para Silberstein, emprendieron juntos la lectura de obras de Miguel
de Cervantes entre las que destacan El coloquio de los perros, de donde
escogieron sus apodos.

ESTUDIOS CON ESTUPEFACIENTES


Entre 1884 y 1887, Freud escribió una serie de artículos en los que abogaba
por el uso de la cocaína con fines terapéuticos, y en algunos experimentos
posteriores demostró las propiedades de la cocaína como anestésico local. En
1884, publicó un artículo titulado Über Coca (Sobre la coca) en el que ofrecía al
lector una enorme cantidad de datos sobre la historia de la utilización de esta
planta en Sudamérica, su exportación a Europa, sus efectos en los seres humanos
y los animales, y sus múltiples usos en terapéutica. Posteriormente, el
oftalmólogo austríaco Carl Koller publicó los resultados de las
investigaciones de Freud y obtuvo grandes éxitos en intervenciones
oftalmológicas.

En 1886, Freud se casó con Martha Bernays y tras la publicación de unas cartas
enviadas a su entonces prometida y luego esposa, se ha sabido que hizo un
intento frustrado de curar con cocaína a su amigo Ernst von Fleischl-
Marxow, que era adicto a la morfina. El tratamiento no surtió efecto y sólo
sirvió para añadir una adicción más a las que ya sufría su amigo, el cual
falleció poco después.
Intento sin éxito curar con cocaína a su amigo Ernst von Fleischl-
Marxow, que era adicto a la morfina, lo que acabó provocando la
muerte de éste

EL FRACASO DE LA HIPNOSIS
Basándose en algunos experimentos llevados a cabo por su mentor Josef
Breuer, Freud abrió una clínica para realizar sus prácticas en el campo de
la neurosis y de la histeria en las que uso la hipnosis y la catarsis. Una
misteriosa paciente llamada Anna O. (su nombre real era Bertha Pappenheim) fue
tratada por Breuer y Freud en aquel entonces. El tratamiento consistía en
inducir en la paciente un estado hipnótico que le permitiese rememorar las
circunstancias previas a la aparición de los síntomas. A pesar de que todo
parecía ir bien, en la lectura del caso clínico se observó con claridad que Breuer
improvisó y modificó el tratamiento de acuerdo con el extravagante cuadro
sintomático de su paciente. Al acabar el tratamiento catártico, la paciente no
había mejorado y acabó siendo internada en un centro psiquiátrico. Una vez
recuperada, Berta Pappenheim se volcaría en la causa feminista. Poco después
Freud abandonó estas técnicas (y su colaboración con Breuer) en favor de la
asociación libre (base del psicoanálisis), técnica con la que creyó poder aliviar
los síntomas de sus pacientes, que verbalizaban sin traba alguna cualquier tipo de
ocurrencia que se les pasara por la cabeza.

SU OBRA MÁS IMPORTANTE


En 1899, Freud publicó la que se considera su obra más importante e
influyente, La interpretación de los sueños, aunque la fecha oficial de
publicación, sin embargo, quedó establecida en 1900. En 1905 se publicó Tres
contribuciones a la teoría sexual, la segunda de sus obras en importancia. De esta
manera quedó inaugurada una nueva disciplina y una nueva manera de entender
la mente humana: el psicoanálisis. Debido a la incomprensión que inicialmente
provocaron sus teorías, Freud pasó unos años aislado tanto personal como
profesionalmente. A pesar de ello, surgió un grupo de adeptos que se
convertiría en el germen del futuro movimiento psicoanalítico, entre los que
se encontraban Carl Gustav Jung y Wilhelm Reich; gracias a ellos, las ideas de
Freud empezaron a llegar al gran público.
En 1899, Freud publicó la que se considera su obra más importante
e influyente, La interpretación de los sueños
En 1906, Freud y Jung viajaron a Estados Unidos y comprobaron con
sorpresa el entusiasmo que, mucho antes que en Europa, el pensamiento
freudiano había suscitado allí. En la primavera de 1908, y por invitación de
Jung, Freud celebró en Salzburgo el Primer Congreso Psicoanalítico. En
1910 se fundó en Nuremberg la Sociedad Internacional de Psicoanálisis, dirigida
por Jung, quien conservó la presidencia hasta 1914.
RECONOCIMIENTO Y MUERTE
El primer reconocimiento oficial como creador del psicoanálisis le llegó a
Freud en 1902, cuando fue nombrado profesor extraordinario, hecho que el
psicoanalista comentaría en una carta dirigida a Wilhelm Fliess, un médico y
psicólogo alemán, en la que sarcásticamente decía: "Como si de pronto el papel
de la sexualidad fuera reconocido oficialmente por su Majestad".
Freud obtuvo su primer reconocimiento internacional en 1909, cuando la
Universidad de Clark, en Worcester, Massachusetts, le concedió el título
honorífico de Doctor Honoris Causa. Así, con la intención de divulgar el
psicoanálisis en los Estados Unidos, y aprovechando las celebraciones del
vigésimo aniversario de la fundación de la universidad que presidía el pedagogo y
psicólogo G. Stanley Hall, Freud fue invitado a impartir varias conferencias.
Pero pronto las cosas empezaron a torcerse. En octubre de 1911, Freud sufrió
un importante revés cuando varios de sus seguidores se dieron de baja de la
Asociación Psicoanalítica Vienesa, y la cosa empeoró cuando a ellos se unió
Carl Gustav Jung en 1914. Aunque lo peor estaba por llegar. En 1923, Freud fue
diagnosticado de cáncer de paladar, posiblemente una consecuencia de su
irreductible adicción a los puros. Además de ocasionarle un gran sufrimiento
y dejarlo incapacitado, la enfermedad le provocó sordera en el oído derecho
y lo obligó a usar una serie de incómodas prótesis de paladar que le
dificultaron el habla. A consecuencia de ello, Freud tuvo que ser operado hasta
en 33 ocasiones. A pesar de todo, nunca dejó de fumar, con las terribles
consecuencias que esto le acarreó. Freud continuó trabajando como psicoanalista
y, hasta el fin de su vida, no cesó de escribir y publicar un gran número de
artículos, ensayos y libros.
A pesar de los reconocimientos a su trabajo, Freud recibió dos
duros reveses, el abandono de Jung y contraer un cáncer de paladar
El 23 de septiembre de 1939, con la salud ya muy deteriorada e incapaz de
soportar el dolor que le producía el cáncer de paladar, habló con su médico
personal, Max Schur, y le recordó la promesa que éste le había hecho de sedarlo
para ahorrarle la agonía. Schur le suminstró tres inyecciones de morfina, y el
padre del psicoanálisis murió de sobredosis. Sigmund Freud fue incinerado en
el crematorio laico de Golders Green. Allí reposan sus cenizas junto a las de su
esposa Martha.

Melanie Klein

Melanie Klein, una princesa que creó su propio reino


Antonio Sánchez-Barranco Ruiz, Reyes Vallejo Orellana

Introducción
Aunque las teorías de Melanie Klein nacieron del cuerpo teórico-técnico creado por
Sigmund Freud, llegaron a revolucionar la metapsicología tradicional, dándole a sus
conceptos centrales matices muy peculiares, lo que obliga a encuadrarlas como una
doctrina psicoanalítica particular.

En el surgimiento de las ideas kleinianas hay que recordar el Simpósium sobre análisis
infantil que tuvo lugar en mayo de 1927 en la Sociedad Psicoanalítica Británica, donde
se mantuvo una dura polémica en torno a las opuestas perspectivas de Melanie Klein y
de Anna Freud, que en su Introducción a la técnica del análisis de niños destacaba que
la conducta infantil en la situación analítica estaba fundamentalmente mediatizada por
los hechos vividos en la realidad presente con los padres, en especial en lo tocante a
sus aspectos negativos, pensando que era imposible que un chico pequeño
estableciera una genuina transferencia, calificando de silvestre el trabajo analítico de
Klein, ya que ésta, en un contexto de juegos inocentes y no en el de las asociaciones
libres, utilizaba interpretaciones profundas sobre falsos fenómenos transferenciales
(1).

El posicionamiento de Anna Freud se situaba en la línea abierta por Hermine von Hug-
Hellmuth, que en un trabajo de 1920, titulado Sobre la técnica del análisis infantil,
insistió en la función educativa del psicoanálisis en la niñez, propugnando que a través
del mismo debían inculcarse valores morales, estéticos y sociales (2), lo que fue
absolutamente rechazado por Klein que asumió la posibilidad de un análisis en toda
regla del niño pequeño (3). Ha de tenerse en cuenta en todo caso que para Klein la
transferencia, esencial para un trabajo analítico, no suponía la reedición de una pasada
neurosis infantil, como se entiende en el modelo freudiano, sino la impregnación de las
relaciones de la vida ordinaria (relaciones con los objetos externos) con productos
procedentes de la fantasía inconsciente que ocasionaba la realidad subjetiva
(relaciones con los objetos internos), lo que sería válido tanto para el niño como para
el adulto, aconteciendo lo patológico cuando tiene lugar una invasión excesiva de la
fantasía interna inconsciente en la vida externa (4). Por otro lado, la técnica del juego,
y el soporte teórico que implica, lo consideró un elemento sustitutivo de la asociación
libre de ideas que podía tener lugar en los adultos y no en los pequeños (5).

Aunque en el terreno técnico se produjo con el paso del tiempo un cierto acercamiento
entre Anna Freud y Melanie Klein, aceptando aquélla la posibilidad de tratar niños
antes del período de latencia y emplear el juego como un instrumento técnico, como
puede verificarse en la versión de 1946 de su Introducción a la técnica del análisis de
niños, que apareció entonces con el título de Psicoanálisis de niños (6), en el campo
teórico, por el contrario, el alejamiento entre ambas se fue acusando progresivamente,
sobre todo después de que Klein concretara definitivamente sus teorías de las
posiciones y de las relaciones objetales precoces, a partir de mitad de la década de los
años cuarenta, dado que con esto dejaba de lado el tradicional complejo de Edipo
como fuente central del desarrollo normal y patológico en favor de la llamada posición
depresiva y situaba la aparición del yo y superyó muy precozmente, además de darle
una prioridad total a la pulsión tanática sobre la erótica. Todo ello abocó, en tales
fechas, a grandes controversias en el seno de la Sociedad Psicoanalítica Británica, lo
que desembocó en la constitución en la misma de dos grupos de formación, uno con
los seguidores de Anna y otro con los afines a Melanie (7). A partir de entonces la
escuela kleiniana se autonomizó en el seno de dicha Sociedad, aunque hacia la mitad
de la década de los cincuenta, empezaron algunas deserciones a causa de las
divergencias respecto al papel de lo constitucional en el desarrollo y en la
psicopatología y más concretamente en cuanto al protagonismo de la envidia innata;
así mismo tampoco había acuerdo en lo tocante a la función de la contratransferencia y
las subsiguientes intervenciones del terapeuta.

Desde entonces el psicoanálisis kleiniano tomó un doble camino: algunos discípulos


siguieron relativamente fieles a Klein, los poskleinianos propiamente dichos (Bion,
Meltzer, Bick y otros, mientras que el llamado grupo británico (Fairbairn, Balint,
Guntrip y Winnicott) se alejó bastante de la matriz original, dando un papel de suma
importancia a los traumas psicológicos acontecidos en la relación objetiva del bebé con
su madre, además de conceder al comportamiento del terapeuta, en el curso del
análisis, una función esencial a la hora de aliviar o resolver las consecuencias de tales
traumas.

Esbozo bibliográfico de Melanie Klein (1882-1960)

Melanie Klein (de soltera Reizes) nació en Viena el 30 de marzo de 1882, en el seno de
una familia centroeuropea de origen judío. Su padre, Moriz Reizes era médico general
y dentista. Su madre, Libussa Deutsch, tenía veinticuatro años menos que su marido,
del que tuvo cuatro hijos, Emile (que murió con veinticinco años, agotado por el
alcohol, la droga y la pobreza), Emanuel, Sidonie (que falleció con ocho años de
tuberculosis) y Melanie.

Melanie, tras tener que dejar de lado su intención de estudiar medicina a causa de su
noviazgo con 17 años y casamiento a los 21 (contrajo matrimonio el 31 de marzo de
1903), estudió Arte e Historia en la universidad de Viena, pero sin llegar a graduarse
en nada (8).

Su acercamiento al psicoanálisis fue por razones terapéuticas personales, dado que


aquejaba intensas y prolongadas depresiones, teniendo incluso que ser ingresada en
diversas casas de salud por este motivo. Sus estados depresivos estaban de alguna
manera conectados con su fracaso matrimonial, acusándose tras la muerte de la
madre, con la que había mantenido una relación muy ambivalente. Parece ser, en todo
caso, que fue decisivo en su búsqueda del psicoanálisis la lectura del ensayo
freudiano Sobre el sueño cuando ya vivía en Budapest y habían nacido sus tres hijos
(Melitta en 1904, Hans en 1907 y Erich en 1914).

No hay precisión sobre cuándo llevó a cabo su primer análisis personal con Sàndor
Ferenczi, situándolo Grosskurth (8) desde finales de 1914 hasta 1919, mientras que
Petot (9) refiere que debió transcurrir durante el año 1916 y principios de 1917, para
ser reanudado en mayo de 1917 (a mediados de febrero Ferenczi enfermó de
tuberculosis pulmonar, ingresando en un sanatorio cercano a Viena). Dicho tratamiento
terminó por convertirse en su primer período de formación psicoanalítica, asistiendo en
1918 como invitada al V Congreso Psicoanalítico Internacional, celebrado los días 28 y
29 de septiembre en Budapest, donde vio por vez primera a Sigmund Freud (10).

Ferenczi animó a Melanie a que se ocupase del campo psicoanalítico infantil, iniciando
ésta tal labor con su propio hijo Erich (Fritz), pero sólo con intenciones pedagógicas y
preventivas, sirviéndole este trabajo de base para la disertación de presentación que
llevó a cabo en la Asociación Psicoanalítica Húngara el 13 de julio de 1919, cuyo
contenido fue publicado parcialmente a finales de 1920 con el título de La novela
familiar 'in statu nascendi' y más tarde en una versión completa, pero corregida
(ocultando la identidad del hijo), bajo el título El desarrollo de un niño (11).

En un momento dado Klein viró, incluso ya con Fritz, hacia compromisos claramente


analíticos, siguiendo sugerencias de Anton von Freund (12), tarea que continuó tras
asentarse en Berlín a partir de enero de 1921, a donde acudió para llevar a cabo un
segundo análisis personal con Karl Abraham y contactar con un grupo en donde era
bastante activo el interés por el psicoanálisis de niños.

En 1922, Klein se integra como miembro asociado en la Asociación Psicoanalítica de


Berlín, llegando a ser titular el 23 de febrero de 1923. El año siguiente, inicia su
análisis con Abraham, tratamiento que dio fin al cabo de catorce meses, por una grave
enfermedad de Abraham, que finalmente falleció en diciembre de 1925. Por estos años
también se produce su divorcio (entre 1925 y 1926), aunque su marido vivía en Suecia
desde el otoño de 1919. Klein, sin embargo, ha referido en ocasiones que el divorcio
tuvo lugar en 1922 (otras veces afirma que ocurrió en 1923), quizás para justificar su
conducta en este tiempo (8). En abril de 1924 se casa su hija Melitta con Walter
Schmiedeberg, catorce años mayor que ella, la cual le dio a partir de un momento
dado muchos problemas, llegando a enfrentársele violentamente en algunas
conferencias y sesiones clínicas.

En Berlín, Klein analiza a una niña que ha pasado a ser famosa en la literatura
psicoanalítica, Rita, así como a otros niños pequeños, cuyos casos están recogidos
en El psicoanálisis de niños (13), sin que se mencionen en esta obra los tratamientos
con sus hijos, los cuales aparecen en otras publicaciones con los pseudónimos que
indicamos entre paréntesis.

La inesperada muerte de Karl Abraham y la animosidad contra el análisis infantil que


apareció en algunos de los psicoanalistas berlineses, tras el desgraciado hecho del
asesinato de Hug-Hellmuth en 1924 por parte de su sobrino Rolf, de 18 años, hijo de
Antonia, una hermanastra de Hermine (14), junto a la invitación que Ernest Jones le
había hecho, en el Congreso de Salzburgo en abril de 1924, para que diera en Londres
un ciclo de conferencias (que dictó durante el verano de 1925), provocó en Klein un
nuevo y definitivo cambio de residencia, dejando Berlín en octubre de 1925 para
asentarse en la capital británica el año siguiente, dado que Jones le había solicitado
que tratase a sus hijos.

Las primeras formulaciones teóricas de Klein fueron bien acogidas en la Sociedad


Psicoanalítica Británica, lo que Edward Glover (15) justifica porque los psicoanalistas
británicos experimentaban un sentimiento de inferioridad con respecto a sus propias
contribuciones, porque los puntos de vista de Klein eran enérgicamente sustentados
por Jones, figura muy prestigiada, y porque las ideas kleinianas incluían gran cantidad
de sugerencias originales que iluminaban ciertos problemas del desarrollo temprano
que las teorías clásicas no resolvían. No obstante, lamentablemente pronto surgieron
fuertes enfrentamientos en el seno de la Sociedad Psicoanalítica Británica, cosa que
obligó a que se organizaran dos grupos de formación, uno constituido por los
partidarios de Anna y otro por los de Melanie, lo que paradójicamente favoreció la
institucionalización de la escuela kleiniana, que se mantuvo con mucha fuerza hasta
1957, año en que se publica Envidia y gratitud, donde Klein mantiene la tesis de la
existencia de una envidia constitucional en el ser humano, defendiendo que este
sentimiento sería la base primaria de las relaciones objetales y de la psicopatología
(16). Esto, junto a las discrepancias respecto a la importancia técnica de la
contratransferencia, ocasionó el abandono de algunos de sus más fieles discípulos, tal
como Paula Heimann.

La obra de Klein es extensa e intensa, debiéndose destacar El psicoanálisis de


niños (1932), donde sistematizó el contenido teórico que había venido gestando desde
1919, de entre lo que ha de resaltarse también los trabajos El desarrollo de un
niño (1921), Análisis infantil (1923), Principios psicológicos del análisis
infantil (1927), Estadios tempranos del conflicto edípico (1928), La personificación en
el juego de los niños (1929) y La importancia de la formación de símbolos en el
desarrollo del yo (1930), conjunto que está recogido en Contribuciones al
psicoanálisis (Klein, 1948) y en el primer tomo de sus Obras Completas (Klein, 1975).
Con posterioridad, desde 1932 a 1948, Klein formula con mayor precisión y amplitud
su teoría de las posiciones y sus ideas revolucionarias sobre el complejo de Edipo,
además de delimitar los conceptos de fantasía infantil, escisión e identificación
proyectiva, aportaciones que aparecieron en los artículos Contribución a la
psicogénesis de los estados maniacodepresivos (1935), Amor, odio y
reparación (1937), El duelo y su relación con los estados maniaco-
depresivos (1940), El complejo de Edipo a la luz de las
ansiedades tempranas (1945), Notas sobre algunos mecanismos esquizoides (1946)
y Sobre la teoría de la ansiedad y la culpa (1948), la mayor parte de los cuales están
incluidos en Desarrollos en psicoanálisis (Klein, Heimann, Isaacs y Riviere, 1952) y en
el primer y tercer tomos de sus Obras Completas.

Finalmente, desde los años cincuenta hasta su muerte, Klein centra su trabajo teórico
en la envidia primaria, ocupándose también de ciertos componentes de la técnica,
pudiendo recordarse al respecto los artículos Sobre los criterios para la terminación de
un psicoanálisis (1950), Los orígenes de la transferencia (1952), Algunas Conclusiones
teóricas sobre la vida emocional del bebé (1952), La técnica psicoanalítica del juego:
su Historia y significación (1955), Sobre la identificación (1955), así como los
libros Envidia y gratitud (1957), Nuestro mundo adulto y sus raíces en la
infancia (1959), Sobre el sentimiento de soledad (1959), Las emociones básicas del
hombre (1960) y la obra póstuma Relato del psicoanálisis de un niño (1961).

De entre la amplia bibliografía sobre la doctrina kleiniana han de citarse


también Nuevas direcciones en psicoanálisis (Klein, Heimann, Money-Kyrle y otros,
1955), los ensayos de Hanna Segal Introducción a la obra de Melanie Klein (1964)
y Melanie Klein (1979), La obra de Melanie Klein, 2 tomos (Valle, 1979, 1986), Melanie
Klein. Primeros descubrimientos y primer sistema (1919-1932) (Petot, 1979), la
biografía Melanie Klein. Su mundo y su obra (Grosskurth, 1986), Melanie Klein: cierre
y apertura (Valle, 1999) y por supuesto las Obras Completas de Melanie Klein, 4
tomos (1975), editadas en inglés por Hogarth Press y el Instituto de Psicoanálisis,
habiendo aparecido en castellano entre 1987 y 1990, bajo la responsabilidad de Paidós

Eugen Bleuler (1857-1939)

Psiquiatra Suiso, Afino su habilidad clínica y diagnóstica a través de la estrecha observación de un


gran número de pacientes durante largos periodos de tiempo, estaba convencido de que para
definir La Esquizofrenia era más importante el estudio transversal de los síntomas que su curso,
evolución y desenlace. Hizo Hincapié en que la Anormalidad Fundamental y unificadora en La
Esquizofrenia era “LOS SÍNTOMAS FUNDAMENTALES”: El deterioro cognoscitivo, (Cognición Se
refiere a todo lo relacionado con la capacidad de Entender, Razonar, aplicando el Pensamiento, La
Memoria e inteligencia Para la solucion de problemas) al cual metafóricamente conceptualizó
como una «escisión» o una «pérdida» en la «fábrica de los pensamientos». Pensamiento
Dereístico (Autístico). Por este motivo pensaba que el «Trastorno del Pensamiento»« La Escisión»
era el síntoma esencial y patognomónico del Trastorno y denominó la enfermedad a partir de este
síntoma: como ESQUIZOFRENIA, es decir:

1.-Una división «Escisión» en el pensamiento. Con Asociaciones muy laxas.

2.-Haciendo énfasis en el Aplanamiento afectivo.

3.- El deterioro atencional, el pensamiento peculiar y distorsionado, Pensamiento Dereístico


(Autismo) y

4.- La indecisión conceptual (Ambivalencia).

Calificándolos como SÍNTOMAS FUNDAMENTALES, mientras que otros síntomas como Las Ideas
Delirantes y Las Alucinaciones las Consideró «ACCESORIOS», ya que podían aparecer en otros
Trastornos, como en La Enfermedad Maniaco Depresiva. Las ideas de Bleuler adquirieron una
aceptación tras la publicación en 1911 de su clásico libro Dementia Praecox, or the Group of
schizophrenias, Tras la Publicación de este Libro en 1911 se Introduce el Termino de Esquizofrenia
en sustitución al de Demencia Precoz.

Durante décadas los Psiquiatras Aprendieron a recitar las 4 “A” (que Bleuler propugnó), para hacer
el Diagnostico de Esquizofrenia:
1.-Asociaciones laxas (Desorganización).
2.-Afecto Inapropiado.
3.-Autismo (Pensamiento Dereístico, Empobrecimiento del pensamiento y apatía).
4.-Ambivalencia (Indecisión de los sentimientos y de los pensamientos).

Como consecuencia se desarrollaron una serie de definiciones y una conceptualización cada vez
más amplia de La Esquizofrenia, llegándose a considerar a las neurosis como síntomas pre-
esquizofrénico. En Estados Unidos, se hicieron populares conceptos como: ‹‹el trastorno
limítrofe››, dentro de una concepción dicotomica francamente limitada « la esquizofrenia latente»
y «la esquizofrenia seudo-neurótica» que se reflejaron en las primeras ediciones del DSM. Sin
embargo con el paso del tiempo los Psiquiatras advirtieron que estos criterios eran demasiado
amplios, vagos e imprecisos lo que suscitó la creación de entrevistas más estructuradas, criterios
diagnósticos operacionales más claros y objetivos y el actual Examen Mental Estado Actual. Con lo
cual los criterios bleulerianos quedaron relegados debido a su Ambigüedad e imprecisión,
enriqueciéndose y ampliándose la definición del concepto de Esquizofrenia.
Psicoterapia vs psicoanálisis
Clase 2
20-01-2021

- Buscar sobre trastorno del sueño, leer duelo y melancolía de Freud, buscar libro de
Horacio Echegoyen, Luis Chiozza, investigar sobre el vitíligo y su relación con los estados
emocionales, revisar cambios en la adolescencia, constancia objetal,
- En terapia, hacer silencio, fijarse en el lenguaje las palabras que usa, la resonancia del
afecto. Escuchar, el paciente es el que tiene toda la info que a nosotros nos puede ser útil.
Sacar las palabras a cucharadas. No extenderse más de 50 minutos
- Acompañar al niño, aclarar las diferencias entre psicólogo y dermatólogo, atención a los
cambios de la edad.
- Ver película Black: los detalles de la psicosis y la relación medico paciente. El paciente
identificado, en ella se depositan cosas que comparte todo el grupo familiar. Tomar en
cuenta la cultura de la India. Herida narcisista de los padres por lo que le pasa al hijo “la
niña me nació enferma” Verse también en el profesor, su razón para ejercer esa
profesión.
- Series complementarias, etapas del desarrollo psicosexual,
- La primera serie complementarias es el bebe lo organico, la segunda es la relación
simbiótica con la mama, experiencias infantiles, la tercera el papa. Bio- psico- social la
experiencia desencadenante. Alucinación satisfactoria del deseo.
- Ver película la escafandra y la mariposa
- Coderch mas duelo y melancolía, mas depresión., etapas del desarrollo psicosexual y los
mecanismos de defensa inconsientes propios de esas etapas. La escafandra y la mariposa,

TAREA
- Series complementarias (Freud)
La idea de la serie complementaria se afirma con máxima claridad en las Lecciones de introducción
al psicoanálisis (Vorlesungen zur Ein-führung in die Psychoanalyse, 1916-1917). Al principio ello
sucede en relación con el problema del desencadenamiento de la neurosis (la): desde el punto de
vista etiológico, no se trata de elegir entre el factor endógeno, representado por la fijación, y el
factor exógeno, representado por la frustración; ambos varían entre sí en razón inversa: para que
se desencadene la neurosis, puede ser suficiente un trauma mínimo en el caso de que la fijación
sea intensa, y viceversa. Por otra parte, la fijación puede a su vez dividirse en dos factores
complementarios: constitución hereditaria y experiencias infantiles (Ib). El concepto de serie
complementaria permitiría situar cada caso dentro de una serie, según la parte relativa que
corresponda a la constitución, a la fijación infantil y a los traumatismos ulteriores. Freud utiliza
principalmente el concepto de serie complementaria para explicar la etiología de la neurosis; pero
también puede aplicarse a otros sectores, en que interviene igualmente una multiplicidad de
factores que varían en razón inversa entre sí.

Freud, al conceptualizar las llamadas series complementarias, establece un criterio referido a la


causalidad tanto de la patología como del desarrollo en salud. Propone tres series de causas que
actúan relacionadas y dependientemente unas de otras, la primera serie son los factores
hereditarios y congénitos, la segunda las experiencias infantiles y la tercera los factores
desencadenantes o actuales. Las dos primeras constituyen la disposición del sujeto.
Los factores hereditarios y congénitos son nuestras potencialidades, capacidades contenidas
hereditariamente y que se van a desplegar a partir de la interacción con los otros factores de las
series complementarias. Es importante destacar la segunda serie que está constituida por las
experiencias infantiles, ya que ocurren en una época de estructuración del psiquismo y de
formación de la personalidad.
La importancia de este tema ha servido de fundamento para el desarrollo de ciertas líneas dentro
de la teoría psicoanalítica, se ha destacado una relación particular que el niño establece en el
medio que le toca vivir. Estas líneas teóricas se refieren al niño y el vínculo con la madre y las
estructuras intrapsíquicas que se derivan de la internalización de ese vínculo, llamadas Teorías de
las Relaciones Objetales. Lagache define la relación objetal como "una tendencia o un
comportamiento dirigido a un objeto, por oposición a un comportamiento o tendencia dirigida a la
propia personalidad".
La teoría de las relaciones objetales plantea la existencia de una necesidad primaria de objetos,
que va más allá de la búsqueda del placer que el yo intenta encontrar para dar respuesta a su
necesidad de relación.
La teoría de las relaciones objetales se relaciona con diversas posturas conceptuales dentro de la
teoría psicoanalítica. Entre ellas tenemos a la de Melanie Klein, que enfatiza la determinación
pulsional de la experiencia de la relación con el objeto y concentra su atención en el objeto interno
y su efecto determinante sobre la vida posterior del sujeto. Hace predominar el mundo interno del
sujeto sobre la significación del mundo externo. Otra postura claramente definida es la de René
Spitz, Margaret Mahler y D.W. Winnicott, quienes enfatizan el efecto estructurante que la relación
real con el objeto y con el entorno cultural tiene sobre el psiquismo.

”Duelo y Melancolía” (FREUD)


fue escrito por Freud en el año 1915 y dado a publicar dos años más tarde. Este trabajo, posterior
a “Introducción al Narcisismo” (1914), es considerado su extensión y la continuación de sus
estudios sobre metapsicología.

La introducción del concepto de narcisismo en 1914 y el papel fundamental que éste desempeña
en la insanía cíclica, tal como Freud denomina al par de patologías manía-melancolía, es lo que
permitió un avance en su investigación sobre estas afecciones.

En este trabajo Freud presenta por primera vez las premisas fundamentales de la melancolía y de
la manía, su mecanismo y su función, a partir de la analogía de la melancolía con el duelo.

Freud las aborda desde una perspectiva económica y tópica, y las articula con nociones tales como
identificación, narcisismo e instancia crítica o conciencia moral.
Analizaremos este mecanismo a partir de dos ejes conceptuales.
En la base del mecanismo de la melancolía, Freud propone como abordaje del primer eje una
analogía entre el proceso del duelo y el de la melancolía.
Freud define al duelo como ”la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de una
abstracción que haga sus veces, como la patria, la libertad, un ideal, etc.”.
En el duelo el sujeto ha experimentado una pérdida real del objeto amado y en el proceso, que se
prolonga un tiempo necesario para la elaboración de esta pérdida, el sujeto pierde el interés por el
mundo exterior sustrayendo la libido de todo objeto que no remita al objeto perdido. Así, el
objeto perdido es investido por toda la capacidad libidinal que pueda emplear el sujeto a tal
efecto, impidiendo toda nueva ligazón.

Sin embargo, el duelo no es considerado un proceso patológico. Por el contrario, en el trabajo de


duelo el Yo, embestido por una pérdida real de objeto, pone en funcionamiento un mecanismo de
elaboración de dicha pérdida que le permitirá, al cabo de un tiempo, conservar a ese objeto
perdido en la realidad pero con renovada investidura libidinal para con él.
En ese proceso, que Freud llamará trabajo, se atraviesa por un desasimiento libidinal del objeto
perdido y de todo cuanto remita a él, liberando un quantum de energía para nuevas ligazones de
objeto.

En la melancolía el sujeto parece reportar con su dolor psíquico la pérdida de un objeto de amor
sustraída de su conciencia. El sujeto se comporta como si hubiese sufrido una pérdida real, no
puede dar cuenta de lo que ha perdido ni logra precisar la magnitud de dicha pérdida.
A estos síntomas se agregan el insomnio y la falta de apetito (a la vida) que el sujeto melancólico
padece y están intrínsecamente relacionados con un desfallecimiento de la pulsión.

El sujeto sufre de una inhibición y de un angostamiento del Yo definido por Freud como un
“cuadro de delirio de insignificancia moral” 2 que se perciben en manifestaciones tales como
autorreproches, rebaja en el sentimiento de sí y expectativa de castigo.
Este empobrecimiento yoico no es tan manifiesto en el duelo, al menos no en estas dimensiones,
siendo por lo tanto, característico de la melancolía.

No existe correspondencia entre la medida de autodenigración y su justificación real, así el


desagrado moral con el propio yo ocupa un lugar privilegiado.
El sujeto melancólico, bajo el influjo de una instancia crítica hiperpotente, es poseedor de una
“acuciante franqueza que se complace con el desnudamiento y el conocimiento de sí mismo” 2. Es
como si operaran en el yo dos instancias paralelas y autónomas producto de su previa escisión.
Una parte del Yo se contrapone a la otra, la aprecia críticamente, la toma por objeto y se comporta
como una auténtica conciencia moral.
Son estos los primeros esbozos de las futuras elaboraciones de Freud del concepto de Ideal del Yo
y del Superyó .

En la melancolía, Freud sentencia que si el sujeto dice tener culpa, él ha de tener razón. Y es a
partir de esta afirmación que desarrolla su teoría de la melancolía.
En la melancolía, a diferencia del duelo, el quantum libidinal resignado por la pérdida del objeto de
amor, no es destinado a las ligazones de nuevos objetos. En ella, la libido sustraída del objeto
perdido vuelve al Yo por el mecanismo de la identificación regresiva. El Yo no cede el objeto, no
quiere resignarlo, aunque éste se sabe definitivamente perdido. Es mediante la identificación
narcisista del Yo con el objeto perdido, que el Yo lo sustituye. La identificación narcisista por
regresión tiene por objeto la sustitución del objeto de amor resignado.

Este tipo de identificación regresiva fue conceptualizada en el capítulo 7 de “Psicología de las


Masas y Análisis del Yo” (1921).
En este capítulo, Freud despliega las tres diferentes variantes de la identificación a partir de la
experiencia del complejo de Edipo.

La primera, es la identificación al padre o al rival. El sujeto, en su rivalidad hacia el progenitor del


mismo sexo, se enfrenta a él por el mecanismo canibálico de la fase oral. El padre, como enemigo
es introyectado en el yo del sujeto. El término introyección nos es aportado desde la clínica y
teoría de Melanie Klein, y remite al acto de incorporación en el aparato psíquico de objetos y
cualidades inherentes a éstos.
La introyección esta íntimamente relacionada a la identificación y posee características y
cualidades propias de la fase oral de la organización pregenital.

La segunda identificación que Freud elabora en “Psicología de las Masas y Análisis del Yo” es la
identificación al objeto de amor. El sujeto renuncia a la elección de objeto de amor y por vía
regresiva causada por la represión, lo resigna y lo sustituye identificándose al objeto.
Freud da como ejemplo de esta identificación, un caso de identificación al síntoma.

El Yo del sujeto identificado al objeto, es rebajado a la condición de Cosa, de la Cosa por siempre
perdida.
Y es en este punto en donde se logra advertir la severidad y causa de la instancia crítica que se
ensaña con el Yo rebajado a la condición de objeto, muy lejos de responder a las exigencias del
Ideal del Yo. La escisión del Yo en términos freudianos, y la división subjetiva en términos
lacanianos, son el efecto de esta identificación del sujeto con el objeto.

Otra perspectiva interesante de abordaje de la melancolía es expuesta por Freud a partir de la


introducción, reciente en ese entonces, del concepto de narcisismo.
Según Freud, en la melancolía predomina el tipo narcisista de elección de objeto, aunque esta
hipótesis no está definitivamente probada.
El sujeto ama en el objeto el rasgo que recuerda lo que él fue y ha perdido, o lo que posee los
méritos que él no tiene y desearía tener, es decir, se ama en el otro lo que falta al yo para alcanzar
el ideal1.
El sujeto melancólico ama según el tipo narcisista de elección de objeto. Resignado su objeto, se
identifica a él en una regresión hacia el narcisismo primario, que le permite amortiguar o atenuar
los efectos de la pérdida real de objeto.
El segundo eje a partir del cual Freud se propone identificar el mecanismo de la melancolía, es la
ambivalencia de los vínculos de amor.
El término ambivalencia fue utilizado por primera vez en los trabajos de Freud en sus “Tres
Ensayos de Teoría Sexual” (1905) en donde lo define como una característica propia de la fase
sádico-anal, en la cual “los pares de opuestos pulsionales están plasmados en un grado
aproximadamente igual”. Amor y odio se alternan en una proporción similar.

El odio es definido en “Duelo y Melancolía” como la reacción del sujeto ante una amenaza a su
narcisismo primario proveniente del mundo exterior. La pulsión yoica se propone preservar la
integridad del Yo.

Por el contrario, el amor encarna el paradigma del puro placer del Yo con el objeto y es la pulsión
sexual quien lo comanda.

Freud considera la presencia acentuada del conflicto de ambivalencia como una de las premisas de
la melancolía en donde amor y odio están polarizados.
El amor por el objeto perdido, se refugia en la identificación narcisista, mientras que el odio se
ensaña con el objeto sustitutivo a la manera de una satisfacción sádica. Así Freud define al
sadismo dirigido al objeto encarnado por el Yo como un “automartirio gozoso” 2.

El odio en la melancolía pugna por desatar la libido del objeto, causa de su pesar psíquico, en un
intento por conservar y reafirmar su narcisismo.
La enfermedad se comporta como el refugio, como la manera de sustraerse y evitar el
enfrentamiento con aquella hostilidad acuciante.

El suicidio melancólico encuentra su explicación en las tendencias sádicas del sujeto y no es sinó la
puesta en acto de la hostilidad y el sadismo, dirigidos al Yo propio del sujeto tomado en tanto
objeto.

Freud explica así cómo la investidura de objeto ha sufrido en la melancolía un destino doble. Por
un lado ha regresado la identificación al narcisismo primario, y por el otro, ha regresado a la etapa
anal-sádica bajo el influjo del conflicto de ambivalencia.

Karl Abraham, discípulo de Freud que mantuvo con él correspondencia prolongada, debatía acerca
de la melancolía y los procesos psíquicos que se juegan en ella.

En su artículo titulado “Un breve estudio de la evolución de la libido, considerada a la luz de los
trastornos mentales” (1924) Abraham reclama como suya su tesis sobre la analogía entre el duelo
y la melancolía. Además establece una relación de semejanza entre la neurosis obsesiva y la
melancolía.
El principal aporte de Abraham a la teoría de la melancolía gira en torno a la pérdida de la
capacidad libidinal del sujeto asi como la regresión de la libido a la segunda fase oral pregenital
que responde a tendencias sádicas en el sujeto.
Es en este trabajo en donde Abraham propone la división de cada fase de la organización
pregenital en dos sub-fases definidas por el conflicto de ambivalencia.

Freud señala que ya en su “Manuscrito G” (1895) él había advertido la similitud entre neurosis
obsesiva y melancolía, pero es en “Duelo y Melancolía” donde Freud elabora estos conceptos
estableciendo como punto en común para ambas estructuras el conflicto de ambivalencia y como
resultado su marcada tendencia sádica.

Freud disiente con Abraham en su insistencia en la fijación de la libido en la fase oral. Si bien Freud
coincidía con él en esta cuestión, cuando en referencia a la melancolía en su ”Manuscrito G”
utilizaba la expresión “hemorragia de libido”, pero ya en “Duelo y Melancolía” abandona esta
tesis, reemplazando la pérdida de libido por la pérdida de objeto. Es la pérdida del objeto y su
efecto de división subjetiva, lo que caracteriza a la melancolía.

Al final de su trabajo Freud establece las tres premisas fundamentales de la melancolía:

La pérdida de objeto
La ambivalencia
La regresión de la libido al Yo.

La neurosis obsesiva responde a las dos primeras premisas pero no a la tercera. El neurótico
obsesivo puede sufrir la pérdida real de un objeto amado y vivirla como un típico proceso de
duelo. Además es característica, según se ha hecho referencia en este trabajo, la relación con el
objeto mediada por el conflicto de ambivalencia.
Es sólo la tercer premisa de Freud, sobre la regresión de la libido al narcisismo del Yo, una premisa
que no concierne a la estructura de la neurosis obsesiva.
De esta manera, Freud establece el punto de divergencia fundamental entre melancolía y neurosis
obsesiva, atribuyendo a la melancolía la característica de la regresión de la libido al narcisismo.
Esta observación freudiana se constituye como una clave en la clínica para el diagnóstico
diferencial.

Una de las preguntas fundamentales en el trabajo de Freud corresponde a la alternancia cíclica


entre la melancolía y la manía.
En la clínica se observan múltiples variantes según las cuales la melancolía puede sobrevenir a la
manía y viceversa, o pueden producirse entre ambos estados intervalos de remisión libres de toda
sintomatología. Tambien suelen prevalecer sólo estados melancólicos o sólo estados maníacos,
etc.

La insanía cíclica condujo a Freud al interrogante por la manía y su intrínseca relación con la
melancolía.
En “Duelo y Melancolía” la manía aparece como lo simétrico a la melancolía, y ambas responden a
un mismo complejo y tienen idéntico contenido.
La diferencia entre ambas patologías radica en el dominio o no del Yo de tal complejo. Mientras
que en la melancolía el sujeto sucumbe a los efectos de dicho complejo, en la manía el sujeto
parece festejar su dominio sobre él.

La manía, a diferencia de la melancolía, no es un fenómeno primario, sino un fenómeno de


retorno de lo reprimido, y responde a una afirmación narcisista tras la derrota de la instancia
crítica que atormentaba al sujeto en la fase melancólica.

En la fase maníaca, el sujeto goza de un empinado talante, siente alegría, euforia, júbilo y una
sensación de triunfo que rebalsa su psiquismo y ocupa todo su pensar. Este estilo expresivo
constituye el paradigma normal de la manía.

La manía es un triunfo pero queda en ella oculto, como sucede en la melancolía, eso que el Yo ha
vencido y sobre lo cual triunfa.

Freud aborda el mecanismo de la manía desde dos orientaciones. La primera, la impresión


psicoanalítica, según la cual en la manía el Yo celebra la emancipación del objeto causa de su dolor
moral, como si el Yo del sujeto venciera al objeto en la pugna por la conservación de su narcisismo.
El resultado de este triunfo puede ser explicado desde la segunda orientación propuesta por
Freud, esta es: la orientación económica.

En el pasaje de la melancolía a la manía, se libera un quantum libidinal que durante el período de


la enfermedad estuvo asignado a la investidura de dolor. Al liberarse la libido, ésta queda a
disposición del sujeto para la búsqueda de nuevas investiduras de objeto.
En términos económicos, se cancela un gasto psíquico importante mantenido por largo tiempo
quedando éste disponible para múltiples descargas. Así, el júbilo maníaco es el efecto de tal
cancelación y de la conversión de la energía liberada en afecto.

La pregunta obligada que surge en Freud a partir de estas orientaciones es por qué al final del
duelo no debería darse un estado de excitación maníaca? Y la respuesta, poco esclarecedora, es
proporcionada por Freud en términos económicos y tópicos.

El factor tiempo tiene una función en el proceso del duelo que es necesario comprender. El
desasimiento de la libido de las investiduras de objeto es de una ejecución lenta, como indica
Freud “una ejecución pieza por pieza”, en cada escena se va produciendo una verificación de que
el objeto no está más.

En términos tópicos, la representación-cosa (inconsciente) es abandonada por la libido. Tal


representación contiene múltiples huellas mnémicas y también de ellas la libido debe retirarse.
Todo este proceso no es inmediato, insume un tiempo determinado, tras el cual el Yo se deja
llevar por la satisfacción narcisista y el gasto psíquico se ha disipado.

Así Freud conjetura acerca de la diferencia entre el final del duelo y el estallido maníaco sólo en
función del tiempo que insume el desasimiento de la investidura libidinal y sus efectos
económicos.
A mi entender es este un punto oscuro que exige esclarecimiento.

En “Duelo y Melancolía” Freud logró establecer las premisas de la melancolía a partir de su


analogía con el duelo. Tales premisas son de un valor fundamental en la clínica psicoanalítica de la
melancolía. En este trabajo además, Freud esboza las primeras conjeturas, inconclusas, sobre la
manía, su función, mecanismo y su relación con la melancolía.

Etapas del desarrollo psicosexual y mecanismos de defensa (Freud)

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