Zona Educativa, Revista 13, ¿Qué y Cómo Enseñamos?

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QUE Y COMO ENSEÑAMOS

La implementación del Proyecto de Aula

Para favorecer la amplitud de la reforma en la vida escolar de los alumnos,
se pone en marcha una nueva herramienta llamada Proyecto de Aula. Esta
nueva instancia actúa como una continuidad de los diseños curriculares y
del Proyecto Educativo Institucional y suma una nueva articulación que
acerca a los niños a las nuevas modalidades de la enseñanza.

El tránsito efectivo de la reforma educativa para garantizar que los alcances de la

transformación lleguen a todos los alumnos del país, sólo puede desarrollarse a pleno en el
ámbito general de la escuela y, más específica y concretamente, en los espacios
curriculares donde los alumnos aprenden.

Este nuevo elemento destinado a una mejor asimilación de la reforma, busca que los
planteos elaborados en los seminarios del segundo nivel de especificación curricular -en los
que tomaron parte equipos técnicos de todas las provincias argentinas-, que luego llegaron
a los equipos de diseño curricular y de allí a la escuela para dar forma al PEI (Proyecto
Educativo Institucional), puedan cumplirse en el marco de la cotidianidad educativa.

El Proyecto de Aula actúa dentro del marco y está coordinado con el proyecto Educativo
Institucional, pero pensando puntualmente en la relación docente-alumno y en la manera
más positiva de que los niños accedan al conocimiento.

Un trabajo conjunto

La única forma de instrumentar esta iniciativa es trabajar juntos en cada una de las
escuelas para desentrañar una serie de aspectos que luego permitan la puesta en marcha
del Proyecto de Aula.

Para lograrlo, primero hay que ponerse al corriente de una serie de circunstancias
específicas de cada provincia o escuela. Resulta indispensable ver cuál es el plan de
instrumentación del diseño curricular, cómo se lo organiza, con qué recursos se cuenta, con
cuánto personal y de qué características se dispone, cómo se utiliza la estructura que se
tiene, qué aspectos más nuevos de la estructura son los que se ponen en marcha primero
para ir trabajando con ellos y de qué modo es posible mejorar la sistematización del trabajo.

Este planteo inicial resulta fundamental para luego adosarle el aporte técnico-teórico-
pedagógico que se elaborará juntamente con los equipos de diseño curricular en la
reelaboración de materiales curriculares compatibilizados.

De alguna manera, el trabajo en la escuela para dar forma al Proyecto de Aula es una
actividad que debe ser compatible con los enunciados de los diseños curriculares, pero que
debe saber especificar su propio perfil de acuerdo con las características de la institución,
el medio social y los alumnos que recibe.

Este mecanismo sirve para ratificar que es erróneo pensar que una vez terminado el

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diseño curricular la actividad ya concluyó. El diseño curricular es la primera propuesta a ser

evaluada en la práctica por el trabajo de todos los docentes. La realidad demuestra que con
el diseño curricular ya armado es cuando recién se está empezando a poner en marcha la
importante tarea de “hacer currículo”. La consulta real y permanente a todos los docentes
tiene lugar, precisamente, a partir del Proyecto de Aula, que deberá constituirse no sólo en
un mecanismo apto para enseñar mejor, sino también retroalimentador de la crítica
constructiva al propio diseño curricular provincial.

Se empieza por la organización curricular

Los pasos relativos a la manera en que los niños pueden recibir de la mejor forma los
beneficios del cambio educativo, empiezan por establecer las orientaciones en torno a la
elaboración del proyecto curricular institucional.

Los responsables de llevar adelante este proyecto institucional son los docentes, que a
partir de reuniones que representen al plantel de la escuela, deben aportar las
consideraciones más importantes para que luego la institución adopte los criterios que
considere más adecuados para conseguir los mejores resultados.

El proyecto curricular institucional apunta a ver de qué manera es posible priorizar las
expectativas de logro, cómo organizar y contextualizar los contenidos, de qué modo definir
temas de transversalidad social, explicitar las estrategias didácticas y metodológicas,
determinar espacios, tiempos y agrupamientos, proveer criterios de oportunidad y
evaluación y, finalmente, el esencial paso de la articulación.

A modo de ejemplo puede apuntarse que en relación con la idea de explicitar las
estrategias didácticas y metodológicas que adoptará el proyecto curricular, supone señalar
para cada grado y para cada ciclo los criterios del modelo de intervención didáctica que
favorezca aprendizajes significativos. Esta lectura no puede ser descolgada de la realidad
en que se inscribe cada escuela y debe contemplar también: la diversidad de los alumnos,
los componentes socio-culturales, el enfoque didáctico específico de cada área y el tipo de
organización de contenidos que se adopte.

En qué consiste el Proyecto de Aula

Este trabajo con los equipos de diseño curricular sirve para agregar un espacio referido
específicamente al Proyecto de Aula, en el que se contemplan dos aspectos básicos:

A) el diagnóstico pedagógico.

B) las orientaciones para la elaboración de la planificación didáctica en el aula.

Para arribar a estas dos grandes líneas de trabajo, se tomaron especialmente como base
las experiencias recogidas en los dos últimos seminarios de especificación de nivel
curricular que se desarrollaron en la ciudad cordobesa de Villa Giardino.

Una vez planteadas las prioridades que se trabajarán, hay que ver cómo articular el
Proyecto de Aula con el Proyecto Educativo Institucional y, también resulta de vital
importancia, analizar de qué manera es posible desarrollar el proyecto curricular en una
institución para que genere márgenes de maniobra e instrumentación que sean útiles y

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movilizadores tanto para la escuela como para el aula.

Se puede entonces definir que el trabajo institucional tiene un referente en el aula y, a la

vez, el trabajo de aula es insumo para poder desarrollar con más precisiones el trabajo
curricular institucional.

El docente y el Proyecto de Aula

Si la tarea del docente resulta esencial a la hora de elaborar el Proyecto Educativo

Institucional, también tiene una injerencia vital en torno al Proyecto de Aula, ya que es él
quien, en definitiva, mejor conoce ese ámbito y las características de los alumnos.

Partiendo de la premisa de que nadie puede llevar adelante un proyecto o una

planificación sin saber con quién está trabajando, la tarea del docente comienza por el
diagnóstico pedagógico a través de una serie de indicadores individuales y grupales. Entre
ellos se cuentan: aspecto de los saberes y competencias, estilos de aprendizaje,
problemáticas personales, dinámica grupal y necesidades derivadas de problemáticas
sociales.

A partir de manejar estos datos, el maestro puede organizar la planificación didáctica.

Para llevar adelante esta planificación, el docente puede plantearse la formulación de
objetivos anuales y unidades de trabajo a partir de expectativas de logros, reorganizar
contenidos de acuerdo con los ejes a adoptar, asignaciones de tiempo, selección,
organización y secuenciación de actividades de aprendizaje y discusión de la selección de
recursos didácticos.

Completando el vasto panorama al que debe atender el docente, deben citarse la

selección y organización de actividades de evaluación y, además, corre por su cuenta
definir qué es lo necesario para una evaluación vinculada con la acreditación de los
saberes.

Algunas claves del proyecto de Aula

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