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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder Popular para la Educación Universitaria


U.C: Derechos Humanos y Modelos de Desarrollo
PFG; Estudios Jurídicos/ Fin de Semana
Aldea “General en Jefe José Félix Ribas”
Misión Sucre (UBV)
La Victoria, Estado Aragua

EVOLUCIÓN HISTORICA
DEL RECONOCIMIENTO DE LOS DERECHOS HUMANOS

Facilitador (a):

Abg. Carlos García

Triunfador(a):

Osmary Rauseo V-27.630.708

La Victoria, Junio 2021


INTRODUCCIÓN

Muchos filósofos e historiadores del derecho consideran que no puede hablarse de


derechos humanos hasta la modernidad en Occidente. Hasta entonces, las normas de la
comunidad, concebidas en relación con el orden cósmico, no dejaban espacio para el ser
humano como sujeto singular, concibiéndose el derecho primariamente como el orden
objetivo de la sociedad.
La sociedad estamental tenía su centro en grupos como la familia, el linaje o las
corporaciones profesionales o laborales, lo que implica que no se concebían facultades
propias del ser humano en cuanto que tal, facultades de exigir o reclamar algo. Por el
contrario, todo poder atribuido al individuo derivaba de un doble Estatus: el del sujeto en el
seno de la familia y el de esta en la sociedad. Fuera del Estatus no había derechos.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos tiene ya más de 70 años y continúa
siendo la “Carta Magna internacional para toda la humanidad”, tal y como la definió
Eleonor Roosevelt, presidenta de la Comisión para los Derechos Humanos de las Naciones
Unidas.

Sin embargo, antes de llegar a este momento de 1948 en el que la viuda del ex
presidente estadounidense Theodore Roosevelt presentó al mundo este documento, ya
existían tratados que recogían la necesidad de otorgar un estatus único e igualitario a todos
los seres humanos
Las Naciones Unidas marcan el origen de los Derechos Humanos en el año 539 antes de
Cristo. Cuando las tropas de Ciro el Grande conquistaron Babilonia, Ciro liberó a los
esclavos, declaró que cualquier hombre era libre de escoger la religión que quisiera y
estableció la igualdad racial. Estos y otros preceptos fueron grabados en un cilindro de
barro conocido como el Cilindro de Ciro, cuyas disposiciones inspiran los cuatro primeros
artículos de la actual Declaración Universal de los Derechos Humanos.

LA CARTA MAGNA INGLESA, PRINCIPIO DE LA DEMOCRACIA MODERNA

Basándose en estos decretos, civilizaciones indias, así como Grecia y Roma, ampliaron
el concepto de “ley natural” y la sociedad siguió avanzando hasta llegar a otro momento
clave en la historia de los Derechos Humanos: la Carta Magna de 1215 aceptada por el Rey
Juan de Inglaterra, considerado por muchos expertos el documento que marca el inicio de la
democracia moderna.

También conocido como la Gran Carta, ese documento recogía, entre otros aspectos, el
derecho de una viuda a no volver a casarse si poseía propiedades o garantías de igualdad
ante la ley.

EL RECONOCIMIENTO DE LOS DERECHOS HUMANOS.

El pensamiento filosófico, moral y ético que está detrás del concepto de derechos
humanos se remonta a los tiempos de las primeras civilizaciones.

Las luchas por conseguir libertades humanas fundamentales han transformado para
siempre la manera como los seres humanos se relacionan unos con otros, así como la
relación existente entre el individuo y el Estado, y las expectativas de justicia social,
normas internacionales consensuadas y un orden global.

Los derechos humanos han sido reconocidos y codificados a nivel internacional a lo


largo de los últimos 50 años, comenzando con la creación de la Organización de las
Naciones Unidas tras la Segunda Guerra Mundial.

Durante las siguientes décadas, sin embargo, los derechos humanos no ocuparon un
papel central en las prácticas del desarrollo, y lo que sucedió fue que las organizaciones que
se esforzaban por introducir mejoras en los derechos humanos actuaron en paralelo con
practicantes del sector del desarrollo.

Los derechos humanos y el desarrollo no empezaron a convergir hasta el final de la


década de los noventa. Algunos cooperantes introdujeron mejoras en las prácticas del
desarrollo, con lo que se promovieron principios sobre métodos de trabajo que se acercaban
cada vez más a principios basados en los derechos humanos. Otros, y en especial aquellas
personas que luchaban en pro de los derechos civiles y políticos de grupos marginalizados,
ampliaron su misión para incluir la búsqueda de mejoras en el estatus social o económico.
Cualquiera que fuese la motivación, la adopción de un punto de vista basado en los
derechos humanos se ha convertido ya en uno de los principales intereses de la comunidad
internacional dedicada al desarrollo.

En 1997 se llegó a una coyuntura de importancia crítica para muchos organismos del
desarrollo cuando el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas hizo
una llamada a favor de que fuesen integrados (mainstreaming) los derechos humanos en
todo el sistema de las Naciones Unidas (es decir, incluyéndolos en todos sus temas y
aspectos). Desde entonces, la integración de los derechos humanos en la programación del
desarrollo – tema al que se ha dado el nombre de "planteamiento basado en los derechos
humanos" – viene ganándose cada vez con más intensidad la atención de las personas
dedicadas a estos temas, sea porque trabajan en los organismos de las Naciones Unidas
(notablemente UNICEF y OACDH), las ONG (tanto nacionales como internacionales), o
gobiernos donantes (como por ejemplo SIDA – Swedish International Development
Agency, Agencia sueca de desarrollo internacional - y DFID – Department for International
Development, Ministerio británico de cooperación internacional).

ESTADO LIBERAL Y RECONOCIMIENTO DE LOS DERECHOS HUMANOS


DE PRIMERA GENERACIÓN

El Estado liberal es el que surge como resultado de la Revolución Liberal en sustitución


de la Monarquía absoluta propia del Antiguo Régimen. Es el sistema político propio del
comienzo de la Edad Contemporánea, en la nueva formación económico social que puede
denominarse Nuevo Régimen o Régimen Liberal. Su duración en el tiempo puede
entenderse como continua hasta la actualidad o limitarse hasta el período de entreguerras
(1918–1939), en que entra claramente en crisis.

Primera generación

Surgieron por la revolución francesa en 1789, son también derechos consagrados porque
también son el derecho a la nacionalidad, derecho a la participación, derecho a la
movilización y libertad de expresión

Estos derechos surgieron como respuesta a los reclamos que motivaron los principales
movimientos revolucionarios de finales del siglo xviii (18) en occidente. Estas exigencias
fueron consagradas como auténticos derechos y como tales difundidos internacionalmente.

Los derechos civiles y políticos están destinados a la protección del ser humano
individualmente, contra cualquier agresión de algún órgano público.

Se caracteriza porque imponen al estado el deber de abstenerse de interferir en el ejercicio y


pleno goce de estos derechos por parte del ser humano el estado debe limitarse a garantizar
el libre goce de estos derechos, organizando la fuerza pública y creando mecanismos
judiciales que los protejan. Los derechos civiles y políticos pueden ser reclamados en todo
momento y en cualquier lugar, salvo en aquellas circunstancias de emergencia que permiten
el establecimiento de ciertas limitaciones en solo algunas garantías.

EL ESTADO SOCIAL Y DE BIENESTAR Y RECONOCIMIENTO DE LA


SEGUNDA Y TERCERA GENERACIÓN DE DERECHOS HUMANOS.

El Estado Social o, en términos más recientes Estado Social de Derecho, es un concepto


propio de la ideología o bagaje cultural político alemán (Sozialstaat y "Sozialrechtsstaat"
respectivamente). El concepto se remonta a la formación del Estado alemán y, pasando a
través de una serie de transformaciones, en la actualidad forma las bases político-
ideológicas del sistema de Economía social de mercado.

El Estado social es un sistema que se propone de fortalecer servicios y garantizar


derechos considerados esenciales para mantener el nivel de vida necesario para participar
como miembro pleno en la sociedad.

El concepto Estado del bienestar denomina en ciencias políticas y económicas una


aproximación o propuesta política o modelo general del Estado u organización social,
usualmente entendida como una según la cual el Estado provee ciertos servicios o garantías
sociales a la totalidad de los habitantes de un país.

T.H. Marshall lo define como una combinación especial de la democracia, el bienestar


social y el capitalismo.

Para algunos, es el añadido de un Quinto poder del Estado: el de intervención económica,


añadido a los tres poderes clásicos de Montesquieu y al cuarto poder, que son los medios de
comunicación. Para otros, como Claus Offe, es un cambio profundo que nos permite hablar
de un Estado Moderno.

Más que un concepto específico, se considera que el término es una categoría práctica
para designar ya sea un conjunto de propuestas o una propuesta general acerca de cómo el
Estado debe o puede proceder.

Segunda generación

Se desarrollaron a finales del siglo XIX y a comienzos del siglo XXI. La constituyen los
derechos económicos, sociales y culturales, incorporados en la Declaración de 1948,
debidos a los cuales, el Estado de Derecho pasa a una etapa superior, es decir, a un Estado
Social de Derecho.

De ahí el surgimiento del constitucionalismo social que enfrenta la exigencia de que los
derechos sociales y económicos, descritos en las normas constitucionales, sean realmente
accesibles y disfrutables. Se demanda un Estado de Bienestar que implemente acciones,
programas y estrategias, a fin de lograr que las personas los gocen de manera efectiva

Los derechos de Segunda Generación o Derechos Económicos, Sociales y Culturales


tienen como objetivo fundamental garantizar el bienestar económico, el acceso al trabajo, la
educación y a la cultura, de tal forma que asegure el desarrollo de los seres humanos y de
los pueblos. Su reconocimiento en la historia de los Derechos Humanos fue posterior a la
de los derechos civiles y políticos, de allí que también sean denominados derechos de la
segunda generación.

La razón de ser de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales se basa en el hecho


de que el pleno respeto a la dignidad del ser humano, a su libertad y a la vigencia de la
democracia, solo es posible si existen las condiciones económicas, sociales y culturales que
garanticen el desarrollo de esos hombres y esos pueblos.

La vigencia de estos derechos se encuentra condicionada a las posibilidades reales de


cada país, de allí que la capacidad para lograr la realización de los mismos varía de país a
país.

Estos derechos económicos, sociales y culturales, pueden exigirse al Estado en la medida


de los recursos que efectivamente él tenga, pero esto no significa que el Estado puede
utilizar como excusa para el cumplimiento de sus obligaciones, el no poseer recursos
cuando en realidad dispone de ellos.

En este aspecto, deben verificarse los indicadores de desarrollo integral en relación con
la distribución que hace el Poder Público de sus ingresos en razón de la justicia social.

Tercera generación

Es el derecho a un medio ambiente sano. Por su parte, la tercera generación de derechos,


surgida en la doctrina en los años 1980, se vincula con la solidaridad.

Los unifica su incidencia en la vida de todos, a escala universal, por lo que precisan para
su realización una serie de esfuerzos y cooperaciones en un nivel planetario. Normalmente
se incluyen en ella derechos heterogéneos como el derecho a la paz, a la calidad de vida o
las garantías frente a la manipulación genética, aunque diferentes juristas asocian estos
derechos a otras generaciones: por ejemplo, mientras que para Vallespín Pérez la
protección contra la manipulación genética sería un derecho de cuarta generación, para
Roberto González Álvarez es una manifestación, ante nuevas amenazas, de derechos de
primera generación como el derecho a la vida, la libertad y la integridad física. Este grupo
fue promovido a partir de los ochenta para incentivar el progreso social y elevar el nivel de
vida de todos los pueblos.
Ahora bien, a pesar de la existencia y aparición histórica de las dos generaciones o tipos de
derechos humanos que acabamos de analizar, no se trata de dos compartimentos estancos,
dos categorías completamente autónomas, sino que ambas categorías van a estar
profundamente interrelacionadas. Es lo que se denomina
la indivisibilidad e interdependencia de las dos generaciones de derechos humanos.

INTERNACIONALIZACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS 

Surgidos los derechos humanos en las esferas nacionales de cada Estado, será a partir de
1945, tras la finalización de la II Guerra Mundial, cuando se inicie un proceso paulatino de
internacionalización de los derechos humanos, es decir, un proceso mediante el cual no sólo
los Estados sino también la comunidad internacional va a asumir progresivamente
competencias en el campo de los derechos humanos. Un papel destacado en este proceso de
internacionalización le va a corresponder a la Organización de las NACIONES
UNIDAS (ONU), que se va a convertir en el marco en el que se va configurando el nuevo
Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

Tras el fin de la II Guerra Mundial en 1945 y el descubrimiento de los horrores ocurridos


en los campos de concentración y del genocidio judío, los derechos humanos se
convirtieron en uno de los objetivos primordiales de la ONU, entonces creada. La Carta de
las Naciones Unidas (1945), el documento constitutivo de la nueva Organización, se iba a
hacer eco de este interés renovado por los derechos humanos, proclamando ya desde el
mismo Preámbulo su “fe en los derechos fundamentales”.

De todas formas, desde los mismos inicios de la nueva Organización Internacional se vio
claramente que los derechos humanos se iban a convertir en un arma arrojadiza más entre
las grandes potencias ya enfrascadas en la Guerra Fría, período que abarca desde poco
después del fin de la II Guerra Mundial hasta principios de los años 90. Los derechos
humanos han sido una cuestión que ha estado absolutamente politizada, entrando en juego
factores externos a lo que constituye la esencia y la razón de ser de los derechos humanos:
la defensa de la dignidad de la persona.

Esta politización estuvo presente en todo el proceso de elaboración de la DECLARACIÓN


UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS , con posiciones muy encontradas entre el bloque
socialista y el bloque capitalista. Finalmente, el 10 de diciembre de 1948 tuvo lugar la
aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la Asamblea General
de las Naciones Unidas.
CONCLUSIÓN

La conciencia clara y universal de la existencia de lo que hoy se conoce por derechos


humanos es propia de los tiempos modernos, es decir, es una idea que surge y se consolida
a partir fundamentalmente del siglo XVIII tras las revoluciones americana y francesa. Sólo
a partir de aquí se puede hablar con propiedad de la existencia de los derechos humanos.
Sin embargo, la reivindicación fundamental de lo que se quiere expresar con la idea de los
derechos humanos se remonta a muy atrás en la historia, y atraviesa las diferentes culturas y
civilizaciones.

Cuando nos referimos a los derechos humanos debemos tener en cuenta las dos ideas
fundamentales que subyacen en este fenómeno. La primera idea es la dignidad inherente a
la persona humana, es decir, los derechos humanos pretenden la defensa de dicha dignidad.
La segunda idea hace referencia al establecimiento de límites al poder, siendo los derechos
humanos uno de los límites tradicionales al poder omnímodo de los Estados.

Los derechos humanos a los que dio lugar la Revolución francesa fueron los
denominados derechos de la primera generación, los derechos civiles y políticos (libertad
de credo, libertad de expresión, derecho de voto, derecho a no sufrir malos tratos, etc.). Son
derechos en los que prima, ante todo, la reivindicación de un espacio de autonomía y
libertad frente al Estado; lo que plantean estos derechos humanos es la no interferencia del
Estado en la vida de los ciudadanos y ciudadanas. Sin embargo, con el paso del tiempo se
fue viendo que los derechos civiles y políticos eran insuficientes y que necesitaban ser
complementados. No será hasta fines del siglo XIX y principios del XX cuando, debido al
auge del movimiento obrero y a la aparición de partidos de ideología socialista, se empiece
a calificar a los derechos civiles y políticos como meras “libertades formales”, en sentido
marxista, si no se garantizan, a su vez, otro tipo de derechos: los derechos económicos,
sociales y culturales (derecho al trabajo, al alimento, a la educación, etc.). Se considera que
la dignidad humana descansa tanto en el reconocimiento de los derechos civiles y políticos
como en el reconocimiento de los derechos económicos, sociales y culturales.

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