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En lo que respecta a ese largo recorrido, es difícil encontrar los antecedentes más
antiguos que se acerquen a lo que conocemos como derechos humanos, para Benavides
(2012) los antecedentes más lejanos del concepto de derechos humanos, son las Leyes de
Hammurabi y en los Diez Mandamientos; pero para este autor “...es el aporte del
estoicismo griego y romano el que resalta el concepto de derecho natural y el desarrollo del
iusnaturalismo fundamentado en la racionalidad y cosmopolitismo, que acercaría a los
hombres entre sí.” (p. 1). Al respecto, Mestre (s.f) manifiesta que la cultura griega, al
establecer el nacimiento de la democracia y un nuevo concepto de dignidad humana,
basado en el hombre libre, supuso un avance de gran importancia, aunque en dicha cultura,
la condición de hombre libre excluía a los esclavos; siendo otro momento donde se
producen avances significativos, el inicio de la era cristiana, dado que se continúa con la
tradición griega, insistiendo y profundizando en las ideas de la dignidad e igualdad de los
seres humanos, iniciando un proceso de rechazo a la violencia dirigida a los pueblos
oprimidos y a los esclavos.
Fue más tarde, en la edad moderna, cuando el derecho natural “... abandona la base
teológica sobre la que se había asentado durante la Edad Media y adopta una concepción
puramente racionalista” (Mestre, s.f., s.p.), lo que implicó que los derechos empezaran a
girar en torno al individuo. En esta época en Inglaterra se desarrollaron varios
acontecimientos de mucha importancia para el desarrollo de los derechos humanos como lo
fueron, La Petición de Derechos, la cual fue rechazada por el rey Carlos I,
desencadenando una guerra, la cual pretendía proteger derechos personales y patrimoniales
de las personas ante el poder del rey; el Acta de Habeas Corpus (1679) la cual prohibía
detenciones arbitrarias sin orden judicial y La Declaración de Derechos (1689) la cual
consagraba los derechos contemplados en los dos anteriores documentos.
Fue en la Edad Contemporánea, cuando dos pensadores, por una parte Charles
Montesquie, quien criticó los abusos que cometía la iglesia y el Estado, lo que originó que
estudiara formas de gobierno que disminuyera dichos abusos, proponiendo la teoría del
gobierno parlamentario con la separación de tres poderes, el Legislativo, Ejecutivo y
Judicial; mientras que por su parte Jean Jacques Rousseau, denunció las injusticias que
resultaban de la desigualdad social, proponiendo la idea de la igualdad absoluta, y de la
soberanía popular; lograron imponer ideales que han contribuido a la elaboración de lo que
conocemos en la actualidad como derechos humanos. (Mestre, s.f.).
Pero, ¿qué se entiende hoy en día cuando se habla de derechos humanos?, para las
Naciones Unidas, los derechos humanos, son aquellos derechos inherentes a todos los seres
humanos, sin distinción de ningún tipo, por lo que se adquieren por el solo hecho de existir.
Sin embargo para comprender qué son los derechos humanos se requiere, como lo
manifiesta González (1991), conocer que son los derechos subjetivos, que implica el añadir
a los derechos subjetivos el calificativo “humanos”, y por último el determinar la naturaleza
de los derechos humanos.
Respecto al primer punto, podemos encontrar diversas teorías que desarrollan el
derecho subjetivo, en la Teoría del Interés de Inhering, el derecho subjetivo era un interés
jurídicamente reconocido, este concepto “...se refería a algo material, el interés, el objeto de
la protección, lo protegido…” (Cruz, 2017, p. 28); mientras que para la Teoría Positivista
de Hans Kelsen, ve al derecho subjetivo como la forma, no el contenido; la protección, no
lo protegido, siendo para esta teoría, el poder jurídico que tiene el individuo de exigir el
cumplimiento de una obligación. Por otra parte Wensley Hohfeld, sostuvo una concepción
del derecho subjetivo, como posiciones jurídicas, viendo a los derechos “...como relaciones
jurídicas entres dos sujetos respecto a un objeto o estado de las cosas...” (Ibid. p. 32)
negandose a aceptar que todo tipo de relación pueda reducirse a la categoría de derechos y
deberes.
Como segundo punto, se debe entender que entre las implicaciones más importantes
que puede traer el añadir el calificativo de “humanos” a los derechos subjetivos, está el
intentar lograr su universalidad, lo que significa todos, cada uno de los seres humanos,
poseen dichos derechos, sin importar el lugar donde se encuentre, u otra condición
discriminatoria, como lo pueden ser, el sexo, la raza, la nacionalidad, la condición social, la
religión, etc. Al respecto Gros, H (1995) manifiesta lo siguiente cuando habla de la
universalidad de los derechos humanos en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos (1948):
Por lo que, los seres humanos son titulares de dichos derechos, aun si estos no están
contemplados en las legislaciones de una determinada nación, o sí a través de instrumentos
jurídicos nacionales, excluyen a un grupo por alguna condición discriminatoria, y está allí
su gran importancia para la humanidad, y la necesidad de su promoción, y respeto por
todos, en especial por las autoridades y gobernantes del mundo entero.
El principal objetivo de esta declaración, fue dar carácter universal a los derechos
fundamentales del hombre y la mujer, y a su vez comprometer a los Estados miembros de
las Naciones Unidas en el aseguramiento del respeto efectivo de estos derechos. Fue por
ello que para lograr una amplia aceptación, en esta declaración, se reunieron solo las
aspiraciones comunes, de todos los pueblos y culturas involucrados, logrando que por
primera vez en la historia, la comunidad internacional en conjunto, emitiera un documento
de este tipo.
Cruz, J. (2017). Hacia una teoría constitucional de los derechos humanos. México:
Instituto de Estudios Constitucionales del Estado Querétano. Consultado en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv/detalle-libro/4746-hacia-una-teoria-constitucional-de-l
os-derechos-humanos-coleccion-constitucion-y-derechos el 05 de julio de 2018.