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DERECHOS HUMANOS

Los derechos humanos establecen las condiciones indispensables para garantizar la


dignidad humana y hacer posible que las personas vivan en un entorno de libertad,
justicia y paz. Hablan del principio de igualdad, del derecho a la vida y a no sufrir
torturas, del asilo, de la libertad de expresión y de conciencia, pero también de la
educación, la vivienda y del acceso a la salud y a la cultura.

Los derechos humanos engloban derechos y obligaciones inherentes a todos los seres
humanos que nadie, ni el más poderoso de los Gobiernos, tiene autoridad para
negarnos. No hacen distinción de sexo, nacionalidad, lugar de residencia, origen
nacional o étnico, color, religión, lengua, edad, partido político o condición social,
cultural o económica. Son universales, indivisibles e interdependientes.

Los derechos humanos son aquellas condiciones instrumentales que le permiten a la


persona su realización. En consecuencia aquellas libertades, facultades, instituciones
o reivindicaciones relativas a bienes primarios o básicos que incluyen a toda persona,
por el simple hecho de su condición humana, para la garantía de una vida digna, sin
distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier
otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra
condición.
Para autores naturalistas los derechos humanos son independientes o no dependen
exclusivamente del ordenamiento jurídico vigente, por lo que son considerados fuente
del derecho; sin embargo desde el positivismo jurídico la realidad es que solamente
los países que suscriben los Pactos Internacionales de Derechos Humanos o Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales  y sus Protocolos Carta Internacional de Derechos
Humanos están obligados jurídicamente a su cumplimiento. Así, por ejemplo, en
relación con la pena de muerte, contraria a la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, destinado a abolir la pena de muerte no ha sido firmado por países
como China, Irán, Estados Unidos, Vietnam, Japón, India o Guatemala.
Desde un punto de vista más relacional, los derechos humanos se han definido como
las condiciones que permiten crear una relación integrada entre la persona y
la sociedad, que permita a los individuos ser personas jurídicas, identificándose
consigo mismos y con los demás.
ANTECEDENTES:
Uno de los documentos más antiguos que se han vinculado con los derechos humanos es
el Cilindro de Ciro, que contiene una declaración del rey persa Ciro el Grande tras su
conquista de Babilonia en 539 a. C. Originalmente, los individuos tenían derechos sólo
por pertenecer a un grupo, como una familia o clase social. Entonces, en el año 539
a.C., Ciro el Grande, tras conquistar la ciudad de Babilonia, hizo algo totalmente
inesperado: liberó a todos los esclavos y les permitió volver a casa. Aún más, declaró
que la gente tenía derecho a escoger su propia religión. El cilindro de Ciro, una tablilla
de arcilla con estas proclamaciones inscritas, se considera la primera declaración de
derechos humanos en toda la historia.
 Fue descubierto en 1879 y la ONU lo tradujo en 1971 a todos sus idiomas oficiales. Puede
enmarcarse en una tradición mesopotámica centrada en la figura del rey justo, cuyo primer
ejemplo conocido es el rey Urukagina, de Lagash, que reinó durante el siglo XXIV a. C., y
donde cabe destacar también Hammurabi de Babilonia y su famoso Código, que data
del siglo XVIII a. C. No obstante, el Cilindro de Ciro presenta características novedosas,
especialmente en lo relativo a la religión. Ha sido valorado positivamente por su sentido
humanista e incluso se lo ha descrito como la primera declaración de derechos humanos.
Numerosos historiadores, sin embargo, consideran que el término es ajeno a ese contexto
histórico.

Documentos medievales y modernos, como la Carta Magna inglesa, de 1215 que dio a la


gente nuevos derechos e hizo que el rey estuviera sujeto a la ley. , y la Carta de
Mandén mandinga, de 1222, se han asociado también a los derechos humanos. En contra
de esta idea, José Ramón Narváez Hernández afirma que la Carta Magna no puede
considerarse una declaración de derechos humanos, ya que en esta época existen
derechos pero solo entre iguales, y no con carácter universal no se predica la igualdad
formal de todos los seres humanos. Lo mismo sucedía en el Imperio de Malí, cuya
constitución oral, la Kouroukan Fouga, refleja cómo la población se estructuraba según su
tribu de origen. Estas consideraciones son extrapolables a documentos como la Bula de
Oro de Andrés II en Hungría en 1222; la Confirmatio fororum et libertartum de 1283 y
el Privilegio de la Uniónde 1287,de Aragón,1628: La Petición de Derechos, que
estableció los derechos de la gente. En todos estos casos, los derechos y libertades
reconocidos pertenecen al ámbito de los pactos entre el monarca y los estamentos del
reino: no se trata, en suma, de derechos humanos; sino de derechos corporativos
o privilegios.

EVOLUCION:

La expresión de “derechos humanos”, es de origen reciente. Su fórmula de inspiración


francesa, “derechos del hombre”, se remonta a las últimas décadas del siglo XVIII.

Pero la idea de una ley o legislador que define y protege los derechos de los hombres
es muy antigua. Los derechos humanos son aquellos pertenecientes a todos los seres
humanos. Jurídicamente, según qué tipo de concepción se tenga sobre el Derecho
(iusnaturalismo, iusracionalismo, iuspositivismo, realismo jurídico o dualismo jurídico),
la categoría conceptual “derechos humanos” puede ser definida como revelación
divina, como observable en la Naturaleza, como asequible a través de la Razón, como
determinada por los contextos en las muchas maneras que es posible entender la
Historia, como síntesis de ideas de éstas y otras posiciones ideológicas y filosóficas, o
como un mero concepto inexistente y sin validez. Además, los derechos
constitucionales pueden abarcar más de lo que se entiende que son derechos
humanos. La constitución de un país, por ejemplo, puede otorgar derechos a sus
ciudadanos que no abarquen a los no nacionales

Entre los antecedentes de los derechos humanos es posible destacar la enunciación


de derechos naturales por parte de la Escuela de Salamanca, en la España del siglo
XVI, iniciada por Francisco de Vitoria y otros, que según ellos trataron, tanto los
relativos al cuerpo (derecho a la vida, a la propiedad) como al espíritu (derecho a la
libertad de pensamiento, a la dignidad).

Más tarde, ya avanzada la modernidad, aparecen los derechos humanos en la política


inglesa como una exigencia burguesa de tener alguna clase de seguridad contra los
abusos de la corona y limitando el poder de los monarcas sobre sus ciudadanos
creando una serie de principios sobre los cuales los monarcas no podían legislar o
decidir. Estos abusos se basaban en la pretensión de la corona inglesa de que su
derecho era de designio divino Las distintas culminaciones de la Revolución Inglesa, la
Revolución Americana y la Revolución Francesa, hitos fundamentales del efectivo
pasaron a la era Contemporánea, representan el fin o el principio, según se quiera ver,
del complejo proceso de reconocimiento o creación de los derechos humanos. Si las
revoluciones son el revulsivo que da lugar a la gestación de los derechos humanos, las
diversas actas de nacimiento lo constituyen el Bill of Rights inglés, las declaraciones
de derechos de las colonias americanas y, entre estas la más importante, la francesa
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

Vale destacar que la consideración moderna de los derechos humanos precisamente


radica en el hecho de que los diferentes revolucionarios, según sus diversas
cosmovisiones, por un lado, entendían que había un conjunto de derechos eternos e
inmutables, pero por el otro, a pesar de que tales derechos eran evidentes, también
decidieron plasmarlos en documentos jurídicos.

Los Derechos Humanos son una idea antigua. Su plasmación en leyes y códigos es
más moderna y se explica desde los parámetros conceptuales utilizados por los
protagonistas de este periodo. Estado, Nación, Progreso, Racionalismo, Positivismo,
Secularización son categorías que no sólo proyectan sino que también limitan el
entendimiento de los que todos pueden entender por derechos humanos. Por ello, no
es casualidad que las afrentas a la contemporaneidad sean a su vez ataques a los
derechos humanos. El relativismo moral y el nihilismo no son más que
cuestionamientos a los fundamentos últimos de lo que llamamos derechos humanos.

Muchos filósofos e historiadores del derecho consideran que no puede hablarse de


derechos humanos hasta la modernidad en Occidente. Hasta entonces, las normas de
la comunidad, concebidas en relación con el orden cósmico, no dejaban espacio para
el ser humano como sujeto singular, concibiéndose el derecho primariamente como el
orden objetivo de la sociedad. La sociedad estamental tenía su centro en grupos como
la familia, el linaje o las corporaciones profesionales o laborales, lo que implica que no
se concebían facultades propias del ser humano en cuanto que tal, facultades de exigir
o reclamar algo. Por el contrario, todo poder atribuido al individuo derivaba de un
doble Estatus: el del sujeto en el seno de la familia y el de esta en la sociedad. Fuera
del Estatus no había derechos.
La existencia de los derechos subjetivos, tal y como se piensan en la actualidad, fue
objeto de debate durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Habitualmente se dice que los
derechos humanos son producto de la afirmación progresiva de la individualidady, de
acuerdo con ello, que la idea de derechos del hombre apareció por primera vez
durante la lucha burguesa contra el sistema del Antiguo Régimen. Siendo esta la
consideración más extendida, otros autores consideran que los derechos humanos
son una constante en la Historia y hunden sus raíces en el mundo clásico.
DECLARACION DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE
Adoptada por la Asamblea Constituyente francesa del 20 al 26 de agosto de 1789,
aceptada por el Rey de Francia el 5 de octubre de 1789 es uno de los documentos
fundamentales de la Revolución francesa1789-1799 en cuanto a definir los derechos
personales y los de la comunidad, además de los universales. Influenciada por la
doctrina de los derechos naturales, los derechos del Hombre se entienden como
universales.
Una segunda versión ampliada, conocida como Declaración de los Derechos del
Hombre de 1793 fue aprobada posteriormente e incorporada a la Constitución
francesa de 1793, ambas de muy breve aplicación. Seguida de la Declaración de los
Derechos y Deberes del Hombre y del Ciudadano de 1795 en la Constitución de
1795 que establece el Directorio.
Los representantes del pueblo francés, que han formado una Asamblea Nacional,
considerando que la ignorancia, la negligencia o el desprecio de los derechos
humanos son las únicas causas de calamidades públicas y de la corrupción de los
gobiernos, han resuelto exponer en una declaración solemne estos derechos
naturales, imprescriptibles e inalienables; para que, estando esta declaración
continuamente presente en la mente de los miembros de la corporación social, puedan
mostrarse siempre atentos a sus derechos y a sus deberes; para que los actos de los
poderes legislativo y ejecutivo del gobierno, pudiendo ser confrontados en todo
momento para los fines de las instituciones políticas, puedan ser más respetados, y
también para que las aspiraciones futuras de los ciudadanos, al ser dirigidas por
principios sencillos e incontestables, puedan tener siempre a mantener la Constitución
y la felicidad general.
Por estas razones, la Asamblea Nacional, en presencia del Ser Supremo y con la
esperanza de su bendición y favor, reconoce y declara los siguientes sagrados
derechos del hombre y del ciudadano:
 Los hombres han nacido, y continúan siendo, libres e iguales en cuanto a sus
derechos. Por lo tanto, las distinciones civiles sólo podrán fundarse en la
utilidad pública.
 La finalidad de todas las asociaciones políticas es la protección de los
derechos naturales e imprescriptibles del hombre; y esos derechos son
libertad, propiedad, seguridad y resistencia a la opresión.
 La nación es esencialmente la fuente de toda soberanía; ningún individuo ni
ninguna corporación pueden ser revestidos de autoridad alguna que no emane
directamente de ella.
 La libertad política consiste en poder hacer todo aquéllo que no cause perjuicio
a los demás. El ejercicio de los derechos naturales de cada hombre, no tiene
otros límites que los necesarios para garantizar a cualquier otro hombre el libre
ejercicio de los mismos derechos; y estos límites sólo pueden ser determinados
por la ley.
 La ley sólo debe prohibir las acciones que son perjudiciales a la sociedad. Lo
que no está prohibido por la ley no debe ser estorbado. Nadie debe verse
obligado a aquello que la ley no ordena.
 La ley es expresión de la voluntad de la comunidad. Todos los ciudadanos
tienen derecho a colaborar en su formación, sea personalmente, sea por medio
de sus representantes. Debe ser igual para todos, sea para castigar o para
premiar; y siendo todos iguales ante ella, todos son igualmente elegibles para
todos los honores, colocaciones y empleos, conforme a sus distintas
capacidades, sin ninguna otra distinción que la creada por sus virtudes y
conocimientos.
 Ningún hombre puede ser acusado, arrestado y mantenido en confinamiento,
excepto en los casos determinados por la ley, y de acuerdo con las formas por
ésta prescritas. Todo aquél que promueva, solicite, ejecute o haga que sean
ejecutadas órdenes arbitrarias, debe ser castigado, y todo ciudadano requerido
o aprehendido por virtud de la ley debe obedecer inmediatamente, y se hace
culpable si ofrece resistencia.
 La ley no debe imponer otras penas que aquéllas que son evidentemente
necesarias; y nadie debe ser castigado sino en virtud de una ley promulgada
con anterioridad a la ofensa y legalmente aplicada.
 Todo hombre es considerado inocente hasta que ha sido convicto. Por lo tanto,
siempre que su detención se haga indispensable, se ha de evitar por la ley
cualquier rigor mayor del indispensable para asegurar su persona.
 Ningún hombre debe ser molestado por razón de sus opiniones, ni aun por sus
ideas religiosas, siempre que al manifestarlas no se causen trastornos del
orden público establecido por la ley.
 Puesto que la comunicación sin trabas de los pensamientos y opiniones es uno
de los más valiosos derechos del hombre, todo ciudadano puede hablar,
escribir y publicar libremente, teniendo en cuenta que es responsable de los
abusos de esta libertad en los casos determinados por la ley.
 Siendo necesaria una fuerza pública para dar protección a los derechos del
hombre y del ciudadano, se constituirá esta fuerza en beneficio de la
comunidad, y no para el provecho particular de las personas por quienes está
constituida.
 Siendo necesaria, para sostener la fuerza pública y subvenir a los demás
gastos del gobierno, una contribución común, ésta debe ser distribuida
equitativamente entre los miembros de la comunidad, de acuerdo con sus
facultades.
 Todo ciudadano tiene derecho, ya por sí mismo o por su representante, a emitir
voto libremente para determinar la necesidad de las contribuciones públicas, su
adjudicación y su cuantía, modo de amillaramiento y duración.
 Toda comunidad tiene derecho a pedir a todos sus agentes cuentas de su
conducta.
 Toda comunidad en la que no esté estipulada la separación de poderes y la
seguridad de derechos necesita una Constitución.
 Siendo inviolable y sagrado el derecho de propiedad, nadie deberá ser privado
de él, excepto en los casos de necesidad pública evidente, legalmente
comprobada, y en condiciones de una indemnización previa y justa.
DECLARACION UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
En 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración
Universal de Derechos Humanos, la cual representa “un estándar común a ser
alcanzado por todos los pueblos y naciones”.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos es un documento que marca un
hito en la historia de los derechos humanos. Elaborada por representantes de todas
las regiones del mundo con diferentes antecedentes jurídicos y culturales, la
Declaración fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en
París, el 10 de diciembre de 1948 en Paris en la Resolución 217 A (III), como un ideal
común para todos los pueblos y naciones. La Declaración establece, por primera vez,
los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo entero y ha
sido traducida en más de 500 idiomas. 
Ninguno de los 56 miembros de las Naciones Unidas votó en contra del texto, aunque
Sudáfrica, Arabia Saudita y la Unión Soviética se abstuvieron.
La filosofía de los derechos humanos comenzó con la Ilustración. En El Contrato
Social (I,4), Rousseau buscaba “una forma de asociación … en la cual cada uno,
uniéndose a todos, no obedezca sino a sí mismo y permanezca tan libre como antes”.
El texto de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 está inspirado en
el texto de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789.
Luego de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, la comunidad internacional
decidió bosquejar una carta de derechos que afirmara los valores defendidos en la
lucha contra el fascismo y el nazismo.
El armado de dicha carta fue confiado a un comité presidido por Eleanor Roosvelt y
compuesto por miembros de 18 países. La Carta fue redactada por el canadiense
John Peters Humphrey y revisada luego por el francés René Cassin.
El texto final es pragmático, resultado de numerosos consensos políticos, de manera
tal que pudiera ganar una amplia aprobación.
Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de
todos los miembros de la familia humana.
Considerando que una concepción común de estos derechos y libertades es de la
mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso.
La asamblea general proclama la presente declaración universal de derechos
humanos como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse,
a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente
en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos
derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e
internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los
pueblos de los estados miembros como entre los de los territorios colocados bajo su
jurisdicción.

Artículo1.
 
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados
como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los
otros.

Artículo 2.
 Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración,
sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de
cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o
cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición
política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una
persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo
administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de
soberanía.

Artículo 3.
 Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

Artículo 4.
 
Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de
esclavos están prohibidas en todas sus formas.

Artículo 5.
 
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Artículo 6.
 
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su
personalidad jurídica.

Artículo 7.
 
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la
ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja
esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.

Artículo 8.
 
Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales
reconocidos por la constitución o por la ley.

Artículo 9.
 
Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.

Artículo 10.
 
Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída
públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la
determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier
acusación contra ella en materia penal.
Artículo 11.
 
1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia
mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que
se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no
fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá
pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.

Artículo 12.
 
Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio
o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene
derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.

Artículo 13.
 
1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el
territorio de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a
regresar a su país.

Artículo 14.
 
1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de
él, en cualquier país.
2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada
por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones
Unidas.

Artículo 15.
 
1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.
2. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de
nacionalidad.

Artículo 16.
 
1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción
alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y
disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en
caso de disolución del matrimonio.
2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse
el matrimonio.
3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la
protección de la sociedad y del Estado.

Artículo 17.
 
1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.
2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.

Artículo 18.
 Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión;
este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la
libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en
público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
Artículo 19.
 
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho
incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir
informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier
medio de expresión.

Artículo 20.
 
1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.
2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.

Artículo 21.
 
1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o
por medio de representantes libremente escogidos.
2. Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las
funciones públicas de su país.
3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se
expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente,
por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que
garantice la libertad del voto.

Artículo 22.
 
Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a
obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta
de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos
económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de
su personalidad.

Artículo 23.
 
1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a
condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el
desempleo.
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo
igual.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y
satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la
dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros
medios de protección social.
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de
sus intereses.

Artículo 24.
 
Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación
razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.
Artículo 25.
 
1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como
a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la
vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo
derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u
otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias
independientes de su voluntad.
2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales.
Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual
protección social.

Artículo 26.
 
1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al
menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción
elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser
generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de
los méritos respectivos.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el
fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales;
favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos
los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las
Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de
darse a sus hijos.

Artículo 27.
 
1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la
comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los
beneficios que de él resulten.
2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales
que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de
que sea autora.

Artículo 28.
 
Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el
que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente
efectivos.

Artículo 29.
 
1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella
puede desarrollar libre y plenamente su personalidad.
2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona
estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de
asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y
de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar
general en una sociedad democrática.
3. Estos derechos y libertades no podrán, en ningún caso, ser ejercidos en oposición a
los propósitos y principios de las Naciones Unidas.
Artículo 30.
 Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho
alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar
actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y
libertades proclamados en esta Declaración.
 

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