Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
¿Qué estás haciendo en este preciso momento? ¿Es algo que realmente te apasiona?
Debes saber que millones de personas en este exacto momento están haciendo lo que las
hace feliz. ¿Eres tú una de ellas?
Aguarda un instante…
Gran parte de tu vida la pasas trabajando, por ello, en la relación entre tú y lo que haces
cotidianamente está, en parte, el secreto de la felicidad y la plenitud del cuerpo y el alma. Es que,
la manera en que trabajamos va cincelando nuestros comportamientos en la sociedad y deja
huellas en nuestra vida interior.
La perspectiva de las distintas generaciones ante el trabajo ha sido muy distinta, pero hoy
podemos afirmar que los psicólogos están notando un drástico cambio de comportamiento de la
“Generación Y” a “Generación Z”. Este cambio arrastra a todos los que convivimos con ellos. Si
algunas de las actuales tendencias son nuevas para ti y te cuesta entenderlas – tanto como a mí -
es bueno saber que hay quienes las entienden y tú, como yo, también podemos ser uno de ellos.
Todos somos representantes de una nueva fuerza de trabajo, conocida como “Trabajo
Global”, donde la “mentalidad digital” y “colectiva” está afectando la manera en que percibimos
al trabajo y a nuestras propias aspiraciones sobre la vida. ¿Te parece algo complejo? Si?, a mi
también.
Hay un camino allí delante de ti que te está aguardando para que des los primero pasos y
te pongas en acción. Pasito a paso… Desperezándonos y descubriendo el propósito en la vida,
para convertirlo en realidad, eh ahí la llave del secreto. Amar a tu trabajo te pone en carrera. Es la
única manera de vivir una vida plena… todos los días!
¿Pero cómo?
Se ha iniciado un proceso de mutación y metamorfosis casi imperceptible para el común
denominador de las personas. Estos procesos son alteraciones que se producen en los seres vivos.
Estamos vivos!
Para entender lo que eran las generaciones, comencemos por la Z. No hay acuerdo sobre
las fechas exactas para el encuadre de la “Generación Z” unos sostienen que son los que han
nacido a partir de mediados o finales de la década del ´90 y otros, desde mediados de la década
del 2000 hasta el día de hoy. Lo cierto es que para el ámbito laboral es la generación que está
llegando en este momento.
Digan lo que digan, las características que se observan no son muy distintas a las de
cualquier adolescente de su época: tienden a no escuchar a sus mayores debido a que tienen
menos en cuenta lo que otros tienen que decir y no le prestan atención a los demás. Para ellos
prevalece la inteligencia y el conocimiento tecnológico sobre las apariencias físicas. Esto último
sí los diferencia del pasado ya que el hecho de haber nacido después del auge digital de los años
´80 - ´90 hace que se adapten de una manera extraordinaria a las futuras tecnologías, como
ninguna otra generación. “Los Z” son ciento por ciento nativos digitales, con lo cual no conciben
la posibilidad de un mundo sin conexión ni respuestas al alcance de un clic.
Por otra parte, se dice de ellos, que tienen una gran escasez de habilidades interpersonales,
así como también, ciertas diferencias con los valores familiares. Son muy individualistas y creen
en su propia persona. Además no creen que deban vivir de acuerdo a las normas sociales que les
imponen (¿que adolescente aceptó las reglas de su época?). Su sociedad existe en Internet donde
se abren sus mentes y expresan sus propias opiniones sin tapujos.
La tecnología ha ido moldeando a cada uno de nosotros. Somos muy impacientes dado que
la inmediatez nos exige obtener resultados en forma instantánea. Internet está ahí para todos y es
un hecho fáctico de la cotidianeidad. Nos relacionamos, cada vez más, a través de comunidades
on line como LinkeIN, Orkut, Google+, Flickr, Twiter, Tuenti, Facebook, y la lista sigue… Esto
nos permite hacer grandes comunidades y enormes aportes intelectuales por medio de Internet,
pero sin conocer prácticamente a nadie en forma personal. Cada vez nos cuesta más hablar en
público dado que nuestros modos de comunicación son principalmente de manera virtual, alguno
de nuestros amigos ha conocido a su pareja en las redes sociales y la privacidad ha adquirido otro
perfil a la que los Baby Boomers nos hemos ido acomodando, no de manera fácil.
¿Y la Generación Graciosa?, ah, esos fueron los que nacieron entre 1914 y 1924. También se la
ha denominado “la Generación Einstein”. Es la primera generación de jóvenes, desde la Segunda
Guerra Mundial, que se identifica por sus características positivas tales como la sociabilidad,
cooperación, inteligencia y compromiso, entre otras. Algún bisabuelo, podrá hoy, estar
rememorando aquella época tan lejana.
Así, llegamos a la “Generación de los Baby Boomers”, un término usado para describir
a las personas que nacieron durante el Baby Boom (natalidad explosiva), que sucedió en algunos
países anglosajones, en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, entre los años ´40 y
fines de la década de los ´70. “Los boomers”, si están entre nosotros y aún toman decisiones a
diario que impactan en nuestras vidas.
A menudo han encontrado dificultades para gestionar su tiempo y dinero por un problema
que otras generaciones no han tenido: ellos se han encontrado que sus padres viven más tiempo,
sus hijos están en busca de una mejor y más amplia educación universitaria, con la que han
debido colaborar económicamente. Se autodenominan “La Generación Sándwich", término
acuñado en la década de los ´80, y se refiere a que estos Baby Boomers han debido cuidar, al
mismo tiempo, a los padres ancianos y a los hijos que no dejan la casa paterna – por
“estiramiento” de la adolescencia-.
Es una generación menos optimista, con gran desconfianza en los gobiernos -por la
sobrada corrupción- que sin embargo actualmente conforman la mayor parte de representantes de
la vida política, cultural, industrial, académica y de liderazgo en los distintos países. Son, en
general, adultos responsables y con un alto valor por lo social. Esta generación ha tenido que
“adoptar” a la tecnología estando ya en sus puestos de trabajo, aprendiéndolo todo para poder
subsistir en el mercado laboral y no caer en la obsolescencia. No les ha sido fácil.
Las reglas eran claras y hasta si se quiere simples, en los comienzos de aquellos tiempos
de los Baby Boomers: el espacio del trabajo se limitaba a la oficina; las responsabilidades eran
individuales y muy específicas; se sabía la hora exacta en que empezaba y terminaba la jornada
laboral. En aquella época, de la post guerra, las empresas representaban la estabilidad que todos
deseaban.
… Pero ¡atención!: una vez que elegías una carrera, esa era una decisión que seguramente
perduraría por el resto de tu vida. Los más viejos enseñaban a los más jóvenes pues eran los años
en que la experiencia nos llevaba al conocimiento dentro de una empresa. Tener un empleo
garantizaba tener un status social y era ese el primer paso para poder casarse, tener hijos y formar
una familia. Eso si, el trabajo era “el trabajo” y no se lo mezclaba con la vida personal: ¡nada de
traer trabajo a casa! (ni llevar los problemas de la casa al trabajo).
Los Baby Boommers trabajaban mucho y eso tenía que ver con el alto sentido que se
tenía por la disciplina, la lealtad y la honra. Los sacrificios diarios le garantizaban al individuo el
sostenimiento de su familia y sabían que llegaría la recompensa, aunque tardaría su tiempo
porque lo relacionaban con el momento de la jubilación o retiro. Sería ese el momento del
disfrute, ¡después de tanto sacrificio, el merecido descanso!
Normalmente se usa, para referirse a las personas nacidas tras la generación de los Baby
Boomers, la denominación “Generación X”. Tampoco puede decirse que haya un rango de
fechas exactas pero se suele incluir a las personas nacidas a principios de los años ´60 hasta
aquellos nacidos a principios de los años ´80. Hay quienes generalizan y consideran que “los X”
son los que han vivido de todo: desde ver la TV en blanco y negro, haber jugado a las bolitas,
haber jugado a saltar la soga y utilizado el trompo, hasta entretenerse con el Atari, el Nintendo, el
Sega y la Playstation 122. Suele asociárselos como “los fanáticos” del canal de televisión MTV.
Una idea rentable podría fácilmente ponerlos en un puesto de mayor poder y liderazgo. En
aquellos momentos importaba más la recompensa basada en méritos que en la experiencia.
Buscaban destacarse personalmente y ser independientes profesionalmente hablando, aún
trabajando para grandes corporaciones. La generación X buscaba, también, el apoyo en títulos de
Mastrías (MBA´s) o Phd´s, para salir más rápido adelante y tener como diferenciarse de otros
colegas. En esta lógica individualista había que tener un buen guardarropa y una importante
tarjeta personal para acercarse a los buenos negocios y a las personas más influyentes. Estar en el
lugar y a la hora correcta era lo que definía la mejor estrategia de carrera laboral. ¡No dejar pasar
ninguna oportunidad!
La jornada laboral fue extendida al Happy Hour mezclándose así la vida personal con la
profesional. La generación X se convirtió en workaholic y hasta en objeto de admiración. El gran
vencedor era el primero que llegaba a la mesa “chica del poder” donde se tomaban las grandes
decisiones. El slogan preferido de la generación X era: “Puedo hacer cualquier cosa, si me dan
la oportunidad”. El objetivo era “disfrutar” de la vida cuanto antes (obvio, el disfrute no se
lograba trabajando). Había que tener conquistas económicas rápidas, esa era la meta, para hacerse
a un lado del desgastante ambiente laboral.
Esta generación se vio afectada por el bombardeo del consumismo de los años ´80 y
principios de los años ´90, la manipulación del sistema político, la llegada de Internet, cambios
históricos como la caída del muro de Berlín, el fin de la guerra fría, la aparición del SIDA, la
Clonación de la Oveja Dolly, la muerte de Lady D, el primer libro de Harry Potter o la aparición
del sistema operativo Windows. Estos y otros muchos acontecimientos fueron creando el perfil
“X”.
La “Generación Millennials o también llamados Y o G o We son los nacidos desde comienzos
de la década del ´80 hasta los comienzos de la década de 2000. Recuerdan vívidamente los
ataques al World Trade Center, pero apenas tienen memoria de la caída del muro de Berlín. Están
acostumbrados a convivir con la inseguridad laboral. Ambos padres trabajan y se sienten
“culpables”, por ello, tratan de compensar estas ausencias y la falta de dedicación con la compra
celulares Smartphone, Notebooks o Tablets.
Es una generación que necesita constante Feedback para sentir que sus esfuerzos están siendo
reconocidos, cuando este es negativo se angustian, se retraen y retroceden. Es que no han
desarrollado la capacidad de sobrellevar la frustración. La pirámide tradicional de las compañías
no les sirve para pensar en su carrera laboral. Ellos se entusiasman para trabajar con otro tipo de
relaciones y es sobre la base de la igualdad, solidaridad y respeto mutuo. Es cuestión de
intercambiar conocimientos y experiencias, sin importar la edad. Los Millennials disfrutan de
descubrir sus fortalezas y las cosas por ellos mismos. Es natural para ellos la diversidad, los
distintos canales de acceder a la información de manera formal o de manera informal. No se trata
de elegir una carrera tradicional y formal, a la que ven como limitada para el acceso al
conocimiento que está en ebullición constante.
Fueron criados rodeados de Tecnología. Sus abuelos viven, los consienten y participan
activamente de la educación y de su crianza. Escriben blogs o bitácoras, escuchan su iPod y bajan
música gratis de la red. Prefieren buscar el conocimiento en Internet más que recurrir a sus
docentes o a los padres. Son adolecentes que prolongan este status lo más que pueden, sin
disciplinar, sin sociabilizar, no respetan la autoridad, no poseen filtro en lo que dicen y hacen.
Son exigentes respecto a su gusto personal y a vivir confortablemente. Son individualistas y hasta
un poco egoístas. Son impacientes ¡quieren todo ya!
Todo su entorno es en tiempo real y están siempre conectados. Toman decisiones rápidas y
exigen inmediatez en las respuestas y en los resultados. Manejan muy bien el presente no les
interesa mucho el pasado y se despreocupan por el control del futuro. Vivir a pleno el presente es
la consigna. Obsesionados por el balance entre su vida personal y el trabajo. Están más
preocupados por la “empleabilidad” en el mercado laboral que por la estabilidad en el empleo que
pueda ofrecerle una empresa. Le dan importancia a la emocionalidad y detestan la insensibilidad
de las organizaciones. No han hecho un corrimiento del eje de sus vidas respecto al centralismo
que el trabajo representaba para los Baby Boomers, sino que han integrado el trabajo y su vida
privada de manera excepcional. Además del eje del trabajo, están los amigos, las redes sociales,
el tiempo libre, compartir experiencias deportivas, viajar, formarse, etc.
Valoran el dialogo de igual a igual, lo ven como el mejor reconocimiento. Han eliminado de su
vocabulario el “usted” y utilizan el tuteo en forma indiscriminada. Son exigentes con el tipo de
tareas que se les asigne, los tiene que divertir, motivar o deben sentir que se benefician respecto a
su crecimiento personal. Cuando cumplen los 20 años entienden que entran en la edad ideal para
el mayor aprendizaje (formal o informal), para viajar y para reformular sus relaciones con otros.
Es también el tiempo para “la prueba de opciones” de los empleos, antes de establecerse en uno
que exija las responsabilidades de la edad “adulta”. Piensan: “ya habrá tiempo para ello, bien
entrados los 30”. Esto no significa una cuota de menor compromiso sino de un compromiso
distinto al que se tenía en el pasado.
Movilidad, espacio de trabajo compartido, home-office, la posibilidad de disponer de sus propios
horarios hacen que el trabajo esté siempre presente en todo lugar y a toda hora. Por este motivo
las personas con distintos estilos tienen más libertad para ejercitar sus propios talentos. Hasta los
más introvertidos pueden liderar proyectos exitosos. Los Millennials pueden quedarse trabajando
en su casa en pijamas, lo que necesitan es estar conectados on line a través de las redes sociales.
Sus deudas de las tarjetas de crédito se mantienen y no les preocupa en absoluto, el problema, si
es que existe alguno, lo tiene el Banco. Por una parte cuentan con mayor y mejor educación, han
viajado bastante y se encuentran cultural y tecnológicamente conectados en un mundo global,
pero por otra parte, siguen viviendo con sus padres y tienen problemas para equilibrar sus
presupuestos personales.
Hoy todo parece diferente. En verdad, parece más importante disfrutar el camino que llegar al
destino final. Irónicamente La Generación Y, jóvenes impredecibles, parece que son los que
traducen perfectamente la nueva mirada. Es un tiempo donde el disfrute determina la dimensión
de los logros profesionales. Ellos saben reconocer oportunidades para conectar la pasión con el
trabajo. Participan de ONGs, pero hay una licuación de las instituciones religiosas, políticas, el
propio sentido de la familia y la institución del matrimonio. No es una generación sin ideologías,
pero si despolitizada desde el concepto de partidos políticos. Han edificado otro modelo sobre lo
que consideran el éxito laboral.
El éxito, para los “Millennials”, es el disfrute
La nueva economía se muestra creativa y demandante de nuevas profesiones. Es el boom de una
actitud emprendedora y más solidaria. Los “Y” están pintando un brillante e inédito presente. La
velocidad con que se conectan con el mundo marca el ritmo de las relaciones laborales. Proyectos
de largo plazo no los motivan en absoluto, el presente los apasiona.
Al final, el compromiso profesional no es una cuestión que debe hacerse de manera convencional
sino que es algo que emerge de manera natural de las experiencias y del compromiso. Además de
tener un empleo, es importante tener un propósito que pueda llevarse delante de distintas maneras
a la vez.
Una recorrida por las distintas generaciones nos permite identificar que el presente nos muestra
que somos un poco de cada una. Ha sido tan vertiginosa la mutación que eliminó las brechas y
nos puso en el mismo camino, el camino de la “Generación M”. Es el camino hacia la
flexibilidad, la fascinación por lo que se hace, el involucramiento en nuevos proyectos, el
compromiso y la motivación por adquirir nuevas habilidades. El tránsito por la vida brinda
experiencias únicas. Ahora nos entusiasmamos por un mundo abierto y en armonía, donde nos
sintamos equilibrados emocionalmente. Que en el ámbito laboral se pueda probar sin temor, al
final de cuentas, es la única manera de crear algo nuevo. Necesitamos sentirnos con la libertad
que da el hacer lo que nos cause placer, hoy. Mirar a la vida proyectándola hacia el futuro, sin
pretender controlarlo. Sabemos que somos capaces de crear nuevas formas más solidarias y
duraderas con un renovado espíritu altruista y cooperativo. Busquemos, entonces, que el trabajo
sea entretenido, creativo, interesante y desafiante. Debemos poder cambiar de dirección con
rapidez y desapego. Se trata de vivir mejor el presente, nada más y nada menos.
¡Bienvenidos a la Generación M, usted puede ser puntero en la carrera del trabajo!
(*) El Dr. Roberto Vola-Luhrs es Licenciado en Recursos Humanos egresado de la Universidad
de Buenos Aires y Doctor en Ciencia Política. Socio co-fundador de Voyer Internacional.
Académico en distintas universidades de Latinoamérica y reconocido conferencista en temas de
su especialidad.