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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN ANTONIO

ABAD DEL CUSCO


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

LA SOLIDARIDAD CONTRACTUAL

DERECHO DE CONTRATOS I – DERECHO CIVIL V


DOCENTE: DR. ALDEA SUYO, Pedro Crisologo
ALUMNOS:
CÁRDENAS USCAMAYTA, Manuel
LAZARTE MIRANDA, Rosa Lis
QUISPE QUISPE, Degregory
SALAS GAYONA, Edwin
VÁSQUEZ CUSICUNA, Giuseppe Jair

CUSCO-PERÚ

2021
EL SOLIDARISMO CONTRACTUAL

El solidarismo contractual aparece como doctrina dentro del derecho de los


contratos en contraposición a la autonomía de la voluntad de las partes contratantes, en
el sentido de que esta autonomía había alcanzado limites superiores a las situaciones y
relaciones jurídicas que verdaderamente ocurren en la realidad. Tales como las
condiciones del acreedor en un contrato de préstamo dinerario, donde el deudor tiene
que ajustarse a los presupuestos impuestos por el acreedor. Por lo tanto, el solidarismo
contractual es un principio que busca equilibrar las relaciones asimétricas entre los
contratantes y no como un pacto de manifestaciones de voluntad como lo establece la
legislación nacional, sino como reflejo del realismo de las partes en un sentido más social
y solidario.

Fundamento Iusfilosófico del solidarismo.

Para entender el solidarismo contractual es necesario entender su origen como la


evolución de este, por ello es importante recordar a Léon Bourgeois, por el lugar que
ocupará dentro del radicalismo francés en la dinámica republicana y que dará origen a la
llamada teoría “solidarista”, cuyos orígenes se remontan de manera habitual a la
publicación del primer opúsculo del autor, en 1896, bajo el título simple y eficaz de
“Solidarité”. La teoría de Bourgeois, tendrá una rápida repercusión en los variados
campos de la filosofía, la economía, el derecho y, sobre todo, la política.

Léon Bourgeois, padre del solidarismo, define la solidaridad como:

“Aquella teoría política que justifica la intervención del Estado en la vida de los
hombres, con el objetivo de reducir las desigualdades naturales entre ellos mediante la
creación de un Estado de desigualdad jurídica que logre esencialmente la igualdad de
condiciones naturales entre las personas” (Herrera, 2013).

Por eso se afirma que, Léon Bourgeois promovía la sustitución de la idea de


fraternidad por la de solidaridad. Por eso también, la idea de solidaridad ha podido ser
funcional, en materia político constitucional, a una lógica de integración social.

El Solidarismo Contractual.

Denis Mezeaud menciona que:

El solidarismo contractual consiste esencialmente en una exigencia de


civismo contractual que se traduce, para cada contratante, en el hecho de
tomar en cuenta y respetar el interés legítimo de su contratante. Esta ética
contractual se manifiesta concretamente, entre otras cosas, mediante las
nociones de altruismo, decencia, coherencia, proporcionalidad y
cooperación, y excluye el egoísmo, la indiferencia, la indolencia y el
cinismo.

Tomando en cuenta los artículos de la autora colombiana, Mariana Bernal-


Fandiño, sobre el “solidarismo contractual” indica que, aparece para contrarrestar aquella
concepción de la libertad muy amplia que se sustentaba en el dogma de la voluntad. En
el derecho de los contratos, desde la dación del Código Napoleón se elevó el
consentimiento contractual a su máxima expresión recogiendo los principios de la
igualdad y libertad producto de la Revolución francesa de 1789. Esta autonomía de la
voluntad fue producto del liberalismo político del siglo XVIII y del liberalismo
económico del siglo XIX, que con el tiempo sufrió críticas de quienes buscaban el
aspecto social dentro de esa autonomía (2016).
Queda claro que esa voluntad de los individuos, que son fuente de derechos y
obligaciones, no es ilimitada, porque debe ajustarse a los parámetros de la ley y la
sociedad respetando las normas imperativas, el orden público y las buenas costumbres.
Dentro de ese margen, los límites a ese consentimiento contractual- en el liberalismo- son
excepcionales lo que hace que se genere crisis debido a los constantes abusos entre los
contratantes. Entonces, con los cambios sustanciales producto del advenimiento del
Estado social de derecho han enervado el principio de la autonomía de la voluntad.
Consecuentemente en el ámbito contractual, el solidarismo contractual surgió en Francia
a finales del siglo XIX en contraposición a los abusos producto de esa autonomía de la
voluntad ya indicada. Además esta doctrina cuestiona aquella regla que considera al
individuo como el mejor defensor de sus intereses.
Desde esta perspectiva, el derecho ya no se concibe como una obra arbitraria de
la ley, sino un resultado del medio social y también la toma de conciencia de los deberes
sociales del individuo. El objetivo que persigue el solidarismo es adaptar las relaciones
contractuales que no se encuentran en un pie de igualdad. (Bernal-Fandiño, 2007)
Lo que se espera, desde la perspectiva del solidarismo contractual, es que los
contratantes guíen sus comportamientos por una actitud de colaboración, de ayuda mutua
aunque los intereses de las partes se encuentren distantes, rechazar las actitudes
contradictorias de los contratantes, por estar basado principalmente en los principios de
buena fe, lealtad, coherencia, equidad, cooperación, entre otros.
En esta línea, Bernal-Fandiño (2007) dice: “Para el solidarismo contractual, los
contratos son una especie de microcosmos, donde cada uno debe trabajar para un fin
común, que es la suma de los fines individuales” (2007, pág. 22).
En palabras de Guillermo Chang, se sustenta la teoría del solidarismo dentro del
margen de la buena fe y la prohibición del ejercicio abusivo del derecho. Reconociendo
que la teoría del solidarismo contractual no ha sido aún recepcionada expresamente en la
legislación peruana, porque, intentamos desde otros principios, que incluso tienen
recepción legal y aplicable al iter contractual, arribar a una formula interpretativa que
permita solucionar los problemas de incumplimiento contractual (Guillermo Chang,
2020).

Propone que por ley se dé una solución general, pues el problema así lo es. Con
ello, si bien se quiebra el respeto a la autonomía privada como garantía del contrato, cierto
es también que una crisis de alcance mundial así lo amerita, pues se alega que no se puede
dejar a voluntad o arbitrio de cada acreedor (banco u otro privado) el aceptar algún acto
de negociación en la ejecución que no afecte al deudor y que facilite o flexibilice el
cumplimiento; pues sería muy peligroso e ineficiente para el deudor quedar a las expensas
de un acto de benevolencia del acreedor, razón por la cual, debe ser el Estado en ejercicio
de su Ius imperium, el que regule de forma general y objetivamente los supuestos y
alcances de la renegociación de los términos del cumplimiento contractual, obligando
excepcionalmente un acto de solidarismo contractual por parte del acreedor. (Guillermo
Chang, 2020)

En este sentido consideramos que la solidaridad contractual debe estar regulado a


través del Ius imperium ejercido por el Estado, y más aún en estos tiempos como
necesidad como respuesta y solución a la situación de los incumplimientos contractuales
derivado como consecuencia de la pandemia- Covid-19.

Conclusiones.
 La solidaridad contractual se concibe como un nuevo orden contractual, que
persigue dejar atrás aquella concepción del derecho de los contratos donde se
ponía mayor énfasis en los intereses individuales, sin atender a las situaciones
que verdaderamente ocurren en la realidad.
 El solidarismo contractual, en esencia, es una exigencia de civismo contractual
que se refleja en la búsqueda del fin común, por encima, o mejor dicho como suma
de los intereses individuales de los contratantes. Para el logro de la satisfacción
común, los contratantes deben adecuar sus comportamientos en nociones de
altruismo, cooperación, equidad, buena fe, que permitan dotar de mayor
equilibrio y armonía a las relaciones jurídicas contractuales.
 La solidaridad contractual otorga la facultad de renegociación de un contrato.
Muchos contratos se tuvieron que modificar, regular o incluso extinguir ante el
incumplimiento de lo pactado, es así que el deudor ante un hecho imprevisible e
inesperado de fuerza mayor no pudo cumplir con sus obligaciones. Teniendo el
contexto en el que vivimos hoy, es una situación que se presentó en forma
sorpresiva, que apareció como una circunstancia que no puede ser evitada.
 Por ello nos adherimos a esta doctrina del solidarismo contractual, en el sentido
de que es necesario que los contratantes se guíen por los principios de buena fe,
lealtad, cooperación, equidad, coherencia, que permitan dotar un carácter más
humanitario entre las partes, es decir, que se busque el equilibrio y la armonía en
las relaciones contractuales. También reflexionemos sobre el progreso del
solidarismo contractual, porque se hace necesario que se inserte en el espectro de
los contratos en general, para así corresponderse con una visión más realista de
la libertad y de la igualdad entre las partes.
Bibliografía
 Bernal-Fandiño, M. (2007). EL SOLIDARISMO CONTRACTUAL- ESPECIAL REFERENCIA
AL DERECHO FRANCÉS-. Vniversitas(114), 15-30.
 Bernal-Fandiño, M. (2016). El principio de solidaridad como límite a la autonomía
privada. Revistas Jurídicas, 60-70. doi:10.17151

 Guillermo Chang H. (2020) Solidarismo contractual y realidad social del contrato: una
construcción desde la buena fe y la proscripción del ejercicio abusivo del derecho. La
Ley
 Mantilla, F. (2011). El solidarismo contractual en Francia y la constitucionalización de
los contratos en Colombia. Revista Chilena de Derecho Privado

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