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La teoría francesa del Solidarismo contractual, el principio de Buena Fe y la

defensa de la igualdad de las partes en el contrato.

Jenny Alexandra Suarez

Derecho civil VI – Contratos civiles y comerciales

Sandra Camila Delgado Vergara


Cod. 110400282016

Universidad del Tolima


Facultad de Ciencia Humana & Artes
Departamento de Ciencias sociales & jurídicas
Programa de Derecho
La teoría francesa del Solidarismo contractual, el principio de Buena Fe y la
defensa de la igualdad de las partes en el contrato.

Los contratos han sido considerados de manera categórica como un acuerdo de


voluntades, tanto así, que se tienen como la manifestación del consentimiento de
las partes que suscriben una obligación de dar, hacer o no hacer, etc.; en el mismo
ambito contractual el principio de buena fe ha sido definido por la Corte
Constitucional como 1“… aquel que exige a los particulares y a las autoridades públicas
ajustar sus comportamientos a una conducta honesta, leal y conforme con las actuaciones
que podrían esperarse de una “persona correcta (vir bonus)”. Así la buena fe presupone la
existencia de relaciones reciprocas con trascendencia jurídica, y se refiere a la “confianza,
seguridad y credibilidad que otorga la palabra dada”. Con relación a estas definiciones
han surgido teorías contrarias, en la cuales se ha manifestado la necesidad de
solidarizar las obligaciones contractuales y dar una aplicación debida al principio de
buena fe y sobre todo, defender la igualdad de las partes en los contratos.

Muchos han entendido la definición de contrato de manera negativa, plasmando la


idea de que el hecho de contratar, muchas veces es la última salida para la parte
débil del contrato, pues a pesar de que en la teoría general se exprese que este es
un acuerdo de voluntades en donde las dos partes se encuentran en igualdad de
condiciones, se puede decir que no se materializa de este modo, es decir, tomando
la parte subjetiva y objetiva, siempre existirá una parte débil, aquella que carece de
lo denominado como poder de negociación y entendido como una desigualdad. A la
desigualdad del poder de negociación se le entiende como el momento en el cual
las partes suscriben un contrato y una de estas se encuentra en mejores
condiciones, tiene mas ventajas de ganar para su interés propio y por ende se
restringe la libertad para una de las partes.

1
(Sentencia T, 2008)
Como solución a lo anterior, se ha planteado la aplicación de la teoría del
solidarismos, la cual surge en Francia en el silgo XIX por León Bourgeois, el cual
establece que los hombres se necesitan unos a otros, surgiendo la solidaridad como
un hecho natural y propio del hombre y es Durkheim quien trae el concepto de
“solidarismo contractual” la solidaridad aplicada a los contratos, entonces, es así
como se plantea que esta corriente filosófica prodia permitir dirimir el conflicto de
desigualdad entre las partes, el cual puede afectar la voluntad, la libertad y el
principio de buena fe; en pro del fortalecimiento del principio de buena fe en materia
contractual, la escuela de la teoría del solidarismo ha planteado una visión dinámica
de este 2de la cual se desprenden nuevos deberes, como el deber de cooperación, deber
de coherencia y deber de lealtad, cada deber consiste en:

- Deber de cooperación: actuando en pro de la buena fe, es necesario que al


momento de las partes manifestar su voluntad y dar palabra sobre el
cumplimiento o no, de una obligación, estas se comprometan a ejecutar y
materializar aquella voluntad, entendiendo esto como una cooperación entre
las partes, para alcanzar los fines que beneficiaran a cada uno.

- Deber de coherencia: este deber plantea que se debe actuar conforme a la


clausulas pactadas por los contratantes, limitando de este modo la libertad
individual de cada uno, evitando la trasgresión de derechos de cada una de
las partes, en especial, de aquella que se mencionaba anteriormente, aquella
débil que carecer del poder de negociación.

- Deber de lealtad: este se considera uno de los deberes mas importantes,


pues muchos autores suelen equiparar el principio de buena fe, con la lealtad,
pero la diferenciación es importante; el principio de buena fe, es el que en
primer plano, permite la confianza para suscribir el contrato o pactar, mientras
que el deber de lealtad se da durante el desarrollo del contrato y hace u obliga

2
(Bernal-Fandiño, 2007)
a las partes a comunicar todos los actos, guardar la confidencialidad y el ser
fiel a lo pactado.

Desde la perspectiva del solidarismo contractual Mazeaud ha planteado que: 3“El


solidarismo contractual consiste esencialmente [...], en una exigencia de civismo contractual
que se traduce, para cada contratante, en el hecho de tomar en cuenta y respetar el interés
legítimo de su contratante. Esta ética contractual se manifiesta concretamente, entre otras,
mediante las nociones de altruismo, decencia, coherencia, proporcionalidad y cooperación,
y excluye el egoísmo, la indiferencia, la indolencia y el cinismo”. Para conseguir estos
objetivos planteados por este gran doctrinante, es importante materializar el
principio de buena fe, sobre todo, enfocado al tema de la desigualdad en el poder
del negocio.

Ya explicado el principio de buena fe, el concepto del contrato y haciendo al


abrebocas de la teoría del solidarismo en materia contractual, es permitido explicar
la verdadera función del solidarismo en la aplicación de la buena fe en el contrato,
son muchas las perspectivas desde las cuales se puede explicar, pero se hará
conforme a la desigualdad de las partes en el contrato.

Como se ha planteado anteriormente, cada parte en el contrato, goza de una


condición distinta, es decir, hay una parte fuerte y otra débil, a pesar de que se ha
planteado que las dos partes salen beneficiadas del negocio jurídico, según la teoría
solidarista esto solo es un abuso del derecho, pues aquel que tiene mayor poder se
beneficia de quien tal vez se encuentra en ignorancia o en estado de necesidad,
haciendo la aclaración de que no sucede en todos los contratos, uno de los casos
a ilustrar y el cual es plasmado en la obra de 4Mariana Bernal Fandiño, es el fallo
de la Corte de Casación Francesa en el 2000 en el cual: 5“…debido a que los
vendedores ignoraban la calidad del subsuelo de sus tierras… que la sociedad Carrières
de Brandefert se haya disimulado detrás de otro, su propio director general, cuando tenía

3
(Mazeaud)
4
(Bernal-Fandiño, 2007)
5
(sentencia de casacion , 2000)
conocimiento de la riqueza de la composición del suelo, que esta (la sociedad) se haya
callado hasta la firma del “compromiso” sobre su proyecto de explotación, manteniendo a
sus cocontratantes en la ignorancia y que el proyecto de acto auténtico que se pretendía
someter a los vendedores estipulaba que el inmueble estaría destinado en parte a la
habitación y el resto al uso agrícola, la corte de apelación ha podido deducir de ello que el
dolo estaba constituido”. En este caso, claramente se evidencia el dolo, tal y como lo
planteo la corte y se da una certeza expresa de como la parte con mayor poder, la
sociedad Carrières de Brandefert, se aprovecho de su conocimiento sobre el valor
de las tierras y utilizo sus intereses individuales para convencer a la parte débil, de
vender a bajo precio, aquello que beneficiaria económicamente, pero de gran
manera a la sociedad en cuestión; lo que se observa es que el no actuar en pro del
principio de buena fe, puede llevar a los contratantes a incurrir en vicios de
consentimiento y denigrar uno de los elementos más importantes del contrato.

Es de gran importancia, comprender la necesidad de respetar y actuar conforme al


principio de buena fe y así como lo establece la escuela del solidarismo contractual,
es decir, materializando el principio de buena fe y no dejarlo solamente plasmado
en el papel o en palabras sueltas, ni aprovechándose del desequilibrio de la relación
contractual, en caso de que existiere.

En definitiva, el solidarismo contractual aporta todos aquellos deberes secundarios


que conllevan a la materialización del principio de buena fe en materia contractual,
además conforme a estos, permite defender la parte débil del contrato y su
desigualdad de poder al momento de negociar y no solo esto, tambien ha sido una
corriente que ha aportado a grandes gobiernos como el Frances y se ha esmerado
por conseguir y preservar la seguridad jurídica de los ordenamientos y sobre todo a
la protección del individuo y el hecho de retomar las teorías del contrato social, pues
el hombre sale de su estado de naturaleza para vivir en sociedad y respetar a la
comunidad, siendo solidario y olvidando la ley del mas fuerte que es la que permite
la trasgresión de derechos de los demás habitantes, violentando de esta forma, el
principio de buena fe.
Bibliografía

Bernal-Fandiño, M. (2007). EL SOLIDARISMO CONTRACTUAL. Bogota.

Cordobera, L. M. (2007). LAS DESIGUALDADES NEGOCIALES Y LA TRASCENDENCIA DEL PODER EN


LA NEGOCIACIÓN CONTRACTUAL. Universidad de Buenos Aires.

Cordobera, L. M. (2008). LAS DESIGUALDADES NEGOCIALES. Bogota: Vniversitas.

Espinosa, F. M. (2011). EL SOLIDARISMO CONTRACTUAL. Revista Chilena de Derecho Privado, , 55.

Mazeaud, D. (s.f.). Solidarisme contractuel et réalisation du contrat.

sentencia de casacion (Corte de Casacion Francesa 15 de noviembre de 2000).

Sentencia T, 1194 (Corte Constitucional 2008).

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