Está en la página 1de 4

¿Cuáles son y cómo se definen los elementos centrales de la tragedia?

La tragedia es imitación de una acción elevada y perfecta, de una determinada


extensión, con un lenguaje diversamente ornado (tiene ritmo, armonía y canto) en cada parte,
por medio de la acción y no de la narración, que conduce, a través de la compasión y del
temor, a la purificación de estas pasiones.
Puesto que quienes ejecutan la imitación son personas actuantes, lo primero en la
tragedia es necesariamente la organización del espectáculo. Después vienen la composición
musical y el texto poético. Y, puesto que la tragedia es imitación de una acción ejecutada por
algunos individuos actuantes, que necesariamente están dotados de determinante carácter y
modo de pensar, por lo cual decimos que las acciones son de determinada clase –por
naturaleza, el pensamiento y el carácter son las dos causas de la acción- la imitación consiste
en un mito adecuado.
Necesariamente, los elementos de toda tragedia son seis:
-El argumento: es la unitaria disposición de los hechos
-Los caracteres: es aquello por lo cual decimos que los personajes son de determinada manera
-El pensamiento: es aquello gracias a lo cual, al hablar, aseveran algo y revelan una opinión.
Este consiste en la capacidad de expresar lo que es factible y adecuado. Caen dentro del
pensamiento todos los efectos que han de lograrse mediante la palabra. Partes de ello son la
demostración, la confutación, y la producción de pasiones (como la compasión, el temor, la
ira, y otras parecidas) y además la amplificación y la reducción.
-El lenguaje: facultad de expresarse por medio de palabras, la cual tiene igual fuerza en verso
y en prosa. De las cosas que se refieren al lenguaje, una especie la constituyen los diferentes
esquemas del habla, que han de conocer el actor y el que posee semejante arquitectura. Las
partes del lenguaje son, en general, elemento (letra), sílaba, conjunción, articulación, verbo,
caso, frase.
-El espectáculo: resulta apto para conmover a los espíritus; pero de ningún modo es intrínseco
a la poesía.
-El canto: es el más importante de los ornatos
Así, toda tragedia incluye de igual modo espectáculo, caracteres, argumento, lenguaje, música
y pensamiento. De ellas, la principal es la organización de los hechos, ya que la tragedia no es
representación de los hombres sino de la acción, de la vida, de la felicidad y de la desdicha.
Estas últimas se dan en la acción, y el fin consiste en cierta especie de acción, no en
determinado carácter. Los individuos son los que son por su carácter, pero son felices o lo
contrario por sus acciones. No actúan, por tanto, para representar caracteres sino que éstos son
presentados a través de las acciones. De tal modo, los hechos y el argumento constituyen el
fin de la tragedia, y el fin es lo más importante de todo.

Las distintas partes en que la tragedia se divide son: el prólogo, el episodio, el éxodo, el coral,
y de éste ya el párodo, ya el estásimo. Estas partes son comunes a todas las tragedias; propias
solo de algunas son los cánticos escénicos y los comos. Prólogo es toda la parte de la tragedia
que antecede al ingreso del coro. Episodio es toda la parte de la tragedia que sucede en medio
de todos los cantos corales. Éxodo es toda la parte de la tragedia después de la cual ya no hay
cantos corales. Párodo coral es toda la primera expresión del coro. Estásimo es el canto del
coro sin anapestos ni troqueos. Como es el lamento conjunto del coro y de los actores del
escenario. Estas son las secciones cuantitativas, en las cuales la tragedia se divide.

¿Qué requisitos se proponen para una buena disposición de los hechos?


Lo primero y principal en la tragedia es la disposición de los hechos. Queda
establecido que la tragedia es representación de una acción perfecta, completa y dotada de
cierta extensión. Completo es lo que tiene principio, medio y fin.
-Principio: es aquello que no está precedido por otra cosa y aquello después de lo cual otra
cosa existe o llega a existir.
-Fin: por el contrario, es aquello que por naturaleza, necesariamente o en la mayor parte de los
casos, viene después de otra cosa y aquello después de lo cual nada viene.
-Medio: es aquello que viene después de algo y después de lo cual algo viene.
Es preciso, pues, que los argumentos bien construidos no comiencen en cualquier parte ni en
cualquier parte concluyan, sino que se ajusten a las ideas antes expuestas.
Además, lo bello, ya sea de una totalidad compuesta de partes, no solo debe tener dichas
partes ordenadas sino también, y no por accidente, una determinada dimensión. Porque lo
bello se encuentra en la magnitud y en el orden. Así, los argumentos deben tener determinada
extensión, y deben ser fáciles de recordar. El límite de la extensión, en lo que toca a la
competencia y a la percepción, no corresponde al arte poético. Pero, en lo relativo al límite
exigido por la propia naturaleza del asunto, la tragedia será más bella cuanto más extensa,
mientras resulte fácilmente comprensible.

¿Cuál es la diferencia entre la poesía y la historia?


Resulta evidente que no es tarea del poeta referir lo que realmente sucede sino lo que
podría suceder y los acontecimientos posibles, de acuerdo con la probabilidad o la necesidad.
El historiador y el poeta no difieren por el hecho de escribir en prosa o en verso. Pero
el historiador y el poeta difieren en que el uno narra lo que sucedió y el otro lo que podría
suceder. Por eso, la poesía es algo más filosófico y serio que la historia; la una se refiere a lo
universal; la otra, a lo particular.
Lo universal es lo que corresponde decir o hacer a cierta clase de hombre, de modo
probable o necesario. De allí parte la poesía, al atribuir nombres a los personajes.

¿Cómo se definen la “peripecia”, el “reconocimiento” y la “acción personal” en tanto


que partes del argumento? ¿Cuáles son las especies de “reconocimiento”?
Las peripecias y los reconocimientos son los principales recursos con los que la
tragedia atrae los espíritus, y ellos forman parte del argumento. Los argumentos pueden ser
simples o complejos. Los primeros son aquellos que representan una acción simple, que es
continua y unitaria, en la cual el cambio de produce sin peripecia y sin reconocimiento.
Mientras que argumento complejo, es el que representa una acción compleja, en donde el
cambio se efectúa por reconocimiento, por peripecia o por ambas a la vez.
La peripecia es la transformación de lo adecuado en su contrario. Y esto, de acuerdo a
lo que es probable o necesario. El reconocimiento comporta un cambio de la ignorancia al
saber, que genera el amor o el odio de quienes están predeterminados para la felicidad o la
desdicha. El reconocimiento más bello se produce cuando se da junto con la peripecia. Hay
además, otras clases de reconocimientos, pues lo referido puede suceder igualmente con cosas
inanimadas y con hechos casuales, y es posible reconocer si alguien hizo o no hizo tal cosa.
Pero la forma más adecuada del argumento y de la acción es la que se ha mencionado, ya que
tal especie de reconocimiento y de peripecia ha de producir compasión o temor, cuyas
manifestaciones representadas, se supone que constituyen la tragedia.
Puesto que el reconocimiento es reconocimiento de ciertas personas, a veces lo es solo
de una por parte de otra, cuando resulta claro quién es esa otra; a veces, en cambio, es
necesario que ambas se reconozcan entre sí.
Entre las especies de reconocimiento, primero viene la menos artística y la más usada
gracias a la ignorancia: la que se produce por señales. De estas señales algunas son naturales;
otras son adquiridas, y de ellas algunas están en el cuerpo, como las cicatrices, otras fuera de
él, como los collares.
Los reconocimientos destinados a dar fe, resultan menos artísticos. Pero los que se
basan en un hecho imprevisto son mejores. En segundo término están los fraguados por el
poeta, por lo cual no resultan artísticos. La tercera clase de reconocimiento se produce cuando
alguien se acongoja por el recuerdo, al ver algo. La cuarta clase de reconocimiento proviene
de un silogismo. Hay también un reconocimiento amañado, que proviene de un paralogismo
de los espectadores. De todos los reconocimientos el mejor es el que surge de los hechos
mismos, cuando el estupor se produce por razones naturales.
Dos son las partes del argumento: la peripecia y el reconocimiento. La tercera es la acción
pasional; ésta es una acción deletérea o aflictiva, como las muertes ante los espectadores, las
acciones que causan excesivo dolor, las heridas y cosas por el estilo.

¿Cómo deben ser los caracteres morales de los personajes?


En cuanto a los caracteres hay cuatro aspectos que se deben cuidar. El primero y
principal es que los caracteres de los personajes deben ser buenos. La obra tendrá carácter si
el discurso o la acción pone en evidencia una determinación. Será bueno el carácter si la
determinación lo es. Esto depende de cada clase de personajes.
El segundo aspecto es la adecuación de los caracteres. Hay un carácter varonil, pero no
es adecuado para una mujer ser varonil o temible. El tercer aspecto es la semejanza. Esto es
algo diferente a lograr que el carácter sea bueno y adecuado.
El cuarto aspecto s la coherencia. Aun cuando el carácter que se ofrece a la imitación
del poeta sea incoherente y deba ser así asumido, es necesario que el mismo sea
coherentemente incoherente. Tanto en los caracteres como en la organización de los
acontecimientos es preciso buscar siempre lo necesario o lo probable, de manera que el hecho
de que tal personaje diga o haga tal cosa resulte necesario o probable y el hecho de que esto
suceda después de aquello sea también necesario o probable.
Puesto que la tragedia es una imitación de hombres mejores que nosotros, es necesario
que imitemos a los buenos retratistas. El poeta, al representar a quienes son iracundos,
perezosos o poseedores de parecidos rasgos de carácter, debe hacerlos sin embargo ilustres.

También podría gustarte