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Por tanto, los ejes de trabajo pedagógico que se proponen para organizar las
acciones y experiencias que potencien el desarrollo corporal son los siguientes:
Para los niños y las niñas el cuerpo se convierte en su principal juguete, por lo
que su desarrollo es motivo de asombro, aprendizaje y placer, descubren que
éste es un fiel compañero y a él recurren para demostrar sus impulsos
convertidos en acciones traviesas o posiblemente en habilidades coordinadas,
las cuales les permiten descubrir diversas posibilidades de movimiento a
medida que lo viven y lo disfrutan.
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posibilidades de movimiento y de las limitaciones a las que se ven enfrentados
en diferentes situaciones.
En este proceso, cobra importancia el diálogo tónico que establecen los padres
o cuidadores con el bebé, quienes transmiten a través de caricias, arrullos y
mimos la aceptación de su cuerpo en medio de relaciones reciprocas, que le
dan un lugar en el mundo, produciendo sensaciones placenteras de bienestar
al constituirse en escenarios privilegiados de vínculo y contacto. Estas
sensaciones se conjugan por ejemplo en los primeros baños y el ritual que
éstos implican, posibilitando a través del gesto, el tacto y el contacto un total
placer sensorio motor arraigado en la historia personal como experiencias que
nunca se olvidarán y se verán representadas en su posterior aceptación y
dinámica corporal.
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cuerpo. Este tipo de actividades pueden tener un toque especial como pedir
prestado el estetoscopio de la enfermería o traer uno de casa para
aprovecharlo como una de las herramientas utilizadas para escuchar lo que
sucede en nuestro cuerpo, lo cual motiva bastante a los niños y niñas y
permitirá que ellos cada vez hablen con mayor propiedad de eso que sucede
en su interior.
Lo anterior, es una muestra de que el desarrollo del esquema corporal parte del
conocimiento del cuerpo, pero supera la localización de sus diferentes partes e
implica ser consiente de lo que sucede en su interior, conocer sus posibilidades
de movimiento pero también sus limitaciones, así como situar el propio cuerpo
dentro de un espacio y tiempo determinado, aspectos fundamentales que se
complementan sufriendo un proceso de construcción en sus constantes
intercambios con el medio, logrando con ello nociones que se van elaborando
paulatinamente.
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adquieren junto al de orientación espacial, viéndose así el tiempo como la
sucesión de acciones y hechos.
En concordancia con esto, la imagen corporal que hace parte del auto
concepto, se entiende como la experiencia subjetiva de cada individuo ligada a
la percepción de su propio cuerpo, es decir, a las creencias y sentimientos que
se deriven de éste y que se encuentra directamente relacionado con lo que los
otros piensan del mismo. La imagen corporal es el referente principal que
poseen para distinguirse de los demás, así como de todo lo que les rodea,
fortaleciendo su proceso de identidad, entendida como la posibilidad de
parecerme o diferenciarme de otros con los que comparto el entorno
sociocultural.
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sus iguales o de sus padres, lo que le permite al niño o la niña establecer la
pertenencia a uno u otro sexo.
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Desarrollos por Fortalecer de 1 a 3 años de edad
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sensaciones internas que estos producen.
Elabore en forma simbólica representaciones gráficas que permiten
identificar paulatinamente la manera como va asimilando la imagen del
cuerpo.
Encuentre en el espacio un escenario propicio para llevar a cabo
desplazamientos con cambios de dirección permitiéndole con ello continuar
desarrollando su sentido de orientación y ubicación.
Se oriente en el espacio distinguiendo nociones como arriba – abajo,
delante – atrás, dentro – fuera, a un lado-a otro- en el momento de dirigirse
a algún lugar o para indicar algo, evidenciando mayor desenvolvimiento en
la resolución de problemas.
Utilice las nociones temporales como ayer, hoy, mañana, ahora, antes,
después para ordenar y dar continuidad al expresar su sentido de ubicación
con respecto a alguna situación particular.
Acentúe el manejo de la lateralidad, dando mayor participación a los
segmentos corporales en la realización de acciones que demandan
precisión y direccionalidad hacia el espacio.
Tenga presente los cambios que se dan con el crecimiento de su cuerpo
buscando respuestas que den explicación a éstos y sus sensaciones.
Reconozca sensaciones producidas al interior de su cuerpo como el vértigo
o el mareo al hacer rollos hacia adelante o hacia atrás, deslizarse o rodar
por una superficie inclinada, expresando lo que siente (miedo, gusto o
asombro), hasta lograr referirse a ellas con mayor precisión y propiedad.
Plantee cuestionamientos sobre su imagen corporal en relación con la de
los otros (es alto, es gordo, es flaco) y la función corporal (¿qué hay debajo
de la piel?, ¿cómo respiramos? ¿Qué es el popo? o ¿por dónde va la
sangre?).
Experimente estados como relajación y tensión en las que conozca las
posibilidades que le ofrece su cuerpo.
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