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AUTORES:
MSc BIENVENIDO EMILIO VIERA SANCHEZ
PROF LUIS MIGUEL DIAZ
COLABORADORES
MSc. MARIO PEREZ DE CORCHO SANCHEZ
PROF JOSE GIMENEZ
El presente material tiene como objetivo apoyar bibliográficamente la auto preparación de los
estudiantes que reciben la Unidad Curricular Desarrollo Psicomotor, insertada en el Trayecto
Inicial en los programas de Actividad Física y Salud y Entrenamiento Deportivo de la Universidad
Iberoamericana del Deporte y otros interesados en la materia.
BLOQUE DE CONTENIDO I:
CARACTERIZACION PSICOLOGICA DEL DESARROLLO
- Surgimiento de la psicología como ciencia
- Objeto de estudio de la psicología
- El conocimiento senso-perceptual
- Introducción al desarrollo psicomotor
- Método e investigación para el desarrollo psicomotor
- Premisas biológicas y sociales del desarrollo psicomotor
- La enseñanza y el desarrollo psicológico en el niño
- Zona de desarrollo próximo
BLOQUE DE CONTENIDO II:
EL DESARROLLO PSICOMOTOR EN LAS DIFERENTES EDADES
- Concepto de educación psicomotriz
- Objeto de estudio de la psicomotricidad
- El esquema corporal, elementos en su formación
- Crecimiento y maduración
- Caracterización de las etapas del desarrollo psicomotor:
• Recién nacido
• Primer año de visa
• Edad temprana
• Edad preescolar
• Edad escolar
• Edad adolescente
• Edad juvenil
• Edad adulta
• Edad adulto mayor
BLOQUE DE CONTENIDO III:
EVALUACION DEL DESARROLLO PSICOMOTOR
- Funciones de la evaluación en el ámbito psicomotriz.
- Pruebas y test de las diferentes manifestaciones del Desarrollo psicomotor.
A continuación abordaremos el contenido de los diferentes bloques.
BLOQUE DE CONTENIDO I
CARACTERIZACION PSICOLOGICA DEL DESARROLLO
INDICACIONES METODOLOGICAS
Cuando nos referimos a lo que el hombre percibe, recuerda, imagina, piensa, desea, vivencia,
aspira, etc., nos estamos refiriendo al tratamiento de los fenómenos de la psiquis humana, del
mundo espiritual; y la rama del conocimiento que se ocupa de todo lo relacionado con el contenido
de la psiquis es la PSICOLOGÍA.
Una clara definición del objeto de estudio en este momento es de suma importancia, ya que
implica delimitar la esfera de la realidad que abarca.
El origen material de la psiquis nos permite comprender con claridad que lo psíquico no es
un fenómeno material, sino el producto de la materia en movimiento. Este origen material de la
psiquis es preciso entenderlo en una doble condición. La primera condición, explica que la
psiquis es el resultado de la materia con un alto nivel de organización y desarrollo: el sistema
nervioso. Entonces ¿la psiquis sólo puede existir sobre la base de la actividad refleja del sistema
nervioso?
Hay que reconocer ante todo, que es una premisa indispensable para que se originen los
fenómenos psíquicos (sensaciones, percepciones, pensamientos, deseos, intereses, vivencias),
pero no es suficiente. Para que surja lo psíquico es también necesaria otra condición, el proceso
material de interacción entre el individuo y el medio, a través de la actividad. Al ser la psiquis una
imagen de la realidad, solo en el contacto con dicha realidad puede producirse la representación
de la misma. Lo psicológico es el resultado de la interacción de dos realidades objetivas una
externa y otra interna.
Asimismo, la psiquis es también entendida por su contenido como objetiva, pues al ser los
fenómenos psíquicos, imágenes y representaciones de la realidad que surgen en el proceso de
interacción material entre el individuo y el medio, el contenido de dichos fenómenos es la propia
realidad, pero no en forma material, sino en forma ideal. La psiquis le permite al individuo una
correcta orientación y regulación de su actividad en el medio, lo que solo puede lograrse porque el
contenido de la psiquis es objetivo, es decir se corresponde con la realidad con que el individuo se
relaciona.
Carácter regulador: La psiquis en la misma medida que constituye un reflejo de la realidad, hace
posible la regulación de la actividad del individuo en dicha realidad.
El carácter regulador de lo psíquico tiene dos formas de expresión:
La regulación inductora:
• Determina lo que se realiza.
• Nos da el para qué o el porqué de la actuación.
• Los fenómenos psíquicos que pertenecen a este tipo de regulación son: las necesidades, los
deseos, los motivos, las inclinaciones, las emociones, los sentimientos, etc.
La regulación ejecutora:
• Determina que lo que se realiza se cumpla a tenor de las condiciones en que se desarrolla la
actividad.
• Nos da el cómo de la actuación.
• Pertenecen a este tipo de regulación: las sensaciones, percepciones, imaginaciones,
pensamientos, habilidades, hábitos, etc.
Estos dos tipos de regulación que constituyen una unidad de influencia recíproca.
Carácter individual-personal: Cada sujeto presenta en sus reflejos y formas de conducta,
peculiaridades que lo distinguen y lo diferencian de los demás.
No todos los individuos sufren las mismas experiencias, ni les ocurren las mismas situaciones
durante la vida. Estas diferencias tienen su reflejo en el plano personal, pues se manifiestan en
contenidos y formas diferentes de la psiquis, las que varían cuantitativa y cualitativamente de un
sujeto a otro, produciéndose en ellos configuraciones psicológicas distintas.
Estas características esenciales de la psiquis no son independientes, no están aisladas una de
otras, por el contrario, se expresan en estrecha interacción.
El conocimiento senso-perceptual
La actividad cognoscitiva de la personalidad incluye los procesos de penetración gradual
en la esencia de los objetos y fenómenos de la realidad, posibilitándole al hombre el conocimiento
más completo y exacto de los mismos y el de las particularidades generales y esenciales de los
vínculos entre ellos.
El conocimiento humano se produce en diferentes niveles:. Sensorial, representativo, y
conceptual o racional. Estos niveles van de lo inferior a la superior, de lo simple a lo complejo y, a
pesar de que cada uno de ellos aborda diferentes procesos cognoscitivos, se encuentran
interrelacionados.
La sensación y la percepción nos dan una imagen subjetiva del mundo objetivo, son un
reflejo activo en el sujeto de lo que existe objetivamente fuera e independientemente de él,
constituyendo la vía primera, a través de la cual el mundo exterior penetra en la psiquis humana.
La sensación.
Es el proceso cognoscitivo más simple, constituye el reflejo de las cualidades aisladas de
los objetos y fenómenos del mundo material, así como del estado interno del organismo al actuar
los estímulos materiales directamente sobre los correspondientes analizadores.
Leyes generales de las sensaciones: Se refieren a esos aspectos que se cumplen siempre
en las sensaciones como una regularidad. Dentro del conjunto de esas leyes se tratarán las tres
siguientes:
- Adaptación sensorial: Se refiere a la variación de la sensibilidad de los receptores bajo el
efecto de determinados estímulos.
Se aumenta la sensibilidad cuando se produce el paso de un estímulo fuerte a otro débil. Ej.:
cuando pasamos de un local iluminado a otro oscuro:
También bajo el efecto de un estímulo prolongado, se produce una adaptación por pérdida de
la sensibilidad. La sensibilidad del receptor disminuye tanto que deja de sentirse el estímulo
monótono y continuado. Ello ocurre cuando el olor de un perfume se extingue, cuando una
rodillera o tobillera ajusta bien. .
- Sensibilización: Implica siempre un aumento de la sensibilidad, la cual se produce
fundamentalmente para varios efectos de la compensación, la ejercitación y por la interacción de
sensaciones. Está en dependencia de las exigencias que presente la vida y la actividad práctica
al funcionamiento de los receptores. En el deporte debido a la ejercitación aparece el "sentido
del agua" y el "sentido del tiempo" en los nadadores.
Este tipo de reflejo cognoscitivo es más complejo que la sensación, nos permite actuar en un
mundo de objetos, fenómenos, personas, etc. y no en un mundo de sonidos, colores, olores, etc.
Características de la percepción:
- Carácter activo: es aquel que se expresa en el papel que desempeñan los componentes
motores; es decir, en los movimientos de los ojos que recorren las dimensiones y los contornos de
los objetos, y las manos que palpan los objetos. Por eso la formación y desarrollo de la
percepción ocurre a través de la actividad práctica.
- Carácter objetal: La información contenida en la imagen perceptual es dada a los sujetos por
los propios objetos percibidos que existen realmente fuera de ellos, de ahí su adecuación, la que
resulta básica para la organización y orientación de la actividad práctica del hombre en el medio.
- Integridad: Es una cualidad distintiva en la percepción El objeto con sus diferentes partes y
propiedades se percibe como un todo único, integral. Los estímulos pueden actuar de forma
consecutiva cuando se observa la actuación de un floretista en la totalidad de los asaltos, la
información se capta por vía visual, y simultáneamente cuando por televisión se observa un
partido de fútbol que está siendo narrado, la información ocurre a través de dos analizadores a la
vez, el visual y el acústico.
También cuando existe experiencia acumulada con un objeto u otros similares, al actuar
una cualidad o una parte significativa del objeto se forma la imagen completa del mismo.
- Selectividad: En la percepción se puede acentuar una parte de un objeto con respecto al resto,
o el predominio de una persona en el contexto de otros. Esto puede estar influenciado por causas
objetivas como son: la fuerza, la movilidad y el contraste de los estímulos entre otros factores, o
por aspectos subjetivos como son: las necesidades y los motivos, la experiencia y los estados de
ánimo.
Clasificación de las percepciones:
Percepción del espacio: Constituye el reflejo del espacio que existe objetivamente, incluyendo la
percepción de la forma, del tamaño, la distancia y la dirección. Depende de la experiencia
acumulada por el sujeto y de la manipulación que este haga con los objetos, formando
asociaciones visuales y motoras.
En las acciones preceptúales que nos permiten reflejar las relaciones espaciales de los
objetos, actúan fundamentalmente los analizadores: visual, táctil, vestibular y cinético. La
percepción del espacio juega un rol fundamental en la orientación del individuo en su medio
circundante al permitirle interactuar correctamente con este.
- Percepción de la forma: se obtiene por los movimientos oculares que siguen los contornos de
los objetos; también cuando se palpa el objeto, porque la mano recorre el objeto, o el objeto se
mueve sobre los dedos y la palma de la mano. Las sensaciones que intervienen son: las visuales,
las cinéticas y las táctiles. En ello es importante la distancia a que se encuentra el sujeto del objeto
y la agudeza visual del observador.
- Percepción del tamaño: refleja las dimensiones de los objetos a través de los mecanismos de
adaptación ocular como son: la acomodación del cristalino y la convergencia de los ejes. Influye la
distancia a que se encuentre el objeto, así como la constancia del reflejo. Las sensaciones que
garantizan esta percepción son: las visuales y las cinéticas.
- Percepción de la distancia: refleja el espacio que separa al sujeto de los objetos o de otros
sujetos y la que existe entre objetos. Influyen diversos factores tales como: la acomodación y la
convergencia ocular, la perspectiva lineal y aérea, y la distribución de luces y sombras. Las
sensaciones que participan son: las visuales y las cinéticas.
- Percepción de la dirección: Depende de la posición del cuerpo del que percibe en el espacio.
Intervienen las sensaciones cinéticas, de equilibrio, visuales, auditivas y hasta las olfatorias para
así precisar no solo la dirección, sino también la posición de los objetos.
- Percepción del tiempo: Nos brinda un reflejo objetivo de la duración, la velocidad y la sucesión
de los fenómenos reales.
Al igual que la percepción del espacio y del tiempo con las que guarda una estrecha
relación, este tipo de percepción tiene una gran importancia para la orientación del hombre en el
medio natural y social. La percepción del movimiento depende de la distancia a que se encuentran
los objetos, de la velocidad con que se mueven y del movimiento de la persona que percibe,
además de otros factores que no dependen de lo percibido directamente en el acto de
desplazamiento del objeto, sino de la conclusión a que llegamos sobre la base del resultado del
movimiento del objeto que durante un tiempo se encontró en otro lugar. En esto desempeña un
papel fundamental, el movimiento del ojo para poder seguir el objeto en su trayectoria, en este
sentido los analizadores visual y cinético son los de mayor importancia en este tipo de percepción,
unido a los vestibular, auditivo y táctil.
Este tipo de percepción abarca: la del movimiento ajeno que es la relacionada con los
objetos y personas que se mueven en su entorno y la del movimiento propio que es el referido al
movimiento de la propia persona. En ambos tipos se puede percibir: la forma, la amplitud, la
dirección, la rapidez y la aceleración de los movimientos.
La correcta percepción del cambio de posición de los objetos y personas o del propio
sujeto tiene gran importancia en la actividad física, pues existen deportes que tienen que ver con
la actuación conjunta o con la individual; así mismo ocurre en el trabajo de los alumnos en las
clases de Educación Física, en ambas actividades se necesita del control del propio cuerpo en
movimiento y/o del movimiento de los demás.
El método experimental:
Consiste en una forma especialmente organizada de investigación, sobre determinados aspectos y
particularidades en el desarrollo psíquico del niño.
- Cuestionarios: Hasta los 4 años, los niños no tiene que dar respuestas verbales, sino que
responden señalando en el objeto o en su representación, por ejemplo: la magnitud de los objetos
representados y la distancia entre ellos. Después de los 4 años, se le propone al niño dar
respuestas verbales, que pueden ser en forma de conversaciones, permitiendo así, saber acerca
de los conocimientos y nociones que tiene, su opinión acerca de los objetos, fenómenos, sucesos
de las personas y sus actos, y de sí mismo.
- Método de los gemelos: Sirve para comparar el grado de similitud en el desarrollo intelectual
entre los gemelos mono y multicigóticos, para establecer de esta manera en qué medida depende
este desarrollo de la herencia y en qué medida de las condiciones de vida y educación.
- Método sociométrico: Se utiliza para el estudio de las relaciones mutuas que se establecen
entre los sujetos, de la posición que ocupa cada uno dentro del grupo de coetáneos.
- Método de escalas valorativas: Es aquel donde se utilizan juicios evaluativos sobre conductas
o situaciones que se proponen. En el pueden estar implicados una o un grupo de personas, como
ocurre cuando se quiere conocer el clima socio psicológico de un colectivo, la amplitud estrechez
de las relaciones interpersonales, etc.
- Método del corte longitudinal: Se utiliza con el objetivo de conocer durante un período
bastante prolongado, el desarrollo psicológico Y socio psicológico de los sujetos en el proceso de
formación de la personalidad, influyendo a través de actividades sobre los procesos y conductas
teniendo importancia en el perfeccionamiento de las metodologías que se utilicen.
La educación es considerada sólo un factor externo que podía acelerar las cualidades
psíquicas innatas. Planteaban la espontaneidad del desarrollo psíquico, y la diferencia en ese
curso natural del desarrollo, era considerada una arbitrariedad inadmisible. Abogaban por la
"educación libre".
Esta corriente prevaleció durante muchos años en la teoría psicológica general, y, aunque
el avance científico ha mostrado su incapacidad teórica, no ha desaparecido totalmente en el
marco de la Psicología, pues hoy se presenta de forma encubierta o enmascarada bajo otras
denominaciones.
Crítica: Posee un carácter antidialéctico y mecanicista, es una teoría fatalista que niega la postura
activa de la personalidad, ésta depende esencialmente de las condiciones biológicas.
- Corriente Socio genética: Plantea que el factor determinante en el desarrollo es el medio que
actúa como factor fatal del desarrollo. Para estudiar al hombre, es suficiente analizar la estructura
del medio que le rodea, eso está dado de una vez para siempre, reduciéndolo todo a las
influencias del medio social. De lo cual, no quedó claro por que en Ias condiciones del mismo
medio social, se formaban personalidades completamente diferentes, era incomprensible por que
personas muy parecidas por su mundo interior, contenido y formas de conducta se formaban en
diferentes medios sociales.
Crítica: Enfoque mecanicista del desarrollo, concibiendo que a un estímulo determinado, le
corresponde una respuesta determinada. Ignoran la iniciativa propia de la personalidad, por tanto
es también antidialéctica.
En estas teorías biogenéticas y socio genética, nunca se encontró una verdadera respuesta
explicativa a la interrogante acerca de cuáles son las fuerzas que mueven ese desarrollo. Más que
a explicaciones se limitaron a descripciones sobre lo que ocurría y de cuál era el resultado en cada
momento de ese desarrollo y del curso del mismo.
Plantea dos condiciones generales gracias a las cuales cualquier niño se convierte en un
hombre y sin las cuales no es posible un desarrollo normal:
- Las propiedades del organismo del niño, en primer lugar la estructura y el trabajo de su cerebro.
- El hecho de que el niño crece en la sociedad humana, entre otras personas que lo enseñan y lo
educan.
Premisas sociales:
- La enseñanza y la educación
- El medio social a través de todas las zonas que lo integran: la familia, el círculo de amistades, los
educadores, etc.
- Las actividades sociales.
- Las condiciones naturales constituyen la base del desarrollo psíquico, ellas son imprescindibles
pero no suficientes, no bastan por sí solas para el desarrollo psíquico. Esto se reconoce en el
ejemplo de las "niñas lobas", el niño nace con un equipo biológico que le permite al interactuar con
su medio social reflejarlo, pero esa premisa biológica, por normal que esté, no permite por sí
misma el desarrollo psíquico, son necesarias y determinantes las condiciones sociales de vida y
de educación. A su vez, estas condiciones sociales solas, sin un equipo biológico humano que las
refleje tampoco permiten el desarrollo psíquico. Eso es lo que ocurre con los monos viviendo en
condiciones humanas.
- Las premisas biológicas son imprescindibles, pues constituyen la base material, anatomo-
fisiológica del desarrollo psíquico, y las premisas sociales son determinantes ya que constituyen la
fuente de donde se nutre el desarrollo psíquico.
El niño se familiariza con la cultura material y espiritual, creada por la sociedad, no de una
manera pasiva, sino activamente durante el proceso de apropiación, de cuyo carácter, así como
de las características de las relaciones que el niño establece en este caso con las personas que lo
rodean, depende en gran medida del proceso de formación de su personalidad.
Desde el propio momento del nacimiento, el niño se encuentra rodeado por un mundo de
objetos creados por las personas, estos son los objetos más simples de la vida diaria (ropas,
calzado, instrumentos, etc.), que cada vez se hacen más complejos. También se encuentra
rodeado de fenómenos que se los nombra y explica el adulto; incluso a los fenómenos de la
naturaleza, donde el niño se encuentra, se enfrenta a condiciones creadas por el hombre. Por
ejemplo: la ropa lo defiende del frío, la luz artificial ilumina la oscuridad de la noche.
Por todo esto podemos decir, que el niño comienza su desarrollo psíquico en un mundo
humano. El niño desde su propio nacimiento comienza a interactuar con el adulto, a través de la
actividad y es por medio de ella que se apropia, que hace suyo el mundo humano. Entendiendo
por apropiación el proceso que tiene como resultado propio la reproducción por parte de los
individuos de las propiedades humanas que se han formado históricamente, de las capacidades y
formas de conducta.
El tipo de actividad humana más importante, y que desde el punto de vista histórico puede
considerarse el primero, es el trabajo. A partir de él se han desarrollado nuevos tipos de actividad:
el juego y el estudio, los cuales a su vez sirven de preparación para el trabajo.
El trabajo, el juego y el estudio son los tipos básicos de actividad, pero no son los únicos.
A cada edad corresponden varios tipos de actividades características que se relacionan entre sí de
un modo determinado.
Ya en la primera parte del texto, quedó explicado como cada tipo de actividad incluye en sí mismo
la ejecución de un número considerable de acciones, las cuales responden a un fin consciente,
resultado objetivo al cual debe conducir la acción.
Las condiciones internas, a través de las cuales se muestra las influencias externas que
se reflejan sobre la personalidad, se han formado de cada influencia externa sobre la personalidad
que depende de la historia del desarrollo de esa propia personalidad. Al explicar cualquier
fenómeno psíquico, la personalidad se revela como un sistema íntegro de condiciones a través de
las cuales llegan todas las influencias externas. Las condiciones internas retroalimentan
inversamente a las condiciones externas, factor decisivo de la autoeducación.
LA PERIODIZACIÓN DEL DESARROLLO PSÍQUICO
Periodización: Entiéndase por ella a la división del desarrollo psíquico en períodos en los cuales
el niño conserva como regularidades los mismos rasgos de su caracterización psicológica durante
un espacio de tiempo determinado, tales rasgos son: la actitud ante el mundo, los tipos de
actividad, y las necesidades e intereses.
De lo anterior se desprende, que los períodos del desarrollo psíquico no tienen límites
fijos, no son estáticos, sino que su longitud varía en dependencia de las condiciones sociales de
vida y actividad.
Los períodos psíquicos son diferentes entre sí, tanto cuantitativa como cualitativamente.
Existen diferencias individuales en el paso de un período a otro, aunque siempre se dan en igual
secuencia. Es decir, para unos niños, los períodos son más extensos, mientras que para otros son
más cortos, bruscos, rápidos, críticos o no, todo lo cual está en dependencia de las condiciones de
vida. Como ocurre por ejemplo, con los niños que viven en las ciudadelas, en comparación con
otros, los cuales su vida no transcurre en esas condiciones.
La periodización es un proceso de surgimiento y solución de contradicciones que se producen
entre lo que ya ha adquirido el niño, lo que posee y sus necesidades, aspiraciones y exigencias
sociales que ante él se plantean. Dichas contradicciones se resuelven dentro de las actividades e
interrelaciones que el niño establece. A veces, estas son sencillas y se resuelven dentro del propio
período, pero en otras ocasiones se hacen más complejas y de mayor alcance su solución, lo que
determina el tránsito de un período a otro en el desarrollo.
Cada nuevo alcance en el desarrollo psíquico, lógicamente sigue al anterior. Las contradicciones
que se superan son sustituidas por otras, produciéndose así la continuidad del desarrollo. Si no
encuentran solución surgen retardos o detenciones en dicho desarrollo.
Carácter histórico de los períodos evolutivos
Los períodos de desarrollo reflejan el lugar asignado a cada edad en la preparación para
la vida en la sociedad y esto puede variar en dependencia de las costumbres, la época, las
ilustraciones, las tradiciones de la educación de los niños, las particularidades de la enseñanza en
cada país.
La periodización pedagógica no coincide con la psicológica, relacionada ésta última con
las fuerzas motrices del desarrollo.
En el proceso del devenir histórico se van modificando condiciones sociales generales en
las cuales se desarrolla el niño, cambian el contenido y los métodos de enseñanza, Y todo esto no
puede dejar de expresarse en una modificación de las etapas evolutivas del desarrollo.
En los años 30 del pasado siglo, P.P. Blonsky y L.S.Vigotski realizaron importantes
aportes al problema de la periodización.
Aportes de P'P'Blonski:
- La variabilidad de los procesos del desarrollo psíquico.
- El surgimiento en el desarrollo histórico de nuevos períodos de la Infancia.
- El desarrollo infantil como un proceso de transformaciones graduales o agudas y críticas,
acompañado de cambios bruscos y saltos.
- Las crisis dan lugar a las etapas y los estadios.
En ambas se interpretan los principios del desarrollo psíquico como un desarrollo de los
mecanismos adaptativos de la conducta. D. B .Elkonin, plantea sus tesis, a partir de concebir al
"niño en sociedad", y propone un sistema integrado por la relación "niño-objeto social" y "niño-
adulto social".
Los tipos más relevantes de actividad los ubica en dos grandes grupos:
1er grupo
- Entran las actividades del sistema "niño-adulto social"
- Se produce el desarrollo principal en la esfera motivacional de las necesidades de Ios niños.
2do grupo
-Actividades del sistema "niño- objeto social"
- Se produce el desarrollo asociado a la asimilación de los elementos de la cultura humana.
Es caracterizada por las relaciones del niño con los adultos y con la realidad en cada
etapa dada.
Es esa que une al niño con aquellos elementos del medio ambiente, que son en el curso
de cada etapa, fuentes del desarrollo psíquico.
De la actividad predominante dependen las modificaciones psicológicas esenciales en la
personalidad del niño.
Preguntas de autoevaluación:
BIBLIOGRAFÍA
Conte, Luis. (1993) El concepto de Educación Física: sus fines, objetivos y contenidos. Su
evolución hasta las tendencias actuales. Principios de la Actividad Física. En: Arturo Díaz y col.
Desarrollo curricular para la formación de maestros Especialistas en Educación Física. Madrid,
Editorial Deportiva. 32-46 p.
BLOQUE DE CONTENIDO II
EL DESARROLLO PSICOMOTOR EN LAS DIFERENTES EDADES
ORIENTACIONES METODOLOGICAS
Al estudiar las características principales de las edades tempranas, debe profundizar en las
acciones lúbricas y su relación con los instrumentos, interpretando cómo influye en las
formaciones psicológicas en la etapa, así como relacionar los principales logros entre sí desde la
marcha independiente hasta la comunicación con el mundo que lo rodea, reseñando como
aparece la autoconciencia y en qué consiste la crisis de los tres años.
Al definir el comportamiento motriz en la etapa hasta tres años, ubicar correctamente el logro de la
posición erecta relacionándose con las habilidades motrices básicas así como el matiz que la
excitación que la actividad nerviosa superior imprime a los movimientos, teniendo en cuenta la
importancia la técnica de espejo en la imitación de los movimientos.
Al abordar la etapa pre-escolar se debe partir de definir la importancia del índice de independencia
alcanzado por el niño, el papel de los juegos de errores en el desarrollo del área cognoscitiva así
como la preparación para el ingreso a la escuela, aspectos que al tener una repercusión lógica en
el movimiento se debe precisar cómo y cuándo ocurre el primer cambio de complexión, y su
influencia sobre las habilidades motrices básicas.
Al avanzar hacia la etapa de 6-12 años o edad escolar que bien define el nombre pues está
matizada por la actividad de estudio la cual ocupa el centro de la vida del niño, es importante
definir cómo y qué cambios anatómicos y fisiológicos se producen en la etapa, la incidencia de la
maduración sexual en hembras y varones, así como las nuevas formaciones psicológicas a favor
del desarrollo de la personalidad, destacando con claridad el papel del grupo en esta etapa, así
como las contradicciones que aparecen en el comportamiento motriz aún cuando se debe
puntualizar por qué los mejores años para el aprendizaje motriz lo constituye la etapa de 9 a 12
años.
Cuando se profundice en la edad juvenil será necesario definir como se acentúan los cambios
anatómicos y fisiológicos con énfasis en el equilibrio de los procesos de excitación e inhibición que
hacen más estable el comportamiento de la actividad nerviosa superior así como su repercusión
en el área cognoscitiva definiendo con claridad las nuevas formaciones psicológicas de la etapa,
estableciendo la relación de ello con el comportamiento motriz la cual alcanza un momento
culminante y se precisa en que capacidades y términos de edades, profundizando en el por qué de
las inclinaciones profesionales al deporte y las formas en que se materializan.
El análisis de la etapa adulta debe centrarse en las nuevas formaciones psicológicas que
estabilizan al sujeto con relación al trabajo y la familia, así como la figura de la orientación
profesional vinculándolos al surgimiento de la esfera intelectual, definiendo los sistemas de
valores, interés, responsabilidad y creatividad que el adulto alcanza. Se debe contextualizar las
manifestaciones de las capacidades físicas y la influencia para el mantenimiento de la salud así
como tendencias de rehabilitación o estabilización de la dinámica motriz.
Con relación a la etapa del adulto mayor es necesario definir con claridad las posibilidades que
ofrecen el conocimiento sobre características de la etapa para poder ofertar un servicio y un
espacio en aras de su realización personal.
Resultan imprescindibles los tipos de adulto mayor y sus características con énfasis en las
nuevas formaciones psicológicas. No menos importante conocer las manifestaciones físicas en la
ancianidad cuales son las más apropiadas en la organización que proponemos a ejecutar por los
sujetos de la tercera edad.
Todo lo anterior se llevará a cabo a través de la educación psicomotriz que es, a criterio de
Defoltaine "'una toma de conciencia de si, una reestructuración, una reexpresión, una
reintegración social con el mismos denominador corporal".
Desde el punto de vista educativo la educación psicomotrlz es una educación general del
ser a través de su cuerpo. Bajo el ángulo reeducativo, es una acción pedagógica y psicológica que
utiliza la acción corporal con el fin de mejorar o normalizar el comportamiento general del niño,
facilitando el desarrollo de todos los aspectos de su personalidad.
Una pedagogía activa y relacional pensada en función del niño constituye el marco
integrador de la educación psicomotriz. Debe corresponder, así mismo a las diferentes etapas del
desarrollo del niño.
Antes el estímulo inicial prevenía del exterior; ahora el estímulo iniciador del movimiento
produce una representación o imagen mental previa a su realización.
Las distintas conductas que integran el desarrollo psicomotor del niño giran en torno al
esquema corporal.
Según Defortaine el esquema corporal puede definirse como “las experiencias que se
tienen de las partes de los límites y de la movilidad de nuestro cuerpo”; experiencia
progresivamente adquirida a partir de múltiples impresiones sensoriales, propioceptivas
(sensaciones que provienen de los músculos y articulaciones) y exteroceptivas (cutáneas, visuales
y auditivas).
Sin una correcta elaboración de la imagen corporal seria imposible el acto motor voluntario
ya que en la realización de éste presupone la formación de una representación mental del acto a
realizar, de los segmentos corporales implicados y del movimiento necesario para lograr el objetivo
propuesto.
El esquema corporal no es un dato fijo e inmutable sino que es, al mismo tiempo
permanentemente cambiable. Toda experiencia nueva es referida a él en un movimiento de
continua modificación y perfección. No solamente abarca la imagen corporal en reposo sino que
también integra la imagen dinámica de su funcionamiento
Los elementos fundamentales para una correcta elaboración del esquema corporal son: el
control tónico, el control postural, el control respiratorio, la estructuración espacio-temporal y la
organización perceptiva.
1. El tono
Para realizar cualquier movimiento o acción corporal es necesario que algunos músculos
alcancen un determinado grado de tensión y otros se inhiban o relajen. La ejecución de un acto
motor de tipo voluntario implica el control del tono de los músculos, que tiene su base en las
primeras experiencias sensomotoras del niño. El tono muscular necesario para realizar cualquier
movimiento está sometido y regulado por el sistema nervioso.
2. El control postural
E control postural es uno de los elementos fundamentales del esquema corporal y reposa
sobre las experiencias sensomotoras del niño.
El desarrollo del control postural se logrará a través de actividades tanto estáticas como
dinámicas, y en diversos planos de altura, de forma que obliguen al niño a mantenerse en
equilibrio desde muchas altitudes y puntos de apoyo distintos.
3. El control Respiratorio
La respiración normal se encuentra regulada por el autorreflejo pulmonar y por los centros
respiratorios bulbares, que adaptan de una manera automática la respiración a las necesidades
de cada momento.
4. La Estructuración Espacial
La noción del espacio no es una noción simple, sino una noción que se elabora y
diversifica progresivamente en el transcurso del desarrollo psicomotor del niño.
A partir del movimiento es cuando se puede hacer esa diferenciación ya que un segmento
no se puede individualizar si no hay una percepción de su movilidad propia, que le permite
diferenciar de los segmentos vecinos.
Por medio de la percepción de nuestro cuerpo y sobre la base de referencia que le es así
proporcionada, es cuando puede ser percibido el espacio exterior. Este espacio exterior es
explorado al principio por una doble y simultánea percepción: una exteroceptiva (por ejemplo, la
visión de un objeto) y por otra propioceptiva (los movimientos que hay que hacer para cogerlos)
La percepción propioceptiva debe dejar una buena huella: para ello recurriremos a los
gestos de gran amplitud y los desplazamientos del cuerpo entero. Debe ser sistemáticamente
asociada al máximo de sensaciones exteroceptivas (visuales, táctiles y auditivas).
5. La estructuración Temporal
La organización del tiempo es otra de las bases fundamentales del desarrollo psicomotor.
El tiempo está al principio íntimamente ligado al espacio; es la duración que separa dos
percepciones espaciales sucesivas. Por lo tanto, la noción del tiempo debe seguir la misma
evolución que la noción del espacio, pasando sucesivamente desde el tiempo gestual a la 'elación
corporal entre el yo y el objeto y luego, a la relación de objeto a objeto.
Pero este tiempo es inmaterial, no puede ser objetivado ni expresado en su duración más
que por el sonido. Cuando el sonido vuelve o se acentúa a Intervalos regulares. se hace estructura
rítmica.
6. La Organización Perceptiva
En la educación de la percepción, los elementos fundamentales a desarrollar por el niño
son los colores, sonido, volumen, peso, longitud, formas, alturas y la percepción de las cantidades,
por cuanto constituyen las nociones básicas y previas a todos los aprendizajes escolares, tales
como lectura, escritura, y cálculo como los fundamentos sobre las que se va a construir el
pensamiento lógico.
La percepción del niño pequeño se caracteriza por ser inexacta, confusa y errónea, debido
al predominio de los procesos de excitación y generalización amplia e imprecisa. Por consiguiente
la labor educativa fundamental a este aspecto consistirá en el entrenamiento sucesivo de los
procesos de inhibición y de diferenciación.
Este entrenamiento se logra básicamente mediante la actividad práctica con los objetos, a
través de la propia acción corporal del niño, por medio de la cual va adquiriendo toda la serie de
asociaciones entre las distintas sensaciones recibidas del objeto: visuales, táctiles, cinestésicas,
musculares, entre otras.
El niño juega con todo su cuerpo y a través de este juego corporal, mediante manipulacio-
nes, construcciones, desplazamientos, etc.., es como establece contacto con los objetos del
mundo exterior y con sus cualidades perceptivas de color, tamaño, forma, peso...
CRECIMIENTO Y MADURACIÓN
Nutrición
Medio físico
Genéticos Enfermedades
F. psicológicas
Actividades físicas
CRECIMIENTO
y DESARROLLO
Sexuales A. Socioeconómicos
FACTORES HEREDITARIOS
Pueden dividirse en:
Factores genéticos
Los individuos nacen con unas características propias de su especie, raza, y familia,
transmitidas por sus progenitores en un código genético que influye tanto en el producto final
como en el proceso de desarrollo.
Factores sexuales
Existen diferencias en el crecimiento y desarrollo entre el sexo masculino y femenino,
estando comúnmente aceptado que los niños crecen más mientras que las niñas lo hacen antes.
LA HORMONA INSULINA
Segregada por el páncreas, es fundamental en el correcto crecimiento del niño, además
de en el metabolismo de los hidratos de carbono. Al igual que la anterior, contribuye en la acción
de la hormona del crecimiento.
"Es tan importante la cantidad de actividad física que un niño desarrolla, como la leche que debe
tomar"
Aunque es muy difícil evaluar la influencia exacta de la actividad física sobre el crecimiento
(Como hemos visto, este está controlado por el sistema endocrino y no se conocen exactamente
las posibles relaciones entre la actividad física y este Sistema) está demostrado como mínimo en
tres aspectos, que el ejercicio físico moderado favorece el normal desarrollo y crecimiento de la
persona:
- Los efectos estimuladores para el crecimiento longitudinal del hueso producidos por la presión en
los cartílagos el soporte del peso y la acción muscular. Esta estimulación facilita que los huesos
alcancen las dimensiones esperadas. (No debe interpretarse esta premisa como que a más
ejercicio. más crecimiento, ya que este aspecto está científicamente descartado. Lo que se afirma
es que el ejercicio favorece que el crecimiento sea el que potencialmente puede llegar a ser).
- La inactividad física produce. a cualquier edad la descalcificación de los huesos, de tan malas
consecuencias en el proceso de crecimiento.
- La actividad física "moldea", conformándolas de forma correcta las articulaciones corporales.
Aparte de estos aspectos, deben tenerse en cuenta todos aquellos en los que la actividad física
supone un beneficio para el funcionamiento y estado de los diferentes órganos y sistemas del
cuerpo humano, que han sido descritos en otro tema ("El concepto de salud en relación a la
actividad física. Efectos de la misma en diferentes órganos y sistemas).
SISTEMA ESQUELETICO
Los huesos que en su origen están formados por tejido cartilaginoso van osificándose con
el tiempo hasta llegar a la adolescencia, período en el que finaliza. En los huesos largos esta
osificación se inicia en su parte central o diáfisis por su .centro más activo se produce.
Posteriormente en la epífisis o zona distal del hueso. Este centro activo de crecimiento
llamado metáfisis se halla separado de la diáfisis por un cartílago denominado epifisario o de
crecimiento. La desaparición detectable radiológicamente de este cartílago significa el final del
proceso de crecimiento. Por otro lado los huesos también crecen en espesor.
SISTEMA MUSCULAR
Muy ligado al desarrollo del sistema esquelético el desarrollo muscular es paralelo al
aumento de estatura. Potenciado por la acción hormonal superior en este caso en el sexo
masculino tiene precisamente su máximo aumento, y con él el de los niveles de fuerza justamente
después del momento de máximo impulso de crecimiento.
En el desarrollo de este sistema es importante entender que lo que aumentará no será el
número de fibras musculares, sino su volumen o grosor conformando de esta manera un paquete
muscular más voluminoso.
El desarrollo muscular se puede ver muy afectado por la actividad o inactividad física.
TEJIDO ADIPOSO
El proceso de evolución de la cantidad y distribución del tejido graso subcutáneo obedece
a complicados factores entre los que hallamos los genéticos, los nutricionales, los hormonales y
los de práctica de actividad física.
Sea como sea, el tejido graso alcanza su máxima proporción dentro del primer año de
vida, disminuyendo paulatinamente hasta los 6-8 años, momento en el cual vuelve a aumentar.
El ejercicio físico, como medio de gasto calórico tiene una gran influencia en la cantidad y
distribución de grasa corporal, siendo quizás el efecto más demostrado de la actividad física el
hecho de que disminuye el % de peso graso.
Para acabar, no podemos olvidar que los factores psicológicos tienen mucha incidencia
sobre este aspecto.
SISTEMA NERVIOSO
Este sistema experimenta un crecimiento rapidísimo que le lleva al 75% de su peso final a
los 2 años de edad, y. sin embargo no concluye su evolución hasta entrados los 30 años.
Además, existe un desajuste entre morfología y funcionalidad del sistema ya que si bien
desde muy temprana edad su tamaño es parecido al del adulto sus funciones tardan muchos años
en consolidarse.
La gráfica de velocidad, más útil para tener una imagen clara del proceso muestra lo que
se aumenta cada año, tanto en peso como en talla.
Durante ella se producen aumentos de 5 a 7 cm. de estatura por año y cerca de los 2,5
Kg. de peso. Además de progresivo, el crecimiento en estas edades es armónico, de tal manera
que se realiza sin picos bruscos y con unas proporciones corporales similares a lo largo de todo el
proceso. Esto, ligado a la maduración del sistema nervioso, que lleva a una consolidación
prácticamente total del esquema corporal, a una maduración de la lateralidad y a una
estructuración avanzada del espacio, lleva a que, el final de la etapa, las capacidades
coordinativas de niños y niñas estén prácticamente al mismo nivel que en el adulto, siendo esta la
razón de que esta fase evolutiva sea crucial para muchos aprendizajes y desarrollo motrices
posteriores.
A partir del final de esta etapa, se inician los fuertes cambios físicos y psicológicos que
acompañaran al individuo hasta el final de la adolescencia. Así, entre los 10 a 14 años para las
chicas y los 12 a 16 para los chicos, se producen grandes aumentos de peso (con medias de
hasta 8 Kg. por año) y estatura (estirones de más de 10 cm. anuales), aumentos que no siempre
se realizarán de forma progresiva (son frecuentes los estirones de varios centímetros en pocos
días) ni armónica, ya que las piernas serán el segmento que antes crecerá (llevando al
preadolescente a la clásica imagen de un cuerpo compuesto por unas largas piernas y el resto de
los segmentos de dimensiones normales) mientras que el resto de las partes corporales, irán
alcanzando sus respectivas longitudes a lo largo de los años.
Este cambio corporal brusco e inarmónico ocasiona que se pierda la “gracia” motriz tan
característica de etapas anteriores, los gestos se endurezcan y pierdan en precisión. Estas
características se dejaran ver más en movimientos automáticos, andar, postura,… y en gestos de
reciente aprendizaje (el aprendizaje de nuevos patrones se ve muy dificultado en estas edades),
que en conductas motrices con las bases ya establecidas en etapas anteriores (motivo por el cual
afirmábamos que era tan importante la etapa anterior.
- Edad dental: Nos basamos en la dentición del sujeto, es decir en la aparición definitiva de las
diferentes piezas dentales, existiendo estudios que relacionan este proceso con la edad teórica
biológica a la que corresponde.
Clase práctica
Descripción del las pruebas para la determinación de las curvas de velocidad.
Competencia:
Interpretar el Crecimiento en diferentes etapas del Desarrollo Psicomotor a través de curva de
velocidad, a partir de la medición el peso y la talla.
Indicaciones Generales
1. Las mediciones de la talla y el peso será registrada a sujetos normastenicos en cualquiera
de las edades seleccionadas.
2. Las muestras serán clasificadas por sexo
3. La talla será expresada en centímetros aproximada hasta la centésima
4. El peso se registrara el kilogramos
Nota. En niños de meses se recomienda utilizar la tarjeta de control materno.
Material Necesario:
1. Cinta métrica
2. Balanza o peso
3. Protocolo de registro de datos
1. Para la talla: la medición se registrara sin calzado, pegado a la pared, tomando un trazo
perpendicular en contacto con la parte mas distal o superior de la cabeza, procediendo
con la cinta a medir el tramo registrado, el cual se consignara en la planilla de datos,
ubicando este resultado en el eje de las ( y ) mientras que la edad cronológica
corresponderá al eje de las ( x ) una vez que tengamos todos los registros transversales
de la etapa a medir, se procederá a confeccionar la curva correspondiente a partir de los
datos obtenidos en un eje de coordenadas
2. Para el Peso: para el registro del peso se tendrá en cuenta que las vestimenta sea en
ropa ligera y sin calzado, registrando el peso en kilogramos haciendo corresponder al
mismo en el eje de las (y) la Edad cronológica correspondiente al eje de la (x)
El desarrollo de la prensión
El recién nacido está ya en posesión del llamado reflejo tónico de prensión con la mano,
consistente en que cuando se le pone un objeto (por ejemplo, un bastoncito) en la palma abierta
de la mano, ésta se cierra fuertemente sobre él. Lo agarra con tanta energía, que se puede
levantar el niño con este objeto, sosteniéndose en él hasta un minuto. Se trata de un reflejo
arcaico o innato, no condicionado, ocasionado a partir del sentido del tacto. Remontándonos en la
historia evolutiva, este reflejo tiene todavía una importante función en los simios recién nacidos,
pues le permite al cachorro mantenerse agarrado a los mechones de pelo de la madre.
Para el desarrollo de la prensión voluntaria, deliberada, es indispensable que se realice la
coordinación de vista y mano. Para ello debe desarrollarse con anterioridad, el analizador óptico,
pues los recién nacidos todavía no pueden fijar con la vista un objeto a su alrededor. En el tercer
mes puede observarse una reacción móvil no concretizada a la vista de un objeto determinado,
consistente, según Peiper, en un "impulso afectivo" manifestado en forma de los movimientos
masivos antes aludidos. En el curso del tercer y cuarto mes, adquieren estos movimientos
confusos una dirección hacia el objeto, pero no alcanzan todavía su objetivo. Si por casualidad
tocan un objeto, lo agarran. La seguridad en asir objetos la sitúa Schmidt-Kolmer (288), en sus
observaciones con niños de internado, en los 5-6 meses. Otros observadores indican los 4-5
meses o el 8° mes como comienzo de la seguridad de prensión deliberada.
En las investigaciones del desarrollo sobre los movimientos de prensión hechas con
medios cinematográficos, se comprobó que primero aparecen los movimientos más groseros de
hombros y codos, viniendo con posterioridad los más delicados de manos y dedos. Los
movimientos son al principio tan tosco, que si bien llegan a tocar los objetos no logran agarrarlos.
La prensión se efectúa al principio presionando los objetos con los dedos contra la palma de la
mano. En el décimo mes ya se observa la utilización del índice y el pulgar como "tijera", apoyando
lateralmente el pulgar contra el índice. Sólo hacia el final del primer año el pulgar se opone del
todo a los otros dedos. El objeto se mantiene agarrado entre la punta del pulgar y del índice o de
los demás dedos.
En este estadio se observa muy a menudo que los niños se esfuerzan por agarrar con los
dedos objetos muy pequeños como migas de pan, piedrecitas y cosas parecidas.
También los comienzos de la prensión deliberada presentan todavía un carácter muy
desordenado. Los movimientos no se dirigen directamente al objetivo. Sino que se realizan a
golpes y de forma vacilante. En algunas ocasiones ocurre que el niño no consigue agarrar el
objeto deseado (un juguete o el biberón) sino que le da un empujón. Las extremidades no se
mueven unilateralmente. Sino que al principio acciona también el otro brazo, hasta muchas veces
incluso las piernas. Esta simetría de movimientos va reduciéndose con el tiempo, pero aparece
todavía en la niñez más avanzada y en la juventud, sobre todo cuando se trata de tareas difíciles.
Estos movimientos colaterales se inhiben y retraen sin embargo, cuando no tienen función alguna
en el desarrollo posterior, en la confrontación con las más diversas situaciones.
El desarrollo de la locomoción
Movimientos de locomoción son los que conducen a un cambio de lugar. Como ya hemos
dicho, el recién nacido no es capaz de moverse de sitio por si mismo. En las primeras semanas y
meses de vida dispone de todas maneras de algunos reflejos arcaicos en forma de movimientos
automáticos de caminar, reptar y nadar. Los movimientos de marcha automática presuponen
naturalmente un apoyo del tronco y se limitan a movimientos alternos de las piernas. Son muy
lentos, inseguros y desviados. Los movimientos de reptar se provocan colocando al niño sobre el
vientre y apoyando con las manos las plantas de los pies, con lo que hace presión con ellas sobre
el apoyo y avanza arrastrándose. Los brazos doblados ayudan a este movimiento, mientras que la
cabeza se mantiene derecha. Los movimientos de natación se efectúan de forma parecida al
chapoteo de los perros con coordinación cruzada de brazos y piernas. En su forma externa son
más armónicos y rápidos que los de marcha y arrastramiento.
Estos movimientos reflejos, dirigidos por centros cerebrales inferiores, desaparecen
algunos meses antes de aparecer la locomoción deliberada. Se ven retraídos bajo la influencia de
la corteza cerebral. La marcha automática dura sólo hasta 4 ó 5 meses'; los movimientos de
arrastrarse, de 3 a 4 meses; los de natación de 4 a 5 meses. Tampoco mediante la ejercitación
especial de estas reacciones reflejas no condicionadas se ha logrado prolongarlas más tiempo. El
movimiento deliberado debe desarrollarse en cada uno de estos casos a partir de cero.
El desarrollo de la locomoción pasa por una serie regular y escalonada de formas previas
al caminar derecho. Se distinguen las siguientes formas: reptar, gatear, desliza caminar.
La primera forma relacionada con un movimiento en parte alterno de las extremidades es
el reptar. En ella sólo se emplean los brazos doblados, mientras que las piernas se dejan arrastrar
o se agitan sólo accidentalmente. El reptar aparece cerca de los 8 ó 9 meses, siguiéndole el
gatear a los 9-12 meses. En el gatear se emplean brazos y piernas. Los brazos están extendidos y
se apoyan sobre las palmas de las manos, las piernas se encuentran dobladas en las caderas y
rodillas aproximadamente en ángulo recto. El tronco se encuentra mas levantado del suelo. La
coordinación de piernas y brazos es toda vio poco segura; los movimientos son lentos. La forma
acabada de gatear, que por lo general no se domina hasta después de haber aprendido a caminar
derecho, se realiza avanzando en una sucesión rápida alternando la pierna derecha con el brazo
izquierdo en una fase y la pierna izquierda con el brazo derecho en la otra (coordinación cruzada).
Antes de caminar puede observarse en algunos niños otra forma de desplazamiento, el
deslizarse. En él el tronco se encuentra levantado de modo considerable y los brazos se emplean
sólo parcialmente como refuerzo. El niño apoya con firmeza en posición sentada el dorso de los
talones sobre el suelo, se da un poco de impulso con el tronco y, aprovechando el movimiento de
éste, acerca las ancas a los talones. La rapidez y seguridad de traslación pueden ser realmente
sorprendentes. En muchos niños el deslizarse es mucho más perfecto que el andar y se domina
por lo general en el segundo año de vida.
La forma última y definitiva de locomoción del lactante, el caminar, empieza a
desarrollarse cuando el niño se levanta por sí mismo apoyándose en objetos e intenta desplazarse
lateralmente un trecho a la derecha o a la izquierda. De esta manera se dan los primeros pasos
toscos y laterales, consistentes en un levantamiento de la pierna anterior y un hacer seguir a la
posterior. Al dar el paso, las manos se agarran con fuerza, por ejemplo a los barrotes. Este
desplazamiento a lo largo de objetos que observamos alrededor del 9no mes, se hace pronto más
seguro, pudiéndose soltar una mano al dar un paso. De esta manera el niño va de un objeto a
otro, siempre que una de sus manos encuentre un apoyo seguro. Si esto no es posible, porque la
distancia es demasiado grande vuelve a la forma evolutivamente anterior de locomoción, al goteo.
También después en situaciones difíciles cuando la superficie de apoyo es muy estrecha o algo
parecido se vuelve a recurrir al gatear, como forma más antigua y segura.
En este estadio el desarrollo del caminar encuentra por lo general la ayuda de los adultos.
Con ayuda de ellos, el niño comienza a andar también frontalmente, sostenido con las dos manos
y más tarde sólo con una. La manera de andar produce todavía un efecto muy poco seguro; las
piernas van muy separadas y se mueven con dificultad, con poca participación del cuerpo entero.
A menudo puede observarse que se trata sobre una especie de paso en ajuste posterior: una
pierna se dobla en la rodilla, se levanta relativamente alta y toma tierra como dando un golpe
mientras que la otra lo sigue a continuación relativamente estirada.
Los primeros pasos libres se dan aproximadamente al terminar el primer año, pero hay no
pocas excepciones. Los provoca una distancia más amplia entre dos objetos, como por ejemplo
dos sillas, que hacen que el niño tenga que soltar transitoriamente las dos manos, o la madre o
niñera que incitan al niño a ir a sus brazos. Los primeros pasos se parecen más a un tropiezo que
a un caminar. Los brazos reman en el aire, lateralmente levantados y doblados. El movimiento no
mantiene todavía una dirección determinada. Todos los movimientos son angulosos, la fluidez no
existe todavía. Por lo general no pueden darse más de dos o tres pasos, el equilibrio no puede
mantenerse más tiempo y el niño se sienta. Existen además dificultades en hacer avanzar la
pierna de impulso. Ello hace que el centro de gravedad del cuerpo se sitúe delante de la superficie
de apoyo de la pierna sostenedora. Si no se detiene a tiempo la caída hacia adelante del cuerpo
con la pierna de impulso, el niño se cae de bruces. Al ponerse de cuclillas, evita la caída. El centro
de gravitación se sitúa más bajo, pudiéndose contrarrestar más fácilmente el balanceo.
Una vez dados los primeros pasos, el niño ensaya una y otra vez el caminar con alegría
manifiesta, de tal manera que a las pocas semanas lo domina ya con bastante seguridad, a no ser
que una caída dolorosa interrumpa transitoriamente los ensayos. La posición del párvulo al andar
es la misma que en el estar derecho: las articulaciones de la cadera y rodillas están todavía
ligeramente dobladas, el vientre adelante todo y el torso echado hacia atrás. De tal manera el
centro de gravitación se mantiene un tiempo relativo encima de la pierna de apoyo y al principio
sólo es posible dar los pasos cortos.
En algunos niños puede ocurrir que no se den las etapas anteriores de reptar, gatear o
deslizar. Gran parte de ellos se salta el deslizarse y los hay también que no pasan por las etapas
de reptar y gatear. Las causas de tal eliminación hay que buscarlas por lo general en las
condiciones ambientales. Los niños que no tienen ocasiones de moverse libremente por el suelo
se saltarán las etapas inferiores de locomoción en muchos casos. Ha podido observarse sobre
todo en los niños de internados debido a la causa de limpieza y de mayor facilidad en cuidado se
les ha tenido sólo en la camita o en grupos pequeños cercados. Los niños que se encuentran la
mayor parte del tiempo en los enrejados especiales reptarán y gatearán pero no llegarán a
deslizarse pues pueden ponerse pronto derechos en las rejas y aprender a andar. Por otro lado los
niños que permanecen mucho en habitaciones grandes con pocas ocasiones de agarrarse y
levantarse y reciben poca ayuda de los adultos para aprender andar, quedarán estancados mucho
tiempo en el estadio de deslizamiento. El saltarse esta etapa no es de ningún modo una gran
pérdida pero tampoco es beneficioso que no se produzca el andar a gatas, pues no se fortalecen
los músculos y tendones. Sobre todo no se prepara la musculatura de la espalda de manera
suficiente para la posición derecha y el caminar. Esta pérdida motriz debe ser además recuperada
posteriormente, pues ya hemos indicado que en situaciones difíciles el niño vuelve frecuentemente
al recurso de andar "a cuatro patas". El gatear constituye además la base del trepar.
Posteriormente madura el estriado que modera los toscos movimientos masivos dirigidos
por el pálido. A continuación comienza a madurar la corteza cerebral con sus regiones motrices,
sobre todo las células iniciales de los conductos piramidales, lo que permite una mayor
diferenciación de los movimientos. Finalmente adquiere capacidad de funcionamiento el cerebro
frontal que tiene una importancia decisiva para el desarrollo del lenguaje por lo que la motilidad va
subordinándose paulatinamente al segundo sistema de señalización.
No cabe duda que estos centros motores del cerebro, que van apareciendo
sucesivamente en el curso del desarrollo, tienen una influencia decisiva sobre la motilidad. Pero no
debe pensarse que tiene lugar como un proceso espontáneo.
Si queremos elucidar la cuestión del desarrollo motor en el primer año de vida sobre la
base de las teorías de Pavlov, tenemos que ir a buscar el factor decisivo en las relaciones entre el
organismo y el medio ambiente. En el sistema nervioso existen ya condiciones para hacer posible
el desarrollo motor humano, pero para que lleguen a desplegarse estas posibilidades heredadas el
niño no sólo necesita alimentos y cuidado sanitario, sino también la acción recíproca y continua
con el medio ambiente en las más diversas formas. Los estímulos para la realización de
movimientos los proporcionan sobre todo las sensaciones táctiles y las percepciones visuales
primero de las cosas más próximas y después de las más alejadas. De particular importancia es
una compleja conducta de carácter reflejo ante el mundo, que Pavlov, denomina reflejo de
orientación (o reflejo de "qué es eso") y reflejo de exploración. Este reflejo de orientación-
exploración es la base inicial de muchos movimientos infantiles. Es decisivo para el desarrollo del
analizador óptico predominante en el aumento de la prensión y desempeña también un gran papel
en la locomoción. También lo que denominamos generalmente afán de movimientos de los niños,
consiste en gran parte en esta reacción en el reflejo de orientación-exploración. A través de los
movimientos ejecutados va formándose el analizador del movimiento, y se hace cada vez más
diferenciada la reciprocidad estímulo exterior - movimiento - estímulo exterior. La persona va
adaptándose reiteradamente a las condiciones ambientales. Una limitación de los estímulos
externos causa un retraso del desarrollo motor. Un niño ciego, por ejemplo, sufre un retraso en su
desarrollo.
La acción de la sociedad humana es especialmente importante. El medio ambiente en
donde tiene lugar la crianza del niño, es la sociedad humana y su desarrollo motor en el primer
año sólo es concebible en el seno de la sociedad. ¿Cuántas veces se le da la vuelta al niño en la
cuna, se le sienta o pone de pie, antes de hacerlo por si mismo?, ¿Cuántas veces la madre o la
niñera le prestan ayuda para levantarse o en los primeros intentos de andar?. Las percepciones
sensoriales de los distintos analizadores experimentados en tales situaciones, tienen una
influencia evidente sobre el desarrollo motor. Este experimenta un retraso cuando hay una falta
considerable de estos incentivos. Los factores sociales son muy importantes para la ejecución de
movimientos. En las más diversas ocasiones pueden observarse los desesperados esfuerzos que
hacen los niños por acercarse a la madre. Los primeros pasos se dan por lo general en dirección a
la madre o la niñera con que hay más contacto.
Los ejemplos citados apoyan la suposición de que el factor determinante del desarrollo
motor en el primer año lo forman las relaciones recíprocas entre el organismo y el medio ambiente.
El mundo exterior, en la forma de medio material y relaciones sociales configura en gran medida
los movimientos infantiles.
Las aptitudes hereditarias sólo pueden desarrollarse cuando entran en confrontación
activa con el mundo exterior. Esta relación dialéctica no debe ser desatendida, de lo contrario se
cae en el error de pensar que el niño sólo necesita cuidados sanitarios (alimentación - limpieza)
Conclusiones
Aunque los profesores de educación física no ejercen todavía sus funciones pedagógicas
para esta edad, deben saber de todas maneras cómo hay que fomentar el desarrollo motor en el
primer año de vida.
• En primer lugar, el niño debe poder moverse con libertad en un medio adecuado a su
grado de desarrollo. Esto comien.za ya en los primeros meses. Debemos concederle al
lactante un cierto tiempo, limitado al principio a unos minutos, en el que pueda patear
completamente libre de ropas molestas. Estando en la cuna no se pondrá a reptar y
gatear; para ello necesita mas libertad de movimientos. Un buen día será insuficiente el
cerco de verjas, por lo que habrá de aprovechar las posibilidades en toda la habitación y
vivienda entera. También los juguetes, que deben presentar incentivos para el
movimiento, sobre todo deben ir cambiando, adaptándose a los progresos del desarrollo.
• Como segundo factor hay que considerar la ayuda activa de los adultos, que es esencial a
partir de los seis meses. Cuando, por ejemplo, se agarra al niño, tendido sobre el dorso, a
los dedos del adulto y éste lo levanta hasta ponerlo sentado, no sólo se refuerza con ello
su musculatura, sino que al mismo tiempo se ejercita en los movimientos. También es
oportuno ayudar razonablemente al niño para que pueda mantenerse derecho y sobre
todo para que aprenda a andar. Algunos niños necesitan en particular estímulos y
sugerencias de movimientos, si no sufren un retraso. Habrá que estimularlos
continuamente a sentarse, ponerse derechos o caminar. Pero no debe hacerse nunca con
la intención de que el niño sea especialmente precoz en el sentarse, levantarse o andar,
como hacen ciertos padres ambiciosos. No hay que tener como objetivo la precocidad,
pero el niño necesita estímulo y ayuda para su desarrollo normal. Cuando no existe esta
ayuda (como en las casas cuna de viejo estilo) se cae con facilidad en un retraso motor,
que redunda en perjuicio del desarrollo general a causa de la estrecha vinculación de los
desarrollos motor, intelectual, lingüístico, etc.
EDAD TEMPRANA
Los principales logros de esta etapa (1-3 años), como es la marcha independiente, la
actividad con objetos y el dominio del lenguaje, contribuyen al desarrollo cognitivo ulterior, a
ampliar las posibilidades de interacción y comunicación con las personas y con el mundo
circundante.
Acciones con instrumentos: Realiza acciones con objetos para actuar sobre otros.
Acciones lúdicas: Ellas no están sujetas a la forma exacta del uso del objeto y sus propiedades,
pero tienen que ver con los dos tipos de acciones anteriormente relacionadas.
La edad temprana es el periodo sensitivo para el desarrollo del habla, las influencias
educativas actúan con mayor fuerza sobre el desarrollo psíquico.
Niños de 1-2 años: Se apropian de las primeras palabras sobre la base de conexiones,
asociando un sonido emitido con la presencia de determinado objeto. Se producen asociaciones
entre palabras y fenómenos.
Niños de 2-3 años: Se amplía el vocabulario. 'Descubren que todo objeto tiene un nombre
y hacen preguntas sobre dichos nombres. Por ejemplo: ¿Qué es esto?
Hay un gran desarrollo del vocabulario pasivo. Comprende muchas palabras que aún no
puede hablar.,
Aunque A. V. Petrovsky, plantea que hacia el final del tercer año de vida utiliza más de 1
500 palabras. El principal estimulo que el niño tiene para el desarrollo del lenguaje es el interés
que él muestra por los objetos.
Va dominando paulatinamente las formas de conducta propias del ser humano dentro de
la sociedad y los rasgos interiores que distinguen a cada hombre como miembro de ésta. Aunque
los motivos de su conducta, regularmente no son conscientes y no están priorizados dentro de un
sistema conforme a su grado de importancia. Actúa sin razonar, bajo la influencia de los 'deseos y
sentimientos que surgen en determinado momento.
Comienzan a surgir los sentimientos y los deseos relacionados con los objetos acerca de
los cuales el niño se recuerde.
Conducta del niño más dirigida a un fin determinado, lo cual constituye la base para el
desarrollo de la regulación oral de la conducta, los objetivos entonces son formulados
verbalmente. Ejemplo: el dibujo, Ias acciones con cubitos. El niño trata de obtener del adulto
felicitaciones y cariño, se molesta si el adulto no le satisface su deseo.
En resumen podemos plantear, que el tercer año de vida es considerado por muchos
autores como centro de vía en el desarrollo del hombre, debido a la gran cantidad de
transformaciones cualitativas que experimenta la psiquis del niño durante ese período. Al llegar a
la edad de tres años, el niño domina el uso de muchos objetos domésticos, está capacitado para
realizar su autoservicio y para participar en la interrelación con las personas que lo rodean, se
dirige y comunica con los demás niños mediante el habla y cumple con las reglas elementales de
conducta. Es decir, existe mayor énfasis en el desarrollo de percepción y lenguaje, así como de la
atención y pensamiento concreto, actuando directamente con los objetos. Aparece el intento de
hacer las cosas de forma independiente en una estrecha vinculación con el medio,
fundamentalmente con los objetos y el mundo natural que le rodea. Se amplían sus relaciones con
otros adultos y con los coetáneos. Continúa existiendo un predominio de lo afectivo sobre lo
regulativo
EDAD PRESCOLAR
La actividad que da solución a los deseos de independencia que surgen producto del desarrollo
de la autoconciencia al finalizar el tercer año de vida es el juego de roles, actividad fundamental
en la edad preescolar.
El juego de roles como actividad importante en esta etapa:
§ El juego de roles es un juego específico con características diferentes a otros:
§ El niño representa en esta actividad la vida de los adultos.
§ Es una actividad que le proporciona al niño placer.
Sus contenidos están dados por la experiencia que tenga el niño de la realidad el adulto no le
puede imponer al niño los contenidos de los juegos, si quiere influir en ellos tiene que ser de
manera indirecta.
N. Akasarina destaca que es más importante para el desarrollo del niño la presencia de la
experiencia que la activad con objetos y juguetes.
personas.
Voluntad:
La edad preescolar es la edad del surgimiento de la voluntad, de la constante regulación de la
conducta, de las acciones externas e internas.
En el niño surge la posibilidad de subordinar sus acciones a las necesidades del cumplimiento de
determinadas tareas, de lograr un objetivo trazado superando
las dificultades que surgen .
El control consciente de la conducta solo recién comienza a formarse. Las acciones volitivas
coexisten con acciones impremeditadas, impulsivas, que surgen como resultado de deseos y
sentimientos circunstanciales. Solo en los finales de la etapa, el niño es capaz de realizar
esfuerzos volitivos relativamente prolongados, aunque en este sentido, están por debajo de los
niños de la edad escolar.
. Motivación:
El logro fundamental del preescolar, es la jerarquización de los motivos, el niño se mantiene
por más tiempo en un tipo de actividad en función de la subordinación de motivos que pueden ser
de cualquier tipo: cognoscitivo, morales.
Surgimiento de nuevos motivos, más internos: sociales, morales, lúdicos, de autoafirmación y
auto estimación, emulativos.
. Autovaloración y autoconciencia:
El desarrollo de éstas da lugar a la aparición de una de las formaciones psicológicas
principales de la edad preescolar.
Las influencias del medio ambiente son precisamente en esta edad de mucha importancia para
el desarrollo de las destrezas de movimiento del niño y para su capacidad de reacción motriz.
Vamos a explicar lo dicho antes tomando el ejemplo de un lanzamiento. El niño quiere hacer
que un objeto por ejemplo una pelota, vaya a un lugar determinado. Lleva primero la pelota al
lugar previsto, realiza diversos movimientos de arranque y al final "tira" la pelota. En la mayoría de
los casos no puede hablarse en realidad de un lanzamiento pues la pelota abandona la mano de
forma completamente incontrolado a menudo en contra de la dirección prevista. y la distancia
alcanzada es escasa. Sin embargo, el niño se ejercita con frecuentes repeticiones y llega a
alcanzar un determinado grado de destreza en la forma básica "lanzar".
El párvulo no es consecuente y constante en sus acciones, sino que se distrae con mucha
facilidad. No pocas veces su actividad se ve perturbada por un ruido o el movimiento de un objeto.
Su atención se vuelve hacia esta "novedad", se interrumpe la actividad anterior, olvidándola y
pasando a explorar lo "nuevo". La concentración del niño en la resolución de una tarea es de poca
duración, necesita variación o distracción para no agotar demasiado pronto las fuerzas y los
nervios. Este hecho hace comprender mejor el paralelismo en el aprendizaje de destrezas de
movimiento.
La rapidez de desarrollo motor depende al parecer del número de formas básicas de movimiento
que se están adquiriendo. En el primer año de vida se encuentra en primer plano la evolución hacia
el andar derecho; hay una línea dominante, en la que ya se muestran nuevos avances en períodos
cortos y de forma constante. A partir de un año ya se desarrollan varias formas básicas
paralelamente, las cuales van afianzándose y mejorándose hasta el comienzo de la edad escolar.
La rapidez del desarrollo en cada una de las formas básicas de movimiento depende también
del ejercicio y las posibilidades que se le presentan al afán infantil de acción. De esta forma se
aumentan más rápidamente las formas para las que hay mejores posibilidades de ejercicio.
La sensación de éxito desempeña un papel muy positivo. En medio del gran número de intentos
se seleccionan los movimientos realizados con éxito, se repiten por el placer de lograrlo y de esta
manera van asegurándose. Por el contrario, los ensayos que fracasan, no se repiten y se olvidan.
A lo largo de muchos intentos logrados en el trato con las cosas, el niño va adquiriendo un sentido
funcional de la ejecución y desarrolla al mismo tiempo la facultad de acumular experiencias
motrices, de la que se forma una "memoria motriz".
El lenguaje y la capacidad de pensar que ello lleva consigo, van regulando progresivamente las
acciones motrices del niño. Al principio los movimientos se orientan en especial por los estímulos
de los llamados "sentidos de proximidad", particularmente el tacto y el sentido del movimiento
(sensación muscular). Con posterioridad asumen la función dirigente los "sentidos a distancia"
(vista y oído).
El niño ve los movimientos de otros niños, de los hermanos, de los adultos y, sobre todo, de la
madre. La visión llega a producir tanto efecto como los estímulos que parten del contacto directo
con las cosas. Los movimientos percibidos sensorialmente incitan a la imitación, sobre todo si al
principio van unidos a invitaciones, alientos y promesas; por ejemplo, para trepar: "Ven, sube;
enséñame que puedes hacerlo solo. ¡Ahí arriba está tu pelota de colores, sube a buscarla!"
Esto puede explicarse fisiológicamente de la siguiente manera: Sabemos por las investigaciones
de Pavlov y su escuela que las células cenestésicas corticales pueden establecer contacto con
todas las células de la corteza cerebral, o sea, también con las células excitadas por estímulos
hablados. Ello hace posible que el niño pueda relacionar determinadas sensaciones motrices con
determinadas palabras. Por ejemplo: agitar la cabeza se relaciona con "no" y extender los brazos
hacia delante, con "dome". De tal forma se establecen relaciones condicionadas entre la palabra y
las sensaciones. Se crean relaciones firmes entre los estímulos transmitidos por los sentidos y los
transmitidos por la palabra, es decir, entre el primero y el segundo sistema de señalización la
palabra acaba sustituyendo el estímulo directo.
A través de la experiencia adquirida en el trato con las cosas, el niño va liberándose poco a
poco de la dependencia directa de la situación presente. Para sus movimientos ya no necesita
tocar realmente las cosas. Le basta cada vez más la orientación óptica, porque sirviéndose de sus
experiencias, ve la situación, y cómo debe reaccionar cinéticamente ante ella basta con una
mirada. Lo experimentado anteriormente por mediación del tacto y las sensaciones musculares
(las particularidades de las cosas) lo ve ahora con la ayuda de las experiencias acumuladas (el
peso, la rigidez de superficie, la manejabilidad, etc.). Este saber le comunica también lo que puede
hacer con ellas; a través de los objetos experimenta determinados estímulos de movimiento. Con
un bastón intentará dar golpes o hacer rodar un aro.
El lenguaje influye cada vez más sobre la conducta motriz. Cuando está en posesión de los
movimientos necesarios, el niño puede reaccionar positivamente al oír determinadas instrucciones,
sin necesidad de darle ejemplo con la acción.
Las exhortaciones simples actúan al principio como impulsos y se cumplen ya en el segundo año
de vida (por ejemplo: Dame la pelota, "Trae tu muñeca"). La mímica del adulto subraya la
incitación oral. En el curso del tercer año, la exhortación "corre que te agarro" no sólo se entiende
como impulso, sino también en su sentido general cumpliéndola de acuerdo con las facultades de
movimiento disponibles. A partir de los tres años ya es posible enseñar a los niños en pequeños
grupos (primer año de parvulario). Pero los niños todavía no están en condiciones de reaccionar
por sí mismos ante las instrucciones orales dadas anteriormente. Sus reacciones motrices
obedecen aún predominantemente al carácter de impulso de las palabras y no con demasiada
exactitud a su sentido. Por ello el instructor debe unir a la exhortación oral la acción ejemplar (por
ejemplo: "saltad a la pata coja como yo", "tiradme la pelota", "a ver quién me agarra" o "escondeos
y yo os buscaré").
Debemos tener presente sin embargo que la exhortación y la enseñanza oral en el período
preescolar no puede sustituir el aprendizaje motor directo. La enseñanza oral sólo es efectiva
cuando se aplica a las experiencias de movimiento que tiene el niño, y éstas sólo puede
adquirirlas en el trato con los objetos, en la confrontación activa con su mundo.
Por lo que se refiere a los impulsos rítmicos, los niños reaccionan ya en los primeros años, y
cada vez mejor en el período preescolar, ante los ritmos simples y bien marcados realizando
movimientos adecuados. Por ejemplo, ante la combinación de fuerte y suave reaccionan dando
pisadas y ante el ritmo de "galope" con los correspondientes brincos a paso de galope. Esta forma
de brincar al galope puede observarse también con bastante frecuencia en la vida .cotidiana,
especialmente en las niñas, combinada con andar o correr. De acuerdo con nuestras experiencias
hay muy pocos niños en edad preescolar que no reaccionen ante el ritmo. Sobre todo el estímulo
acústico en forma musical despierta de inmediato reacciones motrices cuando corresponde a la
capacidad de comprensión de los niños. Generalmente se trata de reacciones generales, en las
que no se da todavía para los niños una dependencia adecuada entre la música y el movimiento.
Sin embargo, con un adiestramiento adecuado pueden obtenerse también resultados bastante
buenos de acomodación adecuada sobre los movimientos a ritmos simples como los de galopar,
brincar, marchar, etc.
a) Caminar
El desarrollo del caminar se efectúa en gran parte en el primer año de vida. Por ello ya lo
hemos tratado anteriormente. Esta serie de desarrollo prosigue sin embargo más adelante. Hasta
alcanzar un caminar libre y fluido en el que se dan las siguientes etapas:
Caminar con apoyo. Puede efectuarse a lo largo de objetos, caminando de lado, avanzando una
pierna y acercándole la otra a continuación (paso de ajuste posterior); la pierna que avanza se
levanta con exageración. También hay el avance frontal (a diferencia del lateral anterior)
apoyándose con ambas manos; en él se levanta también una pierna con exceso.
Caminar libre. Después de cumplido el primer año, el niño presenta por lo general un paso largo,
todavía muy vacilante. Logra dar de dos a cinco pasos; después de cada uno hay peligro de
pérdida del equilibrio. Aproximadamente unos quince días después de estos primeros pasos,
consigue salvar distancias más largas (hasta unos 20 pasos) con más seguridad e incluso con
cambio de dirección. El paso sigue siendo largo, los brazos están ligeramente levantados y
siempre dispuestos a mantener el frágil equilibrio.
Hemos investigado especialmente el desarrollo motor del 20 al 60 año de vida. Doce individuos
(niñas y niños) fueron objeto de una investigación a largo plazo, siendo observados y filmados
regularmente (o comienzos del año 20 de vida, semanalmente; después mensualmente; del 30 al
60, cada tres o seis meses). De esta manera llegó a conseguirse un primer cuadro homogéneo
del desarrollo de las más importantes formas básicas de movimiento deportivo y de las
transformaciones cualitativas en este periodo. Los resultados de esta investigación fueron objeto
de examen comparativo en gran número de observaciones asesoradas en internados, guarderías
y en clases prácticas con párvulos.
Aproximadamente un mes después el paso se ha hecho más fluido. Las extremidades superiores
ya pueden asumir otras labores durante la marcha. Al niño le gusta transportar objetos de un lado a
otro de la habitación (foto 14 a, b).
b) Trepar
El trepar se efectúa al principio en la posición de gatear, con la diferencia de que los brazos ya
no sirven solamente de apoyo, sino que sostienen y arrastran el cuerpo, haciendo a menudo un
esfuerzo considerable. Puesto que hay que levantar el peso del cuerpo o frenar su movimiento de
descenso, el trepar es bastante más pesado que el gatear. La relación fuerza-peso es en el
párvulo todavía desventajosa, pues el peso del tronco y la cabeza es relativamente grande con
relación a la constitución de las extremidades.
En el curso del segundo año de vida se emprenden los primeros ensayos de trepar. Al avanzar la
edad el niño supera dificultades y obstáculos cada vez mayores sirviéndose de esta forma básica
de desplazamiento.
El trepar hacia arriba acostumbra a lograrse ya al cumplirse el primer año, si bien
se alcanzan sólo alturas pequeñas como de 10 cm.
El trepar de bajada se consigue, tras algunos intentos, poco después del trepar de subida y en
las mismas alturas. El peso del cuerpo se sostiene con los brazos y las piernas son arrastradas a
continuación.
El trepar por encima de obstáculos mayores (a la altura de las caderas) se consigue de forma
segura a la edad de 16 a 18 meses. El obstáculo no debe ser demasiado ancho, de manera que el
niño pueda alcanzar, estando derecho, el canto opuesto. Después de haber trepado hasta arriba,
el niño se da la vuelta sobre el obstáculo y vuelve a bajar con el vientre hacia abajo y las piernas
por delante. Por lo general el trepar de bajada se efectúa con mayor vacilación que el de subida; se
pone de barriga y baja con las piernas, palpando el suelo con los pies. Después de cumplir los dos
años, se combina con fluidez la subida y la bajada. Las alturas adecuadas a su tamaño (de las
caderas al pecho) son salvadas ágilmente mediante esta forma básica.
c) Escalar
El subir y bajar escaleras se desarrolla en el curso del segundo año de vida, según un esquema
parecido al del caminar, en las siguientes etapas:
Escalada con paso de ajuste posterior tomando "apoyo. El niño sube de lado con una pierna,
a la que se une luego la otra, y se sostiene con las dos manos en los barrotes o contra una pared.
Sólo se suelta cuando se siente ya seguro en el peldaño alcanzado.
Levanta exageradamente el pie que avanza. En la bajada, que se efectúa de la misma manera, va
tanteando con el pie al bajarlo y desliza la pierna junto al borde del peldaño. Si se lleva al niño de
la mano, sube o baja de frente con pasos de ajuste posterior. También en este caso puede
observarse el levantamiento exagerado de una pierna al subir, el tantear con el pie al bajar.
Después de cada paso se produce una pausa.
Escalada sin apoyo con paso de ajuste posterior. Se realiza al principio de forma insegura e
interrumpida. Después de cada paso Ia criatura hace una pausa para ponerse en equilibrio,
pataleando brevemente sobre el lugar. Todavía se observa al subir el levantamiento exagerado de
la pierna y al bajar el tanteo con el pie. De bajada siempre lo hace con más miedo y lentitud. Una
vez logrado el escalamiento sin apoyo con paso de ajuste posterior, se consigue también que el
niño suba y baje las escaleras alternando la pierna derecha con la izquierda cuando se le lleva de
una mano. De subida lo hace de manera bastante fluida, aunque todavía levanta la pierna dema-
siado. La bajada es todavía más lenta que la subida. El cuerpo se yergue hacia atrás y la mano
libre se levanta lateralmente para conservar el equilibrio. El escalamiento libre, sin apoyo alguno
de subida y de bajada, se presenta alrededor de los dos años y medio. Al subir, da una fuerte
pisada con los pies; el movimiento transcurre con bastante fluidez. Baja siempre con un control
óptico constante, con mayor lentitud y vacilaciones que al subir; la punta del pie se inclina hacia
abajo tanteando el terreno.
El pasar por encima de espacios intermedios vados (forma vinculada al escalar) lo hemos
observado experimentalmente en una situación en que se pongan de 4 a 6 cajas en fila con
espacios intermedios de 5 a 30 cm. La forma de salvar estos espacios se desarrollo como la forma
de andar y escalar. El niño consigue pasarlos, prestándole apoyo, aproximadamente al año y
medio de edad, dando un paso de ajuste posterior. El paso libre, sin apoyo, de los espacios más
cortos lo observamos ya en el niño de dos años. Se realiza en forma de pasos de ajuste posterior,
en los que la pierna adelantada se levanta con exceso, como al subir las escaleras. Antes de
comenzar otro paso se produce una pausa, dando también a menudo un pequeño pataleo sobre
la caja alcanzada y levantando una pierna a manera de prueba.
A los dos años y medio, los niños salvan de forma más fluida espacios de hasta 15 cm (serie
fotográfica 17). El paso cambiante se produce casi al mismo tiempo que la subida de escaleras
con paso cambiante. El niño de más de 3 años pasa por encima de espacios de hasta 30 cm con
fluidez y rapidez relativa, pero todavía levanta demasiado la pierna y la sienta con énfasis.
d) Correr
Por correr se entiende una forma de locomoción en la que, a diferencia del caminar, se produce
una fase de vuelo. En el segundo año los niños caminan a menudo con una sucesión muy rápida
de pasos, sin que pueda observarse sin embargo una fase de vuelo. Las etapas previas del correr
propiamente dicho son: rapidez y seguridad en el caminar - el niño domina los cambios de
dirección - caminar saltarín - se dan pasos pequeños y cortos, levantando más la rodilla que al
caminar. Los primeros ensayos de correr con breve fase de vuelo los hemos observado en niños
de dos años y medio. El torso se mantiene casi derecho, las caderas y rodillas están ligeramente
inclinadas, los movimientos de los brazos son amplios y abiertos y muchas veces asimétricos.
La destreza en el correr progresa con la edad, Ios movimientos se hacen más fluidos,
espaciales y funcionales; la fase de vuelo es más larga. Al entrar en la edad escolar, el niño
presenta una forma de correr bastante bien coordinada, moviendo también los brazos funcional
mente, es decir, de forma acoplada con armonía al ritmo de la carrera y apoyando el movimiento
total.
e) Saltar
Al principio se da el salto hacia abajo desde pequeñas alturas (bordillo, peldaño, cajón de 20 cm
de altura). Los primeros ensayos se emprenden alrededor de los dos años y medio, o sea, al
mismo tiempo que el niño comienza a correr. La caída se produce casi siempre en posición de
paso (una pierna avanzada) y todavía es poco elástica. Por lo general los niños brincan una o dos
veces hacia adelante después de la caída. También a los 3-5 años, cuando ya se salta de alturas
mayores, no se observa todavía elasticidad en la caída. Los niños caen muchas veces de cuclillas
como es justo pero no pueden erguirse inmediatamente. Después de caer acostumbra a
producirse una pausa ya continuación sigue un brinco parecido al de los primeros saltos. El salto
se da todavía desde la posición erguida. con gran profusión de arranques (serie fotográfica 18).
Aproximadamente al cumplirse los 3 años observamos el salto hacia arriba de pequeñas alturas
desde el suelo.
f) Lanzar
Desde los comienzos primerizos hasta el lanzamiento con puntería pueden observarse las
siguientes formas de lanzamiento:
El niño arroja hacia abajo pequeños objetos manejables (pelotas). Aparentemente con la
articulación de la mano ya poco antes de cumplir un año.
En los niños de 4 y 5 años ya se da una vinculación fluida de fase preparatoria y fase principal en
el lanzamiento con una mano. También consiguen lanzar sobre un objetivo grande (aro) desde una
distancia de unos 2 m. El objetivo debe estar aproximadamente a la altura de la cabeza del que
lanza. Si se sitúa un objetivo determinado sobre el suelo por ejemplo un círculo de un metro de
diámetro, el niño hace el tiro con las dos manos con un movimiento de brazos de abajo a arriba. En
esta clase de lanzamiento alcanzan una buena punte ría hacia el final de la edad preescolar a.
distancias de hasta 5 m.
Un objeto mayor (por ejemplo un balón gimnástico). lo llevan al principio con ambas manos
apretado al cuerpo. De pronto el niño se detiene y deja rodar el balón de brazos y manos. Más
tarde lo llevan suelto, se quedan parados. hacen varios movimientos de arranque y luego lo
arrojan de sí con ambas manos, sin tener un control sobre la dirección de tiro. Esta forma de
movimiento puede observarse en los niños de 2 años. Después del lanzamiento pierden a menudo
el equilibrio.
La forma siguiente que observamos es el lanzamiento con ambas manos desde abajo.
Característico de él es una posición rígida de las piernas. En esta forma casi se mantiene
aproximadamente la dirección, pero el movimiento no puede ajustarse todavía en distancia o
altura.
El lanzamiento con ambas manos por encima de la cabeza que se efectúa aproximadamente por
el mismo tiempo no siempre consigue la dirección deseada porque se suelta el balón demasiado
pronto o demasiado tarde. Las dos formas de lanzamiento podemos observarlas en los niños de 2
años.
En el período posterior en el curso del cuarto año de vida, aparece por primera vez la utilizaci9n de
todo el cuerpo en el movimiento de lanzamiento. Las formas hasta ahora descritas se realizaban a
partir de una posición firme, que no daba margen a una participación más enérgica del tronco y las
piernas. Ahora se da un lanzamiento con las dos manos desde una posición de paso (pierna
avanzada). que representa una etapa previa al lanzamiento con una mano. Una mano sirve de
mano impulsora y se pone por encima del hombro, la otra sostiene el balón en la fase preparatoria.
Entre la fase preparatoria y la principal se sitúa una pequeña pausa en la que el niño vuelve a
apuntar sobre el blanco. Un niño de 4 años puede realizar ya tiros con bastante puntería a
distancias de hasta 2 m con esta forma de lanzamiento.
g) Alcanzar
Al principio el niño sólo puede alcanzar la pelota, si se le tira exactamente "a las manos", a corta
distancia y no demasiado fuerte. La acción de alcanzar una pelota de las dimensiones de un balón
gimnástico presenta la siguiente evolución hasta que logra hacerla con soltura y seguridad.
Los niños de aproximadamente 20 meses extienden los brazos en posición de recepción cuando
se les llama a ello. El balón resbala sobre estas "vías" hasta el pecho, a lo que el niño dobla los
brazos y aprieta el balón contra su cuerpo. La posición de recepción no sufre ningún cambio,
aunque el balón no se haya tirado con precisión, es decir, que el tiro sea demasiado corto,
demasiado largo o desviado. El niño no está todavía en condiciones de anticipar el curso del
balón. Si se prosigue con este ejercicio, dos meses después puede ya apreciarse que el balón es
esperado; los brazos se extienden visiblemente hacia él y se doblan con ligereza en el momento
del lanzamiento. Una vez tocado el balón, manos y brazos lo aprietan contra el pecho. Puede
apreciarse que las piernas se mantienen rígidas, pero las caderas ya empiezan a doblarse y
ceder.
Aproximadamente a los 3 años sufre un cambio la posición adoptada para recibir el balón; se hace
visible una predisposición especial. Los brazos se extienden en la dirección de vuelo del balón, las
palmas de las manos se sitúan encaradas a una distancia algo más grande que el diámetro del
balón y los dedos ligeramente separados ("posición de tenaza"). De esta manera se agarra el
balón "en el aire" y después se acerca al cuerpo para asegurarlo. El niño flexiona ligeramente las
caderas y rodillas, pero sigue siendo necesario lanzarle el balón con precisión.
Esta disposición va aumentando con la edad. La distancia de tiro puede alargarse hasta 3 m. Hay
que destacar que a los 4 años el niño ya no toma posición hasta que se efectúa el tiro, por lo que
se pone en condiciones de amoldarse a pequeñas desviaciones de tiro hacia arriba, abajo o a los
lados, mediante movimientos apropiados. Los niños ejercitados consiguen alcanzar seguridad
alrededor de los 5 años.
A los 6 años los niños acostumbran ya a alcanzar el balón en el aire, es decir, que no lo llevan al
cuerpo inmediatamente después de agarrarlo (a no ser que se haya tirado con demasiada fuerza).
Sin embargo transcurre una corta pausa antes de volver a lanzarlo, cuando el ejercicio consiste,
por ejemplo, en "tomar el balón y lanzarlo en otra dirección". .
En líneas generales se comprueba una diferenciación creciente en la actitud de recepción, un
aumento de la utilización de todo el cuerpo en el movimiento de alcanzar y un desarrollo que va
del alcanzar con el cuerpo al alcanzar en el aire.
El desarrollo de combinaciones de movimientos:
Trataremos sólo de las combinaciones que resultan de las formas básicas investigadas y que
pueden observarse en el período de 1 a 6 años.
El salto de una altura de 20 cm. combinado con fluidez con la carrera puede lograrse ya a la edad
de 4 años.
4° Derivaciones pedagógicas
El conocimiento del desarrollo motor del niño hasta el comienzo de la escuela constituye una base
esencial para las normas metódicas de educación en las guarderías internados y parvularios.
En el plan diario de ocupaciones para los niños deben crearse situaciones que sugieran
determinados movimientos que inciten a que los pequeños reaccionen con los movimientos que
cabe esperar de acuerdo con nuestras observaciones. Deben elegirse las distintas formas básicas
de movimiento según las edades y ordenarlas en grupos de ejercicios presentados en forma de
juegos infantiles para poder practicarlos con los párvulos en las más distintas variaciones. Las
sesiones de ejercicios deben ser lo más variadas posibles pues los niños sólo pueden
concentrarse corto tiempo en su tarea.
Una vez el niño consigue realizar una tarea determinada (por ejemplo. saltar una cuerda) la
alegría del éxito es tan grande que constituye un aliciente para la repetición y el mejoramiento de
los resultados. Las palabras de aliento y elogio ayudan a superar las dificultades y a tener
conciencia del éxito conseguido.
A los 4 y 5 años ya puede pedirse más de la agilidad de los niños en cada una de las formas
fundamentales y en algunas combinaciones. Según nuestras experiencias prácticas, se hace
sobre todo perfectamente posible en esta edad una gimnasia de obstáculos sistemáticamente
estructurada que tiene influencias muy positivas sobre el desarrollo motor.
Las experiencias hechas hasta ahora en natación de párvulos muestran que en estas edades los
niños ya pueden coordinar con facilidad movimientos de natación. Esta forma básica de la cinética
deportiva no investigada por nosotros puede incluirse pues en la educación preescolar, si se dan
condiciones propicias para ello. Para saber cuál es el momento más adecuado para empezar con
ella habría que profundizar algo más en su investigación.
5° Resumen
El desarrollo motor de 1 a 6 años se lleva a cabo con gran riqueza y variedad de formas cuando el
niño crece en un ambiente propicio.
A diferencia del desarrollo motor en la lactancia en que domina una línea de desarrollo se inician
ahora varias líneas paralelamente; comienza pues la formación simultánea de distintas formas
básicas de movimiento.
Entre el cúmulo de movimientos han sido investigadas en especial las formas básicas siguientes:
caminar. Trepar escalar correr saltar lanzar y alcanzar.
Observamos cada vez más una yuxtaposición una formación y perfeccionamiento simultáneos de
distintas formas básicas de la cinética deportiva. La destreza en el trepar se perfecciona por
ejemplo junto a la adquisición de la facultad de saltar.
EDAD ESCOLAR (Período de 6 a 11-12 años)
Características anatomo-fisiológicas de los escolares
Los grandes músculos se desarrollan antes que los pequeños. Como los músculos pequeños aún
están poco desarrollados, los escolares, fundamentalmente al inicio del período, necesitan realizar
un gran esfuerzo para los deberes escritos
La actividad cardiovascular se hace relativamente estable pues el músculo cardíaco crece
intensamente y está bien abastecido de sangre, por eso su corazón es bastante resistente. El
pulso sigue siendo acelerado, aproximadamente las pulsaciones por minuto oscilan entre 84 y 90,
pero resulta mejor que en las edades anteriores.
Parece el desarrollo del área frontal. del cerebro, fundamentalmente para las funciones superiores
y .complejas de la actividad psíquica.
La relación de los procesos de excitación e inhibición varía. La inhibición se acentúa y contribuye al
autocontrol.
Al inicio de este período escolar primario, existen dificultades en la percepción del movimiento
respecto a su propio cuerpo, pero gradualmente se va superando, pues va ocurriendo un gobierno
consciente de los movimientos, seguridad, precisión, rapidez, marcada economía y funcionabilidad.
Atención:
Los niños llegan a la escuela cuando aún no tienen la atención encauzada. Prestan su
atención, en lo fundamental, a lo que les parece directamente interesante, llamativo y poco común
(atención involuntaria). Las condiciones de actividad escolar, exigen del niño desde los primeros
días, la observación de objetos y la asimilación de conocimientos. Gradualmente aprende a dirigir y
mantener de forma estable la atención sobre los objetos y situaciones estables. A los alumnos de
primero y segundo grados les resulta difícil escuchar explicaciones largas, sobre todo si son
percibidas a través del oído, es más fácil concentrar la atención en las explicaciones breves, que
tengan un matiz emocional y que estén acompañadas de ilustraciones, que provoquen así el
interés directo.
El maestro debe, en estos grados, trabajar para lograr formar la atención voluntaria, es por "ello
que ya en tercero y cuarto grados el escolar se obliga a sí mismo a concentrarse y puede organizar
su atención. Su estabilidad mejora a tal punto que entre los 10 Y 12 años, la atención puede
conservarse durante 40 minutos aproximadamente.
La- intensidad va a depender mucho del interés de los niños y del objetivo de la actividad: Mientras
mayor es el interés del niño por la clase, tanto más fuerte e intensa es su atención. Así mismo
ocurre con el volumen de la atención, al principio es pequeño, tan solo es posible abarcar 2 o 3
objetos, sujetos, etc., pero aumenta hasta 4 y 5 objetos.
La distribución de la atención, al comienzo del período, se caracteriza por ser insuficiente, les
cuesta trabajo seguir la clase, realizar correctamente la tarea, y controlar su propia conducta. Por
ello el maestro debe organizar correctamente los diferentes tipos de actividad escolar, para que los
niños se vayan acostumbrando al control simultáneo de varias acciones.
Memoria:
La memoria en esta etapa, va adquiriendo también un carácter voluntario, intencionado.
Aumenta la posibilidad de fijar de forma más rápida y con mayor volumen de retención, por eso el
proceso pedagógico debe apoyarse en modelos auxiliares que faciliten la fijación y retención;
estableciendo relaciones con lógica que le permitan a los niños evocar en forma verbal, escrita o
gráfica los significados claros de lo que reproducen, para poder alcanzar así un nivel de
comprensión adecuado.
. De primero a tercer grado, en los alumnos aumenta la efectividad de la retención de los
conocimientos expresados verbalmente, si lo comparamos con los datos visuales. En el proceso de
enseñanza-aprendizaje tiene importante significación la memoria por imágenes visuales. Por tanto
hay que basar el proceso de retención (voluntaria e involuntaria) sobre materiales didácticos que
incluyan lo verbal y lo visual.
Pensamiento y Lenguaje:
La formación de conceptos con Ios que opera el pensamiento en las primeras edades
escolares, debe apoyarse en lo directamente perceptible, ya sean objetos concretos o modelos. Se
procede al desarrollo de las operaciones o procesos del pensamiento tales como son: el análisis, la
síntesis, la abstracción y la generalización.
La reflexión es una cualidad muy importante del pensamiento que le permite al niño hacer
suposiciones (hipotetizar) así como autorregular su propia actividad, lo que favorece su desarrollo
intelectual si se tienen en cuenta los intereses y necesidades de la edad, lo cual puede lograrse
utilizando la vía del juego.
Al finalizar el cuarto grado, el análisis reflexivo debe unirse a la flexibilidad, de ahí que el maestro
no se anticipe a los razonamientos del niño.
Ya en quinto y sexto grados, los alumnos tienen todas las posibilidades para la asimilación
consciente de los conceptos científicos y para el surgimiento del pensamiento que opera con
abstracciones, donde tos procesos lógicos de análisis, síntesis, comparación, clasificación y ge-
neralización deben alcanzar niveles superiores en el plano teórico. Este escolar ya no sólo trabaja
en el plano concreto, sino que opera a nivel de abstracciones, hace deducciones (parte de lo
general a lo particular), llega a conclusiones. En relación a esto, es muy importante estimular la
búsqueda de soluciones a los problemas que se le plantean para que pueda ser cada vez más
independiente y crítico en. lo que analiza sobre su propia actividad y comportamiento.
Al finalizar esta edad escolar primaria, debemos estar en presencia de un pensamiento lógico-
reflexivo que opere en el nivel teórico, de hecho ya la mayoría de los alumnos efectúan
generalizaciones en el plano de Ias representaciones anteriormente acumuladas, a través del
análisis y la síntesis intelectual. .
En relación con el lenguaje, en esta etapa se desarrolla el lenguaje coherente, el cual se convierte
en premisa y consecuencia de la enseñanza que recibe el niño, ya que resulta necesario para la
comprensión de los diferentes contenidos. También se desarrolla la capacidad de expresar lo
aprendido, de forma comprensible para los demás.
El lenguaje escrito va a ser un aspecto que contribuye a la coherencia del lenguaje hablado, al
situar al niño ante la necesidad de estructurar de forma adecuada sus expresiones verbales.
La unidad del pensamiento y el lenguaje, le permite al primero (pensamiento) operar a través de
conceptos que se definen con palabras. En este período del desarrollo, el lenguaje además de su
función comunicativa, comienza a poseer una función intelectual.
Imaginación:
En los escolares primarios debe incentivarse el desarrollo de este proceso, dándole la
posibilidad a los niños de que creen libremente sus cuentos, dibujos, historias, que ejerciten la
imaginación en los juegos a través de las dramatizaciones, en las competencias deportivas, etc.
Durante este período el papel de la fantasía va debilitándose.
El grupo escolar y la posición que el niño ocupa dentro de éste, se convierte en motivo
fundamental de su conducta a partir del cuarta grada y juega un importante papel en el desarrollo
de la personalidad. Este grupa escalar en cuanta a su estructura (distribución de roles y status) en
las primeras gradas, la determina el maestro y posteriormente depende de la posición social en el
grupa.
Las normas que regulan las relaciones sociales entre sus miembros, primeramente tienen un
carácter externa, las establece el maestro, el colectivo pedagógico, posteriormente se .interiorizan
operando en ello la opinión social de los escolares.
Las características que determinan la aceptación del niño en el grupo son: la iniciativa, la
independencia, las habilidades físicas, el cumplimiento de normas de conducta social y el éxito
docente, entre otros.
Factores que influyen esencialmente sobre el desarrollo motor de los primeros años
escolares
No será necesario repetir que el desarrollo motor viene determinado por la actividad humana, por
la acción recíproca e interrumpida de la totalidad del organismo y el medio ambiente. Existen sin
embargo factores que ejercen una influencia especial en las distintas etapas de Ia vida. Para el
primer período escolar estos factores son el primer cambio de complexión, el inicio de la escuela y
el estado de desarrollo de la actividad nerviosa superior.
a) El primer cambio de complexión
Aproximadamente después de cumplidos los 5 años y hasta los 6 años y medio, se efectúa un
cambio ostensivo en las proporciones del cuerpo infantil. Hasta entonces dominaba en la
complexión del niño la masa del tronco y la cabeza. A partir de este momento se altera la relación
de éstos con las extremidades: las piernas y los brazos se alargan considerablemente y la caja
pectoral, al principio más bien cilíndrica, se aproxima más a la forma ancha de los adultos. El
conjunto del cuerpo aparece más delgado al desaparecer los panículos adiposos de la primera
infancia. La musculatura, que se ha hecho más dura y fuerte, va determinando el relieve del
cuerpo, haciéndose ya perceptible la cintura. Las inflexiones fisiológicas de la columna vertebral se
han formado ya por completo y de manera permanente Zeller denomina esta transformación física
primer cambio complexivo.
Es evidente que los cambios proporcionales hacen posible una dinámica más eficiente. Las
extremidades adquieren proporciones mejores para su función de palanca; al disminuir la parte
correspondiente al tronco, mejora la relación peso fuerza se reduce el tejido adiposo y sus
inconvenientes. Todo esto crea condiciones propicias para el desarrollo de todas las formas
básicas. Cuando comprobamos que las distintas formas de movimiento se parecen ya mucho en lo
morfológico y biomecánico a los movimientos de los adultos, debemos atribuirlo en gran parte al
primer cambio complexivo, que hace que las proporciones del niño se parezcan mucho ya a las del
adulto.
Puesto que este cambio de complexión empieza en unos niños antes y en otros después y en un
curso escolar se dan diferencias entre edades de casi un año, al comienzo de la escuela aparece
una variedad relativamente grande en la forma corporal de los niños. Ello influye como es natural
sobre el comportamiento motor, lo que hace que también en el movimiento se noten grandes
diferencias. Las niñas están aproximadamente medio año más avanzadas que los niños por lo que
se refiere al cambio complexivo, aunque no en cuanto al desarrollo motor.
b) El inicio de la escuela
Con el comienzo del período escolar tienen lugar algunos cambios en la vida del niño, que tienen
también su importancia en el desarrollo motor. El párvulo estaba casi continuamente en
movimiento a consecuencia de su fuerte afán de acción. En la escuela tiene que limitar sus
movimientos durante algunas horas del día y permanecer sentado con relativa quietud. Esta
limitación transitoria tiene además de perjudicar la postura por estar sentado, otra consecuencia
negativa: la opresión del afán de movimiento lleva a una "acumulación de excitaciones"
insatisfechas. El afán de movimiento y la movilidad del niño irrumpen, se hacen patentes al término
de las clases. La excitación acumulada se descarga de forma muy movida y también ruidosa. Ello
hace que los niños se vean sometidos especialmente a peligros al volver de la escuela a casa,
pues el desenfreno de la movilidad los lleva muchas veces a no guardar la precaución necesaria
en medio del tráfico urbano. Esto no se da en tales proporciones en la ida de la casa a la escuela.
Esta acumulación de excitaciones se explica fisiológicamente por el hecho de que una inhibición de
los movimientos induce un estado de excitación en la corteza cerebral, que va haciéndose más
intenso hacia el final de la clase y apremia a la descarga.
La limitación durante horas de la movilidad (condicionada por la necesidad de someterse al
proceso de enseñanza y al orden escolar) influye negativamente sobre el desarrollo motor. Para
evitar esto, se debe hacer que el maestro tenga conocimiento del estado de desarrollo motor de los
niños y muestre comprensión por las formas de conducta aludidas. Si se configuran las lecciones
de formo apropiada, podrá evitarse el efecto negativo del comienzo del período escolar sobre el
desarrollo corporal y motor del niño. En este aspecto tiene especial significación la extensión de la
educación preescolar, que hoy en día ya consigue que para muchos niños el comienzo de la
escuela no aparezca como una incisión profunda en su desarrollo.
Derivaciones pedagógicas:
Las diferencias entre los dos sexos son de poca importancia y se deben principalmente, como en
el caso de los lanzamientos. a la tradición y educación, que separan las actividades.
Cuando se dan circunstancias propicias ya pueden realizarse en esta edad tareas de movimiento
que están por encima del nivel general reinante. En los primeros años de escuela el niño ya es
capaz de lograr buenos resultados en las formas básicas deportivas, especialmente en correr
saltar lanzar, alcanzar y trepar. Esto se aplica en mayor medida a la calidad del movimiento y/o la
dificultad de las tareas, y menos a la rapidez fuerza o resistencia. Las formas básicas ya están en
parte automatizadas y la ejecución se aproxima morfológicamente a los movimientos de los
adultos.
Mientras que la combinación de correr y saltar ya se da en la edad preescolar. a los 6 y 7 años
puede esperarse la combinación fluida de alcanzar y lanzar. La destreza en el manejo de la pelota
depende en gran parte del ejercicio.
Es de importancia capital la aparición de la capacidad de comprender y realizar tareas de
movimiento. Esta capacidad es la condición previa de toda enseñanza metódica. Con buena
dirección pedagógica ya pueden adquirir esta aptitud los niños en edad preescolar. El ejercicio y la
costumbre pueden influir mucho sobre ella, pero se ve mermada por la gran movilidad de los
párvulos y alumnos de los primeros cursos.
En los primeros años escolares ya existe una sensibilidad a los ritmos musicales simples y con un
poco de ejercicio se adquiere también la facultad de adaptar los propios movimientos a los ritmos
dados y de encontrar el ritmo para un movimiento determinado y marcarlo con las palmas.
Los factores que influyen esencialmente en el desarrollo motor los primeros años de escuela, son
el primer cambio complexivo, el inicio de la escuela y el estado de desarrollo de la actividad
nerviosa superior. Hay que tener en cuenta sobre todo los peligros que amenazan a los niños en el
tráfico urbano al salir de la escuela. La acumulación de excitaciones provocada por el permanecer
sentados provoca un desenfreno de movimientos, que lleva muchas veces a no considerar las
reglas de precaución. Los procesos de excitación dominan todavía por encima de los procesos de
inhibición. Poco a poco va llegándose a un equilibrio, que da lugar a una mayor derechura y mejor
gobernación de los movimientos.
En los primeros cursos deben configurarse las clases tomando en cuenta el fuerte afán de
movimiento. El estar sentados y quietos debe ser interrumpido, según las necesidades por pausas
de juego. Las lecciones mismas deben desarrollarse también con la mayor variedad de movimiento
posible.
La clase de deporte debe ser en especial movida y variada.
El nivel de desarrollo motor al comienzo de la escuela permite plantear tareas motrices
concretas. El retozar no basta para crear los impulsos propicios al desarrollo motor. En esta edad
se recomienda una gimnasia de obstáculos muy variada. Hay que darle especial importancia al
correr, saltar, reptar, lanzar y trepar. Las combinaciones de lanzar y alcanzar pueden ser
ejercitadas mediante una selección adecuada de juegos.
Existe también la posibilidad de aprender determinados movimientos que no son enseñados en los
primeros años de escuela, cuando se dan condiciones ambientales apropiadas para ello. Nos
referimos por ejemplo, al esquí, patinaje, natación ciclismo.
En los períodos anteriores de desarrollo sólo fue posible trazar unos límites de edades en valores
estadísticos. en los que desniveles de un ciño en un sentido u otro se consideraban dentro de lo
normal. Para las edades siguientes todavía es más difícil trazar límites exactos. El comienzo del
período siguiente se sitúa en el tercer o cuarto año de escuela; la transición es fluida. Este período
termina con el inicio de la maduración sexual, que representa el comienzo de una nueva etapa de
desarrollo. A un profesor de deporte con experiencia no le será difícil darse cuenta de cuándo
tienen lugar estas transiciones individuales.
La prontitud de aprendizaje
La capacidad de asimilar con rapidez nuevos movimientos, el "aprender las cosas al vuelo", ya ha
sido citada entre las características generales de este periodo. ¿De qué manera se efectúa y qué
explicación tiene?
Los niños de esa edad aprenden por lo común con mucha: rapidez y sin orientación especial a
nadar, patinar, esquiar, ir en bicicleta o montar a caballo, así como un montón de juegos que
practican por su cuenta, como el jockey,.fútbol y toda clase de megos de pelota. En comparación
con los otros grupos de edades, el aprendizaje se efectúa con relativa prontitud. En las clases
basta muchas veces con mostrar un movimiento y al primer intento ya hay buena parte de los
alumnos que realiza bastante bien las líneas generales del movimiento, como "por encanto". El ir
en bicicleta, una forma de movimiento que no tiene nada de sencilla, se domina no pocas veces al
cabo de unos cuantos ensayos, sin que hagan falta grandes explicaciones y ayudas.
El aprendizaje motor no se efectúa en esta edad a través de un análisis racional, como ocurre
mayormente en el adulto. Los niños no se ponen a pensar demasiado sobre cómo hay que ejecutar
los detalles del movimiento, sino que lo asimilan en su totalidad, como acción única. Se ejecutan
inmediatamente el movimiento visto y lo realizan luego como un todo, saltándose las etapas
habituales en los procesos de aprendizaje.
Esta agilidad de aprendizaje sólo puede darse si se posee ya una gran riqueza de experiencias
motrices y está ya bien desarrollada la facultad de ejecutar movimientos observados.
El que esto se realice aparentemente sin demasiado ejercicio, se debe a que los movimientos
adquiridos (reflejos condicionados) se afianzan en esta edad con mucha rapidez. Se sabe además,
que la gran plasticidad de la corteza cerebral posibilita la construcción de nuevas formas de
movimiento a partir de los elementos cinéticos y dinámicos asimilados con anterioridad. Esto ya lo
indicó Gorkín: "La capacidad de elaborar nuevas formas de movimiento se desarrolla en un grado
tanto más alto, cuanto más fina, precisa y variada haya sido la labor realizada con el aparato
motor." Esto es precisamente lo que facilita que se forme la conexión nerviosa necesaria para el
nuevo movimiento en forma de "acoplamiento súbito y explosivo" de componentes de movimientos
anteriormente adquiridos.
Por lo que se refiere a las experiencias motrices acumuladas, se dan en esta edad diferencias
considerables. Hay muchos niños que, a consecuencia de haber crecido en condiciones propicias,
disponen de una amplia experiencia de movimientos, mientras que para otros el ambiente tiene
efectos restrictivos. La actividad deportiva dentro y fuera de las clases consigue crear un equilibrio.
Sin embargo, para todo un número de niños no se aprovechan casi estos años, tan importantes
para el desarrollo motor. Más tarde es ya muy difícil recuperar lo perdido. Aquí puede aplicarse
también el refrán alemán: "Lo que no aprende Juanito, no lo aprende Juan en su vida".
Precisamente por ello es tan importante conseguir que a ser posible todos los niños practiquen el
deporte con regularidad, también fuera de las clases de educación física.
La extraordinaria capacidad de aprendizaje de los niños en esta edad nos lleva forzosamente al
problema de iniciar a tiempo la especialización. De lo expuesto antes se deduce que una época tan
apropiada para el aprendizaje no va a producirse apenas en los años posteriores. De ahí que el
futuro deportista deba aprender los estereotipos de su disciplina deportiva a ser posible ya en esta
edad. De hecho, gran parte de los deportistas más destacados se han familiarizado ya con los mo-
vimientos básicos de su deporte a la edad de 10 a 13 años. Esto se aplica sobre todo a los
deportes en que las distintas destrezas presuponen un ajustamiento y acomodación
particularmente sutiles a un medio inhabitual o a objetos poco corrientes, como por ejemplo, la
natación, el esquí, el patinaje, la gimnasia de aparatos, el salto de trampolín, fútbol, tenis. En el
atletismo hay más diversidad: muchos atletas comienzan relativamente tarde con sus
especialidades. En el atletismo, y también en particular en el remo, no parece necesario en
absoluto familiarizarse por anticipado con los movimientos concretos y especializados, pero sí
adquirir una formación atlética general y variada, una preparación deportiva lo más temprana
posible. No debe olvidarse que las disciplinas atléticas no son más que el desarrollo ulterior de
formas básicas aprendidas con tiempo.
Podemos afirmar que para el desarrollo posterior es oportuno situar ya el aprendizaje de nuevos
movimientos en la edad de "aplicación".
En el ensayo tantas veces citado de Mateye, reivindica éste que el aprendizaje de los "estereotipos
motores" de los deportes básicos hasta la "automatización" secundaria, se realice ya desde el
comienzo de la edad escolar. Enumera en tal sentido los siguientes deportes: atletismo, gimnasia,
juegos deportivos natación, esquí, lucha, patinaje, ciclismo, tiro y, en caso dado, equitación.
A nuestro parecer, en la mayoría de los casos no pueden ser oportunos los primeros años de
escuela, teniendo en cuenta el grado de desarrollo motor. Sobre todo la gran movilidad y la poca
capacidad de concentración hacen imposible una enseñanza en tal grado especializada con el
conjunto de la clase. Creemos que la etapa posterior, de 9 a 13 años se acomoda mejor al
aprendizaje de nuevas destrezas. La conciencia la actividad y el arrojo están más desarrollados.
Resulta interesante que Mateyef mismo da a conocer algunas investigaciones búlgaras, que ponen
de relieve la edad de 9 a 13 años como el período más propicio al aprendizaje y no los primeros
años de escuela.
El aprendizaje en tiempo oportuno de los movimientos especiales de un deporte preferido, lo
denominamos por lo general "especialización sin retraso". La base de toda especialización
razonable la constituye sin embargo una formación lo más amplia posible en todas las formas
básicas de movimiento deportivo que encontramos en la gimnasia sueca, el atletismo, la natación,
los juegos deportivos y la gimnasia atlética. En el terreno de lo posible también deberían incluirse
los deportes invernales.
Con una formación amplia puede, y debe ser tenido en cuenta tanto el talento especial como las
aficiones del niño. Las formas deportivas básicas generales van quedando relegadas después de
iniciado el entrenamiento sistemático en los años posteriores pero no deberían eliminarse del todo.
Con una "especialización sin retraso" apoyada en la multiplicidad se aprovecha debidamente la
época propicia de aprendizaje y se sientan los cimientos de futuros alardes deportivos.
Derivaciones pedagógicas
Desde el punto de vista de la formación del movimiento podemos recomendar con seguridad casi
absoluta que se aproveche este período tan propicio al aprendizaje para el desarrollo multifacético
de las facultades matrices. Mateyefl(194) afirma con razón que la tarea fundamental en esta edad
debe ser el desarrollo amplio y completo de la capacidad motriz. ¡Lo que no quiere decir el
esfuerzo físico hasta el agotamiento! Podemos desde luego exigir alardes y que se ponga un gran
esfuerzo en las competiciones, dado que así lo piden la sana necesidad de superarse y destacar
de los niños de esa edad. En nuestro tiempo se valoran extraordinariamente las marcas deportivas.
Los niños conocen muy bien los nombres y hazañas de deportistas y equipos famosos.
Especialmente para gran número de muchachos, el deporte constituye el "mundo" en que viven. Y
quieren ensayar y demostrar sus fuerzas.
De ahí que debamos darles a los niños de esa edad la ocasión de aprender bajo un tutelaje
competente las formas de movimiento de los deportes básicos (atletismo. gimnasia, natación) y
también de los juegos deportivos la gimnasia sueca y la danza en líneas generales. Los
movimientos aprendidos deben corresponder en sus rasgos fundamentales a las mejores técnicas
existentes en el momento, pues está demostrado que aprender luego las cosas de otra manera es
más difícil que aprenderlas por primera vez.
Aliado de los deportes básicos debería enseñarse también, según las posibilidades locales, el
esquí y el patinaje, para crear una base motriz todavía más amplia.
Respecto al procedimiento de enseñanza, el estado de desarrollo motor nos hace aconsejar lo
siguiente: En esa edad el aprendizaje motor está todavía muy ligado a la imagen, orientado a la
ejecución visible y muy poco sometido a la reflexión. Los niños captan el movimiento como una
totalidad, quieren correr de prisa, lanzar lejos y saltar alto sin necesidad de que les den
demasiadas explicaciones teóricas. De ahí que sea tan importante el ejemplo justo, limpio y
estimulante del profesor. Por ello afirmamos que los mejores "maestros", los que conocen y
dominan teórica y prácticamente las últimas novedades del desarrollo técnico, son por necesidad
los que deben ejercer como profesores para esa edad. En la época en que los niños están mejor
dispuestos a aprender, deben ser conducidos por el "camino justo", es decir: deben coordinar ya
los movimientos en el estadio de tosquedad de manera tal, que después ya no haga falta cambiar
este "andamiaje" básico. Las correcciones deben dirigirse más bien a un mayor afinamiento y
afianzamiento. Las instrucciones muy detalladas y las disquisiciones técnicas no son por lo general
necesarias e incluso pueden resultar inapropiadas.
Resumen
La edad de 9 a 13 años representa, atendiendo al aspecto del comportamiento motor un punto
culminante del desarrollo infantil. Los rasgos generales en este periodo son el gobierno consciente
y dominio de los movimientos, la seguridad, la funcionalidad, la economía y la armonía. Los niños
adquieren una gran agilidad y habilidad que pueden ser conservadas para el resto de la vida con el
ejercicio constante y la práctica regular del deporte.
El período aquí tratado es una época idónea para el aprendizaje. Tanto en las clases de educación
física, en el deporte infantil voluntario, como fuera del campo de acción pedagógica, los chicos y
las chicas asimilan gran número de nuevos movimientos sin esfuerzo aparente. El aprendizaje
motor se ve beneficiado por una buena capacidad de reacción, arrojo y afán de aprender. No
pocas veces se da una extraordinaria prontitud de aprendizaje ("aprender las cosas al vuelo").
Condiciones corporales propicias para el alto desarrollo motor se dan en las proporciones
equilibradas del cuerpo, en un crecimiento bastante uniforme y constante, una relación fuerza -
peso más ventajoso y una posición relativamente baja del centro de gravedad.
Tiene mucho que ver el desarrollo de la actividad nerviosa superior. la relación equilibrada de Ios
procesos de excitación e inhibición, así como el rápido afianzamiento de los reflejos condicionados
constituyen también una base propicia para la buena calidad de la acción motriz y la asimilación
rápida de nuevas destrezas.
Una premisa esencial para la prontitud de esto último es la posesión de múltiples experiencias de
movimiento. Cuanto mayor sea la riqueza de movimientos dominados, con tanta mayor facilidad se
aprenderá uno nuevo.
A causa de las excelentes condiciones de aprendizaje, constituye no sólo una posibilidad, sino una
necesidad, aprender también en esta edad los movimientos fundamentales de aquellos deportes
que deben ser ejercidos posteriormente como disciplinas competitivas. La base de esta
"especialización sin retraso" debe ser sin embargo una amplia formación en los deportes básicos.
Las clases de deporte deben contribuir al aprendizaje del mayor número posible de formas de
movimiento, con el fin de aprovechar al máximo las ventajas didácticas de este periodo. La tarea
principal para esta edad es el desarrollo multifacético de las facultades motrices.
Puesto que los niños aprenden toda vio de manera poco reflexiva y poco sirven por ello las
explicaciones de tipo racional, hay que concederle al ejemplo ilustrativo una importancia especial al
plantear los ejercicios. La estructura de las formas inmaduras debe corresponder a la de las
técnicas más racionales existentes.
Es la etapa de desarrollo entre los 11-12 hasta los 14-15 años. Representa el paso de una etapa
de la vida a otra, ya que estamos en presencia de un período donde comienza la transición entre la
niñez y la adultez. Muchos autores consideran a este período como difícil y crítico, debida a la
complejidad e importancia de las procesos en desarrollo. En fin, es una etapa distinta por sus
características biológicas, sociales, cognitivas, afectivas, motrices y por las formaciones
psicológicas adquiridas; sin menospreciar por supuesto, la coexistencia de rasgos infantiles y
adultos, pero teniendo en cuenta la presencia de cualidades psíquicas más maduras con una
heterogeneidad de manifestaciones, donde se encuentran algunos factores que frenan o que
acentúan los rasgos adultos.
Para iniciar esta etapa de desarrollo, retomaremos dos párrafos que se destacan en el libro "Yo
Adolescente" de Susan Pick de Weiss y Elvia Vargas- Trujillo:
"Cierta mañana me levanté, fui al baño a tomar una ducha para arreglarme e ir a la escuela. Ese
día me di cuenta que estaba cambiando, que ya no era la misma persona, que mi cara se veía
diferente, otras partes de mi cuerpo las encontré extrañas coma las de los adultos, me llamaban
más la atención las personas del sexo opuesto, mis ideas también cambiaban, me sentía a la vez
adulto y niño, libre y atado, feliz y triste, atractivo y feo, fuerte y débil, sinceramente no sabía lo que
pasaba.
“Algo que me hizo ver que estaba cambiando fue que tenía mayor número de discusiones con mis
padres.”
"Siento que no me comprenden. ¿Será que ellos no. piensan en mí o es que no pueden aceptar mi
cambio? Pienso que los únicos que me comprenden son mis amigos, aunque sé que no. es así.
Me siento solo y acompañado, no sé si por mis amigos, mis padres o por mí mismo; pero algo me
falta, no sé que es. ¿Qué será? ¿Por qué me siento así? No lo sé. Lo que pasa es que realmente
estoy cambiando...".
José Luis Valdés Medina.
Condiciones externas
´´En esta edad, al igual que en la del escolar primario, el adolescente se encuentra inmerso en la
actividad docente, tarea a la que dedica gran parte de su tiempo. No obstante, en esta etapa, el
carácter de la actividad, de estudio cambia esencialmente, tanto en su contenido como en su
forma.
Aparecen, además de la actividad de estudio, otros tipos de actividad que se caracterizan por su
tendencia social (artística, laboral, deportiva, recreativa, etc.) las que se realizan en grupo
solucionando tareas prácticas. "
Las relaciones de los adolescentes con sus coetáneos, posibilitan la aparición de "la relación
íntimo-personal´´, la cual constituye una fuente de profundas vivencias y reflexiones, así como de
camaradería, respeto y confianza entre ellos. La puesta en práctica de estos códigos de carácter
moral puede generar conflictos entre el adolescente y el adulto, pues en esta relación de
comunicación, los adolescentes reproducen las relaciones adultas en cuanto a tareas, motivos y
normas de relación entre ellos. Esto ha llevado a algunos autores a considerar la existencia de
una "moral autónoma” que se opone a la "moral adulta" provocando los conflictos generacionales.
Condiciones internas:
Área cognoscitiva
Las mayores exigencias en la escuela demandan del adolescente un nivel más elevado de la
actividad cognoscitiva y a su vez propician su desarrollo.
Atención:
Se hace cada vez más voluntaria y se perfecciona al aumentar las posibilidades tanto físicas como
psíquicas, son capaces de controlar su atención, desarrollando la actitud para mantenerla por un
largo tiempo en un material interesante y/o abstracto lógicamente organizado.
Percepción:
Al percibir un objeto, en los adolescentes al igual que en los escolares primarios, desempeña un
papel importante la primera impresión, la cual, puede resultar positiva o negativa en dependencia
de ser más o menos completa.
Memoria:
El desarrollo de la memoria voluntaria se incrementa, en tanto el adolescente se plantea
conscientemente el objetivo de fijar, conservar y reproducir el material de estudio.
La memoria se encamina a intelectualizarse, se incrementa el número de adolescentes en el
empleo de los procedimientos técnicos, lo cual contribuye a un nivel de dominio y productividad del
recuerdo, de ahí que se desarrolle la memoria racional y la lógica verbal, aumentando el papel
selectivo de los procesos de memorización.
Imaginación:
Es productiva, refleja la realidad, le permite correlacionar los proyectos personajes con los ideales
sociales y morales aceptados, su ideal permanece en la esfera de los sueños y las aspiraciones.
Su imaginación reconstructiva y creadora continúa desarrollándose en función de las exigencias
diversas de la edad.
Pensamiento:
El desarrollo intelectual se concretiza en el pensamiento teórico conceptual-reflexivo. El
adolescente debe realizar reflexiones basadas en conceptos, elaborando hipótesis y juicios
enunciados verbalmente. Debe exponer ideas con un carácter lógico, llegar a generalizaciones
amplias y ser crítico de manera independiente. Utilizar formas lingüísticas del pensamiento
abstracto como son los símbolos y fórmulas, donde exprese la relación del pensamiento con el
lenguaje en un nivel cualitativamente superior. Esos logros no quieren decir que en esta etapa el
pensamiento no tiene aún limitaciones; sí las tiene, estas se manifiestan en aquellos argumentos y
fundamentaciones sobre los adolescentes que carecen de esencia y originalidad. .
En la actividad de estudio es observable cómo opera el pensamiento desde la percepción y la
comprensión de un material a la reelaboración, activa en la conciencia, y de ahí a la
transformación de los conocimientos asimilados; en un logro personal.
Área Motivacional Afectiva- Volitiva
Motivación:
Los intereses cognoscitivos adquieren un desarrollo considerable y se van transformando
gradualmente en intereses teóricos que servirán de base para la aparición de los intereses
profesionales. La elección de la futura profesión aún no constituye un problema para el
adolescente. Los intereses o intenciones profesionales están vinculados a las asignaturas
preferidas o hacia aquellas profesiones que tienen mayor reconocimiento social, sin lograr una
precisión con fundamentación de sus propósitos en esta esfera y menos una participación tanto
activa como consciente en las actividades extradocentes relacionadas con esa futura vida
profesional.
Emociones y Sentimientos:
El adolescente se caracteriza por su gran excitabilidad emocional, la cual es muestra de su
sensibilidad afectiva. Las vivencias emocionales son ricas, variadas, complejas y contradictorias
con los adultos y con los coetáneos.
Para el establecimiento de relaciones para la amistad con los compañeros de clase, tiene en
cuenta aspectos tales como: los que gozan respeto autoridad y los que siempre se distinguen
por algo. Les pueden atraer las cualidades vivamente expresadas de compañerismo,
conocimientos considerables, habilidades en diferentes campos de actuación, valentía, éxitos
deportivos, experiencias en las relaciones románticas e independencia en las relaciones con los
adultos.
Para establecer la amistad tiene gran importancia la comunidad intereses y de ocupaciones. La
amistad surge por primera vez la adolescencia.
La ampliación y profundización del contenido que reconoce como i11portante y personal,
provoca en el adolescente la necesidad de un amigo con el que pueda hablar y aconsejarse, en
el que pueda encontrar apoyo y ayuda; exigiendo de las relaciones amistosas varios requisitos
particulares, como son: comprensión, franqueza, delicadeza y sensibilidad.
Las relaciones entre muchachos y muchachas sufren considerables variaciones en esta etapa de
la adolescencia, pues aparece el deseo de estar, preocupándose por el atractivo a partir de la
apariencia.
Al principio el interés por el otro género (hombre, mujer) tiene en una buena parte de los
adolescentes un carácter extrovertido; más tarde aparece el sonrojo, la timidez y la incomodidad.
La conducta se caracteriza por la ambivalencia: el interés de los unos por los otros con el
aislamiento de los muchachos y muchachas.
El interés del adolescente por el sexo opuesto tiene considerable importancia para el desarrollo
de la personalidad, por eso es de capital valor la profundización en la información sobre los
aspectos que tienen que ver con la identidad y orientación sexual. Es necesario que la escuela y
la familia, sí como los medios masivos de comunicación, propicien y amplíen programas sobre la
sexualidad, partiendo desde la maduración, las características y funciones de los aparatos
reproductores, hasta las propias relaciones sexuales, para evitar así que los adolescentes se
apropien de comentarios , desfavorables, marcados por la ignorancia, que creen -inseguridad y
conductas inadecuadas. En fin se debe propiciar una preparación para que la pareja pueda lograr
plenitud de tipo fisiológica y emocional en sus relaciones amorosas, y que ello permita evitar
embarazos precoces y no desea las enfermedades, etc.
En el cambio de la edad escolar a la adolescencia, varía el carácter, la actividad docente. En la
adolescencia, a través del estudio, se centra de lleno en el aprendizaje de los fundamentos de las
ciencias, la esencia real de los objetos y fenómenos de la realidad para la impresión de las
relaciones entre ellos; todo esto hace diferente enfado considerable, tanto el contenido del
material docente como las armas de enseñanza. El proceso de enseñanza-aprendizaje, exige de
alumnos nuevos métodos de asimilación, lo que a su vez presupone un nivel más alto de
desarrollo intelectual y el surgimiento de una actitud cognoscitiva cualitativamente nueva hacia los
conocimientos, la realidad , la práctica. La asimilación de conocimientos en la adolescencia no se
conduce a la acumulación cuantitativa, a la aplicación y la profundización de lo que el niño sabía
antes. Los conocimientos nuevos no sustituyen sencillamente a los viejos, sino que los cambian,
restauran, reestructurando también las formas anteriores del pensamiento infantil.
Los intereses cognoscitivos se encuentran volcados hacia una asignatura específica,
precisamente por su propio contenido, conceptos y leyes. Ya en esta edad no se limitan a la
situación de clases, sino que la trascienden y se buscan otras vías para profundizar en esa
ciencia, como son los experimentos, confección de modelos, colecciones, desarme de aparatos,
visita a museos, exposiciones, intercambios entre ellos mismos (puede participar el adulto). de
informaciones, materiales, instrumentos, libros; lo que sin lugar a dudas conlleva á la auto
instrucción y a la tendencia a especializarse en distintas ramas del saber, de ahí que se
estabilicen en cierto grado las inclinaciones profesionales.
La introducción del trabajo en los talleres y de la práctica agrícola, es una nueva circunstancia
muy importante, que se introduce en la vida de los adolescentes, al mismo tiempo el trabajo
socialmente útil, el trabajo en la familia y el trabajo de autoservicio, adquieren en este período un
carácter más independiente y productivo. Esto familiariza a los adolescentes con Ia actividad
laboral de los adultos, forma en ellos hábitos y habilidades de trabajo, lo que es fundamental;
educa en ellos la estimación hacia el trabajo, hacia sus resultados y los hace sentir socialmente
útiles. Además, se crean las condiciones de la preparación psicológica y práctica para el trabajo
en los alumnos de esta edad.
Durante esta etapa, es característico además, que los adolescentes se hagan participantes
principales de todas las cuestiones concernientes a la organización de Pioneros, intervienen
como miembros activos del colectivo escolar, lo cual constituye la base de su propia autonomía,
se hacen miembros de diferentes organizaciones escolares y extraescolares, secciones de
deportes, participan en competencias y encuentros culturales como deportivos, campismos, etc.
En todas estas actividades se concretiza' un elemento muy importante de la edad, á saber, las
relaciones con los compañeros, y por medio de las mismas, los adolescentes comienzan a vivir
una vida de colectivo multifacético,' social, donde tratan de hallar su propio lugar. La importancia
de este último factor para la formación de la personalidad del adolescente se r hace evidente, si
tenemos en cuenta que en esta edad se comienzan a plantear unos a otros exigencias de
carácter moral considerablemente; más elevadas. El adolescente puede conquistar la autoridad
entre sucesos sólo en el caso de que pueda responder a estas exigencias; todo lo cual repercute
en su desarrollo psíquico.
e) Perturbación dinámica.
El empleo de fuerza no está en correlación con la tarea motriz. Parece que a los jóvenes les
sea difícil acoplar su dinámica. Muchos movimientos se realizan con excesiva tensión muscular.
Habiendo en parte una contracción de los antagonistas, es decir, de forma tensa y crispada, lo
que es evidentemente antieconómico. En otros casos no tienen fuerza, son lánguidos. Cosa
que junto a la falta de seguridad, da la impresión de desgana, característica de muchos jóvenes
en la pubertad.
f) Pérdida en la capacidad de asimilación motriz.
A diferencia del período anterior, particularmente favorable. en éste se hace más difícil el
aprendizaje de nuevas destrezas. Pocas veces se consigue la captación "al vuelo" e incluso es
frecuente que el ejercicio prolongado no aporte los resultados esperados. Los movimientos ya
no se aprenden tan irreflexivamente como antes, sino con más conciencia. Se capta de forma
más racional la forma de desarrollo del movimiento. Pero parece que esto precisamente exige
más tiempo. En este período aparecen con mucha mayor insistencia inhibiciones de
movimiento, que calificamos por lo común de "miedo" y dificultan el aprendizaje de nuevos
movimientos.
Es una etapa del desarrollo que se extiende entre los 14-15 a 18 años. En muchos países se
aborda como un segundo momento o fase de la Adolescencia. No obstante, a pesar de una u otra
denominación, la esencia de las características psicológicas correspondientes a la edad no sufren
alteración alguna; por ello no resulta contradictorio esa manera de calificar al período evolutivo en
cuestión.
El ritmo del crecimiento corporal es más lento y el peso aumenta. Continúa el proceso de
osificación del esqueleto, el cual debe concluir aproximadamente entre los 24 y los 25 años.
Los músculos incrementan la fuerza, lo que repercute especialmente y de manera positiva en
la capacidad física de la fuerza.
Se normaliza la correlación entre la masa del corazón y la constitución de los vasos
sanguíneos; la frecuencia del pulso y la presión arterial son bastantes similares a las del adulto,
siendo derivado de ello una función cardiaca cada vez más estable.
Concluye el desarrollo del sistema nervioso central, mejorando significativamente la actividad
analítico-sintética del cerebro, aumentando así mismo la masa encefálica, haciendo más compleja
su estructura y propiciando un perfeccionamiento de los procesos nerviosos de inhibición y
excitación.
La edad juvenil resulta una etapa fundamental en la culminación del desarrollo físico del
hombre.
Condiciones externas
En esta etapa, el desarrollo del joven se manifiesta dentro de un conjunto de exigencias que
condicionan la necesidad de lograr su futuro lugar en la sociedad. Apareciendo la inserción a
múltiples grupos, incluyendo aquellos en donde su influencia incluso se contradice.
Ocurren nuevos deberes y exigencias sociales, entre los más relevantes se encuentran: la
obtención de la cedula de identidad, el derecho al voto, la incorporación a organizaciones sociales
y políticas, el poder iniciar una vida laboral, la posibilidad de ser juzgados por las leyes que rigen
en el país, así como de contraer matrimonio.
Al incrementarse las exigencias, se derivan de ello un mayor número de responsabilidades y
también niveles de independencia.
Condiciones internas
Atención:
Se desarrollan los tipos de atención, sobré todo se intensifica la atención voluntaria, produciéndose
también un desarrollo considerable de las cualidades de la atención, encontrando a un joven capaz
de concentrarse en lo que no provoca el interés directo, pero es importante.
Percepción:
Cada vez más orientada hacia lo esencial, impregnada por el desarrollo de la observación y Ia
profundización del pensamiento teórico-reflexivo.
Memoria:
Se producen grandes avances en el desarrollo de la memoria voluntaria. Utilizan de forma
consciente y con mayor frecuencia métodos especiales como son los que promueve la memoria
racional con los recursos nemotécnicos, que facilitan el logro de una memorización buena, rápida y
con sentido. Aún consideran que lo comprensible por ellos es lo que hay que recordar y eso
repercute en la solidez de los conocimientos.
Imaginación:
Se desarrollan intensamente los dos tipos de imaginación; la reconstructiva y la creadora, pero esta
última en particular, se proyecta en la creación de imágenes dirigidas hacia el futuro y expresadas
en una especie de sueños vinculados con grandes objetivos en la vida, muchos de ellos
relacionados con el arte, pues los jóvenes se encuentran reflejados en personajes de libros,
películas y obras teatrales, por eso aparecen también intereses por la poesía.
Pensamiento:
Se desarrolla un pensamiento individualizado, personalizado, vinculado con capacidades
especiales. Hacen valoraciones críticas y emiten juicios según sus propios criterios. .
Aumenta la manifestación activa del pensamiento teórico-conceptual, expresado en los análisis,
generalizaciones, explicaciones causales, así como en la fundamentación sobre demostraciones y
conclusiones.
Aparecen las manifestaciones de un pensamiento científico, donde el joven no solo da soluciones a
problemas, sino que también es capaz de hallar y plantear problemas.
El profesor debe contribuir a su evolución, tratando de no siempre exponer verdades indiscutibles,
al contrario, debe propiciar y facilitar que el joven pueda escoger entre distintos puntos de vista, lo
cual desde la óptica del deporte escolar puede hacerles participar de forma más activa en los
planes de su propia preparación deportiva y por tanto, en los análisis de la táctica a cumplir, para
elevar así el nivel de independencia, individualizando el proceso, para dar la posibilidad de cierta
especialización, por ejemplo en posiciones de juego.
Motivación:
En esta edad aparece la elaboración consciente por parte del joven sobre principales contenidos
de su motivación que se vinculan estrechamente al surgimiento de la concepción del mundo,
alcanzando así un nuevo nivel cualitativo la unidad de lo cognitivo y afectivo en la personalidad,
Mención especial merece el desarrollo de la motivación hacia la profesión o actividad laboral
escogida; que decide, en buena medida, las características de su vida futura. .
La manifestación de la concepción del mundo, refleja el resultado del "desarrollo psicológico
precedente y especialmente, como dijera L. I. Bozhóvich, "de la necesidad de autodeterminación
del joven", condicionada esencialmente por su posición social y el desarrollo del pensamiento
lógico.
Es justo señalar la presencia de una jerarquía motivacional con mayor participación de la
conciencia en la toma de decisiones y en la elaboración de planes y proyectos.
Emociones y sentimientos:
Aumenta la complicación y profundización de las vivencias emocionaIes expresadas en el control y
la regulación, disminuyendo la impulsividad de las mismas, aumentando la estabilidad de los
estados de ánimo ante hechos casuales. .
Se acumula la experiencia en el control de los sentimientos y en la regulación de las
manifestaciones externas. Ocurre la presencia del sentimiento del primer amor juvenil, a través de
vivencias consideradas como las más luminosas y románticas que experimenta el hombre en su
desarrollo.
..
También en esta edad aparecen emociones y sentimientos muy vinculados con el deseo de tener
un amigo, con el cual establecer una relación ante todo seria, donde reine la unidad de criterios,
gustos e intereses.
Es un período propicio para potenciar el trabajo grupal en la enseñanza, y en otras actividades
extradocentes, todo lo cual contribuye a enriquecer y estabilizar la vida emocional de. los jóvenes.
Voluntad:
Existe una madurez creciente, expresada en el desarrollo de las cualidades volitivas, tales
como: la decisión, valentía, entereza y dominio de sí mismo; destacándose de esta manera
posibilidades ejecutivas cualitativamente superiores.
Está claramente manifiesta la superación consciente de los obstáculos y dificultades,
autorregulando de esta forma y en tal sentido la conducta, con aciertos indiscutibles.
Formaciones Psicológicas:
Las nuevas formaciones psicológicas están relacionadas con:
- La concepción del mundo: entendida como aquella representación
que elabora el joven, acerca de la realidad en su conjunto, donde abarca un conocimiento valorado
de las leyes, del lugar que ocupa el hombre en ella y de sí mismo, por lo que representa un
carácter sistematizado y generalizado en su personalidad, pues aparece la creación de sus propios
puntos de vista en ramas de la ciencia, la política, la moral y la vida social en general.
- La concepción del individuo: relacionada con el desarrollo de las convicciones, las cuales
expresan la orientación de la actividad del joven en correspondencia con sus principios y puntos de
vista, desempeñando un papel fundamental en la integridad y fuerza del carácter.
- La autodeterminación: que se acentúa de acuerdo a las convicciones, como forma más
compleja y superior de la autorregulación.
Aparece una necesidad básica relacionada con la "proyección hacia el futuro", encaminada
fundamentalmente hacia:
- La selección profesional: donde hay que considerar como elemento significativo la
construcción de la motivación profesional.
- La selección de la pareja: la relación amorosa que le permite comenzar a brindar los
elementos para que surja en el futuro la necesidad de constituir una familia como grupo primario
altamente importante para la estabilidad y proyección de la personalidad. .
- El sentido de la vida: como conjunto de objetivos mediatos que se trazan, los cuales se
vinculan a las diferentes esferas de significación para el joven, apareciendo interrogantes como
son: ¿qué yo aspiro?, ¿para qué yo vivo?, ¿qué voy a hacer en el futuro?, etc.
Tendencias motivacionales como aspiraciones de nuevas formaciones psicológicas
motivacionales complejas:
- Aspiraciones: planes y proyectos de acción que permiten la autorregulación de la
conducta en las direcciones de las metas.
- Autovaloración: conocimiento de su identidad adecuada o inadecuada.
-Intereses: como motivación específica hacia diferentes esferas de actuación, en particular
hacia el estudio de una profesión específica.
- Valores: son aquellas formaciones psicológicas que le posibilitan al joven valorar y orientar
su relación con el mundo que le rodea, con los semejantes y consigo mismo. Los valores forman
parte del desarrollo moral, en tanto hay un desarrollo de conceptos morales, una elaboración
individual de puntos de vista sobre la asimilación de las reglas y concepciones morales, en fin, las
reglas que deben seguir son las que sirven para hacer el bien, evitando el mal. .
En la edad juvenil culmina en lo fundamental, la formación de la conciencia moral,
determinada por sus convicciones morales. .
La autoconciencia se distingue por particularidades cualitativas, donde la autovaloración, a
pesar de que su desarrollo no llega al perfeccionamiento que logra la valoración, hay conciencia
de la necesidad de autoeducarla.
Los ideales se dirigen a una imagen colectiva, donde hay pensamientos y sentimientos hacia
todo lo que le rodea. Los ideales y la autovaloración) permiten la regulación efectiva del
comportamiento.
Todo el sistema de necesidades, motivos y aspiraciones, se integra a la concepción de
mundo. .
El nivel de desarrollo alcanzado en el proceso de autorregulación del comportamiento en esta
etapa, posibilita el desarrollo de la capacidad de plantearse tareas de autopefeccionamiento.
Importancia del valor responsabilidad en la formación profesional de la edad juvenil
V. Ojalvo (1997), expresó al respecto que, el cumplimiento por parte del estudiante de sus deberes
en tiempo y con la calidad requerida, se expresa como una necesidad interna que él asume de
forma consciente, que le despierta las vivencias de satisfacción, así como la disposición a
responder por su actuación, es lo que se considera desarrollo del valor responsabilidad en la
formación profesional.
En relación con esto, es importante tener en cuenta los indicadores para el establecimiento del
nivel de desarrollo del valor responsabilidad:
Flexibilidad-rigidez con que "se expresa el valor en la regulación de la actuación: La flexibilidad
se manifiesta cuando el valor regula la actuación del sujeto a partir del análisis de las situaciones
concretas que se presentan y de la búsqueda de alternativas de solución a los problemas que el
sujeto enfrenta. Cuando existe rigidez, la regulación de la actuación es de forma mecánica y
absoluta.
Posición activa-pasiva que asume el sujeto en la expresión del valor: La posición activa se
manifiesta cuando el sujeto actúa espontáneamente, con iniciativas. La posición pasiva se
corresponde con los valores formales; el sujeto actúa no por convencimiento, no por sentir la
necesidad de actuar de esa manera, sino por presiones externas.
Grado de mediatización de la conciencia: Está relacionado con la posibilidad el sujeto de
argumentar con criterios propios el porqué de su actuación. Cuando el grado dé mediatización es
elevado, él sujeto manifiesta una reflexión personalizada, es capaz tanto argumentar como
defender, a partir de sus puntos de vista y criterios, el porqué actúa de una u otra forma. Cuando el
grado de mediatización de la conciencia disminuye, el sujeto es incapaz de argumentar y defender
con criterios propios el por qué de su actuación., '. '
Perseverancia-inconstancia: La perseverancia implica la disposición del sujeto de llevar
adelante los propósitos y decisiones adoptadas independientemente de los obstáculos que haya
que vencer. La inconstancia se manifiesta cuando' el sujeto abandona el camino tomado ante el
surgimiento de obstáculos.
Perspectiva mediata-inmediata: La perspectiva mediata se manifiesta cuando el sujeto expresa
el valor responsabilidad a más largo plazo; por el contrario, la inmediata tiene un carácter más
situacional.
Relaciones interpersonales:
El joven, al igual que el adolescente, intenta desprenderse de los cuidados excesivos de los
padres que le resultan molestos, intenta reconstruir las relaciones sobre la base de la igualdad.
Realmente estas relaciones van a depender de un conjunto de condiciones tales como: el ritmo y
el carácter de los cambios sociales, la estructura de la familia, los modos de mantener la disciplina,
etc. De la sensibilidad y el tacto de los padres dependerá la conservación de la armonía emocional
y la comprensión mutua con sus hijos de edad juvenil. '
La primera juventud es el período más colectivo, lo importante es ser admitido por los iguales,
sentirse necesarios para el grupo y tener en él un determinado prestigio y autoridad. El bajo status
sociométrico se relaciona, por lo general con un alto nivel de inquietudes.
Los jóvenes presentan una alta tendencia hacia la integración grupal, pues son tolerantes y
hacen casi un culto a su interés por los demás, creando las bases de múltiples amistades.
La amistad, junto a la creciente significación de la vida en grupo, en esta edad se intensifica,
existiendo la necesidad de una amistad íntima. Esta amistad juvenil es más estable y profunda
que la que aparece en la adolescencia, pues sitúa en primer plano la intimidad, el bienestar emo-
cional y la sinceridad.
La amistad, al ser el primer afecto profundo y personal elegido independientemente, anticipa
y a veces precede a las relaciones de amor, de ahí precisamente la elevada emotividad de la
amistad.
El amor y las relaciones mutuas entre los jóvenes y las jóvenes, se activan de manera
sensible, ampliándose la esfera de las relaciones amorosas entre compañeros y compañeras, por
eso aparecen con mayor frecuencia los grupos mixtos. Los primeros enamoramientos serios, es-
tán impregnados de la imperiosa necesidad de amar, donde se experimentan, por tanto,
sentimientos profundos. .
Desarrollo motor:
Aparece un receso en las alteraciones de la dinámica motriz, surge nuevamente una etapa
culminante, caracterizada por la economía de movimientos y esfuerzos. Período de excelente
rapidez para el aprendizaje. Se observan claramente los rasgos masculinos (fuertes) y los feme-
ninos (suaves). Hay marcado afán de rendimiento y perfeccionamiento motor. Aumenta la fuerza
muscular y la resistencia física, mejorando notablemente la coordinación, por ello les son
accesibles todos los tipos de ejercicios de fuerza y resistencia.
Pueden participar en los diferentes deportes de rapidez. Practican toda clase de deportes, y con
un entrenamiento sistemático, logran con prontitud, buenos resultados. En algunos deportes, la
primera juventud es el período de los máximos logros.
El período que sigue a la superación de las perturbaciones sobre la pubertad, constituye otro
punto culminante en el desarrollo motor y, al mismo tiempo, un período excelente para el
aprendizaje.
Debido a que la fuerza ha aumentado considerablemente, la gente joven puede practicar ahora
toda clase de deportes y mediante un entrenamiento sistemático llega pronto a alcanzar muy
buenos resultados. Si bien no vuelve a darse la prontitud de asimilación con la excelencia de
antes, por otro lado se han desarrollado de tal manera la concentración consciente y la voluntad
de rendimiento, que el aprendizaje de movimientos se lleva a cabo con relativa rapidez.
EDAD ADULTA
El desarrollo no termina con la edad juvenil, sino que el ser humano sigue evolucionando
también en la edad adulta, la cual es una nueva etapa del desarrollo donde se está actuando y
aprendiendo en diferentes esferas de la vida. Se madura, expresado ello en una autoconciencia
crítica que como formación psicológica, hace distinguir a la persona por un desarrollo de la
identidad y el autoconocimiento, ganando así en recursos psicológicos que le van dando
estabilidad, autonomía y realización a la personalidad. El adulto descubre sus potencialidades
inagotables.
Sobre la situación social del desarrollo del adulto Febles Elejalde, M. (2001), plantea claramente
lo siguiente: el joven que pasados los años se a desarrollado socialmente, encuentra dos
eventos vitales hacia los cuales orienta todos sus esfuerzos. Ellos son proveedores de vivencias.
Estas son el trabajo y la familia, y en algunas ocasiones no debemos excluir los grupos de
amigos que en otras etapas del desarrollo han jugado y puede que aún sigan jugando un papel
importante en su desarrollo personal. Cada uno de ellos, por su parte y a través de los sistemas
de actividad y comunicación, se desarrollan en esta etapa, ocupando un lugar mediatizador en
las relaciones y eventos, que hacen más complejas las relaciones con su entorno. A través del
trabajo el individuo concientiza sus relaciones interpersonales: la calidad de la relación jefe-
subordinado, compañeros de trabajo, compañeros de otros centros afines, pueden analizarse,
profundizándose o ampliándose el círculo de amigos, o empezar a reducirse,
como resultado de la concentración en los principales eventos vitales.
"También el individuo percibe los resultados de su labor valorándolos positiva
o negativamente, reconociéndose en ellos con un nivel de realización o frustración,
lo que puede provocar vivencias positivas o negativas, le lleve o no a tomar decisiones que
antes no se atrevió a tomar, como proponerse nuevas metas laborales o profesionales, cambiar
de trabajo, peritaje médico, jubilación.
""Otro evento de suma importancia en esta edades la familia. La familia de procedencia o/y la que se
forma como producto de la unión consensual o matrimonio, constituyen fuentes de nuevas vivencias.
La concientización de los lazos afectivos con los padres que envejecen, con la esposa o compañera
de vida, con los hijos que crecen y muchas veces se convierten en confidentes o buenos amigos,
enriquecen la subjetividad del sujeto de esta: edad, 'planteándose nuevos retos, nuevas experiencias
como el crecimiento y abandono de los "hijos -nido vacío-, divorcios, subestimación por la edad,
muertes de padres o familiares queridos. Cualquiera de las situaciones anteriores son proveedoras
de vivencias en la esfera motivacional del sujeto, que pueden entrar en contradicción con las
representaciones del sujeto. Es posible considerar otros eventos como las relaciones con el
vecindario, agrupaciones formales o informales a las que el individuo pertenece y en las que
participa con frecuencia: organizaciones políticas, religiosas, científicas, profesionales, culturales,
etc., que pueden constituir importantes, fuentes portadoras de nuevas vivencias. Otros eventos que
pueden dejar huellas negativas en la subjetividad son: los accidentes o traumas, guerras, cárceles,
situaciones precarias (económicas) u otras».
En la adultez como en otras etapas de la vida aparecen crisis, como una especie de detenimiento,
freno, reducción de lo que se ha logrado anteriormente. Se producen vivencias de nuevas
representaciones que provocan contradicciones, conflictos que llevan posteriormente al salto. En
esta edad se distinguen los "problemas de identidad", donde se experimenta la insatisfacción
consigo mismo, manifestada en la autovaloración, la insensibilidad, y el sentirse fuera de lugar
entre otras expresiones. Bratus, B. S. (1980) refería que las crisis de los adultos no son radicales, ni
bruscas, sino tendencias donde ocurren cambios esenciales, profundos y periódicos de acuerdo a
las condiciones sociales de vida como son: los cambios de exigencias y' expectativas sociales y los
cambios hormonales, así como las enfermedades significativas para ellos. Es por eso que las
posibilidades y perspectivas dejan de corresponderse con las posibilidades que ya de hecho
cambiaron. Pero existe algo fundamental y es la concientización y la autocomprensión de las
contradicciones, y de la posibilidad resolutiva de manera independiente en relación con sus metas
más generales.
En esta etapa aparece un nuevo nivel de autoconciencia donde se logra un mayor desarrollo afectivo,
volitivo, de autoconocimiento, responsabilidad, reflexión, decisión, creatividad e independencia para la
aparición de nuevas habilidades, hábitos y capacidades que le permiten elaborar nuevos propósitos,
así como reestructurar algunas motivaciones.
El desarrollo intelectual de este adulto medio, está vinculado, a los logros alcanzados en las
etapas precedentes respecto a las formaciones de carácter personológico, proyectándose a una
relativa plasticidad de la inteligencia de acuerdo a los determinantes contextuales del desarrollo
intelectual, concretados en la creatividad y la toma de decisiones en la solución de los problemas
de la vida cotidiana; sin negar su decrecimiento en personas, pero que no caracterizan ala
generalidad, depende mucho de la posición activa, que asuma el individuo. El adulto ejerce
influencia sobre la realidad externa y sobre sí mismo, es posible que sea esta, la etapa de mayor
logro en el control de la autorregulación, existiendo de esta manera una estabilidad relativa en la
capacidad de percibir correctamente al mundo y a sí mismo (propiciando afianzamiento,
diferenciación y cultivo del nivel de desarrollo alcanzado. El joven de 18 años posee los rasgos
esenciales del movimiento del hombre adulto, pero su despliegue completo sucede en los años
siguientes, lo cual resulta decisivo para alcanzar los más altos rendimientos deportivos. En los
primeros años del adulto alcanza ya su máximo esplendor las capacidades de rapidez y agilidad.
Entre los 25 Y los 30 años, la fuerza y la resistencia, después de los 40años se expresa una
tendencia a una disminución paulatina de estas capacidades.
El adulto se caracteriza por una mayor funcionabilidad y economía de movimientos, de ahorrar
sus fuerzas y ajustar cada vez con mayor precisión y seguridad la conducción y freno de los
movimientos de acuerdo a la finalidad de los mismos. En este ajuste funcional se automatizan
movimientos, los que. se consolidan dando un sello personal a la conducta motriz,
manifestándose así en la forma de caminar, sentarse, levantarse, abrir y cerrar puertas, etc. Esto
no quiere decir que la actividad motriz se vuelva rígida e inmutable aunque no se niega que
gradualmente se van teniendo menos transformaciones esenciales.
Existen dos factores que influyen decisivamente sobre la actividad motriz de los adultos, el
trabajo y la cultura del ejercicio físico y deporte. Ambas influyen grandemente desde la pubertad
sobre la mayoría de personas y determinan su desarrollo motor ulterior.
En el caso de la mujer, la distribución del tejido muscular y conjuntivo, caracterizan su capacidad
de rendimiento. La forma de andar muestra una escala amplia de variaciones interindividuales,
expresadas en la ligereza, la elasticidad, fluidez rítmica y redondez de los movimientos; Distintas
profesiones, las labores del hogar y el ejercicio físico, facilitan el desarrollo de habilidades
motrices en un nivel de automatización y rapidez ejecutiva.
En el desarrollo del deporte, la mujer ha alcanzado logros sorprendentes en los últimos 50 años.
Por ello el efecto del embarazo, el parto y la lactancia no tienen causa decisiva si vuelven a
entrenarse; al cabo del año aproximadamente vuelven sus resultados motrices.
La mujer en el climaterio puede verse compensada por el ejercicio físico, haciendo que la
actividad motriz, no sufra perturbaciones graves, pudiendo de esta manera conservar agilidad,
elasticidad y seguridad motriz.
El mejoramiento y la conservación del nivel de desarrollo motor general de los hombres y mujeres
adultas, constituye una tarea permanente, pues no se trata solo de conservar la salud y promover
las funciones puramente fisiológicas, sino que es imprescindible preservar la calidad de
ejecución motriz.
Una condición indispensable para la rearmonización total para una formación y
afianzamiento completos tanto de la complexión como del movimiento en sus formas
específicas masculinas o femeninas. Cuando la educación física es nula en este tiempo
y la actividad profesional es además pobre en movimientos. no vuelve a alcanzarse
generalmente la calidad de movimientos del "período infantil de aprendizaje".
No todos los sectores de la actividad motriz se ven de la misma manera afectados
por las perturbaciones. En el campo del movimiento deportivo pueden ser compensa-
das las deficiencias cualitativas evidentes por una concentración consciente en la
efectividad sobre rendimiento, de manera que no se vean afectados los resultados
cuantitativos. En tal caso, los fenómenos típicos de la pubertad se ven limitados a
movimientos impropios sobre de las extremidades de de poca gravedad. y defectos de
postura durante las ejecuciones.
El ejercicio físico variado y bien dosificado, antes de la pubertad y durante la misma,
contribuye a aminorar los efectos negativos. Es en especial importante en la segunda
fase, para estimular un despliegue de las posibilidades de desarrollo. En este período
puede intensificarse también el entrenamiento deportivo dirigido a la consecución de
altas marcas.
Debido a que el aprendizaje de destrezas nuevas, complicadas y difíciles, encuentra
dificultades en la primera fase de la pubertad, no debe insistirse durante este tiempo en
el aprendizaje sobre nuevos movimientos. Hay que preocuparse más por la conser-
vación de los rendimientos alcanzados hasta ahora y de la calidad motriz disponible
para que los movimientos demasiado complicados no les hagan perder a chicos y
chicas el placer por el ejercicio físico. Es aconsejable dar mayor importancia a las
cuestiones técnicas y tácticas del movimiento, que van siendo acogidas con un interés
creciente.
10 Características generales
El período anterior termina con el alcance de la mayoridad. Se ha comprobado que
también en el desarrollo motor se alcanza el estado "adulto" y que el ciclo del mismo
llega como tal a su meta relativa. El desarrollo no termina, en realidad, nunca, pues el
hombre sigue evolucionando también en la edad adulta y aprende nuevas cosas en
todos los campos, incluido el de las actividades motrices. Sin embargo cabe señalar,
que en comparación con las rápidas transformaciones de las etapas anteriores de
desarrollo, aparece claramente un afianzamiento, una línea de madurez paulatina. El
desarrollo motor en la edad adulta puede ser pues considerado como un período
relativamente homogéneo, en la medida que las transformaciones en el cuadro total del
movimiento son mucho menos pronunciadas y se efectúan en períodos más largos de
tiempo.
El primer decenio en el estado adulto se caracteriza sobre todo por el afianzamiento,
diferenciación y cultivo del nivel de desarrollo alcanzado. El joven de 18 años posee ya
enteramente los rasgos esenciales de movimiento del hombre adulto, pero su
despliegue completo se realiza en el curso de los años siguientes, que podemos
calificar de años de postmaduración. .
En la edad adulta logran su apogeo las cualidades motrices decisivas para alcanzar
el más alto rendimiento deportivo. En los primeros años alcanzan ya su máximo la
agilidad y la rapidez. De los 25 a los 30 años, la fuerza y la resistencia. En el mismo
orden en que se desarrollan las cualidades del movimiento van experimentando un
receso paulatino en la edad madura, es decir, en los años 40, 50 Y 60. En el compor-
tamiento motor del adulto destaca en particular la tendencia a la mayor funcionalidad y
economía de movimientos. En la infancia como juventud nos encontramos con perío-
dos de fuerte movilidad y derroche de movimientos. El hombre adulto aprende a
ahorrar sus fuerzas y ajusta cada vez con mayor precisión la forma de movimiento y el
empleo de fuerzas a la finalidad del movimiento. Esto se hace notable tanto en la
dinámica del trabajo como en la dinámica deportiva. La dinámica del trabajo se hace
cada vez más diferenciada, debido a que el operario se orienta a objetivos distintos,
bien delimitados y anticipados. De esta manera se empieza a ir graduando con
exactitud la fuerza de sus movimientos, a darles un ritmo apropiado, a refrenarlos
oportunamente. Estas características son esenciales para los trabajos de movimientos
rudos, como por ejemplo el del carpintero o ebanista con la azuela y la sierra, con el
cepillo o el martillo.
La precisión de movimiento y especialmente la seguridad de conducción y frenaje de
las manos y dedos tienen por el contrario una función preponderante en las labores de
precisión de un relojero, un radiotécnico y otras profesiones de mecánica fina.
La dinámica del trabajo contiene sólo en pocas profesiones movimientos totales del
cuerpo, que pongan de manifiesto a plenitud el nivel de desarrollo motor del adulto. El
despliegue de todas las posibilidades motrices de este período va quedando cada vez
más relegado al campo de actividades deportivas.
En la línea de un ajuste funcional cada vez mayor de las facultades motrices a las
tareas propuestas, se automatizan distintos desarrollos de movimiento y determinados
movimientos parciales. La automatización hace que los movimientos sean más econó-
micos, ahorrando no sólo fuerzas, sino también energía nerviosa, pues se hace inne-
cesario concentrar continuamente la atención en cada uno de los detalles de la
ejecución
A través de la automatización de movimientos se llega también a una consolidación
individual de los movimientos, a la imposición de un sello personal. De esta manera se
forman hábitos de movimiento característicos de cada persona. Puede verse, por
ejemplo, en la manera de caminar, de sentarse, de levantarse, de abrir y cerrar las
puertas, de vestirse y desvestirse, etc.
La formación de una forma sólida y permanente de los movimientos no quiere decir que
la actividad motriz se vuelva rígida e inmutable, pero ha llegado a un nivel a partir del
cual ya no tienen lugar transformaciones esenciales. Ya no está todo "impetuosamente
en marcha" como en los períodos anteriores, ni tampoco cambios decisivos del medio
ambiente o de las condiciones de vida repercuten en una transformación profunda de
los hábitos de movimiento, si bien se da siempre una cierta adaptación. El nivel
alcanzado no se observa solamente en los movimientos deportivos y los habituales de
la vida cotidiana, sino también, por ejemplo, en la caligrafía, que adopta ya una forma
fija
3° Derivaciones pedagógicas
4° Resumen
La aplicación de la Psicología del Desarrollo teniendo como base la Escuela Histórico Cultural
de L.S .Vigotski significa enfocar al adulto, mayor en su situación social de desarrollo y percibirlo
como un ser activo que asume un importante rol en su familia y como ser social.
El envejecimiento de la población es un fenómeno de gran relieve en la sociedad
contemporánea, el cual, debe ser abordado desde la orientación, prevención, e intervención,
pues la persona que envejece requiere de ayuda para conservar la propia suficiencia física,
psíquica y social, condicionada en la mayoría de los casos, por las posibilidades de movimiento
incrementado o mantenido.
Conocer al adulto mayor significa ser receptivo ante sus necesidades y posibilidades, dar
confianza como seguridad para brindarle así un mejor espacio de realización personal.
Por eso, resulta necesaria la planificación de actividades físicas que contrarresten el
sedentarismo acorde a su estado de salud para contribuir al mantenimiento de una psiquis y un
cuerpo verdaderamente activo.
Sobre el adulto mayor, los factores relacionados con este período de la vida, se escribe
desde diferentes perspectivas y con más amplitud en los últimos años. Esto obedece
fundamentalmente a la preocupación cada vez más creciente en las sociedades contemporáneas
por las personas mayores de 60 años, la cuales representan el grupo de edad que más rápida-
mente crece en el mundo.
El denominado adulto mayor, es portador de regularidades propias una etapa del desarrollo
humana, así cama de una serie de limitaciones en gran medida provenientes de prejuicios que le
ha depositado la cultura.
Numerosos autores, entre las que sobresale A. Tolstij (1989), establecen analogías directas
entre la infancia y la ancianidad, planteando que ambas edades se caracterizan par la
despreocupación espiritual, la cólera, la tendencia al llanto., a la risa, la charlatanería, el
equilibrio precaria, el andar insegura, la ausencia de impulsas sexuales, la enuresis, el equi-
librio precaria, entre otros indicadores.
En este sentido lo principal es que tanto el niño como el anciano tomen conciencia de su
posición en la sociedad y en el mundo, en que viven, mediante su comparación con la
persona madura.
En el pasado, se interpretaba la ancianidad como sinónimo de enfermedad, debilidad, pérdida
de la capacidad de trabajar, asociada a teorías involucionistas. Sin embargo, hoy el hombre de
mayor edad se ha convertido ,en una figura importante en el orden social, donde muchas
especialistas lo ubican en una etapa conflictiva no solo para el que la vive, sino además, para
las profesionales que se dedican a la misma: médicos, psicólogos, asistentes sociales, etc., así
como para las familiares, amigos y vecinos.
La caracterización del adulto mayor por la Psicología del Desarrollo, constituye un reto en la
actualidad, ya que regularmente la mayoría de los investigadores de esta rama no continúan el
estudio de su caracterización del desarrollo psíquico después de la edad juvenil, pues ello
requiere de grandes esfuerzos teóricos que permitan abordar la adultez y en particular al
adulto mayor desde una posición auténticamente derivada del desarrollo humano.
Este período de vida, ha sido abordado por lo general, de forma aislada, o como fase de
involución y no como una verdadera etapa del desarrollo humano cuya significación social
adquiere cada vez mayor relevancia dada la tendencia mundial a un proceso de
envejecimiento de la población Junto a la hipocinesia del adulto mayor, influyen factores
psicológicos y ambientales que dan relieve a la inseguridad originada, entre otros aspectos,
por el cese de la vida laboral, la disgregación en algunas casos de los lazos familiares y la
tendencia al aislamiento par la disminución de motivaciones, influyendo de esta manera en un
comportamiento paco activo.
La Psicología del Desarrollo teniendo, como base la escuela histórica cultural de L.S Vigotski,
analiza esta edad bajo una perspectiva desarrolladora que distingue a esta etapa de la vida y
caracteriza las estructuras psicológicas nuevas en que el papel del "otro." resulta fundamental
para el logro de tales neoformaciones.
Características psicológicas:
El adulto mayor, la adultez tardía, la tercera edad o la vejez, comprende aproximadamente el
período que media entre los 60 y 80 años, ya que a partir de los 80 años se habla hoy en día de
una cuarta edad, lo que indica una prolongación y aumento del promedio de vida.
Situación social del desarrollo
Condiciones externas
Si nos detenemos en el análisis de la situación social del desarrollo en este período, el primer
elemento que se deberán considerar es el que está relacionado con las especificidades de las
condiciones externas que marcan el desarrollo del adulto mayor.
En relación con esto, el elemento definitivo es el hecho de que entre los 55 y 60 años se produce
la jubilación laboral lo que para muchos representa someterse a unas condiciones de inutilidad
social a la que no están acostumbrados.
Si tenemos en cuenta que después de jubilarse, el adulto mayor vive como promedio de 15 a 20
años más, lo que significa aproximadamente la cuarta parte de la vida, no es posible que este
período de la existencia sea valorado como una etapa de desintegración y extinción, donde éstos
sean- innecesarios o sobrantes para la sociedad y se vean obligados muchas veces a acudir a
los hogares de ancianos, o estén sobrecargados en la participación de las tareas domésticas.
Orosa, T. (1997) expone que es cierto que las pérdidas asociadas a la jubilación se pueden
vivenciar como una agresión a la autoestima, más aún cuando la identidad de una persona está
fundamentada básicamente en su actividad profesional. Aunque puede ocurrir la presencia de
una baja autoestima, debido a la caracterización personológica del sujeto, independientemente
de su edad.
En la sociedad venezolana actual se realizan grandes esfuerzos orientados al bienestar social de
este adulto, no solo en el aspecto material, sino en su participación activa en la sociedad, de
acuerdo a sus posibilidades objetivas. El estado además, toma medidas para que las personas
en edad de jubilación que deseen seguir trabajando lo puedan hacer.
Condiciones internas
Al abordar las condiciones internas del adulto mayor constatamos un gran número de
características que con poca frecuencia se encuentran en un solo sujeto.
De manera general puede plantearse que la estructura psíquica en las personas de la tercera edad
es relativamente estable y conserva sus principales características durante el período evolutivo
dado, el cual constituye una etapa muy particular de la vida y que la reestructuración evolutiva que
se produce en ella no es únicamente un retroceso, aquí se producen neoformaciones importantes
que provocan la autotrascendencia.
En el área cognitiva aparece una disminución en actividad intelectual y de la memoria como es el
olvido de rutinas y las reiteraciones de historias, así como un deterioro de la agudeza perceptual.
En el área motivacional produce un menoscabo del interés por el mundo externo acerca de lo
novedoso, reduciéndose el número de intereses, donde en ocasiones no les gusta nada, se
muestran gruñones y regañones quejándose constantemente. Aparece una tendencia a mostrar un
elevado interés por las vivencias del pasado y por la revaloración de ese pasado.
Por otra parte, aumenta su interés por el cuerpo en lo relacionado con las distintas sensaciones
desagradables y típicas de la vejez, apareciendo rasgos de hipocondría asociados a una
incertidumbre sobre el futuro.
Estas tipologías planteadas por este autor están cerca del fenómeno real de la vejez, en el
sentido que permiten ubicar a muchos ancianos en uno u otro tipo, y así evaluar en cierta medida
las reestructuraciones de su personalidad que siempre serán aproximativas para un proceso de
análisis de las manifestaciones del envejecimiento que le ofrecerán al científico y al práctico
orientaciones necesarias para su trabajo.
D. Daure (1989), refiere a, existencia de adultos mayores, que conscientes del proceso de su
envejecimiento, poseen una adecuada autovaloración de sus características, posibilidades reales
y se disponen a asumir activamente su rol.
Fritz Giese destaca además, como nuevas formaciones psicológicas de esta edad, el papel de la
sabiduría y la experiencia en estos sujetos, las cuales constituyen un privilegio de las personas
maduras y de edad avanzada.
Ni la literatura ni los manuales pueden sustituir la experiencia individual, que no es simplemente el
recuerdo del pasado, sino la capacidad de orientarse rápidamente en el presente utilizando la
experiencia personal, ajena y los conocimientos adquiridos.
La sabiduría eleva al anciano al rango del filósofo de la vida, insustituible consejero y preceptor
de la juventud.
Entre los resultados de mayor relevancia desde el punto de vista psicológico y social, se
destacaron aquellos donde los adultos mayores que frecuentaron los cursos por un tiempo
prolongado, se encontraban un mayor número de horas del día en movimiento fuera de la casa,
siendo más reiterados y sistemáticos en los vínculos semanales con los amigos, conocidos y
parientes, existiendo un mayor dominio de su propio cuerpo con un cierto grado de resocialización
al compararlos con los que se inscribían por primera vez.
El aspecto más elocuente de la actividad física, se manifiesta en la percepción física y psíquica
de sí mismo con el mejoramiento de la cinestesia. Asimismo, fueron evaluadas al final del curso
una pequeña muestra de mujeres ancianas acogidas en diversas instituciones y afectadas por un
deterioro mental de diverso grado y naturaleza, los resultados de los tests utilizados pusieron en
evidencia el aumento de la orientación, de la socialización y una disminución del estado de
irritabilidad y agresividad.
En la INEFC- Lérida, el profesor P. Lavega Burgués ( 1990) aborda estudios realizados
sobre el adulto mayor y el deporte, refiriéndose entre otros hallazgos al deporte adaptado a las
posibilidades reales del individuo y la factibilidad de establecer categorías, éstas son: el deporte
competitivo adaptado para adultos mayores, el deporte recreativo adaptado a adultos entre 55 y
75 años , el deporte utilitario para los presentaban más limitaciones y afecciones de postura,
problemas de columna vertebral, artrosis etc.
Además, hacen alusión a un trabajo donde el fin es potenciar y mejorar continuamente tanto
la salud mental como física del adulto mayor para que su calidad de vida saliera beneficiada. El
estudio estuvo basado en la Teoría del Procesamiento de la Información, asumiendo que cada
deporte tiene sus características propias, particulares, que lo diferencian de los demás, el
carácter de la influencia era como medio y no como fin sobre los indicadores de percepción,
decisión y ejecución. La incidencia en los tres mecanismos trajo consigo las siguientes
propuestas:
- Mecanismo perceptivo
Se podría potenciar con todo tipo de actividades (carreras de orientación, montar a caballo, etc.)
las cuales se realizan en un medio variable como es la naturaleza, para que la persona centre su
esfuerzo en percibir correctamente la información presentada por el en torno.
- Mecanismo decisional
Este se verá favorecido en todas aquellas prácticas que requieren de una considerable actividad
cognitiva. En este caso se refieren a las que se desarrollan a través de los juegos de mesa, bolos
etc.
- Mecanismo de ejecución
Se orientará a la práctica de aquellos deportes que se realizan en un medio estable, el cual
requiere de una respuesta motora única, es el caso de la natación, el ciclismo, etc.
Se añade que el servicio de los diferentes deportes presupone una práctica adaptada y
susceptible de sufrir modificaciones en función de las particularidades de este tipo de edad y se
retoma el enfoque de las categorías que se expusieron al principio de este comentario, nos referi-
mos al deporte competitivo, al recreativo y al utilitario.
Guillén F. y col. (1993) proponen un proyecto de intervención para estimular y potenciar la
actividad física, deportiva y recreativa entre la población de Gran Canaria (España) de la tercera
edad, teniendo en cuenta la realidad de su país.
Para la elaboración del plan de actuación directa proponen: Planificación y desarrollo de distintas
actividades sobre recreo, ocio, planificación y desarrollo de actividades de carácter físico
adaptadas a las distintas situaciones motoras de las personas mayores.
Seminarios prácticos explicativos de cada una de las distintas actividades.
A su vez, Sánchez Acosta, M. E. Y Col. (1987) realizaron una investigación sobre el nivel de
participación en los ejercicios físicos y las actividades recreativo- culturales que eran de interés
para las abuelas de diferentes círculos del municipio Plaza de la Revolución en Ciudad Habana,
encontrando que las diferencias del nivel de participación en los ejercicios físicos y en actividades
recreativo- culturales estaban más allá de la conciencia de la importancia social que ellas le
concedían y se dirigían claramente a las repercusiones personales beneficiosas que ellas
vivenciaban.
El interés por el ejercicio físico existía de forma priorizada con respecto a las actividades
recreativo- culturales, presentando mayor disposición para someterse a los programas de clases;
la atención predominaba de manera mantenida y concentrada en la actividad; el esfuerzo volitivo
se hacía más constante en la realización de las repeticiones y las vivencias positivas se
proyectaban más acentuadas, lo cual repercute en un mejoramiento de las capacidades y
habilidades motrices.
El interés por las actividades recreativo- culturales existía en todos los adultos mayores. La mayoría
asistían a las fiestas, meriendas colectivas, excursiones, cine, visitas a exposiciones, museos,
teatros, trabajos artesanales, etc., considerando que contribuían a ampliar y profundizar sus
relaciones interpersonales con las de su edad, garantizando seguridad y elevando la autoestima.
.
Sánchez Acosta, M. E. Y Col (1995) realizaron un diagnóstico del estado de algunos procesos de la
actividad cognitiva y afectiva de la personalidad de los adultos mayores que hacían ejercicios
físicos en el Círculo de Abuelos de Palatino en el Municipio Cerro de Ciudad de la Habana,
encontrando una predominancia del nivel medio de ansiedad como rasgo de personalidad, así
mismo en lo que respecta a la ansiedad reactiva se mantiene promedio cuando el adulto mayor se
recupera adecuadamente en la parte final de las actividades, de lo contrario se incrementa y se
acerca a la categoría de alto nivel de ansiedad. Asimismo esta ansiedad relativa aparece elevada
ante situaciones de preocupación y/o frustración. En general la autoestima y la socialización se
elevan.
La percepción y el control del movimiento propio en ambas extremidades se logra, la imprecisión
aparece en las situaciones donde falta el control visual con errores predominantes por
sobrevaloración de la distancia.
La práctica del ejercicio físico contribuye de forma activa sobre la memoria motora, observándose
los rasgos de la edad, aunque no tan acentuados como en aquellos que no asisten a estos
círculos. La ejecución de los movimientos es lenta, pero logran combinarlos en una sucesión
necesaria y concluyen las tareas orientadas.
4° Resumen
Las cualidades motrices de la mujer se diferencian de las del hombre por el menor rendimiento,
determinado por la complexión del cuerpo, y por una "diferente manera de ser", muy difícil de determinar
con precisión. Su conducta motriz general se parece más a la infantil y juvenil que la del hombre. Las
influencias de la profesión y el deporte, tanto para la formación completa de la capacidad de movimiento,
como para el inicio del receso en la misma, tienen las mismas dimensiones que en el hombre.
Como factores específicos de la mujer tenemos la maternidad y el climaterio, que pueden llegar a
originar transformaciones decisivas. Éstas no son muy patentes en la maternidad y están en realidad
determinadas por el cambio que se produce muchas veces en la forma de vida y el aumento de volumen
corporal. El climaterio sí que actúa especialmente sobre la calidad de movimiento de la mujer,
especialmente sobre la agilidad, la seguridad, la elasticidad y la capacidad de adaptación. Por tal motivo
es de gran importancia social e higiénica que se practique ordenadamente el ejercicio físico después de
los 40 y 50 años. De tal manera se conserva, además de la facilidad de movimientos, la seguridad, la
elasticidad, la salud física, la alegría de vivir y trabajar hasta lo "edad avanzada.
BIBLIOGRAFIA
Conte, Luis. (1993) El concepto de Educación Física: sus fines, objetivos y contenidos.
Su evolución hasta las tendencias actuales. Principios de la Actividad Física. En: Arturo
Díaz y col. Desarrollo curricular para la formación de maestros Especialistas en Educación
Física. Madrid, Editorial Deportiva. 32-46 p.
Conte, Luis. (1993) Las habilidades perceptivas motoras: Percepción y estructuración espacial,
temporal y espacio-temporal. Concepto y actividades para su desarrollo
En: Arturo Díaz y col. Desarrollo curricular para la formación de maestros
Especialistas en Educación Física. Madrid, Editorial Deportiva. 213-227 p.
Meiner, Kart (1977) El desarrollo motor desde el nacimiento hasta la vejez. En su:
Didáctica del Movimiento. La Habana. Editorial Orbe. 193-253 p.
Finalidades de la evaluación.
En el ámbito de las actividades Física.
Agrupar o clasificar
El sistema tradicional de agrupamiento para el desarrollo del proceso de aprendizaje, consiste en
distribuir a los escolares en grupos cerrados, establecidos de acuerdo con un criterio,
normalmente de afinidad. Sin embargo, y dada la complejidad del proceso educativo y las
grandes diferencias entre alumnos de la misma edad, la investigación pedagógica no se conforma
con ese criterio y fija los niveles de homogeneidad de una forma mucho más objetiva.
La dificultad mayor del docente no radica en la materia, ni en el curso e en el grado en el que la
desarrolla (adaptar un programa a las características medias de un grupo, de alumnos no plantea
los mas graves problemas al profesional); la dificultad surge de la heterogeneidad de los alumnos
del grupo, de la singularidad de cada uno. En el orden operativo, la mayor dificultad del docente
esta en la individualización.
La agrupación o clasificación de los alumnos según un criterio de homogeneidad que atienda a su
eficiencia o habilidad motriz tiene por finalidad proponer a cada grupo niveles similares en la
actividad en cuestión.
La homogeneidad exige uniformidad, o gran parecido entre los alumnos del grupo, respecto a
alguna característica o rasgo. Por tanto, no se puede aceptar la agrupación permanente de los
mismos alumnos para el desarrollo de todas las actividades. Hablar de grupos homogéneos
constantes es una utopía. Por eso, en lugar de la agrupación única e inalterable de los alumnos
durante todo el curso, se va extendiendo la práctica de la agrupación flexible.
Esas reagrupaciones periódicas las realizan los profesores en función de la situación real del
alumno. Para ello es preciso conocer esa situación en cada momento, al menos de cada
preagrupación. La evaluación hace posible ese conocimiento.
La evaluación ofrece los datos sobre los que se han de basar esas agrupaciones en el
conocimiento de las capacidades de los alumnos, de su rendimiento e intereses; presta además,
en este ultimo caso, un especial servicio para la organización de cada curso.
Uno de los servicios que los profesores de educación física pueden prestar a la ciencia y a las
prácticas educativas, consiste en la recogida de datos para caracterizar los alumnos en sus
rasgos biológicos, físico motor a nivel de rendimiento físico y de la conducta motriz.
En el ámbito deportivo:
Las finalidades de la evaluación revisten aquí una importancia particular dado que pueden
contribuir a:
Detección y selección de talentos Una de las misiones de federaciones y de clubes deportivos
es la de conseguir su “élite". Si bien esté actividad puede plantear problemas éticos no es
menos cierto que hoy en día constituye una realidades indiscutible y por ello debe realizarse en
las mejores condiciones.
la 011
A partir del potencial motriz del joven, su desarrollo evolutivo y de las cualidades requeridas para
cada actividad deportiva, se le puede aconsejar y guiar hacia la práctica deportiva más adecuada.
Dirigido prioritariamente a los adultos, la evaluación de la condición física sufre aquí serias
deficiencias.
La inhabitual realización y la dificultad de aplicación han generado una cierta dejadez y, por ende,
ausencia de instrumentos específicos.
Las finalidades de la evaluación en este caso deben dirigirse hacia:
- Administración óptima del capital motor fijando objetivos accesibles en relación a su nivel actual.
- Diagnóstico de las deficiencias para, de ese modo, poder orientar mejor su actuación.
- Prescripción de programas adaptados determinando las cargas de entrenamiento en función a su
capacidad.
Medios de evaluación de las habilidades motrices generales
Desarrollo: El testeado se para sobre la barra de equilibrio con un solo pie y con
las manos en la cintura. La prueba termina al apoyar el pie libre sobre el piso, o cuando el pie de apoyo
en la barra pierrlf"' contacto con la misma. El tiempo se cuenta a partir de la señal de comienzo. Pasados
60 segundos dE" cualquier forma, se da por finalizada. Se realizan tres intentos, y sobre los dos mejores
se realiza el promedio. Se practica previamente la prueba.
Observaciones: Se sugiere realizar la prueba descalzo o estandarizar el calzado para todos. Si la
prueba es demasiado fácil y no se discriminará resultados, se realizará antes de subir a la barra. Irr->s
vueltas sobre sí mismo.
Prueba 16. En cuclillas circunducción de los brazos sentarse en los talones y colocar los brazos
extendidos hacia los lados a la altura de los hombros. Hacer circunducciones de brazos de
manera que la mano describa una circunferencia de aproximadamente 30 cm. de diámetro y
simultáneamente oscilar el cuerpo en sentido vertical. Continuar durante 10 segundos.
Errores:
a) Mover los pies.
b) Perder el equilibrio.
c) Tocar el piso con otra parte del cuerpo aparte de los pies.
d) No mover las manos en círculo.
e) No oscilar el cuerpo en sentido vertical.
PREGUNTAS DE AUTOPREPARACION:
BIBLIOGRAFIA:
Conte, Luis. (1993) El concepto de Educación Física: sus fines, objetivos y contenidos.
Su evolución hasta las tendencias actuales. Principios de la Actividad Física. En:
Arturo Díaz y col. Desarrollo curricular para la formación de maestros Especialistas
en Educación Física. Madrid, Editorial Deportiva. 32-46 p.
Díaz Suárez, Arturo (1993) El juego: Teorías, características y clasificación del juego infantil.
El juego como actividad física organizada. Estrategias del juego, estrategias
de cooperación, de oposición, de resolución. En su: Desarrollo curricular para la formación
de maestros Especialistas en Educación Física. Madrid, Editorial
Deportiva. 213-227 p.
García Pellicer, Juan José. (1993) El cuerpo y el movimiento como medio de expresión. En:
Arturo Díaz y col. Desarrollo curricular para la formación de maestros
Especialistas en Educación Física. Madrid, Editorial Deportiva. 253-264 p.
Meiner, Kart (1977) El desarrollo motor desde el nacimiento hasta la vejez. En su:
Didáctica del Movimiento. La Habana. Editorial Orbe. 193-253 p.
Vayer, P. (1977) El niño frente al mundo. Madrid. Editorial Científico Médica. 125 p.