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La iglesia preparada

Texto: Lucas 12:35-40

Introducción: Lo que más se repite en este discurso y que forma su tema central
es el ser conscientes de la situación, “Mirad,” el estar preparados. Los discípulos
de Jesús tienen que estar alerta contra los que pretenden engañar, contra
aquellos que dicen tener la autoridad de Jesús; tienen que ser conscientes de que
las guerras y los desastres naturales no necesariamente serán presagios del fin.
Deben estar preparados para enfrentarse a la persecución, al sufrimiento e
incluso a la traición de amigos y familiares, y estar listos para huir de Jerusalén
cuando la abominación que causa desolación aparezca. Y ante todo, deben estar
vigilantes y orar por el regreso del Hijo del hombre.

En esta sección Jesús explicó cómo podemos estar listos para su regreso.

I. ESPERANDO
a. Primera responsabilidad de la iglesia (comunal) es estar esperando
i. Responsabilidad personal
b. Paciencia. El escritor de Hebreos dice: “Porque os es necesaria la
paciencia para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la
promesa. Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no
tardará” (Hebreos 10:36, 37).
c. Estar bien despiertos, SOBRIOS. El Señor advierte contra este pecado
cuando dice en Lucas 21:34: “Mirad también por vosotros mismos,
que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y
de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel
día”.
d. En cuanto a esto, Pedro insta a los cristianos a soportar las pruebas y
la persecución, “… sometida a prueba vuestra fe, mucho más
preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego,
sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado
Jesucristo” (1 Pedro 1:7).
II. TRABAJANDO
a. Preparación constante. Ceñidos los lomos y nuestras lámparas
encendidas.
b. Predicando (“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo,
que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su
reino, que prediques la palabra” (2 Timoteo 4:1, 2a).)
Cuando estemos en el juicio final nos gustará oír al Juez decir: “Bien
hecho”. No hay promesa de oírlo, a menos que lo hayamos hecho
bien.
III. EXPECTANTE
a. NO de una fecha 1 Tsa 5.1-6 (Pero acerca de los tiempos y de las
ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba.
2
Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá
así como ladrón en la noche; 3que cuando digan: Paz y seguridad,
entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores
a la mujer encinta, y no escaparán. 4Mas vosotros, hermanos, no
estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón.
5
Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de
la noche ni de las tinieblas. 6Por tanto, no durmamos como los
demás, sino velemos y seamos sobrios.)
b. NO mirando al cielo Hechos 1.11 (Varones galileos, ¿por qué estáis
mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros
al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.)
c. Pero sí por medio de una vida santa, llena y guiada por el Espíritu
Santo.

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