Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1 Lee Alexander McQueen fue un diseñador de moda inglés. Es conocido por haber trabajado
como diseñador jefe en Givenchy desde 1996 a 2001 y por fundar su propio sello, Alexander
McQueen.
Vic habló con María y Leah sobre su boda, una pequeña aventura
íntima en el Benson, y lo que buscaban en un pastel.
—¿Qué tienes en mente? —pregunté en voz baja una vez que estuvimos
fuera del alcance de los otros, que seguían mirando fotos de pasteles. No tenía
sentido fingir que no quería hablar conmigo por alguna razón.
encogió de hombros.
—¿Sí?
2 Las personas de género no binario o fluido son aquellos cuyas identidades de género no
encajan entre la variedad de géneros binarios (masculino y femenino).
—¿Y qué hay de ti? ¿Tienes alguna etiqueta que deba conocer?
…Cuando pienso en ti. Oh... Tal vez esta no era la simple investigación
con la que los curiosos me golpeaban todo el tiempo. Tal vez...
—¡Ya voy! —Todd recogió los platos del pastel, dejándome llevar el agua
y con un montón de preguntas.
—Creo que dejaré que mis novias se encarguen del pastel. ¿Qué me
recomiendas? —No pestañeé, pero mi tono fue bastante coqueto.
—Yo... eh...
***
—No quiero café —dijo Freya una vez que ya nos alejábamos de nuestro
edificio.
—¿Qué? ¿Te sientes bien? —Me acerqué y le toqué la frente. Ahora que
lo pensaba, había estado actuando un poco raro los últimos días—. Esto es
lo que hacemos. Tomamos café.
4 https://dietapaleo.org/magdalenas-paleo/
Y por café, me refería a las elegantes bebidas de nuestro barrio, que nos
permite observar a la gente junto con capuchinos de origen único.
—Lo sé, pero tengo hambre. He estado haciendo esa cosa baja en
carbohidratos de nuevo, y todo lo que puedo pensar es en carbohidratos.
Que no puedo tomar.
***
Resoplé. Sólo en el noroeste nos preocupamos por qué hacer con esa
extraña esfera brillante en el cielo.
—Quiero decir... hazme saber si hay... bueno, cualquier cosa que pueda
hacer.
—Sácalo.
—No es eso —dije, aunque hizo que mis mejillas se calentaran—. Y Todd
es simplemente un buen chico.
—Es tal vez cinco años más joven. Puedes pescar en esa piscina.
6 El west coast swing procede de California (USA) y es la variante más moderna del swing
(aunque nació del lindy hop se separó ya hace mucho). Es un baile divertido, desenfadado,
que potencia la improvisación y usa las canciones que estamos acostumbrados a escuchar
en la radio y discotecas.
—Por supuesto que no. —Dejé de lado esa idea con un movimiento de
muñeca—. Pero, ¿qué se supone que debo hacer ahora?
En cuanto llegué al trabajo el sábado supe que Vic me iba a decir algo
que no me iba a gustar. Tenía esa mirada cuando se retrasaba o cuando las
cosas no le salían bien, me recordaba a un caimán enojado en Florida, donde
crecí. Y últimamente, desde que se hizo cargo de una parte de la propiedad,
había tenido esa mirada la mayoría de las veces.
Vic era la clase de fanático del control que necesita hacer las bodas de
forma personal. No estaba seguro de cómo me sentía porque confiara en que
hiciera una por mi cuenta. Pero, él era el jefe, así que asentí.
Ah. Ahí estaba. La verdadera razón por la que mi pelo se había erizado
toda la mañana. No era de los que marcaban los días en el calendario, pero
en la parte de atrás de mi cabeza, sí, sabía que vería a Kendall de nuevo.
7El FV 4201 Chieftain fue el carro de combate principal del Reino Unido en las décadas de
1960 y 1970.
una quinta parte de Jack8 y hacía que las cosas que había imaginado se
revolvieran dentro de mí.
Hoy llevaba un traje que estaba entre crema, rosa y marrón, una blusa
de aspecto sedoso con el cuello erizado y una banda dorada que sujetaba su
pelo rizado. La belleza de su traje contrastaba con la seguridad de sus pasos
y el firme apretón de manos que me dio y hacía. Todo el conjunto me hizo
sentir algo, hizo que mi pulso zumbara.
—Gracias. —La amplia sonrisa que Kendall me disparó hizo que todo
valiera la pena. Tenía ojos del color del azúcar moreno, y cuando sonreía,
brillaban como un caramelo caliente—. ¿Qué tal si tú y el pastel esperan allí?
—señaló un pequeño rincón fuera del camino de todo el tráfico peatonal.
8 La expresión una quinta parte de Jack en realidad es una quinta parte de un galón (EE.
UU.) Y fue el tamaño de botella estándar hasta 1980. Hoy en día, equivale a una botella de
licor de 750 ml. Entonces, cuando alguien dice que va a beber una quinta parte de whisky,
se va a beber una botella entera.
—No se va a despedir a nadie. —La voz de Kendall era firme. Esa era
una de las cosas que me gustaban de él, su voz era un tenor seguro y firme,
la voz de una persona que podía hacer las cosas—. Ni a ti, ni a mí. ¿Vic envió
su kit de reparación?
—No sé, me pareció que te veías muy elegante —dijo Kendall con una
risa—. Esto es culpa mía por haberte asustado. La mesa ya está lista. ¿Qué
te parece si ponemos el pastel en la mesa, y vemos qué magia necesitamos
trabajar?
Magia. Sí, claro. Dejé de creer en la magia hace tanto tiempo que mi
cerebro olvidó lo que se sentía, y no tenía ni de cerca la fe de Kendall en mi
capacidad para arreglar las cosas. Dios sabía que ya había arruinado bastante
mi vida. Pero aún así seguí a Kendall a la mesa y trabajé con él para, con
mucho cuidado, transferir el pastel al centro de la mesa. Kendall lo giró de un
lado a otro hasta que la parte remendada quedara mirando hacia atrás.
—Ahora sólo tenemos que pegar las flores. —El aire de Kendall de tengo
esto funcionó para calmar a los caballos galopantes en mi pecho.
recoger una de las flores. Sentí como si estuviera haciendo una cirugía, y mis
manos temblaban, pero conseguí que volvieran a su sitio. Casi perfecto. Sabía
que no era exactamente como lo hacía Vic, pero tal vez los demás no lo
notarían. No importaba. Todavía me sentía mal, estropeando su trabajo.
Igual que con las flores, visualicé la mancha que estaba reparando,
pensé en cómo necesitaba que quedara y luego trabajé con el glaseado extra.
—Si se quejan...
—¿Harías eso por mí? —No me pareció que tuviera ninguna razón para
cubrirme las espaldas, no cuando también tenía su reputación en juego.
Oh, diablos. Aquí venía, un sermón sobre no mirarle fijamente. O tal vez
no había formulado la pregunta sobre sus pronombres de la mejor manera.
Lo seguí hacia el pasillo de servicio, con el corazón latiendo a toda velocidad.
—No quise asustarte antes —dijo una vez que estuvimos solos en el
pasillo.
—Está bien.
—Veintidós. —Apenas.
iluminarlo.
—Oh, Dios mío, eres perfecto. —La cara de Kendall se iluminó con la
sonrisa más amplia que había visto en él.
—No. East Coast9, pero sólo un poco. Competí más en el salón de baile
clásico, foxtrot y ese tipo de cosas.
Bueno, eso era inesperado. ¿Podría volver a bailar después de todo este
tiempo? ¿Quería hacerlo? Me había alejado un millón de kilómetros y ocho
años de esa vida, de esa persona que había existido para la danza.
9En East Coast Swing, el patrón de danza suele ser circular en movimiento. En West Coast
Swing, el patrón de danza suele ser lineal en movimiento.
Kendall se rió.
***
—Has vuelto pronto —dijo la abuela cuando entré—. Deja que te ponga
la cena en el microondas.
—Sé que sí. —Me dio una palmadita en la mano—. Y son buenas e
importantes para ti. Pero eres demasiado joven para volver a casa con una
anciana...
—No eres vieja, abuela. —Y volvía a casa con ella por todos los años que
debí hacerlo y no lo hice. Pero no era bueno para expresar esas cosas, así que
lo que dije fue—: Voy a ver si consigo algunos amigos. Lo prometo.
Estaré allí.
Revisé mis otros mensajes. Estaba cansado y lo único que quería era
ver Shameless10 y disfrutar de la euforia posterior al evento, exhausto pero
10 Los Gallagher son una familia disfuncional: Frank, padre soltero y alcohólico y sus seis
hijos liderados por Fiona, la mayor. Los chicos tratan de sobrevivir por sí solos bajo estas
circunstancias, y deben actuar en ocasiones como sus padres.
Sonreí. ¿Más tiempo con Todd? Absolutamente sin problema. Pero estar
solos en mi coche... eso sonaba como una puerta de entrada a lugares que
podrían desafiar mi resolución de mantener las cosas informales. Mi pulso
vibró. Allá vamos.
***
Casi llegué tarde a la primera clase de baile porque tenía una prueba
de novia que se convirtió en un confesionario lloroso y necesitaba controlar el
daño emocional. Dejé a mi novia manchada y llorosa, pero al menos parecía
estar bien con su vestido y su pareja. Luego, de camino al auto, recibí un
mensaje de la pareja del circo. Querían contratarme, así que eso necesitaba
una respuesta inmediata. Estaban "abiertos a los animales como
entretenimiento", así que podría ser interesante. La mayoría de mis clientes
agitaban la bandera del arco iris de una forma u otra, pero a medida que el
boca a boca se extendía, iba recibiendo más parejas de casados como el dúo
del circo. Si lograba su evento, podía contar con la expansión de ese mercado.
Si todo iba bien, podría contratar un asistente el año que viene. Tal vez
Cuando llegué al estudio de baile, tuve que dar vueltas por todo el lugar,
buscando un sitio donde no me remolcaran. Finalmente, me apresuré a entrar
al estudio a las 19:01. Montones de parejas estaban alrededor de la pista de
baile hablando en grupos de dos y cuatro. Todd estaba solo contra la pared
más lejana. La sonrisa que me dio cuando me vio fue casi suficiente para que
quisiera hacerlo esperar más a menudo. La mirada en sus ojos azules era en
parte alivio, en parte placer, pero su boca se curvaba más de lo que había
visto antes.
—Sí, bueno, sabía que querrían zapatos con tacón, y se sentía raro
llevar estos con jeans. —Me dio otra rara sonrisa, esta vez más tímida—. Tú
también te ves... increíble.
—No es tan diferente de un básico East Coast Swing —me dijo en voz
baja cuando llegó el momento de intentarlo—. Así que son dos pasos triples
seguidos de un paso atrás11. ¿Estás listo?
11
https://youtu.be/86ER-w0dkjg
12 Es un paso de danza utilizado en muchos bailes en muchas variaciones. Todas las
variaciones son patrones de tres pasos de carácter deslizantes en un patrón de "pasos juntos".
La palabra proviene de la terminología del ballet .
movimientos.
Todd resopló.
—¡Muy bien, ahora inténtalo tú! —dijo Chuck—. Paso inicial y luego
transición.
que ser el baile sobre hielo. Más duro, de hecho. Al menos podía hacer un
deslizamiento básico en el patinaje.
Todd asintió, dándome una mirada aguda. Oye, no era mi culpa que la
confianza no se me hiciera fácil. El mundo necesitaba ganarse mi devoción.
Volvimos a repasar el movimiento antes que Chuck y Ted volvieran a
prestarnos atención.
—No tenemos que hacerlo —le susurré a Todd mientras Chuck y Ted lo
demostraban.
Quería señalar que el tema no era con lo que me sentiría más cómodo,
pero antes que pudiera protestar más, Todd se puso en la posición de seguidor.
Todavía contaba en voz baja, pero en lugar de la postura firme que había
tenido como guía, se volvió más flexible en mis brazos. ¿Y no era esa una
sensación embriagadora? ¿Este chico tipo leñador barbudo me estaba dando
el control? Quiero más de eso, sí, por favor.
Hice lo mejor que pude para guiarnos a través del paso inicial, y
sorprendentemente, fue más suave, sobre todo porque Todd era tan bueno
que cubrió un poco mis tropiezos. Cuando intentamos la transición, se deslizó
dentro y fuera de la curva, dándome una sonrisa cuando terminamos.
—Te lo dije. Sólo te gusta liderar. —Me guiñó un ojo—. Y eso está bien.
—¿No te importa?
—No. Cambiar las cosas mantiene todo interesante. Puede que no haya
sido mucho el que sigue, pero es divertido. ¿Lo intentamos de nuevo?
Practicamos unas cuantas veces más mientras Chuck se abría paso por
la habitación de nuevo. Esta vez tenía una sonrisa para los dos.
—Kendall lo prefiere —dijo Todd antes que yo pudiera. A pesar que Todd
parecía inseguro a veces al tratar conmigo, fue suave y confiado al corregir a
Chuck.
Guie a Todd a través del patrón de nuevo y esta vez fue divertido, y
ambos nos reímos mientras terminábamos. Chuck nos enseñó a seguir la
transición con un pase bajo el brazo.
Hicimos los tres pasos juntos, y aunque levantar el brazo fue un desafío,
fue uno que abracé por la mirada de alegría en la cara de Todd mientras giraba.
—Tú... giras bien. —No pude evitarlo, mi voz se volvió más coqueta
—Te estás volviendo bueno —me elogió en un pase—. Tendrás que usar
esas botas de nuevo la semana que viene... compensan muy bien la diferencia
de altura.
—Oh, eso también. ¿Zapatos de tacón alto? Sólo no uses nada abierto
todavía.
—Claro.
Todd tenía esa mirada seria de tomar notas mentales de nuevo, así que
le di un codazo.
—Sugar push, ¿eh? Eso suena más como una droga de diseño de club
que como un paso de baile.
Me reí.
Una extraña mirada pasó por la cara de Todd, una que no pude
identificar.
—¿Intentas marearme?
—Bueno, sigue así. —Me guiñó un ojo—. Me estás dando toda clase de
vueltas.
13 Éxtasis.
—¿Quieres tomar una copa o comer algo o ambas cosas antes que te
lleve a casa? —pregunté al final de la clase.
Todd estuvo callado tanto tiempo que temí haber sobrepasado algún
límite.
—Eres uno de esos comedores que conoce todos los lugares, ¿no?
Estaría igual de feliz con Burgerville, pero claro, trae las hamburguesas de
lujo.
—Ya veremos. Tiene que ser uno de los lugares más baratos, sin
embargo. Algunas tiendas de segunda mano 'vintage' cobran el doble de lo
que se consigue en las nuevas.
—¿Vive en Portland?
Los músculos de mi espalda se tensaron. ¿Por qué decía que vivía solo,
probablemente en algún edificio de lujo? No era como si esto fuera una cita y
tuviera que señalarme que tenía un lugar con privacidad. Espera... ¿Esto era
una cita? Habíamos terminado de bailar. Seguro que me vestí de puta madre
para él. También me duché. No sabía bien qué era esto y eso me inquietaba,
me hizo jugar con mi servilleta.
—Gracias. —Los ojos de Kendall eran todos suaves—. Has... eh... tenido
otros amigos de género fluido... antes, ¿supongo?
16 Hace referencia a las tiendas que tienen zona de mujeres y hombres por separado.
no era la etiqueta lo que me hacía vibrar el pulso, sino él y todos los pequeños
detalles que parecían tan... correctos. Necesitaba pensar más en por qué
exactamente lo hacía por mí, pero nuestra comida llegó en ese momento.
Kendall se rió.
—Al crecer, tuvimos que valernos un poco por nosotros mismos. Nos
hartamos de las cosas que no necesitaban ser cocinadas. Y entonces... —Hice
una pausa, no estaba seguro de qué compartir. No es que me avergonzara de
mi historia, pero tendía a incomodar a los demás.
—¿Si? —La cara de Kendall estaba relajada, no tan dura y tensa, más
bien esperaba a que yo se lo explicara, mientras yo encontraba las palabras.
—Lo entiendo. Por eso mi madre es tan partidaria del refugio y de los
servicios que ofrecen. Las comidas calientes pueden marcar la diferencia.
—Me salvó la vida. Aún no tengo dinero de verdad para donar, pero si
bailar puede ayudarles a recaudar dinero, bueno, haré lo que pueda.
firmes y fugaces.
—Kendall... —Oh, diablos. Tuve que decir las palabras antes, pero
nunca resultaron más difíciles—. Soy seropositivo, debería habértelo dicho...
—Pero necesitaba saber a qué sabes. Necesitaba saber exactamente lo que no
podía tener. Ahora yo era el que miraba hacia otro lado—. Todavía podemos
bailar —murmuré cuando no dijo nada. Por favor, no me quites eso.
—En realidad, no. Tenía un amigo de mis reuniones, Jake también era
positivo. Nos enrollamos un poco, pero... — Me encogí de hombros. Jake había
sido tóxico para mí, queriendo cuidarme, controlando todo en el momento
exacto en que tenía que valerme por mí mismo. Antes de Jake, había pensado
que me limitaría a otros chicos positivos, pero después de él, evitar todo el lío
de los ligues parecía el plan más inteligente. Mantenerme sobrio era mucho
más importante que excitarme.
Y había muchas listas de otras cosas que podíamos hacer. Pero Google no
tenía respuestas a las otras preguntas que se agitaban en mis entrañas. El
primer chico en el que me había interesado en meses, y venía con un carro
lleno de problemas. No era justo pensar así: Todd había superado
admirablemente muchas cosas en su vida. Pero yo tenía muchas preguntas
de ¿qué significa esto para mí?
Tengo una reunión mañana por la noche. ¿El lunes después del
trabajo?
Es una cita :)
***
—¿Comer primero? —Como ese día tenía un horario liviano con muchas
llamadas telefónicas, me ofrecí a cocinar.
Principalmente, sólo quería una excusa para ver a Todd comer. Admiró
mi mesa y sillas antiguas, admiró mis platos, me encantaba cómo se fijaba en
las cosas, ya fuera en mi ropa o en la decoración de mi casa, antes de prestar
atención a la comida.
—¿Hiciste esto para mí? —Su voz era suave mientras señalaba la
comida. Me dio la impresión que no dejaba que mucha gente lo cuidara y que
no muchos lo habían intentado.
—No fue un problema. Algo que hacer con mis manos mientras estaba
en espera en el teléfono, en realidad. —Quería decirle que valía la pena más
problemas. La forma en que saboreaba su comida con los ojos abiertos y
pequeños ruidos felices me hizo querer cocinar para él mucho más. Eso y
quería ver qué más le hacía hacer esa expresión de satisfacción.
—Así que tuvimos una vecina que empezó a tomar clases de baile básico
en el lugar donde yo tomaba de jazz y claqué. Mi madre era la mejor amiga de
su madre, y empezaron a hablar de lo lindo que sería competir juntos. Resultó
que no éramos tan malos, así que Hailey y yo, hicimos concursos y
actuaciones en Disney...
—Sólo unas pocas veces, con grupos de otros niños bailarines. No fue
gran cosa. —Todd no levantó la vista del fregadero.
—Sí, también fue difícil porque el baile era fácil. Matemáticas, eso podía
hacerlo, pero leer, hombre, eso era lo difícil. Era más fácil concentrarse en el
baile. Mamá intentó lo de la educación en casa por un tiempo. —Puso una
cara fastidiosa diciendo que no le había ido bien—. Pero entonces mis padres
se separaron y todo se fue al infierno.
—Lo siento, mis padres se divorciaron cuando era tan pequeño que no
recuerdo a mi padre.
—Uh-huh. Este año, planearé la tercera boda para uno de mis primeros
clientes. Ya he tenido un par de otros clientes que repiten también. Me
encantan los eventos especiales, me encanta darle a la gente un día mágico,
pero créeme, no espero un "felices para siempre".
—¿En serio? —Estaba seguro que nadie me había dejado guiar un vals
antes, incluyendo a mi hermana cuando me enseñó. Y el par de veces que
bailé con alguien como Lewis en un evento, la otra persona siempre me guió—.
No estamos en clase. No tenemos que cambiar...
—Me gusta que dirijas —dijo Todd con firmeza—. Eres bueno en eso.
Sólo lo suficientemente insistente. Siempre luché por ser... cómo se dice...
decido, a menos que tuviera una rutina coreografiada, pero tú tienes eso.
—Mantén tus rodillas más suaves, sube la mano más alto. Justo en mi
omóplato —dijo Todd. A medida que me sentía más confiado, las sugerencias
—Sí. —En cierto modo entendía lo que quería decir. Nada me había
hecho sentir así tampoco. Poderoso. En control. Y... equilibrado. Lo cual era
algo cursi, ya que siempre estaba a un paso de tropezar, pero era cierto.
Llevaba mis mejores tacones y lideraba, y eso me hacía sentir bien de una
manera que pocas cosas lo hacían.
—Puedo hacer un poco de eso. —Una sonrisa que significaba que podía
hacer todo tipo de cosas se burlaban de la esquina de su boca.
—No. Creo que la mayor parte de eso fue pre-Tube, gracias a Dios.
—No tienes que hacerlo. —Le lamí el pulgar, tratando de aliviar algo de
esta tensión.
—Tal vez quiero hacerlo. —No parecía muy seguro, pero mantuvo los
ojos fijos en mi cara, con la mirada fija en mi boca. El momento cambió, se
cargó con algo mucho más potente.
—Quiero hacerlo.
Todd se lamió los labios, asintiendo, aunque sus ojos fueran cautelosos.
—¿Te vas a reír si digo que quiero esperar? ¿Si digo no por esta noche?
Realmente era un capullo egoísta. Todo este tiempo pensé que como
había premeditado bien las cosas: busqué en Google, compré algunos condones
nuevos, y había superado mis temores, entonces se acercaba el tiempo del
sexo. No me había parado a pensar que Todd podría tener sus propias
reservas.
—¿Esto? Esto es sólo dos nuevos amigos bailando y tal vez un poco más.
—Le di una mirada significativa. Por muy dulce que fuera, necesitaba que no
hiciera de esto algo más. Mi resolución de mantener las cosas informales y
sin complicaciones podría estar vacilando, pero el recuerdo de lo rápido que
las cosas pasaron de lo dulce a lo amargo con Lewis aún perduraba.
—Lo sé. Pero todavía está muy lejos de la clase de encuentros que he
tenido en el pasado. Quiero ir despacio, ver lo que me he estado perdiendo.
Tomarme mi tiempo y hacerlo... especial.
—¿Divertido?
—Sí, saber que nos volveremos a ver el jueves, pero sin saber qué
haremos...
Entonces lo hizo y me envió una foto del perro masticando una de las
huellas.
―Lecciones de baile.
―Oh, eso es... genial. Que salgas y todo eso. ―Vic se frotó su cabeza
afeitada―. Pero, eh... Todd... deberías tener... cuidado... con Kendall.
―No, no, eso no es lo que quise decir. ―Vic levantó las manos―. Quise
decir que te cuidaras. Kendall está saliendo de una mala ruptura, y no sé si
―Estaré bien. ―Crucé los brazos sobre el pecho. Kendall había dejado
claro que no buscaba nada serio, pero yo tampoco. De hecho, todavía estaba
resolviendo exactamente lo que estaba haciendo, tomando el tipo de riesgos
que había jurado no tomar. No necesitaba la advertencia de Vic para proteger
mi corazón, porque planeaba encerrar a ese imbécil bien fuerte.
―¿Todd? ―Vic me detuvo cuando quise pasar por delante de él―. Buena
suerte. De verdad. Te mereces algo que disfrutes, espero que el baile pueda
ser eso para ti.
En la clase, Chuck nos hizo empezar con el sugar push y una revisión
―Lo hemos hecho. ―Kendall me dio una mirada significativa, una que
parecía prometer más besos. Un pequeño escalofrío caliente subió por mi
columna vertebral. Sí, por favor.
―Oh, dilo. ―Kendall dejó caer su voz. Me llevó al patrón de ocho, pero
por una vez fui yo el que mandó todo al infierno.
El único del que quería ser amigo era Kendall, pero miré
obedientemente a la pareja de la izquierda, dos hombres con caquis y camisas
de vestir casi idénticos. Fingían no vernos, pero los ojos del tipo más alto se
deslizaban hacia Kendall con una expresión de disgusto. Eso fue inesperado,
pero bueno, más Kendall para mí.
―Puedes seguir liderando, cariño. Eres muy bueno en eso ―dije en voz
alta para que lo oyeran los imbéciles críticos.
―Sabes, estás haciendo que quiera intentar seguirte otra vez. ―Kendall
me sonrió con indulgencia―. Haces que parezca muy divertido.
―Lo es.
―Así que, ¿quieres ir a comer después? ¿Estaba pensando que tal vez
podríamos conseguir comida india para llevar, y volver a mi casa?
Mi nariz se arrugó.
―No.
―No seas tonto. ¿Te gusta la pizza? Podríamos pedir la mitad con lo que
quieras y la otra mitad con espinacas, alcachofas y sin queso para mí. Me
encanta ese combo. Y podemos recogerla de camino para saber que está
caliente.
19 West Coast Swing es un baile ranurado. La ranura es un área imaginaria, larga y delgada,
de ocho o nueve pies de largo si se baila a un tempo muy lento, pero más corta si la música
tiene un tempo más rápido. El seguidor va de ida y vuelta en la ranura bailando directamente
a través de la correa.
―Será mejor que lo lleve a dar una vuelta rápida a la manzana. Sírvete
cualquier cosa para beber de la nevera, y los platos están en el armario de
arriba a la derecha.
Kendall se quejó.
Asentí.
Asentí.
―Por supuesto que sí. ―No podía ver a Kendall de otra manera. Su
género era tan parte de él como su sonrisa o su personalidad generosa.
Sacudí la cabeza.
―Idiota. Debió estar orgulloso de ser visto con una persona como tú. No
te merecía.
―No tienes que estar nervioso. Pero sí, deberíamos. ―Fue por el mando
a distancia de su estéreo y yo empecé a limpiar la mesa. El sofá todavía seguía
empujado hacia atrás como la otra noche, lo que nos dio un rectángulo de
buen tamaño de madera dura brillante para trabajar.
―¡No tienes que lavar los platos! ―Kendall intentó quitármelos, pero no
se lo permití.
―No tiene sentido dejarlos. ―Hice un rápido trabajo de meter los platos
en la lavadora y aplastar la caja de la pizza para que cupiera en su basura.
―¿Es esta tu manera de decir que nos besaremos más tarde? ―Tomé
una, resolviendo conseguir mi propia caja de mentas no herbales si esto era
algo que le gustaba.
―Tal vez. ―Me guiñó un ojo y empezó la música. Había bajado las luces,
lo que creó un suave resplandor alrededor de la larga y abierta habitación.
―Puedo hacerlo. ―Me rodeó el cuello con sus brazos. Supongo que yo
estaba guiando, pero se sentía más como si estuviéramos compartiendo por
igual... no, entregados, parados allí balanceándonos. Llevaba botas gruesas
con un tacón más bajo que sus zapatos, que ponían sus labios justo contra
mi cuello. No era realmente un beso, pero sí una distracción. Su pelo me
rozaba la cara, y me encantaba como siempre hacía cosas tan diferentes con
él. Hoy lo había alisado un poco y le colgaba suelto en la cara en suaves capas.
No pude resistirme a tocarle la nuca, donde su pelo le rozaba el cuello. Suave.
Sentí como si hubiera estado esperando toda mi vida por ese único beso,
ese único momento con esa persona que me envolvió con su magia. Kendall
sabía a menta, brillo de labios y alegría pura. Había probado la pasión antes,
y el sexo en abundancia, y unas cuantas veces había alcanzado el borde de la
seducción, pero esta era la primera vez que probaba la felicidad y la alegría.
―Vas a estar perfecto. ―Me sonrió, pero no estaba tan seguro de eso.
Salir con Todd iba a matarme en serio. Estaba bastante seguro que
nadie había muerto de una erección, lo que significaba que yo sería el primero.
Estaba acostumbrado a ser único en mi clase. También podría ser un misterio
médico. La otra noche estuve peligrosamente cerca de llegar en mis
pantalones cuando nos besamos durante lo que parecieron horas en mi sofá,
y luego nos besamos mucho tiempo en el coche también. Nos habíamos
mandado mensajes de texto sobre nada más tarde esa noche, como niños que
odiaban quedarse dormidos solos.
Una mujer bajita con una larga trenza gris y una camiseta que
anunciaba a un candidato presidencial del que nunca había oído hablar,
parpadeó varias veces, ya fuera por el sol o por mi suéter blanco y mi pulsera
de perlas, no estaba segura.
―Sí. ―Le di una sonrisa de todos modos―. ¿Está Todd por aquí?
La abuela no parecía que le gustara, pero los seguí a los dos a una sala
de estar agradablemente desordenada.
―Las clases son muy divertidas. ―Le envié a Todd una mirada que decía
que lo que pasaba después de la clase era más interesante para mí.
―¡Qué lindo! ―Hojeé las fotos, viéndolo crecer a través de varios malos
cortes de pelo. En las primeras fotos de baile, la chica, Hailey, era más alta
que Todd, así que me burlé de él por eso. Luego llegó a los incómodos primeros
años de la adolescencia, llenos de relleno y acné, pero con la misma sonrisa
sincera, hasta la última foto, donde tenía unos catorce o quince años y unos
círculos tristes y profundos bajo los ojos y la piel pálida, que quise alcanzar a
través de la carpeta y darle un abrazo.
―Ah. ¿No te espero despierta? ―Se rió de una manera que alivió mi
tensión hacia ella pero hizo que Todd se pusiera de color rojo brillante.
―No. ―Me uní a la risa y saqué a Todd de allí antes que su cara
literalmente se incendiara.
***
―Lo tengo ―dije y lo llevé a las bolsas, donde busqué y clasifiqué hasta
Todd asintió.
―Ha pasado tanto tiempo desde que estuve así. Tal vez nunca. ―Todd
parecía un poco abrumado cuando le mostré diferentes opciones.
―No lo harás. Sólo quería... ―Dejó caer su voz mientras tocaba una
corbata―. Es como con los besos. Muéstrame lo que me he estado perdiendo.
Me hace querer vivir un poco más.
―Dámelo.
Donde Red Light había tenido más cosas para el día a día de Todd, los
trajes vintage de Hollywood y Avalon eran perfectos para el baile. También
encontré algunas piezas para mí en nuestras diferentes paradas, pero mi
principal objetivo era Todd. Encontramos una chaqueta de traje de lana gris
con el tono adecuado en un lugar, luego la emparejamos con tirantes y
pantalones grises más oscuros de otro y una camisa del color del papel viejo
de un tercero. Yo estaba consciente de su presupuesto limitado y realmente
trabajé para encontrarle gangas que se vieran increíbles pero que no
rompieran su fondo.
―¿Por ti? Soy la Reina de la Paciencia. ―Le disparé lo que esperaba que
fuera una sonrisa beata.
Asintió.
―Entonces pienso que los condones son para cualquier cosa que
implique penetración, pero no me voy a preocupar demasiado por cosas de
bajo riesgo. Prometo que no voy a enloquecer si recibo tu semen o algo así.
―Supuse que eso había sido parte de lo que lo retenía la otra noche.
―No es una palabra sucia20. Es cómo haces que la ropa se vea mejor.
―Así que, ¿cómo es que siempre te ves tan lindo como el infierno?
¿Ajustes?
―Si los pantalones necesitan dobladillo o algo así, lo haré por ti. Hago
la mayoría de mis propias alteraciones.
Ah. Estaba preocupado por los riesgos de nuevo. Qué bien. Asentí.
20 Se pierde el sentido en la traducción pero uno de los usos vulgares de la palabra Tailoring
(sastrería, confección, hacer a medida, etc) es succionar el pene.
de medir.
Tomé mis artículos de costura del armario del pasillo y fui a posarme
al final de mi cama.
―No, está bien... sólo que nunca antes le había dado a alguien un
espectáculo. ―La parte de atrás de su cuello era de un rosa oscuro y sus ojos
estudiaban la alfombra peluda debajo de mi cama.
―No estoy seguro. ―Un rubor pálido se deslizó por el cuello de Todd y
sus ojos se abrieron mucho al mirarme con un calor apenas disimulado. Sí,
le gustaba la idea.
―Puede que tenga que hacer más compras. ―Le guiñé el ojo mientras
me ponía los pantalones―. Mierda. Demasiado apretado, sabía que debí
probarlo en el lugar.
―¿Puedes devolverlo?
―Sí. ―Asentí aunque era tan probable que terminara donándolo como
que lo devolviera. Lo volví a deslizar hacia abajo y dirigí mi atención de nuevo
a Todd, que finalmente se había quitado los pantalones, revelando unos
prácticos bóxer negros. Impresionante bulto, pero no dejé que mis ojos se
quedaran ahí porque no quería hacerlo sentir incómodo.
―Se supone que van con tirantes, pero déjame ver. ―Agarré mi tiza y
cinta métrica y me puse en modo sastre, comprobando la longitud de los
dobladillos de su pantalón y el ajuste de la cintura y la chaqueta.
―¿Kendall?
―Esto es una tortura. ―Sus ojos se habían cerrado, y una rápida mirada
hacia abajo reveló que sus pantalones estaban decididamente más ajustados
de lo que estaban hace tres minutos. Huh. Supuse que mis manos habían
estado sobre él. Sonriendo, tomé la última medida que necesitaba para las
mangas de la chaqueta, y luego muy deliberadamente pasé mis dedos contra
la piel de su muñeca.
―Por supuesto que no. ―Su voz era ronca―. Mejor quitaré la camisa
también antes que sude en ella.
―Déjame. ―Podría haber hecho un trabajo rápido con los botones, pero
en vez de eso los tomé uno a la vez, acariciando y burlándome de cada
centímetro de piel expuesta hasta que la camisa se abrió y Todd respiró con
dificultad.
―¿Tú también?
―Sólo quiero sentir tu piel. No tenemos que hacer nada que no estés
dispuesto, pero me encantaría acostarme aquí y besarte un rato.
―Sí. ―La voz de Todd estaba tensa, los músculos de su cuello apretados
mientras me tiraba con más fuerza contra él―. Necesito... Joder... Necesito
piel, quiero sentirte.
―Oh, sí. ―Alargando la mano, me quité los calzoncillos y rodé para que
él pudiera hacer lo mismo. Esperaba que me empujara el resto del camino
hacia abajo y que subiera sobre mí, así que me asusté un poco cuando me
tiró de nuevo sobre él.
―Sí, eso es, cariño, ve por ello. ―Mis labios encontraron el parche detrás
de su oreja que lo hizo gemir.
―Nunca antes me había venido así, pero Dios, besarte es tan bueno.
―Vamos. ―Me balanceé más fuerte contra él, poniendo una mano en su
cadera para acercarlo a mí―. Así es. Vente por mí.
―Joder. ―Me di la vuelta―. ¿Estás bien? No quería que las cosas fueran
tan rápidas.
―Oh, estaba justo ahí contigo. ―Se rió cohibido―. No quiero ser un
aguafiestas, pero probablemente deberíamos ducharnos, ¿no?
―¿Ya has echado un polvo y sigues cocinando para mí? ―bromeó Todd,
pero sus ojos eran cautelosos.
Oh, cariño, vales mucho más de lo que la gente te dijo que valías. Mi
corazón se rompió un poco por él, y le acaricié la mandíbula, mi garganta
demasiado apretada para hacer más que asentir. No quería sentir esta ternura
por él, no tan rápido, no cuando se suponía que todavía era temporal, pero al
Kendall tenía una ducha muy bonita, una de esas que tiene una bañera
separada con pequeñas luces encima y luego un gran compartimento con una
gran puerta de cristal. Mucho espacio para dos. Si no estuviera tan
deshuesado por haberme venido, podríamos habernos divertido mucho ahí
dentro. Tal vez, permanecer allí y besarnos después de lavarnos, hasta que el
agua se enfriase y mi polla empezase a interesarse de nuevo por todo.
―Dame algo que hacer ―dije, odiando que hiciera todo el trabajo.
―¿Puedes cortar una cebolla en dados? ―Me pasó una tabla de cortar,
un cuchillo y una gran cebolla roja.
―Sí. ¿Qué es eso? ―Le hice un gesto al puré verde brillante que se movía
en su procesador de alimentos de alta tecnología.
Me imaginé que el fusilli eran unos fideos lujosos. Tomates asados, esos
también eran elegantes.
―Sí. Las cosas empezaron a ir mal cuando tenía doce años más o menos
y para cuando tenía quince se separaron y el dinero se fue.
―¿Me metí en las drogas...? Está bien, puedes preguntar. ―Me encogí
de hombros mientras tomaba una toalla de papel del rollo de su mostrador,
limpié donde un poco de jugo de cebolla se había escapado de la tabla de
cortar―. Sí. Verás, empecé a tener más peso. Hailey y los otros chicos en el
baile se burlaron de mí.
―Sí, lo somos. Un amigo mío murió y decidí que no quería ser yo, con
la abuela llorando por mí. Me metió en rehabilitación una vez que empecé a
ir a las reuniones, me dejó volver a mudarme una vez que estuve limpio. Ella
es... ―Mi garganta se llenó de pelotas de golf mientras pensaba en lo mucho
que ella significaba para mí.
***
Pero antes de poder llegar a las partes buenas de mi día, tenía que pasar
por el trabajo.
―Tenemos una gran boda el sábado ―me recordó Vic al final del día―.
Estaré trabajando en ese pastel todo el día de mañana, pero necesitaré que
hagas la entrega porque Robin y yo somos invitados.
―¿Quieres ayudar con los pasteles? Van a ser dos, así que hay que
poner todas las manos en la masa. Puedo enseñarte cómo hacer una capa de
migas21 ―ofreció Vic.
―Tal vez ―dije. Lo último que necesitaba era fastidiar su gran pedido.
Vic se había ofrecido a enseñarme antes algunas cosas de decoración, pero
yo siempre encontraba algo que hacer o un pedido para entregar. No había
resuelto en mi cabeza si era lo suficientemente buena para ayudarlo. Esa voz
en mi cabeza, la misma que me decía que Kendall y yo no podíamos durar,
decía que yo no valía nada y que en cuanto Vic se diera cuenta, volvería a
estar de patitas en la calle. Mejor mantener la cabeza baja, no apuntar a
cosas por encima de mí, como siempre decía mi padre.
21 La traducción literal de crumb coat es cubrir migas, la finalidad de esta técnica es sellar
las migas del bizcocho para que éstas no interfieran cuando se extienda el glaseado,
quedando bien cubiertas, sin mezclarse con la crema de cobertura.
―Piénsalo ―dijo Vic―. Y... disfruta de tu clase esta noche. ―Parecía que
tenía algo que añadir sobre Kendall y yo, pero Marcie entró, me necesitaba y
me hizo señas para que fuera.
―Creo que me has confundido contigo. Tú eres el que hace que todo sea
bonito.
―Son una pareja tan linda ―dijo el barbudo, con voz más alta de lo que
esperaba.
―Paso paso triple paso paso paso triple paso ―contó Chuck.
Fue un poco raro bailar con alguien que no era Kendall y dejarle guiar.
Parecía que mi cuerpo sólo disfrutaba de seguirlo. Aún así, traté de ser un
buen compañero para Chuck, dejándolo pasar a la posición de canasta con
los brazos cruzados y volver a salir.
hablar. Nunca me sentía barato a su lado y no siempre había sido así con
conexiones previas.
***
―¿Dormitorio?
―Pensé que te gustaría esto. ―Kendall se rió―. Quería algo que fuera
todavía cómodo pero un poco... más bonito.
―Te quiero totalmente bonito ―gruñí, y rodé hacia él para poder tocarle
el culo y acercarlo a mi ansiosa boca.
―Demonios, sí, lo haré. ―Le bajé la cintura de su ropa interior para que
la cabeza de su polla se soltara. Empecé a inclinarme para lamerlo, y luego
recordé―. ¿Quieres un condón para esto? No tengo heridas o cortes en la boca,
pero lo que te haga sentir más cómodo…
―Sabes que sí. Chúpala. ―Kendall me ordenó con una voz firme que
sentí hasta en mis propias pelotas.
―Sí, así, ¿no? ―Kendall movía sus caderas como si buscara algo y no
llegara a conseguirlo. Yo sabía lo que quería y le solté la polla antes de
ponerme sobre mi espalda con la cabeza sobre el borde del colchón.
―Joder, sí. Hazte una paja mientras yo te jodo la boca. ―La voz de
Kendall era áspera y necesitada.
garganta. Chupé fuerte, dejando que su sabor me llevara por el borde hasta
que yo también me corría, gimiendo alrededor de su polla mientras llegaba
por todo mi vientre.
―Lo tomaré.
Todd se dio una ducha rápida mientras yo sacaba la comida del horno
y la ponía en los platos.
―No. Tengo mis pantalones de trabajo. ―Salió con una toalla en el pelo,
con los pantalones bajos a la cadera. Sin camisa. Hizo una mueca y señaló el
reloj del microondas―. Cielos, se hizo tarde, ¿no?
―El viernes es un largo día para nosotros. Tenemos que llegar temprano.
―Todd se sentó en la mesa, inhalando profundamente mientras sonreía a la
comida. Dios, me encantaba la forma en que apreciaba las cosas que hacía
por él.
―Será mejor que hagamos que valga la pena. ―Le guiñé un ojo. Y
diablos, realmente se lo debía después de esa épica mamada. Nunca había
tenido a nadie que pudiera hacer una garganta profunda con tanta facilidad,
o con tanto entusiasmo. Su teléfono sonó y se puso más rojo.
―Ella acepta de manera notable que seas gay. ¿Siempre fue así?
―Sólo porque la gente sea del sur no significa que todos sean
conservadores. Ella fue profesora de ciencias políticas liberales. Mi padre no
se tomó muy bien lo de ser gay y culpó a mamá y al baile, pero la abuela
siempre ha sido muy buena en eso. ―Su acento sureño siempre se hacía más
fuerte cuando se ponía nervioso por algo.
―Sé que lo sabes. Y eso es lo am… lo que me gusta de ti. Sabes que la
gente te va a juzgar, y de todas formas, eres tú mismo. Eres fuerte. Me gusta
eso.
―Gracias.
―En serio. Sabes lo que quieres hacer con tu vida. Como si tuvieras...
un propósito.
Lo que realmente quería decir era que no estaba dispuesto a lidiar con
jefes con opiniones sobre mi fluidez de género. En mi línea de trabajo, la gente
me veía como "excéntrico", no me veían como una amenaza, como alguien que
alejaría a su compañero elegido, que era un arma de doble filo. Yo era un
personaje para ellos, no siempre una persona. Me gustaba cómo Todd siempre
parecía ver a la persona, lo había hecho desde el principio.
―Supongo que no lo sé. ―Sonaba tan triste por eso que le apreté la
mano―. Me gusta hacer sonreír a la gente. Hacer algo bonito por ellos, pero
eso no es realmente una carrera.
―Es un comienzo. ¿Por qué no dejas que Vic te enseñe algunas de las
cosas de decoración? Eso hace que la gente sonría. Y un buen servicio al
cliente es una elección de carrera válida. No necesitas trajes elegantes para
que valga la pena.
―Oye ―señalé con mi tenedor― nada de eso. Eres genial para seguir
instrucciones. Lo harás muy bien.
Él se rió suavemente.
―Sí... podemos... si quieres... ―Golpeó las caderas hacia atrás, pero sus
divagaciones nerviosas me dijeron que no estaba listo para eso.
―Ya llegaremos a eso. ―Le besé los hombros otra vez―. Ahora mismo,
sólo quiero apoyarme en tu espalda mientras te masturbo. ¿Eso suena bien?
―Oh, sí.
velocidad.
―Sí, eso es. Vente por mí. ―Aceleré mis caderas contra su espalda,
sosteniéndolo fuerte, con los labios contra la base de su cuello.
―Yo también. ―Me moví para poder darle a su boca un beso incómodo―.
Yo también.
***
―Son niños. Estoy bastante seguro que comerán glaseado ―dijo David.
―Y creo que deberías ayudar. Puedes cubrir con migas los mini-pasteles
por mí. ―Vic salió de la parte de atrás, con una gran sonrisa en su rostro
mientras se dirigía a Todd―. Tengo más mezcla de paleo, y podemos hacerlo
un poco más dulce que los panecillos, sin las bayas y las nueces.
―Claro ―dijo David, y seguimos a Vic y Todd. Noté que Todd cojeaba un
poco.
―¿Qué te ha pasado?
―Me caí del muelle de carga. No te preocupes, estaré bien para bailar
la semana que viene.
No había preguntado por eso y abrí la boca para explicarlo, pero Vic nos
hizo señas para que avanzáramos, David exclamaba felizmente sobre el pastel
y el momento pasó. Todd se alejó de mí, y se fue al otro lado. Maldición. Si
estaba teniendo un día de mierda, quería oírlo, darle un abrazo, pero si quería
distancia, no tenía derecho a empujar. Y si quería que fuéramos un secreto,
¿podía culparlo, cuando no le había dado ninguna razón para pensar que
éramos más que follamigos amistosos?
cuando pasé por todas las otras tareas de último minuto, mis pensamientos
seguían estando con Todd y la forma en que se había alejado de mí. Tal vez
fue para mejor que no hubiera hablado. Mi historia me había enseñado que
necesitar a alguien de la forma en que lo necesitaba a él sólo conducía al
desastre. Tal vez era hora de retroceder antes que uno de nosotros saliera
herido.
Quería ser útil, de verdad, pero tampoco podía evitar sentir que Vic me
estaba preparando para una prueba que no podría pasar. Decepcionarlo sería
casi tan malo como decepcionar a Kendall. Me quedé pensativo mientras Vic
hacía su magia en los mini-pasteles de paleo, y mi meditación continuó
durante mi reunión del viernes por la noche.
***
Uno de los empleados del catering se acercó para echarme una mano
deslizando el pastel.
―¡Mira nuestro pastel! ―Robby, el más bajo de los dos hombres, el que
no había estado en la panadería, corrió a la mesa del pastel―. Y mira, David,
los pastelitos para la familia de tu hermana son adorables.
―Todo fue Vic, pero se ven muy bonitos. ―Agarré la caja del fondo del
carro―. Y esto también es de él, para tu desayuno de mañana.
Ver cómo se sonreían el uno al otro era una especie de tortura. No había
conseguido ese tipo de conexión en mi vida, y por primera vez realmente sentía
esa pérdida, quería compartir ese vínculo con alguien. Lo deseaba con Kendall,
si era sincero, y eso hizo que mis tripas se apretaran alrededor del vacío que
había en mi interior.
***
―Sí, puedo hacerlo ―dije, pero por dentro gemí. Es curioso cómo las
cosas habían cambiado para mí. Cuando era más joven, me encantaba
lucirme ante la profesora, ser su asistente especial, saber que era bueno en
las cosas. Pero, bailar era diferente con Kendall. Con él, era pura diversión,
seguirlo, bailar juntos.
No estaba seguro de estar listo para que el baile volviera a ser un trabajo.
Chuck me llevó a través del Texas Tommy varias veces para mostrar el
cambio de mano y el giro. Él era más fuerte que Kendall, y yo seguí
sobregirando, lo que hizo difícil demostrar el paso de rock que vino después.
Me concentré tanto en mis movimientos que casi me pierdo a Kendall riéndose
de algo que dijo Danny.
Danny llevaba un vestido negro largo, y los dos hacían una bonita
imagen, bailando juntos. Kendall parecía venir de una de sus reuniones de
clientes. Traje color crema, sin corbata pero con un sutil encaje en la camisa.
Muy bonito.
23Se dice del Texas Tommy que fue el primer baile de swing. Es un vigoroso baile social para
parejas que se originó en San Francisco a principios del siglo XX.
que un caimán en invierno, viendo a alguien más ganarse sus sonrisas y risas.
Lo cual era una locura, lo sabía.
―¿Te importa si te guío? ―le pregunté mientras le tendía una mano para
ayudarlo a levantarse.
No.
―Puedes liderar ―dije, mi voz llena de tanta disculpa como pude meter
en dos palabras.
Ah. Supuse que no íbamos a tener ninguna fiesta de pijamas esta noche.
Y no estaba muy seguro que la sopa de fideos me ayudaría. Ya la había tomado
antes, y me gustaba la carne y el caldo, pero no estaba tan entusiasmado con
ella como parecía que lo estaba la mitad de la ciudad. Aún así, necesitaba
Dilo en voz alta. Dile cómo te sientes. Sabía que eso era lo que tenía que
hacer, pero no podía hacer que mi lengua funcionara. Lo que sabía era que
no podíamos continuar así, estar tan nervioso era una pendiente resbaladiza
para mi sobriedad, y ninguna reunión podría arreglar la forma en que Kendall
me había dado la vuelta. Esto era exactamente por lo que no había querido el
riesgo de una relación.
El restaurante que había escogido, Pho Oregón, era popular entre una
parte de la gente hipster a pesar de lo discreto del exterior. Ya había estado
allí antes con Jake. Pedí lo que había tomado antes: sopa de carne y rollitos
primavera, que eran como rollitos de huevo con una salsa demasiado dulce.
Mi pecho se aflojó un poco. Al menos aún quería bailar. Eso era algo.
―Ahí está esa sonrisa. Ves, te dije que la sopa ayudaría. ―Kendall me
sonrió.
Pho era un reto para comer, así que nos quedamos callados un rato, lo
que me vino bien a mí y a mi inestable estado de ánimo. Estábamos
terminando y a punto de pagar cuando entraron Jake y otros chicos que
conocía de las reuniones.
―¡Todd! ―Jake era alto, más alto que yo por varios centímetros, y
prácticamente me levantó de mi asiento con un gran apretón de manos
carnoso. Llevaba una camiseta que anunciaba la campaña local de
recaudación de fondos para el SIDA que ayudaba a coordinar cada año. No le
dio a Kendall más de media mirada. Típico de Jake.
―Tengo planes, con Kendall. ―Hice un gesto hacia él, ya que Jake
parecía muy decidido a no notarlo.
―No hagas esperar a tus amigos por nosotros ―le dije a Jake, con la voz
más dura que la tabla de planchar de la abuela―. Tenemos que irnos.
―¿Así que era tu ex? ―dijo Kendall mientras ponía el coche en marcha.
―¿Por qué te importa? ―La mordaz pregunta salió antes que pudiera
retirarla.
Aunque, tal vez Jake no era el tipo exacto que Todd necesitaba, ya que
también parecía ser un gran idiota, pero eventualmente volvería a ese tipo de
chico. Lewis había corrido tan rápido de vuelta a la gente del gimnasio y las
camisetas que me sorprendió que no se hubiera torcido algo. Por eso había
retrocedido toda la semana. En el fondo sabía que no podía ser lo que Todd
necesitaba en una relación.
―No puedo hacer esto. ―La voz de Todd sonó tensa, como si estuviera
tratando de contener un río, como yo. Alcancé su mano pero la alejó―. No soy
elegante como tú, no encajo en tu mundo distinguido y no puedo dejar que
esto me destruya. No lo haré. ―Los puños de Todd estaban muy apretados―.
Así que no, no puedo ser tu amigo, lo siento.
Pude haber ido tras él, pero sabía en el fondo de mi corazón que estaba
haciendo lo correcto dejándolo ir. Así que en vez de eso me senté ahí por
mucho tiempo, con los ojos ardiendo, las manos temblando, la cabeza
nadando. Escuché el portazo desde dentro de la casa. Sus dolorosas palabras
habían dejado claro que pensaba que de alguna manera no era lo
suficientemente bueno para mí, cuando en realidad era todo lo contrario.
Deseaba tranquilizarlo. Mi mano se dirigió hacia mi teléfono antes que la
retirara. No quería ser herido, y eso era todo lo que podía ofrecer a cualquiera
de los dos. Era mejor que termináramos las cosas ahora.
***
amigas.
―Nos programé aquí primero, porque realmente creo que esta va a ser
la mejor opción para el tipo de evento que quieres ―le dije a Bailey―. ¿A quién
has traído para que te ayude a elegir?
―Tendrán un gran día. ―Tuve que trabajar duro para sonar medio
sincero.
―¿Es extra que te vistas como una drag? ―Bailey tocó su teléfono―.
Había asumido que era parte del paquete...
―No soy una drag queen. No es un disfraz conmigo. Llevo lo que quiero
llevar y lo que me hace sentir bien ese día en particular. ―Me dolía el pecho,
recordando lo fácil que Todd había entendido esa distinción―. Y mi... novio
rompió conmigo anoche y la ropa era lo último que tenía en mente esta
mañana. No puedo garantizar lo que llevaré en tu boda y si lo necesitas, quizás
no sea el planificador para ti.
―Oh, Dios mío. Lo siento mucho. ―Una de las amigas me dio una
palmadita en el brazo―. ¿Rompió contigo? ¿Por qué?
―¡Sí! Una función drag como parte del circo. Si puedes arreglar eso,
puedes quedarte.
―No te molestes.
Pero no lo era. Era Micky de la clase de baile, que también era mi nuevo
cliente.
de boda que me encantaba hacer, pero hoy, por primera vez, tenía serias
dudas sobre ¿por qué no yo?
Al otro lado del camino, un niño pequeño estaba parado en otro banco
mientras su madre le tomaba una foto. Después de tomarla, extendió sus
brazos y el niño saltó a ellos, sin miedo.
Un salto. Eso era lo que tenía que hacer, o de lo contrario estaría aquí
dentro de diez años, todavía suspirando en secreto por romances como el de
Micky y Danny. Dejando que mi dolor por Lewis me impidiera ser realmente
feliz. Quería una señal del universo, pero el universo no iba a darme mi final
feliz, si tal cosa existía. Lewis y mis otros pocos amantes no habían valido la
pena saltar al vacío, me querían demasiado o no lo suficiente, pero ¿y si Todd
era diferente?
Sabes que lo es. Eso es lo que te asusta. Si él valía la pena la caída, tal
vez era hora que me salieran alas.
―No. ―Me detuve y me giré para enfrentarlo―. No tienes que hacer eso.
dosis, y la nostalgia y más rabia. Finalmente la ira ganó porque no iba a dejar
que esto fuera lo que deshiciera los últimos dos años de sobriedad para mí.
Tal vez Kendall no quería reclamarme, pero alguien lo haría. Yo valía eso. Las
últimas semanas me habían mostrado que tenía más para dar de lo que
pensaba.
―Sí. Nunca pensé que me gustara esa cosa antes de ti. Pasé junto a ella
en el supermercado cientos de veces. Pero luego me lo preparaste y desde
entonces se me antoja. Quiero probarlo de todas las maneras posibles.
―No lo eres. Es más bien... eres lo que no sabía que me faltaba. Lo que
No era tan fuerte para cargar con esto si no iba a ser capaz de confiar
en mí.
―No quiero jugar ―dijo Kendall, pero sus ojos seguían muy inquietos―.
Es que... eres tan perfecto...
―Me parece justo. ―El agarre de Kendall se relajó en algo más cercano
a una caricia―. Siento haberte hecho daño. No puedo prometer que no volveré
a ser un idiota de otra manera o que no lo arruinaré, pero no nos negaré.
Quiero esto. Te quiero a ti.
―Sí.
―¿Sí?
Todo lo que sabía era que ahora estaba aún más confundido de lo que
había estado todo el día, algo que no creía posible y necesitaba tocar a Kendall
de la peor manera.
***
―¿Está bien?
Asentí.
Tal vez él necesitaba esto tanto como yo. Me gustó ese pensamiento, y
me acercó más al borde. Sus dedos trazaron mi grieta y yo me incliné al tacto.
Tropecé con la cama cuando me soltó y pateé los pantalones el resto del
camino. Kendall respiró hondo y estremecido mientras se paraba y se
despojaba de su ropa con manos temblorosas. Joder, eso sí que era excitante,
estaba tan deshecho.
Sé que a algunos chicos no les gusta que les follen una vez que se han
corrido, pero a mí me gusta... es una sensación agradable, porque ya me he
―Me gusta así. ―Me eché hacia atrás, apoyándome en las almohadas,
dejando que mis piernas se abrieran y las arrastré hacia atrás―. Cara a cara.
¿Puedes besarme?
Me folló con la lengua, algo que ya sabía que me volvía loco y lo trabajó
hasta que me moví debajo de él.
Ya había follado bastante en mi vida, pero rara vez así con besos, toques
y elogios susurrados mientras me decía lo bien que me sentía. Cada beso me
hacía sentir como si estuviera volando, colocado con esta hermosa droga.
Enrollando mis piernas alrededor de su espalda, lo abracé con toda mi fuerza.
Él gruñó, y no sé qué fue lo que pasó con ese sonido, o tal vez fue su
expresión feroz o el duro agarre en mi muslo, pero Kendall aumentó la
agresividad, y todo mi cuerpo se puso en marcha, todo se tensó, y en el
siguiente golpe fuerte, me corrí, esta vez una acumulación más lenta que
pareció llegar a su punto máximo una y otra vez.
―Kendall. Jesús. Kendall. ―Mi cuerpo tembló con las réplicas. Me llevó
un segundo darme cuenta que él también se venía. Se desplomó sobre mi
pecho, respirando con dificultad. Me besó una y otra vez en la frente, en los
pómulos y en la oreja. Pequeños besos. Nunca había tenido eso después del
sexo y quería quedarme aquí para siempre.
Las cosas con Todd habían sido... frágiles toda la semana. Ni mal, ni
tensas, pero tampoco tan relajadas y fáciles como habían sido antes de
nuestra discusión. O más precisamente, antes que yo fuera un tonto. Él
parecía aceptar muy rápidamente, un poco demasiado alegre ante mis
sugerencias, ya fuera para tener sexo o para comer o para practicar el baile.
camino.
―No por el baile. ―Me sonrió, sin duda para que dejara de presionarlo.
―Tal vez. Pero todavía estoy muy nervioso por conocer a tu familia y
―¿Es por eso que has estado tan tenso toda la semana? ―Lo rodeé con
mis brazos, lo abracé para que se viera obligado a mirarme a los ojos, para
ver lo poco que me preocupaba.
―Bueno, sí. ―Estaba tieso en mis brazos, con los ojos desviados―.
Podrías tener alguien mejor que yo. ¿Y si todos ven eso?
―Entonces son idiotas. ―Mi voz fue firme―. Y les diré eso porque tú eres
exactamente lo que quiero.
24 El tie-dye, es una técnica que tiene siglos de historia, pero con ese nombre se conoce desde
1920. Es un proceso en el que se anudan o atan los tejidos y posteriormente se tiñen. Este
proceso se suele hacer con algodón, pero para que la tinta tome bien siempre debes usar
Fibra natural.
"A" en voz alta todavía. Había estado en mi corazón con cada beso, cada baile
y cada comida compartida, pero no había logrado decirla hasta que salió.
―¿Me amas? ―preguntó tan tímidamente que estaba claro que esperaba
que me retractara.
―Sí. Probablemente podría resolver eso. ―Lo seguí lejos de las mesas de
subasta, un poco nervioso, porque tenía un novio que quería llevarme de viaje.
Las mesas doradas y negras del centro tenían pequeñas tarjetas que
decían quién había patrocinado esa mesa. Probablemente costaba más de lo
que ganaba en una semana comprar una mesa entera. Realmente no quería
saberlo. A pesar de lo que le había dicho a Kendall, todavía estaba muy
nervioso. Realmente no encajaba aquí.
persona fue a la universidad con él, etc. También reconocimos algunas caras
de la clase de baile, incluida la pareja estirada que no quiso cambiar de pareja
con nosotros. A ellos no nos acercamos a saludar..
―¡Kendall! ¡Aquí está nuestra mesa! ―Una mujer que tenía que ser su
madre nos llamó desde varias mesas más allá. Tenía el mismo pelo que él,
pero el suyo estaba muy recogido, con sus mismos ojos oscuros. Su vestido
rojo parecía algo que una vieja estrella de cine usaría. Sus ojos se abrieron de
par en par al ver el traje de Kendall, y mamá o no, estaba dispuesto a decirle
dónde podía metérselo si se atrevía a decir una palabra en contra de su
apariencia candente.
Pero ella sólo suspiró, una fuerte exhalación que decía que estaba
tolerando a Kendall pero no estaba precisamente emocionada por ello. Eso no
estaba bien para mí, pero antes que pudiera decidir si hablar, Kendall la
abrazaba, y también a la mujer que estaba a su lado con un vestido halter
azul.
―Te ves maravilloso ―dijo la mujer del vestido azul. Tenía suficiente
parecido familiar en sus ojos que imaginé era su hermana, Lindsay. Y me
gustó enseguida, y no sólo porque felicitó a Kendall. Tenía una gran sonrisa
fácil y un tono de voz burlón que hacía difícil mantener el rencor por mucho
tiempo.
―Kendall es el mejor líder ―dije, dándole una pequeña sonrisa sólo para
nosotros dos, porque hombre, siempre me encantaba cuando lideraba.
―¿Leal y sexy? Kendall, creo que tienes ganador. ―Ella se rió―. ¿Por
qué los guapos nunca juegan en mi equipo?
―Soy el novio, sí ―le dije con una mirada propia que decía que yo tenía
lo que él no. Tal vez no tendría su preciado título o su vida sofisticada, pero
tenía algo mejor, Kendall. Que me había dicho que me amaba y parecía que
lo decía en serio. Podía contar con eso. Lewis el perdedor no tenía nada tan
bueno.
―El mío está por aquí en alguna parte. ―Hizo un movimiento casual
con la muñeca―. Probablemente ya esté esperando a que baile.
―¿Vamos? ―dijo.
―Por supuesto.
―Lo siento, Lewis, nos encanta esta canción. ―La sonrisa de Kendall se
amplió cuando se volvió hacia su madre―. Mamá, volveremos en unos
minutos. No nos esperes para cenar.
***
Me reí.
―Sólo estás celoso que no te ves tan bien en una bicicleta como yo.
―Había descubierto una buena ruta en bicicleta desde el condominio de
Kendall hasta la panadería. Conseguir que me desprendiera del dinero para
una bicicleta urbana había sido bastante difícil. Vic iba a tener una ardua
batalla para convencerme de que le quitara su chatarra de las manos.
―No es una mala idea ―dije, pegando las cosas alrededor de las cajas
para que no se deslicen tanto.
―Estoy seguro que son geniales. ―Miró las cajas antes de cerrar el
maletero.
―Es mi regalo para mí. ―Su sonrisa no era de disculpa. Fui al asiento
―Nos estamos oxidando, solos en nuestra sala de estar. Pensé que sería
divertido. ―Se deslizó hacia el lado del conductor.
―El único regalo que realmente necesito está aquí ―dijo cuando volvió
a tomar aire.
―Yo también te amo. ―Se rió y lo arrastré para darle un beso más. No
me importaba si Vic o alguien más nos veía besándonos en el estacionamiento.
Este era nuestro momento, y lo iba a saborear, añadirlo a mi pequeña pila de
recuerdos que habíamos hecho estos últimos meses, cada momento era un
paso más en la hermosa danza que íbamos creando sobre la marcha.