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SIGUIENDO A MI CORAZÓN

Queda prohibida la distribución de esta traducción y/o hacer cambios en ella sin la
aprobación explícita de la administradora del blog
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Este libro se ha traducido sin ánimo de lucro con la finalidad de hacer llegar a todos
aquellos lectores que lo deseen, libros de temática homoerótica, es decir, que
contienen escenas de sexo explícitas de hombre/hombre. Por tanto, si consideras que
esto no es lo tuyo, por favor, no sigas leyendo.
Para los que se atrevan a seguir, solo desearles que les guste la historia y queden
maravillados con sus personajes.

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN

Ataque del corazón

SIGUIENDO
A MI
CORAZÓN
por
Stephani Hecht

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN

SINOPSIS

A veces, el pasado puede invadirse a sí mismo en el futuro... e


incluso matar la posibilidad de un "felices para siempre".

Hace cuatro años, Brody pensó que finalmente había encontrado su feliz para
siempre en su mejor amigo, Dale. Sin embargo, todos esos sueños se hicieron
añicos cuando Dale le dejó para unirse a la Fuerza Aérea, dejándole con el
corazón roto.

Dale supo que desde el momento en que abandonó a Brody, había cometido
el mayor error de su vida. Ahora, ha regresado y trata de hacer las paces. Y no
sólo tiene que lidiar con la desaprobación de su propio padre, ya que Brody
no está dispuesto a perdonar ni olvidar.

¿Será que Dale pueda convencer a Brody que esta vez está aquí para
quedarse? ¿O será Dale esta vez quien sufrirá con un corazón roto?

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN

Dedicatoria
Para Kris, mi compañero y para Bob, un gran amigo.

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN

Capítulo Uno

Dale miró a la ligeramente desgastada malla de color rojo de la puerta y


respiró hondo.

Simplemente llama. Vamos, que no es tan difícil. Todo lo que


tienes que hacer es levantar el maldito puño y golpear contra la
madera un par de veces. Te has enfrentado al fuego del enemigo,
ataques con misiles y te acostaste con chicos que no tomaron una
ducha durante dos semanas, por lo que esto debería ser un
pastelito.

Sin embargo, trató de decirle eso a su corazón palpitante como si fuera un


martillo, con las manos temblorosas y la frente sudorosa. Porque en ese
momento no podía pensar en nada más aterrador que hacer frente a lo que
podía estar esperándole al otro lado de esa puerta.

Volvió a respirar hondo... y dudó de nuevo.

Maldita sea, no había venido hasta aquí solo para mirar desde ese lado.

Entonces sintió el cosquilleo que siempre viene cuando alguien te está


mirando. Era un instinto con la que todas las personas nacían, pero sus cuatro
años en el ejército le habían enseñado a perfeccionar esa habilidad en un
arte. Así que no tenía ninguna duda: le estaban acosando... pero ¿quién?

Echó un vistazo a las cortinas de la ventana que daban al porche. Tal vez los
ocupantes de la casa ya se dieron cuenta de que estaba presente y se
preparaban para la batalla. Su inquietud creció cuando se dio cuenta que las

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cortinas permanecían inmóviles y juntas, bien dibujadas, el paño grueso y
moreno que ofuscaba toda oportunidad de ver para dentro, por no hablar de
que cualquier persona pudiera mirar afuera.

Así que eso significaba que su acosador estaba en otra parte. Echó un vistazo
hacia arriba y abajo de la calle, en la que había crecido. Mientras que cada
casa le trajo un recuerdo del pasado, no detectó a una sola persona. Tampoco
vio a nadie buscando por las distintas ventanas. Justo cuando estaba a punto
de rendirse y marcharse, una alta risita aguda del otro patio atrajo su
atención.

Volvió la cabeza y gimió cuando se encontró cara a cara con Ayla. Cuando
Dale vivía allí ya hacía cuatro años, había sido la mocosa del barrio y parecía
que poco había cambiado. Claro, que ahora llevaba el pelo marrón en un
corte “pixie” de moda, había crecido varios centímetros que la habían hecho
más alta y había renunciado a su mono por un par de vaqueros ajustados,
pero la siempre presente sonrisa permanecía en sus labios.

- Ya sabía yo que ibas a regresar -declaró ella, cruzando los brazos sobre su
delgado pecho.

Dale arqueó una ceja.

- ¿En serio?

- Por supuesto. No hay manera de que te pudieras resistir a Brody. Siempre


estuviste loco por él.

A Dale le tomó por sorpresa que incluso alguien que fuera tan joven como
Ayla hubiera descubierto sus verdaderos sentimientos por su mejor amigo.
¿De verdad había sido tan obvio?

Como si hubiera leído su mente, ella rodó los ojos grandes y marrones.

- Por favor, prácticamente babeaban el uno sobre el otro.

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- Por lo tanto, ¿cuánto hace que todo el mundo lo sabe? -aventuró Dale.

Se preguntó si Brody se había enfrentado a los prejuicios y el odio por su


obvia atracción y una punzada de culpabilidad bateó en Dale, ya que su
amigo tuvo que enfrentarse a eso solo.

- Sí, pero a la mayoría de la gente no le importa. Les gusta demasiado Brody


como para dejar que algo así les haga pensar menos de él. De hecho, es muy
popular... -tiró la última palabra para dar énfasis, con un brillo malicioso en
su mirada.

A Dale le dio una picadura amarga de celos, a pesar de que sabía que no tenía
derecho a sentir eso.

- ¿Qué tan popular es?

- ¿Qué te importa? Te lo quitaste de encima.

¿Desde cuándo Ayla se había convertido en defensora de Brody? Lo próximo


que haría sería darle un golpe a Dale en la espinilla por atreverse a hacerle
daño.

- No tuve otra opción -respondió Dale con los dientes apretados.

Ahora fue ella quien levantó una ceja y maldita sea, hizo un trabajo excelente
de eso.

- Todos tenemos opciones en la vida, Dale. Algunos son simplemente


demasiado gallinas para tomar lo que venga.

Su boca se abrió en shock al darse cuenta de que le habían puesto en su


lugar... y nada menos lo había hecho una chica de diecisiete años de edad.
Ella inclinó la cabeza hacia un lado, con una sonrisa formándose en su rostro.

- ¿Qué te hace pensar que te esperó?

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Presa del pánico, Dale miró hacia todas partes en busca de cualquier signo de
un coche adicional que indicara que Brody ya no vivía solo. Todo lo que vio
fue el mismo maltratado Volkswagen Escarabajo rojo del cual Brody era
propietario desde la escuela secundaria y un conjunto de huellas de
neumáticos que llevaban por el camino cubierto de nieve.

- ¿Tiene una relación? -preguntó Dale, odiando tener que averiguar la


información de la mocosa de la ciudad.

- ¿Por qué iba a decirte algo? Llama a la puerta y descúbrelo por ti mismo. A
menos que seas demasiado miedoso para enfrentarte a él. Después de todo,
has estado ahí parado desde hace mucho rato. Estoy empezando a pensar
que ibas a flipar y correr hacia otro lado.

- Ahora mismo estoy empezando a recordar porqué siempre te


abandonábamos cuando tratabas de ir detrás de nosotros –replicó Dale.

Ella dio un bufido muy poco femenino.

- Como si hubiera querido ser vista con ustedes, dos perdedores, y antes de
que preguntes, no - no es porque erais gays.

Él parpadeó un par de veces, sorprendido por su franqueza.

- ¿Todo el mundo sabía eso?

- Sí, por la forma en que actuaban los dos alrededor del otro, era bastante
obvio. Creo que los únicos que se despistaron fueron tu familia.- Cogió una
silla cerca del césped que por alguna extraña razón estaba allí todavía en
febrero y se instaló en ella, acomodándose.- Si me preguntas, todavía están
dentro de la oscuridad.

- Oh -Dale pensó mucho más, sorprendido al descubrir que no le molestaba


que el resto de la pequeña ciudad de Michigan conociera su profundo y
oscuro secreto. Entonces se le ocurrió otra cosa y le lanzó una mirada

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ofendida.- Entonces, ¿por qué somos unos perdedores?

Ella resopló.

- Ustedes dos eran los únicos tipos que conozco con esa mirada caliente, pero
con esa adicción insana a Harry Potter.

- ¿Qué hay de malo en eso? Los libros son buenos. El cine no es tan malo,
tampoco. Es cierto que no siempre permanecen fieles a las novelas, pero…

Ella lo interrumpió.

- ¡Ves! Eso es exactamente lo que quiero decir. A nadie quien no sea Brody le
importa ese tipo de cosas.

- Voy a tener que decir que había mucha gente molesta por eso. Deberías
haber visto algunos de los mensajes en los tableros de anuncios... –
interrumpió Dale, dándose cuenta de lo cojo que sonaba.

- Por mucho que me moleste, ustedes dos realmente son el uno para el otro -
suspiró.

- ¿Por qué te molesta?

- Porque le rompiste el corazón cuando te fuiste y te uniste a la Fuerza Aérea.

El dolor cortó a Dale, junto con una amarga dosis de arrepentimiento. Maldita
sea, sabía que había hecho precisamente eso, pero al escuchar a una chica
ponerle voz de alguna manera hacía que fuera aún más real.

- No pensé que tuviera opción -gruñó Dale.

- ¿Y ahora?

- Me doy cuenta que cometí el mayor error de mi vida.

- Entonces ¿por qué demonios me estás diciendo eso a mí? -Ella señaló la

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puerta.- Tendrías que estar diciéndoselo a Brody.

- ¿Sabe tu madre sobre tus palabrotas?

-¿De quién crees que aprendí? Ahora, crece de una vez y llama ya…

Adecuadamente castigado, Dale respiró hondo y levantó la mano para


golpear la puerta. Mientras esperaba, con nerviosismo pasó los dedos por su
pelo marrón cortado, aunque no había manera de que pudiera estar un poco
incómodo. Por si fuera poco, también suavizó su camiseta blanca y
pantalones vaqueros, y luego enderezó la chaqueta de cuero.

Después de lo que pareció una eternidad y sin embargo, todavía era


demasiado pronto, la puerta se abrió y Dale se encontró frente a Brody por
primera vez en cuatro años. A Dale le dio un vuelco el corazón cuando todos
los recuerdos de su pasado vinieron a su mente. Algunos eran jóvenes e
inocentes, puesto que eran de su infancia.

También había muchos momentos carnales y sensuales donde estuvieron


juntos, destacando las muy pocas ocasiones que habían tenido relaciones
íntimas, por lo menos, hasta que Dale se fue y lo echó todo a perder, dejando
al único hombre que había amado.

Brody había cambiado muy poco. Todavía llevaba el pelo corto y rubio, pero
un poco peludo, así que parecía con estilo desordenado. Sus ojos azules eran
tan brillantes como siempre, sus largas pestañas que enmarcaban su
semblante sexy sin salirse como femenino. Infiernos, Dale estaba bastante
seguro de que Brody incluso llevaba la misma camiseta de la Universidad de
Michigan que había lucido en la escuela secundaria.

Lo único que había cambiado era el cuerpo de Brody. Lo que había sido el
desgarbado adolescente en crecimiento, en su lugar se encontraba el duro
cuerpo, compacto y musculoso de un hombre. Los vaqueros ajustados que
llevaba también mostraban cada centímetro de esos activos perfectamente.

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Ambos se quedaron allí, frente a frente, como en una especie de película del
Oeste de antaño-Dale se quedó mudo al ver que el hombre que por el cual se
preocupaba mucho, le disparaba una mirada asesina.

Consciente del hecho de que tenían un público adolescente y que no podían


estar allí todo el día, Dale nerviosamente se aclaró la garganta y dijo:

- Hola, ¿cómo van las cosas?

Brody respondió cerrando de golpe la puerta en la cara de Dale, con un fuerte


sonido que pareció que hizo eco en toda la calle. Aturdido, no podía hacer
nada más que mirar a la pieza de madera, casi podría mirar el tiempo
suficiente para que desapareciera simplemente y que el incidente nunca
hubiera tenido lugar. Entonces oyó una risa suave que venía del patio vecino
y sabía que tenía que hacer algo.

En cuanto a señalar con el dedo a Ayla, advirtió:

- No quiero que digas ni una palabra…

Eso solo la hizo reír más fuerte. Más decidido que nunca, Dale dio la vuelta y
golpeó la puerta.

- Abre, Brody. Tenemos que hablar.

- Jódete -fue la amortiguada respuesta.

Dale casi le respondió que le gustaría hacer eso con él, pero se mordió la
lengua por respeto a los oídos jóvenes cercanos.

- Vamos. No hagas esto -declaró Dale.

- Oh, claro. No queremos incomodar al Sr. Fuerza Aérea haciéndole tener que
estar fuera en el caliente clima.

- Estamos a mitad del invierno, así que no es caliente en absoluto. De hecho,

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me estoy congelando las pelotas. Además, no estoy en la Fuerza Aérea.

- ¿Qué? ¿Te echaron por ser un Duchapepinillos?

Dale hizo una mueca. ¿Duchapepinillos? Brody siempre llegaba con las
réplicas más extrañas.

- No creo que por eso echen a las personas de las fuerzas armadas.

- Tienes suerte entonces, porque si lo hicieran, habrías sido la primera que le


hubieran echado de patitas a la calle.

- Tiene razón, ¿sabes? Estuviste fuera desde el primer día -añadió Ayla .

Dejando escapar un gemido, Dale apoyó su frente contra la madera.

- Por favor, bebé. Solo déjame entrar. Todo lo que estoy pidiendo es cinco
minutos.

Se abrió la puerta tan rápido que Dale en realidad tropezó unos pasos antes
de recuperarse y se enderezó. Levantó la vista para ver los ojos de Brody
disparando dagas. A pesar de que Dale debería sentirse alarmado, la vista de
Brody -todo caliente, con las mejillas sonrojadas por la emoción y los ojos
oscurecidos por la furia, le encendió más que cualquier sitio porno.

- No tienes derecho a llamarme "bebé"-hervía Brody.

- Tienes razón. Lo siento -Dale levantó las manos en señal de rendición.- ¿Al
menos me darías una oportunidad para hablar contigo?

Cuando Brody aún dudaba, Dale añadió:

- ¿Por favor?

Girándose, Brody caminó más adentro de la casa.

- Está bien, tienes esos cinco minutos que deseas. Después de eso, te puedes

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ir como el infierno fuera de mi casa y esta vez no quiero volver a verte.

Maldita sea, dolía oír esas palabras viniendo de Brody, pero Dale sabía que se
las merecía y mucho más. La había jodido a lo grande... lo sabía mejor que
nadie. Sin embargo, también sabía que estaba dispuesto a hacer cualquier
cosa por Brody. Incluso si eso significaba un valor de servilismo para toda la
vida.

Mirando hacia atrás a Ayla, Dale tuvo que contener la risa ante la mirada
cabizbaja que se apoderó de su rostro. Incluso levantó las manos en el aire y
dejó escapar un gemido de frustración porque ella no consiguió el
espectáculo que probablemente habría esperado. Dándole un saludo
disimulado, Dale cerró la puerta detrás de él y siguió a Brody a la cocina.

Ya que era la misma casa en que Brody había crecido, Dale conocía el lugar
como si fuera suyo. Lo que era oportuno ya que ahí había pasado la mayor
parte de su infancia. El padre de Dale no había sido exactamente amoroso,
por lo que Dale se había refugiado a menudo con la familia de Brody.

- ¿Cómo están tus padres? -preguntó Dale al entrar en la cocina anticuada


pero limpia.

Recostado contra el mostrador, Brody cruzó los brazos sobre el pecho.

- La artritis de papá parece estar mejorando desde que se mudaron a Florida.


A mamá le gusta también, porque ha encontrado un buen club de bridge.

- ¿Y cómo está tu hermano? -Dale preguntó, sabiendo que estaba


posponiendo la eventual confrontación.

Brody hizo una mueca.

- Muy mono. Ya va por su tercer hijo. Nunca deja de llamarme una vez por
semana, para hacerme saber lo orgulloso que está haciendo de Mamá y Papá
con sus aptitudes reproductivas y por tener la Esposa Perfecta Stepford.

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Trazando un círculo en el mostrador de enfrente, Dale dijo:

- No dejes que te afecte. Por lo que he oído, están igualmente encantados


contigo por el trabajo que haces en el refugio de mujeres. De hecho, no son
los únicos que se sienten orgullosos de ti. Yo también.

Brody dejó escapar un bufido de incredulidad.

- Claro, ¿por qué no he oído hablar de ti en cuatro años?

Una multitud de emociones se estrelló contra Dale, ninguna de ellas buena.


La culpa, la vergüenza, el remordimiento e incluso un poco de rabia.

- Yo quería. No tienes idea de lo mucho que duele estar lejos de ti.

Tan pronto como Brody le lanzó una fría mirada, Dale sabía que había sido lo
peor que pudo decir.

- ¿A ti te duele? -Brody dejó escapar una risa amarga.- Yo fui el que fue
objeto de abandono y se quedó atrás. No solo eso, sino que ni siquiera te
molestaste en enviar una carta de para ver cómo seguía o para decirme
jódete.

Dale alargó el brazo hacia Brody, pero dejó caer la mano cuando el otro
hombre se apartó de su toque.

- Pensé que si trataba de ponerme en contacto contigo, solo empeoraría las


cosas.

Brody apretó sus puños e hizo un par de respiraciones temblorosas, pero no


antes de que Dale captara el destello del paso de daños sobre los ojos de su
ex amante.

- Elegiste a la Fuerza Aérea antes que a mí. ¿Cómo podría algo doler más que
eso?

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- Me equivoqué al hacer eso. Entonces era más joven y estaba desesperado
por complacer a mi padre.

- Tan desesperado que no te importó si me rompías el corazón en el proceso


-respondió Brody.

Dale quería gritar que su corazón también se había roto, pero sabía que no
tenía derecho a enfadarse, por lo que lo mantuvo dentro.

- Todo lo que oí al crecer fue como tenía que continuar con la tradición y
unirme a la Fuerza Aérea como todos los demás hombres de mi familia. A mi
padre le mató que no pudiera hacerlo por su defecto cardíaco, por lo que
perforó en mi cabeza que era mi responsabilidad mantener nuestro honor.

- Mierda, eso era más que otra forma de manipulación hacia ti y los dos lo
sabemos.

Dale finalmente dio un pequeño paso hacia adelante, con el corazón volando
cuando Brody no se retiró.

- Me doy cuenta de eso ahora, pero en ese momento yo era un joven y


estúpido chico que estaba desesperado por hacer que mi familia se sintiera
orgullosa de mí.

Brody le miró, con los ojos llenos de lágrimas no derramadas.

- También tenías miedo de admitir que eras gay. Mientras nos mantuvimos en
secreto, estabas bien con ello, pero una vez que los rumores empezaron, no
pudiste escapar lo suficientemente rápido.

Maldita sea, cómo Dale quería negar eso, pero sabía que tenía que
"confesar". Le debía eso al menos a Brody.

- Me amenazó con matarnos a ambos, si no me iba.

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Capítulo Dos

Brody se quedó inmóvil, con la boca separada en estado de shock.

- ¿Qué?

- Mi padre encontró algunas de las notas que nos habíamos escrito el uno al
otro y perdió los estribos. Siempre estaba mal, pero nunca le había visto con
ese nivel de locura. Sacó su escopeta y... -Dale calló, demasiado avergonzado
para decirle el resto.

¿Cómo podría mirar de nuevo a los ojos de Brody si supiera que Dale se había
visto obligado a ponerse de rodillas y pedir perdón por sus "viles pecados“?
¿O que había suplicado a su padre para ahorrarle una paliza a Brody o algo
peor?

Brody tuvo que sentir como el dolor pasaba por Dale, porque por fin se
acercó y le puso una mano tentativamente en el hombro de Dale.

- ¿Por qué nunca me dijiste nada de esto?

- Porque sabía que te hubiera gustado enfrentarte a él y no podía


arriesgarme a que te lastimara. Prefiero que me odies a que te pase algo -
confesó Dale.

- Puedo ser tan imbécil como terco a veces –respondió Brody, sin vehemencia
real en su voz.

Dale se permitió por primera vez sentir una pequeña chispa de esperanza.

- Entonces, ¿eso significa que me perdonas?

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Los ojos de Brody se suavizaron.

- No te voy a mentir y decirte que puedo olvidar todo el dolor. Pero sí quiere
decir que no voy a patear tu culo fuera de aquí en cinco minutos.

Si bien no era todo lo que Dale había esperado, sabía que era un buen
comienzo. Asintiendo con comprensión, le preguntó:

- Entonces, ¿cuál es el siguiente paso?

Brody le dedicó una sonrisa, la que nunca dejó de hacer que el corazón de
Dale diera un vuelco.

- Resulta que tengo la última película de Harry Potter en Blu-Ray. ¿Quieres


verla? Incluso podemos ordenar pizza como en los viejos tiempos.

Dale se descubrió intercambiando la sonrisa.

- No puedo pensar en nada que me gustara más.

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Brody puso el DVD en el reproductor antes de instalarse en el sofá y apretar
el play. Cuando empezó la película, se esforzó en concentrarse en la pantalla,
pero fue una tarea imposible, por todas las emociones que recorrían su
interior.

Dale estaba realmente allí... sentado en el sofá... a pocos centímetros de


distancia.

Muchas veces en los últimos cuatro años Brody había soñado con este
momento, todo el tiempo sin atreverse a creer de verdad que pudiera ocurrir
de nuevo. Sin embargo, ahora estaba ahí y lo que es más, Dale realmente se
había disculpado por irse.

Brody lanzó una mirada al otro hombre, su corazón palpitando a cien al ver a
la única persona que había sido capaz de capturar su corazón. También había
sido el único que había tenido la posibilidad de aplastarlo.

Incluso después de todo este tiempo, el dolor de ser objeto de abandono


todavía se sentía de una manera fuerte y reciente. Uno pensaría que Brody
había tenido tiempo para sanar, pero en todo caso, sus sentimientos por Dale
solo se habían hecho más fuertes.

Dale parecía tan familiar, pero también había cambiado. Lo que mató a Brody
fueron las grandes diferencias en Dale, el pelo corto y la forma contenida y
rígida, que ahora gritaba militar, y tenía una mirada casi atormentada en vez
de los cálidos y brillantes ojos castaños.

Sin embargo, si Brody miraba más de cerca, aún podía ver retazos de su viejo
amigo. Al igual que la cicatriz que estropeaba el puente de su nariz - el
resultado de un accidente con la bici cuando Dale tenía solo doce años.
También su diente estaba todavía un poco torcido. Eso no fue por un
accidente, fue a causa de que el padre de Dale se enfadó y le dio un puñetazo
por abollar el coche de la familia.

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- ¿Por qué ahora? -logró decir finalmente Brody.

Dale empezó cuando se quedó estupefacto porque al final Brody habló.

- ¿Qué quieres decir?

- Si tienes miedo de que tu padre me lastime, entonces, ¿qué es lo que ha


cambiado para que te presentes aquí ahora?

Mirando hacia abajo a sus propias manos entrelazadas, Dale dijo:

- Por fin tengo pelotas para enfrentarme a él. Cuando llegó el momento de
volver a alistarme lo rechacé y entonces volví aquí. Entonces me acerqué a él
y le dije que no solo iba a vivir mi propia vida, sinó que iba a estar con quien
yo quisiera.

- ¿Y no te amenazó de nuevo?

La sonrisa que se dibujó en el rostro de Dale era tan salvaje que hizo que
Brody temblara un poco.

- Oh, sí... lo intentó. Solo que esta vez se enfrentó a un soldado altamente
entrenado en lugar de a un chico asustado. No terminó muy bien para él. Me
amenazó con todo lo que cabía esperar: que me desheredaría, renegaría de
mí y me desterraría de la familia. Le dije que ya nada de eso me importaba,
entonces dijo que tendría algunos problemas.

Ese comentario no sorprendió a Brody, no con todo lo que Dale le acababa de


revelar.

- ¿Qué hiciste cuando dijo eso?

- Me aseguré de que supiera que si él se le ocurriera siquiera respirar en tu


dirección, lo lamentaría.

La amenaza en la voz de su amigo envió un escalofrío por la espalda de

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Brody.

- ¿No... no lo lastimaste, no? -tartamudeó Brody.

- No, solo le asusté un poco.

Brody se acercó más a Dale.

- No es que te hubiera culpado si lo hubieras hecho. No con todo el montón


de abusos que recibiste mientras crecías. Solo sé que eres mejor que eso.

- ¿Cómo puedes estar tan seguro? La gente cambia y han pasado cuatro años
desde que nos vimos por última vez.

Llegando hacia arriba, Brody ligeramente trazó la cicatriz en la nariz de Dale.

- Tal vez, pero algunas cosas no cambian. Sé que sigues siendo la misma
buena persona que eras antes.

- ¿Quieres decir la persona que te dejó y te rompió el corazón?

Brody apartó la mano, apretando su estómago.

- Sí, ése.

Alcanzándole, Dale agarró los dedos de Brody, entrelazándolos juntos.

- Sé que debería haberte escrito o llamado, pero pensé que era mejor así.
Tenía miedo de que si descubrías la verdad fueras a enfrentarte a mi padre, y
yo quería mantenerte a salvo.

Puesto que Brody sabía que probablemente era exactamente lo que hubiera
hecho, no se molestó en negarlo. En su lugar, utilizó su mano libre para
alcanzar y acariciar la mejilla de Dale.

- Así que, en vez de eso permitiste ser miserable y estar solo.

Al menos Brody había tenido a sus padres y amigos, todos le habían

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comprendido y apoyado en su orientación sexual. De hecho, su madre había
sido su mayor aliado, y había casi arrojado a Brody a una fiesta de
presentación. Así eran las cosas, era presidenta local de su PFLAG1 en Florida.

Dale le dio una sonrisa apretada.

- Me las arreglé para hacer algunos amigos. No era el único hombre en el


armario dentro de la Fuerza Aérea. Hasta hace poco, teníamos que mantener
lo que somos en secreto y eso tendía a la gente a acercarse.

Un aumento de celos golpeó a Brody duramente.

- ¿Qué tan cerca estuviste con ellos?

- No es lo que piensas. El único al que siempre he querido es a ti. Además,


muchos de mis amigos son mujeres

- Oh. Lo siento.- Calor subió a las mejillas de Brody mientras pensaba cómo
explicar lo de su comportamiento.

- No lo sientas. Yo estaría celoso, también, si me enterara de que hubieras


estado viendo a alguien más.- Dale hizo una pausa.- No hay nadie más,
¿verdad?

Brody negó con la cabeza.

- No, intenté salir con Conner Elkins una vez, pero fue un desastre.

Una llamarada de ira pasó por los ojos de Dale y, a pesar de que no debería
hacerlo, a Brody le dio un poco de placer darse cuenta de que los celos iban
en ambos sentidos.

1.- PFLAG - En español significa Padres, familias y amigos de lesbianas y gais y tal como su propio nombre indica es una organización de
familiares y amigos de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, (LGBT), fundada en 1972 en Nueva York.

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- ¿Qué pasó? -Preguntó Dale, agarrando la mano de Brody apretando un
poco.

- No importa lo mucho que lo intentara, simplemente no pude conseguir


interesarme en él.

Dale rodó los ojos.

- Déjame adivinar... porque es el mismo idiota arrogante y egoísta que


siempre fue. Probablemente pasó toda la noche contando la cantidad de
dinero que hace.

- Sí, lo hizo -Brody se rió entre dientes, ahora capaz de ver el humor en lo que
había sido una dolorosa noche incómoda.- Pero esa no fue la razón principal
por la que no podía soportar estar cerca de él.

- Entonces, ¿qué fue?

Inclinando la cabeza hacia arriba, Brody se lamió los labios nerviosamente.

- No eras tú.

Avanzando lentamente un poco más cerca, por lo que sus rostros estaban a
pocos centímetros de distancia, Dale le preguntó:

-¿Dejaste que te besara?

- No. Lo intentó, pero giré la cabeza en el último segundo, por lo que lo único
que consiguió fue mi mejilla. No creo que le impresionara demasiado la
táctica.

- ¿En serio? ¿Qué dijo?

Brody se movió aún más cerca, sus respiraciones ahora mezclándose.

- Dijo que yo era o bien algún tipo de mojigato o que estaba colgado por
alguien a quien le importaba un comino.

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- Bueno, Conner estaba equivocado en ambas cosas. Si no recuerdo mal, no
eres ningún mojigato, y me preocupo por ti... muchísimo.

El corazón de Brody galopó con un par de palpitaciones.

- ¿En serio?

- Me enfrenté a mi padre y, básicamente, le dije que se fuera al infierno, para


poder estar contigo. Sé que solo es el comienzo y tengo mucho que
recompensarte por la forma en que te traté, pero si me das otra oportunidad,
te prometo que nunca te dejaré.

Poniendo su mano sobre el pecho de Dale, y uno que era malditamente


musculoso, Brody sonrió.

- Creo que puedo estar dispuesto a darte una oportunidad. ¿Es eso suficiente
por ahora? Realmente me gustaría poder chasquear los dedos y perdonarte
por todo, sobre todo ahora que sé las circunstancias de tu comportamiento.
Solo que tengo miedo de salir herido otra vez. No creo que pueda pasar por
eso de nuevo.

- Puedo vivir con eso. Aunque me tome el resto de mi vida, voy a demostrarte
lo mucho que significas para mí –prometió Dale, antes de aplastar sus labios
contra él.

Brody gimió mientras se tensaba durante un momento antes de que se


relajara y comenzara a devolver el beso. Era todo lo que podía recordar -
carnal, maravilloso y oh, tan adictivo. Esta vez, sin embargo, había un sentido
agregado, casi desesperado y con urgencia. Tal vez porque ambos sabían
ahora lo fácil que todo podía desvanecerse.

Apenas conscientes cambiaron, por lo que Brody se presionó contra el sofá.


Para no ser menos, envolvió una pierna alrededor de la cintura de Dale y
continuó devolviéndole el beso, sus lenguas deslizándose la una contra la

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otra en una búsqueda por el dominio.

- Maldita sea, como he echado de menos esto -dijo Dale, antes de que
empezara a dar una lluvia de picotazos suaves en la garganta de Brody.

- Yo también -Brody admitió con un suave gemido.

La polla de Brody se presionó contra la cremallera de sus pantalones,


pidiendo ser acariciada. Como no podía conseguirlo en ese momento, Brody
hizo la siguiente mejor cosa, se sacudió hacia arriba, moliendo sus cuerpos
juntos.

El placer atravesó su cuerpo, haciéndole jadear. Dale se aprovechó,


reclamando la boca de Brody y hundiendo su lengua dentro. Empujó de
nuevo, Brody lanzó un grito, el sonido amortiguado contra los labios de Dale.

Dale empezó a moverse con él, la fricción creando zarcillos de deseo que
atravesaban por el cuerpo de Brody. Sabía que estaban actuando como un
par de niños, estando en el sofá y follándose entre sí, pero estaba condenado
si le importaba. Lo único que importaba en ese momento era Dale y cómo le
estaba haciendo sentir.

Había pasado tanto tiempo desde que Brody había sentido el toque de otro
hombre que no pasó mucho tiempo antes de sentir su crestería de placer.
Dejando escapar un gruñido de frustración, apartó sus labios.

- Oh, mierda. Lo siento, Dale, pero voy... -se detuvo, avergonzado por su falta
de control.

Dale dio un suave beso a la punta de la nariz de Brody.

- No te preocupes por eso. Yo también.

Después de haber obtenido permiso, Brody permitió que su orgasmo se


adelantara, la gran intensidad del mismo haciendo que balbuceara cuando su

STEPHANI HECHT ~ 25 ~
SIGUIENDO A MI CORAZÓN
polla palpitó y luego se corrió, y literalmente, hizo un lío caliente en sus
pantalones.

Al mismo tiempo, Dale gritó el nombre de Brody y luego se estremeció.


Enterrando su cara en el hueco del cuello de Brody, Dale se quedó sin aliento.

- Eso fue increíble.

Brody se movió, ya consciente de lo incómodo que se sentía con la humedad


en su ropa interior.

-Sí, pero ahora tenemos que levantarnos y limpiarnos. Si me preguntas te diré


que no es muy romántico.

Dale se echó a reír y Brody se unió a él, los dos volvieron a caer en su
familiaridad durante un momento. Dale se apartó un poco y miró hacia abajo
a Brody. La vista de las intensas y fuertes emociones que jugaban en los ojos
marrones de Dale hizo que Brody se estremeciera.

- Quise decir lo que dije. Voy a hacer lo que sea por ti -prometió Dale.

Maldita sea, cómo quería creerlo Brody. Tanto que casi podía saborearlo.
Pero... no. Había todavía una pequeña parte de su ser que se contenía por
temor a ser herido de nuevo. A pesar de que ya sabía que Dale no había roto
voluntariamente las cosas, Brody aún no podía dejar de lado todo ese daño
que se había fomentado durante tanto tiempo.

Como si notara el cambio en el estado de ánimo de Brody, Dale frunció el


ceño y se bajó de él. Brody se puso en pie y recorrió una mano nerviosa por el
pelo.

- Ahora vuelvo.

Al subir a su habitación, Brody se limpio rápidamente y se cambió de ropa.


Sacó un conjunto de pantalones y calzoncillos para Dale. Incluso aunque Dale

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
tuviera una mayor musculatura, parecían ser de su talla.

Se dirigió a la planta baja y encontró a Dale sentado en el sofá, viendo la


película. Nervioso y de repente un poco cohibido, Brody movió los pies.

- Te dejé un cambio de ropa en la cama por si quieres limpiarte.

Dale se levantó. Al pasar junto a Brody, se detuvo. Extendiendo la mano, tiró


a Brody en un fuerte abrazo.

- Necesito saber que no te arrepientes de lo que pasó entre nosotros.

Enterrando la nariz en el hueco del cuello de Dale, Brody inhaló su aroma


masculino.

- No, no lo devolvería por nada -se apartó y le dio a Dale una palmada
juguetona en el culo.- Ahora ve a cambiarte. Voy a pedir la pizza. ¿Todavía te
gusta con doble de pepperoni?

Con una sonrisa torcida, Dale asintió.

- ¿Te acuerdas?

- Por supuesto. Lo recuerdo todo de ti.

Después de dar a Brody una mirada más cálida, Dale subió las escaleras.
Dejando escapar un suspiro reprimido, Brody cogió su móvil y ordenó la
comida antes de girarse y sentarse en el sofá.

Se quedó mirando la pantalla, pero en realidad no miraba la película mientras


esperaba que Dale bajara. Solo tardó unos minutos antes de que se uniera a
él en el sofá.

- ¿Recuerdas la primera vez que hicimos el amor? -Preguntó Brody, su aliento


capturado ligeramente en el pecho.

Extendiendo la mano, Dale tiró a Brody en sus brazos. Brody se lo permitió,

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
incluso yendo tan lejos como para descansar la cabeza sobre el pecho de
Dale.

- Sí, fue uno de los pocos buenos recuerdos que me ayudaron a pasar los
últimos cuatro años.- Dale dejó escapar una risa suave.- Éramos tan jóvenes
entonces.

- Teníamos dieciocho años, por lo que lo hicimos legalmente -Brody le


recordó.

-Sin embargo, todavía lo hicimos en nuestra antigua fortaleza del árbol.

- Oye, no lo desprecies. Ahí teníamos unas instalaciones geniales.

- También teníamos la mejor colección de porno. Aunque, a diferencia de la


mayoría de los otros niños, los nuestros eran los viejos números de Playgirl -
Dale pasó una mano suave hacia arriba y hacia abajo el brazo de Brody.

- Estaba tan asustado esa noche. Estaba seguro de que iba a doler como el
infierno cuando me follaras.

Dale detuvo su mano.

- ¿Lo hizo?

Brody negó con la cabeza.

- No, cuidaste muy bien de mí. Como siempre solías hacer. Acabó siendo uno
de los mejores momentos de mi vida.

Cerrando los ojos, Brody pensó en esa noche. Cómo habían de alguna manera
logrado estirarse en el reducido espacio de la estructura pequeña de madera.
La forma en que el tenue resplandor de la linterna había hecho a Dale verse
tan sexy y seductor.

- Todo el tiempo tuve miedo a que tu madre se decidiera a venir y

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
sorprendernos con aperitivos ya que solía hacerlo siempre -dijo Dale.

Brody se echó a reír.

- Eso habría hecho una situación interesante.

- ¿Crees que ella sabía de nosotros?

- Estoy seguro de ello. Ella me dijo que sabía lo que sentíamos el uno
del otro desde que teníamos quince años.

- Eso fue incluso antes de que nos diéramos cuenta –respondió Dale, con un
poco de temor en su voz.

- Tal vez para ti, pero siempre supe que no me gustaba la forma en que se
suponía que tendrían que gustarme las chicas. Tuve suerte ya que mis padres
siempre me entendieron y jamás me juzgaron por ello.

Dale se puso tenso.

- Mi padre, sin embargo, amenazó con matarnos a los dos por lo mismo.

Brody mentalmente se revolvió, buscando algo que decir que hiciera que Dale
se sintiera mejor. Cuando se dio cuenta de que simplemente no había
ninguna palabra disponible para quitar ese tipo de dolor, le dio el único
consuelo que podía. Acurrucándose más profundo junto a Dale, Brody
envolvió con sus brazos alrededor del hombre y le devolvió el abrazo. Ambos
cayeron en silencio y se perdieron en la película.

STEPHANI HECHT ~ 29 ~
SIGUIENDO A MI CORAZÓN

Capítulo Tres

-Todavía no puedo creer que me hayas convencido para venir aquí -dijo Dale.

Su mirada recorrió el interior de uno de los clubs gais más grandes. Con clase,
sin ser demasiado arrogante, tenía dos niveles diferentes, cada uno de los
cuales tenía su propia pista de baile y bar. Focos multicolores brillaban sobre
el ambiente, los diferentes matices que rebotaban en los numerosos cuerpos
bailando y dando vueltas por el lugar.

Brody miró por encima del hombro, una sonrisa en su rostro.

- Vamos. Te va a encantar esto. No podemos quedarnos encerrados en mi


casa para siempre. Tienes que dar un paso totalmente fuera del armario en
algún momento y este es un gran lugar para empezar.

Es cierto que había pasado las últimas dos noches con Brody, sin hacer nada
más emocionante que ver películas y besándose... mucho. Eso todavía no
quería decir que Dale estuviera listo para socializar.

- Pero salí del armario cuando me enfrenté a mi padre –le recordó a Brody.

Dale todavía estaba pagando un alto precio por ese acto de desafío. No solo
tenía su buzón de voz lleno de mensajes maliciosos de su padre, la mayoría
de los otros familiares le habían llamado para decirle que era una desgracia y
una vergüenza, Dale oyó todo eso. Parecía que su padre le había pedido a
todas las ramas del árbol genealógico que le atacaran. Si no fuera por Brody,
Dale estaría solo en el mundo.

Brody cogió la mano de Dale y tiró de él para adentrarse más en el club.

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
Ahora no había retirada posible. No, a menos que Dale quisiera abrirse paso a
través de un mar de cuerpos, ya que el grupo parecía que se los iba a tragar
inmediatamente.

Un destello de duda cruzó las facciones dulces de Brody.

- ¿Estás avergonzado porque te vean conmigo?

Dale dio el cuerpo de Brody una mirada más. Su amante estaba vestido con
pantalones vaqueros apretados como el infierno con una camiseta de cuello
en V más apretada aún. Su cabello rubio estaba de punta y llevaba un anillo
en el labio inferior.

- Diablos, no. Bebé, te ves tan caliente que cualquier hombre le encantaría
estar contigo -Dale declaró con voz ronca.

Brody le miró con calentura propia, su mirada se desplazó sobre los vaqueros
casi igualmente ajustados de Dale y por la camisa abotonada de manga larga.
Los primeros pocos botones estaban desabrochados, revelando lo suficiente
de su pecho para que Dale se sintiera cohibido, a pesar de las repetidas
garantías de Brody que parecía sexy como el pecado.

- Te ves muy bien, también -dijo Brody, su lengua jugando con el anillo del
labio.

Alcanzándole para tocarlo, Dale le preguntó:

- ¿Cuándo te hiciste esto?

- Hace un par de años. Aunque no lo uso todo el tiempo, a causa del trabajo y
esas cosas.

- Me gusta. Te hace ver sexy. También me pregunto cómo se va a sentir


cuando lo tengas puesto y chupes mi polla.

Un rubor se extendió a lo largo de la mejilla de Brody, que le hizo lucir tan

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
tentador que Dale no pudo resistirse. Al entrar, se apoderó de la boca de
Brody en un caliente beso lento y perezoso. Al final, Dale usó sus dientes para
darle el anillo un tirón suave antes de dejarlo ir y dar un paso atrás para
poder mirar a la cara de Brody.

Estaba aturdido, su expresión casi estupefacta le dio a Dale una embriagadora


sensación de poder. Se sentía bien al saber que incluso después de tantos
años, aún podía conseguir esa reacción en Brody.

Brody parpadeó con expresión de compensación mientras miraba algo sobre


el hombro de Dale. Indicándole, Brody exclamó:

- ¡Mira! Es Remi.

Mirando hacia atrás, Dale vio que era una masa de gente. Para él, nadie en
particular se destacaba.

-¿Quién es Remi y por qué estás tan feliz de verlo?

- Es mi mejor amigo. Vamos. No puedo esperar a que os conozcáis.

Cogió la mano de Dale, Brody prácticamente le arrastró a través de la pista de


baile a una mesa que estaba en el otro lado. Solo un hombre estaba sentado
allí, así que Dale supo de seguro que era el supuesto Remi.

Más pequeño y más delgado, el hombre habría sido lindo para Dale si no
hubiera ya sido desahuciado por Brody. Remi llevaba un suéter de color arco
iris de rayas, vaqueros negros y tenía el pelo oscuro que se labraba en una
imitación de halcón, con reflejos rojos disparando a su través.

Sacudiendo su mirada de ojos azules hacia Brody, el rostro de Remi se


iluminó.

- Hola, ¿qué estás haciendo aquí?

- Vine a presentar a Dale la barra.

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
Remi la miró por encima en dirección a Dale, la expresión del hombre
inmediatamente creciendo de forma hostil.

- Oh, sí. Me olvidé de que mencionaste que finalmente decidió presentarse de


nuevo.

Dale ladeó la cabeza hacia un lado, algo sorprendido por la recepción de


Remi. Seguro que el tipo no era normalmente un gran borde o Brody no sería
amigo de él. Si había una cosa en que Brody era bueno, era juzgando el
carácter las personas. De ninguna manera saldría con un idiota
voluntariamente.

- Es un placer conocerte -Dale aventuró, decidiendo dar el primer paso.

Remi le dio una sonrisa forzada.

- Lo mismo digo.

Dale se preguntó si tal vez Remi estaba celoso. ¿Podría ser posible que el
hombre más pequeño estuviera enamorado de Brody y ahora le molestaba
que Dale entrara y replanteara su relación? Si era eso, entonces Remi tendría
que superarlo porque Dale no iba a ninguna parte. Esta vez había venido para
quedarse.

Su corazón se hundió cuando Brody cogió una silla y se unió a Remi. Al no


tener otra opción, Dale tomó la silla de su lado y se sentó. Hizo su punto
cuando puso un brazo alrededor de Brody. Tal vez el gesto era un poco
posesivo, pero ahora que estaba a punto de tener finalmente a Brody, que
condenaran a Dale si le perdía por algún estilo de chico-juguete.

Apoyando la barbilla en las palmas de las manos, Remi dio una sonrisa
excesivamente dulce.

- Entonces, ¿qué hizo que el hombre pródigo del Ejército volviera a casa?

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
- Era la Fuerza Aérea y volví por Brody -respondió Dale con los dientes
apretados.

Dios, si iba a atravesar la noche sin estrangular al pelmazo, le tendrían que


otorgar una medalla de honor o algo así. Remi estaba haciendo todo lo
posible para incitar a Dale. Lo que es más, el mocoso estaba haciendo un
trabajo muy bueno con ello.

Brody, por otra parte, parecía completamente ajeno a la situación. Solo


miraba hacia la pista de baile, con los pies tocando al ritmo de la música. Se
sentaron en silencio durante unos momentos, antes de que Brody se girara
hacia Dale.

- Voy a subir al bar para tomar algo. ¿Quieres algo?

- Sólo una Coca-Cola, gracias -respondió Dale.

Su estómago se encogió ante la idea de estar solo con Remi, ya que


conociendo al punk, iba a ir a matar tan pronto como Brody estuviera fuera
del alcance de su oído. Efectivamente, tan pronto como Brody se alejó, Remi
se inclinó sobre la mesa y dijo:

- No confío en ti.

- ¿En serio? Y yo que pensaba que me adorabas -Dale arrastró las palabras de
vuelta con una gruesa capa de sarcasmo.

- Te odio.

-¿Cómo puedes decir eso? Acabas de conocerme.

- Sé cómo trataste a Brody, eso es suficiente.

- No tienes ni idea de cómo realmente fue la situación -Dale espetó, haciendo


todo lo posible para contener su temperamento.

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- Tal vez no, pero sí sé el desastre que dejaste en Brody.

- ¿Y desde cuando conoces y sabes tanto de Brody? -Desafió Dale.

- Desde hace dos años. Tiempo más que suficiente para saber lo mucho que
le rompiste el corazón. Nunca se recuperó de ello y ahora que has vuelto aquí
para jugar a juegos de la mente con él, tampoco irá ahí.

- ¿Y a ti qué? ¿Tienes algo por él o algo así?

Tras una breve pausa, Remi le sonrió.

- Sin ofender a Brody, pero me gusta que mis hombres sean mucho más Alfa
que él. Solo somos buenos amigos. De hecho, me ayudó una vez, cuando
estaba en un momento bajo, por lo que no le fallaré ahora, ni me quedaré
mirando mientras comete el mayor error de su vida.

- Supongo que es seguro asumir que piensas en mí como ese error.

- No lo pienso... Lo sé.

- Mira, ya que obviamente solo tienes el mejor interés para el corazón de


Brody, voy a hacernos un favor y no tomaré lo que dijiste como un insulto.
Sin embargo, consigue colocar esto en tu linda cabecita -me preocupo por
Brody, profundamente, y esta vez nadie, ni siquiera tú, se va a poner entre
nosotros -dijo Dale, haciendo todo lo posible para mantener su voz.

- ¿Y qué le sucederá cuando te vayas y le dejes solo con el corazón roto otra
vez? -Remi exigió, con los ojos brillantes de ira.

- Eso no va a suceder.

- Y supongo que debo creerte.

- Sí. Tal vez no hayas tenido la mejor primera impresión de mí... -Dale hizo
una pausa para respirar hondo cuando Remi resopló ante ese comentario.

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
Afirmándose, continuó- Pero amo a Brody y preferiría morir antes que dejarle
otra vez.

Un grito sonó a sus espaldas. Volviéndose, Dale vio a Brody de pie, las
bebidas en las manos, los ojos muy abiertos por la sorpresa.

- ¿Qué es lo que acabas de decir? -Preguntó Brody, con voz temblorosa.

De pie, Dale cogió la bebida, la puso sobre la mesa y luego ahuecó la cara de
Brody.

- Te amo.

Parpadeando, Brody le dedicó una sonrisa vacilante.

- Creo que eso es lo que dijiste. Solo quería asegurarme de que lo había oído
bien y que la música fuerte no estaba haciendo que mis oídos se aflojaran del
todo.

- ¿Eso es todo lo que tienes que decirme? -Dale instó, su corazón tronando
por la anticipación.

Brody mordisqueó su anillo del labio, frunciendo el ceño de la manera que


siempre hacía cuando estaba ansioso por algo.

– Yo también te amo.

El pecho de Dale se llenó de alegría hasta que Brody añadió:

- Por lo menos así lo creo.

Todo se vino abajo de golpe. Su decepción se tuvo que ver escrita por toda su
cara, ya que Brody se acercó y puso sus manos sobre los hombros de Dale.

- Es que todo esto está sucediendo tan rápido. Hasta hace unos días, no creía
que incluso me quisieras y ahora que estás de vuelta y todo eso, es un poco
abrumador.

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
Eso no debería sido una sorpresa para Dale. Después de todo, básicamente
Brody le había dicho eso la primera noche que había llegado a su casa. Era
solo que una parte de él todavía tenía la esperanza de que las cosas pudieran
volver a ser como eran antes. Tal vez eso era un poco infantil por su parte,
pero no podía evitarlo.

Aunque se obligó a sonreír.

- Está bien, bebé. Tómate todo el tiempo que necesites.

Seguía estando preocupado tirando de su labio, Brody dijo:

- ¿No estás enojado conmigo?

Después de presionar un beso en la frente de Brody, Dale se alejó.

- No estoy enojado contigo en absoluto.

No, no estaba enojado. Decepcionado, frustrado, enfadado con su propio


pasado... pero nunca podría estar enojado con Brody. No cuando estaba
completamente libre de culpa por la situación. Ambos se sentaron y Dale le
dio una mirada a Remi, esperando ver al hombre sonriéndole. En su lugar, se
encontró con Remi dándole una mirada especulativa.

- Así que, ¿por qué le dejaste en primer lugar? -preguntó Remi, aunque esta
vez no hubo pura incredulidad en su voz.- Si yo estuviera locamente
enamorado de alguien, nada podría hacer que lo dejara. Te aseguro que no
me despegaría de él durante cuatro años sin al menos dar algún tipo de
explicación.

- Desde que nací, toda mi familia esperaba que me uniera a la Fuerza Aérea.
Al igual que todos los hombres sin discapacidad han hecho durante
generaciones. Eso a excepción de mi padre. Le rechazaron porque está mal
del corazón. Así que nunca se recuperó de la decepción.

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
- Lo que a su vez le hizo un borracho malo como el infierno -Brody
interrumpió.

Sin molestarse en negarlo, Dale asintió.

- Sí, le gustaba abofetearnos a mi madre y a mí. Es por eso que cuando


amenazó con lastimar a Brody si no cumplía con mi deber familiar y me unía
a la Fuerza Aérea, le creí.

La boca de Remi se abrió en shock.

- ¿De verdad crees que hubiera hecho algo tan drástico?

¡Finalmente! El pequeño imbécil finalmente lo captó. Tal vez ahora dejaría


de actuar como un insolente perro faldero que tenía la correa demasiado
apretada.

Brody se inclinó hacia delante.

- Una vez, cuando teníamos unos diez años, Dale tuvo que pasar la noche en
mi casa porque su padre se había puesto tan borracho que le dio una paliza
de mierda a un tipo en el bar.

- ¿Dónde estaba tu madre durante todo esto? -Preguntó Remi, sus ojos muy
abiertos.

- Estaba en el hospital porque papá la había usado como un saco de boxeo


antes de irse. A su salida, la empujó por un tramo de escaleras y se rompió el
brazo.

- ¿La policía no miró eso?

- No, mamá mintió y dijo que fue un accidente, como siempre hacía cuando
nos hacía daño a alguno de nosotros -respondió Dale con amargura.

- ¿Qué pasó con el chico del bar?

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- Con el tiempo se negó a presentar cargos y salió de la ciudad. Mi padre
tiene ese tipo de efecto en la gente. Como he dicho, es un cabrón. Una vez,
mató al perro del vecino porque se había metido en el patio demasiadas
veces. A él no le importó que el perro no supiera, o que yo estuviera llorando
y rogándole que no lo hiciera. Él estaba enojado y el pobre animal pagó el
precio.

Remi se quedó sin aliento.

- Entonces, ¿qué piensas que va a hacer ahora que estás de vuelta, fuera del
armario y de forma abierta con Brody?

Dale dio lo que sabía que era una sonrisa maliciosa.

- Ya no soy un niño. Soy más grande y más fuerte de lo que él es ahora y no


voy a permitir que me gobierne con miedo.

- ¿Crees que vendrá a por ti?

- Me encantaría ver como lo intenta. Aunque, creo que va a ser demasiado


cobarde. Ahora es más viejo, y su condición cardíaca es peor. Sabe que no
ganaría en una pelea contra mí. Al menos, no en una física. Está tratando de
hacer una guerra emocional, pero puedo también tratar con eso.

Remi lanzó una mirada preocupada sobre la mesa.

- ¿Qué hay de Brody? ¿Crees que tu padre va ir a por él?

Una furia fría llenó a Dale.

- Mejor que no. Padre o no, si toca un solo pelo en la cabeza de Brody, va a
descubrir que él no es el único que puede tener genio en esta familia.

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Capítulo Cuatro

Mientras se dirigían a casa desde el bar, Brody se encontraba perdido por las
palabras. Tantas emociones diferentes se le arremolinaban, que no sabía
cómo digerirlas todas.

Estupefacción por la admisión de amor de Dale. Su culpabilidad por no estar


dispuesto a devolver ese sentimiento. El dolor de tener que escuchar a Dale
explicarle a Remi sobre su abusivo pasado. Además de una gran cantidad de
ira, todo dirigido al padre de Dale por todo lo que había hecho.

Y no se lo había hecho solo a Dale. Gracias al odio y a la vileza de su padre,


había hecho que Brody y Dale perdieran cuatro años en los que podrían
haber estado juntos y felices. En cambio, estaban debatiendo con sus
emociones y luchando para recuperar todo el tiempo perdido.

- ¿Estás enfadado conmigo? -finalmente Dale rompió el silencio, apartando la


mirada de la carretera el tiempo suficiente para disparar a Brody una mirada
de preocupación.

El corazón de Brody se derritió ante el ansioso límite del tono de Dale.

- No, aunque me gustaría golpear a tu padre en la nariz.

- Por mucho que me gustaría verlo, solo seria arrastrarse a su nivel. Eres
demasiado buena persona para eso.

- ¿De verdad te plantaste delante de él y le dijiste que querías estar conmigo?

- Sí... y lo único que lamento es no haberlo hecho hace cuatro años.

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
- Así que, ¿dónde estás viviendo?

- Me alojo con mi primo Skeeter. Es el único de la familia que todavía me


habla.

Brody arrugó la nariz.

- ¿No es la persona que vive en un apartamento convertido encima del garaje


de su madre?

- Sí, ¿hay algo malo en eso?

- Supongo que no. Simplemente parece tan Fonzie2.

Dale se echó a reír.

- Veo que aún te gusta ver viejos programas de televisión.

- Hey, vamos que Happy Days3 es un clásico. Sigo diciendo que Potsie y
Ralph Malph eran amantes en secreto.

-¿Continúas atrapado en esa teoría?

Brody sonrió, encantado de que hubieran retomado el viejo debate.

- Solo piensa en ello: están siempre juntos. Vaya, incluso fueron a comprar
juntos el resto de los regalos de Navidad para la pandilla.

- Creo que otra vez leíste demasiados libros de temática homosexual.

2.- Es un personaje ficticio interpretado por Henry Winkler en la serie de EEUU Happy Days (Días felices) que se emitió desde 1974 a
1984. Fonzie es un mecánico italoamericano vestido con una chaqueta de cuero, más tarde sería el propietario del Restaurante Arnold's
en Milwaukee (Wisconsin) en los años 50. Es conocido por sus onomatopeyas: Whoa y Heeey! mientras alza los pulgares hacia arriba.
También es conocido por hacer funcionar la jukebox dándole un ligero golpe con el puño (bien para encenderla o para que suene su
canción favorita).

3.- Serie americana, que en español se titularía “Días felices”. Se emitió de 1974 a 1984 y estaba ambientada en la época de los 50 y 60.

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- Uno nunca puede leer demasiados libros homosexuales -dijo Brody con un
guiño.- Eso es parte de lo que realmente me atrae.

- Oh Dios, ¿Ayla tenía razón sobre nosotros?

- ¿Qué, dijo que éramos unos pervertidos o algo así? Porque si es así, eso no
cuenta. Dijo lo mismo de la vieja señora Winters porque llevaba medias de
red en Halloween.

- ¿Qué? ¡No! -Dale se estremeció ante la imagen de la señora Winters en un


par de medias sexy. Era casi suficiente para hacer que se revolviera su
estómago.- ¿De verdad usó esas cosas?

- Sí, pero en su defensa, diré que se vistió ese año como la muñeca de
Monster High.

Dale levantó una mano.

- Simplemente para. No necesito visualizar más de lo que ya lo hago. Si es


así, mi cerebro estará marcado para siempre por la idea de la vieja organista
de la iglesia llevando medias de red. No necesito saber el resto de su
atuendo.

- Así que, ¿qué dice de nosotros Ayla? –Se rió Brody.

- Dijo que éramos unos idiotas patéticos.

Brody dejó escapar un pequeño sonido de indignación.

- Esa mocosa. Veré si le vuelvo a dar dinero otra vez para cuando venga el
camión de helados.

- Sin embargo, ella tiene su punto. Creo que somos los únicos que van a las
convenciones de Star Trek y de Dragones y Mazmorras.

Apretando los labios, Brody finalmente admitió:

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- Creo que ella tiene razón. Eso me recuerda que, ¿has visto la nueva serie
Juegos de Tronos?

- No, ¿es buena?

Brody casi saltó de su asiento cuando la excitación le inundó.

- ¿Estás bromeando? Es como el Señor de los Anillos mezclada con Los


Sopranos. Es lo mejor que han hecho en televisión en mucho tiempo.

- Voy a tener que echarle un vistazo.

Sintiéndose un poco atrevido, Brody ofreció:

- ¿Sabes?, tengo grabada la primera temporada entera. Si quieres, podemos


verla esta noche.

- ¿No será muy tarde?

Los latidos del corazón presionaban a Brody:

- Podrías quedarte en mi casa. Sé que tienes una entrevista de trabajo en la


compañía aérea, pero no es hasta el final de la mañana.

Dale estaba tratando de utilizar las habilidades que había ganado en el


ejército para conseguir un trabajo como mecánico de aviones, algo que a
decir verdad, parecía entusiasmarlo.

- ¿Estás seguro de que no voy a ser una molestia? -preguntó Dale.

Sintiéndose aún más audaz, Brody se acercó y puso una mano en el muslo de
Dale.

- No, en absoluto. De hecho, tengo una enorme televisión de plasma en la


habitación. Podríamos acurrucarnos en la cama y mirar la tele desde allí.

Brody le dio una mirada tan sofocante que casi hizo que las ventanas se

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empañaran, y Dale sonrió.

- ¿Por qué tengo la sensación de que vamos a hacer algo más que mirar la
televisión?

Arrastrando la mano solo tímidamente por la polla de Dale, Brody dejó


escapar un gemido.

- También espero que me folles sacándome el cerebro.

- ¿Acabas de decidir esto ahora?

Puesto que nunca fue un buen mentiroso, Brody negó con la cabeza.

- No, salí hoy y compré un huevo de lubricantes y condones. Sin ánimo de


ofender, por mucho que me encanta salir y jugar como lo hacemos, quiero
todo esto.

- ¿Y qué es exactamente "todo esto"? -Dale preguntó, con la voz ronca de


deseo.

Un fuego apareció en el rostro de Brody.

- ¿Vas a hacerme decir algo más? Ya te pedí que me follaras.

- Me encanta cuando hablas de manera sucia, así que quiero que pases el
resto del camino a casa diciéndome con gran detalle lo que quieres.

Brody hizo chasquear la lengua.

- Guau, la señora Winters no llega a tu altura. El mayor premio al pervertido


es tuyo.

- Dijo el chico que acaba de pedir a alguien que le folle sacándole el cerebro.-
La sonrisa de Dale no quitó ninguna aspereza al comentario.

Riendo, Brody se inclinó más cerca, asegurándose de que su mano se quedara

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
apenas por debajo de la polla de Dale con el fin de burlarse.

- Quiero quitarte toda la ropa usando nada más que mis dientes.

- Eso va a ser difícil, teniendo en cuenta el número de botones que tiene mi


camisa, pero bueno, si puedes ser paciente yo también puedo.

Sin desanimarse, Brody continuó:

- Entonces voy a estirarte en la cama y lamer cada centímetro de ti.

- ¿Hasta mis pies? Me parece recordar que esa parte de la anatomía siempre
te hizo aprensivo.

- Entonces voy a chupar tu polla hasta que tu oídos exploten.

- Ahora eso suena doloroso.

Dando al brazo de Dale una palmada juguetona, Brody amonestó:

- No me lo estás poniendo fácil.

Entonces vio las comisuras de los labios de Dale dando espasmos y Brody se
dio cuenta de que Dale había estado bromeando. Decidiendo que los dos
podían jugar a ese juego, finalmente Brody deslizó la otra mano esos últimos
pocos centímetros así pudo ahuecar la polla de Dale.

- O podríamos ver únicamente la televisión otra vez. Estoy un poco cansado y


tienes un gran día mañana.

Dale entró el coche dentro del camino hacia la casa de Brody deteniéndose
en el aparcamiento tan rápido que probó los límites de sus cinturones de
seguridad. Dejando escapar un grito de sorpresa, Brody miró hacia arriba
para ver a Dale ya salir del coche.

Puesto que él era el que tenía las llaves de la puerta principal, Brody se dio
cuenta de que también necesitaba poner su culo en marcha. El único

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
problema era la hebilla de su cinturón de seguridad que malditamente se
negaba a cooperar mientras los dedos de repente se convirtían en demasiado
torpes para realizar la más simple de las tareas.

La puerta del coche de pasajeros se abrió, revelando un casi salvaje Dale


mirándole. Sus ojos brillaban con pasión y su pecho se movía al respirar
profundamente. Pasando por encima, desabrochó el cinturón de Brody al que
ya había llegado, le agarró por la cintura y le levantó.

Lanzando a Brody por encima de su hombro, Dale se dirigió a la puerta


principal. Brody comenzó a protestar hasta que se dio cuenta de que la nueva
posición le daba una excelente vista del apretado culo de Dale.

- ¡Jua-jua! Mira quién es todo un cavernícola -Ayla gritó desde la puerta


principal.

-¿No ha pasado tu hora de ir a la cama? -Brody gritó desde su posición poco


digna.

- Mañana es el Día de los Profesores, así que no tengo que ir –dijo ella.

- Llaves -Dale ladró.

Fue entonces cuando Brody vio que habían llegado a la puerta.


Retorciéndose, trató de llegar a ellas.

- En mi bolsillo trasero.

Dale las recuperó y abrió la puerta. Todavía llevando a Brody, Dale fue hacia
dentro y pateó la puerta cerrándola.

- ¿Vas a bajarme? -preguntó Brody.

- Nop.

Sin pasar por la sala de estar, Dale subió corriendo las escaleras y se dirigió

STEPHANI HECHT ~ 46 ~
SIGUIENDO A MI CORAZÓN
hacia el dormitorio.

- Pero peso demasiado para ti -Brody siguió protestando.

- Puedo con eso.

- ¿No se supone que ese sea mi comentario? -Brody remarcó, justo antes de
que él fuera arrojado sin miramientos sobre la cama.

Apenas tuvo un segundo para registrar donde estaba antes de que Dale
estuviera encima de él, desgarrándole la ropa. Dejando escapar un gemido,
Brody entró en acción y ayudó, tan ansiosos por tener una acción real de piel
con piel. En algún momento el sonido de la tela cayendo llenó la habitación y
Brody estaba bastante seguro de que había perdido su camisa favorita, pero
en ese punto no podría importarle menos.

Pronto estuvo felizmente desnudo solo para darse cuenta de que Dale aún
permanecía completamente vestido. Dejando escapar un sonido de
frustración, Brody hizo un gesto hacia él.

- Creo que para que esto funcione, los dos tenemos que estar desnudos.

Parpadeó hacia él, como si sorprendiera de que su ropa estuviera todavía allí,
y Dale finalmente cogió la idea y comenzó a tirar de ellas. Impaciente y con
ganas para que se fueran, Brody se levantó sobre sus rodillas para ayudar.
Esta vez, cuando llegó el sonido de una rasgadura, Brody se estremeció.

- Lo siento.

- Que se joda -dijo Dale cuando arrojó la camisa arruinada a un lado.- Puedo
comprarme una nueva mañana.

Hizo un pequeño trabajo con sus pantalones, aunque Brody lo hizo con un
poco más de cuidado con ese artículo en particular de la ropa. Una vez que
Dale estuvo desnudo, volvió la cama, arrastrándose a cuatro patas, obligando

STEPHANI HECHT ~ 47 ~
SIGUIENDO A MI CORAZÓN
a Brody a ponerse en su espalda una vez más.

Dale dijo mirando hacia abajo, a Brody:

- Ahora, voy a lamer cada centímetro de ti.

- En primer lugar, esa fue mi idea -Brody protestó a medias.

Dale le calló con un beso caliente que se llevó toda la capacidad de Brody
para pensar. Bueno, tal vez eso no era del todo cierto, ya que algunas ideas le
traspasaban, pero la mayoría eran guau, joder y demonios eso es bueno.

Arrastrando un camino de besos por el cuello de Brody, Dale empezó a hacer


exactamente lo que prometió -le mordió, lamió y acarició cada centímetro de
su cuerpo con la excepción de su pene, pronto tuvo a Brody gimiendo y
retorciéndose de frustración.

- Tan impaciente -canturreó Dale mientras ponía sus manos sobre los muslos
de Brody y abría más las piernas.

Brody se tensó, esperando que Dale le chupara la polla, así que cuando el
deslizamiento del cálido terciopelo de su lengua, en cambio fue a su agujero,
Brody dejó escapar un jadeo de sorpresa.

Mirando hacia arriba, Dale le dio una sonrisa salvaje.

- No me digas que nunca te han dado un beso negro.

Brody negó con la cabeza.

- Sólo he estado contigo, ¿recuerdas?

- Hermoso -Dale susurró antes de sumergir la cabeza de nuevo.

Cuando empezó a usar su lengua de nuevo, Brody se arqueó contra el


colchón, con un sollozo ahogado derramando de sus labios. Galletas Santas y
Queso Santo, si alguien le hubiera dicho lo bueno que eran esta clase de

STEPHANI HECHT ~ 48 ~
SIGUIENDO A MI CORAZÓN
cosas, habría suplicado a Dale para hacerlo hace mucho tiempo.

Entonces un dedo peinando entró en la mezcla, el dígito presionando


lentamente dentro de Brody.

- ¿De dónde demonios has sacado lubricante? -preguntó Brody, su voz


saliendo como un agudo gemido.

- Magia -dijo Dale mientras empezaba a ver sus dedos dentro y fuera.

- Eres un capullo -bromeó Brody.

Dejó escapar otro gemido cuando Dale metió otro dedo, la invasión añadida
estirando a Brody de la manera más deliciosa. Al mismo tiempo, Dale abrió
los labios y finalmente chupó la polla de Brody.

El calor húmedo que rodeó su pene y la sensación de los dedos de Dale


follándole era casi demasiado para Brody. En un esfuerzo por mantener el
control, se mordió el labio inferior con tanta fuerza que probó su sangre.

También había olvidado lo bien que Dale podría trabajar en su polla. Usando
los labios y la lengua, además de un toque de dientes, pronto tuvo a Brody
tan cerca del borde que estaba conteniendo el aliento en una lucha para no
correrse.

Entonces, de repente, Dale se apartó y todas las sensaciones se fueron a la


vez. Brody dejó escapar un grito de protesta, extendiendo la mano para
agarrar a Dale y traerlo de vuelta. Con la más dulce de las sonrisas, Dale le dio
un suave beso a Brody.

- Sólo tengo que ponerme el condón, bebé -Dale le aseguró.

Brody asintió con la cabeza, pero todavía le pareció una eternidad para que
Dale rasgara abriendo el paquete y rodara el látex sobre su erección. Todo el
tiempo, Brody le miró con una embelesada admiración. Dale era grande pero

STEPHANI HECHT ~ 49 ~
SIGUIENDO A MI CORAZÓN
no tanto como para que lo partiera por la mitad. Brody no podía esperar a
tomar la polla en su interior.

Con un poco más de lubricante en el pene, Dale se colocó entre las piernas de
Brody y alineó su polla. Cuando se detuvo y no empujó, Brody quiso gritar de
frustración.

- ¿Estás seguro de que estás listo para esto? -preguntó Dale.

De alguna manera, Brody sabía que la pregunta era con doble intención y en
ese momento Brody supo la respuesta para las dos. Sí, estaba preparado para
todo. Estaba listo para ser follado, pero lo que es más, estaba preparado para
como este momento cambiaría su relación.

- Sí... sí, lo quiero todo de ti -susurró Brody.

- Te amo -contestó Dale.

Con esa declaración, Dale dio un último empuje, yendo hasta el final, hasta
que sus bolas rozaron el culo de Brody. Brody gritó, tanto de placer como por
el pequeño mordisco de dolor que siempre venía con el sexo. Hizo que Brody
se diera cuenta de lo mucho que había echado de menos compartir la
intimidad con Dale y la injusticia de todo le hizo desgarrarse un poco.

- Hey, quédate conmigo aquí. Lo que importa es el ahora. El pasado, pasado


está -susurró Dale.

Brody asintió con la cabeza antes de dar a Dale una sonrisa.

- Sí, y ahora tenemos un futuro por delante.

No se le escapaba que era la primera vez habían hablado de un felices para


siempre. Dale le dio un beso aplastante antes de empezar a empujarse
lentamente dentro y fuera de Brody.

- Dios, cómo extrañe esto -murmuró Dale.

STEPHANI HECHT ~ 50 ~
SIGUIENDO A MI CORAZÓN
Alcanzó entre ellos y agarró la polla de Brody, dándole golpes lentos y
perezosos que tenían a Brody viendo estrellas. Luego Dale cambió el ángulo
de sus embestidas, vinculando el punto dulce de Brody, y rompió la última
parte del control de Brody.

- Fóllame fuerte. No te contengas. Aporréame tan fuerte que no pueda


sentarme durante una semana -gritó Brody.

- ¿Eso no lo hará difícil en tu trabajo?

- Cállate y hazlo.

Dando una mirada malvada a Brody, Dale respondió:

- Bueno, no digas que no te lo advertí.

Luego agarró a Brody por las caderas y empezó a empujar contra él con tanta
fuerza que Brody tuvo que poner las manos en alto y aguantarse a sí mismo
para que su cráneo no se golpeara contra la cabecera. Aunque, incluso si se
hubiera golpeado el tarro, dudaba que pudiera sentirlo. No con todas las
otras sensaciones maravillosas girando a través de su cuerpo.

Dale dio un último tirón a la polla de Brody y eso arrojó a Brody al abismo.
Gritando el nombre de Dale, Brody disparó, calientes chorros de semen
pintando sus estómagos.

- Ah, joder, tu culo se siente tan bien -gruñó Dale.

Echando la cabeza hacia atrás, se corrió, su polla palpitando cuando llenó el


condón. Brody únicamente lo sostuvo mientras los escalofríos corrían hacia
sus dos cuerpos, con el sonido de sus respiraciones jadeantes, los únicos
sonidos en la habitación.

Dejando caer su frente en el hombro de Brody, Dale dijo:

- Esto fue mejor de lo que recordaba, y déjame decirte... eso dice algo, yo

STEPHANI HECHT ~ 51 ~
SIGUIENDO A MI CORAZÓN
soñaba con ello casi todas las noches desde que me fui.

Ese pensamiento envió una explosión de a Brody. Luego dejó escapar un


suspiro.

- Realmente tenemos que conseguir limpiarnos.

Cuando Dale gimió, Brody le tentó.

- Podemos tomar una ducha juntos, tomar un montón de comida basura y


vegetar frente a la televisión.

Mirando hacia arriba, Dale hizo una mueca fingida.

- ¿Eso es todo lo que vamos a hacer?

Apretando los labios, como si estuviera pensando en ello, Brody dijo:

- Supongo que podemos follar a la vez o tres veces también.

Al presionar un beso en la sien de Brody, Dale acordó:

- Eso es un plan en el que puedo entrar.

STEPHANI HECHT ~ 52 ~
SIGUIENDO A MI CORAZÓN

Capítulo Cinco

Las últimas cuatro semanas habían sido increíbles. No sólo Dale había
conseguido el trabajo como mecánico de aviones, Brody y él habían pasado
casi todo el tiempo juntos. Tanto es así, que Dale rara vez tenía que aguantar
a Skeeter y a su apartamento desordenado que parecía el infierno.

Dale estaba en casa de Brody, como de costumbre, cuando un repentino


golpe en la puerta hizo saltar a Brody. Cuando vio que era el primo de Dale,
Alden, se quedó atónito. Mientras que solamente era dos años más joven que
Brody, el chico apenas había hablado antes cuatro palabras con él. Tímido y
retraído, Alden generalmente mantenía la nariz enterrada en un libro ante
todas las funciones de la familia. Así que, el que apareciera de repente
delante de la puerta de Brody, fue un shock. Aún más sorprendente era la ira
que le irradiaba.

Tan pronto como Dale abrió la puerta, Alden empezó.

- Simplemente no podías dejar jodidamente las cosas como estaban, ¿verdad?

Dale dio un paso atrás, sin saber si debía responder a la pregunta o cerrarle la
puerta a su primo en la cara. Alden llevaba una chaqueta negro pesada, larga,
y tenía las manos metidas en los bolsillos. Además, tenía la capucha de la
prenda puesta, por lo que ocultaba su cabello corto y rubio. Ambas
observaciones puso al soldado en Dale nervioso. No podría decir si Alden
estaba armado y por lo que sabía, Alden podría estar usando la ropa para
ocultar su rostro de posibles testigos.

En ese instante, Dale se hizo muy consciente del peligro que corría... y cómo

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
Brody también podría estar en peligro. Su amante estaba en la cocina y en
cualquier momento podría ir a la puerta para investigar por qué Dale tardaba
tanto tiempo.

Levantando sus manos en un gesto apacible, Dale forzó una sonrisa en su


cara, incluso cuando su cuerpo se rompió a un sudor frío.

- Mira, ¿por qué no vamos a otro lugar y podemos discutir esto con calma?

Los ojos azules normalmente suaves de Alden ardían con furia.

- Como si me atreviera a ser visto contigo en público. ¿No has hecho ya


suficiente daño?

A pesar del peligro potencial, esas palabras provocaron la ira en Dale. Maldita
sea, ¿por qué su familia no aceptaba ya quién era o le dejaban simplemente
en paz? ¿Tenían que hacerlo todo tan dramático? Al ritmo que iban las cosas,
tendrían más drama que una novela de los ochenta.

- ¿Qué te importa, Alden? ¿Mi padre te puso en esto?

Alden respondió con algunas preguntas propias.

- ¿Te has parado a pensar cómo reaccionaría nuestro abuelo ante esto? ¿O
eres demasiado egoísta para preocuparte por alguien más?

Con un rápido movimiento, Alden sacó las manos de los bolsillos. Dale dio un
salto hacia atrás para defenderse, tiró de la adrenalina a través de su cuerpo,
haciendo que su ya rápido pulso se acelerara más. Dejó escapar un suspiro de
alivio cuando notó que las manos de Alden estaban vacías.

Alden dejó escapar un sonido a medio camino entre un sollozo y un grito de


rabia mientras se quitaba la capucha y se pasaba los dedos por el pelo, el
movimiento tan fuerte que no hubo manera de que no le doliera como el
infierno. Alden no debió registrar ese dolor, porque rápidamente volvió toda

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
su atención a Dale.

- Tienes que llamarles y decirles que todo fue un gran error y que no
hablabas en serio.

Dale parpadeó en estado de shock.

- ¿Es una broma? No hay manera en el infierno que vaya a hacer eso.

- ¿No lo ves? No es demasiado tarde.- Alden se adelantó y agarró los brazos


de Dale.- Si vuelves, te perdonarán y todo volverá a la normalidad.

Intentó no retroceder ante el no tan suave agarre, su corazón todavía


martilleando.

- Lo siento, pero eso no va a suceder. Por primera vez en mi vida, soy feliz y
no voy a joder eso de nuevo.

- ¡Maldita sea, no se trata sólo de ti! -Gritó Alden, endureciendo su agarre.

Después de dejar escapar un gruñido de advertencia, Dale pudo quitarse del


agarre.

- ¿De qué coño estás hablando?

Los ojos de Alden estaban muy abiertos y casi eran salvajes -de alguna
manera asustaron a Dale casi tanto como la idea de que hubiera tenido un
arma. Esto era una cara de Alden que Dale nunca antes había visto y que
estaba empezando a asustarle como la mierda. Solo rezaba para que todo el
alboroto no llamara la atención de Brody. Lo último que quería Dale era que
el hombre que amaba estuviera en peligro, y en ese momento Dale no sabía
de lo que era capaz de Alden.

- ¿No te das cuenta...?

- No, no me doy cuenta -Dale sacudió la cabeza.

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
Con unos ojos convirtiéndose aún más salvajes, Alden declaró:

- Ahora que te has ido, están empezando a fijarse en mí. Antes, yo pasaba
inadvertido. Me gustaba estar de esa manera. Nadie me molestaba y yo no
les molestaba. Ahora que su chico de oro los ha abandonado, todo ha
cambiado.

- ¿Qué? ¿Están tratando para que te unas a la Fuerza Aérea?

Alden hizo una pausa y le dio a Dale una mirada de “eres tan estúpido”.

- No, ellos... nos están estudiando a todos nosotros, tratando de ver si de


alguna manera nos infectaste, pensando algunos más podríamos salir como
tú.

- ¿Y? ¿Cuál es el problema? No eres... -Dale se apagó cuando todas las piezas
del rompecabezas finalmente se fijaron en su lugar.

Cómo Alden siempre había hecho grandes esfuerzos para no llamar la


atención. El hecho de que nunca había llevado a una novia a cualquiera de las
fiestas de la familia. Cómo Alden siempre era el que se había quedado atrás -
como Dale- cuando los demás primos se escabullían para mirar revistas de
chicas...

Oh, vaya.

Dale se encontró con la mirada de Alden y el miedo que vio en los ojos del
otro hombre confirmó sus sospechas.

- Lo siento, no me di cuenta. Ven y vamos a hablar de esto. Te puedo ayudar.

Estiró una mano hacia su primo, únicamente para que Alden retrocediera,
como si Dale realmente fuera infeccioso.

- ¿Te has vuelto loco? Si se enteran de que he estado hablando contigo, lo

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
sabrán a ciencia cierta. Ya es bastante malo que sospechen.

Esas palabras sonaron como un puñetazo en el estómago a Dale.

- ¿Dicen cosas malas de ti, o te lastiman de alguna manera?

Cuando Alden apretó los labios y desvió la mirada, el corazón de Dale se


rompió. Extendió su mano de nuevo.

- Por favor, déjame ayudarte.

Eso solo parecía hacer que Alden se enfadara otra vez. Hizo un gesto con la
cabeza hacia atrás y se burló:

- Ya te dije en lo que me puedes ayudar y te negaste. Así que jódete.

Despidiéndose con esas palabras, Alden se dio la vuelta y se fue. Dale le


llamó, pero sin éxito. Alden se metió en su coche y arrancó de la calzada, ni
una sola vez mirando hacia atrás en dirección a Dale.

Dale se preocupó al saber que Alden estaba sufriendo tanto. No solo estaba
preocupado por el abuso que su familia podía estar acumulando en el
hombre más joven, pero Dale hizo hincapié sobre el hecho de que Alden
podría ser lo suficientemente inestable como para hacer algo más drástico...
como dañarse a sí mismo.

La peor parte era que Dale no podía llamar y alertar a los padres de Alden, no
sin hacer salir al hombre del armario.

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN

Dale era incapaz de mantener la sonrisa fuera de su cara mientras miraba a


través de la mesa hacia Brody. Todo era perfecto... casi. Después de la
confrontación con Alden, Dale se había peleado interiormente con lo que
debía hacer y, finalmente, le se lo había dicho a Skeeter, un aliado en su
familia. Sin revelar demasiado, compartió sus preocupaciones y Skeeter se
había comprometido a mantener un ojo sobre Alden. Dale sólo esperaba que
Skeeter hiciera un trabajo decente, ya que el tipo no era la persona en quien
más se podía confiar.

También hubo un par de casos de vandalismo. Primero el coche de Brody y se


habían colado en el vehículo de Dale, con arañazos formando marcas
despectivas, pintadas con palabras homofóbicas. Aunque Dale sospechaba
que había sido su padre o cualquier otra persona de su familia, bien podrían
haber sido solo algunos niños intolerantes. Sin embargo, puesto que el
incidente no había ocurrido hasta después de que Dale hubiera vuelto a casa,
se inclinaba más hacia lo primero. Solo esperaba que no hubiese sido Alden.

A pesar de todos los problemas, Dale no se arrepentía de su decisión de salir


del armario y estar con Brody. Aunque, en cuanto a esas dos cosas, había un
problema: Brody todavía tenía que declarar su amor por Dale. Pero en ese
punto, Dale sabía que era solo cuestión de tiempo. Mientras que Brody no

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
había pronunciado las palabras, la forma en que miraba a Dale le delataba.
Dale solo deseaba que finalmente Brody las dijera en voz alta. Entonces
sabría con certeza que todos los problemas habían valido la pena.

Durante todos esos cuatro años largos, fríos y solitarios, Dale había temido
que nunca estaría de nuevo en el extremo receptor de esa mirada suave de
pura adoración. Sin embargo, cuando se sentaron en medio de uno de los
restaurantes más caros de Clarkston, Brody estaba repartiéndole unas
cuantas.

- Estoy muy orgulloso de ti -dijo Brody.

Dale se sobresaltó. Eso había sido lo último que esperaba oír.

- ¿Por qué? "

- Bien, te enfrentaste a tus errores del pasado, además de que has conseguido
un gran trabajo y estás haciendo tu recorrido en el mundo... y sin la ayuda de
tu padre. Siempre supe que podías hacerlo.

Llegando al otro lado de la mesa, Dale tomó la mano de Brody.

- No lo he hecho todo exactamente solo. Date cuenta de que estás aquí, de


que me apoyaste, que me hiciste seguir adelante.

Brody se burló.

- Incluso si yo no hubiera estado allí, a pesar de eso lo habrías logrado. Eres


un superviviente. Incluso después de todo lo que tu padre te ha hecho pasar,
todavía te las has arreglado para ser un gran tipo. Nunca he conocido a nadie
que cuidara y amara como tú.

- Eso es tan dulce, que voy a vomitar pedos de unicornio -declaró Remi
mientras se deslizaba en una silla junto a Dale.

Brody arrugó la nariz.

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
- ¡Qué asco! ¿Qué tipo de analogía es esa?

Rodando los ojos, Remi se pasó una mano por el pelo perfectamente
peinado.

- Una apropiada, teniendo en cuenta la forma en que ustedes dos se estaban


poniendo.

- ¿Qué se te metió por tu culo y murió? -preguntó Dale.

En realidad no estaba molesto u ofendido por la declaración de Remi. En las


últimas semanas, se había acostumbrado a los momentos melodramáticos del
tipo. De hecho, Dale incluso iría tan lejos como para considerar Remi un buen
amigo. Algo que era increíble teniendo en cuenta cómo había sido su primera
conversación.

Dando a sus manos entrelazadas una mirada fulminante, Remi dijo.

- Solo porque ustedes dos sean tan felices juntos, no significa que tengas que
restregarlo en las caras de todos. Algunos todavía estamos miserablemente
solos.

- ¿Qué pasó con el chico al que te lanzaste en ese club? -preguntó Brody.

Remi dejó escapar un gemido dramático.

- Me engañó... a mí. ¿Puedes creerlo?

- Estoy en shock –Dale arrastró las palabras.

- Mira esta perfección. ¿Quién querría algo más? -Remi se puso una mano en
el pecho.

- El chico tendría que estar ciego o simplemente era demasiado estúpido para
vivir, no puede haber otra explicación -Brody compartió una sonrisa con Dale.

De repente, la máscara que Remi siempre mantenía en su sitio se deslizó y

STEPHANI HECHT ~ 60 ~
SIGUIENDO A MI CORAZÓN
Dale tuvo una visión de la persona real que había debajo... y era una imagen
deprimente.

- Hablando en serio, ¿qué hay en mí que hace que los chicos siempre quieran
dejarme?

Brody soltó la mano de Dale y le dió a Remi en el hombro.

- Estoy seguro de que el hombre adecuado estará disponible para ti. Es solo
que todavía no le has conocido.

Dale pensó en su amigo de la Fuerza Aérea, otro antiguo caso de armario


llamado Van. Se preguntó si tal vez debería llamar a su viejo amigo y pedirle
que viniera a visitarles. Van podría ser el hombre perfecto para domar la
forma silvestre de Remi. Nada más sería más interesante que ver a los dos
interactuando. Los fuegos artificiales entre la pareja sería mejor que la
exhibición del cuatro de julio.

Dándole a Dale una sonrisa llorosa, Remi dijo:

- Siento ser tan deprimente. Se suponía que esto era vuestra cena de
aniversario por cumplir un mes y estoy siendo el niño del póster para la
campaña Vela de Parejas.

Dale alargó la mano y acarició el pelo de Remi , en parte para consolarlo , y


también porque sabía que iba a ofender al Sr. Estilo.

- Si no te quisiéramos aquí, no te habríamos invitado.

Remi le miró, con los ojos muy abiertos.

- Oh, mierda. Esto está a punto de empeorar.

Brody ladeó la cabeza hacia un lado.

- ¿Cómo es eso?

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
- ¿El padre de Dale se ve como un jubilado de GI Joe3 rechazado?

Teniendo en cuenta cómo su padre siempre insistía en mantener su corte de


pelo al estilo militar y los pantalones perfectamente planchados, a pesar de
su condición de civil despreciado, esa descripción encajaba perfectamente
con su padre. El estómago de Dale se apretó.

- Sí, ¿por qué?

- Porque está viniendo hacia aquí y no se ve muy feliz.

Brody resopló.

- Eso no es nada nuevo. Nunca parece alegre.

Dale se tensó cuando sintió a su padre moverse más cerca. Era una habilidad
que Dale había adquirido a una edad temprana y que le había salvado de
unos cuantos golpes. En el momento en que su padre llegó a la mesa, el
cuerpo de Dale estaba tan tenso, que estaba preparado para romperse.
Aunque no creía que su padre llegara a hacer un ataque violento en público,
Dale hizo un rápido análisis para asegurarse de que no había protuberancias
indicando que en la ropa del hombre podría haber escondida un arma. Dale
sintió un poco de alivio cuando no encontró nada, aunque sabía que habrían
problemas. Los años de experiencia le habían dicho que su padre podía hacer
ejercer sus palabras con la misma eficacia que cualquier arma física.

Brody tiró de su mejor sonrisa ganadora.

- Hola, Sr. Anderson. Ha pasado mucho tiempo desde que hablé con usted.

3.- Película americana estrenada en 2009 basada en figuras de acción. Sinopsis: Una unidad militar de élite compuesta por agentes
especiales conocida como «G.I. Joe», que operan fuera de la fosa (Egipto), se enfrenta a unaorganización terrorista liderada por un
notorio fabricante de armas, James McCullen, que junto con sus secuaces intenta apoderarse de una nueva nanotecnología que él
mismo creó para la OTAN capaz de destruir ciudades enteras. La historia se centra en Duke, un oficial del ejército, su amigo Ripcord, su
reclutamiento a G.I. Joe y cómo la historia pasada amorosa del primero está directamente relacionada con la baronesa, una de las líderes
del grupo terrorista. Recientemente, ha habido una secuela de la película.

STEPHANI HECHT ~ 62 ~
SIGUIENDO A MI CORAZÓN
El padre de Dale fulminó a Brody con la mirada, los ojos azules del anciano
más fríos que nunca. Un hombre menor se habría acobardado, pero Brody
solo sonreía. Girando la mirada hacia Dale, su padre gruñó:

- ¡No puedo creer que estés aquí fuera haciendo alarde de ti mismo de esta
manera! ¿No tienes respeto por nuestro apellido?

- En realidad no, no si eso significa que tengo que ser como tú o como el
resto de los idiotas que me han estado llamando. ¿Qué pasó con el amor
incondicional? -Dale respondió sin rodeos.

Una vena a un lado de la sien de su padre empezó a palpitar.

- ¿Qué es lo que tu abuelo diría si pudiera verte ahora?

- Buen trabajo, Dale. Te las arreglaste para servir cuatro años, más de lo que
tu padre nunca hizo. Además, tienes las pelotas para permanecer de pie y
luchar en lugar de ser tan cobarde que solo se mete con los más pequeños y
más débiles que él -Brody interrumpió por primera vez con un rayo de ira.

- Nadie te pidió que hablaras, muchacho –espetó el anciano, su voz llena de


veneno.

Brody dio una sonrisa pícara e inclinó la cabeza hacia un lado.

- No, pero sin embargo lo hago. Imagínate, el chico gay que siempre has
odiado por fin se permite decir eso. Poco sabías tú que he querido decírtelo
durante años. Solo me contuve para que no te desquitaras con Dale. No creo
que yo -y todo el pueblo -no supiéramos lo bastardo abusivo que eres. De
hecho, si yo fuera un hombre que apuesta, pondría todas las probabilidades a
que eres el hombre más odiado del estado de Michigan.

Remi se apoyó en los codos y dio su clásica sonrisa sarcástica.

- Ah, y tal vez deberías perder el polo con el cocodrilo en el frente.

STEPHANI HECHT ~ 63 ~
SIGUIENDO A MI CORAZÓN
Simplemente te hace ver... bueno, tan viejo como eres en realidad. Además, el
melocotón en realidad no combina tan bien con esos pantalones de golf
amarillos. Los pantalones son confusos por sí solos, ya que es invierno y no
hay manera de que hayas pasado tiempo en el campo de golf, por lo que no
hay razón para llevar esas cosas monstruosas deportivas.

Dale tuvo que morderse el interior de la mejilla para contener su risa cuando
su padre miró de forma desorbitada a Remi, como si el hombre fuera una
especie extraña de animal que nunca hubiera visto antes.

- Dale, ¿es este el tipo de compañía que ahora tienes? -Preguntó el padre de
Dale.

Extendiendo el brazo, Dale reclamó la mano de Brody y le dio un fuerte


apretón.

- Sí, y nunca he sido tan feliz.

- Has roto el corazón de tu madre. ¿Cómo puede hacerte eso feliz?

- Sí, y en el pasado, tú rompiste su brazo, sus costillas y su nariz en numerosas


ocasiones. Entonces, ¿quién es realmente el malo? Por lo menos yo no golpeo
a alguien que me dice que me ama. Si mamá tiene un problema con que yo
sea gay, es solo porque tiene demasiado miedo para hacerte frente y decirte
lo contrario.

- No, ella está tan disgustada como el resto de nosotros -dijo su padre, casi
gritó, pero había un destello de culpabilidad en sus ojos que sugería lo
contrario.

- Si ustedes se niegan a aceptar a Dale por lo que es, ése es su problema... no


el suyo. Por tanto, no tiene nada porque sentirse culpable -casi gruñó Brody.

Mientras que a Dale no le gustaba la amenaza de Brody ante la furia de su


padre, una parte no podía dejar de admirar las agallas de su amante. A decir

STEPHANI HECHT ~ 64 ~
SIGUIENDO A MI CORAZÓN
verdad, era algo excitante.

- Dale pronto aprenderá el error de sus decisiones -respondió su padre.

- Dale no eligió ser gay. Usted, en cambio, optó por ser un acosador, abusivo
imbécil y espero no tener que hablar de nuevo con usted -Brody curvó los
labios, mostrando su disgusto por el hombre mayor.

- ¿De verdad crees que va a estar satisfecho contigo? Él hizo lo correcto y te


dejó una vez, y lo hará de nuevo.

Brody se puso de pie y se enfrentó a padre de Dale.

- Esta vez es diferente. Dale no va a ninguna parte y ¿quiere saber por qué?
Porque nos amamos, y no vamos a dejar que nos alejes nunca más. No te
tengo miedo y estoy dispuesto a luchar por él. Incluso si eso significa que
tengo que acabar contigo.

Cuando su padre dio un paso amenazante hacia Brody, Dale soltó un gruñido:

- Ni siquiera pienses en ello. Si le tocas, te darás cuenta de los muchos trucos


que aprendí de ti.

Remi alzó su teléfono celular.

- No solo eso, sino que Dale y Brody me han enviado todos los mensajes que
tu familia les han dejado, además tengo las imágenes de todo el daño que
ustedes hicieron en sus coches. Si algo les pasa, voy a ir directamente a la
policía y compartir cada detalle con ellos.

Durante un breve y trepidante segundo, Dale pensó que su padre estaba aún
por atacar, entonces el hombre mayor pasó la mirada con desgana sobre el
cuerpo de su hijo, sin duda, teniendo en cuenta todos los músculos y la masa
que con los años habían adquirido. Al final, les dio a todos una mirada
mordaz .

STEPHANI HECHT ~ 65 ~
SIGUIENDO A MI CORAZÓN
- Ninguno de ustedes vale la pena para que yo haga una escena y avergüence
a la familia más de lo que ya lo está -su padre estaba furioso.

Remi inclinó la cabeza hacia un lado.

- Así que, supongo que puedo tacharlo de la lista de invitados a mi fiesta


anual del Día de San Valentín, ¿no?

Dale no pudo contener la risa. Salió como un bufido, pero cuando Brody y
Remi se unieron, se rindió y dio rienda suelta a sus carcajadas de forma tan
fuerte que las lágrimas brotaron de sus ojos. En el momento en que se
pusieron serios, su padre se retiró rápidamente.

Brody volvió a sentarse en su silla.

- Sé que debería sentirme mal por ser tan malo, pero maldita sea, al final me
sentí bien por hacerle saber cómo me sentía.

Cogiendo la mano de Brody, Dale le dio un beso al hombre en los nudillos.

- Estoy muy orgulloso de ti. Un poco asustado que te enfrentaras a él de esa


manera, pero todavía sorprendido por tu valentía.

Entonces se le ocurrió otra cosa a Dale y su corazón dio un vuelco.

- Espera. ¿Le dijiste que me amabas?

Un rubor se apoderó de las mejillas de Brody.

- Has cogido esa parte, ¿eh? "

- ¿Te refieres a que solo fue la ira hablando?

Mirando hacia arriba por debajo de sus pestañas, Brody dijo:

- Lo dije en serio. Tenía la esperanza de hacer algún momento romántico esta


noche cuando llegáramos a casa y decírtelo entonces, pero me salió antes de

STEPHANI HECHT ~ 66 ~
SIGUIENDO A MI CORAZÓN
tiempo.

Sin importarle que estuvieran en el medio de un restaurante lleno de gente,


Dale se puso de pie, se arrodilló delante de Brody y ahuecó sus mejillas.

- No me hubiera importado si me lo hubieras dicho en medio de una bolera


durante el final de la liga. Todo lo que importa es que lo dijiste.

Mordiendo su anillo del labio, finalmente Brody le dijo lo que Dale había
soñado escuchar durante tanto tiempo.

- Te amo, Dale. Más que a nada en este mundo. Incluso más que a mi
colección entera de libros encuadernados en cuero de Harry Potter.

- Oh Dios. Ustedes son tan dulces, pero tan capullos –interrumpió Remi.

Ambos no le hicieron caso. Después de cepillar sus labios contra la boca dulce
de Brody, Dale se echó hacia atrás y dijo:

- Y yo te quiero más que a mis miniaturas de Dragones y Mazmorras.

Remi levantó las manos.

- Me doy por vencido. No hay remedio para ustedes. Recuérdenme otra vez
por qué salgo con ustedes.

Brody se echó a reír.

- Porque soy el único que sabe lo adicto que eres a Call of Duty4.

- Hey, estabas obligado a guardar ese secreto –Remi le señaló con un dedo
acusador.
4.- Call of Duty es una serie de videojuegos en primera persona (FPS), de estilo bélico, creada por Ben Chichoski, desarrollada principal e
inicialmente por Infinity Ward, y distribuida por Activision. La serie inicialmente se ambientaba en la Segunda Guerra Mundial,
relatando personajes y combates acaecidos durante dicho conflicto bélico, esto fue cambiando hasta l a actualidad, donde los
argumentos suceden en ambientes contemporáneos y ficticios

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
- Prometo no volver a derramar tus terribles secretos -prometió Dale.

Cuando Remi aún parecía dudar, Dale hizo el gesto de cruzar su corazón. Tan
infantil que eso era, parecía que apaciguó a Remi, que dejó escapar un
suspiro de alivio. Eso le hizo solidificar la decisión de Dale de llamar a Van y
decirle que viniera de visita. Hey, ¿quién sabe? Si las cosas salían bien, Van
podría terminar por convertirse en un residente permanente.

- Así que, ¿os habéis comprado algo especial para conmemorar el


aniversario? -Impulsó Remi.

Por segunda vez, el rubor se apoderó de las mejillas de Brody.

- Sí, lo hice.

Remi dio una palmada.

- Oh, yo quiero verlo. Me encantan los regalos.

Dando a Dale un encogimiento de hombros, Brody metió la mano en el


bolsillo de su chaqueta y sacó una pequeña caja. Dale la cogió, desenvolvió y
abrió la caja para encontrar un llavero elaborado, chapado en oro en su
interior. En forma de corazón, tenía la fecha de su encuentro grabada allí y
había una sola llave que colgaba del aro.

- Es la llave de mi casa... pensé que tal vez... bueno, ya sabes, la casa de


Skeeter no es la mejor... y me gusta tenerte cerca.

Dale salvó a Brody de sus balbuceos y capturó sus labios en un beso


profundo que les dejó a ambos sin aliento.

- Es el mejor regalo que podrías haberme dado.

- Eso es tan dulce, pero también es conmovedor, y estoy dispuesto a daros a


un pase por sensiblería en este momento -dijo Remi.- Quiero ver cómo Dale
consigue pasar el listón.

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
Después de volver a colocarse en su asiento, Dale sacó un sobre del bolsillo
de su chaqueta y se lo pasó a Brody. Cuando Brody lo cogió, el corazón de
Dale empezó a latir con anticipación. Solo esperaba que no explotara las
cosas por ir demasiado lejos con su regalo.

Brody rasgó el sobre y luego sacó y abrió la carta, con los ojos cada vez más
amplios al ver lo que había dentro.

- ¿Qué es? -Exigió Remi.

- Billetes de avión para ir a los eventos del Orgullo Gay de Toronto este año.

Bajándose para ponerse sobre una rodilla, Dale estrechó la mano de Brody.

- Creo que mientras estemos allí podríamos hacer las cosas oficiales.

Brody le miró boquiabierto.

- ¿Me estás pidiendo que me case contigo?

- Sí. Me casaría contigo aquí si pudiéramos, pero sabemos hasta qué punto
están olvidados los derechos civiles en Michigan. Así que pensé, ¿por qué no
hacerlo allí?

Como Brody seguía sentado en un aturdido silencio, a Dale le golpeó una


oleada de pánico.

- ¿Es demasiado pronto? Sé que prometí no apresurar las cosas, pero todo ha
ido tan bien entre nosotros y si lo piensas bien, nos conocemos
prácticamente desde siempre.

- ¡Sí! –interrumpió Brody.

Dale parpadeó, esperando que él hubiera oído bien.

- ¿Qué fue eso?

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
- Sí, Dale. Me casaré contigo. De hecho, nada me haría más feliz.

Dejando escapar un grito de entusiasmo, Dale se puso en pie y le dio a Brody


un fuerte abrazo. Seguro que estaban recibiendo un montón de miradas
confusas, porque Remi anunció en voz alta:

- Se acaban de comprometer.

Dale se sorprendió por la cantidad de aplausos que recibieron, dada que


estaban en una ciudad pequeña conservadora. Una vez que se calmaron,
Remi exigió:

- Voy a ser el padrino.

- Por supuesto que vas a serlo –respondió Brody rápidamente.

Dale sonrió cuando las últimas piezas de su casamentero plan cayeron en su


lugar.

- Espera hasta que conozcas a Van. Va a ser mi padrino.

Los ojos de Remi se estrecharon sospechosamente.

- ¿Estaba en la Fuerza Aérea contigo? "

- Sí, nosotros somos realmente cercanos.

- No estoy interesado. Sin ánimo de ofender, pero odio a los tipos militares -
Remi hizo un gesto desdeñoso con la mano.- Son demasiado rígidos y
estirados para mi gusto.

Dale estaba dispuesto a apostar que una vez que él consiguiera un buen
vistazo de Van, Remi cambiaría de idea, pero Dale mantuvo su opinión para sí
mismo. En ese momento estaba demasiado encantado de que Brody hubiera
aceptado su propuesta para preocuparse por nada más. Incluso el mal sabor
de boca que había dejado el encuentro con su padre se había ido, para ser

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
reemplazado por el alivio vertiginoso.

Brody era suyo. A pesar de cada uno de los comentarios y cagadas de Dale. A
pesar de los obstáculos que se habían cruzado en su camino, habían logrado
superar cada uno de ellos. Parecía que todas esas cursis canciones, libros y
poemas habían estado en lo cierto, el verdadero amor podía triunfar sobre
cualquier cosa.

Al presionar las frentes juntas, Dale preguntó:

- Así que, ¿cómo crees que deberíamos celebrar nuestro compromiso?

-Yo digo que los dos deben ir a casa y follar hasta que os saquéis el cerebro el
uno el otro, pero no hasta después de cenar. No sé ustedes, pero me muero
de hambre -se quejó Remi.

Riendo, Dale dijo:

- Está bien, pero solo si ayudas a planear todo esto. No tengo ni idea de qué
hacer para asegurarme de que sea una gran boda.

Los ojos de Remi se iluminaron de emoción.

- Pues bien, has venido al lugar correcto. No soy el número uno planificador
de eventos de Michigan por nada. Cuando haya hecho, tu boda va a ser la
fiesta del año.

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Capítulo Seis

Tan pronto como entraron en la casa después de la cena, Dale estaba encima
de Brody como un hombre muerto de hambre. Tal vez fue la emoción de oir a
Brody diciendo finalmente esas tres palabras mágicas. Tal vez fue la
adrenalina de enfrentarse a su padre. O podría haber sido que Dale ahora
sabía con certeza que él y Brody estarían para siempre pasando la vida juntos.

Cualquiera que fuera la razón, Dale sabía que tenía que estar dentro de Brody
lo más rápido posible. Así que tan pronto como tuvo la puerta cerrada Dale
clavó a Brody en la pared y se besaron con tanta fuerza que ninguno de ellos
podía respirar.

No es que Brody se quejara. En todo caso, parecía estar sintiendo la misma


desesperada necesidad tanto como Dale. Agarrándose a los hombros de Dale,
Brody envolvió sus piernas alrededor de su amante y comenzó a dar tantas
vueltas como ya le estaban dando.

Dale metió la lengua dentro de la boca ansiosa de Brody, degustando el vino


y el chocolate que habían comido como postre. Todo se mezclaba con el
familiar sabor masculino de Brody.

Finalmente apartando sus labios entreabiertos, Brody se quedó sin aliento:

- La mesa de la cocina.

Confundido, Dale arqueó una ceja.

- ¿Qué?

- Siempre he tenido la fantasía de que me follarías allí. Vamos a hacerlo

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
ahora.

- ¿Qué diría tu madre si lo supiera? -Dale bromeó.

Brody le dio una sonrisa tonta.

- Probablemente diría hay lubricante y condones en el cajón de los trastos.


Asegúrate de usarlos y pasar un buen rato.

Dale se reía porque Brody tenía razón. Su madre era tan poco convencional,
que sin duda algo así podría soltar.

Aún sosteniendo a Brody, Dale fue a la cocina. Fue un poco torpe, pero se
resistía a dejar ir a su hombre. Brody se echó a reír, incluso cuando hizo un
mar de lluvia de besos por el cuello de Dale.

- ¿Qué es lo que pasa contigo que tienes que llevarme a todos lados?

- Lo hace más fácil de esta manera. Sé que te distraes fácilmente y tiendes a


alejarte.

Brody dio Dale un no tan suave mordisco de amor.

- No creo que haya nada que me pudiera distraer de esto.

Finalmente, llegaron a la cocina y Dale puso a Brody de pie el tiempo


suficiente para que ambos pudieran quitarse rápidamente la ropa. Aunque
probablemente establecieron un récord mundial para conseguir desnudarse,
al menos esta vez se las arreglaron para no destruir las camisas.

Una vez que Brody estuvo desnudo, Dale se tomó un momento para admirar
su belleza. Podría ser que no fuera el hombre más musculoso, pero se
mantenía en forma y estaba construido donde contaba. Aún así, Brody podría

STEPHANI HECHT ~ 73 ~
SIGUIENDO A MI CORAZÓN
haberse parecido a La Masa Devoradora5 y a Dale no le hubiera
importado. Amaba a Brody por lo que era y no por su aspecto.

Abriendo el cajón de los trastos, Dale no se sorprendió al ver una tira de


condones y una pequeña botella de lubricante que se asentaba en la parte
superior. Él las enganchó, y luego ordenó:

- Date la vuelta y dóblate en el mostrador.

Cuando Brody se fue allí para obedecer, Dale casi se tragó la lengua por el
dulce culo de su amante, inclinado hacia arriba y listo para ser tomado.
Corriendo la palma sobre un tenso muslo, Dale canturreó:

- Eres perfecto, tanto por dentro como por fuera.

-Yo también te quiero, pero ¿podemos llegar a la parte de follar? -preguntó


Brody, arqueando la espalda más.

Dado que Dale estaba tan ansioso por estar enterrado dentro del culo de
Brody, no le recriminó en voz alta por su descaro. En su lugar, abrió la botella
de lubricante y roció una buena cantidad de líquido en sus dedos. Se frotó
todo en una de sus manos, luego agarró la cadera de Brody con la otra.

Lloviendo besos por la espalda de Brody , Dale deslizó un dedo por el pliegue
del hombre y buscó a su estrecho agujero . Una vez que lo encontró, Dale
empezó a bromear, rodeando el apretado anillo de músculos con el dedo,
pero no empujando lo suficiente.

- Eres tan idiota -gruñó Brody.

Dale se congeló.

1
5.- The Blob (La masa devoradora en España, La mancha voraz en México y Argentina) es un filme independiente estadounidense de
Terror/ciencia ficción del año 1958 que presenta un gigantesco alien similar a una Ameba que aterroriza la pequeña comunidad
de Downingtown, Pennsylvania

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SIGUIENDO A MI CORAZÓN
- ¿Soy tan qué?

- Ah, sólo estaba bromeando. Eres un dios, un guerrero, un mago... lo que


tenga que llamarte para conseguir tu palo dentro de mí -jadeó Brody.

Mordiendo a Brody en el hombro lo suficientemente fuerte como para dejarle


una pequeña marca, Dale le elogió:

- Buen chico.

Antes de que Brody pudiera protestar por el nombre de mascota, Dale le


metió un dedo. Dale dejó escapar un gemido por la forma en que el cuerpo
de Brody con avidez contuvo su dígito, mostrando que cada centímetro de
estaba ansioso por tener a Dale.

El dedo de Dale se hundió dentro y salió un par de veces antes de añadir otro,
haciendo tijera con ellos para poder estirar correctamente a Brody. Después
de lo perfecto que había sido la noche, no quería echar a perder por herir a su
amante por tomar las cosas demasiado rápido.

Brody agarró los bordes de la encimera con tanta fuerza, que los nudillos se
le pusieron blancos, su mejilla en la parte superior del granito. Con sus labios
abriéndose ligeramente y su cabello desordenado perfectamente, era un
buen ejemplo de corrupción y con la vista solo estuvo a punto de que Dale se
corriera en el acto. Solo la promesa de que pronto estaría encerrado en el
calor terciopelo de Brody se lo impidió.

Finalmente decidió que Brody estaba listo y cogió un condón. Mientras lo


rasgaba abriéndolo, Brody le dijo:

- Quiero que te hagas la prueba mañana, así que no tendremos que utlizar
estas cosas nunca más.

Ese sentimiento tocó a Dale muchas maneras. Dado que sólo habían estado
uno con el otro, la tentación de ir a pelo en ese momento estaba muy bien,

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pero Dale había estado una temporada como médico y había estado
expuesto a la sangre, por lo que no quería correr el riesgo de dañar a Brody.

- Sí, me encantaría -coincidió Dale.

Arrojó el paquete vacío a un lado y deslizó el látex sobre su dolorida polla.


Posicionándose detrás de Brody, Dale le penetró con un movimiento duro.

Ambos gimieron al unísono y Dale se detuvo, tanto para permitir a Brody que
se acostumbrara la intrusión y para que él pudiera reestablecer el control. Sin
embargo era difícil. El cuerpo de Brody le apretaba como si fuera un puño
caliente apretando, lo que era la cosa más exquisita que Dale nunca había
experimentado.

- Dilo de nuevo –exigió cuando empezó a follar a Brody en serio.

- Te amo –gimió Brody mientras se mecía de nuevo para encontrarse con los
empujes de Dale.

Hicieron el amor durante unos minutos, nada más con el sonido del golpeteo
en la piel y los gemidos de placer. Entonces Brody dejó escapar un pequeño
grito.

- Ay , mi estómago.

Dale hizo una pausa, el horror llenándolo.

- ¿Te he hecho daño?

- No, el borde de la encimera. Está cortando mi estómago.

Bueno, eso era un problema que Dale podía arreglar. Saliéndose, se giró en
torno a Brody, y casi le tiró en la parte superior de la barra. Los ojos de Brody
se abrieron en shock mientras su espalda golpeó el granito y varias latas
fueron a estrellarse contra el suelo.

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No reaccionando a nada de eso, Dale puso las piernas de Brody sobre sus
hombros, y luego le llenó de nuevo con su polla. Sin pedir permiso, se estrelló
en el interior de nuevo.

- ¿Mejor? -le preguntó, con la voz saliendole tensa porque estaba follando a
Brody para hacer que valiera la pena.

Brody dejó escapar un gemido, pero asintió con la cabeza, por lo que Dale lo
tomó como un infierno de sí. La nueva posición le dio una vista perfecta
de la polla de Brody. Estaba dura, fugas de líquido pre seminal flotando al
mismo tiempo que los empujes de Dale. Incapaz de resistirse a semejante
tentación, Dale empezó a acariciarla.

La reacción de Brody fue instantánea. Dejó escapar un grito de placer


mientras sus dedos se agarraban en el mostrador como si estuviera buscando
la compra, pero fuera incapaz de encontrarla en esa resbaladiza y dura
superficie.

Agarrando las caderas de Brody y apretándolo para que no deslizara lejos,


Dale continuó palpitando en Brody.

- Ahora eres mío.

- Siempre he sido tuyo –dijo Brody con ganas.

Después de hacer esa declaración, Brody dejó escapar un sollozo roto cuando
se corrió, el semen disparando tan alto que le alcanzó la barbilla. Se inclinó
para lamerlo, y Dale se dio cuenta de la flexibilidad de Brody era extrema. Fue
un poco incómodo, pero valió la pena, porque una vez que el sabor salado
del esperma de Brody se apoderó de las papilas gustativas de Dale, desató su
propio orgasmo. Cuando pronunció el nombre de Brody, Dale se corrió,
llenando el condón.

Brody se pasó una mano por la cara.

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- Bueno , eso fue mucho mejor de lo que esperaba.

Saliendo de Brody, Dale se quitó el condón y lo tiró a la basura antes de


ayudar a Brody a bajar de la encimera. Se detuvieron, mirando todo el lío
antes de que compartieran un encogimiento de hombros.

- No hay nada que diga que no podamos esperar a mañana para limpiar todo
esto, ¿no? -Preguntó Dale.

- Nop. De hecho, voy a decir que recojamos aquella comida basura y nos
metamos en la cama.

Se apresuraron, no importándole a ninguno de los dos que todavía estuvieran


desnudos, acaparando varios alimentos basura. Después de añadir varias
latas de refresco que tenían a su alcance, corrieron escaleras arriba y se
pusieron bajo las mantas.

Se acurrucaron juntos y procedieron a pasar el resto de la noche viendo las


películas más horribles, y cursis que pudieron encontrar. En conjunto, fue una
noche perfecta.

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A la mañana siguiente, Brody se despertó y se dio la vuelta, poniéndose con
una sonrisa en su cara mientras su mirada se posaba en la montaña que
seguía durmiendo.

Vaya, incluso después de todo lo que había pasado la noche anterior, Brody
todavía no podía creer que a partir de hoy se fuera a despertar con Dale. Era
su sueño hecho realidad y Brody finalmente estaba dispuesto permitirse creer
que no iba a terminar nuevamente herido.

Lentamente abrió los ojos, Dale le sonrió.

- Hey, tú.

- Me hubiera escapado contigo. No tenías que haber sacrificado todo para


mantenerme a salvo -susurró Brody, llegando al rastrojo que cubría la mejilla
de Dale para darle una caricia.

- Sé que lo hubieras hecho. Créeme, estuve malditamente tentado de pedirte


que hicieras precisamente eso. Incluso había hecho mis maletas.

- ¿Por qué cambiaste de opinión?

- Nunca hubiera podido vivido conmigo mismo si te hubiera hecho dejar a tu


familia. En realidad, a diferencia de mí, tienes unos padres decentes y no
quería alejarte de eso. Además, creo que incluso una parte de mí sabía que
nunca sería verdaderamente feliz hasta que aprendiera plantarme delante de
mi padre. Entonces no estaba preparado.

- Te habría apoyado -dijo Brody, su corazón rompiéndose con la idea de lo


asustado y solo que Dale debió haberse sentido en ese momento en su vida.

- Lo sé, pero era algo que tenía que hacer por mí mismo. Lo único que
lamento es que me tomó demasiado tiempo hacerlo. Daría cualquier cosa por
recuperar de nuevo estos años perdidos.

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Brody puso un dedo en los labios de Dale.

- No más lamentos y tampoco no más si hubiera. Eso va para los dos. Ahora
nos tenemos el uno al otro es para siempre y eso es todo lo que importa.

Besando la yema del dedo de Brody, Dale dijo:

- Soy tan condenadamente afortunado de tenerte.

- Por supuesto que sí -bromeó Brody con una sonrisa.

Pensando, Brody se inclinó para un breve beso.

- ¿Sabes qué? Creo que ambos somos afortunados. Después de todo, los dos
nos enamoramos de nuestro mejor amigo. ¿Cuántas personas pueden decir
eso?

- No muchas, pero es que no hay muchos hombres como tú por ahí.

Brody arqueó una ceja.

- Asegúrate de recordarlo la primera vez que cocine para ti. Todavía


únicamente puedo cocinar macarrones con queso... y tal vez sopa.

Dale le dio un beso a cambio.

- No hay problema. Aprendí a cocinar y soy muy muy bueno en eso. Así que
no tienes que preocuparte por nada, voy a cuidar de ti.

- Esa es una promesa que te voy a hacer cumplir -Brody declaró mientras se
acurrucaba cerca de Dale, buscando su calor.

- Sólo tenemos un problema -dijo Dale.

- ¿Cuál?

- ¿Cómo vamos a lidiar con tu madre y Remi cuando se peleen por quién va a
planear nuestra boda?

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Brody se echó a reír.

- No lo sé, pero va a ser interesante. Al igual que lo será el resto de nuestras


vidas.

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RECOMENDACIÓN DE LA AUTORA:

Extracto del la novela “OJO DE DRAGÓN”


Stephani Hecht

Capítulo Uno

Hacía frío y estaba nevando la noche en que Duncan Moore se coló en la casa para robar su ojo de
dragón.

Maldijo el hecho de que Michigan tenía inviernos tan duros, mientras se escondía detrás de un árbol
grande, estudió la enorme mansión opulenta. Demasiado opulenta, en su opinión, con sus columnas
largas blancas y grandes unidades que rodeaba una fuente, que incluso tenía un par de malditos
leones de piedra. Era una de esas casas donde las personas que vivían allí estaban tratando de dar al
resto del mundo un mensaje de mierda -soy-mejor-que-tu-. Le hubiera hecho odiar al bastardo que lo
poseía, si Duncan ya no poseyera el profundo odio por el hombre que recientemente había fallecido.

Varios húmedos, y pesados copos cayeron sobre su rostro y se quedaron atascados en sus pestañas
oscuras, por lo que el lugar era difícil. No eran exactamente esas, las misiones de sexy sigilo que
siempre había soñado que haría mientras estaba creciendo como cachorro de dragón. Por otra
parte, nunca había imaginado que estaría tampoco en esta cagada y decepción colosal por su
gobernante. Sobre todo porque dicho gobernante era Brian, el hermano mayor que siempre había
alabado, pero nunca le impresionó.

Se sacudió esos desagradables pensamientos. Si alguna vez quería volver a congraciarse con Brian

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entonces tendría que tener de vuelta su maldito ojo de dragón. Hasta que él lo hiciera, nunca sería
libre y su dragón siempre estaría atrapado.

Las luces a la cocina se apagaron y sabía que era el momento para hacer un movimiento. Fracasar o
tener éxito, esta pesadilla que duraba una década finalmente esta noche llegaba a su fin.
Furtivamente en la entrada de los sirvientes, porque ese había sido el que siempre se había visto
obligado a utilizar, abrió la puerta y la cerró detrás de él mientras dejaba que sus ojos se
acostumbraran a la oscuridad.

Puesto que él era de la antigua raza de cambia formas dragón, no pasó mucho tiempo y pronto pudo
distinguir la forma y el diseño de la cocina de la mansión en la que había vivido durante diez años,
pero que nunca había sido su hogar.

Los aromas de pan recién horneado, carne y queso golpearon su nariz, haciendo que su estómago
gruñirá tan fuerte en señal de protesta que era un milagro que el ruido no hiciera saltar la alarma. Esa
sería su suerte, llegar hasta ahí solo para que su instinto le delatara. Ahora podía ver los titulares: Un
Ladrón Cambiaformas Dragón fue atrapado cuando su refunfuñado tum - tum le delató.

Tan divertido como sonaba, no había llegado tan lejos para fallar ahora. Era difícil, ya que no había
comido en días y estaba a mitad de camino de la hambruna. Todavía pasó a través de la comida y se
fue a las escaleras traseras. Ya que, al igual que la entrada, estaban destinados a los pobres
trabajadores, eran estrechas, húmedas y oscuras. Varios de los pasos de madera eran tan raquíticos
que tuvo que caminar sobre las puntas de los pies para que no crujieran y le delataran.

El sonido de voces y tintineos de cubiertos se desplazaban a la parte principal de la casa haciéndole


saber de hecho que todo seguía en curso. Todos estaban honrando al difunto, Richard, el hechicero a
quien consideraban como la mejor cosa que le había pasado a su sociedad. Era su salvador, su líder y
un héroe para todos. Para Duncan había sido un hijo de puta, un asesino viscoso y un torturador.

Lo peor de todo, el hechicero había sido su maestro de esclavo.

Duncan llegó a lo alto de la escalera. El objeto que estaba buscando ahora estaba tan cerca que
quería correr por el pasillo hacia la habitación. Los años de entrenamiento y disciplina le detuvieron.

Ahora, en la parte principal de la casa, todo a su alrededor era rico y con clase, desde el roble macizo
camino hacia la roja alfombra de felpa que casi se tragaron sus botas negras, amortiguando sus
pasos. Había grandes retratos que recubrían el pasillo y a pesar de su prisa, Duncan seguía
deteniéndose en cada uno y estudiándolos.

Había sido su maestro, el brujo que ahora estaba abajo siendo llorado por la multitud. A pesar de que
Duncan sabía que el hombre estaba muerto, todavía se estremeció bajo la dura, mirada penetrante
de la pintura. El artista había captado perfectamente el aspecto de Richard, de su fina sonrisa cruel,

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largo cabello gris y ojos azules. ¿Cuántas veces había mirado en el mismo rostro justo antes de que se
viera obligado a soportar otro castigo? Las entrañas arañaban el pecho de Duncan mientras miraba la
foto, el miedo irracional haciéndole temblar hasta la cabeza.

- Estás muerto y no me controlas más -susurró Duncan a la pintura. Sacó los lados de la chaqueta de
cuero negro apretado juntos, como para formar una barrera protectora.

Fue una estupidez estar allí y tener esta charla consigo mismo, pero no podía avanzar hasta que se
hubiera demostrado que podía mirar al hechicero, aunque fuera solo una réplica de la pintura y oleo
de él. Después de varios segundos, Duncan sintió que un poco el miedo y la ansiedad se alejaba de su
cuerpo, su dragón llegó a la vida por primera vez en una década. No mucho, solo un poco de cambio
y dejó escapar un largo suspiro de alivio, como si supiera que su sufrimiento casi había terminado.

Era reconfortante ese poco movimiento. Eso le hacía saber que a pesar de tener los ojos de su dragón
y utilizarlo contra él, no había perdido la otra mitad de su corazón. Su forma de dragón fue enterrado
así, pero estaba ahí esperando para despertar de nuevo, después de diez largos años de haber sido
encerrado.

Pero para hacer eso tenía que conseguir que su ojo de dragón volviera. Por eso había venido aquí.
Seguro como el infierno que no se iba a detener y mirar boquiabierto los cuadros en la pared.

Incluso a través de su resolución, Duncan sintió que su mirada se derivaba a la última pintura en el
pasillo. Era del hijo del hechicero, Trent. A pesar de que se habían encontrado varias veces en los
últimos años, solo había hablado media docena de palabras con Duncan.

Durante un tiempo había pensado que era porque Trent era un rico y esnob mariquita. Luego Duncan
había llegado lentamente a darse cuenta de que Trent era tan esclavo como él. Claro que Richard no
mantenia su esencia de vida como con Duncan, pero su influencia sobre su hijo era tan fuerte,
sujetando a su hijo con dura disciplina y un firme control de mano. Se aseguró de que todos a su
alrededor supieran que su hijo era pura decepción. Trent era una de esas raras personas que todavía
creían en el ser honorable y en siempre hacer lo correcto. Para Richard era un fallo de su
personalidad y había hecho todo lo posible por romperle.

Duncan levantó un dedo para tocar ligeramente la imagen. Mientras que su padre era frío y duro,
Trent tenía una cálida sensualidad que siempre le había intrigado. Con el pelo castaño oscuro, los
ojos azules y un cuerpo que tenía la cantidad justa de músculos, que hacia girar las cabezas de ambos
sexos. Lo más entrañable de él, sin embargo, era que no se daba cuenta de su apariencia e iba por la
vida sin saber el efecto que tenía sobre los demás.

Había un aura reservada casi tímida en torno a él que hizo que Duncan le quisiera aún más. Muchas
veces tuvo que detenerse antes llegar a tocar al hechicero mientras pasaban al lado unos de otros en
el pasillo. Para detenerse a sí mismo en la búsqueda del hombre, solo para poder escuchar los suaves

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tonos de su voz. Para cepillarse accidentalmente contra él, para que pudiera inhalar su aroma cálido.
Duncan negó con la cabeza mientras ponía la mano hacia abajo. Incluso si Trent se había dado cuenta
de él , nunca podría haber cualquier cosa entre ellos.

Hechiceros y dragones hacían la guerra, no se amaban.

Finalmente llegó a su destino, Duncan se congeló otra vez en el lugar. Ante él se alzaba la puerta
grande y negra que llevaba a la habitación privada de Richard. Sus entrañas se encogieron ante el
recuerdo de todos los castigos que había soportado aquí. Azotes, golpes y como se había visto
obligado a arrastrarse en el suelo, pidiendo perdón. Para cualquier otro, esto solo sería cualquier otra
habitación. Profusamente decorada, sí. Peligrosa y prohibida, no. Pero, de nuevo, no habían pasado
las cosas que él había pasado.

- Únicamente tienes que abrir la maldita puerta y obtener lo que viniste a buscar antes de encontrar
a otro perro hechicero –se gruñó a sí mismo, sabía que era solo cuestión de tiempo antes de que
algún otro imbécil tropezara con los ojos del dragón y se diera cuenta de lo que era. Tenía que llegar
ahí primero, antes de que se encontrara bajo el control de algún otro hechicero. La charla consigo
mismo le ayudó a tomar energía y logró obligarse a abrir la puerta.

A pesar de que Richard había muerto, su habitación se mantenía como siempre. Ricos muebles de
caoba, en el fondo, ropa de cama de color rojo y además la maldita alfombra mullida. Algunos decían
que la sala era de buen gusto e incluso reconfortante, pero era un error. Duncan lo sabía porque alli
había visto algunos de los horrores que se habían llevado a cabo.

Con un ligero movimiento de cabeza, empujó esos recuerdos a la parte posterior de la cabeza y corrió
hacia el armario. Estaba de pie tan grande y amplio que casi ocupaba el espacio de una pared entera,
pero supo al instante al cajón que tenía que ir. Al principio parecía que todos los demás recubrían un
lado del mueble, pero cuando tiró de la ropa de allí y dio un golpecito atrás, un compartimiento
oculto se abrió.

- ¡Bingo! -Susurró, dejando que una sonrisa triunfal se extendiera sobre su rostro.

Por primera vez en una década sentía una pequeña flor de la esperanza acumulándose en su pecho.
Le temblaban las manos de emoción y un poco de miedo también. Después de tanto tiempo de
quererlo y sufrir, casi se esperaba algo para que le cerrara el camino a la libertad una vez más. Estaba
empezando a llegar hasta él cuando una voz le interrumpió.

- Debería haber sabido que vendrías.

Girando alrededor, la mano con la pistola se encontró cara a cara con Trent. Con un gruñido de
frustración, Duncan sacó su arma fuera y encontró con la cara del hombre . A pesar de tener el cañón
de una pistola apuntando hacia él, el joven hechicero no mostró ningún miedo, las comisuras de sus

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labios se curvaron en una sonrisa, un hoyuelo haciendo acto de presencia en la mejilla. Le hacía
parecer más simpático de lo habitual y Duncan se encontró casi bajando el arma en respuesta. Trent
llevaba unos pantalones oscuros y una camisa de vestir a juego, mostrando que había venido de la
velatorio. La ropa le quedaba muy bien, lo que acentúaba su cuerpo delgado, pero musculoso.

- ¿Cómo te las has arreglado para sorprenderme? -Exigió Duncan. No era fácil conseguir caer sobre
un cambiaforma dragón, ya que solían escuchar o oler a sus oponentes desde varios metros de
distancia. Incluso había oído cuentos de algunos antiguos que podían detectar problemas tan lejos
como a una milla.

- Me transporté aquí –respondió simplemente Trent.

- Imposible -Duncan apretó la pistola y se preguntó a qué tipo de juego el hechicero estaba jugando.-
Solo el más fuerte de tu clase puede hacer eso.

- He sido capaz de transportarme durante años, desde que tenía dieciocho años -Trent se encogió de
hombros, todavía actuaba como si no fuera gran cosa el que Duncan tuviera un arma apuntándole.

- Entonces, ¿cómo es que nunca te he visto hacer eso? –le desafió Duncan. No añadió que había
pasado mucho tiempo mirando a Trent y no era para ver lo que el hechicero pudiera o no pudiera
hacer. Desde el primer día que se había visto obligado a vivir en la mansión, había anhelado a Trent.

- Digamos que mi padre controlaba a muchas más personas que tú -Un aluvión de expresiones fueron
la cara de Trent, miedo, dolor e ira. No había tristeza o arrepentimiento, que Duncan pudiera esperar
de alguien que todavía vestía todo de negro y supuestamente de duelo.

- Bueno, tengo que admitir que es una habilidad bastante ordenada la que tienes ahí, pero no me vas
a convencer para que no haga lo que vine a hacer aquí -Duncan agitó el arma aunque sabía que
nunca sería capaz de decidirse a disparar a Trent a fin de cuentas . Ni siquiera si eso significaba que
iba a perder lo que había venido aquí por – para su propia vida.

- No estoy aquí para detenerte de que cojas tu ojo de dragón -dijo Trent, con los ojos cada vez más
suaves. Cuando Duncan no respondió, demasiado conmocionado para hablar, el hechicero continuó:
- Sé lo que es realmente y no te culpo por quererlo. Si alguien se hubiera llevado toda mi magia y
básicamente mi alma junto a eso, también estaría luchando para recuperarlo.

- Si entiendes tanto ¿por qué estás aquí? -Gruñó Duncan. El miedo y la conmoción habían hecho que
su garganta se secara rápidamente.

- Vine para ayudarte a encontrarlo. Eso y para decir adiós. -Un ligero rubor apareció en sus mejillas
mientras desviaba la mirada al suelo.- Sé que tan pronto como consigas el ojo podrás volver con los
de tu clase y nunca me vas a volver a ver.

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Ahora Duncan sabía que el mocoso estaba jugando. Durante todo el tiempo que había conocido
Trent, el hechicero nunca le había mirado dos veces.

- Sólo estate ahí y no te muevas. Asegúrate de mantener tus manos arriba y ni siquiera pienses en
usar la magia -ordenó mientras lentamente daba un paso atrás hacia el armario.

Todavía mirando hacia adelante, torció un brazo detrás de él y metió la mano dentro del
compartimiento oculto . Cuando sus dedos no encontraron nada, el espacio vacío, su corazón se
encogió de horror y un sudor frío pasó por todo el cuerpo. Desesperado, a pesar de la verdad,
literalmente, a su alcance , él siguió buscando a ciegas el compartimiento. ¡Nada... nada... nada!

- ¿Dónde está? -Rugió, poniendo el arma hacia adelante.

- ¿Qué quieres decir? -Trent parecía tan genuinamente perplejo que Duncan casi le creyó antes de
recordarse a sí mismo que todos los hechiceros eran unos bastardos mentirosos.

- El ojo del dragón, ¿dónde lo pusiste?

- Está ahí -Trent dio un leve movimiento de cabeza cuando todo el color desapareció de su rostro.

- No, no está -Duncan se contuvo alrededor con sus dientes apretados. Su dedo acarició el gatillo de
la pistola, pero a pesar de su rabia todavía no era capaz de hacerlo. Quizás los años de cautiverio lo
habían hecho débil y ahora, incluso cuando él obtuviera su ojo, sería inútil. Ese pensamiento le
enfureció aún más y soltó otro rugido.

- Cálmate -Trent interrumpió, lanzando una mirada de preocupación hacia la puerta.- ¿Quieres que
todo el mundo venga aquí? A pesar de que mi padre está muerto, sus guardaespaldas están aquí y
todavía llevan armas.

- Está bien, ¡porque vas a necesitarlos si no me dices dónde coño esta mi ojo de dragón! -Duncan
corrió hacia adelante para que el arma estuviera a centímetros del pecho de Trent.

- No hice nada con ello, de verdad. Había estado pensando en dártelo de nuevo a ti, ¿por qué lo
cogería? -Trent alzó las manos en la pose de rendición, pánico en sus ojos poniéndolos tan abiertos
que parecían ocupar la mitad de su cara.

- ¡Mierda! -Escupió Duncan.- Conseguir el ojo de un dragón es el premio más grande para todos los
hechiceros. Sin embargo, tú vas y me dices que tenías esos grandes planes de entregármelo de nuevo
a mí, ¿cómo si fuera un jodido presente envuelto para regalo?

- Sí.- La voz de Trent era aguda con exasperación.- ¿Vas a creerme o prefieres sentarte a discutir
sobre esto el tiempo suficiente para que los guardias te descubran?

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- Podría dispararte y luego buscarlo. Cortar todo eso del factor de discutir juntos.

- No vas a hacer eso.- A pesar de sus valientes palabras, Trent miró la pistola con nerviosismo.

- ¿Estás tan seguro de eso? -Duncan le desafió, sonando malditamente convincente.

- Sí, lo sé. Puedes estar desesperado, pero sigues siendo bueno.

- Un brujo llamando bueno a un dragón. Es gracioso -Duncan soltó una risa amarga .

- Sin embargo es cierto.- Trent le miró, su mirada tan seria que le hizo cosas extrañas a Duncan elcual
se emocionó. El hechicero tragó saliva antes de continuar.- He visto como, a pesar de todo lo que mi
padre te hizo pasar, siempre permaneciste amable y cariñoso con quienes te rodeaban. Estoy
desarmado y, a diferencia de mi padre, nunca he hecho nada. Así que no importa que tanto quieras a
tu ojo de nuevo, no me harás daño por ello.

- Estás tratando de hacerme sentir culpable para que baje el arma -se burló Duncan.
Lamentablemente funcionó. Con un profundo suspiro, dejó caer su brazo y bajó la cabeza en señal de
derrota.

- Voy a buscarlo también, solo para asegurarme de que no lo perdiste -Trent le tranquilizó mientras
lentamente se abrió paso al lado de Duncan. A su paso, sus cuerpos se rozaron durante un segundo y,
aunque era más bajo, Duncan no pudo dejar de notar lo bien que se sentía. Aspiró profundamente,
no por primera vez, Trent tenía un sensual aroma único. Era mezcla de hierbas, aceites y otras
plantas que los brujos utilizaban en sus hechizos.

- Tienes razón, no está aquí. Algo aquí está jodido en serio - dijo Trent, arrugando la frente en
confusión.

- Sí, un ladrón está corriendo con mi magia y fuerza de vida Diría yo que hay mucha mierda de malo
en eso -Duncan gruñó cuando se pasó una mano por el pelo en señal de frustración.

- Pero nadie excepto tú y yo debería haber sido capaz de conseguirlo a través del hechizo que se tejió
a su alrededor -Trent hizo un gesto con la mano sobre el compartimento como si esperaba agarrarse
a la magia difícil de alcanzar que había golpeado en su escudo.

- ¿Estabas protegiéndolo así? -La parte sospechosa en Duncan se preguntó si Trent estaba pensando
en usar el mismo el ojo de dragón. Duncan había visto al hombre en acción a la hora de usar sus
dones y era tan poderoso que a veces daba miedo. Con el añadido de la magia, Trent podría
conseguir el ojo, podría ser un hechicero aún más dominante que su padre.

- Por supuesto que lo estaba. Iba a devolvértelo -Trent se volvió a mirarle. El dolor estropeando su
rostro.- ¿Crees que fui yo, verdad?

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Antes de que Duncan tuviera la oportunidad de responder, la puerta se abrió con un fuerte ruido.
Ambos saltaron y se giraron a tiempo para hacer frente a una media docena de magos . El corazón de
Duncan se cayó al reconocer a todos como miembros del equipo de guardaespaldas de Richard.
Como sabía que estaría inconsciente pronto, se dirigió inmediatamente a la defensiva, levantando su
pistola.

Uno de los guardias levantó la mano, arrojando un rayo mágico. Golpeó a Duncan duramente en la
mano. Dejó escapar un grito de dolor y sintió que sus dedos se ponían flácidos. Una onda de choque
se fue por su brazo, como si hubiera sido golpeado con un ladrillo. El arma se deslizó de su mano y
salió volando por la habitación.

- ¿Qué diablos crees que estás haciendo? -Trent preguntó a los guardias. Su tono de voz tan fuerte y
dominante que le recordó a Duncan un montón de Richard. Apenas reprimió un escalofrío al
recordarse que era Trent y nunca había mostrado ningún signo de ser algo parecido a su padre.

- Protegiéndolo contra ese animal -se burló el guardia, el labio acurrucándose con repugnancia.
Mientras que los brujos podían codiciar la magia de los dragones como Duncan, todavía pensaban
que su clase era inferior y que estaban en un escalón por debajo de los perros.

- Hey idiota, Duncan está bajo mi protección -Trent dio al guardia una adusta mirada.- Lo tomé como
mi guardia personal el día que papá murió.

- ¿No espera sinceramente que nos creamos eso, verdad? -El guardia tranquilamente metió la mano
en la chaqueta y sacó una pistola por su cuenta.

- ¿Por qué no habría de hacerlo? -Preguntó Trent , cansado viendo al guardia. Las campanas de
alarma, silbatos y trenes comenzaron a ir en la cabeza de Duncan. De repente, el grupo de hechiceros
estaban empezando a parecer mucho menos como guardaespaldas y mucho más como asesinos.
Quería agarrar a Trent y empujarlo detrás de él para protegerle, pero se resistía a saber si las cosas
iban por el camino que pensó que iban, y necesitaría toda la ayuda que pudiera conseguir.

- Supongo que realmente no importa.- El guardia se encogió de hombros al levantar el arma, los otros
brujos detrás de él hicieron lo mismo.- De hecho, hace que sea mucho más fácil para nosotros
matarlos a los dos ya que están en un mismo sitio.

- ¡Mierda! - Trent maldijo mientras agitaba su brazo en un gran círculo, al mismo tiempo, todos los
hechiceros despedidos.

Duncan se encogió, esperando el golpe, en cambio, se sorprendió al ver todas las balas congeladas en
el aire. Sorprendido, sintió que su boca caía abierta mientras jadeaba. A pesar de que había pasado
mucho tiempo en torno a la magia, nunca había visto algo como eso. Incluso los guardias se
congelaron en su sitio, a excepción de sus ojos. Las pupilas corrían hacia atrás y adelante con pánico y

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miedo. En una situación diferente, podía haber sentido lástima por ellos.

- Tenemos que salir de aquí -anunció Trent, de una manera apresurada.

- ¿Cuánto tiempo puedes mantenerlos de esa manera? "

- No mucho , lo que significa que vamos a tener que viajar a mi manera -Trent caminó delante de él,
por lo que estaban enfrente el uno del otro.

- ¿No querrás decir…?

Trent le interrumpió:

- Eso es exactamente lo que quiero decir. Estoy teletransportándonos.

Antes de que Duncan pudiera discutir, Trent le agarró por los lados de la cara y le hizo caer en un
beso.

El movimiento sorprendió a Duncan tanto que tardó unos segundos en darse cuenta que una de sus
más grandes fantasías se habían hecho realidad. Los labios de Trent estaban puestos en él. Entonces
el hechicero deslizó la lengua y la pasó a lo largo de la costura de los labios de Duncan y realmente se
metió en ella. Usando una mano para acariciar la parte posterior de la cabeza de Trent le trajo aún
más cerca.

Duncan inclinó su boca sobre Trent, para que pudiera llegar a él mejor y tomó el control del beso. El
hechicero empuñó sus manos en la parte delantera de la camisa de Duncan y separó sus labios en
una abierta invitación. Sin necesidad de otra, Duncan deslizó su lengua dentro de la boca caliente de
Trent para que finalmente pudiera averiguar el sabor del hombre. Durante años, se preguntó, soñó
cómo sería su sabor y por último ya había obtenido su respuesta.

Miel y canela. Rico.

Su pene se hinchó cuando la sangre rugió en su cabeza. Más. Ahora que tenía este gusto, necesitaba
más. La cama estaba a solo unos metros de distancia y cada instinto de Duncan le gritaba que llevara
a Trent allí para poder apagar el fuego que rasgaba a través de su cuerpo. Le importaba un comino
que tuviera audiencia.

Cuando una luz de color amarillo brillante rodeó a los dos, en un primer momento Duncan pensó que
estaba teniendo uno de esos momentos cursis de estrellas y luna que había en todas esas películas de
adolescentes. No es que él nunca hubiera visto uno de esas. Sinceramente.

No fue hasta que sintió que una fuerza invisible le agarraba por la cintura y el tirón. Comprendió que
era Trent haciendo solo lo que le había prometido. Les había llevado a fuera del infierno de Dodge.

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SOBRE LA AUTORA

Stephani Hecht es una mujer felizmente casada y madre dos hijos. Nacida y
criada en Michigan, le encanta todo lo relacionado con el estado, desde los
fríos inviernos al equipo de hockey Detroit Red Wingskey. Normalmente,
puedes encontrarla acurrucada junto a su computadora portátil, creando su
próximo libro.

Email: archangelwriter@yahoo.com

Stephani Hecht le encanta saber de los lectores. Puedes encontrar


información de contacto, su página web y su biografía n http://www.total-e-
bound.com.

STEPHANI HECHT ~ 91 ~
SIGUIENDO A MI CORAZÓN

Coordinación

rgt.books

Traducción

Akirra Gimsua

Corrección y Edición

rgt.books

Blog:

http://loquedariayoporleerte.blogspot.com

STEPHANI HECHT ~ 92 ~

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