Está en la página 1de 270

Página

1
Serie Hombres de
Manhattan

Cinco:
Un Hombre
Sanado Página
2

Sandrine Gasq-Dion
Grupo TH

Diana Tell

Dark Pervert

Página
3

Vi

¡Y no olvides comprar a los autores, sin ellos


no podríamos disfrutar de tan preciosas
historias!
Serie Hombres de Manhattan
Uno: Un Hombre Apostador
Dos: Un Hombre Casado
Tres: Un Hombre Luchador
Cuatro: Un Hombre Trabajador
Cinco: Un Hombre Sanado
Página
4
Reconocimiento De Marcas Registradas
El autor reconoce el estado de la marca y de propietario registrada
de las siguientes marcas mencionadas en este trabajo de ficción:

Wheel of Fortune: Califon Productions


Macy’s: Macy's Department Stores, Inc.
Wounded Warrior Project: Wounded Warrior Project
Jeep: Daimler Chrysler
Domino’s Pizza: Dominos IP Holder LLC
Plexiglass: Arkema France
Rangers: MSG Holdings, L.P.
Marquee: Marquee NYC
Social: New York’s Social Bar & Grill
Land Rover: Jaguar Land Rover North America, LLC Página
Hummer: AM General 5
Yankees: New York Yankees Partnership
Pop Rocks: Zeta Espacial S.A. Corporation
Dumpster: George R. Dempster
Irish Spring: Colgate-Palmolive Company
Honda Civic: The Honda Motor Company
Chevy: General Motors
WCBS: CBS Local Media
PFLAG: Parents, Families and Friends of Lesbians and Gais, Inc.
Speedos: Speedo Holdings B.V
Darío Ramos pensó que había dejado la batalla en la zona de
guerra cuando una lesión que amenazaba su vida le envió a casa.
Pero un irlandés que se cruzaba en su camino por todas partes le
convenció de que su batalla más grande podría estar por venir.
Tiernan Callahan es un idiota intolerante. Ramos se encuentra a si
mismo constantemente en la órbita del hombre, incluso en una
ciudad tan grande como Nueva York. El herido sabe todo acerca del
dolor y la perdida, que a veces la ira es la única forma de liberación.
Cuando Tiernan vuelve a invadir el espacio de Ramos, sus ojos se
abren a la posibilidad de otras formas de liberación. Página
6
El duro policía de Nueva York Tiernan Callahan todavía está de
luto por la muerte de su querido hermano menor, Mason. Temiendo
la reacción de su familia, el joven soldado nunca llegó a decirles su
secreto, que era gay y estaba comprometido con el amor de su vida.
Tiernan está sobreviviendo con ira y culpa. Cuando continúa
encontrándose con Darío Ramos, quien sigue presionando sus
botones, algo dentro de él estalla. De repente, la ira no es la única
emoción que siente.

Dos hombres muy diferentes, todavía tratando de sanar:


¿pueden llegar a un entendimiento y sanarse el uno al otro?
Como siempre, a Jenjo, por estar ahí.
Valerie Degeorge por amar a Ramos.
Brandi Reynolds
Brenda Cothern
Ann Lister
The Wounded Warrior Project

Un gracias muy especial a los hombres y mujeres de las fuerzas


armadas en servicio y a aquellos que han servido.
Página
Apreciamos su sacrificio y nunca olvidaremos a aquellos que
7

dieron sus vidas.


Pellizco el puente de mi nariz, cierro los ojos y exhalo. Los dos
hombres en lados opuestos de la habitación siguen gritándose.

—¡Me has engañado! —grita uno de ellos.

—¡No lo hice! Te lo dije, ¡tuve una reunión! —replica el otro.

—¡Hueles a puta barata!

Resoplo.
Página
8
No pude evitarlo. Esto era tan cliché.

Miro hacia arriba encontrándome a los otros dos policías en la


habitación frunciéndome el ceño. Me habían llamado a la escena de
un disturbio doméstico en progreso. No sabía que implicaba a dos
hombres. En todos mis años en la fuerza, nunca había estado en uno
de estos. Todavía estaba tratando de envolver mi cabeza alrededor
de esto. El chico, creo que los gais lo llamarían un twink 1, estaba
sentado en el suelo de la cocina con un ojo morado, mientras que su
compañero se encontraba de pie contra una pared con marcas de
rasguños en su pecho desnudo.

1
Twink: es un término que describe a hombres homosexuales de apariencia joven y que apenas
superan o no han superado la mayoría de edad. Suelen ser personas con aspecto de adolescente
o adulto joven, con cuerpo delgado, ectomorfo, usualmente lampiño o con poca cantidad de vello
corporal o vello facial.
—¡Nunca te engañaría!

Levanto mi mano en el aire para calmarlos y girando me vuelvo


hacia el hombre en el suelo.

—Tú, a la sala de estar. Y tú —señalo al otro hombre— al otro


lado del apartamento con esos buenos oficiales.

Esto era lo que obtenía por cubrir un turno extra.

—¡¡Callahan!!

Golpeo mi cabeza contra el armario con un suspiro exagerado. Página


9
Sabía que esto vendría. Los gritos fuertes de la oficina del Capitán
Finnegan me dejan saber que había oído hablar de mí, uh,
comportamiento inapropiado.

—¡CallaHAN!

—¡Ya voy, señor! —grito.

Me recompongo y asomo la cabeza fuera del vestuario. La


mayoría de los otros chicos se encontraban sentados en sus
escritorios, con las cejas levantadas mientras echaba otra ojeada a
mí alrededor.

—¡No me estoy volviendo más joven, Callahan!


—Mierda —murmuro bajo mi respiración.

Me levanto derecho, aliso mi camisa y camino por el pasillo. La


puerta del capitán estaba abierta y un hombre que no conocía estaba
sentado en una de las sillas frente a él.

—Ya era hora. Cierra la puerta.

La cierro y me vuelvo encontrándome con los labios del capitán


fruncidos. No era una buena señal. Me estrecha los ojos y yo me
remuevo.

—¿Señor?

—Siéntate.
Página
Me siento y coloco mis manos en mi regazo. Me sentía como un 10

niño de escuela primaria esperando a que me golpearan los nudillos


con una regla. Había ido a la escuela católica cuando era niño.
Confíen en mí, eso no es nada nuevo para mí, díganme otra cosa.

Miro al hombre sentado en la silla junto a mí, por el rabillo del


ojo. Era aproximadamente de mi altura, con el cabello rubio arenoso.
Tenía una mandíbula cuadrada con un poco de barba de tres días.

—Callahan, conoce a tu nuevo compañero.

Mis ojos vuelan hacia el capitán y realmente me estremezco.

—¡¿Qué?!
—Veras. —Hace una pausa y apoya los codos en el escritorio,
haciendo una torre con sus dedos—. Necesitas entrar en el siglo
veintiuno, Callahan. En estos días, somos una fuerza de policía con
igualdad de oportunidades. Tenemos gais, negros, judíos…

El hombre al lado mío se ríe entre dientes y me giro, con los


ojos entrecerrados.

—El punto es —prosigue—, necesitas subir al tren gay.

—¿Necesito hacer qué? —pregunto lentamente.

—No es ningún secreto que te has convertido en un idiota


intolerante, Callahan. Tu regocijo indecoroso durante una llamada de
abuso doméstico fue la última gota. Tratamos TODAS las llamadas Página
de violencia domestica con seriedad, sin importar el género. Eres un 11

buen policía, así que considera esto como una especie de prueba.

—¿Considerar qué? ¿Qué prueba?

—Te asociaras con Danny. —Sacude la cabeza hacia el chico a


mi lado.

—¿Por qué? —Resoplo—. ¿Es gay?

—Sí, él lo es, —el hombre a mi lado arrastra las palabras.

Mis ojos se agrandan como platos, y si yo fuera un personaje


de dibujos animados, mi mandíbula se habría caído al suelo. Lamo
mis labios y aprieto mi agarre en el reposabrazos de la silla.
—¡Aparenta como unos doce años! ¿Esto es una broma?

—Nop. —El capitán sacude la cabeza—. Tú y tu niño juguete2


aquí van a montar juntos.

—Ese es un chico-culo, cabeza de mierda —dice secamente el


hombre a mi lado.

Una vez más, si fuera un personaje de dibujos animados, mis


ojos saltarían sesenta centímetros fuera de mi cabeza mientras
levitan. El capitán se ríe entre dientes y me mira directamente a los
ojos.

—Tiernan Callahan, te presento a Danny Finnegan. Mi hermano.


Página
12
—Tu hermano. ¿Tu hermano?

Dios, eso explicaba mucho. Siempre me había preguntado por


qué el capitán era tan duro con chicos como yo. Me sentía como un
idiota.

—Yup, este ocurrente chico-culo es mi hermano. Lo trasladaron


aquí sólo para patrullar contigo. Llámalo una lección de introducción
a buenos modales. Necesitas ayuda, Callahan. Sí, todos somos
buenos católicos-irlandeses, pero eso no significa que seamos
intolerantes sopladores de la biblia.

2
Buttboy: Chico o niño juguete sexual, que pertenece a un hombre mayor. Individuo más
joven en la parte inferior o receptor anal. Extremadamente sumiso.
—Esos son los fanáticos de la biblia, Cap —sonríe Danny
ampliamente.

—Lo que jodido digas. Danny, espera un momento en el


vestíbulo.

—¡Sí, señor! —Se detiene junto a mi silla—. ¿De verdad crees


que aparento doce? Es mi piel clara, ¿verdad?

—Danny. —La voz del capitán cambia a un tono de advertencia.


Danny hace una bomba con su chicle, sonríe y sale por la puerta.
Esta se abre repentinamente cuando vuelve a entrar.

—Me hidrato y me exfolio. Nosotros los gais lo hacemos.

—¡DannEEEE! Página
13

Otra bomba, otra sonrisa, se va.

Me reclino en la silla y cierro los ojos, dejando escapar un largo


suspiro. ¿Patrullar con un gay? ¿En qué diablos estaba pensando mi
capitán?

—Mira, Callahan, te he dado mucho margen de maniobra desde


que tu hermano murió, pero esto está empeorando.

Cierro los ojos ante la referencia a Mason.

—Sin ofender a su hermano, capitán, pero ¿realmente?


—Sí. Realmente. Creo que vas a aprender una o dos cosas
acerca de los gais estando con Danny. ¿Crees que lo tomé bien
cuando él salió? ¡Maldición no! Me mató. ¿Un hermano gay? ¿Qué
mierda?

Mi capitán arrastra las manos sobre su rostro con un fuerte


suspiro.

—Pero lo amo, y es un maldito buen policía, Callahan. También


creo que lo eres tú. Sólo necesitas algo de ayuda. No todo es blanco
o negro. O tacones altos y pelucas, como dice Danny. También te
ordeno que veas a un psiquiatra.

—¡¿Qué?!
Página
—Necesitas hablar con alguien, Callahan. Ahora, vete a la 14

mierda de aquí antes de que cambie de opinión y te suspenda.

Me levanto y dejo la oficina tan rápido como puedo. Danny


estaba apoyado contra la pared, brazos cruzados, sonrisa en su lugar.
Piso fuerte al cruzarlo y corre para ponerse al día.

—¡Esto será divertido! —canta detrás de mí.

Oh. TAN divertido.

Dejo el edificio y me deslizo al lado del conductor del auto de


policía; Danny salta como una escopeta. Le lanzo una mirada y
sonríe.
—¿Qué? —espeto.

—Maldita sea, Callahan, estás tan apretado que apuesto a que


tus bóxers están empujados por tu culo.

—¿Ves? ¡Ya con las observaciones sobre culos! ¿Qué pasa con
ustedes los gais?

—¿Nosotros los gais? —Danny se parte de risa—. Oh Dios, eres


uno de esos.

—¿Qué?

—Un pene paranoico. Un chico que piensa que todos y cada uno
de nosotros los gais quiere su culo. Confía en mí, Callahan, no quiero
tu culo. Página
15

Resoplo.

Danny continúa—: Por favor. En primer lugar, eres demasiado


flaco. Me gusta un hombre con carne en sus huesos. ¿Y en segundo?
Eres un pelirrojo sin alma.

—¡No lo soy! —Protesto—. ¡Ni siquiera tengo el cabello rojo!

Danny inclina la cabeza, observándome. —Tal vez no seas un


pelirrojo, pero definitivamente tienes reflejos rojizos. —Se
estremece—. Me asusta.

Frunzo las cejas.


—Espera, ¡no estoy flaco! —objeto.

—¿Cuántas pesas? ¿Ochenta y seis kilos? Mierda, te rompería


por la mitad.

—¿Qué mierda? Si piensas que subirías a mi culo…

—¿Quién dijo que hablaba de ‘subir’? —Danny sonríe


maliciosamente—. ¿Ves cómo tu mente se dirigió al sexo gay? Creo
que estas en el armario.

—Juro por Dios, Finnegan —gruño.

—Bien —suspira Danny y se reclina en el asiento—. Mi gay-radar


es bastante bueno, Callahan, y voy a poner mi tarjeta ‘bi’ en la mesa.
Página
—¿Qué? —Me giro en el asiento para mirarlo—. ¿Estás hablando 16

en serio ahora mismo?

—Sip. La mayoría de los chicos que reaccionan como tú a


‘nosotros los gais’ —Danny usa los dedos para marcar las comillas,
—usualmente están en el armario.

—¡No puedo creer que esté teniendo esta conversación contigo!


—bramo.

Mi radio crepita a la vida, interrumpiéndonos. Gracias a Dios.


Respondo y luego me introduzco al tráfico.
—Ya lo veras, Callahan. Vas a aprender mucho de mí. Es por eso
que mi gran hermano me coloca con chicos como tú. Puedo manejar
tu estupidez.

Gimo y deseo que esta noche termine pronto. Especialmente


antes de ir a la cárcel por golpear hasta la muerte a Danny Finnegan.

Me dirijo al cementerio después del trabajo. Necesitaba pasar


algún tiempo a solas con Mason. Todas las otras veces que había ido,
había sido con mi hermano, Michael, y mis padres. Me tomo mi
tiempo caminando por entre las lápidas mientras me dirijo a la tumba Página
17
de Mason. Había sido asesinado en servicio en el extranjero.

El sol se extendía por el horizonte y los pájaros habían


comenzado a silbar a mí alrededor. Una niebla ligera cubría el suelo.
Finalmente llego a la lápida de Mason. Rosas blancas descansaban
en un jarrón a un lado y sabía que habían sido colocadas allí por
Casper Kennedy, el prometido de Mason en el momento de su
muerte. A pesar de que el joven había seguido adelante, todavía
dejaba flores para Mason en su cumpleaños, el Día de los Veteranos
y el Día de los Caídos. Aplasto el impulso de tirarlas y me siento.
—Hola, hermano pequeño —suspiro—. No creerás lo que me
pasó anoche. Mi capitán decidió que necesitaba patrullar con un
hombre gay. Aparentemente, no soy simpatizante gay.

Paso mi mano sobre el nombre de Mason grabado en la piedra


de mármol.

—¿Por qué no me lo dijiste? ¿Es porque pensaste que de alguna


manera ya no te amaría más? Eras mi hermano, Mason. Eras mi
sangre —susurro.

Me limpio los ojos, pero ya es demasiado tarde. Las compuertas


se habían abierto una vez más. Odiaba llorar, pero no podía
detenerme cuando se trataba de Mason. Lo extrañaba tanto. Me
senté allí por lo que parecieron horas. Mi espalda finalmente protesta Página
18
así que me pongo de pie. El sol estaba en la cima y un rayo cayó
sobre la lápida de Mason. Sonrío y la acaricio una vez más.

—Te amo, Mason.

Camino enérgicamente de regreso al estacionamiento. Estaba


cansado de mi turno y necesitaba unas quince horas de sueño.

Distraído, choco contra un cuerpo duro y miro hacia arriba. El


amigo de Casper, Ramos, estaba frunciéndome el ceño. No pude
evitar mirarlo fijamente; vestía vaqueros descoloridos y una chaqueta
de cuero como una segunda piel natural. No tenía ni idea de por qué
seguía chocando contra este hombre. Era como si el destino lo
siguiera colocando en mi maldita órbita.
—¿Hay algún lugar donde pueda ir para escapar de ti? —
comenta arrastrando las palabras.

Me muevo alrededor de él y comienzo a caminar de nuevo.

—Wow, ¿ni siquiera un ‘lo siento’?

Me giro rápidamente y lo fulmino con la mirada.

—Soy un idiota, ¿recuerdas?

Ramos coloca las manos en sus caderas. Me mira de la cabeza


a los pies, lo que en realidad me hace retorcerme un poco.

—En cualquier otro momento diría algo inapropiado, pero


estamos en un cementerio y no estoy de humor. Que tengas un buen Página
día. 19

Lo veo caminar hacia las lápidas y suelto un lento suspiro.


Realmente había aprendido una lección de decoro y buenos modales,
en el cementerio, al menos. No hace mucho tiempo, el novio de
Casper, Slater Cassidy, nos había puesto a mí y a Michael firmemente
en nuestro lugar durante una visita al cementerio.

Disparo una mirada más a la espalda de Ramos mientras corro


hacia mi auto.

Para el momento en que llegué a casa, estaba seriamente


estresado. En primer lugar, mi capitán, después Ramos. Enciendo la
televisión y me voy desnudando y lanzo algo que podría pasar por
un almuerzo en el microondas. Estaba cansado y malhumorado como
el infierno. Había sido policía durante cinco años y nunca en ese
tiempo la había jodido tan mal como lo había hecho en la llamada
doméstica.

La muerte de Mason me había sacudido hasta el fondo. ¿Y luego


averiguar que era gay y que estaba comprometido? Eso nos había
lanzado a todos nosotros a una curva. Amaba a mi hermanito y nunca
había sospechado que fuera gay. Jugaba al futbol, béisbol y futbol
europeo, hacía cosas de chicos. Ahora parecía como si hubiera estado
fingiendo desde el principio.

Me siento en el sofá y me froto los ojos con los talones de mis


palmas. Página
20
Mason había estado comprometido con Casper Kennedy, un
ejecutivo de publicidad en Nueva York. Había visto a Casper en el
funeral y mi madre nos había rogado a mí y a Michael que lo
echáramos de ahí. ¿Cómo pudo Mason mantener ese secreto durante
tanto tiempo? Quiero decir, mis padres eran católicos devotos, ¿pero
podrían haberlo rechazado?

No lo sabía.

Sí, sabía algo de eso.

Mis padres tenían una forma de pensar.

Gay es malo.
Pero seguramente muchos católicos devotos tenían hijos
homosexuales y los amaban, ¿verdad?

Mi piel comienza a picar mientras una lágrima caliente se desliza


por mi mejilla. Aún dolía. Extrañaba tan malditamente tanto a Mason.
Casper finalmente había seguido adelante con alguien nuevo. Los
había visto juntos en el cementerio. De hecho, todavía los veía a
veces. Mis cejas se fruncen cuando recuerdo el Día de los Veteranos.
Había ido al cementerio con mi hermano y mis padres y me había
topado con Casper y su novio. Slater Cassidy tenía tantas medallas
en su uniforme del ejército que me había sorprendido que se
mantuviera de pie derecho.

Y luego estaba su amigo con muletas. Página


21
Sargento Vete a la Mierda.

Desde entonces, había hecho algo de investigación y


descubierto su verdadero nombre.

Darío Ramos.

Sus ojos se habían pegado a mí desde el momento en que se


encontraron con mis ojos. No estaba seguro de por qué. Tal vez
porque nunca había visto ojos de ese color o piel de ese bronceado.
Eran aguamarina, y cuando Ramos se enojaba un poco, en realidad
se arremolinaban con verde.

Parpadeo.
—¿Qué demonios?

Sacudo la cabeza para aclararla y subo el volumen de la


televisión. La Rueda de la fortuna estaba pasando y estudio las
casillas en blanco.

—Oh, por el amor de Dios —suspiro—. Es La venta semanal de


Macy3, ¡gente!

La morena entrecerró los ojos y luego exclamó bruscamente:


Marky Mark’s funky bunch4. ¿Realmente? Eso ni siquiera se ajustaba
al número de casillas.

—Además, es Marky Mark and the Funky Bunch —suspiro, Página


22
hundiéndome en mi sofá. Entonces sonrío, porque recuerdo a Mason
cantando ‘Buenas Vibraciones’ en la ducha.

Dios, había tenido una voz horrible. Eso era lo que lo hacía tan
gracioso cada vez que Michael y yo lo llevábamos al karaoke cuando
regresaba a casa de permiso. Me limpio apresuradamente los ojos.

—¿Necesita energía? ¿Un estimulante que tiene menos calorías


y menos azúcar que una bebida normal?

Mis ojos vuelan a la pantalla y me inclino hacia delante.

3La venta semanal de Macy: Comerciales de venta en la televisión. Comerciales para


promocionar, ropa, desfiles, comida, y demás a la venta por medio de comerciales.
4Marky Mark’s funky bunch: grupo americano de hip – hop liderado por Mark Wahlerber.
El comercial era de una bebida energética llamada Rush, y Slater
Cassidy estaba sonriendo a la cámara. Dejo de escuchar cuando la
cámara gira hacia Ramos. Una gruesa pared de musculo se encuentra
contra mis ojos y luego tatuajes tribales en cada bíceps invaden mi
visión.

Un paquete de ocho abdominales conducía a una cintura


estrecha y una V perfectamente formada. Vello oscuro se entrelazaba
alrededor de su apenas visible ombligo y desaparecía por debajo de
la cinturilla de sus jeans ajustados. Dientes blancos-perlados
sonrieron a la cámara y luego Ramos tomó un trago. Miro fascinado
mientras su manzana de Adán se balancea mientras el líquido pasa
por su garganta.
Página
—Santa mierda —susurro—. ¿Qué jodidos está mal conmigo? 23

Apago la televisión y hago una línea recta a mi baño. Necesitaba


una ducha, eso era todo. Estaba cansado y con la cabeza jodida a
causa de Danny gay. Lo hago rápido, no holgazaneando,
jalándomela como hacia normalmente. No quería pensamientos en
mi cabeza mientras tiraba de mi carne.

Me seco con la toalla y echo una larga mirada al espejo. Mi


cabello no es rojo. Es caoba oscuro. Miro fijamente mi rostro. Mason
había sido el pelirrojo, heredándolo de nuestra madre. Michael y yo
teníamos el cabello más oscuro y los ojos gris-acero.

—No soy un pelirrojo sin alma —le gruño a mi reflejo.


Me dejo caer en la cama y suspiro, mirando el reloj. Mi teléfono
suena y lo descuelgo, llevándolo a mi oído.

—¿Qué? —espeto.

—Maldita sea, hermano. ¿Irritado?

La risa de Michael en el otro extremo me relaja un poco. Tiene


casi treinta años, el hermano mayor, y yo cuidaba de él. Bueno, lo
hacía ahora. Nos habíamos unido después de que Mason muriera, y
ninguno de nosotros podría haber sobrevivido a través de ese
momento en solitario.

—He tenido un mal día —admito.

—¿Oh? ¿Tuviste que perseguir a alguien? Página


24

—Eh. No. Mi capitán decidió que necesitaba un compañero.

—¿Nada de mierda?

—Nada de mierda y escucha esto, es gay.

La línea se queda en silencio así que miro a la pantalla.

—¿Michael?

—Si.

—¿Qué está mal?


—Ya no sé cómo sentirme sobre eso. Mason era gay y ni siquiera
lo sabíamos. Perdimos la oportunidad de estar más cerca de él
porque tenía miedo de decirnos la verdad.

—¿Que le habrías dicho? Quiero decir, ¿realmente? Sabes cómo


son mamá y papá acerca de los gais.

—Sí, bueno, somos más grandes e inteligentes que eso,


Tiernan. Tenemos derecho a decidir por nosotros mismos quien nos
gusta y quien no, y por qué. Aprendí una lección muy grande cuando
perdimos a Mason y la aprendí demasiado tarde. ¿Podrías imaginarte
si hubiéramos sido nosotros a los que no se nos hubiera permitido
asistir al funeral?

—Estás pensando en Casper —conjeturo. Página


25

—Sí, lo estoy.

—Ver el video de Mason nos jodió a todos. —A pesar de nuestro


comportamiento abominable en el cementerio, Casper había sido lo
suficientemente amable como para compartir con nuestra familia los
videos que había recibido de Mason durante su despliegue.

—¿Y no te jodió a ti? ¡Vamos, Tiernan! Oíste lo que dijo. ¡Amaba


a Casper y quería casarse con él! La única cosa que le impidió hacerlo
durante su primera vez de permiso fue estar preocupado acerca de
lo que pensaríamos.
—No puedo hablar de esto ahora mismo, Mikey —digo, rodando
a mi costado—. Me duele demasiado.

—Bien. —Abandona el tema, pero estaba bastante seguro de


que discutiríamos esto otra vez—. Estaré pateando tu culo sobre todo
en hielo cuando juguemos el sábado contra ustedes, hijos de puta.

—¿Si? Ya veremos.

—Hasta luego, perra.

—Culo.

Página
26

Entro al recinto y voy directamente a mi casillero. Dos días más


tarde y ya estaba de vuelta al trabajo, pero ahora las cosas eran
diferentes. Danny me estaba esperando.

—Bueno, buenos días, Señor Pantalones Malhumorados. ¿No


hay saludo? —grita.

—Dios ayúdame —murmuro.

—Así que, he oído que estás en el equipo de hockey del NYPD5.

—Lo estoy —afirmo.

5
NYPD: Departamento de policía de Nueva York
—También escuché que tu hermano está en el FDNY6 y en su
equipo de hockey.

—Lo está —afirmo de nuevo.

—¿Va a ser un problema?

Me volví para enfrentar a Danny. —¿En serio? ¿Cómo? No, no lo


es. Nunca lo ha sido. No sé si lo sabes, pero hay muchos policías y
bomberos irlandeses-católicos que son hermanos y juegan unos
contra otros en juegos de rivalidad.

—Ya lo sé —asiente Danny—. Mi hermano jugaba.

Me detengo a medio movimiento para alcanzar mi chaleco. Página


27
—¿Jugaba?

—Sí, hasta que murió.

Miro a Danny esperando el chiste. No había uno.

—Lo siento —le digo en voz baja, y lo decía en serio.

—Yo también. ¿Listo?

La mayor parte del día transcurre con nosotros bebiendo café y


respondiendo a llamadas de mierda.

6
FDNY: Departamento de bomberos de ueva York
Danny estaba haciendo estallar bombas con su goma de mascar
y hablando sin parar todo el tiempo, yo estaba esperando encontrar
cinta adhesiva en algún lugar para callarlo.

Mi radio cobra vida y miro a Danny mientras la llamada entra.

—¡Por fin! —grita, añadiendo una bomba con su puño.

—Nunca he visto a alguien tan feliz por un robo.

—Estoy aburrido.

—Bueno, no lo estarás por mucho tiempo.

Respondemos a la llamada y Danny se apresura a la parte


trasera. Me muevo con cuidado por un costado del edificio y miro la Página
ventana del segundo piso. El vidrio está roto, y los fragmentos de 28

cristal se encuentran esparcidos alrededor de mis pies. Me adelanto,


e intento abrir la puerta del piso inferior. Un fuerte clic a mi derecha
me congela en el lugar.

Oh joder.

Realmente extrañaba a Mason, pero no estaba listo para unirme


a él. El sudor corre por mi espalda mientras maldigo por bajar la
guardia, sin estar más vigilante.

—Policía estúpido. ¿No sabes que siempre tienes que tener un


ojo en la parte trasera de tu cabeza?

Otro clic suena y me estremezco.


—Estúpido ladrón. ¿No sabes que siempre venimos de a dos?
Ponte de rodillas y junta los dedos detrás de la cabeza.

Trago con dificultad y espero que ni el criminal ni Danny


escuchen. Me giro lentamente y observo como Danny esposa al chico
y lo empuja para levantarlo, registrándolo.

—Tienes derecho a permanecer en silencio…

—¡Jódete!

—O no. —Danny arrastra al hombre hasta el auto.

Me apoyo contra el auto mientras Danny termina de leerle al


chico sus derechos. Mi corazón late a mil por hora y mis manos se
encuentran frías y húmedas. Danny cierra la puerta y se gira de cara Página
29
a mí.

—¿Estás bien?

—Sí. —Sacudo la cabeza lentamente—. Um, gracias por eso allí


atrás. No sé dónde estaba mi cabeza.

—Esta genial. Somos socios, ¿sabes? Cuido tu espalda y tú


cuidas la mía, ¿cierto?

—Sí —asiento—. Por supuesto.

—Bien. Tenemos respaldo para revisar el resto del edificio. El


imbécil de allí dice que está sólo, pero en el extraño caso de que no
esté siendo honesto con nosotros, lo comprobaremos. —Sonríe,
mascando su chicle.

Dos autos de policía más llegan chirriando y me deslizo dentro


de nuestro auto, apoyando mi cabeza en el volante.

—Tienes suerte de que tu pareja llegara cuando lo hizo, policía.

Miro por encima de mi hombro y sonrío.

—Tienes suerte de que no meta mi arma en tu garganta,


criminal.

—Jodidos NYPD —resopla.

—Hey, polla flácida, cállate. —Danny se acerca por el lado del Página
pasajero, sonriéndole al hombre en el asiento trasero—. ¡Vamos a 30

dar un paseo! ¿No suena eso divertido? —Aplaude emocionado.

Me rio, no puedo evitarlo.

—¡Vamos! —Danny me sonríe, abrochando su cinturón de


seguridad en su lugar. Comienza a cantar—. Las ruedas de la patrulla
giran, giran y giran, giran y giran, giran y giran…

El resto del día se pasa volando y para el final del turno,


simplemente quiero tomar una copa y relajarme. Estaba asustado de
haber bajado la guardia y caído en una situación muy mala.

¿Y si hubiera muerto? Oh Dios mío, mi familia nunca se


recuperaría.
Mierda.

Golpeo mi cabeza en el casillero y un silbido suave suena a mi


derecha.

—Te ves como si necesitaras relajarte. ¿Qué tal si te llevo al


Social? Tomaremos una copa y nos olvidaremos de este día.

—No voy a tener sexo contigo simplemente porque me compres


una bebida —le digo severamente.

—¡Oh Dios mío! ¡Hiciste una broma gay! —Danny sostiene su


pecho—. ¡Estaba seguro de que tardaría semanas en sacar ese palo
de tu trasero!

—Muy divertido. —Cierro el casillero y giro para mirar a mi Página


31
compañero—. Compraré la comida.

—Tampoco tendré sexo contigo. —Danny frunce los labios—. No


a menos de que sea una Social Burger.

Mi nariz se arruga y frunzo las cejas. —¿No tiene eso papaya?

—Yep, ahora vámonos.

El Social estaba lleno, como siempre lo estaba en un viernes.


Era propiedad de un antiguo ex FDNY y siempre estaba lleno con
gente de todos los uniformes. Veinte televisores de pantalla plana
cubrían las paredes y la gente llenaba los taburetes del bar.
—¿Quieres sentarte en la terraza? —pregunta Danny después
de examinar la situación.

—Seguro.

Danny nos ordena cervezas una vez que estamos sentados en


la terraza. Echo un vistazo al horizonte de Nueva York y suspiro.

—Mi hermano me habló de Mason.

Miro a Danny y juego con mi servilleta.

—Sí. Murió hace cuatro años, pero se siente como si hubiera


sido ayer.

—Me siento de esa forma con Tommy. —La mirada de Danny Página
cae sobre la mesa—. Yo era joven cuando falleció, pero sentí el vacío. 32

—¿Murió en el trabajo?

—Sí, una casa incendiada.

—Lo siento.

—Siento lo de Mason. ¿Es por eso que eres así?

—¿Como soy?

—Enojado con el mundo, supongo. —Danny se encoge de


hombros—. Lo entiendo, ¿sabes? Me sentía como una mierda
después de que Tommy murió. Él había sabido que yo era gay desde
que tenía doce años. Era realmente el que lo trajo a mi atención.
—¿Qué? —Mis ojos se abren ampliamente.

—¿Correcto? Vino a mí una noche y dijo: “Sabes, no puedes


evitar amar a quien ames, Danny. Está bien conmigo”. —Danny
sonrió ante el recuerdo.

—No supe que Mason era gay hasta después de su muerte. Su


novio trató de venir al funeral. No teníamos ni idea de quién era, y
estaba llorando y diciendo lo mucho que amaba a Mason. —Suspiro
y me froto el rostro con las manos—. Mi hermano tenía toda esta
otra vida que mantuvo escondida de nosotros.

El camarero llega con nuestras bebidas y toma nuestra orden Página


de comida. Espero hasta que se va y luego miro a Danny. 33

—Mis padres habían taladrado Gay está mal en nuestras


cabezas desde que teníamos cinco años y en la escuela católica. Pero
vi los videos de mi hermano en Irak y estaba feliz. Estaba planeando
estar con Casper, su prometido, cuando volviera. Eso nunca ocurrió.
Pensé que sabía todo sobre él, ¿sabes? Entonces descubro que tuvo
esta segunda vida, ¡y yo estaba enojado con Casper! Como si él
hubiera arruinado a mi hermano o algo así.

Sacudo la cabeza y me encuentro con los ojos de Danny.


—Vi a Casper un tiempo atrás y yo… reaccione mal, lo insulté.
Lo he visto de vez en cuando, pero lo evito si puedo. ¡Siento que
sabía mucho más sobre mi propio hermano que yo!

—Lo hacía. —Danny sonríe tristemente—. Conocía al verdadero


Mason Callahan, el que amaba a otro hombre.

—Estoy tratando de superar el pasado, ¿sabes? Me siento tan…


no se… ¿traicionado?

—Tal vez Mason pensaba que no podía decírtelo, que la forma


en que te criaste podría influir en la forma en que te sentías sobre
él.

—¡Lo amaba! —grito. Página


34
Danny se reclina en su asiento y me mira. Aparto la mirada lejos
de su escrutinio y miro al suelo.

—¿Qué? —pregunto.

—¿Crees que tus padres habrían aceptado a Mason siendo gay?

Abro la boca y luego la cierro. Había pensado en esto antes y


sabía que no lo harían. Simplemente lo sabía. Mi madre todavía se
negaba a reconocer que Mason era gay, incluso después de ver todos
los videos que él había enviado a Casper.

—No, ella no lo habría hecho.

Danny me sonríe tristemente.


—Es por eso que te escondes.

—No soy gay. —Lo miro furiosamente.

—Tal vez, tal vez no. Pero estás asustado.

Sacudo la cabeza y sonrío. Danny me mira con una ceja


levantada.

—¿Qué? —pregunta.

—¿Cómo haces eso? Apenas te conozco y aquí estoy vomitando


toda la historia de mi vida a un perfecto extraño.

—No soy un extraño. Soy tu compañero. Estoy aquí para lo que


sea que necesites hablar. Página
35
—De acuerdo. Supongo que también estoy aquí para ti.

—Así que ¿puedo hablar de mi vida sexual? —Danny sonríe


lascivamente.

—Grande. Gordo. No.

El camarero se acerca a nuestra mesa, rescatándome de la


conversación.

Para cuando terminamos de beber y comer, eran casi las once y


me sentía cansado. Afortunadamente, evitamos el tema de la
homosexualidad durante la comida. Mientras nos íbamos,
escuchamos el sonido de vidrios rompiéndose y gritos.
Danny y yo nos miramos y corrimos. Un hombre se tambaleaba
en la acera, una botella de cerveza rota en la mano.

—¡Aléjense de mí! —dice arrastrando las palabras.

Dos hombres trataban de dominarlo mientras el chico loco


agitaba sus brazos por todos lados.

—¡No lo entienden! —Grita—. ¡Vienen por todos nosotros!

Abordé al chico, enviándolo al hormigón. Un rasposo ‘joder’ deja


sus labios y entonces comienza a luchar conmigo.

—¡Quítate de encima!

—Necesita calmarse, señor. —Miro a la multitud que se Página


encuentra de pie a nuestro alrededor—. ¿Bien? Podemos llamar a la 36

policía, ¿por favor?

—¡Nooo! ¡No a la policía! —El chico debajo de mí rebusca en su


bolsillo—. ¡Llama a mi patrocinador! ¡No cárcel, por favoooor!

Espero hasta que un auto de la policía llegue mientras el chico


loco solloza debajo de mí. Tan pronto como está dentro del auto, me
giro hacia Danny.

—Bueno, gracias por la bebida, compañero.

—Seguro. —Se encoge de hombros—. Gracias por la comida.


¿Nos vemos por la mañana?
—Sip. ¿Vas a ir al partido?

—No me lo perdería. —Danny me mira—. ¿Qué tal si te llevo a


algún lado este fin de semana?

—¿Como en una cita? —Sonrío.

—Ew. No. Te lo dije, no eres mi tipo.

—De acuerdo, iré.

Danny se carcajea.

Página
37
—¿Darío?

—¿Sí, mamá?

—¿Has arreglado el fregadero?

—Sí, mamá, todo hecho.

Agarro el mostrador para estabilizarme mientras me levanto,


siseo por el dolor en mi muslo. Aún me dolía la pierna, incluso
después de meses de rehabilitación. No me sorprendía. Mi
fisioterapeuta me había dicho que tendría que esperar mucho.
Página
38
Me rasco la piel y me seco la frente con el antebrazo. Estaba
sudando de nuevo y estar debajo del fregadero de mi madre no
estaba ayudando.

Después de perder mi pierna en la línea del deber, me había


esforzado para estar mejor, trabajando duro. No iba a permitir que la
pérdida de un miembro me paralizara. Bueno, la mitad de un
miembro. Todavía tenía la pierna derecha hasta la rótula. Un dolor
en el muslo me obliga a cerrar los ojos, luchando contra la sensación
de hormigueo. Los dolores fantasmas eran los peores.

Mis pensamientos se desvían hacia Tiernan Callahan. Verlo en


el cementerio me había tomado por sorpresa. ¿No podía estar en
Nueva York sin encontrarme con ese hombre? Había comenzado a ir
al cementerio más y más a menudo en estos días. Ver el lugar de
descanso de mis hermanos-en-las-armas me recordaba lo afortunado
que era de poder ver cada nuevo día. No quería visitarlos sólo el Día
de los Veteranos y el Día de los Caídos; merecían más que eso.

—Eres un buen chico, ayudando a tu madre.

Mi madre entra en la cocina y se detiene, mirándome fijamente.

—Necesitas comida, bebé.

—Mamá, me tengo que ir.

Realmente tenía que hacerlo. Mi novia, María, estaba en casa


preparando la cena. Casa. Ese era un concepto tan extraño para mí.
Había vivido con mi madre hasta que me gradué de la escuela Página
39
secundaria, y luego me alisté en el ejército. Siempre había sido
desplegado o asignado, así que ¿conseguir una casa?

No era una prioridad.

Ahora trabajaba para Wounded Warrior Project y tenía un


segundo trabajo como modelo para la bebida energética Rush.
Finalmente, me había acomodado y comprado un apartamento en
Queens. Todavía estaba cerca de mi madre, sin embargo. No me
aventuraría demasiado, especialmente después de que mi padre
falleciera de un ataque al corazón.

Era todo lo que me quedaba.


—Asegúrate de que María te alimente bien, ¿eh?

—Lo haré, mamá. —Me agacho a su altura y le beso la mejilla.

Ella mide uno sesenta y cuatro contra mi uno-noventa.


Aparentemente, había heredado la altura de mi padre.

—¿Cómo está tu pierna? ¿Te sientes mejor?

—Sí, mamá, mucho mejor.

No iba a contarle sobre las noches en las que despertaba


sudando y con tanto dolor que tenía que morderme los gritos. Estaba
mejorando, pero lentamente.

—Entonces, ¿te veré el domingo? —le pregunto, abrazándola. Página


40
—Sí, haré algo bueno, ya verás.

—Siempre lo haces, mamá.

Me arrastro hasta mi Jeep y me dirijo a casa. Realmente tenía


muchas ganas de pasar algún tiempo con María. Cuando había ido a
casa de permiso, ella me había dejado y estaba seguro de que nunca
volvería. Seis meses después, no sólo había vuelto, sino que todavía
estaba aquí. Había sido extraño al principio, pero María me había
asegurado que estaba de regreso por un largo tiempo.

Las calles se encuentran tranquilas y miro a mi alrededor


mientras conduzco. Nueva York siempre había sido mi hogar y
siempre lo sería.
Me detengo en mi pequeña casa y aparco en la calle. Agarro el
correo al entrar y abro la puerta. El olor de la cocina me hace la boca
agua. María obviamente se había adelantado a preparar la cena.
Coloco el correo en la mesa auxiliar.

—¿María? —llamo.

La casa está tranquila.

Sip. Tan tranquila.

Miro por el pasillo hacia mi dormitorio y veo una sombra


moviéndose. Me arrastro por el pasillo y echo un vistazo por la
esquina.

María estaba empacando. Página


41

—¿Que está pasando?

Su cabeza se levanta de golpe y una mirada de culpa cruza sus


rasgos.

—Yo, uh, pensé que tú, um, tardarías más tiempo —tartamudea.

—Obviamente. —Miro alrededor—. ¿Qué está pasando?

—Me voy.

—Espera, ¿qué? —Me aferro al marco de la puerta.

—Mira, Darío —suspira María y pasa las manos por su cabello.


—Cuando llegaste a casa de permiso, me fui porque esto entre
nosotros ya no funcionaba. No desde hacía mucho tiempo. Entonces
volviste después de haber sido herido y todo el mundo me decía lo
perra que era…

—Whoa, espera. ¿Has vuelto conmigo porque me compadecías?


—pregunto, cabreado.

—¡La gente decía que era una perra por dejarte sólo y herido!

—No, ¡eres una perra por volver sólo por esa razón y no porque
realmente te preocuparas por mí! —Grito—. ¡No necesito ni quiero tu
compasión! ¡Ya deberías saberlo!

—Sabía que esto pasaría —murmura en voz baja María.

—Sólo vete, María. —Cruzo los brazos—. No necesito a alguien Página


42
como tú en mi vida. Lo entiendo, ¿de acuerdo? Te sentías como una
mierda por dejar a un hombre herido que podría suicidarse, pero
¿adivina qué? Estoy mejorando un montón y no necesito que nadie
cuide de mí. Y no creas que no notaba que no me tocabas por debajo
de la cintura.

María alza la mirada. —No me has amado desde hace mucho


tiempo, Darío. Sólo era alguien que te esperaba en casa y con quien
podías joder.

—Nunca más.

Mi teléfono zumba en mi bolsillo trasero y lo pesco con la mano.


—¿Hola?

—¿Es usted el sargento Darío Ramos?

—Lo soy.

—NYPD. Tengo a uno de tus chicos aquí. ¿Dice que eres su


patrocinador?

Mierda.

—¿Quién es?

—¿Delaney?

—Estoy en camino. —Consigo el número del recinto, cuelgo y


Página
estrecho mis ojos en María—. Tal vez ya no estábamos enamorados, 43
pero volver conmigo sólo porque no podías manejar lo que la gente
pensara de ti esta tan jodido, María. —Le doy la espalda y suspiro.
—Ten una buena vida.

Conduzco hasta el recinto con cólera en mi corazón. Maldita sea,


simplemente… maldita sea. La mitad de mí estaba aliviado de que
María ya no estaría en mi cama, escuchándome gemir de dolor. ¿La
otra mitad? Bueno, necesitaba un amortiguador, alguien que me
mantuviera en el aquí y en el ahora.
Mierda, no necesitaba un dolor de cabeza. Me detengo en un
lugar en el estacionamiento y camino dentro del recinto. Me había
ido muy bien con la prótesis y ahora apenas cojeaba. Encuentro al
sargento de escritorio y le doy mi tarjeta.

—¿Darío Ramos por Patrick Delaney?

—Ah, sí. Callahan lo puso aquí anoche.

¿Porque me sonaba familiar ese nombre? Entrecierro mis ojos.


—¿Callahan quién?

—Tiernan Callahan. Policía fuera de servicio.


Página
Mis puños se cierran fuertemente. 44

—¿Por casualidad Delaney menciono mi nombre cuando fue


arrestado?

—No tengo idea. Tendrías que preguntarle a Callahan.

—¿Dónde puedo encontrarlo?

El sargento en el escritorio suspira exhausto. —Como dije, está


fuera de servicio. —Hace una pausa—. ¿Sabes qué? Creo que lo vi
por aquí.

—¿Es eso cierto? —sonrío.

—Sip. Oh, hey, ¡allí está!


Me giro y fijo la mirada en el policía caminando a través de las
puertas dobles. Está con otro hombre y están sonriendo y hablando.
Carraspeo y coloco mis manos en mis caderas.

—Bueno, si no es este el oficial Culo —refunfuño.

Callahan se detiene en seco. Sus ojos lentamente se encuentran


con los míos y una mirada de ‘ciervo encandilado’ cruza sus rasgos.

—Déjame preguntarte algo, Callahan. ¿Acaso el chico al que


trajiste aquí te mencionó algo sobre un patrocinador?

Callahan parecía congelado en su lugar; el otro hombre me Página


45
sonríe y asiente.

—Sí, sí lo hizo —responde amablemente.

—¿De verdad? ¿A sí que sólo te aseguraste de que lo arrestaran?


—Fulminó con la mirada a Callahan.

—Estaba borracho y de alborotador, ondeando por todas partes


una botella de cerveza rota —habla Callahan finalmente.

—¡Él tiene PTSD7, idiota! ¡Probablemente estaba teniendo un


flashback! Una llamada a mí, habría venido y lo habría ayudado, lo

7
PTSD: Trastorno por estrés postraumático. Es un trastorno mental clasificado dentro del grupo
de los trastornos relacionado con traumas y factores de estrés.
habría calmado. ¡Ahora lo has atrapado en una celda de prisión
durante toda la noche! ¡¿Sabes que podría ocasionarle eso?!

Callahan se acerca a mí y me mira furiosamente. —Hice lo que


tenía que hacer para proteger a la gente que lo rodeaba.

—Servir y proteger, ¿eh? —Me rompo—. No lastimó a nadie, ¿o


sí?

—¡Podría haberlo hecho!

Callahan estaba completamente frente a mi rostro así que


hincho mi pecho, enviándole unos pasos hacia atrás. Su compañero
le sostiene la mano, jalándolo lejos.

—Tiernan, cálmate —aconseja en voz baja. Página


46

—¡Hice mi trabajo! —grita Callaban.

—¡Estabas fuera de servicio! —le grito.

—¡Eso no significa que apago el maldito interruptor y vuelvo a


mi alegre vida! ¡Siempre soy un policía!

—Siempre eres un idiota —bramo.

—Que dios me ayude… —se detiene y respira profundo—. Mira,


regrese para checarlo, ¿de acuerdo?
—¿Qué pasó con su llamada telefónica? ¡Debería haber estado
aquí anoche justo después de que lo trajeran! —Estaba a punto de
gritar.

—Le ofrecimos una llamada telefónica, ¡él nos ofreció sus


puños! Tuvieron que esperar a que se desmayara para que pudieran
conseguir su maldita cartera y encontrar tu tarjeta de patrocinador
—ruge de vuelta Callahan.

—¡Callahaaan!

Miro por sobre mi hombro viendo a un hombre corpulento,


quizás a principios de los cuarenta, bufando por el pasillo.

—¿Por qué es que dónde sea que hay alboroto en este edificio, Página
siempre estás involucrado? 47

Me giro sonriendo ampliamente hacia Callahan.

—¿Qué está pasando aquí? —demanda.

—Um, ¿señor? —El sargento en el escritorio agita una mano—.


El sargento Ramos está aquí para recoger a Delaney, el borracho y
alborotador que Callahan trajo anoche.

—Oh. —El hombre sacude la cabeza. Me mira y luego extiende


su mano—. Capitán Finnegan. Traeremos a tu chico de inmediato.
¿Podrías llenar un poco de papeleo por él?
—No tendría que hacerlo si el oficial Callahan aquí, se hubiera
tomado el tiempo de escucharlo anoche.

—Estoy seguro de que el oficial Callahan hizo lo que creyó que


era la mejor situación, sargento Ramos. Me aseguraré de que traigan
al Señor Delaney.

Me vuelvo para encontrar a Callahan sonriéndome. Le


entrecierro los ojos y doy la vuelta hacia el escritorio. —¿Tienen
alguna máquina expendedora por aquí?

—Bajando el pasillo a tu izquierda.

—Gracias. —Miro por encima de mi hombro mientras camino


por el pasillo—. Imbécil. Página
48
Tomo asiento en una silla de plástico duro y tomo un sorbo de
la botella de agua mientras espero. El otro hombre que estaba con
Callahan se deja caer en el asiento a mi lado y sonríe.

—¿Mal día? —pregunta, mascando su chicle.

—¿Por qué supones eso? —resoplo.

—Realmente no te gusta Tiernan, ¿verdad?

—Nop. —Tomo un largo trago de agua y miro al hombre a mi


lado—. ¿Estás atascado con él?

—No es tan malo, no una vez que lo conoces.


—Es un intolerante.

El hombre a mi lado sonríe. —Él es… era, lo que sea. Soy Danny,
por cierto. Danny Finnegan.

—Darío Ramos. —Sacudo su mano cuando me la ofrece.

—¡Te conozco! —Danny me entorna los ojos—. ¡Eres ese chico!


¡El chico Rush!

—Soy uno de ellos —admito.

—¡Maldita sea! ¡Eres incluso más sexy en persona! —Danny


sonríe ampliamente y mueve cómicamente los ojos. Página
49
Me inclino más cerca de él y examino sus ojos. —¿Eres gay,
Oficial Finnegan?

—Lo soy —dice Danny con orgullo.

—¿Y te emparejaron con ‘Don Intolerante’?

—Mi hermano, el capitán, me pidió un poco de ayuda. Así que


aquí estoy.

—Maldición, eso debe ser horrible para ti. —Sonrío y me echo a


reír.

—En realidad, él no es tan malo. Sólo tienes que quitarle esa


maldita capa de idiota para poder ver al otro chico que está allí. —
Danny mira a su alrededor con precaución y luego se inclina hacia
mí—. Si quieres ver cómo le patean el culo, deberías ir al partido de
hockey mañana.

—Oh, ¿realmente? —Mis cejas se levantan.

—Oh, demonios sí. —Danny se ríe entre dientes—. Los partidos


de hockey del FNDY y NYPD siempre son divertidos.

—Pensaba que eran en abril.

—Este es de entrenamiento, no el verdadero. —Danny me


entrega una tarjeta—. Llama, te daré instrucciones.

—Lo pensaré.
Página
Danny se levanta y me da una palmadita en la espalda. —Ahora 50

cuídate, sexy.

Me rio y le guiño un ojo. Danny camina por el pasillo opuesto y


me recuesto en mi silla.

—Están trayendo a tu chico.

Me pongo de pie mientras Callahan se apoya contra la pared.

—No gracias a ti. —Lo empujo al pasar. Una sólida mano agarra
mi muñeca y me tira hacia atrás.

—Hice lo que creí que era correcto en ese momento.

—Bueno, fue un movimiento erróneo, oficial.


—No me digas como hacer mi trabajo —gruñe Callahan.

Me inclino cerca de su rostro, a un cabello de sus labios, y suelto


un gruñido también.

—No jodas con el mío.

El picante olor a canela flota hasta mi nariz y me doy cuenta de


que Callahan está mascando un chicle. El aliento caliente acaricia mis
labios y, sorprendentemente, mi pene se anima y toma nota de
nuestra proximidad. Me aparto del hombre y camino por el pasillo.

—Culo —murmuro.

—Español.
Página
Me giro de nuevo, pero el pasillo está vacío. 51

Después de calmar a Delaney y aconsejarle que vea a su


psiquiatra en ese momento, lo dejo allí y me dirijo a mi casa. Es
entonces cuando me doy cuenta de que voy a una casa vacía. La idea
provoca un fuerte suspiro de mi parte y doy un giro en ‘U’ y me dirijo
a la ciudad. Necesitaba una reunión.

Me estaciono a un lado y camino dentro del edificio. La gente


se arremolina dentro, bebiendo café. Siempre que necesitaba una
llamada de atención sobre lo afortunado que era, sólo tenía que
sentarme en una reunión de AA8. La primera mujer se pone de pie
en el podio y dice su nombre y cuántos años lleva sobria. Todos
decimos un hola y luego comienza a contarle a la habitación cómo
perdió a su marido y sus hijos. Me rasco la pierna y una vez más
agradezco a Dios no haber muerto en el desierto. El siguiente orador
es un hombre más joven. Dice que su nombre es John y que sólo ha
estado sobrio durante seis meses. Todos lo saludamos y continúa su
historia.

Me inclino hacia delante, apoyando los codos en mis rodillas


mientras habla sobre perder a su compañero. Era como escuchar a
Casper. El hombre no había tenido la oportunidad de casarse con el
amor de su vida antes de perderlo; lo echaron del hospital y del Página
funeral. Mi sangre hierve mientras John se rompe, recordando el día 52

del funeral. Una vez que la mayoría de los oradores han tenido su
turno, la reunión se interrumpe y hay una carrera loca hacia la mesa
del café.

Me pongo de pie junto a John y hablo suavemente.

—Siento tu perdida.

—Gracias. —John sirve su café, añade crema y azúcar—.


Algunos días son más fáciles que otros. Te he visto antes. Perdiste
una pierna, ¿cierto?

—Parcialmente, sí —asiento.

8
AA: Alcohólicos Anónimos.
—Gracias por tu servicio.

Asiento y le entrego mi tarjeta. —Tengo un amigo que pasó por


lo mismo que tú. Él finalmente siguió adelante con alguien nuevo,
pero la familia de su prometido le hizo pasar un infierno. ¿Asistes a
las reuniones de luto?

—Sí, de vez en cuando.

—Bueno, espero que te ayuden.

—Lo hacen. —John me mira con atención—. ¿Estás bien? Luces


un poco pálido.

—Sólo cansado, supongo. Espero verte de nuevo, John.


Página
—Yo también. 53

Salgo al aire fresco de Nueva York y suspiro. El día entero se me


había ido volando. No quería ir a casa. Agarro mi teléfono y llamo a
Slater. Contesta y dejo escapar un suspiro de alivio.

—Domino’s Pizza —dice.

—Muy divertido. ¿Qué estás haciendo?

—No mucho. Casper y yo estamos mirando hacia la pared.

—Bien, ¿por qué?

—No hay nada en la televisión y estamos jodidos.


—Bueno, está bien —le digo riendo—. ¿Quieres salir?

—Espera.

Me quedo de pie en la acera mirando a la gente de la AA entrar


a sus autos. Podía oír vagamente a Slater hablando con Casper. Debe
haber cubierto el teléfono.

—Casper está dentro y yo también. ¿A dónde vamos?

—Marquee9 —contesto.

—Nos vemos en media hora.

Me quedo fuera del club esperando a Slater y Casper. El edificio


Página
se balanceaba por la fuerza del bajo fluyendo a través de él. Había 54
estado aquí unas cuantas veces antes; lo habían cerrado por un
tiempo por remodelación. Finalmente lo iba a ver en toda su nueva
gloria. Un taxi se detiene delante de mí y Slater sale primero,
extendiéndole la mano a Casper. Sonrío. No puedo evitarlo. Slater
había sido un demonio playboy cuando lo había conocido, pero
¿Casper? Había atrapado a Slater sin ningún esfuerzo.

Ayudaba el hecho de que Casper fuera tan adorable.

—¡Amigo! —El puño de Slater me golpea.

—Hey, Casper. Te ves tan lindo. —Le guiño un ojo.

9
Marquee: es un club nocturno ubicado en la ciudad de Nueva York.
—Ejem. —Slater pone las manos sobre sus caderas y me mira.
—¿Qué hay de mí?

—Vete a la mierda, Cassidy —me rio mientras camino hacia la


puerta principal.

Nos revisan las identificaciones y luego somos empujados


mientras caminamos dentro del club. Cuerpos corrían por todas
partes y yo echo un largo vistazo. Un lado entero del club estaba
iluminado en azul. Las luces se arremolinan mientras la música
golpetea. Mis ojos se detienen en dos hombres ocupando una de las
mesas y frunzo el ceño.

Realmente no había ningún lugar donde pudiera ir para alejarme


de Tiernan Callahan. Su compañero me ve primero y me saluda. Página
55
Tiernan mira por encima de su hombro y sus ojos se abren
ampliamente. Rápidamente gira la cabeza. Me rio de camino al bar.

—¿Adivina quién está aquí? —le grito a Casper por sobre la


música.

—¿Quién?

—Tiernan. —Sacudo mi barbilla en dirección a la mesa.

—¿Dónde? —Slater mira por la habitación.

—Slater, por favor no. —Casper toma las manos de Slater—.


¿Por favor?
—Bien. Sólo por ti no lo mataré. Esta noche.

Me rio y los conduzco hacia una cabina. La música cambia y


Casper prácticamente salta de arriba abajo.

—¡Tenemos que bailar! —grita.

—¿Puedo beber primero antes de soplar a toda esa gente con


mis movimientos espectaculares? —Slater agarra su cerveza.

—¡Lo tengo! —guiño un ojo a Slater y empujo a Casper hacia la


pista de baile.

Casper se apoya en mi oído. —¿Estás seguro? ¿Te duele la


pierna?
Página
—Estará bien —le aseguro. 56

Muevo mis caderas al ritmo y tiro de Casper cerca de mí.


Realmente no tenía ningún problema al bailar con otro hombre. La
mayoría de los clientes del club eran hetero, pero podía ver a
bastantes hombres bailando juntos. Ruedo mis caderas contra
Casper y él me mira, con los ojos muy abiertos.

—¡Santa mierda, Darío! —se ríe.

—Amo bailar. —Me encojo de hombros—. ¡Ahora gírate, galleta!

Casper apoya su espalda contra mi pecho y yo sostengo sus


caderas. Me deslizo hacia abajo por su cuerpo y giro mis caderas
mientras subo, empujando contra su culo. Los brazos de Casper
rodean mi cuello y se aprieta contra mí. Miro hacia arriba
encontrándome con los ojos de Tiernan fijos en nosotros. Sonrío y
me restriego duramente contra el culo de Casper, deslizando mi mano
por sus abdominales. Los ojos de Tiernan se abren ampliamente de
nuevo y aparta la vista rápidamente. Me carcajeo y me inclino hacia
el oído de Casper.

—Creo que he escandalizado a Callahan.

—¡Seguro como la mierda que me estás escandalizando a mí!


—Casper suelta una risita.

—No jodas. —Slater se une a nosotros—. ¡Estuve encendido


todo el camino hasta aquí!
Página
—¡Oooh, un trío! —Ríe Casper, arrastrando a Slater frente a él. 57

—No comparto —gruñe Slater al oído de Casper.

—Yo tampoco. —Levanto una ceja.

—Parece que tenemos a algunas personas que quieren


participar. —Slater asiente hacia un grupo de mujeres viniendo hacia
nosotros.

—¡Cuantos más, mejor! —Sonrío y guiño un ojo.

Definitivamente éramos el alma de la fiesta. Teníamos a la


mayoría del club bailando con nosotros justo en medio de la pista.
Me excuso y me dirijo al baño de hombres. Estaba sudando y ya
había bebido cuatro vasos de agua. Estaba caliente, pero no sólo por
el baile. La mirada templada de Tiernan mientras bailaba con Casper
casi me había incendiado. Hago pis y luego me lavo las manos,
salpicando mi rostro con agua fría unas cuantas veces. Miro hacia
arriba y bloqueo mis ojos con los de Tiernan por el espejo.

—Joder —suspiro, dejando caer mi cabeza.

—No sabía que eras gay —dice.

Miro hacia arriba y le entrecierro los ojos.

—¿Soy gay porque bailé con un amigo? —Le fulmino con la


mirada.

—Bueno, lo estabas tocando y… esas cosas. Página


58

Me levanto y me giro de cara a él.

—Si supieras algo, de lo que estoy seguro que no sabes, ese era
Casper, y sabes malditamente bien que está con Slater. Nunca
intentaría algo con un amigo mío, pareja de otro amigo. Hombre o
mujer.

—Entonces, eres gay —afirma Tiernan.

—¿Por qué? —pregunto, avanzando hasta él.

—No hay razón. —Tiernan retrocede mientras avanzo hacia él.


Choca contra la puerta del cubículo y se detiene.
—¿Por qué te importa si soy gay, Callahan?

—¡No me importa! Maldita sea, sólo déjame salir de aquí.

Lo arrincono, colocando una mano a cada lado de su cabeza.


Me inclino hacia abajo y miro directamente a sus ojos.

—No me importa eso de gay, heterosexual, bi, transgénero o


cualquier otra cosa. La forma en la que me crie es que el amor es
amor, no importa con quién lo encuentres, y si tienes la suerte de
encontrarlo eso es todo. Así que tengo que preguntar de nuevo, ¿por
qué te importa una mierda mi orientación sexual?

—No me importa, ¡¿de acuerdo?! ¿Puedo irme ahora?

Cuanto más cerca llegaba a Tiernan, más rápido se movía su Página


59
pecho. Me inclino más y acaricio mis labios contra su oreja.

—Creo que te importa —susurro con voz ronca.

La puerta se abre, pero no me muevo. Hay una pequeña tos e


inclino la cabeza hacia un lado viendo al compañero de Tiernan,
Danny, sonriendo de oreja a oreja.

—¿Debería volver después? —Pregunta—. Tengo condones en


mi bolsillo por si los necesitan.

—¡Maldita sea, Danny! —Tiernan me empuja lejos y sale


furiosamente del baño.

—Parecía bastante serio. —Danny me inclina la cabeza.


—Quería saber si soy gay.

—¿Lo eres? —Danny sonríe brillantemente—. ¡Porque eso haría


mi noche!

Me carcajeo y me enderezo.

—Me gusta quien me gusta. —Me encojo de hombros.

—Parece que te gusta Tiernan. —Danny me guiña un ojo.

Me apoyo contra la pared del baño y me froto la parte superior


del muslo. Maldición, necesitaba ir a casa y remojarla por una buena
hora.

—¿Ramos? Página
60
—¿Si?

—Estás sonriendo. —Danny da la vuelta y sale por la puerta del


baño—. Hazme saber cómo es él sí lo atrapas. —Lanza por sobre el
hombro.

Me rio.

Salgo del baño y me encuentro con Slater en nuestra mesa. Sus


ojos están enfocados en Tiernan y una mirada de enojo estaba
enyesada en su rostro.

—Hey. —Tiro de su manga para llamar su atención—. ¿Dónde


está Casper?
—Afuera, agarrando un taxi.

—Oh, ¿estás listo para irte?

—No, pero tú sí. —Slater se levanta.

—¿Qué?

—No creas que no notamos tu expresión mientras estabas


bailando con las damas. Estabas sufriendo.

—Estaré bien, Slater.

—Seguro que sí, tan pronto como llegues a casa. Es casi


medianoche de todos modos y Casper esta encendido.
Página
Me rio. 61

—Vamos. Pidamos la cuenta.

Pagamos nuestra cuenta y nos empujamos a través de los


cuerpos en la pista. Apenas habíamos llegado a la puerta cuando
escuchamos gritos y eran de Casper. Slater y yo nos miramos y
corremos. Slater aparta a la gente de su camino mientras se dirige
hacia la voz de Casper.

—¡Déjenme ir! —grita Casper.

—¡¿Que mierda?! —gruñe Slater.


Me toma dos segundos comprender toda la escena. Un enorme
y corpulento hombre tironeaba de la camiseta a Casper mientras le
gritaba al rostro.

Entonces la palabra maricón sale de su boca.

Slater arremete contra el chico, golpeándolo a la calle. Tomo a


Casper a un lado, mirándolo.

—¿Estás bien? —pregunto, rápidamente revisándolo.

—¡Darío! ¡Cuidado! —advierte Casper.

Un puño me golpea en la mandíbula y mi cabeza se sacude de


la fuerza. Un rugido se me escapa y me giro hacia el chico,
golpeándolo directo en la nariz. No podía ver donde estaba Slater, Página
62
pero yo estaba golpeando hasta la mierda al chico que me había
golpeado. No tenía ni idea de cuánto tiempo había transcurrido desde
el segundo en que golpeamos contra la acera, pero parecía seguir
para siempre.

—¡Sepárense como la mierda! —grita alguien.

Soy arrebatado hacia atrás y lucho contra las manos en mis


brazos.

—¡Vete a la mierda, quita tus malditas manos de mí!

Acero frío golpea contra mis muñecas haciendo que me congele.

—Estás bajo arresto.


Mi cabeza se levanta bruscamente y veo a Slater y Casper
esposados, así como a los dos hombres que habían comenzado todo.

—¡¿Estas jodidamente bromeando?! —grito. Escucho una voz


que realmente no necesitaba escuchar.

—Hey, Macy, el más pequeño no hizo nada malo.

Miro a Tiernan Callahan y a su compañero a unos metros de


distancia.

—¿En serio? —Le fulmino con la mirada.

—Estamos llevándonos a todos los involucrados. Conoces las


reglas. Para la próxima, infórmanos antes cuando nos llames para
esta mierda, Callahan. Página
63

—¿Llamaste a los policías? —Esperaba que mi mirada furiosa le


quemara por dentro. Quería golpear su cabeza contra la acera.

Soy empujado dentro del auto de la policía y la puerta se


estampa contra mi rostro. La última cosa que veo es la mirada
preocupada de Callahan.

Había tenido que llamar a mi madre por la fianza. Jesús, María


y José. Estaba gritándome en español y el policía de turno se reía
hasta el culo. Probablemente porque entendía cada palabra que ella
decía. Me siento en el banco en la celda con Slater y Casper mientras
esperamos a que ella y los padres de Slater nos rescatran.
Que noche.

—Naaaaadie sabeeeee el problema que he visto… —canta


Slater.

—Cállate —suelto bruscamente.

Casper se carcajea.

—Naaaadieeee sabeeee mi doloooor…

—Maldita sea, Cassidy. —Me froto las sienes.

—¡Gloria Aleluyaaa! —canta en voz alta Casper.

—Oh, por el amor de Dios —suspiro y apoyo la espalda contra


Página
la pared. 64

—Oh vamos, Darío. —Casper toma mi mano—. Pronto


saldremos de aquí.

—No estaríamos aquí si Callahan no hubiera llamado a la policía


—suelto de forma ininteligible—. Te estábamos defendiendo y a
nosotros mismos.

—Estoy cansado —suspira Slater, cerrando los ojos.

—Ramos, Cassidy y Kennedy.

Un hombre corpulento nos miraba fijamente.

—Pueden irse —llama.


Mamá me lleva a su casa y no dice ni una sola palabra en el
camino. Voy directamente a tomar un baño. Estaba enojado con
Tiernan, pero había visto la mirada en sus ojos cuando me
arrestaron. Estaba preocupado. Un golpe en la puerta del baño me
sorprende.

—¿Darío?

—Sí, mamá.

—¿Estabas bebiendo?

—Ni una gota, Ma.

—De acuerdo. Bien. ¿Por qué estabas peleando?


Página
—Un chico estaba molestando a Casper e insultándolo. 65

—Ah, bueno. Espero que lo hayas lastimado.

Me rio entre dientes.

—Lo hice.

—Bien, duerme un poco.

Finalmente caigo rendido cerca de las tres. Sueño con Tiernan


Callahan, que de alguna manera era un alivio comparado a lo que
usualmente soñaba. Sin embargo, seguía siendo inquietante.

Mi comportamiento en el baño de hombres me seguía


atormentado. ¿En qué había estado pensando?
Por la mañana ayudo a mi madre con la casa. Se lo debía por
sacarme de la cárcel, pero todavía estaba cansado de la noche
anterior. Después de pasar el día haciendo diferentes tipos de
trabajos, me dirijo a casa. ¿Realmente quería ir allí y pasearme
alrededor? No podía quedarme con Casper y Slater; necesitaban su
tiempo juntos. Me sentía como una tercera rueda, de todos modos.
El mejor amigo de Casper, Drakon, estaba saliendo con el jefe de
Casper, Matthew Hawke. Así que tampoco podía salir con él.

Suspiro. El partido de hockey sonaba como una distracción


perfecta.

Llamo a Danny y contesta de inmediato.

—¿Dónde es el entrenamiento? —pregunto con resignación. Página


66

Una pequeña risita viene del teléfono.

Me detengo frente a un gran edificio de ladrillo y se estacionó a


un lado. El estacionamiento ya se encontraba lleno así que me
arrastro entre los autos. Mi pierna dolía otra vez, probablemente de
trabajar en casa de mi madre, bailar y por estar de pie sobre ella
todo el día anterior. La maldita cosa estaba zumbando de nuevo.
Odiaba esa parte. Realmente lo hacía.

Había mucha gente para ser un partido de entrenamiento. En


realidad, tuve que esperar en la fila antes de poder entrar. El mejor
asiento en un partido de hockey es abajo y en la esquina, lo contrario
al mejor asiento en un partido de futbol. En realidad, encontré uno
justo en frente del plexiglás donde podía sentir el frío que irradiaba
del hielo. Los hombres estaban practicando, pasando el disco
alrededor, miro sus camisetas, viendo de cerca a los NYPD. Una
camiseta de los FDNY me llama la atención, el apellido era Callahan.
Debe ser el hermano.

Un silbido suena y los guardametas se posicionan en el hielo. Yo


era un gran fan de los Rangers y amaba el hockey, así que estaba un
poco emocionado por ver el partido.

Al menos alejaría por un momento las cosas de mi mente.

Los jugadores eran despiadados, envistiéndose duramente. Me


estremezco cuando un chico golpea el plexiglás frente a mí,
enviándolo tambaleándose de un lado a otro. Busco en el hielo y ahí Página
67
es cuando lo veo.

Tiernan Callahan.

Maldita sea. El hombre se veía muy bien con su uniforme de


hockey. Frunzo las cejas. ¿Desde cuándo notaba al idiota de
Callahan? Creo que mi comportamiento en el baño en Marquee había
estado jodiendo con mi cabeza. ¿Había estado atraído por hombres
antes? Seguro que sí, pero Tiernan me cabreaba como ningún otro.
Idiota intolerante.

Había besado a un chico en la escuela secundaria, diversión en


el vestuario y todo eso, pero nunca había tenido sexo con un chico.
Eso no significaba que no lo intentaría. No creía en las etiquetas de
todos modos, nunca lo había hecho. Cuando Slater me había dicho
que era bi, no me había importado menos. Era un hombre
impresionante y un infierno de soldado.

Soy sacado de mis pensamientos a causa de una explosión en


la pista señalando el final del primer periodo. Me dirijo al puesto de
comida y compro algunos nachos y agua. Mientras me doy la vuelta,
choco contra Danny Finnegan.

—¡Hola! ¡Lo hiciste!

—Lo hice, ¿dónde estás sentado? —pregunto.

—En el lado del NYPD. ¿Por qué? ¿Dónde estás sentado tú?

—FDNY. —Sonrío. Página


68

—Traidor. —Danny me entrecierra los ojos—. Ven a sentarte


conmigo.

—No se… —miro a mi alrededor hacia todas las camisas del


NYPD—. Estoy superado en número ahora mismo.

—Te protegeré. —guiña un ojo Danny.

Suspiro burlonamente, sacudiendo la cabeza. —Bien.

De alguna manera, terminé contándole a Danny toda la historia


sobre María y mis despliegues. No sabía por qué, pero el chico te
hacia querer hablar con él. Asiente de vez en cuando, pero parecía
muy intrigado por mi historia y no interrumpió. Para cuando termino
de vomitar mis aflicciones, Danny se encontraba sonriendo.

—¿Por qué sonríes?

—Creo que estás listo para una aventura.

—De acuerdooo ¿Qué significa eso?

—Déjame preguntarte algo. ¿Cuándo fue la última vez que


estuviste realmente caliente?

—¿Es una pregunta con trampa? —Levanto una ceja.

Danny me frunce el ceño y suspiro. Página


69
—¿Honestamente?

—Yup. —Asiente Danny.

—No puedo recordarlo. —Bueno, recordaba, pero no iba a


decirlo. Decirle a Danny que Tiernan me había encendido no era algo
que estuviera dispuesto a admitir libremente.

—Así que ¿nada sexual con María?

—No por mucho tiempo. Era como si ella no pudiera superar el


hecho de que perdiera la mayor parte de mi pierna.

—¿Has perdido una pierna? —Los ojos de Danny se abren


cómicamente.
—Vete a la mierda —me carcajeo.

—Perder una extremidad no te hace menos hombre.

—Especialmente cuando tienes una polla de veintitrés


centímetros. —Meneo las cejas.

—Oh maldición. —Danny se abanica con la mano—. Mi culo se


acaba de apretar.

Me rio tan fuerte que casi bufo. Miro a Danny con cautela. —
¿No vas a preguntar sobre mí y Tiernan?

—Nop. —Danny sacude la cabeza—. Cuando quieras decírmelo,


lo harás.
Página
—Hizo que me arrestaran, Danny. 70

—Tenía una buena razón. —Danny levanta la mano cuando mi


boca se abre—. Creo que deberías preguntarle a él. Si hubiera sido
yo, habría hecho la misma llamada.

—Bien, ahora tengo curiosidad.

—Tendrás que conseguirla de Tiernan.

Un alto y largo bocinazo llena la arena y miro hacia arriba al


marcador. El NYPD había ganado. Danny se pone de pie y aplaude
vigorosamente mientras los jugadores abandonan el hielo. Me
levanto, me estiro y tiro mi bandeja de nachos junto con una botella
de agua vacía en la papelera.
—Bueno, debería irme —digo, volviendo a estirarme.

—¡Deberías venir con nosotros!

Me froto la parte superior del muslo y hago una mueca de dolor.

—¿Pase por lluvia10? Realmente estoy cansado.

Danny sonríe. —Seguro.

—Eres muy extraño.

Hace una bomba con su goma de mascar y luego la explota de


nuevo con un fuerte estallido. —Me lo han dicho.
Página
71
Se gira para caminar por el pasillo y le agarro la mano. —Hey,
gracias por la charla.

—No hay problema. —El joven policía me guiña un ojo—. Ten


cuidado de camino a casa.

Danny desaparece dentro de la multitud de gente así que


comienzo a salir al estacionamiento. Mi pierna se sentía muy dolorida
y sentía un dolor de cabeza viniendo con fuerza. Me apoyo contra la
pared y tomo respiraciones lentas y profundas.

10 Rain check: Una promesa de que dicha oferta denegada será renovada en el futuro. Este
término viene del béisbol, donde en la década de 1880 se adoptó la costumbre de ofrecer un
pase por lluvia a los espectadores dándoles el derecho de admisión en el futuro para un juego
que fue pospuesto o terminó temprano por el mal tiempo.
Permanezco allí durante lo que parecen horas, ojos cerrados
mientras trato de calmar el latido en mi muslo. Una mano cae sobre
mi hombro e instintivamente lanzo mi puño derecho. Pierdo el
equilibrio y caigo al suelo, aterrizando con un fuerte gruñido cuando
mi hombro se encuentra con el hormigón.

—¡Mierda!

Mis ojos se desvían hacia arriba y aterrizan en Tiernan Callahan


en jeans y una camiseta de hockey. Sus ojos se abren ampliamente
al notar mi pierna. Mis jeans se habían subido, revelando mi prótesis.

—Oh hombre, no quería… —comienza.

—¡No! —Me sostengo de la pared y lo apunto con un dedo—. Página


¡No pongas esa mirada en tus ojos como si me tuvieras lástima! 72

Tiernan cruza sus brazos. —Iba a decir que no quería asustarte


—explica.

Entierro mis dedos en una grieta en la pared y lucho por levantar


mi cuerpo del suelo. Tiernan, para su crédito, no hace ningún
movimiento por ayudarme.

Aun así, me molestaba.

—Gracias por la mano —arrastro las palabras.

—Estoy muy seguro de que, si te la hubiera ofrecido, no la


hubieras tomado.
—Esa es la cosa más inteligente que has dicho. —Una vez de
pie, me balanceo en mis pies y mi visión se vuelve borrosa. El dolor
de cabeza estaba llegando ahora.

—Hey. —Tiernan se acerca a mí con cuidado—. ¿Estás bien?

—Cabeza —murmuro, sosteniendo mis sienes.

—Déjame llevarte a casa, ¿de acuerdo?

Levanto la mirada y entrecierro los ojos. —¿Por qué ibas a hacer


eso?

—Porque soy un policía y no puedo dejarte en este estado


detrás del volante. ¿Has bebido?
Página
—No, sólo tuve agua. 73

—¿Comida?

—Yo…

Mierda. Realmente no había comido nada en todo el día, ¿o sí?


Bueno, excepto por los nachos, que no eran mucho. Estaba
demasiado ocupado arreglando cosas raras en casa de mi madre
mientras ella y sus amigas tenían su reunión del club de lectura. De
hecho, no había comido realmente nada desde el día anterior,
tampoco.

—No he comido.
—Bueno, vamos. ¿Dónde está tu auto?

—¿Qué hay del tuyo?

—Conseguí que me trajeran hasta aquí. Vamos. —Tiernan


comienza a caminar y luego mira atrás hacia mí—. ¿Necesitas ayuda?

—No. —Frunzo el ceño—. Está allí. —Señalo mi Jeep.

Tiernan camina hacia adelante mientras trato de llegar a mi


auto. Después de demasiadas horas usando la prótesis, sentía una
sacudida de dolor cada vez que me apoyaba contra ella. Llego al Jeep
y exhalo mientras elevo mi cuerpo al asiento del pasajero. Tiernan
se gira hacia mí y me extiende su mano.

—¿Llaves? Página
74

—¿Por qué me estas ayudando?

—¿Es mi trabajo? Servir y proteger, ¿recuerdas? —Sonríe—. Me


gusta darles a los contribuyentes el valor de su dinero.

—Quiero darte una bofetada —gruño.

—Tal vez más tarde.

Cierro mis ojos mientras el Jeep avanza. Mi estómago retumba


y vuelvo a sostener mi cabeza. Dios, el dolor golpeaba mis sienes. El
Jeep se detiene así que abro los ojos. Tiernan se había detenido ante
una luz roja.
—¿Dónde vives? —pregunta.

—Queens.

—Muy bien, eso es útil. Simplemente me detendré en cada casa.


¿Dirección?

Se la doy rápidamente y cierro mis ojos de nuevo.

La siguiente vez que los abro de nuevo escucho la puerta lateral


del conductor cerrarse. Tiernan aparece en la puerta del pasajero,
abriéndola para mí. Aparto su mano y me deslizo fuera. Una fuerte y
reconfortante mano aterriza en mi bíceps.

—Hey, déjame ayudarte, ¿de acuerdo? No siempre tienes que


ser el chico fuerte. Página
75

No tenía la energía para luchar; quería entrar en casa y quería


mi cama. Quizás algo de comida, también. Tiernan desbloquea la
puerta y busca el interruptor de la luz. Un suave resplandor naranja
ilumina el vestíbulo y Tiernan me ayuda a llegar al sofá.

—¿Dónde está la cocina?

—¿Huh? —parpadeo.

—Comida, Ramos. Necesitas un poco.

La señalo y desaparece por el pasillo. Me desabrocho el zapato


y me inclino para sacar la prótesis. Me doy cuenta de que mis
pantalones también tienen que salir y oscilo fuera de ellos, agarrando
la manta del sofá para proteger mi polla cubierta por el bóxer.
Remuevo el apéndice, suspirando con felicidad mientras el dolor
inmediatamente disminuye. Cierro los ojos una vez más, me relajo
en el sofá con una sonrisa satisfecha.

—Ramos.

Abro un ojo. —¿Hmm?

—Vamos, siéntate. Come algo de esto. ¿Hay por aquí alguna


pastilla que deba conseguirte?

—No. —Sacudo la cabeza—. En realidad no. Tomo un poco de


ibuprofeno de vez en cuando si el dolor llega a ser demasiado.

—Parece que es demasiado. —Tiernan me mira con Página


76
escepticismo.

—No, está bien ahora. Sólo necesitaba quitarme esta cosa. —


Hago un gesto hacia mi prótesis.

—¿Qué hay de tu cabeza?

Busco el plato de comida y tomo un bocado grande de fideos


cubiertos con queso.

—Una vez consiga introducir algo de comida, entonces estaré


bien.

—Te traje algo de ibuprofeno de todos modos. Lo encontré en


la cafetera. Aquí hay algo de agua, también.
Tomo ambos ofrecimientos y trago las píldoras, mirando a
Tiernan de cerca.

—¿Quién eres? —pregunto.

—¿Qué?

—No eres el chico que conocí en el cementerio en noviembre o


con el que nos encontramos en la universidad.

Después de la pelea en el cementerio, vi a Tiernan de nuevo


cuando fui con Matthew Hawke, Casper y Slater a la universidad
donde el ex novio de Drakon enseñaba. Le habíamos dado un tiempo
difícil y alguien había llamado a los policías. Tiernan había aparecido
y yo le había mostrado el dedo. Sonrió ante el recuerdo. Página
77
—Confía en mí, sigo siendo ese chico. —Tiernan se sienta en la
mesa del café y deja caer las manos entre las rodillas.

—Me gusta Danny. ¿Cómo es que termino atrapado contigo?

—Larga historia. Ahora come tu comida. —Tiernan comprueba


su reloj.

—¿Necesitas irte?

—No, mañana estoy fuera, sólo estoy comprobando cuanto


tiempo tardaras en desmayarte.

Frunzo el ceño y tomo otro bocado de comida. Limpio el plato


completo así que Tiernan me consigue más. Bebo la mitad de la
botella de agua mientras engullo otro plato entero. También lo dejo
limpio, me reclino contra mi espalda de nuevo, ojos cerrados.

—¿Ramos?

—¿Si?

—¿Quieres más?

—No. Cuida mi comida, bebé. Shhh.

Escucho una risita suave así que abro los ojos encontrando a
Tiernan alejándose con el plato, su culo apretado balanceándose
ligeramente.

Espera, ¿qué? Página


78
Dios, estaba cansado.

—¿Ramos?

Me inclino hacia la voz. Era tan seductora, y el olor que provenía


del cálido cuerpo a mi lado era embriagador. Un brazo se envuelve a
mí alrededor y luego me encuentro flotando en el aire. Inhalo
profundamente y sonrío ante el aroma a jabón y algo completamente
viril. Suspiro cuando mi espalda golpea contra las sabanas frescas y
ruedo a mi costado, enterrando mi rostro en la suavidad.

—Buenas noches, Ramos.

—¿Callahan?
—¿Si?

—¿Por qué eres tan idiota?

Un suave suspiro acompaña a la cálida mano frotando mi


hombro.

—Perdí a mi hermano, Ramos. No pudo decirme quién era


realmente, y ahora no puedo decirle que lo habría amado sin
importar qué. Que seguía siendo mi Mason Jar.

—¿Huh?

—Vete a dormir, Ramos.

—Hiciste que me arrestaran —murmuro. Página


79
—Sí, lo hice. También conseguí que arrestaran a los dos chicos
que te agredieron a ti, Casper y Cassidy. Ambos portaban armas de
fuego, Ramos, y ellos estaban perdiendo la pelea. Sabía que en
cualquier momento sacarían las armas y no podía dejar que eso
sucediera. Ahora, vete a dormir.

—No me lo habías dicho…

Una risa suave flota sobre mí y entonces estoy fuera.


Abro un ojo. La habitación ya no está oscura. Me encontraba en
mi propia cama, en mis bóxers. Me siento y encuentro mi pierna y
muletas junto a la cama, con un vaso de agua y más ibuprofeno en
la mesita de noche. Una nota colocada debajo de la taza, la levanto
y la saco.

Ramos,

Te he hecho el desayuno, se está calentando. Espero que te


sientas mejor hoy.

Tiernan.
Página
80

Me encuentro sonriendo mientras leo la nota otra vez.


Recordaba fragmentos de nuestra conversación, pero no mucho más.
El chico seguía siendo un imbécil en lo que a mí respecta, sin
embargo. Él y su familia no habían visto –o no habían querido ver–
lo que su horrible comportamiento le había hecho a Casper Kennedy.

La gente no cambia.

Simplemente no lo hacían.

Había pasado a recoger a mi madre para la iglesia. Esa era la


única cosa que ella me pedía, y me sentía inclinado a obedecerla.
Había estado allí para mí cuando había tocado fondo, trayéndome de
vuelta del oscuro lugar al que me había ido con las bebidas
alcohólicas. Estaba sobrio ahora, cinco años de fuerza y contando.

Veía a hombres volver de la guerra sin piernas y beber hasta el


olvido. Yo había comenzado después de ver a mis amigos morir justo
en frente mío. Los recuerdos, las pesadillas, todo había llegado a mi
cabeza así que bebía para olvidar. Entonces mi padre murió de un
ataque al corazón y me fui en espiral.

Aprieto la mano de mamá y le sonrió. Ella me había golpeado la


cabeza y me había dicho que mis chicos odiarían verme en ese estado
y que mi padre me habría pateado el culo.
Página
Después de dos DUIs11, conseguí estar sobrio. 81

—Amen. —Inclino la cabeza mientras el servicio continúa.

El sol ilumina la iglesia mientras las puertas se abren, dejando


salir a la congregación a otro nuevo día. Dejo a mamá en casa y
luego me dirijo a la ciudad. Tenía un trabajo con el que ponerme al
día y quería detenerme y ver a Delaney otra vez. Me detengo en el
estacionamiento y sonrío al ver el Land Rover aparcado dos espacios
abajo.

Mi compañero de batalla, Slater, había decido invertir en un auto


ya que su trabajo lo llevaba más allá que el mío y la tarifa del taxi se

11 DUIs: es una abreviatura de ‘conducir bajo influencia’ de bebidas alcohólicas o cualquier


sustancia controlada o química.
estaba volviendo cara. Slater y Casper se habían comprometido con
un Land Rover cuando Slater había comenzado a hablar de
Hummers. Me rio un poco y camino dentro del edificio con aire
acondicionado. Slater se encontraba sentado en su escritorio, con los
pies apoyados sobre un montón de papeles.

—¡Hola, tú! —Slater me agita la mano—. ¿Cómo te va con esa


pierna?

Agarro mi polla y meneo mis cejas. —Todavía tengo dos. Es


domingo, —señalo— ¿por qué estás aquí?

—¿Por qué estás tú aquí? —Slater me entrecierra los ojos.

—Delaney fue arrestado hace un par de noches. Página


82
—Aw, mierda —suspira Slater, frotándose el rostro con sus
manos—. ¿Qué paso?

—Consiguió unas cuantas bebidas en el Social. ¿Adivina quién


lo arresto?

—¿Quién? —pregunta Slater con recelo.

—Tiernan Callahan. —Sonrío mientras el rostro de Slater se


contorsiona. Ira y rabia burbujeando a la superficie así que coloco
una mano calmándolo—. Cálmate. De hecho, salió bien.

—Explícate. —Las cejas de Slater se levantan.


—Bueno, conocí a su compañero, a quien le gustan los hombres,
por cierto. —Me rio mientras la boca de Slater cae abierta—. Yup,
gay. De todos modos, conseguí que Delaney fuera a asesoramiento,
que es lo principal. Yo estaba inquieto y el compañero de Callahan
me había invitado al partido de hockey de los policías contra los
bomberos, así que decidí ir.

—¿Y?

—Digamos que regresé a casa con Callahan.

Slater se sienta derecho. —¿Qué mierda? ¿Lo abordaste?

Me rio tan fuerte que resoplo. —¡No! Saca tu mente fuera del
desagüe, puta. Página
83
No es que me opusiera a doblar a Callahan sobre una, santa
mierda, ¿de dónde demonios había salido eso? Me encuentro con los
ojos de Slater y veo la travesura en los suyos.

—¡Oh, no lo hagas! Fue amable y eso fue todo. No me sentía


muy bien así que me llevo a casa y me alimentó.

—¿Tu casa o la suya? —Slater gira un lápiz entre sus dedos y


sonríe.

—Mía. Maldita sea, ¡tienes una mente sucia!

—¿La tengo?, en cualquier momento, ¿he dicho algo sobre


sexo?
—Sí, simplemente me acabas de preguntar si lo abordé. —Cruzó
los brazos y lo fijo con una mirada.

—Olvide que María vive contigo. No hay chicos siendo


abordados en tu casa.

Mis hombros se desploman. —Ella ya no está allí.

—¿Qué? ¿Se fue otra vez?

—Aparentemente, sólo había vuelto conmigo porque la gente le


estaba dando mierda acerca de abandonarme en tiempo de
necesidad.

—¿Por qué no dijiste nada?


Página
Me encojo de hombros. —Hay cosas más importantes en la vida. 84

—Maldición, Ramos. Lo siento.

—No lo sientas. —Agito una mano cansada hacia Slater—. Ya he


terminado con esa mierda de todos modos. Ella tenía razón. Las
cosas entre nosotros habían terminado hace mucho tiempo. Creo que
me quede con ella porque era cómodo.

Slater inclina la cabeza, mirándome. —Entonces, ¿el policía?

—Tiernan fue realmente muy cool.

—Oh no —suspira Slater, sacudiendo la cabeza.

—¿Qué?
—La mirada en tu rostro ahora mismo cuando dijiste su nombre.
Estabas sonriendo.

—¡No lo estaba! —protesto.

—Oh, Ramos. Parece que podrías estar volando en el avión bi.

—Amigo, no pongo etiquetas de mierda, ¿de acuerdo? Gay, bi,


trans, no significa ni una maldita cosa para mí. Amas a quien amas,
caso cerrado.

—¿Lo amas? —Los ojos de Slater se abren cómicamente.

—¡Vete a la mierda, Cassidy! —grito mientras camino dentro de


mi oficina.
Página
85
A lo largo de las dos semanas siguientes, comienzo a
acostumbrarme a Danny. Era franco y molesto, masticaba goma de
mascar como una vaca con una rumia fresca, pero en realidad me
gustaba. No habíamos hablado sobre el incidente en la Marquee
cuando Ramos me había confrontado, pero podía ver que estaba
ansioso por preguntar. A favor de Danny, él no lo había mencionado
ni una sola vez.

No le había dicho que llevé a Ramos a casa después del partido


Página
de hockey. Eso era abrir un montón de mierda de la que no quería 86
pensar.

Ramos había parecido… vulnerable esa noche, y parte de mi


quería protegerlo. Sabía cómo sonaba eso. Ramos era más alto y
grande que yo, pero sentía esa insana necesidad de asegurarme de
que estuviera bien. Suspiro y cierro los ojos. Tenía unos días de
descanso y los iba a pasar en Long Island.

Había sido el lugar favorito de Mason cuando venía a casa de


permiso y quería sentirme más cerca de él. No había oído nada de
Michael desde el partido de hockey, pero eso no era una sorpresa.
Odiaba perder contra nosotros, incluso en los partidos de
entrenamiento.
Danny y yo nos encontrábamos atrapados en el tráfico y él
estaba golpeando sus muslos a un ritmo que sólo él podía oír. Me
estaba poniendo los nervios de punta.

—Finnegan —digo bruscamente.

—Tengo algo de información sobre tu chico. —Mira por la


ventana.

—Él no es mi chico. —Me reclino en el asiento y avanzo dos


metros más en el tráfico—. Espera, ¿qué? —Me vuelvo para enfrentar
a Danny—. ¿Qué tipo de información?

—¿Curioso? —Danny menea las cejas y mastica chicle—. ¿Qué


pasa si lo buscan por asesinato? —pregunta dramáticamente. Página
87
—Se me hace difícil pensar que Darío Ramos sea un asesino —
digo arrastrando las palabras.

—Y sabes su nombre de pila —sonríe Danny.

—Cállate y dime, ¿quieres?

—¿Quieres decir que no lo has investigado?

Me remuevo en el asiento. —Um bueno, no totalmente.

—Ha tenido dos arrestos, uno a los diecinueve y el otro cuando


tenía veinte años.

—¿Por qué?
¿Quería saberlo? ¿No era esto empujar las líneas de la
privacidad? Demonios, estaba pasando por encima de ellas. ¿Qué
mierda había estado pensando Danny?

—DUIs. Parece que Darío Ramos se fue en picado cuando volvió


de su primer despliegue. Fue ordenado por su comandante al AA y a
ver a un terapeuta como condición para regresar al servicio activo.

—Esa es información militar, ¿dónde conseguiste eso? Espera,


no importa. No quiero saberlo.

—Ahora trabaja con el Wounded Warrior Project, es


patrocinador de AA y modelo a tiempo parcial. Pero ya sabías eso, Página
¿no? ¿Has visto el nuevo comercial? ¡Maldita sea el hombre es más 88

caliente que Hades!

Mi cabeza se gira de golpe hacia Danny con una amenaza en la


punta de la lengua y entonces veo la sonrisa que está luciendo
orgullosamente.

—Idiota —murmuro.

—Oh Dios mío, ¡estabas tan celoso ahora mismo! —Danny se


carcajea apuntándome.

¿Podría este día volverse más largo?


Al parecer, sí podía. Cuando regreso a la estación, mi capitán se
encuentra esperándome, golpeteando con su pie.

—Callahan. El psiquiatra te está esperando.

—¿Qué?

—¿Creías que se me había olvidado? —Le sonríe a Danny y


luego se vuelve hacia mí con el ceño fruncido—. Ve. —Y en realidad
me espanta con sus manos.

Camino con dificultad por el pasillo hacia el departamento del


Página
psiquiatra y toco la puerta. La había visto antes en la estación. 89
Llevaba gafas con marco de metal y su cabello siempre estaba sujeto
en un moño. Me recordaba a una bibliotecaria. O a una monja de
escuela católica, dado que la mayoría de ellas ya no usaban hábito.
Toco a la puerta y escucho un ‘entre’ desde el otro lado. Nuestros
ojos se encuentran y hace un gesto hacia el asiento frente a su
escritorio.

—Tengo la sensación de que no quiere hablar conmigo, oficial


Callahan.

—Está en lo correcto —confirmo. ¿Por qué mentir?


—Entonces, tu hermano Mason murió en combate y ahora tú
estás… —Hace una pausa y coge una hoja de papel—. Lleno de ira.
—Me mira por sobre el borde de las gafas.

Cruzo las manos en mi regazo y mantengo el contacto visual.


Había oído historias sobre ella antes, ella no jugaba. Realmente no
quería hablar de Mason.

—Después de su muerte, ¿descubriste que tu hermano era gay


y estaba comprometido?

Asiento.

—Así que sentiste la necesidad de desquitar tu enojo con todos


a tu alrededor, excluyendo a tu hermano y a tus padres. Página
90
Una vez más, asiento.

—La persona con la que realmente estás enojado es Mason,


¿cierto?

—¿Esto es de lo que vamos a hablar durante toda la hora?

Ella se inclina hacia delante y entorna sus ojos.

—No puedes comenzar a sanar hasta que confieses lo que


realmente te está carcomiendo, oficial Callahan. He visto tu
expediente. Estaba impecable hasta que tu hermano murió. Ahora
tiras de la palanca sin ninguna razón. Tomas decisiones
cuestionables. Estas poniendo en peligro tu carrera.
—¿Qué quieres que diga? ¿Qué me siento como si ni siquiera lo
hubiera conocido? ¿Que tenía toda esta vida en la que no estaba
incluido? ¿Que de alguna manera yo no le importaba? Bueno,
¿adivina qué? ¡Así es como me siento! ¡Era mi hermanito y yo ni
siquiera lo conocía!

—Lo hacías. Simplemente elegiste ignorar todas las señales.

¿Lo había hecho? Nunca había visto a Mason en citas, pero él


estaba tan concentrado en la escuela que en realidad no lo había
registrado. Todos fuimos a la escuela católica únicamente de chicos,
así que no era extraño que Mason no fuera a citas. Entonces se unió
al servicio y estaba demasiado ocupado para salir. O eso había dicho Página
91
él.

—¿Lo habrías amado menos si lo hubieras sabido?

Levantó la mirada. —No.

Ella une sus manos sobre el escritorio. —Piensa con quién es


con el qué estas verdaderamente enojado, oficial Callahan. Ve a
verlo, haz las paces con él y déjalo descansar antes de que estés
desempleado.

Todavía estaba considerando sus palabras cuando sus últimas


palabras le hacen levantar rápidamente la cabeza.
—También quiero hablar del robo que tú y el oficial Finnegan
atendieron.

—¿Qué pasa con eso?

—Tenías una pistola en la cabeza, oficial Callahan.

Dios, realmente no quería hablar de ese día, pero sabía que no


lo dejaría ir.

—Sobreviví. Danny estaba cuidando mi espalda. Mire, hablar de


mierda como ésta no siempre mejora las cosas. A veces olvidar es lo
mejor. ¿Ha pensado alguna vez en eso?
Página
Me frunce los labios, hace una pausa por exactamente tres 92

segundos, y sacude la cabeza.

—Quiero verlo de nuevo, oficial Callahan. No me haga seguirlo


la próxima vez. Dos semanas a partir de hoy.

—Bien.

Para el momento en que salgo de la comisaría, ya son las nueve


de la noche. Ya había preparado una bolsa para mi viaje así que me
dirijo a casa de mis padres. Le había prometido a mamá que pasaría
antes de irme a la isla. Ya no sabía que pensar de ella o de papá. Era
como si vivieran en su propio pequeño mundo. En lo que a ellos
respectaba, Mason nunca había sido gay, nunca había estado
comprometido.

Están en la sala de estar cuando llego y saludo a ambos antes


de dirigirme a la cocina para tomar una bebida. Su portátil está
situado sobre la mesa de la cocina así que me detengo para ver la
imagen congelada en la pantalla de Mason sonriendo ampliamente.
Era el vídeo que Casper había tenido la amabilidad de enviar. Presiono
‘play’ y me siento.

—Hey, bebé. Dios te extraño tanto. No puedo esperar para llegar


a casa y casarme contigo. Sé que las cosas van a ser duras para Página
nosotros; puedo perder a mi familia, pero te tendré a ti y eso es 93
suficiente. Quiero que conozcas a mi familia, pero no estoy seguro
de cómo vaya a ir eso.

Mason se rasca la sien y luego sonríe de nuevo.

—Te amo, Casper, y no puedo esperar a sostenerte en mis


brazos de nuevo.

La tapa de la laptop es cerrada bruscamente y miro hacia arriba


encontrando a mi madre frunciéndome el ceño.

—¿Qué? —pregunto.
—No veas esa parte del vídeo con sonido. No deberías verla de
ninguna forma —me espeta.

—¿Por qué? Todos sabemos que Mason era gay…

—¡Él no era gay! ¡Estaba confundido! ¡Ese horrible jovencito


envenenó la mente de mi hijo!

—¡Ese jovencito te dio el único vídeo que tienes de tu difunto


hijo como un soldado, el único vídeo de los últimos meses de su vida,
incluso después de haber sido tan crueles con él!

—¿Qué está mal contigo, Tiernan? No pertenecía a ningún lugar


cerca de mi Mason.

—¡Era también MI Mason! —Me levanto y empujo la silla hacia Página


94
atrás—. Me voy.

—¿A dónde vas?

—Lejos de ti.

Camino a través de la casa, pasando el rostro de sorpresa de mi


padre mientras lo hago. No dice ni una palabra. No esperaba que lo
hiciera. Mi madre sostenía sus bolas en la palma de su mano. Entro
al auto y conduzco hasta Long Island. El clima se suponía que sería
agradable y no podía esperar a sentarme en la playa y revivir los
buenos días que Mason, Michael y yo habíamos disfrutado.
Me encantaba conducir. Siempre me había dado una sensación
de paz, un propósito; siempre pensaba mejor en el auto. Mientras
conduzco, mi mente vaga hacia mi último año de escuela secundaria,
el año en que me habían enviado a Durango, Colorado, para ser
consejero de campamento.

Mis dedos aprietan el volante mientras dejo que los recuerdos


vuelvan a aparecer. Tenía dieciocho, era estúpido y estaba caliente.

Durante un mes, había visto a niños hacer arte y manualidades,


montar a caballo y sentarse junto al fuego por la noche. Al comienzo
del segundo mes se me pidió que tomara a un grupo de niños por
una noche junto con otro consejero. Uno de los otros chicos, Jimmy, Página
estaba a cargo de la litera junto a la mía. Una noche, mientras 95

nuestros campistas dormían bajo las estrellas, me acorraló cerca de


la cascada.

Mis cejas se fruncen mientras recuerdo el sabor dulce de sus


labios, la dureza de hierro de su polla frotándose contra la mía,
nuestros gemidos y suspiros mientras nos separábamos.

Un auto me toca la bocina y me doy cuenta de que he cruzado


los carriles de tráfico y ahora me dirijo a Fire Island. Miro hacia el
agua mientras cruzo la Robert Moses Causeway12. ¿Qué demonios
estaba haciendo?

12 Fire Island: Fire Island es una isla de Nueva York, situada en el Condado de Suffolk, en el
sur de Long Island. Tiene una longitud de 48 kilómetros, y una anchura aproximada de 1 km.
Me detengo en el estacionamiento del Hotel Grove y tiro de mi
gorra de los Yankees más abajo sobre mis ojos. Cherry Grove era un
punto caliente para los hombres gay. Después de años de ser un
hombre fiel, obediente, buen católico, quería una liberación. Una
liberación de mis recuerdos de Mason, mis recuerdos de crecer con
padres demasiado estrictos, simple y llanamente de los viejos
recuerdos.

Era consciente de los ojos en mi culo cuando me registré y me


dirigí a mi habitación. Estaba cansado; mi liberación tendría que venir
mañana.

La mañana había llegado y engullo rápidamente el desayuno,


luego visito el Sunken Forest. Nunca había estado en Fire Island o Página
Cherry Grove, pero había oído historias a lo largo de los años. 96

—No estaban bromeando —murmuro mientras paso a dos


hombres besándose apasionadamente en la playa. Me siento y
extiendo mi toalla. El sol estaba en lo alto del cielo y una ligera brisa
enfriaba mi piel.

—Bueno, eres un buen bocado de hombre.

Levanto la vista encontrándome a un hombre rubio muy


pequeño mirándome con una sonrisa pícara.

—¿Eres nuevo aquí, dulzura?

—Um, sí.
—Iba a decir que ya no los hacen como tú. ¿Esos músculos y
tatuajes? ¡Estos chicos van a andar como perritos en celo tras de ti!

Mi nariz se arruga y el hombre frente a mí se echa a reír.

—Soy Bobby.

Se sienta a mi lado sin invitación y abro la boca.

—Soy T… —¿Realmente iba a darle a este chico mi verdadero


nombre?

—T, huh. ¡Me gusta! ¿A qué te dedicas, T?

—Soy… un bombero. —Termino lentamente con una sonrisa.


Página
Los ojos de Bobby se hacen tan grandes que pienso que se van 97
a salir de su cráneo. Lame sus labios, mirando mi pecho desnudo.

—¿Un porta manguera? Oh. Dios. Mío.

Bobby se abanica con la mano y me encuentro a mí mismo


riendo entre dientes.

—Algo así —digo con una sonrisa.

—¡Por favor, por favor déjame mostrarte los alrededores!

—¿Puedo conseguir un poco de sol primero?

—¡Uh huh! —Bobby rebota a mi lado.


—¿Cuántos años tienes? —Le entrecierro los ojos.

—¿De cuántos años me veo?

—Como, diecinueve.

—Tengo veintiún años, muchas gracias.

—Bien, bueno. —Me dejo caer sobre la toalla y coloco mis gafas
de sol sobre mis ojos.

Bobby me arrastra por todos lados. Veo más de Cherry Grove


de lo que realmente quería. Bobby era una buena compañía, sin
embargo. Señala todas las tiendas, clubs y vecindarios por los que
pasamos, dándome información histórica. Para cuando regreso a mi
habitación, estoy agotado y cansado. Le había prometido a Bobby Página
98
que lo encontraría en el club así que tomo una ducha.

¿Qué mierda estaba haciendo? Esto no podría terminar bien. Me


había escondido por una razón.

Llego al club y me coloco de espaldas. No quería ser visto y


difícilmente pensaba que me reconocerían, pero nunca se podría ser
demasiado cuidadoso. Una vez más me pregunto por qué había
venido aquí. ¿Para liberar qué? ¿Mi ira? ¿Mi dolor? Una mano se
desliza por mi culo y aspiro una respiración mientras los labios de
Bobby tocan mi cuello suavemente.

—Hola —respira.
Bobby se aleja de mí y estudio su rostro bajo las luces del club.
Rojo pasa por encima de sus facciones y un segundo más tarde el
azul sacude su cabello y rostro. Lo acerco jalándolo de la camisa y
enmarco su rostro con mis manos. Sus ojos se agrandan mientras lo
beso. Es descuidado y no romántico de mi parte, pero Bobby toma
el control, su lengua deslizándose contra la mía.

Un gemido se levanta de algún lugar profundo dentro de mí


mientras sus manos agarran mis caderas. En ese momento, ojos
aguamarina, labios fuertes y rellenos invaden mis pensamientos. Me
echo hacia atrás, limpiándome la boca con el dorso de la mano.

—No puedo —digo con voz ronca.

Bobby parece ofendido, pero entonces sus rasgos se suavizan Página


99
mientras la comprensión reemplaza el dolor en sus ojos.

—Oh, dulzura. No estás fuera.

—Me tengo que ir. —Me muevo más allá de él—. Lo siento, lo
siento mucho.

Dios, me sentía como una mierda. Me siento al lado de Danny


en el coche patrulla y trato de concentrarme en el tráfico delante de
mí. Después de mi desastroso viaje a Cherry Grove, parecía como si
nada pudiera ir bien para mí. Tenía un apartamento de vuelta a casa,
y había terminado atascado a causa de un aguacero torrencial.
Parecía apropiado que consiguiera mierda sobre mí.

La radio vuelve a la vida y Danny se tensa en el asiento de al


lado.

—Disparos en la esquina de Morningside y West One Hundred


Eighteenth.

—A cinco calles de la ruta.

Mientras conducimos hacia el lugar, Central nos alerta de más


policías llegando a la escena; esto había escalado rápidamente y
ahora era una situación de rehenes.

Cuando nos detenemos al frente, el área se encuentra Página


100
completamente cubierta con autos de policía y miembros del equipo
SWAT. Miro por encima a Danny con las cejas levantadas.

—¿Qué demonios?

Los equipos de los medios de comunicación se acercaban al


borde de la acera, colocando sus cámaras cerca. Apunto a uno de
mis hombres y lo jalo a un lado.

—¿Qué demonios está pasando?

—No estoy seguro todavía. Alguna anciana llamó avisando que


una pistola había sido disparada en el apartamento debajo del suyo.
Asiento y entonces me muevo de regreso a nuestro vehículo.
Pasa una media hora antes de que consigan que el chico dentro del
apartamento se ponga al teléfono. Me quedo cerca mientras el
negociador de rehenes trata de hablar con el hombre. Parecía
demente. De repente, me doy cuenta de que reconocía la voz.

—¡Ellos van a detenerme! —chilla al teléfono.

—Te lo dije, Delaney, soy español no un insurgente.

Mi sangre corre como hielo por mis venas mientras la voz de


Ramos atraviesa el camino. Parecía tan… tranquilo. Me acerco a la
furgoneta y escucho. Ramos estaba tratando de mantener a Delaney
en calma y yo quería patearme a mí mismo por no llamar a Ramos
la noche en que Delaney había sido arrestado. Página
101

—¡Eres uno de ellos! —grita Delaney.

Los francotiradores se encuentran instalados en el edificio


contiguo y de repente estoy muy preocupado de que Ramos reciba
un disparo. ¿Qué diablos estaba haciendo él allí?

Me dirijo a uno de los equipos de noticias y echo un vistazo a la


cámara. Ramos estaba de pie de espaldas a la ventana abierta.
Maldita sea. Él sabía lo que estaba haciendo. Estaba protegiendo a
Delaney, que caminaba de adelante a atrás frente a él, agitando una
pistola mientras hablaba. Dios, como quería estar allí ahora mismo,
tomando el ardor por mi error.
—Vamos, Delaney, Patrick. Me conoces. ¿Parezco un chico que
quiere matarte? Ni siquiera estoy armado, amigo mío. Vamos a tener
una buena charla, ¿de acuerdo? —Ramos levanta las manos, las
palmas hacia fuera—. Realmente no quieres hacerme daño, ¿verdad?
Soy tu amigo, hombre. Soy el que limpió tu vómito, te lanzó a la
ducha y te ayudó a salir de la maldita prisión. No vuelvas ahora.

Delaney parpadea y levanta la mirada hacia Ramos.

—¿Ramos?

—Sí —suspira audiblemente Ramos—. Baja la pistola, Delaney.


Tienes que saber que en este momento toda la policía de la ciudad
de Nueva York tiene armas apuntándote. No te mueras por esta
mierda. Te conseguiré la ayuda que necesites, ¿de acuerdo? Nadie Página
102
va a lastimarte.

—Sí. —Delaney pasa una mano a través de su cabello—. Sí, esta


genial.

Dejo escapar un fuerte suspiro mientras Delaney le entrega el


arma a Ramos. Una risita viene por el altavoz y tuve que sonreír ante
la facilidad con la que Ramos controlaba la situación.

—¿Qué diablos has tomado, Delaney? —pregunta Ramos.

—¡No he bebido! —protesta Delaney.

—No, pero estás tan alto como un cometa amigo. Vamos,


hagamos que te registren en el hospital, ¿de acuerdo?
Cruzo el espacio hasta el negociador de rehenes, que
simplemente se encuentra sacudiendo la cabeza con una sonrisa.

—La negociación más fácil hasta ahora —se ríe entre dientes.

—¿Tal vez deberíamos contratarlo? —Me rio junto a él.

—No podemos, es el hombre Rush.

¿Sabían todos que Ramos hacia comerciales? La puerta se abre


y Ramos camina fuera, Delaney detrás de él. Los oficiales corren
hacia delante y toman el arma lejos de él, esposando a Delaney
inmediatamente. Ramos palmea su hombro y se inclina hacia su oído,
susurrando algo que sólo ellos pueden oír. Delaney asiente y es
dirigido lejos. Ramos se gira y nuestros ojos se encuentran. Puedo Página
jurar que veo alivio en los suyos. Yo sabía que había alivio en los 103

míos.

Vuelvo a la comisaría después de cubrir toda la escena. Ramos


estaba siendo interrogado sobre los acontecimientos, y yo me
encuentro directamente con el capitán.

—Callahan, ¿no estas fuera de servicio? —pregunta.

—Lo estoy ahora, pero eso fue hace más de una hora y Darío
Ramos sigue siendo interrogado.

—¿Todavía? —La frente de mi capitán se arruga—. Jesús, el


chico era un rehén, no el tirador.
—¿Verdad? Entonces, ¿puedo…? —Señalo a la sala de
interrogatorios. El capitán me despide con un gesto de la mano y giro
la manija de la puerta y entro en la habitación.

—Callahan, ¿qué mierda estás haciendo aquí? —pregunta uno


de los detectives.

—Creo que cualquier información que necesites, la has


conseguido. Has mantenido aquí al sargento Ramos por más de una
hora y él fue el rehén.

—No puedes simplemente entrar aquí…

—¡Malloy! ¡Deja al Sargento Ramos ir a casa por el amor de


Dios! —grita el capitán desde el pasillo. Página
104
Sonrío y sostengo la puerta abierta. —¿Estabas diciendo?

—Jodido imbécil —murmura uno de ellos.

—Tengo que estar de acuerdo contigo en eso. —Ramos me


lanza una mirada.

Sigo a Ramos y me aseguro de que tenga todo con lo que había


entrado. Camino hacia el aparcamiento y lo observo mientras cruza
hacia su Jeep.

—¿Ni siquiera un agradecimiento? —Levanto las cejas.

—¿Por qué? Si no hubieras encerrado a Delaney en una celda


durante toda una noche, esto no habría ocurrido.
—¡Tú no puedes jodidamente saber eso! —escupo.

Ramos cruza el estacionamiento hacia mí y me empuja por el


pecho.

—Sí, lo hago. ¡Era inestable cuando comencé con él y estaba


haciendo progresos! ¡Tiraste todo eso al infierno!

—¡Estaba agitando una botella rota por todas partes!

—¿La puso en el cuello de alguien?

—¡Ese no es el punto! —grito prácticamente.

—El policía malo Callahan monta al rescate y pone a un hombre


con PTSD en el tanque durante toda la noche. Brillante, simplemente Página
genial. Mi primera evaluación sobre ti era correcta eres un 105

hambriento de poder, con título de idiota.

—¡No sabes nada sobre mí! —Empujo a Ramos lejos de mí


porque, hasta ese momento, no me había dado cuenta de que tan
cerca en realidad estábamos.

—Sé lo que le hiciste a Casper en el cementerio y eso me dice


todo lo que necesito saber.

—¡Maldita seaaaa! —Siseo—. ¡No sabes toda la historia!

—Sé lo que vi, Callahan. Una noche siendo amable conmigo no


borra todo lo malo.
—Oh Dios mío, si no fuera policía, ¡te patearía el culo ahora
mismo!

—Estas fuera de servicio, ¿o no? —Ramos invade mi espacio


personal.

Retrocedo unos pasos y él se mueve hacia delante.

—¿Qué está mal, Callahan? ¿No puedes pelear con un lisiado?

—No eres un lisiado, Ramos. —Me alejo de nuevo, mucho más


lejos esta vez y Ramos se mueve para invadir mi espacio de nuevo.
Estudia mi rostro durante un largo momento y luego retrocede como
si estuviera en llamas.

—Buenas noches, Oficial. Página


106

Lanzo un suspiro de alivio mientras Ramos entra en su Jeep y


se aleja. ¿Una cosa que noté? Él estaba duro como una roca.

Me paro frente a la puerta y levanto una mano. Quería golpear,


Dios sabía que quería, pero no podía obligar a mis nudillos a
encontrarse con la madera. ¿Qué estaba haciendo aquí? La puerta
frente a mí se abre y un sorprendido Casper Kennedy casi deja caer
la bolsa que está sosteniendo.
—¿Tiernan?

—Um, sí. ¿Eso es basura? Puedo sacarla por ti.

Casper me mira y entonces da un paso atrás. —Entra. Esto


puede esperar. ¿Esto es sobre Ramos y el problema?

—¿Sabes sobre eso?

—Sí, Ramos llamó a Slater después de la situación para hacerle


saber que estaba bien.

—Um, no. No es sobre eso.

Me detengo en el interior y miro alrededor del pequeño


apartamento iluminado. Fotos de Casper y Slater Cassidy adornaban Página
las paredes, así como de Ramos y Slater con uniforme. Me acerco a 107

una de ellas y sonrío. Ramos tiene el brazo alrededor de Slater y le


está mostrando el dedo al fotógrafo.

—Bonita foto, ¿huh? —Casper se ríe detrás de mí—. ¿Quieres


algo de beber?

—Agua estaría bien. Gracias.

—Seguro. Toma asiento. —Casper se mete a la cocina—. Tengo


que decírtelo, esto es realmente una gran sorpresa.

—Bueno, nos vimos en el club.

—Y en la universidad.
—Ah, sí. La universidad. —Asiento.

Casper vuelve a la sala con una botella de agua y se sienta en


el lado opuesto del sofá frente a mí. Tomo el agua ofrecida y trato
de sonreír.

—Al menos fuiste mejor en la universidad. —Casper bebe de su


agua y me mira con cautela—. Um… esto no va a terminar en una
sesión de gritos, insultos o esposas sobre mi persona, ¿verdad?

—Sí, sobre eso…, realmente lo siento, Casper.

—¿Qué parte? ¿Mantenerme alejado del funeral o perseguirme


en el cementerio cuando trataba de ver a Mason en el Día de los
Caídos? Página
108
—Me lo merezco —suspiro tristemente—. La cosa es, no estaba
tan enojado por el hecho de que fueras gay, o incluso que Mason lo
fuera. Estaba enojado por el hecho de que tú supieras más sobre
Mason que yo. Igual que Michael.

Los ojos de Casper se abren ampliamente.

—¿Qué?

Me reclino más al frente y me encuentro con los ojos de Casper.

—Nunca he sido un homofóbico, Casper, a pesar de que


prácticamente me crie de esa manera. Cuando supe que existías,
estaba herido y enojado porque Mason no había venido a Michael o
a mí. Tú conocías un lado entero de él que yo no. —Suspiro y me
froto el rostro—. Estaba celoso de que conocieras a Mason mejor que
yo. Su propio hermano.

—Mason Jar —dice riendo Casper.

—¿Te lo contó? —sonrío.

—¿Qué querías que fuera un Marine? Sí. —Asiente Casper—. Y


que constantemente él se encontraba atrapando luciérnagas en
mason jars.

Sonrío ante el recuerdo. Mason había tenido seis años la primera


vez que él recordaba haber visto iluminarse a los brillantes insectos.

—Yo he, ah, estado con un chico antes, Casper. Página


109

Casper se atraganta con el agua y se limpia la boca.

—¿Dilo de nuevo?

—No puedo ocultar esto de Michael ahora. Creo que está


molesto por lo mismo que yo. No creo que sea homofóbico, tampoco.
—Estudio el rostro de Casper—. El día del funeral, Michael y yo casi
fuimos en contra de los deseos de nuestros padres de echarte.
Estabas tan devastado, Casper, y luego mi comportamiento en el
cementerio… —trago con dificultad—. Estoy tan genuinamente
arrepentido.
—He esperado tanto tiempo para escuchar eso. —La voz de
Casper se ahoga con la emoción.

—Debería haberlo dicho hace mucho tiempo. Slater es un buen


hombre. Estoy feliz de que hayas encontrado el amor de nuevo.

—Sabes, en el fondo sabía que tú y Michael no eran


homofóbicos. Ambos son enormes. Si realmente me hubieran odiado
por ser gay, culpado porque Mason fuera gay, me habrían hecho algo
peor de lo que me hicieron. No me gustaba ser pateado, pero si
realmente hubieran querido hacerme daño lo hubieran hecho.
Gravemente.

Casper se inclina hacia delante y toma mis manos.


Página
—Quiero que vengas a mi boda. ¿Puedes hacer eso? 110

—¿Me quieres allí?

—A ti y a Michael, si él quiere.

—Me encantaría ir. —Sonrío—. Estoy seguro de que Michael


también ira. ¿Cuándo es?

—No lo sé. —Casper frunce las cejas—. Tengo que preguntarle


a Slater. —Casper suelta una risita—. Nunca verá venir esto.

—Bueno, cuando sea que decidas, házmelo saber y estaré allí.

—Tú y Michael son lo más parecido que tengo de Mason ahora


—susurra Casper—. Siento que todavía está aquí cuando los miro. —
Se sienta de nuevo, mirándome, y me remuevo. Sabía que debería
haber venido antes. Debería haber hecho más, pero todo mi enojo
estaba consumiéndome.

—Tú eres lo único que nosotros tenemos de él ahora, Casper.


Conoces todas las historias. ¿Puedes hablarme de él? ¿Cómo era en
ese entonces?

—Por supuesto, sería un placer. —Casper me coge de la mano


y busca mis ojos—. Hay otra cosa más, ¿verdad?

—Yo… bueno, Ramos…

Los ojos de Casper se abren de par en par. —¿Te gusta Ramos?

Sabía que mis mejillas estaban calientes y que gotas de sudor Página
111
se alineaban en mi frente.

—Oh, tenemos mucho de qué hablar. —Casper aplaude sus


manos juntas y yo rio.

Había llamado a Michael y dicho que se reuniera conmigo en el


cementerio. El Día de los Caídos se acercaba y ya no podía
permanecer en silencio. Después de mi charla con Casper, sentía
como un enorme peso se había levantado de mis hombros.
Sabía lo que quería; sólo tenía que tomarlo. Sólo esperaba que
Ramos me quisiera de la misma manera. Apoyo mi frente contra la
lápida de Mason y dejo escapar un enorme suspiro.

—Me pregunto si te habrías sentido mejor sacándolo todo,


Mason. Espero que Michael lo entienda.

—¿Esperas que entienda qué?

Me levanto de un salto y trago con dificultad. Michael era mi


gemelo, algo así. Era más alto que yo, uno noventa, con el mismo
color de cabello y penetrantes ojos grises. Aquellos ojos que ahora
se centraban en mí y yo me muevo nerviosamente.

—Um, gracias por venir —murmuro. Página


112
—Bueno, me llamaste al lugar de reposo de Mason, sabía que
tenía que ser importante.

Tomo una respiración profunda y me encuentro con sus ojos. —


¿Todavía amas a Mason?

Michael pareció estremecerse. —¡Por supuesto que sí!

—¿Incluso aunque fuera gay?

—Eso no hace ninguna diferencia para mí. Sólo desearía que


nos lo hubiera dicho.

—Es por eso que estamos aquí —digo lentamente—. Me… me


gusta un hombre.
Todo estaba tan tranquilo. Podía oír cada silbido de pájaro en la
distancia. El rostro de Michael se mantuvo ilegible por unos cinco
segundos. Entonces sus ojos se llenaron de lágrimas y me agarró,
sosteniéndome fuerte.

—Gracias —susurra roncamente en mi oído.

—¿Qué? —Tiemblo en sus brazos.

—Gracias por confiar en mí, Tiernan. Sólo desearía que Mason


también hubiera confiado en mí. No me importa una mierda si te
gusta un hombre. Te amo.

Me quiebro. No había llorado tanto desde el día que me enteré


que Mason estaba muerto. Michael y yo nos sostenemos mientras Página
lloramos. Amaba a mi hermano y había días que sentía que era todo 113

lo que me quedaba. Me aparto un poco y le sonrío. Michael se seca


los ojos y me rio.

—¿Qué? —pregunta.

—Tengo una confesión que hacer. ¿Recuerdas el día del robo al


banco?

Michael asiente.

—Vi la forma en que mirabas a ese niño.

Hace unos meses, fui llamado a un robo de banco. Habíamos


tenido que cerrar varias calles, y el departamento de bomberos
también había sido llamado. Recordaba ese día claramente porque vi
al mejor amigo de Casper, Drakon Mavros. Pero había algo más.
Michael había ayudado a un niño que estaba varado en la acera.
Había visto claramente un parpadeo de algo en los ojos de Michael.

Michael sonríe. —Lo hiciste, ¿huh?

—Así que, ¿nosotros tres? —me rio.

—Bueno, también me gustan las mujeres —añade Michael—.


Pero me he sentido atraído por hombres. —Me mira—. Es ese chico
Ramos, ¿verdad?

Mi boca debió haber caído abierta porque Michael se carcajea.

—Sip. Lo vi a un kilómetro y medio de distancia. Página


114

—Necesito un trago —suspiro.

—Yo también. ¿Social?

—Yup.

Y entonces iba a ir a ver a cierto español.


Me dirijo a casa después de hablar con la policía. Callahan se
había asegurado de que no estuviera detenido durante horas siendo
bombardeado con preguntas y estaba agradecido por eso, pero
nuestro combate verbal en el estacionamiento me había confundido.
Algo sobre Callahan estaba jodiendo con mi cabeza.

Delaney me había asustado hasta la mierda. Cuando me llamó


pidiéndome ir, había estado preocupado de que hubiera tomado algo
de jodido E. Había tenido razón en preocuparme.

El primer disparo se había perdido cerca de mi pie. ¿El segundo?


Página
No tanto. 115

El PTSD era una perra si no se trataba, y Delaney tenía un largo


camino que recorrer. Sentía su dolor, sin embargo. Sabía lo que era
despertar gritando y no parar por horas. La mierda que habíamos
visto en nuestros despliegues mantenía al diablo despierto por las
noches.

Tomé la ducha más larga que podía antes de que el agua se


enfriara, lavando lejos el día. Me dolía la pierna y sentía venir otro
dolor de cabeza. Como algunas sobras y me meto algunos
ibuprofenos para aclararme la mente.

Mis pensamientos se habían extraviado al ver a Tiernan hoy.


Sólo el verlo cuando salía de ese apartamento me había dado
una sensación de alivio. ¿Por qué? No tenía ni idea. Había hecho todo
el trabajo, pero ¿saber que él estaba allí? Ayudó de alguna manera.
Y maldición si el hombre no se veía caliente en uniforme.

Me estremezco y masajeo la mitad superior de mi muslo. El


hormigueo estaba volviendo y no sabía si tenía la energía para lidiar
con él esta noche. Gracias a Dios mamá nunca veía las noticias
nocturnas. Le había dado la versión PG-13 de los acontecimientos.

Estaba a punto de quitarme la prótesis cuando suena el timbre


de la puerta. Frunzo el ceño. Eran casi las diez y ya había hablado
con Slater dejándole saber que estaba bien. Había querido venir, pero
no estaba apto para la compañía. Me levanto del sofá y me dirijo a Página
la puerta. Compruebo por la mirilla y casi me caigo. 116

Tiernan Callahan estaba de pie en los escalones de mi escalera.


Abro la puerta y se sobresalta al verme. No estaba seguro de por
qué. Él era el que estaba frente a mi puerta.

—Hola.

—Hola. ¿Qué haces aquí?

—Quería, uh… —Tiernan suspira y pasa una mano a través de


su cabello.
Dios, el chico se veía bien. Pantalones ajustados y descoloridos
abrazaban sus enormes muslos y vestía una camiseta blanca
desgastada que prácticamente hacia el amor con sus bíceps de lo
fuerte que se abrazaba a estos. Joder, eso era caliente.

—¿Tú querías? —Aliento.

—Quería asegurarme de que estuvieras bien y pedir disculpas


por todo el asunto en el estacionamiento.

—Eso es dulce —sonrío—. Estoy bien.

—Te traje un sándwich. —Me lo tiende—. No comes lo suficiente.

—¿Me has estado observando de cerca, oficial Callahan? —Le


tomo el pelo. Página
117

—Yo… —Tiernan mira a su alrededor—. ¿Puedo entrar?

Me aparto a un lado y abro más la puerta. La cierro cuando


Tiernan se detiene en medio de la habitación.

—¿Qué pasa? —pregunto, tomando el sándwich y colocándolo


sobre la mesa del café.

—No soy gay —exclama bruscamente.

—Bieeen —digo entre dientes—. ¿Y por qué sentiste la


necesidad de venir aquí y decírmelo?

—Fui a Fire Island hace unas semanas.


Cruzo los brazos y asiento. —Bien.

—Conocí a este chico, Bobby, y él me beso.

—Um…

—¡No soy gay! —me grita Tiernan.

—Bueno, eso suena un poco… gay.

—¡Joder! —Tiernan se pasea de un lado a otro—. Me gustó o


algo así y sé cómo me hace sonar eso.

—¿Gay? —Me aventuro.

—¡Como un hipócrita! —Tiernan se pasea salvajemente por mi


Página
sala. Se detiene bruscamente y me mira—. ¿Sabes por qué no me 118
gustó mucho?

—¿El beso? —pregunto.

Asiente.

—¡Porque estaba pensando en ti, Ramos!

—Eso en realidad es un poco gay.

—¡Maldita sea!

Los hombros de Tiernan se desploman y por alguna razón, en


ese momento, quise que me besara. Sus labios estaban rellenos y
deseosos de ser mordidos, lamidos y succionados y que Dios me
ayude, quería probarlo. Agarro su mano y lo arrastro hacia mi pecho.
Un gruñido se le escapa y lo arrojo hasta la puerta principal,
aplastando su cuerpo con el mío.

—¿Quieres que te bese? —gruño.

—¡Sí!

Trazo su labio inferior con mi dedo índice y me inclino.

—¡Bien!

Nuestros labios se tocan, y una corriente eléctrica se dispara


hacia mi polla. Estoy duro en segundos y lamiendo la boca de Tiernan
como si estuviera ocultando mi sabor favorito bajo la lengua.
Maldición, sabía delicioso. Página
119

Nuestras lenguas se entrelazan, y mis manos corren por sus


costados, agarrando sus caderas y tirando de él aún más cerca.
Tiernan gime y lloriquea en mi boca y aprieto su culo entre mis
manos.

—Joder —respira Tiernan contra mis labios.

—Puedo hacer eso, también. —Mordisqueo su labio inferior—.


No creo que estés listo para eso, sin embargo. Ni yo, en este caso.

Corro la almohadilla de mi pulgar sobre su labio inferior


hinchado por el beso y sonrío. Los ojos de Tiernan estaban vidriosos
y jadeaba ligeramente.
—Yo… —Tiernan traga audiblemente.

—¿Tú? —Me inclino y lamo su labio inferior lentamente—.


¿Quieres más? Sé que yo quiero. No he besado a un chico desde el
bachillerato y no besaba tan bien como tú.

—¿Has… estado con chicos?

—Uno. Y todo lo que hicimos fue besarnos.

—Yo… no he hecho, bueno, ya sabes.

El rostro de Tiernan enrojece y lamo la comisura de sus labios.


Gime otra vez y envuelve sus brazos alrededor de mi cuello. Yo era
más alto que él; él medía tal vez uno ochenta, pero encajaba
perfectamente en mis brazos. Mis manos vagan bajo su camisa, Página
120
revelando piel suave y músculos endurecidos. No podía recordar la
última vez que he estado tan caliente.

Era divertido como mi dolor de cabeza se había ido


repentinamente.

—¿Qué diablos es esto para ti? —susurro, acercándolo más, mis


manos cavando en la parte trasera de sus vaqueros. Carne cálida y
tensa se encuentra con mis dedos callosos y gimo en el cuello de
Tiernan—. Esto definitivamente es conducta homosexual.

Tiernan suspira mientras agarro las mejillas de su culo,


atrayéndolo imposiblemente más cerca de mí. Quería a todo él
debajo de mí, gritando mi nombre. Su polla cubierta de mezclilla se
frota contra la mía y casi gimo ante el contacto.

—La primera vez que te vi —susurra—. No podía olvidar el color


de tus ojos.

Tiernan sisea mientras palmeo su erección a través de sus


vaqueros.

—Maldición —jadeo—. Estaba tan equivocado. No eres un JPI13.

Tiernan ríe suavemente. —Ni siquiera voy a preguntarte cómo


es que sabes sobre las pequeñas pollas irlandesas.

Levanto su rostro hacia el mío con las puntas de los dedos y Página
busco sus ojos. Parecía un poco nervioso, tal vez incluso un poco 121

asustado. No podía culparlo, yo estaba un poco fuera de mi elemento,


también. Había estado con mujeres durante mucho tiempo, pero
¿Tiernan? Algo acerca de este hombre me llamaba. También me
hacía querer golpearlo hasta la próxima semana.

Entonces me golpea.

Él me trata como a un igual.

Me había enfrentado y amenazado con patear mi culo. A mí, el


chico con la pierna protésica.

13
JPI: Jodido Pequeño Irlandés
No se ofreció a ayudarme cuando había caído. Pero se
preocupaba por si tenía dolor. Yo era simplemente Ramos.

Lo beso suavemente entonces, tomándome mi tiempo lamiendo


su boca, tocando su piel y respirándolo.

—Darío… —susurra Tiernan.

Levanto la cabeza y lo miro. —Dilo de nuevo.

—Darío.

—Ahora di que no eres gay.

—No soy gay. Soy bi.


Página
—Eso también funciona. 122

Sus manos se dirigen hacia mis caderas mientras lo beso


profundamente. Nunca he sido uno para besos, no realmente, pero
la boca de Tiernan era adictiva. Señor, sabía cómo besar. Me aparto
ligeramente, mi aliento abanicando sus labios. Cerramos los ojos y
empujo su nariz con la mía.

—Ven a la cama conmigo —susurro a través de su piel.

El asiente lentamente, como si no estuviera muy seguro.

—Nada de sexo, sólo besos —le aseguro.

—¿Tal vez un poco de toqueteo? —sonríe tentativamente


Tiernan.
—Oh, diablos sí. Habrá toqueteo. —Retrocedo lentamente,
entrelazando nuestros dedos mientras lo hago y jalándolo
ligeramente.

Viene voluntariamente, y camino a mi habitación con los ojos


de Tiernan en mi trasero. Estaba seguro de eso; no tenía que mirarlo
para saberlo. Cierro la puerta y me siento en la cama. Tiernan se
pone de rodillas delante de mí y abre mis muslos. Desabrocha mis
pantalones rápidamente y desliza la cremallera hacia abajo, jalando
la mezclilla también. Me insta a alzarme un poco y luego saca mis
vaqueros. Recorre sus manos por mis muslos y siseo mientras su
dedo meñique flota sobre mi polla erecta.

—Vamos a sacar esto, ¿de acuerdo? —susurra, señalando a mi Página


prótesis. 123

Le ayudo y apoya la prótesis contra la mesita de noche.


Entonces vuelve, masajeando la parte superior de mi muslo y
lamiendo mi pecho.

—Maldición, te sientes bien —suspiro mientras corro mis manos


por su espalda. Se inclina sobre mí, entre mis piernas, lamiendo y
mordisqueando mis pezones.

—Túmbate sobre tu espalda para mí. Deslízate sobre la


almohada —instruye Tiernan.

Maldición, haría todo lo que me pidiera en este momento.


Estaba cansado, pero cálido y cómodo.
Tiernan extiende la longitud de su cuerpo sobre mí y luego toma
mi rostro en sus manos. Nuestros ojos se encuentran y veo algo en
los suyos, un anhelo profundo por algo más.

Sus labios se encuentran con los míos lentamente y suspiro en


su boca. Besos ligeros como plumas llueven por mi rostro mientras
Tiernan me acomoda de la mejor manera posible. ¿Quién habría
pensado que el idiota del cementerio podría ser tan amable? ¿Tan
sexy? De acuerdo, tenía que admitir que pensé que era caliente
incluso en ese entonces. Su ira lo hacía aún más caliente.
Aparentemente, algo sobre un loco irlandés me excitaba. Me rio ante
la idea y Tiernan levanta la cabeza.

—¿Qué pasa? Página


124
—Dios, eras caliente incluso la primera vez que te conocí.
Aunque quería golpearte seriamente.

—Español —se ríe entre dientes Tiernan.

—Des-JPI —me rio.

—Ni siquiera sabía lo que eso significaba en ese momento y sólo


la forma en que me lo dijiste me molestó.

—He sido corregido. —Aprieto su polla y Tiernan jadea.

—Creo que llevas demasiada ropa.

—¿Es eso cierto? —Tiernan se ríe y se levanta.


Extraño la calidez inmediatamente, pero ¿el espectáculo que
empieza unos segundos después? Hacía que valiera la pena. Sus
vaqueros se deslizan hacia abajo por sus muslos fuertes y
musculosos y mi boca babea. Tiernan levanta el dobladillo de su
camiseta y se la quita en un sólo movimiento. Lamo mis labios ante
la vista de su pecho desnudo y tatuajes.

—Maldición, Copper. —Silbo.

—¿Si? —Tiernan sonríe, subiendo por mi cuerpo como un gato


salvaje preparándose para atacar a su presa.

—Mierda, sólo hazlo por mí —gimo cuando la mano de Tiernan


se desliza por la parte interna de mi muslo y descansa en el cruce de
mi cadera con mi ingle. Quería que me tocara, pero sabía que iba a Página
125
explotar tan pronto como lo hiciera. Sus labios masajean los míos de
la manera más agónica y pecaminosa. El hombre sabía cómo burlarse
de mí. Mordisquea mi labio inferior y luego lo lame.

—Amo tus labios —sonríe, mordiéndome suavemente.

Tomo su rostro entre mis manos y lo miro a los ojos. Él estaba


haciendo un buen espectáculo. Estaba asustado en este momento, y
maldición, yo también.

Podía verme cuidando a este hombre.

—Deja de hablar —susurro, empujándolo hacia mis labios.


Nos besamos por horas. Nunca había besado a alguien sin que
se convirtiera en sexo. Tiernan tocaba cada parte de mí mientras me
besaba. Sus manos recorriendo mis abdominales y mis muslos.
Finalmente rompemos el beso, ambos jadeando.

—¿Mi pierna no te molesta? —Examino su rostro de cerca.

Tiernan sonríe y se desliza hacia abajo por mi cuerpo. Se detiene


en mi rodilla y besa la piel cicatrizada. Sabía cómo se veía y trago
con dificultad mientras Tiernan pasa su mejilla por encima de esta.

—Esto es parte de ti, Darío. Es quien eres.

Lucho por no quebrarme en lágrimas mientras Tiernan deja


besos suaves en mi piel. Era un rudo, pero no había tenido sexo en Página
meses porque María no podía pasar de la parte que me faltaba. A 126

Tiernan no le importaba nada. Sus manos masajean mi pierna


mientras besa y lame. ¿Este era el mismo hombre que había conocido
hacía meses? Parecía como si Tiernan Callahan fuera una persona
completamente diferente. Le acaricio la mejilla y sus ojos se
encuentran con los míos.

—¿Quién eres? —susurro.

—Soy un imbécil. Soy bi y fui un completo y absoluto idiota con


Casper. Mi hermano estaba tan asustado de decirme quien era
realmente y ahora nunca llegaré a decirle que no me habría
importado. Lo amaba sin importar qué o quién fuera.
—Ven aquí —susurro, atrayendo a Tiernan hacia mi rostro.
Acaricio ligeramente su mejilla y me inclino para besarlo.

Se abre para mí y lo ruedo sobre su espalda, sujetándolo con


mi peso. Gime en mi boca mientras lo beso. Sus labios son suaves y
cálidos y su lengua baila junto con la mía. Joder, quería a este
hombre.

—¿Darío?

—¿Si?

—Gracias por ver al verdadero yo.

—Gracias por mostrármelo.


Página
Tiernan cae dormido entre mis brazos y no puedo dejar de 127

mirarlo fijamente. Es tan hermoso. Su cabello es tan malditamente


suave; No podía dejar de tocarlo. Un ligero rastrojo de barba cubría
su barbilla y labio superior, corro mis labios a través de este, amando
la sensación rasposa. Suspira suavemente y se esconde en mi cuello.

—Buenas noches, Copper. —Rozo un beso en la parte superior


de su cabeza.

Me despierto sólo. Ruedo a mi costado viendo una nota junto a


la cama junto con un vaso de agua y dos píldoras.
Me tuve que ir, llámame más tarde y hazme saber si puedo
dejarme caer por ahí.

Tiernan.

Me estiro en la cama vistiendo lo que estaba seguro era una


sonrisa ridícula. Tiernan y yo no tuvimos sexo, pero habíamos hecho
algo parecido hasta el amanecer. Me siento de un salto porque justo
en ese momento me doy cuenta de que no tengo su número. Mi
teléfono está en modo reposo junto a la cama y cuando lo golpeó
fuertemente, la pantalla cobra vida y el número de Tiernan brilla
contra esta.
Página
No podía evitar la sonrisa que se elevaba en mis labios. Tomo 128

una ducha y luego me dirijo a casa de mi madre. Trataba de pasar el


mayor tiempo posible con ella desde lo que había pasado con mi
padre y después de que yo casi muriera. Si no fuera por Slater
Cassidy, estaría muerto.

Mamá está con un delantal cocinando cuando entro en la cocina.


Amaba venir a casa. El tiempo parecía estar suspendido aquí.

—Mamá. —Me inclino y beso su cabeza.

Inhalo profundamente. Mi madre estaba haciendo pisto y el olor


a ajo, cebollas, berenjenas y especias invadían la cocina. Ella se echa
hacia atrás y me mira.
—Darío, luces cansado.

Bueno, besuquearme toda la noche con un policía caliente haría


eso. Me rio interiormente y luego me pongo serio.

—¿Podemos hablar? —pregunto.

—¿Estás en problemas? —Mi madre frunce el ceño.

—No. En absoluto.

—De acuerdo, —exhala en voz alta—. Déjame poner la tapa y


nos sentamos.

Me siento a la mesa y tamborileo mis dedos. Sabía que mi madre


era religiosa, pero nunca había tenido ni una mala palabra que decir Página
sobre los gais. Amaba a Slater y Casper. Toma mi mano y me mira 129

fijamente.

—¿Qué sucede, Darío? ¿Necesitas una coartada? ¿Algún lugar


para enterrar un cuerpo?

Me rio y le doy unas palmaditas en la mano.

—¿Recuerdas cuando te dije que María se había ido?

Mi madre escupe al suelo y unas cuantas maldiciones en español


salen de su boca. Me rio y trato de recomponerme.

—Bueno, yo… como que conocí a alguien.

—¿Es española?
—No, él es irlandés. —Espero a que la información se hunda.
Los ojos de mi madre se agrandan por un breve segundo antes de
que asienta.

—¿Es bueno contigo? —pregunta.

—¿No vas a enloquecer y orar por mí?

—¿Por qué haría eso? ¿Has usado crema depilatoria en tus…


cosas de nuevo?

Reviento de risa. Cuando regresé a casa de permiso, había


usado crema para quitar el vello de mi culo y bolas. Parece que no
sólo eliminaba el vello, sino que también la piel. Todavía me la debía
Slater por esa. Página
130
Mi madre me mira y entonces estalla en una sonrisa.

—Sólo porque voy a la iglesia no significa que esté de acuerdo


con todo lo que predican, mijo. Eres mi hijo y te amo.

Exhalo y lo siguiente que sé, es que recibo una palmada en la


cabeza.

—¡Ow! ¿Por qué fue eso? —digo frustrado.

—¿Estabas preocupado de que no te amara porque te gusta un


hombre? —resopla mi madre.

—Bueno, él no es cualquier hombre. Es un policía.


—Oooh, ¡piensa en la diversión que podrías tener!

—Ew, mamá, simplemente… ¡no!

Me pongo serio y tomo una respiración profunda. —Hay algo


que debes saber.

Le cuento toda la historia sobre Tiernan y Michael. Podía ver


como se ponía visiblemente molesta cuando hablaba de los Callahan
y de su trato hacia Casper.

—¿Pero ha cambiado? —pregunta mi madre cuando termino.

—Parece ser así. —Asiento. Mi teléfono suena y miro el


identificador de llamadas. Kennedy, Casper—. Hablando del diablo. Página
131

Golpeo ‘contestar’ y le doy unas palmaditas en la mano a mi


madre.

—Hey, Casper. ¿Te zumbaron los oídos?

—Nop, Slater no ha tenido la oportunidad de golpearme el culo


hoy.

—Bien, TMI14. ¿Qué pasa?

—¿Puedes venir?

—Claro, dame una hora. Estoy con mi madre.

14 TMI: Too much information. Demasiada información.


—¡Lo haré! —contesta cantando Casper, luego cuelga.

—Te quedaras para el almuerzo, ¿eh? —Mi madre me levanta


una ceja.

—No me lo perdería.

Llego con Casper poco después de una hora. Ni siquiera tengo


la oportunidad de tocar antes de que la puerta sea abierta y soy
arrastrado al apartamento. Slater se encuentra sentado en el sofá,
una pierna arrojada sobre el brazo y una cerveza en la mano. Casper
me acerca al sofá y me sienta. Le miro con recelo.

—¿Qué te pasa? —pregunto.

—Tuve un visitante. —Casper se balancea sobre sus dedos de Página


132
los pies.

—Bueno, ¿porque luces como si alguien te hubiera empujado


Pop Rocks por el trasero?

—Extraño los Pop Rocks —suspira Slater.

—¡Vi a Tiernan ayer! —sonríe Casper.

Me levanto de un salto.

—¿Te dio algún momento duro? —Prácticamente grito.

—No, y esa es la parte divertida. En realidad, se disculpó


conmigo y tuvimos una larga charla sobre Mason.
Me relajo un poco y me vuelvo a sentar.

—De acuerdo, bien.

—Me dijo que tiene un enamoramiento contigo —anuncia


Casper alegremente.

Trato de mantener mi rostro neutral, pero sabía que una sonrisa


se estaba formando. Besuquearme con Tiernan fue una de las
mejores noches de mi vida. Nunca antes había querido sostener a
alguien y besarlo. Casper me estudiaba de cerca. Una ceja se alzó y
luego Casper me entrecerró los ojos.

—¿Ramos?

—¿Si? Página
133

—¿Viste a Tiernan anoche?

—Podría haberlo hecho. —Encuentro algo para mirar a través


de la habitación.

—¿Ramos? —Slater se endereza en el sofá—. Escúpelo.

—Podríamos habernos… um, besuqueado toda la noche.

—¡¿Que?! —Casper casi se cae.

—¿Has montado al poni? —demanda Slater.

—¡No!
—¡¿Aplastaron a los meadores?!

Le señalo con un dedo. —Poético. Y no soy ese tipo de chico.

—¡Aww! —Sonríe Casper—. ¡Lo sabía! —Levanta el puño al aire.

—¿Qué sabías? —pregunto.

—Cuando vino aquí y hablamos de ti, le dije que tú nunca


podrías ser grosero con alguien que está siendo honesto.

—Tienes razón. —Asiento.

—¿Entonces? ¿Ahora qué? —Slater bebe de su cerveza con una


sonrisa.
Página
—No estoy seguro. Supongo que veremos a donde se dirige 134
esto.

—Apuesto a que se dirige a tu cama —se ríe Slater entre


dientes.

—Cállate.
No podía permanecer quieto en el auto de la patrulla. Estaba
seguro de que Danny pensaba que tenía un ejército de hormigas
rojas en mis pantalones. Estaba ansioso por ver a Darío otra vez. La
noche que pasamos juntos significaba algo para mí. Nunca había
saltado a la cama con alguien; no estaba hecho para encuentros
sexuales breves, aunque sólo nos habíamos besado. Sólo besado. Sí.
Eso realmente no describía como se sintió.

Danny me mira con cautela mientras bajamos por una de las


carreteras que patrullábamos. El sol empezaba a salir y las calles
Página
estaban oscuras. Entrecierro los ojos, observando todos los 135
callejones.

—¿Vas a decirme por qué luces como si hubieras inhalado gas


de la risa? —Explota una enorme burbuja y la aspira de nuevo
ruidosamente.

Le echo un vistazo con una sonrisa. —No.

—Tienes una erupción en tu barbilla.

—¿La tengo? —Me paso una mano por el rostro.

—¡AH! —Danny hace un pequeño baile en su asiento—. ¡Lo


sabía! ¡Estuviste con un chico!
—¿Podrías bajar la voz? —siseo con los dientes apretados.

—¡Oh vamos! ¡Nadie puede oírnos! —Danny coge la radio—.


¡Llamando a todos los autos! ¡Callahan lo consiguió con un tipo!

—¡No lo hice!

—Así que, ¿no follaron?

—No, no follamos —sacudo la cabeza y lo miro furioso—. Ya


basta.

—¡Oh vamos! ¡Dime quién es! ¡Apuesto a que lo sé! —Mastica


su chicle emocionado.

Sacudo la cabeza. No sabía si Darío quería difundir su Página


sexualidad, yo sabía que no quería. Todavía estaba tratando de 136

acostumbrarme al hecho de que besé a un hombre. Un hombre


caliente. Me rio entre dientes y escudriño entre la oscuridad. Una
sombra llama mi atención y me detengo en la apertura de un callejón.
Danny entra en modo policía y ambos salimos silenciosamente del
auto. Escuchamos ruidos de una pelea y alcanzo mi arma. Le hago
una seña a Danny y el asiente, dando la vuelta por el otro lado. Un
suave grito rompe a través de la tranquila noche.

—Por favor, ¡detente!

Eso era suficiente para mí. Agarro mi linterna y sostengo en alto


mi arma.
—¡NYPD! —grito.

Un hombre mayor con un peinado de copetillo se gira en mi luz


y el niño al que estaba golpeando corre por el callejón. Sin embargo,
lo vislumbro un poco y espero que Danny lo atrape en el otro lado.

—¡Abajo al suelo! —grito.

—¡Tengo remplazos de rodilla! —exclama frustrado.

—Abajo. En. El. Suelo. —Me muevo hacia delante, manteniendo


mi arma en alto—. Manos arriba donde pueda verlas.

Danny sale corriendo por el callejón y lanza una mirada al


hombre mayor. Su atención se vuelve hacia mí y asiente hacia el
hombre en el suelo. Página
137

—¿Viste al otro chico? —pregunto.

—Se me escapó.

Danny agarra sus esposas mientras le disparo una mirada.

—¿Qué? Es rápido. —Se encoge de hombros.

Un gemido a la izquierda me llama la atención y camino


alrededor del contenedor y miro detrás de este.

—¡Llama a una ambulancia!

Me arrodillo al lado del chico y tomo su mano. Estaba mal. Un


ojo se le había hinchado y su nariz estaba rota. Tenía el cabello
empapado de sangre. Su ropa parecía haber sido arrancada. Estaba
en bóxers y temblaba.

—Hola, está bien, soy un policía. ¿Puedes decirme tu nombre?

—Bobby —gruñe el chico.

Tomo una fuerte respiración y echo un vistazo más de cerca.

—¿Bobby? —digo, suavemente—. Soy T.

—¿Eres un policía? —Tose y se inclina en su costado—. Dijiste…

—Hey, está bien. La ayuda está en camino. ¿Ese tipo hizo esto?

Bobby asiente y yo aprieto los puños. Miro alrededor del


Página
contenedor de basura a Danny, quien tiene a copetillo esposado y se 138
encuentra leyéndole sus derechos.

—Aléjalo de mi vista, Finnegan —gruño. Me giro de vuelta hacia


Bobby cuando el sonido de las sirenas se hace audible.

—No me dejes… —solloza Bobby.

—No voy a ninguna parte, lo prometo.

Espero hasta que cargan a Bobby en la ambulancia y le aseguro


que lo veré en el hospital. Danny me lanza una mirada cuando
volvemos al auto de la patrulla, pero no dice nada.
Metemos a copetillo en la parte trasera del auto y conducimos
de vuelta a la estación. Al menos lo teníamos por asalto. Tratamos
de interrogarlo de camino, pero no conseguimos nada de él.

Tan pronto como Danny y yo procesamos a copetillo, nos


dirigimos al hospital. Encuentro a la enfermera de guardia y le
pregunto por Bobby.

—El sr. Laughlin está en cirugía.

—¿Ha dicho algo? ¿Cómo cualquier familiar al que llamar? —


pregunto.

—No. No tiene a nadie. —Ella sacude la cabeza tristemente.

Tomo asiento en la sala de espera y Danny se sienta a mi lado. Página


139
Sabía que tenía preguntas. Y estaba a punto de darle respuestas. Se
lo merecía.

—Conocí a Bobby en Fire Island —digo tranquilamente—. Me


mostró los alrededores. Es un buen chico. No quiero entrar en más
detalles.

—Lo entiendo. —Danny asiente—. No te preocupes, compañero.

Dos horas más tarde, soy escoltado a la habitación de Bobby.


Parecía frágil, pálido y tenía tantos cables brotando de él, que me era
difícil mirarlo. Apenas lo reconocía.

—Hey —digo mientras me siento.


—Así que, un policía, ¿huh? Eso me gusta un poco más. Ya
sabes, esposas y todo eso.

—Lamento haberte mentido.

—Esta genial. —Bobby contiene la respiración.

—¿Estás bien?

—El hijo de puta rompió mi costilla.

—¿Pensé que vivías en Fire Island?

—Voy los fines de semana.

—¿Qué hacías en el callejón, Bobby?


Página
—Escuché una pelea, así que fui a investigar. —Bobby se 140

estremece—. Movimiento erróneo supongo o correcto, depende de


cómo lo mires.

—¿Vas a estar bien? ¿Hay alguien a quien pueda llamar por ti?
Un amigo, ¿tal vez?

—No, no hay nadie. —Bobby gira la cabeza, mirando a la pared.

La puerta de la habitación se abre y Danny asoma la cabeza. —


Hola, el capitán quiere que le preguntemos cuando se, oh, estás
despierto. —Danny camina dentro y se sienta en la silla frente a la
cama.

—Sí eso está bien, sólo quiero dormir ahora —susurra Bobby.
—Claro, puedo regresar por la mañana. ¿Eso estaría bien? —
pregunta suavemente Danny.

—Sí, seguro —asiente Bobby.

Sonrío mientras Danny coge la mano de Bobby y la aprieta


Tiernamente. —Descansa un poco.

Lanzo mi mierda en mi casillero y camino por el pasillo con


Danny. En mi prisa por llegar al hospital lo antes posible, había
olvidado la mitad de mis cosas en mi casillero.

Mi capitán asoma la cabeza fuera de su oficina con una sonrisa.


Página
—Ahora eso es lo que me gusta ver. Mis dos mejores chicos 141

llevándose bien.

Danny le enseña el dedo a su hermano y yo cubro una


carcajada.

—Buenas noches, Cap. —Agito la mano hacia él.

—Luces especialmente feliz, Callahan. ¿Conseguiste una copia


de Como no ser un idiota por Danny?

—Yep, lo leí todo en una sesión —le guiño un ojo.

—¿Cómo está el niño? —pregunta el capitán.


—Bastante bien, para todo lo que ha soportado. Voy a ir por la
mañana y conseguir su declaración —responde Danny.

—Buenas noches, muchachos.

Danny y yo nos separamos en el estacionamiento y me lanza


una mirada mientras desbloquea su auto.

—¿Entonces? ¿Vas a decirme quien puso la sonrisa-permanente


en tu rostro junto con las erupciones rojas?

—Tal vez. ¡Pero no esta noche! —respondo mientras entro en


mi auto.

—¡Te odio, Callahan!


Página
Me carcajeo y salgo del espacio de aparcamiento. Me detengo 142

ante una luz roja y miro mi teléfono. Tenía un mensaje de Darío.

Estoy libre por si quieres pasar el rato.

Reviso la hora del mensaje y veo que ha sido enviado hace


horas. Miro la hora y me pregunto si es demasiado tarde. Envió un
mensaje de vuelta, de todos modos.

¿Todavía levantado para una visita?

Un segundo después mi teléfono suena.

¿Puedo besarte?

Oh infiernos sí.
Ven aquí.

Me rio y me dirijo hacia la casa de Darío.

Ni siquiera llego a tocar. La puerta vuela abierta y Darío me


agarra y me arrastra al interior. Mi espalda golpea la puerta y un
gruñido abandona mis labios. Darío está sobre mí en segundos y yo
me aprieto, sosteniéndome mientras devora mi boca. Su muslo se
desliza entre mis piernas y empuja contra mis bolas. Jadeo en su
boca y agarro sus caderas con fuerza.

—Te extrañé —gruñe contra mis labios. Página


143
Santo infierno. Yo también lo extrañé.

—Yo también —suspiro contra él.

Mi camisa vuela a través de la habitación y posteriormente los


cálidos labios de Darío se encuentran lamiendo y mordisqueando mi
carne. Mis manos se deslizan entre su cabello y un suspiro de pura
dicha deja mis labios.

—Maldita sea hueles bien, Copper —gime Darío contra mis


músculos pectorales.

—Jabón Irlandés primaveral —logro sisear entre mis dientes


apretados. Darío estaba mordiendo mis pezones.
—Por supuesto —ríe Darío contra mi cálida piel. Arrastra su
lengua por mi pecho y lame mi mandíbula. Se detiene y se aparta un
poco.

—¿Noche difícil?

—Sí

—¿Quieres hablar sobre eso?

—Quizá más tarde. —Tiro de él más cerca.

—¿Hambriento?

—No realmente. Sólo quiero ir a la cama. ¿Eso está bien?


Página
Examina mi rostro y asiente lentamente. —Sí. Lo entiendo. 144

Darío me conduce por el pasillo hasta la habitación y me


desnudo hasta mis bóxers cuando me meto en la cama. Me sigue y
ruedo en sus brazos. Me besa la sien y me relajo contra el calor.

—Arresté a un hombre esta noche por asalto. Conozco al chico


que fue golpeado.

—Mierda. ¿Él está bien?

—Creo que lo estará físicamente. ¿Mentalmente? No tanto.

—Sí, entiendo eso, también.


Me levanto sobre mi codo y miro dentro de sus ojos. —¿Todavía
sueñas con eso?

—Todo el tiempo. —Asiente—. Pero no lo hice la noche que te


quedaste.

Me recuesto y arrastró a Darío dentro de mis brazos. Se


remueve y oculta su rostro en mi cuello.

—No se por todo lo que has pasado, pero te prometo que haré
todo lo que pueda por ti, Darío.

—Veo a un psiquiatra y tengo terapia física, pero los demonios


siempre están ahí. Tengo que luchar todos los días para mantenerme
sobrio. Hundirse en esa botella quita el dolor, pero siempre vuelve. Página
Lo sé ahora. 145

—Si no quieres contármelo…

—No, en realidad quiero.

Permanezco en silencio durante todo el tiempo en que Darío


cuenta los sucesos de su carrera militar, la mierda que había visto y
hecho. Las vidas que tomó. Podía ver que esto era difícil para él así
que simplemente lo sostengo. No sabía lo que era estar en un país
extranjero luchando por tu vida, pero sabía lo que era vivir en mi
propio país y tener que cuidar mi espalda todos los días. Darío me
abraza fuertemente y cierro los ojos.

—Me alegro de que sigas aquí, Darío —susurro en la oscuridad.


—Yo también, Tiernan. Yo también.

Me despierto con una erección y sólo en la cama de Darío.


Ruedo a mi costado y entrecierro los ojos hacia el reloj de la mesita
de noche. Eran las diez de la mañana. Podía oír a Darío en la cocina
así que intento salir de la cama. La puerta de la habitación se abre y
Darío la cierra con su cadera. Sus manos sostienen una bandeja con
tazas de café, jugo y algo que olía muy bien.

—Hey, estas despierto. —Deja la bandeja.

Agarro su mano y lo tiro a la cama. Cae sobre mí y yo acuno su Página


rostro entre mis manos. 146

—¿Has hecho comida? —pregunto, besándolo suavemente.

—Sí, aquí, bebe un poco de jugo.

Me entrega el vaso y bebo de él, mirándolo con una ceja


arqueada.

—Aliento mañanero. —Se encoge de hombros.

Me rio y termino bufando un poco de jugo por la nariz. Me


atraganto tosiendo y Darío me entrega una servilleta.

—Wow, ¡eso fue tan sexy!


Sonrío y vacío el vaso. Tiro de él cerca de nuevo.

—¿Mejor? —pregunto.

Mi respuesta llega con Darío pegándose a mi boca. Mis manos


van instintivamente hacia su culo firme, acercándolo. Nunca había
estado tan jodidamente caliente en mi vida. Las manos y la boca de
Darío se sentían sobre mí como si pertenecieran de alguna manera.
Se balanceaba de un lado a otro encima de mí y mi polla vestida de
bóxer estaba en el cielo. Lo ruedo contra su espalda y le arranco los
pantalones de pijama. Me estiro encima de él y acuno su rostro con
mis manos mientras froto nuestras longitudes endurecidas la una
contra la otra.

—Oh, Jesús —gime Darío en mi boca. Página


147

—Esto sería mejor si estuviéramos desnudos.

Los ojos de Darío se abren y mira dentro de mis ojos.

—Nada de sexo —le prometo.

Me despojo de mis bóxers y luego ayudo a Darío a quitarse los


suyos. Remuevo su prótesis cuidadosamente, dejando caer un beso
en la piel antes de volver a subir a sus labios. La mano grande de
Darío nos aprieta juntos y me quedo sin aliento ante la sensación.
Mis caderas se mueven y nuestra piel sedosa se frota deliciosamente
hacia adelante y hacia atrás.
Cierro los ojos mientras Darío y yo nos besamos lentamente,
nuestros cuerpos moviéndose en sincronía. No pasa mucho tiempo
antes de que mis bolas comienzan a llenarse y a empujarse hacia
arriba. Darío gime en mi boca y yo ruedo mis caderas contra él.

—¿Sabes lo que realmente quiero? —susurro a través de sus


labios.

—¿Qué? —respira Darío.

—Quiero que me jodas, Darío.

Una cadena de maldiciones en español sale de su boca cuando


entra en erupción entre nosotros. Sólo la sensación resbaladiza de su
semen en mi polla me hace correrme con fuerza segundos más tarde. Página
Me desplomo a su lado con lo que sabía era una sonrisa 148

completamente satisfecha en mi rostro.

—Maldición —jadea Darío.

—Lo sé.

Me doy la vuelta para agarrar mis pantalones del suelo. Limpio


a Darío y luego a mí mismo. Me deslizo bajo su brazo y me acurruco
contra él.

—¿Querías decir lo que dijiste? —pregunta Darío.

—Sí.
No tenía que preguntarle que quería decir. Sabía que se refería
a mí diciéndole que quería que me follara. Tan asustado como estaba
ante la posibilidad de tomarlo por el culo, sabía que quería que Darío
fuera el que lo hiciera. Nosotros simplemente encajábamos.

—Los dos tendremos que hacerlo, sólo para probar. ¿Sabes?

—Lo sé. —Asiento.

Darío ríe entre dientes.

—¿Qué? —pregunto.

—Creo que la comida se enfrió.

—La calentare de nuevo. Página


149
Me levanto de la cama y me coloco mis bóxers. Darío se
encuentra sobre su codo observándome.

—Maldito infierno, Tiernan. Eres un buen pedazo de culo.

Me giro y sacudo mi trasero.

—¿Tienes planes para hoy? —pregunto.

—Tengo terapia física al mediodía, pero eso es todo. ¿Qué vas


a hacer tú?

—Necesito pasar tiempo con Michael.

—¿Cómo está el Callahan más viejo?


—Le conté sobre tú y yo.

Darío se levanta de la cama de un salto. —¿Estás bien?

—Sí, estoy bien. Michael estaba tan feliz de que confiara en él.
Creo que él tiene su propio enamoramiento de todos modos —me rio
entre dientes.

—¿De un chico?

—Yep. —Asiento.

—Oh, esto es simplemente demasiado bueno —se ríe


alegremente Darío.

Me siento en la cama y examino sus facciones. Página


150
—No sé si puedo decírselo a mis padres. Veo como está mi
madre ahora con el recuerdo de Mason y no sé si podría soportarlo,
¿sabes?

—Te rechazaría, ¿verdad?

—Sí, lo haría.

Darío me arrastra más cerca y me abraza.

—Bueno, ¿adivina qué? Mi madre lo sabe y no le importa, así


que siempre tendrás a mi familia, Tiernan.
Podía sentir mis mejillas calentándose. ¿Qué había sobre Darío
Ramos que me volvía estúpido? Desde el momento en que puse los
ojos en él, supe que era un volcán.

Joder, eso me excitaba.

—Hey, Copper.

La voz de Darío me saca de mis pensamientos.

—¿Si?

—¿La comida? —ríe Darío.

—Ya viene.
Página
Comemos en la cama y no podía creer lo normal que se sentía 151
estar en la cama con otro hombre. No tenía ni idea de porqué mis
padres estaban tan malditamente en contra de los homosexuales. Se
sentía tan malditamente correcto. Quiero decir, ¿cuándo fue la última
vez que ellos se habían sentado en la cama y desayunado juntos?

—Hey, ¿te molesta si me pongo al día con la Ruleta de la


fortuna? —pregunta Darío.

Lo miro fijamente.

—¿Qué? No encuentro a ninguna de ellas sexy. Simplemente me


encantan los rompecabezas.

—Marky Mark…
—¿The Funky Bruch? —Se rompe Darío.

—¿Tú también viste eso? —Me rio a carcajadas.

—Jesús, Macy’s Semi Annual Sale, señora.

Casi me caigo de la cama por las carcajadas.

Página
152
Mis músculos gritaban que me detuviera, pero empujo a través
del dolor. No iba a dejar que esta mierda me quebrara.

Jamás.

Estaba jodidamente vivo y podía sentirlo a través de cada tirón


y pellizco en mis músculos. Gracias a Dios.

Ya había tenido tiempo de terapia con el psiquiatra. Hablamos


de mis pesadillas, el hecho de que todavía tuviera que luchar contra
mí mismo para no beber. Un segundo, minuto, hora, día a la vez. No Página
153
iba a caer de nuevo en ese agujero negro. Estaba cubierto de sudor,
riachuelos sumergiéndose entre mis pectorales y deslizándose por mi
espalda. Empujo con más fuerza y más duro hasta que mi PT15 me
dice que me detenga. Me limpio el rostro con una toalla y la deslizo
a través de mi espalda. Cuando me giro, noto un rostro familiar cerca
de los bancos de pesas. Él estaba sin camisa, y una horrible cicatriz
me miraba desde su hombro. Me pongo de pie y asiento a mi PT,
luego cruzo la habitación.

—¿Danny?

15
PT: Terapia física
Parece asustado al verme y trata de cubrirse el hombro con una
camisa.

—Demasiado tarde. —Señalo su hombro—. Ya lo vi.

Danny suspira, dejando caer la camisa.

—Hola —dice en voz baja.

Me siento en el banco junto a él.

—¿Estás por terminar? —pregunto.

—Sí. Supongo.

—¿Por qué no salimos a almorzar?


Página
—Quieres escuchar sobre esto, ¿no? 154

—Sólo si estás dispuesto a contarlo.

Me lanza una mirada de soslayo y hace un gesto a mi pierna. —


¿Seguro de que estas en forma para esto?

—Siempre, amigo.

Le escribo un mensaje a Tiernan dejándole saber que iba a salir


un poco más tarde y luego sigo a Danny fuera.

Nos sentamos en el fondo del Social y miro con asombro como


Danny engulle ferozmente una Social Burger en cuestión de
segundos.
Tomo un mordisco de mi hamburguesa, mirándolo
escépticamente.

—¿Dónde pones todo eso? —pregunto.

—En mi polla —sonríe Danny.

Suelto una risa.

—Ésta fue de mi antiguo compañero. —Danny mira a su


alrededor, bajando la voz—. Me dejo defendiéndome a mí mismo en
una situación muy volátil.

—¡¿Qué?! —Me ahogo.

—A él no le gustan los gais. Odió estar emparejado conmigo Página


desde el primer momento. Traté de mostrarme como habitualmente 155

soy, pero nunca se acostumbró a mí. Pensé que algún día me vería
como a una persona y no sólo como a un gay. De todos modos, nos
llamaron a un edificio de apartamentos sobre algún tipo de trato de
drogas que salió mal, disparos, balaceadas y todo eso. Pensé que
estaba detrás de mí cuando entré. Estaba equivocado.

—¡Hijo de perra! —siseo. Unas cuantas cabezas se vuelven por


mi estallido y entrecierro los ojos—. ¿Qué? —exclamo a los ojos
intrusivos.

—De todos modos, nadie me cuidaba la espalda. —Danny se


encoge de hombros—. Así que me dispararon. Eaton, mi compañero,
fue despedido del departamento después de que varios testigos
dijeron que lo vieron apoyándose contra un edificio adyacente
fumando un cigarrillo mientras su compañero recibía un disparo en
el edificio justo al otro lado de la calle. Ni siquiera se movió cuando
sonaron los disparos.

—¡Hijo de puta! —profiero.

—Así que mi hermano, Braden, me traslado aquí para


mantenerme a salvo. Muchos de los chicos que pensaba eran mis
amigos en la fuerza me dieron la espalda una vez que Eaton fue
despedido.

—¿Dónde estabas antes?

—Rhode Island. Realmente no quería estar de vuelta en la gran Página


ciudad, pero Braden prácticamente me rogó. Después de que 156

perdimos a nuestro otro hermano, no podía soportar perderme a mí


también.

—Me alegro que hayas venido aquí —digo sinceramente.

—Tengo suerte de tener a Tiernan ahora. Realmente cuida mi


espalda.

Ante la mención de Tiernan, no pude evitar la sonrisa que


curvaba mis labios.

—Oh diablos —Danny se ríe entre dientes.

—¿Qué?
—Lo estás haciendo de nuevo.

—¿Qué?

—Sonreír cuando digo su nombre. —Danny examina mi rostro.


—Le hiciste una quemadura en la barba.

Asiento lentamente.

—¡Aw hombre! ¡Lo sabía!

—¿Sabías que?

—¡Que ustedes dos estaban calientes el uno por el otro! Quiero


decir que sabía que Tiernan estaba en el armario. ¿Quién no lo
estaría con padres como los suyos? Creo que mi gay-radar está roto Página
en lo que respecta a ti, sin embargo; nunca te habría etiquetado de 157

esa manera.

—Tenías razón cuando dijiste que tiene capas. Jesús, ¿cómo lo


hizo al crecer? —Sacudo la cabeza tristemente—. No es de extrañar
que se escondiera. ¿Y entonces Mason murió?

—Es por eso que lo elegí. Ni siquiera puedo decirte cuantos


archivos revisé cuando estaba buscando un compañero, pero Tiernan
destacó. Nunca había sido un idiota antes de que Mason muriera,
nunca decía ni una mala palabra contra los homosexuales.

—¿No me estás jodiendo?


—No te estoy jodiendo. Simplemente había algo en sus ojos. Lo
observé antes de que mi hermano nos puso juntos. Él estaba
enojado, herido y no tenía ni idea de a quien atacar. Lo entiendo,
¿sabes?

—Yo también, créeme. Cuando mi padre murió, me deje caer


por el abismo. Era un idiota con todos.

Danny asiente.

—Tratar con la muerte es diferente para todos. Yo estaba


enojado cuando Tommy murió, haciendo ciertas mierdas estúpidas.
Mi hermano me dijo que, si alguna vez quería ser policía, tendría que
tener un expediente limpio y reluciente. —dijo sonriendo Danny.
Página
—Sí, bueno, bebía como un pez y era un idiota con todos a mi 158

alrededor. Mi madre en realidad golpeó algo de sentido común en mí.


Literalmente.

—Ella suena genial. Me encantaría conocerla.

—Probablemente lo harás si Tiernan y yo seguimos como ahora.

—Así que, um, ¿sexo? —Sonríe Danny.

—No. Quiero decir, no es que no quiera hacerlo. Sólo he


conseguido un dedo en el culo unas cuantas veces.

Danny se ahoga a medio-sorbo de su agua. —¿Qué?


—Oh, ya sabes, de vuelta en los viejos tiempos cuando era un
raro hijo de puta. Hice que mi chica me metiera un dedo en el culo.

—Dios, los novatos necesitan ayuda —se carcajea Danny.

—Sobre eso… —levanto una ceja.

—Me estas tomando el pelo, ¿verdad?

—No. No quiero herir a Tiernan y ciertamente no quiero ser


partido a la mitad por su polla así que… sip, podría utilizar algunos
consejos.

—¿Por qué no simplemente le preguntas a ese mejor ‘buen-culo’


amigo tuyo?
Página
—¿Slater? —Abro ampliamente los ojos con horror y burla—. 159

Nunca escucharía el final de eso. Inventaría bromas sobre


penetración.

—¿Y crees que yo no lo haré? —se ríe Danny.

—Probablemente, pero puedo manejarte mejor.

—Ni siquiera nos conocemos así de bien y ¿quieres que te ayude


con juguetes sexuales?

—Bueno, eres un policía. ¿No se supone que debes ayudar a la


gente? —me rio.
—Realmente no recuerdo la compra de dildos en el manual de
la policía.

—Está en el apéndice. —Sonrío—. Mira. —Me inclino hacia


delante sobre la mesa y bloqueo mis ojos con Danny—. Por alguna
razón siento que puedo hablar contigo. En el juego de hockey te
conté la mayor parte de la historia de mi vida. Así que sí, me siento
cómodo contigo.

—Lo mismo aquí —reconoce Danny.

—¿Entonces? ¿Cuál es la primera cosa en mi lista de cosas por


hacer?

—Seguramente lubricante. —Danny se rasca la barbilla—. Página


Probablemente un dildo. 160

—Puedo hacer eso. —Asiento.

Danny agarra una servilleta y llama la atención del camarero


por un bolígrafo. Comienza a garabatear en la servilleta y me inclino,
tratando de ver lo que estaba escribiendo.

—Esta es una lista de cosas que debes tener. Además, no sólo


vas a empujar tu polla en el culo de Tiernan. Tienes que estirarlo
primero con tus dedos.

—Lo tengo. —Asiento.


Danny levanta la vista mirándome con una sonrisa. —No tengo
que decirte cuan celoso estoy de que Tiernan obtenga todos los
veintitrés centímetros de tu gloria, ¿o sí?

—Nop. —Le guiño un ojo.

—Bueno, así que aquí está la dirección de un lugar realmente


bueno para ir a comprar.

Danny me entrega la servilleta y la reviso. Miro hacia arriba para


encontrarlo sonriéndome.

—¿Qué?

—Estoy realmente muy contento de que tú y Tiernan estén


juntos. Puedo decirte que le gustas. Página
161

—Ah, ¿a causa de todos los gritos que dio?

—No. Vi su rostro el día de la situación de rehenes. Estaba


preocupado y asustado por ti.

—Ni siquiera puedo empezar a explicar el alivio que tuve cuando


lo vi —admito.

—Eres un buen hombre, Darío. —Danny me da una palmadita


en la mano.

—Bueno, soy un buen hombre a punto de ir a comprar a… —


levanto la servilleta—. ¿La Tienda Azul?
—Yup. Tienen muchas cosas para hombres gais. —Danny
menea las cejas.

—¿Compras muy seguido ahí?

—Cuando tengo un novio, sí.

Me inclino sobre la mesa. —¿Cuándo fue tu última relación?

—Hace casi dos años. Me engañó, sin embargo. Culpó a mis


horas de trabajo. Luego me dispararon y, —Danny se encoge de
hombros—, simplemente no quería ir allí. Todavía tengo mucho con
lo que tratar.

—Apuesto a que vas a encontrar al hombre perfecto.


Página
—El mejor que tenga una polla enorme. 162

Me rio y luego me pongo serio. —¿Te opondrías a ir conmigo?

—Demonios, no he estado allí en mucho tiempo. —Danny se


encoge de hombros—. Claro, ¿por qué no?

Ambos nos ponemos de pie y yo pago la cuenta antes de que


Danny tenga oportunidad de hacerlo. Me empuja y caminamos fuera
del Social.

—Entonces, ¿te sigo?

—Seguro. ¡Esto debería ser muy divertido! —Danny se ríe entre


dientes.
Miro hacia la estantería de dildos con la boca abierta. Danny
estaba yendo hacia lubricantes aromatizados. Tenían lubricante con
sabor tocino. ¿Quién lo diría?

—Entonces, ¿qué tal éste? —Le sacudo un dildo.

—Bueno, quieres algo más pequeño que tú al principio.

Ambos nos giramos cuando la puerta se abre y un grupo de


mujeres entra. Danny me sonríe y me menea las cejas. Me vuelvo
hacia el consolador en mi mano y un jadeo viene de donde las
mujeres se encontraban de pie.

—¡Es el chico Rush! —grita una de ellas.

—Jesús, ¿Qué todos los gais son los más calientes? —gruñe Página
163
otra.

Danny se ríe y le lanzo una mirada. Me giro hacia las mujeres


con una sonrisa.

—Hola, señoritas.

Terminamos pasando dos horas en La Tienda Azul. Las mujeres


que habían entrado me habían dado consejos sobre mi relación con
Tiernan. Danny se carcajeo hasta el culo todo el tiempo. En el
momento en que nos separamos en la calle, tenía suficiente
lubricante para follar durante años y dos dildos de diferentes
tamaños.
—¡Diviértete! —se despide Danny con su mano mientras se
dirige hacia su auto viejo.

—Hey, Danny, gracias por esto.

—No hay problema, hombre Rush.

No podía esperar a ver a Tiernan.

Me paseo por el piso mientras espero a que Tiernan llegue.


Tenía mi bolsa de regalo en la cama y una erección que no
desaparecía por el camino. Sólo el pensar en Tiernan tocándome y
besándome y ya estaba duro como una roca. Inclino la cabeza
cuando escucho el sonido de un motor. Una puerta se cierra de golpe
y luego pasos resuenan fuera. Lanzo la puerta abierta asustando a Página
Tiernan a medio camino hacia la puerta. 164

—Entra aquí —prácticamente gruño.

Lo jalo y cierro la puerta de golpe, empujándolo contra esta


inmediatamente. Tomo su boca en un beso feroz y sonrío mientras
las manos de Tiernan se acercan a mis caderas y me devuelve el
beso. Maldición sabía tan bien. Levanto mi cabeza y rompo el beso,
jadeando ligeramente.

—No es que me queje, ¿pero porque fue eso? —pregunta


Tiernan en tono áspero.

—¡Fui de compras hoy! —Le doy mi mejor mirada lasciva.


—¿Oh?

—Yep. Conseguí algunas, um, cosas que quiero probar.

Las cejas de Tiernan se elevan casi hasta la línea de su cabello.

—¿Qué tipo de cosas?

—¿Por qué no vamos a mi habitación y te muestro?

Tiernan ajusta su polla y sonrío con salacidad. Dirijo el camino,


entrelazando nuestros dedos juntos. Una vez en mi cuarto, pongo la
bolsa sobre la cama y hago un gesto hacia esta.

—Revísala.
Página
Tiernan abre la bolsa y echa un vistazo al interior. Sus ojos se 165
abren de par en par mientras saca el primer consolador que había
comprado.

—¡Wow!

—Puedes usarlo conmigo primero si quieres —le aseguro.

Tiernan busca a través de la bolsa y saca el lubricante.

—¿Lubricante de tocino?

—¿Quién lo diría?

Tiernan se ríe y pone fuera el otro dildo junto con más tubos de
lubricante.
—Bueno, deberíamos estar bien hasta Navidad. —Tiernan
levanta la vista mirándome con una sonrisa. Se pone serio—. Te
quiero.

—Yo también te quiero —respondo en voz baja.

Tiernan remueve su camiseta y la lanza a la esquina. Mantiene


sus ojos en mí mientras baja la cremallera de sus vaqueros, y juro
que con cada centímetro más que baja la cremallera mi pene se pone
más duro. Patea sus zapatos fuera, saca sus vaqueros y bóxers.

Tiernan desnudo era impresionante.

Su polla estaba orgullosa y erguida, casi tocando su ombligo.


Camina hacia mí y ahora estaba casi tocando mi ombligo. Página
166
Me desnudo rápidamente, me quito la prótesis y lamo mis
labios. Pongo una mano sobre su pecho mientras me inclino para
besarlo. Nuestras bocas se encuentran lentamente, labios frotándose
suavemente. Muevo a Tiernan hacia la cama y lo empujó hacia abajo
con suavidad. Gateando entre sus piernas, agarro el lubricante sabor
tocino primero.

—Quiero probarte —susurro.

Tiernan sólo asiente, pero sus ojos se abren ampliamente


mientras oscilo hacia abajo sobre su cuerpo y tomo su polla en mi
boca. Una oleada de amargura salada encuentra mis pupilas
gustativas y gimo alrededor de su circunferencia. Me embarro los
dedos mientras corro mi lengua por la longitud de su eje, lamiendo
su borde y sumergiéndome en su ranura. Los gemidos de Tiernan
llenan la habitación mientras sigo chupándolo todo y corro mis dedos
alrededor de su agujero.

—Jesús, ¡Darío! —Tiernan aprieta las sábanas con fuerza.

—Joder, ¡me encanta la forma en que sabes!

Trato de recordar todo lo que Danny me dijo, pasando mis dedos


por el agujero de Tiernan y deslizándome contra su perineo. Sus
caderas se sacuden en sincronía con mi boca y la cabeza se extiende
entre mis labios mientras lo chupo profundamente. La espalda de
Tiernan se arquea y tomo ese momento para deslizar mi dedo índice
en su trasero. Página
167

—Oh… ¡joder! —jadea Tiernan.

Me congelo y espero la ‘todo-esta-bien’ señal. La recibo un


segundo después cuando Tiernan se viene en mi boca. Tengo unos
segundos para procesar lo que está pasando antes de tragarme todo
a mí alrededor. Semen cubre mi garganta y gimo, chupándolo y
tomándolo todo. El cuerpo de Tiernan se queda flácido en la cama y
sonidos jadeantes se encuentran con mis oídos.

—Dios, lo siento —susurra Tiernan—. No sabía que iba a pasar


tan rápido.

Me saco el pene de Tiernan y lamo mis labios.


—Mierda, ¡eso fue surrealista!

—¿No estás enojado? —Tiernan levanta la cabeza para mirarme.

—¡Joder no! Maldición, ¡sabes tan malditamente bien!

Tiernan se sienta y toma mi rostro entre sus manos. Me besa,


lamiendo mis labios y penetrando el interior de mi boca para
saborearse a sí mismo. Me encuentro sobre mi espalda segundos
más tarde con Tiernan acariciando mi polla dura como piedra.
Nuestras lenguas luchando mientras Tiernan me acaricia el pene de
una manera en que nadie había hecho antes, apretando su agarre
en el borde y deslizándose hacia abajo lentamente.

No podía pensar y la habitación se volvió blanca segundos Página


después, mientras la tibia boca de Tiernan se envolvía alrededor de 168

mi polla. Me corro más fuerte que nunca, con los labios de Tiernan
envueltos a mí alrededor. Tose un poco, pero se compone mientras
mi orgasmo sigue brotando de mí. Joder, nunca me había corrido tan
duro. Mis abdominales se cierran cuando los últimos disparos de
semen corren hacia la boca de Tiernan. Me dejo caer en las
almohadas respirando con dificultad mientras Tiernan lame mi muslo
interno de regreso a mi boca. Nos besamos sensualmente, los dos
compartiendo el esperma del otro entre nosotros.

Eso simplemente era tan… sucio. Me encantó.

—Wow —dice Tiernan con voz rasposa.


—¡Lo sé! ¿Quién diría que el sexo gay podía ser tan jodidamente
caliente?

Tiernan se ríe entre dientes.

—Tengo una confesión que hacer.

—¿La tienes?

—Sí, me encontré con Danny hoy y, bueno, como que me ayudó


a comprar todo esto.

—¿Él lo sabe? —Tiernan se levanta sobre su codo.

Trago con dificultad. No había querido sacar a Tiernan y


realmente esperaba que no estuviera enfadado conmigo. Página
169
—Um, sí. Sólo surgió. ¿Estás molesto?

—No. Ya sabía que estuve con un hombre. Sólo no sabía que


eras tú. No quería decir nada por si no te sentías cómodo con eso.

Acerco a Tiernan a mis labios y lo beso. Me corresponde el beso,


lentamente al principio y luego tomando total control, empujándome
hacia atrás y escalando encima de mí.

—¿Qué más aprendiste hoy? —pregunta Tiernan contra mis


labios. Chupa su dedo índice y la mirada que me da endurece mi
polla instantáneamente.
—Yo… ¡Oh! —Gimo mientras Tiernan frota lentamente mi culo.
—Cuando nosotros… oh mierda sí…. Pasemos a tener relaciones
sexuales… joder, Tiernan, ¡eso se siente tan bien!

Mi culo realmente se estremece cuando Tiernan desliza su dedo


dentro de mí. Se sentía mejor que mis días de jodidas raritas. La boca
de Tiernan devora la mía mientras lentamente folla mi culo con el
dedo. Maldición el hombre tenía talento. Me roza un puñado de
nervios y me vengo sobre la cama, chorreando semen hasta mi pecho
y mi barbilla.

—¡Ohhh joder!

El dedo de Tiernan seguía en mi culo mientras el otro trabajaba


mi polla. ¿Podría morir de tanto placer? Todavía no habíamos usado Página
170
los consoladores. Me desplomo sobre mi espalda cuando mis bolas
se vacían y los besos de Tiernan se hacen más apasionados. Maldita
sea.

Cuando finalmente nos separamos en busca de aire, Tiernan


examina mi rostro.

—¿Qué? —pregunto.

—Nunca pensé que estaría aquí… quiero decir contigo, haciendo


lo que estamos haciendo.

—¿Estás bien con eso?

—No creo nunca haber estado más bien en mi vida, Darío.


Me muevo y eso me recuerda que tengo semen enfriándose
sobre todo mi pecho. Tiernan se ríe y picotea mis labios.

—No te muevas.

No pude evitar mirar su culo esculpido mientras se levantaba y


se dirigía al baño. Tiernan era simplemente tan perfecto. Ni siquiera
era su cuerpo, bueno, no nada más su cuerpo. Me encantaba su
sentido del humor, la forma en que actuaba como si yo fuera una
persona completa. Suspiro y cierro mis ojos.

—Hey.

Levanto un parpado viéndolo inclinarse sobre mí.

—Dame tu brazo. Página


171

Hago lo que me dice y Tiernan me jala en una posición para


sentarme. Lo siguiente que sé, es que estoy en sus brazos.

—Maldición, no soy una damisela en apuros, Tiernan —me rio


entre dientes mientras me carga hasta el baño—. ¿Cómo estás
haciendo esto?

—Sostengo ciento ochenta y cinco.

—Maldición, ¡eso es simplemente sexy como el infierno!

Tiernan se ríe entre dientes y me coloca en la bañera todavía


llenándose. Gimo de felicidad mientras el agua caliente fluye sobre
mis músculos adoloridos.
—Dios, ¿cómo supiste que necesitaba esto? —pregunto.

—Tuviste PT hoy, ¿verdad?

—Sí.

—Así es como lo supe.

—Entra aquí conmigo. —Me siento mientras Tiernan se arrastra


en la bañera detrás de mí, extendiendo sus piernas.

Me apoyo contra su pecho y cierro los ojos mientras sus brazos


me rodean. Nunca me había sentido en tanta paz antes. Con todo el
caos en mi vida, Tiernan Callahan me tranquilizaba de una manera
que nadie más podía. Era fuerte, seguro y todo lo que siempre quise
en un compañero, simplemente era un hombre. Lo divertido es que Página
172
sólo lo podía ver como una persona, no un género.

—¿Darío?

—¿Mmm?

—¿Cómo se siente?

—Muy bien —suspiro cuando las manos de Tiernan se deslizan


sobre mi torso lentamente.

—¿Considerarías salir conmigo este fin de semana? Cena y una


película, ¿tal vez?

Inclino mi cabeza hacia atrás para mirarlo. Parecía tan nervioso.


—Me encantaría.

Página
173
¡Me sentía como si pudiera conquistar al mundo! Conocía a
Darío Ramos desde hacía poco tiempo, ¿pero estar con el
románticamente? Wow. Todo se sentía tan bien cuando estaba con
él. No había hablado con mis padres desde la noche que fui a verlos
antes de ir a Fire Island y no tenía planes de llamar en cualquier
momento pronto. Estaba disfrutando mucho mi vida en este
momento.

Entro al recinto como si nada y me detengo en seco. Parecía


como si cada ojo estuviera puesto en mí. ¿Sabían sobre Darío y yo?
Página
Asiento mientras camino hacia el vestuario. 174

Uno de los detectives al que definitivamente no podía soportar


se detiene junto a la puerta y ladea su cabeza cuando me acerco.

—Callahan. —Asiente bruscamente.

—Malloy.

—Así que, escuche que patrullas con un maricón.

Mi corazón se detiene en mi pecho y trago con dificultad.

—Danny es gay —lo corrijo—. Sabes cómo se siente el Cap.


sobre el uso de términos despectivos.
—Lo que sea. —Malloy se encoge de hombros.

Paso junto a él y entro en el vestuario. Podía oír voces a la vuelta


de la esquina así que me esfuerzo por escuchar. Escucho la voz de
Danny primero.

—¡Eso es mentira! —sisea Danny.

—Eso no es lo que he oído, Finnegan. Hiciste que despidieran a


un buen policía.

Camino hacia delante, reconociendo la voz de Macy como la del


otro orador.

—¡Me abandono solo allí!


Página
—¿Hay algún problema? —Camino girando por la esquina. 175

—Fuimos a Rhode Island el fin de semana, encontramos el bar


local de policías donde me alojaba. Simplemente le estaba diciendo
a Finnegan que me encontré con su viejo compañero, un tipo llamado
Eaton. Conseguí toda la historia de su estancia allí —sonríe Macy
satisfecho.

—¿Oh? —digo—. ¿Simplemente te topaste con él?

Parece que Danny no me había dicho todo acerca de por qué


fue trasladado.

—Sí, bueno se enteró de que era un policía de la gran ciudad…


—Una risa estalla y Macy frunce el ceño amenazadoramente—.
Finnegan acuso a su pareja de abandonarlo y hacer que consiguiera
un disparo.

Bueno eso era una noticia. Me apoyo contra los armarios y cruzo
los brazos.

—Bueno, sabes que siempre hay dos lados en una historia —


señalo.

Los ojos de Macy se entrecierran y me mira de pies a cabeza.

—Oh diablos. ¡No me digas que te has convertido en un


chupador de pollas por patrullar con este tipo! —Macy sacude su
pulgar hacia Danny—. ¿Ahora tú también eres un maricón, Callahan?
¿Quieres chuparme la polla? Página
176
Miro hacia Danny con una sonrisa. —Jesús, tenías razón.

—¿Huh? —Danny inclina la cabeza hacia un lado.

—Un pene paranoico. —Hago un gesto hacia Macy—. ¿Crees


que cada chico gay está tras tu trasero? No te jodería ni con la polla
de Malloy.

Danny se ríe y Macy se endereza.

—Jodidos maricones —dice con desprecio.

—¿Qué fue eso?


Sonrío mientras miro sobre mi hombro al capitán de pie en la
entrada del vestuario.

—Creo que hemos terminado aquí. No es así, ¿oficial Finnegan?


—le hago un gesto a Danny para que me siga.

Cuando pasamos junto al capitán, me sonríe y le guiño un ojo.


Tan pronto como llegamos fuera, Danny toma mi mano.

—No tenías que hacer eso, Tiernan.

—Sí, tenía. —Cruzo mis brazos y lo miro furioso—. ¿Quieres


contarme la historia ahora?

Danny suspira y me lanza una media sonrisa. —Supongo que


debería hacerlo, pero quiero que sepas que elegí patrullar contigo, Página
177
Callahan.

—¿Qué? —pregunto con asombro.

—Cuando mi hermano me rogó que me trasladara, conseguí


elegir por mí mismo con quien quería patrullar y te elegí a ti. Te
observé y vi cuanto te dolía la muerte de Mason. Vi en ti lo que mi
hermano ve. Eres un buen hombre, simplemente no sabías como
procesar tus sentimientos de perdida y enojo.

—Jesús, ¿tenemos que hablar sobre sentimientos?

Danny frunce sus labios y sonrío.

—Bromeando.
—Vamos, chupador de pollas —ríe entre dientes Danny.

—Fue realmente un palo muy bueno —me carcajeo.

—Ugh, ¡te odio! ¿Sabes cuán celoso estoy que consigas tocar a
Darío Ramos?

—Ni siquiera sueñes con eso, Finnegan. —Le señalo con el dedo.

—Sólo dime una cosa. ¿Está exagerando sobre su polla?

Me froto la mandíbula y luego estiro mi boca completamente


abierta, frotándome la barbilla. —Maldición, estoy adolorido.

—Oh, ¡vete a la mierda!


Página
178

Terminamos en una tienda de donuts -sí, sí- y hablando sobre


café y donuts pasados-de-moda. No era el tipo de chico de chispas
de colores y tampoco lo era Danny. Me cuenta toda la historia de
Rhode Island y estaba seguro de que mi rostro estaba enrojeciendo
de rabia. Estaba tan jodidamente enojado de que otro policía le
hiciera eso a su propio compañero. No me importaba lo que él creía
que era su justificación.

Tu. No. Haces. Eso.


Pienso de vuelta en el día en que Danny me cubrió el culo. Ahora
tenía sentido por qué se había asegurado de que supiera que él
cuidaba mi espalda.

—¿Tiernan?

—¿Sip?

—¿Me crees?

—Joder sí, Danny. En el tiempo que he estado contigo, sé que


nunca mentirías sobre una mierda como ésta.

Danny suspira audiblemente y me mira a través de sus


pestañas.
Página
—Gracias, eso significa mucho. 179

—Hey, somos pareja, ¿cierto? —sonrío.

—Sí, lo somos.

Nuestras radios vuelven a la vida y agarramos nuestros cafés.

—¡Otra emocionante aventura! —se ríe Danny mientras nos


dirigimos fuera.

Para el momento en que mi turno termina, me encuentro


agotado. Danny discutió conmigo por ir a buscar bebidas, así que lo
seguí detrás de su Honda Civic.
La maldita cosa parecía que estaba a punto de dar su último
aliento en cualquier momento. Nos detenemos en el estacionamiento
del Social y salto fuera de mi camioneta. Danny estaba luchando por
desenredarse del cinturón de seguridad. Miro hacia el interior del
auto y suelto un siseo bajo.

—Maldición, ¿cómo es que sigue moviéndose?

—Cállate. Amo este auto. Lo compré con mi primer sueldo. Por


supuesto que la puerta del conductor no siempre cierra. No es como
si alguna vez pudieras ir rápido a través de NYC, ¿verdad? Así que,
¿qué si no abre al primer tirón?

—¿Qué demonios está mal con el cinturón de seguridad?


Página
—¿Huh? Oh, bueno puede que te vuelva loco con mi goma de 180

mascar, pero solía fumar. De vez en cuando le caían algunas cenizas


calientes.

Sostengo arriba el cinturón de seguridad y lo deslizo entre mis


dedos. Los agujeros salpicaban la longitud de la tela, y llamar bordes
a los bordes deshilachados era un eufemismo. Esta correa había
hecho demasiados viajes siendo jalada de la cosita que alojaba el
cinturón de seguridad. Sí, no soy un mecánico.

—Esto es una trampa de muerte.

—Nah, Betsy me lleva a donde necesito ir.

—¿Betsy? Ese es el nombre de una vaca.


Consigo una palmada en el culo y me rio.

Nos instalamos en la parte trasera del bar y ordenamos bebidas.


Reviso mi teléfono para ver si tengo algún mensaje perdido. Tenía
uno de Darío y sonrío mientras lo leo.

—Señor, estoy consiguiendo una caries —dice Danny soltando


una carcajada.

—¿Huh? —Levanto la vista mirándolo.

—Tú y Darío, sonriendo constantemente. Es TAN jodidamente


dulce que me duelen los dientes. Dime, ¿cómo te fue anoche?

No podía creer que estuviera a punto de hablar de mi vida


sexual con mi compañero, ¿pero porque no? No me avergonzaba de Página
181
lo que Darío y yo habíamos hecho. Se sentía natural estar con él,
abrazarlo y besarlo. Y joder, me encantaba recibir lo mismo de él.
Danny se encontraba mirándome con una sonrisa y yo, por supuesto,
cedí.

—Nunca me había sentido así —admito.

—Bueno, tienes a un chico caliente. —Danny me guiña un ojo.

—La cosa es —miro a mi alrededor y bajo la voz— quiero más.

—¿Cómo…? —Danny arquea una ceja.

—Lo quiero a él. —Dirijo una mirada fija a Danny esperando que
mi mensaje llegara fuerte y claro.
—¡Oh! —Las mejillas de Danny se sonrojan y sonrío—. ¿Quieres
anal?

Asiento lentamente.

—No te culpo —se ríe Danny.

—Entonces, sé que hablaste con Darío sobre algunas cosas,


puedes… um, ¿prepararme?

Danny se recuesta en el asiento y me mira cautelosamente. —


Si crees que voy a montarte, olvídalo. Te lo dije, tu cabello rojo me
asusta.

Pongo los ojos en blanco. —¡No de esa forma!


Página
—Lo sé —sonríe Danny—. ¡Simplemente amo la mirada en tu 182

rostro en este momento! Mira, puedo entrar en toda la cosa del


enema cuando quieras realmente acercarte íntimamente y
personalmente…

—¿Para qué cojones necesito un enema?

—Para limpiar la mierda que me estás dando. —Danny asienta


sus codos en la mesa—. Escucha, Callahan, y toma notas.

Me siento y escucho mientras Danny me habla, sobre todo. No


tenía ni idea de la mitad de las cosas de las que hablaba. Pensaba
que sólo era cuestión de meterla e irse a la ciudad. Al parecer
necesitaba una clase de sexo anal. Gracias a Dios mi maestro era
Danny. ¿Quién habría pensado que alguna vez estaría aquí, hablando
con mi compañero policía gay sobre el sexo anal? Maldición, la vida
daba giros inesperados.

Pienso en Mason, y en lo mucho que amó a Casper. Mi pecho se


tensa cuando el pensamiento de lo que podría haberle pasado a Darío
en el extranjero invade mi cerebro.

—Hey, deberías ir a casa. Otro día emocionante nos espera.

Levanto la mirada y me encuentro con Danny sonriéndome.

—Lo siento, como que me perdí dentro de este otro lugar en mi


interior.
Página
—Esta genial. —Danny toma mi mano—. Nunca he estado tan 183

feliz de tenerte como mi compañero, Callahan.

—Ditto16, Finnegan.

El resto de la semana parecía ir gateando. Danny y yo pasamos


dándole rienda suelta a la lengua por horas en el auto de patrulla,
aprendiendo incluso más sobre él. Le cuento todos mis más
profundos y oscuros secretos. Bueno, el secreto del campamento.

16
Ditto: Lo mismo.
Darío y yo nos habíamos vuelto a ver el lunes por la noche, pero
después recibió una llamada de Anderson Pritchard sobre una sesión
de fotos para Rush en California y se fue el martes por la noche.
Ahora era viernes y no podía esperar a verlo. Hablamos cada noche
desde que se había ido, pero no era lo mismo.

Habíamos incluso intentado sexo telefónico.

A ninguno de los dos nos gustó mucho. Me había reído tanto


cuando Darío hizo su mejor impresión de un chico de la cabana17.

—¿Callahan? ¿Pensando en tu fornido Español? —Danny me da


un codazo.
Página
—No me había dado cuenta de cuanto lo extraño —suspiro. 184

—Wow. —Sonríe Danny—. Has recorrido un largo camino en un


corto periodo de tiempo.

—Creo que sólo necesitaba ese empujón, esa cosa que me


enderezaría en el camino y me señalaría la dirección correcta. La
muerte de Mason fue devastadora, ¿y averiguar acerca de su vida
amorosa? Eso fue una gran sorpresa. ¿Pero Darío Ramos metiéndose
en mi rostro? Eso inclinó la balanza.

—Estoy tan orgulloso de ti. —Danny esnifa cómicamente y se


limpia los ojos—. Has crecido tanto.

17
Cabana boy: chico sexy con bronceado que obtiene de trabajar en la playa y servir a los
turistas daiquiris y ron con coca.
—Vete a la mierda, Finnegan —digo riendo. Me pongo serio y le
miro—. ¿Qué pasa contigo? ¿Crees que lo intentarás otra vez?

—¿Con el amor? Quién sabe. Sé que el chico correcto está ahí


afuera para mí. El problema es encontrarlo.

—¿Tienes algún tipo?

—¿Qué respire?

Le doy una palmada en el brazo.

—Sabes, lo único que realmente quiero es que alguien venga a


casa conmigo, que sepa cuando preguntar y cuando no preguntar.
Alguien que simplemente me sostenga cuando no quiera hablar de
mi jodido día. Página
185

Asiento. Yo tenía eso.

Con Darío.

—Él está ahí afuera, Danny, y será afortunado de tenerte.

—Aw rayos, Callahan. Me dices las cosas más lindas. —Danny


me bate las pestañas.

—Cállate. —Le empujo.

Mi teléfono suena y miro al texto. Darío me envía una dirección


junto con un mensaje.

¡Te veo pronto!


No pude evitar la sonrisa que se eleva en mis labios. Danny me
sonreía de nuevo.

—¿Darío?

—Síp.

—Fuera de aquí —dice riendo Danny—. La espera ha terminado.

Me detengo junto a la acera de la dirección que Darío me había


enviado. Un edificio de piedra rojiza de aspecto nuevo ocupaba la
esquina. Salgo de la camioneta y subo los escalones. La puerta se
Página
abre y me encuentro mirando directo a los ojos avellana de una mujer 186
mayor, española. Ella me sonríe y mis manos inmediatamente
comienzan a sudar.

—Hola. —Trago con dificultad—. ¿Estoy buscando a Darío


Ramos?

—¿Eres Tiernan? —pregunta.

—Lo soy. —Asiento.

—Bueno, ¡entra!
Soy arrastrado por el brazo a través de la casa y dirigido a la
cocina. Darío estaba de pie frente al fogón con un ‘Besa al cocinero’
en el delantal y muerdo mi labio para no carcajearme.

—¡Mira a quien encontré! —exclama la mujer.

Darío me mira por encima de la cabeza a los pies. Una amplia


sonrisa curva sus sensuales labios.

—Has encontrado a mi hombre, mamá. —Darío guiña un ojo.

Juro que me derretí. Soy un hombre, por el amor de Dios, ¿pero


la forma en que Darío me miraba? Me sentía como un adolescente.

—Tiernan, mi madre, Alisa. Má, Tiernan.


Página
Extiendo mi mano, pero la madre de Darío toma mi rostro entre 187

sus manos y examina mis ojos.

—Es tan hermoso, Darío.

Sabía que me estaba sonrojando ante su escrutinio. Darío me


lanza una sonrisa y otro guiño.

—¿Lo es verdad, Má? —Darío se acerca a nosotros y me toma


entre sus brazos—. ¿Todo está bien?

—Sí, gracias.

—Necesita comida, Darío. —Alisa me mira—. ¡Necesitas algo de


carne en tus huesos!
Darío se ríe, agarrándome el culo.

—A mi parece bastante bueno, Má.

¿Había entrado a la ‘Zona desconocida’? ¿A la madre de Darío


ni siquiera le importaba que fuera el novio de su hijo?

Bueno, espera. ¿Lo era?

Sabía que habíamos estado juntos, pero ¿eso constituía una


relación? Quería una y la quería con Darío. Él parecía tan feliz en este
momento; su rostro irradiaba y sus ojos brillaban. Quería mantener
esa mirada en su rostro.

—Hice chimichangas. —Darío me empuja hacia la mesa.


Página
—Una chimi ¿qué? —pregunto. 188

—Oh, necesita lecciones. —Alisa saca una silla y se deja caer en


ella—. Tiras de carne de res con ajo, cebollas verdes y tomates en
cubos. Además de algunas especias secretas —susurra
conspiradoramente.

—Todo envuelto en una tortilla de harina, luego frita en una


sartén. —Darío me sienta y coloca un plato delante de mí—. Pon algo
de salsa sobre esta. Es casera.

Ambos estaban sentados a la mesa mirándome; me sentí como


si fuera un experimento.
—Has hecho esto antes, ¿verdad? ¿No soy un conejillo de
indias?

—Por supuesto que lo he hecho. —Darío recuesta su espalda


contra la silla, cruzando los brazos—. Ahora, pruébala.

Vierto algo de la salsa por encima de la chimichanga y luego


tomo mi cuchillo y tenedor y corto un pedazo. Miro hacia arriba
encontrándome con cuatro ojos observándome atentamente. Dios
mío, ¿esto era algún tipo de prueba? ¿Y si no me gustaba? Cierro los
ojos y me meto el pedazo en la boca. Los sabores bailan el
fandango18 en mi lengua y casi jadeo. ¡Esto estaba tan jodidamente
bueno! Quería esto todos los días. Página
189
—Oh Dios —gimo alrededor de otro bocado.

—¿Si? —Darío inclina su cabeza.

—¿Puedes hacer esto todas las noches? —Sonrío, llenándome


la boca con otro bocado grande.

—Él es bueno, Darío. ¡Lo apruebo! —sonríe ampliamente Alisa.

Me gusta la madre de Darío al instante. Comemos y hablamos


de mi carrera y la de Darío. Alisa habla con sus manos sobre Darío
trayendo a María, su exnovia.

18
Fandango: El fandango es un baile popular típico de España, declarado Bien de Interés
Cultural en 2010, y también de algunos lugares de América Latina, por ejemplo en el sur del
estado de Veracruz, en México.
No sabía por qué, pero estaba tan celoso en este momento.
Alguien había tocado a Darío, le había hecho el amor y lo había
besado. De repente sentí nauseas.

—¿Tiernan? —Darío toma mi mano—. ¿Estás bien?

—Creo que el monstruo de ojos verdes se le metió —ríe entre


dientes Alisa.

—¿Es lo mismo que un chupacabra? —pregunto.

Darío se desmorona de la risa.

—Tal vez un poco —confieso.

—Bueno, no tienes que preocuparte por ella. —Alisa toma mis Página
manos en las suyas—. Mi hijo se preocupa por ti. 190

—Má, ¿podrías no…? —suspira exasperado Darío.

—¿Qué? ¡Nunca traes a nadie a casa para que me conozca por


propia voluntad! ¡Sólo la trajiste porque María te chantajeó!

—¿Ella qué? —pregunto, sentándome más recto en mi silla.

Darío agita una mano con desdén. —Ya sabes, toda las ‘¿estás
avergonzado de mí?’ mierdas.

—¡Darío!

—Tonterías —corrige Darío.


—¡Nunca me gustó! Ella sabía que bebías más y más, ¡y todavía
te compraba alcohol para que pudieras beber más!

Trato de cubrir mi risa cuando Alisa empieza a lanzar


maldiciones en español.

—No importa, Má. Estoy mejor sin ella. —Darío levanta la vista
mirándome con una mirada preocupada—. Tuve dos DUIs antes de
que finalmente me limpiara.

Oh mierda. No era un buen mentiroso, nunca lo había sido. ¿Que


se suponía que debía hacer ahora? ¿Decirle a Darío que ya sabía
sobre estos? ¿Cómo me haría ver eso? ¿Cómo un idiota por invadir
su privacidad? ¿Hermano mayor? ¿Un acosador? Joder, joder y puta
mierda. Página
191

Darío inclina su cabeza hacia mí y sé que estoy jodido.

—Pero eso tú ya lo sabías, ¿o no?

Asiento lentamente.

—¿Cómo? —pregunta tranquilamente Darío.

—Danny —medio murmuro.

—De acuerdo. —Darío se levanta de la mesa.

Me levanto rápidamente y lo sigo hasta el fregadero.


—Te juro que no le pedí que lo hiciera, Darío. Sólo me lo dijo.
La única cosa que busqué fue tu primer nombre.

Darío coloca los platos en el fregadero y luego se gira de cara


hacia mí. Examina mis ojos y espero que pueda ver que estaba
diciendo la verdad.

—¿Por qué has buscado mi primer nombre?

—Porque quería saberlo. Me afectaste ese día en el cementerio


y… y tenía que saberlo.

—Acosador —ríe entre dientes Darío.

Exhalo lentamente y trato de sonreír. —Entonces, ¿no estas


enfadado conmigo? Página
192

—Nop. Pero ahora yo quiero algo de información jugosa sobre


ti.

—Creo que lo sabes todo. Excepto cuando robé una historieta


de una tienda.

—¡Tiernan! —Jadea Darío, agarrándose el pecho—. ¿Cómo


pudiste?

—¡¿Qué hizo?! —Alisa se empuja dentro de la cocina, con un


cuchillo de carnicero en posición de ataque—. ¡No me hagas sacar el
rodillo, también!
—Mamá, pon tu ‘para-sorprender-al-ladrón’ cuchillo de
carnicero abajo. Tiernan robó una historieta —se carcajeó Darío.

—¡Mierda! ¿Eso es TODO? —Alisa se apoya contra el mostrador


y sonríe—. Déjame contarte sobre cuando tuvimos que robar un pavo
vivo.

Arqueo una ceja hacia Darío, quien agita una mano hacia su
madre.

—Está exagerando.

—¡Pfft! —Alisa mira a su hijo—. ¿Puedes recoger el resto de los


platos de la mesa, por favor?

—¿Un pavo vivo? —digo cuando Darío deja la cocina. Página


193

Jadeo cuando el cuchillo que Alisa estaba empuñando se


encuentra de repente en mi entrepierna.

—Lastima a mi chico y ¡estarás cantando en falsete!

—Si señora.

—Mamá, deja de asustar a Tiernan —replica Darío detrás de


nosotros.

—Él sabe que sólo estoy bromeando. —Alisa me sonríe y luego


articula—. No lo estoy.
—Vamos a ver la película, ¿de acuerdo? —se ríe entre dientes
Darío.

—Sí. Vamos —suplico.

La película era una de gran acción, que de hecho me gustó.


Darío sostuvo mi mano todo el tiempo y me encantó. Aprieto mi
agarre en sus dedos y apoya su cabeza en mi hombro. Dejo que mi
mejilla caiga sobre su cabello. Estar con Darío era simplemente tan…
normal. Por una vez, no me habría importado menos si alguien me
viera con otro hombre. Estaba feliz.

Cuando la película termina, nos levantamos camino hacia la


salida y Darío deja caer mi mano. Agarro la presilla de sus vaqueros
y lo sigo. Me mira por encima de su hombro con una ceja levantada Página
194
y sonrió.

—¿No te preocupa que alguien nos vea? —susurra Darío.

—¿Te importa a ti?

—No. No podría dar ni una mierda.

—Yo tampoco —sonrió.

Después de eso, toma mi mano de nuevo.

Terminamos en un bar de jazz y Darío ordena agua. Pido lo


mismo mientras nos acomodamos en el asiento para escuchar a la
banda. La música era suave y relajante.
—Puedes beber, ya sabes —susurra Darío.

—No lo necesito.

—No me molesta. Bueno, eso no es verdad, pero sé que no


puedo tenerlo.

—No soy un gran bebedor y no me importa abstenerme de eso,


Darío.

—¿Sabes que quiero?

—¿Qué?

—Quiero desnudarte y lamer cada parte de tu cuerpo.


Página
—¡La cuenta! 195
Para el momento en que volvimos a mi casa, no podía mantener
mis manos alejadas de Tiernan. El pobre hombre intentaba conducir
con mi mano entre sus pantalones. Jesús, nunca quise a nadie de la
manera en que ansiaba a Tiernan Callahan.

Era mi nueva adicción.

Tiernan se detiene junto a la acera y prácticamente corro hacia


los escalones de entrada. Él estaba justo detrás de mí mientras abro
la puerta y lo empujo, estrellando la puerta al cerrarla.
Página
Caemos sobre el sofá y Tiernan devora mi boca. Señor, quería a 196
este hombre. Rompe el beso y examina mis ojos.

—¿Esto es real?

Llevo su mano a mi pene, que se encuentra llorando en mis


vaqueros.

—¿Se siente real?

Tiernan sisea y gimo mientras aprieta mi polla dura como una


roca. Casi le arranco su camisa y la lanza por encima del brazo del
sofá. Sus músculos ondulan sobre mí mientras se mueve allí,
arrastrando sus caderas a través de las mías.
Lo jalo hacia abajo y lo beso, llevando todo su peso encima del
mío. Lamo su lengua y dientes mientras exploro relajadamente su
boca. Tiernan da estocadas encima de mí, gimoteando suavemente
mientras mis manos agarran las mejillas de su culo.

—Maldita sea —exclamo con voz rasposa cuando nos separamos


en busca de aire.

—¿Habitación? —jadea Tiernan.

Asiento y me ayuda a salir del sofá. Nos besamos a tientas todo


el camino hasta allí y luego Tiernan se encuentra de rodillas delante
de mí. Corro mis dedos a través de su cabello mientras desabrocha
el cierre de mis pantalones y tira de ellos hacia abajo. Página
197
—Mmm. —Tiernan lame mi hueso de la cadera—. A comando19.

—No quería nada más en el camino. —Mi cabeza cae hacia atrás
cuando Tiernan lame mi eje—. ¡Maldición, Copper!

Tiernan me conduce a la cama. Sentándome, remueve mi


prótesis. Un suave gemido sale de mis labios, mientras el dolor en mi
pierna se desvanece. Tiernan aparta mis piernas y empieza a lamer
y besar la parte interna del muslo. Lo observo, mis dedos se aprietan
y se aflojan en su cabello mientras trabaja entre mis piernas, sus
dedos cepillando mis bolas. Maldición, iba a explotar…

19
Comando: No usar ropa interior.
—¡Oh joder! —Me ahogo cuando Tiernan toma mi polla en su
boca.

Mi cabeza nada en el vértigo mientras la cálida boca de Tiernan


mordisquea el borde de mi polla, su lengua deslizándose dentro de
mi hendidura, entonándola. Nunca ni en mis sueños más salvajes
pensé que estar con un hombre podía sentirse así de jodidamente
bien. Tiernan me toma profundo en su garganta, tragando en torno
de mi sensible cabeza.

—Voy a… oh joder, Tiernan. ¡No puedo mantenerlo!

Tiernan desliza fuera mi polla lentamente, con una sonrisa. Página


198
—Hazlo —susurra, tomándome abajo hasta mi pubis.

¿Cómo diablos aprendió a hacer eso? Mis bolas se levantan en


preparación y mi estómago se aprieta mientras mi polla lanza todo lo
que tenía dentro de la boca caliente de Tiernan. Chupa suavemente
alrededor, tragando mi semilla con un gemido satisfecho. Santa
mierda, nunca me había corrido así de fuerte. Mis piernas temblaban
y parecía que no podía respirar.

Tiernan lentamente suelta mi polla suave y se desliza hacia


arriba por mi cuerpo, sus dedos dejando un rastro de calor ardiente
en mi piel. Su lengua trazando un camino a través de mis labios antes
de sumergirse y tomar mi boca en un beso apacible.
Santa. Mierda.

Envuelvo mis brazos a su alrededor y lo ruedo sobre su espalda.


Me sostengo con los brazos mientras me froto contra él. Las manos
de Tiernan patinan por mis costados y sus dedos juegan con mi
sendero feliz.

—Eres simplemente… —Tiernan lame sus labios mientras bebe


de mí.

—¿Soy…? —pregunto con una sonrisa.

—Quiero decir hermoso, ¿pero los hombres realmente se dicen


eso el uno al otro?

—¿Hermoso? ¿Un adonis? —Lamo mis labios lentamente Página


199
mientras bordeo bajando por su cuerpo, mi estómago frotándose
contra su polla.

—Lo que sea, —jadea Tiernan cuando lamo dejando un rastro


bajando por sus abdominales.

Levanto una de sus piernas sobre mi hombro mientras lamo uno


de sus testículos. Tiernan se retuerce en la cama cuando froto su
perineo con mi dedo índice. Chupo un globo y lo enrollo en mi lengua;
mi mano izquierda agarra su polla dura y comienzo a acariciarlo
lentamente.
—Oh, fóllame —gime Tiernan.

Me rio y lamo la cabeza de su polla, doy un golpecito en su


ranura. Todo el cuerpo de Tiernan se sacude cuando me trago toda
su longitud. La sensación de su polla en mi boca, el sabor de su pre-
semen, todo me impulsaba a tomarlo más profundo, chuparlo más
duro.

Tiernan es extremadamente vocal y jodidamente me encanta.


Me balanceo de arriba abajo, tomándolo hasta la parte posterior de
mi garganta. Unas cuantas veces casi me ahogo, pero vuelvo con un
buen ritmo. Tiernan no iba a durar conmigo chupándolo, y frotando
su punto mientras jugaba con su nuez.

—Darío… —advierte Tiernan. Página


200

Sus abdominales se agitan y sus manos se cierran en el edredón


mientras ruge a través de su liberación. Trato de mantenerme al par
con la cantidad de esperma chorreando en mi boca. Trago y trago,
lamiendo lo que sea que se escapara por el costado de mi boca.
Tiernan aspira el aire como si acabara de correr tras un chico malo.

Saco su polla y lamo mis labios.

—¿Mejor? —pregunto.

—Jesús —gruñe Tiernan.

Me arrastro encima de su cuerpo y lo tomo en un beso. Tiernan


acuna mi rostro mientras me devuelve el beso.
Nuestras lenguas se deslizan entre si lentamente, ambos
tratando de profundizar, saborear más. Rompemos el beso y Tiernan
sonríe.

—¿Qué? —pregunto.

—Nunca había… —Tiernan gira su cabeza.

Acuno su mejilla y lo giro de vuelta hacia mí.

—¿Nunca habías qué? ¿Sentido así? ¿Te habías venido así de


duro? Créeme, yo tampoco. Ni siquiera puedo imaginar lo que
ocurrirá cuando realmente lleguemos a follar.

—Sobre eso. —Tiernan traga duramente—. No estoy… Bueno,


yo… Página
201

—¿Asustado?

Tiernan asiente lentamente.

—Yo también —susurro—. Lo que tenemos, no sé lo que es,


pero sé que quiero más.

—¿Lo quieres? —parece aliviado Tiernan.

—Sí. ¿Lo quieres también?

—Nadie nunca me ha hecho sentir como tú lo haces.

Estudio sus ojos y sé que estaba diciendo la verdad, y si hubiera


habido cualquier luz en la habitación, sabía que lo vería sonrojarse.
Me dolía el pecho al ver a Tiernan Callahan vulnerable. En realidad,
lo hacía más sexy.

—No tenemos que tener sexo esta noche, Tiernan. Me


encantaría simplemente dormir contigo. —Me inclino sobre él,
cepillando nuestros labios juntos—. Quiero lo que sea que es esto,
sea, así que vamos a ir despacio, ¿de acuerdo?

Tiernan asiente lentamente y envuelve sus brazos alrededor de


mi espalda, tirando de mí al nivel de su pecho.

—¿Qué tal si nos besamos por un rato?

—Me gusta esa idea. Página


202

Durante las dos próximas semanas, Tiernan y yo pasamos cada


segundo de nuestro tiempo libre juntos. Me encantó. A veces
simplemente holgazaneábamos en casa y mirábamos la Rueda de la
fortuna. A veces pedíamos comida china y comíamos, viendo alguna
estúpida película. O yo dormía en su apartamento, o él dormía en el
mío. No tenía malos sueños esas noches con Tiernan, y me sostenía
toda la noche.
Algunas noches él volvía a casa cansado. No hablábamos sobre
eso; simplemente nos sosteníamos. Tampoco habíamos tenido sexo.
Bueno, no del tipo anal. Pasábamos horas simplemente tocándonos
el uno al otro, besándonos y trazando todas las crestas y planos del
cuerpo del otro. Nunca había tenido eso, así que estar con Tiernan
era una primera vez en todos los sentidos.

Tenía lo que siempre había querido en mis brazos cada noche.

Nuestros horarios de trabajo eran diferentes, pero Tiernan


siempre venía a mí después de su turno. Lo único que no había hecho
todavía era darme a conocer a los chicos con los que trabajaba.
Tiernan pidió un tiempo para tantear a algunos de sus hombres antes
de que hiciera mi aparición. Página
203
—¡N! —grita Tiernan al televisor.

—Jesús, hasta yo sé lo que es eso —suspiro, haciendo estallar


un rollo de huevo en mi boca.

—¿Tal vez es la idea de estar en televisión nacional? —Se gira


de lado para mirarme Tiernan—. ¿Quizás no pueden pensar
correctamente?

—Está bien, claramente eso dice Over the Rainbow. ¿Cómo no


sabes eso? ¿Cámara en tu rostro o no?

—Tú estás acostumbrado a una cámara en tu rostro. —Tiernan


limpia un poco de salsa agridulce de mis labios y la lame de su pulgar.
—Cierto. ¿Alguna vez has estado en televisión?

—Oh claro. Siempre estoy en el fondo con un chico esposado —


se ríe Tiernan entre dientes.

—¿Por qué decidiste ser policía?

—Bueno, vamos a ver. Mi abuelo y su padre antes que él eran


policías. Mi tío era un bombero. Supongo que decidí que ser un policía
era más adecuado para mí. Michael es mucho más alto que yo y
supongo que ser un bombero simplemente se ajusta a él. Siguió los
pasos de mi padre.

—No eres bajo —lo señaló con un rollo de huevo, del cual toma
enseguida un mordisco enorme—. ¿Tú padre era un bombero? Página
204
—Sí. Mi madre se volvió loca cuando Mason decidió que no iba
a hacer ninguno de esos trabajos y se unió al Ejército. —Tiernan
frunce el ceño—. Tal vez aún estaría aquí si hubiera sido bombero o
policía.

—Todos esos trabajos son de riesgo, Tiernan. Me preocupo por


ti.

—No lo hagas. Tengo a Danny y cuidamos la espalda del otro.

—Todavía voy a preocuparme —presiono.

—Es raro. Mamá nunca se preocupó por mi o por Michael, pero


se ponía como loca en cualquier momento que las noticias tenían
algo sobre los ataques en Irak.

—¿Siempre fue así?

—Eso creo. No es que no fuera cariñosa, simplemente era


menos cariñosa conmigo y Mikey. Sé que Michael fue una sorpresa.

Me rio de los dedos de Tiernan marcando comillas. Continúa: —


Siendo una chica estrictamente católica, no debería haberse
sorprendido. Nunca utilizó anticonceptivos. Después, unos años más
tarde, voila, llegué chillando.

—En realidad puedo visualizar eso —arrastro.

Tiernan ríe suavemente. —Cuando Mason nació, vi un cambio


en ella. Él la seguía más y creo que finalmente consiguió al hijo que Página
205
siempre había querido. Mikey y yo nos parecemos a papá; Mason era
la viva imagen de mamá. Era como si siempre hubiese querido una
chica, y cuando Mason nació, aceptó el hecho de que nunca tendría
una y lo adoró en su lugar.

—A sí que, ¿no más después de Mason?

—No. Mi madre tuvo una hemorragia después de dar a luz y


ellos no podían pararla. Mi padre autorizó la cirugía de cauterización
y ahora no puede tener hijos. Creo que también lo culpa a él por eso.

—¿Qué quieres decir con ‘también’?


—Lo culpa de que Mason se uniera al ejército. Mi padre le dijo
que hiciera lo que fuera que le hacía feliz.

—Y ahora él se ha ido —digo suavemente, tomando las manos


de Tiernan en las mías—. Lo siento mucho, Tiernan.

—Gracias. Tengo a Michael y ahora que hemos aclarado el aire,


estamos aún más cerca.

—Realmente me gustaría pasar algún tiempo con él.

—¿Si? Puede ser un idiota airado.

—¡Impresionante! Ya estoy acostumbrado a ti.

—Oh, ha ha. —Tiernan se pone serio y entonces me mira—. Página


¿Qué pasa contigo? ¿Conseguí al hijo único? 206

—Sí, mi genialidad no podía ser igualada así que mi madre se


detuvo en uno.

Tiernan palmea mi mejilla y presiona sus labios contra los míos.

—En efecto eres un buen espécimen —susurra contra mis


labios.

—La adulación te llevara a todas partes.

—Me encanta cuando cocinas —Tiernan cocina—. La forma en


que haces la cama con las esquinas dobladas al estilo hospital. —
Tiernan se estremece—. Maldita sea, ¡eso es muy sexy!
—Sigue con eso y voy a planchar y doblar tu ropa interior.

—Creo que me acabo de correr.

Me carcajeo y envuelvo mis brazos a su alrededor. Su cuerpo


está caliente y se sentía seguro a mi lado.

—Creo que mi madre está feliz de que ya no estoy en el servicio


activo. Cuando llegué a casa del hospital en Alemania, sólo me abrazó
durante horas. Sé que mi trabajo siempre la asustó, pero hizo una
buena demostración para mí. Le debo mucho.

—Parece una mujer agradable. Aterradora, pero agradable.

—Soy todo lo que tiene, ¿sabes? Sin embargo, le gustas.


Página
—Sí, me di cuenta de eso cuando tenía el cuchillo de carnicero 207

en mis bolas —contesta riendo Tiernan.

—No te habría cortado… mucho. —Le lamo el cuello y lo beso


ligeramente.

Tiernan toma el control rápidamente y antes de que lo supiera,


estaba sobre mi espalda mientras saqueaba mi boca. Joder, mi polla
estaba dura y simplemente nos estábamos besando. Tiernan me
hacía esto; podría dejarme fuera de servicio con una mirada.

—Entonces —respiro—. ¿Película mañana?

—No voy a sentarme a ver una película durante dos horas,


Ramos. —Tiernan arquea una ceja.
—Son dos horas y cuarenta cinco minutos —sonrío.

—Ugh.

La película era larga y durante los últimos veinte minutos de ella


deseaba haber repensado mi elección. Tiernan estaba comiendo
palomitas de maíz y dándome miradas durante toda la cosa. Bien, él
había estado en lo cierto. Salimos de la sala de cine juntos y Tiernan
toma mi mano.

—¿Cena? —pregunto. Página


208
—¿Después de esto? Sí, y podría ir por un Shot20.

Tiernan me mira con cautela.

—Estoy bromeando. —Inclino mi cabeza—. Podría necesitar una


reunión, sin embargo.

—Oh. Um, ¿quieres que te espere?

—No. Quiero que vengas conmigo.

—Darío… —Tiernan rastrilla sus dedos a través de su cabello.

20
Shot: Una pequeña cantidad de alguna sustancia alcohólica típicamente por encima de los 80.
Se sirve en un vaso pequeño. Hay variedad de shots; whisky es el shot más común en Estados
Unidos.
Nunca había intentado hacerlo venir antes, pero realmente creo
que le haría algún bien. Hay gente allí que no bebe, pero están
sufriendo y el tiempo que pasara allí ayudaría a Tiernan. Estaba
seguro de ello.

—¿Por favor? —Le aleteo mis pestañas.

—Oh por el amor de Dios, eso es trampa —suspira Tiernan—.


De acuerdo.

Miro por la ventana hacia la ciudad mientras Tiernan conduce.


Sabía que esto era pedirle mucho, pero quizás si se sentaba en una
reunión podría ayudarlo. Tiernan maldice entre dientes mientras nos Página
detenemos ante una luz roja. Lo miro mientras saca su teléfono. 209

—¿Qué pasa? —pregunto.

—Chicos de alquiler. —Tiernan empieza a marcar en su


teléfono—. Tengo que llamar por esto.

Miro de vuelta por la ventana y entrecierro los ojos hacia los dos
chicos encaramados en la esquina. Mis ojos se agrandan cuando
reconozco a uno de ellos. Me vuelvo y palmeo el teléfono fuera de la
mano de Tiernan.

—¿Qué diablos?
—No lo hagas, ¿por favor?

—¡Darío, la prostitución es ilegal!

—Lo entiendo, ¿de acuerdo? Pero ¿puedes dejar de ser un


policía por una noche?

—No puedo dejar de ser un policía, Darío. Es lo que soy.

—Entonces, ¿eso es todo? ¿Simplemente vas a llamar a los


policías y arrestar a esos dos chicos?

—¿Qué quieres que haga, Darío? ¿Mirar hacia otro lado?

—¡Sí! —grito.
Página
—No puedo hacer eso. —Tiernan sacude la cabeza. 210

—¿Que mierda? ¿Por qué no?

—¿Cuándo se detendrá, Darío? Miro lejos en este momento y


¿qué pasa la próxima vez? ¿Miro lejos una y otra vez? ¿Entonces miro
hacia otro lado por otros crímenes? ¡Así es como se hacen los policías
corruptos!

—¡Dios mío! Podrías salir del auto y aconsejarles sobre el refugio


para indigentes en la calle, o ¡el comedor dos manzanas más arriba!
Podrías darles algo de dinero y sacarlos del frío. ¿Por qué meterlos
en la cárcel durante la noche o más?
—¿Alguna vez has pensado que están más seguros allí? ¡Veo
esto todo el tiempo, Darío! ¡Algunos de ellos terminan muertos!

Tiernan busca a tientas su teléfono y abro la puerta del auto.


Los coches detrás de nosotros comienzan a tocarnos la bocina
mientras agito mis brazos hacia los dos chicos en la esquina.

—¡Váyanse de aquí! —grito.

—¡Maldición, Darío! ¡Vuelve al auto!

Comienzo a caminar por la carretera cuando Tiernan estaciona


el auto en doble fila frente a mí. Corre hacia mí y lo esquivo.

—Háblame, Darío.
Página
—Todo es blanco y negro para ti, ¿no? No hay gris. 211

—Soy un policía, Darío. ¡No puedes esperar que lo deje ir! ¿Ya
no eres un soldado? ¿Puedes dejar de mirar alrededor, evaluando
cada pequeña cosa que está sucediendo a tu alrededor? No, no
puedes y yo tampoco.

Echo un vistazo por el callejón y atrapo un vistazo de la espalda


de los dos chicos. Todavía podría alcanzarlos.

—Me tengo que ir. —Empiezo a caminar.

—¡Espera, Darío! Vamos, hablemos sobre esto.

Me giro y agito una mano cansada hacia él.


—No esta noche. Tengo un lugar donde necesito estar.

—Darío, ¡por favor!

—Ve a casa, Tiernan. Necesito tiempo.

No miro hacia atrás para ver si me ha escuchado, simplemente


sigo adelante. Llego al callejón del siguiente bloque y desacelero,
revisándolo lentamente. Para el momento en que termino con dos
bloques más, casi me doy por vencido.

—¿Darío?

Me doy la vuelta para ver a Ryan de pie detrás de mí, mirando


sus zapatos.
Página
—Jesús, Ryan —digo en voz baja—. ¿Casper lo sabe? 212

—¡No! Y no quiero que lo sepa. Este es mi asunto, ¿de acuerdo?

Doy un paso adelante y Ryan se mueve hacia atrás. Extiendo mi


mano, con la palma hacia arriba, y espero como el demonio que no
huya. Aunque, sé dónde vive. Él había tomado el contrato de
arrendamiento de Drakon cuando él y Matthew Hawke se
enamoraron y se mudaron juntos.

—¿Por qué estás aquí? Si necesitas dinero, sabes que uno de


nosotros te ayudará.

—No tomo limosnas, ¿de acuerdo? Estoy bien por mi cuenta.


—No parece ser así. Estas aquí en la calle vendiéndote. Tiernan
estaba llamando a la policía.

—Mierda. —Ryan muerde su labio y desvía la mirada hacia un


lado.

—Mira, ven a casa conmigo, ¿de acuerdo? Te cocinare algo y


hablaremos.

—Mira, lo entiendo, ¿sí? Quieres ayudar, pero no puedes. No lo


entiendes, Darío.

—¡Bueno, dímelo y ayúdame a entenderlo! ¿Sabes lo peligroso


que es estar aquí afuera? Maldita sea, simplemente déjame llevarte
a casa o algo. Página
213
Ryan me sacude la cabeza lentamente. —No puedes salvarme,
Darío. No todo el mundo quiere ser salvado. Te agradecería que no
le dijeras a nadie que me viste aquí.

—Ryan…

—Lo digo en serio, ¿de acuerdo? No tienes derecho a hablarle a


nadie sobre mis asuntos.

—Bien. —Suspiro y tomo una respiración profunda—. Si alguna


vez te metes en una mala situación, me llamas ¿de acuerdo?

—Sí. De acuerdo.

—Prométemelo, Ryan.
—Lo prometo.

Lo veo alejarse y me duele el corazón por el niño. ¿Cómo


pretendía mantener esto de Casper? No importaba. Había hecho una
promesa y no podía retractarme.

Llamo a un taxi en la siguiente calle y pienso en los


acontecimientos de la noche. Estaba cabreado como el infierno con
Tiernan. ¿Qué demonios? Algunas reglas fueron hechas para ser
rotas, por lo menos así es como lo veía siempre. Una cosa que sabía
con seguridad era que hice lo correcto. Si Ryan hubiera ido a la cárcel,
tendría que llamar a alguien y no sabía quién sería ese alguien, ya
que ninguno de sus verdaderos amigos sabía de esta parte de su
vida. Tal vez tendría que llamar a un cabreado chulo. Joder. Página
214
Paso mis manos a través de mi cabello y exhalo un suspiro. ¿La
peor parte? Ya extrañaba a Tiernan.
Soy un idiota obstinado. Sip, lo admito libremente. No iba,
repito, no iba a disculparme con Darío. Yo tenía razón y eso era todo.

—Eres un idiota —suspira Danny, poniendo en marcha su


maldito auto. Acabábamos de salir de servicio.

—¿Por qué soy un idiota? ¿Escuchaste lo que dije?

—Bla, bla, bla. Sí, escuché lo que dijiste, pero tengo que estar
de acuerdo con Darío.

—¿Qué mierda? ¡Eres mi compañero! Página


215
—Sí, lo soy. Ese es el por qué te estoy llevando a tomar una
copa. Así que, puedo decirte que veo de dónde vienes, pero también
veo su lado.

—La prostitución es ilegal, Danny. ¡Juramos defender la ley!

—Y lo hacemos, cada maldito día. Pero hay ciertas


circunstancias en las que mirar hacia otro lado está bien.

—Eso es un infierno de pendiente resbaladiza —advierto.

Danny se gira de costado en su asiento y me mira, masticando


su chicle. —¿Esa noche que arrestamos a copetillo?
Asiento.

—En realidad sí atrape al chico al final del callejón. Parecía


muerto de miedo, Tiernan, y ya le habían pateado el trasero. Así que
lo deje ir.

Mi boca cae abierta. —¿Tú qué?

—Lo deje ir. Sí, probablemente se estaba vendiendo, pero nadie


tendría que sufrir el ir a la cárcel encima de dar su culo a esos.
Deberías haberlo visto. El tipo ya había hecho un lio con él. No pude
hacerlo, Tiernan.

Golpeo mi cabeza contra el tablero y maldigo. No había hablado


con Darío en dos días. No porque no lo hubiera intentado. Él no Página
contestaba las llamadas. Incluso trate de atrapar a Casper. Supongo 216

que Darío es tan obstinado como yo.

—Puedo hacer la vista gorda en ciertas cosas. Eso no te


convierte en un mal policía, Tiernan. Eso te convierte en un
compasivo ser humano.

—¿Ahora no soy lo suficientemente compasivo? —exclamo


incrédulo.

—Vamos a algún lugar para relajarnos, ¿de acuerdo? Tienes que


refrescarte antes de ir a rogarle a Darío.

—No estoy rogando por nada —gruño.


—Oh por favor. ¡Te estás enamorando del chico!

Cierro los ojos y traigo al presente el día en el cementerio, la


furiosa mirada de Darío y sus hermosos ojos aguamarina.

—Me llamó un JPI —me rio suavemente.

—Ah, jodido pequeño irlandés —asiente Danny.

—¿Qué demonios? ¿Cómo lo sabes?

—¿Soy irlandés? —sonríe Danny.

—Yo también, pero no lo sabía.

Danny se ríe.
Página
—Pasemos por el mecánico y consigamos mi camioneta. Seguro 217

que ya ha terminado con la rotación de neumáticos y el cambio de


aceite. Odio conducir en tu trampa mortal.

Danny acaricia el volante y da una palmada en el tablero. —No


lo escuches, Betsy.

Suspiro. —¿A dónde vamos de todos modos?

—Bronx.

Miro por la ventana cuando llegamos al puente. Fuera en la


distancia, los barcos se balanceaban en el agua tranquila.

—Mierda. No vamos a llegar al soporte.


—La luz sigue verde.

—No por mucho. —En el espejo lateral, atrapo la vista de un


Chevy negro detrás de nosotros. Un auto de policía se estaba
desacelerando a la derecha, pero el Chevy parecía estar acelerando.
Su protector de rejilla cromada casi me ciega cuando el sol golpea
directamente en esta—. Creo que este tipo va a intentar hacerlo.

—Joder —maldice Danny mientras la luz cambia a rojo,


señalando que el puente levadizo está a punto de subir para dejar
pasar un barco.

Los autos pitan detrás de nosotros mientras el Chevy entra y


sale entre los carriles. La sección del puente levadizo comienza su
ascenso delante de nosotros y Danny amaina hasta detenerse. Mis Página
218
ojos se encuentran fijos en el Chevy. No había disminuido ni un poco.
Mi instinto comienza a agitarse mientras llega detrás de nosotros y
parece dispararse.

—Creo que estamos en problemas, Danny —comienzo


lentamente.

—¿Qué? —Danny mira por su espejo retrovisor y luego se gira


en su asiento—. ¿Qué mierda está haciendo?

—¡Está a punto de chocarnos!

Los ojos de Danny se abren ampliamente cuando la camioneta


se acerca lo suficiente como para distinguir al conductor.
—¡Oh joder! ¡Es Eaton!

Tengo segundos para procesar esa pequeña porción de


información antes de que el Chevy nos golpee a toda velocidad. El
pequeño auto de Danny se dispara hacia delante con el impacto y se
va por los aires. Aterrizamos –increíblemente- con el extremo
delantero del auto en un lado del puente levadizo y el extremo trasero
del otro lado. Los neumáticos delanteros estaban colgando
precariamente sobre el borde superior del soporte; el extremo
posterior estaba crujiendo por encima de la pista. Lo único que nos
salvó de una muerte inmediata por caída fue el pensar rápido por
parte del operador del puente que detuvo su ascenso en un instante.

Justo cuando mi corazón comienza a palpitar de nuevo, el Página


neumático delantero izquierdo se desliza fuera del borde del soporte, 219
inclinándonos en ángulo.

De repente, la puerta de Danny vuela abierta.

—¡Tiernan!

¡Maldito pedazo de basura! Me arrojo a través de su asiento


para agarrarlo mientras el cinturón de su asiento, deshilachado y
lleno de agujeros, cede bajo su peso. Se sostiene contra el marco de
la puerta y el tablero del suelo, y engancho mis brazos alrededor de
su cintura.

Esto era malo. Esto era tan malo.


Danny no iba a ser capaz de sostenerse durante mucho tiempo
y no iba a ser bonito si caía.

Cualquier cambio adicional podría enviarnos sobre el borde


izquierdo del puente o directo hacia abajo por la sección del puente
levadizo. Otro ligero tirón acomoda el costado derecho del auto, pero
envía a Danny a esforzarse por sostenerse bien.

Me tenso mientras sostengo a Danny. Sus ojos están abiertos


ampliamente con pánico. ¿Cómo diablos llegamos aquí? Todas las
pequeñas cosas parecían tan estúpidas ahora.

—¡No me sueltes, Tiernan! —suplica Danny.

—No te voy a dejar ir. Ni ahora. Nunca. ¡¿Me escuchas?! Página


220
Hay una conmoción en el puente detrás de nosotros, pero no
me atrevo a tratar de mirar. Si me movía de un modo u otro, el auto
podía cambiar de nuevo. Ni siquiera podía decir cuál era el ángulo en
este punto. Estaba preocupado por Danny. Con suerte, la policía que
vimos en el puente había presenciado todo y ahora estaba pidiendo
ayuda y cazando al ex compañero de Danny. Seguramente el imbécil
no podría llegar lejos con el tráfico estancado.

Parecieron pasar horas, pero sabía que tenían que haber sido
minutos. Mis brazos sentían el peso de Danny y tenía miedo de
intentar ajustar mi agarre. No podía desabrochar mi cinturón de
seguridad o me uniría a Danny. Un fino brillo de sudor había
comenzado a brotar en mi frente.
—Odio los puentes levadizos —musito.

—Yo también. ¿Por qué no podríamos habernos quedado


atascados en uno de los otros? Ya sabes el RFK tiene ascensor
vertical.

—No. No sabía eso, Danny. Dime más —digo sarcásticamente.


Danny sonríe, explotando su goma de mascar, y le devuelvo una
pequeña sonrisa—. Estás haciendo un buen trabajo en fingir que no
te estás cagando en tus pantalones en este momento.

—Bueno, podría acercarme más a ti, pero creo que simplemente


me quedaré aquí. —Su frente se frunce—. ¿Consideras que
podríamos deslizarnos hacia atrás?
Página
—¡Detente! —me rompo—. Deja de hablar así. Sólo trata de 221

estar quieto. —Lo veo preparándose para soplar una burbuja y casi
resoplo—. Que Dios me ayude —comienzo—, ¡si me matas por estar
soplando y estallando una puta burbuja de chicle te perseguiré por
cada jodido segundo de tu jodida vida!

Sonidos de sirenas nos rodean cuando el extremo delantero del


auto se sumerge precariamente sobre el borde un poco más. En mi
visión periférica puedo finalmente ver los autos de policías y los
camiones de bomberos chirriando hasta detenerse cuando los carriles
de emergencia del puente se cubren con personal de rescate. Aprieto
mi agarre en Danny cuando comienza a ponerse más pesado.

—¡Ayúdanos! —grito.
La parte trasera del auto cae ligeramente mientras el metal -
probablemente oxidado- cede un poco más, y los ojos de Danny se
clavan en los míos.

—No hoy, Finnegan. ¿Lo entiendes? —gruño.

Danny asiente lentamente y ajusta su agarre alrededor de mi


muñeca.

—Apuesto a que no sabías que estaríamos aquí hoy, ¿huh? —


Danny trata de reírse.

—Hey, ¿sabes que Darío y yo no hemos follado? —Trato


desesperadamente de distraerlo.

—¿No me jodas? Página


222

—No te estoy jodiendo. Ambos sentíamos que no era necesario


tener sexo. Queríamos conocernos mejor.

—Sé que tenemos que estar realmente jodidos si me estas


contando sobre tu vida sexual.

—Hoy no es el día, Danny. ¿Me escuchas?

—Sí. —Danny deja caer su cabeza—. Te escucho.

El auto se tambalea hacia atrás justo cuando un gancho aterriza


a centímetros de distancia de Danny. Trato de mirar sobre mi hombro
para ver lo que está pasando.
—Creo que han estabilizado el auto, Danny.

—Sí, y creo que tu caliente hermano está subiendo por el


puente.

—¿Michael está aquí?

—Pienso que toda Nueva York está aquí.

—¿Ves? Todo está bien.

Los helicópteros zumban a nuestro alrededor con sus cámaras


haciéndonos zoom. Eso era todo lo que necesitaba, estar en las
noticias de las diez.

—¿Tiernan? Página
223
—¡Gracias a Dios! ¿Michael?

—Sí. Aguanta, ¿de acuerdo? ¡Estamos yendo por ti!

—¡Consigue a Danny primero!

—Tiernan…

—¡Consigue a Danny primero! —bramo.

Apenas sostengo a Danny hasta que uno de los chicos en un


camión de escalera delante de nosotros lo amarra con un arnés y lo
transporta levantándolo.

—Vamos, Tiernan.
Otro camión de escalera había maniobrado detrás de nosotros
y mi hermano aparece cerca de mi ventana.

—Abre la puerta muy despacio. Ya sabes, como cuando traes


los patines de hielo. —Me desabrocho y abro la puerta del pasajero.
Sonríe y me extiende la mano mientras sigo sus instrucciones, le
enseño el dedo, y agarro su mano. Michael me sostiene con firmeza
mientras que otro de los chicos me rodea con un arnés y lo refuerza.
Bloqueo los ojos con Michael mientras se esfuerza por sostener mi
peso.

—Te tengo, Tiernan.

De vuelta en tierra firme, me doy cuenta de que el auto había


sido asegurado. Página
224

—Jesús, gracias —susurro, mirando el claro cielo azul por


encima de mí. Mi teléfono suena mientras las tripulaciones comienzan
el tedioso proceso de remover el auto sin dañar el puente. Era Danny.

—Betsy se sostuvo bastante bien, ¿huh?

—¿Estas jodidamente bromeando? —Por primera vez deseé


poder golpear el teléfono en alguien. Los teléfonos podían ser tan
insatisfactorios.

Salgo de mi niebla e inspecciono el área. —¿Dónde está el


chico?
Michael levanta la vista de su conversación con un colega. —¿Te
refieres al chico que te empujó? Los policías lo atraparon, con mucha
ayuda de los civiles en los otros autos.

Para este momento, Danny se encontraba en el mismo lado que


yo, de pie junto a uno de los autos de la escuadra, hablando con su
hermano y siendo checado. Me acerco y le doy un gran abrazo y un
puñetazo.

—¿Realmente llamaste a mi hermano ‘caliente’ mientras estabas


a cientos de metros y a pocos segundos de una certera muerte
horrible y dolorosa?

—Bueno, lo está —sonríe Danny.


Página
—Amigo, necesitas ayuda. 225

Mis ojos atrapan un rostro familiar en la multitud detrás de la


línea de la policía. Camino hacia delante mientras Darío empuja su
camino cruzando la cinta amarilla.

—¡Señor! —Uno de los policías le grita.

—¡Está conmigo! —Le agito el brazo.

Nos encontramos cara a cara y Darío simplemente se queda ahí


de pie mirándome.

—¿Lo estás? —pregunto.

—¿Estoy qué?
—¿Conmigo?

—Sí, Copper. Estoy contigo.

Arrastro a Darío a mis brazos y lo sostengo, balanceándolo


suavemente. Inhalo su olor y doy las gracias a Dios que todavía estoy
aquí para hacerlo.

—Me has dado un jodido susto de mierda, Tiernan Callahan.


Necesito tu segundo nombre para cuando estés realmente en
problemas. No vuelvas a hacer esto —dice Darío en voz baja.

—Intentaré no hacerlo, pero sabes que no tengo control sobre


esto.

Darío se echa hacia atrás un poco, mirándome. —Cállate. Página


226

Y entonces me besa. Justo allí delante de Dios y el país, Darío


me besó. Aplausos surgen de todas partes y rompo el beso, mirando
a mí alrededor. Danny sonreía como un idiota y aplaudía tan fuerte
como podía, lanzando unos cuantos silbidos, también. Mi capitán
estaba haciendo lo mismo; portando una sonrisa de come-mierda.

—¿Puedo llevarte a casa? —pregunta Darío.

—Todavía no. —Hago un gesto a la patrulla de la policía que me


esperaba—. Danny y yo tenemos que ir a dar nuestras declaraciones.

—Iré contigo.

—No tienes que…


—Voy contigo. No te voy a dejar fuera de mi vista, Tiernan. —
Darío se inclina estrechamente—. Cuando te lleve a casa, voy a
follarte.

Mi culo se aprieta ante esas palabras y mi polla se eleva en


completa atención. Asiento lentamente, tragando con fuerza.

—De acuerdo.

Realmente esperaba que no fuera retenido por mucho tiempo.


Sólo quería que este día terminara. Darío y yo nos acercamos a la
patrulla y besa mi mejilla.

—Te veo allí.

—Está bien. —Lo veo caminando de vuelta hacia la multitud. Página


227
Danny me da unas palmaditas en la espalda.

—Tienes un buen hombre allí.

—Lo tengo. —Asiento. Miro a mí alrededor—. ¿Dónde está


Eaton?

—De camino a comisaría Tenemos docenas de testigos y un


policía que lo vieron todo. Fue gracias a él que la ayuda llego tan
rápido como lo hizo. Y gracias a muchos de los testigos que él no fue
capaz de escapar a pie mientras todo el mundo estaba atrapado en
el tráfico.

—Le debemos una cena y bebidas.


—Terminemos con esto, ¿eh?

—Sí.

Para cuando terminamos de dar nuestras declaraciones, eran


casi las ocho. Danny suspira y pasa los dedos a través de su cabello
mientras caminamos fuera de la oficina del capitán. Aplausos estallan
y retrocedo, sorprendido. Danny y yo nos quedamos allí de pie con
la boca abierta cuando Macy se para frente a nosotros.

—Um, ¿chicos? Sólo quería decir… bueno, quería decirles… —


Macy exhala fuertemente—. Siento haberles llamado con esos
nombres, ¿de acuerdo? —Macy aparta la vista a un lado—. Acabo de
enterarme de las malas noticias sobre Eaton.
Página
—Um, ¿gracias? 228

—No hay nada malo con ser gay. El imbécil de Eaton había
difundido un montón de mierda sobre que sabía de policías gais
acercándose a sus compañeros y haciéndoles difícil el hacer sus
trabajos. —Macy suspira y camina hacia el vestuario.

—Huh. Nunca se sabe, ¿eh? —Danny codea mis costillas.

—Nop, seguro que no. —Camino hacia la salida y me detengo


en seco. Darío está apoyado contra la pared, sonriendo ampliamente.

—Mierdaaaa —suspira Danny. —¡Jodido afortunado!

—Estoy fuera.
—Usa lubricante —se ríe Danny—. ¡Un montón!

—Culo —murmuro.

—Hey, Callahan.

Me vuelvo para mirar a Danny.

—Lo que hiciste hoy… —Danny trata de sonreír.

—Hey, somos compañeros, ¿cierto? Cuidas mi espalda y yo


cuido la tuya —digo con un guiño.

Danny sonríe y camino fuera con el hombre con el que estaba


destinado a estar.
Página
229

No recuerdo cómo Darío y yo llegamos de la comisaría a su casa.


No recuerdo cómo es que salió toda mi ropa. Pero recuerdo la
espectacular mamada que me dio.Ahora Darío tenía tres dedos en mi
culo y yo estaba a punto de reventar. Se clava golpeando contra mi
próstata una y otra vez y mis ojos casi se salen de mi cabeza.

—Oh Dios. ¡Por favor, Darío! —le suplico.

—Sólo quiero asegurarme de que estés estirado.

—¡Sólo hazlo!
Oigo el chasquido de la tapa del lubricante, el rasgar del papel
de aluminio del condón y entonces Darío se encuentra burlándose de
mi agujero con la punta de su polla. No creía haber querido algo más.
Levanto mis piernas y las envuelvo alrededor de su cintura mientras
Darío finalmente se desliza dentro de mí. Contengo una respiración
cuando el calor inunda mi culo y mi pecho se siente apretado.

—¿Estás bien? —gruñe Darío mientras se detiene.

—Oh Dios —logro decir ahogadamente—. Te sientes enorme.

—Estas aplastando mi polla. —Darío se retira un poco—. ¡Tan


jodidamente apretado y caliente!

—No te detengas. —Lo empujo hacia delante con mis piernas. Página
230
Trato de recordar todo lo que Danny me había dicho mientras la
polla de Darío se hunde en mi culo y me llena hasta la empuñadura.
Me empujó hacia abajo todo lo que puedo, tratando de aliviar la
plenitud en mi pecho. Todo quemaba y mi culo parecía estar estirado
hasta el límite. Darío se retira lentamente y luego se hunde de nuevo.
Entra y sale, entra y sale y finalmente el placer llega. Tiro la cabeza
hacia atrás cuando Darío me golpea un poco más duro con cada
empuje. Cada vez, la cabeza de su polla frotaba mi próstata,
enviándome a un torbellino de placer. Jesús. ¿Por qué nunca había
hecho esto antes?

—Maldición, Tiernan —dice Darío, jadeando encima de mí—.


Joder, nunca me había sentido así antes.
—¡Bésame! —Estoy prácticamente lloriqueando.

La boca de Darío cubre la mía y entonces nos movemos juntos.


Me empujo contra él encontrándome con cada una de sus estocadas
hasta que ambos estábamos jadeando por respirar. Todo parecía
magnificado de alguna manera.

Tener a Darío dentro de mí se sentía muy bien. Cada empuje


me enviaba en espiral; cada beso me hacía querer más. La lengua
de Darío se envuelve alrededor de la mía mientras nuestros cuerpos
se mueven. Hundo mis dedos en su cabello mientras gruñe con cada
estocada. Piel golpeando, labios moviéndose y cuando Darío agarra
mi polla, me voy.

Me vengo aullando, con las piernas envueltas alrededor de Darío Página


231
en un duro apretón. Él se corre desordenadamente segundos
después, empujando dentro de mi tan fuerte que estoy bastante
seguro de no ser capaz de sentarme durante semanas.

Colapsa encima de mí y envuelvo mis brazos a su alrededor


firmemente.

—Santa mierda —jadea Darío—. Eso fue… joder.

Me rio mientras le beso un costado de su cuello, lamiendo el


sudor. Corro mis manos por su espalda sudorosa y agarro su culo
firme.

—No sabía que esperar, ¡pero maldición! ¡Eso fue fantástico!


Darío se aparta un poco y busca mis ojos. —¿Estás seguro de
que estás bien?

—Estoy un poco dolorido, pero empacaste bastante bien la cesta


de picnic21.

Darío sonríe.

—¿Ducha? —pregunto.

—Suena bien. —Darío acuna mi rostro y bloquea sus ojos con


los míos—. Hoy me has asustado hasta la mierda ‘siempre-viva’ fuera
Página
de mí. 232

—¿Cómo lo supiste?

—Slater me llamó. Estaba por todas las WCBS22. En cuanto vi el


auto, corrí hacia allí.

—Di por seguro que estábamos perdidos. No iba a soltar a


Danny por nada.

—Me alegro de que ambos estén bien.

—El viejo compañero de Danny es un jodido chiflado. Quería a


Danny muerto. Quiero decir, casi nos mató a los dos sólo para llegar

21
Se refiere a tener un pene muy grande bien encajado.
22
WCBS: W Columbia Broadcasting System es la estación principal de la cadena de televisión
de la CBS, transmitiendo al área metropolitana de Nueva York.
a Danny y ¿por qué? ¿Porque Danny es gay? ¿Porque Danny tuvo las
pelotas de contar a Asuntos Internos lo que había hecho ese imbécil,
haciendo que le dispararan? —Sacudo la cabeza—. Este mundo es
jodidamente aterrador.

—Hablando de aterrador, mi madre quiere verte. —Ramos


menea sus cejas.

—Mierda.

—No te preocupes. Escondí todos los cuchillos.

Tiro a Darío a mis labios y lo beso lentamente. Lo había echado


de menos los dos días que estuvimos separados.

—¿Darío? Página
233

—¿Si?

—Estoy arrepentido sobre la pelea…

—Deja de hablar, Copper.

Después de un día mucho menos agitado, empujo mi mierda en


mi casillero y espero a que Danny me alcance. Había estado
encerrado en la oficina del capitán durante más de una hora y me
preguntaba qué diablos pasaba.
Me apoyo contra la pared fuera del recinto mientras espero. Un
rostro familiar aparece dentro de mi vista y sonrío.

—¡Hey, tú! —Grito—. Te ves mucho mejor.

Bobby todavía tenía algunos moretones, pero estaban


desvaneciéndose. Su cabello rubio era un lio de rizos en su cabeza.

—Cuando tu compañero consiguió mi declaración, descubrí en


que comisaría estabas. No estaba seguro de que estuvieras aquí,
pero quería pasar y darte las gracias, ¿sabes? Ustedes, chicos, me
salvaron esa noche.

Me muevo de la pared y me paro frente a él. Se veía tan


malditamente joven. Página
234
—¿Bobby?

—¿Si?

—¿Qué edad tienes realmente?

Bobby mira abajo a sus manos y las aprieta. —Diecinueve.

—¿Padres?

Bobby sacude su cabeza.

—¿Alguien?

Una vez más, Bobby sacude la cabeza.


—Mira… —le entrego mi tarjeta—. Si alguna vez me necesitas,
sólo llámame. ¿De acuerdo?

—¿Puedo llamar a tu pareja, también? —pregunta Bobby con


una sonrisa pícara.

Sonrío y escribo el número de Danny en mi tarjeta, también.


Entregándosela a Bobby, despeino su cabello. Pienso en los requisitos
de Danny en un hombre y sonrío.

—Sé que esto va a sonar raro, especialmente viniendo de mí,


pero ¿por casualidad tienes una polla grande?

Bobby sonríe. —Podría estar equipado. ¿Por qué?

—Sólo curiosidad. Página


235

—¡Has salido! —Bobby toca mi hombro—. Te reconocí en las


noticias. Ese chico Rush te estaba besando en el puente.

—Sobre eso, ¿puedes mantener eso en voz baja por mí? No


queremos que nadie sepa que somos policías.

—Sí, seguro. —Bobby mueve la cabeza—. Me tengo que ir. Me


alegro de verte, T.

—Mantente a salvo, ¿de acuerdo? —Le doy una palmadita en la


espalda.
Esta noche saldríamos y Tiernan me pidió que lo recogiera de la
comisaría. Estaba un poco nervioso, pero no porque estuviera
realmente mostrándome allí como su novio. Sólo quería gustarles.
Tiernan pasaba un montón de horas con estos chicos y quería
encajar. Sabía cuan estúpido sonaba eso, pero quería que
engranáramos en todos los sentidos.

Todavía no había dejado a Tiernan cerca de Slater. Necesitaba


más tiempo para acostumbrarse a la idea de Tiernan como un chico
bueno.
Página
236
Atravieso las puertas de la comisaría y me acerco al escritorio.
El sargento de escritorio me mira y luego sonríe.

—Hola, ¡te recuerdo! ¡Eres el chico Rush!

—Lo soy. —Le sonrío.

—¿Qué puedo hacer por ti?

—Um, estoy buscando a Tiernan Callahan.

—¿Qué hizo ahora? —El sargento de escritorio frunce el ceño.

—Nada, sólo…

—¡Hola, Darío!
Me giro al sonido de la voz de Danny y le sonrío a Tiernan que
está a su lado.

—Hola, Danny.

—¿Estás aquí para recoger a Sr. Pantalones Malhumorados? —


se ríe Danny.

Tiernan suspira y se frota el rostro.

—Puedes apostar a que sí. —Le guiño un ojo.

Malloy y Macy caminan dentro y me tenso. Aunque Macy parecía


genuino, no pensaba que eso continuaría. Macy nos mira de la cabeza
a los pies.
Página
—Genial, más gais. 237

Danny saca la lengua. —No dejes que Macy te moleste. Es un


pene paranoico.

—De acueeerdo —digo, lentamente.

—Jódete, Finnegan —dice riendo Macy.

—Tú no eres mi tipo, Macy. Sigo diciéndote eso —dice


dulcemente Danny.

—Gracias a Dios. —Malloy les muestra el dedo.

Macy le da un puñetazo en el hombro y Malloy sacude la cabeza.


—No te preocupes, Malloy. —Danny se acerca furtivamente al
hombre más alto—. Ni una sola vez he pensado que fueras gay.

Tuve que reírme de la sorpresa en el rostro del policía más alto.


Frunce el ceño y señala a Danny.

—No me mires el culo.

—¿Qué culo? —Danny inclina la cabeza, observando el trasero


de Malloy—. Es plano. Deberías conseguir un potenciador de culos.
Las damas aman un culo de burbuja.

—Oh por el amor de Dios —suspira irritado Malloy.88

Tiernan se gira hacia los hombres en la habitación. Todos habían


dejado de hacer lo que estaban haciendo y ahora se sentaban con la Página
238
boca-abierta en sus escritorios. Tiernan agita una mano casual y me
mira por sobre su hombro. —Chicos, este es Darío. Mi novio. Darío,
los chicos.

Hay algunos jadeos y algunas miradas horrorizadas, pero en su


mayor parte, la mayoría de ellos simplemente asienten. Unos pocos
incluso me dicen hola. Los medio-saludo con la mano.

—Si tienen algún problema con eso, por favor, comuníquenselo


al capitán. Estoy seguro de que le encantaría escucharlo de ustedes.
—Tiernan se vuelve hacia mí y me tiende la mano—. ¿Listo?

—Nunca permitir que nadie oculte quién eres —se ríe Danny.
—Cállate, Finnegan —se carcajea Tiernan.

—¿Listo para ir a ver a mi madre? —le pregunto cuando salimos


al estacionamiento. Tiernan se estremece y me rio entre dientes.

—Supongo. Si ella no me castra, estaré bien.

—¡No seas tonto! Sólo removería un testículo. —Guiño un ojo


mientras me meto en mi Jeep. Tiernan se mete en el lado del
pasajero y toma mi mano, besando mi palma.

—Soportaré lo que sea que tenga que soportar, Darío.

Examino su rostro y me inclino, besándolo. Sus labios están


calientes y cuando su lengua se desliza contra mi labio inferior, lo
dejo entrar. Un suave gemido escapa de Tiernan cuando el beso se Página
239
intensifica.

—¡Malditamente caliente!

Sonrío en el beso y me aparto. Danny se encuentra de pie junto


a la puerta del pasajero, sonriendo ampliamente.

—¡Háganlo otra vez! —Salta de arriba abajo.

—¡Adiós, Danny! —Me carcajeo.

Desbloqueo la puerta y empujo a Tiernan al interior.


La casa olía a cilantro y ajo e inhalo profundamente. El
estómago de Tiernan retumba y me inclino hacia abajo mirándolo.

—¿Hambriento?

—¡Muerto de hambre!

—¿Má?

—Aquí, mijo.

Dirijo a Tiernan hacia la cocina y tengo que ahogar una


carcajada. Mi madre vestía una camisa de arcoíris. Se gira a mirarnos
y alcanzo a ver un pin PFLAG23 en su pecho. Página
240
—¿Má? ¿Qué estás haciendo?

—Preparando la cena para las madres de chicos y chicas gais —


sonríe.

—Wow. ¿Qué? —le pregunto.

—¡Fui a una reunión! ¡Había muchas otras madres allí! Teníamos


mucho de qué hablar, así que todos vinimos aquí y ahora estoy
cocinando. —Mi madre camina hacia Tiernan y lo abraza—. Estoy tan
contenta de ver que estas bien, Tiernan. Mi muchacho estaba

23
PFLAG: es una organización no lucrativa y no afiliada con ningún instituto
religioso ni político. Los miembros son de todos los caminos de la vida. Son heterosexuales, gais,
lesbianas, bisexuales y transexuales.
preocupado por ti. A él l…

—¡Má! —Le estrecho los ojos.

—…Le gustas demasiado. —Termina inocentemente.

—Él también me gusta. —Tiernan besa mi mejilla.

—¡Vengan a sentarse con nosotros! ¿No es maravilloso? ¡Hay


toda una organización que apoya a los gais!

No pude evitar reírme ante la excitación de mi madre. —¿Sabes


lo que eso significa, Má?

—¡Oh sí! Padres, familias y amigos de lesbianas y gais. PFLAG.


—Sonríe ampliamente—. ¡Estoy tan orgullosa de mi hijo gay! Página
241
Casi me ahogo de la risa. —Má, estoy feliz de que hayas
encontrado nuevos amigos.

Tiernan y yo la ayudamos a llevar toda la comida a la sala de


estar y, tal como ella dijo, ésta estaba llena de mujeres. Todas sonríen
cuando mi madre nos presenta. Me sentía como una exposición
mientras todo el mundo comenzaba a excavar.

La mayoría de ellas querían saber cuándo me había dado cuenta


de que era gay. Diablos, ni siquiera sabía la respuesta a esa pregunta.
Había salido con mujeres toda mi vida, pero ¿Tiernan? Hacía algo por
mí que ninguna de las mujeres podía. Y no era sobre el sexo
tampoco.
Tiernan y yo acabábamos de conocernos. Supongo que si
tuviera que ponerme una etiqueta a mí mismo, diría que soy bi.

—Entonces, el matrimonio homosexual es legal en Nueva York.


—Mi madre me guiña un ojo.

—¡Má! —Agacho la cabeza. Al parecer, era mi turno para


sonrojarme.

—Bueno saberlo. —Tiernan aprieta mi mano.

—Bueno, Tiernan y yo tenemos que irnos. Vamos a reunirnos


con Slater y Casper.

—¿Vamos? —La cabeza de Tiernan se levanta bruscamente—.


Pero dijiste… Página
242

—Lo superará, Tiernan.

—¡Dile a Slater que lo cortaré si trata mal a mi Tiernan! —Mamá


entrecierra los ojos.

—¡Lo haré!

Casper responde a la puerta y sonríe. Camino dentro del


acogedor apartamento encontrándome a Slater de pie en la cocina,
ceño fruncido firmemente en su lugar.
De una manera u otra, íbamos a aclarar este aire entre Slater y
Tiernan. Sabía que Slater no aprobaría mi elección. Simplemente no
me importaba. No conocía a Tiernan de la forma en que yo lo hacía.

—No te preocupes por Slater —susurra Casper—. Está


malhumorado.

—Escuché eso. —Slater nos entrecierra los ojos.

—Hola, idiota. —Extiendo mi puño y Slater lo golpea con el


suyo—. ¿Creo que conoces a Tiernan Callahan?

Tiernan se adelante y extiende una mano a Slater.

Esto era todo.


Página
El momento que temía. 243

Casper tose suavemente y le dirige a Slater una mirada


suplicante. Finalmente Slater estrecha la mano de Tiernan y la
sacude lentamente.

—No lastimes a Ramos, amigo. Te puedo lastimar —dice en voz


baja Slater.

—Eso no pasara —responde Tiernan.

—Um, ¿qué tal si comemos? —Casper empuja a Slater fuera


hacia la cocina—. Apuesto a que todos estamos hambrientos.
Yo no lo estaba. Acababa de devorar una comida de cinco platos
en casa de mi madre con Tiernan. Sin embargo, Casper no necesitaba
saber eso. Lo observo mientras él cuidadosamente saca un pollo del
horno y lo coloca en la mesa.

Realmente quería hablarle sobre Ryan, pero le hice una promesa


al chico. Aun así me molestaba. ¿Qué diablos estaba haciendo Ryan
en las calles cuando trabajaba para Casper?

—¿Darío?

Me vuelvo al presente cuando Casper me entrega un plato.

—Siéntate. —Casper señala a la mesa.

—Así que, Tiernan, vi lo que paso en las noticias. —Casper se Página


244
sienta y coloca una servilleta en su regazo.

—Sí, por suerte las noticias no consiguieron el hecho de que


éramos policías. Sólo algunos automovilistas empujados hacia el
puente levadizo. El departamento está tratando de mantener esto en
silencio en caso de que Danny haya adquirido más enemigos en
Rhode Island de los que seamos conscientes.

—Me gusta Danny. —Casper sonríe, bebiendo de su agua—. Es


divertido.

—Oh, sí. Tan divertido. —Se echa a reír Tiernan.


—Así que. ¿Esto está sucediendo entonces? —Slater hace un
gesto entre nosotros dos.

—Sí. —Tomo la mano de Tiernan, apretándola firmemente.

Slater nos mira en silencio durante unos segundos. Asiente y


levanta su tenedor.

—Está bien entonces.

—Te he dicho que Tiernan pasó por aquí, Slater. —Casper golpea
el hombro de Slater y pone los ojos en blanco—. Aclaramos el aire y
todo está bien.

—Sí, bueno —murmura Slater.


Página
—¿Podrías pasarme el maíz, Slater? —pregunta Casper. 245

Tengo mi tenedor a medio camino hacia la boca cuando Casper


vuelve a hablar.

—Oh, y ¿quieres casarte conmigo, Slater?

Tiernan se ahoga con su comida y yo toso. Slater miraba a


Casper, el cuenco de maíz todavía en su mano.

—¿Qué acabas de decir? —pregunta Slater.

Tomo el tazón de maíz de él, ya que parecía que estaba a punto


de dejarlo caer. Casper sonríe y toma las manos de Slater.

—Cásate conmigo, Cassidy.


—Joder sí. —Slater coge a Casper y lo pone sobre su regazo.

Tiernan y yo comenzamos a aplaudir y silbar. Estaba tan feliz


por Slater. Finalmente, había encontrado a alguien que amaba y
quien lo amaba de vuelta incondicionalmente. Eso era una tarea difícil
para cualquiera. Slater podría ser un imbécil rabioso. Casper le
encajaba como un guante.

Tiernan se inclina y besa mi mejilla. Le sonrío. Me alegraba que


fuera parte de mi mundo ahora. ¿Quién habría pensado que el SID
del cementerio sería mío?

—Entonces —toso—. ¿Tu madre planificara la boda, Slater?

—Lo más probable. Conoces a mi madre —responde Slater. Mira Página


por encima a Casper con una sonrisa torcida—. ¡Eres una pequeña 246

mierda furtiva!

—Bueno, nunca lo viste venir, ¿o sí? —Casper suelta una risita.

—No, pero estoy honrado de que me lo hayas pedido, Casper.

—¿Entonces? ¿Dónde y cuándo será la boda? —pregunto.

—Voy a hablar de ello con lo madre de Slater. —Casper mira a


Slater—. Pronto lo sabrán.
Tiernan y yo nos quedamos con Casper y Slater hasta casi la
medianoche. Era tan bueno ver a Slater feliz. Ambos teníamos terapia
física, Slater por su brazo y yo por mi pierna. También habíamos visto
psiquiatras por lo que habíamos soportado en nuestros despliegues.
Trabajar con chicos como nosotros en el Wounded Warrior Project
también era terapéutico. Amaba mi vida y ahora tenía una razón más
para alegrarme de estar vivo.

Tiernan presionado contra mí durmiendo, y por milésima vez, le


doy gracias a Dios por estar vivo.

Página
247
Darío sostiene mi mano con fuerza mientras estoy de pie con
Michael, Casper y Slater en el lugar de descanso de Mason. Como
siempre, estábamos aquí para rendir nuestros respetos en el Día de
los Caídos.

Por primera vez, no venía con mis padres.

Michael sostiene mi otra mano mientras inclino mi rostro hacia


el sol y sonrío. Esperaba que Mason estuviera feliz. Casper se inclina
y coloca rosas blancas en el jarrón junto a la piedra de Mason. Ya
habíamos colocado una corona de flores y una bandera americana Página
248
junto a la lápida.

Aún extrañaba a Mason. No creía que eso cambiara nunca.

—Diablos —susurra de repente Casper.

—¿Qué pasa? —pregunto.

—Tus padres. —Casper aparta a Slater de la tumba—. Vamos,


Slater.

—No, Casper. No te vayas. —Doy un paso adelante y tomo su


mano—. Tienes todo el derecho de estar aquí.
—Tiernan tiene razón —acuerda suavemente Michael—. No vas
a ir a ningún lugar.

Me estremezco cuando la voz de mi madre estalla en casi un


grito.

—¿Qué está haciendo él aquí? —dice alterada.

Miro a Michael y asiente. Nos giramos de frente a nuestros


padres.

—Casper tiene todo el derecho de estar aquí, mamá. Estaba


comprometido con Mason y lo amaba mucho. —Miro a Casper y
sonríe tímidamente—. Todavía lo ama, mamá.

—¡Te dije que no lo quería aquí! Retíralo. —Mi madre insiste Página
249
glacialmente.

—No va a suceder. —Sacudo la cabeza—. Ahora, puedes estar


aquí con nosotros y recordar a tu hijo menor, o puedes regresar al
estacionamiento y esperar a que nos vayamos. Pero no vas a echar
a Casper de aquí. Y serás respetuosa con el lugar.

—¿Qué significa esto, Tiernan? —chilla.

Me vuelvo hacia Casper. —Quédate aquí. Los llevaré al


estacionamiento.

—¡No nos vamos a ir! Él lo hará. —Mi madre señala a Casper


como si fuera un alienígena de otro planeta.
—Mamá, baja la voz y empieza a caminar ahora mismo —sisea
suavemente Michael.

Mi madre resopla todo el camino de vuelta al estacionamiento,


mi padre arrastrándose detrás de ella como un perrito perdido.
Quería sentir lastima por él, realmente quería, pero había hecho su
cama cuando le permitió tomar el control. Mi madre se acerca al auto
y gira rápidamente hacia mí y Michael.

—¡Como te atreves! —Me apunta.

—¿Cómo me atrevo? ¡Cómo te atreves tú, mamá! ¡Dios! ¡No


puedo creer que haya seguido con lo que dijiste! ¡Todo este tiempo
he estado desahogando mi enojo en la gente que no lo merecía
cuando eres tú con quién estoy enojado! Mason no nos dijo a Página
250
ninguno de nosotros que era gay y ¿de quién es la culpa? ¡Te culpo
de todo eso, mamá!

—¡Mason no era gay! —brama mi madre.

—¡El infierno que no! ¡No podía estar a nuestro alrededor a


causa de ti, madre! Siempre aterrado de ser atrapado, o de lo que
pensarías o harías, maldición, ¡él no sabía si aún lo amarías! Bueno,
tengo algunas noticias para ti, mamá ¿recuerdas al hombre que
estaba conmigo en la tumba de Mason ahora mismo? Es mi novio.

La boca de mi madre cae hasta sus rodillas y mi padre parpadea


rápidamente como si estuviera teniendo una convulsión.
—Y a mí me gusta un chico —agrega Michael—. No tengo ni
idea de quién es él, pero voy a encontrarlo.

Sonrío. —¿El chico de fuera del deli? —Michael asiente con una
sonrisa tímida—. ¿De verdad? ¿Ni una pista? Podrías preguntarle a
Drakon Mavros. Ese era el chico con el que estaba en la cafetería.

—¿Si? ¿Crees que Casper me daría su número? —sonríe


Michael.

Creo que ambos olvidamos que nuestros padres estaban allí. Mi


madre hace un ruido de asfixia y ambos nos giramos a mirarla.

—¿Ambos? —pregunta, temblando.

—Sí, mamá. —Me vuelvo para enfrentarla completamente—. Página


251
Ambos.

—¡Saben lo que dice la biblia! —dice mi madre a gritos.

—Sí, lo sé. Dice ‘ama a tu prójimo como a ti mismo’ y ‘no


juzgues, no sea que seas juzgado’.

Me giro al sonido de pasos detrás de nosotros y encuentro a


Darío corriendo con Casper y Slater cerca, detrás de él.

—¿Está todo bien? —grita Darío prácticamente.

—No, no lo está. ¿O lo está, mamá? —Examino su rostro y la


fría verdad se estrella sobre mí—. Lo siento, mamá. Supongo que ya
no tienes ningún hijo.
Mi madre sorbe indignada y tira de la manga de mi padre. —
Vamos, Colm.

Mi corazón duele cuando mi padre mira a Michael y a mí por


unos segundos antes de que mi madre lo aparte. Había esperado que
se quedara con nosotros. Fuertes brazos se posan alrededor de mi
cintura y me apoyo en Darío.

—Te tengo, bebé —me susurra al oído—. Mi Má ya te ama. Tú


y Michael siempre tendrán una familia.

—Sí. —Asiente Slater—. Y mi madre necesita dos hijos gais más.

Michael revienta en risas y se convierte en contagioso. De


pronto todos estamos riendo hasta nuestros traseros en el Página
aparcamiento del cementerio. 252

—Hey chicos —finalmente habla Casper—. ¿Por qué no vamos


a un bar y celebramos la vida de Mason?

—Me gusta. —Asiento, abrazando a Casper.

Terminamos en un bar de karaoke en Jersey. Elección de Slater,


creo. Voy por delante porque no podría haber importado menos a
donde fuéramos mientras estuviéramos juntos. La reacción de mi
madre dolía, no iba a mentir. Pero sabía en lo que me estaba
metiendo y no me arrepentía.
No todos los padres podrían ser como la madre de Darío o la de
Slater. Me dirijo al bar y pido agua para Darío y una cerveza para mí.
Michael se coloca a mi otro lado y levanto el rostro sonriéndole.

—Gracias por cuidar mi espalda hoy.

—Siempre cuidaré tu espalda, Tiernan. Eres mi hermano. —


Michael envuelve un brazo alrededor de mis hombros—. Te amo,
hermano.

—También te amo.

—Hey ¿chicos?

Miro a un lado viendo a Casper luciendo una enorme sonrisa.


Página
—¿Si? 253

—¿Qué tal si cantamos una por Mason? —Casper salta en sus


pies.

—¡Oh señor! —Se carcajea Michael—. ¿Estás hablando de lo que


creo que estás hablando?

Estrecho mis ojos en Casper, quien sonríe aún más


ampliamente.

—No canto —insisto.

—Tampoco lo hacía Mason —dice riendo Casper.

—¡Eso es cierto! —Se quiebra Michael.


—¿Entonces? ¿Están dentro, Callahans? —Nos provoca Casper.

Miro a Michael, que simplemente asiente. Casper rebota de


arriba abajo de nuevo y coge nuestras manos.

—¡Vamos!

No puedo creer que me hubiera dejado meter en esto. Canto


tan mal como lo hacía Mason. Sin embargo, no sabía nada acerca de
Michael. Así que cuando abrió la boca para cantar ‘Good Vibrations’
casi me trago la lengua. Era bueno. Quiero decir realmente bueno.
Supongo que el vidrio estaba a salvo alrededor de al menos un
Callahan. Casper y yo saltamos a su alrededor cantando el coro y
riéndonos. Mis ojos se encuentran con los de Darío y le guiño un ojo.
Página
Mi vida estaba cambiando rápidamente y no podía estar más 254

contento con eso. Tenía a Darío y a su madre, además de a mi


hermano mayor y ahora nuevos amigos. Slater sube al escenario con
nosotros y arroja fuera su camisa, lo que hace que la multitud en el
club se vuelva loca. Darío silba y me anima a quitarme la mía. Michael
lanza su camisa y las mujeres de la primera fila gritan con aprecio.
No podía dejar de reír. Mi camisa vuela y la de Casper va después.
Estábamos bailando en el escenario chocando unos con otros y era
un caos completo.

A Mason le hubiera encantado.

Darío se carcajeaba y en ese momento supe lo que Mason debía


haber sentido por Casper.
Porque me estaba enamorando de Darío Ramos.

Tropezamos al interior de mi apartamento alrededor de las dos


de la mañana. Darío estaba agotado y sabía que su pierna le estaba
molestando. Aunque es tarde, le preparo un baño. Sabía que era la
única cosa que garantizaba aliviar su dolor y tensión. Darío se sienta
en el borde de mi cama, masajeando su pierna. Me agacho y me
hago cargo de él. Gime y deja caer su cabeza hacia atrás.

—Dios, sonabas horrible —dice Darío con una carcajada.

—Hey, te dije que no puedo cantar —me rio. Página


255
—¿Quién diría que Michael podría? —Darío gime en felicidad
mientras froto un punto dolorido en su rodilla.

—¿Qué tal un ibuprofeno y un buen baño caliente?

—Maldición. Eso suena increíblemente bien.

—Bien, vuelvo en un instante.

Me giro para irme y Darío atrapa mi mano.

—Hey, ¿estás bien? Sé que lo que paso hoy debe haberte


lastimado.
Me siento al lado de Darío y paso mi mano por su cabello. Tan
fuerte como era, tan feroz como era, también era muy cariñoso. Me
encantaba eso de él.

—Sabía lo que iba a pasar. ¿Esperaba que la pérdida de Mason


de alguna manera cambiara el cómo se sentía? ¿Qué se daría cuenta
de lo corta que podría ser la vida y la atesoraría? Yo seguro que lo
hice. No me voy a esconder, sin embargo, Darío. Quiero estar contigo
fuera, salir del armario y maldición si me importa quién lo sepa.

—Eres un hombre excepcional, Tiernan Callahan y estoy tan


contento de haberme tomado el tiempo para conocerte.

Me inclino y lo beso. —Yo también, Español.


Página
—EPI. —Darío se ríe entre dientes. 256

—¿EPI?

—Enorme polla irlandesa.

Me rio de eso y sostengo a Darío en mis brazos. Me pertenece


y yo le pertenezco a él. Lo sentía en mis huesos.

—De acuerdo, déjame buscar tu ibuprofeno y vamos a llegar a


la ducha.

—No me cargues. —Me señala con un dedo Darío.

—Hecho.
Darío se apoya contra mi pecho y masajeo sus muslos mientras
nos empapamos en el agua caliente. Sus pezones se animan cuando
corro mis dedos a través de ellos. Se ríe y le beso la cabeza.

—¿Tiernan?

—¿Si?

—¿Alguna vez has estado enamorado?

—Que es amor…

—Bebé no me lastimes… —canta Darío.

—Ha, ha. Siempre pensé que cuando te enamorabas era como


si te golpearas la cabeza, ¿sabes? ¿Pero qué es, realmente? Todo lo Página
que sé es que amo pasar tiempo contigo, estar cerca de ti y esperar 257

poder verte todo el tiempo. Si eso no es amor, bueno, entonces


supongo que estoy en esto contigo.

Darío dirige su cabeza hacia atrás y la inclina hacia arriba para


mirarme. —¿De verdad?

—Nunca me he sentido así con nadie, Darío.

Acuna mi mejilla y nuestros labios se encuentran en un suave


beso. Se aparta lentamente y busca mis ojos.

—Me siento de la misma manera, Tiernan.


Darío me hace el amor después del baño y cuando cae dormido
en mis brazos, supe que estaba verdaderamente en casa.

Página
258
Me despierto con un sobresalto. Hubo un golpe suave en la
puerta de Tiernan, pero él estaba muerto para el mundo. Supongo
que lo jodí demasiado duro. Me rio y agarro mi prótesis, saltando
para encontrar mis pantalones deportivos. Otro golpe llega, más
fuerte esta vez y me quejo cuando salto hacia la puerta principal.
Mirando por la mirilla, mis ojos se abren de par en par en el hombre
parado allí. Abro la puerta y los ojos de Colm Callahan se encuentran
con los míos.

—Oh, um, ¿esta Tiernan aquí? —pregunta.


Página
259
—Bueno, esta es su casa. —Estrecho mis ojos en el hombre—.
¿Está aquí para gritarle?

—Yo…

—Hey, Darío. Que estás haciendo… —Las palabras de Tiernan


se congelan al atrapar la visión de su padre—. ¿Papá?

—Tiernan. —Colm hace un gesto hacia mí—. ¿Puedo entrar?

—Oh, sí. —Me muevo hacia atrás permitiendo que el hombre


entre. Él se queda de pie, erguido, pareciendo inseguro—. ¿Puedo
traerle un poco de café, sr. Callahan?

—Es Colm, y sí, eso sería agradable. Gracias.


Observo desde la cocina cuando Tiernan se acerca a su padre.
Rápidamente preparo café para los tres, junto con leche, azúcar y lo
llevo todo a la sala de estar. No iba a dejar a Tiernan sólo. No ahora.

—¿Leche o azúcar? —pregunto.

—No, gracias. Negro está bien.

—Entonces, papá ¿qué te trae por aquí? Especialmente desde


que parecía que no querías tener nada que ver conmigo o con
Michael después de que dijéramos la verdad.

—He dejado a tu madre —anuncia.

Tiernan se atraganta con el sorbo de café que estaba tomando


y le palmeo la espalda. Página
260

—¿Dilo de nuevo? —dice Tiernan con voz rasposa.

—No puedo perder más hijos, Tiernan. Simplemente no puedo.


No ser parte de tu vida, gay o heterosexual, no es aceptable para mí.
Tu madre nunca cambiará sus creencias. Nunca fui particularmente
religioso cuando la conocí, pero ella era todo sobre el Evangelio y la
voluntad de Dios. Pero tomó fragmentos de las escrituras y los
retorció para adaptarlas a sus propios sentimientos, llegando a
extremos que ni siquiera la iglesia hace. Bueno, mis padres siempre
me dijeron que Dios es el único que puede juzgarnos, y que Jesús
ama a todos incondicionalmente. Así que eso es lo que debemos
hacer. Quiero ser parte de la vida de mis hijos.
—¿Michael lo sabe?

—Me detuve a verlo primero. Los amo muchachos y quiero tener


una mejor relación ustedes.

Sostengo la mano de Tiernan. Sus ojos están vidriosos así que


me muevo más cerca en el sofá. Podía ver lo mucho que el padre de
Tiernan amaba a sus hijos.

—Veo tanto de Mason en ti y Michael. Todo lo que puedo pedir


es que me perdones por el pasado, Tiernan.

Me excuso para que puedan tener un poco de tiempo juntos.


Llamo a mi madre para comprobarla y nos invita a cenar. Quería llevar
a Michael también. Página
261
—Trae a quien sea que quieras, mijo. ¡Esos muchachos merecen
amor!

—Gracias, Má. Te amo.

También invito al padre de Tiernan. Tiernan llama a Michael y


después nos dirigimos a la casa de mi madre. Tiernan parecía tan
feliz en el asiento del pasajero. Tomo su mano y la beso.

—Esta noche, tú me vas a follar a mí, Callahan.

Su boca cae abierta y luego la cierra, tragando fuerte.

—¿Estás seguro? —pregunta.


—Oh diablos sí. —Le guiño un ojo. Me detengo junto a la acera
y el hermano y el padre de Tiernan se detienen detrás de nosotros.
Mi madre saluda con la mano desde la puerta principal y sonrío.

—¿Listo para Punta de solomillo?

—¿Eso es puta en español?

Me carcajeo y lo beso. —No, es un solomillo de ternera con ajo


y vino blanco.

—Suena bien —dice riendo Tiernan—. Mucho mejor que una


puta con ajo.

—¿Y bien? Hagamos esto.


Página
Me reclino en el sofá mientras mamá sirve café y churros. Ella 262

se había apasionado por Michael, Tiernan y su padre. Amaba a mi


má. Trataba a todos con respeto y sólo podía esperar a ser como ella
algún día. Los chicos se carcajean y eso es música para mis oídos.
Tiernan está sentado a mi lado, con la mano en mi muslo. Mamá me
guiña un ojo y menea sus cejas.

—Así que, ¿Casper y Slater se van a casar? —pregunta.

—Sí —respondo—. No sabemos cuándo o dónde, pero


estaremos allí.

—Voy a cocinar. —Mi madre sonríe.

—¿Lo harás?
—Sí. La madre de Slater me preguntó si podía hacerlo. Piensa
que podría ganar dinero si doy servicio de comida.

—Podrías —dice Colm alrededor de un bocado de churro—. La


comida estuvo deliciosa.

—Gracias. —Mamá sonríe radiante.

Oh diablos. Si Tiernan terminaba siendo mi hermanastro,


alguien iba a pagar.

Ayudamos a limpiar y beso a má de despedida. Me lleva a un


lado mientras Tiernan camina fuera con su padre y hermano.

—Es un buen chico, Darío. Es una lástima que su madre sea Página
263
estúpida.

Me rompo. —Sí, lo es, Má. Pero Tiernan te tiene ahora y también


Michael. Gracias por hacer que se sientan bienvenidos.

—Te amo más que a la vida, mijo. —Besa mi mejilla—. Ahora,


ve a conseguirlo24.

—¡Má! —digo con espanto.

—Ve.

24
Get it on: conseguirlo, eufemismo para el sexo, popularizado por Marvin Gaye en su clásico
‘Let’s Get it On’.
Estoy nervioso como el infierno mientras Tiernan se desnuda
frente a mí. Estoy sentado en la cama desnudo como el día en que
nací viendo al hombre del que estoy enamorado patear sus bóxers al
suelo. El hombre estaba increíblemente esculpido. Sus pelotas
colgaban pesadas y su polla se levantaba hacia arriba, una gota de
pre semen burbujeando en la punta.

Lamo mis labios mientras Tiernan se acerca a mí como un jodido


gato de la selva. Estoy sobre mi espalda en segundos con mis piernas
sobre sus hombros.
Página
Y entonces me lame. 264

Ahí abajo.

Casi me salgo de la cama. Agarro las sabanas hasta que mis


dedos se ponen blancos mientras Tiernan se come mi culo. Santa.
Jodida. Mierda. La lengua de Tiernan invade mi túnel y grito en pura
dicha. El lubricante frío se desliza por mi grieta y Tiernan introduce
un dedo dentro de mí.

—Oh Jesús —gimoteo.

—No puedo esperar a estar dentro de ti. —Tiernan lame mis


labios.
Esperaba probar… bueno, algo. Pero no sabía a nada más que a
Tiernan.

Extiendo mis piernas para acomodarlo. Besa la parte interna de


mi muslo mientras agrega más dedos. Todo mi cuerpo estaba
temblando, y cuando finalmente se empuja dentro de mí, quise llorar
porque se sentía tan malditamente bien. Una sensación de ardor me
hincha la columna vertebral y mis bolas se tensan contra mí. La
presión en mi pecho se intensifica a medida que Tiernan se hunde
más y más profundo.

—Toma una respiración profunda y relájate —susurra Tiernan a


través de mis labios—. Te dolerá menos, lo prometo.

Me muevo junto con Tiernan, nuestros cuerpos y bocas Página


265
conectados. Tiernan mantiene sus empujes lentos y superficiales,
pero cuando se impacta contra mí fuertemente mi polla se levanta
como un mástil completo. Una y otra vez, frota ese lugar dentro de
mí, enviándome por un precipicio de puro éxtasis. Tiernan agarra mi
polla e inclino mis caderas contra él. Entonces me encuentro
chorreando todo sobre mí mismo y Tiernan mientras balbuceo
incoherentemente. Tiernan cabalga su orgasmo, gruñendo y
gimiendo. El calor envuelve mi culo cuando llena el condón. Tiernan
cae encima de mí, jadeando, y beso su frente. Todavía podía sentir
su polla pulsando en mi culo.

—Joder.
Me rio y me estremezco ante el dolor en mi culo. —Ow.

—No te lastimé, ¿verdad?

—Es un buen dolor. Pero creo que me gusta más dar.

—Bueno, amo recibir —sonríe Tiernan.

—Tú eres mi bonito chico inferior.

—Usaré lindos Speedos25 rosas la próxima vez.

—¿De verdad?

—No.
Página
Me rio de nuevo y jadeo cuando Tiernan se desliza lentamente 266
fuera de mí. Agarra los pañuelos en la mesilla de noche y comienza
a limpiarme. Le acaricio la mejilla y nuestros ojos se encuentran. Este
hombre, el que me había cabreado como ningún otro, estaba en mi
corazón ahora. Busca directamente en mis ojos y sonríe.

—Lo sé. Yo también.

—¡Ouch! —Me estremezco.

25
Speedos: Marca de bañadores de competición.
Tiernan acababa de golpear el plexiglás frente a mí, cortesía de
su hermano. Los dos estaban feroces esta noche. Más de una vez
tuve que apartar la mirada mientras el NYPD y el FDNY iban uno
contra el otro en el hielo. Danny saltaba de arriba abajo en el asiento
junto a mí sonriendo como si acabara de encontrar consoladores en
oferta.

—¡Ah! —Grita, señalando Danny—. ¡Macy acaba de ser


repasado duramente!

—¿Pensé que te gustaba ahora?

—Eh. —Danny se encoge de hombros.

—Así que, escuché que recibiste una invitación a la boda de Página


Casper y Slater. ¿Cómo ha ocurrido eso? 267

—Conocí a Casper el otro día. Parece que a ambos nos gusta la


fuente en el parque. También conocí a su amigo Drakon. Chico lindo.

—Bueno, ese chico lindo ahora está saliendo con Matthew


Hawke de Hawke Advertising.

—Eso he escuchado.

Me remuevo en el asiento para mirar a Danny. —¿Qué tipo de


chico estás buscando?

—¿Uno que luzca como tú? —Sonríe Danny.

—Se serio.
—Bien. Buen sentido del humor, que le guste el hockey, y pueda
soportar mi trabajo.

—¿Apariencia?

—No estoy realmente en todo eso de la apariencia.

Le miro con una ceja levantada.

—Está bien, eso ayuda. Pero no es en lo que baso mi decisión


final.

—¿Y en qué es?

—Tamaño del pene.


Página
Me carcajeo. 268

—Nah, estoy bromeando —continua Danny—. Aunque me gusta


una linda y gorda polla.

El fuerte zumbador marca el final del partido y reviso el


marcador. El NYPD había perdido. Danny y yo nos movemos con la
multitud mientras salen de la arena excitados. Una vez fuera, me
apoyo contra la pared para esperar por Tiernan.

—Te veré pronto, Hombre Rush. —Danny me palmea el hombro


y se aleja.

Me despido con la mano y cierro los ojos. El aire de la noche era


un poco sofocante mientras junio comenzaba fervoroso.
Limpio mi frente y respiro hondo. Una mano se posa en mi
hombro y sonrío.

—Hey, ¿estás bien con la derrota?

—Sí, siempre que mi novio me lleve a casa y me haga sentir


mejor.

—Estás dentro, EPI.

—Lidera el camino, Español.

Página
269
Sandrine Gasq-Dion -Sandy- nació en Inglewood, California.
Criada por padres de la ‘vieja escuela’ franceses, posteriormente se
trasladó a Tucson, Arizona. Fue allí donde la escritura se convirtió en un
pasatiempo. Siempre decía que tenía una gran imaginación, Sandy
escribió historias cortas para sus amigos en la escuela secundaria. En la
universidad, tomó más clases de escritura mientras trabajaba en su grado
de Justicia Criminal, pero no fue hasta que una telenovela llamó su
atención que no se involucró en el romance masculino.

Siguiendo el consejo de su amigo, Sandy sumergió sus dedos dentro


del mundo del romance M/M. Sandy tomo la escritura en serio y entabló
conversación con hombres homosexuales, así como horas de Página
270
investigación. Ha estado involucrada con el ejército de una u otra manera
durante veinte años, y tiene una gran cantidad de respeto por nuestros
hombres uniformados. Ha viajado por el mundo, pero se encuentra
disfrutando actualmente del Sur.

http://authorsandrinegasq-dion.blogspot.mx/

https://www.facebook.com/Official-Sandrine-Gasq-Dion-
137320826386776/

@Sandrine_GasqD

También podría gustarte