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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN

AGUSTIN DE AREQUIPA

FACULTAD DE INGENIERIA DE PROCESOS

ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERIA DE


INDUSTRIAS ALIMENTARIAS

Curso:
METODOLOGIA DE LA INVESTIGACIÓN I

APUNTES DE CLASES

DOCENTE:

Ing. ELVIS PINTO CARPIO

AREQUIPA - PERÚ

2021
PRIMERA UNIDAD:

EL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN I

1. Planteamiento del problema.

Definición

Este ejercicio de plantear el problema de investigación es considerado como un


momento central y decisivo del proceso de investigación. Cada paso tiene su
importancia y valor, pero la definición del asunto sobre el que versará la
indagación determina en gran medida las posibilidades de éxito de la intención
investigativa.

El problema de investigación expresará el grado de maduración de una pregunta,


una búsqueda, una intuición o de una exploración previa sobre un objeto de la
realidad. En este sentido evidencia el proceso de pensamiento que ha seguido a
una pregunta o pesquisa formulada por un investigador o por un grupo de
investigadores. En los comienzos de la experiencia investigativa de un
investigador el problema de investigación puede iniciar su configuración de una
intuición personal o percepción sensible, de una idea, una sospecha acerca de la
necesidad de profundizar en una posible interpretación que ha empezado a
constituirse sobre una determinada realidad natural o social. Esa intuición,
percepción primaria o sospecha, encuentra una opción de perfilamiento
básicamente en dos iniciativas:

Un acercamiento de mayor observación al asunto o hecho que motiva el interés


investigativo, esto es, un adentrarse de manera experiencial, sensible y con
preguntas a las circunstancias, condiciones, realidades, factores que rodean el
aspecto de la realidad que quiere investigarse.
La inspección o reconocimiento del pensamiento, análisis e interpretación
producida acerca del objeto a investigar, en otras palabras, la exploración
documental del conocimiento producido que rodea y se enfoca al asunto de interés
investigativo.
En este momento decisivo del proceso de conocimiento científico, es de gran
relevancia reconocer la carga motivacional de carácter subjetivo que ha suscitado
el interés de búsqueda explicativa o comprensiva sobre un acontecimiento, hecho
o realidad, no porque ello en sí mismo constituya un condicionante del rigor
científico, sino porque ello permite prever las garantías de compromiso con la
aplicación a la indagación o investigación. Esto no tiene que ser siempre así, pero
un problema de investigación que surge de un interés apasionado por conocer
algo puede tener mayores probabilidades de culminación y de culminación exitosa,
que un problema de investigación que de entrada no trae consigo la carga emotiva
necesaria para estudiar el problema planteado.

De otro lado, la rigurosidad en el planteamiento del problema depende de la


capacidad que se tenga para vincularlo a un modelo teórico o al marco referencial
de una ciencia, pues un problema de investigación no se establece desde la mera
intuición, interés o sospecha, se compone del conocimiento previo del investigador
o investigadores y del conocimiento científico y teórico que otros han logrado
producir sobre el objeto de la realidad que se pretende estudiar. De tal forma que
el problema se configura con un entramado de categorías y conceptos que han
devenido de los ejercicios de conocimiento aplicados en un campo disciplinar o
científico determinado.

Así pues, el problema de investigación no se formula con opiniones personales,


subjetivas, ni partiendo del sentido común que probablemente ha ofrecido una
serie de respuestas acerca del asunto que se investiga; no se elabora como
resultado de una certeza sensorial; se produce en un trabajo de sistematización u
organización del pensamiento que apela al conocimiento científico previo y que ha
sido producido con un método legitimado en la comunidad científica como
procedimiento adecuado para encontrar respuestas a un problema científico.

Pero ¿qué es el problema de investigación? Es una situación, fenómeno o hecho


sobre el que aún faltan respuestas o conocimiento teórico que podrá tener utilidad
práctica, explicativa o comprensiva; puede ser también un asunto teórico o
problema disciplinar que requiere ser puesto en cuestión y reconfigurarse.
Consiste, dentro del proyecto de investigación, en el desglose de una pregunta, la
precisión del foco de realidad que se quiere explorar, explicar o interpretar; la
descripción y caracterización del asunto seleccionado como tema de investigación,
identificando sus antecedentes en el campo de producción científica con el que
tiene relación, pues el problema es también lo que se ha dicho sobre él. Significa
el corte de realidad natural o social sobre el que se tienen preguntas y respuestas
parciales, inexploradas o no comprobadas. El problema de investigación es, de
alguna manera, una pregunta bien formulada que en sí misma contiene un
conocimiento acumulado e identifica de manera precisa un foco de la realidad
sobre el que se quiere centrar el pensamiento y las capacidades cognitivas y
sensibles requeridas para la producción de conocimiento científico. “Plantear un
problema consiste en elegir una manera de abordar un tema de investigación, en
adoptar y delimitar una perspectiva a partir de la cual uno pueda acercarse y
comprender un tema de estudio” (Létourneau, 2007, 189)

Tratando de ejemplificar de manera muy general, un problema puede resultar del


interés de conocer sobre:

Una necesidad social: se puede intentar describir, explicar o interpretar realidades,


problemas o aspectos relativos por ejemplo a la salud, la educación, el empleo, la
seguridad social, la recreación, la convivencia, entre muchos otros.
Una causa que produce o genera un determinado fenómeno o hecho natural o
social: por ejemplo, la física puede proponerse explicar las leyes que rigen el
movimiento de las partículas en el microcosmos o la psicología puede proponerse
encontrar las causas que explican la génesis del pensamiento en los seres
humanos.
La relación existente entre fenómenos o situaciones: las ciencias administrativas
pueden proponerse como un problema las relaciones existentes entre la gestión
del recurso o del capital humano y la productividad de una empresa.
Una dificultad a la que debe responderse o tratar de dar solución: una
investigación en comunicación puede pretender ofrecer respuestas o
interpretaciones acerca de las dificultades que se presentan en una sociedad
determinada para la garantía efectiva de la libertad de prensa, o puede proponerse
dar respuestas a las dificultades existentes en la comunicación entre los
trabajadores de una determinada empresa.
Los diferentes componentes, características o aspectos que constituyen un
determinado fenómeno: en investigación educativa puede proponerse la
descripción de los diferentes factores que inciden dentro del aula para la
vinculación efectiva de los estudiantes al proceso formativo y de aprendizaje.
La evolución o desarrollo de un fenómeno: en una investigación de administración
ambiental es posible un tema que intente explicar o describir los procesos a través
de los cuales se ha intentado dar respuesta desde la gestión ambiental a los
diferentes retos que en los últimos años ha significado el compromiso con el
desarrollo sostenible en las empresas de un territorio específico.
Es importante señalar que el tema de investigación se delimita precisando los
contornos espacio-temporales del objeto de la pesquisa. Entre tanto la información
sobre los antecedentes del conocimiento en torno al problema contribuye a
precisar vacíos en el conocimiento, aspectos en discusión dentro de la comunidad
científica, resultados de conocimientos contradictorios y niveles alcanzados en la
comprensión, explicación e interpretación del problema.

La presentación del problema de investigación en un proyecto está constituida por


la formulación de una pregunta de investigación, la elaboración y delimitación del
tema o problema en que se describe y argumenta el asunto seleccionado y se
exponen los antecedentes en el conocimiento producido, la precisión de los
objetivos de investigación y la justificación en torno al significado social,
académico o científico que representa investigar el problema definido.

Torres y Jiménez en su texto “La construcción del objeto y los referentes teóricos
en la investigación social” (2006), nos permiten proponer una síntesis sobre el
problema de investigación. El proceso de construcción del objeto o problema de
investigación contiene una significación desde el conocimiento, el sujeto que
investiga y el contexto donde se configura. En relación con el conocimiento, el
configurar un problema de investigación exige colocarse en una tradición
determinada de la investigación científica (empírico – analítica, comprensiva o
crítica), delimitar el contexto teórico y disciplinar donde se inscribe el objeto y
determinar un procedimiento para la construcción del objeto en función de
perfilarlo. En relación con el sujeto que investiga Torres señala que éste es situado
históricamente, tiene intereses y motivaciones, una relación académica y
epistémica con el objeto y con una formación determinada. Por último, la
formulación de un problema de investigación se da en un contexto histórico,
cultural y epistémico y en su definición un elemento de la justificación es la
enunciación de su pertinencia y significación sociohistórica.

La precisión, la contundencia, la claridad, la especificación, son características


significativas en la formulación del problema de investigación. La ambigüedad,
vaguedad, generalidad en el planteamiento del problema dificultan la concreción
del proceso de conocimiento o lo hacen imposible. Esto no significa que la claridad
respecto al problema de investigación represente un camino despejado de
obstáculos epistemológicos, conceptuales, teóricos o metodológicos a la hora de
emprender y adentrarse en el viaje que busca respuestas a una pregunta; la
claridad del problema facilita el caminar hacia la profundización y conocimiento del
mismo, orienta las maneras más apropiadas de proceder metodológicamente en la
consecución de las respuestas y mantiene la atención del investigador centrada en
un asunto, evitando la dispersión y el eventual desvío en el camino hacia la
consolidación de un resultado de conocimiento; es por esto que los objetivos
tienen un papel determinante.
Quizás hayas escuchado antes que el planteamiento del problema es la
explicación de tu tema o de lo que quieres hacer en tu trabajo, pero no funciona de
esa manera. Se trata de establecer la problemática de tu investigación. ¿Eso qué
quiere decir? Debes concretar una situación para analizarla, delimitarla, describirla
y darle una posible solución o respuesta al por qué de sus causas o
consecuencias.

Empieza por contextualizar el área o disciplina de estudio donde se enmarca la


problemática. Ir de lo general a lo particular. Lo lograrás teniendo en cuenta tres
aspectos:

1. El espacio de ese contexto, ¿Dónde?: puede ser un espacio real, es decir, un


lugar determinado (un país, ciudad, poblado, urbanización, calle, empresa,
organización, instituto, etc.) También puede tratarse de un espacio figurado
(ciencia, disciplina, corriente de pensamiento, campo de estudio, movimiento
literario, etc.)
2. El tiempo ¿Cuándo?: si es una problemática reciente o de larga data.
3. El modo ¿Cómo?: resalta como se presenta la problemática y como se ha
estudiado o considerado previamente.

Luego de contextualizar es necesario colocar tu propuesta de análisis, esto incluye


la modalidad y las características del estudio que propones en tu trabajo y, si es
posible, las soluciones para la resolución de la problemática establecida.
Dependiendo de la modalidad del trabajo de grado que escojas, el planteamiento
del problema puede contener hipótesis o las interrogantes de la investigación.
El planteamiento del problema, como has podido notar, es una reflexión ordenada
que va dando cuenta de una transición lógica del pensamiento. Desde el punto de
vista metodológico, es el primero de los capítulos pues abre el panorama para la
comprensión de la temática de la tesis.
2. Justificación

La justificación es la parte de un proyecto de investigación que expone las razones


que motivaron a realizar esa investigación. La justificación es la sección en la que
se explica la importancia y los motivos que llevaron al investigador a realizar el
trabajo.
En la justificación se explica al lector por qué y para qué se investigó el tema
elegido. En forma general, los motivos que el investigador puede dar en una
justificación pueden ser que su trabajo permite construir o refutar teorías; aportar
un nuevo enfoque o perspectiva sobre el tema; contribuir a la solución de un
problema concreto (social, económico, ambiental, etc.) que afecta a determinadas
personas; generar datos empíricos significativos y reutilizables; aclarar las causas
y consecuencias de un determinado fenómeno de interés; entre otras.
Entre los criterios utilizados para redactar una justificación se toman en cuenta la
utilidad de la investigación para otros académicos o bien para otros sectores
sociales (funcionarios públicos, empresas, sectores de la sociedad civil), la
trascendencia en el tiempo que puede tener, el aporte de nuevas herramientas o
técnicas de investigación, la actualización de conocimientos preexistentes, entre
otros. Además, el lenguaje debe ser formal y descriptivo.

EJEMPLOS

1. La presente investigación se enfocará en estudiar los hábitos de


reproducción de los salmones de la región mediterránea de Europa, ya
que debido a los recientes cambios ecológicos en el agua y las
temperaturas de la región producidos por la actividad económica
humana, el comportamiento de estos animales se ha visto modificado.
Así, el presente trabajo permitiría mostrar los cambios que la especie ha
desarrollado para adaptarse a las nuevas circunstancias de su
ecosistema, y profundizar los conocimientos teóricos sobre los procesos
de adaptación acelerada, además de ofrecer una mirada integral sobre
el daño ambiental producido por el crecimiento económico no
sustentable, ayudando a la concientización de la población local.
2. La investigación acerca de la eficacia del captropil en el tratamiento de
las afecciones cardiovasculares (en particular la hipertensión y la
insuficiencia cardíaca), nos permitirá determinar si la angiotensina es de
vital importancia en los procesos de bloqueo de la proteína peptidasa, o
si por el contrario pueden atribuirse estos efectos a otros componentes
presente en la fórmula de los fármacos frecuentemente recetados a los
pacientes tras la consulta médica.
3. Formulación de objetivos. Objetivos generales y específicos

proviene del latín jactum que significa lanzado y la preposición ob que significa
hacia. Así, podríamos completar la idea diciendo que, de acuerdo a esto, un
objetivo es aquello hacia donde se dirigen nuestras acciones.

Así, decimos que el término objetivo representa:


• un propósito o meta;
• la finalidad hacia la cual deben dirigirse los recursos y esfuerzos para dar
cumplimiento a un plan

La formulación de los objetivos de investigación es uno de los pasos


fundamentales en la construcción del plan de tesis y en el posterior desarrollo de
la investigación, ya que serán estos, los puntos de referencia que guiarán el
trabajo investigativo, y fijarán los alcances de la investigación.

En primer lugar, es importante diferenciar entre los objetivos del investigador y los
objetivos de la investigación. Los primeros hacen referencia al horizonte de
expectativas del científico respecto de la trascendencia de su trabajo, por ejemplo,
contribuir al conocimiento de una problemática en particular, otorgar herramientas
teóricas para alguna temática puntual, promover la concientización entre los
agentes sociales sobre la centralidad de producir conocimiento sobre un aspecto
determinado de la vida social, etc. Como vemos, el horizonte de expectativas se
vincula estrechamente con la justificación de la investigación, con las razones por
las cuales nos sentimos motivados a investigar personal y colectivamente, como
miembros de una sociedad y como parte de un campo disciplinario.

Los objetivos de investigación, en cambio, pueden conceptualizarse como


construcciones del investigador para abordar un problema de investigación, esto
significa que están en estrecha relación con la pregunta de investigación, y de
hecho, constituyen la traducción propositiva de ésta. Como dijimos, los objetivos
son la expresión de un resultado que se quiere lograr (qué) y en ocasiones resulta
clarificador para el mismo investigador acompañarlos de la razón por la cual se
desea alcanzar dicho resultado (para qué). Pero debe quedar claro que el objetivo
responde al qué de la investigación, y allí es donde debemos concentrarnos para
su formulación y posterior ejecución.

Los objetivos servirán para orientar el trabajo de investigación, por lo que es


necesario, en el momento del planteamiento, tener en claro el aspecto de la
temática que se está problematizando y qué pregunta se pretende responder con
la investigación.

La enunciación clara y precisa de los objetivos hace posible el planteamiento de


estrategias metodológicas y herramientas técnicas válidas y pertinentes para el
logro de los mismos, por eso mismo los objetivos tienen que ser revisados en cada
una de las etapas del proceso de investigación, de manera de producir los ajustes
necesarios en caso de que sea preciso hacerlo. Al finalizar la investigación, los
objetivos tienen que ser identificables con los resultados, es decir que toda la
investigación deberá responder a los objetivos propuestos.
En la investigación científica los objetivos son centralmente de tipo cognitivo, es
decir que buscan adquirir conocimiento sobre alguna cuestión desconocida. Las
acciones características de este tipo de objetivos son: saber, conocer, interpretar,
observar, reconocer, averiguar, entender, comprender, distinguir, diferenciar,
discernir, identificar, relacionar, analizar, describir, comparar, clasificar,
discriminar, etc.

En cambio, cuando se trata de la formulación de proyectos de realización o


intervención, no sólo se formulan objetivos cognitivos, sino también aquellos de
tipo procedimental, es decir que buscan, no sólo conocer, sino también saber
hacer o proceder, los objetivos procedimentales ponen en práctica los
conocimientos, establecen un conjunto de acciones o formas de actuar para
resolver problemas. Las acciones características de este tipo de objetivos son:
ejecutar, desarrollar, realizar, gestionar, hacer, elaborar, producir, intervenir,
resolver, facilitar, dirigir, asesorar, disponer, conducir, comunicar, operar, aplicar,
planificar, diseñar, capacitar, promocionar, potenciar, etc.

Objetivo general

objetivo general es el enunciado donde se expresa la acción general o total que se


llevará a cabo para responder a la pregunta de investigación y no puede exceder
lo contenido en ella. Si bien la complejidad de algunas investigaciones amerita la
formulación de más de un objetivo general, la experiencia nos indica que lo más
recomendable es hacer el esfuerzo por construir un solo objetivo general. El
objetivo general debe ser alcanzable con los recursos disponibles: tiempo,
materiales, humanos, etc.

Objetivos específicos

Los objetivos específicos son enunciados proposicionales desagregados de un


objetivo general, que, sin excederlo, lo detallan y especifican. Del objetivo general
se desprenden los objetivos específicos, el alcance de cada objetivo específico
permitirá acercar al investigador al cumplimiento del objetivo general otorgando
respuestas específicas y parciales que, puestas en diálogo, hacen a la respuesta
general de la pregunta de investigación. Por lo tanto, podemos decir que la suma
de los objetivos específicos es igual al objetivo general. Son los objetivos
específicos los que se alcanzan y no el objetivo general, ya que este se consuma
con el cumplimiento de los otros. Es necesario que se formulen varios objetivos
específicos, cada uno responderá específicamente a un aspecto del problema de
investigación y aportará al cumplimiento de las diferentes dimensiones que dan
cuenta del objeto de estudio construido.
Cada objetivo contribuirá con conocimiento en algún aspecto, por eso es
importante que sea susceptible de ser abordado y cumplido, el no alcance de uno
de ellos, dejará un vacío y un nuevo interrogante en la respuesta a la pregunta de
investigación.
Es necesario el claro planteamiento de los objetivos específicos para evitar
desviaciones en el proceso de investigación. Cada objetivo específico debe
limitarse al tratamiento de un aspecto del objetivo general, esto significa que no
puede definir acciones ni conceptualizaciones que no se encuentren previamente
previstas y enmarcadas dentro del objetivo general. Si no cumplimos con esta
regla fundamental en la formulación de los objetivos específicos, tendremos como
resultado, objetivos que no se condicen con los alcances de la investigación, que
seguramente nos harán perder tiempo y esfuerzo y que, en definitiva, desdibujarán
los resultados del trabajo. Así, corremos el riesgo de desorientarnos y perdernos
en vez de hacer operativa y conducente nuestra investigación a través de la
formulación de los objetivos.

Los objetivos deben tener claridad en su formulación y redacción, y deben ser


alcanzables. Un modo práctico de construcción de los objetivos específicos es la
realización de preguntas derivadas del problema de investigación y luego la
traducción de las mismas en forma propositiva.

Cómo evaluar la formulación de los objetivos

A continuación, se exponen algunas recomendaciones básicas para el claro


planteamiento de los objetivos: Tanto en el objetivo general como en los
específicos, el investigador plantea su intencionalidad, que se plasma a través de
verbos que indican el abordaje del objeto de estudio: Identificar, jerarquizar,
establecer, obtener, determinar, evaluar, analizar, explicar, comprender, describir,
explorar, saber, conocer, interpretar, reconocer, entre otros. Es importante no
utilizar cualquier verbo en el afán de hacer más grandilocuente una frase o no
repetir palabras, el verbo elegido debe expresar concretamente qué se quiere
alcanzar. También es necesario tener en cuenta que todos los aspectos del
problema de investigación estén contenidos en el objetivo general, así como
también que todos los objetivos específicos se desprendan del objetivo general ya
que, si alguno de ellos no aporta conocimiento al mismo, se llevará a cabo sin
fundamento pudiendo, incluso, ser objetivo de otra investigación.

Es preciso tener presente que pueden surgir nuevos objetivos durante el


desarrollo de la investigación o modificarse los iniciales. Esto ocurre en función de
que son perfectibles, que en el proceso de investigación pueden surgir
especificidades en función de nuevas dimensiones exploradas y relecturas. Lo
importante es que cada ajuste y reformulación aporte al cumplimiento del objetivo
general y con esto a responder a la pregunta de investigación planteada
inicialmente. María Silvina Souza y Laura Otrocki (2013)
4. Formulación de las hipótesis.

La investigación científica es una actividad incesante, en la cual los resultados


obtenidos en la experimentación y en el desarrollo teórico son utilizados después
como nuevos puntos para seguir avanzando. Dichos resultados son
generalizados, analizados, sintetizados y combinados de muchas maneras, hasta
lograr con base en ellos explicaciones posibles, tanto de los nuevos hechos
descubiertos como de los conocidos con anterioridad. Estas explicaciones
posibles son las hipótesis. También la investigación científica surge de un
problema que hay que resolver, y la mejor forma de hacerlo es encontrando lo que
lo produce, de tal forma que el problema percibido es un efecto (variable
dependiente) y lo que lo produce es una (variable independiente).

Etimológicamente, el término hipótesis tiene su origen en las palabras griegas


thesis, que hace referencia a situación, posición, lo que se pone, e hipo, que
significa por debajo. Hipótesis es, si nos atenemos a la estructura verbal de la
palabra, lo que se pone por debajo o se supone.

En este contexto, las hipótesis nos indican lo que estamos buscando o tratando de
probar y pueden definirse como explicaciones tentativas del fenómeno
investigado, formuladas a manera de proposiciones, acerca de las relaciones entre
dos o más variables y se apoyan en conocimientos organizados y sistematizados.
Las hipótesis no necesariamente son verdaderas, pueden o no serlo, pueden o no
comprobarse con hechos. Son explicaciones tentativas, no los hechos en sí. Al
formularlas el investigador no puede asegurar que vayan a comprobarse. Una
hipótesis es diferente de una afirmación de hecho. Además, pueden ser más o
menos generales o precisas e involucrar dos o más variables, pero en cualquier
caso son sólo proposiciones sujetas a comprobación empírica, a verificación en la
realidad. Se constituyen en un eslabón imprescindible entre la teoría y la
investigación que llevan al descubrimiento de un hecho.
La hipótesis sugiere una vía de solución del problema siempre que cumpla:
a) con la formulación correcta y significativa;
b) fundada en conocimientos previos;
c) empíricamente contrastable. Mediante la contrastación empírica una hipótesis
queda confirmada, pero no queda verificada. La lógica formal permite la refutación
de hipótesis, pero no su verificación; a lo máximo, lo que se puede llegar es a
demostrar que una hipótesis es falsa (“principio de falsación”), pero nunca se
podrá probar que sea verdadera.

REQUERIMIENTOS BÁSICOS PARA FORMULAR UNA HIPÓTESIS

Todo investigador a la hora de diseñar un proyecto de investigación y para


formular una hipótesis debe cumplir con algunos requisitos, entre ellos:
1. Reunir suficientes resultados experimentales y conclusiones teóricas sobre
el problema a investigar, así como también tener un referente empírico,
para definir el planteamiento del problema, los objetivos y el marcador de
referencia (teórico y conceptual) previa revisión de la literatura. La hipótesis
debe estar directamente relacionada con el marco teórico de la
investigación y derivarse de él.
2. Se deben tomar las afirmaciones más sencillas y obvias y reafirmar esa
relación causa efecto, para identificar las variables dependientes (efecto) e
independientes (causa) y así producir las hipótesis de primer grado o
generalizaciones empíricas.
3. Debe existir una etapa previa de observación y acumulación de datos
relacionados con el problema de la naturaleza que está investigando y
comparación tan grande como sea posible de datos pertinentes. Debe
hacerse una exploración extensa y profunda sobre el tema a investigar
(amplia referencia bibliográfica)
4. Seguir el camino de lo conocido a lo supuesto.
5. Tener en cuenta que su formulación se encuentra fuera del rigor formal de
la lógica. La hipótesis debe formularse en términos claros por medio de la
razón (razonando) y de la experiencia, usando la inducción.
6. Se deben utilizar otros recursos como: extrapolación, ampliación,
sustitución y analogía.
7. Debe apoyarse en conocimientos comprobados.
8. La hipótesis debe estar de acuerdo a la concepción científica del universo y
tener la capacidad de ofrecer una explicación suficiente de los hechos y de
las conclusiones sobre un caso en particular.
9. Debe existir una relación clara y precisa con el sistema de conocimiento de
los hechos y conclusiones en cuestión (conocimiento científico
comprobado).
10. La hipótesis debe ser susceptible a conducir racionalmente a la medición
teórica de los hechos reales (p.e. matemática).
11. La aparición de nuevas ideas es condición indispensable para la
construcción de hipótesis.
12. Tener planteado el problema de investigación, revisado la literatura y
contextualizado dicho problema mediante la construcción del marco teórico.
13. Formularse en términos claros y concretos, es decir, emplear palabras
precisas que no den lugar a múltiples interpretaciones y poder definirlos de
manera operacional. La claridad con que se formulen es esencial, debido a
que constituyen una guía para la investigación.
14. Tener un referente empírico, ello hace que pueda ser comprobable. Una
hipótesis sin referente empírico se transforma en un juicio de valor al no
poder ser comprobable, verificable; carece de validez para la ciencia. Debe
construirla basada en la realidad que se pretende explicar.
15. Las hipótesis deben ser objetivas y no llevar algún juicio de valor; es decir,
no debe definirse el fenómeno con adjetivos tales como “mejor” o “peor”,
sino solamente tal y como se piensa que sucede en la realidad.
16. No incurrir en nada superfluo en su construcción.
17. Mantener la consistencia entre hechos e hipótesis, ya que éstas se
cimientan, al menos en parte, sobre hechos ya conocidos. Por tanto, las
hipótesis no deben establecer implicaciones contradictorias o inconsistentes
con lo ya verificado en forma objetiva.
18. . Las hipótesis deben ser específicas, no sólo en cuanto al problema, sino a
los indicadores que se van a emplear para medir las variables que se están
estudiando.
19. Establecer relaciones entre variables, es decir, la hipótesis debe ser
especificada de tal manera que sirva de base a inferencias que ayuden a
decidir si explica o no los fenómenos observados. Las hipótesis deben
establecer relaciones cuantitativas entre variables.
20. Las hipótesis deben estar relacionadas con los recursos y las técnicas
disponibles. Esto quiere decir que cuando el investigador formule su
hipótesis debe saber si los recursos que posee son adecuados para la
comprobación de la misma.
21. Las hipótesis deben ser producto de la observación objetiva y su
comprobación, y estar al alcance del investigador; por lo tanto, ser
susceptible de ponerse a prueba, para verificar su validez
22. Dar la mejor respuesta al problema de investigación, con un alto grado de
probabilidad.
23. No puede contradecir hechos conocidos y comprobados con anterioridad.
24. . Debe ser factible de comprobación.
25. Tiene que ofrecer una explicación suficiente de los hechos o condiciones
que pretende abarcar.
26. Debe estar relacionada con el sistema de conocimientos correspondiente a
los hechos que plantea el problema.

PROBLEMAS PRESENTES EN LA ELABORACIÓN DE LAS HIPÓTESIS

Las dificultades que más afectan a la hora de elaborar una hipótesis son:
1. Un investigador con un planteamiento poco claro del problema.
2. Falta de conocimiento del marco teórico de la investigación como consecuencia
de la poca claridad que se tiene del problema que se desea resolver.
3. Carencia de la habilidad para desarrollar y utilizar el referente teórico-
conceptual por parte del investigador.
4. Desconocimiento por parte del investigador de los procesos de la ciencia y la
investigación (sin criterios).

ALGUNOS CRITERIOS DE ACEPTABILIDAD EN UNA HIPÓTESIS

Una manera de identificar si una hipótesis está bien planteada es corroborando


que cumpla con los siguientes criterios:
1. Claridad: es la definición clara de las variables y términos.
2. Verificabilidad: enunciar variables de tal forma que se puedan medir y controlar
por medio de la conceptualización y operacionalización, que pueda verificar
consecuencias y que el enunciado esté escrito en forma de proposiciones
(singulares, particulares y universales).
3. Especificidad: poder determinar los límites de las variables.
4. Comprobabilidad: especificar los instrumentos de medición.
5. Grado de generalidad: que va más allá de los hechos que quiere explicar.
6. Categórica: que sea una afirmación concreta, una inferencia.
7. Atinencia: debe estar fundamentada en algo específico.
8. Compatibilidad: fundamentada en el conocimiento previo y compatible con el
conocimiento científico.
9. Poder predicativo o explicativo: que permita su examinación.
10. Simplicidad (parsimoniosa): el número de elementos independientes de una es
menor que el de la otra.
11. General: existencia de relación entre variables básicas.
12. Particular: que se deriva de una hipótesis básica.
13. Artefacto: que pueda inducir a una explicación antes de la observación.
14. Descriptiva: capaz de señalar la existencia de regularidades empíricas.
15. Sustantiva: se refiere a la realidad social.
16. Generalizar: que permita la generalización de los datos.
17. Post facto: que se pueda deducir de la observación de un fenómeno.

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