Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Por: bloodyparkdrog
Era quizás un otoño cualquiera. Las hojas anaranjadas caían, la luna se
alzaba en el cielo ligeramente nublado y el pavimento de la calle se
encontraba inquietantemente húmedo. Alguien fácilmente podría resbalar y
lastimarse tratando de cruzarlo.
— ¿Hola?
— ¿Puedes verla?
Jimin unió sus cejas. La respuesta lo había tomado con cierta sorpresa y
más que nada, confusión. La voz no le resultaba conocida en lo absoluto.
Se reincorporó de la cama todavía con cejas unidas.
— ¿Puedes verla?
— ¿Quién habla?
.
.
Esto lo escribí hace unos días y avancé un poco en mi partida en una libreta
(? no sé, me gustó, así que me enfocaré total en este y poco a poco se
subirá lo demás. Las demás historias igual serán actualizadas de cuando en
cuando, por el momento, quiero darle prioridad a este antes de que se me
vaya la inspiración (?
BloodyParkDrog
| UNO
Nadie supo con exactitud qué había pasado con él. A decir verdad, creo que
ni la misma policía comprendía qué había sucedido con mi amigo. ¿Quién
sería capaz de hacerle algo tan horrible? Él, siempre tan bueno y
comprensivo con todos nosotros, tan divertido y gran amigo... ¿por qué
alguien querría hacerle daño?
Seokjin reía diciendo que no había manera que yo (un estudiante de letras
antiguas), estuviera con un gran médico. Lo llamaba algo contradictorio.
Aquello me había hecho reír y después estuvimos en conversaciones más
banales, como por ejemplo, el nuevo chico a quien él se encontraba
haciéndole ojitos. Dijo que iba a esperar a tener algo más formal con él
antes de presentarlo ya que era algo "sube y baja" y difícil de tratar. Bueno,
a Seokjin siempre le habían gustado los chicos malos y tenía el fuerte
presentimiento que ese "sr. problemas" era nada más ni nada menos que
Jeon Jungkook.
¿Por qué? No lo sé. Intuición supongo. Los había visto juntos últimamente
pero no había dicho nada al respecto. De hecho, me sorprendía en parte la
indiferencia de Jungkook respecto a la muerte de Seokjin. Prácticamente la
noticia se disparó en toda la universidad en menos de diez minutos cuando
Chen, su compañero de cuarto, lo encontró muerto en el baño, sangre
brotando de su cabeza y una pistola a su costado.
— ¿Park Jimin?
— Es cierto — asiento.
— ¿Puedes hablarme de su último encuentro? — se recarga en el asiento,
cruzado de brazos.
— No, lo siento. Seokjin dijo que era algo complicado de carácter y un sube
y baja... él... no quería presentarlo formalmente hasta tener algo serio —
suelto un suspiro —no sé absolutamente nada de él.
— ¿Vive solo?
— Con mi hermana mayor — contesto — Park Shinhye.
— Hasta luego.
— Igualmente, Namjoon.
Sigo avanzando derecho con la información que me dio Namjoon. ¿Por qué
Jin nunca me lo dijo? ¿Tenía miedo que me pusiera celoso? Tal vez, pero él
sabía que no soy esa clase de persona posesiva enferma de celos.
Entonces, ¿por qué?
No puedo evitar soltarme para dejar caer los brazos a mis costados y
observalo con desconfianza. Él mantiene su expresión seria.
— Bueno, no es por querer lanzar más leña a tu fuego, pero es justo lo que
acabas de hacer — alza sus hombros, abro la boca pero él alza su mano
para callarme — y para no tirarte más remordimiento, puedes decirme
Yoongi. Min Yoongi.
— ¿Ahora resulta que la forma en que llevo la mochila también te dirá cómo
soy? — pregunto con una falsa sonrisa.
— ¿Qué? — repito.
— Espera...
— Uno
— Dos
Agarro el papel de mala gana y lo veo sonreír. Ruedo los ojos y él se coloca
firme.
— Bien, mándame un mensaje cuando gustes, si quieres esta misma
semana. No quiero que mueras por exceso de estrés. Quizás termines con
tics en tu cuerpo antes de los cuarenta. Sería triste — ladea su boca.
— Hola, Jimin — habla con su voz gruesa — vaya sorpresa. Creí que mi
plan por conocerte mejor o volver a verte había fracasado.
— Ja — suelto sarcástico — ¿le dices eso a todos los chicos lindos con los
que te encuentras?
— Así es, Jimin. ¿Crees que vaya a arrepentirme si te pido salir conmigo
viéndonos donde nos encontramos a las cinco y media de la tarde? Yo
pagaría la comida, iríamos a donde quieras.
— Para ser una pregunta donde puedo decidir entre mandarte al diablo o
no, fuiste muy específico en cuanto horas, plan y locaciones. — entrecierro
los ojos — ¿es otro de tus trucos psicológicos para sacarme de mi casa?
— Dos.
Bajo del coche y avanzo hasta él donde inclusive desde lejos, me llega el
olor de su colonia. Lleva ropa negra igualmente con una chaqueta color
vino, su cabello un poco más natural y no tan peinado como la primera vez
en que nos vimos y la mirada en el teléfono. Doy dos pasos más hasta que
él voltea y mi andar baja considerablemente de ritmo.
Él sonríe satisfecho.
El spaguetti carbonara con una copa de vino fue algo que me pareció
bastante formal, pero Yoongi insistió en pedir un vino. Juzgando con la
facilidad con la que accedió a gastar el dinero, probablemente tenga una
familia adinerada. Quién sabe.
— No, pero las señales que me mandó tu cuerpo fueron otras — digo
sonriente.
Yoongi se mantiene en silencio unos segundos hasta que nos toca un alto.
El golpea el volante con sus dedos antes de voltear a verme.
— ¿Lo soy? — pregunto de mala gana — ¿tú cómo mierda sabes que
conozco a Jeon Jungkook?
— Lo tendré — le contesto sin quitar mi mala cara —y, por cierto. Recordé
que mañana debo acompañar a mi hermana a hacer unas compras, así
que... creo que no podremos finalizar la salida. ¿Crees poder dejarme en
una parada de autobús?
— No.
— Bueno, no soy fanático de manejar con los seguros arriba. Lo llamo una
medida de seguridad. Lamento arruinar la diversión.
— Con muertes recientes, perdóname por ser tan desconfiado —le contesto
sencillamente — ¿me dejarás bajar?
— Oh, eso hubiera dolido — hago una mueca y reímos por igual — en
realidad, igualmente me agradas, Yoongi. Pero no creo que juntarte
conmigo sea lo mejor ahora, sigo algo alterado por mi pérdida y el asunto de
la policía. Es decir— suspiro — inclusive yo he comenzado mi propia
investigación, ¿sabes?
— ¿Por qué no? Soy bueno en leer a la gente, podría ayudarte — contesta
con simpleza sin dejar de manejar — también soy bastante observador y
bueno en hacer hablar a la gente. No lo sé, piénsalo.
— Bien — él asiente.
Avanzamos a unos edificios, uno con un letrero rojo que dice "hotel". Yo
ingreso primero, observando los tonos rojos y cafés, es bastante antiguo,
algo tétrico. Embrujado. Lindo. No lo sé, de esas casas enormes y
hermosas pero que te producen escalofríos.
— Buena noche — nos saluda el hombre — ¿una habitación para cuántas
noches?
— No te creo — sonríe.
— Sí, así se llamaba mi amigo — juego con mis manos que observo —
hablamos esa tarde en unas hamburguesas y unas horas después, lo
encontraron muerto en baño con una bala en la cabeza y una pistola en su
mano.
— ¿Qué te dijo?
Al igual que pasó con Seokjin, absolutamente nadie supo con exactitud qué
pasó con ella. La diferencia con Seokjin, es que ella la conocía desde hace
más tiempo. Era de mis mejores amigas, la que me guió estando en la
universidad en mi primer año y, además, la mejor amiga de mi hermana
también. Mismo día, distinto mes.
— Sus nombres comienzan por "s" — abulta sus labios — ¿crees que sea
importante?
Escuchamos unos gritos que nos hacen voltear al instante. Unos chicos
están abalanzados contra la ventana tapando sus bocas y ojos muy
expandidos. Yoongi y yo nos observamos, levantándonos de nuestra mesa
y acercándonos a ellos. Yo tomo mi libreta.
Empujo a las personas para pasar entre ellas y quedar cerca de la ventana,
viendo en efecto un auto contra la pared sacando humo. Hay personas
alrededor, unas hablando por teléfono y otras grabando. Tapo mi boca y
siento un tirón en mi brazo, volteo y veo a Yoongi.
— Vámonos — me dice.
— ¿Por qué? — pregunto débilmente viendo mis ojos rojizos — ¿por qué?
Necesito ser fuerte. Debo ser fuerte. Esta pesadilla terminará pronto. Es lo
que me llevo diciendo, la pesadilla acabará pronto. Ningún dolor dura para
siempre ni la oscuridad. Mantengo los ojos cerrados no sé cuánto tiempo
hasta que una vibración sobre las colchas me hacen suspirar y levantar la
mirada. "Llamada entrante de Yoongi"
"Encendedor"
| CINCO
— Necesitas verlo con tus propios ojos — dice él tomándome del brazo y
jalándome para que corra.
Algo no cuadra.
Observo los finos hilos que escurren por el muro hasta el suelo, donde hay
pequeñas hojas allí tiradas. Alzo una ceja y agarro una hoja perciolada, un
poco grande y con cinco lóbulos puntiagudos. Le doy la vuelta entre la yema
de mis dedos y alzo una ceja.
— ¿Qué pasa? — habla Yoongi — no puedo ir por ti, estoy ocupado. ¿Qué?
¿Qué haces allá? — pregunta con cierta molestia — te depositaré dinero,
no usaré la carretera por ti, Taehyung.
— Tiene una fractura en el cuello por lo que me dijeron — aprieto mis labios
y comienzo a avanzar lejos del muro, Yoongi me sigue — y está mal.
Muchos han ido a verlo pero quiero hacerlo también... aunque se note que
me gusta mucho. Quiero verlo.
— ¿Cuál? — pregunto.
— Y ahora me la ocultas, vaya que eres cruel — alza una ceja y yo vuelvo a
reír — ¿es una venganza por haber hecho trampa en el billar?
— ¿A dónde? — pregunto.
— A donde sea, no quiero que nuestras únicas salidas sean para perseguir
un asesino. Es decir, quiero a Jimin el universitario y no solo al Jimin el
detective — se vuelve a colocar junto a mí y seguimos avanzando.
Quita los seguros del auto y me lo toma de los hombros para irme a
estampar contra éste. Suelto un pequeño chillido y expando mis ojos
viéndolo sorprendido, él únicamente esboza una sonrisa que me da un
pequeño escalofrío y se inclina hasta que sus labios rozando con mi mejilla.
— No tiene mucho qué ver que ame a alguien a que me acueste con
alguien más. N-no somos pareja — defiendo inevitablemente.
— ¿A quién? — repito — ¿así que yo era tu plan B para follar? ¿En serio?
— ¿Por qué harías eso? — le pregunto con una ceja alzada — no somos
nada.
— Yoongi...
— Respóndeme.
— ¡No! — grito — ¡No, no hagas eso! Ten sexo si quieres, es tu vida, solo
somos amigos, conocidos o compañeros de caso. Como quieras. Es tu vida,
Yoongi.
— De acuerdo, lo siento — me dice con una mirada que dice "no lo lamento
en lo absoluto".
— ¿Disculpa?
— ¿De qué hablo? Hablo de que la gente pueda ser muy idiota pero yo no,
Jimin. Yo no — se comienza a acercar a mí amenazante — sé que eres tú
quien está detrás de esto. Únicamente juegas un maldito papel de víctima
que yo no me lo trago.
— ¡¿Pero de qué hablas?! — exclamo — ¡tú fuiste el que dijo que no
conocía a Seokjin! ¡Tú fuiste quien le mintió a la policía!
— ¡Yo no he hecho nada! — le grito — ¡tú eres acá el que está apuntando a
todos cuando le mentiste a la misma policía! ¡Eres un cínico!
— Hace tres días, lo recuerdo claro. El día que murió Seulgi — sigue él.
— Si tú viste a ese chico sacar las fotos, ¿por qué no bajaste tú a ver la
secuencia de números?
Me mantengo en cama observando la nada, los ojos muy abiertos hasta que
mi teléfono suena. Veo un número desconocido, ¿será Yoongi? Con algo de
cansancio descuelgo.
— ¿Hola? — pregunto.
—¿Puedes verla?
Uno mis cejas y me reincorporo de la cama. ¿Qué? ¿Ver a quién? La voz
no me resulta conocida en lo absoluto, es electrónica, modificada con un
programa. No sé, de esos videos que hay en youtube con voces extrañas
de robot.
— ¿Puedes verla?
Llamo a la policía con manos temblorosas. No puede ser cierto, esto tienen
que verlo. Regreso a casa cuando me avisan que van para allá pero me
detengo en la puerta de entrada viendo una manzana allí tirada y con una
espina atravesándola. La tomo en mis manos sintiendo algo frío en mi nuca
y volteo en todas direcciones sintiendo mi cuerpo temblar. Entro corriendo a
casa con mi corazón desbocándose de mi pecho y trato de calmarme.
2/3
— ¿Qué tienes hoy, Jimin? — me pregunta Yoongi una vez que he llegado
a nuestro lugar citado. Lo veo botar el cigarro y expulsar el humo por su
nariz.
— Uno, no te había visto fumar nunca. Dos, hola, estoy bien, gracias por
preguntar — le contesto con claro sarcasmo y él sonríe — tres, piensa
rápido.
— No, claro que no. Tú comiste conmigo ese día, no llevaba nada — le
digo.
— No tiene nada qué ver que lo seas o no. Es que yo soy algo... intenso —
me dice viéndome fijo y sobando su mejilla. Desvío la mirada al sentirme
hipnotizar con su mirada — y bebé, no todos pueden aguantarlo. Lo siento
tanto.
— Eso al final lo terminó matando, así que da igual ya. Fue hace mucho —
alza sus hombros — pero sirvió muy bien. A mí me funciona y a mi
hermano.
— Yo sufro de insomnio — suspiro frotando mi cuello.
— ¿Sí? — me observa — puedo darte los tés que tengo. Es decir, aprendí a
prepararlos con el beleño. Podrías intentarlo una semana y ver si te
funciona.
Ya estoy bañado y con pijama. Mi hermana ya se fue a dormir, así que llevo
el sobre de té a la cocina. Prendo la estufa y coloco agua hasta que hierva y
el pequeño sobre. Lo huelo, no está tan mal como la planta pero no deja de
tener un olor extraño. Frunzo mi nariz un poco y lo hundo en el agua y
espero a que hierva.
Finalizo todo el té. Dejo el tazón de lado junto con el libro y un gran bostezo
se hace presente. Apago la pequeña lámpara y conecto mi teléfono antes
de acurrucarme en la cama. El sueño llega más rápido de lo que pensaba,
apenas pasan dos minutos cuando caigo profundamente dormido.
.
| OCHO
No puedo creer lo bien que me han funcionado los tés de Yoongi. Con ese
único té que me he tomado siento totalmente mi cuerpo como nuevo. El
sueño llega de forma deliciosa, mis párpados se cierran al instante y si bien
me siento mareado algunas mañanas, se complementa perfectamente con
las ricas horas de sueño en la noche.
Mis ojos se abren como platos y veo a mi hermana inclinada hacia mí, la
habitación iluminada suavemente por el amanecer que está saliendo. Mis
ojos vuelven a cerrarse otro pequeño segundo antes de verla con ojos
adormilados. Ahora sí estoy despierto y poco a poco comienzo a olvidar qué
había soñado.
Joder, ¿y ahora cómo mierda se supone que voy a verlo a los ojos?
| NUEVE
— Oh, eso creo — asiento y siento mis mejillas a punto de picotear debido
al rubor que sube — respiro mejor, también — le digo en un intento de
cambiar el tema de conversación.
— Sí — tuerce sus labios — hace dos años. Fue una mujer muy fuerte.
— Lo siento — habla él sin dejar de verme — creo que no debí decir eso.
— N— no, está bien — hablo desviando la mirada cuando me siento
lentamente ir perdiendo en aquella profundidad — ¿soy yo o se nubló el
día?
— No creí que tan pronto querrías, bebé — me dice en una sonrisa más
bien inquietante.
Paso saliva y observo los seguros que siguen abajo. Trato de mantenerme
relajado y trato de abrir la puerta, pero ésta no abre. Intento nuevamente
pero en efecto mi puerta no abre. Volteo a ver a Yoongi quien tiene su
cabeza de lado y la misma sonrisa que no borra.
— Siento que eres raro y me incomodas veces por lo cambiante que eres —
le contesto sincero —pero no creo que sea miedo.
— Mira, bonito — él se inclina hacia mí acortando nuestras distancias — no
dudes en ningún momento que me agradas. Me agradas muchísimo, Jimin.
Más que la mayoría de las personas que he conocido... — baja su tono —
pero te seré sincero, bebé. No me gusta que me provoquen.
— De nada.
— Sí, lo estamos — dice y otro fuerte trueno azota. Vuelve a rebuscar entre
cajones, cambiando ahora al segundo.
Vuelvo a alzar la vista viendo la ventana. Maldita sea, debo respirar. Vuelvo
a bajar la vista a la mesa y retiro mi mano, viendo nuevamente a Yoongi
quien ahora pasa detrás de mí sin observarme y rebusca con insistencia en
el armario.
— Joder, juro que la cargaré conmigo a todos lados a partir de ahora — dice
molesto mientras sigue viendo en los cajones y debajo de otras cosas.
— ¿No tienes un llavero especial para ella? — pregunto.
— Lo hago, pero solo para ella. Los objetos pequeños son por lo general
difíciles de encontrar en casas grandes — me contesta cerrando el armario.
Se queda callado y después abre la boca — oh, creo que ya sé dónde
podría estar.
Otro trueno vuelve a sonar haciendo temblar un poco las cosas. Ambos
volteamos al exterior que es negro, apenas se ve algo ya. Yoongi maldice y
prende la pequeña lámpara para iluminar de nuevo.
— ¿Pero qué?
— ¿O te asusta? — susurro.
— Por acá — me sonríe y me hace una seña de que lo siga. Eso hago.
Vuelvo a ver las plantas que están en impecable estado junto con las demás
flores detrás de nosotros.
— Yoongi...
— Dos.
— ¿Puedes...?