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Evil Park Twins | 2JIMIN X YOONGI

[LIBRO 2]
Preludio

EVIL PARK TWINS285

+5

Jimin y Jimmy se fueron de paseo...58

¿Quién abandonó a quién primero?230

Contaron uno, nacieron siendo inseparables.24

Contaron dos, y se mudaron perdidos en su amor.19

Contaron tres, y encontraron problemas poco después.33

Contaron cuatro, y se enamoraron de su niñero con semejante teatro.73

Contaron cinco, y decidieron enamorarlo con ahínco.21

Contaron seis, ¿esto podía ponerse peor?62

Contaron siete, y todo se fue destruyendo lentamente. 37

Contaron ocho, y cumplieron los dieciocho.36

Contaron nueve, y su tristeza nada la mueve12

Y contaron diez... Y Jimin dijo que el primero que llore va a perder.222

.1

.1
 — ¿Por la garrita, Jimin?41

— Por la garrita, Jimmy.163

.1

.1

Y que Dios me perdone por semejantes actos carnales que he


cometido, que me castigue por las impurezas en las que me vi
envuelto. Prometo a partir de ahora, seguir el camino de la castidad
y fe, hasta el fin de mis días. Dios todo misericordioso, me entrego a
ti para que cuides de mí y me lleves por el buen camino y te sirva
hasta el fin de mis días. No me dejes caer en tentación y líbrame del
mal...289

Amén.172

.3

.8

.2

12.10.18
Capítulo 1 [ARCO 1]
¿Amor u obsesión? Es lo que siempre me pregunto cuando me levanto
cada mañana. 215

La realidad es que detrás de esa sonrisa, se encontraban muchas


inseguridades, dudas, pequeñas voces que me atormentaban. La voz de
la razón, la voz del juicio que me pedía detenerme y no avanzar más.
¿Pero cómo escucharla? ¿Cómo podría acaso escucharla en mi
situación?37

"Está mal, está mal", me lo repetía cada noche, cada tarde y cada
mañana. Todos los días sin falta, me lo repetía. Aquella voz terrible
atormentando mis débiles pensamientos, mis sentimientos que me
impulsaban a abalanzarme con desespero abismal a mi propia sangre.15

Aquello que me me impulsaba a amar y desear a mi propio hermano. A


mi gemelo. 92

¿Pero cómo negarme? ¿Cómo negarme y resistirme cuando lo veía


caminar con aquella forma de contonearse? ¿Con esa sonrisa única?
¿Cómo no resistirme con aquellos gorditos labios húmedos y húmedos?
La voz de la razón se apagaba por ejemplo cuando la ropa se deslizaba
de su cuerpo, permitiéndome ver su desnudez, sus pezones duros, aquel
culo suave y carnoso tan placentero de azotar. 122

¿Cómo podría siquiera resistirme a cuando se abría de piernas y me


mostraba su apretada entrada? Tan tierno, tan dócil de acariciar, suave...
era como terciopelo, arte, una adicción enloquecedera a sus gemidos.
Tenía una forma única de moverse, de cambiar drásticamente sus
actitudes. No me resistí, jamás supe cómo.60
Desde la primera que nos tocamos y nos besamos con una pasión
desenfrenada, tan sedientos el uno del otro y hambrientos de placer,
jamás supimos detenernos. Nuestras pieles juntas, el tocarnos y
saborear en nuestras bocas lo prohibido, morboso y delicioso... ah, era
un platillo único.25

Jimmy... Jimmy... hermoso gemelo mío, ¿en qué momento me hiciste


perder así la cabeza?308

Trataron de hacerme ver que estaba mal. Después de aquel día donde
nos descubrieron y nos vimos expuestos a la realidad y oscuro mundo,
hicieron todo por sacarme de la cabeza a Jimmy. Serán días horribles
que nunca olvidaré. Días llenos de lágrimas que me llevaron a donde
estoy ahora, en este momento.92

Me encuentro en el convento, frente a una cruz. Mis manos tiemblan,


está lloviendo afuera, mi aliento es algo corto, pero puedo lidiar con ello.
Extraño a Jimmy, pero hace mucho murió aquel deseo escandaloso de
querer amarlo y poseerlo. La iglesia, la religión me impulsó a un camino
de pureza. Me perdonaron mis pecados, me hicieron arrepentirme y
sacarme de la cabeza a la gemelo a la buena y mala.387

Los métodos no fueron los mejores, pero ayudaron. Después de tanto,


Jimmy es un vago recuerdo de mi pasado. Jimmy es simplemente...
alguien en mi vida que no sé si volveré a ver alguna vez. Papá lo alejó,
dice que siempre fue un problema... Que... él era el malo. 258

Aún recuerdo con claridad aquel día donde nos descubrió. Los golpes,
las lágrimas y la histeria. Nos observaba preguntando a gritos qué había
hecho mal, si esto era un castigo por no haber estado antes cuando
mamá se puso mal. Tratamos de hablar, ¿pero qué decir? Enloqueció.43
Señaló a Jimmy diciendo que siempre tenía la culpa, que era imposible
que yo, siendo tan bueno y perfeccionista hubiese comenzado esto.
Callé. No tuve el valor para aceptar mi participación en todo esto. No tuve
el valor de enfrentar a mi padre y dejé a Jimmy caer solo al pozo.226

La última vez que lo vi, sus cosas estaban tiradas fuera de la casa y
lloraba a mares. Nos observó con odio, traté de tomar su mano, pero fue
inútil. Lo subieron a la ambulancia a la fuerza, directo al psiquiátrico,
lejos. Papá dijo que no lo dejaran salir hasta que él diera la autorización o
estuviera curado.206

Yo seguí callando.85

Papá me mandó a un convento con la esperanza de que a mí me


"purgaran" de las acciones viles y enfermas de mi gemelo. Papá se volvió
paranoíco creyendo que Jimmy era la representación del diablo, del mal
y yo el bien. Así que debían literalmente, casi hacerme un exorcismo
para librarme de su pecado. Papá tiene a su hermano ahí, mi tío, que me
acogió. Aquí estoy estudiando, viviendo, comiendo y esperando el día
para regresar a casa.99

Me enteré que Jimmy volvió a la ciudad hace dos meses. Creí que
aquello sería un problema, pero verdaderamente me dio igual, ya no
quiero nada más qué ver con él. Decidí enterrar a mi yo del pasado. Me
teñí de negro, me acerqué a la religión una vez que entré en consciencia
de que todo esto estaba mal, que podría salir adelante y me deshice de
todo. 152

Ahora con veinte años, podré salir finalmente de este convento para
volver a casa con papá y su nueva novia. No me sé bien su historia, pero
me gustaría conocerla. Me alegra que haya salido adelante por muy
difícil que haya sido.87
Yoongi... Yoongi... él... n-nunca supe qué fue de él. La última vez que lo
vi, yo estaba entrando al convento. La homosexualidad no estaba nada
bien vista, cortamos, también me purgaron de sus sentimientos y lo
mandé al carajo. No supe más de él. No guardé contacto. Min Yoongi se
esfumó como polvo. 221

Así que sí, en dos años muchas cosas cambian, pero para mí fueron
para bien. Espero que Jimmy también haya recapacitado y en un futuro
podamos vernos como los hermanos que somos, los amigos que fuimos.
Me gustaría tener una linda esposa, muchos hijos y dejarlos con el tío
Jimmy. Es mi nueva meta. Estudiaré más, heredaré las compañías de
papá y seguiré adelante con una familia estable y una vida feliz. 285

Eso deseo desde el fondo de mi corazón.  Realmente lo deseo, lo anhelo


y voy a cumplirlo. He pedido mucho por ello. Lo lograré pronto, apenas
salga, comenzaré con el gran plan de vida. 88

.3

.3

— ¿Jimin?

— Tío. — Me volteo apenas escucho mi nombre y le sonrío. Dejo las


maletas y me acerco a él a paso rápido para abrazarlo fuerte. — Te
extrañaré.21

— Me harás falta por aquí, sobrino mío. — Me aprieta fuerte en sus


brazos. — Me vendrás a visitar, ¿verdad? Y a los padres.7

— Cada que pueda. — Asiento formal. — Vendré. 15

Mi tío sonríe, me persigna y me deja ir. Me acerco a mi padre a paso


rápido y algo torpe. Él sonríe mostrando sus pequeñas arrugas junto a
sus ojos, abre la puerta del auto y yo ingreso con él, dejando que marche
y vayamos por la ciudad.24

— ¿Estás feliz de volver a casa? — Pregunta.

— Mucho, estudiaré mucho para retomar bien en la universidad.  —


Contesto tranquilamente y suspiro, viendo el paisaje. —¿Tú cómo vas?

  — Estoy cansado, hijo... pero feliz de que estés de vuelta. —Sonríe. —


Me hiciste mucha falta en casa. ¿Sabes?

17

  — Ya estaré allí ayudando, aprendiendo también de ti. — Sonrío una


vez más y le doy un apretón de mano. — Mis... amigos... ¿preguntó
alguien por mí?

— Algunos amigos tuyos en Seúl, los familiares de Japón sobre todo. 

— Y... ¿Yoongi? — Pregunto suavemente, como si no fuese la gran


cosa. — Ya sabes, curiosidad. 

60

  — ¿Tu niñero? Hace años no sé nada de él, Jimin. — Ríe suavemente y


yo asiento, ya lo esperaba. — Pero tus tías estuvieron muy al pendiente,
no dejaban de preguntar por ti y de cómo estabas. 51

— Me alegro. — Carraspeo mi garganta y se forma un pequeño silencio.


Yo relamo mis labios y abro mi boca, pero mi padre levanta una mano.1

— Sé lo que vas a preguntar, Jimin... — Dice más apagado y yo desvío la


mirada. — Y la respuesta es no. Jimmy tampoco ha hablado y prefiero
que así sea. Desde su salida no sé de él, únicamente le hago el depósito
del dinero y se acabó.129
Asiento como si no fuese la gran cosa y sigo atento al camino, peinando
nuevamente mis hebras oscuras en lo que espero a que lleguemos.
Siento un pequeño nudo, algo extraño que se remueve en mi estómago,
pero que dejo pasar de largo. Es normal, ha pasado mucho, pero aún así
me gustaría volver a hablar con Jimmy y saber qué fue de él.37

Quiero hacer las cosas bien con él, de forma sana, por la vía de la luz.
Todos tenemos salvación y debemos perdonar. Debo verlo, llenarlo de
luz y tenerlo cerca mío para que se expire de sus pecados y tentaciones.
No puede seguir por ese camino que lo llevará al caos. 212

Cierro mis ojos y dejo de pensar en ello, conversando de cosas más


banales con mi padre en lo que hacemos el largo trayecto a la casa. Se
mudó, conoceré la nueva casa y me emociona. Ingresamos por una calle
privada y algo estrecha unas dos horas después, en otro lado de Seúl.
Examino las casas grandes, deteniéndonos en una color azul cielo con
un pequeño jardín enfrente.7

  — Baja, hijo mío. — Dice papá. — El mayordomo bajará tus maletas.21

Mayordomo... bueno, sí. Papá se había metido tanto en el trabajo que en


dos años logró llevar las empresas aún más lejos y las ganancias eran
brutales. Al ser solo él, nosotros dos y su... novia, pues bueno, no
necesitaba de gastos exagerados como antes. Jimmy y yo éramos
bastante mimados, pero ya no. 51

Ingreso con cuidado viendo una sala roja con varias lámparas en la
pared. Se abre poco después un gran arco que dan a dos gruesas
escaleras que llevan arriba. El aliento se me va. Es sin duda mucho más
grande que nuestra antigua casa, más espaciosa y... elegante. Papá
siempre ha tenido gustos más finos. Mamá... ella era más de comodidad
y decoración simple. 


Mamá...106

Aguanto la respiración cuando mis ojos se humedecen y paso saliva con


dificultad. Niego con suavidad y avanzo por la casa, recorriéndola con
cuidado y deteniéndome en seco frente a puerta con mi nombre ahí, en
letras amarillas. 

— Casa... — Suspiro con cierta dificultad y avanzo lento, abriendo la


puerta para ver el interior. Siento una presión en mi pecho al ver el
interior blanco y simple, sin decoraciones esponjosas y con una cruz
sobre la cama matrimonial color beige. Acaricio los muebles y mi vista se
detiene en una pequeña caja que tiene con marcador negro
"recuerdos".43

Paso saliva con cierta dificultad y me siento en el suelo, abriendo la caja


de cartón llena de polvo. Mis ojos se iluminan y mi corazón va rápido: —
¡Señor elefante! — Exclamo tomando al peluche que abrazo con toda mi
fuerza sobre mi pecho y lleno de besos.154

La alegría me recorre inevitablemente y una lágrima se desliza. Beso a


mi peluche en la cabeza y lo dejo en mi regazo, sacando un pequeño
cuadro con el dibujo de mi mano de pequeño. Sonrío y lo dejo de lado,
sacando después mis juguetes y figuras de acción.

— Aquí siguen todos... — Menciono sacando a mis dinosaurios y


autos. — Los extrañé, chicos.—   Río enternecido. 97

Los dejo de lado y saco varios dibujos, mis viejos audífonos y un


reconocimiento de mi colegio. Sonrío de nuevo, pero poco a poco esta se
va apagando. Saco una foto con cuidado y callo, viéndome sonriente y a
mi lado, Jimmy igual. Estamos ambos abrazados, viendo a la cámara
sonrientes, vistiendo nuestra loca ropa colorida. Fue... poco antes de
mudarnos. 44

  — Jimmy... — Murmuro bajo y niego, sacando otra foto donde estamos


mamá, papá, Jimmy yo en la playa. Mis lágrimas comienzan a deslizarse,
los recuerdos me invaden y sintiéndome incapaz de querer recordarlos,
guardo absolutamente todo a excepción del señor elefante. 

28

Me incorporo con cuidado y deposito al peluche sobre mi cama, viendo el


espacio vacío. Me acuesto sobre esta y observo el techo simple, sin
estrellas que brillan en la oscuridad o aviones dibujados. Ya no está
aquel aroma dulce, aquella calidez y ruido de la televisión.2

Todo es silencio y soledad... únicamente silencio y soledad. 

Capítulo 2
La primera vez que pisé el hospital, me sorprendió la construcción tan
bien hecha y lujosa, que fácilmente podría confundirse con una elegante
mansión inmensa. 120

No sentí miedo. Yo creí que sería como lo pintaban en las películas:


abandonado, tétrico y embrujado, pero no fue así. Los extensos pasillos
verde oscuro con luz artificial, puertas azules y piso de loza blanca, no
daban una decoración magnífica en base a contraste de colores, pero
podía ser peor. Era agradable, la temperatura ambiente y el silencio
apacible.6

Esperaba escuchar gritos, captar un terrible hedor, escuchar los llantos o


ver gente convulsionando en algún pasillo, pero no. No había nada de
eso, únicamente tranquilidad. Me mostraron la estancia, me aventuraron
por el hospital explicándome que dividían a la gente en bloques en base
al sexo, enfermedad y grado. Me mantenía tranquilo, pensando en la
absurdo que sonaba, pero me dejé llevar.16

Mi habitación era sencilla, nos dejaban tener nuestras pertenencias a


excepción de teléfonos en mi caso, cinturones y agujetas de zapatos. Lo
demás era calma, los pacientes nos reuníamos a platicar, íbamos a las
sesiones de tratamiento, consultas y tomábamos medicamentos. Jamás
me trataron mal ni me amarraron, todo se desarrolló en una extraña
paz.64

Creo que la única experiencia bizarra fue cuando me topé por accidente
con un paciente esquizofrénico. Siquiera fue violento, únicamente me
decía que la niña de la granja le estaba pidiendo un caballo, pero que él
no podía dárselo porque había enfermado. Me callé y a los pocos
minutos se lo llevaron en calma, sin forzarlo, golpearlo o dando
descargas eléctricas.53
Casi dos años estuve dentro, llevando una vida monótona y aburrida a
comparación de antes. Extrañaba salir, extrañaba a mis amigos,
extrañaba los restaurantes y la vida. Me sorprendió que un mes después
de estar con esos constantes pensamientos, dijeron que ya estaba
autorizado a salir. Con veinte años encima, mi vida comenzaba de nuevo,
estaba feliz, hice mis maletas y me entregaron una carta a mano donde
mi padre decía que pese a que ya era mayor de edad, él seguiría
dándome dinero para mis estudios y me había conseguido un
departamento. La comida, la comida, luz, agua, gas... todo lo demás
quedaba en mí. Únicamente él se encargaba de mi carrera.47

Salí con una sonrisa, subiendo a un taxi y dejando que me llevara a mi


nuevo hogar. Era un departamento en una zona cerca del centro de la
ciudad, había mucho movimiento y mucha gente lo cual era curioso ya
que creí que me alejaría. Regresé a Seúl y cuando traté de contactarlos,
no pude. Papá dijo que no sabría ya nada de la familia, que no los
buscara y siguiera mi vida por separado, era lo único que me pedía.82

No es que tuviera muchas ganas de volver a verlo o al maldito de mi


hermano, así que me sentí feliz. Busqué a Jungkook, él fue el primero a
quien llamé y vaya que se puso feliz de que hubiese salido. Nos vimos al
día siguiente, conversamos todo el día y toda la noche, a las cuatro de la
mañana me estaba dejando en casa. 85

A los dos días empecé a buscar trabajo y curiosamente, Jungkook me


ofreció trabajar con él en un restaurante de comida rápida. Al ser una de
las cadenas más famosas de hamburguesas me imaginaba que la paga
podría ser buena, así que acepté.  Me dejaron entrar en tiempo completo
en lo que ingresaba a la universidad, así que fue bueno.25
Mi vida era tranquila, bastante buena a decir verdad. Jungkook era lindo
conmigo, nos veíamos, había abrazos, mensajes... aún no pasábamos a
nada más, pero como estábamos íbamos bien. Cumplí mis dos meses
fuera del psiquiátrico y en muy poco tiempo, mi cabeza volvió a
sacudirme violentamente... de una forma que hace mucho no lo hacía.52

Y todo lo antiguo regresó de una forma inesperada.60

— ¡Oye, Jimmy! — Exclamaron, al instante levanté mi mirada viendo a


Jungkook corriendo hacia mi dirección. —Ah, ya estoy aquí. —Se apoyó
en sus rodillas para respirar y me sonrió. —¿Quieres salir esta noche?
Un amigo mío quiere que vayamos a comer algo, luego hay rondas de
lucha libre y una fiesta en una discoteca.16

— Oh, ¿una discoteca? —Repetí curioso. —No lo sé, Jungkook... a


veces...4

  — Vamos, no estará tan mal. — Me animó. — Estaremos en una


sección VIP así que... ¿no te gustaría venir? Hay barra libre para
nosotros.14

  — Si lo pones así, quizá no esté tan mal. — Sonreí divertido. — Iré. 

— Excelente. ¿Paso por ti a las ocho, te parece? La lucha libre es hasta


las diez y de ahí la discoteca a las once podemos llegar bien. 19

— De acuerdo. — Volví a asentir. — Gracias, Jeon.

— No agradezcas, lindo.57

La tarde transcurría en tranquilidad, terminé mi turno y salí del


restaurante para ir a casa. Me puse el tinte rosado para el cabello ya que
llevaba un buen rato sin retocarme y recogí el departamento. Me duché,
vestí, arreglé, peiné... todo lo necesario para poder estar listo e
impecable para la salida. 33

Jungkook llegó temprano, bajé, nos saludamos con un beso en la mejilla


y echó a andar el auto para que recogiéramos a sus amigos, aunque yo
seguí quedando en el lado del copiloto. La noche caía y llegamos a la
lucha libre donde había muchísima gente encimada y tomando en el
exterior.21

— Buena noche. — Saludó Jungkook entregando sus boletos. — Somos


cuatro.

— Adelante, escojan bien sus asientos y cuidado con las personas. —


Contestó el extraño hombre que nos dio el pase.13

Asentimos e ingresamos al espacio, mis ojos examinaban el lugar en


silencio conforme avanzábamos. Nos detuvimos en la segunda fila y nos
sentamos, Jungkook volteó a verme y cogió mi mano para sobarla.2

  — ¿Quieres palomitas o algo para comer? ¿Papas, dulces? — Negué


sonriente y él asintió. — Vale, pelirrosa. 21

— ¿Quieren conocer a los luchadores? Podemos ir a saludarlos antes de


que entren. — Habló uno de sus amigos, Jaebum si no mal recuerdo. 96

— Aquí los esperamos, no se preocupen. — Contestó Jungkook.

Vi a sus amigos alejarse y nos quedamos a solas. Me sonrió y yo


aproveché para besar su mejilla, dando una caricia a su mano: —Gracias
por traerme. —Murmuré suave, esbozando una sonrisa. —Y por estar
aquí conmigo.17
—No agradezcas... —Jungkook sonrió y me devolvió la caricia, viéndome
fijo a los ojos y peinando mi rosado cabello hacia atrás con su zurda. —
Es lo mínimo que podía hacer, después de todo. 16

—¿Te pusiste cursi? — Bromee riendo bajo.1

— Creo que ambos. — Contestó tranquilo, sin esfumar su sonrisa.31

El contacto visual se rompió y únicamente nos dedicamos a ver la arena


esperando por sus amigos. Estos llegaron charlando rápidamente, pero
no les presté la más mínima atención y únicamente me centré en ver un
par de palomitas tiradas en el suelo. No pude perderme mucho ya que
Jungkook me dio un ligero codazo que me hizo levantar la mirada. 3

— Ya empezó, no vayas a dormirte. Tenemos una fiesta después. — Me


hizo cejitas.


— Tranquilo, prometo no hacerlo. — Reí una vez más y con un suspiro


levanté la mirada. 


Y allí fue cuando sentí frío... mucho, mucho frío.93

—¡Venga, destrózalo! — Gritó uno de sus amigos, pero yo sinceramente


sentí el volumen hacerse más bajo y el frío recorrerme conforme los
segundos pasaban y pasaban. No cabía duda, no era mi cabeza
jugándome una pasada. Era él. 23

Min Yoongi.215

Y no podía creerlo, sinceramente creí que alucinaba, pero era él... joder,
era él y estaba tan cambiado. Aquel cuerpo delgado que tenía ahora se
encontraba muchísimo más fornido, tenía varios tatuajes en los brazos y
en la espalda, su cabello rubio le caía en el rostro... en una mirada mortal
y fría que podría hacer agonizar a cualquiera. Tenía un par de cicatrices
también, finas líneas que brillaban a veces en color blanco cuando se
movía, los guantes de boxeo fijos en sus puños a la vez que se abalanza
contra el otro con violencia vigorosa.135

Mis ojos no dan crédito a lo que ven. Mi boca permanece ligeramente


entreabierta y Jungkook se percata al instante de eso, sobando mi brazo.
Yo lo observó brevemente antes de pasar saliva y volver la vista a
Yoongi, negando despacio.

— Creo que será mejor que me vaya. — Le digo a Jungkook en voz baja,
él me observa en silencio.

— No tenía idea. — Dice en el mismo tono apretando mi mano.1

— No te preocupes. — Beso su frente con cuidado y tomo mis cosas. —


Pero gracias... en serio, te veo mejor mañana. 27

No quise saber nada más. Siquiera voltee atrás y seguí mi camino hasta
la salida y casa, derecho y en silencio hasta apoyarme en la puerta de mi
habitación, sintiendo todos aquellos recuerdos azotar mi cabeza uno tras
otro. Froté mi rostro tratando de disiparlos, pero resultó imposible.

Esa semana me dediqué a recordar cuando prometí no hacerlo. Dejé


salir a flote aquellos sentimientos reprimidos, olvidándome de mis
ejercicios y dejando las pastillas de lado, lentamente dejando que me
envolviera aquel manto del pasado. Sabía qué haría, pero aún no estaba
completamente seguro de ello. 18

No importó. Simplemente me llamaba y no iba a ignorar aquella voz en


mi cabeza que me pedía acercarme... solo un poco. La escucharía, me
prometí escucharla aunque me costara una factura mayor a la que podría
pagar.

Ya nada importaba.25

.4

.4

.3

.3

.4

.4

.5

.4

2 semanas después43

Suelto un suspiro pesado y relamo mis labios por enésima vez en día,
avanzando nervioso por las calles nocturnas. Es tarde, poco más de las
diez de la noche. La gente sale de la arena y me toca esperar afuera
durante casi una hora, frotando mis manos entre ellas para darme calor y
exhalando el tibio aire de mi boca en ellas.4

Levanto la vista del otro viendo a los luchadores salir, mis ojos se
mantienen fijos en un chico que sale con una maleta y sudadera negra
que lo cubre casi todo, a excepción de algunas hebras rubias que se
cuelan fuera. Mi respiración se corta, pero importándome poco corro
hasta él... y lo llamo.36
— ¡Yoongi! — Grito y el adverso que me daba la espalda, al instante se
detiene. 20

Intento dar un paso, pero mis piernas se mantienen pegadas al suelo sin
permitirme avanzar. Veo al mayor lentamente darse la vuelta hasta que
aquellos fríos ojos gatunos chocan con los míos, seguramente
impregnados de miedo y emoción al mismo tiempo. 58

Su mirada es impenetrable, no expresa absolutamente nada, sus ojos


delatan sin embargo, a la misma muerte y odio en ellos. Me ve con
crueldad, con un odio inexplicable que me remueve las entrañas y
provoca que mis tripas se remuevan. Sin decir nada, vuelve la vista al
frente y vuelve a avanzar con las manos hundidas en sus bolsillos.
Reacciono al momento.77

  — ¡Yoongi! ¡Espera! — Vuelvo a gritar y corro hacia él. — ¡Yoon!1

Cuando estoy a nada de tocar su brazo, él se voltea bruscamente y lo


toma, yéndome a estampar contra la pared con tanta fuerza que pierdo el
aliento. Me golpea el estómago provocando que suelte un quejido y me
pone de rodillas, tirando de mi cabello hacia atrás para que lo vea. 94

— No me toques, pequeña mierda. — Sisea con violencia, yo


únicamente puedo callarme, sintiendo mis lágrimas deslizándose por mis
mejillas. — Y siquiera te atrevas a llamarme por mi nombre. ¿Crees que
puedes llegar como si nada a mi vida y tratarme como se te dé la puta
gana?— Refuerza su agarre. — ¡¿DESPUÉS DE QUE ME
ABANDONARAS SIN DAR NI UNA PUTA EXPLICACIÓN?!187

Otro golpe hace que solloce y me agarre el estómago cuando su puño


vuelve a estamparse contra este. Mi abdomen arde y siento unas
imperiosas ganas de vomitar, pero eso parece no detener a Yoongi quien
vuelve a tomarme con fuerza, pero esta vez de la barbilla. 

— Lárgate y no vuelvas a aparecer en mi vida, ¿me escuchaste,


Jimmy? — Susurra con violencia, cogiéndome más fuerte del rostro. —
Si vuelvo a verte toma por asegurado que voy a matarte y me va a valer
un carajo que supliques por tu vida. 

63

 — Me llevaron a la fuerza, yo no quería. — Suelto en lágrimas y él


levanta su puño. — ¡Yoongi, me encerraron en un psiquiatra, yo no
quería!45

Su puño se afloja y su rostro furioso, parece ablandarse ahora en una


mirada de sorpresa y confusión. Paso saliva y aprovecho su trance para
seguir.

— Papá descubrió lo que sucedía entre Jimin y yo... — Explico y él une


sus cejas.13

— Esa mierda ya la sabía, Jimmy. Jimin se metió a un convento —


¿Convento?— y me dijeron que tú te fuiste a Japón a vivir con tus tíos
porque no querías estar aquí. — Dice con voz ronca.47

—    ¿Jimin... qué? — Sacudo mi cabeza como puedo. — No... eso... eso


luego me explicas. — Tomo aire. — Yo no me fui a Japón, Yoongi. Papá
me encerró en un hospital psiquiátrico todos estos años. Estuve
encerrado, sin contacto con el mundo; jamás supe de ti, dónde estabas,
dónde encontrarte. No sabía siquiera si estabas con Jimin, en Seúl, si
habías muerto... yo no sabía nada de ti, ni de nadie... siquiera de mi
familia.

36
Él se mantiene en silencio unos momentos viéndome suspicaz: —¿Cómo
puedo creerte?17

— Tengo mis papeles del hospital en mi departamento, las cartas a mano


de mi padre. Tengo todo. — Le digo. — Por favor, Yoongi... debes
creerme. Yo nunca quise dejarte, sabes que te amab... —Me detengo en
seco y él alza una ceja. —Sabes que eras muy importante para mí y mi
único amigo. Jamás te abandonaría. 182

Él suspira y observa su reloj, viendo a la distancia. Yo muerdo mi labio


inferior y me acerco un pequeño paso.

 — Ven a mi departamento, estoy solo. Podemos hablar con una pizza, si


se te hace tarde te pago o el taxi o puedes quedarte.  Además... mira
cómo estás. ¿Cómo terminaste aquí? — Pregunto con una sonrisa suave
para destensar el ambiente, él vuelve a suspirar. — ¿Por favor? ¿Por la
garrita?

173

Él me sigue viendo en silencio, dirigiendo su vista a mi meñique estirado.


Yo espero tranquilamente, pero no entrelaza el suyo con el mío; niega y
se acomoda la mochila que lleva colgando en su hombro.17

— Dame tiempo para pensar las cosas, vuelve la próxima semana. —


Contesta aún distante, y aunque siento una pequeña punzada de dolor,
asiento comprensivo. — Adiós.

— Adiós, Yoon... — Murmuro viéndolo alejarse por la banqueta,


desapareciendo pronto de mi campo de visión.

Bajo mi mirada y suelto un suspiro más pesado, dándome la vuelta para


regresar al departamento y también pensar las cosas y asimilar lo que ha
sucedido. La próxima semana todo estará mejor... 

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