Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Bloodyparkdrog
Donde Park Jimin es un chico que ama los dulces (y no forzosamente por eso es un chico
dulce) y Min Yoongi un integrante de una banda de rock con un piercing en el pene.
Candy Rock Roommate | YOONMIN
Preludio
Park Jimin abrió su boca y señaló la entrepierna del chico de cabello azul frente a
él.
Jimin al instante se puso sus manos en los pezones negando repetidas veces con
su cabeza. Yoongi sonrió victorioso al verlo ruborizado pero Jimin no se dejó
vencer tan fácilmente.
— ¡Jo! ¡Si supieras lo rico que se siente, quizás lo pensarías dos veces!
El chico más bajo enrojeció de nuevo y relamió sus labios dejándolos brillantes, a
lo que el de cabello azul gruñó de placer puro. ¡Sus labios de malvavisco qué
hermosos eran!
Donde Park Jimin es un chico que ama los dulces (y no forzosamente por
eso es un chico dulce) y Min Yoongi un integrante de una banda de rock con
un piercing en el pene.
001
Arrastro mis maletas hasta los tres pequeños escalones y observo los timbres que
van desde el uno al nueve más un conserje. Presiono en el tres con mi pulgar y
espero en silencio a que vengan a abrirme. Golpeo un poco el suelo con mi pie
con impaciencia y vuelvo a ver la hora. ¿Cuánto más piensa tardar?
Joder, si tan solo hubiera un maldito elevador mi espalda no sufriría tanto. Llego
al primer piso y me acerco a la puerta con el número tres. Toco dos veces y bajo
la mirada al tapete en forma de corazón que dice en letras rosas "welcome".
— Así es Hyung. — Repite con la misma tierna sonrisa que desaparecen sus ojos.
Qué lindo. — Pase, por favor. ¿Necesita ayuda?
Mis ojos examinan atentos el pequeño espacio con una ceja alzada. Hay cojines
esponjosos en todos lados, un tapete morado y casi todo está adornado por
colores rosa pastel o lila. Una que otra cosa blanca. ¡Inclusive hay un jodido
elefante morado de mi tamaño sentado en el sofá con una taza de té frente a él!
Me esfuerzo por darle una última sonrisa antes de que mi alter ego salga a la luz.
— Comprendo que es tu departamento, pero por desgracia, me causa un poquito
de cáncer ocular ver tanto rosa chillón en un espacio tan reducido.
Vuelve a reventar su chicle alzando una ceja. Relame sus labios llevando mi
atención hacia ellos por incercia. ¡A su puta madre! ¡Qué labios oye! ¡No, vuelve a
la tierra! ¡Estás peleando con él Min Yoongi!
— Deja mi rosa en paz y te doy permiso de colocar unas cuántas cosas tuyas. —
Suspira. — Lo siento se me olvida decirte Hyung, ¿puedo decirte YoonYoon?
— Dije que eres un mocoso de mierda. Límpiate los oídos que seguro tienes
cerilla en ellos. Asco. Esbozo una sonrisa de satisfacción.
¡Já, tómala niño de mami malcriado! Jimin se mantiene en silencio hasta que lo
veo sacar su chicle rosado y mantenerlo entre sus dedos un par de segundos.
Alzo una ceja cuando siento la bolita impregnada de baba lanzarse directamente a
mi rostro tambaleándome hacia atrás.
— ¿Quieres decir que el cuarto que debería ser MÍO está ocupado por un GATO?
— Enfoco sin poder creérmelo.
Entro y busco el armario abriéndolo. Un grito escapa de mis labios apenas abro la
puerta y me voy hacia atrás con la puta bola de estambre tirando todo en el
escritorio. El gato grita todo espantado y se cae de la cama mientras Jimin
aparece escandalizado.
— ¡Dios mío! ¿Te lastimaste? ¿Estás bien? — Pregunta todo preocupado señorito
masca-chicles. ¡Qué agradable sujeto!
— ¡Lo asustas tarado! — Me grita con mala cara. — ¿Por qué soltaste grito de que
te la metieron sin lubricar?
Mi roommate es un chico con complejo de niña, rosa y gatos gordos. Ah, y chicles,
no olvidemos los chicles. ¡Oigan no sé ustedes pero yo esperaba una bolita
hermosa llena de ternura e inocencia que me dijera Hyung con voz aguda y me
mimara mucho! ¡Yo el pobre Min Yoongi buscando oro encontré cobre! Me
lanzaron a un mocoso malcriado con complejo de diva, sarcasmo y cero inocencia.
¡Ya me calificó de pasivo y ni ha visto a la yoongiconda que me traigo! ¡Semejante
pedazo de carne no se desperdicia, no señor!
Además, me ha sacado el tema de la sexualidad como tres veces en menos de
una hora, ¿qué le sucede? ¿Watafak? ¿Quién te conoce Úrsula? ¡Park Jimin
señoras y señores, Park Jimin!
— Podría pero tristemente soy alguien difícil de convencer. Mejor coloca tus cosas
en el armario, acomódate y... haz lo tuyo. Tengo que llevar a pitufo al salón de
belleza para que le corten todo el pelo y no dejo de estornudar.
Deja al gato en el suelo y con toda la tranquilidad del mundo toma la cola de la
rata y la levanta sin ninguna expresión para salir del cuarto. Lo observo perplejo y
lo sigo hasta el umbral de la puerta para ver cómo la tira a la basura, se limpia las
manos y se agacha desapareciendo de mi vista.
¿El niño con complejo diva realmente acaba de tomar una rata destripada así
como sí nada en lugar de gritar que sus uñas perfectas se han estropeado?
— ¿Mi culo? — Repite finalmente con voz tierna digna de una paaasiiivaaa.
— Prometo no hacer más comentarios al respecto pero aquello fue inevitable. Del
uno al diez te doy un once. — Le guiño el ojo y él se ruboriza.
— Así que lo olvidaré y fingiré que jamás lo escuché... ¡Deja de verme el trasero!
Mi amor, me ves todo tranquilo pero en mi cabeza ya te follé rico como veinte
veces.
¡Pffft con semejante monumento mis pequeños turistas están ansiosos por entrar
a conocer!
— De acuerdo. — Le sonrío. — Suerte con el gato. Te estaré esperando.
— Nah, cómo crees. — Quizás manche tus lindos peluches de semen pero nada
más.
Bueeeno, quizás no resulte taaaan malo después de todo quedarme con el niño
masca-chicle. Si se come el chicle se come todo... ¡Sí señor! ¡La pasaré en
grande!
002
Perdóname Jesús pero si Park Jimin está de rodillas frente a ti con orejas de gato
y una mirada puramente insinuante mientras bate sus pestañas inocentemente
hay que aprovechar el bug. Estos ofertones no se ven todos los días viniendo del
chico chicle.
Un momento...
Parpadeo repetidas veces viendo a Jimin chasqueando sus dedos frente a mí con
el ceño fruncido y un gato gordo casi rapado en mis piernas. Sacudo mi cabeza
viendo mi ropa puesta y a un Jimin sin orejas de gato frente a mí con una extraña
expresión en su rostro.
Jimin, mi amor, sé que nunca sabrás esto pero te comeré el culo sobre la barra de
la cocina y jadearás como perra en celo. No lamento la palabra, todo es con amor.
Soy puto yo también, ¿y qué? Estamos en confianza chavos.
— Llevo hablándote como diez minutos y tú solo te quedas ahí con la boca
abierta. — Me reprocha. — ¿Te dio fiebre? ¿Te duele algo?
— Mientras sea comida y esté rico ya me tienes a tus pies. — Le contesto con
una sonrisa. — ¿Aunque te digo qué sería mejor?
— Te ayudaré en la casa lo que queda del año. Básicamente, once meses. —Alzo
ambas cejas y él sonríe.
— Me gusta eso. — Golpea sus dedos contra la tabla rítmicamente sin quitarme la
mirada de encima. Ladea un poco su cabeza y relame de nuevo sus lindos labios.
— ¿Y si lo hago? ¿Entonces qué?
Una gatuna sonrisa asoma por mis labios. Sorry not sorry Park Jimin, ofertas son
ofertas.
—Mira qué cobarde nos saliste. — Me burlo. — Park cobarde Jimin, serás mi
nuevo PCJ, buen apodo, mejor que el chico-chicle.
— Eso mismo estoy haciendo chico chicle. —Le digo cruzándome de brazos y
alzando mis cejas divertido.
Él me observa sin decir absolutamente nadahasta que hace su cabeza hacia
atrás soltando un suspiro. Pasa su mirada por toda la casa con la boca fruncida
antes de detenerse nuevamente sobre mí. Me mantiene la vista fija y casi puedo
escuchar su guerra mental entre aceptar o no.
— Muy bien. — Entrelazo mis dedos muy a lo daddy. — Veamos qué tan bien te
resistes a mis encantos. Tendré ese lindo culo tuyo frotándose contra mi
entrepierna y te haré ver estrellas.
— Más vale prevenir que lamentar. — Alzo mis hombros haciendo mis labios de
pato. Sí querido Jimin, yo también puedo jugar al descarado.
Él gruñe y finalmente agarra las verduras que comienza a cortar de mala gana.
Me mantengo atento a sus manos y lo firme que agarra esos pepinos que corta
con elegancia. Uy, si es bueno con las manos el muy idiota. ¡Miren cómo agarra
ese pepino y el deseo con el que lo mira! Cierto, cierto, que no ven, así que sigan
leyendo chavos. Suerte para la próxima, jaja salu2.
—Virgen tenías que ser. — Niego con la cabeza. — Se te sale la baba viendo el
pepino, aguantaaaa.
— Imaginé que era tu polla. — Contesta mientras sigue cortando muy tranquilo.
No sé si ponerme feliz porque se imaginó mi pene o asustarme porque quiere
cortarlo. Estas preguntas no me dejan dormir por las noches, ¿saben?
— Me encantan las frutas y verduras. — Alzo una ceja. — No juzgues sin conocer
men, no es bueno.
— Como de todo pero soy alérgico al maní. —Le digo recargándome más en el
sofá. — Ya sabes.
— ¡Qué maravilla! — Una sonrisa ilumina su rostro. — ¡Ya sé de qué haré los
sándwiches para cenar!
Él rueda sus ojos y sigue en su cocina. Yo observo el entorno y me acuerdo que
no he desempacado nada. Me levanto en un pequeño gruñido y arrastro
nuevamente mis maletas al cuarto para comenzar a colocar absolutamente todo
en orden y bonito... No la verdad no. Tomo todo en bola y lo aviento dentro del
armario valiéndome un comino que ésta se arrugue.
Puedo decir muy sinceramente que este ha sido de los días más intensos y raros
de toda mi vida. ¿Me emociono o me asusto? Yo no sé. Lo dejaré fluir. Veamos
qué sorpresitas me esperan con este roommate tan peculiar.
Me cae bien, creo, pese a todo creo que me cae bien. Yaestá. Regreso a la cocina
y apoyo mis manos en la barra frente a él quedando bastante cerca. Él levanta la
mirada y cruzamos miradas intensamente. Bueno creo, yo estoy viendo el moco
en su nariz. ¡Nahh, en realidad ando viendo sus lindos ojitos cafés porque me
reflejo en ellos! Qué guapo estoy, ufff, papito.
— No, no, eso ya está muy usado. —Niego con la cabeza. — Yo pensaba decirte
lo mismo y a menos que tengas poderes psíquicos con la mente, tomaré eso como
un "aléjate de mi espacio personal o Yoongi junior sufrirá las consecuencias".
— ¡MIERDA! — Gritó al sentir el terrible ardor por toda la palma de mi mano. Las
sacudo con violencia soplando con mis lagrimitas en mis ojos mientras el muy
bastardo chico chicle se ríe de mi desgracia. ¡Eso es pasarse de lanza! —
¡MIERDA! ¡MIERDA!
— La próxima vez deberías tener más cuidado. — Sigue en una pequeña risa
antes de bajar el fuego y colocar sobre la base la sopa.
¿Les digo qué es lo más triste? Que no podré masturbarme en un par de días.
— Supongo que gracias chico chicle. — Le digo una vez que nos encontramos
dentro del pequeño espacio donde apenas cabemos. — Se aprecia, me llega al
corazón.
— Comenzaré a lastimarme más seguido para verte así. — Le digo antes de reír
un poco aunque él no parece taaaan divertido respecto a eso.
—Lo estoy. Él voltea a verme un poco sorprendido y alza ambas cejas. Ah, ya te
pillé travieso, te andas imaginando mi lindo pene, ¿a que sí?
— Que conste que ahora eres tú quien está anticipando la cogida y no yo.
— Idiota... — Murmulla de mala gana. — ¡Bueno pues, ya ponte agua fría en las
manos!
— Como ordene mi chico chicle. — Digo divertido.
Él me sigue observando un poco hasta que finalizo y me seco con la toalla
provocando un ardor bien feo. Oigan no vayan a reírse, duele bastante.
— Nunca antes unas palabras me habían hecho tan feliz. — ¡Me siento
halagado!
Él me sonríe cual angelito antes de dejarme las vendas en la mano y pellizcar mi
cintura amistosamente al salir del baño. Esbozo una pequeña sonrisa y niego con
la cabeza. Ah~. Presiento que él y yo tarde que temprano comenzaremos a
llevarnos muy bien.
Tan bien, pero tan TAN bien que sus dos globitos serán amigos íntimos de mi
velita. ¡A que sí!
003
Termino casi durmiéndome a eso de las ocho de la noche así que me voy a
cambiar por la pijama y tomar unas ricas cobijitas azules que me dio el adorable -
nótese el sarcasmo- chico chicle. Me enrollo en ellas y me quedo con los labios
apretados y sentado viéndolo acariciar a su gato.
¿Por qué el mendigo gato tiene más suerte que yo? ¡Le está lamiendo lacara!
— De acuerdo. — Dice el chico chicle dejando dos platos en la mesa con fruta
cortada y jugo de naranja. ¡Qué mono! — Creo que es momento de que tengamos
la charla.
Mi orgullo se infla más rápido que un payaso inflando un globo. ¿Ya ves de lo que
te estás perdiendo chico chicle? ¡Soy todo un pro, tírate encima de mí como lo
hacen las chicas al acabar los conciertos!
— Por el momento lo de conciertos que nos dejan o nos pagan los locales por ir.
— Digo. — Aunque los REM estudios ya nos lanzaron el ojo. Irá uno de ellos a
vernos algunas veces y si les gusta iremos a firmar contratos y nos lanzarán ya
profesionalmente.
Mi amor si sigues abriendo así la boca se te meterán las moscas. Peor aún, me
bajaré los pantalones y "ORALE, AL FONDOOO".
— TGBB. — Le digo guiñándole el ojo. Él frunce un poco el ceño. — The good
bad boys.
— Ah. —Es lo único que dice alzando ambas cejas.— Es... ¿original? No lo sé.
Esperaba algo así como Screams and Hell.
— Casi pero en realidad es mucho más simbólico que eso. Los niños buenos del
grupo son dos y los malos también dos.
— ¿Oh, de veras? —Me pregunta con una sonrisa más coqueta. — ¿Y quién es
quién?
—Así que eres un chico malo, gran idiota. —Se cruza de brazos frente a mí con
una sonrisa maliciosa.
Muerdo un poco mis labios causando que él se ruborice un poco. Carajo, ¿por qué
no puedo ponerlo en cuatro y hacerle gritar do re mi fa sol pu ta si do?
— Eres guapo. — Confiesa. Uff, mi ego ya está por las nubes, no te tendré piedad
Jimin. — Desgraciadamente no mi tipo.
¿Eskiusmi? Mi amor soy Min Yoongi. ¡Soy el tipo de todos, no me vengas!
Él ríe un poco levantando sus hombros y comiendo con suma tranquilidad. ¿Sí,
hola? No tengo todo el día Park Jimin. ¿Te importa?
¡Qué gran mentira! ¡Claro que los recuerdo! Al menos los primeros veinte
minutos, pero es algo. — ¿Y? — Sigo sin entender su punto, ¿por qué me
rechaza?
— Y me gusta alguien. — Enfoca de nuevo con una sonrisa más bien incómoda.
— Así que quiero dejar esto muy claro desde un principio Yoongi. — Su tono de
madre regañando me está asustando. — Yo no soy alguien que vas a poder tirar
al sofá y meterle tu polla cada que se te de la gana.
Suelto un gruñido lanzando la cabeza hacia atrás. Jimin sigue comiendo y allí
finaliza nuestra conversación. Recoge los platos y comienza a lavarlos
tranquilamente en silencio. El gato está acostado en el sofá ronroneando ya que el
sol le da en toda su espalda. Bueno, al menos está feliz siendo mimado,
alimentado y querido por su dueño con humores algo delicados.
No puedo creer que me haya dicho no. Fue como golpazo al ego y a Yoongi
junior. No mentiré, cuando leí de un roomie ya estaba contando los días antes de
comenzar una vida sexual con él o ella. Ni me importaba, le tiraba a ambos lados.
No juzguen. Con tanta fan hay oportunidades que no deben desaprovecharse. Y
sí, ya sé, está la mierda de "no te acuestes con fans" pero mientras haya alcohol y
condones no hay problema alguno. En mi opinión, siquiera me importa. Soy medio
calentón y no lo lamento. Vuelvo la vista al chico chicle que ahora está sentado en
el segundo sofá con un libro en manos ignorando mi preciosa presencia. ¿Debería
comenzar a seducirlo?
Nah, se ve que se pondrá todo loco. ¿Y saben qué es lo más sad? Que me pica
un huevo y quiero rascarme pero las manos todavía me duelen.
— ¿Qué sucede gran idiota? — Me contesta sin despegar su vista del libro.
— Me pican los huevos. — Le digo sin rodeos causando que él voltee a verme
escandalizado. Levanto mis manos con las vendas y él abre su boca. — Por
favor.
— ¡Ni se te ocurra que voy a rascarte yo! — Me grita completamente fuera de sí.
— ¡Qué asco! ¿¡No escuchaste NADA de lo que acabamos de hablar?!
— Ay por favor. — Pongo los ojos en blanco. —Una cosa es que me ayudes con
esto y otra que te termine gustando mi polla y me la violes. Son cosas muy
distintas.
Él alza una ceja nada divertido. Caray, ¿por qué no tiene tantito humor este
men?
Él observa su libro y lo avienta contra la mesa antes de levantarse de mala gana y
refunfuñando. Me observa cruzado de brazos y finalmente se deja caer de rodillas
frente a mí. Ya dudé si realmente me pican los huevos o me está dando una jodida
erección. Creo que ambos.
— ¿Izquierdo o derecho?
— Ambos.
— Dime por favor que ya. — Pide con sus ojos cerrados y toda su carita color
jitomate maduro.
— Nop.
— ¿Ya?
— Nein.
— ¿Ya?
— Todavía otro rato. Se siente bien... más siendo tú. — Le digo con voz ronca y
de esas miradas que le mandarán las bragas al suelo.
Él finalmente me observa a los ojos y me dedica una mala mirada. Mis hijos
sufren las consecuencias cuando me golpea en seco sacándome un aullido y que
caiga del sofá cerrando mis piernas con mis manos entre ellas.
Me he quedado sin herencia. Mamá, papá, los amo. Perdónenme pequeños
yoongis, fue un honor.
Parece que este chico será más difícil de lo que creí para llevarlo a la cama o
tenerlo babeando por mí. Necesito un plan magistral y poner la acción turbo con
él. Nadie le dice que no a Min Yoongi. Y por supuesto, si Min Yoongi quiere algo,
lo tendrá sin importar qué.
004
¡Es que se los juro! El chico chicle se levanta y chupa una paleta, come y se saca
el chicle de la boca, cena y ya está cenando chicle, este debe hasta cagar chicles
y paletas para después sacarlas y volvérselas a tragar.
No puedo creer que hasta me pongo celoso de las paletas. Tanto así que se las
escondí y se puso todo histérico. Ahí me dejó solo con el gato mientras se iba por
sus estúpidas paletitas esas.
¿Ubican el emoji que sonríe como medio psicópata? ¿De esas que te pone tu ex
cuando te vas con tus amiguitas de fiesta? Ándenle así estoy yo. Y él, con el emoji
de uña y el gato con el emoji del rey.
Disfruta mi sufrimiento el muy maldito. Yo sé que internamente quiere que se la
meta duro y hasta el fondo. Hasta por los oídos o la nariz casi. Ay no qué asco,
llena de mocos luego, iugh. Olvídenlo ya se me puso aguada.
Oh, creo que olvidé mencionar que también usa ropa interior femenina y carajo, mi
pene vive parado hasta cuando duermo. Es una tortura lenta y sin piedad.
Uy sí que risa con ustedes, uy sí el Yoongi como sufre. ¡Pues sí fíjense malditos
bastardos! ¡Qué bonito que se pasee en ropa interior pero no me deja ni tocarlo ni
con la mirada!
Por ejemplo, ahora lleva una camisa blanca muy holgada y un pequeño boxer
negro que se amolda perfectamente su culo. Oh, también tiene unos calcetines
blancos de corazones morados que le llegan al muslo y, Jesucristo redentor, me
está poniendo con solo ver sus preciosas piernas.
Lo que daría por tenerlas en mis hombros para morderlas. Vale verga, ya hasta
me lo imaginé bien abiertito y dándose palmaditas en su linda entrada con sus
labios mordidos invitándome a entrar. Qué rico, qué ofertón. Se vale soñar. Y ni se
rían, que ustedes, ni su perfume huelen, básicas, *inserte emoji de uña*.
Él voltea a verme con una sonrisa de victoria. Pongo los ojos en blanco mientras él
sigue cocinando tranquilamente. Finalmente comienza a cocinarlos y yo
agradezco por mi estómago gruñe más que mi polla por hundirse en él.
— ¿Ya estás listo para comer gran idiota? — Me pregunta dándose la vuelta para
verme.
— ¿Me quieres comer el culo? — Pregunta alzando con una sonrisa maliciosa.
Él ríe y niega con la cabeza. ¿Lo ven? Él nada más prende el horno y no mete la
baguette.
— ¿Por qué?
— Por favor.
— Tampoco te pases de pendejo. — Se ríe el muy bastardo viéndome a través de
su
hombro.
— Una folladita, prometo ser dulce porque será tu primera vez. — Sigo
tentando para que acceda. — Bueno, considerando que eres medio virgen puedo
darme el lujo de azotarte tantito.
— Apuesto tres billetes a que te metiste los dedos o un buen dildo. — Sonrío
mordiendo mis labios.
— Lamento no ser un desesperado sexual como tú. — Rueda sus ojos y se apoya
en la barra cruzándose de brazos y viéndome fijamente. — No me meteré nada
por allí a menos que sea el pene de mi primer amor. Haré el amor suavemente,
lento, con muchos besos y caricias y quizás, solo quizás, comience a meterme
cosas cuando no esté.
— ¿Si sabes que los primeros minutos serán suaves hasta que todo valga mierda
y te azote contra la cama hasta romperte? — Pregunto divertido.
— Quizás tú. — Ataca de mala gana. —No todos los hombres con como tú.
— Woah, Park Jimin, Realmente estás muy coladito por encontrar al hombre
perfecto.
— ¿Sabes qué es divertido? — Pregunto pasando mi pulgar por mis labios antes
de dedicarle una sonrisa socarrona.
— Un chico malo. Nosotros si somos divertidos. Nos amas, nos odias, follamos
duro y rico, te llenamos de adrenalina la relación, intensidad y fuego puro. — Le
digo acercándome más a él.
— Que tengamos una pelea intensa llena de gritos e insultos y después nos
lancemos a la cama a joder como bestias como reconciliación. — Sonrío
inclinándome más a él embobado por sus preciosos y carnosos labios.
Él vuelve a rodar sus ojos y desvía la mirada pero tomo su linda barbilla para que
vuelva a verme. Veo que ha tomado un muy suave rubor en sus pómulos.
Sus ojos me siguen manteniendo muy fija la mirada mientras yo ya tengo una
erección encima de tan solo imaginarlo. Creo que ya hasta me corrí, a la verga.
Este mugroso niño saca mi lado más sucio.
— Definitivamente eres lo que jamás en mi vida desearía tener. — Escupe
fríamente. — Maldito patán asqueroso, ¡aléjate de mi puto espacio personal! —
Grita enfurecido empujándome lejos de él mientras yo chasqueo mi lengua contra
mi paladar. — ¡No te me vuelvas acercar así porque te juro que voy a golpearte!
¡No me interesa!
— Pues evita jugar con ese tipo insinuaciones que me resulta incómodo. — Hace
una mueca.
— Bien, como quieras. Aún así tampoco es que seas la gran cosa. — Contesto
observando mis impecables uñas. — Solo eres una nenaza mandona con
complejo de orgullo barbie, ni quien se atreviera a ponerte el pene dentro. Pobre.
El silencio gélido se forma entre nosotros. Creo que ahora sí la cagué. Veo que
sus puños se aprietan y sus ojos se humedecen pese al enorme intento que está
haciendo por no llorar. Sus mejillas se ponen rojas de nuevo y sus ojos se
humedecen más hasta que desvía furioso la mirada y me da la espalda
apoyándose en la barra. Sus dedos aprietan el borde mientras sus hombros suben
pesadamente.
No pienso disculparme. Él se lo buscó.
Realmente no está tan gordo, solo un poco llenito pero nada desagradable. Es
inclusive sexy pero no, no me rebajaré a pensar en cuan bueno está porque lo
insulté. Debo mantenerme firme a mis insultos.
Así que simplemente diré que qué desagradable persona y qué asco. Quien lo
tuviera desnudo para ver sus lonjas, ugh. Habiendo tan buenos que puedo
conseguirme, no perderé mi tiempo con el chico chicle gordinflón.
Por favor. Sí, lo lamento. Soy muy resentido cuando se meten con mi ego
personal. Sí, soy un orgulloso de mierda que no está acostumbrado a que me
digan que no.
¿Y qué?
— Me quede sin ropa limpia, esto quedaba. — Contesto señalando mis jeans,
camisa blanca y tenis grises.
Él ríe. Lleva sus botas favoritas, unas negras con cadenas de plata colgando, sus
pantalones rasgados que lleva más abajo luciendo su sexy boxer negro de
calaveras. Nótese lo maduro que es. ¿Qué más? Bueno su chaqueta de calavera
con fuego y serpientes y aquella camisa negra que se pega a su pecho mostrando
sus abdominales.
Taehyung me examina.
— Qué casual. — Sonríe malicioso.
— Me quedé sin ropa limpia, men. ¿Qué te digo? — Tomo la carta para verla. —
Resoplo de mala gana y Taehyung ríe. Jungkook silba y deja la carta viéndome
divertido.
— Peor. — Digo alzando ambas cejas. — Usa ropa interior femenina, es adicto a
los dulces y es más gay que Jungkook cuando ponen a Justin Bieber y se pone a
contar "baby".
— Qué fastidio. — Jungkook alza una ceja. — ¿Por qué no le das una paliza y te
vas?
— Porque ahora viene lo más jodido de todo. — Contesto apretando mis puños.
005
Después de largos minutos en la cafetería hablando del chico chicle y todo lo que
ha sucedido, finalmente mis dos mejores amigos me están dando su más sincero
punto de vista acerca de toda esta intensa situación.
— Ya sabes que no lo es, ¿de qué te enojas? — Pregunta poniendo sus ojos en
blanco. — Vamos Yoongi, eres mejor que eso. Simplemente sé humilde y pídele
perdón.
— O mejor dale una paliza y vete de allí. — Jungkook alza sus hombros.
Vuelvo a reír por la forma en que Taehyung lo regaña. Jungkook le saca la lengua
y Taehyung se la devuelve. Son como hermanos esos dos, aguante el taekook,
son adorablemente idiotas juntos.
— ¿Le debería llevar un regalo? — Pregunto alzando una ceja y frotando mi
barbilla.
— ¿Qué tiene?
Jungkook sigue riendo captando la atención de las personas alrededor. Este men.
— ¿Lencería? — Pregunto.
— Creerá que es una indirecta para follar. — Taehyung niega con la cabeza.
— ¡Jungkook por el amor de dios, deja de reír!
— Oye, tampoco te pases. — Jungkook deja de reír. — Fue una pelea leve,
imagínate cuando sea fuerte. ¿Qué le dará? ¿Una mansión?
— Bueno, por primera vez Jungkook tiene un buen punto. — Taehyung asiente.
— ¡No idiota! ¡Una de las tuyas! — Sigue. — ¡Saca tu guitarra eléctrica y cántale
algo!
A que sí. Entro al edificio y subo las escaleras antes de entrar al departamento.
Tristemente, lo primero que veo es a Jimin sentado en mi sofá con el gato en sus
piernas acariciándolo con ojos rojizos y todavía húmedos. Me siento una completa
mierda ahora sí.
Más me estresa que todavía chillando y con mocos, Park Jimin se sigue viendo
hermoso.
Él esboza una sonrisa que me derrite, aunque realmente son sus ojos son lo que
me llevan a enloquecer. Tan expresivos, y dulces... ah. ¡Ya me dejo de mamadas
y que esto se ponga perrón! Comienzo la canción pasando la púa por las cuerdas
y mandando sonidos suaves a unos más agresivos, un ritmo periódico que
comienza a hacer vibrar y a hacer al hermoso chico esbozar una sonrisa más
grande y acomodarse en el sofá.
Las notas suben de intensidad llegando al clímax, justo donde comienza el coro.
— Amor para odiar es lo que siento cuando te tengo a mi lado, bebé. Aquel amor
que finges darme mientras yo me revuelco más y más. Amor para odiar, amor
para odiar. ¿Qué es tes juego entre nosotros bebé? ¿me amas como yo te amo o
simplemente soy tu búsqueda de placer? Ve mis ojos y dime que me amas o que
no, quizás así final y te odie como debe ser. Amor para odiar, bebé.
Me acerco apoyando mi pie sobre la mesa frente al sofá y me inclino hacia él.
Quedamos más cerca y allí puedo apreciar que sus ojos tristes se han esfumado,
viéndome con completa ternura y diversión. Este man me hace mal.
— Amor para odiar es lo que siento cuando te tengo a mi lado, bebé. Aquel amor
que finges darme mientras yo me revuelco más y más. Amor para odiar, amor
para odiar. ¿Qué es este juego entre nosotros bebé? ¿Me amas como yo te amo
o simplemente soy tu búsqueda de placer? Ve mis ojos y dime que me amas o
que no, quizás así finalmente te odie como debe ser. Amor para odiar, bebé. Esto
me va a enloquecer.
— Tú y yo juntos amor mío, ¿qué dices? Te puedo a.ar con todas mis fuerzas
ero déjate amar. Déjame demostrarte a través de besos y caricias cuán loco me
vuelves bebé. Déjame mover cielos, mares y tierras para llegar a ti y verás. ¡No
puedo odiarte así que déjame amarte como yo quiero! ¡ Dime bebé, dime! ¿Qué
tengo que te hace dudar? No me cabe y me niego a aceptar que tú y yo nunca
vamos a estar. Sé mío, sé mío, sé mío. No te arrepentirás.
— Amor para odiar bebé, esto me va a enloquecer. Ámame con tu odio y verás
como juntos, vamos a enloquecer. Amor para odiar, bebé.
Y doy los últimos tonos antes de pasar agresivamente la púa por todas las
cuerdas dando el seco y precioso final. Mi respiración está agitada y francamente
me siento bien conmigo mismo. Salió increíble, algo sencillo, pero realmente lo di
todo. Se los juro, no jodan, ni a mi ex le canté así para pedir que volviéramos.
—Eso fue por tus insultos. —Me dice cuando abro la boca para reclamar.
— Y esto. — Sigue con voz filosa — Porque eres un idiota demasiado romántico
cuando te lo propones.
Me jala de la nuca y planta sus labios furioso contra los míos tomándome en una
avalancha de sorpresa. Todo mi mundo realmente se detiene mientras siento sus
labios uniéndose con los míos másprofundo y su adorable y suave mano apoyarse
en mi mejilla y otra en mi cabello que tira pegándose más a mí.
Él se separa antes de que el beso tome calentura -mejor dicho, que yo reaccione-
y me observa fijo a los ojos. Me roba todo el aliento y tengo que pestañear para
caer en cuenta de lo que acaba de pasar.
¿Alguien me explica qué coño acaba de pasar y por qué me puso tanto?Lo
observo alejarse hacia la cocina pero yo ni a putazos me detengo acá. No señor.
Él responde también aunque muy tímido y vuelve a tomarme del cabello para
pegarse a mí alzándose un poco. Él suspira, yo bajo mis manos por toda su
espalda haciéndolo estremecer y jadear un poco. Entierro la yema de mis dedos
en la curvatura de la espalda que lleva a su glorioso trasero y masajeo su cintura
permitiéndome sentir su suave y caliente piel bajo mi tacto.
— Bien, bien, lo siento. — Luce un poco nervioso aunque aquello lo hace más
adorable.
Toma una espiración profunda y pasa saliva.
Sonrío y vuelvo a pegar mis labios a los suyos esta vez con tanta delicadeza como
puedo. Siento su respiración algo temblorosa así que doy un casto beso para
calmarlo. Él cierra sus ojos y me acuna el rostro con sus manitas antes de abrir
más sus labios y permitir un contacto más profundo. Le correspondo rápidamente
esta vez metiendo mi lengua. Se tocan y él rápidamente comienza a corresponder
comenzando a destensarse. Sobo sus piernas con suavidad y él mordisquea mi
labio inferior repetidas veces con una sonrisa.
— Bueno. Creo que ha sido suficiente por hoy. — Dice todavía con cierto rubor
aún presente. — Aunque esto no significa que te siga odiando. Aún así, te
perdono.
— No te emociones mucho. — Alza una ceja. — Solo fue un beso por la emoción,
no quiero que vuelva a suceder.
— Perdón. — Murmulla y muerde su labio inferior y se baja del taburete para ir por
los productos de limpieza y limpiar el desmadre del gato mugroso.
Bueno... Al menos fue bueno mientras duró.
006
Me llaman Bob elegante también amixes. Así que ya saben. Ronco más y al
instante mi hermoso sueño regresa. ¿En qué estaba? A la... ¡Ahhh, ya me acordé!
Cierto. ¡Uy, qué delicia! ¡Man este sueño debería ser eterno! Quien me levante
recibe putazo. Sobre engaño no hay aviso. ¿O era al revés?
Es muchísimo mejor que estar despierto y escuchar su "sili simis riimmiis". Neta,
díganle que no mame.
Me cae mal.
Dejo los trates en el fregadero y solo les pongo agua antes de alejarme para
cambiarme mis pantalones húmedos. Aprovecho que el chico chicle no está y me
paseo desnudo comenzando a jugar con las lonjas que se forman cuando me
siento y las hago hablar entre ellas.
Necesito aguantar a las doce para verme con los chicos y ensayar. Me meto a
bañar observando los productos de higiene con olor a fruta del chico chicle. Los
destapo y los huelo profundo. Zarzamora, moras, ay, todos huelen demasiado. No
inventen. Ni que fuera flor andante. Aguante Tío Nacho. Me arreglo perfectamente
(lo cual consiste en tirarme desodorante encima y delineador) y vestirme como es
debido.
Abro el armario asegurándome que no hay ratas muertas y dejo mi pijama sucia
allá en el baño con la toalla. Meh, me vale.
Me pongo unos jeans negros un poco rasgados y una camisa negra un poco floja
con nuestro logo en la espalda. Cojo la chaqueta de cuero y peino mi cabello
repetidas veces hacia atrás ajustando el piercing en mi oreja con una mueca.
Debo cambiármelo por uno de calavera que encontré cerca del mercado. Se veía
bueno.
¡Ah! Y hablando de piercings, aquí entre nos, confieso que tengo en mi pene. Sí.
En mi glande.
Es cierto que dolió como la puta madre y tuve que aguantarme las cogidas unos
meses pero valió muuuuuuucho la pena. No me arrepiento de nada y hasta pienso
hacerme otro. Se siente el doble de placer y además, en el caso de los chicos, la
bolita cuando se los meto les roza más su linda próstata y ¡maaaadres! Les hago
ver estrellas.
De lo que se pierde el chico chicle. Yo le metía hasta la paleta por atrás y luego le
comía el ano. Sí señores, me encanta dar besos negros porque soy chingón y no
nenaza. Más si son buenos culos y gorditos yo mismo me llevo al cielo
estrujándolos y empapándolos de saliva. Men, qué confort escuchar sus gemidos
y que te follen la cara.
No mamen, si se hecha un pedo nos mata a todos. JAJAJAJAJAJA. Ya. Ya. Dejo
mi bullying de lado que luego se me enojan y regreso a la narración.
Comienzo a avanzar por las calles y tomo el metro perdiendo mi swag recién
proclamado, pero me da alta flojera caminar y no tengo para coche o una moto.
Así que a esperar y aguante el metro. Me quito los audífonos cuando llego a mi
estación y comienzo a avanzar por las calles menos de tres minutos hasta que
llego a la linda zona donde está Namjoon.
Los policías ya me conocen y de mala gana me dejan pasar pero el patrón es el
que manda. En este caso, Nam.
— Nada mal considerando que comienza a hacer frío. — Digo y ahora me giro
hacia Jungkook quien me da un buen apretón de manos y chocar nuestros
hombros contrarios.
— Sí, lo sentimos. — Me excuso y veo de reojo que Jungkook coloca sus manos
en la piernas de Tae con total naturalidad.
— La mala noticia es que tenemos una semana para dar un concierto con sold-out
para que vaya. — Finaliza.
— Le diré a Sehun que nos preste el bar. — Digo chasqueando mis dedos y
apuntándolos. — Caben doscientas personas y el sábado hay tragos gratis.
Tenemos esta semana para preparar el concierto y vender todas las entradas
usando lo de los tragos como un plus.
¡Mierda, es cierto!
— ¡¿QUÉ, QUÉ?! — Es una locura, lo sé, pero REM estudios no nos dará la
oportunidad si no damos un concierto sold-out en menos de una semana. Te lo
ruego, eres lo único que tengo. — Digo. — Por favor, por favor.
— ¡Por eso mismo! Quiero que se mantenga en pie esa oferta y que además nos
prestes el bar. Te pagaremos por ambos.
— No lo sé Yoongi.
— Te prometo que vamos a pagarlo así deba darte lo que yo gane, por favor.
Estoy casi de rodillas en la calle haciendo el ridículo. — Suplico una última vez. —
Por los viejos tiempos, por tu amigo.
— Se puede. — Namjoon sonríe con seguridad. — TGBB los hace volver una y
otra vez. Seguramente viejos fans vendrán también.
— Yo digo que aseguremos que nos arrancaremos las camisas para jalar a
chicas. Siempre vienen en grupo y es mayor ganancia. — Dice Taehyung. — Le
diré a mi prima que corra la voz.
— Porque eres caliente, duh. — Responde Taehyung como si fuese la cosa más
obvia del mundo, hasta yo me río.
— Todos lo somos, pero por dios, eres el menor y el que está al alcance.
— ¡No jodas, no! — Gritan escandalizados los dos. — ¡Es como un hermano para
mí! — Se queja Taehyung.
— ¡Ya, concéntrense! — Grito dando un aplauso que los pone en sus lugares.
— Listos. — Me dicen.
— Y uno, y dos; y un, dos, tres. — Palmea Taehyung con la batería. — TGBB IS
BREAKING THE STAGE! — Gritamos al unísono antes de reventar en la música.
Jimin está sentado comiéndose una ramen y me observa con ojos muy abiertos.
— Ya. — Toma su bol y se levanta para irse a sentar junto a mí. Qué lindo.
— ¿Necesitas un masaje?
— Nah, ando bien. — Le digo sonriendo. — Gracias aún así. Solo es un poco de
estrés.
— Nos pidieron dar un concierto con sold-out en menos de una semana para que
vaya
alguien de su staff.
— 26 dólares cada uno. Lo cuál con el sold out serían 5 200 dólares. — Sigo
explicando
mientras él asiente completamente atento a lo que digo.
— ¿A ti cómo te fue?
— Bien, he salido mejor de lo que creía en los exámenes. — Dice con una sonrisa.
— Así que ando feliz y orgulloso de mí mismo.
Aprovecho que mis brazos están reposando en la cabecera del sofá y vuelvo a
bajar la vista a sus preciosos labios antes de comenzarme a inclinar hacia él.
Desgraciadamente el chico chicle reacciona y desvía la mirada molesto antes de
levantarse soltando humo y agarrar su bol, irlo a poner al fregadero para lavarlo y
dedicarme un gélido silencio.
007
Aquel día quedo con verme con los chicos más temprano de lo habitual, en lugar
de las doce, a las diez de la mañana. El chico chicle entra tarde a la Universidad
ese día así que prácticamente nos despertamos al mismo tiempo. Bueno, él media
hora antes y me despierta con el escándalo de la cocina. Ya no hay respeto de
veras.
— Ya desayuné. — Me contesta con una sonrisa más bien falsa antes de tronar el
chicle frente a mí y succionarlo como un profesional después. Anuma, esa no me
la esperaba. — Esto es para ti.
Puta qué ofertón. Yo donaba hasta mi riñón por tener esa regla con él.
— Chico chicle, yo no soy un chico malo. — Le digo con una tranquila sonrisa pero
él ríe.
— Y te lo agradezco. — Me sonríe.
— Por alguna extraña razón creí que no te gustaba que fueran amorosos contigo.
— Me dice sin soltarme.
— No me gusta, pero a ti te lo acepto. — Le contesto disfrutando de tenerlo cerca
aunque sea así.
—Punto extra para Park Jimin. — Ríe. No jodan, juré escuchar "puto extra para
Park Jimin" y casi me voy de boca.
— Bastante, luces ahora como un terrible chico malo. — Me dice divertido. — ¿Te
digo qué podríamos hacer?
— Besas demasiado bien y eres un chico sexy. La pregunta sería por qué no. —
Me contesta como si fuese obvio. ¿Y esta rosa?
Ay mi amor, si fueran tuyos te los dejo de a gratis y te incluyo el combo de una
mamada y una buena follada. Sad man, me tengo que conformar con soñar ya
que es gratis.
— Qué lindo y qué suerte. — El chico chicle hace un puchero. — Algún día a mí
me tocará.
— Suerte en tu ensayo, más te vale tenerme los boletos para mañana para que te
ayude a venderlos.
— Los tendré, gracias y también suerte. — Le digo con una sonrisa tan coqueta
como puedo. — Cuídate chico chicle.
Corro a la estación de metro y cruzo todas las líneas necesarias antes de llegar a
donde los chicos. Esta vez soy el primero en llegar para sorpresa mía, Namjoon
me saluda con un choque de puños.
— No, pero si no llegan en diez minutos les marco. — Contesto viendo que son
exactamente las diez con tres minutos.
— Hay algo de tráfico.
— ¿Por qué no elegiste love to hate? — Me pregunta todavía sentado con los
brazos cruzados.
Muy bien, es hora de que conozcan una parte mía de la cual no me siento
orgulloso pero sin ella no llegaría a donde estoy ahora. Agárrense y me iré
preparando para los putazos que me lanzarán. Estoy listo, mi momento ha
llegado.
— Está el pretexto del alcohol de por medio. — Alzo mis hombros. Sorry not sorry.
—No puede echarme la culpa ya que él habrá accedido también.
— Por eso mismo. — Relamo mis labios. — Ya que tanto se hace del rogar parece
que necesitaremos la ayuda del tío alcohol.
— Soy caprichoso. — Les guiño el ojo y vuelvo a ver el reloj. — ¿Dónde se metió
el narizón? ¿No debió llegar ya?
— Hablé con él hace media hora y me dijo que estaba saliendo. — Taehyung saca
su teléfono. — ¿Le marco?
— Olvídalo, ya lo vi. — Entrecierro mis ojos y veo su moto. — Lo regañaré
después, necesitamos comenzar ya.
008
Habíamos logrado vender ciento ochenta y nueve boletos entre los amigos
universitarios del chico chicle, fans viejos y contactos. Solo quedaban once boletos
más y sinceramente no me preocupa tanto, ya que seguramente hoy o mañana -a
más tardar- logramos venderlos. Somos la mera verga gente, nadie puede con
nuestro equipo TGBB ft chico chicle.
Algo aquí huele mal y no me tiré un pedo. Chico-chicle está de buen humor. ¿Qué
clase de brujería es esta? ¡Ni siquiera me ha llamado gran idiota! ¿Qué está
pasaaaaandaaaa doctor García?
— Nooo, cómo crees. — Contesto con claro sarcasmo. — Anda suelta sopa y
cuéntale al monje Min por qué está de tan buen humor, hijo mío.
— Se despega de mí con las mejillas rojas. — ¡Es que... ah! — Suelta un chillido
tornándose brutalmente rojo y tapa toda su cara.
— Tú sabes quién. — Me dice jugando con sus dedos y más rojo que una cereza.
— Le dije que me gustaba y-y... no sé qué su-sucedió, simplemente m-me tomó y
me besó. — Comienza a balbucear haciendo brillar sus ojos como nunca los había
visto. — Me dijo que él también gustaba de mí y, dios. Eso.
— Ajá, cuéntame más. — Contesto viendo de nuevo mis uñas que son mucho
más interesantes que su conversación.
— Quizás mañana que salga con él me pida ser su novio o algo así. — Dice y yo
al instante comienzo a voltear lentamente como la niña del exorcista con una
enorme sonrisa. Inserten por favor la cara de sonrisa psicópata que te pone tu ex.
— ¿Salir con él? — Pregunto cruzándome de brazos. ¡Pero miren nada más quien
me mintió! — ¿No ibas a salir con tu "amigo"? — Hago comillas con mis dedos.
— Iba hasta que Chanyeol me dijo que saliéramos mañana para comer y tuve que
posponerle la reunión de amigos a Baekhyun.
— ¡YA JIMIN, ERA BROMA, ERA BROMA! — Grito corriendo por el departamento
en círculos mientras él me grita. — ¡ERA BROMA, NO ME GOLPEES EN MIS
HUEVOS, NO, NO POR FAVOR!
— Bueno, ya. Sabes que solo bromeo. — Trata de salvarse con su sonrisa de "no
mato ni a una mosca".
— Te mostraré qué tan pasiva soy. — Le digo dándome la vuelta dirigiendo las
manos a mi pantalón y bajando mi cierre.
— ¿Qué haces? — Pregunta repentinamente ya no tan divertido. — ¿Yoongi?
— Te mostraré mi polla a ver si sigues pensando que soy tan pasiva como me
pintas. — Digo de mala gana reafirmando mi posición de rompe-culos.
— Y eso que no está parado. — Le digo con una sonrisa juguetona. — ¿Lo
despertamos?
— ¡Entonces no hables de mi pene así como así! — Exclamo más bien molesto. Y
bueno, ya saben cómo finaliza esta conversación.
Así que después de indignarme porque me dijo que me dieran, salí del
departamento para ir al salón de belleza. Así es amixes, es hora de decirle adiós
al azul y saludar al rubio caliente moja bragas punto cero. Ya quiero ver qué hará
el chico chicle al verme más caliente de lo que ya soy.
Aunque estará dormido tal vez, pero no me importa. Llego al salón con un poco de
retraso pero al menos llego. Me voy a sentar y observo a la linda peluquera
acercarse a mí con una radiante sonrisa. Se la devuelvo y ella se acerca a mí
comenzando a colocarme aquella, ¿manta? negra que ata en mi cuello.
Pasan los minutos y hago el aburrido proceso pero que ya conozco bien.
Comienza a colocar el tinte atentamente sin despegar la vista de mi cabeza y
tarareando en voz baja las canciones que hay en el radio. Tiene buena voz.
— TGBB, the good bad boys, como prefieras. — Alzo un poco mi hombros.
— ¿De quién me ves la cara? — Pregunto alzando una ceja con una sonrisa.
— Touché.
— Dios mío. — Ella se torna más roja y sus manos tiemblan un poco. Comienza a
poner más tinte y ríe nerviosa. — Me encanta tu voz. Eres mi amor platónico y te
tengo aquí sentado.
— Siéntete afortunada. — Contesto. Esta woman me cae bien. — No todos los
días le tiñes el cabello a tu amor platónico desconocido.
— Es una locura.
Seguimos cotilleando y medio coqueteando hasta que finalizo. Me peina con suma
cuidado y no deja de hacerme preguntas acerca de mí, el grupo y básicamente de
todo lo que pueda. No me quejo, me encanta la atención y ella me está
entregando toda la que quiero.
— Son veintiséis dólares por boleto. — Le digo poco antes de que finalice, ella
asiente.
Veo que se aleja y regresa después. Voltea un poco y desliza un fajo de billetes en
mi mano, yo saco los boletos con cuidado y se los entrego. Ella sonríe y yo se la
devuelvo antes de levantarme y que ella me quite la protección que cubre mi
ropa.
Le guiño el ojo y ella se hace charco allí mismo sacándome una pequeña risa.
Este día va muy bien, solo quedan siete boletos y espero pueda vender mañana
los que quedan... Bueno, los cuatro ya que tres están para nuestros vecinos los de
número dos.
Debo pasar a dejárselos ahora que recuerdo. Toco a su puerta y ellos reciben los
boletos con una sonrisa y haciendo cumplidos de mi cabello. Yo agradezco porque
sé que luzco bastante caliente así que con el orgullo inflado y el mundo en mis
manos entro al departamento. Y Jimin ya se fue a dormir. ¡Me lleva todo! Yo
quería darle la sorpresa...
Pues se la daré y no será mañana. Me acerco a su cuarto y toco tres veces pero al
no escuchar contestación no me queda de otra más que abrir. Y perdóname
Jesús. Él suelta un chillido mientras yo me siento venir al verlo en una sencilla
braga negra que transparenta su hermoso culo ya que está de espaldas abriendo
el armario y viéndose al espejo. Sus mejillas estallan en dinamita y me lanza el
cuaderno que tiene a su lado antes de abalanzarse dentro del armario.
— Quería darte la sorpresa pero creí que estabas dormido. — Pestañeo. Santa
bestia, Yoongi junior ha vuelto a despertar. — Al menos estamos a mano. Viste mi
polla, vi tu culo.
Él baja más la mirada y sus dedos se aferran con fuerza al borde de la puerta.
Suelto un suspiro y entro a su cuarto un poco.
Él ríe un poco pero se sigue manteniendo oculto: — D-de acuerdo, gracias. — Me
dice todavía con suma pena. — Tú también luces sexy.
009
— Uh... — Sigue buscando y deja las palabras al aire. — ¿Estás seguro de querer
saber?
— Supongo...
— Condones. — Repite de mala gana. — ¿Qué crees? ¿Que iré a cenar a la casa
de Chanyeol y me iré después? Por favor.
— Así que te vas a acostar con él. — Le doy una mordida al sándwich. Es el juego
suicida. — Felicidades. Veo que con él te pondrás en cuatro muy educadamente y
le entregarás tu virginidad.
— No es asunto tuyo. — Me reclama, solo que esta vez no me acuerdo de la
canción.
— ¡Claro que sí! — Espeta antes de quedarse callado unos segundos —. Bueno...
me preguntaba por trabajos escolares a veces o por la fecha. Alzo más mi ceja.
— ¿Y luego?
— Es obvio que lo hará, ¿para qué más me pediría una cita? —Pregunta riendo.
— Hagamos algo. — Le doy una sonrisa sarcástica. — Ve a cenar solo con él, sin
insinuaciones. Si él da la iniciativa, niégate. Si te ama lo entenderá y si no,
desesperará, tratará de convencerte y en el peor de los casos te gritará y hará
llorar.
— Solo int...
Estoy tan perplejo por su actitud que ni enojarme puedo. A eso se le llama tener
huevos, aunque sea pasiva. No, sí. Mis respetos.
— No te atreverías.
— Somos chicos. Claro que me atrevería aunque seas más nena que yo. Bueno,
una nena con un carácter que...
— Lo amo.
— Pero él no te ama.
— ¡Mentira!
— ¡No le digas tonta a mi mami! — Exclama con voz tierna haciéndome agua en
ese instante.
Me tapo la cara sin poder creerlo y Jimin me da una patada en los huevos que me
lleva al suelo.
— Por imbécil. Lo observo con súplica pero él no cambia su dura mirada y sale
azotando la puerta detrás de él.
¿Por qué cuando hago buenos actos él los toma como malos? Realmente estoy
intentando salvarlo de un corazón roto. A la mierda el sexo, el pobre estallará en
lágrimas cuando se entere que solo lo usaron.
Ah, solo espero muy sinceramente estar equivocado acerca de esto. Sino aquí
correrá sangre nuevamente y no será mía. No tolero que lastimen a los que me
importan y Jimin me importa de una forma o de otra. Llevamos dos meses juntos
pero es suficiente para que se haya ganado mi simpatía. Nadie lo hace llorar.
Solo yo. Y si alguien se atreve se las verá conmigo y el grupo. Lo he dicho antes y
lo volveré a decir: se meten con uno, se meten con todos. Y chico chicle es uno
de nosotros.
.
Me subo corriendo al metro y meto todas mis cosas en bolsas. Tengo puesto una
gorra y el cubre bocas así que es casi imposible que me reconozcan. Bueno,
tampoco es que se me vayan a tirar encima pero más vale prevenir que lamentar.
Quedamos de vernos en la casa de Taehyung que es la más cercana para
prepararnos. Yo toco el timbre de su departamento repetidas veces hasta que me
abre y subo corriendo las escaleras hasta el cuarto piso. Golpeo su puerta casi
orinándome en los pantalones. Él abre y yo corro a mear. Llevo dos jodidas
estaciones aguantando, no jodan.
No es necesario decir que todas las fans locas se pusieron como histéricas a gritar
y casi se lanzan al escenario babeando para violarlo. Yo estaba cagadísimo de
risa viendo como dos chicas agarraban sus pantalones y el pobre brincaba para
zafarse mientras Taehyung llegaba al rescate y se lo llevaba cargando como una
damisela en apuros.
Me cagó más ver cómo aún así estando atrás, los idiotas se caían por la falta de
equilibrio de Taehyung y el pobre barman que pasaba, terminó aplastado por los
dos cuerpos y la cerveza salió volando por los aires hasta estrellarse en el suelo
haciendo gritar a Namjoon como una chica.
— ¡Qué buena noche! — Grita Jungkook aún sobre Taehyung quien no deja de
reír. — ¡TGBB is breaking the stage!
Jeon voltea a verlo con una cara pervertida y levantando y bajando sus cejas
repetidas veces: — Ahora que lo veo, luces muy bien debajo mío, eh-eh. — Dice
el de cabello morado divertido.
— ¡Chicos, arriba! — Ordeno al ver al productor de REM estudios hablar con uno
de seguridad quien señala en nuestra dirección. — ¡Arriba, mierda! ¡ARRIBA!
— Gracias a usted, nos alegra que haya sido de su agrado. — Habla Taehyung.
Esperamos a que se retire lo suficiente antes de vernos los cuatro y tapar nuestras
bocas y
comenzar a gritar cual adolescentes hormonales.
— ¡No puede ser! — Jungkook sigue tapando su boca. — ¡No puede ser!
— ¡Le gustó, le gustó, le gustó! — Grita Taehyung dando brincos.
— Anda mocoso, que tu madre debe estar esperando por ti despierta para que le
cuentes qué tal te fue. — Le digo apuntándolo con mi barbilla.
— Mañana tengo que ir al dentista a las ocho. — Les digo suspirando, los tres
hacen muecas de decepción. — Lo sé, lo siento, pero ya van dos veces que
pospongo la cita.
— Pero...
¿En qué estaba? Ah, sí. Que quería mear. ¡No! ¡Eso no! ¡Bueno sí, pero que los
bocadillos van primero!
Taehyung resopla antes de llevárselo cabalgando y Namjoon los sigue entre risas.
Yo niego con la cabeza divertido y me tapo bien. Tengo frío, pos me tapo. Así de
triste está mi situación amorosa. Ah no, eso no era.
Una vez que me libero de todo el líquido que tenía guardado, me tapo nuevamente
y me coloco el cubre bocas antes de tomar un taxi que me lleve al departamento.
Veo que son las diez de la noche. Es bastante temprano aún pero quiero
descansar. Aunque suene mamón, yo soy demasiado de fiestas y emborracharme
pero mi dentista no me la perdona una tercera. Además necesito sonrisa colgate
como la del chico chicle si quiero seguir conquistando. A huevo que sí, los voy a
dejar hasta ciegos.
Por muy gay que suene, pero la apariencia física si va mucho conmigo y hasta a
veces me pongo maquillaje para ocultarme imperfecciones o verme más caliente
de lo que ya soy. Transpiro swag, ¿qué decirles? Me bajo del taxi y subo las
escaleras. Saco la llave e ingreso. ¡ah, hogar dulce hogar!
Ahí está el sofá lleno de pelo de gato esperando por mí, el elefante gigante al
costado, a Jimin llorando en el suelo, el gato sentado en la ventana maullándole a
la luna y mi ropa tirada en el suelo. Sí. Todo normal. Estoy a punto de ingresar al
baño cuando hago un repaso mental y siento mil bofetadas internas que casi me
hacen llorar.
— E-es que... — Muerde sus labios y enrojece. Yo alzo una ceja esperando que
escupa sopa pero no parece muy seguro de querer hacerlo. — B-bueno.
— Ay, pendejo. — Digo dándome una palmada en mi frente. — Que parte de que
NO follaras con él, ¿fue la que no entendiste?
Aprieto mis labios y me torno rojo para evitar no soltar la mejor carcajada de mi
vida. Él me observa sin ninguna pizca de gracia lo cual causa que debido al
silencio, estalle en risas y me revuelque en el suelo pese a sus patadas que me
da. ¡Oh dios, eso ha sido fabuloso!
— No lo sé.
Nos mantenemos en silencio y en duda existencial mientras el gato sigue
maullando.
— Pueeees — Entrecierra los ojos una última vez viendo fijamente al teléfono. —
¿Se supone que eso debe calentarme? Digo, sé que sí... pero no veo nada de
especial. Veo una vagina, pechos...
— ¿Y eso no te pone? — Alzo una ceja. Él alza sus hombros indiferente y abulta
sus labios. Yo veo ahora la foto y hasta me pone. — Sí. Eres gay. — Salgo del
navegador. — Te tengo malas noticias Jimin: jamás podrás meter tu pene en una
vagina.
— El primer paso es quitar tu sonrisa de pasiva, lo cual es difícil. Así que vaya
pena, no pasas el primer paso. Ponte en cuatro.
— ¡Oye!
— Ya, solo bromeo. — Le digo pero él vuelve a pucherear. — Chico chicle, con
esa actitud jamás llegarás a ser un activo.
— Pero te lo digo, chico chicle. Solo porque él te lo hizo mal, no significa que los
demás te lo harán.
Auch.
Me tiro al suelo con las manos en la entrepierna con lágrimas en los ojos. Con solo
decirlo sentí que me arrancaron hasta el alma. Chico chicle ríe como bruja antes
de verme sonriente.
— Quiero que comiencen mis clases mañana. — Se cruza de brazos una última
vez. — Y si llego a ser un buen activo, tú te pondrás en cuatro.
Él se mantiene callado unos momentos. Aprieta sus labios y cierra sus ojos con un
largo suspiro. Relame sus labios y me da la espalda inclinándose hacia adelante
dándome una vista gloriosa de su culo. Mi garganta se seca cuando se da un par
de palmadas sobre la tela del pantalón y se menea suavemente.
— ¡HECHO!
011
Puta, qué ofertón. Yo gano esta apuesta sí o sí. Aunque la verdad es que no me
preocupo, con ese culo abismal y esos labios... no me jodan. Esos labios están
más gorditos que mi pene. ¡No, retiren eso!
¿Se lo imaginan dándome una mamada? Yo no puedo así. No me interesa si no
soy el que le quitó su linda virginidad, pero seré el único que se lo haga bien. Ya
está. Será mi reto personal follármelo hasta hacerlo babear y desmayarse y que
llegue corriendo a chuparme la polla al día siguiente pidiéndome más.
Despego la vista de la computadora que tengo para ver al chico chicle quien tiene
una tímida sonrisa en sus labios. Me quito los lentes que coloco en la mesa.
— Oh, antes que nada... te ves bien de lentes. — Dice cálido a lo que yo sonrío.
Carraspea su garganta. — Bueno... tú me comentaste que tus amigos vienen y
toda la cosa.
— Aja.
Chico chicle se sienta a mi costado y se inclina un poco hacia adelante para ver lo
que estoy escribiendo. No es nada fenomenal, solo ayudo a Jungkook con una
tarea que le dejaron. Jimin lee atentamente y no pasa mucho hasta que su
mugroso gato se va a sentar en sus piernas para acurrucarse en un maullido.
— Ya. — Asiente y siento que se pega más a mí. — Y... ¿a qué hora llegan tus
amigos?
— Es broma. Son muy puntuales, así que entre ocho y ocho diez de la noche
estarán tocando a la puerta. — Contesto acomodando nuevamente la
computadora en mi regazo.
— Nop.
Él pone sus ojos en blanca y trata de zafarse pero no se lo permito. Alzo ambas
cejas y él me observa con la misma mirada retadora. Veo que mueve su
mandíbula y me toma un poco de sorpresa cuando lo veo inflar un chicle rosado
casi hasta que roza mis labios y lo succiona como la perra que es. Y no lo digo en
mal sentido.
— No, pero es lindo ver como bajas tus ojitos y los agrandas al ver el chicle toma
casi la forma de tu cara. — Me guiña el ojo. — Quizás pongas esa misma carita
cuando tengas mi pene alzándose sobre tu boca.
— ¿Qué?
— Infla tu chicle.
— ¿Para?
— Hazlo.
— Más. — Le reto.
Él alza una ceja y lo infla un poco más. Espero a que se infle un poquito más antes
de atraparlo en mis labios y reventarlo. Jimin abre sus ojos con sorpresa y lo que
creí terminaría en un beso, termine con un chicle pegado en nuestros labios con
un montón de hilos. ¡Me lleva todo! Jimin abre la boca y frunce su ceño a lo que yo
me siento morir.
— ¡Pfff, cómo crees! — Río. — Solo era un experimento. Jamás hice una bomba
de chicle y quería saber qué se sentía reventarla. No me arrepiento.
— Oh. Eso es triste. — Pasa su índice por sus labios una última vez. — Bueno. Yo
iré a verme con Chanyeol un rato, regreso más tarde.
— Dejé las cosas hechas. — Alza sus hombros. — Llegaré tarde para que así solo
los vea unos cinco minutos. Supongo quieres privacidad.
— ¿Ahora?
— Ya me escuchaste.
Él saca su teléfono y me hace una seña de que espere. Comienza a taclear unas
cosas mientras yo suelto un suspiro. Una sonrisa asoma poco después al ver que
quizás podría hacer algo que le duela. El corazón. Ja.
— Lo será. Ya que tienes el día libre tira el elefante gigante, iremos a comprar una
nueva decoración y adiós a las cosas tiernas, esponjosas, rosas o morados. Se
acabó.
— Pero...
— ¿Jiminconda?
— Me entiendes.
— Sí.
— ¿Te ves comprando lencería para tu lindo pasivo que te modelará para que se
la metas?
Pasiva.
— Esto es raro. — Frota sus brazos con una mueca. — Estas cosas tan complejas
no van conmigo.
— Eres pasivo, acéptalo. Tu primera vez quizás fue horrorosa, pero créeme que
no serás el único que tuvo una primera vez horrorosa. Las demás se vienen
mejor.
— Quizás. — Él suspira. — Ahora solo queda esperar a ver qué dicen tus amigos.
Si me dicen cara de pasiva, supongo que tendré que irme preparando mental y
psicológicamente para hacerlo una segunda vez.
Yo no puedo evitar reír y tomar su mano. Él me observa.
— Oh. — Hasta sus orejas enrojecen. — ¿Tal vez? No lo sé. Sigue siendo muy
raro. A-además... si Chanyeol me pide ser su novio será extraño que hayamos
comenzado, para cortarlo a los dos días.
— Salir con Baekhyun pero estaba ocupado él también, lo cual es raro ya que
siempre está disponible los domingos... pero bueno. Quizás ir a caminar o
meterme al cine.
— Ya veo. — Froto mi barbilla. — Bueno, chico chicle, este día te tocará conocer a
TGBB y la pasarás bien. Beberás con nosotros.
— Puedes enamorarte y tener buen sexo en otros lados. No significa que deba ser
la misma persona. — Alzo mis hombros. — No te pido que te enamores de mí,
dudo que eso pase ya que ni tú ni yo somos lo que buscamos.
— ¿Entonces?
— Solo sexo. Podemos ser grandes amigos que follan sin dejar de ser amigos ni
meter sentimientos dentro. Es más, hasta puedo ayudarte a conseguir una buena
pareja mientras tanto. Solo es temporal y no va a matarnos.
— Amigos, buenos amigos, mejores amigos, como sea. Nos estimamos, ya con
eso tengo suficiente. Que te meta mi piercing por el culo no significará que
dejemos de ser amigos.
— Sigo sin estar seguro de si hacer esto. Me da miedo, Yoongi. Muchas cosas
pueden salir realmente mal.
— Oh, vamos. — Pongo los ojos en blanco. — ¿Qué es la vida sin tomar riesgos?
Si sale bien, será una recompensa. Si sale mal, será una lección. ¿Qué pierdes?
— Eh, n-no.
— No lo sé. Algo que no sea tan atrevido como besarnos, darnos una mamada,
masturbarnos o acostarnos.
— Puedes abrazarme.
— No.
— Lo que haya.
— Bien.
Y casi puedo jurar que el pobre se desmaya en mis brazos, aunque nunca me dice
que no.
012
Sigo tomando a Jimin quien apenas ha abierto la boca. Se torna rojo y traga
pesado antes de volver la vista al frente. El no, nunca llega. Así que supongo
puedo proseguir. Él coloca la tabla con unas verduras sin dejar de temblar a lo que
yo sonrío satisfecho.
Él vuelve la vista al frente y sigue cortando las verduras. Yo llevo mis al elástico
del pantalón y jugueteo un poco con él antes de bajarlo. Observo su ropa interior
negra y casi me siento desmayar cuando también comienzo a bajarla dejando a la
vista aquel precioso monumento. Siento a Jimin estremecerse cuando sobo con mi
índice suavemente.
— Es precioso. — Confieso.
— N-no digas eso. — Dice con voz algo temblorosa y yo puedo jurar que sus
orejas deben estar rojas.
— Y-yo...
— Vamos a averiguarlo. Abre más tus piernas.
Lo escucho pasar saliva y se abre un poco aún con sus piernas temblando. Sigo
jugueteando un poco antes de separar un poco sus glúteos y deleitarme con la
vista. Observo su entrada rosada y bien apretada que francamente, me está
provocando un maldito infarto. Jimin gime bajito cuando rozo mi índice y tanteo
dando pequeños golpes que le hacen temblar.
— ¿Gran idiota?
— Tú cállate y disfruta.
Paso mi lengua suavemente sintiendo sus piernas tensarse por completo. Suelta
un pequeño chillido y flaquea por completo casi hasta caer. Yo le doy una
pequeña palmada en un gruñido que lo vuelve a hacer gemir. Escucho el cuchillo
golpeando contra la tabla cada vez más lento conforme voy moviendo mi lengua
lentamente por el exterior de su anillo muscular.
— Umgh ...
— Uh -uh
— Veo que te gusta. — Doy otra firme palmada que le hace dar un respingo. —
¿Quieres más?
— ¿P-por qué me obligas a decirlo? — Pregunta con voz aguda.
Él lloriquea. Le doy otra palmada dejando una marca rojiza y él vuelvo a dar un
respingo. Lo escucho respirar pesado y observo su entrada comenzar a palpitar un
poco mientras se remueve meneando un poco sus caderas.
— Jimin, te estoy comiendo el culo. No sirviéndote vino en una fiesta con la reina
de Inglaterra.
— Habla sucio.
— Pero...
— No es pregunta.
Aprieta sus labios y vuelve a desviar la mirada. Yo sigo mientras tanto sobando su
entrada con mis dedos y empujando un poco mi índice dentro haciéndole temblar.
Suspiro y hasta sus piernas toman rubor.
Ahora sí se prendió feo esta mierda. — Muy bien, bebé. No hay vuelta atrás.
Le doy un último beso haciéndolo suspirar. Doy unas cuantas lamidas más poco
después escuchándolo gemir sin pudor alguno. Las verduras inclusive se han
caído y él se encuentra reposando en la encimera con sus ojos cerrados y una
maldita expresión de placer puro que hasta yo envidio.
Sonrío: — Puta necesitada. Te encanta mi lengua, ¿verdad, bebé? Claro que sí.
— Le doy otra palmada y él responde gimiendo. — Podría usarla en otras partes
de tu lindo cuerpo, ¿no quieres?
— Eres malo.
— ¿S-sí? — Pregunto.
— ¡Yoongi, soy Tae! — Dice él. — Oye, estoy con Namjoon cerca de la plaza
Legaria, queda cerca. ¿Quieres que llevemos algo y llegamos antes a la reunión?
Observo a Jimin siguiendo su labor muy a gusto frente a mi cara. Gruño peor él
no parece muy feliz ya que por más profundo que mete sus lindos dedos, parece
que no alcanza donde quiere. Comienza a lloriquear en desespero.
— Las seis. ¿No pasa nada si llegamos antes? — Pregunta de nuevo Taehyung.
— Llevamos algo por si aún no está nada preparado.
— No, está bien. Quizás solo algunas botanas. — Me acerco a Jimin y le quito
sus dedos de su interior. Él gruñe y trata de meterlos pero le doy una manotazo.
— ¿En cuánto llegarían?
— Hay aquí, pero podemos hacer palomas. Trae refrescos o jugos. — Digo al
recordar que no hay acá.
Mi dedo corazón e índice se pierden dentro del chico chicle comenzando a rozar
su próstata haciéndolo gemir más. Muerde su brazo mientras sigue moviéndose
junto con mi movimiento de manos.
La llamada se corta y yo aviento el teléfono al sofá con una puntería perfecta.
Comienzo a meter y a sacar mis dedos de su interior apretado mientras él
balbucea incoherencias. Le doy una fuerte palmada y acelero el movimiento al ver
su erección bien levantada y goteando pre-semen.
— Si así te pones con mis dedos, no quiero ni imaginarme cómo será con mi
polla. — Me burlo antes de meter un tercer dedo soltándole otro grito de placer.
— ¿Ya ves? ¿Qué te dije? — Lo hago más rápido y él calla enredándose con su
lengua y cerrando sus ojos con aquel precioso rubor. — Tú eres apretado. Ja,
cuando te la meta será glorioso.
— Umh
Precioso.
— De nuevo.
— Tentador, qué pena que me duela la mano. — Suspiro dramático. — Te
quedará esperar a que se vayan los invitados, bebé.
— Por cierto, las verduras se cayeron. — Informo alejándome con una sonrisa. —
Y si vas a arreglarte que sea ahora porque llegan en treinta minutos.
Eso es increíble: le haré llegar muy bien a los agudos. Do re mi fa sol más si do
013
La puerta finalmente es tocada. Yo me acerco y abro topándome con los tres
chicos llenos de bolsas y enormes sonrisas en la cara. El primero en pasar en
Jungkook, después Namjoon y al último Taehyung.
Chocamos puños y ellos observan el entorno con sorpresa. Digo, quién no. Casi
todo está forrado de morado y rosa muy claro. Jimin se acerca penosamente y los
tres chicos inmediatamente posan su vista en él.
— Chicos, él es chico chicle. — Presento. Jimin se torna rojito y los otros tres lo
observan como si fuese un animal recién descubierto en el zoológico. — Chico
chicle, los chicos.
— Mucho gusto. — Él sonríe y extiende su mano. — Jimin.
— Espero que hayan sido cosas buenas. — Dice rojo y algo nervioso. Bueno...
cómo le explico. Pasa la vista a Jungkook. — Supongo que tú debes ser
Jungkook.
Chico chicle sonríe un poco antes de que ambos se suelten. Yo doy una palmada
atrayendo la atención de todos: — Bien, ¿qué trajeron?
— Gracias. — Nam y Tae viendo los cojines con una expresión algo extraña.
Me parece extraño que lo observe tan mordaz siendo él tan tranquilo. ¿Qué le
sucede? Peor es ver que Jimin se percata de aquella mirada. Prácticamente se va
a refugiar detrás mío como un cachorro. Lo tomo del brazo y nos vamos a sentar
en el segundo sofá que es en el que normalmente duermo.
Ambos nos sentamos viendo las bolsas enfrente. Yo agarro mi teléfono que
conecto a las bocinas y colocar música de fondo. Los chicos siguen viendo la
decoración.
— Dos años. — Contesta sereno pero sin dejar de jugar con sus mangas. — Era
de mi madre, p-pero me lo dejó a mí.
— Ya. — Taehyung asiente y rebusca dentro de las bolsas unas cervezas que
comienza a repartir.
— Lucen lindos juntos, creí que eran pareja. — Confiesa Jimin y Namjoon y yo
abrimos la boca. Nos observamos cómplices y dirigimos la vista a los dos
restantes quienes toman color.
No podemos evitar reír otro poco. El ambiente poco a poco comienza a
destensarse. Todos hablamos fluidamente aunque sospecho que el alcohol tuvo
algo que ver. Yo voy por mi tercera cerveza pero veo que la de Jimin sigue
completamente intacta pero entra perfectamente en el ambiente aún sin tomar una
gota. Supongo que eso es bueno.
— Yoongi...
— Uno.
Él suspira y agarra la lata antes de no darle un trago, sino cinco fácilmente. Yo
esbozo una sonrisa y él me pega suavemente en la mejilla antes de seguir
tomando. Volvemos a entrar en la conversación y la comida se va esfumando al
igual que las bebidas. El ambiente cada vez es más fluido y las risas más
constantes.
— ¡No, no! — Exclama Namjoon. — Yo tengo novia y entre ustedes será raro.
Pasen.
— Claro que hay. — Contesto y Jimin me observa confundido. —Yo duermo con
Jimin. Hay otro cuarto con cama individual, uno duerme allí y dos en la sala.
— Tengo ropa, a ustedes les queda así que agarren. — Contesto levantándome y
tambaleándome un poco.
No podemos evitar reír otro poco. La reunión se sigue alargando después de que
cada uno avise que llegarán hasta el día siguiente. Evitamos sacar los cigarros
pero cuando dan las dos es inevitable y todos excepto Taehyung y Jimin
comenzamos a hacerlo.
Y sí. Por increíble que suene mañana si debo levantarme temprano para ir al
gimnasio un rato. Me gusta ejercitarme.
.
.
— Descansen. — Dice Jimin observando a los demás.
Namjoon hace un signo de amor y paz haciéndonos reír. Yo entro al cuarto del
chico chicle permitiéndome admirarlo por primera vez. Hay una cama matrimonial
color beige, un armario y una ventana tapada por una cortina rosa claro.
— Bueno, yo siempre duermo del lado que apunta a la ventana, así que. — Chico
chicle alza sus hombros.
— Descansa. — Le contesto.
— Eso espero.
Lo escucho suspirar y después moverse. Lo observo con el rabillo del ojo y
juzgando la pose, me está dando la espalda. No mentiría si no dijera que la
situación era tentadora: los dos solos, en su cama, en la noche, aún con el alcohol
en las venas. Uh. Recíbeme bien Satanás.
Me acerco al chico chicle y comienzo a sobar un poco su espalda. Él no se
mueve. Meto mi mano debajo de su camisa para acariciar su piel desnuda
suavemente mientras me acerco un poco a él. Me detengo cuando él se da la
vuelta y puedo ver que me observa fijamente.
Me acomodo colocándome casi a horcajadas sobre él y deslizo mis manos dentro
de su ropa. Él suspira mandándome un escalofrío y lentamente voy tocando su
abdomen desnudo, subiendo un poco más hasta encontrar sus pezones que
acaricio. Rozo mi índice con ellos y finalmente doy un muy suave pellizco que le
hace arquear un poco la espalda.
Yo siento mi pene irse endureciendo con los mimos que le va dando sin despegar
nuestras bocas. Lame mi labio inferior y yo muerdo su lengua haciéndolo gemir. Mi
apetito sexual se abre y comienzo a devorarle la boca entre chasquidos bastante
sonoros debido a nuestros labios. Me voy sentando en la cama junto con él sin
dejar de separarnos. Él desliza su mano dentro del pantalón y va a acariciar
directamente. Yo me voy al cielo.
— No tienes tanta suerte. — Acaricia mis labios con una sonrisa siniestra. Coloca
su mano en mi frente y me empuja hacia atrás haciéndome caer en la cama. —
Buenas noches, gran idiota.
— ¿Por qué eres tan malo? — Susurro levantando poco a poco su camisa.
Él simplemente sonríe y toma mis manos para quitarlas de su cadera. Él ahora es
quien toma mi camisa y la va subiendo hasta desprenderla sacándola sobre mi
cabeza. Sus dedos juguetean con mi abdomen antes de que coloque la punta de
su lengua en mi ombligo.
Suelto un gruñido inevitable cuando lame todo mi pecho con su tibia lengua hasta
llegar a mi barbilla que muerde con fuerza.
— Ahora sí, descansa... gran idiota. — Susurra en mi oreja con un tono que me
vuelve a dar escalofríos.
014
No mamen.
Voy a partirle el hocico a Jungkook pro estar berreando a las siete de la mañana
porque le duele la panza debido a todos los takis con los que se atascó en la
madrugada. El chico chicle se mantiene como una tumba sin mover ni un pelo
mientras yo me estoy tapando con la almohada y suplicando que Taehyung le de
un buen golpe para calmarlo. Y vaya sorpresa, Yoongi junior también despertó.
— Buenos días kuchurrumín. — Le digo con voz aguda a mi polla sobando con mi
índice a través de la tela del pantalón. — ¡Ya armaste la tienda de campaña! ¡Ay
pero qué lindo! ¡Vamos, cuenta conmigo del uno al diez y vamos a crecer! ¡Arriba!
¡Eso es todo carnal! ¿Listo para tus mimos mañaneros? ¡A que sí! ¡A que sí!
Doy un respingo. ¡Puta madre! ¿Qué carajos le pasa al chico chicle por gritarme
así? ¡Yoongi junior ya se volvió a esconder! ¡No jodan, yo lo mato!
— ¡No, bebé! ¡Es broma! — Le digo colgándome de él. — ¡No eres una puta, eres
mi puta! ¿Verdad que sí?
— ¡Cállate!
— Eh... no. — Contesto alzando una ceja. — ¿Por qué tienes un calzón en la
cara?
Él cierra la puerta sin dar contestaciones. Observo a Jimin aún en mi pecho y con
la vista muy puesta en la puerta. Yo muerdo mis labios y sin pedirle permiso
coloco mis manos en su gran culo y lo aprieto con fuerza soltándole un gemido. Él
voltea a verme estallando en rojos.
— ¡No hagas eso! —Dice sonrojado.
— ¡Hey! — Me grita. — ¡Ni hablemos de ti que eres como el aire a los pulmones!
¿Qué?
— Lo siento. — Contesto sobando mi cabeza. — Creo que no dormí bien. Sí, ahí
te alcanzo.
Me levanto frotando mi cara y después de bostezar una última vez y rascarme el
huevo, avanzo a la puerta. Examino rápidamente las rayitas en la madera. Un día
las voy a contar y de eso dependerá cuántos azotes le daré a la perra de chicle
rosado en el taburete de la cocina.
— ¡Oye Yoongi, por cierto! — Me dice Jimin con una sonrisa. — ¡Gracias por el
desayuno del otro día!
Los tres idiotas me voltean a ver al mismo tiempo con una sonrisa y de brazos
cruzados. Yo simplemente le devuelvo la sonrisa: — Cuando quieras te hago
más.
Jimin asiente y sigue cortando más fruta y preparando los huevos con ayuda de
Namjoon. Jungkook y Taehyung se encuentran viendo a una hormiga muy
entretenidos y yo estoy evitando soltar la carcajada de mi vida. Oh, si tan solo
chico chicle se enterara de que lo que se comió no era yoghurt. Pobresito. Déjenlo
ser. Vivirá traumado toda su vida.
Volteo al chico chicle que sigue con su mano en la mejilla. Me dedica una sonrisa
tonta que me mueve hasta los órganos internos. :— Si quieres me quedo.
— Yoongi daddy te dará todos los mimos, bebé. — Le contesto rozando sus
labios.
Él atrapa mis labios y se lanza sobre mí tirándonos al suelo. Escucho a los otros
tres gritar pero yo estoy demasiado en sus labios y su increíble textura que poco
me importa el dolor de culo. Rodeo al chico chicle con mis brazos quien me sigue
gustoso el beso de lengua y comienza a lamer suavemente con su punto. Oh,
joder. Me la está poniendo dura otra vez.
— ¡Dejo esto por acá! — Grita Taehyung y mientras Jimin muerde mi lengua y se
frota contra mí escucho los platos ser colocados dentro del fregadero.
— Nop. — Él niega con la cabeza. — Solo fue tu beso por portarte bien en la
noche y no violarme en plena madrugada.
— No suena mala idea ahora que lo dices. — Le contesto tomando sus manos y
entrelazándolas con las mías. Le doy de mis mejores sonrisas y él pone los ojos
en blanco. — Estamos solos hoy día, aprovechemos. Prometo hacértelo bien.
Se separa de mí con aires de grandeza que hasta yo envidio. No mamen, me trae
como arrastrado. Se siente la última coca-cola en el desierto y bien que tiene
derecho porque yo amo la coca-cola y pelearé por ella. Me conocerá.
Me levanto de un brinco y quito lo que queda de la mesa sin que Jimin ponga el
dedo. Él me observa perplejo y rápidamente agarro la esponja y comienzo a lavar
todo a la potencia + 1000 lince.
— ¿Qué crees que haces? — Me pregunto cuando voy dejando a una velocidad
desconocida los platos en el espacio para que escurran.
— Me pediste pelear, lavé los trastes. — Me seco las manos y lo voy a poner
contra la pared con fuerza. — Ahora quiero mi recompensa. — Digo ronco.
Él abre la boca y yo comienzo a besarlo de nuevo con todo el deseo que le tengo.
Él gime en mi boca y sus cortas uñas se entierran en mi espalda que comienza a
rasguñar suavemente sin dejar el ritmo de aquel acalorado beso. Voy deslizando
mis manos a su camisa hasta sobar su caliente piel.
— Eres caliente. — Gruño antes de darle un casto pero profundo beso, me separo
y él se relame con una sonrisa. — Voy a follarte.
— La meteré a lavar mientras me das una mamada, ¿te gusta esa idea? — Le
contesto jugando con el borde. Él alza una ceja. — O en ese caso, por meter a
lavar la ropa me dejarás succionarte tus lindos pezones y jugar con ellos toda la
tarde.
— ¡NO!
Él pasa saliva y toma color. Yo vuelvo a jalarlo para comerle la boca por tercera
vez y él vuelve a gemir profundo rasguñando mis brazos. Toco su espalda
desnuda y con desespero nos vamos a tirar al sofá, él quedando debajo mío.
Toma aire cuando nos separamos y me observa ligeramente sudoroso.
— Daddy~
— ¡A la puta mierda, quítate toda la ropa y ponte en cuatro ahora mismo que voy
a destrozar tu culo precioso!
— Solo quiero mimos en mis pezones~ — Pucherea mientras los estimula con
sus lindos deditos viéndome fijo. Oh Jesús, sálvame. — Por favor, gran idiota,
dame mimos con tus manos y yo te daré mimos con mi boca.
— Más te vale darme una buena cena o te juro que serán veinte azotes antes de
irte a dormir. — Gruño comenzando a estimular sus lindos botones rosados con
mis dedos.
Él gime y muerde sus labios mientras asiente. Después de esto, me iré a una
iglesia a rezar. Y llevaré al chico chicle conmigo y lo obligaré a rezar dos ave
maría y tres padre nuestro. Y después me lo follaré en el altar y le meteré la cruz
por atrás.
Jimin gime y sus pezones se endurecen más. Los muerdo sintiéndolos suaves en
mi lengua. No, no es un sueño. Demasiado real para ser un sueño y sin duda la
erección que traigo ya me hubiera despertado. Los vuelvo a lamer y él tiembla
debajo mío y tapa su linda boca con la camisa gigante.
Su rubor se esparce por su cuerpo mientras lloriquea cual pasivo que se da a
respetar. Pero miren qué agresivo se nos pone el niño a veces. ¡Ah! Pero que no
se lo estén comiendo que hasta se le olvida mandar e insultar.
Pues me vale tres hectáreas llenas de biblias, yo ya me shippeo con él. Aguante
chico chicle x gran idiota. Ese si es amor y no mamadas.
015
— N-no...
No puedo evitar reír un poco y me despido de ella con la mano cuando se aleja.
Para los que no entiendan, hola a todos. Mi nombre es Jimin, Park Jimin
específicamente. El gran idiota le dio flojera narrar y anda en ensayos así que muy
amablemente yo tomaré la narración de este capítulo. Espero no les importe.
Muy bien, es mi primera vez haciendo esto así que trataré de no regarla. Soy un
chico que ama los dulces, las paletas y los chicles más que nada. Tengo un gato
llamado pitufo aunque prefiero decirle gato gordo de cariño, lleva conmigo casi
toda la vida y lo amo más que a cualquier cosa en este mundo.
Por desgracia peleamos a los dos minutos y desde ahí no hemos parado,
peeeeero le tengo cariño. Poquito. Es un graaaan idiota, pero de esos que no te
puedes alejar porque ¡vamos! Yoongi es demasiado guapo y carismático pero no
para salir con él. No. Él es malo. Me gusta que chupe mis pezones, es algo que no
negaré. Mi mente pervertida me ha hecho imaginarme a mí siendo follado por él y
bueno... Sin comentarios al respecto.
Oh... Aunque nos volvimos algo así como amigos con derecho. Es raro, ¿saben?
Yo siempre he sido un puritano pero que sabe demasiado. Es muy triste, me
recuerda a mi a los 15 años leyendo fanfics de mi OTP y aprendiendo más de
sexo que de matemáticas cuando yo era un virgen de primera, ¡ja! No me
arrepiento, Jack frost x Hiccup de cómo enfrentar a tu dragón eran goals. También
el rinharu. ¡Oh, y el Drarry!
En fin, muchas cosas. Jamás terminé creyendo que sería yo mismo el
protagonista de uno de esos fanfics que leía pero la vida da muchas vueltas. A
veces buenas... A veces malas... ¡LE DICEN LA ROMPE CORAZONES! ¡FALSAS
ILUSIONES! ¡NO ESPERES A QUE CAMBIE CON EL TIEMPO! ¡SE
ACOSTUMBRÓ A QUE LA PERDONEN!
No, perdón. Me desvié. Me sale el flow interior: soy el chino ojo' claro', PARK
CHIMCHIM.
¿Alguien sería tan amable de decirme por favor en qué tanto piensa ese men?
Subo las escaleras poco a poco sintiéndome cansado ya que ha sido una semana
pesada en la universidad. Abro la puerta en un bostezo y observo al gran y tonto
idiota acostado en su sofá con su teléfono. Siempre tan productivo.
— Ah. — Él alza sus cejas y asiente. — Me alegra. ¿Aún no son novios ni nada?
— Excelente. — Él sonríe.
Conozco esa sonrisa y es de esas que da cuando está a punto de hacer de las
suyas. Yo me reincorporo y voy colocando la pasta en el sartén hasta sentir que
me toma de la cadera por atrás. Oh, mierda. Trato de mantenerme tranquilo pero
siento como comienza a frotar su entrepierna contra mi culo. No está de más decir
que siento su gran erección empujando con descaro contra mi ropa. Ugh, idiota.
— No, tengo hambre. Quítate. — Le digo haciendo mi hombro hacia atrás para
apartarlo pero sé lo difícil que es que lo logre.
— ¿Podemos ya follar? — Me pregunta sobando mi espalda.
— No.
— ¡Por todos los dioses, Jimin! — Exclama tirándose al piso. — ¿Qué tiene que
hacer mi pobre alma en desgracia para que me dejes meter mi pene entre tus
nalgas ? ¡Te va a encantar!
— Te dejé lamer mis pezones, comerme el culo y besarme tres veces. O cuatro.
—Me volteo. — Y te rasqué las bolas así que deja de joderme.
Pongo los ojos en blanco al instante. ¿Es que realmente no se cansa? Tsk. Estoy
a tres de darle una patada en la cara o un lindo puñetazo. Lo que me de más
ganas.
— Ay, por favor. Tú no sabes nada de daño psicólogo. Ya que estás agachado,
pásame un plato del cajón a tu derecha.
— Bien, tú ganas. — Él suelta un suspiro y mientras rebusca un plato sigue
hablando. — Ya que aparentemente no me dejas hacer casi nada contigo, y solo
me dejas verte en ropa interior... —Me extiende el plato que le quito con una ceja
alzada. — ¿Crees que podrías entonces modelarme un poquito con tu sexy ropa
femenina?
— ¡AH, PERO SI SERÁS PENDEJO! —Me grita el gran idiota dando un brinco
como el gato y alejándose del vidrio.
— Si me haces un desfile sexy te perdono que casi me matas con ese plato y
todo el maltrato que me haces.
— ¿Por qué? —Amplía sus ojos. — Porque eres demasiado caliente con esas
prendas y ugh, me la pones demasiado dura.
— Es lo único que yo te pido. — Dice mordiendo su labio inferior con una sonrisa.
Suelto un suspiro profundo y relamo mis labios con una mueca. Bien. No suena
tan mal y eso ayudará a que se calme un poco, supongo que puedo aceptarlo.
— Bien. — Digo rendido y sus ojos brillan más que cuando acepté rascarle sus
testículos. — Solo serán un par de modelos.
— ¡Ah! —El grita extendiendo sus brazos y comienza a inclinarse para besar el
suelo repetidas veces. Yo pestañeo incrédulo, ¿tanto así? — ¡Oh, gracias!
¡Gracias! ¡Gracias! —Con cada gracias besa el suelo. — ¡Gracias! ¡Los ángeles
me escucharon! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Prometo volver a ir a la iglesia aunque me
queme! ¡Gracias! ¡Gracias!
Yo niego poniendo mis ojos en blanco y tomo otro plato donde me comienzo a
servir la pasta. Agarro un poco de crema que le pongo y muy felizmente me voy a
sentar para cenar. Moría de hambre y en este instante la comida se siente como
gloria pura.
El gran idiota se mete a bañar y hasta acá escucho sus tarareos y me resulta
curioso, ya que cuando se hace le salen gallos y todo tipo de cosas horrorosas
cuando canta, pero cuando va en serio, tiene una voz puramente ronca y
melodiosa. Tranquila, cálida y grave. Me encanta. ¡No, no me encanta! Es
aceptable. Sí, aceptable. No es como si me quedara embobado viendo la puerta
con una sonrisa de idiota, no, claro que no. Por favor.
— Oh sí, bebé. — Él esboza su sonrisa moja bragas y yo tengo que usar todas
las fuerzas de la naturaleza para no soltar un suspiro o devolverle la sonrisa. — Ya
tengo aquí los modelitos preparados para ti, así que te espero acá en la sala. El
baño será tu camerino. Me extiende una bolsa blanca con una sonrisa que sin
duda no me da buena espinaaa ~
— Oh. — Suelto una risa para disimular que me estoy muriendo y desearía que
me tragara la tierra. — Gracias, jaja. Ahora me voy a cambiar y sí... Eh... Te veo
afuera.
Lo mejor se deja para el final. Me guiña su ojo y cierra la puerta. Yo paso saliva y
volteo a verme al espejo percatandome que estoy del color de una cereza. Genial.
Deslizo mi mano dentro de la bolsa y saco cinco conjuntos. Por las fuerzas del
más allá, ¡hurgó en mi ropa! ¡Metió sus manos en mi ropa y- y...! No, respira. Park
Jimin, respira. Eres un dios y todo el mundo te quiere en su cama, así que déjalo
con las ganas y que sufra como venganza. Exactamente eso haré, oh sí. Que se
agarre bien sus pantalones que se le van a caer apenas cruce esa puerta.
Agarro el conjunto numero 4, que es una linda braga rosada. La deslizo dentro de
mi cuerpo y lo acompaño con un suéter esponjoso color crema que me llega a los
muslos y luce coqueto en mí. Frunzo mis labios sintiendo que algo me falta pero
recuerdo que vamos de menos a más así que suelto un suspiro y muerdo mis
labios con fuerza al tiempo que abro la puerta y salgo.
El gran idiota se encuentra eligiendo la canción pero apenas doy un paso fuera,
suelta el teléfono y su mandíbula va a sus pies. Yo me tapo la cara.
— Esto es tan vergonzoso... — Susurro en voz tan baja que dudo me haya
escuchado.
Sus palabras me dan un poco más de confianza así que suelto una pequeña risa
y me destapo aun ruborizado. Me acerco a él lentamente y doy una vuelta viendo
como él se muerde sus labios.
Siento mis mejillas picotear así que después de hacer otras cuantas poses vuelvo
a correr al baño. Me apuro a quitarme lo que tengo y agarro ahora un conjunto
azul. La ropa interior tiene un lindo moño en la parte frontal y la seda es un poquito
transparente.
Me pongo unos tirantes azul marino que abrocho y salgo de nuevo. El gran idiota
silba al instante y sus ojos brillan, yo alzo una ceja entrando en modo "no caeré,
yo soy aquí quien manda" y con total seguridad avanzo a él para seguirle
modelando.
— No digas eso. — Contesto nervioso porque vamos, yo solo soy una persona
común, no un ángel ni modelo. — S-solo soy un chico mortal y cotidiano.
Entro corriendo al baño porque dios, mis mejillas están a nada de estallar. Los
otros dos modelitos son más fluidos. No hay muchas palabras de por medio pero
viendo su cuerpo es bastante notorio que está excitado y con su pura mirada ya
me está volviendo charco de helado. No quiero imaginarme cómo se pondrá con el
último.
Me quito lo que me queda y agarro el último conjunto. Me pongo rojo y trato de
tomar un poco de aire antes de deslizarme dentro de la ropa. Voy subiendo la
seda de la ropa interior color morado y negro que es completamente transparente.
Y sí, se nota lo que me cargo entre las piernas. Y es horrible porque también ando
medio prendido así que...
Bueno, solo espero que no lo note. Abrocho la cola de gato y me coloco unas
calcetas largas color negro hasta el muslo y una gargantilla que ajusto para no
asfixiarme. Tragame tierra. Me veo demasiado pornografico.
Bien, el tiempo se me ha agotado así que hasta aquí finaliza mi narración. Qué
alivio, ya me moría de vergüenza narrando yo todo esto, así que espérenlo con el
gran idiota en el próximo capítulo, ¡no se lo pierdan!
016
Ya llegó por quien lloraban. ¡Qué hondura básicos! ¡Llegó el potro, el divo y el que
te vuela los calzones con su pepino! ¡A que sí!
Yo pestañeo y se coloca frente a mí con una sonrisa maliciosa. Este cabrón me
va a torturar, lo veo en su falsa carita de inocente. Es más, ya hasta lo está
gozando. Qué perra, qué perra mi amiga.
¡Ay cabrón! ¡Esta perra se pasó! ¡SE PASÓ! ¡TRAIGAN LA BIBLIA! ¡UN
ROSARIO! ¡SATANÁS! ¡A TAYLOR! ¡ALGUIEN!
— Estás siendo sexy, ¡no sé cómo le haces pero estás siendo sexy! — Le
reclamo. Pinche Ozuna que ya me deje en paz. — Sabes qué, ¡a la verga! ¡En
cuatro!
— Eh... ¿un chicle? — Me pregunta alzando uno entre nuestros rostros con una
sonrisa nerviosa.
— T-tú dijiste que solo te iba a modelar. — Susurra mordiendo de nuevo su labio
inferior.
Él suelta una carcajada que destensa el ambiente. Yo sonrío junto con él y
finalmente se reincorpora quedando más cerca de mí. El gato se trepa a la mesa
soltando un maullido y comienza a restregarse contra la espalda de su dueño.
El gato maúlla de nuevo y lame su mejilla. Jimin ríe y lo deposita en la mesa de
nuevo acariciando detrás de sus orejas. El gato suela un último maullido antes de
cerrar sus ojos y restregarse contra la mano del chico chicle que lo está mimando.
— Tu madre es muy sabia. — Río olvidando por completo que planeaba follarlo
sobre la mesa.
Me mantengo en un silencio más largo sin saber qué decirle. Tengo la necesidad
de lanzarme sobre él y abrazarlo pero si no se está poniendo a llorar es porque no
quiere mostrarse frágil. Si lo abrazo quizás se moleste. Prefiero mantener mi
distancia mientras tanto...
Él asiente y aprieta sus labios. Finalmente sus lágrimas se deslizan: — No podía
irme de acá. — Su voz quiebra. — Ella... ella era todo lo que tenía. Me sentía tan
solo.
— Nunca tuve padre, Yoongi. — Él ríe un poco y me observa. Sus ojos están
empapados de lágrimas. — Mi madre me crió sola toda la vida. Jodida mierda. —
Lo siento. — Se disculpa limpiándose las lágrimas. — No debería estar
agobiándote con esto, es una tontería, no debería siquiera estar hablando de esto
contigo.
— Jimin...
— No, no digas nada. — Cierra sus ojos y suspira — Solo... solo déjalo.
Lo agarro poco antes de que sus rodillas casi lo manden al suelo. Lo abrazo con
fuerza y él hunde su rostro en mi hombro comenzando a llorar. No, no sollozar.
Llorar. Sus ahogos se vuelven duros y amargos y sus manos se aferran fuerte a
mi camisa mientras su cuerpo sube y baja debido a su llanto. Todo su aire sale
entrecortado y el dolor se siente.
— ¡No es justo! — Llora aferrándose fuerte. — ¡No es justo, maldita sea! ¡La
extraño tanto! ¡La quiero aquí conmigo!
Aprieto mis labios y vuelvo a abrazarlo con fuerza mientras sobo su espalda.
Lentamente me voy sentado en el sofá con él en mi regazo colgándose de mi
cuello y llorando suavemente sobre mi hombro. Me mantengo en silencio dejando
que se desahogue mientras lentamente voy sobando su espalda desnuda con la
yema de mis dedos en círculos.
El gato nos observa fijamente sin ronronear. Se acerca con delicadeza a los pies
de Jimin y comienza a restregarse con un maullido lastimero. Jimin se separa de
mí y observa abajo soltando una pequeña risa quebrada.
El gato se trepa también a mi regazo y se frota contra él soltando otro maullido
lastimero y viéndolo fijo. Jimin lo acaricia con suavidad mientras el gato lame su
mano. El chico chicle se apoya en el hueco de mi cuello y hombro mientras yo sigo
masajeando. Su respiración se va haciendo lenta y su llanto cesa durante unos
segundos.
No sé cuánto tiempo pasa pero sus brazos cuelgan y el gato se encuentra solo
acostado entre mis piernas y las de él dormido. Jimin no ha emitido ruido alguno y
no se mueve. Supongo que se ha quedado dormido. Dejo de frotar su espalda y
suelto un suspiro. Vaya. Jamás me vi en una situación donde yo consolara ya que
realmente no soy bueno en estas cosas. Sin embargo se ha calmado. Su cabello
castaño roza contra mi barbilla.
.
Cuando abro un poco los ojos, noto que estaba apoyado en la cabecera del sofá.
Jimin se ha deslizado por mi pecho quedando acostado entre mis piernas y el gato
hasta la esquina boca arriba. Yo trueno un poco mi cuello y después de bostezar
un poco bajo la vista al chico chicle que está acostado en mis piernas y durmiendo
como un bebé enorme y hermoso.
Sobo sus brazos desnudos con mi pulgar y esbozo una suave sonrisa. Voy
subiendo hasta su mejilla donde sigo sobando en pequeños círculos y con suma
delicadeza. Lo veo abrir un poco sus ojos y quedarse con éstos entre cerrados un
par de segundos antes de cerrarlos y abrirlos. Sigue bateando un poco sus
pestañas hasta que se voltea y me observa.
— Podría, pero en la sala entra mucha luz y rara vez puedo volver a dormirme. —
Bostezo. — Pero está bien, no te preocupes.
— Buenas noches. — Susurra ya con ojos cerrados ya que está viendo hacia el
centro de la cama y no a la ventana.
017
Despierto agustín junto al chico chicle, son casi las doce de la mañana pero qué
rico sueñito. Me sorprendo al ver que el chico chicle ya está también despertando
y me esboza una pequeña sonrisa cuando nuestras miradas cruzan. Tiene una
lagaña, pero no jodan, se ve hermoso recién despertado e infladito de su carita.
Yo si le daba y no chicles.
Aprovecha el bug.jgp.
— ¿No te lo han hecho? — pregunta con voz ida. Creo que se está durmiendo.
— ¿Gran idiota? — llama Jimin. A su puta madre, me le quedé viendo a los labios
y no a los ojos.
— ¿Seguro?
— Para eso me tienes: para que me des tus golpes y tu llanto y así, yo te lo
devuelvo con carcajadas y orgasmos.
— Eso rimó de una forma terriblemente perturbadoramente genial — ríe y me
observa.
— ¿Lo ves? — juego con su mano que la la tomo entre la mía para entrelezar
nuestros dedos. Él me sigue viendo fijamente y yo le sonrío — somos roommies,
pero también amigos folladores. Pero amigos.
— Folladores — completo.
— Porque tienes a alguien que te lo hará tan bien, que llegarás babeando a
sacarme la verga del pantalón para pedirme otra ronda — le digo con una sonrisa
de daddy mientras él se sonroja. — La tengo grande y el piercing te prometo, te
mandará al cielo.
— Creí ser el único que amaneció duro — habla tapando su boca nuevamente y
riendo sobre su pecho. ¿QUÉ?
Jimin se muerde el labio nervioso y asiente sonrojado. Joder... joder, joder, joder...
¿dónde está la biblia cuando se necesita? ¿El aire de la rosa de Guadalupe?
— Tuve que acomodarla para que no la sintieras, pero por eso no me subo
completamente en ti — sigue rojo y riendo — lo siento.
— Dioses no, qué incómodo — se tapa con las cobijas —me masturbo pero es
raro que lo haga, normalmente espero a que se baje.
— Estoy loco por hacerte caso — maldice antes de colocarse de costado igual de
yo. Esbozo una sonrisa traviesa y él desvía la mirada avergonzado — s-solo
hazlo rápido.
Relame mis labios bajando la vista a entras entrepiernas, nos bajamos un poco los
pantalones dejando nuestra ropa interior a la vista y las erecciones visibles detrás
de éstas. Jimin muerde su labio mientras yo lentamente me voy pegando más a él,
soltando un gruñido de placer cuando me impulso hacia adelante y nuestros penes
frotan.
— Oh — jadeo y Jimin tapa su boca — estás muy caliente, chico chicle.
Llevo mis manos al borde de mi ropa interior y la bajo hasta mis bolas para que se
sostenga allí. Tomo mi erección que froto suavemente contra la ropa interior del
chico chicle quien gime agudo y la observa fijamente. Esbozo una sonrisa
pasando mi pulgar por mi glande, rozando la bolita de metal allí.
— Joder, estás hecho para que se metan entre tus piernas, bebé — le susurro
comenzando a masturbarlo, imin ahoga un gemido y abre la boca — así bebé...
así. Muéstrame que te encanta que te toque.
— Ah — gime más alargado y busca mi erección con su hermosa mano para
igualmente comenzar a masturbarme — duro y tibio...
— Maldito seas... — susurra sobre mi boca. Me besa atrapando sus mis labios
entre los suyos húmedamente. Es casto, un chasquido caliente antes de seguir
rozando nuestros labios mientras comenzamos a menearnos. Siento su
respiración pesada y más roces de mi belfo con su labio inferior. Ahora a mí me
toca besarlo juntando nuestros labios en otro chasquido lento y volviendo a
mantener nuestras bocas ligeramente abiertas, rozándonos de nuevo hasta que él
me atrapa bien.
Jimin asiente rozando sus labios con los míos y vuelve a jalarme para unir
nuestras bocas. Yo llevo una mano a nuestros miembros y los tomo a ambos
como puedo, comenzando a frotarlos. Jimin aprieta sus piernas y jadea perfecto
en mi boca antes de comenzar a besarme con mayor intensidad, mordidas más
bruscas, respiraciones más agitadas, tironeos en mi cabello más fuertes, mi agarre
más firme y duro. Comienzo a sentir mucho calor y Jimin tiembla, jadeando agudo
y comenzando a restregarse contra mí desesperado.
Suelto un gemido ronco y me aferro a Jimin, bajando mis labios hasta su barbilla y
comenzando a besarlo insistente el rostro. Jimin se aferra a mi espalda mientras
muerde un poco mi hombro. Yo lo hago separarse y vuelvo a buscar sus labios.
Juntamos de nuevo nuestras lenguas y nos separamos jadeantes. Nuestras
respiraciones son pesadas y poco a poco comienzan a calmarse. Jimin pasa
saliva.
Jimin suspira y yo lo veo de nuevo. Muerde sus labios y abre la boca: — solo... no
vayas a emocionarte mucho, ¿bien? Y si vas a hacerlo duro, confío en que me
darás en donde se siente bien.
— ¿Sí? — le pregunto.
— Ya despierta.
018
— Ya despierta...
Me mantengo en un crudo silencio viendo al chico chicle sobre mí. ¿Qué? ¿Acaso
estoy soñando? ¿Me está jodiendo, no?
El chico chicle aprieta sus labios y se torna rojo antes de explotar en carcajadas.
Yo agarro el cojín y comienzo a golpearlo con fuerza con este.
— ¡Ay, perdón! ¡Perdón, perdón! — Exclama entre risas. — ¡Es que no pude
evitarlo!
— ¡Ya, ya! — Ríe y yo dejo de golpearlo. Él me observa con sus labios mordidos
para no soltar más carcajadas y suelta un suspiro. — Eres divertido, Yoongi.
— Pues yo ya no te quiero. — Le saco la lengua y le vuelvo a dar con el cojín
antes de salir de su habitación para ir por mis cosas y mudarme aquí dentro.
La cita con REM studios llega y yo quedo de verme con los chicos en casa de
Namjoon, como siempre. El chico chicle lleva a pitufo a la veterinaria mientras yo
me dirijo en metro hasta la casa de Nam. Avanzo tranquilamente hasta él y veo
que todos ya se encuentran ahí. Carajo, ¿por qué tienen que ser tan puntuales?
— ¿Min Yoongi? — Llama una chica detrás del mostrador apenas entramos.
Ingresamos y pulso el botón del cuarto piso mientras esperamos en silencio. Nos
frotamos los brazos o la espalda los unos a los otros para darnos ánimos y
finalmente las puertas se abren. Avanzamos por un pasillo con grandes
ventanales hacia una puerta con una estrella dorada dibujada. Nos acercamos y
después de ver el nombre de Seokjin ahí, toco.
Abro la puerta y nos inclinamos con respeto. Seokjin nos señala cuatro sillones
frente a él y no dudamos en irnos a sentar. Observo rápidamente el entorno,
fascinado de ver la cantidad de reconocimientos y diplomas que hay allí. REM
studios realmente no es juego. Eso me pone nervioso.
— Veo talento en ustedes. Tienen una chispa que siento vale mucho la pena
explotar. — Seokjin entrelaza sus dedos. — Ustedes ya conocen la historia de
este estudio y la disquera, fue fundada por mi bisabuelo y muchos de los grandes
artistas han pasado por acá. No somos personas que nos arriesgamos sin ver esa
chispa musical. Ustedes sin duda, nos han impresionado.
— Gracias. — Contestamos los cuatro.
— Igual que Yoongi, quiero llegar lejos. Queremos llegar lejos. — Nos observa. —
Queremos dar una lección, que nos recuerden como el grupo fuerte que fuimos.
Eso deseo.
— Quiero llegar a las estrellas. — Sonríe él, yo también lo hago. — Quiero estar a
su lado y brillar junto a ellas. Así, cuando la gente observe el cielo, buscarán la
esperanza en la luz en ellas y nosotros. Quiero ser la luz que los guía en sus
momentos oscuros. Así de alto quiero llegar.
— Lo más alto que nuestro talento nos lo permita. — Jungkook asiente. — Quiero
que todos nos recuerden, que seamos una leyenda plasmada en la música.
Cambiar el mundo. Que tengamos la fuerza de cambiar este mundo para volverlo
un mejor lugar. La música es comunicación y quiero transmitirles eso a las
personas. Al mundo entero.
— Me gusta. — Anota unas cosas. — Me gusta mucho. Saben hacia donde van.
¿Cuánto tiempo llevan en este grupo?
— Comenzamos hace un año y medio. — Explico. — La música es algo que nos
apasiona, hemos estado unidos y es lo que ha construido esta familia. Llevamos
juntos desde que tenemos doce años. La música es nuestra vida.
— Hemos peleado y sudado para llegar con usted. — Namjoon ríe. — ¡Por
supuesto que queremos!
— Muy bien entonces. — Seokjin saca cuatro hojas. — Estos son los contratos
que les ofrezco. Léanlos y si aceptan y están de acuerdo, firmarán. Cualquier cosa
que les cause conflicto, hablemos con confianza.
Los tres observamos a Jungkook quien esboza una sonrisa antes de firmar.
Avanzo al departamento con una sonrisa en el rostro tan grande y con una
felicidad tan inmensa que me siento casi drogado. Quedamos en festejar mañana,
armar una reunión inmensa en la casa de Taehyung con todos nuestros
conocidos. La felicidad me brota por todos lados y tiemblo tanto que no puedo
meter correctamente la llave en la cerradura.
Afortunadamente el chico chicle creo que me escucha y abre la puerta. Sus ojos
están brillantes de emoción.
No respondo y lo tomo de los hombros para jalarlo hacia mí y plantar mis labios en
los suyos. Dejo un ruidoso beso en sus rechonchos labios viéndolo rodo rojito
cuando me separo. Ingreso a la casa casi queriendo bailar sobre la mesa la
macarena.
— T-tomaré eso como un "me fue excelente" — Jimin ríe y cierra la puerta para
voltear a verme. Yo ya me he puesto a llorar. — ¡No llores, gran idiota!
— Owww, eres tan lindo. — Chico chicle me abraza y planta un ruidoso beso en
mi mejilla. — ¡Esto se tiene que festejar!
— ¡Oh sí, nene! — Lo abrazo con fuerza y damos una vuelta torpe antes de reír.
— Mañana fiesta en la casa de Taehyung y tú me vas a acompañar. —Pellizco su
nariz. —Todos están invitados, mientras más vayan, mejor.
— Eh... — ¡Por supuesto que no, idiota con tumores en las nalgas! Tú eres mío. —
Claro. ¿Por qué no?
Vaya, vaya. Cuéntame más. ¿De casualidad no querrás tener una fiesta en la
cama?
— Bueno... lo estuve planeando desde ayer. — Jimin enrojece y no jodan, les juro
que yo me lo quiero comer a besos. Tira su chicle y voltea a verme. — Quiero
llevarte a comer a un rico lugar y después ir al gran parque para una sorpresa que
tengo. ¿Quieres?
— ¡Pero por supuesto que quiero! — Sonrío más grande. — Y muero de hambre.
Me haces tan feliz, ¿cómo te merezco?
— Es lo que hacen los amigos. — Ríe rojito. Ay no... la cagó. — Y tú eres un gran
amigo mío, Yoongi. Te estimo y te quiero mucho. Así que, ¿aceptas celebrar
conmigo este día?
Bueno, al menos lo tendré a mi lado y eso es más que suficiente. Quiero a Jimin,
quizás un poco más de lo que pienso. Pero bueno, ¿qué se puede esperar
después de cuatro meses juntos -casi cinco-? El tiempo vuela. Todavía recuerdo
cuando llegué acá.
— Oh no, chico chicle. — Susurro coqueto inclinándome a él. — ¿Es ese gesto lo
que creo que es?
— Quizás debas esperar hasta la noche para averiguarlo. — Él baja la vista a mis
labios sobando un poco mi pecho. — Mientras, tenemos una cita en un rico
restaurante tú y yo.
Sonrío antes de inclinarme otro poco y atrapar sus jugosos labios entre mis
dientes. Jimin jadea un poco y puedo sentir el suave sabor a fresa del chicle que
traía lo cual lo vuelve siempre tan apetecible. Acuno su mejilla con mi mano
mientras nos seguimos besando hasta que él rompe el contacto con una sonrisa.
— No suena tan mala idea. — Vuelvo a besar sus labios tomando sus mejillas y
avanzando lentamente hacia adelante para que él retroceda y nos acerquemos al
sofá. Él ríe un poco sobre mi boca y se separa poco antes de que caiga sobre la
superficie acolchonada.
Los invito a mi funeral para el próximo sábado a las 9 am. ¿Dónde hago mi hoyo?
Yo sigo dejando que me tome del brazo. No sé ustedes pero si ese tal Chanyeol
en dos semanas no lo agarra, a mí me tocará hacerlo. No estoy seguro de si Jimin
me gusta o no, pero según mis cálculos, es seguro a un 18.65% seguro que Jimin
comienza a gustarme.
O quizás solo es hambre. Sí. Tanta hambre ya me está haciendo pensar en pura
estupidez.
019
Avanzo detrás del chico chicle hasta que salimos del edificio. Le sonrío cuando él
lo hace y caminamos uno al lado del otro y no mamen, qué ganas de tomarlo de la
mano, pero me aguanto las ganas y hundo las manos en mi bolsillo. Sí, así todo
sad.
— De acuerdo. — Asiento y sigo con mis manos dentro de mis bolsillos. El camión
se acerca a lo lejos y tenemos que brincar y alzar los brazos para que se detenga.
Maldito chófer, sé que estamos chaparros pero no se mame.
Chico chicle es el primero en subir y en pagar ambos pasajes, yo busco un lugar,
pero todo está ocupado. Ni modo. Avanzamos por el pasillo pero el chofer se
arranca y madres, que hasta yo siento mi alma quedarse atrás y el hermoso chico
chicle casi se cae. Gruñe y se incorpora mientras se sujeta del barandal igual que
yo.
Ah caray, estamos en una zona bien fancy. Me siento de alta clase. Sonrío y chico
chicle toma mi mano para que avancemos, mi corazón ahora sí lo siento más
rápido que después de tres masturbadas seguidas. Observo las calles bien
construidas, las banquetas llenas de flores, las pequeñas banquitas y gente bien
vestida paseándose con sus perros. Silbo cuando nos detenemos frente a lo que
parece ser una casona en la cual perfectamente se leen las letras "le goûter".
— Qué elegancias las de Francia. — Digo haciéndole cejitas y él rueda los ojos
divertido.
Él rueda los ojos por enésima vez en el día y nos detenemos junto a una mesa
bastante elegante. El chico chicle se sienta y yo me coloco frente a él, viendo el
lugar una vez más sin poder creer que estoy realmente aquí.
— Bueno, sin duda será un gran cambio. — Comento divertido y veo los diferentes
cubiertos. No mamen, ¿por qué hay tres tenedores y tres cucharas? ¿Es en base
al tamaño de tu mano? Uh-lala, señor francés.
— Sí. — Él ríe y toma la carta que nos traen, examinando con ojos fijos esta y con
labios igualmente abultados. — ¿Te apetece de entrada una ensalada césar?
— Claro, suena bien. — Veo los demás platillos. — ¿Qué son los es...?
¿Escargots? Es...car..gots. ¿Así?
— Sí. — Chico chicle ríe. — Son caracoles, hay de muchos tipos: a la mantequilla,
al ajo...
Volteo a las plantas y las apunto con mi barbilla: — No pues sí, buen provecho,
entonces. Que mejor nos pongan las sillas frente a las plantas para comer fresco.
— ¿Hermano? — Expando más mis ojos y Jimin nos observa confundido. — ¡No
jodas! ¡Qué milagro! ¿Qué haces acá?
— ¿Tú qué haces acá? ¿No vivías en Daegu? — Pregunta mi hermano el francés
ajustándose su mustacho extraño y raro acento francés con coreano traducido al
español.
— Gustos muy extravagantes diría yo. — Jimin luce muy divertido. — ¿Y hay más
sorpresas en tu familia?
— Cielos, tienes una familia muy particular. — Chico chicle alza ambas cejas y
juguetea con la servilleta a su lado.
Ay dios... si supieras...
No pasa nada. Lo sigo tranquilamente hasta que nos detenemos cerca de un río.
Jimin sonríe feliz después de ver la hora y se sienta en el pasto, palmeando este
para que me coloque a su lado.
Su piel es dulce, disfruto de tenerla entre mis dientes. Chico chicle realmente es
mágico, con esa actitud algo tímida pero lleno de carácter que pone a cualquiera.
Me encanta cómo se da a respetar y es tan mamón, me encantan sus berrinches,
cómo busca atención y a la vez es tan independiente. Joder, no dejo de pensar en
cómo se comportará en la intimidad.
Uh... sin dudo un gatito muy travieso con las garras fuera y explotando en
sensualidad. Lo veo con cara de adorar chuparla.
— Yoongi, una cosa es que ya de por sí rompas la cuarta pared con nuestros
lectores, y otro nivel exagerado que ya hasta metas a todo el reino Bloodyland en
esto.
— Podríamos decirles que hagan cameo un día aquí. — Alzo mis hombros, ¿qué
dicen ustedes amiguitos? ¿En lo que esperamos metemos a otros amiguitos acá?
— Bueno ya, perdóname. — Este man no tiene sentido del humor. — Ahí va el
sádico.
— ¡¿DÓNDE?! — Grita asustado, COSITA JAJAJAJA. Él me ve mal y me da otra
putiza.
— Nah, mira. — Apunto con mi barbilla un punto más lejano. — Ahí van Yoongi y
Jimmy fingiendo estar heridos para conseguir dinero. ¡MI AMOR! — La grito al
marihuanero. — ¡BEBÉ, POR ACÁ!
Río y planto mis labios en los suyos con cuidado, abrazándolo fuerte contra mí
cuando su lengua entra en contacto con la mía. Poco a poco va captando esto de
los besos húmedos, me gusta. Es coqueto y juguetón. Lo pego más a mí, pero se
separa brusco y señala el cielo justo cuando escucho algo tronar.
— Quería traerte para que los vieras. — Se acurruca conmigo. — Aunque es muy
cliché, lo siento.
— A veces hay que aprender a ver la belleza en las escenas cotidianas, chico
chicle. Es eso lo que muchas veces las vuelve especiales. — Beso su sien.
020
Después de llevar a Yoongi anoche a ver los fuegos artificiales, llegamos a casa y
juré que comenzaría con sus perversiones pero... nop. Se fue a dormir
directamente y sí, me dejó solo cenando helado con pitufo mientras veía un
maratón de Friends.
Me dormí tarde y me fui a acostar, no recuerdo qué soñé así que vamos a saltar
todo eso. Despertamos, desayunamos, echamos la flojera y durante la cena fue
cuando Yoongi finalmente me sacó un tema que yo esperaba hubiese olvidado,
pero sorpresa, no.
— Chico chicle. — Me llama y yo lo veo. — ¿Ya tienes tu vestuario sexy para más
tarde?
— La fiesta en la casa de Taehyung empieza a las diez, o sea en... dos horas y
media. — Ve su teléfono. — Yo me metí a bañar en lo que tú seguías viendo
friends.
— Vale... te haré caso por esta ocasión, pero será la última vez. ¿Bien? — Alzo
mis cejas y el gran idiota asiente divertido. — Bien. — Repito y me levanto de la
mesa, colocando mi lato en el fregadero.
Me dirijo al baño para darme una buena ducha algo larga y relajante. Salgo con
una toalla y me quedo frente al espejo con la secadora para peinar mi cabello. Me
afeito de paso todo lo que puedo y me coloco una camisa de botones blanca,
pantalones negros y unos zapatos deportivos. Quiero comodidad para bailar.
Salgo con cuidado y busco a Yoongi, pero se ha esfumado. Seguro fue a comprar
algo. Me paseo por el departamento y agarro la loción de mi tocador, colocándome
un poco. Tarareo bajo y me sigo paseando hasta que escucho la puerta principal
abrirse. Salgo y sonrío viendo a Yoongi con unas botellas pero... ay joder...
No Jimin... no babees.
Está de negro, sí, con ojos delineados. Con sus putos ojos delineados y una
pequeña capa de sudor con sus tres primeros botones desprendidos, pantalones
algo flojos y el cabello ligeramente alborotado. Y MIERDA... me encanta.
— Acá en la oreja. — Señala su oreja derecha y veo allí varios piercings con
cadenas o pequeñas bolitas, mi mandíbula va al suelo y mis piernas tiemblan. Me
voy a venir de solo verlo. — ¿Te gustan?
— Meh. — Digo indiferente. — Te ves bien, ¿ya nos vamos? — Cambiar de tema,
la vieja confiable.
— Claro. Pediré un uber porque nos queda algo lejos. — Toma su teléfono
después de dejar las botellas de lado. — Ya lo estoy pidiendo, ¿qué te falta?
— Nada. — Niego y echo un último vistazo. — Creo que todo está ya listo.
Asiento y tomo una sudadera negra, le doy un beso a pitufo y le lleno su comedero
antes de ajar con Yoongi. Quedamos en la calle y no pasa mucho hasta que
finalmente llega el taxi. Nos subimos juntos y nos sonreímos, él se relame los
labios y no sé qué haya pensado pero nada bueno.
Veo mi delineador una última vez con el relejo de mi teléfono y peino mi cabello
hacia atrás, viendo las luces de la ciudad y sintiendo la emoción de ir a una fiesta
bullendo en mi estómago. Me siento nervioso, pero bastante bien. El camino es
silencio, pero no desagradable, intercambiamos un par de palabras antes de que
ingresemos a una calle privada, deteniéndonos frente a una casa de unos tres
pisos donde la música suena muy fuerte y las luces salen.
Bajamos del auto y nos dirigimos con cuidado, yo avanzando por la banqueta
ligeramente húmeda y viendo a unos chicos fuera con unos vasos rojos y otros
que van colocando un sello en las muñecas de los que entran. ¿Boleto? ¡No tengo
boleto!
— Yoongi... — Lo llamo, pero él me calla y me tira. Saluda a los chicos y entra
directo sin soltarme, quedamos frente a un gran jardín donde hay mucha gente
bailando, fumando, besándose y gritando a todo pulmón. — Vaya...
— ¡Ven, vamos a buscar a los chicos! — Me grita. Me jala dentro de la casa donde
a empujones paso, dejando que me jale un poco más rápido hasta que llegamos a
la sala.
Volteo y veo a Taehyung en el sofá riendo con unos chicos. Saluda y se levanta
con dos pequeñas copas.
— Me alegra que estén aquí. — Nos dice sonriente y sudoroso, se ve que ya lleva
un rato tomando. — ¡Pásenla bien! ¡Aquí estoy yo jugando pókar!
Yoongi alza sus hombros y me observa. Yo le sonrío algo torpe y besa mi frente,
llevándome a donde está la barra libre y ordenando algo que no alzando a
escuchar. Me extiende un vaso rojo lleno de coca-cola y fuerte olor a alcohol.
— Claro. — Sonrío y pasamos entre la gente para llegar a donde bailan los
demás. La música es fuerte, bailamos la electrónica poco a poco, moviéndonos
suave o extendiendo los brazos. — ¡Había pasado mucho desde que estaba en
una fiesta! — Exclamo dando un pequeño trago.
— ¡Igual yo! — Exclama riendo. — ¿Tú cuánto?
— ¡No los veía desde que salí de la universidad! — Exclama feliz. — ¡Qué
milagro!
— ¡Ve al pasillo de allá, gira a la derecha y ahí está! — Apunta con su barbilla.
— Ven. — Me toma de brazo y me dejo guiar, dejando que me lleve a la barra libre
donde pide un shot. Yo trato de negarme pero me retira mi cerveza vacía. —
Anda, fondo. Aún estás muy sobrio para estas fiestas.
Lo tomo de golpe y él también el suyo. Y bueno, no fue uno, fueron tres. Toso
bastante y él ríe, el suelo se me mueve pero solo puedo reír, comenzando a
saludar a la gente desconocida con la que me cruzo que también me sonríe.
Jungkook y yo nos colocamos en una pared junto a la televisión.
— Creo que no fui muy amable contigo el día en que te visité. — Me dice y yo
sonrío. — Lo siento.
— Nop. — Niego y veo el entorno unos momentos antes de volver la vista a él.
— Deberías hacerte unos, se verán bien. — Asiente, veo que observa a un punto
que sigo: Taehyung está muy pegado a otro chico quien le besa el cuello. —
Y... — Vuelve la vista a mí. — Seguramente Yoongi se ponga feliz si se lo dices.
Jungkook ríe y asiente, levantándose un poco la camisa para que vea un dragón
chino tatuado en su costado derecho. Abro mi boca y con cuidado rozo con mis
dedos: — ¿Es nuevo?
— No, me lo hice hace tres meses. — Dice aún divertido y yo río. — ¿Te gusta?
— Mucho. — Confieso. — Es sexy.
Él me sonríe de vuelta y veo que quiere decir algo más pero llega el grupo de
Yoongi con su bola de amigos escandalizados. Yo niego divertido al ver al gran
idiota cantando a Luis Miguel a todo volumen mientras toma de la cintura a otro
chico. Puchereo y me voltea a ver.
— ¿Ya estás ebrio? — Pregunta y veo que hasta le cuesta mantenerse de pie.
— ¡Eso creo! — Río. Me siento muy ligero, las risas brotan de la nada y el suelo
se mueve un poco. — ¡Gracias por traerme!
El otro chico voltea a verme extraño y jala a Yoongi para llevarlo a otro lado. Yo
ruedo los ojos y vuelvo la vista a Jungkook quien juguetea con el vaso. Nos
volteamos a ver al momento: — ¿Bailas? — Preguntamos por igual.
— ¿Y tú y Yoongi siguen bien? — Pregunta Jungkook cerca mío con una sonrisa.
— Dale entonces. — Lo tomo de las mejillas y planto mis labios en los suyos.
Espero que vaya poco a poco o dulce, pero joder. Nada qué ver. Sube sus manos
al instante a mi rostro, dejando una ahí mientras otra la lleva a mi cintura y me
pega a mí. Siento su lengua juguetear y chupar la mía de forma algo intensa
mientras me va haciendo hacia atrás. Menudo hombre, qué jodido besador tan
bueno.
Abro mis ojos y veo de reojo como puedo varios teléfonos que nos graban pero
sinceramente no me importa. Siento a Jungkook acariciarme y vuelvo a cerrarlos,
tirando de su cabello y dejando que me vaya devorando la boca, chupando lo que
puede, deslizando su lengua con coquetería y añadiendo pequeñas mordidas que
me arrancan la respiración. El piercing choca a veces con mi lengua, ambos
peircings pero solo resulta más caliente. Diferente.
— Aprendí hace unos meses. — Confieso sonrojado aún contra la pared, sin
dejar de tomar sus manos que se unen a las mías. —Es bueno que me lo digas
porque no he besado a nadie fuera de Yoongi o un chico de mi instituto.
Cuando abro los ojos, lo primero que me percato es que estoy tirado en la cama,
el reloj marca las cuatro de la tarde, hay un vaso de agua a mi lado vacío y mis
pies desnudos están en la cama. Abro un ojo molesto por la poca luz y me
acomodo para taparme con el cojín.
— ¡APAGA ESO POR FAVOR! — Exclamo y froto mis ojos, viendo que estos se
manchan de negro. Maldigo y la puerta se abre, aparece Yoongi con una
expresión difícil de analizar. —Ugh.
Me destapo para ver a Yoongi quien alza una ceja y toma su teléfono: — Dímelo
tú; te volviste viral en internet.
021
—¡NO MAMES!
Y como era de esperarse, el vídeo se volvió viral no solo por el contexto, sino por
el tono tan terriblemente caliente y a la vez torpe que usa nuestro chico chicle
borrachín y medio ido. Chico chicle afirma que era una forma de parodiar que se
encontraba "excitado" después de tener una comida de boca espectacular (aún es
un misterio si habla de mí o alguien más), y aún así, sigo pensando que no tiene
sentido.
— Y tres días después, sigues sin superarlo. — Río bajo acariciando la cola del
gato profundamente dormido.
— Todo estará bien, ¿de acuerdo? — Paso mis dedos por sus hebras castañas
sumamente sedosas con olor a Pantene. (Sí noto la diferencia desde que se
cambió).
Ah, ese man realmente es un caso, ¿saben? Es como un meme andante donde le
pasa lo peor y lo mejor, yo ya ni sé si reír o llorar con su vida. No creí encontrar a
alguien más fail en esta vida que yo hasta que lo conocí. Y me encanta. Somos
perfectamente imperfectos juntos, un desastre increíble lleno de aventuras.
— ¿Y eso?
— N-no es eso... solo... — Relame sus labios y pasa su zurda detrás de mi nuca
con cuidado acariciando la zona. —Solo... quédate. P-por favor.
Cuando aflojo mi agarre, se zafa y sus manos se mueven sin temor sobre mi
pecho, buscando los botones superiores que comienza a desabrochar uno a uno y
allí... allí les juro que siento mi respiración esfumarse. Intento hablar, pero no me
deja ni separarme a dar un respiro. Tira con una fuerza brutal y cual papeles
intercambiados, arranca mi camisa y clava sus cortas uñas en mi espalda,
marcando un camino vertical seguramente de trazos rojizos.
— Chico chicle... — Finalmente logro decir entre el agitado beso, él besa con
mayor intensidad mi cuello. — Precioso... Ah, mierda, ¿qué haces? — Pregunto
con voz ronca y pesada cuando va por mis hombros dejando mordidas ahora.
— Lo que debí hacer hace meses. — Murmura sobre mi piel besando la parte
inferior de mi barbilla, provocando que yo la levante para que tenga mejor acceso.
Lo tomo del cabello y mantengo su cabeza arriba mientras yo la bajo la mía para
besarlo intenso, dando pequeñas chupadas a su lengua.
Hijosdesureconchamadredíganmequeestosiestápasando.
AWANTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA.
— No puedo creer que acabo de decir eso. — Dice chico chicle después de una
breve pausa y se separa. — Nop, nop, nos vimos.
Se aleja y antes de que huya por la puerta, lo tomo del brazo y lo pego a mí de
nuevo con fuerza: — ¿A dónde crees que vas? — Sonrío malicioso y él muerde
sus labios con cierto nerviosismo. — Me pediste polla, cariño... y polla será lo que
te comerás toda la jodida noche.
Lo empujo a la cama dejando que caiga boca arriba y me coloco sobre él sobando
su rostro, su respiración es errática y no pasa mucho antes de que comience a
lamer su cuello, deslizando mis manos por todo su torso. Agarro el borde de su
camisa y tiro de ella sin mucho cuidado, rozando con mis pulgares sus pezones;
estos se endurecen al instante.
— Mh. — Cierra un ojo cuando ejerzo ligera presión en estos y muerdo su barriga
adorable que se estremece a mi contacto. — Yoongi...
— ¿Me vas a decir que no ahora? — Me separo para verlo con el ceño fruncido, a
lo que él suelta una carcajada y niega mordiéndose los labios. — ¿Entonces por
qué me llamas?
— Este idiota te hará gemir y ahogarte con su polla. — Alzo ambas cejas y mis
manos viajan a su culo al que le doy un fuerte y delicioso apretón. — Joder, esto
finalmente será mío.
Mis manos se mueven con impaciencia sobre su cuerpo y no pasa mucho hasta
que deslizo sus pantalones también fuera de su cuerpo, maldiciendo bajo cuando
aparece con una braga oscura que cubre su erección. Abro mi boca y chico chicle
chilla colocando su manita en su entrepierna para cubrirse y con la otra, se tapa su
cara sonrojada.
— ¡N-no recordaba que llevaba esto puesto! — Dice con voz chillona.
— Bueno, aunque no sea mujer, haré que esas bragas tuyas escurran. — Esbozo
una sonrisa maliciosa y rozo con mi índice su glande rojizo sobre la tela, viéndolo
apretar sus torneadas piernas y morder sus deditos ante aquello. —Eres una
ternura pornográfica.
— C-claro... está bien. — Murmura con esa voz tan aguda y baja que me hace
perder la cabeza. Lo cojo de sus muslos internos y lo pego a mí, viendo su rostro
rojizo y sus ojos brillantes que me ven curiosos. — ¿V-vas a lubricarme?
— ¿Quién es quico?
— No me simpatizas.
— Ajá, justo así, pero meneas tu cabeza de adelante hacia atrás y evitas meter
dientes, ¿crees poder? — Pregunto bajando mi cierre.
— Mira qué travieso me saliste. — Vuelvo a subir el cierre y coloco mis manos a
cada lado de mi cadera. — Adelante entonces, debes aprender a usar esa boquita
tuya tan preciosa que te cargas.
— Te abro las piernas, te pongo boca abajo y te devoro todo hasta que llores. —
Sonrío de nuevo y él se sonroja el triple. — Y finalmente meteré la polla al
gallinero.
Chico chicle rueda sus ojos y pasa su lengua por su labio superior. Yo espero
tranquilo aunque la polla me esté explotando de verlo así y gracias a Dios,
empieza... a hablar.
022
Posdata, hola, Jimin chico chicle porno listo para narrar las cochinada del libro.
Asiento y llevo mis manos al cierre de su pantalón que bajo y mientras lo despojo
de su ropa, no puedo evitar pensar en seriamente cómo será en la cama. Es decir,
como persona es tan... idiota, divertido y no sé. Me pregunto seriamente si en la
intimidad será igual de hacer chistes malos, hablar como meme o pensar en cosas
que te hacen ahogarte en risa y que se te baje la excitación.
— Hey, calma. — Me tranquiliza con una sonrisa. — Lo harás bien aunque sea tu
primera vez. Y además, siempre puedes practicar. — Me guiña el ojo. — Siempre
que sea conmigo.
Bueno, eso ayudó a que mis nervios disminuyan. Suspiro alargado y observo sus
venas dorsales rozando estas con mi índice y siguiendo el rastro hasta el glande.
Una vez allí aro mi boca y con mucho cuidado, saco mi lengua para dar una rápida
lamida con mis ojos cerrados. Espero captar un sabor extraño, pero no.
— O-okey...
Más animado y seguro, paso mi lengua por el frío metal y espero por reacciones;
Yoongi suspira y acaricia mi mejilla con los nudillos de sus dedos asintiendo; le
devuelvo el gesto y agarro con mi diestra la base de su pene para sujetarlo con
comodidad. Abro mis labios e introduzco únicamente el glande sin saber qué
hacer, es segundos después que empujo mi lengua para juguetear con su
piercing.
— Maldita sea... eso se siente bien, joder. — Yoongi cubre su rostro con su mano
y sisea excitado. —No sé qué haces exactamente, pero se siente malditamente
bien.
Bien, eso me dio muchísima más confianza. Respira, Jimin... vas bien, no es tan
difícil. No dientes... no dientes, anotado. Saco el glande de mi boca y paso mi
lengua por mis labios para humedecerlos y vuelvo a engullir, abriendo bien mi
boca para tratar de meter más, pero apenas siento el roce con mis dientes trato de
apartarme, pero Yoongi me lo impide.
— Tranquilo. — Ríe y abre su boca, metiendo sus labios hacia dentro. — Así. —
Vuelve a hacer el gesto y acaricia sus mejillas. — Ahuécalas, eso te ayudará a no
rozar, relaja tu boca y garganta, si te mantienes tenso te dolerá la mandíbula
después.
— Así, chico chicle... chupa toda la paleta que tienes. — Siento que acaricia mi
cabello. — Vas muy bien.
Me limito a hacerle ojitos y a dejar que me manipule. Paseo mi lengua por todo el
entorno y una vez que cojo confianza, doy pequeños chupetones como si se las
diera a su lengua por todo el cuerpo de su duro pene, jugueteo con su piercing y
ah... cuánto estoy disfrutando de sus gemidos. Paso mi lengua de arriba a abajo
debajo del frenillo y me divierto con las diferentes texturas.
— Sucio pervertido. — Le digo con falsa molestia. Él alza sus cejas pícaro y me
toma de la barbilla.
— ¿Yo aquí soy el sucio pervertido? — Pregunta rozando sus labios con los míos.
— Siempre lo fuiste. — Contesto con el mismo tono, dejando que chupe mi labio
superior. Lo siguiente que veo son las colchas de la cama a unos centímetros de
mi rostro y mis piernas siendo abiertas. — Yoon...
— Hablar sucio... me gusta cómo suena eso. — Confieso con una sonrisa lasciva.
El fuerte azote de sus palmas con mi culo me hace tirar mi cabeza hacia atrás y
gimotear buscando más. Pequeñas palabras obscenas que salen de mi boca
acompañadas por gemidos cortos, otros más largos y los constantes "más...
más..." ahogados que me hacen morder mis labios rojizos e irritados por la
fricción.
— ¡Yoon! — Grito alto cuando siento mi ano palpitar, al instante trato de meter
algo que me estimule una vez que se detiene, pero no me deja. — ¡Yoongi... p-por
favor...!
Me sonrojo y siento que vuelve a rozar sus dedos contra aquella sensible zona
cuando yo retiro los míos. Pellizco mis carnosos pezones al instante y siento poco
a poco mis paredes anales expandiéndose para recibir su duro miembro, ante
eso: —¡Mierda...! —Lloriqueo y me aferro a las sábanas que empiezo a rasguñar
con ansiedad. —Entra... ¡entra!
Yoongi suelta una carcajada y repentinamente aquel divertido chico, hace una
mutación increíble a un pervertido sexoso que se hunde en mí, arremetiendo toda
su extensión contra mi apretada cavidad. El chillido escandalizado brota de mis
labios, pero curiosamente, es más la sorpresa que el dolor lo que me hace gritar.
Me callo al instante y trato de articular algo, pero nada sale. Me remuevo sintiendo
el piercing acariciando mis paredes anales con cierta presión extra, sin duda
inigualable y delicioso. De hecho, solo basta que vea a Yoongi con una sonrisa
antes de que me maldiga y se azote bestial contra mí conforme se aferrada a mí
cadera.
— A-ah... — Jadeo apretando mis ojos y abriendo más mi boca, Yoongi aprovecha
y mete su índice y corazón en mi cavidad para embestir a la par. — Hmgh... Yoon-
Yoongi. — Su nombre se evapora de mis labios eróticamente, de una forma algo
lasciva que hacen los ojos adversos oscurecerse.
Y vaya que jodía como los jodidos dioses este idiota... Movía mi cadera
desesperado buscando más.
— No hables, que tu hilo de saliva lo hace por ti... — Sonríe cínico dando una
fuerte palmada a mi culo que estruja después, lamo la comisura de mi labio
sintiendo en efecto el hilo de saliva. Niego y me dejo caer sobre su pecho y chupo
sus pezones con travesura. Él vuelve a estrujarme el culo y siento que apoya bien
la planta de sus pies en el colchón de igual forma y así, comenzar a alzar su pelvis
para embestirme duro.
El orgasmo que me azota llega poco después, dejándome tan delicado cual pluma
y agotado como mil horas de ejercicio. Yoongi al tenerlo besa furioso de pasión
mis labios y pese a nuestras respiraciones enloquecidas, acaricia mi mejilla y
rodamos en la cama para yo quedar debajo suyo. Tiro de sus hebras y volvemos a
rozarnos sin dejar de comernos la boca.
— Fue excelente para la primera vez, chico chicle. — Susurra besando mi cuello
haciéndome reír y ladear mi cabeza. — Te mueves delicioso, ¿sabes? Si sigues
así luego me tendrás arrastrado por ti aún más.
— ¿Eso es bueno? — Sonrío divertido y veo el pene del mayor nuevamente. —
Uh, parece que Yoongi Junior aún no quiere dormir.
— Trágalo. —Me dice como si fuese cosa de todos los días. — Para probarlo.
Obedezco y lo paso junto con saliva, saboreando después. Uno mis cejas y hago
pequeños sonidos de mi boca como final de degustación y acaricio mi mejilla.
— Sí... solo... sabe igual al yoghurt que a veces haces. — Confieso y lo veo abrir
su boca y cerrarla, desviando la mirada al suelo; parece que hubiese visto al
mismo Diablo. — ¿Todo bien?
— Eh, Jimin... respecto al yoghurt — Acaricia su mejilla igual. — Creo que hay que
hablar respecto a eso.
...
...
...
023
Después de la noche 10/10 follando con mi precioso cachetón, amanezco con una
sonrisa enorme en el rostro que no me la quitan ni a putazos. Jimin se mete a
bañar apenas despierta para irse a la universidad y yo mientras intento preparar el
desayuno, que no es nada más ni nada menos que unos ricos cheerios de miel.
Qué onda, raza. No sé cocinar.
—¡Ya estoy listo! —Jimin sale corriendo del baño y observa el desayuno riendo,
sentándose frente a mí y viéndome con esas pestañas coquetas. —Gracias por el
desayuno, idiota.
—Ya ves, voy para máster chef. —Me hago el interesante alzando y bajando mis
cejas y él niega divertido. —Hoy voy a REM studios, así que regreso más noche,
¿sí, cosita?
La sacudo rápidamente y me levanto una vez que acabo, fregando los platos y ay,
qué horror. Le doy comida al pitufo quien muy amable me viene a saludar cada
mañana poniéndome el culo en la cara... bueno...
Ya ven que dicen por ahí que los gatos se parecen a sus dueños.
—No mames, Jeon. ¿Cómo vas a estar panzón si eres una tableta de
chocolate? —Le doy un buen zape al mocoso que ríe y se arrima para que me
siente entre Taehyung y él. —¿Y ustedes dos, qué onda?
—Pues yo les tengo una excelente noticia, pero voy a esperar a que Namjoon
venga. —Froto mis manos contento y el Taekook me ve curioso. —NO, A LA
MIERDA NAMJOON, ¡ME HE FOLLADO A JIMIN!
—¿Qué? —Dicen al unísono.
—Ay, qué cerdo. —Taehyung estalla en risa y yo lo veo mal justo cuando la puerta
se abre y aparece Namjoon.
—Morros mecos, van a ver que yo luego seré el más daddy de entre los cuatro. —
Nos dice el pequeño salvaje y oh, yo quiero ver eso.
Íbamos a seguir con nuestro desmadre, pero la puerta se abre y aparece señor
anti-sonrisas, alias Kim Seokjin siempre tan profesional e intimidante. Nos saluda
con un ademán y nosotros nos inclinamos y poco a poco su sonrisa aparece,
todos volviendo a tomar asiento.
—Estamos. —Repetimos al unísono.
Sin hacer mucho rollo, finalizamos y me voy a echar unos taquitos con la raza no
muy lejos de allí, bien emocionados todos y más el Jungkook que tan pelado, ya
va a ser un futuro gran artista. Observo sonriente a mi segunda familia y después
de meterme otro taco a la boca, Namjoon nos habla para iluminarnos con su
sabiduría cósmica.
¿ESPERA, QUÉ?
—Lo siento, lo siento, no sé qué pasó esa vez. —Vuelve a cubrirse y pues al chile
no puedo reclamarle nada porque Jimin y yo no somos nada. —Lo siento.
—No sé, un tierno pervertido tal vez. De esos que pueda decir que es mi bebé y
empotrarlo en las noches, dual. —Asiente sonriente. —Algo así como Taehyung,
pero ese no tiene ni ternura ni perversidad.
—Jimin no tarda en llegar y quiero recibirlo con unos besotes. —Me levanto rápido
dejando un billete en la mesa. —¡Nos estamos comunicando!
—Definitivamente está loco por él, ¿cierto? —Murmura Taehyung y los otros dos,
sencillamente asienten en un suspiro.
—No les des el placer de verte triste, menos de otorgarles tus lágrimas. Sé que
duele, pero debes ser muy fuerte y olvidar ese trago amargo. Hay gente muy fea,
Jimin... de verdad hay gente, mi chico chicle, pero esa gente se va y es mejor así.
No vale la pena malgastarse así por alguien, menos tú que eres tan hermoso. —
Acaricio sus pomposas mejillas. —Ya verás que pronto alguien... te dará todo lo
que necesites.
—Sí... l-lo sé. No estaba ya tan loco por él... s-solo me duele el hecho que me
haya usado más allá de si me gustaba o no. Le entregué mi virginidad y mi
confianza y él se la pasó por sus asquerosos testículos y me cerró la puerta en la
cara.
—Sí... ¿a t-ti te fue bien? —Se limpia con su pequeña manga y me ve aún con su
naricita roja y sus ojitos húmedos, pero madres... solo puedo besar su frente y
asentir. —¿Mucho?
—De maravilla, verás que pronto estaremos vendiendo discos y seremos bien
famosos. —Le guiño un ojo rompiendo la tensión y él sonríe. —Y tú me vas a estar
acompañando a todos los tours que vayamos a hacer.
Hago una pequeña mueca viéndolo con una sonrisa ladina y cojo su barbilla,
viendo a esos labios que me dan ganas de comer, pero solo beso poquito porque
no quiero que se empute.
Bloodyparkdrog