Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Materia: Eucaristía
Profesor: Pbro. Gonzalo Ontiveros
Estudiante: Dehivis E. Márquez M.
C.I: 20.288.757
Conclusiones teológico-pastorales
*La eucaristía aparece como el gran sacramento de unidad y de universalidad de la
Iglesia.
*La eucaristía de la iniciación se ha convertido entre nosotros en una realidad muy
desfigurada (Primera Comunión) → Hay que recuperar la fuerza de iniciación cristiana
y, por lo tanto, plantear de otra forma –más cercana a los santos Padres– la pastoral de
la Eucaristía de la iniciación.
*Las exigencias de pureza y preparación→ Es un aspecto en el que insisten cada vez
más los Padres de la Iglesia.
*Los frutos que debe producir una Eucaristía bien acogida, debe ser sobre todo de
unidad eclesial, de cercanía a los más pobres, de caridad activa.
*La memoria del Señor no estaba circunscrita únicamente a los acontecimientos
sucedidos en la muerte y la resurrección de Jesús. Toda la historia de la salvación y del
mundo, y la misma memoria anticipada de la escatología, quedaban incluidas en la
memoria eucarística.
*El memorial no es sólo evocación; es presencia; es, en cierta forma parusía, que hace
icónicamente presente la realidad recordada: el único sacrificio del Señor.
* En la medida en que la Iglesia se une a su Señor y forma con El un solo cuerpo, en
esa misma medida participa en su sacrificio y se hace, ella misma, agradable a Dios.→
Por esto, el sacrificio que más le compete a ella es el sacrificio de alabanza y de acción
de gracias.
*Ninguna acción humana puede por ella misma propiciar a nuestro Dios; ninguna
acción nuestra se merece su gracia. No podemos ganarnos la mirada benevolente de
Dios a base de exigencias, de tasas, de estipendios. Lo que sí tiene razón de ser es
unirnos en sacrificio de alabanza y acción de gracias a nuestro Señor, formando Iglesia,
y “en El, con El y por El” esperar la benevolencia del Padre.
*Los Padres nos advierten que no entendamos la presencia de Jesús en la Eucaristía de
forma materialista. De una forma u otra, todos afirman la presencia del Señor
resucitado, del cuerpo espiritual de Cristo Jesús. Aunque algunos insistan –
especialmente motivados por herejías cristológicas– en que se trata de su verdadera
carne.
Comentario Personal
La Eucaristía, como lo enseña la Iglesia, es “el centro y culmen de la vida cristiana”
(CVII), y esto no se ha comprendido desde los tiempos modernos como una nueva
reflexión teológica, sino que ha sido una conciencia de fe asumida por los cristianos ya
desde los primeros siglos. Ejemplos vivos de esta fe los vemos reflejados en los textos
o escritos de los primeros Padres de la Iglesia. Esto es lo que se ha tratado.
Como bien lleva el nombre el apartado: Iniciación, Memoria y Presencia; considero
que son tres ideas claves que pueden sintetizar todo lo aquí expuesto por el autor.
Iniciación, porque describe a la Eucaristía como uno de los sacramentos fundamentales
en la iniciación de la vida cristiana, cuya celebración era clave para los iniciados en la
fe (iluminados o bautizados). Era la celebración inicial recién recibido el bautismo, la
cual los introducía a la comunión plena con el Señor y con la vida de toda la Iglesia.
Este carácter de iniciación es el que según el autor Cristo Rey hemos de recuperar en la
actualidad para que los niños y nuevos creyentes que se disponen a recibir la
Comunión, lo puedan hacer con un sentido, como el de los primeros cristianos, con un
sentido mistagógico, es decir, con una introducción y profundización en el misterio
pascual de Cristo.
Memoria, describe la connotación que la Eucaristía tenía para los primeros cristianos
la celebración del sacrificio pascual de la nueva alianza como un mandato del Señor
(reafirmado sobre todo por Lucas y Pablo), así lo concibieron varios Padres de la
Iglesia y así lo expusieron en sus catequesis sobre la Eucaristía. Pero también este
adjetivo de memoria tiene el significado de la conciencia de los creyentes de que el
Señor está presente en medio de ellos, a través de la celebración de la Acción de
Gracias, pero que también vive actuante por la fe gracias a su resurrección en la vida de
la Iglesia. Algunos Padres realizaban la distinción de memoria y memorial, memoria,
referido a los hechos y palabras de Jesús; y memorial, referido a la celebración o
conmemoración del sacrificio eucarístico.
Y, por último, Presencia, como la conciencia de la compañía de Jesús en medio de
la comunidad eclesial, de un modo particular en el pan y el vino consagrados, que ya
dejan de ser simples elementos materiales, para ser real y verdaderamente el Cuerpo y
la Sangre del Señor bajo las especies del pan y del vino. Otros notaban esta presencia
no sólo desde una perspectiva de encarnación, sino de ascensión, es decir, una
presencia que viene a los creyentes a partir del cuerpo resucitados del Señor a través de
la acción del Espíritu Santo.
Todos estos elementos serán muy útiles a la hora de reflexionar en torno a la
teología de la Eucaristía. Volviendo a las fuentes es como la Iglesia se enriquece y se
alimenta para seguir profundizando en el misterio pascual de Cristo, sobre todo en el
sacrificio eucarístico.