1.- Herencia de Jesús: su presencia de resucitado y el
mandamiento nuevo.
2.- Desde, entonces, todo en la Iglesia, sólo tiene un sentido:
Hacer presente al mismo Cristo (de ahí la diversidad de vocaciones, carismas, funciones y servicios…).
3.- Por lo dicho anteriormente, dos caras de una misma
moneda: por un lado, Jesucristo se hace presente, “objetiva y sacramentalmente”, en la Eucaristía: Milagro de Bolzano, Milagro de Padre Medina en sus manos, experiencia del musulmán: “No creo que os lo creáis, porque yo no me separaría del lugar donde está Dios”…
4.- Por otro lado, somos, cada uno, “Eucaristías vivientes”
a) Sacerdote ciego de Nápoles.
b) Experiencia de Conchita Cabrera de Armida. Ella entendió y
vivió esta doctrina de una manera teológicamente espléndida. Esto escribía un día a su hijo, sacerdote jesuita, que estaba en Europa: “Acuérdate, hijo mío, que al tener a Jesús en tus manos, en la Sagrada Forma, no dirás: ‘Este es el Cuerpo de Jesús, esta es la Sangre de Jesús’, sino que dirás: ‘Este es mi Cuerpo, esta es mi Sangre’. Es decir, debe existir una total transformación: tú perdido en Él, y entregado a los demás, como otro Jesús’. Y un día, ella misma escuchó de Jesús estas palabras: ‘Quiero que seas mi Hostia y que tengas la intención, renovada muchas veces, de noche y de día, de ofrecerte unida a Mí, en todas las patenas de la tierra; que transformada en Mí por el dolor, por el amor y por las virtudes, se levante al cielo este grito de tu alma unida a Mí: ‘Este es mi cuerpo, esta es mi sangre’. Así, unificada por el amor y por el dolor con el Verbo hecho carne y con sus mismas miras de caridad, alcanzarás gracias para el mundo, ofreciéndome, y ofreciéndote por el Espíritu Santo y con María, al eterno Padre’.
5. - El Papa San Juan Pablo II nos señaló a María, como
“existencia eucarística”: fiat (comunión), visita a Isabel (sagrarios vivientes), Canáa y vida pública (haciendo lo que Él diga), Jueves Santo (vivir de la Eucaristía y del amor), Viernes santo (junto a los pobres y enfermos, carne herida de Jesús), Sábado santo ( carne ungida por el Espíritu), Pentecostés (evangelizadores)
6.- ¿Quién inventó la celebración eucarística?... El pasaje de
Emaús. Además, cada día, en la celebración, Jesús “nos toma-bendice- parte-reparte” y se cumple el pasaje de Emaús (heridas, Palabra, convidamos, cena, misión).
7.- La Eucaristía en la pastoral de cada día:
a) Semana santa en un pueblo de Burgos: “Predican sus rodillas ante el Santísimo”.
b) D. Avelino, del Franco: “Aquí está Jesús, el mejor vecino del
pueblo. No le dejes sólo”.
c) Frases de San Manuel González, Fundador, el apóstol de los
sagrarios abandonados: -“Deseo hacer una obra de reparación misionera para “eucaristizar el mundo”. - Para tener más fuerza apostólica hay que tener fuerte experiencia de Cristo… Y esto es fruto de la Eucaristía. - La eucaristía es evangelio viviente…Y, desde ella, somos catecismos vivos… - Quien ama a Jesucristo, en la Eucaristía, se convierte en pies para llevarlo a quienes lo desean… Se convierte en manos para dar limosna a los que no lo quieren… Se convierte en boca para hablar de El y consolar por El y gritar a favor de El cuando se empeñen en no oirlo…!! Hasta que lo oigan y lo sigan!! - No hay mejor apostolado que acompañar a Jesús abandonado en los sagrarios… ¡todo lo demás lo hace El!”
8.- La eucaristía nos compromete: Un mensaje “eucarístico”
pueril o infantil “en apariencia” pero muy “real y profundo”, en tres parábolas: - historia de los dos panes… - espantapájaros y cambio de corazón… - monasterio con vocaciones y sin vocaciones…
9.- Dos consecuencias:
a) Los mejores y más inspirados momentos de cambio de vida, han sido delante del Santísimo (ejem. Verónica, Carlos de Foucauld, Teresa de Calcuta, etc) b) No hay ninguna vida inútil, y ningún momento inútil: todo lo que hacemos es ofrenda Eucarística: somos sacerdotes, templos, altar, víctima (Cf. Carta a los Hebreos). Experimentamos el arte de vivir como resucitados, que son existencias eucarísticas-donadas en amor como el Hijo, y existencias orantes incesantes al Padre Dios.
10.- Son inseparables Cristo-María-Espíritu Santo:
a) El Espíritu Santo no es algo “etéreo y vaporoso”, ni una “criatura entre otras”: habita en nosotros (Rm 8,11); da testimonio de que somos hijos de Dios (Rm 8,16); nos hace gritar “Padre” (Rm 8,15); intercede por nosotros (Rm 8, 26); y ha sido enviado a nuestros corazones para darnos sus dones y carismas (Gal 4,6).
b) Jesucristo nos concede, por el Espíritu, predicar, sanar, liberar.