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DIP Cátedra B Unidad 1

Derecho Internacional Público (Universidad Nacional del Nordeste)

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a) 1) CONTENIDO. Este conjunto de normas ha tenido diversas denominaciones desde comienzos del siglo XVII, en que
comenzó a concretarse como un cuerpo de doctrina. Interesa recordar estas denominaciones porque ellas revelan la
evolución que se ha operado en la doctrina.
AUTOR LO DENOMINÓ
Grocio 1625 Es autor del libro “Del derecho de la Guerra y la Paz” agregó como subtítulo que este derecho es explicado desde
el punto de vista del “Derecho Natural y de Gentes”. Es la primera obra importante del Derecho Internacional, allí
distingue entre guerras justas (las permitidas) y las injustas (las prohibidas). Grocio tenía en cuenta en primer
término la guerra, sin embargo, pasa a considerar a las relaciones de paz entre soberanos y los derecho de las
personas y las cosas cuando se hayan en distinta soberanía.
Puffendorf Dio a aquel conjunto de normas el nombre de “ Derecho Natural y de Gentes"
1649
Vattel Prevalece la denominación “Derecho de Gentes” (provenía ésta del jus gentium de los romanos); pero una vez
mediados del separada de la expresión “Derecho Natural” resultó inadecuada, porque el jus gentium no reglaba relaciones
siglo XVIII entre Estados sino que regía, dentro del territorio dominado por Roma, los derechos de los peregrinos. Es decir,
las relaciones de estos individuos entre sí o con los ciudadanos romanos.
Jeremías Introdujo la expresión “Derecho Internacional” y desde allí llegó a predominar.
Bentham 1789
Los sucesores de Grocio estudiaron en primer término las relaciones de paz entre los Estados, y destinaron el resto a lo
concerniente a la guerra.
2) DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO. Concepto Clásico del Derecho Internacional Público: Es el conjunto de normas
jurídicas que rigen las relaciones de los Estados entre sí y también la de estos con ciertas entidades que, sin ser Estados,
poseen personalidad jurídica internacional. Así como el conjunto de normas jurídicas que regulan las relaciones de las
organizaciones internacionales entre sí.
Concepto Moderno del Derecho Internacional Público: El Derecho de la Comunidad Internacional es el orden de reparto
de conducta, de potencia e impotencia, existente en la comunidad internacional, valorada por la justicia y descripta e
integrada por las normas.
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO. Son las normas que tienen por objeto determinar, en las relaciones de derecho
privado, cuales son la jurisdicción competente y la ley aplicable cuando esas relaciones jurídicas no se presentan
sometidas a un solo Estado, sino vinculadas con dos o más, a causa de que las personas, las cosas o los derechos en
cuestión tiene nacionalidad, domicilio o sede que dependen de más de un Estado. Explicación: esta rama del derecho
internacional está regulado para evitar el llamado conflicto de leyes (entre las legislaciones vigentes de más de un
Estado).
DERECHO MERCANTIL INTERNACIONAL. En 1966 la Asamblea General de las Naciones unidas estableció una Comisión
de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional, con el objeto de promover la armonización y
armonización progresivas del derecho mercantil internacional. Se entiende por tal el conjunto de disposiciones que rigen
aquellas relaciones comerciales del derecho privado que afectan a distintos países.
DERECHO PENAL INTERNACIONAL. Tiene como objeto reglar las condiciones de aplicación de las leyes penales de un
Estado a delitos o infracciones cometidos fuera de su territorio y fijar las normas de colaboración eventual entre las
autoridades de diversos Estados a fin de que uno de ellos ejerza la represión penal.
No se debe confundirlo con el DERECHO INTERNACIONAL PENAL, en el cual hay delitos considerados internacional, es
decir, una vez ocurridos, cualquier país tiene la obligación de reprimirlo. Ellos son: Piratería; Genocidio; Tráfico de
estupefacientes; Tráfico de esclavos; Tráfico de blancas; Contaminación ambiental y Descripción de cables submarinos.
El derecho penal internacional sirve para reglar la aplicación de las leyes penal de los Estados a fin de que uno de ellos
ejerza la represión penal.
Debemos advertir que tanto el Derecho Internacional Privado como el Derecho Penal Internacional o el Derecho
Mercantil Internacional no constituyen propiamente un derecho internacional porque sus reglas emanan del derecho
interno o de estipulaciones consagradas en tratados y en este último caso provienen del Derecho Internacional Público.
b) FUNDAMENTOS. CONCEPTO. El problema del denominado fundamento del derecho internacional consiste en
preguntarse por qué el derecho internacional es obligatorio para los Estados.
ANTECEDENTES. En 1625, Grocio señaló como bases del derecho internacional el “derecho natural” y en segundo
término el “derecho de gentes voluntario", es decir, el que procede del consentimiento expreso o tácito de los Estados.
Hacia fines del siglo XVII dominó la idea, principalmente por obra de Püffendorf, de que el derecho internacional tiene
como fundamento exclusivo el “derecho natural”. En el siglo XVIII, Bynkershoek introdujo la idea de que sólo tienen valor
los precedentes de la práctica internacional, las reglas del derecho positivo; pero esta escuela condujo a la negación del
derecho, porque bajo la inspiración de Hobbes y de Spinoza se llegó a sostener que el derecho proviene de la fuerza.
Hasta fines del siglo XVIII no se percibía bien la diferencia que existe entre las fuentes del derecho internacional y el
fundamento de este derecho (entre los cauces por donde él fluye y la razón de ser de su fuerza obligatoria).
TEORÍAS CONTEMPORÁNEAS. Diversas teorías se han formulado desde fines del siglo XIX acerca del fundamento del
derecho internacional. Estas teorías pueden ser clasificadas en: voluntarias, normativistas y sociológicas.
 Teorías voluntarias: la base de la obligatoriedad del derecho internacional reside en el consentimiento dado por el
Estado para que una norma le sea aplicable.

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 Teorías normativistas: sostienen que el fundamento de la obligatoriedad reside en una razón externa a la voluntad
del Estado, en una “ norma fundamental" del sistema jurídico.
 Teorías sociológicas: fundamentan la validez del derecho en la mera existencia de una comunidad social y en el caso
del derecho internacional en la existencia de la comunidad internacional, que hace necesaria la existencia de un
orden jurídico internacional.
 Teoría de la auto-limitación (Jellinek 1880): sostiene que el Estado por obra de su propia voluntad, establece
limitaciones a su poder cuando lo estima necesario para entrar en el sistema internacional; de donde resulta que el
derecho internacional es obligatorio porque el Estado es capaz de obligarse a sí mismo.
 Teoría de la delegación del derecho interno (Wenzel 1920) el ordenamiento jurídico interno, generalmente la
constitución, autoriza al Estado a celebrar acuerdos internacionales, así el derecho interno confiere a dichos
acuerdos su carácter obligatorio.
 Teoría de la voluntad colectiva de los Estados (Triepel 1889) sostiene que cada uno de ellos concurre
espontáneamente a formar el derecho internacional; pero, una vez que se ha producido “esa fusión de voluntades,
distintas pero con un mismo contenido”, existe una unión (vereinbarung), el Estado se encuentra entonces ante una
norma objetiva, que no es un contrato con intereses opuestos ni es tampoco simple adición de las voluntades
particulares, sino un resultado nuevo proveniente de la voluntad colectiva.
c) CARACTERES. NATURALEZA. Todo derecho perfecto supone 3 elementos: la ley que lo define, el órgano encargado de
aplicar la ley y la sanción consiguiente para el transgresor. Todo ello lo encontramos en el derecho interno; pero no
aparece con igual plenitud en las relaciones entre los Estados, pues no hay tribunal común que obre con jurisdicción
compulsiva y la sanción sería la guerra, recurso extremo y no siempre aplicable. De esa deficiencia se ha inferido que el
derecho internacional no existe.
El derecho, como resultante de la vida social, es anterior a muchas instituciones: comienza en cuanto los hombres se
ponen en contacto y logran entenderse siquiera rudimentariamente para vivir en común. La convivencia humana se
traduce en ciertas normas admitidas tácitamente por el consenso general: ubis societas, ibi jus; su repetición constituye
la costumbre, y esas normas se concretan luego por escrito formando la ley, la jurisprudencia y la doctrina de los
publicistas. Ello ocurre tanto en el derecho interno como en el derecho internacional. Sin duda, éste constituye un
derecho desde que normalmente restringe la fuerza y aleja la arbitrariedad.
Cierto es que la vida de relación internacional carece de un tribunal que actúe con jurisdicción compulsiva. No obstante,
ningún Estado, ningún hombre de gobierno se atreve a negar el derecho internacional. Por el contrario, todos lo invocan;
saben que no podría subsistir un Estado que sistemáticamente lo denegase.
Los Estados recurren con frecuencia a someter sus divergencias a terceros. La falta de tribunal compulsivo no significa
necesariamente la inexistencia del derecho: éste rige de ordinario entre los hombres sin necesidad de recurrir en cada
caso a un tribunal.
En el derecho internacional existen los elementos que son fuente de todo derecho: la ley, formada por los tratados y la
costumbre; y las contribuciones normativas provenientes de los “principios generales del derecho”, la jurisprudencia y la
doctrina. Sólo que esos elementos son menos perfectos que en el derecho interno. El derecho internacional, del mismo
modo que el derecho interno, fue en sus comienzos el derecho vigente en la Europa occidental, y luego extendió su radio
de acción hasta abarcar todo el mundo civilizado; pero, a diferencia del derecho interno, cuya acción se circunscribe a un
territorio definido y organizado por fuerzas coherentes que le dan unidad política y legislativa, el derecho internacional
tiene en contra la enorme extensión que abarca y la diversidad de intereses cuya convivencia procura coordinar. El
derecho internacional es un derecho en formación, un derecho imperfecto. No hay duda que existe un conjunto de
“reglas generalmente reconocidas por el derecho internacional”, y esas reglas, que gobiernan la vida de relación de los
Estados, se ven precisadas y fortalecidas por los tratados.
LA CONCEPCIÓN DEL KELSEN DEL DERECHO INTERNACIONAL CLÁSICO COMO DERECHO PRIMITIVO. El primitivismo está
dado porque aún se encuentra en plena gestación, en constante evolución.
La Teoría Pura del Derecho de Kelsen se expuso por primera vez en 1911, el derecho no debía tener otro fundamento de
validez y ordenación que la propia teoría del derecho, entendida como “pura” en cuanto a que habrá que sostener por sí
misma y no depender de valores extralegales.
En esta teoría Kelsen desarrolla un método jurídico estricto, mediante al cual quiere eliminar toda influencia psicológica,
sociológica y teológica en la construcción jurídica.
No existe un derecho natural sino que toda norma se basaría en otra anterior aceptada por una proposición de la
comunidad.
En primer lugar, el punto principal lo construye la norma. La estructura consiste en una proposición hipotética. De ahí
que al implicar la norma jurídica un deber ser, el derecho pertenece a la esfera del deber ser y no a la del ser. En segundo
lugar, la norma jurídica es explicada no aisladamente, sino en el marco de un conjunto unitario llamado ordenamiento
jurídico que se funda en hecho que todas las normas del conjunto se derivan de una única norma suprema o
fundamental. En tercer lugar, si bien la unidad del ordenamiento jurídico postula su exclusividad cabe la coexistencia de
ordenamientos que Kelsen explica del mismo modo que con las distintas normas y la norma fundamental, mediante un
orden jerárquico entre los ordenamientos, el inferior, es autorizado por el superior hasta llegar al ordenamiento
internacional que cumple la función de Grudnorm.
Para Kelsen la regla jurídica según la cual los Estados deben comportarse como lo prevén los tratados, ha nacido, como
otras reglas de derecho internacional, de un proceso consuetudinario. La norma fundamental del derecho internacional

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es la norma que eleva el estado de hecho de la costumbre, a procesos de creación del derecho y que podrían formularse
así: los Estados deben comportarse como están acostumbrados a comportarse.
Conforme a los principios básicos del derecho internacional actualmente e vigencia, todo Estado está obligado en pleno
cumplimiento de buena fe de sus compromisos voluntariamente asumidos al momento de ratificar un tratado.
Existe una norma de derecho internacional que ordena a los Estados respetar los tratados celebrados por ellos: la norma
PACTA SUNT SERVANDA.
d) EXTENSIÓN. Podestá Costa y José María Ruda hablan desde un derecho que se fue extendiendo a distintos Estados. El
derecho internacional, al nacer a comienzos del siglo XVII, tenía en mira solamente a las principales cortes europeas;
pero la paz de Westfalia, de 1648, fue concertada entre los principales Estados de la Europa occidental sin tener en
cuenta diferencia alguna por motivos religiosos o políticos. Y a comienzos del siglo XVIII, el derecho internacional llegaba
a ser “europeo y cristiano". Desde fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, el continente americano ingresa en la vida de
relación internacional: los Estados Unidos en 1787 y más tarde las demás repúblicas independientes. En la segunda
mitad del siglo XIX son admitidos, aunque con ciertas restricciones, los países de civilización no cristianos: Turquía con la
paz de París de 1856, los Estados balcánicos y luego Japón, China, Persia y Siam. Se celebra en 1899 la Conferencia de la
Paz, en La Haya, a la cual asisten 26 Estados, y a la segunda celebrada en 1907, concurren 44. Quedaba asentado de
hecho la idea de que todos los Estados independientes constituyen una “comunidad internacional". La Primera Guerra
Mundial (1914-18) vino a demostrar que los intereses de la comunidad internacional son solidarios. La Sociedad de las
Naciones, creada con la paz de 1919, fue la primera institución jurídico-política erigida con tendencia universal; y la ONU,
sucesora de aquella, confirma ese propósito. Como resultado del proceso de descolonización que se aceleró a partir de
1955, el número de Estados de la comunidad internacional aumentó considerablemente, particularmente por la
incorporación de los nuevos Estados africanos, asiáticos y algunos americanos.
BASES SOCIOLÓGICAS DEL DERECHO INTERNACIONAL CLÁSICO. Según Alfred Vedross las condiciones de existencia del
derecho internacional clásico son:
 Una pluralidad de Estados: el derecho internacional público positivo surge y se desarrolla perfectamente por obra de
la cooperación de los Estados, presupone una pluralidad de Estados. No podría darse derecho internacional alguno,
si existiese un único Estado mundial. Este solo pudo aparecer donde coexistieran varios estados independientes. Por
eso, el derecho internacional público no es la ordenación jurídica del mundo, sin más; es, simplemente, una de las
posibles ordenaciones jurídicas del mundo. El Derecho internacional público, es un fenómeno histórico, surgido en el
tiempo, y que podría desaparecer para dar lugar a otra distinta ordenación jurídica del mundo.
 La Soberanía Estatal: los Estados cuya existencia presupone el derecho internacional público, se llaman Estados
independientes o soberanos. Defino Bodino a la soberanía estatal como el poder supremo sobre los ciudadanos y
súbditos, independientemente de las leyes positivas. Con ello hemos llegado al concepto moderno de Estado
soberano como comunidad que se gobierna plenamente a sí misma, o sea, como comunidad independiente. Pero el
gobierno propio de los Estados no excluye su subordinación con respecto a las normas de la moral y del derecho
internacional positivo, pues la independencia de los Estados implica su independencia con respecto a un
ordenamiento jurídico estatal extraño, no con respecto a las normas de la moral y del derecho internacional positivo.
El concepto de la soberanía relativa es, pues, plenamente compatible con la existencia de un derecho internacional,
más aún: es propia del derecho internacional el vincular principalmente a Estados independientes, construyendo con
ellos una comunidad jurídica.
Pero desde el instante mismo en la comunidad internacional de los Estados regulase en principio directamente el
comportamiento de los ciudadanos y les concediere el derecho de recurrir regularmente ante un órgano jurídico-
internacional contra las decisiones del Estado al que pertenecen, dejarán automáticamente de existir
………………………………………………………………………………………… plenitud de autonomía. Y con estas comunidades
jurídicamente desaparecerán también el derecho internacional público dando lugar un derecho político universal,
más o menos desarrollado.
La palabra "soberanía" se emplea frecuentemente en un sentido puramente político. Se dice, por ejemplo: de un
Estado que depende política o económicamente de otro, que ha perdido su soberanía. Más, como quiera que tal
dependencia puede presentar diversos grados, y que, por otra parte, existe entre los Estados una dependencia
recíproca (interdependencia), este concepto es sumamente impreciso.
A veces, los Estados invocan asimismo su "soberanía" para sustraerse a una obligación jurídico-internacional.
Señalemos a este respecto que sobre la base del derecho internacional público un Estado puede, en principio,
asumir cualquier obligación incluso renunciar a su independencia e incorporarse a otro Estado. Pero mientras se
gobierne a sí mismo y no esté sometido al poder de mando de otro Estado, seguirá siendo jurídicamente soberano e
independiente.
 El Comercio Internacional: a los supuestos sociológicos que acabamos de mencionar ha de añadirse otro para que
pueda surgir un derecho internacional público positivo: el hecho de que los Estados no vivan aisladamente unos
junto a otro, sino que forme una comunidad. Ahora bien, quien dice comercio regular, dice normas que lo
disciplinen. Este comercio se limitó en un principio a los poderes públicos, por ejemplo: mediante el ocasional envió
de embajadores o heraldos en la paz y en la guerra. De igual manera surgieron de la práctica bélica reglas sobre la
limitación del empleo de la fuerza en la guerra. Vemos, pues, que el derecho internacional público positivo tiene su
origen en las necesidades de la vida, las cuales determinan también su desenvolvimiento. Pero junto al comercio
oficial del Estado a Estados, fue desarrollándose poco a poco un tráfico mercantil regular entre mercaderes y
hombres de negociosos privados, lo cual trajo consigo con el tiempo un entrelazamiento internacional más o menos
intenso de las economías nacionales. A esta clase de comercio internacional deben su origen muchas normas del
derecho internacional público, sobre todo las relativas al estatuto de los extranjeros, y así mismo las que atañen a la

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neutralidad en la guerra marítima, puesto que su objeto es en gran parte la situación jurídica de la propiedad neutral
en el mar.
Además de las relaciones económicas hay también entre los pueblos relaciones culturales, que en nuestra época,
han conducido a la celebración de verdaderos tratados culturales.
Estas relaciones internacionales y los sufrimientos acarreados ya por la Primera Guerra Mundial llevaron al primer
plano de las preocupaciones, en el curso de aquella, la idea de la organización internacional, que al terminar las
hostilidades conducirían a la primera experiencia en este campo, con la sociedad de naciones ginebrina. Y desde
entonces la idea permaneció viva, a pesar del fracaso de ………………………………………………………………………………..no
terminada aun la Segunda Guerra Mundial, poner las bases de un nuevo intento de organización mundial.
El derecho internacional público positivo no consiste en ideas jurídicas carentes de todo arraigo, sino que constituye
el orden concreto de una comunidad determinada que se levanta sobre fundamento sociológico cada vez más
firmes. Estos fundamentos sociológicos son el subsuelo del derecho internacional público, al que aseguran
efectividad en la vida de los pueblos.
 Principios Jurídicos Coincidentes: derecho internacional público, no puede desarrollarse sino sobre la base de ciertas
convicciones jurídicas coincidentes de los distintos pueblos. El hecho de esta coincidencia es señalar que las
diferencia psicológica que separan a los pueblos se dan sobre la base de una naturaleza humana común y general, a
la que se refiere, por cierto, la declaración Universal de Derechos Humanos aprobado por la Asamblea General de la
ONU. Esta conciencia normativa, de raíz unilateral, constituye la base cognoscitiva del derecho natural.
Es imposible, por otra parte, fundamentar convencionalmente una obligación inequívoca, si no hay detrás de la
palabra determinados valores comunes a las partes, si falta esa base común dan distintos sentidos a las mismas
palabras, con lo que no podrá llegarse a un auténtico acuerdo de las voluntades. La comunidad internacional es pues,
más fuerte, cuando mayor sea el número de valores comunes universalmente reconocidos.
e) CONTEXTURA. EL PENSAMIENTO DE FRANCISCO VICTORIA. Fue un teólogo y en este sentido iniciador de la
revolución teológica. Francisco de Victoria fue un destacado expositor del derecho público, y en este sentido, sus ideas
sobre filosofía, sobre derecho político y sobre derecho internacional aparecen íntimamente ligadas entre sí. Es
considerado el fundador del Derecho Internacional.
Llega al concepción del Estado, según sus mismas palabras “salir del puro derecho natural” y explica aun en el derecho
natural son necesarios uno y otro poder de la república. En el solo derecho natural se puede entender que Dios existe y
que es remunerador de lo que los buscan. Y el campo del derecho internacional, también parte, en cierto modo del
derecho natural.
Victoria establece una relación muy estrecha entre el ius gentium y el derecho natural. A su vez, su noción del derecho
natural, en cierto aspecto la subordinación a este derecho natural del derecho positivo, y la concepción finalista del
universo, son entre otros, puntos de partida filosóficos de toda la concepción victoriana de lo jurídico político. De
acuerdo con su conformación tomista y agustina 3 son las leyes para Victoria: 1) ley eterna: que destaca de la voluntad
divina; 2) ley natural: que es siempre justa conocida por la razón humana y en la que tendría que inspirarse la ley
positiva; 3) ley positiva: que puede ser justa o injusta, pero que tendría que inspirarse en la ley natural que es justa.
Con respecto al ius gentium es un derecho que excede los límites de un Estado y al cual victoria lo hace aparecer
vinculado a los Estados, no a los individuos de tales Estados. Tiende a un fin, tiende a un fin y como derecho positivo
puede ser justo o injusto. En cierta medida para, para Victoria, es un derecho positivo en cuanto surge de una voluntad
positivadora.
Pero el simple derecho positivo a de procurarse que se inspire en el derecho natural, lo propio debe pasar con el ius
gentium (donde también hay un elemento de razón). Las ideas de justicia y moral, siguen, pues, flotando en el exposición
del padre Francisco.
La otra consideración es que el derecho de gentes surge de una “auctoritas”, mientras que el derecho natural dimana de
una “potestas” la cual es una voluntad con más jerarquía, con más aval moral que las auctoritas.
En el mismo capo de lo internacional, si bien Victoria tuvo la visión de la comunidad de los Estados, sin atender las
diferencias de geografía, raza y religión, sustituye el antiguo orbis christanus con lo que ha venido a ser la imagen del
mundo de hoy. Para la concepción del mundo de Victoria, la Iglesia, seguía ocupando un lugar muy importante; no solo
en el sentido de que deseaba a naturalmente, y esperaba, la conversión del orbe entero, sino también por cuanto, de
alguna manera, hacía extensiva la esfera jurídica de la iglesia a todo el mundo, también al os de gentiles.
¿Es Francisco de Victoria el fundador del Derecho Internacional Público? ¿Por qué? ¿Cuál fue su concepción de la
Comunidad Internacional? Francisco de Victoria es el fundador del Derecho Internacional. En la edad media se había
impuesto el concepto de una comunidad espiritual universal, que se asentaba en una fraternidad cristiana entre los
individuos sean reyes o súbditos, nobles o vasallos. Pero para él, el derecho internacional exige otro género de
relaciones: las que existen no entre individuos, sino entre naciones. Victoria fue el primero en que se percató de ello, y
así en su relación citando al jurisconsulto romano Gayo, define en “ius gentium” como el que la razón natural ha
establecido entre todas las naciones (“inter omnes gente”) siendo que Gayo había dicho “entre todos los hombres”
(“inter omnes homines”) En concepto de victoria es preciso. Victoria fue el que creó el derecho internacional, y no
Grocio como se decía antes.
¿Qué diferencia tiene la definición del Derecho de Gentes de Victoria con la de Gayo? ¿Qué importancia tiene esa
diferencia? La diferencia que tiene el concepto del “Ius Gentium” de Victoria con la de Gayo radica en que este último
definía al Derecho de Gentes como lo que la razón natural estableció entre todos los hombres; Francisco de Victoria
adapta esta sentencia y define el Derecho de Gentes como lo que la razón natural estableció entre todas las gentes. El
primero se refiere al derecho común universal, presupone la unidad de la naturaleza humana y contiene en sí tanto

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elementos públicos como privados. Victoria parece aceptar en el ius gentium, el carácter de un orden jurídico que siendo
una realidad superior y más amplia, como derecho humano común, rige también perseverando la justicia entre los
grupos humanos independientes entre distintos pueblos y naciones como tales.
LA OBRA DE HUGO GROCIO. ¿Cuál es la importancia de Hugo Grocio en la evolución del derecho internacional? Ha
pasado a la historia como un experto en Derecho Natural, siendo el creador del término, y en pensamiento jurídico en
general. La importancia de Hugo Grocio en la evolución del derecho internacional, es que en su marcado interés en el
Derecho de Gentes, se preocupa de la reglamentación de la guerra, y de la justicia de la guerra, Con sus enfoques
jurídicos, morales y filosóficos, supone que las guerras son inevitable, trató de mitigar sus horrores imponiendo
obligaciones morales a los combatientes. Crea un sistema de jurisprudencia internacional. Con Grocio se comienza a
hablar de derecho voluntario de gentes que proviene, del consentimiento de todos o de muchos Estados, y se manifiesta
por la costumbre o los tratados.
Fundamenta el problema de un derecho de gentes y la convivencia de los países de las potencias políticas no
necesariamente basadas en la guerra y las razones de estado sino en las relaciones jurídicas que obligan a los Naciones a
la observancia de normas positivas.
En lo que refiere a la guerra defendía la moderación por motivos de humanidad:
- No debían matara rehenes; el vencido sólo sería muerto si estaba en peligro la vida del vencedor.
- No debían destruirse los bienes materiales de los bienes vencidos, debían atenérseles en cierta libertad y autonomía,
sobre todo en lo religioso.
Para Grocio el derecho internacional es humano y no divino, y lo considera voluntario.
¿Qué expone Hugo Grocio en su pensamiento? Desarrolle. Inaugura una nueva corriente sobre el derecho natural el ius
naturalismo inmanentista. Para él, el hombre es social por naturaleza, por lo que las normas de convivencia que hay en la
sociedad son naturales e inherentes al ser humano y constituyen objeto del derecho positivo. Grocio reconoció en De
iure belli ac pacis que el derecho deriva o resulta del instinto social y racional del hombre, como consecuencia de la
voluntad de Dios. Este derecho natural es dictado por la recta razón de los hombres, que indica que cualquier acción
debe corresponder a la misma naturaleza racional del hombre ya que se reduce a ser intrínsecamente justo o natural.
Grocio no propuso separar al derecho de la religión, pero sí de dar mayor importancia al carácter racional del ser
humano otorgado por Dios.
Concepto del Derecho de Gente según Grocio. Para este autor el derecho de gentes es el dictado de la recta razón y
existiría aunque Dios no existiese. Para Grocio el derecho internacional es independiente de la teología o de existencia de
Dios lo que implica que en las relaciones internaciones no se puede diferenciar entre naciones cristianas e infieles; en su
libro “De iure belli ac pacis” estableció el primer tratado sistemático del derecho internacional, cuyas bases ya habían
sido sentadas por Francisco de Victoria, analizando los concepto de guerras justas e instituciones del derecho privado
tales como contratos, ventas o relaciones familiares.
EVOLUCIÓN POSTERIOR DE LA DOCTRINA. Después de Grocio el Derecho internacional comienza una línea moderna:
Continuador de la obra de Grocio fue Ricardo Zouche, cuyo libro "Jus Inter gentes" apareció en 1650, apenas concertada
la Paz de Westfalia. Da preeminencia, a la inversa de Grocio, al derecho consuetudinario sobre el Derecho Natural y
estudia la paz antes que la guerra. Los autores que se suceden durante cerca de dos siglos suelen ser clasificados en tres
escuelas sucesivas; 1) La escuela del Derecho Natural (Puffendorf, Thomasius, Burlamaqui, etc.), para la cual las norma
del derecho internacional emanan solamente de la razón; 2) La escuela realista (Bynlcershoek, Moser, etc.) y la escuela
histórica como rama ulterior (Savigny), que extraen el derecho de las soluciones adoptadas en ¡a práctica; 3) La escuela
ecléctica (Wolff, Vattel, etc.) que admite, según las circunstancias, la influencia del Derecho Natural, de la costumbre y de
los tratados, pero a veces (G. F. von Martens) se inclina preferentemente a las normas que provienen de los tratados.
f) EL MÉTODO. Para determinar las normas del derecho internacional los autores se han inspirado en las instituciones
del derecho privado; examinan: las personas (los Estados), las cosas o bienes (el territorio, el mar, etc.), las obligaciones
contractuales (los tratados) o delictuales (los hechos ilícitos internacionales), las acciones (las represalias, la guerra, etc.),
que aparecen "en el ámbito internacional, e intentan aplicar a esas entidades o relaciones reglas semejantes a las del
derecho privado. Pero esta analogía es inadmisible porque los Estados no pueden ser asimilados a las personas humanas,
porque ellos no están subordinados a un legislador común y poseen vida ilimitada en el tiempo.
Existen 2 tendencias que establecer las normas propias del derecho internacional: la filosófica y la empírica. La primera
adopta el método deductivo y la segunda el método histórico. Ambos métodos deben ser combinados: el método
histórico provee los antecedentes prácticos, pero a él debe asociarse el método deductivo-inductivo, que hace posible el
análisis razonado y permite discernir como resultante la solución equilibrada y justa, la regla del derecho.
LA VISIÓN TRIALISTA. Los 3 elementos que constituyen el fenómeno jurídico son: justicia, conducta y norma. Esta visión
es expuesta por Werner Goldschmidt.
ELEMENTO DIKELÓGICO: JUSTICIA. Como todo valor, es un ente ideal exigible. Por una parte, valora un sector de la
realidad social, que es su material estimativo; por otra parte, la valoración, al poner en contacto el material estimativo
con el valor; produce en nosotros un sentimiento de desazón al no verlo realizado, o de complacencia en caso contrario.
El material estimativo del justica es la conducta, o sea, el comportamiento humano espontáneo. Pero no cualquier
conducta, sino aquella que tiene como resultado atribuir potencia o impotencia especialmente entre los hombres,
entendiéndose por potencia todo lo que enaltece y favorece la existencia y por impotencia, todo lo que la degrada u
obstruye.

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Para concretar el objeto de valoración de la justicia, su material estimativo, es la conducta de reparto de potencia e
impotencia.
La justicia es un valor natural y absoluto.
El carácter absoluto de la justicia lleva a plantear dos aspectos:
 Estructura formal: desde este punto de vista la justica se presenta como una categoría pantónoma. Categoría,
porque constituye un elemento esencial de nuestro universo, y pantónoma, porque la realización plena de justicia
involucra siempre un mundo concluso en el que se juzga a todos los hombres por todas sus conductas. La justicia
humana es imperfecta, de todas maneras es preciso hacer justicia. El método adecuado para ello es el del
fraccionamiento.
 Contenido: desde este punto de vista, nos interesa conocer los criterios que permiten determinar si el régimen
imperante en una agrupación humana es justo, o sea, si constituye un régimen de justicia. Un régimen es justo en la
medida en que da plena satisfacción al principio supremo de justicia que exige la personalización del hombre y que
deriva de la concepción del hombre como persona. “En toda humana convivencia bien organizada hay que colocar
como fundamento el principio de que todo ser humano es persona, es decir, una naturaleza dota de inteligencia y de
voluntad libre y que, de esa naturaleza nace al mismo tiempo derechos y deberes que al ser universales e inviolables;
son también absolutamente inalienables”. El principio supremo de justicia se fundamenta en el humanismo y en la
tolerancia. El humanismo postula ante todo la igualdad de todos los hombres, pero al mismo tiempo significa el
respeto de una unicidad, o sea, de las características peculiares de cada uno de ellos. La tolerancia significa instaurar
un clima que facilite la búsqueda de la verdad y en el que por consiguiente cada uno pueda hacer propaganda de sus
propias ideas.
ELEMENTO SOCIOLÓGICO: CONDUCTAS DE REPARTO. Quienes efectúan el reparto se denominan repartidores; quienes
son gravados o beneficiados por él. Los recipiendarios son siempre hombres. En cambio, los recipiendarios pueden ser
hombres u otros entes.
Debe tenerse en cuenta que desde el punto de vista sociológico el repartidor es el que en la realidad origina el reparto,
no el que formalmente adopta la respectiva decisión (aunque a veces estas personas pueden coincidir).
 Clases de reparto: el reparto sólo puede llevarse a cabo de dos formas; los repartidores y recipiendarios se ponen de
acuerdo para realizarlo o bien el repartidor ordena a los recipiendarios del reparto y estos obedecen esa ordenanza.
En el primer caso, el reparto es autónomo y realiza la cooperación entre los protagonistas; en el segundo es
autoritario y pone de manifiesto el poder de que gozan los repartidores. Poder, significa la certeza que tiene un
individuo, o un grupo de individuos, en un momento determinado, de que será obedecido por otros. Desde este
punto de vista es poderoso, aquel que emite una ordenanza y es obedecido por los destinatarios de ella. La
ordenanza puede ser de dos tipos: mandamiento u orden; la primera es general, y la segunda, individual.
 Orden de reparto o régimen : la infinidad de repartos que se verifican en el seno de la agrupación humana, se
relacionan entre sí formando un orden: el orden de reparto o régimen. Este agrupamiento tiene lugar pro dos
causas. Por una parte, los supremos repartidores pueden establecer criterios rectores de reparto así como reglas de
juego para el acceso a la condición de reparto supremo. En el derecho interno, estos criterios están contenidos por lo
general en una constitución, la cual no obsta a que también queden descriptos en otros instrumentos o que se
impongan sin formalizarse. En general, se denomina plan de gobierno al conjunto de todos los criterios de reparto
impuestos por los repartidores supremos de una comunidad y a las reglas de juego para la acción política. Pero a la
vez el orden de reparto se construye en cierto sentido “desde abajo”. Si la agrupación considera aceptables las
razones que justifican un reparto, esta se reputa ejemplar y sirve de modelo para nuevos repartos, fundadas en la
ejemplaridad, que se denominan “Derecho Espontáneo” y comprende el consuetudinario y el revolucionario. Porque
la ejemplaridad de un reparto no siempre se impone en un proceso lento.
El orden de repartos o régimen está apuntalado por diversos valores el poder (característico del reparto autoritario),
la cooperación (propio del reparto autónomo) y la solidaridad (base del Derecho Espontáneo).
Según sean las relaciones que existan entre estos elementos, así también será la naturaleza del régimen. Si lo que
predomina es el poder tendremos un régimen de subordinación o estatal. Si lo que predomina es la solidaridad, con
su secuencia que son repartos fundamentales considerados ejemplares, tendremos un régimen de coordinación pre-
estatal. Ahora bien: del hecho de que prevalezca el poder o la solidaridad, no se sigue que desaparezca
definitivamente el otro elemento.
La importancia de visualizar el orden de reparto como tal estriba en que aquellos repartos de potencia e impotencia
que no se ajustan a sus principios rectores y que, en consecuencia quedan fuera de él, resultan extra ordinem y son
reputados ilegales.
ELEMENTO NORMOLOGICO: NORMA JURÍDICA INTERNACIONAL. El reparto es un fenómeno sociológico. Los
repartidores han dejado constancia de él, generalmente mediante documentos que constituyen su formalización: los
juristas han llegado a su formulación lógica, que se denomina norma jurídica.
 Estructura y funciones: la norma tiene una estructura típica. Por un lado describe un sector social denominado tipo
legal y por otra lo reglamenta llamado consecuencia jurídica (no es menester concebir siempre la consecuencia
jurídica como una sanción). Cumplen una función descriptiva de la norma. Pero también cumplen otra función
importante: la de integrar el orden de repartos. La descripción que efectúan as normas no es servil. Para describir,
han ido creando su propia terminología, sus propios objetos.
 Infidelidad e inexactitud normativa : en su función descriptiva la norma corre dos tipos de riesgo: el de la infidelidad y
el de la inexactitud. En cuanto describe la voluntad de los repartidores, puede ser fiel o infiel. La norma es fiel
cuando refleja en forma correcta lo querido; es infiel en el caso contrario. Decimos que la norma es inexacta cuando

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su consecuencia en la realidad no se cumple. Para determinar si una norma es fiel, es preciso apreciar si lo expresado
en ella corresponde a lo que en realidad quisieron los protagonistas del reparto que describe. Para determinar si una
norma es exacta, lo que cabe hacer es una investigación sociológica, confrontando la norma con la realidad por ella
descripta.
 Ordenamiento normativo: las normas también se agrupan en ordenamientos normativos, que se constituyen merced
a la existencia de normas integradoras y jerarquizadoras. Las normas integradoras establecen el procedimiento de
creación de otras normas. Cuando estas cumplen los requisitos fijados, se consideran que han sido incorporados
correctamente al ordenamiento, o sean, son vigentes (vigencia de la norma: pertenecer correctamente al
ordenamiento jurídico). Todas las normas incorporadas según un mismo procedimiento, o sea, en virtud de lo
dispuesto por una misma norma integradora, forman un escalón, grupo o clase normativo. Estos escalones
normativos están jerarquizados en la medida en la medida en que al producirse una contradicción en los contenidos
de normas ubicadas en diversos escalones, una de ellas prevalece sobre la otra. Esta prevalencia surge de otro tipo
de normas, que se denominan jerarquizadoras. Así es posible sobre la base de las normas integradoras y
jerarquizadoras establecer la coherencia de todo un ordenamiento normativo; dicha coherencia tiene su explicación
gráfica en la “pirámide jurídica”, según la cual los escalones normativos, conformados por las respectivas normas
integradoras se ubican jerárquicamente hasta llegar a una norma fundamental, que ya no tiene procedimiento de
creación previsto por norma integradora alguna.
En el D.c.i. existen 3 grupos normativos: normas consuetudinarias, convencionales y provenientes de resoluciones
(decisiones y relaciones) de organismos internacionales. En cuanto a su jerarquización, normas convencionales y
consuetudinarias están equiparadas, en tanto que las resolutivas, subordinadas a las anteriores, deben atenerse a lo
establecido por las normas jerarquizadoras del ordenamiento del órgano al cual pertenece. La norma fundamental
del D.c.i. establece para los sujetos de este derecho la obligación de comportarse tal cual se han venido
comportando. Éste es el procedimiento de creación de las normas consuetudinarias internacionales.

g) LA CODIFICACIÓN Y EL DESARROLLO PROGRESIVO DEL DERECHO INTERNACIONAL. La idea de codificar al derecho


internacional consiste en dar uniformidad y precisión. La codificación debe tener por objeto el derecho existente, aunque
sin perjuicio, desde luego, de precisarlo y mejorarlo.

En cuanto al método, la codificación debe realizarse por medio de tratados multilaterales que, conteniendo las reglas
correspondientes a las diversas instituciones, sean adoptadas por los propios Estados con carácter obligatorio y
uniforme. Debe ser abordarse de modo “gradual y progresivo”. Este método presenta en la práctica dos inconvenientes
que afectan la uniformidad y la generalización de los tratados: las reservas que muchos Estados oponen a las cláusulas de
los tratados y la dificultad para obtener las ratificaciones ulteriores.

La codificación se inició en la segunda mitad del siglo XIX.

En lo que respecta a la parte orgánica o institucional del derecho internacional, la obra de la codificación fue comenzada
en las conferencias internacionales americanas. Ellas lograron la concertación de siete convenciones interamericanas
subscriptas en la VI Conferencia (La Habana, 1928), que versan sobre: la condición de los extranjeros, funcionarios
diplomáticos, agentes consulares, tratados, derecho de asilo, deberes y derechos de los Estados en caso de luchas civiles
y neutralidad marítima, así como una convención sobre derecho internacional privado “Código Bustamente”.

En el seno de la Sociedad de las Naciones se concertaban varias convenciones colectivas sobre importantes tópicos
relativos a los “servicios públicos internacionales” y la Asamblea de 1924 resolvía designar un “Comité de Expertos” para
estudiar cuáles eran los temas jurídicos cuya codificación parecía realizable. El comité señaló once temas, y la Sociedad
de las Naciones encuestas, requiriendo la opinión de los gobiernos de todos los Estados miembros. Finalmente, retuvo
sólo tres temas (la nacionalidad, el mar territorial y la responsabilidad del Estado por daños causados en su territorio a la
persona o a los bienes de los extranjeros), y sometió esos temas a los gobiernos. En consecuencia, en 1930 se reunió en
La Haya, con asistencia de cuarenta y siete Estados, una conferencia internacional para adoptar convenciones con
respecto a esas materias. No fue posible, sin embargo, llegar a resultados positivos.

La ONU ha encomendado la tarea de la codificación a un órgano de la Asamblea General, la Comisión de Derecho


Internacional. La Carta de las Naciones Unidas quiso dar nuevo impulso al movimiento de codificación del derecho
internacional, el artículo 13, inciso 1° a) establece: “1) La Asamblea General promoverá estudios y hará recomendaciones
para los fines siguientes: a)… e impulsar el desarrollo progresivo del derecho internacional y su codificación”.

El artículo 15 del Estatuto define al “desarrollo progresivo” como aquellos “temas que aún no han sido reglamentados
por el derecho internacional o sobre los cuales el derecho no se encuentra suficientemente desarrollado en la práctica
de los Estados”. A su vez se define “codificación” como “la formulación más precisa y sistemática de las reglas del
derecho internacional en campos en los que existe ya extensa práctica, precedentes y doctrinas”.

¿Es posible o no la codificación en el Derecho Internacional? ¿Cuáles son las dificultades que presenta? ¿Por qué
afecta a la codificación? Sí, si es posible la codificación en el Derecho Internacional. Este método presenta en la práctica
dos inconvenientes que afectan la uniformidad y la generalización de los tratados: las reservas que muchos Estados
oponen a las cláusulas de los tratados y la dificultad para obtener las ratificaciones ulteriores.

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 Formulación de Reservas: (ámbito interno) es el modo o forma de subsanar los vicios de un tratado, es decir, el
privilegio del Estado de modificar los efectos jurídicos, modificando las cláusulas con respecto al Estado que se va a
obligar.
 Ratificación ulterior: (entrada en vigencia) (ámbito externo) es el que hace referencia al tiempo en que se ratifica el
tratado. Afectan a la codificación por el tiempo que se pierde para que entre en vigencia el tratado y los Estados se
puedan obligar ante él.

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