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El existencialismo es un humanismo, Jean Paul Sartre

Críticas hechas al existencialismo: Quietismo, que lleva a una filosofía contemplativa, filosofía burguesa. Reproche de los
comunistas.

Críticas de los marxistas: Que se desatienden ciertas bellezas y el costado luminoso de la naturaleza humana. El concebir al hombre
aislado, que falta a la solidaridad humana; porque el hombre parte de la subjetividad pura, Yo pienso. Reproche pesimista.

Critica de los católicos: Que los existencialistas suprimen los mandamientos de Dios y los valores, de este modo el hombre podría
hacer lo que quiera, sin ser juzgado y sin poder juzgar a otros.

Sartre, responde a dichas críticas con este trabajo al que llama “el existencialismo es un humanismo”.

El reproche fundamental es la creencia del existencialismo como algo vulgar, lo cual Sartre contradice y refuta diciendo que si así
fuera seríamos naturalistas. La experiencia muestra que el hombre va siempre hacia lo bajo, que se necesitan cuerpo sólidos para
mantenerlos, sino tenemos la anarquía.

Existencialismo: Doctrina que hace posible la vida humana y que declara que toda verdad y toda acción implica un medio y una
subjetividad humana.

Sartre diferencia dos especies de existencialistas, por un lado los cristianos (Jaspers y Marcel) y por otra parte los existencialistas ateos
(Heidegger, los franceses y Sartre) Lo que tienen en común es simplemente que la existencia precede a la esencia o que hay que partir
de la subjetividad.

Antes de exponer la visión existencialista, Sartre, retoma la visión esencialista o técnica del mundo. Hace un paralelismo entre el
cortapapel y el papel y por otro lado el hombre y Dios creador. Ambos objetos (papel / hombre) son primero una esencia, que precede
a la existencia. La producción aquí precede a la existencia. La voluntad sigue entonces al entendimiento.

Los filósofos del Sg. XVIII (ateos) suprimen la noción de Dios, reemplazada por la idea de una naturaleza humana universal, pero la
idea de que la esencia precede a la existencia sigue intacta. En este caso el hombre es un ejemplo particular de ese concepto universal.
Para Sartre, existe un ser antes de poder ser definido por ningún concepto, que es el hombre, la realidad humana. (Existencialismo ateo
más coherente). Esto significa que el hombre comienza por existir, se encuentra, surge en el mundo y después se define; si no pudiera
definirse no sería nada.

1° Principio del existencialismo: “El hombre es lo que él se hace”, esto quiere decir, que el hombre es tal como él se concibe, tal como
él se quiere. El hombre como proyecto, es lo que habrá proyectado ser. El proyecto se diferencia del querer, ya que este último es una
decisión conciente posterior a lo que el hombre haya proyectado de sí mismo. El existencialismo concibe al hombre como ser
responsable de su existencia., no de su estricta individualidad sino más bien de todos los hombres. Frente a las críticas que se le hacen
al existencialismo, quienes las refieren juega con dos sentidos de la palabra subjetivismo: 1) elección del sujeto individual por sí
mismo 2) la imposibilidad de pasar la subjetividad humana. Este segundo sentido es el profundo del existencialismo. Al decir que el
hombre se elige no solo se elige a sí mismo sino a todos los hombres. Al crear la imagen de hombre que queremos ser, se crea una
imagen de hombre del deber ser. De este modo se afirma el valor positivo de lo que elegimos, nunca elegiríamos el mal no por
nosotros sino teniendo en cuenta que implicaría la responsabilidad de elegir por la humanidad entera, no lo haríamos de manera
equívoca. Las elecciones individuales recaerán en modelo de las elecciones para los demás hombres; esto es lo que para Sartre
provoca un sentimiento de angustia, desamparo, desesperación. Aquel que no manifieste angustia no será porque no la sienta sino que
en realidad la oculta. El que miente y se excusa bajo el argumento “todo el mundo no procede así” es alguien que está obrando de
mala fe. No se puede dejar de tener en la decisión que se toma cierta angustia, pero esto no le impide obrar, sino que es la condición
misma de su acción. Cuando se habla de desamparo, queremos decir que Dios no existe y que de esto se deberán sacar las últimas
consecuencias, no hay donde apoyarse.

Sastre nos explica que el existencialista se opone a las ideas de los laicos de suprimir cualquier idea de que Dios existe con el menor
esfuerzo posible. Los laicos dijeron que dios es una hipótesis inútil, que ellos la suprimen pero que es necesario para que haya una
moral, una sociedad, un mundo vigilado, que ciertos valores se tomen en serio y que se consideren como existentes a priori. En
cambio el radicalismo indica que Dios es una hipótesis superada que morirá con el tiempo por si misma; idea con la que los
existencialistas no están de acuerdo ya que ellos piensan que la idea de la inexistencia de dios haría que desapareciera la posibilidad de
encontrar valores.

El punto de partida del existencialismo lo marca la frase de Dostoievsky: “Si Dios no existiera todo estaría permitido”. Quizás dice
esto porque al pensar que existe Dios mantenemos unos valores que respetamos, pero si no existiera, haríamos lo que quisiéramos, que
no encontramos esos valores que rigen nuestra conducta. El hombre no está determinado, es libre. En consecuencia el hombre está
abandonado, desamparado, porque no encuentra excusas. El existencialismo no cree en el poder de la pasión, por tanto la pasión ligada
a una elección no es una excusa sino una elección misma del hombre. Ante la necesidad de elegir del hombre se le presenta la
dualidad que Sartre llama doble moral y a la cual concluye que frente a una elección no hay nadie que pueda tomar dicha
responsabilidad sino el hombre mismo. Esta dualidad se definiría cuando la elección se inclina hacia el lado del valor sentimental que
más lo represente al hombre. Pero no puedo determinar el valor sino llevo a cabo el acto que lo ratifica; pero cómo justificar ahora
entonces el acto desde el afecto sin caer en un círculo vicioso. Si utilizáramos a un tercero para pedir opinión o consejo sobre dicha
decisión, en dicha elección del consejero de acuerdo a sus características propias, ya sabríamos la perspectiva de su respuesta por
tanto ya habría en la elección del tercero un compromiso / responsabilidad.

Resumiendo, desamparo implica elegir nosotros mismos, esto nos lleva a la angustia producto de la responsabilidad y por tanto
desesperación depende de nuestra voluntad, sus limitaciones, y todo el conjunto de probabilidades que hacen posible nuestra acción.

El hombre, ser que se crea a sí mismo se crea eligiéndose y eligiendo sus posibles; si no los eligiese, no se crearía a sí mismo, y sería
creado por los posibles que actuarían sobre él desde fuera. Elegimos todo lo que somos, y somos lo que elegimos y eso que elegimos,
lo elegimos creándolo, no escogiéndolo dentro de un juego ya dado de posibles.

La acción del hombre es limitada hasta el momento de su muerte. Por tanto para seguir su acción comprometida con el mundo, deberá
obtener la ayuda agrupándose con otros hombres que tengan los mismos valores o intereses. Cuando Sartre afirma que no hay
naturaleza humana, lo hace en referencia cuan fiel puede ser la bondad humana. El hombre es libre, por tanto no hay nada, ni
naturaleza alguna en él que pueda asegurarse que el hombre elegirá lo correcto para el bien de la sociedad.

El hombre en conclusión puede comprometerse, actuar según sus elecciones, confiando en los demás hombres y entendiendo a futuro
que aunque no tenga la certeza de alcanzar el fin último, ha dejado todo en el camino por conseguirlo.

El existencialismo se opone al quietismo en tanto concibe al hombre como proyecto, no existe realidad si no hay acción. El hombre
obra de mala fe, al responsabilizar a un tercero de sus propias miserias. Todo lo que no haya realizado está basado en no haber
encontrado un otro con los mismos intereses. La elección de no accionar, define al hombre negativamente, como un sueño
desilusionado. El hombre es entonces lo que hace, el hombre no es más que su vida. En el hombre no hay determinaciones físicas,
biológicas o psicológicas que lo hagan accionar de una determinada manera; para el existencialismo el hombre se construye por sus
actos y por tanto su cobardía esta elegida por ellos mismos. La cobardía hace renunciar o ceder.

Para Sartre es erróneo considerar la doctrina existencialista como pesimista, porque por el contrario está en manos del hombre y su
accionar su realización. No hay un destino determinado ni tampoco su incapacidad de poder realizarse es innata, sino que es el hombre
quien lo controla, lo que lo lleva a revisar la moral y el compromiso.

Otra crítica que se le realiza al existencialismo es la de aislar al hombre de su subjetividad individual. Ante ésta Sartre, afirma que la
subjetividad es el punto de partida de la doctrina existencialista, fundamentando toda teoría en la verdad absoluta y evidente de la
conciencia captándose a sí misma, de no ser así, sería una teoría de probabilidades. La teoría de captarse a sí mismo, es lo que
diferencia al hombre de los objetos. El materialismo tiende a tratar a los hombres como objetos, con características no muy diferentes
a las de una mesa o una piedra, al contrario que el existencialismo, que constituye al hombre por sus valores. La subjetividad que se
alcanza como verdad, no es meramente individual, puesto que, al descubrirse a uno mismo, también descubrimos a los otros. El
hombre se capta a sí mismo frente al otro y el otro es tan cierto como uno mismo. Entonces, el otro es indispensable para nuestra
propia existencia. De esta forma, se descubre el mundo de la intersubjetividad.

Existe una universalidad humana de condición, la condición humana. Se entiende por esta a los límites a priori que constituyen su
situación en el universo. Indistintamente de la condición humana que tenga, el hombre necesita por su naturaleza, trabajar, ser, vivir,
estar. Si bien los proyectos del hombre pueden ser diversos, todos tendrán un factor común y es el de modificar/aceptar/negar esos
límites. Todo proyecto entonces por más individual que sea tiene un valor universal. Todo proyecto es comprensible por todos los
hombres pero no define a uno para siempre, puede ser reencontrado.

Los existencialistas son criticados por el supuesto de que al ser libres de elección pueden entonces hacer cualquier cosa es por eso que
se los tilda de anarquistas, ser jueces de los demás sin tener la certeza de que accionar está bien o mal y de que todo les es gratuito en
la elección. En defensa el existencialismo, afirma: El hombre es verdad que es libre y puede elegir como le plazca, pero es conciente al
a vez que si no elige, ese acto también es una elección. El hombre no elige frente a valores preestablecidos, como así tampoco hay en
el existencialismo un modelo estético de la moral, simplemente es la fidelidad a los intereses individuales de cada hombre lo que lo
lleva a una elección. La elección no es gratuita, el hombre se hace con ellas y la presión de las circunstancias hace que no pueda dejar
de elegir una, por lo tanto el hombre se define en tanto un compromiso, es por esto que es absurdo creer en la gratuidad de la elección.
En cuanto a la capacidad de juzgar, es verdadero que el hombre puede juzgarse; se elige frente a los otros y de esa manera se está
eligiendo así, de esa manera, a sí mismo frente a los otros.

El hombre que actúa de buena fe, no puede querer otra cosa que la libertad como fundamento de todos los valores por ello al elegir la
libertad de uno mismo elegimos a su vez la de los otros. Respecto a los valores existencialistas, explica Sartre, que la vida a priori no
tiene sentido. Nosotros le damos sentidos a partir de nuestra existencia. Si descreemos la imagen de Dios, deberá haber otra cosa que
le imponga valores a la vida.
También se le ha impuesto al existencialismo aclarar si es o no a su vez un humanismo. Sartre identifica dos sentidos para la palabra.
Por un lado como una teoría que toma al hombre como fin y como valor superior; pero este sentido es considerado absurdo porque el
existencialismo jamás tomará al hombre como fin. El otro sentido refiere a que el hombre está continuamente fuera de sí mismo, hace
existir al hombre proyectándose y perdiéndose; persiguiendo fines trascendentales (superación) es como el hombre puede existir. Este
último es el sentido que adopta el existencialismo.

Existencialismo / Ateísmo: Si bien los existencialistas son ateos el hecho de que Dios exista no modifica en nada la realización del
hombre.

En este sentido el existencialismo es un optimismo, una doctrina de acción y solo por mala fe, confundiendo su propia desesperación
con la nuestra, es como los cristianos pueden llamarnos desesperados.

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