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FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIA JURIDICA

Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales


Departamento de ciencias sociales y políticas

El existencialismo

Presentado por:
Valery Lanuza
María Jácamo
Isaac Escarlante

Docente:
Msc. Juana Corea

Viernes 09 de junio, 2023


El Existencialismo.
El existencialismo es una corriente filosófica del siglo XX que engloba a varios
pensadores contemporáneos como Jean-Paul Sartre, Karl Jaspers, Martin
Heidegger y Gabriel Marcel. A pesar de sus diferencias, todos ellos comparten la
idea de que la existencia es lo que constituye la esencia del ser humano en su
singularidad. Esta noción implica, y es una de las máximas más reconocidas del
existencialismo, que la existencia precede a la esencia, y no al revés.
Søren Kierkegaard es ampliamente reconocido como el punto de partida del
existencialismo. Aunque el término en sí fue acuñado posteriormente por Jean-
Paul Sartre, Kierkegaard se destacó por su oposición al idealismo hegeliano y
profundizó en elementos que luego serían retomados por la corriente
existencialista, como la angustia y la soledad. Además, se pueden encontrar
puntos en común entre el existencialismo y el pesimismo de Arthur Schopenhauer
y en algunas obras de Fiódor Dostoyevski.
Además, la ruptura nietzscheana con la metafísica tradicional también influyó en
menor medida en el desarrollo del existencialismo. Desde su surgimiento, el
existencialismo ha tenido un impacto significativo en diversas disciplinas. Este
impacto puede apreciarse especialmente en la literatura, donde autores como
Albert Camus, Emil Cioran, Miguel de Unamuno, Thomas Mann y Franz Kafka,
entre otros, han sido influenciados por esta corriente filosófica.
No obstante, es importante destacar que el existencialismo como corriente
filosófica surgió específicamente en el siglo XX. Después de la Primera Guerra
Mundial y en medio de la Segunda Guerra Mundial, Europa experimentó una
profunda crisis ética y religiosa. La violencia y la muerte presenciadas en el
comienzo del siglo generaron escepticismo y desconfianza en la sociedad hacia
los valores dominantes hasta entonces. Como reacción a diversas tradiciones
filosóficas existentes y como respuesta a este malestar, surgió el existencialismo
como un conjunto de trabajos teóricos que buscaban explorar y cuestionar temas
relacionados con el sentido de la libertad, la nada, la responsabilidad y el absurdo.
El existencialismo se presenta como una doctrina que permite la libertad y la
responsabilidad del ser humano, y sostiene que toda verdad y toda acción
implican un contexto y una vida humana. La existencia precede a la esencia, lo
cual significa que no existe una naturaleza humana predefinida. El individuo
comienza por existir, emerge en el mundo y luego se define. Inicialmente, es
simplemente un ser sin atributos específicos y solo se convertirá en algo definido a
medida que se vaya desarrollando. No hay una esencia humana porque no hay un
Dios que la conciba. Solo existe la libertad del sujeto, quien enfrenta obstáculos a
medida que toma decisiones y los supera o reemplaza con nuevos obstáculos.
Somos el resultado de este proceso dialéctico de nuestra propia libertad. Como
dijo Sartre, "Una vida es una infancia aderezada con todo tipo de salsas".
Una filosofía sobre la existencia.
La noción de que la existencia precede a la esencia es uno de los puntos
fundamentales del existencialismo. En su conferencia titulada "El existencialismo
es un humanismo", Jean-Paul Sartre ilustra esta idea mediante la metáfora de un
abrecartas. Mientras que un artesano fabrica un abrecartas teniendo en mente su
función específica, lo que implica que la esencia del abrecartas precede a su
existencia, el origen del ser humano es diferente.
Sartre argumenta que si hubiera un Dios creador, este tendría en su mente divina
la esencia del ser humano incluso antes de que existiera, de manera similar al
artesano y el abrecartas. Sin embargo, al afirmar que Dios no existe, se concluye
que el ser humano es aquel ser en el cual la existencia precede a la esencia, ya
que existe antes de poder ser definido por ningún concepto en particular.
A diferencia de otras corrientes de pensamiento, el existencialismo se presenta
como un sistema que busca abordar la problemática ineludible de la existencia
humana. Cualquier pesimismo asociado a él es simplemente una respuesta de
aquellos que evitan enfrentar el carácter trágico de la existencia y se refugian en
formas de vida inauténticas que el existencialismo, por su parte, busca superar.
Sin embargo, el existencialismo se muestra principalmente como una literatura
filosófica, o dicho de otra manera, como una filosofía inspirada en la intuición
poética. Tal vez, nosotros podríamos coincidir en que filosofar es adentrarse en la
intimidad de la existencia.
Su postura se alinea con aquella que inauguró el pensamiento en Occidente,
despojado de todo determinismo y prejuicio enciclopedista, que ha convertido a la
filosofía en una rutina científica en nuestros días. Sin lugar a dudas, representa un
preludio a la cuestión más cercana al ser humano. Es una antropología, una
metodología introspectiva. Es un retorno de la filosofía y un encuentro consigo
misma. El "Horno pamphagus", término utilizado por Nietzsche para caracterizar al
hombre moderno como un ser que todo lo consume y resuelve, se ajusta al ideal
de apropiación y omnipotencia presente en el conocimiento contemporáneo.
La elección.
La acción de elegir se asemeja a la creación de una obra de arte: al igual que el
artista no está obligado a seguir reglas preestablecidas, el ser humano se inventa
a sí mismo. El ser humano se construye, no está predefinido desde el principio (no
hay una esencia que preceda a la existencia). Se forma a través de sus
elecciones, por lo tanto, cualquier individuo que crea en un determinismo que lo
precede y lo destina está actuando de mala fe. Sartre sostiene que la mala fe es
una mentira porque oculta la total libertad del compromiso y nos dice que estamos
predeterminados. Frente a la mala fe, el existencialismo defiende la necesidad de
que el ser humano se encuentre a sí mismo y se convenza de que nada puede
salvarlo de convertirse en quien es en realidad.
Ser, hacer y libertad.
La acción consiste en modificar de alguna manera la imagen del mundo. Toda
acción es intencional por naturaleza, con excepción de los casos fortuitos. La
condición fundamental de toda acción es la libertad del individuo que actúa, y
ninguna acción se lleva a cabo sin un motivo y un fin. Sin embargo, el motivo se
comprende a través del fin, es decir, a través de lo que aún no existe. En este
sentido, el motivo revela la falta de ser en mi esencia, mi necesidad de ser libre
para realizar mi proyecto y convertirme en lo que aún no soy.
Para el ser humano, como ya hemos mencionado, ser es "elegirse". Aquel que es
lo que es (en-sí) no puede ser libre, ya que no tiene la necesidad de elegirse a sí
mismo. Por lo tanto, el ser humano "es lo que no es" y su libertad lo impulsa a
construirse. En otras palabras, como hemos afirmado desde el principio, la
existencia precede a la esencia. Sin embargo, los fines no son impuestos al
hombre desde el exterior ni surgidos de su naturaleza interna (esencia). Él los
elige y, mediante esa elección, les confiere una existencia trascendente como
límites externos a sus proyectos. Estos fines se convierten entonces en
coeficientes de adversidad y obstáculos que deben ser superados, lo cual puede
generar una sensación angustiosa de su imposibilidad de lograrlos, lo que se
experimenta como un estado de anonadamiento.
Es importante destacar que el acto de hacer siempre implica una apropiación,
incluso en los casos en los que el individuo se abandona ciegamente a los hechos,
a la realidad práctica, a la facticidad. En ese abandono radica precisamente el
proyecto de recuperación de sí mismo. El sujeto que es absorbido por el orden
condicionante de las cosas intenta, a través del hacer, convertirse en el
fundamento del mundo de esas cosas. Por eso, cuando permito que la realidad
me apropie, vivo la ilusión de ser yo quien se está apropiando de ella.
El hombre, influenciado por sus necesidades, otorga una mayor realidad al mundo
y experimenta esa alienación como si la deseara, reservando la secreta esperanza
de que a través de su hacer logrará establecer un nuevo orden propio. En el
ámbito social, las clases subyugadas aspiran a invertir la relación dialéctica entre
amo y esclavo aceptándola, sin intentar disolverla, sino solo reemplazar al
capitalista en algún momento. De acuerdo con el pensamiento de Sartre, el Para-
sí siempre intentará ser aquel por medio del cual el ser de las cosas se manifiesta
con sentido. En relación al móvil, podemos afirmar que, si bien no se concibe un
acto sin motivo, el móvil no es la única causa del hacer. El móvil, el acto y el fin
son estructuras interconectadas, y cada una de ellas requiere de las otras dos
para tener significado.
En cuanto al acto, no se limita a sí mismo, sino que remite a estructuras más
profundas, como ocurre en el psicoanálisis freudiano. El psicoanálisis busca la
motivación de los actos, pero solo se basa en un éxtasis del tiempo humano: el
pasado.
En conclusión, el existencialismo aborda la problemática de la existencia humana,
defendiendo que la existencia precede a la esencia y que el individuo se crea a sí
mismo a través de sus elecciones y acciones. El hombre es libre y responsable de
su propia vida, y su existencia se define a medida que se compromete con sus
proyectos y supera los obstáculos que se le presentan. El existencialismo destaca
la importancia de la libertad individual y rechaza cualquier determinismo o
predestinación. Además, enfatiza la necesidad de autenticidad y de enfrentar la
angustia inherente a la búsqueda de sentido en un mundo aparentemente
absurdo.
En última instancia, el existencialismo nos invita a explorar la profundidad de
nuestra existencia y a asumir la responsabilidad de nuestra propia realización y
autorrealización. Además, el existencialismo resalta la importancia de la
experiencia personal y subjetiva, reconociendo que cada individuo vive su propia
existencia de manera única. No existen reglas preestablecidas o normas
universales que dicten cómo debemos vivir, sino que cada persona debe
enfrentarse a la libertad y la responsabilidad de tomar decisiones y darle sentido a
su propia vida.
El existencialismo también critica la idea de que los fines y significados de la vida
sean impuestos desde afuera, ya sea por una autoridad divina o por normas
sociales y culturales. En cambio, defiende que somos nosotros quienes elegimos y
otorgamos significado a nuestra existencia a través de nuestras elecciones y
acciones. Asimismo, el existencialismo reconoce la angustia y el conflicto que
pueden surgir al enfrentarnos a la libertad y la responsabilidad. Aunque esta
experiencia puede ser desafiante y dolorosa, también nos brinda la oportunidad de
trascender nuestras limitaciones y descubrir nuestro verdadero ser.
En resumen, el existencialismo nos invita a reflexionar sobre nuestra propia
existencia, a cuestionar las convenciones y normas establecidas, a asumir la
responsabilidad de nuestras elecciones y a buscar el sentido de nuestra vida en
un mundo lleno de incertidumbre y posibilidades. Es una filosofía que nos anima a
vivir de manera auténtica y a enfrentar los desafíos y contradicciones de la
condición humana con valentía y determinación.

Bibliografía
Espínola, J. P. (MAYO de 2017). Enciclopedia Humanidades. Obtenido de Existencialismo:
https://humanidades.com/existencialismo/
Robles, E. C. (s.f.). INTRODUCCIÓN AL EXISTENCIALISMO. Obtenido de COLEGIO NACIONAL DE
MONSERRAT:
https://monserrat.aulavirtual.unc.edu.ar/file.php/1/Filosofia_III_Enrique_Robles/
Introduccion_al_existencialismo.pdf

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