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Pago por calidad de la leche

El pago, por calidad de la leche, se ha venido


reglamentando en algunos países donde la
producción lechera es elevada y la mayor
proporción de esta leche se dispone para
fines industriales. Para evitar la extracción
de la materia grasa de las leches se ha
legislado una serie de normas que evitan su
adulteración.
Con el tiempo se ha ido estableciendo el pago
según el contenido de grasa y proteína.

Para el pago de la leche existen tres planes


sencillos en funcionamiento:

• Pago de la leche por peso o volumen. Tomando


como base la composición media, se
determina el contenido de materia grasa en
cada suministro, con primas para las
leches cuyo contenido graso sea mayor al
promedio y reduciendo los precios de la leche
de calidad interior a la media.

• Pago de la leche sobre la base de


unidades de grasa. Es decir, por peso
de la materia grasa recibida de cada
productor durante un período
contable. Se toman muestras de cada
unidad entregada, durante 7 o 10 días
cuyo
resultado se utiliza para calcular el peso
de la materia grasa sobre la base del peso
o volumen de la leche recibida.

• Pago basado en el rendimiento anual del


período anterior. Se toman muestras
mensuales y se evalúan para
determinar si el rendimiento fue bueno
o no. Este sistema no es muy ventajoso
para los productores pequeños.
En muchos países se está tratando de
implementar el pago de proteínas, pero es
difícil poder establecer este plan, debido a
que es complicado determinar el valor día
a día.

• Pago por calidad higiénica de la leche.


Este se puede alternar con los
anteriores. Mediante pruebas de
reducción con azul de metileno con
intervalos semanales, se
clasifican de satisfactorias a insatisfactorias
de acuerdo con el tiempo de reducción, se
castiga en el precio a las instalaciones y se
pueden premiar aquellas que alcancen las 4 ó
5 horas, por ejemplo, para la reducción de
azul de metileno.

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