Con respecto, al concepto de educación de la tradición personalista de Mounier, se localizó
la ponencia de Guadarrama y Lavanderos (2017), a pesar de que, los autores se centran en la categoría de Ser-Maestro, continuamente aluden a la educación como educación de la persona, es decir, promoción integral de la dignidad humana. Es interesante, la perspectiva personalista, porque sirve para cuestionar la educación excesivamente técnica y funcional.
Una ponencia vinculada a la concepción educativa de Freire y Levinas, corresponde
a Martínez (2017), propone analizar la actitud filosófica inherente a la educación como práctica de la libertad. Por consiguiente la educación como práctica de la libertad esta mediatizada por su quid filosófico, por ello, su finalidad es la concientización del ser humano, de sus responsabilidades propias y frente a otros. De hecho, se puede vislumbrar un criterio de la educación liberadora, su fundamento filosófico, crítico y reflexivo.
Esquivel (2017) recupera el enfoque decolonial y la filosofía de latinoamericana,
por eso, emplea los análisis de Enrique Rodo y la pedagogía de la esperanza de Paulo Freire. Al mismo tiempo, identifica las características del pensamiento crítico, posteriormente, registra algunas nociones de educación propuestas por Freire, no obstante, solamente recogemos aquella que es elaborada por Esquivel, la educación crítica significa: trabajo activo por pensar y repensar formas concretas de emancipación.
Llama la atención la perspectiva de Argott (2017), ya que se posiciona desde el
materialismo histórico, además, incorpora algunos elementos de la Filosofía de la Liberación. Es importante, la crítica de Argott a la educación neoliberal, y, al posmodernismo, porque ambas posturas olvidaron al otro como afectado-excluido, por ello, no arribaron a la crítica de la economía y mucho menos de la colonialidad.
Es conveniente, recalcar que se encontraron ponencias en áreas temáticas del XIV
CNIE, como: “Educación, desigualdad social, inclusión, trabajo y empleo”, y, “Educación y valores”. De modo que, la reflexión sobre el concepto de educación ha llegado a pensarse en otros campos del COMIE, aunque de forma intermitente. Echavarría y Reyes (2017) presentaron un análisis crítico del modelo de educación basada en competencias. Interpretan a la educación por competencias como generación de habilidades para responder a demandas individuales y sociales, para desempeñarse de forma eficaz o competitiva. Simplemente, delinean el origen y trayectoria de la educación por competencias, y, pretenden realizar una crítica a dicho modelo, no obstante, su argumentación es tan similar a lo que se pretende criticar, ya que emplean la noción de saberes socialmente productivos. En mi opinión, la educación por competencias, es cuestionada bajo el mismo marco categorial, esto evidencia la falta de marcos categoriales alternos a los hegemónicos. ¡Urge la descolonización y creación de nuevas categorías!
López, Benítez y Méndez (2017) ofrecen un estudio de la concepción de educación
de la filósofa Martha Nussbaum, además, definen rasgos de educación para la renta y educación para la democracia, mediante cuestionarios a estudiantes de universidad. Por tanto, la educación para la renta connota interés exclusivo por el crecimiento económico, en contraparte, la educación democrática se encuentra fundada en el paradigma del desarrollo humano, conque, busca la formación integral de ciudadanos. Este análisis, sin lugar a dudas constituye una concepción amplia de la educación y muestra una mirada poco explorada en la investigación educativa.
Por otra parte, se recupera el XIII Congreso Nacional de Investigación Educativa,
con el tema: “Aportes y reflexiones desde la investigación educativa: ¿Qué sabemos… qué nos falta?”, celebrado en Chihuahua, del 16 al 20 de noviembre de 2015. Se acota que, solamente se recuperan las ponencias del área temática: “Teoría, filosofía, historia y educación e investigación sobre la investigación educativa”. Por tanto, se revisaron 110 ponencias, de las cuales, 3 guardan relación con nuestro objeto de estudio.
Rangel (2015) muestra los conceptos de la filosofía política de Rousseau, además,
identifica elementos de una educación ciudadana. Entonces, se resaltan los principios de igualdad y libertad, ya que Rousseau realizó una crítica a la desigualdad, lujo y corrupción. Como resultado, la educación era vista como el desarrollo de autonomía y carácter, así pues, su finalidad era formar un hombre razonable, y, sobretodo, conscientes de que su primer deber es ser humanos. Ramírez (2015) desarrolla la Epistemología de la Frontera y la Epistemología del Sur, afirma que ambas pueden servir para generar conocimiento crítico, contextual y comprometido. La ponencia es importante, porque apela al posicionamiento transmoderno y decolonial, quizás, puede considerarse como la primera intervención que dentro del COMIE, expone la necesidad de ubicar una nueva geopolítica del conocimiento.
Anzaldúa (2015) analiza la transición de la sociedad disciplinaria (Foucault) a la
sociedad de control (Castoriadis), y, sus consecuencias en educación. Básicamente, la sociedad disciplinaria se basa en el castigo y encierro, para la vigilancia; en contraste, la sociedad de control, se somete al poder de forma abierta, emplea un control continuo y la vigilancia es ejercida horizontalmente.
Por consiguiente, la sociedad disciplinaria tiene una educación como modelamiento
de los sujetos, para incorporar hábitos, y, la sociedad de control asume una educación como instancia de evaluación de servicios, eficientes y productivos. Vale la pena destacar, que este enfoque retrata la perspectiva posmoderna, ya que engloba el análisis de la educación sin pretensión de crear otro relato emancipatorio (Anzaldúa, 2015).