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4.

Dimensión filosófica
Lo que se pregunta es el origen de la Filosofía griega; se trata de saber cómo empezó a expresarse esa
conciencia que se tenía entonces de la Realidad, qué explicación daban de la Totalidad, de todo el
Universo. Y se hacían preguntas por lo que veían, por el sol, los astros, el día, la noche, etc., y en todo
esto buscaban un principio material, a partir del cual podrían explicar todo lo que se manifiesta en la
naturaleza, incluido el Hombre. Este cuestionarse las cosas es una de las características que definen al
Hombre: su capacidad y necesidad de interrogarse, de poner en tela de juicio las cosas y a sí mismo. El
resultado es una respuesta, un intento coherente de explicar la realidad, el Todo, el universo de cosas
que suceden a su alrededor.

4.1. El paso del mito al “logos”

El origen de la filosofía griega hay que buscarlo en el paso del Mito al Logos, el paso de la Leyenda a la
Razón; de una explicación mítica de la realidad a una explicación racional de la misma. El nacimiento de
la filosofía griega se produce al preguntarse los pensadores por lo que están viendo, por el Universo, por
la Naturaleza: sienten curiosidad por saber qué es esa Naturaleza, en qué consiste, cuál es su origen.
Ésta es una pregunta racional, sometida al análisis de la razón, y no a la autoridad basada en el Mito.

• Mito es un conjunto de narraciones tradicionales acerca del mundo, de los hombres, de los
dioses, de la sociedad, que pretende ser una explicación total de la realidad (como los
poemas de Homero y Hesíodo ).
• En los mitos, las fuerzas naturales son personificadas y divinizadas (el fuego, el viento, los
huracanes, son dioses que actúan sobre los acontecimientos), y los sucesos dependen de
la voluntad de los dioses.

Estos pensadores griegos se dan cuenta de que los antiguos no dan razón de lo que dicen, no aportan
pruebas, se quedan sólo en elementos imaginativos o sentimentales, no dan respuesta a los verdaderos
problemas que se plantea el hombre sobre el mundo, sobre las cosas. La explicación de una tempestad
no consiste en decir que el dios Zeus se enfurece, que está airado con los hombres, que los castiga, etc.,
o que el buen tiempo es propio de la diosa de la fertilidad que da buenas cosechas a los campos. Todo
esto es propio del hombre precientífico. El orden natural y los hechos atmosféricos (el día, la tarde y la
noche; o el verano, el otoño, la primavera y el invierno) no son inteligibles en el lenguaje poético o mítico,
requieren una explicación racional.
4.2. La pregunta fundamental

Lo que pretenden resolver es el problema de los orígenes del Mundo, de la naturaleza; quieren dar una
respuesta racional que sustituya a la explicación mítica. Según el mito, todos los dioses son
engendrados, son los dioses los que hacen el Mundo; entonces, no hay nada eterno, y el origen último de
las cosas, del mundo, queda sin explicar. Para el pensamiento mítico, todos los sucesos del universo
dependen del capricho de los dioses.

Los filósofos buscan el determinar cuál es el principio (arjé) último y eterno del que todo procede, y del
que todo se compone. ¿Cuál es la naturaleza (fisis) de las cosas? ¿Cuál es la realidad permanente y
única que está detrás de lo que se ve, de lo que se percibe, de las impresiones sensibles? Los filósofos
buscan una interpretación del universo que explique de verdad la Realidad: tiene que haber un primer
principio real (no imaginativo o poético) de donde provenga todo el mundo y todas las cosas; porque es
claro que del no-ser, de la no-realidad, no puede proceder el ser, la realidad, el universo...

4.3. La explicación racional

Lo racional, lo no-mítico, supone el despojo de los elementos poéticos, imaginativo-sentimentales, para


quedarse con el Logos, con la razón: ¿Cuál es el origen del Universo? Y a esta pregunta, responden con
elementos reales: agua, fuego, aire, tierra. Éstos son elementos objetivos, físicos, naturales, no son
religiosos poéticos o sobrenaturales; aquí no intervienen los dioses para nada. Algunos de estos
elementos pueden ser el último constitutivo de donde salió el Mundo, las cosas; es el principio que rige el
nacimiento y la desaparición de las cosas (aparece el día, desaparece la noche; viene el verano, ya no
existe el invierno, etc.) Y así, se ve que la Naturaleza está sometida a un orden, a una ley y una razón,
que está dentro de ella misma, no viene de fuera, del capricho de los dioses; el Mundo es un Cosmos, es
algo ordenado y bello, no es un caos. Los misterios que la naturaleza lleva dentro hay que explicarlos
desde ella misma, y es materia reflexión de los filósofos.

4.4. Las etapas de la filosofía griega

Etapa cosmológica: Presocráticos

Desde el siglo VI a. de C. a primera mitad del siglo V. Tratan de descubrir la naturaleza del mundo,
el origen esencial que garantice la unidad y el orden en el mundo.

Etapa antropológica: Sofistas y Sócrates

Segunda mitad del siglo V a. de C.


Tratan de descubrir la naturaleza del hombre y de la sociedad.

Etapa ontológica: Platón y Aristóteles

Siglo IV a. de C. Tratan de hacer una síntesis del ser del hombre y del mundo.
Es la etapa cumbre de la filosofía griega.

Etapa ética: Estoicos y epicúreos

Siglo III a I a. de C. Tratan de los comportamientos humanos. Es la época de las doctrinas


morales.

4.5. Resumen
La filosofía empieza cuando se abandona el MITO como explicación de la realidad y se opta por el
LOGOS como explicación racional:

• Se abandona a Homero y a Hesíodo como pre-científicos: sus libros no son sagrados, por
tanto no hay que aceptarlos dogmáticarnente, y se pueden abandonar sus explicaciones. A
pesar de todo, algunas veces será peligroso el mero hecho de dejarlos a un lado, y los
filósofos que así lo hagan y prefieran sus explicaciones racionales, serán condenados por
delito de asebeia, es decir, impiedad.
• Se dan cuenta de que otros pueblos tienen otros mitos , otras explicaciones de las cosas.
Por tanto no son explicaciones dogmáticas : son relativas y se pueden criticar.
• El mito se sustituye por la idea de necesidad: las cosas suceden porque tienen que
suceder, no por capricho de los dioses:

o Debe haber unas leyes constantes: por ejemplo, el agua a determinadas temperaturas
hierve o se solidifica; la actividad de las cosas se debe a unas leyes.
o Debe haber un principio (arjé) que sea el principio último de todo lo real, del que se
compongan las cosas. ASÍ SE EMPIEZA A FILOSOFAR.

5. Los presocráticos (siglo VI a. de C. -mitad del siglo V a. De C.)


Se llaman así porque son los filósofos que aportaron sus modos de pensar antes de Sócrates, como
figura principal de todo este período. La filosofía en este tiempo se desarrolla en las colonias jónicas e
itálicas.

• Colonias jónicas : situadas en el mar Jónico y Egeo, son los núcleos de expansión de las
ciudades griegas.
• Colonias itálicas : los eleatas, en tomo a las colonias del mar Adriático y el Tirreno..

Los filósofos jónicos son más empíricos, más apegados a la experiencia sensible, y con caracteres más
materiales. Los filósofos eleatas son más especulativos, más abstractos, más espiritualistas.

Estas colonias tienen independencia total: su unión con las ciudades-estado es puramente espiritual:
les une la lengua y la mitología común. Se plantean fundamentalmente estos problemas:

• El concepto de naturaleza.
• La búsqueda del principio (arjé).
• El problema del conocimiento.

5.1. El concepto de naturaleza

A estos filósofos se les conoce por ser más físicos que otra cosa, al tratar de estudiar y explicar la
naturaleza, la fisis de las cosas. ¿Cuál es la esencia, la naturaleza de las cosas (del Hombre, de las
cosechas, de las estaciones, etc. )?

El término fisis viene del verbo griego en infinitivo «fiei», que significa nacer, crecer, desarrollarse, salir
hacia fuera; es decir, indica una fuerza interna que impulsa a crecer y desarrollarse, no a estancarse, a
quedarse como estaba. ¿En qué consiste esa fuerza que tiene la naturaleza de las cosas que le hace
moverse, cambiar, crecer, mejorar? ¿Cuál es el principio (arjé) a partir del cual las cosas son lo que son,
tienen esa naturaleza, esa fisis? ¿Cuál es la naturaleza de las cosas? es lo mismo que preguntarse ¿cuál
es la ley interna que rige las cosas? Tiene que haber, por tanto, una ley que rija el aparecer y el
desaparecer de las cosas, porque el mundo (cosmos) no es un caos, es un todo ordenado y bello. y esto
a dos niveles:

• Como totalidad: la totalidad de las cosas está sometida a una ley, a un orden, un conjunto de
leyes que rigen su funcionamiento, que hacen que la naturaleza se comporte de una forma muy
determinada.
• Como individuos: cada cosa que existe en la naturaleza tiene que estar determinada por unas
leyes internas a cada realidad, que hace que cada cosa se comporte de una determinada forma;
cada cosa debe estar regida por una ley interior.

5.2. La búsqueda del arjé

Es un problema derivado del anterior: ¿cuál es el principio de donde provienen todas las cosas?
El pensamiento griego es ajeno a la creación del mundo; por otra parte, se ha liberado de las
explicaciones míticas, en las que aparecen los dioses haciendo y manejando el mundo. Ellos quieren
explicar la realidad que existe a partir de algo (=principio, arjé) que se puede encontrar dentro de las
cosas; es decir, pretenden encontrar el constitutivo último de todos los seres.

- En esta búsqueda no se han liberado del todo de los elementos míticos; de ahí que junto a
este comienzo o intento del pensar filosófico, se encuentren restos de las antiguas
cosmogonías de los antiguos mitos.
- Por tanto, el proceso es lento: se van dando pasos, hay explicación racional, pero con
frecuencia mezclada con elementos míticos; la naturaleza no procede por saltos, la historia del
pensamiento es siempre evolutiva, nunca se pasa de una postura a otra, de repente. Se va
abandonando la explicación mítica, sustituyéndola por la explicación racional, aunque no se
haga de golpe.

En esta explicación hay dos tendencias :

• monista: hay un único principio que explica todas las cosas, que muchas veces tiene carácter
divino, aunque no deja de ser completamente material, como en Tales, Anaximandro,
Anaxímenes, Heráclito....

• pluralista: hay una diversidad de principios que se relacionan entre sí; por ejemplo, en
pitagóricos, Empédocles, Anaxágoras, atomistas...

5.3. El problema del conocimiento

Es el tema específico de este inicio de la filosofía: el abandono de la explicación mítica de la realidad y el


empleo de la razón como instrumento para tratar de explicar racionalmente la realidad. Se abandona la
imaginación, la inspiración poética, la emoción, el sentimiento y se busca la razón para explicar la
realidad.

Para responder a estas preguntas, el método que se emplea es el racional, la razón como medio de
explicación de la realidad, no es la imaginación que nada explica. Pero existen dos modos de
conocimiento:

- Los sentidos, que nos ponen en contacto con las realidades sensibles (el mundo, las cosas, los
hombres).
- La razón, que va más allá de los sentidos y nos hace llegar a la esencia, a la verdad de las
mismas cosas.

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Hay una diferencia clara entre lo que percibimos de la naturaleza por los sentidos, y lo que es esta misma
naturaleza captada por la razón. De aquí que parezca que el auténtico camino del conocimiento sea la
razón, que va más allá de lo observado.

Esto da lugar a dos modos del conocer: el empírico, basado en la observación de los sentidos, un
conocimiento sensible, y otro, el racional, la reflexión intelectual sobre lo observado; de aquí se seguirán,
en la Historia de la Filosofía, dos teorías del conocimiento que enfrentan a distintas escuelas a través de
los siglos: empirismo y racionalismo, o realismo e idealismo.

5.4. La solución de Heráclito y Parménides

5.4.1 Heráclito (544-484 a. de C.)

Natural de Éfeso, de familia noble. Rechaza la invitación de Darío para ser Rey de Éfeso. Es un
insatisfecho permanente, disconforme con todas las opiniones de los demás. Le llamaban «el oscuro».

Su filosofía

• Al verdadero conocimiento de la naturaleza solamente podemos llegar con la razón: la naturaleza


es una unidad, pero formada por elementos contrarios (padre-hijo; mortal-inmortal; día-noche).
Estos elementos contrarios están unidos, y esa unidad es la que captan los sentidos . Pero la
razón nos lleva a ver la unidad en los contrarios: se trata de esa unidad dialéctica de la que
están hechas todas las cosas.
• Esta dialéctica hace que todo se mueva. Todo está en continuo movimiento, en continua
transformación: todo fluye, “panta rei”, es la frase griega. La fuerza interna de la naturaleza hace
que crezca y se desarrolle. Por eso dice Heráclito: «No se puede uno bañar dos veces en el
mismo río. Descendemos y no descendemos al mismo río, somos y no somos. Los que
descienden se sumergen en aguas siempre distintas en su fluir incesante.»
• El arjé es el fuego: “las llamas en incesante inquietud de subidas y bajadas, se enciende y se
apaga según medida”. ¿Cuál es esa medida?
• La medida es el Logos. La unidad del cosmos, del mundo se rige por una ley, que es el Logos, la
Razón, que es tanto como Dios; es una ley que todo lo ordena; así, el mundo no es un caos, no es
el producto del azar, sino que todo está regulado por esta regla, esta ley, este Logos: «Dios es el
día y la noche, invierno y verano, guerra y paz, saciedad y hambre, su Ser cambia como el fuego».

En resumen, la naturaleza es dialéctica, pero formando una coherencia que le hace estar en continuo
devenir conforme a una ley que la ordena.

5.4.2. Parménides (540-470 a. de C.)

Tomó parte activa en su ciudad natal, Elea, componiendo leyes. Escribió en verso. Representa un nuevo
punto de partida en su filosofar. Se trata de una de las pocas posiciones metafísicas más radicales que se
han dado en la Historia de la filosofía occidental. Su filosofía parte de este principio: sólo el ser es y es
imposible que no sea; el no-ser no es, y por tanto no se puede hablar de él.

• La razón: el único camino para llegar a la verdad es la razón, la vía del conocimiento; lo que
ofrecen los sentidos son meras apariencias. Hay una oposición entre el conocimiento sensible y
el racional; desde el conocimiento racional hay que reflexionar sobre la fisis y el arjé.
• La unidad: a partir de la única realidad que existe, que es el Ser, es imposible que exista la
pluralidad. No hay más que un solo ser; si éste fuera agua, por ejemplo, sólo podría haber agua,

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no podría transformarse en ninguna otra sustancia. Lo que no existe no ha existido nunca; lo que
existe, ha existido siempre.
• Hay un solo ser: una única realidad; si hubiera otro ser se distinguirían en algo: ese «algo» es ser,
o no es ser; si no es ser, no es nada; si es ser, se distinguiría de otro ser, y así hasta el infinito.
Luego, sólo existe un ser, una única realidad.
• Es eterno, no puede dejar de existir, no tiene principio ni fin; no puede haber otro ser que lo
limitara al principio o al final. Si no fuera eterno, habría un momento en que no existiera, y es una
contradicción un ser que al mismo tiempo es y no es.
• Es inmutable, porque si se moviera debería haber algo en donde se moviera, y entonces, ya no
habría un solo ser; por lo tanto, el movimiento es imposible.

En conclusión, el ser es uno, único, universal, estático, y siempre el mismo.

5.4. Resumen

La Filosofía griega nace de una actitud crítica ante las explicaciones míticas de la realidad del Universo.
Ese pensar crítico consiste en desmitificar las leyendas de Homero y Hesíodo, principalmente, y aportar
un pensar racional. Se preguntan por el origen (arjé) de las cosas, por la naturaleza (fisis) de cada cosa,
del universo entero. El método que emplean es la observación y el razonamiento; hacen más caso de la
razón que de los sentidos para llegar a una verdad. Hay muchas formas de elaboración de este primer
pensamiento filosófico:

- El arjé, el primer principio de donde dimanan todas las cosas, es único pero diferente:

• el agua, para Tales de Mileto;


• el ápeiron, según Anaximandro;
• el aire, según Anaxímenes;
• el número, para los pitagóricos.

- El arjé es múltiple:
• fuego-tierra-aire-agua, para Empédocles;
• homeomerías, según Anaxágoras;
• los átomos, según Demócrito.

- Otras diferencias:

Según Parménides, el ser es único, estático; el movimiento es imposible; para Heráclito, el universo es
movimiento incesante.

Si para Anaxágoras el Cosmos es producto de una Mente (nous), Demócrito dirá que es el resultado del
azar y de la necesidad

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