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IV
Las normas del Derecho del Trabajo son obligatorias, es decir, de orden público,
por lo que ellas se imponen a las partes aun cuando estas hayan pactado lo
contrario, pues la libertad contractual en materia laboral está seriamente
limitada, así se tiene legislado en el Artículo 48.I de la Constitución Política del
Estado, que establece que las disposiciones sociales y laborales son de
cumplimiento obligatorio, el numeral III del citado refiere que los derechos y
beneficios reconocidos a favor de las trabajadoras y los trabajadores no pueden
renunciarse, y son nulas las convenciones contrarias o que tiendan a burlar sus
efectos; en similar sentido se tiene legislado en el Artículo 4to. de la Ley General
del Trabajo: “(…) Los derechos que esta Ley reconoce a los trabajadores son
irrenunciables, y será nula cualquier convención en contrario…”, entonces, el
legislador ha previsto reglas mínimas inderogables, debajo de los cuales no es
posible contratar válidamente, con lo que se quiere dejar establecido es que los
trabajadores y los empleadores no pueden acordar situaciones que pudieren
estar en contradicción o sean inferiores a lo establecido tanto en la Constitución
Política del Estado como en la Ley General del Trabajo.
Marc, define los principios como aquellas líneas directrices o postulados que
inspiran el sentido de las normas laborales y configuran la regulación de las
relaciones de trabajo, con arreglo a criterios distintos de los que pueden darse
en otras ramas del Derecho.
CONTINUID
AD
IRRENUNCI
IGUALDAD
ABILIDAD
BUENA FE
PROTEC PRIMACIA
DE LA
TOR REALIDAD
RAZONABIL
INTERVENCI
IDAD
ONISTA
JURIDICA
NO
DISCRMINA
CION
5. PRINCIPIO PROTECTOR.
El derecho laboral tiene una clara aptitud de tutela y protección del más débil:
el trabajador.
Por otro lado es evidente que esta protección no es absoluta, pues el Derecho
laboral requiere que la empresa pueda funcionar económicamente, por tanto
la protección siempre tiene en cuenta la continuidad y el lucro del empleador.
Esta protección flexible está muy presente en diversas legislaciones laborales
como la nuestra, a través de diversas normas que directamente benefician al
empleador, tales como: a) El ius variandi; b) La potestad reglamentaria
(Reglamento Interno); c) La potestad disciplinaria; d) El reconocimiento explícito
de su facultad de organizar, dirigir y administrar la empresa.
• NORMA
MAS
REGL FAVORABLE
A AL
TRABAJADO
R
• CONDICION
MAS
REGLA
BENEFICIOS
A
a) Regla In Dubio Pro Operario.
Esta regla le otorga un especial matiz al Derecho del Trabajo, pues rompe con
los esquemas más rígidos y tradicionales de la jerarquía de las normas; de esta
manera, es aceptado, que una norma de inferior categoría sea aplicada en un
caso concreto por encima de una contraria de superior categoría, aún más, sin
necesidad de normas, si un elemento del contrato privado entre trabajador y
empleador es más beneficioso que cualquier norma de rango superior se
aplicará la primera.
Este principio encuentra; sin embargo, un límite que es importante señalar y son
las exigencias de orden público, así, se aplicará la norma más favorable siempre
que no exista ley prohibitiva del Estado. Esto existe cuando el bien común exige
sacrificios de ventajas aparentes de los trabajadores en general.
El Artículo 4o numeral I) del D.S. Supremo 28699, establece que en caso de existir
una situación concreta anteriormente reconocida ésta debe ser respetada, en
la medida que sea más favorable al trabajador, ante la nueva norma que sé ha
de aplicar.
Marc, evocando a Alonso García, considera que se diferencia del in dubio pro-
operario, por ser menos general, aparecer, en realidad, como una formulación
del mismo y tener formulación jurídico-positiva expresa, y de la segunda regla
expuesta, por implicar una aplicación de norma de favor; pero no referida a
regulación general, sino a situaciones precisamente concretas y determinadas.
Por esta regla la aplicación de una nueva norma laboral nunca debe servir para
disminuir las condiciones más favorables en que pudiera hallarse un trabajador.
Esta regla supone la existencia de una situación más beneficiosa anterior,
concreta y determinada, que debe ser respetada en la medida que sea más
favorable. Así, si una condición más beneficiosa ha sido otorgada
provisionalmente, con vida limitada en el tiempo, no puede ser invocada. En
otras palabras una nueva norma laboral no puede empeorar las condiciones
que ya tiene un trabajador.
1) Aquellas que surten efectos legales y que por lo tanto son jurídicamente
exigibles en cuanto a su cumplimiento, ya que se convierten en fuente
de derechos subjetivos.
2) Las que se otorgan por la mera libertad del patrono sin crear derecho
subjetivo, por no ser la voluntad del mismo, suelen estar sujetas al previo
cumplimiento de requisitos necesarios para el otorgamiento por ejemplo
de ganancias en la empresa.
La Constitución Política del Estado, en el Artículo 48. III. Reconoce que los
derechos y beneficios reconocidos en favor de las trabajadoras y los
trabajadores no pueden renunciarse, y son nulas las convenciones contrarias o
que tiendan a burlar sus efectos. Por su parte la Ley General del Trabajo, en el
Artículo 4, al igual que la Constitución instituye que los derechos que esa ley
reconoce a los trabajadores son irrenunciables, y será nula cualquier
convención en contrario.
Se denomina así al principio que afirma que siempre se debe reconocer a través
de los hechos concretos y sus características la verdadera sustancia de una
relación, con prescindencia de los mantos, ropajes, designación o apariencia
que las partes le hayan dado a la misma.
El cuerpo de este principio puede ser expresado en los siguientes términos: Prima
la verdad de los hechos por sobre la apariencia, conforme a él, cuando no hay
correlación entre lo que ocurrió en los hechos y lo que se pactó o se documentó,
hay que dar primacía a los primeros.
Este principio, es uno de los que registra antecedentes más lejanos (el buen
pater-familiae del Derecho Romano) y que ha sido receptado por el derecho
civil (el buen padre de familia) y por el derecho comercial (el buen hombre de
negocios), también se integró al derecho laboral.
Albiol Montesinos, afirma que la buena fe, debe ser entendida como un deber
recíproco entre trabajador y empresario, que impone un comportamiento
ajustado a valoraciones éticas, convirtiéndose en un criterio de valoración de
conductas al que ha de ajustarse el cumplimiento, de modo que empresario y
trabajador tiene derecho a esperar de la contraparte una actuación leal,
fiando y confiando en que su actuación sea social y contractualmente
correcta. O lo que es lo mismo, se configura por la probidad en la ejecución del
contenido propio de las prestaciones voluntariamente asumidas y por la
efectiva voluntad de correspondencia a la confianza ajena excluyente de
angaño y de toda finalidad de alterarse el equilibrio de la relación contractual.
En consonancia con estos artículos, la C.P.E., en el Artículo 48.II., se tiene que las
normas laborales se interpretarán y aplicarán bajo los principios de no
discriminación. El numeral V de artículo evocado, dispone que el Estado
promoverá la incorporación de las mujeres al trabajo y garantizará la misma
remuneración que a los hombres por un trabajo de igual valor, tanto en el
ámbito público como en el privado. Y en el numeral VI, que las mujeres no
podrán ser discriminadas o despedidas por su estado civil, situación de
embarazo, edad, rasgos físicos o número de hijas o hijos. Se garantiza la
inamovilidad laboral de las mujeres en estado de embarazo, y de los
progenitores, hasta que la hija o el hijo cumplan un año de edad.