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LA EFICACIA DEL ACTO ADMINISTRATIVO

La eficacia del acto administrativo consiste en su capacidad actual para


producir los efectos jurídicos que el ordenamiento jurídico ha previsto para la
con-creta función administrativa que se ejerce. El acto administrativo adquiere
eficacia luego del cumplimiento de ciertos requisitos fijados por el mismo acto o
por el ordenamiento1.

Normalmente, el requisito consiste en la comunicación del acto al administrado


pero, como veremos más adelante, el inicio de la eficacia puede supeditarse a
la existencia de otras circunstancias; por lo que el establecimiento de
condiciones que deben observarse de previo a que el acto administrativo se
considere eficaz, no responde a las características ni a la esencia de éste, sino
más bien a consideraciones de política legislativa tendentes a adecuar el actuar
administrativo a los principios o valores acogidos por el ordenamiento
respectivo.2

En el Capítulo III del Título I de la LPAG Artículo 16º se establecen una serie de
consideraciones en torno a la eficacia de los actos administrativos; imponiendo
como regla general que el acto administrativo es eficaz a partir de que la
notificación legalmente realizada produce sus efectos; lo que supone la
observancia de los requisitos y el procedimiento establecido por las normas
especiales y por la norma general que se viene desarrollando.

Excepcionalmente, el acto administrativo poseerá un momento distinto de


eficacia; y es que en una lógica garantista pro administrado, cuando éste último
resulta beneficiado por el acto administrativo emitido es que se entenderá la
eficacia desde la emisión del acto administrativo; salvo que el propio acto
establezca algo diferente.
1
ALESSI expone claramente esa referencia del concepto de eficacia al cumplimiento de requisitos: “El
concepto de eficacia está en relación con el fenómeno por el cual frecuentemente la actuación de un
acuerdo representa, a su vez, el cumplimiento de una serie de actividades a cuyo ejercicio está
condicionada dicha actuación”. ALESSI. (Renato) Instituciones de Derecho Administrativo. Barcelona.
Editorial Bosch. 1970. Pág. 283.
2
DROMI (José R.) “Acto administrativo, ejecución y suspensión y recursos”. Buenos Aires. Ediciones
Macchi. 1973. Pág. 39.
Resulta necesario reiterar la diferencia de los conceptos de eficacia y validez
del acto administrativo. Por lo que podemos decir que existen actos inválidos,
pero, sin embargo, eficaces en virtud de la presunción de validez que la LPAG
dispone en su Artículo 9º. Un acto viciado, hasta tanto no se anule, produce
sus efectos, es o puede ser un acto eficaz, pese a que intrínsecamente sea un
acto inválido, ilegítimo. Por el contrario, existen actos válidos, pero que son
transitoriamente ineficaces por mediar las circunstancias explicadas
anteriormente. “Las principales manifestaciones de la eficacia del acto son su
ejecutividad y la posibilidad de su realización de oficio por la Administración
Pública”3.

La eficacia es “la aptitud que poseen los actos jurídicos para producir
consecuencias de toda clase, que conforme a su naturaleza deben producir las
consecuencias de toda clase que conforme a su naturaleza deben producir,
dando nacimiento, modificando, extinguiendo, interponiendo o consolidando la
situación jurídica o derechos de los administrados; cada acto administrativo
tiene sus efectos propios, tales como la habilitación para ejercer alguna
actividad, en caso de licencias y autorizaciones, la existencia de las
obligaciones en los administrados, la creación de los derechos en los
administrados”.4

Es así que la eficacia de un acto administrativo debe analizarse desde tres


dimensiones:

 Los Sujetos Vinculados: la eficacia del acto administrativo, como el acto


del poder público general incluyendo a las autoridades administrativas, a
los administrados comparecientes y no comparecientes en el
procedimiento, sin que pueda excusarse su cumplimiento por
desconocimiento, error, unidad etc., en tanto no sea retirado del mundo
jurídico mediante algún mecanismo idóneo previsto en la ley.

3
MARTÍN MATEO. “El Derecho Administrativo”. en: Manual de Derecho Administrativo. Editorial
Aranzadi. Navarra. 2004. pág. 256
4
MORÓN URBINA, Juan Carlos. “Comentarios a ley del procedimiento administrativo general”. Gaceta
Jurídica. 2015. Págs. 187 a 188
 La eficacia del Acto Administrativo se circunscribe al lugar en el cual se
extiende la competencia territorial del órgano del cual emana, aun
cuando este no se precise en el mismo acto.
 Tiempo: el límite temporal de los Actos Administrativos es entendida
como la dimensión cronológica del acto, fiando desde cuando despliega
su eficacia y hasta cuando continua produciéndolas para terminar la
eficacia del Acto Administrativo requiere ser puesto en conocimiento de
los sujetos a los cuales se dirige, a quienes pretende obligar y los que
tienen interés en el asunto. O a quienes por cualquier otra razón sea
pertinente hacérselo conocer.

Un acto administrativo es eficaz a partir de la notificación y carece de eficacia


mientras no sea notificado a su destinatario o publicado; pero no por ello se
encuentra privado de validez. Para ser eficaz el acto administrativo, requiere
ser puesto en conocimiento de los sujetos a los cuales se dirige, a quienes
pretende obligar y a los que tengan interés en el asunto o a quienes por
5
cualquier otra razón sea pertinente hacérselo conocer.

Cuando un acto administrativo es favorable al administrado (Ejemplo:


declaración de derechos, reconocimiento de interés, habilitación para
actividades), en este caso se entiende eficaz desde su emisión misma y no
desde la notificación; asimismo, pueden ser efecto retroactivo, por lo tanto
serán de tipo favorable y no de perjuicio para el administrado, pues resulta
lógico que si la regla general de la irretroactividad se ha establecido para
proteger a los ciudadanos, cuando la protección excede el efecto anticipado,
carece de sentido insistir en mantener la regla como la garantía de tutela del
particular.6

Es importante resaltar que el efecto favorable o desfavorable del acto se


establece en función de la perspectiva jurídica de los administrados y no desde
el punto de vista extrajurídico como pueden ser los efectos económicos,
sociales y políticos.

5
SABORÍO VALVERDE, Rodolfo. “Eficacia e invalidez del acto administrativo”. Editorial Juricentro. 3ra
Edición.2002. Pág. 45
6
Ob. Cit. Pág. 189.
Del mismo modo el acto no debe lesionar los derechos fundamentales o
intereses de buena fe; toda vez que, que la eficacia retroactiva no puede
pretenderse cuando puede afectar a los derechos o intereses de terceros que
se encuentren protegidos de buena fe.

Es así que tenemos dos tipos de eficacia:

 Eficacia anticipada: a través del cual podemos ver en los casos de


licencias y permisos, así como en las inscripciones registrales, cuyos
efectos se retrotraen a la fecha de presentación de la solicitud.
 Eficacia diferida: la tarifa constituye un caso en el que si bien el acto
administrativo ha sido emitido y notificado, este cobra efectos meses
después; siendo aplicable para el nuevo período tarifario.

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