TEMA 5: ACTO ADMINISTRATIVO (CONCEPTO, ELEMENTO Y CLASES)

1. Concepto

Existen múltiples definiciones de “acto administrativo”:

GARCÍA DE ENTERRÍA: Declaración de voluntad, juicio, conocimiento o deseo, realizada

por la Administrativo Pública en el ejercicio de una potestad administrativa distinta de la
potestad reglamentaria.
De esta definición se desprenden las siguientes notas:

- Los actos administrativos son actos jurídicos.

- Deben ser emitidos por una administración pública. No son actos administrativos, aunque
sí son jurídicos, y por consiguiente sometidos al DA, los actos de los administrados en las

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relaciones jurídico-administrativas con la AP (recursos).
- Es una declaración intelectual (excluye las actividades materiales).
- Normalmente consiste en una declaración de voluntad (p. ej. licencia), pero también puede
serlo de juicio (informe, dictamen), conocimiento (certificación académica), deseo
(propuesta de resolución).
- Esa declaración debe ser consecuencia del ejercicio de una potestad administrativa. Si la
potestad ejercida es la reglamentaria, el producto de su ejercicio será una norma
(reglamento) y no un acto administrativo.
- Es una potestad administrativa distinta de la reglamentaria.

→ Los reglamentos NO SON ACTOS ADMINISTRATIVOS ←

(diferenciar reglamentos y actos administrativos)*

- Por último, el acto administrativo es un acto unilateral, no precisa del concurso de otra
declaración de voluntad para ser válido (no son actos administrativos los contratos
administrativos, o los convenios entre administraciones públicas).

Diferencias reglamentos y actos administrativos*

1. El reglamento tiene carácter general -está destinado a una pluralidad indeterminada

de personas- mientras que el acto administrativo está destinado a una persona o grupo
de personas subjetivamente determinadas.
2. El reglamento no se extingue con su aplicación. Únicamente desaparecerá por una
ley o por otro reglamento posterior en el tiempo. El acto administrativo se extingue
con su uso. Nace, despliega sus efectos y, cuando los ha cumplido, desaparece.
3. El reglamento es una norma jurídica, que crea Derecho. En cambio, el acto
administrativo no es una creación de Derecho sino una aplicación del Derecho.
4. El reglamento solo puede impugnarse/recurrirse ante los tribunales de justicia
(jurisdicción contencioso-administrativa) mientras que los actos administrativos van
a poder ser impugnados ante la propia administración que dictó el acto.

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2. Elementos

a) SUBJETIVO

Como indica el art. 34.1 LPAC, ha de proceder de un órgano de la Administración Pública

competente. Para no incurrir en vicio deberá hacerlo quien tenga la competencia. Además, es
necesario que el titular o los miembros de ese órgano competente estén válid amente
nombrados. También se requiere que los titulares del órgano administrativo no estén incursos
en las denominadas causas de abstención y recusación.

b) OBJETIVO

Se contempla en el art. 34.2 LPAC. Es el contenido del acto administrativo (declaración de

voluntad, deseo, conocimiento o juicio en que el acto consiste). De esta forma, la declara ción

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de voluntad no debe estar viciada por error, intimidación, violencia, etc. porque esto haría
anulable o nulo de pleno derecho el acto administrativo.

El contenido de los actos administrativos debe ser posible, ajustado a lo dispuesto en el

ordenamiento jurídico y adecuado a los fines que persigue. Distinción entre contenido:

- Esencial
- Natural
- Accidental

El contenido ha de ser posible, lícito, determinado o determinable.

c) TELEOLÓGICO o FINALISTA

Hay que diferenciar los elementos del acto de los de la potestad. De esta forma es evidente
que la ausencia de los presupuestos de hecho para ejercer la potestad o la persecución de un
fin distinto del previsto en la norma vician el ejercicio de la potestad, y por tanto también su
manifestación (el acto administrativo). Dan lugar a la denominada desviación de poder.

Si no concurren los presupuestos de hecho previstos por la norma para ejercer la potestad o
la finalidad concreta perseguida por el acto administrativo no se identifica con la fijada por
la norma para la potestad de la que es simple manifestación, el acto resulta viciado.

La causa es la particular finalidad por la que resulta dictado el acto. Supone una realidad
objetiva que implica la existencia de un interés público para cuya satisfacción se llega a
ejercer una concreta potestad, que como tal tiene un fin objetivo y reglado establecido en la
norma. La exigencia de identificación de la causa del acto con los fines de la potestad que le
sirve de fundamento hace más fácil verificar la obligación que se impone a la AP de motivar
los actos administrativos más relevantes. En todo caso, los que afecten a los derechos de los
administrados, como así indica el art. 35 LPAC.

Así, los motivos del acto son la expresión formal de la intencionalidad por la que se dicta el
acto. Es por tanto la determinación de una finalidad concreta que señala a cada acto su
propio autor. Los actos que deben ser motivados son tan amplios que prácticamente solo los
actos reglados favorables al interesado y no perjudiciales para tercero quedan exentos de la
motivación-

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 d) FORMAL

La forma de los actos administrativos se reflejan en la LPAC. Los actos administrativos se

producen a través de un cauce formal, denominado procedimiento administrativo. Así, en
sentido estricto, el acto administrativo se producirá por escrito a través de medios
electrónicos aunque también se pueden producir de una f orma más adecuada, cuando su
naturaleza así lo exija o permita (art. 36.1 LPAC).

Los actos que afecten a los derechos e intereses de los administrados, deberán notificarse o
publicarse. Esto se relaciona con la eficacia de los actos administrativos.

El procedimiento administrativo es el grupo de actuaciones preparatorias conducentes a la

producción de un acto administrativo resolutorio de la cuestión de fondo. Así, no existe un
único procedimiento administrativo sino que atendiendo a la materia de que se trate, la ley

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puede establecer distintos procedimientos o especialidades. Estas especialidades se dan en
materia de expropiación forzosa, materia sancionadora, etc.

Sin embargo, la ley 39/2015, regula un procedimiento administrativo común el cual será
aplicable en caso de que no exista una regulación específica. Si hubiera regulación
específica, la ley 39/2015 se aplicará de manera supletoria.

La motivación de los actos administrativos

Los actos administrativos han de motivarse obligatoriamente. Esto es, expresar los motivos
en virtud de los cuales se dicta en acto administrativo. Necesitarán motivación, según el art.
35 LPAC, los siguientes actos administrativos:

1. Los que limiten derechos subjetivos.

2. Los que resuelvan procedimientos de revisión de oficio de disposiciones o actos
administrativos, recursos administrativos y procedimientos de arbitraje.
3. Los que se separen del criterio adoptado en actuaciones precedentes o del dictamen
de los órganos consultivos.
4. Los acuerdos de suspensión de actos.
5. Acuerdos de aplicación de la tramitación de urgencia o de ampliación de plazos.
6. Actos que se dicten en el ejercicio de potestades discrecionales o los que establezca
una ley o reglamento.

3. Clases

Seguiremos la clasificación de la doctrina mayoritaria. Distinguiremos 6 tipos:

1. Actos favorables y actos desfavorables (o de gravamen). Los actos favorables amplían

los derechos o la esfera jurídica de su destinatario o estiman la pretensión del ciudadano
frente a la administración. Hay que tener en cuenta que un acto administrativo se puede
producir de oficio por la propia administración o por solicitud de un administrado. Así, si
la administración estima mi pretensión, el acto será favorable.

En cambio, los actos desfavorables o de gravamen son los que restringen o limitan la esfera
jurídica del administrado. Así, si se desestima mi pretensión, el acto será desfavorable. Un
ejemplo sería una multa.

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2. Actos expresos y actos presuntos (opera el silencio administrativo). En principio, todos
los actos administrativos tienen que exteriorizarse de manera expresa, ya sea por escrito,
ya sea verbalmente o incluso por otros medios (como pueden ser los pit idos del silbato
de un policía). Así, los actos expresos son los que se manifiestan y materializan.

En cambio, los actos presuntos se dan cuando la administración calla fren te a una pretensión
de un administrado. La administración tiene siempre el deber de resolver un procedimiento.

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Entra aquí lo que se conoce como silencio administrativo.

Los actos administrativos se tienen que producir en un plazo de tiempo determinado. Este
plazo es el que establezca la ley o así venga previsto en la normativa comunitaria.
Distinguimos dos supuestos:

(1) art. 21.2 LPAC → el plazo máximo de resolución es de 6 meses, salvo que la norma
reguladora del procedimiento o los reglamentos europeos establezcan otro plazo mayor.

(2) art. 21.3 LPAC → si n i las leyes regu ladoras de los procedimientos ni los reglamentos
europeos establecen plazo alguno, el plazo máximo con carácter general y supletorio será de
3 meses.

SILENCIO ADMINISTRATIVO

Para evitar la indefensión y el desconocimiento de los intereses ciudadanos, ante la no

contestación de la Administración,la LPAC ha establecid o la ficción jurídica a través de la
cual este no contestar de la AP, el silencio de la administración, va a producir efectos
jurídicos frente al ciudadano y frente a las Administraciones Públicas tal y como si se tratara
de un acto expreso.

Esta falta de resolución con eficacia jurídica es el denominado acto presunto. Nsos
encontramos así con la figura jurídica del silencio administrativo. Su régimen jurídico se
recoge en los arts. 24 y 25 LPAC.

En cuanto a los efectos estimatorios o desestimatorios de este, d iremos que con carácter
general el silencio administrativo es positivo (estimatorio). Esto es la no reso lución por parte
de la administración conlleva a la estimación de la pretensión del adm inistrado.

Además, el legislador dice que el silencio será negativo -cuando la no resolución conlleva a
desestimación de la pretensión del administrado- en los siguientes casos:

- Cuando lo establezca una norma con rango de ley o norma de derecho comunitario.
- En los supuestos del derecho de petición del artículo 29 CE.
- Supuestos de impugnación de actos administrativos.
- Cuando la solicitud confiera al ciudadano facultades relativas al dominio público o al
servicio público.

La LPAC articula una serie de medios para que los ciudadanos puedan concoer los p lazos
para que la administración resuelva de manera expresa, así como los efectos de la no
resolución. Así, la LPAC obliga a la publicación y el mantenimiento actualizado, a efectos
administrativos, las relaciones de procedimientos con indicación de los plazos máximos de
duración de los mismos así como de los efectos que produzca el silencio administrativo.

Además, la administración receptora de la solicitud deberá, en el plazo de 10 días desde que

la solicitud ha tenido entrada en el registro del órgano administrativo, remitir una
comunicación al interesado en la que se indique la fecha de recepción de la solicitud, el
plazo máximo de duración del procedimiento y los efectos del silencio administrativo (en
caso de existir resolución expresa).

¿A partir de cuándo se producen los efectos del silencio? A partir del día siguiente aquel en
que finaliza el plazo del procedimiento sin que la administración haya dictado resolución
expresa.

Eficacia del silencio administrativo

Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
Hay que distinguir entre silencio estimatorio o positivo y desestimatorio o negativo. Así, en
el silencio positivo el acto presunto tendrá los mismos efectos que si se tratara de un acto
expreso. Así este podrá hacerse valer frente a la AP por cualquier administrado.

Los efectos del silencio administrativo se podrán hacer valer por cualquier medio de prueba
admitido en derecho, pero la LPAC posibilita que, una vez producido el silencio, el
interesado requiera a la AP una certificación, conocida como certificación de actos
presuntos. El contenido mínimo de esta certificación debe indicar que, debiendo haberse
emitido resolución expresa, la administración no lo ha hecho y que se ha hecho en ese
sentido. Así la administración debe emitir esta certificación en un plazo máximo de 15 días
desde su solicitud.

En el silencio negativo, el acto presunto tendrá los únicos efectos de permitir a los
interesados la interposición del recurso correspondiente. La administración está obligada a
dictar resolución expresa en todos los procedimientos y a notificarla, ya sean iniciados de
oficio o a instancia de parte mediante solicitud, como así nos indica el art. 21 LPAC.

En el caso de que la administración no cumpla con esta obligación, podrán exigir

responsabilidad disciplinaria al personal de la administración encargada de la tramitación del
procedimiento o bien al órgano que debía dictar la resolución expresa.

3. Actos dicrecionales y actos reglados. Actos reglados son aquellos que tienen que
producirse necesariamente en un sentido estimatorio o desestimatorio por concurrir las
circunstancias objetivas previstas en una norma. Es decir, solo se cuenta con una
respuesta jurídica posible (ej: otorgamiento de una licencia de obras).

Serán discrecionales los actos que se producen en función de la valoración subjetiva que
realiza la administración pública en relación al supuesto de hecho (ej: otorgamiento de una
medalla al valor). No está reglado de manera concreta.

4. Actos de trámites y resoluciones (actos definitivos). Todo acto administrativo, para

producirse, requiere un procedimiento legalmente establecido. Este procedimiento consta
de dos trámites.

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Nos encontramos así con los actos de trámite que, sin resolver sobre el fondo de la cuestión,
preceden a la resolución definitiva y se encaminan a la producción de esta durante la
sustanciación del procedimiento administrativo. En segundo lugar nos encontramos con los
actos definitivos o resoluciones. Estos actos administrativos definitivos son los que ponen fin
al procedimiento administrativo, resolviendo el fondo del asunto. Para que se de la
resolución primero tienen que haber actos de trámite.

En cuanto a los recursos, la diferencia entre los actos de trámite y las resoluciones es la
siguiente: las resoluciones siempre son recurribles tanto en vía administrativa como en vía
jurisdiccional mientras que los actos de trámite no siempre son recurribles. As í el art. 112
LPAC, dice que solo son recurribles los actos de trámite en tres supuestos:

- Actos de trámite que deciden directa o indirectamente sobre el fondo del asunto.
- Actos de trámite que lleven a una indefensión para los administrados.

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- Actos de trámite que determinen la imposibilidad de continuar con el procedimiento.

El resto de los actos de trámite no podrán recurrirse directamente pero su ilegalidad podrá
ponerse de manifiesto con motivo de la impugnación de la resolución, ya que el acto de
trámite precede a la resolución. Sirve este para que el órgano que va a dar la resolución
conozca todo.

5. Actos que agotan la vía administrativa y actos que no la agotan. Así, los actos que
agotan la vía administrativa pueden impugnarse bien ante la jurisdicción contencioso -
administrativa o mediante el recurso administrativo de reposición. Los actos que no
agotan la vía administrativa tendrán que recurrirse por esta vía (recurso de alzada) hasta
que se agote la vía administrativa.

Se contemplan los actos que ponen fin en el artículo 114 LPAC y son: la resolución de los
recursos de alzada; las resoluciones de los procedimientos de impugnación a que se refiere
el artículo 112.2; las resoluciones de los actos administrativos que carezcan de superior
jerárquico -salvo que una ley establezca lo contrario-; los acuerdos, pactos, convenios o
contratos que tengan la consideración de finalizadores del procedimiento; la resolución
administrativa de los procedimientos de responsabilidad patrimonial; la resolución de los
procedimientos complementarios en materia sancionadora a los qu e se refiere el artículo
90.4; y las demás resoluciones de órganos administrativos cuando una disposición legal o
reglamentaria así lo establezca.

Además, el 114.2 dice que ponen fin a la vía administrativa en la Admon. Gral. del Estado
los actos administrativos de los miembros y órganos del gobierno; los emanados de los
ministros y secretarios de Estado en el ejercicio de las competencias que tienen atribuidas los
órganos de los que son titulares; y los emanados de los órganos directivos con nivel de
director general o superior, en relación con las competencias que tengan atribuidas en
materia de personal.

(Administración autonómica) El ordenamiento propio de las distintas CCAA establece los

actos que en sus respectivos ámbitos ponen fin a la vía administrativa en una regulación que,
con carácter general, no difiere de la establecida para la Administración General del Estado.

Así, en Andalucía, es la ley 9/2007, de 22 de octubre, la que en su artículo 112 nos dice qué
actos ponen fin a la vía administrativa. Estos actos son (a) los de la persona titular de la

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Presidencia de la Junta de Andalucía, así como los del Consejo de Gobierno y sus
comisiones delegadas; (b) los de las personas titulares de las Consejerías salvo que una ley
prevea específicamente un recurso ante el Consejo de Gobierno; (c) los de las autoridades de
rango inferior al de la persona titular de la Consejería que resuelvan por delegación de esta o
de otro órgano cuyas resoluciones agoten la vía administrativa; (d) los de los órganos con
nivel de DG1 o superior cuando se dicten en materia de personal; (e) los de los demás
órganos y autoridades cuando una disposición legal o reglamentaria así lo establezca.

(Administración local) El art. 52.2 LRBRL determina las resoluciones que ponen fin a la vía
administrativa en las corporaciones locales. Estas resoluciones son: (a) las del pleno, los
alcaldes o presidentes y las juntas de gobierno salvo en los casos excepcionales en los que
una ley sectorial requiere la aprobación ulterior de la Administración del Estado o de las
CCAA o cuando proceda recurso ante estas en los supuestos del artículo 27.2.; (b) las de
autoridades y órganos inferiores en los casos que resuelvan por delegación del alcalde, del

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presidente o de otro órgano cuyas resoluciones pongan fin a la vía administrativa; (c) las de
cualquier otra autoridad u órgano cuando así lo establezca una disposición legal.

(Administración Institucional y Corporativa) Habrá de estarse a lo que específicamente

dispongan sus leyes reguladoras. No obstante, la regla general establecida en el artículo
114.2.d LPAC es la de que los actos emanados de los máximos órganos de dirección, ya sean
unipersonales o colegiados, de los organismos públicos y entidades de derecho público
vinculados o dependientes de la AGE ponen fin a la vía administrativa, salvo que la ley
establezca otra cosa.

6. Actos firmes o inimpugnables y actos no firmes. Los actos firmes son aquellos contra los
que no cabe ya ningún recurso al haber transcurrido los plazos para su interposición o
haberse hecho uso de todos los posibles. Todo recurso tiene un plazo para su interposición,
pasado el cual, si el acto no ha sido recurrido, ya no podrá recurrirse.

También hay que tener en cuenta que frente a un acto firme, en vía administrativa, se puede
solicitar una revisión de oficio. Los actos firmes, en vía administrativa, sí podrán ser
recurridos a través del denominado recurso extraordinario de revisión cuando se den una
serie de causas que veremos en el tema de los recursos.

La eficacia del acto administrativos

Nos referimos al momento a partir del cual el acto administrativo empieza a desplegar sus
efectos con carácter general. Esta eficacia se recoge en el art. 39 LPAC, que nos indica que
los actos de las AAPP se presumirán válidos y producirán efectos desde la fecha en que se
dicten, salvo que en ellos se disponga otra cosa. Así, por ejemplo, una multa no se pagará
hasta que no se produzca la notificación.

Las condiciones de la eficacia del acto administrativo son la notificación y la publicación de

los actos administrativos. Así, respecto a la eficacia, hay que distinguir entre la eficacia
demorada del acto y la eficacia adelantada o retroactiva.

La eficacia demorada del acto administrativo se regula en el art. 39.2 LPAC y se produce
cuando os efectos del acto administrativo empiezan a desplegarse en un momento posterior
al que se dictó el acto. Esto ocurre, en primer lugar, cuando así lo exija el contenid o del acto.

1Dirección General

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En segundo lu gar, cuando el acto esté supeditado a su notificación y/o publicación. También
será una eficacia demorada cuando el acto requiera una aprobación superior posterior.

En cuanto a la eficacia retroactiva, esta se contempla en el 39.3 LPAC. Se produce cuando

los efectos del acto administrativo se retrotraen a un momento anterior al que se dicta el acto
administrativo. Existen dos supuestos:

Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
Cuando el acto se dicta en sustitución de otro anulado.
• Cuando se trate de actos favorables para el interesado y reúnan dos condiciones →
(1) Que los presupuestos de hecho necesarios para dictar el acto existieran en
el momento al que se retrotraen los efectos.
(2) Que no se perjudiquen los derechos e intereses legítim os de otra persona.

En definitiva, como norma general, el acto administrativo produce efectos desde que nace
aunque a veces los adquiere posterio rmente o se ret rotrae al momento anterior de dictar el
acto.

Condiciones de la eficacia

Son la notificación y la publicación del acto administrativo. Así, la notificación es la

comunicación o puesta en conocimiento de un acto administrativo a una persona
singu larmente. En cambio, la publicación es la puesta en conocimiento de un acto
administrativo a una pluralidad de personas.

La obligación de notificar los actos administrativos se recoge en el art. 40 LPAC al

establecer que se notificarán a los interesados las resoluciones y actos administrativos que
afecten a sus derechos e intereses.

No solo se deben de notificar las resoluciones sino también cualquier acto de trámite que
afecte a los interesados (por ejemplo, la apertura de un período de prueba). No solo se
notificará al destinatario del acto sino que también a las otras personas intere sadas. La
Administración debe notificar el acto administrativo en 10 días a partir de aquel en que se
dictó el acto.

Señalaremos también el contenido de la notificación. Contendrá lo siguiente: el texto íntegro

de la resolución, indicará si el acto agota o no la vía administrativa, los recursos que caben
contra dicho acto, el plazo para la interposición de recursos y el órgano ante el que hay que
interponer el recurso.

Las notificaciones defectuosas no producirán efectos salvo que contengan el texto íntegro de
la resolución y que el destinatario interponga recurso frente a dicho acto o realice
actuaciones que denoten o supongan que, aunque la notificación es defectuosa, tiene
conocimiento del acto administrativo.

La notificación, práctica

La LPAC d istin gue entre las notificaciones en papel y las notificaciones por medios
telemáticos. Las notificaciones en papel se regu lan en el art. 42 LPAC y las telemáticas en el
43 LPAC.
Notificaciones en papel

Diferenciaremos pues los medios por los que se produce, así como el lugar para notificar, el
rechazo de la notificación y, en cuarto lugar, la práctica en sí.

→ Medios por los que se produce

La notificación se practicará por cualquier medio que permita d ejar constancia de la

recepción de la notificación por el interesado o su representante, así como la fecha, la
identidad del receptor y el contenido del acto administrativo notificado.

Así, si hay varios interesados en un procedimiento administrativo, las actuaciones

administrativas se entienden con aquel que expresamente se hayan señalado en la solicitud.
En el caso de que exista una pluralidad de solicitantes y no se haya expresado la persona a la

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que hay que transmitirle el acto administrativo, este será el que encabece la lista de
solicitantes interesados.

→ Lugar para hacer la notificación

Es el que se haya señalado en la solicitud del interesado. De no haberse expresado lugar

donde se debe realizar las notificaciones, se hará en cualquier lugar adecuado a tal fin y que
la administración lo conozca. Si el interesado está ausente de su domicilio, la notificación
podrá ser recibida o aceptada por cualquier persona que se encuentre en su domicilio, que
acredite su identidad y que sea mayor de 14 años.

→ Rechazo de la notificación

Si intentada la notificación, el destinatario o su representante no acepta ser notificado, se

dejará constancia de esta circunstancia y se continuará con el procedimiento dándose por
realizado este trámite.

→ Práctica en sí de la notificación

Si en el momento de realizarse la notificación no se puede llevar a cabo es ta, se deberá dar

constancia de ello y, en el plazo de 3 días, se deberá intentar de nuevo a una hora diferente
de la primera notificación. Así, si la primera vez que se intenta notificar fue antes de las
15:00h, la segunda vez deberá ser después de esta y con una diferencia de 3 horas, como
mínimo, entre ambos intentos.

Si realizado este segundo intento tampoco se ha podido notificar, se procederá a dar

publicidad a este acto administrativo a través del boletín oficial correspondiente del último
domicilio conocido. Si la persona a notificar está en el extranjero, esta se publicará en el
tablón de anuncios del organismo consular correspondiente.

Notificaciones electrónicas

El art. 43 LPAC nos indica que estas notificaciones se practicarán mediante comparecencia
en la sede electrónica de la administración u organismo actuante a través de la dirección
electrónica habilitada única o mediante ambos sistemas, según disponga cada
administración. Se entiende por comparecencia en la sede electrónica el acceso por el
interesado o su representante debidamente identificado al contenido de la notificación.

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Estas notificaciones se entenderán efectuadas en el momento en que se produzca el acceso a
su contenido. Cuando la notificación electrónica sea de carácter obligatorio o hubiera sido
expresamente escogida por el interesado, se entenderá rechazada cuando hayan transcurrido
10 días naturales desde la puesta a disposición de la notificación sin que se acceda a su
contenido.

Publicación de los actos administrativos

Se recoge en los arts. 44 y 45 LPAC. Vamos a indicar los supuestos en los que el acto
administrativo se va a publicar:

• Cuando se ha intentado la notificación 2 veces y no se ha conseguido.

• Cuando el destinatario del acto es desconocido o no se conozca domicilio, el acto

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administrativo se publicará en el tablón de anuncios o en los diarios oficiales
correspondientes según el organismo administrativo que dictó el acto.
• Si el último domicilio conocido está en el extranjero, se publicará en el tablón de la
oficina consular correspondiente.
• Cuando se dirija a una pluralidad indeterminada de personas.
• Cuando existan varios interesados y, debiéndose notificar a uno de ellos, el acto
administrativo se publicará cuando el órgano competente entienda que la notificación
a uno de los interesados sea insuficiente para que los demás interesados tengan
conocimiento del acto administrativo (primero se notifica y después se publica).
• Actos administrativos en los supuestos selectivos o de concurrencia competitiva,
como puede ser el resultado de unas oposiciones.
• Cuando lo establezca una norma reguladora del procedimiento.
• Cuando el órgano competente, por razones de interés público, consid ere necesaria su
publicación.

¿Cuál es el contenido de la publicación? Este será el mismo que el de la notificación, salvo

que el órgano aprecie que de la publicación del acto se puedan lesionar derechos e intereses
legítimos y así, en este supuesto, la publicación contendrá una somera indicación del
contenido del acto y el lugar y plazo para que el interesado comparezca y pueda tener
conocimiento íntegro del acto administrativo.

→ Ejecutoriedad de los actos administrativos ←

Se recoge en el art. 98 LPAC, según el cual los actos administrativos serán inmediatamente
ejecutivos. Esto significa que la voluntad manifestada por la administración a través de un
acto administrativo debe cumplirse de manera inmediata e independiente de la voluntad del
destinatario de este acto administrativo. Si la voluntad del destinatario es contraria al
cumplimiento del acto, la administración podrá hacerlo cumplir de forma obligatoria.

Este principio de ejecutoriedad del acto administrativo se deriva, a su vez, de dos principios:

- El principio de validez del acto administrativo. Se recoge en el 39 LPAC al decir que se

presumirán válidos todos los actos administrativos desde el momento en el que se dictan.
Esto es una presunción iuris tantum (admite prueba en contrario).

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- El principio de eficacia del acto administrativo. Conforme a este, la AP tiene que actuar,
como recoge el 103 CE.

Cuando el destinatario del acto no quiere voluntariamente cumplir o ejecutar el acto

administrativo, la AP goza de la potestad de hacer cumplir ese acto de manera forzosa. Esto
se denomina como la ejecución forzosa de los actos administrativos (arts. 99 y ss LPAC).

Medios de la AP para la ejecución forzosa de sus actos

Estos medios se recogen en el art. 100 LPAC. Son los siguientes:

• Apremio sobre el patrimonio. Este medio se regula en el art. 101 LPAC. Si en virtud
de un acto administrativo hubiera de satisfacerse una cantidad líquid a, ante un
incumplimiento, la AP procederá al embargo de bienes suficientes para satisfacer

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dicha obligación pecuniaria. El procedimiento para llevar a cabo sobre el patrimonio
se regula en la LGT y en el RGC2 .

• Ejecución subsidiaria. Este medio se recoge en el 102 LPAC. Cuando el destinatario

del acto administrativo incumple una obligación de carácter no personalísimo, la AP
puede por sí misma o a través de otra persona ejecutar dicha ejecución.

En este supuesto todos los gastos derivados de la ejecución subsidiaria, además de

los perjuicios causados, correrán por cuenta del obligado que ha incumplido su
obligación

• Multa coercitiva. Esta se regula en el artículo 103 LPAC. Ha de estar expresamente

autorizada por una ley. Esta técnica ha sido definida por el TC como “una medida de
costreñimiento económico reiterada en un tiempo y tendente a obtener la
acomodación de un comportamiento del destinatario del acto a lo dispuesto en la
decisión administrativa”.

• Compulsión sobre las personas. Se recoge en el art. 104 LPAC. Se trata de la

aplicación de una fuerza física ejercida sobre el administrado con la finalidad de
hacer cumplir a este el contenido del acto administrativo. Esta medida se llevará a
cabo únicamente con obligaciones de no hacer o soportar. Además, se deberá hacer
siempre con respeto a la dignidad y con respeto a los derechos contenidos en la CE y
únicamente se aplicará cuando esta medida esté expresamente prevista por la ley.

En caso de que sea necesario entrar en el domicilio del obligado, la administración

deberá obtener su consentimiento o, en su defecto, autorización judicial.

Principios generales para la ejecución forzosa de los actos administrativos

1. Necesidad de apercibimiento previo

Antes de proceder a la ejecución forzosa, la AP tiene que apercibir al interesado de que en

caso de incumplimiento voluntario de la obligación se procederá a la ejecución forzosa de
ese acto.

2Reglamento General de Recaudación

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2. Respeto al principio de proporcionalidad y de producción del mínimo daño

De esta forma, si fueran varias las medidas de ejecución forzosa admisibles, elegirá la menos
restrictiva de la libertad individual.

→ Validez del acto administrativo ←

Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
Así, como ya hemos visto y señalado varias veces, según el art. 39.1 LPAC, los actos de las
administraciones públicas se presumirán válidos y esta es una presunción iuris tantum
(admite prueba en contrario). Muchos actos administrativos pueden adolecer de vicios que le
pueden conllevar a la invalidez del acto administrativo.

Así, un acto administrativo es inválido cuando es contrario a derecho. Hay que tener en
cuenta que esta invalidez debida a que existan ciertos v icios ha de ser probada ante la propia
administración que dictó el acto y ante los órganos competentes de la jurisd icción
contencioso-administrativa.

En definitiva, la nulidad o invalidez del acto administrativo tiene que ser declarada
formalmente por la propia administración o por la jurisdicción contencioso -administrativa.
Además, atendiendo a la importancia de los vicios que concurren en el acto administrativo,
este se considerará o bien acto nulo de pleno derecho (nulidad absoluta) o bien acto anulable
(nulidad relativa o anulabilidad).

Nulidad absoluta

Hace que el acto administrativo sea nulo de pleno derecho. Los actos nulos de pleno derecho
se recogen en el art. 47 LPAC y son:

- Los actos que lesionen los derechos y libertades susceptibles de recurso de amparo ante el
TC, es decir, los enumerados en el art. 53 CE y los contenidos en los artículos 14 a 30 de la
Constitución.

- Los actos dictados por órganos manifiestamente incompetentes por razón de la materia o
del territorio. Por ejemplo, el caso de un Po licía municipal de Madrid que multa en Almería.
Los actos dictados por un órgano que no es competente por razón de jerarquía no conllevan a
la nulidad de pleno derecho, sino que este acto será anulable. Podrá ser convalidado por el
órgano superior competente para dictar ese acto.

- Serán nulos de pleno derecho los actos administrativos que tengan un contenido imposible.
La jurisprudencia ha mantenido que la imposibilidad tiene que ser por causa natural y física.

- Son nulos de pleno derecho los actos administrativos constitutivos de infracción penal o
que se dicten como consecuencia de esta. Se distin guen dos posibilidades: que el acto
administrativo dictado sea como consecuencia de infracción penal y que el acto
administrativo dictado sea en sí mismo constitutivo de delito. Esta infracción penal tiene que
estar expresamente tipificada en el CP.

Para anularse un acto administrativo, tiene que existir primero sentencia judicial firme sobre
los delitos que van a dar lugar posteriormente a un acto administrativo.
- Son también nulos de pleno derecho los actos dictados prescindiendo total y absolutamente
del procedimiento legal establecido. De esta forma, si solo faltase un trámite, el acto
administrativo sería anulable (no sería nulo de pleno derecho).

Si se dicta el acto administrativo por un procedimiento distinto al que se debía llevar a cabo,
será nulo de pleno derecho. También son nulos de pleno derecho los actos dictados
prescindiendo totalmente de las normas que contienen las reglas esenciales para la formació n
de la voluntad de los órganos colegiados.

Además, la jurisprudencia ha calificado como nulo el acuerdo adoptado por un órgano

colegiado sobre cuestiones no incluidas en el orden del día de ese órgano.

- Actos expresos o presuntos que estén en contra del ordenamiento jurídico y por los que se

Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
adquieran facultades o derechos cuando se carezca de los requisitos esenciales para su
adquisición.

- Son también nulos de pleno derecho los actos que se establezcan expresamente en una
disposición de rango legal.

Además de estos 7 supuestos, el art. 47.2 LPAC nos indica que también serán nulas de pleno
derecho: las disposiciones administrativas que vulneren la constitución, las leyes y otras
disposiciones de rango superior; las que regulen materias reservadas a ley ; las que dispongan
retroactividad de disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos
individuales.

Anulabilidad o nulidad relativa

Esta nulidad se recoge en el artículo 48 LPAC. Así, en primer lugar, son anulables los actos
administrativos que incurran en cualquier infracción del ordenamiento jurídico pero si los
actos administrativos incurren en uno de los supuestos recogidos en el artículo 47, estos
serán nulos y no anulables.

También son anulables los actos administrativos dictados mediante desviación de poder, que
es el ejercicio de potestades administrativas con la finalidad de satisfacer intereses distintos
al interés general. Siempre actúa para satisfacer o alcanzar el interés general.

En cuanto a los defectos de forma, el acto administrativo solo será anulable en dos
supuestos:

- Cuando carezca de los elementos indispensables para alcanzar su fin.

- Cuando de lugar a indefensión de los interesados.

Anulabilidad respecto a la extemporaneidad del acto → esta se recoge en el 48.3 LPAC y

consiste en que la actuación administrativa se realiza fuera del tiempo establecido e
implicará la anulabilidad del acto cuando así lo imponga la naturaleza del término o plazo.

Diferencias entre el acto administrativo nulo y el acto administrativo anulable

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 1. El acto nulo de pleno derecho puede ser revisado en cualquier momento, bien de
oficio por la AP o a instancia de parte, incluso si el acto alcanza firmeza en vía
administrativa, el acto nulo podrá ser revisado por la denominada revisión de oficio.
En cambio, el acto anulable tiene un plazo preclusivo de impugnación y revisión.

Por consiguiente, el acto anulable no siempre puede ser revisado y este plazo
preclusivo es de 4 años. Los vicios de nulidad relativa prescriben a los cuatro años.

2. El acto nulo puede ser impugnado o revisado a instancia de cualquier persona, no

necesariamente a instancia del interesado en el procedimiento. En cambio, los actos
anulables solo pueden ser impugnados o revisados a instancia de parte interesada en
el procedimiento.

3. Los actos anulables podrán ser convalidados por la administración mientras que los

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actos nulos no podrán ser nunca convalidados.

4. La declaración de nulidad del acto nulo de pleno derecho se considera nulo desde que
nació, no pudiendo producir ningún efecto. Los actos nulos de pleno derecho tienen
efectos ex tunc. En cambio, la declaración de nulidad del acto anulable produce
efectos efectos ex nunc, es decir, que se van a mantener los efectos anteriores a la
declaración de nulidad relativa.

La intransmisibilidad de la invalidez

Esta se recoge en el 49 LPAC. Nos indica que la nulidad o anulabilidad de un acto no

implicará la de los sucesivos del procedimiento que sean independientes del primero.

La convalidación de los actos administrativos

Se regula en el 42 LPAC, que nos indica que la administración podrá convalidar los actos
anulables subsanando los vicios de que adolezca. Los actos nulos no pueden ser
convalidables. Solo se pueden convalidar los actos anulables.

Distinguimos dos supuestos:

- Si el acto es anulable por haber sido dictado por razón de jerarquía, podrá ser convalidado
por el órgano superior jerárquico.

- Si el acto es anulable porque recaiga sobre él un vicio que consista en la falta de una
autorización, el acto administrativo podrá ser convalidado mediante el otorgamiento de la
correspondiente autorización por el órgano competente.

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