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Tania Lizbeth Muñoz Pacheco Grupo: 30 64542

Programa
educativo 1992 y
la evaluación.
Programa de 1992

El PEP 92 constituye en la actualidad una propuesta de trabajo para los docentes, con flexibilidad
suficiente para que pueda aplicarse en las distintas regiones del país.

El Programa concibe al niño como un ser en desarrollo, con diversidad de características, condiciones etc,
de ahí la importancia del trabajo en los Jardines de Niños para la formación del niño en la relación que se
pueda hacer con su familia, escuela y comunidad.

El PEP 92 sitúa al niño como centro del proceso del educativo, por ello ha tenido un peso determinante en
la fundamentación del Programa la dinámica misma del desarrollo infantil, en sus dimensiones física,
afectiva, intelectual y social.

Entre los principios que fundamentan el Programa el de globalización es uno de mas importantes y
constituye la base de la práctica docente.

La globalización considera el desarrollo infantil como proceso integral en el cual los elementos que lo
conforman (afectividad, motricidad, aspectos cognoscitivos y sociales) dependen uno del otro. Asimismo,
el niño se relaciona con su entorno natural y social desde una perspectiva totalizadora en la cual la
realidad se presenta en forma global.

Se ha elegido el Método de Proyectos como estructura operativa del Programa, con el fin de responder al
principio de globalización.

La Metodología traduce los principios generales del programa en respuestas operativas para la práctica
educativa, estas respuestas constituyen lineamientos para el hacer del docente, las formas de trabajo de
los niños y el ambiente educativo en su conjunto.

Por lo tanto las orientaciones metodológicas no están limitadas a un solo apartado del Programa, sino que
constituyen sus líneas vertebrales y le otorgan sentido y coherencia a sus diversos componentes: el
proyecto, los bloques de juegos y actividades, la organización del espacio y del tiempo de planeación.

Otro elemento importante es la idea que considera que el trabajo escolar debe preparar al niño para una
participación democrática y cooperativa.

El Método de Proyectos, consiste en una serie de juegos y actividades que se desarrollan en torno a una
pregunta, un problema o la realización de una actividad en concreto, tiene tres etapas: surgimiento,
realización y evaluación. Los proyectos se realizan en conjunción alumnos-educadora y es ella quien
proporciona orientación y guía para la planeación de actividades, se involucran además personas y
lugares de la comunidad circundante y materiales del entorno físico circundante. La organización se lleva
a cabo a través de espacios llamados Áreas de trabajo, éstas consisten en distribuir espacios, actividades y
materiales en zonas diferenciadas que inviten al niño a experimentar, observar y producir diversos
materiales en un ambiente estructurado.
Las áreas que se
sugieren son:
DE BIBLIOTECA

DE DRAMATIZACIÓN

DE EXPRESIÓN GRÁFICA Y
PLÁSTICA

DE NATURALEZA

El Programa presenta una organización de juegos y


actividades relacionados con distintos aspectos del
desarrollo denominado organización por bloques, los
bloques que se proponen son congruentes con los
principios en que se sustenta el programa, los que se
proponen son:
El bloque de Expresión
artística
El bloque de
psicomotricidad
El bloque de naturaleza
El bloque de lenguaje
El bloque de matemáticas
EL PROGRAMA ESTABLECE LOS
OBJETIVOS DE TAL FORMA QUE EL
NIÑO DESARROLLE:

·Su autonomía e identidad personal, se reconozca en su libertad


cultural y nacional.

·Formas sensibles de relación con la naturaleza


·Su socialización a través del trabajo grupal y cooperación con otros
niños y adultos.

·Formas de expresión creativa a través del lenguaje, de su


pensamiento y de su cuerpo.

·Un acercamiento sensible a los distintos campos del arte.

Se enfatizaba mucho sobre la frase: "EL MEJOR ESTÍMULO, ES EL REAL

EN SU MEDIO NATURAL", con ello, la motivación del proyecto se

potenciaba; es por ello que las excursiones y paseos a diferentes

lugares como: zoológicos, fábricas, parques, visitas a una tiendita,

carpintería o establecimiento de la misma comunidad, eran

frecuentes; puesto que era parte del desarrollo del mismo proyecto.

Los proyectos tenían un INICIO, DESARROLLO Y CULMINACIÓN, la cual

era dramatizada por los alumnos, incluían todo lo que planearon y

realizaron; se decoraba y/o ambientaba de forma alusiva a la

temática y demostraban lo que habían aprendido a lo largo del

mismo; su duración era de acuerdo al interés del niño y el aprendizaje

era a través del juego; eran proyectos que se llamaban por ejemplo:

Vamos de paseo a la playa, o Juguemos al supermercado, Hagamos

una obra de teatro...Eran muy divertidos, creativos, llevaban consigo

saberes de diversos ámbitos, y el que podían registrar una forma de

hacer algo, de planear, concretar y llevar una secuencia de

actividades y pasos para lograr un objetivo o meta en común.

:)
La evaluación se puede entender de diversas maneras, dependiendo de las necesidades, propósitos u objetivos de la
institución educativa, tales como: el control y la medición, el enjuiciamiento de la validez del objetivo, la rendición de
cuentas, por citar algunos propósitos. Desde esta perspectiva se puede determinar en qué situaciones educativas es
pertinente realizar una valoración, una medición o la combinación de ambas concepciones.
Cualquier tipo de evaluación que se realice en el ámbito educativo, debe cumplir con funciones como las que se citan a
continuación (Posner, 1998; Hernández, 1998; Díaz Barriga, 1999): Función de diagnóstic, Función instructiva, Función
educativa, Función autoformadora.

Se han dado procesos de mejoramiento en las prácticas de evaluación educativa, que merecen ser estudiados. Este
artículo tiene por objetivo examinar la experiencia mexicana, con el fin de consignar sus alcances. Con los cambios en
los marcos regulatorios y la creación de instituciones que vigilan los procesos de evaluación en el sector educativo,
alineando los objetivos y metas con las propuestas internacionales de evaluación, México posee una trayectoria en la
experiencia de actualización de sus sistemas que resulta valioso analizar, no solamente por sus logros sino también
por sus limitaciones que pueden ser tenidas en cuenta para otros países cuyo recorrido podría encontrarse en
estadios preliminares con situaciones similares al caso mexicano. Pese a las acciones llevadas a cabo en el ámbito de la
evaluación de escuelas, no se ha documentado lo suficiente el uso e impacto de las mismas ni ha sido clara su
contribución a un mejoramiento que contemple los recursos de la escuela, los recursos humanos –tanto docentes
como directivos– o al estudio de procesos escolares y de programas educativos.

La evaluación supone la acción de evaluar, es decir, atribuir o determinar el valor de algo o alguien. La evaluación
“evaluada” con base en la medición consiste, para algunos autores como Thorndike y Hagen (1961), en la introducción
de una racionalidad conferida por “buenas técnicas de medición [que proporcionarían] una base sólida necesaria para
una sana evaluación” a los juicios intuitivos e informales a fin de proveerlos de objetividad.

Como proceso, la educación es integral e integradora, implica un recorrido sociocultural que inicia en la etapa de
socialización del individuo y continúa desarrollándose y moldeándose en el tiempo, esto por medio de las diferentes
experiencias e intercambios del individuo con los otros y el entorno del cual hace parte.

La evaluación del aprendizaje suele estar a cargo de los maestros y tiene lugar en determinados momentos (al final de
cada año o ciclo escolar), con repercusiones importantes para cada estudiante en términos de aprobación o
reprobación. Menos frecuentes, otras formas de evaluación son también usuales en estos sistemas: la evaluación del
trabajo de docentes, de los directivos escolares y del propio sistema.

En 1993 se estableció el programa de estímulos económicos para maestros llamado Carrera Magisterial, en cuyo
marco comenzaron a desarrollarse instrumentos para evaluar los factores de rendimiento escolar y profesional, lo que
trajo consigo la necesidad de aplicar cada año pruebas de conocimientos a un gran número de maestros y alumnos.

La evaluación de procesos se centra en la indagación y valoración de los elementos más operativos del proyecto
educativo y responde al interrogante sobre la manera en que se ejecuta el dicho proyecto. En esta dimensión se
consideran indicadores relacionados con la ejecución presupuestaria, la cobertura, la ejecución de las actividades
previstas, los costos, los tiempos, y otros, así como las dinámicas sociales que se generan durante la implementación
del proyecto. Como ejemplo mencionamos la forma en que se indaga acerca de los niveles de participación social en
los proyectos, los circuitos de ejecución, la percepción de los destinatarios y de los actores sociales, el cambio en las
dinámicas organizacionales; los problemas de implementación y los conflictos que se generan, entre otros (Ávila, 2005).

Para la evaluación de los resultados de los proyectos, se consideran los plazos fijados en el programa sectorial de
mediano plazo y los que se encuentran establecidos en las prioridades de la política educativa expresada en el
Programa Nacional de Educación.

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