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El Juicio Ejecutivo



Tabla de Contenido
El Juicio Ejecutivo
EL JUICIO EJECUTIVO
INICIO DE:
EL JUICIO EJECUTIVO
PRESENTACIÓN
CAPÍTULO I DEL EJECUTIVO EN GENERAL
CAPÍTULO II EL JUICIO EJECUTIVO EN LAS OBLIGACIONES DE DAR
CAPÍTULO III DE LAS TERCERÍAS
CAPÍTULO IV JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE HACER
CAPÍTULO V JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE NO HACER
CAPÍTULO VI JUICIO DE MÍNIMA CUANTÍA
CAPÍTULO VII EL ABANDONO DE PROCEDIMIENTO
BIBLIOGRAFÍA

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Presentación

Presentación
El juicio ejecutivo es sin duda el procedimiento de mayor
aplicación práctica en los tribunales civiles.
Aproximadamente, el ochenta por ciento de los ingresos de
causas que registran los juzgados civiles, corresponden a
juicio ejecutivos de obligaciones de dar. De ahí entonces la
abundante jurisprudencia que existe sobre la materia.

En este trabajo, que sigue la fórmula clásica de


enseñanza del juicio ejecutivo, se busca mostrar la forma
habitual de tramitación de este tipo de causas en los
tribunales y, presentar, algunas de las discusiones que
suelen plantearse entorno a la ejecución, poniendo a
disposición las soluciones entregadas por la jurisprudencia
y la doctrina.

En esta oportunidad será objeto del estudio, el juicio


ejecutivo en las obligaciones de dar, hacer y no hacer, el
juicio ejecutivo de mínima cuantía, las tercerías y el
abandono de procedimiento, a luz de la jurisprudencia,
deseando que sea particularmente útil para nuestros
alumnos.

Agradezco las observaciones y comentarios realizados a


este trabajo de los profesores Héctor Oberg Yáñez
(Q.E.P.D.), Gonzalo Cortez Matcovich y Maximiliano
Escobar Saavedra y, a los magistrados Álvaro Castro
Toloza y C.A.O.

Concepción, 4 de junio de 2018

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El Juicio Ejecutivo



Tabla de Contenido
El Juicio Ejecutivo
EL JUICIO EJECUTIVO
INICIO DE:
EL JUICIO EJECUTIVO
PRESENTACIÓN
CAPÍTULO I DEL EJECUTIVO EN GENERAL
CAPÍTULO II EL JUICIO EJECUTIVO EN LAS OBLIGACIONES DE DAR
CAPÍTULO III DE LAS TERCERÍAS
CAPÍTULO IV JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE HACER
CAPÍTULO V JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE NO HACER
CAPÍTULO VI JUICIO DE MÍNIMA CUANTÍA
CAPÍTULO VII EL ABANDONO DE PROCEDIMIENTO
BIBLIOGRAFÍA

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INICIO DE:
CAPÍTULO I DEL EJECUTIVO EN GENERAL
1. DEFINICIÓN
2. CARACTERÍSTICAS
3. FUNDAMENTO
4. CLASIFICACIÓN DEL JUICIO EJECUTIVO
5. REGLAMENTACIÓN
6. EJECUCIÓN SINGULAR Y CONCURSO DE ACREEDORES
7. ACUMULACIÓN DE JUICIOS EJECUTIVOS

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Capítulo I Del ejecutivo en general

Capítulo I Del ejecutivo en general


1. Definición

Como principio general, puede decirse que el


procedimiento ejecutivo es el instrumento establecido por el
legislador que permite, a través de una sustanciación ágil,
obtener la solución del crédito plasmado en un título que
reúne características especiales.

Su fundamento es la existencia de una obligación


indubitada, que consta en un título ejecutivo. El legislador
parte de la base de que existe una presunción de verdad
acerca de la existencia de una obligación, por el hecho de
constar esta precisamente en un título ejecutivo. En el caso
de que se trate de un derecho dudoso o disputado, no
demostrado de modo fehaciente, será necesario que
previamente se le establezca y determine, normalmente a
través de un juicio de lato conocimiento.1

Nuestra jurisprudencia ha sostenido que el procedimiento


ejecutivo, en general, tiene por objeto perseguir el
cumplimiento de ciertas obligaciones de carácter
indubitable, que han sido convenidas por las partes en
forma fehaciente o declaradas por la justicia en los casos y
con las solemnidades que la ley señala.2A su turno, en
doctrina se enseña que "por juicio ejecutivo debemos
entender aquel procedimiento que persigue, por vía
compulsiva, el cumplimiento de una obligación cierta e
indudable, que consta de un antecedente auténtico al cual
la ley le reconoce la aptitud para provocar el apremio y que
genéricamente se conocen como títulos ejecutivos".3
2. Características

a. Es un juicio especial, atendido que su tramitación se


somete a normas especiales de procedimiento distintas a
las del juicio ordinario de mayor cuantía.

b. Su finalidad es perseguir el cumplimiento de


obligaciones de carácter indubitable, ya sea porque ha sido
convenido fehacientemente por las partes o su existencia
ha sido declarada a través de una sentencia judicial.

c. Es un procedimiento compulsivo o de apremio, es decir,


a través de él se puede exigir el cumplimiento forzado de
una obligación no cumplida oportunamente.

3. Fundamento

El fundamento de este tipo de proceso reside, por una


parte, en el deseo de obtener el oportuno disfrute de un
derecho declarado en una sentencia o reconocido en algún
otro título ejecutivo y además en razones de necesidad,
referido especialmente a las relaciones comerciales,
procurando una vía idónea y rápida para el cobro de las
obligaciones.
4. Clasificación del juicio ejecutivo

a) Según la naturaleza de la obligación

1.- Juicio ejecutivo por obligación de dar.

2.- Juicio ejecutivo por obligación de hacer.

3.- Juicio ejecutivo por obligación de no hacer.

Para el derecho civil, la obligación de dar es aquella en


que la prestación consiste en la transferencia del dominio o
de otro derecho real. La obligación de hacer es aquella en
que la prestación consiste en la ejecución de un acto que
no sea la transferencia del derecho o de otro derecho real.
La obligación de no hacer es aquella en que la prestación
consiste en la abstención por parte del demandado de
ejecutar un hecho, que de no mediar la obligación le sería
lícito realizar.

El Código de Procedimiento Civil les da un significado


diferente a estas expresiones, así para este Código,
obligación de dar es toda aquella que consiste en la entrega
de una cosa, aun cuando no se transfiera el dominio u otro
derecho real. La obligación de hacer, es toda aquella que
consiste en la prestación de un hecho por parte del
demandado; y obligación de no hacer, aquella que consiste
en una abstención. Estos conceptos se desprenden de la
historia de la ley, por cuanto en el proyecto del Código de
Procedimiento Civil Títulos I y III se utilizaba la expresión
"del juicio ejecutivo en las obligaciones de dar o entregar";
comprendiendo así a todas aquellas obligaciones que
consistían en la entrega de una cosa, sin importar si esta
entrega implicaba o no una transferencia del dominio o de
otro derecho real. Posteriormente, la comisión revisora
suprimió la expresión de entregar por estimarla redundante,
ya que toda obligación de entregar llevaba comprendida la
de dar.4 En consecuencia, las obligaciones de entregar se
tramitan ejecutivamente, conforme al juicio ejecutivo de las
obligaciones de dar.5

b) Según el campo de aplicación

1. Procedimiento ejecutivo de aplicación general

Es aquel que permite deducir una demanda ejecutiva


cualquiera sea la naturaleza u origen de la obligación cuyo
cumplimiento se persigue.

2. Procedimiento ejecutivo de aplicación especial

Son aquellos que se utilizan atendida la naturaleza u


origen de la obligación cuyo cumplimiento se persigue, por
ejemplo, la realización de prenda especial agraria o
industrial o de cobro de impuestos.

c) Según la cuantía

1. Juicio ejecutivo de mayor

Es aquel que se aplica cuando la cuantía del asunto


excede de cierta cantidad determinada por la ley.

2. Juicio ejecutivo de mínima

Es aquel que en que la cuantía del asunto no excede de


dicha cantidad.
5. Reglamentación

Tratándose de un procedimiento extraordinario, se regirá


en primer lugar por las disposiciones contenidas en los
Títulos I y II del Libro III del Código de Procedimiento Civil,
amén de las disposiciones comunes a todo procedimiento
previstas en el Libro I del Código adjetivo. En segundo
lugar, como normas supletorias se aplican las disposiciones
del Procedimiento Ordinario de Mayor Cuantía, según lo
ordena el artículo 3º del Código de Procedimiento Civil.

6. Ejecución singular y concurso de acreedores

La Ley Nº 20.720 que estableció nuestro actual régimen


concursal, limita las posibilidades de ejecución singular y
privilegia el principio de la universalidad en la formación de
la masa activa. Este principio es un instrumento que
excluye la existencia de derechos de ejecución, separada
respecto a la ejecución colectiva y universal que supone el
concurso.6 Esta regla que suspende las ejecuciones
singulares al margen del concurso, se encuentra
consagrada en el artículo 135 de la Ley Nº 20.720, al
disponer "La dictación de la Resolución de Liquidación
suspende el derecho de los acreedores para ejecutar
individualmente al deudor". Ergo, son dos los efectos que
produce la declaración de liquidación: por un lado,
suspende las ejecuciones ya iniciadas y por otro, impide el
inicio de nuevas ejecuciones separadas tras la declaración
de liquidación del ejecutado.Esta regla general de
suspensión de ejecuciones singulares, encuentra su
excepción en el inciso segundo del artículo 135 de la Ley
Nº 20.720, al establecer el derecho de los acreedores
hipotecarios y prendarios para iniciar y continuar los
procedimientos de ejecución singular ya iniciados que se
dirijan contra los bienes hipotecados y pignorados, con la
limitación que para percibir deberán garantizar el pago de
los créditos de primera clase que hayan sido verificados
ordinariamente o antes de la fecha de liquidación de los
bienes afectos a sus respectivas garantías, por los montos
que en definitiva resulten reconocidos.

En consecuencia, para determinar el régimen jurídico de


las ejecuciones singulares una vez declara la liquidación del
deudor, se debe estar a lo dispuestos en los artículos 135,
144, 145 y 146, todos de la Ley de Insolvencia y
Reemprendimiento. A este respecto, cabe realizar la
siguiente distinción:

1.- Suspensión del derecho de los acreedores para


ejecutar individualmente al deudor. Esto supone que no
puede iniciarse ejecuciones singulares contra el deudor,
desde el momento que se dicta la resolución de liquidación.
De modo que los acreedores deberán concurrir a verificar
su crédito en los términos que estatuye la ley concursal.

2.- Suspensión y acumulación de las ejecuciones


singulares iniciadas con anterioridad a la declaración de la
liquidación. A este respecto se refiere los artículos 144, 145
y 146 de la Ley Nº 20.720, estableciendo las siguientes
reglas:

a) Tratándose de obligaciones de dar:


1.- Si no existieren excepciones opuestas a la ejecución,
los juicios se suspenderán en el estado en que se
encuentren al momento de notificarse la resolución de
Liquidación.

El tribunal que conoce la ejecución, debe pronunciar una


resolución que suspende la tramitación y ordenará remitir
los expedientes al tribunal que esté conociendo del
Procedimiento Concursal de Liquidación para que continúe
su tramitación. En tal caso, los acreedores ejecutantes
verificarán sus créditos conforme a las reglas generales.

2.- Si existieren excepciones opuestas, el tribunal de la


ejecución ordenará remitir los expedientes al tribunal que
esté conociendo del procedimiento Concursal de
Liquidación y, una vez recibidos, se seguirá adelante en su
tramitación particular hasta la resolución de término. En tal
caso, el Liquidador asumirá la representación judicial del
Deudor y los acreedores ejecutantes podrán verificar sus
créditos en forma condicional.

b) Tratándose de obligaciones de hacer:

1.- Si los fondos para dar cumplimiento al objeto del litigio


se encontraren depositados antes de la notificación de la
Resolución de Liquidación, el tribunal de la ejecución
ordenará remitir los expedientes al tribunal que esté
conociendo del Procedimiento Concursal de Liquidación,
continuándose la tramitación hasta la inversión total de los
fondos o la conclusión de la obra que con ellos deba
pagarse.

2.- En caso contrario, los juicios se acumularán sin


importar el estado en que se encuentren y el acreedor solo
podrá verificar el monto de los perjuicios que el tribunal
respectivo hubiere declarado o que se declaren con
posterioridad por el tribunal que conoce del Procedimiento
Concursal de Liquidación.

c) Si entre los ejecutados existieren personas distintas del


Deudor, el tribunal de la ejecución deberá: suspender la
tramitación solo respecto del Deudor; remitir al tribunal que
esté conociendo del Procedimiento Concursal de
Liquidación copias autorizadas del expediente, para que
continúe la sustanciación respecto del Deudor, y Conservar
para sí el expediente original, a fin de continuar la ejecución
de los restantes demandados.

7. Acumulación de juicios ejecutivos

Fuera de la acumulación estudiada en el acápite anterior,


procederá la acumulación de las ejecuciones cada vez que
estén pendientes varios juicios ejecutivos entre un mismo
acreedor ejecutante y un mismo deudor ejecutado, y
cuando varios procesos de ejecución están pendientes
frente al mismo ejecutado. Tal sería el caso de la ejecución
de una sentencia que beneficia a varios demandantes
cuando estos han iniciado por separado su proceso de
ejecución. Su efecto será agrupar en un único
procedimiento, distintos procesos de ejecución
independientes, lo que trae consigo economía y armonía
procesal.7 En esta línea, se ha resuelto que pueden
acumularse juicios ejecutivos por un mismo título seguidos
en contra de un deudor y un tercer poseedor de la finca
hipotecada.8
El procedimiento de acumulación será el previsto en los
artículos 92 y siguientes del Código de Procedimiento Civil. 9

Para que proceda la acumulación de ejecuciones, se


requiere: a) la existencia de dos o más procesos de
ejecución; b) debe existir conexión en la identidad del
ejecutante y ejecutado en cada una de las ejecuciones a
acumular; y c) instancia de parte.

Está legitimado para solicitarlo el ejecutante y ejecutado,


pero si los procedimientos se encuentran en un mismo
tribunal, podrá el juez decretarlo de oficio.

La acumulación puede ser decretada desde el momento


en que se despacha el mandamiento de ejecución y
embargo y hasta antes del pago de la obligación, según lo
dispone el artículo 98 del Código de Procedimiento Civil.

La solicitud de acumulación no suspende la tramitación de


las ejecuciones pendientes, a menos que lo soliciten de
común acuerdo el ejecutante y el ejecutado conforme al
inciso segundo del artículo 64 del Código de Procedimiento
Civil. En este sentido, se ha resuelto que mientras no esté
ejecutoriada la resolución que ordene la acumulación de
autos, cada juicio o expediente debe seguir su tramitación
normal.10

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El Juicio Ejecutivo



Tabla de Contenido
El Juicio Ejecutivo
EL JUICIO EJECUTIVO
INICIO DE:
EL JUICIO EJECUTIVO
PRESENTACIÓN
CAPÍTULO I DEL EJECUTIVO EN GENERAL
CAPÍTULO II EL JUICIO EJECUTIVO EN LAS OBLIGACIONES DE DAR
CAPÍTULO III DE LAS TERCERÍAS
CAPÍTULO IV JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE HACER
CAPÍTULO V JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE NO HACER
CAPÍTULO VI JUICIO DE MÍNIMA CUANTÍA
CAPÍTULO VII EL ABANDONO DE PROCEDIMIENTO
BIBLIOGRAFÍA

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INICIO DE:
CAPÍTULO II EL JUICIO EJECUTIVO EN LAS OBLIGACIONES DE DAR
SECCIÓN I LA ACCIÓN EJECUTIVA
SECCIÓN II LOS TÍTULOS EJECUTIVOS
SECCIÓN III TÍTULOS EJECUTIVOS PERFECTOS
SECCIÓN IV TÍTULOS IMPERFECTOS
SECCIÓN V OBLIGACIÓN LÍQUIDA O LIQUIDABLE Y DETERMINADA
SECCIÓN VI OBLIGACIÓN ACTUALMENTE EXIGIBLE
SECCIÓN VII ACCIÓN EJECUTIVA NO PRESCRITA
SECCIÓN VIII TRAMITACIÓN DEL CUADERNO EJECUTIVO
SECCIÓN IX LA DEFENSA DEL EJECUTADO
SECCIÓN X TRAMITACIÓN DE LAS EXCEPCIONES
SECCIÓN XI DE LA SENTENCIA
SECCIÓN XII TRAMITACIÓN DEL CUADERNO DE APREMIO
SECCIÓN XIII CUMPLIMIENTO DE LA EJECUCIÓN
SECCIÓN XIV REALIZACIÓN BIENES SUJETOS A CORRUPCIÓN O DE COSTOSA CONSERVACIÓN Y
EFECTOS DE COMERCIO REALIZABLES EN EL ACTO
SECCIÓN XV REALIZACIÓN BIENES MUEBLES QUE PUEDEN VENDERSE AL MARTILLO
SECCIÓN XVI REALIZACIÓN DE LOS DEMÁS BIENES, ESPECIALMENTE LOS RAÍCES

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Capítulo II El juicio ejecutivo en las obligaciones de dar


Capítulo II El juicio ejecutivo en las obligaciones
de dar

Sección I La acción ejecutiva

1. Concepto

La acción ejecutiva es el derecho subjetivo público a


obtener de los órganos jurisdiccionales, que se haga
efectiva en el patrimonio del ejecutado la responsabilidad
contenida en un título ejecutivo.11 En general, se habla de
acción ejecutiva para aludir a los derechos que el Estado
concede a los particulares para obtener la ejecución
forzosa.

Para que exista el derecho a la ejecución, deben concurrir


tanto el título como la acción ejecutiva. En nuestro sistema,
el artículo 2465 del Código Civil, consagra la acción
ejecutiva como un derecho o facultad del acreedor del que
puede disponer o no como cualquier otro bien de su
patrimonio.

La ejecución forzosa es una actividad estrictamente


jurisdiccional. Es asumida en régimen de monopolio por el
Estado y ello como consecuencia de la coacción que está
implícita en lo que la propia ejecución supone.12

El juez está obligado a satisfacer el interés del acreedor,


actuando hasta sus últimas consecuencias la condena que
contiene el título ejecutivo y también a proteger los
derechos e intereses del ejecutado, evitando que se
produzcan excesos en la ejecución. En efecto, la ejecución
solo puede entenderse concluida cuando el acreedor
ejecutante haya sido totalmente resarcido, lo que incluye
prestación originaria, intereses y costas. Pero en este
cometido el juez no puede decretar medidas ejecutivas que
causen al deudor un perjuicio desproporcionado, ni ignorar
derechos de terceros legítimamente adquiridos antes del
embargo.13

2. Tribunal de ejecución

La ejecución forzosa es una actividad que corresponde en


exclusiva a los órganos jurisdiccionales. Para determinar
qué concreto órgano jurisdiccional debe conocer un
determinado proceso de ejecución, habrá de recurrirse a las
normas generales sobre jurisdicción y competencia.

Cabe en todo caso realizar las siguientes precisiones: la


competencia en materia de ejecución civil corresponde a los
juzgados de letras, ya que así se establece en el artículo 45
del Código Orgánico de Tribunales.

De otro lado, de conformidad a lo previsto en el artículo


178 del Código Orgánico de Tribunales, el tribunal que
conoció gestión preparatoria de vía ejecutiva conserva
competencia para conocer y fallar juicio posterior iniciado
con mérito de ella, sin necesidad de nuevo trámite. 14 En
este caso, bastará con presentar la demanda ejecutiva ante
el tribunal que conoció la gestión preparatoria, lográndose
de este modo el propósito de dicha norma: un menor
desgaste de la actividad jurisdiccional y la concentración de
los actos del proceso.

Ahora, si el título contempla una convención respecto a


prorrogar la competencia del tribunal que naturalmente está
destinado a conocer la contienda, se debe estar a lo
dispuesto por las propias partes y respetar la prórroga
estipulada. Se ha resuelto que si las partes estipulan que el
deudor constituye domicilio para todos los efectos legales
en la oficina del lugar de pago o en cualquiera que el banco
tenga oficina, a elección de este, no resultaría licito a una
de ellas desconocer lo previo y legalmente acordado a
través de la oposición de la excepción de
incompetencia.15 Sin embargo, el efecto relativo de prórroga
de competencia no opera respecto de otras personas como
fiadores o codeudores, que no han concurrido a
otorgarla.16 No obstante, tratándose de una demanda
ejecutiva de desposeimiento, se ha sostenido que el hecho
de que el ejecutado no haya sido parte en el contrato, en
virtud del cual se prorrogó la competencia a determinando
tribunal, no es oponible como excepción a la demanda, ya
que se debe proceder contra el garante en los mismos
términos en que podría hacerse contra el deudor personal.17
Por otro lado, aunque en un contrato se haya pactado que
la ejecución de lo debido se sustanciará ante un juez
árbitro, no podrá ser sometida a ese tribunal especial,
atendido que este carece del imperio que se requiere en
este tipo de procedimiento, donde, desde su inicio las
actuaciones se encuentran dirigidas a obtener la realización
de bienes, para los efectos de cumplir con la obligación
contenida en el título ejecutivo.18

3. Las partes

El juicio ejecutivo admite la existencia de dos partes que


toman los nombres de ejecutante y ejecutado.

El ejecutante es el sujeto activo de la ejecución, el


individuo que consta como acreedora de la prestación que
el ejecutado está obligado a realizar. Debe cumplirse con la
"legitimatio ad causam".19

El ejecutado es el sujeto pasivo de la pretensión. Aquel


que aparece como deudor en el título ejecutivo y en contra
de quien se despacha la ejecución. La determinación de la
parte ejecutada en ciertos casos suele ser más compleja,
particularmente cuando el ejecutado no es el
personalmente responsable, tal es el caso del fiador, aval,
codeudor solidario o tercer poseedor de la finca hipotecada.

4. Requisitos
De la lectura de los artículos 434, 437, 438 y 442 del
Código de Procedimiento Civil, aparecen tres condiciones
que deben concurrir copulativamente para que pueda
exigirse ejecutivamente el cumplimiento de una obligación,
a saber:

a) La existencia de un título ejecutivo que contenga la


obligación que se trata de cumplir.

b) Que se trate de una obligación líquida y actualmente


exigible.

c) Que la acción ejecutiva no esté prescrita.

Estos son los presupuestos legales que han exigido


uniformemente nuestros tribunales.20En el mismo sentido se
ha manifestado la doctrina nacional.21

Sección II Los títulos ejecutivos

1. Concepto

El título ejecutivo es un documento autosuficiente que


contiene una obligación exigible de dar, hacer o no hacer.

En doctrina, se encuentra muy arraigado el concepto dado


por el profesor Dario Benavente, quien define al título
ejecutivo como "aquel documento que da cuenta de un
derecho indubitable, al cual la ley atribuye la suficiencia
necesaria para exigir el cumplimiento forzado de la
obligación en él contenida".22 Nuestra jurisprudencia en
similares términos, ha señalado que el Título ejecutivo "es
aquel que da cuenta de un derecho indubitable al cual la ley
otorga la suficiencia necesaria para exigir el cumplimiento
forzado de una obligación de dar, hacer o no hacer en él
contenida, obligación que debe además, tener las
características de ser líquida y actualmente exigible y de no
hallarse prescrita".23

El título ejecutivo abre el camino a la ejecución forzosa; no


puede haber ejecución forzosa sin título ejecutivo. Este
instrumento otorga al acreedor el derecho para perseguir la
satisfacción de su crédito en forma coactiva, derecho que
recibe la denominación de acción ejecutiva.24

2. Características

a) Solo tienen mérito ejecutivo los títulos a los cuales la ley


se los da expresamente. Los particulares no pueden crear
títulos ejecutivos que no reúnan los requisitos que la ley
establece. Esto es así, atendido que tales requisitos, no
solo miran el interés particular de los contratantes, sino
además, el interés público que existe en reservar el
procedimiento ejecutivo a aquellos casos en que se persiga
el cumplimiento de obligaciones, cuya existencia y
exigibilidad, se hayan reconocido o declarado por algún
medio legal.25 No obstante, la voluntad de las partes podrá
tener incidencia en la generación de ciertos títulos
ejecutivos.26

En nuestro sistema, el artículo 434 del Código de


Procedimiento Civil contempla seis títulos que traen
aparejada la ejecución, y que por tanto pueden dar lugar un
juicio ejecutivo. Sin embargo, el numeral séptimo deja
abierta la posibilidad a otros títulos ejecutivos existentes o
que pudiesen crearse en leyes especiales.

Algunos autores postulan que se trata de una


enumeración taxativa.27 Pero en realidad lo taxativo es la
fuente de origen, pues mediante leyes especiales siempre
podrán introducirse nuevos títulos ejecutivos.28

b) El título ejecutivo para ser tal debe ser autónomo, vale


decir, bastarse así mismo. Esta autosuficiencia del título
implica la posibilidad de ser intelectualmente aislado de la
relación fundamental que le diera origen.

c) El título ejecutivo debe contener todos los requisitos


necesarios para que tenga fuerza ejecutiva al momento de
despacharse el mandamiento de ejecución, sin que se
pueda remediar los defectos que tuviere una vez trabada
la litis.29 De modo que no es admisible la teoría del título
configurado in itinere litis, es decir, completado o
perfeccionado durante la sustanciación del proceso
ejecutivo. Esto se explica porque frente a un título
insuficiente o incompleto y, agotado por el solo transcurso
del tiempo la oportunidad del ejecutado para oponer
excepciones a la ejecución, si este es enmendado con
posterioridad, corrigiendo los errores de que adolecía
originalmente el título, carecería el demandado de una
instancia para hacer valer nuevas defensas que la
incorporación de nuevos antecedentes complementarios
podrían eventualmente exteriorizar, afectando con ello la
garantía constitucional del debido proceso del
30
ejecutado.  El juez no puede investigar nada que no conste
en el título mismo.

d) El título ejecutivo, atendida su naturaleza análoga a la


de una prueba privilegiada, autoriza el anticipo de la
garantía jurisdiccional mediante el embargo, cuando así lo
requiera el acreedor. El legislador parte de la base de que
existe una presunción de verdad acerca de la existencia de
una obligación por el hecho de constar esta, precisamente,
en un título ejecutivo. El título ejecutivo viene a ser una
prueba perfecta de la existencia de una obligación. 31 De ahí
que la acción ejecutiva es un privilegio que la ley procesal
otorga a ciertos documentos, siempre y cuando se
enmarquen en las disposiciones por ella señalada. Solo así
es posible que los derechos y las obligaciones que les son
correlativas sean una realidad, pues si no existieran medios
compulsivos para obtener el cumplimiento de una
obligación, quedaría entregado a la entera voluntad del
deudor su cumplimiento.32

e) El título ejecutivo tiene que ser constitutivo de una


obligación determinada y relativa a una persona también
determinada.33

f) En ciertos casos, para que el título tenga mérito


ejecutivo, se debe haber pagado el impuesto
correspondiente, v. gr., el impuesto de timbres y
estampillas, previsto en Decreto Ley Nº 3.475. Si no se ha
pagado, el título carece de fuera ejecutiva y el juez no podrá
despachar el mandamiento de ejecución y embargo.34

g) El título siempre será un documento en el sentido de


instrumento, aun cuando el antecedente previo lo constituya
la confesión, por cuanto de esta gestión preparatoria
igualmente debe dejarse constancia en el proceso.35

3. Elementos

Del concepto y características del título ejecutivo emergen


tres elementos:

1.- Es un documento. La expresión documento está


tomada en su sentido restrictivo de instrumento, o sea, de
documento que expresa un pensamiento por medio de la
escritura, el que podrá tener o no un soporte electrónico.

2.- Es solemne. Esta exigencia se aviene con otros dos


presupuestos: constar por escrito y cumplir con todas las
solemnidades, entre ellas por ejemplo el pago de
impuestos.

3.- El título debe contener el reconocimiento o declaración


de un derecho y su correlativa obligación, que puede ser de
dar, hacer o no hacer.

4. Título ejecutivo compuesto

El título ejecutivo compuesto es aquel que consta


materialmente de dos o más instrumentos, siempre y
cuando todos ellos tengan el carácter de título ejecutivo
individualmente considerado.36Fijemos un ejemplo, un
banco dirige acción ejecutiva en contra del ejecutado
fundado en que este, mediante escritura pública, se
constituyó en fiador y codeudor solidario de su deudor
personal por todas y cada una de las obligaciones que en el
pasado, presente o futuro contraiga el deudor personal con
el ejecutante; y siendo el ejecutante dueño de un cheque
girado por la deudora personal, al ser presentado a su
cobro es protestado por el banco librado contra el cual fue
girado; notificado judicialmente su girador no consignó, en
la cuenta corriente del tribunal, suma alguna de dinero ni
tacho de falsa su firma en el plazo que la ley le confiere,
quedando preparada la vía ejecutiva. Por lo que para este
ejecutante, el título ejecutivo lo conforma el cheque que se
demanda suscrito por el deudor personal y el instrumento
vinculante o complementario del título, que determina la
persona del deudor, es la escritura pública por la que el
ejecutado se constituyó personalmente en fiador y codeudor
solidario de la giradora del cheque, de manera que
sumados los dos instrumentos se reúnen las condiciones
que la ley exige al título ejecutivo.37

De este modo, puede darse el caso en que un título


individualmente considerado es insuficiente, pero si se le
agrega otro título que considerado aisladamente es
igualmente insuficiente, pero que sumados reúnen las
condiciones que la ley exige al título ejecutivo, se cumple
con las exigencias para dar curso a la ejecución.

La jurisprudencia de nuestros tribunales superiores se ha


inclinado por la idea de que no obsta a la autonomía del
título ejecutivo, la existencia de títulos compuestos, esto es,
en que el título conste materialmente en dos o más
instrumentos. Se ha resueltoque el título ejecutivo no
necesariamente debe constar en un solo documento, sino
que puede estar integrado por varios, siempre que entre
ellos existan conexiones jurídicas concurrentes e incluso
posteriores a la formación del título documental, sin que con
ello se desvirtúe la exigencia de que el título ejecutivo debe
bastarse así mismo.38Esta idea se sustenta en que la
complementación o integración de los títulos ejecutivos no
la prohíbe la ley, pues no exige que todos los requisitos que
deben dar mérito ejecutivo a un título deben constar en él;
exigencia que de existir haría perder finalidad y eficacia
jurídica en este ámbito a instituciones reconocidas en
nuestra legislación, tales como las hipotecas constituidas
para garantizar obligaciones de terceros o las otorgadas
antes de los contratos a que acceden y que permite el
artículo 2413 del Código Civil o el de aquellas hipotecas
que contienen la cláusula de "garantía general hipotecaria"
ya aceptada en la doctrina y jurisprudencia de nuestros
tribunales de justicia.39

En consonancia con lo expresado, se encuentran las


opiniones de los profesores René Vergara Vergara y Juan
Colombo Campbell.40Por elcontrario, el profesor Ramón
Domínguez Águila, sostiene que el título es ejecutivo
porque en un solo documento se contienen los elementos
de la obligación y en especial que esta sea líquida y no
prescrita y tanto así, que el artículo 439 del Código de
Procedimiento Civil determina que si del título aparece una
obligación en parte líquida e ilíquida, en la otra podrá
procederse ejecutivamente por la primera, reservándose al
acreedor su derecho para reclamar el resto en vía ordinaria.
Agrega que la idea del título en la ley procesal está referida
a un instrumento y no a una sumatoria de instrumentos en
los que cada uno contenga exigencias separadas del deber
de prestación.41 Esta opinión sigue la doctrina de una
sentencia de la Corte Suprema, por lo que se estimó
improcedente iniciar una acción ejecutiva con la
superposición de dos títulos, ninguno de los cuales,
aisladamente considerados, contiene una obligación
actualmente exigible, líquida o liquidable y no prescrita. 42

5. Naturaleza jurídica

El título ejecutivo es un documento. De manera tal que no


existe título ejecutivo sin documento que acredite la
existencia de un crédito líquido y exigible. De ahí entonces
que se afirme que la ley no ha dado mérito ejecutivo a los
negocios jurídicos, sino a documentos a los cuales se
atribuye ese mérito.43 Este documento puede tener un
soporte material o electrónico.

Sin embargo, no debe dejarse de lado la substancialidad


del título, esto es, el derecho material que representa, toda
vez que el éxito de la ejecución no queda determinado
únicamente por la concurrencia de los requisitos formales
del título, sino que además se requiere que este represente
un real derecho del acreedor a dicha prestación. Aspectos
que influyen en la defensa del ejecutado. Así, frente a un
título que no cumple los requisitos formales, el ejecutado
podrá oponer excepciones como la incompetencia o falta de
representación; en cambio, ante omisiones de carácter
substancial alguna excepción perentoria.44

Nuestra doctrina mayoritaria, siguiendo las ideas del


profesor Carnelutti, se inclina por la interpretación de que el
título ejecutivo es un documento al cual la ley atribuye
efecto de prueba integral.45
6. Clasificación

El título ejecutivo admite diversas clasificaciones, a saber:

a) En atención a su exigibilidad jurisdiccional, los títulos


ejecutivos se pueden clasificar en títulos perfectos e
imperfectos.

Los primeros son aquellos que permiten por sí solos


deducir demanda ejecutiva, sin que se requiera ninguna
gestión previa. Tienen plena eficacia desde su
otorgamiento, por ejemplo la sentencia firme, ya sea
definitiva o interlocutoria; la sentencia que causa ejecutoria,
la copia autorizada de la escritura pública, el acta de
avenimiento pasada ante tribunal competente y autorizada
por un ministro de fe o dos testigos de actuación, la letra de
cambio o pagaré protestado personalmente, siempre y
cuando en el momento del protesto no alegue el aceptante
tacha de falsedad a su firma, la letras, pagarés o cheques
respecto de los obligados, cuya firma aparezca autorizada
por un Notario o por un Oficial del Registro Civil en las
comunas donde no tenga su asiento un Notario, la
confesión judicial y los instrumentos privados siempre que
se hayan generado de acuerdo con el mecanismo previsto
en el artículo 435 del Código adjetivo.

En tanto que los títulos ejecutivos imperfectos, son


aquellos que para lograr eficacia como título requieren de
una gestión preparatoria de la vía ejecutiva, por ende, no se
bastan así mismo. Tal es el caso de las letras de cambio,
pagarés o cheques, los cuales se requiere una gestión
preparatoria previa de notificación de protesto; y los títulos
al portador o nominativos emitidos que representen las
obligaciones vencidas en los cupones, éstos previamente
deberán confrontarse con los títulos y estos con sus libros
talonario y aquellos que requieren avaluación.

b) En atención a su origen, se pueden clasificar en


judiciales y extrajudiciales.

Los primeros son aquellos que tienen su origen en un


proceso o en alguno de sus equivalentes legitimados, por
ejemplo, la sentencia definitiva y el avenimiento.

A su turno, los extra judiciales no emergen de la actividad


jurisdiccional. Tal es el caso de las escritura públicas
otorgadas por un notario fuera del proceso.46

c) En atención al número de voluntades que concurren en


su generación, en unilaterales y bilaterales.

En los unilaterales, como la letra de cambio, el pagaré o el


cheque, solo requieren para su existencia la concurrencia
de la voluntad de deudor. En tanto, que los bilaterales,
nacen por acuerdo de voluntades coincidentes. Tal es el
caso, por ejemplo, del avenimiento.

Sección III Títulos ejecutivos perfectos

El artículo 434 contempla una enumeración no taxativa de


títulos ejecutivos, siendo estos los siguientes:
1. Sentencias definitivas e interlocutorias firmes

De acuerdo al artículo 434 del Código de Procedimiento


Civil, es título ejecutivo la sentencia firme, bien sea
definitiva o interlocutoria. La acción ejecutiva que posibilita
obtener el cumplimiento de una sentencia judicial es la
llamada acción de cosa juzgada que consagran los artículos
174 y 176 del Código de Procedimiento Civil.47

a) Requisitos

Para obtener la ejecución de este título de naturaleza


jurisdiccional, deben concurrir los siguientes requisitos:

1.- Que se trate de una sentencia definitiva o


interlocutoria.

Para que la sentencia constituya un título ejecutivo, debe


revestir la forma de sentencia que exige el artículo 158 del
Código de Procedimiento Civil. De acuerdo a este precepto
"es sentencia definitiva la que pone fin a la instancia,
resolviendo la cuestión o asunto que ha sido objeto del
juicio", y sentencia interlocutoria aquella que "falla un
incidente del juicio, estableciendo derechos permanentes
en favor de las partes, o resuelve sobre algún trámite que
debe servir de base en el pronunciamiento de una
sentencia definitiva o interlocutoria".48

2.- Tengan un contenido condenatorio.


Solo son susceptibles de ejecución forzada las sentencias
de condena, vale decir, aquellas que imponen el
cumplimiento de una prestación, ya sea en sentido positivo
—dar, hacer— o, en sentido negativo —no hacer,
abstenerse—. Esta es la sentencia que impone una
obligación al vencido y, por ende susceptible de
incumplimiento.49

Cuestión diversa acontece en las sentencias


jurisdiccionales meramente declarativas y constitutivas que,
en razón de su particular naturaleza, no requieren de una
ejecución forzada, a menos que contengan una
condenación accesoria, como las costas. En efecto, las
sentencias que acogen pretensiones meramente
declarativas, es decir, que pretenden que se declare la
existencia de un derecho o interés previamente existente, o
la inexistencia de un derecho o interés previamente
inexistente, la finalidad perseguida por las partes queda
satisfecha con la sola circunstancia de que la sentencia
adquiera firmeza. En tanto que, en las sentencias
constitutivas, vale decir, aquellas mediante las que se
produce la creación, la modificación o la extinción de una
relación o situación jurídica, normalmente se cumplen con
anotaciones en determinados registros, no requiriendo la
intervención de un órgano jurisdiccional para su
cumplimiento. Lo propio con las sentencias cautelares, pues
están destinadas a producir sus efectos y a ser cumplidas
dentro del proceso en el que se dictaron. 50 Cabe advertir
que la sentencia dictada en juicio ejecutivo con ocasión de
la oposición de excepciones a la ejecución, no tiene el
carácter de título ejecutivo, pues no es declarativa. 51 Se ha
escrito "una sentencia en juicio ejecutivo no puede servir
para para iniciar otro juicio ejecutivo, ya que ella no
contiene la declaración de una obligación que deba
cumplirse, sino ordena seguir adelante con la ejecución
(artículo 471 del Código de Procedimiento Civil). Si así no
fuese, se iniciaría una cadena indefinida de juicios
ejecutivos".52

En consecuencia, las sentencias de condena son las


únicas que constituyen títulos ejecutivos y que, por tanto,
dan origen a una acción ejecutiva.53 Cabe señalar que si en
la sentencia no aparece establecida determinadamente la
naturaleza de la obligación —dar, hacer o no hacer— no
podría iniciarse con su mérito un juicio ejecutivo pues le
faltaría al título uno de los requisitos establecidos por las
leyes para que tenga fuerza ejecutiva y, haría procedente la
excepción del Nº 7 del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil.

3.- Que se trate de una sentencia firme o ejecutoriada.

Según lo prescribe el artículo 175 del Código de


Procedimiento Civil, las sentencias definitivas o
interlocutorias firmes producen la acción de cosa juzgada,
de modo que puede perseguirse su cumplimiento mediante
la vía ejecutiva.

De acuerdo al artículo 174 del Código citado, es sentencia


firme la que no admite la interposición o tramitación de
recurso alguno. Esto puede ocurrir por diversos motivos:

i.- Porque la sentencia no admite recurso alguno y está


firme desde que se notifica a las partes.

ii.- Procedenrecursos en contra de ella, pero no se


interpusieron. Está ejecutoriada desde el momento en que
venció el plazo para interponer esos recursos, y si es
definitiva de juicio ordinario de Mayor Cuantía, debe
certificar este hecho el Secretario.

iii.- Proceden recursos y se interpusieron. La sentencia


está ejecutoriada cuando han terminado los recursos y el
expediente vuelve, para el cúmplase, a primera instancia.
Está ejecutoriada desde la notificación del "cúmplase". Por
lo demás, solo a partir de esta época empieza a correr el
plazo de prescripción de la acción ejecutiva.54

No puede considerarse ejecutoriada una sentencia


mientras existan recursos, ordinarios o extraordinarios que
puedan llegar a dejarla sin efecto. Así, por ejemplo aunque
el juez de primera instancia haya puesto el "cúmplase", el
fallo de la Corte de Apelaciones, después de desechado el
recurso de queja por la Corte Suprema, no está
ejecutoriado si está pendiente el recurso de reposición de la
resolución que rechaza la queja.55

La ejecutoriedad de un fallo es una cuestión de derecho


que no es de competencia del secretario del Tribunal
llamado a certificar tal estado, ya que lo único que este
puede hacer es certificar la circunstancia de haber
transcurrido los plazos que la ley concede para la
interposición de los recursos, tratándose de sentencias
definitivas, como lo dispone el artículo 174 del señalado
Código de Procedimiento Civil.56En efecto, basta que del
mérito del proceso conste que las partes litigantes fueron
notificadas de lo resuelto por el juez sin que aparezca que
se haya impugnado lo decidido para que esa sentencia se
encuentre firme, pues la certificación de ejecutoriedad es
una formalidad que solo da cuenta del hecho de
encontrarse firme lo resuelto. De modo tal que la falta de
certificación de ejecutoriedad no impide desconocer esa
condición de un título.57
Siempre en esta línea, se ha resuelto que la copia simple
de la sentencia de primera instancia, a la cual no se apareja
ningún antecedente en orden a demostrar que se encuentra
efectivamente firme o ejecutoriada, determina que el
instrumento en que se sustenta la acción ejecutiva carece
de los requisitos o condiciones establecidos por las leyes
para gozar de fuerza ejecutiva, toda vez que de
conformidad al artículo 434 Nº 1 del Código de
Enjuiciamiento Civil, al no dar cuenta de que se trataba de
una sentencia "firme", no constituye un título al que la ley
otorgue mérito ejecutivo.58

Por último, el ejecutado no puede oponerse a la ejecución


aduciendo alegaciones referentes a vicios de procedimiento
que se habrían producido en la tramitación del juicio en que
recayó la sentencia ejecutoriada, cuyo cumplimiento
forzado se persigue; tales vicios no pueden ser
considerados en el juicio ejecutivo, que deriva de una
situación legal ya producida con la sentencia firme que le
sirve de fundamento y de cuya validez o legalidad no se
reclamó en su oportunidad.59Sin embargo, según se ha
resuelto, el hecho que el título consista en una resolución
judicial no lo exime, al igual que cualquier otro título, de la
posibilidad que pueda alegarse a su respecto la existencia
de algún vicio de nulidad, pues la ley no ha establecido
excepción alguna a su respecto, eso sí, al no tratarse de un
negocio jurídico sino que de un acto emanado de un órgano
del Estado, la nulidad que puede afectarle es la de derecho
público consagrada en los artículos 6º y 7º de la
Constitución.60

Hay que hacer presente que el procedimiento ejecutivo no


es el único medio a través el que puede obtenerse el
cumplimiento de una sentencia definitiva, ya que también
existe otros conductos para ello, como el procedimiento
establecido en los artículos 232 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil y a través de los procedimientos
especiales que la ley establece para el cumplimiento de
determinadas sentencias, como por ejemplo el lanzamiento
en los juicios de arrendamiento. Por otro lado, en caso de
resultar inaplicables los procedimientos anteriores, se
puede acudir a las medidas que autoriza el artículo 238 del
Código de Procedimiento Civil.

b) Materialidad del título

Solamente tienen mérito ejecutivo las sentencias


originales, o sea, las extendidas en el mismo expediente,
firmadas por el Juez y el Secretario y las copias de esas
mismas sentencias extendidas en conformidad a la ley. De
este modo, para que pueda utilizarse una sentencia
definitiva ejecutoriada como título ejecutivo, es necesario
contar con una copia de la misma, debidamente autorizada
por el funcionario competente, que es el Secretario del
Tribunal, quien además deberá certificar que se encuentra
ejecutoriada. Estas copias de sentencias, para que tengan
mérito ejecutivo, no necesitan ser dadas con citación de la
persona a quien afecta su cumplimiento.61

En todo caso se debe tener presente que a partir de la


entrada en vigencia de la Ley Nº 20.886, las resoluciones
suscritas por los jueces mediante firma electrónica
avanzada no requerirán de la firma ni de la autorización del
ministro de fe correspondiente y las copias autorizadas de
las resoluciones y actuaciones deberán ser obtenidas
directamente del sistema informático de tramitación con la
firma electrónica correspondiente, la que contará con un
sello de autenticidad. De este modo, para la ejecución de
sentencias pronunciadas en causas iniciadas con
anterioridad a la entrada en vigencia de la Ley Nº 20.886,
rige la regla del párrafo primero, en tanto que, para las
incoadas con posterioridad a ella, bastará la copia
contenida en el soporte electrónico que se incorporará a
través de la Oficina Judicial Virtual.

c) Mérito ejecutivo relativo de las sentencias judiciales

La sentencia solo tiene fuerza obligatoria respecto de la


persona contra la cual se ha pronunciado o sus herederos,
y sus efectos no alcanzan a quienes no hayan figurado en
el pleito como parte directa o coadyuvante ni como tercero
reclamando derechos.62

En consonancia con esta regla, se ha resuelto que la


sentencia recaída en el juicio sobre rendición de cuentas
seguido contra un curador no es título ejecutivo contra su
fiador, si este no ha sido parte ni ha intervenido en forma
alguna en aquel pleito;63 y la sentencia dictada en contra de
una compañía comercial colectiva no tiene mérito ejecutivo
respecto del socio que no intervino en el juicio en que fue
pronunciada, aun cuando los socios de tal compañía sean
solidariamente responsables. Este fallo coloca al ejecutado
en situación de no poder hacer uso del derecho que le
confiere el artículo 1520 del Código Civil para oponer a la
demanda todas las excepciones que resulten de la
naturaleza de la obligación y las personales suyas.64

d) Sentencia emanada de Tribunal extranjero

Si bien, el principio general que orienta esta materia es


que la jurisdicción de los tribunales chilenos solo abarca el
territorio nacional, la continua interrelación entre Estados y
los habitantes de los mismos ha hecho que se haga
necesario que se reconozca valor a las resoluciones
pronunciadas por los tribunales extranjeros, siempre que se
cumplan con los requisitos que para estos efectos exige la
ley chilena, que es la observancia al procedimiento del
exequátur, tratado en los artículos 242 y siguientes del
Código de Procedimiento Civil, para que este sea acogido.65

De este modo, las resoluciones judiciales pronunciadas en


un país extranjero, siempre que estén ejecutoriadas y
reúnan los demás requisitos determinados en la ley chilena,
pueden tener fuerza ejecutiva en Chile, y, en tal caso, su
cumplimiento debe efectuarse en conformidad a los
procedimientos establecidos en las leyes nacionales y por
el tribunal a quien habría correspondido conocer del
negocio si el juicio se hubiera promovido en Chile.66

e) Sentencias dictadas por tribunales arbitrales

El artículo 434 Nº 1 del Código de Procedimiento Civil no


distingue si se trata de sentencias dictadas por tribunales
ordinarios, especiales o arbitrales, por lo tanto, todas ellas,
entre las cuales se encuentra las pronunciadas por jueces
árbitros, tienen mérito ejecutivo, de lo contrario carecería de
sentido la existencia de jueces árbitros, ya que no se podría
exigir el cumplimiento compulsivo de sus resoluciones.

Tratándose de la ejecución de una sentencia dictada por


un juez árbitro, este de conformidad al artículo 635 del
Código de Procedimiento Civil, tiene potestad para ejecutar
lo resuelto. Sin embargo, si el cumplimiento de lo resuelto
exige procedimientos de apremio o el empleo de otras
medidas compulsivas, o bien haya de afectarse a terceros
que no sean parte en el compromiso, deberá ocurrirse a la
justicia ordinaria para la ejecución de lo resuelto. Para tal
efecto deberá recurrir a las reglas generales de distribución
de causas, pese a que en su designación hubiere
intervenido un determinado tribunal ordinario, puesto que el
proceso de nombramiento de juez árbitro concluye con su
designación.

f) Sentencias dictadas contra el Fisco

De acuerdo a lo establecido en el inciso final del artículo


752 del Código de Procedimiento Civil, la ejecución de toda
sentencia que condene al Fisco a cualquier prestación,
deberá cumplirse expidiendo el Presidente de la República
el respectivo Decreto a través del Ministerio
correspondiente. Por tanto, en el caso de sentencias
dictadas contra el Fisco, no es procedente el procedimiento
ejecutivo establecido en los artículos 434 y siguientes del
Código de Procedimiento Civil, ya que dichas sentencias
tienen un modo especial de cumplimiento.

No está demás tener presente que la ejecución de una


sentencia que condena a la Municipalidad al pago de una
suma de dinero, se efectúa mediante la dictación de un
Decreto alcaldicio de pago, según lo dispone el artículo 32
de la Ley Nº 18.695. Por otro lado, las que condenan a un
Servicio de Salud, debe ejecutarse en conformidad al
cumplimiento incidental previsto en los artículos 231 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil o bien de
acuerdo al juicio ejecutivo establecido en los artículos 434 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil.67

g) Tribunal competente para conocer el cumplimiento


de la sentencia firme

1.- Si se trata de una sentencia definitiva, podrá ejecutarse


ante el tribunal que la dictó, mediante el procedimiento
incidental de ejecución establecido en los artículos 231 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil, o bien iniciar
el respectivo juicio ejecutivo, según lo estatuye los artículos
113 y 114 del Código Orgánico de Tribunales.

Por su importancia práctica, no está demás referirnos al


cumplimiento de sentencias dictadas por ciertos tribunales
especiales. Tal es el caso de las sentencias condenatorias
de compensación económica pronunciadas por los
juzgados de Familia. Se ha resuelto que el procedimiento
aplicable para el cumplimiento de la compensación
económica, cuando el pago de la misma consiste en la
obligación de dar una suma de dinero o en una obligación
de hacer, por aplicación de las reglas generales es el
cumplimiento incidental contenido en los artículos 231 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil, siempre que
la obligación tuviere menos de un año contado desde que
se hizo exigible. En caso que haya transcurrido ese plazo,
serán aplicables las normas del juicio ejecutivo en sus
diversas modalidades, si se cumplen los requisitos del
artículo 442 del Código de Enjuiciamiento Civil, pudiendo
deducirse la correspondiente demanda ejecutiva ante el
tribunal de familia.68 Una posición distinta se observa en un
fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago, quien
consideró que el cobro ejecutivo de lo acordado por
concepto de compensación económica, que no haya de
solucionarse en cuotas como prevé la ley, esto es,
mediante el pago de una suma de dinero determinada por
un período de tiempo también determinado, no puede
considerarse "alimentos" y que, a falta de regla expresa,
esa acción de cobro no puede ser planteada ante los
Tribunales de Familia, pues la ley no le ha entregado a este
competencia para conocer de aquélla.69

Por otro lado, tratándose de las sentencias condenatorias


pronunciadas por los Juzgados de Trabajo, su ejecución se
realizará por los Juzgados de Cobranza Laboral y
Previsional, en los términos que dispone los artículos 465 y
siguientes del Código de Trabajo.

Para el caso de la ejecución de lo fallado en un recurso de


protección, se ha resuelto que, al revestir naturaleza de
sentencia, el vencedor puede optar entre el cumplimiento
incidental previsto en el artículo 231 del Código de
Procedimiento Civil o bien incoar derechamente la demanda
ejecutiva. Para este caso, el tribunal competente sería el
que corresponda de acuerdo a las reglas generales.70

Por último, la ejecución de la parte civil de la sentencia


definitiva dictada dentro del proceso penal no debe ser
ejecutada ante los tribunales penales, sino que ante el
juzgado de letras civil que fuere competente conforme a las
reglas generales. A este respecto se refiere el artículo 472
de Código Procesal Penal, disponiendo que "en el
cumplimiento de la decisión civil de la sentencia, regirán las
disposiciones sobre ejecución de las resoluciones judiciales
que establece el Código de Procedimiento Civil". Por ende
el único procedimiento posible será el juicio ejecutivo, dado
que no cabe aplicar el procedimiento incidental que solo
procede cuando la ejecución se solicita ante el tribunal que
dictó la resolución que se ejecuta.71

2.- Para la ejecución de sentencias interlocutorias que


gozan de mérito ejecutivo, es competente un solo tribunal,
aquel que dictó la resolución en única o primera instancia
conforme el artículo 113 del Código Orgánico de Tribunales.

Si bien el artículo 434 Nº 1 del Código de Procedimiento


Civil, se refiere en forma amplia a sentencias firmes
interlocutorias, no toda sentencia interlocutoria constituye
título ejecutivo, sino solo aquellas que resuelven un
incidente del juicio estableciendo derechos permanentes en
favor de las partes. Las sentencias interlocutorias que
resuelven sobre un trámite del juicio que puede servir de
base para el pronunciamiento de una sentencia
interlocutoria o definitiva, no constituye título ejecutivo; ello
porque al resolver solo sobre un trámite no establecen
ningún derecho y por tanto ninguna obligación cuyo
cumplimiento se pueda exigir compulsivamente.

h) La sentencia que causa ejecutoria

Si bien de una interpretación literal del artículo 434 Nº 1


del Código de Procedimiento Civil cabría concluir que solo
pueden ser ejecutadas las sentencias firmes, un sector de
nuestra doctrina, a partir de lo dispuesto en los artículos
192 y 773 del Código de Procedimiento Civil, sostienen que
la sentencia que causa ejecutoria, puede cumplirse
ejecutivamente conforme al procedimiento incidental
contemplado en los artículos 231 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil o por las normas del juicio ejecutivo que
ahora estudiamos.72Tal sería el caso de la sentencia
apelada, cuyo recurso ha sido concedido en el solo efecto
devolutivo de acuerdo al artículo 192 del Código de
Procedimiento Civil o bien entablado recurso de casación
en la forma o fondo, su interposición no suspende el
cumplimiento de la sentencia de acuerdo al artículo 773 del
Código de Procedimiento Civil. Esta conclusión se
encuentra avalada por la jurisprudencia de nuestros
tribunales, pues se ha fallado que: "Tiene mérito ejecutivo la
sentencia arbitral que manda pagar una suma de dinero y
en contra de la cual se ha deducido recurso de casación en
la forma, como quiera que el recurso de casación no
suspende la ejecución de la sentencia, a menos que su
cumplimiento haga imposible llevar a efecto la que se dicte
si se acoge el recurso, extremo este último que no es el de
la especie, en la cual basta que la sentencia haya sido
notificada a las partes para que sea posible exigir su
cumplimiento".73 Esto se explicaría porque ejecutabilidad y
firmeza de la sentencia no son conceptos equivalentes.74

La ejecutabilidad de la sentencia que causa ejecutoria,


tiende a evitar en lo posible, la interposición de recursos
temerarios que busquen únicamente dilatar el proceso y la
preconstitución de una situación de insolvencia que, llegado
el momento de la firmeza de la sentencia, impida el éxito de
la ejecución forzosa singular.75Sin embargo, presenta el
inconveniente de que la ejecución que se despacha y se
sustancia queda sujeta a la condición de que el tribunal
superior revoque la sentencia que se recurrió y que se
ejecutó o se ejecuta.

Finalmente, para este sector, la sentencia que causa


ejecutoria estaría contenida en la regla residual del Nº 7 del
artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, pues se
trata de "otro de los títulos a los que las leyes dan fuerza
ejecutiva".

Para otros, en cambio, la tesis de la ejecutabilidad de las


sentencias que causan ejecutoria no se ajusta a derecho
atendido que el artículo 434 Nº 1 del Código de
Procedimiento Civil solo reconoce valor de título ejecutivo a
la sentencia firme, sin incluir los fallos que causan
ejecutoria; sostienen que el artículo 773 del Código de
Procedimiento Civil regula de un modo excepcional la
posible ejecución de un fallo que cause ejecutoria, por lo
que no puede utilizarse como argumento de la
ejecutabilidad de todas las sentencias que causan
ejecutoria.76 En esta línea, refiriéndose al artículo 434 del
Código de Procedimiento Civil, se ha resuelto: "Por su
parte, dicho precepto también le concede fuerza ejecutiva a
las sentencias en los términos que prescribe en su número
primero, más, en ningún caso extiende tal eficacia a
aquéllas que causan ejecutoria, cuya naturaleza posee la
que se ha esgrimido por el tercerista, exigiendo, en cambio,
que se trate de resoluciones que se encuentren firmes".77

2. La copia autorizada de escritura pública

a) Generalidades y requisitos

La Escritura Pública es el instrumento público otorgado


ante Notario e incorporado en su protocolo o registro
público.

El artículo 1699 del Código Civil señala: "Instrumento


público o auténtico es el autorizado con las solemnidades
legales por el competente funcionario. Otorgado ante
escribano e incorporado en un protocolo o registro público,
se llama escritura pública". Esta definición debe ser
complementada con lo que señala el artículo 403 del
Código Orgánico de Tribunales al definir a la escritura
pública como: "El instrumento público o auténtico otorgado
con las solemnidades que fija esta ley, por el competente
notario, e incorporado a su protocolo o registro público".

De este modo, para que nos encontremos frente a una


escritura pública, deben concurrir tres requisitos
copulativos: a) ser otorgada por competente notario; b) ser
otorgada con las solemnidades legales establecidas en los
artículos 403 y siguientes del Código Orgánico de
Tribunales; y, c) ser incorporada al protocolo o registro
público del notario que la extiende.

Conforme al artículo 405 del Código Orgánico de


Tribunales, las escrituras públicas deben otorgarse ante
notario y pueden ser extendidas manuscritas,
mecanografiadas o en otra forma que las leyes autoricen,
debiendo indicarse además, el lugar y fecha de su
otorgamiento, la individualización del notario autorizante y el
nombre de los comparecientes, con expresión de su
nacionalidad, estado civil, profesión, domicilio y cédula de
identidad, salvo en el caso de extranjeros, quienes podrán
acreditar su identidad con el pasaporte o con el documento
de identificación con que se les permitió el ingreso al país.
La omisión de alguno de estos requisitos determina la
nulidad de la escritura pública según lo previene el Nº 2 del
artículo 412 del Código Orgánico, vicio que el ejecutado
puede alegar oponiendo la excepción de faltar al título
alguno de los requisitos establecidos por las leyes para que
tenga fuerza ejecutiva, establecida en el numeral 7 del
artículo 464 del Código de Procedimiento Civil.

El Código Orgánico de Tribunales contempla la hipótesis


de que un notario público se halle inhabilitado o ausente;
durante el tiempo que dure la ausencia o inhabilidad del
notario, el reemplazante designado puede autorizar las
escrituras públicas y dar término a aquellas actuaciones
iniciadas por el titular que hayan quedado pendientes y, a la
inversa, del mismo modo podrá proceder el titular respecto
de las escrituras públicas y actuaciones iniciadas por su
reemplazante, dejándose, en ambas situaciones,
naturalmente la constancia en el respectivo instrumento, lo
que se justifica en la necesidad de garantizar la oportuna y
debida intervención de esos ministros de fe cuando sean
requeridos.78

Todo notario debe llevar un protocolo, el que se formará


insertando las escrituras en el orden numérico que les haya
correspondido en el repertorio. Estos son libros que se van
empastando a medida que se juntan las escrituras. Ello
sirve de fuente para obtener las copias y testimonios que
pidan los interesados. Esas escrituras originales son las
que constituyen la matriz de la escritura pública, en la cual
aparecen las firmas del notario y de las partes.

Las copias que tienen mérito ejecutivo son las


transcripciones autorizadas por el notario autorizante, el
que lo subroga o suceda legalmente o archivero judicial una
vez que los protocolos le han sido remitidos a él. 79 Las
fotocopias de escrituras públicas autorizadas por un notario
diferente carecen de mérito ejecutivo. Estas copias pueden
ser manuscritas, dactilografiadas, impresas, fotocopiadas,
litografiadas o fotograbadas según los autoriza el artículo
405 de Código Orgánico de Tribunales. En ellas debe
expresarse que son testimonio fiel de su original y llevan la
fecha, la firma y sello del funcionario autorizante. El notario
debe otorgar todas las copias que le soliciten. Sin embargo,
no pueden otorgar copia mientras no se haya pagado los
impuestos que correspondan.

El artículo 434 del Código de Procedimiento Civil ha


concedido la calidad de título ejecutivo a la copia autorizada
de la escritura pública. La matriz u original nunca tiene
mérito ejecutivo. Esta queda en la respectiva notaria y
después en el Archivero Judicial.

La escritura pública por la cual se constituye una persona


en codeudor solidario no requiere especificar la obligación
para tener mérito ejecutivo.80Y la obligación que contiene la
escritura pública no puede ser condicional.81

b) Escritura pública de mutuo endosable

Los préstamos hipotecarios que se otorgan para la


adquisición, ampliación, reparación o construcción de una
vivienda; compra de sitios, oficinas o locales comerciales;
refinanciamiento de mutuos hipotecarios o préstamos para
fines generales, se constituyen a través de una escritura
pública, con cláusula a la orden, de la cual se otorga una
sola copia autorizada endosable. Es decir, estos contratos
son endosables.82

Cualquiera de las partes puede obtener del notario


autorizante, copias autorizadas no endosables según lo
previsto en el artículo 1º de la Ley Nº 19.439, debiendo
estamparse en ella en forma destacada la mención "copia
autorizada no cedible".

En caso de extravío, pérdida o deterioro parcial de la única


copia autorizada endosable, se aplican las normas del
párrafo 9 del título 1 de la Ley Nº 18.092, de conformidad
con lo previsto en el artículo primero de la Ley Nº 18.552,
vale decir, se debe iniciar por el beneficiario una gestión
judicial no contenciosa de extravío de la copia endosable de
la escritura de mutuo hipotecario, a objeto que el Tribunal le
autorice para ejercer los derechos que le correspondan,
dejando nulo y sin valor el ejemplar extraviado,
ordenándose al Notario autorizante o al Archivero Judicial,
según sea el caso, que otorgue una segunda copia de la
escritura de mutuo hipotecario que tenga el carácter de
endosable.
3. Acta de avenimiento

a) Concepto

El avenimiento es un acuerdo que logran directamente las


partes de un proceso, mediante el cual ponen término a su
conflicto pendiente de resolución judicial, expresándoselo
así al tribunal que está conociendo de la causa. Se trata de
un documento generado en un proceso judicial en el que se
deja constancia del acuerdo de las partes en orden a poner
término total o parcial a una controversia.83

Esta institución que no se encuentra regulada


sistemáticamente en nuestra legislación procesal, pero es
mencionado expresamente en el numeral 3 del artículo 434
del Código de Procedimiento Civil, en cuanto prevé: "El
juicio ejecutivo tiene lugar en las obligaciones de dar
cuando para reclamar su cumplimiento se hace valer alguno
de los siguientes títulos: 3º. Acta de avenimiento pasada
ante tribunal competente y autorizada por un ministro de fe
o por dos testigos de actuación".

La norma recién transcrita exige para que el avenimiento,


sea tal y su acta devengue en título ejecutivo, que el
acuerdo de voluntades debe haberse producido en el
proceso correspondiente entre las partes.

El acta de avenimiento se materializa en un escrito que se


presenta al Tribunal, en el cual, además de consignarse los
términos de ese avenimiento, se solicita al Tribunal su
aprobación y que se tenga como sentencia definitiva para
todos los efectos legales. El tribunal lo aprobará siempre y
cuando no se trata de derechos irrenunciables.

b) Requisitos

Para que el acta de avenimiento tenga mérito ejecutivo


debe cumplir tres requisitos:

1.- Que exista un acuerdo de voluntades de las partes


destinado a poner término al juicio en determinadas
condiciones; acuerdo que naturalmente deberá contener
una voluntad de dar, hacer o no hacer.

2.- Que el acta que de avenimiento haya sido pasada ante


tribunal competente, vale decir, que el acuerdo haya sido
presentado ante el tribunal que está conociendo del juicio y
que este lo haya aprobado.84 En efecto, para que el acta de
avenimiento sea un título ejecutivo tiene que ser presentada
al tribunal y aprobada por este, pues lo que se busca es
que el tribunal pueda controlar la disponibilidad de los
derechos en un acta de avenimiento, pudiendo oponerse a
dar su visto bueno cuando el acuerdo involucre derechos
indisponibles o irrenunciables, pudiendo entonces el tribunal
no aceptarlo como equivalente jurisdiccional.85 86 En -

consonancia con esta doctrina, se ha resuelto que para la


aprobación del avenimiento se requiere verificar la seriedad
de la voluntad de la parte más débil. 87 No obstante, también
se ha sostenido que la ley no exige que el acuerdo de
voluntades de las partes sea aprobado por el juez, basta
que el mismo sea admitido, aceptado por el tribunal, pues
no otra cosa significa "pasado ante". Tal aprobación es
exigida por el legislador tratándose de una transacción
producida, por ejemplo, en un juicio de alimentos,
precisamente por ser la transacción siempre un acuerdo
extrajudicial.88
Si el avenimiento no cumple con tal requisito, el ejecutado
podrá oponer la excepción contemplada en el Nº 7 del
artículo 464 del Código de Procedimiento Civil.89Se ha
resuelto que un avenimiento acordado en un procedimiento
de protección debidamente formalizado y aprobado por el
Tribunal produce procesalmente los efectos de una
sentencia con autoridad de cosa juzgada.90

3.- Que el acta de avenimiento esté autorizada por un


ministro de fe o por dos testigos de actuación.

Como el avenimiento se origina durante el procedimiento,


es un acto jurídico procesal e indudablemente que, como lo
señala la ley y en el lenguaje de la misma pasa ante el
tribunal y repitiendo la regla general del inciso tercero del
artículo 61 del Código de Procedimiento Civil, para su
validez debe ser autorizada por un ministro de fe. 91 En
aquellos tribunales que dispongan de Secretario, a él como
ministro de fe le corresponderá autorizar el acta de
avenimiento; tratándose de árbitros arbitradores que no
actúan acompañados de un ministro de fe, el acta de
avenimiento será autorizada por dos testigos de actuación.92

c) Avenimiento, conciliación y transacción

El avenimiento difiere en ciertos aspectos a la conciliación


y a la transacción. La transacción es siempre extrajudicial,
en tanto que el avenimiento se produce siempre ante el
Tribunal que conoce del juicio; y, la transacción puede
referirse a derechos litigiosos que son materia de un juicio y
también a derechos que no tiene ese carácter, lo que
sucede cuando la transacción tiene por objeto precaver un
litigio eventual. En cambio, el avenimiento siempre versará
sobre derechos controvertidos ante la justicia.
Por su parte, la conciliación es una manera directa de
poner fin al juicio por medio del acuerdo directo de las
partes, producido en razón de las proposiciones de base de
arreglo formuladas por el tribunal.

Se ha resuelto que el avenimiento o conciliación es por


naturaleza jurídica, una gestión o acto judicial que participa
de los caracteres del contrato de transacción, importando
este el acuerdo de voluntades sobre una o más materias
determinadas, siendo de mayor extensión que la
transacción misma, ya que puede comprender situaciones
ajenas al juicio o sobre las cuales no es posible litigar,
acuerdo que cabe en toda clase de procedimiento, en
cualquier actuación judicial, bastando únicamente que se
produzca ante el juez competente para conocer de la
gestión que originó el juicio.93

Debido a que la ley le otorga al acta de conciliación la


estimación de sentencia ejecutoriada para todos los efectos
legales, según lo dispone el artículo 267 del Código de
Procedimiento Civil, constituirá un título ejecutivo en los
términos del Nº 3 del artículo 434 del Código de
Procedimiento Civil. Lo propio respecto de la transacción, la
que incluso puede ser extrajudicial, debiendo en este caso
eso sí, constar por escritura pública.94 En este sentido, se
ha resuelto, que no es posible el cumplimiento incidental
respecto del contrato de transacción que puso término al
juicio ejecutivo.95

Sin embargo, el profesor Colombo sitúa a la conciliación


como título ejecutivo, indistintamente, en el Nº 1 o Nº 7 del
artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, fundado en
que ambas alternativas están recogidas por las reglas
relativas a la conciliación.96
d) Materialidad del título

El título debe ser una copia autorizada del acta de


avenimiento mismo, con la respectiva resolución que presta
su aprobación. Esta copia debe ser autorizada por el
Secretario del tribunal o por el archivero judicial, en caso
que el expediente este bajo su custodia; debiendo
considerarse eso sí, las innovaciones introducidas por el
artículo 4º de la Ley Nº 20.886, ya referida.

e) Cumplimiento incidental del avenimiento

Usualmente las partes que han arribado a un avenimiento,


intentan obtener su ejecución mediante el procedimiento
incidental previsto en el artículo 231 y siguientes del Código
de Procedimiento Civil. Sin embargo, al constituir este
equivalente jurisdiccional un título ejecutivo perfecto, el
modo en que debe obtenerse su cumplimiento es mediante
el juicio ejecutivo correspondiente.97En efecto, el
avenimiento corresponde al acuerdo producido entre los
litigantes cuyo preciso objeto o finalidad es el de poner
término a un juicio pendiente, en la forma o condiciones que
ellos mismos señalan. En consecuencia, cuando las partes
acuerdan poner término a un litigio pendiente a través de un
avenimiento (aun cuando lo hayan denominado también
transacción), no es procedente su ejecución en la forma
que reglan los artículos 231 a 241 del Código de
Procedimiento Civil, toda vez que tales normas resultan
exclusivamente aplicables al cumplimiento forzado de
sentencias, situación que no corresponde cuando se trata
de un avenimiento. Por lo demás, el acta de avenimiento
pasada ante tribunal competente y autorizada por un
ministro de fe, constituye el título ejecutivo descrito en el
artículo 434 Nº 3 del Código de Procedimiento Civil, cuyo
cumplimiento ha de ceñirse al procedimiento previsto en los
artículos 434 y siguientes del mismo texto legal. 98 No
obstante, un reciente fallo de la Corte de Apelaciones de
Concepción, estimó lo contrario.99

Ahora en lo que toca a la transacción, resulta aplicable lo


ya dicho respecto al avenimiento, vale decir, no es
procedente el cumplimiento de lo allí pactado de acuerdo
con las reglas contempladas en los artículos 231 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil, ya que estas
normas son aplicables cuando se trata de cumplir
resoluciones judiciales, calidad que no tiene la transacción.
Por lo demás, si la transacción cumple los requisitos del
articulo 434 Nº 2 del Código de Procedimiento Civil, debe
ejecutarse del modo previsto en el artículo 434 y siguientes
del Código de enjuiciamiento civil.100

4. Instrumento privado: letra de cambio, pagaré y cheque

a) Generalidades y requisitos

Los instrumentos privados son aquellos que dejan


constancia de un hecho, pero en cuyo otorgamiento no se
ha observado solemnidad o formalidad alguna.101Ergo es
todo aquel que no constituye instrumento público.

La norma es que este tipo de instrumentos, dada su


naturaleza, carecen de mérito ejecutivo. Excepcionalmente
el instrumento privado adquiere mérito ejecutivo en dos
casos: cuando ha sido reconocido por su otorgante, o
cuando ha sido mandado tener por reconocido.
Para obtener estos reconocimientos, se hace necesario
cumplir con ciertas gestiones destinadas a preparar la vía
ejecutiva, llamadas gestiones preparatorias. En la especie,
reconocimiento de firma o confesión de la deuda.

Sin embargo, existen ciertos instrumentos privados a los


que por su especial naturaleza el legislador les confiere
mérito ejecutivo. Nos referimos a la letra de cambio, al
cheque y al pagaré.102 Estos instrumentos en dos casos
pueden llegar a constituir títulos perfectos.

a) Cuando se trata de letra de cambio o pagaré protestado


personalmente y no se ha opuesto tacha de falsedad a su
firma en el acto del protesto.

La letra de cambio puede ser protestada por tres motivos:


por falta de aceptación, por falta de fecha de aceptación y
por falta de pago cuando no ha sido cancelada a su
vencimiento.

El pagaré solo puede ser protestado por falta de pago


cuando no ha sido cancelado a su vencimiento.

En ambos casos, el protesto puede ser hecho


personalmente al aceptante o suscriptor.

Si una letra de cambio o pagaré es protestado por falta de


pago y este protesto ha sido hecho personalmente al
aceptante o suscriptor, esta letra de cambio o pagaré
adquiere mérito ejecutivo con una condición: que el
aceptante o suscriptor no tache de falsa su firma en el acto
mismo del protesto.

En este caso el título ejecutivo es complejo, es decir, no


está constituido por un solo documento, sino que por dos:
por la letra de cambio o pagaré y por la respectiva acta de
protesto.

Ahora este título ejecutivo solo tiene el carácter de tal


respecto del aceptante de la letra de cambio o suscriptor del
pagaré, pero no respecto de los demás obligados a su
pago.

En consecuencia, para que se configure este título deben


concurrir los siguientes tres requisitos copulativos:

i.- Debe tratarse de una letra de cambio o pagaré. No se


incluye el cheque, porque este se protesta por el Banco.

ii.- El protesto debe ser personal al deudor, aceptante de


la letra o suscriptor del pagaré. No se refiere a otros
obligados como endosantes o avales.

iii.- El deudor no debe tachar de falsa su firma cuando se


le protesta el documento.

Solo el protesto por falta de pago permite ejercer la acción


ejecutiva inmediatamente. Ello se explica porque solo el
protesto por falta de pago reúne los requisitos para que
proceda la ejecución. Cualquiera omisión de los requisitos
del mismo, lo privará de la fuerza ejecutiva.

La ley restringe el título ejecutivo perfecto al protesto


personal, y lo es cuando el aceptante del documento o
alguno de los demás obligados al pago concurre ante el
ministro de fe a ser requerido de pago el día que haya sido
citado por él.

La letra de cambio y el pagaré solo tiene mérito ejecutivo


en contra del aceptante y el suscriptor. Para darle fuerza
ejecutiva respecto de otro obligado, será necesaria la
gestión preparatoria de la vía ejecutiva de notificación
judicial del protesto.

Excepcionalmente, la Ley Nº 18.092 autorizó a los bancos


y sociedades financieras para protestar letras de cambio y
pagarés que se encuentren en su poder como beneficiarios
o endosatarios, salvo instrucciones en contrario del portador
del documento. Sin embargo, el protesto bancario es
doblemente limitado, pues solo pueden protestarse letras
por falta de pago y no tiene el carácter de protesto personal.

b) Cuando se trata de letra de cambio, pagaré o cheque


en que la firma del obligado, aparece autorizada por un
Notario o por el oficial del registro Civil en las comunas
donde no tenga su asiento un notario.

En tales condiciones, la letra de cambio, el pagaré y el


cheque, tienen mérito ejecutivo respecto de aquel obligado
cuya firma se encuentra autorizada, sin necesidad de
realizar ninguna gestión previa, vale decir, sin
reconocimiento de firma ni notificación judicial de protesto.

La expresión "obligado" comprende al aceptante, el


suscriptor, el endosante, el aval, etc. Es el único caso en
que el cheque protestado es título ejecutivo.

La intervención del notario establece una presunción de


verdad acerca del contenido del documento, que hace las
veces de título ejecutivo.

La condición de título ejecutivo para uno de los obligados


al pago no se trasmite a los demás obligados si su firma no
ha sido autorizada por Notario. Así, por ejemplo, el avalista
cuya firma no fue autorizada ante Notario y es demandado
en juicio ejecutivo, podrá oponer a la ejecución la excepción
prevista en el Nº 7 del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil.

La autorización notarial debe entenderse en su sentido


procesal, como palabra técnica, conforme al artículo 21 del
Código Civil y desde este punto de vista, la expresión
denota la legalización que pone el escribano, en alguna
escritura o instrumento, de forma que haga fe pública, esto
es, atestando la verdad de las firmas puestas en él. Así, se
ha entendido que el vocablo "autorizar" no supone
necesariamente la presencia de aquel cuya rúbrica
autentifica y, por consiguiente, la correcta interpretación del
artículo 434 Nº 4 inciso segundo del citado ordenamiento,
no lleva a exigir la comparecencia ante el notario del
obligado que firma un instrumento mercantil, sea pagaré,
cheque o letra de cambio, bastando al efecto la sola
actuación del ministro de fe autorizante y la circunstancia de
que le conste la autenticidad de la firma que
autoriza.103Interpretación que, por lo demás, resulta
coherente con lo prescrito en el Nº 10 del artículo 401 del
Código Orgánico de Tribunales, de acuerdo con el cual son
funciones de los notarios, autorizar las firmas que se
estampen en documentos privados, sean en su presencia o
cuya autenticidad le conste. En consecuencia, la
autenticidad de la firma en el documento que comprueba y
certifica el notario bajo fórmula no sacramental, que
suscribe con su propia rúbrica y título, constituye la
autorización notarial que hace fe pública y que es de
responsabilidad exclusiva del notario. El funcionario
responde de ello y si alguien quiere disputar la fe o la
verdad de la aseveración que hay tras la autorización,
deberá probarlo.104
b) Procedimiento de protesto personal de la letra de cambio
y pagaré

El protesto personal es un trámite que se encuentra


regulado entre los artículos 59 y 78 de la Ley Nº 18.092.
Debe efectuarse en el lugar donde debe efectuarse el pago.

Se trata de un acto solemne que generalmente se efectúa


por un Notario, pudiendo actuar un Oficial de Registro Civil
en aquellas comunas en que no exista un oficio notarial.
Con autorización de la Corte de Apelaciones respectiva, los
notarios, bajo su responsabilidad, pueden delegar la función
de entregar el aviso a que se refiere el artículo 61 de la Ley
Nº 18.092, en un empleado de su dependencia.

El funcionario deberá entregar en los lugares y


oportunidades que se señalen en los artículos 68 y 69, un
aviso dirigido al librado o aceptante en que lo citará para el
día siguiente hábil que no fuere sábado a su oficio, a fin de
realizar el requerimiento que corresponda.

El aviso será entregado a alguna persona adulta que se


encuentre en dichos lugares y cuando ello no fuere posible,
será dejado de la manera que el funcionario estime más
adecuada. Si el librado o aceptante no compareciere a la
citación, se efectuará el protesto, sin necesidad de
requerimiento.

El acta de protesto se estampa en una hoja que se anexa


al dorso del respectivo documento. En ella se deja
constancia de haberse enviado el aviso, la relación de lo
actuado, los impuestos que afectan al protesto, los
derechos notariales que se cobran, fecha, hora y lugar del
protesto y la firma del notario.
El notario debe enviar al Boletín de Informaciones
Comerciales una nómina con las diligencias de protesto
efectuadas.

En los protestos por falta de pago el aviso debe


entregarse en el lugar del pago en el primero o segundo día
hábil siguiente que no fuere sábado, al vencimiento de la
letra. Por lo anterior, no cabe efectuar protestos fuera de
plazo.

c) Particularidades del pagaré

c.1) Condiciones en que debe extenderse el Pagaré

El pagaré es un acto jurídico por el que una persona,


voluntariamente y sin someterse a condición, se reconoce
deudora de otra prometiendo pagar un monto determinado
o determinable de dinero, surgiendo tal obligación desde el
momento en que se formula una declaración documental en
tal sentido, sin que sea necesario, para su validez, la
aceptación del beneficiario, sin que se exprese la razón o
motivo que indujo a suscribir tal título de obligación.105

Este título ejecutivo se perfecciona desde el momento en


que se cumplen todos los requisitos exigidos por la ley,
especialmente enunciados en el artículo 102 de la Ley
Nº 18.092, a saber: a) la indicación de ser pagaré, escrita
en el mismo idioma empleado en el título; b) la promesa no
sujeta a condición, de pagar una determinada o
determinable cantidad de dinero; c) el lugar y época del
pago. No obstante, si el pagaré no indicare el lugar del
pago, se entenderá que este debe efectuarse en el lugar de
su expedición; y si no contuviere la fecha de vencimiento,
se considerará pagadero a la vista; d) el nombre y apellido
del beneficiario o la persona a cuya orden se ha de efectuar
el pago o la indicación de que es pagadero al portador; e) el
lugar y fecha de expedición, y f) la firma del suscriptor.

No es requisito establecido por la ley que el notario deba


dejar constancia de la cédula de identidad del obligado.
Esto es una exigencia legal solo en el caso de las escrituras
públicas, de acuerdo a lo que dispone el artículo 405 en
relación con el 412 Nº 2, ambos del Código Orgánico de
Tribunales, en que se sanciona con nulidad la escritura
pública en que no esté establecida la identidad de los
firmantes por los medios que la ley establece, entre ellos la
cédula de identidad.106

El artículo 103 de la citada Ley Nº 18.092, dispone que el


documento que no cumpla con las exigencias del artículo
102, no valdrá como pagaré. Es decir, la propia legislación
que gobierna la materia, señala la sanción para el caso de
incumplimiento de los requisitos con que debe extenderse
este título de crédito. Quedará sin valor, es decir, queda
privado de toda eficacia, ya no tiene el carácter obligatorio
de un pagaré o de una letra, ya no es eficaz como tal. 107 Lo
anterior, dado que el pagaré como título de crédito, tiene
como característica la formalidad y, por lo tanto, "el
documento que lo expresa y no cumpla con las exigencias
del artículo 102 de la ley, no vale como pagaré".108

Con la modificación introducida por la Ley Nº 18.552 de 20


de septiembre de 1986, el plazo ya no se considera como
un elemento esencial del pagaré y, en consecuencia, puede
prescindirse de él para la emisión del mismo. En otras
palabras, la obligación se hace exigible y el vencimiento del
instrumento se producen en un mismo instante, esto es,
cuando el título se perfecciona, es decir, cuando reúne
todos los requisitos para ser considerado como tal y que
están reseñadas en el artículo 102 aludido. Por tanto,
tratándose de un pagaré emitido a la vista, debe entenderse
que la exigibilidad del mismo se produce al momento en
que éste se perfecciona.109

c.2) Prórrogas o renovaciones en el pagaré

La resuscripción del pagaré, mediante las denominadas


"hoja de prolongación", tienen por finalidad mantener la
vigencia, validez y eficacia de cada uno de ellos, de manera
que con tal acto no se crea una situación jurídica nueva
sino que se reanuda la existente, prorrogando el plazo de
vigencia primitivo.110 Por lo tanto, las renovaciones no
originan un nuevo pagaré. Por ello, resulta innecesario
reiterar las exigencias legales ya satisfechas por los
documentos mercantiles primitivos, puesto que las
renovaciones forman parte integrante del pagaré al que
acceden.111 Así mismo, es innecesario para poder acordar
una renovación de un pagaré que ella se pacte antes de la
llegada del día fijado para el cobro, máxime si después de
esa data él continúa subsistiendo mientras no se cancele o
haya transcurrido el plazo de prescripción. En otras
palabras, todo pagaré puede ser renovado desde la fecha
de suscripción y mientras se encuentre pendiente el
transcurso del plazo de un año de prescripción de la acción
cambiaria (artículo 98 de la Ley Nº 18.092), dentro del cual
las obligaciones y acciones que emanan de tales
documentos, se encuentran plenamente vigentes.

Al no originar un nuevo pagaré la renovación, los


obligados al mismo en calidad de aval, fiador o codeudor
solidario, mantienen a la vez su obligación.

Finalmente, constituye un efecto de las sucesivas


renovaciones del pagaré la interrupción de la prescripción
tanto de la deuda como de la acción que de dichos
documentos emanan.

c.3) Pagaré suscrito en blanco

El pagaré firmado en blanco es una práctica muy usual en


el ámbito mercantil y financiero.

Ello es legalmente posible e importa instrucción tácita para


llenarlo, significando un acto de confianza que se equipara
al otorgamiento de un mandato. Se ha resuelto que la sola
circunstancia de haber sido firmado en blanco el título no
lleva necesariamente a concluir que el lleno hecho con
posterioridad no corresponden a la realidad de lo acordado
por las partes, puesto que si el deudor se limitó a suscribir
el pagaré, debe entenderse que tácitamente autorizó al
acreedor para llenar los blancos.112"El reconocimiento hecho
por el ejecutado en orden a que firmó en blanco el
documento que cuestiona, acredita que fue él —realmente
— el otorgante del pagaré en que se basa la ejecución".113

Abona dicha conclusión lo que dispone el artículo 11 de la


Ley Nº 18.092, sobre Letras de Cambio y Pagarés, cuando
establece que sin perjuicio de lo dispuesto en su artículo 2,
cualquier tenedor legítimo puede incorporar las menciones
de que trata el artículo 1, antes del cobro del documento.

Sin embargo, el tenedor al incorporar las menciones del


pagaré debe sujetarse a las instrucciones que haya recibido
de los obligados al pago.114 Si el documento se llena en
contravención a esas instrucciones, el respectivo obligado
podrá eximirse de su pago probando tal circunstancia.115 Se
ha resuelto que si las instrucciones no existen, no puede ni
debe llenarse un pagaré.116
c.4) Solidaridad del avalista en el Pagaré

La solidaridad contenida en los pagarés respecto del


avalista no se puede extender a las obligaciones emanadas
del mutuo de dinero otorgado al deudor principal.117

c.5) Efecto del carácter causado, independiente


y abstracto del Pagaré

El pagaré es un documento abstracto e independiente solo


respecto a los terceros o personas ajenas a la relación
fundamental o negocio que le dio origen, con lo cual se
garantiza su expedita circulación y la seguridad de su tráfico
jurídico, sin consideración de la parte que lo suscribe,
estableciéndose, además, el denominado principio
cambiario de inoponibilidad, desde que el demandado de
una obligación de esta naturaleza, no puede oponer al
demandante, excepciones fundadas en relaciones
personales suyas con anteriores portadores del respectivo
instrumento.

Al contrario, entre las partes que celebraron el negocio


jurídico que generó el acto cambiario, este no reviste el
carácter de abstracto o independiente, por cuanto entre
ellos dicho acto resulta directamente relacionado o
vinculado al negocio causal, al extremo que, en esta
situación, el demandado por acciones cambiarias, puede
oponer las excepciones reales que consten del instrumento
y las personales suyas que pueda hacer valer en contra del
acreedor.118
5. Cualquiera otro título a que las leyes den fuerza ejecutiva

Se trata de títulos que tienen fuerza ejecutiva en virtud de


leyes especiales. Algunos de estos títulos establecidos en
la ley y que no se encuentran contemplados expresamente
en el 434 son:

a.- Listado de Deudores de Contribuciones, según el


artículo 169 del Código Tributario.

b.- Las pensiones alimenticias. Respecto de esto último,


se ha resuelto que solo es procedente en este tipo de
procesos la excepción de pago fundándose en un
antecedente escrito, no contemplándose las excepciones
opuestas, por lo que dar curso a dicha incidencia no resulta
procedente.119

c.- Certificado de deuda emitido por del Secretario


Municipal para efectos del cobro judicial de patentes,
derechos y tasas en conformidad al inciso primero del
artículo 47 del Decreto Ley Nº 3.063 de Rentas Municipales.

d.- Los contratos de prenda agraria celebrados en las


condiciones señaladas en la Ley Nº 4.097.

e.- Los contratos de prenda industrial otorgados en las


condiciones señaladas en la Ley Nº 5.687.

f.- Los contratos de compraventa y prenda accesoria


celebrados en conformidad a las leyes de compraventa de
cosas mueves a plazo Ley Nº 4.702.

g.- Las expensas comunes de los condominios regulados


por la Ley Nº 19.537 de 16 de diciembre de 1997.
h.- La copia del acta de la junta de accionistas o del
acuerdo del directorio en que se haya acordado el pago de
dividendos en conformidad a lo dispuesto en el artículo 83
de la Ley Nº 18.046.

Sección IV Títulos imperfectos

Título ejecutivo imperfecto es aquel que, para lograr


eficacia como título ejecutivo, requiere de una gestión
preparatoria de la vía ejecutiva. Esto implica que no se
bastan por sí solos para iniciar la ejecución.

La gestión preparatoria de la vía ejecutiva es una gestión


judicial contenciosa tendiente a crear un título ejecutivo, ya
sea en forma directa construyendo el título mismo, o
complementando determinados antecedentes, o bien,
supliendo las imperfecciones de un título con existencia
incompleta.

Las gestiones preparatorias que dan origen o que


complementan, según los casos, a un título para que
adquiera fuerza ejecutiva son:

1.- El reconocimiento de firma puesto en instrumento


privado.

2.- La notificación de protesto de letras de cambio,


pagarés o cheques.

3.- La confesión de deuda.


4.- La confrontación de títulos y de cupones.

5.- La avaluación.

6.- La notificación del título ejecutivo a los herederos.

7.- Gestión preparatoria para el cobro por vía ejecutiva de


una factura.

1. El reconocimiento de firma puesto en instrumento privado

a) Generalidades

Fuera del instrumento privado autorizado ante notario, los


instrumentos privados pueden tener mérito ejecutivo en
otros dos casos: cuando han sido reconocidos judicialmente
o se han mandado a tener por reconocidos.

Este reconocimiento para otorgar mérito ejecutivo a un


instrumento privado no tiene relación alguna con el
reconocimiento de instrumento privado reglamentado en el
artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, ya que este
tiene solo por objeto dar valor probatorio a esta clase de
instrumento.

El mérito ejecutivo de un instrumento privado se logra a


través del reconocimiento establecido en el artículo 435 del
Código de Procedimiento Civil.

Por regla general, todo deudor puede ser citado a


reconocer su firma estampada en un instrumento privado.
Sin embargo, existen ciertas situaciones especiales:
1.- El heredero del causante que suscribió el instrumento
privado.

La ley nada dice al respecto, pero al ser el reconocimiento


de firma una actuación personal del que suscribió el
instrumento privado, no podría citarse a reconocer firma al
heredero y en general no puede citarse a persona distinta
de aquella que suscribió el documento. En todo caso, si
puede citarse al heredero a confesar deuda, que es otra
gestión preparatoria de la vía ejecutiva.

2.- El curador de la herencia yacente.

Por las razones expuestas, no puede citarse al curador a


reconocer firma, pero sí a confesar deuda.

3.- El mandatario del deudor.

Este mandatario tampoco puede ser citado a reconocer


firma, porque no es él quien firmó el documento, salvo que
se encuentre expresamente facultado para ello. Puede eso
sí, sin necesidad de facultad expresa, ser citado a confesar
deuda.

4.- Documento firmado a ruego.

Tampoco puede citarse al deudor a reconocer firma pues


no es él quien suscribió el documento, por tanto, debe
llamarse en este caso al que firmó el documento a petición
del deudor. El deudor puede si ser citado a confesar deuda.

5.- Situación del incapaz.

A su respecto se debe distinguir dos situaciones:


a) Que el documento haya sido firmado por el incapaz
autorizado por su representante.

En este caso, debe citarse a reconocer firma al propio


incapaz, debiendo citarse además al representante para
que autorice el reconocimiento del incapaz.

b) Que el documento haya sido firmado por el


representante del incapaz.

Debe citarse al reconocimiento al representante del


incapaz, pues él ha sido quien suscribió el documento.

6.- El caso de persona jurídica.

Para que el reconocimiento tenga validez, debe concurrir


en la persona del citado dos condiciones:

a) Que haya sido quien firmó el documento.

Esto se requiere porque el reconocimiento de firma es un


acto personal de la persona que ha suscrito el documento.

b) Que dicha persona tenga facultades para obligar a la


persona jurídica. De lo contrario el reconocimiento de quien
no tiene facultad de representación no puede producir
ningún efecto en contra de este.

Cabe agregar que la solicitud que tiene por objeto citar al


deudor a reconocer firma para preparar la vía ejecutiva es
prejudicial por naturaleza, por ende son improcedentes las
medidas precautorias en las gestiones para preparar la vía
ejecutiva.120 Y, según se ha resuelto, es improcedente el
abandono de la instancia, por cuanto las gestiones
preparatorias no constituyen juicio.121
b) Requisitos

Para que proceda la gestión de reconocimiento de firma,


se requiere que se trate de un instrumento privado que se
encuentre firmado. En caso de no existir firma, la vía
ejecutiva deberá prepararse a través de la confesión de
deuda.

La gestión de reconocimiento de firma es un acto


personal, por ende no procede que un heredero
comparezca a reconocer la firma de su causante, o que lo
haga un mandatario sin facultad expresa.

c) Tramitación

El acreedor debe presentar un escrito al Tribunal


solicitando que se cite al deudor a reconocer la firma puesta
en el instrumento privado, bajo los apercibimientos legales
contemplados en los artículos 434 Nº 4 y 435 del Código de
Procedimiento Civil, vale decir, si el citado no comparece o
solo da respuestas evasivas, se dará por reconocida la
firma. Sin el apercibimiento legal no es posible tenerse por
reconocida la firma en caso de rebeldía o de respuestas
evasivas.

El escrito se provee por el tribunal citando al deudor a una


audiencia, por lo general a la del quinto día hábil después
de su notificación, a fin que el citado concurra a reconocer
la firma bajo el apercibimiento legal. Esta resolución se
notifica al acreedor por el estado diario y al deudor de
acuerdo a las reglas generales. Este plazo no se amplía
con el aumento que establece el artículo 259 del Código de
Procedimiento Civil, pese a que el citado no se encuentre
en el lugar del juicio. En efecto, siendo el juicio ejecutivo un
procedimiento especial, el aumento de término de
emplazamiento el legislador lo contempló únicamente para
el caso previsto en el artículo 460 del Código citado. 122 No
obstante, jurisprudencia más reciente ha resuelto su
procedencia.123

Lo normal será que el deudor comparezca a la presencia


judicial el día y hora fijado por el juez. Sin embargo, por la
gravedad que importa para el citado no comparecer, la
jurisprudencia ha atenuado los aspectos procedimentales
permitiendo que el deudor comparezca antes de la
audiencia fijada; comparezca por escrito evacuando la
diligencia; o bien comparezca durante todo el día señalado,
siendo la hora un mero punto referencia. En este sentido se
ha resuelto "La determinación de día y hora para la
comparecencia al tribunal a prestar la confesión de una
deuda, es un beneficio de la persona citada, quien, bajo el
peso de una orden judicial, no puede quedar sujeta
indefinidamente a acatarla, desatendiendo sus ocupaciones
o negocios, por lo que resulta válida la confesión que presta
antes del día señalado".124

De este modo, el deudor puede presentarse legítimamente


en una oportunidad distinta, a saber:

1.- Comparecer antes del tiempo señalado por el juez.


Esto es posible porque el plazo que se le ha otorgado para
comparecer está establecido en su exclusivo beneficio y por
lo tanto, puede renunciar a él según lo autoriza el artículo
12 del Código Civil, y porque la presencia del acreedor en la
audiencia respectiva no es una formalidad exigida por la
ley.

2.- Comparecer después de la oportunidad señalada por el


tribunal y mientras no se dé por reconocida la firma en su
rebeldía, esto es factible porque el plazo que se le otorga al
deudor es un plazo no fatal y por lo tanto no se extingue por
su solo transcurso. En efecto, el artículo 435 del Código de
Procedimiento Civil, tiene por exclusiva finalidad y objeto
una declaración en orden a reconocer una firma o confesar
o negar la deuda, sin que establezca dicha disposición legal
un procedimiento formal para ello, teniendo este acto un
carácter especial, concreto y determinado, que no admite
controversias y asistiendo al demandado la facultad u
opción de comparecer a la presencia judicial, el día fijado
por el tribunal, pero también antes o después de ello.125

3.- También puede solicitar el deudor postergar la


audiencia correspondiente, desde que se está frente a un
plazo judicial, pero será necesario que concurran las
exigencias previstas en el artículo 67 del Código de
Procedimiento Civil, vale decir, que lo pida antes del día
fijado para la audiencia de estilo y que se alegue justa
causa.

Cabe señalar que al no realizarse la audiencia en la fecha


originariamente fijada por el tribunal, quien prepara la vía
ejecutiva tiene pleno derecho para solicitar se fije una
nueva audiencia, sin que ello importe una nueva citación a
confesar deuda ni tampoco la prórroga de términos a que
se alude en el artículo 67 del Código de Enjuiciamiento
Civil, de modo que de asistir el citado a la nueva audiencia
fijada, cabe dar plena aplicación al citado artículo 435 del
Código de Procedimiento Civil.

d) Forma en que se realiza el reconocimiento

La diligencia de reconocimiento de firma debe ser


realizada ante el juez. Este no puede delegar la práctica de
las diligencia en otro funcionario porque no está autorizado
para ello.126
A esta audiencia puede comparecer el acreedor, pero no
puede hacer observaciones ni interrogaciones durante la
audiencia.

Como esta audiencia tiene como único fin premunir al


acreedor de un título ejecutivo, el citado no puede oponer
excepciones perentorias; sin embargo, previo a la
audiencia, puede oponer incidentes dilatorios, tales como
nulidad de la notificación, incompetencia del tribunal,
privilegio de no comparecencia, entre otros. El citado debe
limitarse a reconocer o desconocer la firma. En este
sentido, referido a la citación a confesar deuda, pero
aplicable también al reconocimiento de firma, se ha resuelto
"Cualquier circunstancia que pretenda desnaturalizar la
acción ejecutiva, es una materia que debe ser propuesta a
través de la excepción pertinente y en el juicio ejecutivo
propiamente tal, pues esta gestión se agota simplemente,
ya cuando el demandado niega la deuda, ya porque la
confiesa pura y simplemente; ya porque se le tiene por
confeso en forma ficta, cuya última situación es la que ha
ocurrido en el presente caso".127

e) Actitudes que puede asumir el citado

Frente a la solicitud, legalmente notificada, el citado puede


asumir diversas actitudes:

e.1) Comparecer y reconocer la firma

Si el deudor comparece y reconoce la firma, queda


preparada la vía ejecutiva, porque al reconocer la firma está
dotando al acreedor de un título ejecutivo. De lo obrado se
levanta un acta, la que unida al documento privado
constituirá el título ejecutivo.
El deudor debe comparecer personalmente, ello es así
porque el artículo 435 exige la presencia física del deudor
ante el juez, quedando descartada la posibilidad de que lo
haga por escrito.

El título ejecutivo queda perfecto en el mismo momento en


que el deudor reconoce su firma, sin que sea necesario
resolución alguna del juez y el acreedor podrá presentar su
demanda ejecutiva de inmediato.

Podría darse la hipótesis que el citado reconozca la firma


que aparece en el instrumento privado, pero alegue al
mismo tiempo que pagó esa deuda. En tal caso, esta
afirmación de pago no obsta a que se tenga preparada la
vía ejecutiva, solo que en este caso deberá el citado
defenderse en el juicio ejecutivo mismo oponiendo la
excepción de pago.

e.2) Comparecer y dar respuestas evasivas

Si el citado no contesta categóricamente, sino que lo hace


con vaguedad, eludiendo responder en forma terminante las
preguntas que se le dirigen, v. gr. "no estoy seguro, puede
ser, a lo mejor", el ejecutante deberá presentar una solicitud
al tribunal, pidiéndole que haga efectivo el apercibimiento
del 435 del Código de Procedimiento Civil y dé por
reconocida la firma del deudor. El tribunal deberá dictar una
resolución dando por reconocida la firma. En este caso, el
título ejecutivo será un instrumento privado mandado tener
por reconocido.

En esta hipótesis la vía ejecutiva se encontrará preparada


cuando la resolución del tribunal que accede a la solicitud
de dar por reconocida la firma del citado, se encuentre
ejecutoriada. Se trata de una sentencia interlocutoria de
segundo grado, ya que ha de servir de base para la
dictación posterior de una sentencia interlocutoria como es
el mandamiento de ejecución y embargo.128

En contra de esta resolución procede el recurso de


apelación, el que ha de concederse en el solo efecto
devolutivo.

Una vez firme la resolución queda por reconocida la firma,


ella produce cosa juzgada y, por lo tanto, no puede
discutirse en el juicio ejecutivo posterior la autenticidad de
la firma. Por esta razón, la jurisprudencia ha sostenido que
el deudor no puede luego de la diligencia en el curso del
juicio, oponer excepción que tenga por objeto desconocer la
autenticidad de la firma o la existencia de la deuda.129

e.3) Comparecer y desconocer la firma

En este caso, la gestión preparatoria termina de inmediato


y el acreedor carecerá de un título ejecutivo para iniciar la
ejecución. Al gestor de la medida preparatoria no le queda
otro camino que demandar en un procedimiento declarativo
que se proclame auténtico el documento y que la obligación
que en él consta, existe. Se ha resuelto que las gestiones
preparatorias de confesión de deuda y reconocimiento de
firma no interrumpen la prescripción si resultan negativas. 130

La persona que desconoce la firma, siendo verdadera, no


comete delito alguno, pues no existe delito de perjurio en
causa propia.

e.4) No comparecer

Si no comparece, el ministro de fe deberá dejar en el


expediente o carpeta electrónica un certificado de tal hecho.
En este caso, al igual que cuando el deudor comparece y
da respuestas evasivas, el tribunal a petición del actor,
deberá dictar una resolución que tenga por reconocida la
firma y por preparada la ejecución. Mientras no se dicte
esta resolución, no habrá título ejecutivo.131 Tal como ya se
dijo, esta resolución tiene naturaleza de sentencia
interlocutoria de segundo grado, por ende procede en su
contra el recurso de apelación conforme a las reglas
generales.132

En caso de que la no comparecencia se deba a fuerza


mayor o caso fortuito, el citado está facultado para alegar la
nulidad de todo lo obrado dentro del plazo de tres días
contados desde que hubiera cesado el impedimento.

2. La notificación de protesto de letras de cambio, pagarés


o cheques

a) Generalidades

La letra de cambio, el pagaré y el cheque son títulos


ejecutivos perfectos cuando ha sido autorizada ante notario
o bien, tratándose de la letra de cambio y el pagaré han
sido protestado personalmente y no se ha opuesto tacha de
falsedad a la firma en el acto del protesto por falta de pago.
Fuera de estos casos, para conferirle mérito ejecutivo a
estos instrumentos es necesario que el protesto se ponga
en conocimiento del deudor en una gestión preparatoria de
la vía ejecutiva.
De este modo, será necesario iniciar la gestión
preparatoria de notificación de protesto en los siguientes
casos:

a.- Cuando se quiere cobrar al aceptante de una letra de


cambio o suscriptor de un pagaré cuyo protesto no se
efectuó personalmente y su firma no se haya autorizado
ante notario.

b.- Cuando se quiere cobrar un cheque donde la firma del


girador no aparece autorizada ante notario, sea al girador o
a los otros obligados al pago.

c.- Cuando se quiera cobrar a cualquiera de los obligados


al pago de un documento sin que sea al aceptante de una
letra de cambio o suscriptor del pagaré. En efecto, esta
gestión puede iniciarse en contra de cualquiera de los
obligados al pago del documento, ya sea el aceptante o
suscriptor, o el endosante, avalista o librador del
documento, atendido que estos últimos son solidariamente
responsables de la obligación.

b) Procedimiento de notificación judicial de protesto

La letra de cambio, el pagaré o el cheque cuyo protesto no


son personales ni tampoco su firma aparece autorizada por
un notario u Oficial de Registro Civil en el caso que
proceda, carecen por si solos de mérito ejecutivo y para que
lo adquieran es necesario preparar la vía ejecutiva y, en
este caso ella se prepara poniendo en conocimiento del
deudor el protesto a través de una notificación judicial.

El ejecutante deberá presentar un escrito al tribunal


correspondiente, solicitando que se notifique judicialmente
el protesto a los obligados, bajo apercibimiento de tenerse
por preparada la vía ejecutiva en caso que no opongan
tacha de falsedad a su firma dentro del plazo de tercero día.

En el escrito en que solicita la notificación del protesto se


debe copiar el acta del protesto o se debe acompañar
fotocopia de la misma, la que se entenderá formar parte
integrante del escrito para la notificación. Si ello no se
realiza, la notificación del protesto, será nula.

Ordenada la notificación, ella deberá practicarse conforme


a las reglas generales, es decir, personalmente o conforme
al artículo 44 del Código de Procedimiento Civil, salvo el
protesto del cheque, en el cual basta que se notifique por
cédula en el domicilio registrado en el Banco.

c) Actitudes que puede asumir el deudor

Practicada esta notificación judicial, el deudor puede


adoptar dos actitudes:

c.1) Mantener silencio

En cuyo caso, el documento adquiere mérito ejecutivo una


vez transcurridos tres días desde la notificación judicial del
protesto. En efecto, transcurrido el plazo de tres días, se
debe presentar un segundo escrito al tribunal solicitando
que se certifique por el Secretario la efectividad de que el
deudor no ha opuesto tacha de falsedad. Con el solo mérito
de dicho certificado y sin necesidad de resolución alguna,
se tendrá por preparada la vía ejecutiva, sin que pueda el
ejecutado durante el curso de la ejecución, oponer la
excepción de falsedad del título prevista el artículo 464 del
Código de Procedimiento Civil.

c.2) Tachar de falsa su firma


El legislador ha previsto dos oportunidades en que el
deudor puede tachar su firma: la primera, en el acto de su
notificación, debiendo dejar constancia de ello el receptor
en el mismo expediente; la segunda, en el plazo de tres
días fatales desde que se practicó la notificación.

La tacha de falsedad se puede oponer en dos casos


según el inciso primero del Nº 4 del artículo 434 del Código
de Procedimiento Civil:

a) Al notificarse la letra de cambio o pagaré protestado


personalmente por falta de pago:

b) Al notificar la letra de cambio, pagaré o cheque, cuyos


protestos hayan sido notificados judicialmente al obligado.

El artículo 111 de la Ley Nº 18.902 dispone que, si se


tacha de falsa la firma en algunos de los casos referidos, la
tacha se tramita como incidente y corresponde al
demandante acreditar la autenticidad de la firma. Esto es
así dado que el actor no parte con una prueba privilegiada,
debiendo probar por tanto que la firma es auténtica. Para
este objeto será determinante la realización de un peritaje
caligráfico.

Las apelaciones que se deduzcan en este incidente se


conceden en el solo efecto devolutivo.133

En caso que el tribunal resuelva que la firma es falsa,


fracasa la gestión preparatoria, quedando al acreedor la vía
ordinaria para perseguir el pago de su crédito.

Si se acredita la autenticidad de la firma, el tribunal lo


declara así y el documento constituirá título ejecutivo. Esta
resolución genera cosa juzgada formal, pudiendo el
demandado, tanto en el juicio civil como en el juicio penal,
oponer como defensa la excepción de falsedad de título o
falsedad de su firma, recayendo eso si en él la carga de la
prueba.

Por último, si la firma tachada resulta ser auténtica, será


sancionado con las penas indicadas en el artículo 467 del
Código Penal, salvo que se acredite justa causa de error o
que el título en el cual se estampó la firma es falso.134

d) Particularidades respecto al cheque

d.1) Clases de cheque y efectos del endoso

El cheque es una orden escrita y girada contra un banco


para que este pague, a su presentación, el todo o parte de
los fondos que el librador pueda disponer en cuenta
corriente. De acuerdo a lo dispuesto en el inciso tercero del
artículo 11 Decreto con Fuerza de Ley Nº 707, el cheque
dado en pago se sujeta a las reglas generales de la letra de
cambio, salvo las excepciones que el propio citado cuerpo
normativo contempla, norma que permite desprender
inequívocamente que el cheque es un título de crédito.

En doctrina se ha definido al endoso, como el negocio a


través del que en virtud de una declaración recogida en la
letra y de la entrega de esta, el endosante trasmite al
endosatario el título y los derechos a él incorporados, o
constituye a su favor una garantía real sobre uno y otros, o
le legítima para el ejercicio de los derechos cambiarios en
calidad de mandatario.135

El cheque puede ser extendido a la orden, al portador o


nominativo.

(i) A la orden
En este cheque se expresa el nombre de la persona a
quien debe efectuarse el pago y se borra la expresión "o al
portador".

Este documento tiene la característica de que es


endosable, esto es, el beneficiario, puede tener dos
posibilidades de uso del documento: a) o bien lo cobra
directamente en el Banco, o b) lo puede endosar, esto es,
transferir su dominio a un tercero, mediante el
procedimiento de estampar su firma en el dorso o reverso
del cheque. La persona que recibe el cheque en endoso se
denomina "endosatario", y pasa a ser, dueño del
documento, pudiendo, cobrarlo en el Banco. 136 El endoso
traslaticio de dominio tiene por objeto transferir el dominio
del documento y, como consecuencia de ello, el de los
valores que representa.137

Si una persona detenta la posesión de un cheque girado


"a la orden", por una serie ininterrumpida de endosos, debe
entenderse que es dueña o legítima portadora del
documento, excepto si lo ha adquirido con dolo o culpa. Se
entiende por "serie ininterrumpida de endosos", la cadena
no interrumpida de endosos, que aparente o formalmente
está correcta. De suerte que si en la cadena hay un endoso
falso, el portador no puede ser privado del documento si
existe una aparente titularidad en él y no puede probarse su
mala fe o culpa, la que debe estar referida al conocimiento
del portador que la transferencia o endoso no se hizo
conforme a derecho.138

(ii) Al portador

En este cheque no se ha borrado la expresión "o al


portador" y puede o no indicar el nombre del beneficiario.
Basta simplemente que no se borre la expresión "o al
portador". En este tipo de cheque es que puede ser cobrado
por cualquiera persona. La persona que lo recibe puede
también, al igual que en el cheque a la orden, optar por dos
soluciones: a) presentarlo al Banco para su pago, o b)
transferir su dominio a un tercero. En este último caso, para
transferir el dominio, esto es, para hacer dueño del cheque
a un tercero, le basta la simple entrega.139

El cheque al portador, no obstante, su calidad de tal,


puede ser endosado.

(iii) Nominativo

Es aquel cheque al que no solo se le ha borrado la


expresión "o al portador", sino que igualmente la expresión
"la orden de", indicándose en el mismo expresamente el
nombre del beneficiario.

La intención del girador es que se pague exclusivamente


al beneficiario indicado y a nadie más. No obstante, el
cheque nominativo puede ser endosado en comisión de
cobranza. Este tipo de endoso otorga solo un mandato para
cobrar, que se demuestra al agregar al endoso la expresión
"Valor en cobro" u otra equivalente.140

Si bien el artículo 14 del D.F.L. Nº 707 de 7 de octubre de


1982 que fijó el texto refundido de la Ley sobre Cuentas
Corrientes Bancarias y Cheques, dispone que los cheques
girados nominativamente, solo pueden ser endosados a un
banco en comisión de cobranza, la entidad bancaria puede
cobrar y percibir, incluso judicialmente un cheque
nominativo endosado en comisión de cobranza, y tiene
todas las atribuciones propias del mandatario judicial,
comprendidas también aquellas que conforme a la ley
requieren mención expresa.141 Con todo el mandatario solo
puede comparecer ante los tribunales en la forma que exige
la ley.142

Así mismo, la jurisprudencia reiterada ha resuelto acerca


de la procedencia del endoso en comisión de cobranza a un
abogado, para efectos del cobro judicial de un cheque
nominativo. En efecto se ha resuelto que, si bien el
legislador ha establecido que el cheque nominativo solo
puede ser endosado a un Banco en comisión de cobranza,
ello no impide que al fracasar dicho cobro por protesto del
documento, pueda ser endosado posteriormente en
cobranza judicial a un abogado, toda vez que dicho endoso
se encuentra perfectamente contemplado en el artículo 659
del Código de Comercio, en relación con el artículo 13 de la
Ley de Cheques, sin que sea posible distinguir entre
cheques a la orden o nominativos, para autorizar solo
respecto de los primeros la procedencia del endoso. 143 En
consecuencia, el cheque nominativo puede endosarse en
comisión de cobranza a un abogado, comisionado al efecto
a través de una colilla de endoso. Este endoso importa la
constitución de un mandato de carácter amplio a su favor,
de conformidad con lo que prevé el artículo 21 de la Ley
Nº 18.092.

d.2) El protesto del cheque

El cheque constituye un título abstracto, que descansa en


la pura literalidad y obliga en los términos en que aparece
extendido, vale decir, se basta a sí mismo, llevando consigo
la prueba de su condición y validez, por cuanto su girador
se encuentra en la obligación de pagarlo si cumple con los
presupuestos legales.144

Cuando el cheque no es pagado, ya sea porque su


girador carece de fondos o créditos suficientes en su cuenta
corriente, bien sea porque la cuenta corriente se encuentra
cerrada o ha dado orden de no pago, el librado no paga el
documento y lo protesta.

El protesto de un cheque es el acto solemne por el cual se


materializa la voluntad del librado de negarse a pagar un
cheque, por la causal específica que en el acta se consigna
y que debe cumplir los requisitos señalados en el artículo
33 de la Ley del Ramo. En efecto, el protesto debe
estamparse al dorso del documento, debiendo realizarse al
tiempo de la negativa del pago, en cuya acta cabe expresar
la causa, es decir, el motivo que tiene el librado para
negarse a cumplir la orden de pago que constituye el
cheque. De acuerdo a lo prescrito en el artículo 23 dela Ley
sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques, el cheque
debe protestarse dentro de los 60 días siguientes a su
fecha, si el librado (banco) se encuentra en la misma plaza
de su emisión y, dentro de los 90 días si estuviera en otra.
El banco librado puede rectificar un acta de protesto.145

El protesto a que se refiere el artículo 434 Nº 4 del Código


de Procedimiento Civil es aquel efectuado de conformidad
con lo preceptuado en la Ley sobre Cuentas Corrientes
Bancarias y Cheques y no en contravención a esta, de ello
se sigue que si se efectúa el protesto de un cheque
contraviniendo dicha ley, la notificación judicial de tal
protesto no podrá tener eficacia jurídica necesaria para que
aquel título pueda tener fuerza ejecutiva en contra del
girador demandado, pudiendo configurarse a su respecto la
excepción del Nº 7 del artículo 464 del mismo Código de
Procedimiento Civil. Asimismo, el cheque protestado, no
tienen mérito ejecutivo en tanto no se cumpla con la gestión
preparatoria que lo perfecciona y que consiste en la
notificación judicial del protesto, más el transcurso del plazo
de tres días sin que se oponga tacha de falsedad.

Si el cheque está caducado, el Banco no está obligado a


pagarlo, debe solo rechazar su pago, sin recurrir al protesto,
para el cual no está legalmente facultado. El protesto por
cualquiera otra causal extra o supra legal, distinta del no
pago del documento, constituye solo una simple constancia
de la causa del no pago del documento, pero no es
propiamente un protesto bancario con los efectos y
consecuencias que le da la Ley. La caducidad del cheque lo
transforma en un simple documento privado, ya que no se
está en presencia de un cheque, sino de un simple
instrumento privado que da cuenta de una obligación entre
el girador y el beneficiario.146

El cheque se puede protestar por las siguientes causas:

a.- Girar un cheque sin tener de antemano fondos o


créditos suficientes.

Girar el cheque es suscribirlo, ordenando al banco el pago


de determinada cantidad al portador, o a determinada
persona, o a la orden de esta. Esta obligación se satisface
manteniendo fondos o créditos en el momento en que el
cheque es presentado en cobro al banco librado, por lo que
no es relevante la existencia de fondos al momento del giro
del cheque.

b.- Girar sobre cuenta corriente cerrada.

Desde que el contrato de cuenta corriente termina, pasa a


ser cuenta cerrada.

c.- Por haberse dado orden de no pago.


En la práctica bancaria es frecuente el protesto por
caducidad, por falta de portador legítimo, por firma
disconforme, mal girado, falta de endosos, caducados,
entre otras. Estas causas de protestos no habilitan al titular
legítimo para iniciar una gestión preparatoria de la vía
ejecutiva ni para comenzar un juicio ejecutivo o un
procedimiento por el delito de giro doloso de cheques. En
efecto, cualquier otro protesto que no sea por las causales
del artículo 22 de la Ley sobre Cuentas Corrientes
Bancarias y Cheques, constituye una simple constancia de
causas de no pago del cheque, que no produce el efecto
que la ley le da al protesto válido bancario propiamente
tal.147

d.3) Protestos que permiten llevar adelante la ejecución

De acuerdo al artículo 22 de la Ley sobre Cuentas


Corrientes Bancarias y Cheque, los únicos protestos que
habilitan al tenedor del documento para preparar la vía
ejecutiva, de acuerdo al artículo 434 Nº 4 del Código de
Enjuiciamiento Civil son falta de pago, en razón de falta de
fondos, cuenta cerrada u orden de no pago dada por el
librador. Cualquier otro protesto, que no sea por las
causales del artículo 22, serán simples constancias de
causas de no pago del cheque, tal es el caso de "protestos"
por disconformidad de firma, por mal girado, por falta de
endoso, por caducado, etc., ninguno de los cuales produce
el efecto que le da la ley al protesto válido bancario
propiamente tal.148

En este sentido se ha resuelto que de conformidad al


artículo 441 del Código de Procedimiento Civil, el tribunal
de primera instancia ni siquiera debe despachar la
ejecución cuando el cheque es protestado por una causal
distinta a aquella establecida en el artículo 22 de la Ley
sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques.149 Si pese
a dicha limitación se sigue una gestión preparatoria, el
ejecutado podrá oponer a la ejecución la excepción del
numeral 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento
Civil, fundado en que los cheques protestados por causas
diferentes a las indicadas en el referido artículo 22, no
cuentan, ab initio, con la aptitud necesaria que exige el
legislador para llegar a constituirse, mediante y previa
notificación judicial del protesto, en títulos ejecutivos que
sirvan de base o fundamento para la ejecución de una
obligación civil, para lo cual será menester se recurra por el
acreedor a alguna otra de las vías que franquea el propio
artículo 434 antes citado.

Refuerza lo anterior, lo dispuesto en el inciso segundo del


Nº 4 del mismo artículo 434, en cuanto otorga mérito
ejecutivo a toda letra, pagaré o cheque, respecto del
obligado al pago cuya firma se encuentre autorizada ante
notario u oficial del Registro Civil, fuerza ejecutiva que se la
otorga con independencia de si ha sido o no protestado y,
en este último caso, de la causa o motivo del protesto.
Ergo, y a contrario sensu, resta o disminuye dicha fuerza
ejecutiva general para los demás casos que trata el mismo
numeral.150

d.4) Efectos del protesto del cheque

Una vez que el banco protesta el cheque, el tenedor o


portador del documento tiene dos tipos de acciones en
contra del girador: una civil y otra penal.

Por medio de la acción civil perseguirá el cobro del cheque


como título ejecutivo en un juicio de ese carácter,
dirigiéndose en contra de los bienes del girador a fin de
obtener su pago mediante el remate de esos bienes.
A través de la acción penal, se dirige en contra de la
persona del girador, a objeto de que este pierda su libertad
por su responsabilidad como autor del delito de giro doloso
de cheque.151

Para configurar el delito de giro doloso de cheque, es


necesario que se notifique al librador. Si luego de tres días
desde la notificación, este no deposita en la cuenta
corriente del tribunal los fondos suficientes para pagar el
cheque, sus costas e intereses, el tenedor del documento
tiene derecho a entablar la acción criminal correspondiente.
Tal circunstancia deberá ser certificada por el ministro de fe
del tribunal. Desde el punto de vista procesal la certificación
es necesaria para dar por acreditado el delito de giro doloso
de cheque, debido a que la ley exige "constancia" de no
haberse consignado los fondos en el plazo indicado —
conforme al artículo 22 de la Ley de Cheques—, cuyo
término debe ser entendido como certificación, pues es la
acción o efecto de hacer constar una cosa de manera
fehaciente.

El delito de giro doloso de cheque se encuentra tipificado


en la Ley de Cuenta Corrientes Bancarias y Cheque, y su
penalidad es la misma de la estafa.152 Hoy en día el giro
doloso de cheques es un delito de acción penal privada.

d.5) Notificación protesto de cheque

Como ya se indicó, la notificación judicial del protesto del


cheque se hará al girador por cédula en el domicilio
registrado por este en el banco. Se ha resuelto que no se
perfecciona el cheque como título ejecutivo si la notificación
del protesto se realiza en un domicilio distinto al registrado
en el banco.153
Ahora, tratándose de un cheque girado en representación
de una sociedad, la notificación deberá efectuarse a quien
figuraba como su representante legal, resultando indiferente
que la persona notificada ya no detente la calidad de
representante legal de la sociedad que giró el cheque, si
esta no ha proporcionado ese antecedente al banco, por lo
que bastará que la notificación del protesto y la gestión
preparatoria sea efectuada en el mismo domicilio que
aparecía registrado en el banco librado.154

No obstante, también se ha resuelto que la circunstancia


de haber predicado el legislador que el domicilio que el
librador tenga registrado en el Banco será lugar hábil para
notificarlo del protesto, no es óbice a que ese noticiamiento
se lleve a efecto en otro lugar. Al efecto se argumentó que
la notificación por cédula en el domicilio registrado por el
girador en el banco, no es esa sino una norma ordenadora
tendiente a agilizar el cobro de cheques impagos, en una
época en que la regla general del entonces artículo 41 del
Código de Procedimiento Civil era que la notificación solo
podía efectuarse en el oficio del secretario, en la casa que
servía de despacho al tribunal, en la habitación del
notificado, en el lugar donde este ejercía ordinariamente su
industria, profesión o empleo o, excepcionalmente, en otro
sitio si la persona carecía de habitación conocida. Para
evitar que el girador aprovechase para sí, en desmedro de
la referida agilidad, esa preceptiva de general aplicación,
validó el domicilio por él registrado en el banco, fuese o no
su actual habitación o el lugar de ejercicio de su industria,
profesión o empleo.155

d.6) Tribunal competente para efectos de notificación


acta de protesto de cheque
El tribunal que conocerá de la notificación del protesto es
el juez del domicilio que el librador tiene registrado en el
Banco.

Se ha resuelto que la circunstancia de que en los artículos


59 y siguientes del Código Civil se reconozca la pluralidad
de domicilios de una persona, en nada hace obsta lo dicho,
desde que el exigido para efectos de determinar la
competencia del tribunal corresponde únicamente a aquel
que se encuentra registrado en el banco y no otro.156

d.7) Interrupción del término de prescripción con la


notificación
del acta de protesto

El plazo de prescripción que prevé el artículo 34 de la Ley


de Cuentas Corrientes y Cheques y que debe computarse a
partir de la fecha del protesto del documento mercantil
invocado, se interrumpe con la notificación efectuada del
mismo al girador, es decir, con la notificación de la gestión
preparatoria de la ejecución. Ello se explica porque la
gestión preparatoria de notificación de protesto de cheque y
el juicio posterior, en este caso ejecutivo, constituyen una
unidad procesal.157

El efecto propio de la interrupción civil es la pérdida de


todo el tiempo de prescripción que hubiere alcanzado a
correr, en este caso, desde el protesto del cheque.

d.8) El cheque dado en garantía

De acuerdo al artículo 10 del Decreto con Fuerza de Ley


Nº 707 sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques, el
cheque es una orden escrita y girada contra un Banco para
que este pague, a su presentación, el todo o parte de los
fondos que el librador pueda disponer en cuenta corriente.
Por su parte, al estatuir en el artículo 11 del mismo conjunto
normativo que "El cheque puede ser girado en pago de
obligaciones o en comisión de cobranza", el legislador
admite solo dos maneras en que puede ser extendido dicho
documento.

En atención a las normas citadas, reiteradamente se ha


resuelto que el cheque dado en garantía no tiene mérito
ejecutivo, desde que no puede ser considerado como un
medio de pago ni como un título ejecutivo de aquellos que
pueden ser cobrados de manera compulsiva, en los
términos del artículo 434 Nº 4 del Código de Procedimiento
Civil.158

3. La confesión de deuda

a) Generalidades

Si el acreedor no cuenta con un título ejecutivo para


demandar ejecutivamente el pago de la deuda, puede pedir
al tribunal que cite al presunto deudor a una audiencia
determinada a fin que confiese adeudar o no la suma que
se indique en la presentación. La confesión judicial como
título ejecutivo se obtiene a través de la gestión preparatoria
de la vía ejecutiva, llamada "de confesión de deuda" y que
trata el artículo 435 del Código de Procedimiento Civil.

Para que la confesión sirva como título ejecutivo debe


verificarse en la gestión preparatoria, por lo que cualquier
confesión de deuda prestada en otro procedimiento no
tendrá el efecto de constituir un título ejecutivo.

A esta gestión preparatoria se le aplican las mismas reglas


que en la gestión de reconocimiento de firma, con la sola
diferencia de que este caso no existe documento y que
cualquier deudor puede ser citado a confesar deuda por sí o
por representante. Conferido mandato para confesar en
términos amplios, alcanza a la confesión o negación de una
deuda. En efecto, el citado a confesar deuda puede conferir
mandato para que un tercero comparezca en su
representación a prestar declaración en la audiencia de
preparación de la vía ejecutiva. Este representante no
requiere poder especial para concurrir a la diligencia
destinada a preparar la vía ejecutiva, bastará que el
mandato contenga la facultad para absolver posiciones del
inciso 2º del artículo 7º del Código de Procedimiento Civil;
facultad que se extiende al delegatario si el mandatario
delega el poder en otro profesional en los mismos términos
en que a él le fue otorgado.159 En sentido contrario se ha
resuelto que el mandatario debe contar con facultades
expresas para confesar una deuda, pues ella no se
comprendería en la que contempla el inciso segundo del
artículo 7º del Código de Procedimiento Civil.160

En cuanto a la divisibilidad de esta confesión, se aplican


las reglas generales del artículo 401 del Código de
Procedimiento Civil. De modo que si el deudor confiesa
deber solo una parte precisa de la deuda, indicando
cantidad determinada, el título queda preparado y ejecutivo
solo por esa suma.

La vía ejecutiva quedará preparada mediante esta gestión


preparatoria si el deudor citado confiesa pura y
simplemente la deuda; o si el deudor reconoce los hechos
invocados por el acreedor, pero les agrega otros hechos
diversos, enteramente desligados de los primeros, como
por ejemplo que el acreedor igual le debe a él una suma de
dinero.

En cambio, la gestión fracasará si el deudor acepta el


hecho del cual hace el acreedor derivar la obligación, pero
lo califica en forma diferente, por ejemplo si declara haber
recibido una suma de dinero como donación y no como
mutuo; o bien acepta los hechos invocados por el acreedor,
pero les agrega hechos nuevos que los modifican
directamente, como por ejemplo si declara que pagó el
dinero recibido en préstamo.161 162
-

La sentencia interlocutoria que da por confeso de la deuda


al demandado, una vez firme, goza de la autoridad de cosa
juzgada.163 En este caso el deudor no podrá ya más discutir
la existencia de la deuda, pero, sin desconocer esa
existencia, podrá oponerse a la ejecución fundado en que la
obligación es nula o en que ella se extinguió por otro medio
de extinción de las obligaciones.164

Debe tenerse presente que, de acuerdo a los artículos 434


Nº 5 y 435 del Código de Procedimiento Civil, lo que tiene
mérito ejecutivo es la confesión judicial, esto es, la
declaración real o ficta de una persona de tener una deuda
con respecto a otra y no la resolución judicial que así lo
declare, que solo constituye una mera constatación de un
hecho del proceso. No obstante, se ha resuelto que
"constituye una manifiesta irregularidad proveer la solicitud
para que se tenga por reconocida una deuda con un simple
"como se pide", por cuanto su naturaleza hace imperioso
motivar la decisión";165 y "la resolución que dispone tener
por confesada una deuda en rebeldía del deudor, debe
serle notificada a éste y quedar ejecutoriada".166
La circunstancia de tener fictamente confesa la deuda o
reconocida la firma como sanción a la incomparecencia del
citado, no obsta a la interposición de las correspondientes
excepciones que permitan al tribunal, en la etapa procesal
correspondiente, con un estudio más acabado del título
invocado, analizar la procedencia, legalidad, forma y
oportunidad de impetrar la obligación que se
demanda.167Por otro lado, la confesión ficta no permite
configurar título ejecutivo si es dirigida en contra de un
tercero.168

Finalmente, si el tribunal no admite a tramitación la gestión


preparatoria de citación a confesar deuda, al tratarse de
una resolución que tiene naturaleza de interlocutoria, será
impugnable mediante el recurso de apelación, el que
deberá deducirse derechamente.

b) Petición conjunta de reconocimiento de firma


y citación a confesar deuda

Es frecuente en la práctica que se haga conjuntamente las


gestiones de reconocimiento de firma y de confesión de
deuda, es decir, que en caso de que la obligación conste en
un instrumento privado se llame al deudor tanto a reconocer
la firma estampada en él como a confesar la deuda de que
ese documento da cuenta. No obstante, se trata de dos vías
independientes y autónomas.

En el reconocimiento de firma existe un germen de título


ejecutivo que será complementado por la gestión
preparatoria, en tanto que, en la confesión de deuda, no
existe nada previo, naciendo íntegramente cuando se
confiese la deuda expresa o tácitamente.
Frente a la petición conjunta de reconocimiento de firma y
citación a confesar deuda, pueden darse las siguientes
alternativas:

1.- Que el deudor reconozca la firma y confiese la deuda.

En cuyo caso será procedente iniciar el procedimiento


ejecutivo.

2.- Que se niegue ambas cosas.

En este caso la gestión habrá fracasado y el acreedor


tendrá que recurrir al procedimiento declarativo
correspondiente.

3.- Que el deudor reconozca la firma, pero niegue la


deuda.

En este caso, por expresa disposición del artículo 436 del


Código de Procedimiento Civil, queda preparada la vía
ejecutiva.169 Sin embargo, habiendo negado la deuda, nada
impide que el ejecutado oponga las excepciones que estime
asistirle, en relación al documento cuya firma reconoció,
puesto que el reconocimiento de firma, en sí mismo solo
autoriza a tener por preparada ejecución, pero no importa
reconocimiento de deuda.170

4.- Que se desconozca la firma y se confiese la deuda.

En este caso quedará preparada la ejecución pues existe


confesión judicial.

Finalmente, sobre este punto se debe precisar que, no


obstante, aceptarse desde siempre por la práctica de los
tribunales que el acreedor solicite en forma conjunta ambas
diligencias, esto es, tanto la citación a reconocer firma como
a confesar deuda, lo cierto es que la parte final del inciso
primero del artículo 435 del Código de Procedimiento Civil,
señala textualmente que el acreedor puede pedir que se
cite al deudor a la presencia judicial, a fin de que practique
la que corresponda de estas diligencias. Como se destaca
de la transcripción de la norma, la naturaleza de la gestión
que debe realizarse no queda entregada al arbitrio del
acreedor ni del tribunal, sino que está determinada, según
la ley, por el hecho de contar o no el primero con un
antecedente escrito que dé cuenta de la obligación. Si lo
tiene, la que corresponde es la diligencia de reconocimiento
de firma; si no lo tiene, en cambio, la que corresponde es la
de confesión de deuda. Solo en este entendido se confiere
sentido a la expresión de que se vale el legislador —antes
recalcada— y quedan a salvo las eventuales
contradicciones que puedan suscitarse en materia de
prescripción. Se afirma que estas gestiones preparatorias
tienen por finalidad constituir títulos —si se carece de ellos
— o perfeccionar títulos imperfectos y, en este entendido,
se sostiene también que la confesión de deuda es la
gestión que permite constituir un título y el reconocimiento
de firma es la que permite perfeccionar el imperfecto. Ahora
bien, es indudable que no puede constituirse o forjarse
aquello que ya se tiene, aunque sea imperfectamente, y
que solo puede perfeccionarse aquello ya previamente
constituido o forjado. De este modo, si el acreedor cuenta
con un documento privado cuya firma no ha sido reconocida
judicialmente o mandada tener por reconocida —en
términos tales que carece de mérito ejecutivo y es solo un
título imperfecto— lo legalmente procedente, correcto y
adecuado es que se decrete la diligencia tendiente a
perfeccionar ese título —la citación a reconocer firma— y
no la que tiene por objeto constituirlo o forjarlo.171
c) Citación a confesar deuda sin especificar actos jurídicos
que le dieron origen o acompañar documentos en que
consta

El acreedor puede citar a confesar deuda a su deudor sin


necesidad de suministrar al tribunal antecedentes que
acrediten la deuda que se citar a confesar. 172 En efecto, el
artículo 435 del Código de Procedimiento Civil faculta a
todo acreedor que carece de un título ejecutivo, a ejercer el
derecho de preparar la vía ejecutiva por el reconocimiento
de firma o confesión cualquiera que fuese el origen de la
obligación y, sin supeditar a restricción su facultad, aunque
tenga otras acciones sea ordinarias o especiales que
ejercer para hacer valer su crédito.173Será entonces el
deudor, luego de citado, quien podrá negar la existencia de
la deuda que se le imputa o, en su caso, reconocerla. Su
actuación será la que permitirá en definitiva que el
demandante pueda perfeccionar o no un título en su contra.
Además, no debe perderse de vista que la referida gestión
importa el reconocimiento de una obligación que, como tal,
está sujeta a una causa, la cual es diferente al acto mismo
de reconocimiento o confesión y, en consecuencia, no
puede bastarse a sí misma como causa de la obligación. En
efecto, dicha gestión no tiene la significación jurídica de
crear una obligación, sino de patentizar en forma tal que
ella puede hacerse valer ejecutivamente. "Es un título
ejecutivo, pero no es el acto o contrato generador de la
obligación del deudor, de modo que su carácter procesal no
sustituye la fuente de la cual ha nacido aquélla"; 174 de modo
que el ejecutado podrá de todos modos oponer en la
oportunidad procesal la correspondiente excepción a la
ejecución.
Si bien, conforme a esta doctrina no puede exigirse
acompañar documentos que den cuenta de la deuda,
puesto que con ella se pretende precisamente constituir o
crear el título, se ha resuelto que si el peticionario solicita se
cite a una persona a confesar una deuda de la que daría
cuenta un documento que acompaña, sí debe constar esa
deuda u obligación en tal instrumento.175

Se ha resuelto que la resolución que ordena adjuntar


antecedentes de la deuda e indicar a que título se
entregaron los dineros, es susceptible de impugnación a
través de la apelación ya que se trata de un decreto que
altera la normal substanciación del juicio. 176 No obstante y
con muy buenos argumentos se ha sostenido que se deben
especificar los actos jurídicos a que le dieron origen a la
deuda y acompañar los documentos en que ella podría
constar, toda vez que el derecho a disponer de la acción no
puede extenderse al uso de cualquier medio procesal para
el logro de los objetivos de la pretensión, menos cuando
nos encontramos en procedimientos de ejecución que
deben ser controlados jurisdiccionalmente por el impacto
patrimonial que generan, más aún cuanto en esta especial
gestión preparatoria, el título ejecutivo se genera incluso
con la incomparecencia del futuro demandado a la
audiencia de confesión fijada por el tribunal.177

La resolución que niega lugar a tramitar gestión


preparatoria de confesión de deuda tiene naturaleza de
sentencia interlocutoria de conformidad a lo prevenido en el
artículo 187 el Código de Procedimiento Civil, procediendo
en su contra el recurso de apelación conforme a las reglas
generales.

d) La citación a confesar deuda frente a un incumplimiento


contractual
Si el actor invoca como fuente de la obligación pretendida
un contrato bilateral, v. gr. acreencia se origina en una
prestación de servicios jurídicos profesionales o
construcción de una vivienda, ello es naturalmente materia
de un juicio declarativo, en cuanto es menester no sólo
constatar su existencia sino, además, si ambas partes le
dieron cabal, específico y oportuno cumplimiento las
obligaciones que les impone, con miras a establecer la
actual exigibilidad de la deuda alegada, de este modo
resultaría improcedente la gestión preparatoria de citación a
confesar deuda, debiendo decláralo así el tribunal al
proveer dicha solicitud. En efecto, esta gestión preparatoria,
por su naturaleza, debe relacionarse con una deuda pura y
no con cuestiones que deriven del cumplimiento o
incumplimiento de obligaciones provenientes de un
contrato, atendido lo dispuesto en el artículo 1709 del
Código Civil.178 En este sentido se ha resuelto que no se
puede por el expediente de la preparación de la vía
ejecutiva, evitar el conocimiento por los tribunales del
negocio causal.179

No obstante, se ha resuelto, el hecho que la obligación


derive de un contrato bilateral, no es argumento para
rechazar la gestión preparatoria de confesión de deuda.180

Para esta doctrina, en la preparación de la vía ejecutiva


los jueces tienen competencia solo para resolver los
aspectos a que ella se refiere; en otras etapas del
procedimiento ejecutivo les está permitido a los jueces,
incluso de oficio, examinar el título y denegar la tramitación
de la demanda, por los motivos que dispone el legislador,
que no corresponde a la gestión preparatoria de citación a
confesar deuda.181 En esta línea don Raúl Espinosa,
expresa "Los términos absolutos de dicha disposición, que
no hace excepción alguna, están manifestando que el
propósito de la ley no es dejar subordinada a discusión o
controversia de ningún género la formación del título que ha
de servir de base a la ejecución".182

4. La confrontación de títulos y de cupones

El numeral 6 del artículo 434 del Código de Procedimiento


Civil contempla dos títulos ejecutivos:

a) El título al portador o nominativo legítimamente emitido.

b) Los cupones de estos títulos.

La gestión de Confrontación de títulos es utilizada para


cobrar los títulos al portador o nominativos, emitidos por
instituciones legalmente autorizadas para ello, como, por
ejemplo, los bonos hipotecarios. Si estos títulos emitidos en
conformidad a una ley no son pagados a su vencimiento, el
respectivo tenedor puede exigir ejecutivamente el
cumplimiento de la obligación en ellos contenida.

Para que los títulos nominativos o al portador tengan


mérito ejecutivo deben concurrir las siguientes condiciones:

a) haber sido legalmente emitidos, circunstancia que se


acredita con la ley que autorizó su emisión;

b) representar obligaciones vencidas, vale decir, que sea


actualmente exigible; y
c) haber sido confrontados con sus libros talonarios y
haber resultado conforme esta confrontación. Exigencia que
se cumple con la gestión en estudio.

Esta gestión consiste en confrontar el título con el libro


talonario de donde se saca. Se lleva a cabo ante el juez a
iniciativa del acreedor, quien en su solicitud pedirá la
designación de un ministro de fe que efectúe la
confrontación. La confrontación la hace el juez o un ministro
de fe.

Si la confrontación resulta conforme, el acta del ministro


de fe complementará el título y quedará preparada la
ejecución.

Tratándose del cobro de cupones, es menester que estén


vencidos y que además éste se confronte con el título
mismo y este último, a su vez, con el libro talonario
respectivo. Los libros son los que lleva el instituto emisor
del título. En consecuencia, para que los cupones tengan
mérito ejecutivo deben reunir dos condiciones:

a) Las señaladas para el título.

b) Los cupones deben haber sido confrontados con el


título.

No es obstáculo a que se despache la ejecución, la


protesta de falsedad del título que en el acto haga el
director o la persona que represente al deudor, quien puede
alegar la falsedad como excepción en el juicio.

Esta gestión no tiene mayor aplicación hoy en día, debido


a que los bonos son el principal documento que se emite
por las sociedades privadas para el endeudamiento. De
acuerdo a la Ley de Mercado de Valores los bonos
constituyen títulos ejecutivos perfectos, no siendo necesario
realizar la citada gestión preparatoria.

Un ejemplo de esta figura podemos encontrar en la


emisión de bonos. Los bonos son instrumentos de deuda
emitidos por sociedades anónimas, y otro tipo de entidades
como por ejemplo una institución pública, un Estado, un
gobierno, municipio, etc., con el objetivo de obtener
recursos directamente de los mercados de valores. Cuando
alguien invierte en Bonos, le está prestando dinero a una
empresa (Bonos Corporativos), al Banco Central (Bonos del
Banco Central) o a otra entidad, a cambio de la devolución
de su dinero más un interés. Si los títulos llevaran cupones
para el pago de intereses y amortizaciones deberá estar
indicado, en caso que la tasa de interés esté establecida y
sea fija, el valor de éstos deberá ser señalado en una tabla
de desarrollo, la cual se protocolizará en un anexo a la
escritura de emisión.

Por lo tanto, el bono representa para el emisor, dos


obligaciones:

1.- La de pagar sus intereses, los cuales se pagan por


medios de cupones; y

2.- La de pagar el valor del bono (el título) si este sale


amortizado.

Si la institución emisora del bono no cumple con estas


obligaciones, podrá seguirse en su contra un juicio ejecutivo
de acuerdo al numeral 5 del artículo 434 del Código de
Procedimiento Civil.

El demandante deberá solicitar al tribunal que se proceda


a confrontar los cupones con los bonos (título) y los bonos
con los libros talonarios. La diligencia debe hacerla el juez o
el ministro de fe que el tribunal designe. Este o el juez, se
trasladará ante el emisor y hará la confrontación y, si resulta
que está conforme, pondrá un certificado en el expediente,
dejando constancia de este hecho.

Practicada esta diligencia podrá pedirse que se despache


mandamiento de ejecución y embargo en contra de la
institución emisora.

Esta diligencia debe pedirse como gestión preparatoria de


la vía ejecutiva y no como medida prejudicial de
reconocimiento de un hecho para deducir juicio ordinario,
caso en el cual no podría luego presentarse una demanda
ejecutiva.183

5. La avaluación

Se trata de una gestión que busca corregir las


imperfecciones de un título. Procede en los casos a que se
refieren los numerales 2 y 3 del artículo 438 del Código de
Procedimiento Civil, es decir:

a) Cuando la ejecución recae sobre la especie debida que


no exista en poder del deudor.

b) Cuando lo debido es una cantidad de un género


determinado. V. g.: 1 tonelada de trigo, 100 botellas de vino
"Viña Carrizal de Nacimiento", etc.

En estos casos se presenta un escrito al tribunal


acompañando el título ejecutivo, solicitándole al tribunal el
nombramiento de un perito que proceda a hacer dicha
avaluación. Esta gestión de avaluación no procede cuando
el avalúo ha sido hecho de común acuerdo entre las partes,
en el mismo contrato; en tal caso, procede entablar sin más
la demanda ejecutiva.

Para iniciar la gestión, el demandante no requiere probar


que la especie no se encuentra en poder del deudor por
tratarse de un hecho negativo. El tribunal nombra al perito
para sí mismo, es decir, sin intervención de las partes y
este perito procede a hacer la avaluación con los datos que
el título ejecutivo suministra.

El perito determina el valor de la especie debida, o el valor


de la cantidad de un género determinado que se debe, por
consiguiente, la ejecución recae en estos valores y ya no en
la especie o en el género adeudado.

Esta avaluación hecha por el perito no tiene un carácter


definitivo, ya que en virtud del artículo 440 Código de
Procedimiento Civil las partes tiene derecho a reclamar de
la avaluación hecha por el perito, solicitando que se
aumente o disminuya, debiendo en tal caso el tribunal
determinar la avaluación de la especie o cuerpo cierto.

El ejecutante puede reclamar de la avaluación


impugnando, en cuyo caso, corresponde al tribunal
determinar la avaluación. Si esta impugnación es
desestimada, el ejecutante podrá apelar de la respectiva
resolución.

Por su parte el ejecutado tiene dos oportunidades para


reclamar de la avaluación hecha por el perito:
a) Si el ejecutado toma conocimiento de las gestiones
realizadas, podrá impugnar en los mismos términos que el
ejecutante.

b) Oponiendo la excepción de exceso de avalúo en los


términos que lo autoriza el Nº 8 del artículo 464 del Código
de Procedimiento Civil, debiendo demostrar con sus medios
probatorios este exceso en el avaluó.

Si se procede ejecutivamente sin efectuar previamente la


gestión de avaluación en los casos que es necesario
hacerlo, el ejecutado podrá oponer la excepción de falta de
alguno de los requisitos o condiciones exigidos por la ley
para que el título tenga fuerza ejecutiva prevista en el
numeral 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento
Civil.

Una vez que se encuentra ejecutoriada la resolución del


tribunal que aprueba la avaluación pericial, el ejecutante
puede interponer la demanda ejecutiva y solicitar que se
despache mandamiento de ejecución y embargo.

Finalmente, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 25


de la Ley Nº 18.010 sobre Operaciones de Crédito de
Dinero, se establece expresamente que en los juicios
ejecutivos en que se cobren cantidades sujetas a reajustes,
no será necesaria avaluación previa de las cantidades
demandadas.

6. La notificación del título ejecutivo a los herederos


Se trata de una gestión establecida en resguardo de los
intereses de los herederos del causante, quienes ignorando
la existencia de un crédito en contra de este, pudieran verse
sorprendidos por un juicio ejecutivo que tal vez
ignoraban.184 Es el antecedente necesario e ineludible del
juicio ejecutivo que ha de iniciarse en seguida con la
demanda correspondiente y, en buenas cuentas, forma
parte de aquel como trámite previo e imprescindible.

Fallecido el deudor, es necesario poner en conocimiento


de los sucesores la acción ejecutiva que el acreedor ejercía
en autos a fin de que estos en el plazo que la ley les
acuerda, presenten sus defensas, conforme a lo que se
estatuye en el artículo 1377 del Código Civil, norma que
debe relacionarse con el artículo 5º del Código de
Procedimiento Civil que dispone que al fallecimiento de
alguna de las partes que obra por sí misma en la causa, el
procedimiento queda en suspenso pero, debiendo ponerse
su estado en conocimiento de los herederos para que
comparezcan a hacer uso de sus derechos en un plazo
igual al de emplazamiento para contestar demandas que
conceden los artículos 258 y 259 del mismo Código. Así se
observa que ambas normas legales ordenan que si el
ejecutado fallece durante el juicio, este debe paralizarse,
para dar a conocer a los herederos el estado de la causa,
pero difieren en cuanto al plazo en que deben comparecer
al juicio.185

De la conjunción de los artículos 1377 del Código Civil y


del artículo 5º del Código de Procedimiento Civil, se puede
arribar a las siguientes conclusiones:

a) Si el deudor fallece antes de iniciarse la ejecución.


Como no existe juicio aún, se aplica el artículo 1377 del
código sustantivo, es decir, los acreedores no podrán iniciar
la ejecución sino pasados ocho días desde la notificación
judicial de sus títulos.

b) Si el deudor fallece durante el curso del procedimiento,


se debe distinguir:

i. Si el deudor obraba personalmente.

En este caso se aplica el artículo 5º del Código de


Procedimiento Civil, por tanto, los acreedores no podrán
continuar con el juicio ejecutivo sino transcurrido un plazo
igual al de emplazamiento para contestar la demanda
concedido en los artículos 258 y 259 del Código de
Procedimiento Civil, contado desde que se supo el estado
del procedimiento en noticia de los herederos.

ii. Si el deudor obraba por medio de un mandatario.

Esta situación no la contempla el artículo 5º del Código de


Procedimiento Civil, por lo tanto, se aplica el artículo 1377
del Código Civil, por lo que los acreedores no podrán
continuar la ejecución sino pasados ocho días de la
notificación judicial de sus títulos.

El procedimiento a que se refiere el artículo 1377 del


Código Civil, consiste en notificar el título ejecutivo al
heredero con el fin de seguir la ejecución en su contra; no
es un juicio propiamente tal sino una gestión previa o
preparatoria que se agota en la notificación misma,
pudiendo los herederos tan solo formular alegaciones sobre
su validez, mas no promover excepciones o defensas, pues
al tribunal resultaría incompetente.186Esta gestión no exige
que se entregue copia del título a los herederos o que aquel
se copie íntegra y textualmente.187
El juez debe interrumpir el proceso, cuando es advertido
sobre el fallecimiento del deudor en los procesos ejecutivos,
dada la necesidad de notificar la existencia de la obligación
a los herederos, para que estos preparen su intervención en
el juicio antes de ser involucrados al mismo, y cuando esto
no acontece tiene que proceder a invalidar lo actuado, para
salvaguardar los intereses de las personas no vinculadas al
litigio.

Ahora, si el título no fue ejecutivo contra el difunto, no


puede aplicarse el artículo 1377 del Código Civil, cuyo
presupuesto de hecho es, precisamente, esta circunstancia.

Cabe señalar que si fallece el girador de un cheque o el


suscriptor de un pagaré o el aceptante de una letra de
cambio, no puede el acreedor constituir un título ejecutivo
notificando el protesto a sus herederos o citándoles a
reconocer firma, atendido que estos no han firmado y por lo
mismo no podrán comparecer a reconocer algo que no es
suyo.188 No obstante, se ha resuelto que si el deudor fallece
antes de perfeccionarse el título, como fuera el caso de un
protesto de cheque en que el deudor fallece el mismo día
del protesto, por lo que de conformidad al Nº 4 del artículo
434 del Código de Procedimiento Civil no tuvo mérito
ejecutivo respecto de este, el acreedor deberá propender a
la notificación del protesto a los sucesores del girador y
transcurridos tres días desde este hecho, sin que estos
opongan tacha de falsedad, tendrá preparada la vía
ejecutiva, obviando según se explicó el trámite previsto en
el artículo 1377 del código sustantivo.189

La notificación que se practica es personal, incluyendo la


posibilidad de emplear las notificaciones sustitutivas de la
personal, es decir, la del 44 del Código adjetivo y la
notificación por avisos. Siempre se debe notificar a los
herederos, aun cuando exista albacea con tenencia de
bienes. Esta notificación requiere del paso previo de la
obtención del decreto judicial o de la resolución
administrativa de posesión efectiva, que es la que
determina quienes son los herederos del causante. Ahora,
si estos no inician los trámites de la posesión efectiva,
obligan al ejecutante, en su calidad de acreedor del deudor,
a solicitar la declaración de la herencia yacente al juez del
último domicilio del causante. En conformidad al artículo
1240 del Código Civil, declarada yacente la herencia, se
publica esta declaración en un diario de la comuna, de la
capital de la provincia o de la capital de la región y
practicada esta publicación se procede a nombrar un
curador de la herencia yacente por el tribunal. Una de las
finalidades de la curaduría de la herencia yacente es que
los acreedores hereditarios tengan contra quién dirigir sus
acciones.190

Al tratarse de un plazo contemplado en la norma


sustantiva del artículo 1377, será de días corridos. Si se
interpone la demanda ejecutiva antes de que transcurra el
plazo de ocho días, el título no se encontraría perfecto.

Si el heredero fallece luego del plazo para oponer las


excepciones en el juicio ejecutivo, los herederos no pueden
oponer nuevas excepciones.

Esta gestión preparatoria tiene la virtud, por sí misma y


con independencia de la posterior demanda ejecutiva
propiamente dicha, de interrumpir civilmente la prescripción
extintiva de 3 años, que para la acción ejecutiva consagran
los artículos 2515 de este último cuerpo de leyes y 442 del
Código de Procedimiento Civil.191
7. Gestión preparatoria para el cobro por vía ejecutiva de
una factura

a) Generalidades

Con la dictación de la Ley Nº 19.983 publicada en el Diario


Oficial de 15 de diciembre de 2004, se reglamentó la
transferencia de la factura y se señaló los casos en los
cuales una factura podía llegar a tener mérito ejecutivo.192

Si bien la Ley Nº 19.983 no definió lo que debía


entenderse por factura, la doctrina se ha encargado de ello,
señalando que "se trata de un documento que detalla los
bienes y servicios vendidos o prestados por una parte a
otra, con indicación de cantidades y precios, y las
obligaciones cuyo pago se encuentra pendiente".193

La factura es un título valor causado, que no se abstrae de


la relación jurídica fundamental que origina su
emisión.194 De este modo, el mérito de la factura atiende a
su contenido; su efectividad va a depender de que se dé
cumplimiento a la relación jurídica fundamental que le dio
origen.195

El artículo 1º de la Ley Nº 19.983 dispone que "en toda


operación de compraventa, de prestación de servicios, o en
aquellas que la ley asimile a tales operaciones, en que el
vendedor o prestador del servicio esté sujeto a la obligación
de emitir factura, deberá emitir una copia, sin valor
tributario, de la factura original, para los efectos de su
transferencia a terceros o cobro ejecutivo, según lo
dispuesto en esta ley.

El vendedor o prestador del servicio deberá dejar


constancia en el original de la factura y en la copia indicada
en el inciso anterior, del estado de pago del precio o
remuneración y, en su caso, de las modalidades de
solución del saldo insoluto".

De este modo, no cualquier negocio dará lugar a la


emisión de un factura; para ello es condición que exista un
contrato de compraventa, de prestación de cosas o
servicios, en que el comprador o beneficiario del servicio
adquiera, almacene, utilice o consuma el objeto de la
prestación, directa o indirectamente, en procesos de
producción, transformación comercialización o servicios a
favor de terceros.196

b) Mérito ejecutivo de la factura

Lo que permite configurar en la factura o su equivalente


funcional en soporte electrónico un título indubitado del
derecho contenido en ello, es la unión de dos
circunstancias, una sustantiva, cuando la factura queda
irrevocablemente aceptada conforme al artículo 3º de la
Ley;197 y otra procesal, dada por el cumplimiento los
requisitos contenidos en el artículo 5º de la Ley.198

En relación con el mérito ejecutivo de la copia de la


factura, el artículo 5º de la Ley Nº 19.983, dispone que la
factura tendrá dicha virtud reuniendo los siguientes
presupuestos:

1.- Que la factura haya aceptada.


2.- Que su pago sea actualmente exigible y la acción para
su cobro no esté prescrita.

3.- Que en la factura conste el recibo de las mercaderías


entregadas o del servicio prestado.

4.- Que haya sido reconocida en la gestión preparatoria


respectiva.

b.1) Aceptación de la factura

Si se quiere que la factura pueda transferirse a terceros y


tener mérito ejecutivo, previamente se requiere en forma
imprescindible que ella se encuentre irrevocablemente
aceptada. La aceptación irrevocable de la factura fija su
contenido literal. De ahí que se ha afirmado que la
declaración contenida en la factura no tiene el carácter de
unilateral, sino que resulta ser bilateral, revocable y,
especialmente no vinculante, hasta que la aceptación se
haya producido.199

La aceptación irrevocable de la factura se encuentra


regulada en el artículo 3º de la Ley Nº 19.983. Esta norma
establece dos hipótesis frente a las cuales podrá estimarse
que una factura se encuentra irrevocablemente aceptada, a
saber:

i.- De acuerdo al inciso primero del artículo 3º de la ley en


estudio, la factura se tendrá por irrevocablemente aceptada
si no se reclama en contra de su contenido o de la falta total
o parcial de la entrega de las mercaderías o de la
prestación del servicio;200reclamo que se puede hacer
efectivo:

1. Devolviendo la factura y la guía o guías de despacho,


en su caso, al momento de la entrega, o
2. Reclamando en contra de su contenido o de la falta total
o parcial de la entrega de las mercaderías o de la
prestación del servicio, dentro de los ocho días corridos
siguientes a su recepción. En este caso, el reclamo deberá
ser puesto en conocimiento del emisor de la factura por
carta certificada, o por cualquier otro modo fehaciente,
conjuntamente con la devolución de la factura y la guía o
guías de despacho, o bien junto con la solicitud de emisión
de la nota de crédito correspondiente.

El reclamo se entenderá practicado en la fecha de envío


de la comunicación.

ii.- La factura también se tendrá por irrevocablemente


aceptada cuando el deudor, dentro del plazo de ocho días
señalado anteriormente, declare expresamente aceptarla,
no pudiendo con posterioridad reclamar en contra de su
contenido o de la falta total o parcial de entrega de las
mercaderías o de la prestación del servicio.

La declaración expresa de aceptación aludida en el


párrafo que antecede debe constar materialmente en el
documento. Si se trata de una factura electrónica, la forma
de aceptarla expresamente es mediante el acuse de recibo
electrónico y que se debe otorgar dentro del plazo de ocho
días de recepcionada la factura electrónica, no siendo
suficiente en opinión del profesor Maximiliano Escobar, el
solo envío de un correo electrónico en que se exprese
haberla recibido conforme.201

La circunstancia de tener por irrevocablemente aceptada


la factura en los términos referidos en los párrafos que
anteceden, no implica en caso alguno que esta tenga mérito
ejecutivo, toda vez que tal mérito depende del cumplimiento
de los restantes requisitos exigidos por el artículo 5º de la
ley en comento.

b.2) Pago actualmente exigible y acción para su cobro no


prescrita

El pago será actualmente exigible conforme a sus plazos


de vencimiento estipulados, que puede ser a la recepción
de la factura, a un plazo desde la recepción de la
mercadería o prestación del servicio, pudiendo establecerse
vencimientos parciales y sucesivos, y a un día fijo y
determinado; o bien, si nada han dicho las partes, conforme
a su plazo de vencimiento presunto, vale decir, dentro de
los treinta días siguientes a la fecha de recepción de la
factura, conforme lo establece el artículo 2º de la Ley
Nº 19.983.

De otro lado, conforme el inciso final del artículo 10 de la


Ley en estudio, el plazo de prescripción de la acción
ejecutiva, para el cobro del crédito consignado en la copia
de la factura establecida en esta ley, en contra del deudor
de la misma, es de un año, contado desde su vencimiento.
Si la obligación de pago tuviese vencimientos parciales, el
plazo de prescripción correrá respecto de cada vencimiento.

Se ha resuelto que el plazo de prescripción de un año


para el cobro de factura se interrumpe con la notificación de
gestión preparatoria, argumentándose que, acorde con lo
preceptuado en los artículos 178 del Código Orgánico de
Tribunales y 5º letra d) de la Ley Nº 19.983, la gestión
preparatoria de notificación del cobro de factura y el juicio
posterior, en este caso ejecutivo, constituyen una unidad
procesal, aun cuando materialmente puedan existir dos
expedientes diversos y que la notificación de la gestión
preparatoria interrumpe la prescripción de la acción
intentada, de lo que resulta indefectiblemente que el plazo
de prescripción aplicable en la especie que contempla el
artículo 10 de la Ley Nº 19.983 y que debe computarse a
partir del vencimiento del documento, se interrumpe con la
notificación efectuada del mismo al obligado, es decir, con
la notificación de la gestión preparatoria de la ejecución. 202

b.3) Recibo de las mercaderías entregadas o del servicio


prestado

En la factura debe constar el recibo de las mercaderías


entregadas o del servicio prestado, con indicación del
recinto y fecha de la entrega de las mercaderías o de la
prestación del servicio e identificación de la persona que
recibe las mercaderías o el servicio, más la firma de esta
última, o que haya transcurrido el plazo de ocho días
establecido en el inciso cuarto del artículo 4º de la Ley
Nº 19.983 sin haber sido las facturas reclamadas conforme
al artículo 3º.

En todo caso, si en la copia de la factura no consta el


recibo mencionado, ella podrá tener mérito ejecutivo
cuando se la acompañe de una copia de la guía o guías de
despacho emitida o emitidas de conformidad a la ley, en las
que conste el recibo correspondiente. Tratándose de las
facturas electrónicas, según lo dispone el artículo 2º del
D.S. Nº 93, el recibo de la recepción de las mercaderías o
servicios podrá constar en un acuse de recibo electrónico
emitido por un receptor electrónico autorizado por el
Servicios de Impuestos Internos de acuerdo con el formato
definido por este, o por escrito en una o más guías de
despacho no electrónicas o representaciones impresas de
guías de despacho electrónicas o de facturas electrónicas.
Será obligación del comprador o beneficiario del servicio
otorgar el recibo a que se refieren los párrafos precedentes
y la letra b) del artículo 4º de la Ley Nº 19.983, en el
momento de la entrega real o simbólica de las mercaderías
o, tratándose de servicios, al momento de recibir la factura.

b.4) Gestión preparatoria de reconocimiento

(i) Recapitulación

No habiendo reclamado el demandado dentro del plazo


del artículo 3º de la Ley Nº 19.983, la factura se tendrá por
irrevocablemente aceptada, no obstante para tener mérito
ejecutivo requiere que se cumplan los presupuestos del
artículo 5º de la misma ley, entre los cuales se cuenta el de
su letra d), es decir que no haya sido reclamada mediante
la alegación de falsificación material de ella.203 204
-

(ii) La falsedad material

La falsedad material del documento se refiere a su


autenticidad, esto es, que no se otorgó en la forma que en
él se señala o por las personas que él aparecen;205 a
diferencia de la ideológica, que se centra en su contenido.206

Se ha resuelto que hay falsedad material cuando el escrito


aparenta un origen diferente del real, o cuando se altera su
contenido informativo, de manera que deje de ser el que
era, el original o primitivo. La falsedad material se refiere
esencialmente a la autenticidad del documento, a la
condición de emanado de su autor, o si se quiere, de quien
aparece como tal. La pura alteración de la verdad no es
apta para configurar una falsedad material.207

De este modo no habrá falsedad material si lo alegado por


el demandado no es que el documento provenga de un
autor diverso a quien lo emite, ni tampoco que haya sido
enmendado o alterado; a diferencia de la falsedad
ideológica, que se remite a la existencia de una
discrepancia entre aquellos contenidos que se expresan en
el documento y aquellos debidos.

Cualquier otra alegación referente al mérito ejecutivo de la


factura, deberá hacerse en el juicio ejecutivo
correspondiente oponiendo las excepciones a que se refiere
el artículo 464 del Código de Procedimiento Civil. De este
modo, la objeción por falta de entrega de las facturas no es
alegación permitida en etapa de gestión preparatoria,
atendido que no se corresponde con la falsificación material
de tales instrumentos.208 Lo propio si la demandada objeta
la factura por no señalarse en ella la fecha de la prestación
del servicio y la identificación de la persona que recibe el
servicio y su firma.209

(iii) Procedimiento de notificación e impugnación

Como se indicó, para que la factura tenga mérito ejecutivo,


se requiere de una gestión preparatoria de notificación
judicial al obligado a su pago. Se ha resuelto que la gestión
de notificación judicial de factura, es un juicio, aun cuando
se impongan ciertas limitaciones a las defensas del
demandado, pues genera una controversia, que hace
necesario que el tribunal pondere y valore la prueba rendida
en el entorno de la discusión posible, y que por ende,
genera una sentencia definitiva; además que la
circunstancia que el legislador procesal civil haya reservado
una tramitación incidental a este tipo de juicios no tiene el
efecto de transmutar la naturaleza jurídica del mismo.210

La Ley Nº 19.983 no contempla un control específico de


admisibilidad de la solicitud respectiva, la que si se
contempla en el juicio ejecutivo conforme al artículo 441 del
Código de Procedimiento Civil.211

Al ser la primera actuación que se realiza en el juicio,


deberá notificársele al deudor conforme las reglas
generales. Si el futuro demandado es una persona jurídica,
la gestión preparatoria debe notificarse en el domicilio del
representante legal.212

Una vez notificado el obligado al pago de la factura, tiene


tres días para alegar la falsificación material de la factura o
guía o guías de despacho respectivas, o del recibo de las
mercaderías entregadas o del servicio prestado a que se
refiere la letra c) del artículo 5º de la Ley en estudio. Se
trata de un plazo de días corridos.213

Dicha impugnación se tramita como incidente, por ende


resulta aplicable lo establecido en el artículo 90 del Código
de Procedimiento Civil.214

La alegación de falsedad material, al reunir las


características de sustancialidad y pertinencia que exige el
legislador, debe recibirse a prueba.215

Si la impugnación es acogida, se entenderá fracasada la


preparación de la vía ejecutiva.

Si la impugnación es rechazada, se entiende preparada la


vía ejecutiva, y podrá deducirse la demanda ejecutiva no
obstante el recurso de apelación, porque solo está otorgado
en el solo efecto devolutivo, a menos que el tribunal de
alzada conceda orden de no innovar.216

Transcurrido este plazo sin que el notificado alegue alguna


de estas circunstancias o, que habiéndolo hecho, esta
hubiere sido denegada por resolución judicial, el título
ejecutivo queda completo y se tiene por preparada la vía
ejecutiva, pudiendo seguir adelante un juicio ejecutivo
conforme lo ordena el artículo 436 del Código de
Procedimiento Civil.

La ley estableció una sanción adicional al que


dolosamente impugna de falsedad cualquiera de los
documentos y sea vencido en el incidente, estableciendo
que será condenado al pago del saldo insoluto y, a título de
indemnización de perjuicios, al de una suma igual al
referido saldo, más el interés máximo convencional
calculado sobre dicha suma, por el tiempo que corra entre
la fecha de la notificación y la del pago.

Tras haber operado el mecanismo de reconocimiento o


verificación de condiciones mínimas habilitantes para actuar
ejecutivamente, puede el ejecutante proceder
compulsivamente respecto de lo reconocido, lo que no
obsta a que el ejecutado, pueda, dentro del contradictorio
del juicio ejecutivo, oponer el repertorio de las excepciones
a que se refiere el artículo 464 del Código de Procedimiento
Civil. De este modo, pese a tenerse por irrevocablemente
aceptada una factura, el deudor podrá impugnarla.

Dicha conclusión se ve reforzada por el hecho que la


finalidad de la gestión preparatoria difiere del juicio
ejecutivo, ya que las excepciones que aquella contempla
tienen por fin impugnar la copia de la factura para que esta
no tenga la suficiencia necesaria que permita el pago
perentorio de la obligación que contiene, en cambio las
excepciones del juicio ejecutivo tendrán un objeto distinto,
pudiendo oponer el abanico de aquellas a que se refiere el
artículo 464 del citado estatuto jurídico.

c) Cesión del crédito contenido en la factura


De acuerdo a lo dispuesto en los artículos 4º, 7º y 8º de la
Ley Nº 19.983, la copia de la factura señalada en el artículo
1º de la Ley Nº 19.983, bien sea en formato tradicional o
electrónico pueden cederse en propiedad o en comisión de
cobranza.

Para tal objeto, deberá cumplirse con los requisitos


establecidos en el mencionado artículo 4º.

La cesión de la factura en comisión de cobranza se


verifica conforme al procedimiento establecido en el artículo
8º de la Ley Nº 19.983. Conforme a este precepto, bastará
la firma del cedente en el anverso de la copia cedible de la
factura, seguida de la expresión "en cobranza" o "valor en
cobro" y la entrega respectiva. En tal caso, produce los
efectos de un mandato para su cobro, en virtud del cual su
portador está facultado para cobrar y percibir su valor
insoluto, incluso judicialmente, y tiene todas las atribuciones
propias del mandatario judicial, comprendidas también
aquellas que conforme a la ley requieren mención expresa.

Para transferir la factura en propiedad, se deberá estar a


lo establecido en el artículo 7º de la Ley Nº 19.983, para lo
cual el cedente deberá estampar su firma en el anverso de
la copia cedible a que se refiere la presente ley, agregar el
nombre completo, rol único tributario y domicilio del
cesionario y proceder a su entrega.

Esta cesión deberá ser puesta en conocimiento del


obligado al pago de la factura, por un notario público o por
el oficial de Registro Civil en las comunas donde no tenga
su asiento un notario, sea personalmente, con exhibición de
copia del respectivo título, o mediante el envío de carta
certificada, por cuenta del cesionario de la factura,
adjuntando copias del mismo certificadas por el ministro de
fe. En este último caso, la cesión producirá efectos respecto
del deudor, a contar del sexto día siguiente a la fecha del
envío de la carta certificada dirigida al domicilio del deudor
registrado en la factura. Esta cesión no constituye
operación de crédito de dinero para ningún efecto legal.

Por último, para ceder la factura electrónica en propiedad


o en comisión de cobranza, se debe estar a ciertas
particularidades que se derivan del cambio de soporte, a lo
que se refiere el inciso segundo del artículo 9º de la Ley
Nº 19.983.

Sección V Obligación líquida o liquidable y determinada

1. Generalidades

La ejecución solo puede despacharse por cantidad líquida.


Se entiende líquida la obligación cuando su objeto se
encuentra perfectamente determinado en su especie o bien
en su género y cantidad. Esta especificidad debe
encontrarse en el título.217Nuestra jurisprudencia ha
señalado que una obligación líquida es aquella en que la
declaración contenida en el título es completa, en el sentido
de que se baste a sí misma; es decir, debe tratarse de
obligaciones en las cuales no sea dudoso lo que se debe y
su determinación cualitativa.218
La exigencia de liquidez de la deuda, como los demás
requisitos del título, deben reunirse al trabarse la litis con
las excepciones opuestas, no siendo posible,
procesalmente adicionar, completar o subsanar el título con
posterioridad puesto que el ejecutado quedaría en la
imposibilidad de deducir nuevas excepciones que, en este
procedimiento tiene sus etapas fijadas de modo preciso por
la ley.219

De acuerdo al artículo 438 del Código de Procedimiento


Civil, para que el cumplimiento de la obligación de dar
pueda exigirse ejecutivamente es menester que su objeto
se encuentre perfectamente determinado en su especie, o
en su género y cantidad, es decir, que sea líquido y, en tal
sentido la norma citada establece los principios que
permiten establecer cuándo la obligación cumple con dicho
requisito.

Aplicando las reglas contenidas en el artículo 438 del


Código de Procedimiento Civil, podemos señalar que el
objeto de la obligación se entiende líquido:

a) Cuando es una especie o cuerpo cierto que se


encuentra en poder del deudor. Por ejemplo, se compra un
automóvil y consta la obligación de una escritura pública; si
no se entrega el automóvil puede exigirse ejecutivamente
su entrega, pero para ello se requiere que la cosa debida,
se encuentre en poder del deudor.

b) Cuando se trata de una suma determinada de dinero.


Tal lo que sucede cuando una persona debe $1.000.000.-,
entonces se puede pedir en el juicio ejecutivo que se
despache mandamiento de ejecución y embargo por esa
suma, es decir, se trata de una suma determinada de dinero
y, consecuencialmente, líquida, en los términos de la norma
referida.

c) Cuando consiste en el valor del cuerpo cierto debido,


que no existe en poder del deudor. En este caso, será
indispensable avaluar dicho cuerpo cierto por un perito
nombrado por el tribunal.

d) Cuando consiste en especies determinadas de cierto


género, cuya avaluación debe hacerse por un perito. Por
ejemplo, cuando lo debido son 100 sacos de trigo.

Para los efectos del artículo 438 del Código de


Procedimiento Civil, también se considera líquida la
cantidad que puede determinarse por una simple operación
matemática, con solo los datos que el título suministre y sin
que resulte necesario recurrir a otros documentos, libros o
papeles ni efectuar imputaciones o interpretaciones. 220Tal
es el caso, cuando el capital reclamado devenga intereses y
la forma en que estos deben liquidarse surge del propio
título, por ejemplo, el título dice que se debe $1.000 más el
10% de interés anual.221

Se entiende por simples operaciones aritméticas aquellas


que puede realizar un lego, un no especialista en el arte de
las matemáticas, o sea, son operaciones que puede realizar
cualquier persona, como un abogado, y que no requieren
del examen de un perito, o especialista, porque su simpleza
no permite discusión.222

Por el contrario, será deuda ilíquida aquella de la que no


se conoce su montante exacto, ni es posible deducirlo
mediante operaciones accesibles a cualquier persona que
nos sea un técnico contable.223 En este sentido, se ha
resuelto, "No es líquida una obligación cuyo monto no ha
podido obtenerse sino a través de un peritaje confeccionado
con antecedentes que el título no menciona y que se han
acompañado al proceso por el actor, con posterioridad a la
traba de la Litis".224

El artículo 6º del D.L. Nº 1.553 ha interpretado al Nº 3 del


artículo 438 del Código de Procedimiento Civil, señalando
que "se entenderán líquida las obligaciones de dinero en
que se haya pactado reajustes o intereses, cuando el título
o la ley señalaren la forma en que se debe proceder para
determinar el reajuste, la tasa de interés o ambas cosas a la
vez"; por ejemplo, se deben $1.000 más intereses
corrientes y reajustables según el IPC; los últimos son
valores que se conocerán.225

En consecuencia, si se demanda el pago de una suma


determinada de dinero, la obligación será líquida, pero si
además se demanda el pago de intereses y reajustes, ella
será liquidable.

Si la obligación es en parte líquida y en parte ilíquida, en


virtud de lo dispuesto en el artículo 439 del Código de
Procedimiento Civil, el acreedor puede proceder
ejecutivamente por la parte líquida, reservándose el
derecho para reclamar el resto por la vía ordinaria.
Disposición que se encuentra en armonía con el artículo
1592 del Código Civil.

El acreedor debe expresar en la demanda ejecutiva la


especie o cantidad líquida por la cual solicita la ejecución.
La liquidez de la deuda, como los demás requisitos del
título, deben reunirse al trabarse la litis con las excepciones
opuestas, no siendo posible, procesal mente adicionar,
completar o subsanar el título con posterioridad.
En todo caso, los antecedentes para proceder a la
liquidación deberán aparecer en forma determinante del
título mismo.226 De lo que se sigue que además de señalar
numéricamente el monto de la obligación, corresponde
precisar sus conceptos, para permitir precisar la forma en
que se calculó. Exigencia que tiene su explicación desde el
momento que el título da origen a medidas de apremio real
inmediato, requiriendo de plazos reducidos para ejercer el
derecho de defensa, por lo que la claridad y precisión no
deben estar ausentes del título.227

Nuestra jurisprudencia ha resuelto que es líquida la


obligación perseguida por la Municipalidad, pues por el solo
ministerio de la ley el deudor solidario que pagó una deuda
se subrogó en la acción del acreedor con todos sus
privilegios y seguridades, respecto a la parte o cuota que
tenga el codeudor en ella, que en la especie por tratarse
únicamente de dos codeudores correspondía a la mitad de
la deuda;228que la obligación es liquidable si el título
proporciona un dato asaz claro en la jerga comercial y
bancaria: la tasa Libor, o fórmula significativa de
determinada modalidad en la rentabilidad del dinero, sujeta
a guías objetivas al alcance de las partes y cuya mecánica
la demandada no parece desconocer.229 El cobro de un
pagaré en línea de crédito automática en cuenta corriente
puede exigirse ejecutivamente, desde que su objeto se
encuentra perfectamente determinado.230

Tratándose de juicios ejecutivos de obligaciones de hacer


y no hacer, la obligación debe ser determinada o
susceptible de determinarse.231
2. Las obligaciones en moneda extranjera

Por último, si se pretende cobrar una obligación pactada


en moneda extranjera, de acuerdo al final del artículo 438
del Código de Procedimiento Civil, no será necesaria la
avaluación, sin perjuicio de aplicar las normas generales, es
decir, debe acompañarse el certificado de cotización en
plaza de esa moneda extranjera al iniciarse el proceso.

De acuerdo a los artículos 20, 21 y 22 de la Ley


Nº 18.010, el acreedor deberá expresar en la demanda
ejecutiva la equivalencia en moneda corriente de la
cantidad de moneda extranjera por la que pide la ejecución
y, además, acompañar un certificado extendido por un
banco de la plaza referido al día de la presentación de la
demanda o a cualquiera de los diez días precedentes, en
que conste el tipo de cambio vendedor de dicha moneda
extranjera.

El mandamiento de ejecución y embargo se despachará


sobre la cantidad de moneda nacional indicada en la
demanda y que debe coincidir con el factor de cambio
indicado en el certificado emitido por el banco,
independientemente que a la época del despáchese, de
realizarse un nuevo cálculo aquel haya variado.

El pago de esta obligación pactada en moneda extranjera


se hará en moneda nacional, según el tipo de cambio
vendedor del día del pago. En el caso de obligaciones
vencidas se aplicará el tipo de cambio del día del
vencimiento si fuere superior al del día del pago. Para estos
efectos se estará al tipo de cambio vendedor que certifique
un Banco de la plaza. En este sentido, se ha resuelto "aun
cuando el contrato de compraventa en que se funda la
demanda de autos se pactó en dólares, la sentencia
censurada resuelve erradamente hacer la conversión que
correspondería, a la moneda de curso legal, considerando
el valor del dólar observado a la fecha de la emisión de la
factura, en circunstancia que tal transformación procede se
lleve a efecto recién al momento en que la demandada
realice el pago de acuerdo al valor que tenga la divisa
indicada en dicha fecha, según prevé claramente la norma
en comento. Lo anterior desde que aquella disposición
estatuye que sólo en caso de que el tipo de cambio fuere
superior el día del vencimiento en relación con la fecha del
pago, procede su aplicación en la primera data, de suerte
que, en caso contrario, corresponde sea determinado según
el valor correspondiente al día de la solución de la
obligación".232

Las dificultades que puedan surgir para determinar el valor


numérico del cambio corriente al día del pago entre la
moneda extranjera y la nacional, son materia de una
incidencia del juicio ejecutivo en que se exija el pago de la
obligación. De acuerdo con lo dispuesto en el Nº 4 del
artículo 22 de la Ley Nº 18.010 las cuestiones relativas a la
equivalencia de la moneda extranjera no podrán servir de
fundamento para la oposición a la demanda y se ventilarán
por la vía incidental, al momento en que se ejercitan los
derechos que conceden los artículos 499 Nº 1 y 500 Nº 1
del Código de Procedimiento Civil o al momento que
corresponda hacer el pago.233
Sección VI Obligación actualmente exigible

1. Generalidades

De acuerdo al artículo 437 del Código de Procedimiento


Civil, para que la ejecución sea procedente es necesario
además que la obligación sea actualmente exigible.

La exigibilidad de la obligación debe ser "actual", esto es,


existir a la época de entablarse la demanda ejecutiva y no
en un momento posterior.234 No debe olvidarse que el
tribunal antes de despachar el mandamiento de ejecución y
embargo debe examinar el título, lo que involucra
necesariamente el estudio de sus cualidades.235

Se ha entendido que una obligación es exigible, cuando


no está sujeta a ninguna modalidad que suspenda su
nacimiento o ejercicio, es decir, cuando no está sujeta a
condición, plazo o modo, o bien en el caso de estar sujeta a
condición suspensiva que ella esté cumplida, o en el caso
de plazo que esté vencido al momento de interponerse la
demanda.236

En suma, al solicitarse la ejecución, el título debe llevar


aparejado todos los requisitos necesarios para que tenga
fuerza ejecutiva y, si no es así, y pese a ello el tribunal
despacha la ejecución, el ejecutado puede oponer, en el
plazo pertinente, la excepción del artículo 464 Nº 7 del
Código de Procedimiento Civil.237

Consecuente con lo dicho, se ha resuelto que la escritura


pública que contiene el contrato de promesa de
compraventa carece de fuerza ejecutiva, pues la naturaleza
condicional o a plazo de la obligación de otorgar el contrato
definitivo, trae como consecuencia que el título no se baste
a sí mismo.238 De tal suerte que, si se persigue el
cumplimiento de una obligación condicional, será necesario
adjuntar a la demanda, también, los antecedentes que
acrediten que dicha condición a que se subordina la
obligación, se cumplió.

2. Contratos bilaterales

Tratándose de obligaciones derivadas de contrato


bilaterales, por aplicación de la regla contenida en el
artículo 1552 del Código Civil, en el título debe constar que
quien pretende exigir el cumplimiento de una obligación
haya cumplido a su vez la suya. En efecto, si ninguna de las
partes cumple o está llano a cumplir, conforme lo que
dispone el artículo 1552, no hay mora debitoris para
ninguna de las partes, y de este modo no procede la
ejecución por no haberse acreditado la exigibilidad actual
de la obligación, cuyo cumplimiento forzado se
pretende.239 Así, por ejemplo, para demandar
ejecutivamente la entrega de un inmueble adquirido
mediante Escritura Pública de compraventa, deberá consta
de algún modo en ella, que el comprador pagó el precio.
3. Cláusula de aceleración

La cláusula de aceleración es el pacto en que las partes


convienen anticipar el cumplimiento de una obligación que
se ha diferido en el tiempo, cuando el deudor incurre en
alguna de las situaciones prácticas previamente acordadas,
generando la caducidad del plazo que el deudor tenía para
satisfacer la deuda, lo que implica que la obligación en ese
momento se hace exigible y el acreedor queda facultado
para ejercer las acciones que el ordenamiento jurídico le
confiere para obtener el pago de su acreencia.240Está
establecida en beneficio del acreedor, quien puede o no
ejercer, según su propio arbitrio. De consiguiente, frente a
la mora o simple retardo del suscriptor de una obligación
con vencimientos sucesivos y en la que se ha incorporado
la cláusula de aceleración, el acreedor puede optar
conforme al artículo 12 del Código Civil, entre renunciar a
su derecho, no ejercerlo, o por el contrario ejercitarlo e
invocar la aceleración.241

Su objetivo son las obligaciones con plazos aún vigentes,


plazos que se aceleran al dárseles también por vencidos al
cumplirse la condición fijada para hacer procedente la
aceleración. Así, por ejemplo, suscrito un pagaré por la
suma de un millón doscientos mil pesos, pagaderos en
doce cuotas de cien mil pesos cada una, si el deudor dejó
de pagar la quinta cuota, se me hará exigible el total de la
obligación que me resta, desde luego, descontando las
sumas efectivamente ya pagadas.
Esta cláusula puede extenderse valiéndose de formas
verbales imperativas o facultativas, de manera tal que, en el
primer caso, verificado el hecho del retardo o la mora, la
obligación se hará íntegramente exigible
independientemente que el acreedor manifieste su voluntad
en orden a ejercer el derecho que le confiere la estipulación
y, en el segundo, esa total exigibilidad dependerá del hecho
que el titular de la acreencia exprese su intención de
acelerar el crédito. No obstante, también se sostiene que
cualesquiera sean las palabras utilizadas por el ejecutante
al deducir la demanda o empleadas por el suscriptor al
extender la cláusula de aceleración, de todos modos debe
afirmarse la actual exigibilidad de la obligación cobrada al
momento de deducirse la demanda ejecutiva, pues ella se
produjo al incurrir el deudor en mora en el pago de una de
las cuotas en que se dividió el crédito, independiente de las
manifestaciones de voluntad del acreedor en tal
sentido.242 De modo que, verificado por el tribunal, al
examen del título, que en él se contiene una cláusula de
aceleración concebida en términos facultativos y
manifestada por el acreedor claramente la intención en
ejercer el derecho que le confiere esa cláusula, mediante el
ejercicio de la acción al presentar la demanda, debe
concluirse que desde ese mismo instante la obligación se
hizo actualmente exigible. Ergo, la caducidad del plazo se
produce con la presentación de la demanda y no con su
notificación por cuanto se trata de un acto jurídico unilateral.
En efecto, para que opere la cláusula de aceleración no es
necesario que exista una demanda legalmente notificada,
bastando solo que el acreedor haya manifestado
claramente su voluntad de hacer efectivo ese derecho. Si el
deudor soluciona la deuda antes de interposición de
demanda, la parte acreedora pierde facultad de acelerar el
crédito.243
Una vez que el acreedor ejercita su derecho a acelerar el
pago de la deuda queda sometido a todas las
consecuencias jurídicas que de su determinación derivan,
entre ellas, las relacionadas con la prescripción de sus
acciones, por lo que para los efectos del plazo de
prescripción debe contarse aquel, desde esa fecha.244

La cláusula de aceleración no permite revivir las cuotas


vencidas y prescritas so pretexto de sostener que la
obligación es de pagar la totalidad del saldo de precio
adeudado.245

El acreedor puede renunciar a la cláusula de aceleración


ejercida si acepta el pago de las cuotas en que está dividida
la deuda con posterioridad a la interposición de la demanda
y, en el mismo orden de ideas, el pago de cuotas o
dividendos constituye interrupción natural de la
prescripción.246

La voluntad del acreedor, tendiente a ejercer la cláusula


de aceleración, no es menester que se manifieste en
términos formales y sacramentales para que produzca el
efecto propio que su ejercicio acarrea; esto es, la caducidad
del plazo que concedió a su deudor para satisfacer la
deuda, sino que es suficiente que exteriorice su intención
de cobrarla en forma íntegra.

4. Exigibilidad de una deuda cuyo valor se ha ordenado


retener por decreto judicial
Si el decreto judicial que ordena la retención de la deuda
es posterior a la iniciación del juicio ejecutivo, dicha
retención no entorpece la ejecución, ya que, al momento de
la iniciación de la ejecución, esta era exigible.

Por el contrario, si el decreto judicial de retención fue


decretado con anterioridad a la demanda ejecutiva, la
obligación no será actualmente exigible y no podrá cobrarse
ejecutivamente. Esto es así porque la propia ley prohíbe el
pago de tal obligación y lo declara nulo en caso de hacerse.
En este sentido se ha resuelto "no es actualmente exigible y
no puede cobrarse ejecutivamente, el precio insoluto de una
venta, si se ha ordenado judicialmente retener en poder del
comprador, como medida prejudicial precautoria en un juicio
iniciado por ese mismo comprador".247 Sin embargo, nuestra
jurisprudencia ha sido vacilante al respecto, pudiendo
distinguirse fallos en sentido diverso.248

Sección VII Acción ejecutiva no prescrita

1. Generalidades

Las acciones se clasifican en acciones ordinarias y


acciones ejecutivas. Las ordinarias prescriben por regla
general en un plazo de cinco años; las ejecutivas, por lo
general en el plazo de tres años contados desde que se
hizo exigible la obligación según lo estatuye los artículos
2514 y 2525 del Código Civil.

De acuerdo al artículo 442 del Código de Procedimiento


Civil, el juez denegará la ejecución cuando el título tenga
más de tres años, por lo tanto, una vez presentada la
demanda ejecutiva, el juez examinará el título, si este tiene
menos de tres años dará lugar a la ejecución, en caso
contrario, declarará de oficio la prescripción de la acción
ejecutiva. Esta es la única oportunidad que tiene el tribunal
para declarar de oficio la prescripción. Ello constituye una
excepción a las reglas del Código Civil, según la cual la
prescripción debe ser alegada sin que el juez tenga
iniciativa para declararla de oficio. Esta declaración de
prescripción el juez solo podrá hacerla, antes de ordenar
que se despache mandamiento de ejecución y embargo;
después de esta resolución, la prescripción solo podrá ser
declarada a instancia del ejecutado a través de la excepción
de prescripción prevista en el Nº 17 del artículo 464 del
Código de Procedimiento Civil.

El artículo 442 del Código de Procedimiento Civil presenta


una dificultad, frente a acciones ejecutivas que de acuerdo
a disposiciones especiales, prescriben en menos de tres
años, tal es el caso de las acciones emanadas del cheque,
letra de cambio y pagaré, que prescriben en un año. 249 El
problema consiste en determinar si el juez puede no dar
lugar a la ejecución cuando la acción ejecutiva se encuentra
prescrita, pero aún no ha transcurrido el plazo de tres años,
por ejemplo, en la letra de cambio y han transcurrido dos
años.

Se ha sostenido que el artículo 442 del Código de


Procedimiento Civil es una norma excepcional y por lo tanto
de interpretación restrictiva, por lo que solo podrá denegar
la ejecución cuando el título tenga más de tres años, sin
importar si la acción ejecutiva ha prescrito en un plazo
menor.250

Prescrita la acción ejecutiva, subsiste la ordinaria, la que


debe hacerse efectiva a través del juicio sumario, conforme
lo preceptúa el artículo 680 Nº 7 del Código de
Procedimiento Civil. Sin embargo cabe anotar que la regla
del artículo 680 Nº 7 antes enunciado, solo es aplicable
cuando se está en presencia de acciones ejecutivas
comunes, cuyo plazo de prescripción es de tres años,
cuestión que tratándose de las acciones cambiarias y
cheque no es adaptable, ya que estas tiene un plazo
especial de prescripción.251 No debe olvidarse que el
artículo 2515 del Código Civil al referirse al tiempo, que se
exige en la prescripción como medio de extinguir las
acciones judiciales, durante el cual no se hayan ejercido
dichas acciones, establece que "este tiempo es en general
de tres años para las acciones ejecutivas y de cinco para
las ordinarias". Y agrega en el inciso segundo que "la
acción ejecutiva se convierte en ordinaria por el lapso de 3
años, y convertida en ordinaria durará solamente otros dos".
Es evidente que esta disposición solo se aplica a las
prescripciones de largo tiempo, cuyo curso puede ser
dividido en uno ejecutivo y otro ordinario, pues en este
evento, vencido el primero queda pendiente el segundo, lo
que no puede ocurrir tratándose de una prescripción de
corto tiempo como es la acción ejecutiva que nace del
cheque, al tenor de lo dispuesto en el artículo 34 del D.F.L.
Nº 707 y de la letra de cambio y pagaré según los artículos
98, 99 y 107 de la Ley Nº 18.092.
2. Suspensión de la acción ejecutiva

La acción ejecutiva no se suspende por cuanto la


suspensión de la prescripción es una norma excepcional y
por lo tanto de interpretación restrictiva, por lo que solo
puede aplicarse en casos que la ley señala; entre los que
no se considera la acción ejecutiva. De ahí que se sostenga
que más que un plazo de prescripción, es un plazo de
caducidad.

3. Interrupción de la prescripción de la acción ejecutiva

La interrupción es un fenómeno en virtud del cual se


pierde el tiempo hábil que había corrido para extinguirse
una obligación. Puede ser natural o civil.

La interrupción natural se produce por el reconocimiento


expreso o tácito que de la obligación hace el deudor.
Expreso, tal lo que sucede, v.gr., con el reconocimiento de
la firma puesta al pie del documento por el deudor ante un
juez competente o el reconocimiento hecha expresamente
en un interrogatorio. A su turno es reconocimiento tácito
que produce interrupción, el pago de intereses atrasados, la
solicitud de un plazo, abonos parciales a la deuda, etc. En
este sentido, se ha resuelto que los correos electrónicos en
lo que el deudor reconoce la deuda y ofrece dación en
pago, interrumpe naturalmente la prescripción.252
La interrupción civil de la prescripción se produce por la
demanda judicial del acreedor. Esta demanda puede
referirse directamente al reclamo de la deuda, o algún otro
recurso judicial, para que el deudor renueve las cauciones
dadas o peste fianza, etc. Nuestra jurisprudencia ha
resuelto que los términos recurso judicial y demanda
judicial, que emplea el Código Civil no pueden considerarse
en el sentido restringido con que el Código de
Procedimiento Civil denomina al escrito que, redactado con
las formalidades que se encarga de precisar, sirve al actor
para obtener en juicio el reconocimiento de un derecho que
alguien le desconoce, por el contrario, para los fines de
manifestar el propósito de que no se abandona un derecho
"demanda judicial", "recurso judicial", deben entenderse en
un sentido más amplio, como es, toda acción hecha valer
ante la justicia y encaminada a obtener o resguardar un
derecho amenazado. Así, las diligencias preparatorias y las
actuaciones judiciales tenientes a obtener medidas
cautelares interrumpen el curso de la prescripción. Tal es el
caso, de la gestión preparatoria establecida en elartículo
1377delCódigo Civil, esta tiene la virtud, por sí misma y con
independencia de la posterior demanda ejecutiva
propiamente dicha, de interrumpir civilmente la prescripción
extintiva que para la acción ejecutiva consagran los
artículos 2515 de este último cuerpo de leyes, artículo 442
del Código de Procedimiento Civil y demás disposiciones
especiales. La indicada gestión preparatoria es el
antecedente necesario e ineludible del juicio ejecutivo que
ha de iniciarse en seguida con la demanda correspondiente
y, en buenas cuentas, forma parte de aquél como trámite
previo e imprescindible.253

El acto interruptivo provoca la pérdida del tiempo de


prescripción ya transcurrido, sin perjuicio de que el plazo
pueda comenzar a correr nuevamente y, tratándose de una
interrupción civil por demanda judicial o por cualquier otro
recurso de tal carácter, el efecto interruptivo deberá
entenderse prolongado con cada acto procesal que renueve
el ejercicio de la actividad jurisdiccional.254

Para que una prescripción se interrumpa, es necesario


que esté corrido el plazo legal necesario para producirla.
Después de vencido el plazo de prescripción, no cabe
interrupción.

Para que la demanda interrumpa la prescripción se


requiere la notificación legal de ella. El numerando 1 del
artículo 2503 del Código Civil, a que se refiere el artículo
2518 del Código Civil, establece que no se produce la
interrupción civil de la prescripción cuando la demanda no
ha sido notificada en forma legal. Esta deberá hacerse
conforme a las reglas delCódigo de Procedimiento
Civil.255En efecto, la notificación judicial de la demanda es el
hito que marca el momento de interrupción civil de la
prescripción, siempre y cuando en la práctica de la
diligencia se haya cumplido con todas las formalidades que
prevé la ley, pues solo en ese evento podrá afirmarse que
se trata de una notificación, como indica el precepto, hecha
en forma legal.256 Si posteriormente se anula la notificación
efectuada no se ha interrumpido la prescripción. 257 En
efecto, el requerimiento de pago es el mecanismo judicial
idóneo para emplazar al sujeto pasivo de una acción
ejecutiva, de manera que la anulación de lo obrado con
posterioridad a dicho acto, trae como consecuencia la
ausencia de una notificación eficaz del ejecutado en ese
procedimiento compulsivo, debiendo concluirse que no ha
operado la interrupción del plazo de prescripción de las
acciones.
Tratándose de la interrupción de la prescripción de la
acción ejecutiva para exigir el pago de una letra de cambio
o pagaré, la interrupción se produce además, por la
notificación de toda gestión judicial necesaria o conducente
a la presentación de dicha demanda o para preparar la
ejecución y por la notificación de la solicitud de que se
declare el extravío de la letra de cambio o pagaré, conforme
los artículos 100 y 107 de la Ley Nº 18.092.258

Existe abundante jurisprudencia en torno a la figura de la


prescripción extintiva. Así se ha sostenido: el efecto propio
de la interrupción civil es la pérdida de todo el tiempo de
prescripción que hubiere alcanzado a correr;259 la mera
presentación de la demanda en la Corte de Apelaciones
para efectos de su distribución, no permite inferir que exista
la decisión inequívoca del acreedor de perseguir el pago de
lo adeudado, de modo oportuno;260 el cómputo de la
prescripción no puede entenderse interrumpido con la
notificación del libelo al codemandado, si la obligación que
se cobra no fue contraída solidariamente; 261interrumpida la
prescripción en contra de uno de los codeudores solidarios
queda interrumpida respecto de todos;262la gestión dirigida a
declaración de extravío tiene mérito de interrumpir
prescripción respecto del obligado pero no de revivir
obligación ya fenecida por prescripción;263declaración de
nulidad por falta de emplazamiento produce que no opere
interrupción de prescripción;264 la gestión preparatoria de la
vía ejecutiva es idónea para interrumpir la prescripción. En
efecto, la gestión preparatoria del juicio ejecutivo y el juicio
ejecutivo posterior, constituyen una unidad procesal, aun
cuando materialmente puedan existir dos cuadernos
diversos, sin que ello obste a la unidad del proceso.
Empero, luego de producida tal interrupción, el término
comienza a correr nuevamente;265 no procede la excepción
de prescripción fundada en que la demanda ejecutiva se
interpuso transcurrido un año desde la fecha del protesto
del cheque, ya que la notificación judicial oportuna de este
es una forma de iniciar el juicio y de interrumpir la
prescripción;266 si el título ejecutivo que ha servido de base
a la ejecución es la sentencia que tuvo por confeso al
demandado y no el cheque acompañado, no resulta
aplicable el plazo de prescripción a que se refiere el artículo
34 de la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y
Cheques;267 la hipoteca no puede extinguirse por
prescripción independientemente de la obligación que
garantiza, pues, según afirman los artículos 2434 inciso
primero y 2516 del Código Civil, la acción hipotecaria
prescribe conjuntamente con la obligación principal a que
accede;268 la hipoteca considerada como contrato tiene el
carácter de accesorio, es decir, destinado a garantir una
obligación principal, por tanto al acogerse la excepción de
prescripción derivada de la acción que emana del pagaré,
se debe rechazar la demanda de desposeimiento de la finca
hipotecada;269las interrupciones civiles producidas en el
ejercicio de la acción hipotecaria dirigida en contra de los
terceros poseedores afectan también a las acciones
personales que el acreedor tenga en contra del deudor; 270 la
prescripción de la acción de desposeimiento comienza a
correr desde que se certifica que el ejecutado —deudor
personal— no opuso excepciones, debiendo computarse
desde ese hecho el plazo de 1 año que establece el artículo
98 de la Ley Nº 18.092;271 el plazo de prescripción que
prevé el artículo 34 de la Ley de Cuentas Corrientes y
Cheques, y que debe computarse a partir de la fecha del
protesto del documento mercantil invocado, se interrumpe
con la notificación de la gestión preparatoria de la
ejecución;272 la acción que intenta el acreedor hipotecario
contra el tercer poseedor, en los términos del artículo 758
del Código de Procedimiento Civil, es apta para interrumpir
la prescripción siempre que se notifique antes de que se
cumpla el plazo de prescripción;273 la acción de
desposeimiento no puede entenderse autónoma en relación
con las acciones impetradas en contra del deudor principal
y consecuencialmente la interposición de estas interrumpe
la prescripción de aquella;274 la interrupción de la obligación
principal necesariamente afecta interrupción de la acción
hipotecaria, al ser esta de carácter accesoria. La acción
hipotecaria contra el deudor principal es inseparable de la
que se ejerce contra el tercero poseedor de la finca
hipotecada, por lo que no habiendo prescrito la primera,
puede efectivamente ejercerse la segunda; 275 la excepción
de prescripción de la acción ejecutiva opuesta por el aval y
codeudor solidario, no puede beneficiar al deudor principal
si este no la opuso en su favor, debiendo entenderse que
renuncia a ella;276la circunstancia de que el deudor, al ser
citado a la presencia judicial en la diligencia preparatoria de
la vía ejecutiva, haya reconocido su firma puesta en la
aceptación de la letra de cambio cuyas acciones se
encontraban prescritas de conformidad al artículo 761 del
Código de Comercio, no impide la excepción de
prescripción de la deuda y su aceptación. Mediante tal
reconocimiento solo ha sido posible hacer revivir la acción
ejecutiva u obtener el título con el cual ha de iniciarse la
ejecución, sin que pueda el juez, en este caso, negarse a la
ejecución cuando dicho título tuviere menos de cinco años,
sin perjuicio de la excepción de prescripción de la deuda
que en su oportunidad pueda oponer el ejecutado; 277y el
juez no puede declarar de oficio la prescripción de la acción
ordinaria emanada del contrato de mutuo celebrado por las
partes, que prescribe en el plazo cinco años contados
desde que la obligación se hizo exigible; no resulta
aplicable, en la especie, las normas de los artículos 438 y
442 del Código de Procedimiento Civil concernidas al juicio
ejecutivo.278

4. La renovación de los títulos ejecutivos prescritos a través


de las gestiones preparatorias de la vía ejecutiva

En este punto debe dilucidarse si la gestión preparatoria


de la vía ejecutiva tiene o no virtud de darle mérito ejecutivo
a una obligación prescrita.

Una posición niega esta posibilidad. Se sostiene que el


ejecutante no puede hacer uso del derecho que el artículo
435 del Código de Procedimiento Civil confiere al acreedor
que carece de un título ejecutivo, porque no se puede
preparar la vía ejecutiva respecto de aquel contra el cual
por la misma obligación ya existe un título ejecutivo. En este
sentido, se ha resuelto que la prescripción en general, tanto
la adquisitiva como la extintiva, se justifica entre otras
razones, en el interés social de que las situaciones jurídicas
no permanezcan por largo tiempo en la incertidumbre, lo
contrario importaría un estado de inseguridad jurídica
permanente, por cuanto de aceptarse la situación procesal
de que un acreedor que posea un título ejecutivo,
peroprescrito, pudiese utilizar el procedimiento contenido en
el artículo 435 del Código de Procedimiento Civil con miras
a hacerse de un nuevo título ejecutivo, se produciría en la
práctica el efecto de generar un nuevo plazo de
prescripción que el legislador no ha contemplado, llevando,
de hecho, a hacer revivir una acción ejecutiva ya prescrita,
consecuencia que no puede ser amparada por la naturaleza
de orden público que se reconoce a la institución de la
prescripción.279

Otra opinión en cambio, admite la posibilidad de renovar la


acción ejecutiva, pero reconocen efectos diversos según se
trate de un reconocimiento de firma o confesión de deuda y,
en este caso, si fue expresa o bien tácita.

Se sostiene que extinguida por la prescripción la acción


ejecutiva, se trata entonces, en el caso del ejecutante, de
un acreedor que carece de título ejecutivo; y el artículo 435
del Código de Procedimiento Civil faculta a todo acreedor
que carece de título ejecutivo, sin distinguir la razón en
virtud de la cual carezca de él, para preparar la ejecución
llamando a su deudor a reconocer la firma puesta en un
instrumento privado o a reconocer la deuda. Corrobora esta
posibilidad lo dispuesto en el artículo 442 del Código de
Procedimiento Civil, que permite la subsistencia de una
acción ejecutiva respecto de la cual ha transcurrido el lapso
de prescripción, por alguno de los medios que sirven para
deducir esta acción en conformidad al artículo 434 de la
misma codificación.

Ahora, partiendo de la idea de que sí se puede hacer


subsistir la acción ejecutiva, habrá que distinguir entre las
distintas variantes que puede ofrecer el artículo 435 del
Código de Procedimiento Civil, en razón de la conducta que
asuma el deudor. En efecto, el obligado al pago puede
adoptar cualquiera de las siguientes actitudes, conducta
que tendrá injerencia en la subsistencia de la acción.

a) Concurrir al tribunal y negar firma y deuda.

En esta hipótesis no habrá título ejecutivo y al acreedor no


le queda otra alternativa que seguir adelante un juicio
declarativo en contra del deudor, pudiendo este oponer la
excepción de prescripción de acuerdo a las reglas
generales.

b) Concurrir, reconocer firma, pero negar la deuda.

En este caso, el reconocimiento de la firma como gestión


preparatoria de la vía ejecutiva, no implica generar un
nuevo título, puesto que estesigue siendo el documento en
el cual consta aquella firma. De modo que la prescripción
de la deuda, que ya ha corrido en todo su lapso antes de
este reconocimiento, puede oponerse en el juicio ejecutivo
posterior. El reconocimiento de una firma no hace revivir
una obligación ya prescrita, sino que solo autoriza tener por
preparada la acción ejecutiva; porque así se ha
perfeccionado para efectos procesales un título ya
existente.280 Bajo esta línea incluso se ha estimado que
resulta improcedente dar curso a la gestión preparatoria de
la vía ejecutiva, porque al tratarse de una obligación
prescrita, igualmente el tribunal debería con posterioridad
negar lugar a la ejecución por aplicación del artículo 442 del
Código de Procedimiento Civil.

c) Comparecer, reconocer firma y confesar la deuda.

En esta hipótesis, ante la confesión de la deuda se


produce la renuncia de la prescripción. En efecto, en el
evento que la deuda estuviere prescrita, no existen otras
maneras para evitar que ella se concrete que la renuncia
que efectúe el deudor o la determinación de no alegarla. De
modo que, confesada una deuda prescrita, dará derecho al
acreedor a obtener su pago en el procedimiento ejecutivo
consecuente, sin que pueda luego el ejecutado alegar la
prescripción.281
d) No comparecer.

Caso en el cual el juez dará por reconocida la firma y por


confesada la deuda. Como en tal caso, el deudor no ha
hecho manifestación alguna de voluntad que suponga
reconocer la deuda, pues se trata de una sanción
establecida por la ley para una abstención, alejado del acto
positivo voluntario que implica la voluntad de renuncia, en
su oportunidad, el deudor podrá alegar la excepción de
prescripción.282

5. Conversión de prescripción en el pagaré

El artículo 98 de la Ley Nº 18.092 dispone: "El plazo de


prescripción de las acciones cambiarias del portador contra
los obligados al pago es de un año, contado desde el día
del vencimiento del documento". Esta norma no distingue
entre acciones ejecutivas y ordinarias, por lo que debe
entenderse que el plazo de un año que establece es un
plazo único de prescripción para la acción cambiaria
emanada del pagaré, por lo que no importa si se trata de la
acción ejecutiva o de la ordinaria, desde que no hay
distinción en la ley. Por lo mismo, no cabe aquí la
interversión de la prescripción, según la regla del artículo
2523 del Código Civil.283De este modo, no es posible, dar a
los pagarés dos acciones ejecutivas una especial regida por
la ley pertinente y otra la común regida por la legislación
procesal civil.284 En efecto, las acciones que nacen de un
título como el de Pagaré, son solo acciones cambiarias,
cuyo plazo de prescripción es de un año, desde que la
obligación que se contiene en tal instrumento se ha hecho
exigible. Conforme a lo anterior, lo dispuesto en el inciso
segundo del artículo 2515 del Código Civil, solo es aplicable
para la prescripción de la acción ejecutiva de tres años que
la misma norma trata en el inciso primero. Por ende, no
puede sostenerse que transcurrido el plazo de prescripción
de un año que contempla el artículo 98 de la Ley Nº 18.092,
el portador de un Pagaré mantenga acción ordinaria para
ejercitarla por dos años más.285

Sección VIII Tramitación del cuaderno ejecutivo

1. Estructura del juicio

En el juicio ejecutivo es posible distinguir dos cuadernos o


ramos fundamentales: Cuaderno ejecutivo y cuaderno de
apremio. Junto con estos dos cuadernos, eventualmente
pueden existir los cuadernos de tercerías.

El cuaderno ejecutivo constituye el juicio mismo y contiene


las siguientes actuaciones: La gestión preparatoria de la vía
ejecutiva, cuestión discutible, por cierto; la demanda
ejecutiva; la oposición a la demanda ejecutiva, que recibe el
nombre de oposición a la ejecución; la respuesta del
ejecutante a la oposición del ejecutado; la prueba; periodo
de observaciones a la prueba; la citación para oír sentencia
y la sentencia definitiva.
El cuaderno de apremio, se tramita paralelamente al
cuaderno ejecutivo y contiene las siguientes actuaciones:
mandamiento de ejecución y embargo; requerimiento de
pago; el embargo de bienes del ejecutado; la administración
de los bienes embargados; y el remate de dichos bienes.

El cuaderno de tercerías, que tendrá lugar cuando


concurra al juicio ejecutivo un tercero alegando algún
derecho sobre los bienes embargados, podrá ser de
dominio, de posesión, de prelación o de pago.

El cuaderno ejecutivo puede iniciarse de dos maneras:

a.- Mediante una gestión preparatoria de la vía ejecutiva.

De acuerdo al artículo 178 del Código Orgánico de


Tribunales, si el procedimiento se inicia mediante una
gestión preparatoria de la vía ejecutiva, es competente para
conocer del juicio ejecutivo, el mismo tribunal que conoció
de la gestión preparatoria de la vía ejecutiva. Este tribunal
conserva competencia para conocer y fallar el juicio
posterior iniciado con el mérito de ella, sin necesidad de
nuevo trámite, más que la presentación de la demanda
correspondiente.286

b.- Por medio de la demanda ejecutiva.

Una vez concluida las gestiones preparatorias de la vía


ejecutiva, si el título era imperfecto o sin ellas, si el título es
perfecto, se debe presentar la demanda ejecutiva.

2. La demanda ejecutiva
La demanda ejecutiva es el acto jurídico procesal del
actor, por el cual este somete a consideración del tribunal,
la pretensión de que se cumpla forzosamente una
obligación de la que se dice acreedor.287

a) Requisitos

Esta demanda debe cumplir con ciertos requisitos,


obligatorios algunos, facultativos otros.

a.1) Requisitos obligatorios

a) La demanda debe cumplir con las exigencias del


artículo 254 Código de Procedimiento Civil, y ello por
aplicación del artículo 3º del citado cuerpo normativo.

Además, por expresa disposición del inciso tercero del


artículo 438 del Código de Procedimiento Civil, debe
expresar la especie o cantidad líquida por la que se pide
que se despache mandamiento de ejecución y embargo.

Cabe precisar que la cita equivocada que realice el actor


de disposiciones legales, no altera lo sustancial de la acción
deducida. En este sentido, se ha resuelto "la calificación
jurídica es la tarea propia de los tribunales de justicia; y la
circunstancia de que el actor ejecutante, haya identificado
las letras de cambio dentro de un numeral del artículo 434
del Código de Procedimiento Civil, debiendo citar otro, no
priva de mérito ejecutivo a aquellos títulos que lo sean".288

La petición concreta en una demanda ejecutiva, se


traduce en solicitar directamente al tribunal, que en mérito
de lo expuesto y del título que se acompaña, se despache
mandamiento de ejecución y embargo en contra del
ejecutado por la obligación aludida y, que en definitiva,
acoja la demanda ordenando que se siga adelante la
ejecución hasta el entero pago de lo adeudado en capital,
intereses y costas.289

b) La demanda debe presentarse acompañada del título


ejecutivo.

Para que sea posible el examen que refieren los artículos


441 y 442 del Código de Procedimiento Civil, el título
fundante de la acción debe ir aparejado a la demanda
ejecutiva. De este modo, quien sostiene un juicio ejecutivo,
debe allegar junto a la demanda el título que la justifica
como tal, esto es, el antecedente documental que, de
manera indubitada, da cuenta de la existencia de una
obligación de dar, hacer o no hacer y que por expresa
autorización de la ley autoriza su cumplimiento
compulsivo.290 Dicha exigencia no se satisface solicitando
traer a la vista el título que se encuentra allegado en otro
proceso, máxime si se trata de uno seguido ante un tribunal
diverso, pues solo así el juez puede examinar el título, se
evita la duplicidad de juicios y se asegura el derecho a la
defensa del ejecutado, quien podrá revisar el título ejecutivo
previo a la oposición de excepciones. Por lo demás, el
artículo 6º de la Ley Nº 20.886 estableció que los títulos
ejecutivos cuyo formato original no sea electrónico debía
presentarse materialmente en el tribunal y quedaría bajo la
custodia del funcionario o Ministro de Fe que corresponda,
bajo apercibimiento de tener por no iniciado la
ejecución.291 Sin embargo, esta regla propia del juicio
ejecutivo ordinario, no es aplicable si el actor dedujo
demanda de desposeimiento, pues en tal caso el ejecutante
no tiene título ejecutivo en contra del demandado, sino que
su título lo es contra un tercero ajeno al pleito, esto es, el
deudor personal.292
c) Debe ser patrocinada por un abogado y contener la
designación de un mandatario judicial en su caso.

En cuanto al poder, se puede otorgar mandato judicial


respecto de las letras de cambio y pagarés, mediante el
simple endoso con la cláusula "valor en cobro" o "en
cobranza". En efecto, de conformidad a lo establecido en el
artículo 29 de la Ley Nº 18.092, el endoso que contenga la
cláusula "valor en cobro", "en cobranza", o cualquiera otra
mención que indique un simple mandato, faculta al portador
para ejercitar todos los derechos derivados de la letra de
cambio, salvo los de endosar en dominio o garantía, norma
que agrega que el endosatario en cobranza puede cobrar y
percibir incluso judicialmente, y tiene todas las atribuciones
propias del mandatario judicial, comprendidas también
aquellas que conforme a la ley requieren mención expresa.
Con todo, el mandatario solo puede comparecer ante los
tribunales en la forma que exige la ley.293

Tratándose de un cheque nominativo, por disposición de


la Ley de cheques son aplicables las reglas generales de la
letra de cambio contenida en el artículo 29 de la Ley
Nº 18.092, lo que permite endosarlo con la cláusula valor en
cobro, en cobranza o cualquiera mención que indique un
simple mandato.

Por último, el endoso en comisión de cobranza implica que


el tenedor del documento lo entrega a un tercero,
endosatario, para que lo cobre, lo cual puede hacerse con
el fin de que sea el banco quien procure la obtención de los
fondos requeridos o bien para gestionar el cobro judicial,
situación esta última en la cual el endoso al abogado
importa la constitución de un mandato de carácter amplio a
su favor, de conformidad con lo que prevé el artículo 21 de
la Ley Nº 18.092.294
Se ha resuelto que cualquiera sea la finalidad, el endoso
debe cumplir con dos exigencias formales básicas: debe
contener la firma del endosante, estampada al dorso del
documento o no existiendo espacio en la letra misma, el
acto escrito se estampa en una hoja de prolongación
adherida al documento; y, la tradición o entrega del título
que habilita a quien esté en posesión material de título para
exigir el cumplimiento de lo en él indicado, conforme a su
ley de circulación.

Si la firma puesta en el endoso es falsa, el endoso es nulo,


y, en razón de ello, carece el demandante de legitimación
activa para exigir el cobro del crédito del que dice ser
acreedor, configurándose así la excepción prevista en el
numeral 2 del artículo 464 del Código de Procedimiento
Civil.295

Por aplicación a lo dispuesto en inciso primero del artículo


7º del Código de Procedimiento Civil, el mandato otorgado
en la gestión preparatoria es suficiente para proseguir la
tramitación de la demanda ejecutiva. En efecto, la gestión
preparatoria de la vía ejecutiva, forma una unidad con la
demanda ejecutiva, siendo esta una de las vías a través de
las cuales se inicia un juicio ejecutivo. Conclusión que por lo
demás se encuentra en armonía con dispuesto en el
artículo 1º inciso tercero de la Ley Nº 18.120, al expresar "El
abogado conservará este patrocinio y su responsabilidad,
mientras en el proceso no haya testimonio de la cesación
de dicho patrocinio. Podrá, además, tomar la
representación de su patrocinado en cualquiera de las
actuaciones, gestiones o trámites de las diversas instancias
del juicio o asunto".296

a.2) Requisitos prescindibles


a) La designación de los bienes sobre los que ha de
trabarse el embargo. Esta designación debe contenerla el
mandamiento en dos casos:

i.- Cuando el acreedor hubiere indicado en su demanda


los bienes sobre los que el embargo debe trabarse.

ii.- Cuando la ejecución recaiga sobre la especie o cuerpo


cierto que exista en poder del deudor, según lo establece el
inciso penúltimo del artículo 443 del Código de
Procedimiento Civil.

b) Podrá designar un depositario provisional de los bienes


embargados, según fluye del Nº 3 del artículo 443 del
Código de Procedimiento Civil.

c) La orden de proceder a la traba del embargo con auxilio


de la fuerza pública, siempre que en concepto del tribunal
haya fundado temor de que el mandamiento sea
desobedecido y que el ejecutante lo solicite expresamente.

3. Ampliación de la demanda

El ejecutante puede ampliar la demanda ejecutiva en los


términos del artículo 261 del Código de Procedimiento Civil;
si el juez accede a la solicitud, deberá dictarse un nuevo
mandamiento de ejecución y embargo, anulando el
anterior.297
4. Retiro de la demanda

Antes que se notifique válidamente la demanda ejecutiva


al ejecutado, el ejecutante puede retirar la demanda
ejecutiva, después solo podrá desistirse. Se ha resuelto que
el retiro de la demanda antes de su notificación, no produce
efectos respecto de la cláusula de aceleración, vale decir, si
no se notifica la demanda ejecutiva al ejecutado, el libelo no
tiene el efecto de acelerar la deuda. Esto es así, atendido
que la omisión en la notificación de la demanda ejecutiva
hace que no nazca a la vida del derecho y se evita que
produzca efectos en el mundo jurídico.298

5. Examen de la demanda ejecutiva por el tribunal

El tribunal deberá examinar la demanda y el titulo


ejecutivo en que se sustenta la ejecución.

Si el libelo no cumple con los requisitos establecidos en


los numerales 1, 2 y 3 del artículo 254 del Código de
Procedimiento Civil, el tribunal de oficio puede no dar curso
a la demanda; si no satisface las reglas de comparecencia
establecida en la Ley Nº 18.120, previo apercibimiento, el
juez deberá tener por no presentada la demanda; y, si el
ejecutante no allega a la demanda el título ejecutivo, cuyo
formato original sea o no electrónico, de conformidad al
artículo 6º de la Ley Nº 20.886, previo apercibimiento legal,
se tendrá por no iniciada la ejecución. En la actualidad el
Sistema de Tramitación Electrónico de Causas Civiles
(Sitci), permite por defecto hacer estos últimos dos
apercibimientos.
El artículo 441 del Código de Procedimiento Civil impone
al juez examinar el título ejecutivo, para saber: a) si el título
es ejecutivo; b) si la obligación es líquida y actualmente
exigible; c) si el título ejecutivo no tiene más de tres años.

Si el título reúne estas condiciones, el tribunal ordenará


despachar mandamiento de ejecución y embargo y si falta
alguno de ellos, denegará la ejecución.299

Esta primera resolución se dicta sin notificación ni


audiencia del demandado, aun cuando este se haya
apersonado en el juicio. Lo que el legislador pretende con
esto, es impedir que el ejecutado estorbe o embarace la
ejecución, como expresamente lo indica el inciso segundo
del artículo 441 del Código de Procedimiento Civil. Sin
embargo, los datos ilustrativos que este pueda suministrar
deben ser estimados por el tribunal para apreciar la
procedencia o improcedencia de la acción deducida.

Este examen cuidadoso del título que manda el artículo


441 del Código de Procedimiento Civil, supone el primer
acercamiento del juez al título.300 Fuera de esta oportunidad,
el juzgador no puede volver a apreciar la habilidad del título,
a menos que el ejecutado oponga excepciones a la
ejecución. De ahí la obligación del ejecutante de allegar,
conjuntamente con el inicio del pleito y antes de trabarse la
relación procesal, el título sobre el cual encaminará su
acción.301 302
-

Los requisitos o condiciones que el legislador exige en el


artículo 441 del Código de Procedimiento Civil, deben
concurrir en el momento en que se ejercita la acción
ejecutiva, de lo contrario el ejecutado podría quedar en un
estado de indefensión al no poder formular alegaciones
respecto del título ejecutivo subsanado, infringiéndose de
esa manera las normas del debido proceso.303

Se sostiene que cuando se le presenta al tribunal una


demanda ejecutiva fundada en el título ejecutivo, se debe
verificar tanto la existencia de la materialidad del título como
el acto jurídico que contiene, vale decir, primero examina si
hay título y si éste está contemplado como título ejecutivo;
y, si el acto jurídico que contiene cumple las exigencias de
abrazar una deuda líquida, actualmente exigible, no
prescrita y, que sea una obligación de dar, hacer o no
hacer.304 Sin embargo, este examen formal del artículo 441
del Código de Procedimiento Civil, no alcanza a los
aspectos de fondo, entregados a la etapa de oposición
conforme lo prevé el artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil.305 Se ha resuelto: "si el ámbito de
actuación que confiere el artículo 441 del Código de
Procedimiento Civil no resultaba suficiente para dilucidar
desde luego si las resoluciones administrativas invocadas
como títulos por la actora no reúnen los requisitos del
artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, debieron
diferir el asunto para la etapa procesal correspondiente y
dar curso a la demanda, pues bien puede la ejecutada
hacer valer como defensa la alegación de carecer el título
de fuerza ejecutiva en la oportunidad que prescribe el
artículo 464 del código antes citado y sólo en este último
caso corresponderá que el tribunal analice los argumentos
jurídicos que las partes expongan, interprete el conjunto de
normas que regulan la materia y determine en definitiva la
tesis legal a la que adscribe".306

El examen que realiza el juez para despachar


mandamiento de ejecución y embargo no impide que,
a posteriori, si se estima del caso en atención al mérito del
proceso, se pueda acoger alguna de las excepciones que
establece el artículo 464 del Código de Procedimiento Civil.
En efecto, la resolución que ordena despachar el
mandamiento de embargo no produce cosa juzgada ni
importa el fallo de la litis, que solo empieza con el
requerimiento de pago y que debe terminar con una
sentencia en que se resuelva si debe o no llevarse adelante
la ejecución, sin que el silencio del ejecutado dé al
ejecutante más derechos de los que por ley
correspondan.307

Si el tribunal incurre en un error al examinar el título y


despacha el mandamiento, sin que se trate de una
obligación líquida, actualmente exigible y de acción no
prescrita que sea exigible a la demandada, no puede
suspender el procedimiento ejecutivo vía nulidad procesal,
pues no se trata de un aparente vicio procesal de índole
esencial, sino que implica volver a examinar el título
invocado por la ejecutante y, consecuencialmente, modificar
una resolución anterior que, más tarde, estimó equivocada.
No resulta pertinente que el tribunal actuando de manera
oficiosa, deje sin efecto esa decisión para disponer, en su
lugar, que no procede dar lugar a la ejecución.308 En este
sentido, se ha fallado "Si por error se estimó admitir a
tramitación la demanda no obstante encontrarse prescrita la
acción ejecutiva, sólo cabía que el ejecutado se alzara en
contra de esta resolución o dedujera la excepción
respectiva, pero nunca que el tribunal, por decisión propia,
enmiende lo actuado, fundado en una norma legal que no
se lo permite y desconociendo el claro mandato del artículo
182 del Código de Procedimiento Civil";309 y el Tribunal se
despoja del deber de examinar el título para despachar o
denegar la ejecución tan pronto como en ejercicio de él
abre la puerta de la litis, por cuanto si lo conservara
después y le fuera, por tanto, forzoso o simplemente
facultativo, atender, en cualquier estado del pleito, la mera
insinuación que se le hiciere en orden a corregir el
equivocado concepto en que hubiere incidido al acceder al
mandamiento solicitado, no se vislumbraría el móvil que el
legislador tuvo en vista al incluir las excepciones antes
aludidas entre las que es necesario ejercitar con sujeción
estricta a la formalidades requeridas por la ley". 310 Distinto
es el caso si el tribunal admitió a tramitación la demanda
ejecutiva sin que se hubiere acompañado el título ejecutivo.
En tal hipótesis, podrá corregir de oficio disponiendo la
nulidad de todo lo obrado en razón de la falta de título en
que se funda la acción ejecutiva.311

6. Posibilidad de extender el examen de admisibilidad de la


demanda ejecutiva al monto de la ejecución

Se trata de un tema controvertido. Por una parte, se ha


sostenido que el tribunal tiene facultad para despachar el
mandamiento de ejecución y embargo por un monto distinto
al pretendido por el ejecutante, fundado en que el artículo
30 de la Ley Nº 18.101 establece para las operaciones en
dinero que tengan vencimiento en dos o más cuotas y
contengan cláusulas de aceleración deberán liquidarse al
momento del pago voluntario o forzado. Entonces a partir
de esta disposición legal, se ha estimado que no puede
aceptarse liquidaciones anticipadas del crédito que incluyan
intereses, incluso no devengados, que practique el
ejecutante, por cuanto, por una parte, la ley se lo impide y
por otra, las liquidaciones deben ser practicadas por el
secretario del tribunal en su oportunidad legal, esto es,
realizado el pago. Se argumenta también que cuando el
Tribunal determina la suma por la cual se despachará el
mandamiento de ejecución y embargo, lo hace solo en
términos de capital adeudado, por ello utiliza la fórmula
consistente en capital prestado, dividido por cuotas
pactadas, multiplicado por cuotas impagas (vencidas y
futuras) y por ello el mandamiento agrega a continuación
que a dicha cantidad le deben ser agregados intereses,
pactados los que obviamente incluirán los penales y costas.
De esta manera, en la liquidación final de la deuda, no
debería haber discordancia entre lo que pretende el
ejecutante y lo que finalmente determina el tribunal y, si la
hubiera, el ejecutante tendría su derecho a objetar la
liquidación del crédito de acuerdo a las reglas generales.

Por último, se ha argumentado que acceder a la suma


lineal del valor de todas las cuotas vencidas y pendientes
se estaría requiriendo de pago al deudor por una suma que
contiene un interés incorporado a cada cuota, para luego
tener que aplicar el interés máximo convencional al total de
la misma, suma de intereses que, finalmente, permitiría una
aplicación de intereses más allá del máximo permitido por la
ley estipular, situación que debe ser resguardada por el
tribunal por tratarse de normas de orden público
económico.312

En contra de esta posición, se ha sostenido que si el Juez


no despacha el mandamiento de ejecución y embargo por
la suma pedida por el ejecutante, excede sus facultades
legales, como quiera que de los artículos 441 y 442 del
Código de Procedimiento Civil únicamente se desprende
que el juridiscente debe revisar si la obligación consta en un
título ejecutivo y si se trata de una que sea líquida,
actualmente exigible y no prescrita, empero carece de
atribuciones para auscultar otros aspectos relacionados con
el monto de la acción interpuesta. 313Posición que no
experimenta alteración alguna, en virtud de lo que prevé el
artículo 30 de la Ley Nº 18.010, desde que esta norma
regula una situación distinta a la abordada, pues se refiere
al estadio donde se produzca el pago de lo
adeudado.314Agregan además, que la ley ha establecido con
claridad y precisión el momento y motivos legales en que el
deudor puede oponerse a la ejecución, por lo que no resulta
atingente aquí aceptar una verdadera labor subsidiadora del
juez de la causa que rompa el esquema de contradicción y
bilateralidad de la audiencia propias e inherentes a la
garantía constitucional del debido proceso.315

7. Resolución que recae sobre la demanda ejecutiva

Si del examen que se realiza al título resulta que reúnen


las condiciones que la ley exige para que tenga fuerza
ejecutiva, es decir, si se trata de un título ejecutivo, si la
obligación es líquida y actualmente exigible y si no está
prescrita, el juez ordenará despachar mandamiento de
ejecución y embargo; de lo contrario, denegará la ejecución,
caso en el cual deberá indicar las consideraciones por las
que no da lugar a la ejecución.

Como se indicó, esta primera resolución se dicta sin


notificación ni audiencia del demandado, aun cuando este
se haya apersonado en el juicio.
La resolución que provee la demanda ejecutiva tiene
naturaleza de sentencia interlocutoria. Será una
interlocutoria de segunda clase si despacha mandamiento
de ejecución y embargo, porque recae sobre un trámite que
debe servir de base para el pronunciamiento de una
sentencia definitiva. Ahora, si se rechaza la ejecución,
igualmente la resolución tendrá naturaleza de sentencia
interlocutoria, porque pone término al juicio o hace
imposible su continuación.

Cabe señalar que el titulo ejecutivo se debe tener por


acompañado sin apercibimiento legal, dado que en el juicio
ejecutivo, el ejecutado no tiene otro medio para obtener el
rechazo de la ejecución, que el ejercicio de alguna de las
excepciones que taxativamente le concede la ley, de
manera que no podría el ejecutado impugnar el título
ejecutivo por algunas razón distinta a las contemplada en el
artículo 464 del Código de Procedimiento Civil.316

8. El mandamiento de ejecución y embargo

Esta resolución, como tendrá oportunidad de estudiarse,


encabezará el cuaderno de apremio.

Si concurren todas las condiciones que hacen procedente


la ejecución, es decir, si el título es ejecutivo, si la
obligación es líquida y actualmente exigible y si el título no
tiene más de tres años, el juez debe despachar el
mandamiento de ejecución y embargo.
9. Recursos que proceden contra de la resolución que
provee la demanda ejecutiva

Atendida la naturaleza de sentencia interlocutoria que


tiene la resolución que provee la demanda ejecutiva,
procede en su contra el recurso de apelación y de
casación.317

a) Recurso de apelación

Tratándose del recurso de apelación se debe distinguir


dos situaciones:

1.- Si el recurso de apelación lo interpone el ejecutante.

La posibilidad de que el ejecutante pueda apelar de la


resolución que deniega la ejecución no admite duda puesto
que está expresamente reconocido en el inciso final del
artículo 441 del Código de Procedimiento Civil. De este
modo, si el tribunal deniega el mandamiento de ejecución y
embargo, procede en su contra el recurso de apelación, el
que deberá interponerse derechamente y no en subsidio del
de reposición, conforme lo prescriben los artículos 181 y
188 del Código de Procedimiento Civil.318

Se ha resuelto que la redacción del artículo 441 del


Código de Procedimiento Civil restringe el recurso de
apelación solo al caso de que se deniegue el mandamiento
de ejecución y embargo, por lo que, a contrario sensu, en
caso de que se acoja la solicitud de despachar tal
mandamiento, dicha providencia no es susceptible de
apelación.319

2.- Si el recurso de apelación lo interpone el ejecutado.

Tratándose de la posibilidad de que quien apele sea el


ejecutado, la cuestión es discutible y se han sostenido al
respecto dos tesis:

Algunos estiman que el ejecutado no puede apelar de la


resolución que despacha mandamiento de ejecución y
embargo y ello porque si se le permitiera hacerlo se le
estaría posibilitando entorpecer el procedimiento, cosa que
prohíbe expresamente el inciso segundo del artículo 441 del
Código de Procedimiento Civil; arguye también una razón
de texto, sostienen que el Código de Procedimiento Civil
autoriza expresamente el recurso de apelación para el caso
que deniega el mandamiento de ejecución y, en cambio,
nada dice respecto del caso en que se acoge.

Quienes participan de esta tesis, estiman que admitir la


apelación del ejecutado importaría una desnaturalización
del juicio ejecutivo porque el Código dispone que se debe
despachar mandamiento de ejecución sin oír al ejecutado,
de manera que no puede concederse un recurso de
apelación a una persona que en realidad, no ha sido parte
en primera instancia; además el mismo Código establece
que el ejecutado puede oponer las excepciones que sean
del caso, dentro de un plazo indicado en el Código, de
manera que si se concediera el recurso de apelación, se
destruiría el mecanismo que se ha adoptado para entablar
las excepciones; y más aún, podría incluso dejarse al
ejecutante en una situación de indefensión, a menos que
apersonándose en segunda instancia concurra a defender
su derecho.320 En este sentido, se ha pronunciado parte de
nuestra jurisprudencia.321

Si el tribunal despacha el mandamiento de ejecución y


embargo por una suma distinta a la demandada por el
ejecutante, procederá el recurso de apelación, el que
igualmente se concederá en el solo efecto devolutivo.

Para otros en cambio, no hay inconveniente alguno para


que el ejecutado apele de esta resolución y ello por las
siguientes razones:

a) Porque es una sentencia interlocutoria y el artículo 187


del Código de Procedimiento Civil admite el recurso de
apelación en contra de este tipo de resoluciones, a menos
que la ley lo haya prohibido expresamente, lo que en esta
situación no sucede. En este sentido, se ha resuelto que la
sentencia interlocutoria que ordena despachar el
mandamiento de ejecución y embargo es apelable, ya que
resuelve sobre un trámite que debe servir de base en el
pronunciamiento de una sentencia definitiva o interlocutoria
en los términos que señala el artículo 158 inciso tercero del
Código de Procedimiento Civil.322 Afirman que conforme a lo
dispuesto en el artículo 187 del Código de Procedimiento
Civil tal resolución es apelable, amén de no existir precepto
legal que deniegue expresamente ese recurso de
apelación.323

b) No es verdad que al admitirse la apelación del


ejecutado se permita a este entorpecer la ejecución, porque
de acuerdo con el Nº 1 del artículo 194 del Código de
Procedimiento Civil, este recurso se concede en el solo
efecto devolutivo.

b) Recurso de casación
Si la resolución despacha mandamiento de ejecución y
embargo, no es admisible en su contra este recurso, puesto
que no se trata de ninguna de aquellas sentencias que
admiten este recurso.

En cambio, si la resolución deniega la ejecución, es decir,


no da lugar a despachar mandamiento de ejecución y
embargo, se sostiene que procede el recurso de casación
tanto en la forma como en el fondo si la Corte de
Apelaciones confirma la sentencia de Primera instancia,
porque se trata de una sentencia interlocutoria que pone
término al juicio o hace imposible su continuación.

Cabe advertirse, según se ha resuelto, solo la resolución


recaída en la demanda presentada por el ejecutante, esto
es, aquella que ordena despachar el mandamiento, puede
tener el carácter de sentencia firme, susceptible de ser
impugnada, pero no el mandamiento de ejecución y
embargo mismo porque este, no es más que una mera
consecuencia de la resolución que necesariamente le
antecede.324

10. Notificación de la demanda ejecutiva y requerimiento de


pago

En el juicio ejecutivo, el emplazamiento del ejecutado se


conforma por dos actos procesales diferentes: La
notificación de la demanda ejecutiva y el requerimiento de
pago que ordena el artículo 443 Nº 1 del Código de
Procedimiento Civil.325
La notificación de la demanda ejecutiva tiene por objeto
poner al deudor en conocimiento de la ejecución iniciada en
su contra, a fin que pueda formular una adecuada defensa,
de ahí que forme parte del emplazamiento y, ha de
practicarse según las reglas generales, vale decir, atendido
lo dispuesto en los artículos 40 al 48 y, aún conforme con lo
establecido en el artículo 54, en su caso, todos del Código
de Procedimiento Civil.326

En tanto que el requerimiento de pago tiene por finalidad


intimar al deudor para que pague o entregue el cuerpo
cierto debido y ha de hacerse personalmente según lo
dispuesto en el artículo 40 o en la forma señalada en el
artículo 44, también del Código de Enjuiciamiento Civil. 327

Por regla general, al practicarse el requerimiento de pago,


previa o simultáneamente el ministro de fe, notifica al
requerido la demanda ejecutiva, acto procesal que debe
cumplir con todas las formalidades de este acto de
comunicación, pero nada obsta a que estos actos
procesales se lleven a efecto en momentos y lugares
diversos. Eso sí, solo a partir del requerimiento empieza a
correr el término que tiene el ejecutado para oponer
excepciones a la ejecución. De ahí que resulte imperioso
notificar la demanda ejecutiva conjuntamente con el
requerimiento o aquella en forma anticipada a este.

Constituye una práctica usual que el Ministro de Fe deje


constancia de la notificación de la demanda ejecutiva en el
cuaderno principal y del requerimiento de pago, en el
cuaderno de apremio.
11. El requerimiento de pago

a) Definición

El requerimiento de pago puede definirse como una


actuación procesal por el cual un ministro de fe exige el
pago de la obligación por la que se despachó el
mandamiento. Tiene dos finalidades fundamentales: la
primera, constreñirlo para que pague la obligación cuyo
cumplimiento compulsivo se pretende; y luego, una
consecuencial, para el caso de desobediencia, la de
embargarle bienes suficientes para cubrir capital, intereses
y costas adeudadas.328

Si bien es una actuación de la que debe dejarse


constancia en el cuaderno de apremio, para efectos
prácticos conviene desarrollar su estudio en esta
oportunidad, atendido que el plazo que tiene el ejecutado
para oponer excepciones a la ejecución se computa a partir
del requerimiento de pago.

b) Sujeto que efectúa el requerimiento de pago

El requerimiento de pago debe hacerlo un Ministro de Fe


—Receptor Judicial— al deudor demandado.
Eventualmente podrá hacerlo el Secretario del tribunal que
conoce del asunto, en aquellos casos en que ha mediado
notificación de la demanda ejecutiva por avisos. En tal caso,
el deudor deberá ser citado ante el ministro de fe respectivo
a fin que este realice el requerimiento, no pudiendo en la
notificación por avisos señalar que en ese acto se practica
el requerimiento de pago, ello no se condice con lo
establecido en el artículo 443 Nº 1 del Código adjetivo, pues
el requerimiento de pago debe practicarse en forma
personal y si ello no ha sido posible en la forma que el
mismo artículo señala.329

c) Formas de realización del requerimiento

La forma en que debe realizarse el requerimiento de pago


está indicada en el Nº 1 del artículo 443 del Código de
Procedimiento Civil. De acuerdo a esta norma, el
requerimiento puede hacerse de tres maneras distintas:

c.1) Personalmente

De acuerdo al numeral primero del artículo 443 del Código


de Procedimiento Civil, el requerimiento de pago debe
hacérsele personalmente al deudor, a menos que este haya
sido notificado personalmente o con arreglo al artículo 44
del Código adjetivo para otra gestión anterior, caso en el
cual se procederá en conformidad a lo establecido en los
artículos 48 a 53 del Código de Procedimiento Civil. Esto es
así, atendido que pesa sobre el ejecutado la obligación de
designar domicilio en los términos que establece el artículo
49 del Código de Procedimiento Civil, dentro de los dos
días subsiguientes a la notificación o en su primera gestión,
si alguna hace antes de que venza este plazo de dos días.

Si se trata de la primera notificación que se hace al


ejecutado en el juicio, el requerimiento debe hacerse
personalmente, debiendo entregársele al deudor copia de la
demanda ejecutiva, de la resolución recaída en ella y
delmandamiento de ejecución y embargo. Usualmente,
coincide en el mismo acto la notificación personal de la
demanda ejecutiva y el requerimiento personal de pago al
ejecutado.
Si la notificación de la demanda ejecutiva se realiza en
lugares y recintos de libre acceso público, todos los días
son hábiles para practicarla y se podrá efectuar a cualquier
hora, procurando causar, eso sí, la menor molestia al
notificado. Sin embargo, el requerimiento de pago no podrá
efectuarse en público y, para tal efecto, deberá seguirse las
reglas contenidas en la segunda parte del Nº 1 del artículo
443 del Código de Procediendo Civil, vale decir, el Receptor
Judicial deberá entregar una citación al deudor que
contendrá la designación de un día, hora y lugar para
practicar el requerimiento. En todo caso, el requerimiento
de pago puede practicase en un lugar o recinto de libre
acceso al público, pero lo que no puede hacerse es requerir
en público al deudor, vale decir, no puede requerirse al a la
vista o en presencia de terceros extraños a la diligencia,
pues si así se obra, se transgrede el derecho fundamental a
la privacidad y la honra de la persona deudora.

Si el deudor no concurre a la citación hecha por el Ministro


de Fe, se le tendrá por requerido en su rebeldía. Si bien el
numeral primero en la parte que se analiza utiliza la
expresión "embargo", concordamos con el profesor Cortez
que solo se trata de una impropiedad en la que se incurrió
el legislador y debe por tanto entenderse referida al
requerimiento de pago ficto.330Ergo en caso de insistencia
del ejecutado, el Ministro de Fe deberá trasladarse al
domicilio del demandado a objeto de realizar la traba del
embargo.

Ahora, si se practica el requerimiento en la morada o lugar


donde pernocta el ejecutado o en el lugar donde este
ordinariamente ejerce su industria, profesión o empleo, o en
cualquier recinto privado en que este se encuentre y al cual
se permita el acceso del ministro de fe, igualmente todos
los días son hábiles, pero debe hacerse entre las seis y las
veintidós horas.

En los casos en que la notificación o el requerimiento


personal se verifique en el oficio del Secretario del Tribunal
o la oficina o despacho del Ministro de Fe que lo practique,
al no haber señalado el artículo 41 del Código de
Procedimiento Civil una regla particular, deberá aplicarse la
norma general contemplada para las actuaciones judiciales
en el artículo 59 del Código de Procedimiento Civil, de
acuerdo con la cual son horas hábiles las que median entre
las ocho y las veinte horas.

No debe olvidarse que, si la notificación se realiza en un


día inhábil, los plazos comenzarán a correr desde las cero
horas del día hábil inmediatamente siguiente.

Se ha resuelto que el requerimiento de pago puede


hacerse al mandatario del ejecutado, sin que la palabra
"personalmente", empleada en el Nº 1 del artículo 443 del
Código de Procedimiento Civil, signifique la necesidad de
que el deudor mismo sea requerido.331 Sin embargo, si en el
título se ha establecido la limitación de no poder contestar
nuevas demandas sin que sea previamente notificado el
mandante, el requerimiento de pago no puede hacerse al
mandatario.

Si se requiere de pago a quien carece de poder para


representar al deudor, podrá demandarse la nulidad del
requerimiento, mas no utilizar dicha circunstancia como
fundamento de alguna de las excepciones a la ejecución
que prevé el artículo 464 del Código de Procedimiento Civil.

c.2) De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 44


del Código de Procedimiento Civil
De acuerdo al artículo 441 Nº 1 del Código de
Procedimiento Civil, si el deudor no es habido en el lugar de
su habitación o en el lugar en que habitualmente ejerce su
industria, profesión u oficio, después de haber sido buscado
en dos días distintos, podrá ser requerido en conformidad a
la regla prevista en el artículo 44 del Código de
Procedimiento Civil, pero con una obligación adicional, el
Ministro de Fe en la copia a que se refiere esta norma, a
más del mandamiento, deberá designar un día, hora y lugar
para practicar el requerimiento, es lo que se denomina
cédula de espera, porque se espera el plazo que haya
fijado el receptor para hacer el requerimiento.332De ahí que
el requerimiento de pago constituye un acto complejo que
se inicia con la entrega de la cédula respectiva y termina
con el requerimiento propiamente dicho en el lugar, hora y
día determinado por el Ministro de Fe.333

En consecuencia, el requerimiento de pago no puede


practicarse simplemente por cédula, por cuanto dicha
notificación no ha sido contemplada por el legislador.334

Usualmente, el Ministro de Fe fijará como lugar del


requerimiento su oficina o despacho.

Llegado el día y hora fijado ara requerir de pago al


ejecutado, el Ministro de Fe efectúa el llamado al deudor y
si este comparece, le requerirá personalmente de pago. Por
el contrario, si no concurre a la citación, por una ficción
legal, se da por practicado el requerimiento y de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 462 del Código
de Procedimiento Civil, se inicia el plazo para oponer
excepciones.

Por último, cabe precisar que, si el ejecutado comparece y


se niega a designar bienes para el embargo, se le tendrá
por opuesto y procederá conceder el auxilio de la fuerza
pública para tal diligencia. Por el contrario, si el deudor no
acude al llamado del ministro de fe, este deberá trasladarse
al domicilio del ejecutado para intentar allí la traba del
embargo.

Cabe señalar que el embargo no puede en caso alguno


practicarse en el domicilio laboral del ejecutado. Solo puede
efectuarse en el domicilio del ejecutado; en el domicilio
convenido para el cumplimiento de la obligación siempre
que de ello haya constancia en el título, no obstante
tratándose del título ejecutivo cheque, la circunstancia de
que para efecto de la notificación del protesto haya de
considerarse el domicilio que el cuentacorrentista mantenga
en la entidad bancaria, no obsta al hecho de que la
intimación de pago se practique en el domicilio real del
ejecutado; y por último en el domicilio constituido en el
expediente.

Si el domicilio del deudor se encuentra fuera del territorio


jurisdiccional del tribunal que conoce del asunto, debe
encargarse mediante exhorto al juez que ejerza
competencia en dicho lugar.

Por último, no debe olvidarse la exigencia de


georreferenciación introducida por la Ley Nº 20.886, norma
que en el inciso tercero del artículo 9º estatuye "En las
notificaciones, requerimientos o embargos, el testimonio o
acta de la diligencia incluirá un registro georreferenciado,
que dé cuenta del lugar, fecha y horario de su ocurrencia...",
debiendo extenderse el alcance de esta exigencia no solo al
acto de notificación, sino a todas las diligencias que
guarden relación con ella y con el embargo, tal es el caso
de las búsquedas previas que autorizan la notificación
personal subsidiaria, la notificación de la demanda
ejecutiva, personal o por cédula, el requerimiento de pago
personal o mediante cédula de espera, la oposición al
embargo y el embargo mismo.

c.3) De acuerdo a lo dispuesto en los artículos 48 a 53


del Código de Procedimiento Civil

Esta tercera posibilidad procederá cuando el ejecutado


hubiere sido notificado personalmente o de conformidad
con el artículo 44 del Código de Procedimiento Civil para
otra gestión anterior al requerimiento. De modo que esta
forma de requerir no procederá si el deudor fue notificado
previamente para otra gestión de una forma distinta a la
notificación personal o personal subsidiaria; tal como sería
el caso de la notificación por avisos.335

Cuando se habla de "gestión anterior al requerimiento", el


Código de Procedimiento Civil se está refiriendo a aquellos
casos en que el procedimiento es iniciado por una gestión
preparatoria de la vía ejecutiva; lo que pretende el Código
es que se haya hecho saber al ejecutado que hay un juicio
ejecutivo en preparación en su contra; de manera que si el
deudor fue notificado personalmente o según el artículo 44
del Código de Procedimiento Civil para esa gestión
preparatoria, el requerimiento se le puede formular después
por cédula, si es que cumplió con la obligación de designar
domicilio prevista en el artículo 49 del Código de
Procedimiento Civil, o bien por el estado diario de
Secretaría si no ha efectuado la designación de domicilio
antes del requerimiento.336Esta designación de domicilio
deberá hacerse dentro de los dos días subsiguientes a la
notificación, o en su primera gestión si alguna hace ante
antes de vencido este plazo, según mandata la parte final
del Nº 1 del artículo 443 del Código de Procedimiento Civil y
se considerará subsistente esta designación mientras no
haga otra la parte interesada, aun cuando de hecho cambie
su morada. Se ha resuelto "no habiendo el deudor fijado
domicilio, como lo ordenan los artículos 49 y 443 Nº 1 inciso
segundo del Código de Procedimiento Civil, no ha podido
requerírsele de pago por cédula. Tal forma, de acuerdo a la
correlación de los artículos 48 y 49, de ese cuerpo legal,
únicamente es procedente realizarla en el domicilio o
morada que la persona requerida, en el caso, haya
designado en el proceso. Consecuentemente la oposición
que dedujera el ejecutado, al no haber sido legalmente
requerido de pago, no ha sido hecha fuera del término legal,
por lo que el juez como lo ordena la ley debe dar traslado al
ejecutante".337

Para efectos del requerimiento de pago por el estado


diario, la fórmula que deberá utilizarse, será la misma
empleada para notificar la sentencia definitiva a la parte que
no cumplió con la obligación prevista en el artículo 49 del
Código de Procedimiento Civil.

Ahora, cuando el juicio ejecutivo sea una consecuencia de


un juicio ordinario, en este caso el requerimiento habrá de
practicarse personalmente.338

Se ha resuelto que "la gestión preparatoria de notificación


de protesto de cheque y juicio ejecutivo posterior
constituyen una unidad procesal por lo que la resolución
que provee la demanda ordenando el despáchese puede
notificarse por cédula";339 y corresponderá notificar el
requerimiento de pago por el estado diario si no fijó el
domicilio exigido en el artículo 49 en relación al 443 Nº 1,
ambos del Código de Procedimiento Civil.340

d) Requerimiento de pago y notificación por avisos


La notificación de la demanda ejecutiva puede realizarse
en los términos que autoriza el artículo 54 del Código de
Procedimiento Civil, vale decir, mediante avisos. En tal
caso, deberá expresarse en los avisos que se publiquen,
además del mandamiento, la designación del día, hora y
lugar que se fije para practicar el requerimiento y, el
apercibimiento que, de no concurrir el deudor a esa
citación, se hará de inmediato y sin más trámite el embargo
de bienes suficientes. Estas menciones además de
satisfacer una exigencia legal, permiten que el demandado
tenga una instancia para satisfacer su acreencia, o, en el
caso de no concurrir a la referida citación, proceder por
medio de la fuerza a obtener el cumplimiento de la
obligación que en su oportunidad asumió.341

e) Requerimiento de pago y notificación ficta

El requerimiento de pago no puede realizarse por medio


de la notificación ficta contemplada en el artículo 55 del
Código de Procedimiento Civil, toda vez que el
requerimiento, en conformidad al artículo 443 del Código
del ramo, debe realizarse personalmente o en los términos
previstos en el Nº 1 de la norma señalada. Se ha resuelto
que esta excepcional forma de notificación es inaplicable al
requerimiento de pago, por cuanto tal actuación es de
naturaleza diversa a la de notificación de la demanda
ejecutiva; mientras la primera constituye un acto complejo
que se inicia con la intimación al ejecutado a pagar y la
respuesta de este, que de ser negativa habilita a proceder
al embargo de bienes suficientes; la segunda actuación
está constituida solo por el acto de poner en conocimiento
del deudor una demanda deducida en su contra; por ello el
requerimiento de pago necesita de una notificación
expresa.342
En consecuencia, cada vez que se anule un juicio
ejecutivo por falta de emplazamiento, el requerimiento
propiamente tal deberá practicarse de alguna de las formas
que contempla el artículo 443 citado. 343 No obstante, en
algunas oportunidades se ha resuelto que frente a la
nulidad de todo lo obrado, el requerimiento de pago se
verifica mediante la notificación de la sentencia
interlocutoria que así lo declaró, y si ha mediado apelación,
se debe entender verificado una vez producido el cúmplase
de la tal sentencia;344 e incluso que el requerimiento de
pago sea efectuado por el secretario del tribunal cuando ha
precedido la nulidad de todo lo obrado por falta de
emplazamiento, debiendo para tal efecto citarse al
ejecutado para un día y hora determinado a fin de requerirle
de pago, y si llamado por el Secretario del tribunal el deudor
no comparece, le tendrá requerido de pago en su rebeldía,
no obstante no contemplarlo así el legislador.345

f) Requerimiento espontáneo

El ejecutado que no ha sido emplazado en el juicio


ejecutivo, puede "autonotificarse" de la demanda ejecutiva y
darse por personalmente requerido de pago. Esto es
posible, atendido que ningún impedimento para ello se
advierte, amén que el emplazamiento beneficia al propio
ejecutado, permitiéndole tomar conocimiento de la
demanda ejecutiva deducida en su contra y determina el
término que tiene para defenderse mediante la oposición de
excepciones a la ejecución, de modo que ningún perjuicio
causa a las partes, el requerimiento espontáneo. Por lo
demás, según se ha resuelto, el numeral 1 del artículo 443
del Código de Procedimiento Civil, en relación a los
artículos 48 a 53 del mismo cuerpo normativo, demuestra
que el requerimiento no solamente puede hacerse
personalmente por Receptor, sino que además por cédula,
estado diario e incuso por avisos en los diarios.346

Se encuentran habilitados para darse por personalmente


requerido de pago, el interesado por sí o por medio de
personeros o representantes legales, por aplicación del
principio general que prescribe que, salvo estipulación legal
expresa e contrario, todo acto que puede hacerse
personalmente puede hacerse por mandatario o
representante.

Por otro lado, debe entenderse al ejecutado por


tácitamente notificado si opone excepciones a la ejecución
aun cuando no conste el estampado receptorial de
notificación.347

g) Cumplimiento defectuoso del requerimiento de pago

Si el requerimiento de pago no se realiza en los términos


que ordena el artículo 443 del Código de Procedimiento
Civil, y de ello se sigue un perjuicio al ejecutado, podrá el
ejecutado promover el incidente de nulidad de la ejecución.
Así entonces, si el requerimiento de pago no es realizado
en forma legal, el término que tiene el ejecutado para
oponerse a la ejecución no puede empezar a correr. 348Sin
embargo, las deficiencias que pueda contener el
requerimiento de pago no anulan la ejecución si no ha
impedido al ejecutado oponer excepciones.349

No obstante, se ha resuelto que procede la nulidad de


todo lo obrado por falta de emplazamiento, si se ha omitido
el requerimiento de pago, a pesar de entenderse efectuada
la notificación en forma tácita.350

h) La relación procesal múltiple


En caso de existir pluralidad de ejecutados, el término
para la defensa de cada uno de ellos es individual,
computándose desde el día que se le requiera de pago, sin
que obste a dicha consideración la circunstancia de emanar
la acción deducida de un mismo antecedente para
perseguir compulsivamente a más de un ejecutado. Ergo,
en este tipo de procedimiento se entiende trabada y
perfecta la litis con el emplazamiento de uno cualquiera de
los demandados, pudiendo continuarse a su respecto la
ejecución.351

Frente a lo que se viene diciendo, se ha expresado: "Si en


la demanda ejecutiva se demandó conjuntamente a J. y a
su madre C. en calidad de codeudores solidarios y se
notificó y requirió solamente a C., contra quien se ha
seguido la ejecución, la relación procesal del pleito se ha
producido únicamente entre la parte demandante y C., no
teniendo interés alguno en él, mientras no sea emplazado
J., quien por ende no ha podido solicitar la nulidad de lo
obrado, sin perjuicio que si fuere requerido, en su
oportunidad oponga las excepciones que crea
352
convenientes". En consecuencia, presentada que sea la
demanda ejecutiva, no es obligatorio para el ejecutante
notificar a todos los codemandados; por lo que podrá darse
el caso de más de un pronunciamiento de admisibilidad de
excepciones, interlocutoria de prueba y fallo respecto de las
excepciones planteadas por los ejecutados; es posible la
suspensión del procedimiento respecto de uno de los
demandados, continuando con los otros por la circunstancia
de existir pluralidad de relaciones procesales
independientes entre sí; además, las excepciones o
defensas formuladas por uno de los ejecutados no
benefician ni perjudican a los demás.353
No obstante, frente al supuesto de litisconsorcio pasivo,
suele exigirse el requerimiento de pago a todos los
ejecutados o bien que el actor se desista de la acción
dirigida en contra de los no anoticiados del mismo, a fin de
evitar el pronunciamiento de sentencias parciales,
pretendiendo con ello que la sentencia contemple la
situación completa de los ejecutados; decisión que no
compartimos pues pugna con la normativa aplicable al juicio
ejecutivo, según se explicó.

i) Efectos del requerimiento de pago

1.- El requerimiento de pago importa una citación al


ejecutado para oponer excepciones a la ejecución, fijando
el comienzo del plazo que se concede al ejecutado para
oponerlas.

2.- El ejecutado deberá designar un domicilio en el plazo


de dos días bajo el apercibimiento contemplado en el
artículo 49 del Código de Procedimiento Civil.

3.- Si el deudor paga en el acto del requerimiento, el juicio


termina, debiendo pagar las costas el ejecutado. Ahora si el
deudor no entrega la cosa debida o no paga la cantidad
líquida establecida, se procede a efectuar el embargo de
sus bienes, en cantidad suficiente para cubrir la deuda,
intereses y costas.354

j) Actitudes que puede asumir el ejecutado frente


al requerimiento de pago

j.1) Pagar la deuda

Si en el acto del requerimiento el ejecutado paga la deuda


al ministro de fe encargado de la diligencia, el juicio
concluye y no procede efectuar la traba del embargo.
Tratándose de una deuda dineraria, lo que debe pagar el
deudor en el acto del requerimiento, es el capital. Los
intereses y reajustes habrán de ser pagados una vez
realizada la respectiva liquidación del crédito. En efecto, el
numeral primero del artículo 443 del Código de
Procedimiento Civil, dispone que el mandamiento deberá
contener la orden de requerir de pago al deudor, y desde
luego, de lo único que habrá certeza al momento de
despachar el mandamiento de ejecución y embargo es el
monto adeudado en capital, no así lo intereses, reajustes y
costas. Por lo demás, cuando la citada norma en su
numeral segundo habla de deuda, intereses y costas, es en
razón del embargo, el que deberá trabarse sobre los bienes
del deudor si este no paga la deuda en el acto de la
intimación de pago; es aquí donde la apreciación que hace
el ministro de fe en cuanto a los bienes que han
embargarse, debe serlo considerando una cantidad
suficiente para cubrir la deuda con sus intereses y las
costas. Se ha resuelto que el valor de las costas que se
adeudan no autoriza para seguir adelante la ejecución, sino
una vez que ellas hayan sido tasadas con arreglo a la ley.355

Si el ejecutado paga la deuda en el acto del requerimiento,


el ministro de fe pondrá la suma de dinero correspondiente
a disposición del ejecutante. Si el pago lo efectúa ante el
tribunal con anterioridad al requerimiento, dicha suma habrá
de ser girada al ejecutante.

Cabe señalar que el deudor puede pagar la deuda en


cualquier estado del juicio, en tanto este no haya concluido.
Sin embargo, tal como se verá, los efectos del pago serán
diferentes atendida la oportunidad procesal en que se
realicen. En efecto, los pagos realizados por el ejecutado
con posterioridad al requerimiento, solo pueden
considerarse como pagos parciales a la deuda; en tanto
que el pago hecho después de opuestas las excepciones
no puede considerársele para acoger aquellas, sino como
intención de extinguir la obligación para los efectos de
liberar los bienes embargados antes del remate, según lo
prevé el artículo 490 del Código de Procedimiento Civil.

j.2) No pagar la deuda

En esta hipótesis se distinguen dos posibles actitudes del


ejecutado:

(i) Permanecer inactivo

Es decir, no defenderse. Si el ejecutado no opone


excepciones a la ejecución dentro del período contemplado
en el artículo 462 del Código de Procedimiento Civil queda
rebelde ipso iure.356

En este caso, se omite la sentencia y basta el


mandamiento de ejecución para que el acreedor pueda
perseguir la realización de los bienes embargados y el
pago. A este respecto el artículo 472 del Código del ramo
estatuye "Si no se oponen excepciones, se omitirá la
sentencia y bastará el mandamiento de ejecución para que
el acreedor pueda perseguir la realización de los bienes
embargados y el pago, de conformidad a las disposiciones
del procedimiento de apremio". Se ha resuelto que esta
norma permite atribuir al mandamiento de ejecución y
embargo el carácter de sentencia, pero solo para los
efectos de la realización de los bienes embargados y el
plazo de la deuda respectiva.357 Incluso se ha sostenido que
si no se oponen excepciones en el juicio ejecutivo y, por
consiguiente, se omite dictar sentencia, el mandamiento de
ejecución pasa a tener el mérito de una sentencia de
término, toda vez que la falta de oposición extingue en
forma irrevocable los derechos que pudiera ejercer el
ejecutado.358

(ii) Defenderse de la ejecución

El ejecutado puede defenderse de la ejecución oponiendo


algunas de las excepciones que contempla el artículo 464
del Código de Procedimiento Civil. Estas deben oponerse
en el término que establece la ley y que en todo caso se
computa desde que el ejecutado es requerido de pago. La
falta de requerimiento, sin embargo, no obsta a que el
ejecutado pueda concurrir a su defensa oponiendo
excepciones que estime asistirle. En efecto el ejecutado
puede oponer excepciones a la ejecución antes de ser
requerido de pago, en tal caso, quedará tácitamente
requerido. Será conveniente que así lo declare el juez
previo a proveer el escrito de oposición. Asimismo, si ha
transcurrido un plazo considerable desde que se despachó
el mandamiento de ejecución y embargo, aunque no
exceda de seis meses, será apropiado disponer que la
resolución que tuvo por interpuesta las excepciones sea
notificada al ejecutante por cédula en los términos que
autoriza el inciso final del artículo 48 del Código de
Procedimiento Civil, de lo contrario podría dejarse en
indefensión al ejecutante, quien podría verse sorprendido
con la actitud asumida por el ejecutado, más aun si aquel
pudo haber decidido no continuar con la ejecución. Lo
propio si el ejecutado realiza una presentación
requiriéndose personalmente de pago, dado que esta
diligencia, además de emplazar al ejecutado, tiene por
finalidad darle la oportunidad de pagar la deuda antes de la
traba del embargo, de modo que, si el ejecutado se da por
requerido, renuncia a un derecho, y de ello no se sigue
perjuicio, ni para él ni para el ejecutante.

Por otro lado, si el ejecutado alega nulidad de lo obrado


por falta de emplazamiento, pero en el mismo acto opone
excepciones a la ejecución, bien sea en conjunto o bien en
subsidio de la pretendida nulidad, esta no debiera
prosperar, puesto que ello hace suponer que se cumplió el
objetivo del requerimiento —poner en su conocimiento del
ejecutado la demanda ejecutiva iniciada en su contra para
que haga su correspondiente defensa— de modo que
ningún perjuicio se sigue para el ejecutado.

Sección IX La defensa del ejecutado

1. Generalidades

De acuerdo con el inciso segundo del artículo 464 del


Código de Procedimiento Civil, si el requerimiento se
verifica dentro del territorio de la República, el ministro de fe
debe hacer saber al deudor, en el acto del requerimiento, el
plazo de que dispone para oponerse a la ejecución,
debiendo dejar testimonio de este aviso en la diligencia. La
omisión de este aviso no invalida el requerimiento, pero
hace responsable al ministro de fe de los perjuicios que
pudieran resultar para el ejecutado.
2. Plazo para oponer excepciones

En conformidad al artículo 462 del Código de


Procedimiento Civil, el término para deducir la oposición
comienza a correr desde el día del requerimiento de pago.
Para determinar la extensión de este plazo, se debe
atender al lugar en que el demandado ha sido requerido de
pago.

a) Requerimiento de pago dentro del territorio


de la República

A este respecto se refieren los artículos 459, 460 y 462 del


Código de Procedimiento Civil, normas que a su vez
contemplan distintas hipótesis, a saber:

1.- Si el deudor que es requerido en la comuna que sirve


de asiento del tribunal, tendrá el término de cuatro días
hábiles para oponerse a la ejecución. Tal es el caso, si el
juicio ejecutivo es seguido ante el Primer Juzgado Civil de
Concepción, y el deudor es requerido de pago en su
domicilio ubicado también en la comuna de Concepción.

Este plazo no se ve perjudicado, aun cuando el


requerimiento se efectúe en el propio recinto del tribunal. 359

2.- Si el deudor es requerido de pago dentro del territorio


jurisdiccional del tribunal, pero fuera de la comuna que sirve
de asiento del tribunal, el termino de cuatro días se amplía
con otros cuatros días. Tal es el caso, si el juicio ejecutivo
es seguido ante el Primer Juzgado Civil de Concepción, y el
deudor es requerido de pago en su domicilio ubicado en la
comuna de San Pedro de la Paz.

3.- Si el requerimiento de pago se realiza fuera del


territorio jurisdiccional en que funciona el tribunal que
conoce del juicio ejecutivo, hipótesis que se da cuando la
demanda ejecutiva se interpone ante un tribunal que tiene
su asiento en una comuna distinta aquella donde el
ejecutado registra su domicilio; tal es el caso, si el juicio
ejecutivo es seguido ante el Primer Juzgado Civil de
Concepción, y el deudor es requerido de pago en su
domicilio ubicado en la comuna de Rancagua. En este
caso, tendrá dos opciones:

i.- Oponer las excepciones ante el tribunal exhortado, caso


en cual tendrá cuatro u ocho días, según sea que se haya
verificado el requerimiento dentro o fuera de la comuna que
sirve de asiento al tribunal exhortado.

En uno u otro caso, el tribunal exhortado se limitará a


recepcionar el escrito de oposición a la ejecución y remitirlo
al tribunal de origen.

ii.- Oponer las excepciones ante el tribunal exhortante, en


cuyo caso tendrá un plazo de ocho días, más el aumento
del termino de emplazamiento previsto en el artículo 259 del
Código de Procedimiento Civil.

Cabe señalar que con la entrada en vigencia de la Ley


Nº 20.886 y la puesta en marcha de la Oficina Judicial
Virtual (OJV), pierde relevancia esta norma, dado que el
ejecutado tendrá la facilidad de oponer directamente sus
excepciones ante el tribunal exhortante a través de la OJV.
Fuera de estas tres hipótesis, se puede presentar una
cuarta posibilidad, cuando en uso de la facultad prevista en
el inciso segundo del artículo 391 del Código Orgánico de
Tribunales, el tribunal autoriza a los receptores judiciales a
realizar alguna actuación —que bien puede ser el
requerimiento de pago— en otra comuna comprendida
dentro del territorio jurisdiccional de la misma Corte de
Apelaciones. En este caso, como no se le han delegado
facultades al tribunal del domicilio de ejecutado, este no
podrá oponer las excepciones ante dicho tribunal, sino que
deberá interponer las excepciones a la ejecución ante el
tribunal que conoce del asunto en el término de ocho días.

4.- Requerimiento de pago mediante cédula de espera.

Como se indicó, acorde lo dispone el artículo 459 del


Código de Procedimiento Civil, el plazo para oponer
excepciones a la ejecución, cuando el ejecutado es
requerido de pago dentro del territorio jurisdiccional del
tribunal que conoce de la causa, varía según sea el punto
en que este acto se practique. Así, si lo fue en el lugar del
asiento del tribunal tiene el término de cuatro días y si se le
practicó dicho requerimiento fuera de la comuna de asiento
del tribunal, estos cuatro días se amplían con cuatro días
más.

Por su parte, el artículo 443 Nº 1 del mismo Código


expresa que dicho requerimiento debe hacerse
personalmente al ejecutado, y en caso de no ser habido,
procediendo en conformidad al artículo 44 del mismo
cuerpo legal, dejándosele cédula de espera con la
designación del día, hora y lugar que fije el ministro de fe
para practicar el requerimiento de pago. Tal sería el caso
cuando el ejecutado tiene su domicilio en la comuna de San
Pedro de la Paz, y allí se le deja una cédula de espera,
citándolo al oficio del Receptor judicial en la comuna de
Concepción, lugar donde tiene su asiento el tribunal que
conoce el asunto.

La inteligencia lógica de ambos preceptos indica que para


determinar cuál es el plazo a aplicar en un caso concreto,
debe atenderse siempre al lugar en que se practicó el
requerimiento, sea este aquel en que fue habido el
ejecutado, o bien, el fijado en la cédula de espera por el
ministro de fe para requerirlo, sin que en esta última opción
influya en modo alguno el lugar en que se entregó dicha
cédula, máxime la clara regla que consagra el artículo 462
inciso 1º del citado Código.360 En el ejemplo dado, el plazo
aplicable para oponer excepciones a la ejecución, al haber
sido requerido en el lugar de asiento del tribunal, será de
cuatro días, sin que este término sufra ampliación alguna
por el hecho de haberse entregado la cédula de espera en
la comuna de San Pedro de la Paz que se sitúa fuera del
lugar de asiento del tribunal.

Sin embargo, la jurisprudencia mayoritaria se inclina por la


idea de que, en el ejemplo propuesto, el ejecutado tiene los
ocho días para oponer excepciones, tal como si hubiese
sido requerido de pago en su domicilio en la comuna de
San Pedro de la Paz. Opinión que compartimos. Esto es
así, porque el plazo que tiene el ejecutado para oponer
excepciones, está dado por su domicilio y no del que tenga
el receptor que interviene en el requerimiento de pago y de
esa forma se satisface de mejor forma la intención del
artículo 459 del Código de Procedimiento Civil, que al
ampliar el plazo para oponer excepciones busca que el
deudor pueda procurarse una mejor defensa, "entendiendo
que al estar más lejos del tribunal requiere de mayor tiempo
para hacerlo".361 En efecto, si el deudor que es notificado y
requerido de pago fuera de la comuna asiento del tribunal,
de la manera más perfecta como la que se practica en
forma personal cuenta con 8 días hábiles para oponerse a
la ejecución, no hay razón para sostener que cuando ese
mismo requerimiento se efectúa en la forma dispuesta por
el artículo 443 Nº 1 del Código de Procedimiento Civil, el
deudor cuente con un plazo menor.362 Una conclusión
diversa importaría restringir el término para defenderse de
parte de los ejecutados, circunstancia no deseada por el
legislador, el cual siempre pretende favorecer el ejercicio
del derecho a defensa y vencer sus restricciones.363 En esta
línea se ha resuelto "Iniciado el requerimiento de pago con
la notificación de la demanda en una comuna distinta a la
que sirve de asiento al tribunal, pero dentro del territorio
jurisdiccional de éste y concluido en el lugar de asiento del
juzgado, ha de adoptarse una línea de interpretación que se
avenga, por una parte, con las particularidades de ese
trámite complejo que no se observa posible dividir y, por
otra con las exigencias de un procedimiento racional y justo,
lo que lleva a privilegiar el hecho que cualquiera de las
actuaciones informan el trámite en mención, éste debe
entenderse realizado fuera de la comuna asiento del
tribunal".364

b) Requerimiento de pago fuera del territorio de la


República

Si el deudor es requerido de pago fuera del territorio dela


República, el artículo 461 del Código de Procedimiento Civil
dispone que el término para deducir oposición será el que
corresponda según la tabla a que se refiere el artículo 259
del citado cuerpo normativo, como aumento extraordinario
del plazo para contestar una demanda, vale decir, el plazo
será de ocho días más el aumento de la tabla de
emplazamiento. No obstante, bien podría sostenerse,
atendido el tenor literal de la norma, que el término que
tiene el ejecutado para oponer excepciones a la ejecución
es únicamente el establecido en la tabla de emplazamiento.

3. Características del plazo para deducir excepciones

a.- El término para deducir la oposición en el juicio


ejecutivo empieza a correr desde el día del requerimiento
de pago.

b.- Es un plazo individual, pues en el supuesto de varios


demandados, corre en forma autónoma para cada uno de
ellos, sin que obste a ello la circunstancia de emanar la
acción directa e inmediatamente de un mismo hecho y de
haber opuesto todos ellos idénticas excepciones o
defensas. De ahí que, en el juicio ejecutivo, aun cuando
haya pluralidad de sujetos pasivos, la falta de
emplazamiento de cualquiera de estos, no impide la
sustanciación del procedimiento. Así, por ejemplo si se
demanda ejecutivamente al deudor principal y al codeudor
solidario, y se notifica y requiere únicamente a este último,
la relación procesal del pleito se produce únicamente entre
el demandante y el ejecutado requerido; la litis se encuentra
trabada a su respecto, pudiendo en consecuencia oponer
excepciones a la ejecución y seguirse sustanciado el
proceso de ejecución. En tanto que el deudor no
emplazado, si posteriormente fuere requerido podrá
igualmente oponer las excepciones que crea conveniente.
Puede concluirse entonces que en este tipo de
procedimiento, se entiende trabada y perfecta la litis con el
emplazamiento de uno cualquiera de los demandados y es
perfectamente posible la dictación de más de una sentencia
según sean los ejecutados.365

c.- El plazo para oponer excepciones es fatal. Así lo


estatuye expresamente el artículo 463 del Código de
Procedimiento Civil. El ejecutado no podrá presentar su
oposición vencido el término correspondiente, aunque la
parte contraria consienta en ello.366 En este sentido, se ha
resuelto que en el juicio ejecutivo todas las excepciones
deben oponerse en primera instancia, no recibiendo
aplicación el artículo 310 del Código de Procedimiento Civil,
que permite oponer en cualquier estado de la causa las
excepciones de prescripción, cosa juzgada, transacción y
pago efectivo, cuando esta se funde en un antecedente
escrito.367 De modo que todas deben oponerse dentro de los
términos fijados, según los casos, en los artículos 459, 460
y 461 del Código de Procedimiento Civil.

De otro lado, si el ejecutado no opone excepciones en la


estación oportuna, no le es permitido al tribunal de alzada
pronunciarse sobre defensas o alegaciones formuladas
extemporáneamente y encaminadas a enervar la
ejecución.368

4. Formulación de la oposición

De acuerdo a lo dispuesto en los artículos 464 y 465 del


Código de Procedimiento Civil, el ejecutado al oponer las
excepciones a la ejecución deberá sujetarse a las
siguientes reglas:

1.- Solo podrá oponer las excepciones que señala


taxativamente el artículo 464 del Código del Código de
Procedimiento Civil.

Las excepciones enumeradas en el artículo 464 del


Código de Procedimiento Civil, son el único medio de
defensa que puede hacer valer el ejecutado. Ello se infiere
de la expresión utilizada por esta norma: "la oposición del
ejecutado sólo será admisible cuando se funde en alguna
de las excepciones siguientes...". Con el empleo del
adverbio "sólo", se dispone claramente que el ejecutado no
tiene otro medio de defensa.369 Así entonces, no podría
oponerse por ejemplo la excepción dilatoria contemplada en
el Nº 6 del artículo 303 del Código de Procedimiento Civil.

Sin embargo, se ha resuelto que la enumeración taxativa


de las distintas excepciones que pueden oponerse en un
juicio ejecutivo, consignada en el artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil, es meramente genérica o fundamental
y no singulariza ni determina los casos especiales que
pueden hallarse comprendidos en cada uno de los diversos
números que la componen.370 Vale decir, las hipótesis
normativas que cada una de dichas excepciones prevé
admiten verse conformadas por diversas situaciones. 371 Tal
es el caso, por ejemplo, de la excepción de insuficiencia del
título, contemplada en el Nº 7 del artículo 464 del Código
adjetivo civil, que puede fundarse en que la deuda no es
líquida, en que no es actualmente exigible, en que no se
notificó el título a los herederos del deudor; donde cada uno
de estos hechos debe ser considerado como una excepción
distinta.372 Lo propio acontece con el beneficio de
competencia.373 De ahí que para suplir esta indeterminación
de la ley, el artículo 465 del mismo Código exige al
ejecutado que, al formalizar las excepciones, exprese con
claridad y precisión tanto los hechos o circunstancias que le
sirven de fundamento como los medios de prueba de que
intente valerse para acreditarlos.374

Si el ejecutado opone alguna excepción no contemplada


en el artículo Código de Procedimiento Civil, previo traslado
al ejecutante, el tribunal deberá declararla inadmisible. El
tribunal no puede declararlas inadmisibles sin antes
escuchar al ejecutante, quien tiene el plazo fatal de cuatro
días para exponer lo que estime oportuno.375

La mención equivocada del nombre de la excepción


deducida no impide su aceptación si las razones alegadas
por el ejecutado constan del expediente y de los
antecedentes conocidos y discutidos por las partes y, si las
razones aducidas por el ejecutado como fundamento de
una excepción que ha opuesto, no sirven a ese objeto sino
para establecer otra excepción que no ha deducido, no
cabe pronunciarse en el juicio sobre esta excepción ni sus
fundamentos.376Sin embargo, según se ha resuelto, la
errada mención al artículo 464 del Código de Procedimiento
Civil no es motivo suficiente para rechazar la excepción
opuesta, si no se ha errado en la cita del respectivo
numeral.377

2.- Deben oponerse en el término fatal que indican los


artículos 458, 459, 460 y 461 del Código de Procedimiento
Civil. Así lo estatuye el artículo 463 de compendio
normativo citado. De no interponerse las excepciones en la
oportunidad procesal prevista por la ley, se priva a la parte
ejecutante de exponer lo que juzgue pertinente sobre ellas,
derecho que le concede el artículo 466 del Código de
Procedimiento Civil para garantizar la bilateralidad de la
audiencia y, en definitiva, el debido proceso consagrado a
nivel constitucional en el artículo 19 Nº 3, inciso 6º, de
nuestra Carta Fundamental. Además, en caso de existir
controversia sobre los presupuestos materiales de la
excepción, ella debe ser objeto de prueba y, desde luego,
de un pronunciamiento del Tribunal de primer grado que, en
caso de ser estimatorio de la excepción permitiera
promover su revisión en una segunda instancia al
ejecutante, de todo lo cual se le privaría a este de aceptarse
unainterposición de las excepciones fuera del plazo que
imponen las normas citadas.378

En el juicio ejecutivo no encontramos una norma como la


establecida para el juicio ordinario en el artículo 310 del
Código de Procedimiento Civil. En consecuencia, la única
oportunidad que tiene el ejecutado para oponer las
excepciones de prescripción, cosa juzgada, transacción y
pago efectivo de la deuda es la contemplada en los
artículos 459, 460 y 461 del Código de Procedimiento Civil,
puesto que el artículo 465 del Código del ramo constituye
una norma especial en el procedimiento ejecutivo, en tanto
que la primera es una norma del juicio ordinario,
procedimiento que por mandato del artículo 3º del mismo
ordenamiento, es aplicable a todas las gestiones, trámites y
actuaciones que no estén sometidos a una regla especial
diversa.379

3.- El ejecutado debe oponer todas las excepciones de las


que piensa valerse en un solo escrito. Aun cuando el
ejecutado se encuentre dentro de plazo no podrá presentar
dos o más escritos de excepciones. Con el primero se
consuma su derecho. De igual modo, declaradas
inadmisibles las excepciones, no puede luego el ejecutado
presentar otro escrito con iguales o distintas excepciones o
intentar corregir defectos de su primera presentación, como
sería, por ejemplo, indicar los medios probatorios de que se
valdrá. Si el demandado opone excepciones en un escrito
posterior a aquel en que dedujo su oposición, no serán
tenidas en consideración por el juez.

En el fondo, todas las excepciones de que piense valerse


el ejecutado deben oponerse de una sola vez. Desde luego,
si hay pluralidad de sujetos pasivos, cada uno de estos
puede oponer sus propias excepciones.

Atendido el carácter personal de las excepciones, la


oposición formulada por un ejecutado no aprovecha a los
demás si han comparecido separadamente y esgrimiendo
distintas defensas.

Por último, el ejecutado debe tener claridad a la hora de


oponer excepciones: estas deben interponerse en forma
conjunta o bien una en subsidio de otras. El defecto formal
en la interposición de las excepciones puede conllevar a su
rechazo, sin que sea preciso entrar al análisis de sus
basamentos fácticos. Así, por ejemplo, no pueden oponerse
conjuntamente la excepción de pago y la insuficiencia el
título. Ambas serían incompatibles, toda vez que si el título
ha sido pagado —aun parcialmente— es porque el deudor
consideró que constaba la existencia de una obligación
líquida y exigible, por lo que mal puede decirse que es
inhábil. Lo propio con la excepción de pago y la falsedad del
título. Así mismo, la excepción del Nº 2 del artículo 464 del
Código de Procedimiento Civil no puede oponerse en forma
conjunta con la de los numerales 9 y 17, aquella, debe ser
deducida en primer lugar, para luego oponer en forma
subsidiaria las dos restantes.
Por otro lado, si la excepción de ineptitud del libelo es
opuesta en forma subsidiaria a la de pago, malamente
puede decirse inepto un libelo que primitivamente fue
entendido y respecto del cual se dedujo una excepción no
de carácter formal, sino que de fondo. Si el ejecutado pudo
primero entender la demanda propuesta y defenderse en el
fondo, no es admisible que posteriormente aduzca lo
contrario y le formule reparos de forma.

4.- En el escrito de oposición deberá expresarse con


claridad y precisión los hechos en que se funda la
oposición.

Es en el escrito de oposición donde el ejecutado debe


señalar los fundamentos de las excepciones, sean ellos
acertados o no;380 sin que sea procedente suministrarlos en
un escrito posterior.381Los basamentos fácticos de las
excepciones deben ser idóneos, pudiendo ser rechazadas
las excepciones si las argumentaciones en que se les
sustenta no guardan relación con la naturaleza y
características de las excepciones propuestas. En efecto,
no es labor del tribunal desentrañar esta situación, pues ello
implicaría vulnerar la situación de igualdad en que deben
ser considerados los litigantes. Se ha resuelto que incurre
en ultrapetita la sentencia que concede las excepciones
opuestas por el ejecutado por motivos diferentes a los
planteados por él en su escrito de defensa.382

Si el ejecutado no funda debidamente la excepción


opuesta, el tribunal debe desestimarla.383 No basta que el
ejecutado se oponga a la ejecución alegando en términos
genéricos alguna circunstancia de las que la ley permite
aducir para desvirtuar la acción ejecutiva; el artículo 465 del
Código de Procedimiento Civil impone al ejecutado la
necesidad de concretar dicha circunstancia, expresando los
hechos, antecedentes o motivos que manifiesten la
fisonomía jurídica de la excepción, ya que los fundamentos
en que se las apoya determinan o caracterizan la
excepción, dependiendo de ellos su clase o especie. En
otras palabras, es imprescindible que dentro del respectivo
motivo legal de oposición el ejecutado concrete la
excepción cuya aceptación solicita, precisando la causa de
pedir.384 Si el escrito que contiene las excepciones no se
ajusta a la exigencia establecida en el artículo 465 inciso
primero del Código de Procedimiento Civil, en orden a
expresar con claridad y precisión los hechos en que se
fincan, y por el contrario solo se alude vagamente a ellas,
sin señalar fundamento alguno, pueden conllevar
indudablemente a no considerar dichas alegaciones, puesto
que no es labor del órgano jurisdiccional en materia civil
entrar a deducir los fundamentos fácticos de una excepción
o defensa, ya que ello corresponde a la parte que la
deduce.

Lo dicho es relevante, atendido que el ejecutado se


encuentra impedido de probar hechos que no invocó
oportunamente a su favor de la manera exigida en el
artículo 465 del Código de Procedimiento Civil.385

5.- Debe expresarse con claridad y precisión los medios


de prueba de que intentará valerse para acreditar las
excepciones.

El ejecutado en un otrosí del escrito de su oposición, debe


anunciar y especificar los medios probatorios de los cuales
intentará valerse para acreditar las excepciones opuestas.
Se trata de un requisito no esencial, cuya omisión no
acarrea la inadmisibilidad de las excepciones opuestas. Sin
embargo, si no cumple con esta exigencia, el ejecutado no
podrá rendir prueba para acreditar las excepciones
opuestas, lo que pudiera redundar en el rechazo de las
excepciones. En efecto, los medios probatorios no
explicitados no podrán ser considerados para la decisión
del asunto controvertido.386 Sin embargo, en algunas
oportunidades se ha señalado por la jurisprudencia, que en
el caso de que no se hayan anunciado ni especificado en el
escrito de excepciones los medios probatorios destinados a
acreditarlas, no es posible prescindir de la prueba rendida
para este objeto; y ello porque el artículo 465 del Código de
Procedimiento Civil no señala como fatal el término para
ofrecer probanzas, y las periciales y documentales pueden
producirse en cualquier estado de la causa.387

Se ha entendido que se satisface esta exigencia con


expresar que el ejecutado se valdrá de todos los medios de
prueba que la ley franquea, es decir, no necesitará precisar
uno a uno tales medios de prueba. 388No obstante, en
algunas oportunidades se ha resuelto que la simple
declaración genérica del ejecutado de que se valdrá de
todos los medios probatorios que franquea la ley no cumple
este objetivo; contraría la letra y el espíritu del artículo 465
del Código de Procedimiento Civil.389

Finalmente debe indicarse que debe existir una


vinculación indisoluble entre la excepción de que se vale el
ejecutado y la prueba eficaz en la demostración del
fundamento que él mismo tendrá que rendir.390

5. Excepciones a la ejecución
Las excepciones que puede hacer valer el ejecutado son
las enumeradas en el artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil. Estas pueden referirse a toda la deuda
o solo a una parte de ella.391

Estas excepciones suelen clasificarse en dilatorias y


perentorias.392 Las primeras cuatro son dilatorias, en tanto
que las restantes son perentorias. Si bien todas ellas, sin
distinción, deben oponerse en un mismo escrito, difieren en
el efecto que produce su acogimiento. En el caso de las
dilatorias, la ejecución será posible en la medida que se
subsane el defecto, en cambio, las excepciones perentorias
ponen fin a la acción.

a) Excepciones dilatorias

a.1) La incompetencia del tribunal ante quien se haya


presentado la demanda

(i) Definiciones y ámbito de aplicación

Esta excepción se contempla en el numeral 1 del artículo


464 del Código de Procedimiento Civil.

La competencia constituye un presupuesto procesal y la


falta de ella es un impedimento para la constitución regular
del proceso. De ahí que si el juez es incompetente, el
ejecutado puede plantear esta excepción para que no siga
actuando en el juicio.393

Esta excepción es la misma que contempla el Nº 1 del


artículo 303 del Código de Procedimiento Civil, de modo
que la incompetencia que puede alegarse vía esta
excepción es tanto la absoluta como la relativa y para
determinar si un tribunal es o no competente se deben
aplicar las pautas que establece el título VII del Código
Orgánico de Tribunales.394

La incompetencia relativa se genera por la infracción a las


normas que regulan el factor territorial, que determina el
lugar específico en que funciona el tribunal llamado a
conocer del asunto.395 Puede ser alegada por el
demandado, aun cuando haya intervenido en la gestión
preparatoria de la vía ejecutiva sin alegarla, es decir, el
hecho de haber intervenido en demandado en la gestión
preparatoria sin alegar la incompetencia del tribunal, no
constituye prórroga de la competencia. Así lo establece la
segunda parte del inciso primero del artículo 465 del Código
de Procedimiento Civil.396

La incompetencia absoluta se genera por la infracción a


las normas que regulan la cuantía, materia y fuero y, a
diferencia de lo que sucede en el juicio ordinario de mayor
cuantía, en el ejecutivo, debe oponerse únicamente en la
oportunidad y en los términos previstos en los artículos 462
y 465 del Código de Procedimiento Civil.397

Se ha resuelto que la incompetencia del tribunal no puede


oponerse en la gestión preparatoria de la ejecución, debido
a que esta gestión solo tiene por objeto llevar a cabo la
diligencia previa solicitada.398Limitación que en caso alguno
implica una prórroga tácita de la competencia, según se
dijo.

Esta excepción a diferencia de las demás establecidas en


el artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, tiene la
particularidad que puede ser resuelta de inmediato o bien
dejarse para definitiva. Por economía procesal debiera
resolverse de inmediato. Puede promoverse por vía de
declinatoria o inhibitoria en conformidad a los artículos 101
y 102 del Código de Procedimiento Civil y estarse a las
normas del Código Orgánico de Tribunales.399 400
-

Teniendo el ejecutado domicilio en más de un lugar


además del indicado en el título ejecutivo, puede el
ejecutante entablar su acción ante el juez de cualquiera de
ellos.401Además las partes pueden alterar la competencia
del tribunal llamado a conocer el asunto mediante la
inserción de cláusulas de prórroga de competencia según lo
autoriza el artículo 138 del Código Orgánico de
Tribunales.402 En efecto, de acuerdo al artículo 186 del
Código Orgánico de Tribunales se prorroga la competencia
expresamente cuando en el contrato mismo o en un acto
posterior han convenido en ello las partes, designado con
toda precisión el juez a quien se someten. 403 De la prórroga
tácita se refiere el artículo 187 del citado estatuto.

La prórroga de competencia solo surte efectos entre las


personas que han concurrido a otorgarla, pero no respecto
de otras personas como fiadores o codeudores, es lo que
se conoce como efecto relativo de la prórroga de la
competencia prevista en el artículo 185 del Código
Orgánico de Tribunales.

Si la excepción de incompetencia es acogida por el


tribunal, este debe abstenerse de pronunciarse sobre las
demás excepciones por expresa disposición del artículo 306
del Código de Procedimiento Civil, aplicable al efecto. 404Ello
tiene sentido, pues acogida esta primera excepción, el
tribunal ya no tendría competencia para entrar al
conocimiento de las restantes. Por lo demás, las
excepciones siempre deberán ser abordadas de acuerdo a
la concatenación lógica de las mismas, no obstante, el
orden propuesto por el ejecutado.
Acogida que sea la excepción de incompetencia, solo
cabe al ejecutante la posibilidad de iniciar una nueva
ejecución ante el juez competente, no pudiendo el juez que
declaró su incompetencia remitir los autos al tribunal
estimado competente; si se había trabado embargo sobre
bienes del ejecutado, se produce la caducidad automática
de la medida cautelar. Se ha resuelto que la sentencia que
declara la incompetencia del tribunal, interrumpe la
prescripción de la acción ejecutiva.405

Finalmente, se debe prevenir que la excepción de


incompetencia debe proponerse en primer lugar, para luego
oponer en forma subsidiaria las que se estimasen
procedentes; resultando inconducente —por mera lógica—
si se interpone en forma conjunta a las demás excepciones.

(ii) Incompetencia atractiva

Si el deudor es declarado en liquidación de acuerdo a la


Ley Nº 20.720 o en quiebra conforme el régimen concursal
anterior contemplado en la Ley Nº 18.175, el juicio ejecutivo
deberá ser tramitado ante el juzgado que conoce la
liquidación o quiebra, operando la denominada
incompetencia atractiva, según la cual todos los juicios
pendientes contra el deudor o fallido, deben acumularse al
juicio de liquidación o quiebra.

a.2) La falta de capacidad del demandante o de personería


o representación legal del que comparezca en su nombre.

(i) Definiciones y ámbito de aplicación

Esta excepción se contempla en el numeral 2 del artículo


464 del Código de Procedimiento Civil.
Esta excepción atañe exclusivamente al demandante y
comprende dos situaciones: la incapacidad personal del
demandante para parecer en juicio o a la carencia de
personería que se atribuyan los que comparezcan en su
nombre.406

La falta de capacidad del demandante está referida a la


falta de capacidad para comparecer en juicio, es decir, a la
capacidad de ejercicio en el orden procesal.407 La regla
general es que toda persona sea capaz para comparecer
en juicio, constituyendo la excepción a dicha máxima la
situación de los incapaces a quienes la ley confiere
expresamente dicha condición. Así, por ejemplo, podrá
deducirse esta excepción si quien deduce la demanda
ejecutiva es una persona menor de 18 años de edad. Esta
excepción no se refiere a la titularidad de la acción.

La falta de personería se refiere a la capacidad procesal


para estar en juicio, es decir, a la carencia de mandato o
insuficiencia de la documentación exhibida por el
apoderado del ejecutante. Mediante ella se intenta objetar
la simple aptitud de dichas personas para actuar
válidamente en juicio, en cuanto a la forma o solemnidades
exigidas por el derecho procesal con tal propósito, o sea,
según las reglas de la comparecencia ante la justicia.408

La falta de personería contiene a su vez dos aspectos: el


del representante legal y el del procurador o mandatario
judicial.

La personería es la facultad para representar a otra


persona y la falta de ella se verificará en razón de la
carencia del vínculo jurídico que habilita para actuar en
juicio a nombre y en representación de otro. Así, por
ejemplo, si alguien comparece en la demanda en
representación de otro sin poder o con un poder
insuficiente, podrá oponerse esta excepción.

La representación, a su turno, consiste en la relación


jurídica de origen legal, judicial o voluntario, en virtud de la
cual una persona, denominada representante, actuando
dentro de los límites de su poder, realiza actos a nombre de
otra, llamada representado, haciendo recaer sobre esta los
efectos jurídicos emergentes de su gestión. La falta de
representación legal dice relación con quien dice
comparecer como representante legal de otra persona sin
serlo. Como por ejemplo si alguien comparece
atribuyéndose la calidad de curador de un demente sin
serlo.

Cabe recordar que puede otorgarse un mandato judicial a


personas que no sean abogados, porque una cosa es la
representación judicial que puede ser otorgada a quién
tenga capacidad para comparecer en juicio y otra es la
representación procesal que solo puede otorgarse a
quienes tengan capacidad de pedir en juicio.

Para los efectos de determinar la personería se debe


recurrir a las normas que prevé la legislación sustantiva
civil.

Como ya se indicó, esta excepción refiere únicamente al


ejecutante. Así, se ha resuelto que "la circunstancia de no
tener mandato o poder del ejecutado la persona a quién se
requirió de pago, no es una excepción contemplada en la
ley...".409 En consecuencia, si el ejecutado es el incapaz o
se notifica a un representante que no es tal, no podrá
recurrirse a este numeral; y a falta de una norma similar a la
prevista en el Nº 6 del artículo 303 del Código de
Procedimiento Civil, en doctrina se ha sostenido que el
ejecutado podría excepcionarse invocando el Nº 7 del
artículo 464 del Código citado;410cuestión dudosa, pues esta
es una excepción perentoria que guarda relación con el
título mismo, que nada tiene que ver con la capacidad para
comparecer en juicio.

Atendido los términos en que ha sido concebido este


numeral, no sería la idónea para cuestionar la legitimación
procesal del ejecutante, pues en tal supuesto corresponde
oponer la excepción de insuficiencia del título contemplada
en el Nº 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento
Civil.

En este caso, al igual que todas las excepciones dilatorias,


si la excepción es acogida, el ejecutante podrá iniciar un
nuevo juicio ejecutivo corrigiendo el vicio que adolecía su
anterior demanda. Para tal efecto deberá presentar una
nueva demanda ejecutiva a través de la Oficina Judicial
Virtual.

En cuanto a la extensión del poder, nuestra jurisprudencia


ha resuelto que el poder otorgado en la gestión preparatoria
de la vía ejecutiva es suficiente para el juicio ejecutivo; 411 el
poder conferido para segunda instancia se extiende a todo
el juicio. En esta situación queda tácitamente revocado el
poder conferido anteriormente en primera instancia por la
misma parte a otra persona;412 el poder para litigar conferido
en el juicio ordinario aunque se haya dado con la facultad
de percibir, no es bastante para comparecer en el juicio
ejecutivo en que se pide el cumplimiento de la sentencia
recaída en aquel.413 En sentido contrario se ha fallado que
el mandatario está facultado para hacer cumplir la sentencia
que se dicte en un juicio declarativo, sin que sea necesario
otorgarle un nuevo poder, aun cuando para ello sea
necesario iniciar un juicio ejecutivo.414
Finalmente se debe indicar que no procede acceder a la
excepción de falta de personería, si ella se funda en un
error material contenido en la constitución del poder, como
si el apellido del apoderado difiere en una letra del real, si
no se probó que no sea el apoderado designado por el
ejecutante para su representación en juicio. Lo propio si se
omite el segundo nombre del apoderado del ejecutante o
bien si un mismo ente societario modifica solamente su
denominación. Se ha resuelto que el cambio de razón social
del ejecutante no basta para entender revocado
mandato;415 no se ven afectados los mandatos conferidos
por una persona jurídica por el hecho de dejar el cargo de
representación quien a la sazón ostentaba la calidad de
representante legal. Esto es así porque el mandato es
conferido por la persona jurídica y no por la persona natural
que ocupe dicho cargo;416 y procede la excepción de falta
de personería contra el agente oficioso que no obtiene la
ratificación del acreedor dentro del plazo fijado al efecto por
el juzgado, aunque inicia la ejecución con la fianza de
rato.417

(ii) Oportunidad en que se debe constar la personería

El ejecutante debe acompañar a su libelo pretensor o, en


su caso, mediante alguna otra presentación, con antelación
a la fecha de notificación de la demanda, todos los
documentos que justifiquen la capacidad del demandante y
la personería o representación legal del que comparezca en
su nombre. Esto se explica, porque de acuerdo al artículo
465 del Código de Procedimiento Civil todas las
excepciones deberán oponerse en un mismo escrito,
expresándose con claridad y precisión los hechos y los
medios de prueba de que el deudor intente valerse para
acreditarlas en el plazo fatal que corresponda, según
estatuyen los artículos 459 y siguientes del aludido cuerpo
normativo. Solo así podría el ejecutado examinar el título y
los demás documentos que le permitan revisar, entre otras
circunstancias, la capacidad del demandante y la
personería o representación legal del que comparece a su
nombre, con la finalidad de oponerse a la ejecución en los
términos perentorio que estatuyes los artículos 465 y 459 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil. 418 En este
sentido, se ha resuelto "Deducida la excepción de falta de
personería respecto de quien ha demandado
ejecutivamente en nombre de otro, sin tener representación
legal ni mandato y sin ofrecer fianza de rato, procede
acoger aquella excepción, aunque la persona en cuyo
nombre se inició la ejecución ratifique lo obrado, por cuanto,
una vez trabada la litis, no es posible sanear posteriormente
los vicios del procedimiento en perjuicio del
419
ejecutado. Tampoco pueden enmendarse con
posterioridad los vicios del procedimiento en perjuicio del
ejecutado.

No obstante, se ha sostenido también que la


representación que se invoca es posible ratificar durante la
tramitación del juicio, porque la representación de las
personas que comparecen por el ejecutante para deducir la
demanda ejecutiva, no es un aspecto que se encuentre
relacionado con el título mismo.420 En este sentido, se ha
resuelto que "acreditado en segunda instancia, la
personería del abogado de la ejecutante, se debe rechazar
la excepción de falta de capacidad del actor, en juicio
ejecutivo".421

(iii) El endoso en comisión de cobranza

El endoso en comisión de cobranza implica que el tenedor


del documento lo entrega a un tercero, endosatario, para
que lo cobre, lo cual puede hacerse con el fin de que sea el
banco quien procure la obtención de los fondos requeridos
o bien para gestionar el cobro judicial, situación esta última
en la cual el endoso al abogado importa la constitución de
un mandato de carácter amplio a su favor, de conformidad
con lo que prevé el artículo 21 de la Ley Nº 18.092.422

En efecto, el artículo 14 de la Ley sobre Cuentas


Corrientes Bancarias y Cheques indudablemente se refiere
al cobro bancario de los cheques nominativos o no
endosables, pero no reglamenta el cobro judicial de los
mismos, materia, esta última, donde rige el artículo 29 de la
Ley Nº 18.092, aplicable en la especie por disposición del
artículo 11 inciso 3º del primer cuerpo legal mencionado,
que permite el endoso en cobro a un abogado habilitado de
un efecto nominativo. El endoso practicado por el
endosatario en cobro solo produce los efectos propios del
endoso en cobranza. El endosatario en cobranza puede
cobrar y percibir, incluso judicialmente, y tiene todas las
atribuciones propias del mandatario judicial, comprendidas
también aquellas que conforme a la ley requieren mención
expresa. Con todo el mandatario solo puede comparecer
ante los tribunales en la forma que exige la ley.

En este sentido, se ha resuelto "es improcedente la


excepción contra la ejecución deducida por abogado
habilitado, en su calidad de endosatario con cláusula "valor
en cobro", pues, dicho endoso, conforme lo dispone el
artículo 659 del Código de Comercio, cuando se ha hecho a
un abogado habilitado para el ejercicio de la profesión, es
una forma de mandato judicial que incluso lo autoriza para
percibir".423

El artículo 17 inciso segundo de la Ley Nº 18.092, exige


como solemnidad el hecho que el endoso debe estamparse
al dorso de la letra misma o de una hoja de prolongación
adherida a ella, de modo que su incumplimiento puede
acarrear la nulidad del endoso y, por ende, que el
compareciente carezca de personería para parecer en
juicio.

Finalmente se debe indicar que el artículo 24 de la Ley


Nº 18.092, no distingue entre el endoso traslaticio de
dominio y el endoso en cobro, razón por la cual el endoso
que solo es firmado por el endosante y que no contiene el
nombre del endosatario puede ser en cobro o en cobranza
por el hecho de contener únicamente estas menciones
específicas. Tanto es así que el inciso primero del artículo
22 de la ley en comentario, establece como una mención
facultativa, entre otras, el nombre del endosatario, sin
distinguir este precepto tampoco entre endoso traslaticio o
endoso en cobro.

(iv) Carga probatoria

Corresponderá al ejecutado demostrar los fundamentos de


la falta la capacidad o personería del actor. 424En efecto,
siguiendo la norma básica en materia de atribución de la
carga de la prueba contenida en elartículo 1698delCódigo
Civil, la prueba de los presupuestos de una excepción
recae sobre quien la deduce. El peso de probar adquiere un
rol especial tratándose del juicio ejecutivo, donde el rol del
acreedor, amparado en el título que le sirve de antecedente
y que, en principio, es prueba de la obligación que busca
ejecutar, adquiere particular preponderancia al conducirse
en un procedimiento compulsivo, rápido y concentrado en
su tramitación, en la que la defensa del sujeto pasivo se
encuentra acotada a las excepciones taxativamente
contempladas por el legislador procesal.425
Lo afirmado no importa una carga de acreditar un hecho
negativo, sino que justamente el o los hechos positivos que
hagan patente la ausencia de esa figura convencional o
legal.426En todo caso, el actor siempre podrá rendir prueba
para reafirmar los hechos que corroboran los presupuestos
formales y sustanciales de su acción.

En todo caso se ha sostenido también que corresponde al


ejecutante acreditar la calidad impugnada por el
ejecutado;427exigencia que se impone al actor al momento
que el ejecutado la cuestiona.428Sin embargo, para tal efecto
no puede ser obligado a exhibir el título mismo, y el título de
aquellos que le confirieron el mandato, y el título de
aquellos que dicen representar a una sociedad.429

Finalmente se debe señalar que el tribunal puede


comprobar la efectividad de la representación que el
ejecutante invoca a través de la escritura que en forma
previa haya sido guardada en la Secretaría del tribunal.430En
efecto, de acuerdo con el artículo 6º del Código de
Procedimiento Civil, únicamente se exige que se exhiba el
título que acredite la representación, y exhibir, obviamente,
no significa que debe acompañarse al juicio. En este
sentido, se ha resuelto, que la exigencia establecida en el
artículo 6º del Código de Procedimiento Civil, en orden a la
"exhibición" del título que acredite la representación de
quien comparece por otro, puede ser satisfecha por el
acompañamiento que de este se haga (en forma previa) en
la Secretaría del Tribunal.431

a.3) La litispendencia

(i) Definiciones y ámbito de aplicación


El artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, en su
numeral 3 contempla la litispendencia ante tribunal
competente, siempre que el juicio que le da origen haya
sido promovido por el acreedor, sea por vía de demanda o
de reconvención.

Existe litispendencia cuando existe otro proceso pendiente


seguido entre las mismas partes, con el mismo objeto
pedido y la misma causa de pedir.432 Su fundamento radica
en la necesidad de evitar la duplicidad de la actividad
jurisdiccional e impedir la dictación de fallos contradictorios.

Con esta excepción se evita que el ejecutante subsane


posibles errores cometidos en un proceso anterior mediante
la deducción de una nueva demanda. Si esta defensa es
acogida, el procedimiento se paraliza hasta la conclusión
del primer proceso. Ahora dictada sentencia en este
proceso, en el segundo, el ejecutado podrá oponer
excepción de cosa juzgada.433 En este sentido, se ha
resuelto "Si la sentencia que deba pronunciarse en uno de
los juicios es susceptible de producir la excepción de cosa
juzgada en el otro, debe acogerse la excepción de
litispendencia. El fallo que declara lo contrario infringe los
artículos 177 y 464 Nº 3 del Código de Procedimiento
Civil".434

Sobre el ejecutado pesa la carga procesal de justificar los


fundamentos fácticos de la excepción en comento.

Para la procedencia de la referida excepción, es menester


que, además de la triple identidad a que se refiere el
artículo 177 del Código de Procedimiento Civil, o sea, que
la nueva acción sea entablada por y contra las mismas
personas que litigan en ese juicio anterior, y que sea
idéntica en la cosa pedida y en la causa de pedir a la otra
que se encuentra pendiente en su tramitación, se cumpla
con el requisito esencial que el litigio anterior esté
pendiente. Se ha dicho que es el reflejo de la cosa juzgada,
la previene, se anticipa a ella en el propósito de evitar la
dualidad de fallos sobre un mismo negocio judicial.435

(ii) Requisitos

(ii.1) Proceso pendiente

Es preciso que se haya deducido una demanda en el


mismo o en otro tribunal, que se haya notificado y que dicho
juicio no haya concluido. De modo que si la causa
colacionada esta fallada, la litispendencia no concurre. 436 No
obsta a la calidad de proceso concluido, la tramitación
posterior que se prosiga para los efectos de la ejecución de
lo resuelto en el pleito. Así, por ejemplo, si a un juicio
ejecutivo se opone una acción especial hipotecaria, la cual
por resolución judicial que decretó el remate en ella pasó
jurídicamente a tener el carácter de sentencia de término,
esta no se encontraría en actual tramitación, sino que
terminada, todo ello sin perjuicio de la tramitación posterior
que se prosiguió para los efectos de la subasta del
inmueble hipotecado. De igual modo, no se cumple la
exigencia en estudio si en la causa colacionada se declaró
el abandono del procedimiento por resolución que quedó
afirme antes de la época del requerimiento de pago del
presente proceso.

En este caso existe una diferencia con la norma del


artículo 303 del Código de Procedimiento Civil, porque para
que exista aquí litispendencia, es necesario que el proceso
anterior sobre la misma materia haya sido promovido por el
acreedor, sea por vía de demanda o reconvención; de
manera que si el juicio anterior ha sido promovido por el
demandado no habrá litis pendencia. Con ello se busca
evitar que un deudor de mala fe pueda evitar la ejecución
iniciando un juicio ordinario en contra de su acreedor437 438
-

Admitir lo contrario equivaldría a dejar en manos del


ejecutado la frustración de la pretensión ejecutiva.439

(ii.2) Identidad legal de personas

Se trata de una identidad jurídica. No basta la mera


identidad física de las partes, toda vez que una persona
puede actuar en un proceso por sí y en otro en
representación de un tercero.440 De este modo, si la acción
se intenta en contra de una sociedad y su representante y,
posteriormente, se intenta solo contra la sociedad no hay
identidad de partes.441 Así, por ejemplo, si de ambos libelos
aparece en calidad de ejecutante don Raúl Pereira Ramírez
y de ejecutada, la Sociedad Sokol Exportaciones Compañía
Limitada, habrá identidad legal de personas.

Nuestra doctrina enseña "Esta identidad jurídica se


cumple cuando se constata la misma calidad jurídica entre
los sujetos del proceso anterior y del proceso ulterior,
aunque en el nuevo juicio cambien de rol. No señala
nuestra legislación quien tiene la calidad de parte ni como
se adquiere esta. Frente a tal omisión, para esclarecer tales
cuestiones se debe aplicar la precisión teórica,
comúnmente admitida, según la cual la calidad de parte se
adquiere por el solo hecho de la proposición de una
demanda ante el juez, o por el solo hecho de figurar como
demandante o demandado en el proceso".442

(ii.3) Identidad de cosa pedida


La cosa pedida es el beneficio jurídico inmediato que se
reclama y al cual se pretende tener derecho; la identidad
debe buscarse en el beneficio jurídico y no en la
materialidad de las prestaciones, sin que pueda
pretenderse, por ende, que sean iguales en sustancia y
accidentes.443Para determinar si nos encontramos ante este
elemento —identidad de cosa pedida— la primera
operación lógica que se debe realizar consiste en
determinar cuál ha sido el objeto pedido, es decir, la
pretensión cuya satisfacción se ha solicitado en los dos
pleitos, el que deberá buscarse en la parte petitoria de cada
demanda, la antigua y la nuevamente cursada. Si son
iguales las pretensiones hechas valer, habrá identidad de
cosa pedida.

Ahora, si la excepción de litis pendencia dice relación con


otro juicio ejecutivo, se requiere que el título sea el mismo,
vale decir, la oposición debe fundarse en la existencia de
otro juicio seguido entre las mismas partes con relación al
documento, cuya ejecución pretender el actor. Así, no habrá
identidad de cosa pedida si en el primer libelo pretensor el
ejecutante persigue el pago compulsivo de la factura
Nº 800, de 27 de enero de 2011, emitida por la suma de
$2.111.456, y en el segundo juicio procura el pago de la
factura signada con el Nº 801, de 11 de julio de 2011,
extendida por la cantidad de $1.143.000. Lo propio entre
una gestión preparatoria de notificación de protesto de
cheque y un juicio ejecutivo, puesto que por la primera
busca preparar la vía ejecutiva o servir de fundamento a la
acción penal de giro doloso de cheque, en tanto que por la
segunda se cobra ejecutivamente una deuda.

Por otra parte, si en la segunda demanda se solicita una


cuantía menor a lo pedido en el primer libelo, no por ello
desaparece este elemento si resulta indiscutible que la
obligación reclamada en ambos procedimientos es la
misma, ello podría deberse, por ejemplo, a los abonos
practicados por el deudor antes de que se entable una
nueva demanda.444 445
-

(ii.4) Identidad legal de causa de pedir

Se entiende por causa de pedir el hecho constitutivo de la


acción, esto es, el hecho jurídico que configura el
fundamento del derecho que se hace valer en juicio o las
razones por las cuales pretende la declaración garantizada
por la ley. El ejecutado debe acreditar la supuesta
vinculación entre ambas obligaciones.

En este contexto, por ejemplo, si el fundamento inmediato


del derecho deducido en juicio, se asentó en el derecho del
actor de obtener el pago forzado de la mercadería
entregada al ejecutante, según se consignó en la factura
Nº 800, de 27 de enero de 2011; no concurrirá este
elemento si la causa de pedir en el otro libelo, se sustenta
en el derecho del ejecutante de ser satisfecho mediante un
procedimiento compulsivo del valor de las especies que
vendió a la ejecutada y de cuya entrega de dejó constancia
en la factura Nº 801, de 11 de julio de 2011. Lo propio si
una acción corresponde a un juicio ejecutivo de mayor
cuantía y la presente causa dice relación con la realización
de prenda por compraventa de cosa mueble a plazo; si se
ejercitó la acción hipotecaria contemplada en la Ley
General de Bancos y en la presente causa se dedujo una
acción ejecutiva de cobro de pagaré, a menos que se logre
acreditar una vinculación entre la obligación que se cobra
ejecutivamente. Así mismo, no podría el ejecutado aludir a
una causa criminal, dado que, por su propia naturaleza, se
hace imposible que concurra copulativamente la triple
identidad de persona, causa de pedir y cosa pedida.

Se ha resuelto que si el acreedor hipotecario entabla


primeramente ejecución contra el deudor directo,
persiguiendo la obligación personal y, enseguida, deduce
ejecutivamente la acción real contra el tercer poseedor de la
finca hipotecada, no procede la oposición de éste que se
funda en la excepción de litispendencia.446

En conclusión, la excepción de litis pendencia solo tendrá


cabida cuando se la funda en otro juicio ejecutivo que se
encuentra en trámite, seguido entre las mismas partes y en
virtud del mismo título, y siempre que ya se haya requerido
de pago al deudor.

(iii) Litis pendencia y pago por consignación

Cuando la excepción de litis pendencia se basa en un


proceso de consignación deducido por el ejecutado, habrá
de analizarse si dicho proceso presenta visos de seriedad o
solo configura una excusa para frustrar la ejecución.

A este respecto, debe anotarse que el pago por


consignación es una modalidad del pago prevista y
regulada entre los artículos 1598 a 1607 del Código Civil,
que supone darle eficacia al pago, ya sea por negativa del
acreedor a recibirlo en la situación de mora del acreedor o
por ignorarse su paradero. En términos generales, consta
de dos etapas: la oferta y la consignación. Mediante la
oferta el deudor manifiesta al acreedor su intención de
cumplir su obligación, manifestación que debe reunir los
requisitos de validez que exige el artículo 1600 del Código
Civil. A contrario sensu, si la oferta no cumple los requisitos
de validez exigidos en la disposición precitada carece de
toda eficacia. Lo mismo ocurre si ella es incompleta o no
reúne los elementos necesarios para poder determinar la
suficiencia del pago. A su turno, la consignación,
comprende dos operaciones, el depósito de lo debido y la
calificación de la consignación, a fin de determinar la
eficacia del pago efectuado de ese modo.

Esta figura es de aquellos procedimientos no contenciosos


o gestiones voluntarias, de manera que su aprobación por
resolución judicial solo produce los efectos de pago y de
cosa juzgada relativa. De manera que, si el monto pagado
por consignación es inferior al total adeudado, la resolución
dictada no extingue la totalidad de la acreencia.447

La coexistencia del juicio ejecutivo y del pago por


consignación presenta modalidades especiales en virtud de
lo cual, en determinadas circunstancias, la excepción
de litispendencia puede prosperar basada en la existencia
de una consignación. Para que ello sea posible requiere
que la consignación posea la necesaria seriedad y no
constituya un recurso para retardar la ejecución; que la
gestión por consignación se haya notificado con
anterioridad al requerimiento de pago y que la suma
depositada cubra el crédito reclamado por el ejecutante.

Ahora, tratándose de los créditos sujetos a una cláusula


de aceleración, el ejecutado puede ponerse al día en el
pago de la deuda en forma previa al requerimiento de pago,
puesto que con la presentación de la demanda el acreedor
manifiesta únicamente su voluntad de acelerar el crédito,
determinando el momento en que esa aceleración se
producirá, pero no puede ser obstáculo para que el
ejecutado pueda ponerse al día en el pago de la deuda y
evitar de este modo el cobro del total del crédito. En este
sentido, se ha resuelto "Este tipo de cláusulas si bien
buscan dar seguridad para el cobro del crédito, deben ser
usadas razonablemente; no hay razón para permitir el
vencimiento del total del cobro de un crédito, por aplicación
de una cláusula de este tipo, cuando el deudor está al día
en el pago de sus cuotas".448 Por lo demás, ello se condice
con el principio de buena fe que rige las relaciones
contractuales. Sin embargo, no se trata de un tema
pacífico.449

(iv) Efectos

Si se hace lugar a la excepción de litispendencia, deberá


ordenarse el archivo del juicio iniciado con posterioridad.

Si se ha fundado en un juicio de consignación notificado


con anterioridad al requerimiento de pago, no corresponde
ordenar la acumulación de ambos procesos, sino que habrá
de suspenderse el pronunciamiento de la sentencia en el
juicio ejecutivo hasta que se resuelva la consignación.450

a.4) La ineptitud del libelo

(i) Definiciones y ámbito de aplicación

El artículo 464 numeral 4 contempla la ineptitud del libelo


por falta de algún requisito legal en el modo de formular la
demanda, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 254
del Código de Procedimiento Civil.

Inepto significa que sea mal formulada, ininteligible o vaga


respecto de las personas o de la causa de pedir o de la
cosa pedida.451

Esta excepción está referida exclusivamente a la ausencia


de los requisitos señalados en el artículo 254 del Código de
Procedimiento Civil, y no a la falta de formalidades
contempladas en otros textos legales, como es el caso del
patrocinio que se exige en la Ley Nº 18.120. De este modo,
la demanda será inepta cuando le falte cualquiera de los
requisitos que señala el artículo 254 del Código de
Procedimiento Civil, vale decir: a) La designación del
tribunal ante quien se entabla; b) El nombre, domicilio y
profesión u oficio del demandante y de las personas que lo
representen, y la naturaleza de la representación; c) El
nombre, domicilio yprofesión u oficio del demandado; d) La
exposición clara de los hechos y fundamentos de derecho
en que se apoya, y e) La enunciación precisa y clara,
consignada en la conclusión, de las peticiones que se
sometan al fallo del tribunal. De modo que si lo que le falta
son requisitos exigidos en otras disposiciones legales, la
demanda no será inepta.

Tratándose de los tres primeros requisitos contemplados


en la norma aludida, el juez de oficio puede no dar curso a
la demanda, en tanto el demandante no corrija los defectos
de que adolece el libelo. Ahora, si el juez no advierte dicha
omisión, o si se ha infringido las exigencias contempladas
en los números cuarto o quinto del referido artículo 254,
será el ejecutado quien deberá oponer la excepción en
estudio.

Si bien el Nº 3 del artículo 254 del Código de


Procedimiento Civil, hace solo mención al nombre, domicilio
y profesión u oficio del demandado, sin señalar, como lo
hace el numeral inmediatamente anterior (Nº 2), la
individualización del o los representantes, no es menos
cierto que dicha exigencia es también aplicable al caso en
examen, como quiera que en ambas situaciones existe la
misma razón para requerir la concurrencia del supuesto en
comento. Así se ha entendido el profesor Mario Casarino
Viterbo, quién expresa: "Nada dice la ley en cuanto a la
individualización del representante del demandado, a
diferencia del número anterior; pero estimamos que, en
caso de que el demandado sea incapaz o tenga un
representante convencional, la individualización del
respectivo representante, se hace también
452
indispensable".

La exigencia de expresar profesión u oficio no resulta


aplicable a las personas jurídicas, sino que solo a sus
representantes, puesto que se trata de una formalidad que
por su naturaleza es de derecho estricto.

Se cumple la exigencia del Nº 3 del 254 del Código de


Procedimiento Civil con el hecho de expresar que ignora la
profesión de la ejecutada.

Cualquier error en la demanda ejecutiva debe ser


subsanado por el ejecutante con anterioridad a que se
efectúe el requerimiento de pago.453 En este sentido se ha
resuelto: "el error incurrido en la demanda, en cuanto en
ella se pide que se despache mandamiento de ejecución
por una suma distinta de la que realmente se debe, según
señala el pagaré, habiéndose ya opuesto la excepción del
Nº 4 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil por
la ejecutada, impide al actor hacer corrección alguna y, por
ende, solo le asiste el derecho de renovar su acción de
acuerdo con lo que norma el artículo 477 del Código de
Procedimiento Civil".454

La excepción sub examine será procedente en la medida


que se justifique en hechos graves o importantes; de modo
que no podrá fundarse en circunstancias irrelevantes o de
escasa significación.455 No cualquier defecto formal en el
modo de promover la demanda es suficiente para que
prospere la ineptitud del libelo, sino que este debe ser
trascendente. Esta trascendencia debe analizarse desde la
perspectiva del ejercicio de las garantías esenciales de
defensa en el juicio.456

Se ha estimado que son hechos graves que amerita


acoger la excepción de ineptitud del libelo los siguientes: si
no se indica cuáles son los dividendos impagos, ni se
precisa desde cuándo se ha dejado de pagar el crédito
otorgado a los deudores, aún en el evento que la demanda
se entienda complementada con el libelo que motivó la
gestión preparatoria de la ejecución;457 si se dirigió la
demanda conjuntamente en contra la curadora de la
herencia yacente quedada al fallecimiento del deudor y
además contra la heredera, con lo que se produce una
confusión respecto de la persona del demandado,
circunstancia que afecta a las personas desde que podría
afectar el derecho de defensa del demandado al no permitir
oponer excepciones adecuadamente.458Asimismo, se ha
considerado inepta la demanda, si se yerra por el actor en
el número de la cuota impaga, impidiendo con ello discernir
la oportunidad en la cual el actor imputa la morosidad del
ejecutado;459 y si en la demanda no se señala la
oportunidad en que el deudor se constituyó en mora.460

Por el contrario, se ha resuelto que carece de relevancia,


omitir en la demanda ejecutiva el monto del crédito
adeudado, si esto se puede desprender tanto de los montos
expresados en la demandada como de los documentos que
se acompañan;461 lo propio si en la parte expositiva de la
demanda se consigna una cifra diferente a la señalada en la
parte petitoria si se tiene en consideración que la cifra se
encuentra claramente establecida en el pagaré suscrito por
el ejecutado y acompañado en la demanda;462 y si en el
petitorio de la demanda se incurre en error al señalar el
saldo insoluto si se considera que las cuotas pactadas para
el pago de la deuda, suman precisamente la cantidad que
corresponde al capital adeudado.463 De igual modo se ha
resuelto que es improcedente esta excepción, si en la
demanda ejecutiva se omitió pedir que se siga adelante la
ejecución, máxime si el ejecutado pudo comprender su
contenido y el procedimiento al cuál se encuentra
sometido;464 y si se incurrió en un error formal en el
contenido de suma de escrito.465

En esta línea no debe perderse de vista que el fin último


que tiene la excepción de ineptitud del libelo es el
resguardo del derecho de defensa, de modo que si el
ejecutado opone alguna excepción a la ejecución, su
derecho a quedado salvaguardado aun cuando la demanda
pudiere considerarse de algún modo inepta.466

Si en la preparación de vía ejecutiva se cumple con todos


los requisitos del artículo 254 del Código de Procedimiento
Civil, no es rigor que vuelva a expresarlos en la demanda
ejecutiva.467 Se ha resuelto que el escrito destinado a
preparar la vía ejecutiva debe considerarse como parte
integrante de la demanda, e indicándose en él el domicilio,
profesión y nombre de las partes, es inaceptable la
excepción de ineptitud del libelo fundada en que el escrito
en que se pide el mandamiento de embargo no contiene
esas designaciones.468 No obstante, la jurisprudencia no es
uniforme en tal sentido, de modo que para evitar toda
dificultad, es conveniente individualizar a las partes no solo
en el escrito en que se prepara la vía ejecutiva, sino
también en la demanda que le siga.

La excepción de ineptitud de libelo suele no ser recibida a


prueba, por cuanto se estima que se trata de un vicio que,
de existir, es constatable únicamente con la lectura del
libelo pretensor.

Resulta conveniente advertir ciertos resguardos que


debieran adoptarse al momento de oponer esta excepción a
la ejecución. Así, no resulta adecuado oponer la excepción
del numeral 4 conjuntamente con otras excepciones, pues
de tal contexto fluiría que el libelo fue claramente
comprendido por el ejecutado, o sea, no le fue ni difuso ni
incomprensible, desde que llegó a oponer en contra de la
ejecución otras excepciones en forma conjunta. Lo propio si
la opone en subsidio de otra, desde que malamente puede
decirse de inepto a un libelo que primitivamente fue
entendido y respecto del cual se dedujo una excepción,
máxime si es una perentoria. Lo adecuado sería oponer las
perentorias en subsidio de la dilatoria de ineptitud del libelo.
En tanto que las excepciones formales interpuestas
conjuntamente no generan mayor incompatibilidad.

Finalmente se debe indicar que si el tribunal acepta la


excepción dilatoria de ineptitud del libelo, el sentenciador no
podrá emitir pronunciamiento sobre las excepciones que
refieren al fondo de la cuestión debida, puesto que para que
exista juicio es necesaria una demanda válida, y no lo será
si la demanda que es la base del litigio se declara
inepta.469 De ahí la advertencia hecha en el párrafo que
antecede.

b) Excepciones perentorias

b.1) El beneficio de excusión o la caducidad de la fianza

(i) Definiciones y ámbito de aplicación


Esta excepción se contempla en el numeral 5 del artículo
464 del Código de Procedimiento Civil. Se trata de 2
excepciones diferentes.

(i.1) El beneficio de excusión

El beneficio de excusión es el derecho que le asiste al


fiador, para exigir que antes de proceder en su contra, se
persiga la deuda en los bienes del deudor principal, y en las
hipotecas o prendas prestadas por este para seguridad de
la misma deuda. La excusión solo tiene por objeto acreditar
que el deudor no puede cumplir ni cumplirá la obligación.
En otros términos, es un beneficio y no un derecho que
impida el ejercicio de la acción del acreedor.

Si el fiador en definitiva tiene que satisfacer la obligación


del deudor, solo se le concede el beneficio de excusión,
como una gracia especial, difiriendo el cumplimiento de ella,
en virtud de que el principal obligado es solvente.

Para que el fiador pueda aprovecharse del beneficio de


excusión, debe oponerlo al acreedor luego de que éste le
requiera de pago, debiendo señalar bienes del deudor
principal realizables dentro del territorio nacional y
suficiente, para cubrir el importe de la deuda.

En opinión del profesor Quezada Meléndez, no se trataría


de una excepción dilatoria, porque no afecta a la corrección
del procedimiento, ni tampoco perentoria, porque no
persigue enervar la pretensión.470 El profesor Maturana
Miquel, en cambio estima que el beneficio de excusión es
una excepción dilatoria que retarda el inicio el juicio
respecto del sujeto pasivo, en caso de que tal beneficio sea
procedente.471
El beneficio de excusión es propio de la fianza simple. No
se da respecto del aval y codeudor solidario, quienes
responden en iguales términos que el deudor principal de
su obligación de pagar la deuda.472 En efecto, el avalista
debe responder del pago de la deuda en los mismos
términos que el deudor principal, ello en conformidad con lo
dispuesto en el artículo 1514 del Código Civil. Tampoco
alcanza al tercer poseedor de la finca hipotecada.473

Para gozar del beneficio de excusión, según lo dispone el


artículo 2358 del Código Civil, son necesarias las siguientes
condiciones:

a.- Que no se haya renunciado expresamente.

b.- Que el fiador no se haya obligado como codeudor


solidario.

c.- Que la obligación principal produzca acción.

d.- Que la fianza no haya sido ordenada por el juez.

e.- Que se oponga el beneficio luego que sea requerido el


fiador; salvo que el deudor al tiempo del requerimiento no
tenga bienes y después los adquiera.

f.- Que se señalen al acreedor los bienes del deudor


principal (artículo 2358 del Código Civil).

Si el beneficio de excusión prospera, deberá decretarse el


alzamiento del embargo recaído en los bienes del fiador,
pudiendo pedir el acreedor que la ejecución se extienda al
deudor principal.

Si el ejecutado se obligó como avalista, vale decir,


garantizando en todo o en parte el pago de la deuda, debe
responder del pago de la deuda en los mismos términos
que el deudor principal, ello en conformidad con lo
dispuesto en el artículo 1514 del Código Civil, razón por la
cual no podría otorgarse a su respecto el beneficio de
excusión. Por lo demás el beneficio de excusión opera solo
a favor del fiador, más no del avalista.

(i.2) Caducidad de la fianza

A su turno, la caducidad de la fianza se refiere a


cualquiera de los modos de extinción establecidos en los
artículos 2381 y 2382 del Código Civil y solo puede ser
opuesta por el fiador, no por el afianzado.474

Si el fiador se constituye en calidad de fiador y codeudor


solidario de todas las obligaciones contraídas por el deudor
afianzado, el beneficio de excusión y la caducidad de fianza
no surte efecto, pudiendo el acreedor dirigirse directamente
en contra del fiador.

b.2) La falsedad del título

(i) Definiciones y ámbito de aplicación

Esta excepción se contempla en el numeral 6 del artículo


464 del Código de Procedimiento Civil.

Un título es falso cuando no es auténtico, vale decir,


cuando no ha sido realmente otorgado y autorizado por las
personas y de la manera que en el título se expresa, razón
por la cual para que pueda calificarse de falso un título, se
hace necesario que haya habido suplantación de personas
o que se hayan hecho adulteraciones que hagan cambiar
su naturaleza, es decir, que concurran falsedades
materiales.475 La falsedad ideológica no puede ser argüida
en el juicio ejecutivo, sin perjuicio de la acción que le queda
reservada al ejecutado por la vía del juicio ordinario. 476 Se
trata en el fondo de la concurrencia de las situaciones a que
aluden los artículos 17 inciso segundo y 704 Nº 1 del
Código Civil.

Esta excepción en el juicio ejecutivo alude a la falsificación


o adulteración de algunos de los requisitos extrínsecos del
título; se refiere a la adulteración que presenta el
documento en los requisitos formales que debe ostentar
para que proceda la acción ejecutiva.477

De este modo, el título será falso en dos situaciones: a)


cuando haya habido suplantación de personas y, b) cuando
haya habido alteraciones o adulteraciones en el título.

Esta falsificación o adulteración puede cometerse en todo,


o en parte, del documento presentado como título ejecutivo.
La adulteración material del documento puede ser absoluta,
cuando la firma no pertenece a quien se le atribuye y
relativa cuando existen agregados, supresiones,
modificaciones, enmendaduras, raspados, lavados,
sobrelineados o agregados que provoquen la mutación de
fechas, guarismos, etc. La determinación de la falsedad del
título es una cuestión de hecho radicada a los jueces del
fondo, sin que pueda ser revisada por el tribunal de
casación.478 Ahora, si la propia ley o incluso las partes han
permitido completar el título ejecutivo, no puede importar
adulteración material el llenado de los espacios vacíos,
pues desde que el título fue firmado por el deudor se le ha
conferido al acreedor una especie de mandato tácito para
proceder a su llenado. Cuestión distinta será si el llenado lo
es fuera del marco convenido.

En el proceso ejecutivo no puede discutirse la validez de


la relación sustancial; a través de ella no puede discutirse
aspectos causales de la obligación, por ello la falsedad no
puede comprender las irregularidades que hayan afectado
el proceso de formación del título. En efecto, esta excepción
mira a la autenticidad del instrumento que sirve de base a la
ejecución y no a su ineficacia por razones de orden jurídico,
la cual es materia de otras excepciones.479 De este modo,
es inadmisible la excepción de falsedad que se funde en
hechos que no se refieren a la veracidad o autenticidad del
título, sino a la legalidad de la obligación. 480 Esto es así
porque el juicio ejecutivo no tiene por objeto la declaración
de derechos, sino la ejecución de un derecho declarado o
reconocido en el título que se ejecuta.481

El ejecutado tiene que pronunciarse categóricamente


sobre la adulteración o falsificación del documento, sin que
sea suficiente la mera invocación de la misma; 482 estando a
su cargo la prueba manifiesta de la falsificación
denunciada.483

Para que pueda decirse que hay verdaderamente


adulteraciones en un documento, a los efectos de la
procedencia de la excepción de falsedad de título, es
necesario que las modificaciones que se manifiestan
introducidas en el texto auténtico del mismo tengan
trascendencia jurídica en perjuicio de la parte a quien se
opone. Nuestra jurisprudencia habla de "hechos materiales
de magnitud suficiente para cambiar la naturaleza del
título".484 Así, por ejemplo, la excepción de falsedad de título
debiera desestimarse en tanto las adulteraciones se
refieran a atestaciones insertas en el margen superior
derecho del instrumento, fuera del cuerpo documental,
apareciendo como una simple constancia indicativa,
desprovista de eficacia cambiaria. Lo propio si su
fundamento radica en la falta de concordancia entre las
sumas escritas en letras y números, como las faltas
ortográficas en la cantidad escrita en letras; 485 o la simple
alegación de que la cuenta corriente no se encontraba
cerrada a la fecha de suscripción del pagaré.486

Sobre el excepcionante pesa la carga de probar la


falsedad alegada atendida la presunción favorable al
ejecutante que surge del título ejecutivo.487

Cuando el título ejecutivo es un instrumento público, tal


como la escritura pública, hace plena prueba y como
documento público se reputa auténtico mientras no se
pruebe lo contrario. De manera que quien presenta un
instrumento público o auténtico en apoyo de su demanda,
no está obligado a justificar la verdad del mismo
instrumento, sino que la parte que pretende que es falso
debe acreditarlo.

Se debe agregar que el reconocimiento de la firma de un


documento, formulado en la etapa preparatoria del juicio
ejecutivo, no impide oponer la excepción de falsedad,
desde que se encuentra expresamente contemplada en el
Nº 6 del artículo 464 del Código de Enjuiciamiento
Civil;488 más aún si lo que se impugna es el contenido del
documento. Lo que es aplicable al supuesto de
reconocimiento ficto de la firma, operado en virtud de la
incomparecencia del demandado o de sus respuestas
evasiva o dubitativa. Sin embargo, en contrario se ha
resuelto que es improcedente la excepción de falsedad del
título opuesta en un juicio ejecutivo iniciado con una letra de
cambio, cuyo protesto fue puesto en conocimiento del
deudor en la preparación de la vía ejecutiva, sin que el
obligado dedujera oportunamente tacha de falsedad. 489 Lo
propio, si en la gestión de preparación de la vía ejecutiva el
deudor citado no comparece y se da por reconocida su
firma en rebeldía.490

La excepción de falsedad del título es incompatible con la


de pago, puesto que esta última importa un reconocimiento
implícito de la obligación a la que se tilda de falsa. 491 La
limitación cognoscitiva antes enunciada, torna
objetivamente incongruente atribuir falsedad al título e
invocar —simultáneamente— que ha sido pagado. Por otro
lado, la falsedad ideológica (abuso de firma en blanco) no
es debatible a través de esta excepción, pues la falsedad
del título, como se dijo, está vinculada exclusivamente con
los vicios extrínsecos del título, es decir, su contenido
visible, quedando fuera de su ámbito cognoscitivo la
existencia, ilegitimidad o falsedad de la causa
obligacional.492

b.3) La insuficiencia del título

(i) Definiciones y ámbito de aplicación

El numeral 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento


Civil, contempla la excepción de la falta de alguno de los
requisitos o condiciones establecidos por las leyes para que
dicho título tenga fuerza ejecutiva, sea absolutamente, sea
con relación al demandado.493 Esta excepción es una
defensa en la que se encuadran todas las impugnaciones
que importan un cuestionamiento concreto respecto de
algunos de los presupuesto esenciales del proceso
ejecutivo, sin cuya concurrencia no existiría título hábil o
este no sería tal.494

Procede cuando se cuestiona la idoneidad jurídica del


título que sirve de base a la ejecución, sea porque no está
contemplado entre los enumerados por la ley, porque
carece de los requisitos a que esta supedita su fuerza
ejecutiva —existencia de suma líquida, determinada y
exigible— o porque el demandado no goza de legitimación
procesal, vale decir, no figura en el título como
deudor.495 De este modo, la ineficacia del título puede ser
absoluta o relativa. Es absoluta cuando se refiere al título
mismo, como si el título consistiera en una copia no
autorizada de escritura pública;496o se persigue el cobro de
una obligación sujeta a condición. 497Es relativa, cuando el
título cumple sus condiciones legales, pero no afecta al
ejecutado, como si se le ejecutara como heredero y no ha
aceptado la herencia.498

Su planteo debe limitarse a las formas extrínsecas del


título, sin que se pueda discutir la legitimidad de la causa,
ya que la solución contraria implicaría desvirtuar la
naturaleza sumaria del juicio ejecutivo y supeditar la
pretensión que constituye objeto de este a contingencias
probatorios que debe ser materia de un procedimiento
declarativo. Así, entonces, no deben tratarse bajo esta
excepción las cuestiones que exceden el análisis de la
aptitud ejecutiva del título, tal como la nulidad, lesión
enorme, imprevisión, abuso del derecho o la buena o mala
fe del ejecutante. De este modo, resultan impertinentes las
alegaciones que pretendan basar tal defensa en
circunstancias que sean ajenas al instrumento en que el
ejecutante respalda su acción y conforme al cual se instruyó
el procedimiento ejecutivo propiamente tal. 499 Así mismo, se
ha declarado improcedente la excepción en estudio cuando
el pagaré es título ejecutivo y acreedor cuenta con mandato
para llenar espacios en blanco y autorizar firma de
suscriptor;500 cuando no se acompañe a la demanda
ejecutiva de mutuo hipotecario la tabla de desarrollo de la
deuda.501
Por el contrario, será atingente a la excepción de
insuficiencia del título, la alegación de ausencia de mora;
cuando el título que sirve de base a la ejecución no se
basta a sí mismo para deducir la acción ejecutiva, por no
contener ni fecha ni un monto determinado; 502 si el
promitente comprador no ha pagado la totalidad del precio
pactado;503 si el cheque presentado a cobro fue entregado
en garantía de un contrato de compraventa, sin fecha y
existiendo controversia respecto al incumplidor del contrato
en cuestión;504 si el ejecutante incumple su obligación, no
puede tenerse por constituido el título; 505 si el cheque que
ha servido de fundamento a la ejecución no ha sido firmado
por los dos administradores de la sociedad titular de la
cuenta corriente bancaria, según lo exige su estatuto
social;506 y para el caso del pagare cuando no se acredite la
personería de quien lo firma.507

Por último, se debe indicar que es incompatible la


excepción de insuficiencia del título con la de pago, toda
vez que si el título ha sido pagado —aun parcialmente— es
porque el deudor consideró que constaba la existencia de
una obligación líquida y exigible, por lo que mal puede
decirse que es inhábil. Lo propio con la excepción de
compensación.

(ii) Cobro del impuesto de timbres y estampillas

Usualmente se opone a la ejecución la excepción de


insuficiencia del título fundado en que no se ha acreditado
que se haya pagado el impuesto de la Ley de Timbres y
Estampillas, a que se encuentran obligadas las operaciones
de que dan cuenta los pagarés. Sin embargo, los
documentos que se emitan válidamente, cumpliendo las
exigencias legales de los artículos 15, 17 y 18 del Decreto
Ley Nº 3.475 de 1980 y las instrucciones del Servicio de
Impuestos Internos, Circular Nº 72, de 8 de octubre de
1980, en cuanto a consignar una leyenda relativa al pago
del impuesto en Tesorería, quedan incluidos en la situación
de beneficio del inciso segundo del artículo 26 del Decreto
Ley Nº 3.475, esto es, con mérito ejecutivo suficiente y
plenitud de eficacia que las leyes conceden. De este modo,
los litigantes que hagan valer títulos de crédito cuyo
impuesto se cancela por ingresos de dinero en Tesorería y
que cumplan con las exigencias señaladas en la ley y por el
Servicio de Impuestos Internos, quedan relevados de
comprobar este pago, recayendo la carga en la contraparte
que niegue este hecho.508 509
-

Cabe señalar que las reprogramaciones de deuda no


constituyen títulos de crédito y, por tanto, no se encuentran
afectas al pago del impuesto de timbres y estampillas si se
dejó constancia de que dicho impuesto fue pagado al
contraer la obligación original.510

(iii) La insuficiencia del título y la prescripción de la acción

El ejecutado no puede fundamentar la insuficiencia del


título en la prescripción de la acción o de la deuda, desde
que la excepción del numeral 7 del artículo 464 del Código
de Procedimiento Civil solo mira el título mismo, tanto en su
esencia como en sus formalidades externas. Si en concepto
del ejecutado la acción esta prescrita, debe alegar la
prescripción invocando el Nº 17 del artículo 464 del Código
de Procedimiento Civil, excepción independiente y distinta a
la de inhabilidad del título.511

b.4) El exceso de avalúo

(i) Definiciones y ámbito de aplicación


Esta excepción contemplada en el numeral 8 del artículo
464 del Código de Procedimiento Civil, podrá oponerla el
ejecutado cuando haya sido necesario avaluar la cosa
debida para iniciar la ejecución. Ello técnicamente es
conducente solo en las situaciones de los números 2 y 3 del
artículo 438 del Código de Procedimiento Civil, a saber:

a) Cuando se ha realizado la gestión previa de avaluación


pericial en los casos que la ejecución recaiga sobre el valor
de la especie debida que no existe en poder del deudor. Si
la cosa debida perece por culpa del deudor, este es
obligado al pago de su valor, para ello es necesario avaluar,
previamente el objeto debido.

b) Cuando recae sobre una cantidad de un género


determinado que no sea dinero. V.gr., 1 tonelada de
tomates, 1.000 m  de madera de roble, 100 botellas de vino
3

"Viña Carrizal de Nacimiento", etc. No interesa que se trate


de cosas fungibles o infungibles las que integran ese
género.512

Ergo, si la ejecución recae sobre una suma líquida de


dinero, no procederá esta excepción. Así, no podría el
ejecutado fundamentar esta excepción en un error de
cálculo aritmético en que se habría incurrido al determinar
la suma demandada, teniendo presente la aceleración
pactada respecto al total del crédito; que la suma adeudada
sería inferior; o que se ha aplicado una tasa de interés que
no corresponde a la pactada. En todos estos ejemplos no
cabe duda que la ejecución recae sobre una suma líquida
de dinero.

En las dos hipótesis señaladas del Nº 2 y Nº 3 del artículo


438 del Código adjetivo, es necesario atribuir a esas cosas,
sea el cuerpo cierto debido o los individuos del género, un
determinado valor, pues por ese monto se despachará el
mandamiento de ejecución y embargo, y para ello la ley
señala que debe recurrirse al dictamen de un perito
nombrado por el juez de la causa.513

Si el ejecutado estima que el avaluó efectuado por el


perito es excesivo, puede oponer esta excepción.

Esta excepción solo puede oponerse cuando las gestiones


de avalúo ha sido hecho sin intervención del ejecutado,
pues si este ha intervenido ha debido reclamar en su
oportunidad del exceso de avalúo, de lo contrario se
entenderá que aceptó el avalúo.514 De igual modo, no
procede en caso de que el avalúo haya sido hecho por las
partes en el contrato ni tampoco si ha sido hecho por otra
autoridad que no sea la autoridad judicial.515

Por otro lado, debe acogerse la excepción de exceso de


avalúo si el ejecutante confiesa haber pedido, por un error,
que se despachara mandamiento de embargo por una
cantidad superior a la adeudada.516

Finalmente, constituye una carga del ejecutado acreditar


la falta de correspondencia entre lo adeudado y lo
reclamado.517

b.5) El pago de la deuda

(i) Definiciones y ámbito de aplicación

Esta excepción se contempla en el numeral 9 del artículo


464 del Código de Procedimiento Civil.

De acuerdo al artículo 1568 del Código Civil, el pago


efectivo es "la prestación de lo que se debe". "En su
acepción jurídica, el pago efectivo es el cumplimiento de la
prestación convenida, en la forma en que ella fue estipulada
por las partes, y como la prestación puede consistir en un
dar, hacer o no hacer, se deberá dar la cosa debida,
ejecutar el hecho prometido o abstenerse del hecho
prohibido".518

El pago es, por excelencia, el hecho extintivo que cancela


la deuda y, con ella, la acción ejecutiva. 519Se rige por los
principios del derecho común contenido en el Título XIV del
Libro IV del Código Civil.

El pago al que se refiere el artículo 1568 del Código Civil,


único que permite la terminación de la ejecución, es de la
totalidad de lo que se adeude. La prestación de una parte
de lo debido no soluciona la obligación, pues el pago parcial
de ella no puede significar ni producir los efectos jurídicos
que el cumplimiento total de la misma.520

Se ha resuelto que la consignación hecha por el deudor


para que en ella se trabe el embargo no importa el pago de
la deuda ni autoriza para oponer esta excepción;521 si el
acreedor acepta el pago de lo adeudado a través de otra
forma indirecta, como por ejemplo la transacción, debe
desestimarse el juicio ejecutivo de la obligación de
dar;522procede la excepción de pago fundada en la solución
que ha hecho el deudor a un tercero, acreedor de su
acreedor, aunque no haya sido autorizado para ello por
éste;523 lo propio si el ejecutado acredita que el pago fue
realizado anteriormente, en otro procedimiento de similar
naturaleza orientado a liquidar idéntica deuda, pues la
liquidez del título justificativo de la ejecución resulta
insuficiente;524 la alegación del pago no equivale a confesar
que el título reúne los requisitos para tener fuerza
ejecutiva;525 y, no puede el ejecutado señalar que pagó
parcialmente la deuda contraída y luego oponer la
excepción de pago total, ello atenta con la teoría de los
actos propios.526

(ii) Prueba del pago

La prueba del pago corresponde al deudor, de acuerdo a


la regla general contenida en el artículo 1698 del Código
Civil.527 Para ello puede valerse de cualquier medio, con las
limitaciones propias de la prueba testimonial. No podría, en
consecuencia, acreditar por testigos el pago de una
obligación superior a dos unidades tributarias, salvo los
casos de excepción de imposibilidad de obtener una prueba
por escrito, el principio de prueba por escrito y las normas
legales especiales, según los estatuyen los artículos 1711 y
2175 del Código Civil.

La forma más usual de probar el cumplimiento será


mediante el correspondiente recibo o carta de pago a que
se refiere los artículos 119 del Código de Comercio y 54 de
la Ley Nº 18.092, y si bien el Código Civil omitió conceder al
deudor el derecho a exigirlo y al acreedor la correlativa
obligación de otorgarlo, ello no impide que el principio sea
en el Código Civil el mismo que en el Código de Comercio.
Ergo el recibo de pago, salvo indicación en contrario,
importa el pago total de la deuda o cuota a que se
refiere.528 No huelga insistir, las normas en comento solo
consagran el derecho del deudor que paga a exigir un
recibo del pago, sin que restrinjan la prueba del pago o
solución de la deuda a dicha constancia.529

Por último, la ley establece algunas presunciones de pago:

a) De acuerdo al inciso segundo del artículo 1595 del


Código Civil, el recibo que acredite el pago del capital hace
presumir el pago de los intereses. Lo propio tratándose de
operaciones de crédito de dinero, si el acreedor otorga
recibo del capital se presumen pagados los intereses, y el
reajuste en su caso, conforme el artículo 17 de la Ley
Nº 18.010, sobre operaciones de crédito de dinero.

b) Tratándose de las obligaciones que se traducen en


pagos periódicos, de acuerdo al artículo 1570 del Código
Civil, la carta de pago de tres períodos determinados y
consecutivos hará presumir los pagos de los anteriores
períodos, siempre que hayan debido efectuarse entre el
mismo acreedor y deudor. Una norma similar, se contempla
en el artículo 18 de la Ley Nº 18.010, sobre operaciones de
crédito de dinero. Con ello se evita al deudor tener que
guardar eternamente los recibos hasta que se cumplan los
plazos de prescripción, y por otra parte no es lógico concluir
que el acreedor reciba sin reclamos los pagos posteriores,
si se le adeudan algunos anteriores.530

c) Finiquito de una cuenta. De acuerdo al artículo 120 del


Código de Comercio, el finiquito de una cuenta hará
presumir el de las anteriores cuando el comerciante que lo
ha dado arregla sus cuentas en períodos fijos.

Se trata de presunciones de carácter simplemente legal.

(iii) El pago parcial

El pago parcial no impide la ejecución, sino que solo


reduce el monto de la obligación, lo que se debe alegar en
el momento de la liquidación, eliminando las costas
proporcionalmente.531Si solo se acepta la excepción de
pago parcial, la ejecución queda extinguida con respecto a
la cantidad cubierta con ese pago parcial, pero subsiste en
todo lo demás hasta que el acreedor obtenga la cancelación
total de la obligación que demanda, por lo cual la sentencia
no puede negar que se siga adelante la ejecución hasta
obtener el saldo insoluto.532

(iv) Efectos del pago atendido su oportunidad

(iv.1) Pago efectuado antes del requerimiento de pago

Si el ejecutado paga las cuotas pendientes antes de la


notificación de la demanda, procede la excepción de
pago.533 En efecto, si el deudor se pone al día en la etapa
de mero retardo —después de que la obligación se hiciera
exigible y antes del requerimiento o interpelación del
acreedor—, resulta pertinente la interposición de la
excepción de pago, por haberse verificado la prestación de
lo debido.534 Inclusive la eficacia de la cláusula de
aceleración queda condicionada a que el deudor no haya
solucionado las cuotas vencidas a la fecha de notificación
de la demanda, pues si lo ha hecho, no se configura la
mora que autorizaría exigir anticipadamente el pago de las
cuotas futuras. En este sentido se ha resuelto "le regla que
esta Corte ha sostenido, por la cual entiende que la
aceleración se produce al momento en que se presente la
demanda, sólo tiene por finalidad determinar el momento en
que esa aceleración se producirá, pero no puede ser un
obstáculo, para impedir a la ejecutada ponerse el día y con
ello evitar el cobro del total del crédito. Este tipo de
cláusulas si bien buscan dar seguridad para el cobro del
crédito, deben ser usadas razonablemente; no hay razón
para permitir el vencimiento del total del cobro de un
crédito, por aplicación de una cláusula de este tipo, cuando
el deudor está al día en el pago de sus cuotas". 535 Se trata
de un tema no pacífico, en sentido contrario se ha resuelto
que si se trata de un título ejecutivo que contiene cláusula
de aceleración y la obligación es acelerada por la
presentación de demanda, aun cuando el deudor pague las
cuotas morosas antes de la notificación y requerimiento de
pago, se hace exigible toda la obligación, puesto que al
operar la aceleración el deudor caerá en mora en el pago
de toda su deuda;536 de modo que los pagos realizados una
vez acelerada la deuda, solo pueden considerarse como
abonos o pagos parciales a la misma.537

Si las cuotas insolutas son pagadas después de


presentada la demanda ejecutiva, pero antes de la
notificación y requerimiento de pago, el pago debe
comprender las costas establecidas en el mandamiento del
cuaderno de apremio para que sea procedente la excepción
de pago total de la deuda.538

(iv.2) Pago efectuado después del requerimiento de pago

El pago de la deuda, realizado con posterioridad al


requerimiento de pago, no debe ser considerado como
motivo de oposición a la ejecución, al ser exponente de una
conducta solutoria que reconoce así la deuda reclamada.
No obstante, habrá de ser considerara para efectos de la
liquidación del crédito.539 Lo dicho no obsta al derecho que
tiene el deudor para liberar los bienes embargados,
pagando la deuda y las costas, según lo permite el artículo
490 del Código de procedimiento Civil.

(v) Pago efectuado por un tercero

Si el pago total de la deuda se realiza por un tercero,


igualmente debe admitirse la excepción de pago opuesta
por el ejecutado.540

(vi) Proporción en que deben asumir los codeudores


solidarios si uno de ellos pagó la totalidad de la deuda
Con arreglo a lo establecido en el artículo 1522 del Código
Civil, se debe distinguir:

1.- Si el negocio para el cual se contrajo la obligación


solidaria interesaba a todos los deudores. En esta hipótesis
todos ellos deben concurrir a soportar el pago definitivo de
la obligación, y en consecuencia la obligación se
prorrateará entre todos ellos en la proporción que
corresponda; y el deudor que haya pagado tiene acción
contra cada uno de ellos. En esta situación la obligación se
divide entre todos los deudores en la forma señalada en el
contrato; o, si no hay convención, la deuda se divide entre
todos ellos por partes iguales, porque se presume que
cuando hay varias personas obligadas todas ellas reportan
el mismo interés.541

2.- Si el negocio para el cual se contrajo la obligación


solidaria solo interesaba a uno o alguno de los deudores.
En este caso serán estos responsables entre sí, según las
partes o cuotas que les correspondan en la deuda, y los
otros codeudores serán considerados como fiadores.

b.6) La remisión de la deuda

(i) Definiciones y ámbito de aplicación

Esta excepción se contempla en el numeral 10 del artículo


464 del Código de Procedimiento Civil.

La remisión de la deuda, denominado también


condonación, es un modo de extinguir las obligaciones
mediante el cual el acreedor renuncia a su derecho o
condona la deuda, con consentimiento del deudor. 542 Es un
modo no satisfactivo, puesto que nada recibe el acreedor
por su derecho renunciado.543Hecha y aceptada la renuncia,
la obligación queda extinguida.

Se encuentra reglamentado en los artículos 1567 Nº 4 y


1652, 1653 y 1654 del Código Civil. Está en todo sujeta a
las reglas de la donación entre vivos (artículo 1653 del
Código Civil), de modo que la remisión constituye una
donación, siendo alterada la regla general para la formación
del consentimiento, o sea, para que esta sea eficaz requiere
de la notificación de la aceptación de la oferta al donante.
Por ello si no medió la notificación de la aceptación, el
deudor no puede oponer como excepción la remisión a la
demanda del acreedor cobrando el crédito remitido.

La remisión es un concepto más circunscrito que la


renuncia. Esta se refiere a toda clase de derechos, en
cambio la remisión se vincula exclusivamente a los
derechos creditorios.544

Su efecto propio es poner término a la existencia del


crédito y sus accesorios, salvo, naturalmente, que el
acreedor limite en cualquier sentido la condonación.

La remisión también produce efectos en la solidaridad,


puesto que sí el acreedor remite a todos los deudores
solidarios, se extingue íntegramente la obligación. Si
condona a algunos de ellos, puede siempre cobrar la deuda
a cualquiera de los restantes, con rebaja de la parte
correspondiente al deudor a quien remitió la deuda, según
lo establece el artículo 1518 del Código Civil. 545 La
manifestación expresa es una exigencia para liberar a los
codeudores solidarios y no solo al deudor respecto de quien
se ha realizado la condonación.546
Al ejecutado procesalmente corresponde acreditar los
fundamentos fácticos de esta excepción. Para tal efecto
debe acompañar el documento del cual resulte en forma
inequívoca, que el acreedor ha remitido la deuda, total o
parcialmente. No resulta procedente la remisión tácita, dado
que con la demanda el actor debió acompañar el título
manifestando su intención de cobro.

b.7) La concesión de esperas o la prórroga en el plazo

(i) Definiciones y ámbito de aplicación

Esta excepción se contempla en el numeral 11 del artículo


464 del Código de Procedimiento Civil. Debe fundarse en la
existencia de un nuevo plazo otorgado al deudor, ya sea
unilateralmente por el acreedor o por un convenio celebrado
entre ambos.547

La concesión de espera implica la existencia de un nuevo


plazo concedido al deudor, unilateralmente por el acreedor,
para el cumplimiento de sus obligaciones. En tanto que la
prórroga del plazo, supone un acuerdo de voluntades entre
deudor y acreedor encaminado al mismo fin y, del cual se
desprende que se han establecido nuevas condiciones y/o
plazos para el pago de los créditos, por lo cual la deuda
existe pero ha sido prorrogada en el tiempo. 548 El acreedor
puede convenir una cláusula en que la prórroga pueda
llevarse a cabo con su sola voluntad.

La razón de esta excepción radica, en que de ser efectivos


los hechos que la harían procedente, la obligación se
encontraría en tal evento sometida a plazo y por lo mismo
no sería actualmente exigible, presupuesto de procedencia
de la ejecución, de conformidad al artículo 437 del Código
de Procedimiento Civil; si la obligación está sujeta a plazo,
ella no es actualmente exigible y no procede su
cumplimiento forzado.549

Tanto la espera como la prórroga tienen que haberse


concretado de forma tal por el acreedor, que permita al
deudor invocarlas en su favor de forma clara e indubitada.
La concesión de esperas o prórroga del plazo requiere una
voluntad expresa del acreedor en tal sentido. No basta la
simple promesa o que las partes hayan sostenido
conversaciones tendientes a ello, sino que es necesaria la
concreción del acuerdo.550 La conversación preliminar con el
objeto de estudiar y analizar eventual alternativa de pago de
deuda no constituye oferta.551 Lo propio con las simples
invitaciones a renegociar la deuda. En efecto, los diálogos
encaminados a buscar una solución a la deuda no trasuntan
una voluntad concreta del acreedor en cuanto a conceder
prórroga del plazo para su pago; de otro lado, si del
contenido de un texto que el acreedor remite a su deudor,
expresando de forma clara su voluntad de repactar la
deuda, constituirá precisamente una concesión de
esperas.552

Se ha declarado improcedente esta excepción si se funda


en el hecho que el pagaré admita meses sin
vencimiento;553 o si el acreedor acepta abonos parciales a
las cuotas del crédito.554

Los codeudores solidarios demandados no pueden oponer


al acreedor ejecutante el beneficio de esperas y prórrogas
conferido al deudor principal. El acreedor mantiene
simplemente su crédito en contra de aquellos, con las
características y exigibilidad original.555

Esta excepción es incompatible con la de prescripción


prevista en el Nº 17 del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil, puesto que la alegación de la
concesión de esperas o prórrogas importa un
reconocimiento de la deuda que se cobra y, por ende,
implica una renuncia tácita de la prescripción. En efecto, el
ejecutado no puede alegar que por ahora la obligación no
es exigible y por otro lado que está prescrita. 556 Por el
contrario, no existe incompatibilidad alguna con la
excepción de pago parcial.557

El éxito de la excepción requiere que la convención surja


de un documento emanado del acreedor, y que la
concesión del plazo encuentre estipulado de modo preciso
y claro. Por lo que, la mera presentación del deudor para
obtener el otorgamiento de una espera resulta insuficiente a
los efectos de tornar procedente la citada defensa.

Por último, conforme al artículo 1698 del Código Civil


corresponde al ejecutado acreditar la efectividad de las
prórrogas o esperas concedidas.558 En este sentido, se ha
resuelto "No puede entonces colegirse su existencia sólo
por lo aseverado por dos testigos, sin que a lo menos exista
otro medio de prueba idóneo que refrende lo expuesto,
máxime cuando la excepción alegada no se condice con lo
obrado por el actor durante la secuela del juicio, por cuanto
desde su génesis instó por perseguir la totalidad del monto
adeudado e incluso haciendo efectiva la cláusula de
aceleración contenida en el pagaré que sirve de sustento a
la ejecución, perdiendo sustento los argumentos vertidos
por el recurrente".559

En este punto, especial cuidado debe tenerse con la


calificación jurídica del negocio y las limitaciones
probatorias, de suerte que, si la obligación adquirida por la
ejecutada corresponde calificarla de acto de comercio,
conforme al artículo 3º del Código de Comercio, la prueba
de testigos sería admisible al tenor del artículo 128 del
mismo cuerpo legal.

b.8) La novación

(i) Definiciones y ámbito de aplicación

Esta excepción se contempla en el numeral 12 del artículo


464 del Código de Procedimiento Civil.

La novación es un modo de extinción de las obligaciones


que se encuentra reglamentado en el Código Civil y
consiste en la sustitución de una por otra de ellas, en virtud
de la cual la primitiva queda extinguida. No hay novación si
no hay sustitución de una obligación a otra anterior. La
segunda obligación nacida de la novación, debe ser
diferente de la primitiva. Si no fuera así, la pretendida
novación sería un acto que tan solo confirma la obligación
anterior.560 Así, por ejemplo, no podría fundarse esta
excepción en el hecho que los cheques que se cobran
ejecutivamente fueron cambiados por otros, pues con ello
reconoce en forma tácita que dichos documentos no fueron
pagados, por lo que cobraría aplicación lo dispuesto en el
artículo 37 de la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y
Cheques, que indica que el cheque girado en pago de
obligaciones, no produce la novación de estas cuando no
es pagado. Lo propio si el nuevo título trata de una misma
obligación que se prolonga en el tiempo en cuanto a su
vigencia.

Para la concurrencia de esta excepción se requiere la


verificación de cuatro presupuestos fundamentales: a)
sustitución de una obligación válida que se extingue por una
nueva que nace, también válida; b) que entre la obligación
extinguida y la nacida, existan diferencias fundamentales o
sustanciales; c) capacidad de las partes para novar, y d)
intención de novar (animus novandi).

Para determinar si el acuerdo entre las partes constituye o


no una novación de la deuda debe estarse a lo que las
partes pactaron y no al nombre que le dieron al acuerdo.561

Por disposición del artículo 1634 del Código Civil, para


que exista novación es requisito sine qua nonque las partes
lo estipulen expresamente, o aparezca indudablemente que
su intención ha sido novar, en cuanto la nueva obligación
envuelva o signifique la extinción de la antigua.562

Así mismo, para que haya novación la variación debe ser


esencial, sin que esta pueda concebirse si la obligación que
se extingue y la que nace no son marcadamente diferentes,
de modo sustantivo. De ahí que la sustitución de los
elementos accidentales de una obligación, como las
modalidades, en ningún caso significa novación porque no
varía un elemento esencial de aquella.563 Lo propio si no
varía la cantidad entregada en mutuo, sino que solo las
modalidades de esta; la mera ampliación de plazo de una
deuda;564 el Anexo de Reconocimiento de deuda;565 y la
suscripción de una letra de cambio o de un pagaré que
facilita o garantiza la obligación.566

De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 1649 del


Código Civil, la prórroga del plazo no constituye novación y
tampoco nace una nueva obligación sino que esta subsiste
con las consecuencias que el aludido precepto señala. Se
ha resuelto que la mera ampliación del plazo de una deuda
no constituye novación, pero pone fin a la responsabilidad
de los fiadores y extingue las prendas e hipotecas
constituidas sobre otros bienes que los del deudor; salvo
que los fiadores o los dueños de las cosas empeñadas o
hipotecadas accedan expresamente a la ampliación. La
razón de ser de este precepto radica en que la ampliación
del plazo estipulado para el cumplimiento de la obligación
no afecta la esencia de esta, esto es, no importa una
substitución o transformación de la obligación misma, sino
una simple facilidad otorgada al deudor para su ejecución,
lo contrario importaría un agravación de la responsabilidad
de los fiadores y una prolongación de la garantía que las
prendas e hipotecas suministran. En efecto, no resulta justo
prolongar el tiempo en que el inmueble permanecerá sujeto
al gravamen, sino en cuanto el que otorgó la garantía
consienta en esa prolongación. Es por eso que la ley exige
que para que la hipoteca no se extinga, el deudor
hipotecario debe acceder expresamente a la ampliación a
menos que se trate de hipotecas constituidas con cláusula
de garantía general, en cuyo caso esta se extiende no solo
a esa obligación cuyo plazo ha sido extendido, sino también
a otras posteriores o futuras.567

Tratándose de la novación, la extinción de la obligación


primitiva lleva ineludiblemente a la extinción de sus
accesorios, incluso la solidaridad y se necesita una
manifestación expresa para mantener las obligaciones
accesorias o solidarias.568

Existen diferencias sustanciales entre la novación y


remisión, especialmente en sus efectos, puesto que,
mientras en el caso de la novación, la extinción de la
obligación primitiva lleva ineludiblemente a la extinción de
sus accesorios, incluso la solidaridad, se necesitará una
manifestación expresa para mantener las obligaciones
accesorias o solidarias; al contrario, en el caso de la
remisión, la manifestación expresa es una exigencia para
liberar a los codeudores solidarios y no solo al deudor
respecto de quien se ha realizado la condonación.569

b.9) La compensación

(i) Definiciones y ámbito de aplicación

Esta excepción se contempla en el numeral 13 del artículo


464 del Código de Procedimiento Civil.

La excepción de compensación es otro modo de extinguir


las obligaciones, se encuentra contemplada en el Título
XVII del Libro Cuarto del Código Civil, señalando al efecto
el artículo 1655 del aludido texto legal: "Cuando dos
personas son deudoras una de otra, se opera entre ellas
una compensación que extingue ambas deudas, del modo y
en los casos que van a expresarse". Por ella se extingue las
deudas recíprocas entre el acreedor y deudor hasta el
monto de la de menor valor, y en consecuencia el acreedor
de la obligación mayor recibe solo el saldo hasta enterar su
crédito.570

Si bien de acuerdo al artículo 1656 del Código Civil, la


compensación legal opera por el solo ministerio de la ley y
aun sin conocimiento de los deudores, es necesario que se
alegue y la forma de alegarse es a través de la
correspondiente excepción de manera que, si no se alega
pudiendo ser alegada y teniendo en cuenta que la
compensación legal ha sido establecida por la ley en interés
de las partes, en tal caso debiera estimarse renunciada
tácitamente.

Las partes deben ser personal y recíprocamente deudoras


y acreedoras. De suerte que si las deudas no son propias
de las personas cuyas obligaciones se extinguen, aunque
haya entre ellas relaciones de acreedor y deudor, no puede
tener lugar la compensación.571 De este modo, el codeudor
solidario y fiador no puede oponer en compensación del
acreedor el crédito que contra él tiene su afianzado.

Para que opere la compensación se requiere el concurso


de ciertas condiciones:

1.- Que sean ambas de dinero o de cosas fungibles o


indeterminadas de igual género y calidad.

2.- Que ambas deudas sean líquidas.

Para que la solución sea posible, es indispensable saber


lo que se va a pagar, esto es, en qué consiste la obligación
y a cuanto ella asciende.

Conforme a lo prevenido en el inciso segundo del Nº 3 del


artículo 438 del Código de Procedimiento Civil, la deuda es
líquida no solo cuando ya está liquidada, sino también
cuando puede liquidarse mediante simples operaciones
aritméticas con los datos que el mismo título suministre.

Se ha resuelto que carece de liquidez una deuda invocada


por el ejecutado, si aún no se ha establecido su existencia
mediante la sentencia declarativa respectiva; 572 y la
circunstancia de que durante la secuela del juicio las partes
reconozcan los créditos que respectivamente se cobran, no
basta para darles los requisitos que la ley exige para que
sean compensables. Adquiere estos requisitos solo en
virtud de la sentencia de término y después de practicada la
liquidación en ella ordenada.573

3.- Que ambas sean actualmente exigibles.


La exigibilidad de la obligación determina considerar que
las dos obligaciones deben estar vencidas y que puede
exigirse su cumplimiento.

Si se trata de una obligación pura y simple, la obligación


se hará exigible en el momento en que se contrae; si la
deuda es a plazo, dependerá del vencimiento o llegada del
referido término y si la obligación es condicional, la
exigibilidad se hará efectiva cuando la condición quede
cumplida.574

Las esperas concedidas al deudor impiden la


compensación; pero esta disposición no se aplica al plazo
de gracia concedido por un acreedor a su deudor.575

Si uno de los dos créditos es objeto de controversia, no es


aplicable la compensación.576 La obligación debe ser
actualmente exigible al momento de entablarse la demanda
ejecutiva; si obligación se determina en el juicio no es
posible que opere la compensación.577

Si las deudas opuestas en compensación no son


actualmente exigibles, no enervarán el procedimiento
ejecuto respecto de un crédito exigible y con calidades para
ser ejecutivo. Desde luego, no procede la compensación
cuando las obligaciones están prescritas.

Para la procedencia de la compensación es necesario que


al impetrarse acreedor y deudor deben serlo de manera
recíproca. Resulta indispensable que tales calidades lo
sean personalmente, por ellas mismas. Incluso en la cesión
de derechos se ha expresado que el artículo 1659 del
Código Civil se refiere exclusivamente a los créditos
existentes al tiempo de la notificación o aceptación de la
cesión, momento en que ella pasa a ser oponible al deudor.
En consecuencia, los créditos que adquiera con
posterioridad este contra el cedente no pueden en caso
alguno oponerse al cesionario.578

No se requiere que el crédito que se quiere compensar


conste en un título ejecutivo.579 De ahí que el distinto origen
que puedan presentar las obligaciones que se pretende
compensar —como ser un reconocimiento de deuda y un
saldo insoluto de honorarios profesionales— no es
obstáculo para que opere este modo de obtener su
extinción.580

Se ha resuelto que una deuda confesada por la


ejecutante, junto con adquirir fuerza ejecutiva, ya con la
declaración expresa de quien confiesa o con la resolución
judicial que lo tiene por deudor en virtud de una confesión
ficta, presenta las exigencias que hacen posible concebir la
procedencia de la compensación de las deudas que las
partes tienen entre sí. Ahora si dicho procedimiento es
declarado abandonado, no puede el ejecutado oponer en el
juicio ejecutivo excepción de compensación en virtud del
reconocimiento efectuado en un juicio anterior; 581extinguida
por la prescripción las acciones derivadas de un pagaré a la
orden no puede operar la compensación, que supone la
existencia de deudas recíprocas que reúnan las calidades
determinadas por la ley;582la confesión ficta de deudor no da
lugar a obligación susceptible de ser compensada.583

Naturalmente no todas las obligaciones recíprocas son


susceptibles de extinguirse por compensación. Así, la
excepción sub examine es inviable cuando se le funda en la
existencia de un fallo judicial pendiente de recurso, ahora si
el fallo invocado queda firme antes de que el juez resuelva
la excepción, no habría obstáculo en acogerla; y, por otro
lado, para que puedan compensarse los reajustes e
intereses que se han devengado y que se devenguen
durante la secuela de otro juicio por concepto de costas, se
requiere previamente una declaración judicial, mediante la
cual se fije la suma que por dicho concepto se adeuda.
Dicha exigencia obedece a que por la compensación se
extinguen dos o más obligaciones hasta la concurrencia de
sus respectivos montos, y en tal caso, resulta evidente que
para ello se precisa conocer la cuantía de las obligaciones
compensables.584

b.10) La nulidad de la obligación

(i) Definiciones y ámbito de aplicación

Esta excepción se contempla en el numeral 14 del artículo


464 del Código de Procedimiento Civil.

La nulidad es también un modo de extinguir las


obligaciones regida por las normas del derecho común.

Ha sido definida como la sanción de ineficacia jurídica


establecida por la ley para la omisión de los requisitos y
formalidades que en ella se prescriben para el valor de un
acto, según su especie y la calidad o estado de las partes.
Dicha causal de oposición dice relación con la existencia o
validez del acto o contrato que da origen a la obligación
cuyo cumplimiento o pago se pretende en el juicio ejecutivo.

Está excepción está referida al acto jurídico mismo, a la


obligación objeto del cobro; pero no al documento que la
contiene, a los pactos o convenciones accesorios, como la
hipoteca, ni al procedimiento del juicio ejecutivo. 585En
efecto, lo impugnado a través de ella no atañe al carácter
ejecutivo del título ni a la falta de condiciones establecidas
por la ley para que se le considere como tal o con la
liquidez o exigibilidad de la deuda, sino a cuestiones
relativas a los elementos y exigencias que determinan el
nacimiento o legitimidad de la obligación y no con su
naturaleza ejecutiva, para cuyos efectos el legislador ha
previsto especialmente la excepción del numeral 7 del
artículo 464 del Código de Procedimiento Civil. 586No debe
confundirse la excepción del numeral 7 con la del 14. La
primera, de no ser el título invocado ejecutivo con respecto
de la ejecutada, mira a la forma del título mismo: "la falta de
alguno de los requisitos o condiciones establecidos por las
leyes para que dicho título tenga fuerza ejecutiva". La
segunda, en cambio, se refiere a la validez del crédito que
se contiene en el título y, en consecuencia, no es
procedente alegar esta última excepción sobre la base de
falta de los requisitos que la ley indica con relación al
título.587

El numeral 14 del artículo 464 del Código de


Procedimiento Civil no distingue respecto de qué clase de
nulidad puede oponerse como excepción a la ejecución. Así
entonces en el ámbito del derecho privado podrá ser la
nulidad absoluta o relativa, rigiéndose para tales efectos por
lo dispuesto en los artículos 1681 y siguientes del Código
Civil. Ahora si el título ejecutivo presentado corresponde a
un acto administrativo, por ejemplo un Certificado emitido
por el Secretario Municipal, al que el legislador ha dotado
de fuerzaejecutiva, la nulidad de la obligación debe
buscarse al alero de las normas de derecho público que son
aquellas que rigen la materia.588-589

Así, por ejemplo, es nula la obligación si por sentencia


firme se ha declarado que es falsificada la escritura de
mutuo de donde el actor pretende hacer emanar la
obligación;590si el reconocimiento de deuda que sirve de
título a la ejecución fue suscrito por el ejecutado mediante
fuerza ejercitada para obtener el consentimiento del
deudor;591si no existe una contraprestación de parte de la
ejecutante, la supuesta obligación que pretende ejecutar,
carece de causa;592si el título en que se basa la ejecución
no circuló y el negocio subyacente que justificó su emisión
—futura celebración de un contrato de compraventa sobre
un bien raíz— no llegó nunca a ejecutarse, la obligación
carece de causa;593si la obligación que ha servido de
fundamento inmediato de los títulos objeto del juicio
ejecutivo carecen de causa lícita y objeto ilícito, es nula y lo
son también, por vía de consecuencia, los efectos de
comercio girados para extinguirla.594

El tribunal, de oficio, puede declarar la nulidad si se


cumplen los requisitos del artículo 1683 del Código Civil. 595

No puede alegarse en forma incidental la excepción de


nulidad absoluta con posterioridad al escrito en que el
ejecutado se opone a la ejecución.596Ni es obstáculo legal
para pronunciarse en el juicio ejecutivo sobre la excepción
de nulidad opuesta oportunamente, por el hecho de existir
un juicio ordinario seguido por el ejecutante en contra del
ejecutado, o por éste en contra de aquel, sobre nulidad del
mismo contrato en que se apoya la ejecución.597

La carga probatoria corresponde al ejecutado.

Esta excepción debe referirse a los vicios de carácter


sustantivo que pueden afectar la obligación patentizada en
el título, empero no a supuestos vicios de orden procesal
que también pudieren afectarle. De este modo, no podría el
ejecutado funda esta excepción en el hecho de haber
existido en el procedimiento de citación a confesar deuda
eventualmente algún vicio procedimental, esto debiera
ventilarse dentro de esa gestión o, en su defecto,
atacándose oportunamente por la vía procesal pertinente la
referida sentencia interlocutoria que tuvo por confeso al
demandado, empero no puede pretenderse revivir esta
cuestión por la vía de la excepción que se analiza, porque
el derecho del ejecutado se encuentra precluído para tales
efectos.

(ii) Nulidad e inoponibilidad

La inoponibilidad no puede invocada a través de la


excepción de nulidad contemplada en el numeral en
estudio, aquella es un instituto distinto, no asimilable al de
la nulidad pues regula situaciones jurídicas diferentes,
siendo también diversos sus efectos. En efecto, según se
ha resuelto reiteradamente, la nulidad es la sanción de
ineficacia jurídica establecida por la ley para la omisión de
los requisitos y formalidades que en ella se prescriben para
el valor de un acto, según su especie y la calidad o estado
de las partes. Por su parte, la inoponibilidad es definida
como la sanción legal que consiste en el impedimento
de hacer valer, frente a ciertos terceros, un derecho nacido
de un acto jurídico válido o los de uno nulo, revocado o
resuelto.598

b.11) La pérdida de la cosa debida, en conformidad a lo


dispuesto
en el Título XIX, Libro IV del Código Civil

(i) Definiciones y ámbito de aplicación

Esta excepción se contempla en el numeral 15 del artículo


464 del Código de Procedimiento Civil.
La pérdida de la cosa debida también es un modo de
extinguir las obligaciones que se produce cuando la especie
o cuerpo cierto debido perece, se destruye, deja de estar en
el comercio humano o desaparece o se ignora si existe.

La pérdida debe ser fortuita, porque si se debe a culpa del


deudor, entonces la obligación subsiste y la ejecución debe
recaer sobre el valor de la especie o cuerpo cierto,
debiendo hacerse su avaluación por perito.

La pérdida de la cosa que se debe solo extingue la


obligación cuando el objeto de esta recae sobre una
especie o cuerpo cierto, pues respecto de las obligaciones
de género, que son aquellas en que se debe
indeterminadamente un individuo de una clase o género
determinado, la perdida de algunas de las cosas no
extingue la obligación, conforme disponen los artículos
1508 y 1510 del Código Civil.599 600 De este modo, el artículo
-

1670 es inaplicable al caso en que no se cobra un cuerpo


cierto, sino una simple cantidad de dinero de un tipo
determinado.601

Este modo de extinguir se aplica a las obligaciones de dar,


hacer o de no hacer; y conforme al artículo 534 del Código
de Procedimiento Civil, en el juicio ejecutivo de las
obligaciones de hacer, además del catálogo del artículo 464
del Código de enjuiciamiento Civil, podrá oponerse la
excepción de imposibilidad absoluta para la ejecución
actual de la obra debida.

b.12) La transacción

(i) Definiciones y ámbito de aplicación


Esta excepción se contempla en el numeral 16 del artículo
464 del Código de Procedimiento Civil.

Es un acto jurídico bilateral por el cual las partes, haciendo


concesiones recíprocas, terminan extrajudicialmente un
litigio pendiente, o precaven un litigio eventual. En efecto, la
transacción importa un contrato, pues ambas partes crean
vinculaciones jurídicas por las que se obligan
recíprocamente a dar, hacer o no hacer alguna cosa, como
también un modo de extinguir obligaciones y en ella
entonces van envueltas las concesiones recíprocas, en
cuanto a la renuncia total o parcial que hacen las partes de
sus pretensiones, para poner término a un litigio pendiente
o evitar un litigio eventual, sin que en cuanto a ellas se exija
la equivalencia.602

La excepción de transacción supone la existencia de un


acuerdo posterior que modifique lo convenido en el
documento que sirva de base al juicio ejecutivo. En este
sentido, se ha resuelto que no es posible aceptar que se
invoque como fundamento de la excepción de transacción,
el mismo acuerdo que da cuenta de la obligación
incumplida y cuyo cobro ejecutivo se demanda.603

Como todo contrato, debe reunir por un lado los requisitos


comunes a este; y, por el otro, debe cumplir con elementos
o requisitos que le son propios: la existencia de un derecho
discutido y que las partes se hagan concesiones
recíprocas.604 Este último elemento es esencial ya que
involucra la necesidad de que ambas partes realicen un
sacrificio a la época de la celebración del contrato. Si bien
no se exige una proporcionalidad perfecta, si alguna de las
concesiones es irrisoria se tiene por insatisfecha la
condición.605
Pueden ser objeto de este contrato todos los bienes
susceptibles de disponerse, vale decir, aquellos bienes
comerciables, quedan excluidos, desde luego, la acción
penal, los alimentos futuros de las personas a quienes se
deben por ley, el estado civil de las personas y los derechos
ajenos e inexistentes.

La transacción es nula si el acto del que nace el derecho


objeto de la transacción adolece de nulidad y, si no existiere
jurídicamente el acto celebrado por falta de objeto y causa,
ello conlleva la inexistencia del contrato de transacción que
sirve de fundamento a la excepción.606

La transacción no afecta ni obligan sino a los que las


otorgan y no a las personas que solo figuran en las causas
transigidas. Se trata de un contrato in tuito personae de
acuerdo al artículo 2456 del Código Civil. Tratándose de
deudas solidarias, la transacción limita el efecto al solo
deudor que celebra la transacción.607

b.13) La prescripción de la deuda o solo de la acción


ejecutiva

(i) Definiciones y ámbito de aplicación

Esta excepción se contempla en el numeral 17 del artículo


464 del Código de Procedimiento Civil. Comprende dos
excepciones distintas: La prescripción de la deuda y la
prescripción de la acción. Sin embargo, debe
considerárseles como una misma y única defensa esta
excepción, independientemente que se la pretenda
distinguir con el nombre de prescripción de la deuda o con
la designación de prescripción de la acción ejecutiva.608
La prescripción de la deuda apunta a la relación material.
Opera cuando se ha extinguido toda acción a través de la
que puede obtenerse el pago de la deuda, tanto ordinaria
como ejecutiva. En tanto que la prescripción de la acción
mira al título ejecutivo mismo.609Aquí se ha extinguido la
acción ejecutiva, pero subsiste la acción ordinaria.

La prescripción de la acción no es una mera cuestión


procesal, sino una institución jurídica de carácter
sustantivo.610 Es distinta a la de falta de fuerza ejecutiva del
título.611

En el juicio ejecutivo, la prescripción solo puede oponerse


dentro del plazo a que refieren los artículos 459, 460 y 461
del Código de Procedimiento Civil.

Está vedada la posibilidad de recurrir a la vía ordinaria


para obtener un pronunciamiento de prescripción que la ley
solo prevé cuando ha precedido un juicio ejecutivo con
anterioridad.612

Si la excepción de prescripción de la acción ejecutiva es


acogida, deberá demandarse en juicio declarativo por el
lapso que resta para la prescripción de la acción
declarativa.613

Al oponer la excepción de prescripción, el ejecutado debe


exponer las razones de hecho y de derecho en que se
funda. No basta manifestar que la acción se halla
totalmente prescrita. Cumplido el requisito de
fundamentación, el juez, en virtud del principio iura novit
curia, se halla autorizado para fijar el plazo pertinente,
reparando inclusive el error en que pueda haber incurrido el
ejecutado.614 Bajo este prisma, el tribunal está facultado
para declarar de oficio prescripción parcial de acción
ejecutiva, pues si el juez puede decidir sobre una eventual
excepción de prescripción total, tiene también competencia
para declarar una prescripción parcial.615

b.14) La cosa juzgada

(i) Definiciones y ámbito de aplicación

Esta excepción se contempla en el numeral 18 del artículo


464 del Código de Procedimiento Civil.

La excepción de cosa juzgada tiene por objeto impedir la


inútil tramitación del proceso ejecutivo cuando media
sentencia dictada en un proceso anterior sustanciado entre
las mismas partes y en virtud del mismo título. 616 Opera
frente al acogimiento de excepciones perentorias, pero no
frente a dilatorias, pues en este caso, subsanado que sea el
defecto, podrá intentarse un nuevo juicio ejecutivo.

Habrá cosa juzgada cuando confrontando la acción


deducida en ambos pleitos, su objeto y fundamento, resulta
que es la misma situación jurídica que se pretende someter
nuevamente a la decisión judicial, sin que desaparezca esta
igualdad de situación por no ser unas mismas las
expresiones con que el demandante sustenta su derecho, si
sustancialmente tienen el mismo alcance.617

Cabe recordar, que, para la procedencia de la excepción


de cosa juzgada, es menester que concurra la triple
identidad a que se refiere el artículo 177 del Código de
Procedimiento Civil, o sea, que la nueva acción sea
entablada por y contra las mismas personas que litigaron en
juicio anterior, y que sea idéntica en la cosa pedida y en la
causa de pedir a aquella causa cuya sentencia definitiva o
interlocutoria se encuentra firme. Así, por ejemplo, habrá
identidad de cosa pedida si lo que se busca es el pago de
una obligación que asciende a la misma cantidad de dinero,
más intereses y reajustes; e identidad de causa de pedir, si
el fundamento inmediato es el mismo, por ejemplo, si
ambas acciones se fundan en el no pago de una factura.

Se ha desestimado la excepción de cosa juzgada, si no se


ha trabado la litis, puesto que no ha existido juicio.618 De
igual modo, se ha resuelto que no puede invocarse como
fundamento de la excepción de cosa juzgada, la resolución
que desechó otra ejecución anterior por no haberse
acompañado el título.619

Por el contrario, se ha admitido la excepción de cosa


juzgada, si ha quedado establecido que con anterioridad el
ejecutante se había desistido de la tercería de pago
deducida contra el ejecutado a fin de obtener el pago de las
mismas letras de cambio que cobra en el juicio ejecutivo.620

Sección X Tramitación de las excepciones

1. Respuesta a las excepciones

De acuerdo al artículo 466 del Código de Procedimiento


Civil, presentado el escrito de oposición a la ejecución el
juez debe conferir traslado al ejecutante a fin que formule
las alegaciones que estime pertinentes. Esta no es la
oportunidad para que el tribunal las declare improcedentes.
Sin embargo, si se trata de la excepción de incompetencia
del tribunal, el juez está facultado por el artículo 465 del
Código de Procedimiento Civil para fallarla desde luego o
bien reservarla para definitiva. Esta es la única excepción
que el tribunal puede resolver de inmediato. Ahora
habiéndose opuesto la excepción de incompetencia
conjuntamente con otras excepciones y evacuado por el
ejecutante el traslado de ellas, si el tribunal no se pronuncia
desde luego sobre la primera, debe decidir acerca de la
admisibilidad o inadmisibilidad de todas ellas y recibir a
prueba las que estime admisibles, sin perjuicio de que,
aceptada en definitiva la de incompetencia, se abstenga de
fallar las demás.621

De este modo, aunque las excepciones opuestas no


fueran de las enumeradas en el artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil, el juez deberá conferir traslado al
ejecutante. Lo propio si las excepciones deducidas por el
deudor están comprendidas entre las que determina el
artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, aun cuando
aparezca de manifiesto su falta de fundamento.622 El tribunal
no puede declararlas inadmisibles sin antes escuchar al
ejecutante.623

La resolución que confiere el traslado se notifica por el


estado diario.624

2. Actitudes que puede asumir el ejecutante


Conferido el traslado, el ejecutante puede asumir alguna
de las siguientes actitudes:

a.- Contestar el escrito que contiene la oposición, dando


razones de hecho o derecho por lo cual deben
desestimarse y seguirse adelante con la ejecución.

El ejecutante tiene el plazo fatal de cuatro días para


responder las excepciones.

b.- Dejar trascurrir los cuatro días sin responder el escrito


de oposición.

La falta de oposición de excepciones determina, sin otra


sustanciación, el dictado de sentencia de remate. A este
respecto, el artículo 472 del Código de Procedimiento Civil
dispone que, si no se oponen excepciones, se omitirá la
sentencia y bastará el mandamiento de ejecución para que
el acreedor pueda perseguir la realización de los bienes
embargados y el pago.

c.- Desistirse dentro de este plazo de cuatro días de la


demanda, reservando su derecho para entablar acción
ordinaria sobre los mismos puntos que han sido materia de
aquella. Esta actitud será revisada más adelante bajo el
epígrafe reserva de acciones y excepciones.

3. Examen de admisibilidad de las excepciones y recepción


de la causa a prueba
De acuerdo al inciso segundo del artículo 466 del Código
de Procedimiento Civil, una vez vencido el plazo fatal de
cuatro días y, siempre que el ejecutante no se haya
desistido, el tribunal debe pronunciarse sobre la
admisibilidad de las excepciones opuestas. Para tal efecto,
el juez deberá estudiar el expediente y efectuar un doble
control: si las excepciones opuestas se encuentran
contempladas en el artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil y si han sido opuestas en tiempo.

Este estudio puede llevar al tribunal a dos conclusiones:

a) Las excepciones sean admisibles

Si las excepciones opuestas por el ejecutado son de las


enumeradas taxativamente por el artículo 464 del Código
de Procedimiento Civil y han sido alegadas dentro del
término legal, el tribunal las declarará admisibles y deberá
ver si hay o no hechos sustanciales controvertidos para
recibir o no a prueba la causa.

El pronunciamiento de admisibilidad de las excepciones


no vincula jurídicamente al juez, quien al dictar sentencia
examina nuevamente las excepciones, desde que el
examen de admisibilidad solo involucra los dos puntos
referidos en el párrafo que antecede.

Por otro lado, si el juez incurrió en un error al declarar


admisibles excepciones que fueron opuestas en formas
extemporáneas, hecho que se logra constatar con un
estudio más acabado al momento de dictar sentencia,
puede en la sentencia misma rechazar las excepciones por
haber sido opuestas fuera de plazo, y por lo mismo no
emitir pronunciamiento sobre el fondo de las excepciones
opuestas. En este sentido, se ha resuelto "atendido a lo
dispuesto en los artículos 64 y 84 inciso final del Código de
Procedimiento Civil, que expresan, respectivamente, que
los plazos de dicho Código son fatales para las partes,
extinguiéndose la posibilidad de ejercer un derecho, al
vencimiento de los mismos, y que el juzgador carece de
facultades para subsanar actuaciones viciadas en razón de
haberse realizado éstas fuera del plazo fatal indicado por la
ley, no cabe sino desestimar las excepciones deducidas en
razón de haberse interpuesto en forma
625
extemporánea...". Sin embargo, según se ha resuelto,
estaría vedado al juez que dictó la sentencia interlocutoria
firme que declaró admisibles las excepciones, luego, en la
sentencia definitiva declararlas extemporáneas, desde que
estaría afecto a la causal de inhabilidad prevista en el
numeral 8 del artículo 195 del Código Orgánico de
Tribunales.626

La declaración de admisibilidad es previa a la recepción


de la causa a prueba.627 Si el tribunal omite un
pronunciamiento en cuanto a la admisibilidad o
inadmisibilidad de las excepciones opuestas por el
ejecutado, el procedimiento adolece de un vicio de nulidad.
En efecto, la resolución que se pronuncia sobre la
admisibilidad o inadmisibilidad de las excepciones
constituye un trámite esencial establecido por la ley, y tal
pronunciamiento debe ser realizado en forma separada y
previa a la sentencia definitiva.628

Esta resolución tiene naturaleza de sentencia


interlocutoria, pues recae sobre un trámite que sirve de
base para el pronunciamiento de una sentencia definitiva,
por lo mismo, una vez firme, ella produce el efecto de cosa
juzgada.629
Si hubieren hechos controvertidos, sustanciales y
pertinentes, el tribunal luego de declarar la admisibilidad de
las excepciones y en la misma resolución recibirá las
excepciones a prueba.630La resolución que niegue recibir a
prueba las excepciones a la ejecución es apelable. 631La
respuesta que dé el ejecutante al escrito de oposición de
excepciones debe ser tomada en cuenta para señalar los
puntos de prueba del juicio ejecutivo. 632Los hechos
sustanciales, pertinentes y controvertidos en el juicio
ejecutivo se van a vincular única y exclusivamente con las
excepciones opuestas.633

De conformidad a lo dispuesto en el artículo 469 del


Código de Procedimiento Civil, la resolución que recibe la
causa a prueba fijará puntos y no hechos, los que deben
vincularse únicamente con las excepciones opuestas.

Una vez declaradas admisibles las excepciones y recibida


la causa a prueba, a cuyo término se dicta sentencia
definitiva, la que acogerá o rechazará las excepciones
hechas valer.634

Si el juez estima que no es necesario recibir la causa a


prueba por no existir puntos controvertidos, sustanciales y
pertinentes, dictará desde luego sentencia definitiva. En
este caso el tribunal no declarará la admisibilidad de las
excepciones en forma previa, sino que procederá a dictar
sentencia definitiva. En consecuencia, la resolución que
declare admisibles las excepciones será la propia sentencia
definitiva.635 En esta hipótesis no hay trámite de citación a
las partes para oír sentencia.636

Habiendo puntos controvertidos sin que se reciba la causa


a prueba, la sentencia es nula por faltar a un trámite
esencial en los términos que prevé el artículo 768 del
Código de Procedimiento Civil.

b) Las excepciones sean inadmisibles

Si las excepciones han sido interpuestas fuera de plazo o


no son de aquellas contempladas en el artículo 464 del
Código de Procedimiento Civil, el tribunal deberá
declararlas inadmisibles.637 En esta situación, tampoco se
declara la inadmisibilidad de las excepciones en forma
previa, sino que el tribunal procede a dictar sentencia
definitiva y en ella se declara la inadmisibilidad de las
excepciones.638 Esta sentencia debe cumplir con los
requisitos que establece el artículo 170 Código de
Procedimiento Civil.639 En consecuencia, la resolución que
declare inadmisible las excepciones será la propia
sentencia definitiva.640Tampoco hay trámite de citación para
oír sentencia.

La declaración de admisibilidad no atiende al fondo de las


excepciones, sino únicamente de que concurran en su
interposición, las dos circunstancias anotadas. 641 De ahí que
se trate de un estudio puramente formal y para
pronunciarse acerca de la admisibilidad o inadmisibilidad de
las excepciones propuestas, no es menester recibirlas a
prueba.

El estudio y declaración de admisibilidad de las


excepciones el juez debe hacerla de oficio. En efecto,
desde que se confiere traslado al ejecutante del escrito de
excepciones del ejecutado, el impulso procesal es del
tribunal.642

La resolución que declara admisibles las excepciones y


recibe a prueba las excepciones se notifica por cédula a las
partes que hubieren cumplido con la obligación prevista en
el artículo 49 del Código de Procedimiento Civil, de lo
contrario, por el estado diario, en los términos que autoriza
el artículo 53 del citado cuerpo normativo. En su contra
proceden los recursos de reposición especial y el de
apelación subsidiaria en los términos generales, vale decir,
deben interponerse estos recursos en el término de tres
días desde que se le notifique dicha resolución.

4. El término probatorio

El término probatorio puede ser ordinario, extraordinario o


especial.

a) El término probatorio ordinario

De acuerdo con lo dispuesto en los artículos 3, 320 e


inciso primero del artículo 468, todos del Código de
Procedimiento Civil, el término probatorio en el juicio
ejecutivo es de diez días hábiles, el que comienza a correr
desde que se notifica a la última de las partes la resolución
que declara admisible las excepciones y recibe la causa a
prueba, siempre que no haya sido objeto de recursos, o
bien, en caso contrario, desde la notificación por el estado
de la resolución que se pronuncie sobre la última solicitud
de reposición.

Es fatal para rendir la prueba de testigos según la regla


general del artículo 340 del Código de Procedimiento
Civil.643
Este término de diez días puede prorrogarse hasta diez
días más a solicitud del acreedor. Esta prórroga deberá
solicitarse antes del vencimiento del término legal y corre
sin interrupción después de este, según lo estatuye el inciso
segundo de la citada norma. La solicitud del acreedor no
requiere expresión de causa.

b) El término probatorio extraordinario

En el juicio ejecutivo no se contempla un término


extraordinario para rendir prueba fuera del territorio de la
república. El único aumento extraordinario es el referido en
el inciso final del artículo 468 del Código de Procedimiento
Civil, según el cual, por acuerdo de ambas partes, podrán
concederse los términos extraordinarios que ellas designen.

En consecuencia, se requiere la concurrencia de dos


requisitos:

1.- Que exista un acuerdo de las partes.

2.- Que determinen la duración del término extraordinario.

La falta de término probatorio extraordinario para rendir


prueba en un territorio jurisdiccional diverso al tribunal que
conoce del juicio o fuera del territorio de la República, se
suple con la facultad que la ley confiere al acreedor para
pedir la ampliación del término ordinario hasta por diez días
más, y también con el acuerdo de ambas partes para
señalar los términos extraordinarios que crean prudentes.644

c) El término probatorio especial

Si bien nada dice a su respecto el Título I del Libro III del


Código de Procedimiento Civil, referido al juicio ejecutivo de
las obligaciones de dar, por aplicación del artículo 3º del
mismo cuerpo normativo, debe aplicarse las normas del
procedimiento ordinario, en consecuencia, podrán
concederse términos especiales en similares condiciones al
juicio ordinario de mayor cuantía. Nuestra doctrina así lo ha
entendido.645

5. Manera de rendirse la prueba

De acuerdo al artículo 469 del Código de Procedimiento


Civil, en el juicio ejecutivo la prueba se rinde del mismo
modo que en el juicio ordinario. De este modo y a falta de
norma especial, la nómina de los testigos de que piensen
valerse las partes deberá presentarse dentro del plazo de
cinco días contados desde que se inicie el término
probatorio.646 No obstante, se debe advertir la existencia de
la doctrina, hoy minoritaria, que postula que el ejecutado
debe acompañar la lista de testigos en el escrito en que
opone las excepciones, para de esa manera dar
cumplimiento a la exigencia contenida en el artículo 465 del
Código de Procedimiento Civil, de expresar con claridad y
precisión los medios de prueba, aprovechándose de esa
manera de forma íntegra los diez días señalados por la ley
para el probatorio.647

6. Carga probatoria
Corresponde al ejecutado la carga de la prueba de los
hechos en que funde las excepciones, atendido a la
presunción favorable al ejecutante que surge del título
ejecutivo.648 En este sentido, la circunstancia que el juicio
ejecutivo se funde en la existencia de un título con fuerza
de ejecución se traduce en que el actor ejerce su acción
provisto de un antecedente documental que dota de plena
eficacia inicial a su pretensión de cumplimiento, vale decir,
sin la necesidad de comprobar la existencia de la obligación
que lo motiva, pues ella consta de modo fehaciente. Es por
ello que el artículo 465 del Código de Procedimiento Civil
exige al ejecutado que se defiende mediante la formulación
de excepciones, señalar en el mismo escrito que las
oponga, los medios de prueba de que pretende valerse
para su configuración.

Las pruebas necesarias para enervar la pretensión


ejecutiva del actor deben ser contundentes, a tal grado que
permitan neutralizar la certidumbre de la cual goza por ley
el título ejecutivo esgrimido en su contra.649

7. Trámites posteriores a la prueba

Concluido el término probatorio, las partes tienen seis días


para hacer por escrito las observaciones que el examen de
la prueba sugiera. Vencido este plazo, háyanse o no
presentado escritos, y sin nuevo trámite, el tribunal citará a
las partes para oír sentencia.650
El juez puede decretar algunas de la medida para mejor
resolver que contempla el artículo 159 del Código de
Procedimiento Civil.

Sección XI De la sentencia

1. La sentencia

La sentencia definitiva resuelve las excepciones opuestas;


la demanda ejecutiva quedó resuelta al dictarse el
mandamiento de ejecución y embargo.651De acuerdo al
artículo 470 del Código de Procedimiento Civil, debe
dictarse en el plazo de diez días, contados desde que el
pleito quede concluso; plazo que no se suspende ni
renueva por el hecho de haberse decretado alguna medida
para mejor resolver; y debe cumplir con todos los requisitos
que establece el artículo 170 del Código de Procedimiento
Civil.

La sentencia definitiva puede ser de dos clases:


absolutoria o condenatoria. Para determinar cuál de estas
sentencias es la que procede, se debe atender a los bienes
embargados; esta clasificación importa para determinar los
efectos que produce la apelación en el cumplimiento del
fallo.652
a) Sentencia absolutoria

Es aquella sentencia que acoge alguna de las


excepciones opuestas por el ejecutado y, en consecuencia,
rechaza la demanda y ordena alzar el embargo. Esta
sentencia debe condenar en costas al ejecutante según lo
ordena el 471 del Código de Procedimiento Civil.

b) Sentencia condenatoria

Es aquella que rechaza todas las excepciones opuestas


por el ejecutado y, en consecuencia, acoge la demanda y
ordena seguir adelante la ejecución. En este caso, las
costas se deben imponer al ejecutado conforme al referido
artículo 471.

La sentencia condenatoria puede a su vez ser de dos


clases: de pago o de remate.

b.1) Sentencia de pago

Es aquella en que el embargo se ha trabado sobre dineros


o sobre la cosa o cuerpo cierto que se debe.

b.2) Sentencia de remate

Será de remate cuando el embargo ha recaído sobre


cosas que no son dinero ni la especie o cuerpo cierto que
se debe.

2. Contenido de la sentencia
Cuando el ejecutado haya opuesto excepciones a la
ejecución, la sentencia debe contener, además de la
indicación de la fecha y lugar de expedición y firma del juez,
la decisión de las cuestiones planteadas, debiendo
consignarse así mismo los fundamentos, es decir, la
invocación de las normas o principios jurídicos que sirven
de sustento conforme lo estatuye el artículo 170 del Código
de Procedimiento Civil y el pronunciamiento sobre costas
en los términos del artículo 471 del citado cuerpo normativo.

Ahora bien, de conformidad al Auto Acordado sobre la


forma de las sentencias, de fecha 30 de septiembre de
1920, la sentencia en su parte resolutoria deberá
comprender todas las excepciones que se hayan hecho
valer en el juicio; expresando de un modo determinado y
preciso excepciones que se acepten o rechacen. Sin
embargo, podrá omitirse la resolución de aquellas
excepciones que fueren incompatibles con las aceptadas;
debiendo en este caso el tribunal exponer los motivos que
hubiere tenido para considerarlas incompatibles. Tal sería el
caso si el juez acepta la excepción dilatoria de
incompetencia, falta de capacidad, litis pendencia y de
ineptitud del libelo.653Lo propio si acoge la insuficiencia del
título.654 En este sentido, se ha resuelto que si se acoge la
excepción prevista en el número 7 del artículo 464 del
Código de Procedimiento Civil, resulta innecesario emitir
pronunciamiento sobre las excepciones de los numerales 6
y 14 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, por
resultar incompatible con la acogida.655 Idéntica situación se
puede presentar si el ejecutado opone primeramente la
excepción del Nº 2 del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil, cuando técnicamente es necesario
pronunciarse en forma previa respecto de la del numeral
cuarto de la misma disposición, pues aquella requiere la
existencia de un juicio, y legalmente no puede estimarse
que hay juicio que habilite al tribunal para resolver, si la
demanda, que es la base del litigio, se declara inepta, esto
es, que no ha podido ser legalmente tramitada. No obstante
doctrina muy autorizada estima que la sentencia debe
resolver todas las excepciones opuestas, aun cuando ello
pueda resultar o aparecer incompatible.656

Las excepciones compatibles entre sí y opuestas


conjuntamente por el ejecutado, independientemente el
orden en que el ejecutado las oponga, deben ser abordadas
por el sentenciador conforme a una concatenación lógica.

Por último, se debe indicar que es aplicable al juicio


ejecutivo el artículo 208 del Código de Procedimiento
Civil.657 En este sentido, se ha resuelto "Si el juez de la
causa acepta la excepción dilatoria de ineptitud del libelo,
no debe pronunciarse sobre las demás excepciones de
fondo opuestas por el ejecutado por ser incompatibles, pero
el tribunal de alzada, si rechaza esta excepción dilatoria,
debe pronunciarse sobre las demás en única
instancia".658Cuestión que corrobora el máximo tribunal al
resolver que el tribunal de alzada no puede fallar en única
instancia las excepciones de un juicio ejecutivo, propuestas
y discutidas en la primera instancia, que no fueron resueltas
por el juez a quo, salvo el caso del artículo 208 del Código
de Procedimiento Civil, que se refiere únicamente a las
excepciones no falladas por ser incompatibles con lo
resuelto en la sentencia apelada.659 Ergo, si la excepción no
es incompatible, el tribunal superior no puede fallar en única
instancia.660
3. Curso de las costas

El artículo 471 del Código de Procedimiento Civil dispone


la condena en costas incondicionada a alguno de los
litigantes —de la parte que resulte vencida—. Ergo en este
juicio la condenación en costas escapa a toda valoración
sobre la conducta de las partes o la naturaleza de las
cuestiones debatidas.661

A este respecto, se debe hacer la siguiente distinción:

a) Sentencia que desecha todas las excepciones


opuestas.

En este caso se debe imponer las costas al ejecutado.

b) Sentencia acoge alguna de las excepciones opuestas.

Si la sentencia absuelve al ejecutado, aunque sea por la


aceptación de una sola de las excepciones opuestas, el
ejecutante debe ser condenado en costas.

c) Sentencia acoge solo en parte una o más excepciones.

Si la sentencia acoge en parte una o más excepciones


opuestas por el ejecutado, las costas se deben distribuir
proporcionalmente, pero pueden imponerse todas al
ejecutado cuando en concepto del tribunal haya motivo
fundado para ello. Por ejemplo, cobran $10.000.000, opone
excepción de pago, logra probar que pagó $5.000.000, se
acogerá la excepción por $5.000.000 y se rechazará por el
resto; la sentencia será condenatoria porque sigue adelante
la ejecución.662No se trata aquí de que se acojan algunas
excepciones y se rechacen otras, porque si así fuese las
costas deben imponerse al ejecutante; de lo que se trata, es
que una misma excepción sea acogida en parte y
rechazada en el resto ejemplo: excepción de pago,
novación, remisión, compensación, es decir, todas aquellas
que puedan parcializarse.

Por lo tanto, el ejercicio de esa atribución es improcedente


cuando se acoge una excepción y se desechan las
demás.663

Finalmente, cabe consignar que el abono hecho por el


ejecutado con posterioridad a la demanda, y que es
reconocido por el ejecutante, no es motivo suficiente para
exonerar a aquel de la solución de las costas causadas. Así
mismo, aunque el deudor pagare en el acto del
requerimiento de pago, son de su cargo las costas del
juicio.

4. Recursos contra la sentencia definitiva

a) Recurso de aclaración, rectificación y enmienda

Es plenamente procedente en contra de la sentencia


según los términos generales previsto en los artículos 182,
183, 184, 185 y 189 del Código de Procedimiento Civil.

b) Recurso de apelación

El recurso de apelación procede únicamente en contra de


la sentencia de primera instancia.
Para determinar los efectos en que se concede el recurso
de apelación se debe distinguir:

1.- Si el recurso lo interpuso el ejecutante:

Se concede en ambos efectos de acuerdo a las reglas


generales, de modo que no se puede cumplir la sentencia
absolutoria mientras ella no se encuentre firme, por tanto,
hay que esperar la firmeza del fallo para proceder al
alzamiento del embargo.

2.- Si el recurso de apelación lo interpone el ejecutado


deben subdistinguirse:

i.- Si la sentencia es de pago, el recurso se concede en el


sólo efecto devolutivo; pero no se puede proceder a hacer
pago al ejecutante con el dinero o especie embargado, a
menos que el ejecutante consigne las resultas de recurso
de apelación pendiente, conforme los artículos 194 Nº 1 y
475 del Código de Procedimiento Civil. En tal caso será el
propio ejecutante quien deberá solicitar al juez que conoce
del asunto la determinación del monto de la fianza.

ii.- Si la sentencia es de remate, la apelación también se


concede en el solo efecto devolutivo, lo que permite seguir
adelante con los trámites necesarios para realización de los
bienes embargados; pero vendido los bienes el producto del
remate se consigna en orden del tribunal y no se puede
hacer pago al ejecutante a menos que este caucione las
resultas del recurso, en similares términos a los aludidos
con ocasión de la sentencia de pago.

c) Recurso de casación

Respecto de este recurso se deben distinguir dos


situaciones:
1.- Si el recurso lo deduce el ejecutante.

No se suspende el cumplimiento del fallo, pero este


ejecutante puede solicitar que no se lleve a efecto la
sentencia mientras el ejecutado no rinda fianzas de resultas
en los términos estatuidos por el artículo 773 del Código de
Procedimiento Civil.

2.- Si el recurso lo deduce el ejecutado, tampoco se


suspende el cumplimiento del fallo, pero este ejecutado no
puede solicitar que no se lleve a efecto la sentencia
mientras no se rinda fianza de resultas, según lo ordena el
artículo 773 del Código de Procedimiento Civil.

5. La cosa juzgada en el juicio ejecutivo

a) Principio general

La sentencia definitiva que falla las excepciones produce


cosa juzgada tanto en el juicio ejecutivo como en cualquier
otro juicio declarativo, concurriendo la triple identidad de
partes, objeto pedido y causa de pedir. Con esto se quiere
decir que las acciones y excepciones alegadas en un juicio
no podrán ser alegadas nuevamente por las mismas partes
en otro juicio entre ellas sobre la misma materia, ni tampoco
en el mismo juicio. Esta prohibición no sólo se refiere al
juicio ejecutivo que se vuelve a iniciar, sino que también al
juicio ordinario que sobre esta misma cuestión inicien las
partes.664En efecto, de acuerdo al artículo 175 de Código de
Procedimiento Civil "las sentencias definitivas e
interlocutorias firmes producen la acción y excepción de
cosa juzgada". Precepto aplicable también al juicio ejecutivo
conforme al artículo 3º del Código de Procedimiento Civil;
cuestión que corrobora el inciso 1º del artículo 478 del
Código de Procedimiento Civil al establecer que la
sentencia recaída en el juicio ejecutivo produce cosa
juzgada en el juicio ordinario tanto respecto del ejecutante
como del ejecutado.

Toda sentencia de juicio ejecutivo produce cosa juzgada


para el ordinario, incluso aquella en que el ejecutado no
opuso excepciones. En efecto, el artículo 478 del Código de
Procedimiento Civil solo habla de "La sentencia recaída en
el juicio ejecutivo", sin distinguir entre juicios en que se
opuso o no excepciones. Ahora si el ejecutado que hace
reserva de excepciones para el juicio ordinario, se desiste
de ellas, el juicio ejecutivo queda sin excepciones y sin
reserva de derechos, por lo que en tal caso igual habrá
efecto de cosa juzgada.665Cabe prevenir eso sí que no
produce cosa juzgada la acción ejecutiva respecto de la
acción concursal, por no existir identidad en cuanto a la
cosa u objeto y la causa de pedir. Lo propio en cuanto a la
excepción de litis pendencia. Además, no existe ningún
precepto legal que prohíba la instauración de ambos juicios,
sea simultáneamente o sucesivamente, mientras la
respectiva obligación no sea satisfecha.666

De esta manera, la cosa juzgada en el juicio ejecutivo


presenta dos aspectos:

a) Opera en relación con otro juicio ejecutivo, es decir,


resuelto un juicio ejecutivo no podrá plantearse la misma
cuestión ente las mismas partes en otro juicio ejecutivo.

b) Opera en relación con un juicio ordinario, es decir,


fallado un juicio ejecutivo, no puede pretenderse discutir
ahora en un procedimiento ordinario la misma cuestión
entre las mismas partes.

b) Excepciones

Este principio tiene dos excepciones: la renovación de la


acción ejecutiva y la reserva de derechos.

b.1) Renovación de la acción ejecutiva

Ella es una excepción al principio de que la sentencia


recaída en el juicio ejecutivo produce cosa juzgada en
relación con otro juicio ejecutivo y consiste en la posibilidad
que tiene el ejecutante de entablar un nuevo juicio
ejecutivo, cuando en el juicio ejecutivo anterior se rechazó
la demanda ejecutiva por algunos de los motivos que
expresamente señala el artículo 477 del Código de
Procedimiento Civil, vale decir, por incompetencia del
tribunal, incapacidad, ineptitud del libelo o falta de
oportunidad en la ejecución. Se trata de excepciones que
tienen naturaleza dilatoria, y por ende no inciden en el
fondo de la cuestión debatida, de ahí que una vez
subsanado el vicio en que se funda la excepción el actor
pueda iniciar otro juicio ejecutivo. En efecto, el artículo 477
delCódigo de Procedimiento Civilenvuelve supuestos en
que se ha dictado sentencia en el juicio ejecutivo y se han
acogido las excepciones allí descritas, pero que no ha
existido pronunciamiento sobre el fondo. Por ello,
corresponde que pueda renovarse la acción cuando en la
sentencia se deseche la ejecución porqueno se dan los
presupuestos para estimarla oportunamente deducida, pero
no se declare que la obligación no existe.667

En consecuencia, la sentencia que en un juicio ejecutivo,


rechaza la demanda por alguna de las situaciones previstas
en el artículo 477 en mención, constituye una hipótesis de
cosa juzgada formal y sustancial provisional, toda vez que
será posible iniciar un proceso posterior que reúna la triple
identidad, a objeto de obtener un pronunciamiento que
zanje el asunto planteado.668

La incapacidad a que se refiere el artículo 477 del Código


de Procedimiento Civil, debe extenderse también a la falta
de personería y de representación contemplada en el Nº 2
del artículo 464 del Código citado. En efecto, aun cuando la
norma en comento no menciona expresamente la
excepción de falta de personería al ser esta de aquellas
defensas que no se pronuncian sobre el fondo del asunto,
debe entenderse comprendida entre las que, una vez
acogidas, permiten al ejecutante renovar su acción, además
al utilizar la norma en estudio la expresión "incapacidad"
deben entenderse comprendidas todas las incapacidades
que establece el ordenamiento jurídico, cuales son, la falta
de capacidad de goce, de ejercicio y de representación,
pues de lo contrario se limitaría la renovación solo a
aquellos casos en que la acción ejecutiva haya sido ejercida
por algún demente, impúber, sordo o sordomudo, menor
adulto o disipador declarado interdicto, situaciones poco
frecuentes, y se excluirían la casi totalidad de los casos en
que no se acompañaron los documentos para acreditar las
facultades para representar a otro.669

En cuanto a la forma de entender la excepción de falta de


oportunidad en la ejecución, atendido que el artículo 464 del
Código de Procedimiento Civil no la señala en ninguna
parte como una excepción que el ejecutado pueda oponer a
la demanda ejecutiva, se han planteado dos posiciones:

a) Algunos sostienen que la falta de oportunidad en la


ejecución está únicamente referida al factor tiempo y que
por lo tanto la ejecución no será oportuna solo cuando la
obligación no sea actualmente exigible por existir un plazo o
condición pendiente.

b) Para otros, la falta de oportunidad en la ejecución no


solo está referida al factor tiempo, sino que también será
cuando la acción ejecutiva se ha rechazado por defectos
externos del título que pueden ser subsanados por los
medios que la ley señala; ello es así porque el fin de la cosa
juzgada es que no se vuelva a discutir y si se rechaza por
defectos externos, en realidad no se ha pronunciado el
tribunal sobre el fondo del asunto.

Se ha resuelto que en contra de la sentencia que resuelve


la reserva no procede el recurso de casación, por cuanto,
en caso de acogerse una excepción dilatoria, puede el
ejecutante renovar su acción y, luego no se produce a su
respecto un perjuicio reparable solo con la invalidación del
fallo. En caso de rechazarse, se trata de una sentencia
interlocutoria que no pone término al juicio.670

La mayor parte de la doctrina y jurisprudencia adhieren a


esta teoría.671 Se ha resuelto que la palabra oportunidad, de
acuerdo a su sentido natural y obvio, significa conveniencia
de razón, tiempo y lugar. De modo que la falta de
oportunidad en la ejecución se configura cuando la
prestación declarada en la sentencia no está afecta a
modalidad alguna, sea condición, plazo o modo, o, de
estarlo, la condición ha fallado, el plazo se ha extinguido, o
el modo ha desaparecido.672 Tal es el caso, de la concesión
de esperas o prórrogas en el plazo, la litis pendencia y el
beneficio de excusión.673Tratándose de la excepción de la
insuficiencia del título, esta puede quedar comprendida en
la falta de oportunidad de la ejecución, y por ende
renovarse, cuando se funda en un defecto o vicio externo
de forma, susceptible de ser subsanado sin modificación del
título, por ejemplo, la circunstancia de no haberse
preparado debidamente la ejecución con la necesaria
gestión de notificación judicial de las facturas; 674 si la
excepción se funda en un plazo o condición pendiente; 675 si
el título no se notificó a los herederos; la sentencia que se
invocó como título no contaba con el certificado de
ejecutoria;676 si la excepción de la insuficiencia del título se
basó en la falta de pago del impuesto respecto del título; o
bien en razón de que la escritura pública en la que se pactó
la pena que se cobra, no constituye título ejecutivo si esta
no era exigible a la época de iniciarse el juicio.677

En consecuencia, no habrá cosa juzgada entre la actual


demanda y la anterior sentencia si por una razón procesal
esta fue desestimada, y ello en razón de que la pretensión
no ha sido juzgada ni en cuanto a lo pedido ni en su
fundamento jurídico inmediato. Ahora, si la anterior
ejecución se ha rechazado por un defecto procesal, como la
falta de emplazamiento válido, y no por defectos que
afecten la existencia de la obligación cobrada, ni la validez
del título, subsanados los vicios formales, puede renovarse
nuevamente la acción, y no hay, necesidad de entrar a
revisar si concurren o no los requisitos exigidos por la ley
para la cosa juzgada substancial, ni sería necesario por
parte del actor reserva alguna ni tampoco una declaración
judicial del tribunal que conoce de la ejecución.678

Si la excepción rechazada se funda en aspecto de fondo,


como si el ejecutante no cumplió sus obligaciones del
contrato, por afectar la existencia misma de la obligación, la
acción no podrá renovarse.

La renovación de la acción opera por el solo ministerio de


la ley; y el actor puede corregir el defecto conduciendo la
nueva demanda al tribunal competente, vale decir, la
corrección no se realiza en el mismo proceso como ocurre
en el juicio ordinario, sino que debe iniciarse un nuevo juicio
ante tribunal competente. Si el ejecutante no repara el
defecto formal, el ejecutado podrá oponer la excepción de
cosa juzgada.

Si bien el artículo 477 del Código de Procedimiento Civil


otorga el derecho a la renovación por medio del juicio
ejecutivo, nada impide hacer uso de algún otro
procedimiento que se adecúe a la naturaleza de la acción
deducida, lo que sería necesario, por ejemplo, cuando la
acción ejecutiva se encuentre prescrita, situación que
impide el ejercicio de la acción ejecutiva según lo previene
el artículo 442 del citado código, evento que en justicia no
puede impedir renovar el procedimiento.679

b.2) La reserva de acciones y excepciones

Este instituto procesal constituye una excepción al efecto


de cosa juzgada de la sentencia del juicio ejecutivo,
consistente en que se permite tanto al ejecutante como al
ejecutado hacer reserva de sus acciones y excepciones en
los casos y oportunidades regulados en el mismo
procedimiento ejecutivo, llevando la discusión sobre ciertas
acciones y excepciones a un juicio ordinario.

Tiene su razón de ser en la norma del inciso primero del


artículo 478 del Código de Procedimiento Civil, de acuerdo
al cual la sentencia recaída en el juicio ejecutivo produce
cosa juzgada en el juicio ordinario, tanto respecto del
ejecutante como del ejecutado. En virtud de la reserva
precisamente se evita que la parte que obtuvo en el juicio
ejecutivo pueda invocar la excepción de cosa juzgada en el
procedimiento ordinario.680
La reserva de acciones y excepciones supone la oposición
en tiempo y en forma de excepciones a la ejecución. Si el
ejecutado no opone las excepciones dentro del plazo
establecido en la ley, renuncia a ella y no podrá oponerlas
en caso alguno con posterioridad a ese plazo, vale decir,
las defensas que pudieran oponerse en el juicio ejecutivo y
no se impetraron, no pueden ser luego objeto del juicio
ordinario posterior.681

El juez debe enumerar cuáles son las acciones o


excepciones que se reserva. Cuando las partes las hagan
valer en el juicio ordinario, deben hacerlo con los mismos
fundamentos vertidos en el juicio ejecutivo.

La reserva de derechos puede ser de dos clases:

(i) Reserva del ejecutante

El ejecutado dispone de dos oportunidades para solicitar


la reserva de acciones.

1.- Desde que se inicia la demanda ejecutiva y hasta antes


de que se dicte sentencia definitiva de única o primera
instancia, tiene la posibilidad de pedir reserva según lo
faculta el artículo 478 del Código de Procedimiento Civil.
Esta reserva de derechos no puede ser solicitada ante el
tribunal de segunda instancia, pues si así fuera, éste estaría
pronunciándose sobre la solicitud de reserva en única
instancia.

Para saber cómo debe actuar el tribunal frente a esta


solicitud, hay que distinguir dos posibilidades:

a) Si la reserva dice relación con acciones que no se


refieren a la existencia misma de la obligación que es objeto
de la ejecución, el juez deberá acceder a la reserva.
b) Si la reserva dice relación con acciones que se refieren
con la existencia misma de la obligación, en tal caso el
tribunal solo accederá si existen motivos calificados para
ello. Constituye motivo calificado la dificultad o imposibilidad
de rendir prueba.682Este es el único caso en que el tribunal
tiene libertad para conceder o no la reserva; en los demás
casos, está obligado a otorgarla.683

El juez debe dictar sentencia y pronunciarse sobre la


reserva. Si el ejecutado hace reserva de acciones al
presentar su demanda, esta petición debiera formularse en
subsidio de su acción para el evento de que esta no sea
acogida. Si la sentencia acoge la demanda ejecutiva, el juez
no tendrá necesidad de pronunciarse sobre la petición
subsidiaria de reserva de derecho hecha por el ejecutante,
por ser incompatible con lo resuelto; empero, si apelada la
sentencia ella es revocada por el tribunal superior, este
deberá pronunciarse sobre la reserva que el juez de
primera instancia no falló por ser incompatible con lo
resuelto por el fallo apelado, sin requerir nuevo
pronunciamiento del tribunal inferior de conformidad con lo
que prevé elartículo 208delCódigo de Procedimiento Civil.
En este sentido, se ha resuelto "si el tribunal de alzada
revoca el fallo de primera instancia y acoge una de las
excepciones opuestas, está en el deber de pronunciarse
sobre la reserva de acciones planteada por el ejecutante y
si no lo hace incurre en el vicio de casación formal del Nº 5
del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, en
relación con el Nº 6 del artículo 170 del mismo Código".684

Mediante esta reserva, el acreedor conserva su acción y a


diferencia de la contemplada en el artículo 467 del Código
de Procedimiento Civil, su ejercicio no impone el
desistimiento de la acción ejecutiva, pudiendo el ejecutante
obtener sentencia favorable, caso en el cual no surte efecto
la reserva de acciones. Se ha resuelto que no se produce
reserva de acciones si el ejecutante se allana a la
excepción de prescripción.685

El ejecutante debe iniciar el juicio ordinario posterior


dentro de plazo de 15 días contados desde que se le
notifique la sentencia de única o primera instancia o el
cúmplase de la de segunda instancia, si se han interpuesto
recursos en su contra. Si la demanda ordinaria no se
presenta dentro del plazo establecido en el artículo 474 del
Código de Procedimiento Civil, no podrá admitírsele con
posterioridad, según lo sanciona el artículo 478 del mismo
cuerpo normativo.686

2.- Dentro del plazo de cuatro días de que dispone para


responder las excepciones a la ejecución opuestas por el
ejecutado, según lo autoriza el artículo 467 del Código de
Procedimiento Civil. Para tal efecto, el ejecutante en su
escrito de respuesta a las excepciones opuestas por el
ejecutado deberá desistirse de su demanda ejecutiva con
reserva de derechos para entablar acción ordinaria, en cuyo
caso el juicio termina por desistimiento de la
demanda.687 Esta actitud podrá ser asumida cuando el
ejecutante advierta que las excepciones opuestas tienen
plausibilidad de ser acogidas y siendo alguna de ellas
perentorias produce cosa juzgada. Puede convenirle perder
la acción ejecutiva pero mantener la acción ordinaria.688

Se trata de un desistimiento especial, distinto al general


contemplado en el artículo 148 del Código de
Procedimiento Civil, del que también puede hacer uso el
ejecutante, pero ciertamente con caracteres diversos. En
efecto, si el ejecutante decide desistirse de la demanda
ejecutiva en uso de la facultad prevista en el citado artículo
148, podrá hacerlo en cualquier estado del juicio, se tramita
como incidente, pudiendo el tribunal acogerlo o rechazarlo;
de acogerlo extingue las acciones a que él se refiere con
relación a las partes litigantes y a todas las personas a
quienes habrá afectado la sentencia del juicio a que se
pone fin.

Por lo que respecta a esta petición de reserva, el tribunal


debe dictar sentencia aceptando el desistimiento y
declarando la reserva, sin más trámite, vale decir, sin oír al
ejecutado, pues éste no puede oponerse al ejercicio de este
derecho, debiendo el tribunal acceder de inmediato tanto al
desistimiento como a la reserva solicitada. 689 En efecto, el
artículo 467 del Código de Procedimiento Civil, por su
especialidad, prevalece frente a la general del artículo 148
del citado Código, no siéndole aplicable el procedimiento
incidental, como sucede tratándose de este último
artículo.690

Este desistimiento produce los siguientes efectos:

a) El ejecutante no puede demandar ejecutivamente


basado en el mismo título ejecutivo.

b) Quedan sin efecto, ipso facto, el embargo y demás


resoluciones dictadas.

c) El ejecutante debe responder de los perjuicios


causados por la ejecución, salvo lo que se resuelva en el
juicio ordinario posterior.

La simple expresión del desistimiento y de la reserva de


acciones por parte del ejecutante resulta suficiente para
generar el efecto procesal de habilitarlo en orden a
proseguir el procedimiento de cobro posterior, sin
necesidad de obtener un pronunciamiento jurisdiccional
explícito en torno a esa pretensión. Tal conclusión emana
de la simple confrontación entre los institutos del
desistimiento común sujeto a los trámites establecidos para
los incidentes, como lo prescribe el artículo 148 del Código
Procesal Civil y el especial del juicio ejecutivo, que opera de
pleno derecho, por la sola circunstancia de su ejercicio por
el ejecutante, como lo ratifica el tenor del inciso 2º del
artículo 467.691

La demanda ordinaria puede entablarse en cualquier


tiempo, porque el Código de Procedimiento Civil no le ha
señalado al acreedor un plazo para ello, en todo caso
siempre estará limitada por la prescripción.692 Sin embargo,
el ejecutado que no quiera estar sometido a esta espera
podría recurrir a la figura de la jactancia.

Finalmente, en cuanto al curso de las costas, estas son de


cargo del ejecutante, toda vez que el artículo 467 del
Código de Procedimiento Civil establece un principio
general de indemnidad patrimonial del ejecutado como
consecuencia de la ejecución, aserto que resulta compatible
con la circunstancia de que sea el ejecutante y no el
ejecutado quien sea obligado a responder del pago de las
costas causadas en su defensa.693 Por lo demás, no parece
justo que sea el ejecutado quien deba soportarlas si fue
aquel quien inició un proceso de ejecución al que luego
renunció. No obstante, en diversos fallos se ha liberado de
las costas al ejecutante, fundado en que a la hipótesis que
contempla el artículo 467 del Código de Procedimiento Civil
no le son aplicables las normas de los artículos 144 y 148
del Código adjetivo.694

(ii) Reserva del ejecutado


El ejecutado también dispone de dos oportunidades para
solicitar esta reserva.

1.- Antes de dictarse sentencia definitiva de única o


primera instancia, según lo dispone el inciso segundo del
artículo 478 del Código de Procedimiento Civil, aplicándose
las mismas reglas ya estudiadas con ocasión de la reserva
del ejecutante.

2.- En la oportunidad señalada en el artículo 473 del


Código de Procedimiento Civil. En este caso el ejecutado
en el momento de oponer las excepciones, debe alegar que
no dispone de los medios probatorios para justificarlas en el
término de prueba y que, por consiguiente, se le haga
reserva de sus acciones y excepciones para discutir el
asunto en un juicio ordinario; de modo que aquí el
fundamento de la reserva es uno solo: que carece de los
medios de prueba necesarios para acreditar las
excepciones en el término probatorio. En este caso
demandado no tiene obligación de manifestar los hechos y
los medios de prueba de que intenta valerse para acreditar
sus alegaciones, toda vez que carece, precisamente, de los
medios probatorios que le permiten justificar su excepción
ni intenta, tampoco, formalizar juicio, desde luego, al
respecto, sino que lo que pretende es que todo se deje para
un proceso posterior.695

En el evento de hacer el ejecutado en la oposición legal


reserva de derechos, la consecuencia jurídica no es otra
que en el juicio ejecutivo se debe decidir a favor del
acreedor ejecutante, pues, la sentencia que en éste recaiga
—la que debe el juez dictar de inmediato— solo hace cosa
juzgada formal y es permitida su revisión en el juicio
ordinario posterior.696
En esta situación el tribunal debe proceder de inmediato y
sin más trámite a dictar sentencia condenatoria de pago o
de remate.697 Esta hipótesis, al igual que la contemplada en
el artículo 478 del Código de Procedimiento Civil, supone el
pronunciamiento del fallo definitivo. 698 De este modo, no
resulta procedente dar traslado de la oposición, recibir a
prueba las excepciones o pronunciarse sobre las mismas.
En este sentido, se ha resuelto "La sentencia que se
pronuncie en el caso de la reserva del artículo 473 del
Código de Procedimiento Civil no puede resolver sobre el
fondo de las excepciones cuya reserva se solicita para el
juicio ordinario, y si así lo hiciere, incurrirá en vicio de
nulidad por ultra petita".699

Como el tribunal procede a dictar sentencia condenatoria,


el ejecutado además de la reserva debe pedir que no se
haga pago al ejecutante mientras este no caucione las
resultas del juicio ordinario posterior. El juez está obligado a
acceder a la reserva y caución pedidas.

Esta reserva produce dos efectos:

a) El ejecutado puede iniciar un juicio ordinario ejercitando


como acción las mismas excepciones que haya opuesto en
el juicio ejecutivo.

b) No se procederá a ejecutar la sentencia de pago o de


remate dictada en el juicio si el ejecutante no rinde caución
de resultas.

De acuerdo al artículo 474 del Código de Procedimiento


Civil, si el ejecutado no deduce la demanda ordinaria en el
plazo de quince días contados desde que se le notifique la
sentencia de primera instancia o el cúmplase de la de
segunda instancia si se han interpuesto recursos, la fianza
rendida por el ejecutante caduca ipso facto, y la sentencia
se cumplirá sin necesidad de ninguna garantía por parte del
ejecutante.

Entablada que sea la demanda, la fianza perdura hasta


que se falle el juicio ordinario y responderá a las resultas en
caso de que se falle en contra del ejecutante.700

Cabe agregar que las excepciones que se reservan son


aquellas que el ejecutado opuso a la ejecución y no todas
aquellas a que tenía derecho y que dejó extinguirse por no
oponerlas. Ergo no procede la reserva de excepciones que
el ejecutado no interpuso o que fueron declaradas
inadmisibles.701

Así mismo, cabe la posibilidad que el ejecutado efectúe


una reserva parcial de excepciones. No existiendo norma
alguna que prohíba al ejecutado hacer uso de la reserva de
derechos prevista en el artículo 473 del Código de
Procedimiento Civil en forma parcial.702 Tal lo que sucede, v.
gr., cuando el ejecutado opone las excepciones indicadas
en el numerales 7, 9 y 11 del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil y, en virtud de lo dispuesto en el artículo
473 del mismo cuerpo legal, procede a realizar reserva de
su derecho para discutir en juicio ordinario la existencia de
pago parcial que se ha opuesto como fundamento de la
segunda excepción, por no contar con los medios de
prueba para acreditarlo en el probatorio, en el evento que
se rechacen las restantes excepciones deducidas. En el
ejemplo propuesto, siendo la excepción de pago una
excepción divisible, la reserva recaerá únicamente sobre
una parte del crédito; y si el demandado reclama haber
solucionado parcialmente la obligación y dice que no puede
acreditar tal pago, la reserva impetrada se circunscribirá a
tal fragmento de la deuda.
Finalmente, si no se oponen excepciones a la ejecución,
igualmente se produce cosa juzgada, pues para que no se
produzca justamente se debe hacer reserva de acciones y,
por otro lado, la excepción de cosa juzgada prevista en el
Libro Primero del Código de Procedimiento Civil alcanza
igualmente al rebelde.703

Sección XII Tramitación del cuaderno de apremio

1. Generalidades

En el cuaderno de apremio se contendrán todas las


diligencias que permitirán al ejecutante obtener el
cumplimiento compulsivo de la obligación en el patrimonio
de su deudor. Lo encabeza el mandamiento de ejecución y
embargo.

Como ya se tuvo oportunidad de explicar, presentada la


demanda ejecutiva, el juez debe examinarla, y si concurren
los presupuestos legales la admitirá a tramitación y
despachará el mandamiento de ejecución y embargo. La
resolución que provee la demanda ejecutiva se consigna en
el cuaderno principal o ejecutivo. En tanto que el
mandamiento se estampa en el cuaderno de apremio, y
desde entonces el juicio ejecutivo se tramita en dos
cuadernos, el principal o ejecutivo y el de apremio. A su
turno, de la notificación de la demanda ejecutiva se deja
constancia en el cuaderno de ejecutivo, en tanto que, del
requerimiento de pago, en el de apremio.

De este modo, el cuaderno de apremio se inicia con el


mandamiento de ejecución y embargo, en seguida se
practica el requerimiento de pago y se traba el embargo en
caso de que el ejecutado no pague.

2. El mandamiento de ejecución y embargo

a) Concepto

El mandamiento de ejecución y embargo es la orden


escrita impartida por el juez, para que se requiera al deudor
el pago de lo adeudado y, subsidiariamente, si no paga en
el momento del requerimiento, se trabe embargo sobre
bienes suficientes para cubrir esa deuda.

De acuerdo al 441 del Código de Procedimiento Civil, el


mandamiento de ejecución y embargo tiene lugar
únicamente cuando el juez accede a dar curso a la
ejecución y que, por ende, ese mandamiento se despacha
en virtud de una sentencia previa que así lo ha ordenado. El
mandamiento, no es más que una mera consecuencia de la
resolución que necesariamente le antecede. En efecto,
examinado el título ejecutivo y verificado el cumplimiento de
los requisitos formales de la demanda ejecutiva, al tribunal
proveerá el libelo, ordenando despachar el mandamiento de
ejecución y embargo. El "despáchese" es
una autoorden que se da el tribunal para la dictación del
"mandamiento de ejecución y embargo", resolución que
encabeza el cuaderno de apremio y será con la cual se
efectuará el requerimiento de pago al deudor.704 705
-

b) Naturaleza jurídica

Como se indicó, el mandamiento de ejecución y embargo,


que tiene su origen en la providencia "Despáchese" que
recae en la demanda ejecutiva, es la orden escrita de
requerir de pago al deudor y de embargarle bienes
suficientes si no paga en el momento del requerimiento; se
trata, en consecuencia, de la resolución que despacha la
ejecución y que, en cuanto a su naturaleza, constituye una
interlocutoria puesto que resuelve sobre un trámite que ha
de servir de base en el pronunciamiento de una sentencia
definitiva, y como tal, es apelable de acuerdo a las reglas
generales. Tanto es así que de no existir oposición, de
conformidad con el artículo 472 del Código de
Procedimiento Civil, ha de tenerse como sentencia
definitiva.706

c) Mandamiento de ejecución y embargo como sentencia


de término

De acuerdo al artículo 472 del Código de Procedimiento


Civil, si no se oponen excepciones a la ejecución, se omitirá
la sentencia y bastará el mandamiento de ejecución para
que el acreedor pueda perseguir la realización de los bienes
embargados y el pago, de conformidad a las disposiciones
del procedimiento de apremio.

Esta norma permite atribuir al mandamiento de ejecución y


embargo el carácter de sentencia, pero solo para los
efectos de la realización de los bienes embargados. De este
modo, no es que el mandamiento adquiera el carácter de
sentencia si el demandado no opone excepciones en el
juicio ejecutivo, produciéndose una suerte de conversión
procesal, sino que simplemente se omite la sentencia y
basta el mandamiento de ejecución para que el acreedor
pueda perseguir la realización de los bienes
embargados.707En este sentido, se ha resuelto "el artículo
472 del Código de Procedimiento Civil permite atribuir al
mandamiento de ejecución y embargo el carácter de
sentencia, pero sólo para los efectos de la realización de los
bienes embargados y el pago de la deuda respectiva, sin
que resulte procedente extender aquel efecto a situaciones
como lo es, que existió incumplimiento de una de las partes,
pues en tal caso se requiere de la existencia de una
sentencia propiamente tal".708No obstante, se ha sostenido
también que cuando no se oponen excepciones en el
cuaderno ejecutivo, se omite la sentencia definitiva y el
mandamiento de ejecución y embargo se convierte
procesalmente, en la sentencia final del juicio; 709si no se
oponen excepciones en el juicio ejecutivo y, por
consiguiente, se omite dictar sentencia, el mandamiento de
ejecución pasa a tener el mérito de una sentencia de
término, toda vez que la falta de oposición extingue en
forma irrevocable los derechos que pudiera ejercer el
ejecutado;710en el caso de no oponerse excepciones a la
ejecución, el mandamiento tiene la autoridad de cosa
juzgada;711la decisión inicial de despachar mandamiento de
ejecución constituye una verdadera sentencia definitiva,
condicionada a su no impugnación en un término
perentorio.712

Doctrina nacional, comentando la misma norma, sostiene


que la voluntad soberana del legislador ha determinado, en
este caso, que el mero hecho de transcurrir el plazo para
formular oposición sin hacerlo, haga las veces de sentencia
firme, de pago o de remate, para los efectos de seguirse
adelante la ejecución con arreglo a las normas del apremio,
habida consideración a razones prácticas, dada la inutilidad
de dictar una verdadera sentencia.713

d) Contenido del mandamiento

El mandamiento de ejecución y embargo debe contener


ciertas y determinadas menciones, algunas esenciales y
otra de la naturaleza.

d.1) Menciones de la esencia

Las menciones de carácter esencial se encuentran


contenidas en el artículo 443 del Código de Procedimiento
Civil y son las siguientes:

a) La orden de requerir de pago al deudor por el capital,


intereses y costas

b) La orden de embargar bienes del deudor en cantidad


suficiente para cubrir el pago de la deuda en capital
intereses y costas, si este no paga en el acto de
requerimiento.

c) La designación de un depositario provisional que se


haga cargo de la administración de los bienes embargados.

En este punto se pueden plantear dos posibilidades:

1.- Que el ejecutante en la demanda ejecutiva haya


propuesto a una persona como depositario provisional. En
tal caso, la designación de depositario provisional deberá
recaer en la persona que, bajo su responsabilidad, designe
el acreedor. En efecto, de conformidad con lo dispuesto en
el Nº 3 del artículo 443 del Código de Procedimiento Civil, el
primer llamado a designar un depositario de las especies
sobre las que se decreta embargo es el acreedor
ejecutante. Se ha resuelto que cualquier negativa a aceptar
la propuesta efectuada por el ejecutante no encuentra
asidero legal.714 Así, podrá ser designado depositario
provisional, entre otros, un Martillero Público; 715 o bien el
banco respecto de los dineros contenidos en una cuenta
corriente.716 Al indicar el numeral tercero del artículo 443 del
Código de Procedimiento Civil que la designación de
depositario provisional que realiza el ejecutante, lo hace
bajo su responsabilidad, determina que la mala
administración del depositario puede dar origen a un juicio
de indemnización de perjuicios en contra del acreedor.717

El ejecutante podrá incluso designar al deudor o pedir que


no se designe depositario. En tales condiciones, la
exigencia del artículo 450 del Código de Procedimiento
Civil, en cuanto a que el depositario debe firmar la diligencia
de embargo, podrá ser imperativa para el caso de haberse
designado especialmente una persona en ese cargo, sea a
proposición del acreedor o por el tribunal, en subsidio, si
aquel no le ha indicado; pero no es posible hacerle
aplicable al caso de que el acreedor haya optado por
designar en ese cargo al mismo deudor, ya que, en dicho
caso, solo estará obligado a firmar dicha diligencia si
concurre a la diligencia de embargo.718

Cabe señalar que la expresión que utiliza el Nº 3 del


artículo 443 del Código de Procedimiento Civil, en cuanto a
que el acreedor puede incluso pedir que no se designe
depositario, debe entenderse únicamente referida al
depositario provisional, de lo contrario no tendría aplicación
la norma en cuando dispone que el embargo se entiende
hecho por la entrega real o simbólica al depositario.719
2.- Si el ejecutante no ha propuesto depositario
provisional, la designación la hace el juez. En este caso la
designación deberá recaer en persona de reconocida
honorabilidad y solvencia y con la limitación de que no
podrá designar a empleados o dependientes a cualquier
título del tribunal ni en persona que desempeñe el cargo de
depositario en tres o más juicios seguidos ante el mismo
juzgado. Si bien resulta inexplicable la expresión "tres o
más" que emplea el artículo 443 del Código de
Procedimiento Civil, pues aparentemente no significa
ningún límite, habrá de darse el alcance de que puede
designar, seguidamente, hasta tres veces a un mismo
depositario.

Atendido que el depositario provisional puede designarse


con posterioridad al despáchese, se ha resuelto que la
designación de un depositario provisional no constituye
mención esencial del mandamiento de ejecución y
embargo, toda vez que, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 443 Nº 3 del Código de Procedimiento Civil el
acreedor podrá, si lo desea, designar como depositario al
mismo deudor o pedir incluso que no se designe
depositario.720

d.2) Menciones de la naturaleza

A su turno, las menciones de la naturaleza, que son


aquellas que puede contener o no el mandamiento, son las
siguientes:

a) Designación de los bienes sobre los que ha de trabarse


el embargo. Esta designación debe contenerla el
mandamiento en dos casos:
1.- Cuando el acreedor hubiere indicado en su demanda
los bienes sobre los que el embargo debe trabarse.721

2.- Cuando la ejecución recaiga sobre una especie o


cuerpo cierto que exista en poder del deudor según lo
señala el inciso penúltimo del artículo 443 del Código de
Procedimiento Civil.

Si no se individualizan los bienes a embargar en el


mandamiento de ejecución, se aplican las reglas contenidas
en los artículos 444, 447, 448 y 449 del Código de
Procedimiento Civil. De ahí que la designación de bienes no
es mención de la esencia del mandamiento.

b) La orden de proceder en la traba del embargo con


auxilio de la fuerza pública, siempre que en concepto del
tribunal haya fundado temor de que el mandamiento sea
desobedecido y que el ejecutante lo solicite expresamente.
Así lo contempla el inciso final del artículo 443 del Código
de procedimiento Civil.

Finalmente, el mandamiento debe llevar la firma del juez


en las condiciones que imponen los artículos 61 y 169 del
Código de procedimiento Civil y 380 Nº 2 del Código
Orgánico de Tribunales.

3. El embargo

a) Generalidades

Practicado el requerimiento de pago en los términos ya


estudiados, sin que se verifique el pago por el deudor,
corresponde que se trabe embargo sobre los bienes del
deudor.

De acuerdo al artículo 2465 del Código Civil "Toda


obligación personal da al acreedor el derecho de perseguir
su ejecución sobre todos los bienes raíces o muebles del
deudor, sean presentes o futuros, exceptuándose
solamente los no embargables, designados en el
artículo1618". De ahí entonces, que si el deudor no realiza
la prestación que sea objeto de la obligación, el acreedor
puede obtener la satisfacción de su derechomediante la
realización de cualquier bien del patrimonio del deudor,
salvo los inembargables.722

El embargo es una actuación propia del órgano


jurisdiccional, de este modo ni la autoridad administrativa ni
un particular, ni las partes de común acuerdo pueden
disponerlo, ello por estar comprendido en la limitación del
dominio el orden público.723

A través del embargo se determina qué bienes de entre


los que forman el patrimonio del deudor van a responder de
una ejecución concreta. El acreedor insatisfecho no puede
apoderase por su cuenta de los bienes del deudor para
venderlos y lograr con el precio obtenido, la satisfacción de
su derecho o reparación de los perjuicios que haya sufrido
como consecuencia del incumplimiento del
724
deudor; garantiza que solo serán sometidos a la ejecución
los bienes que puedan ser objeto de los modos de
realización forzosa; constituye un presupuesto esencial
para la validez de los posteriores actos de la ejecución;
cualquier venta en pública subasta o adjudicación de bienes
sin que previamente estén embargados adolece de un vicio
de nulidad; tutela los derechos e intereses del ejecutado,
evitando que la ejecución afecte más bienes que los
necesarios para conseguir el pago de lo debido; y protege
los intereses de terceros, puesto que conocidos que sean
los bienes embargados, los terceros interesados podrán
impugnar la afección antes que el bien sea adjudicado,
mediante las correspondientes tercerías.

Por otro lado, según se ha resuelto, la sola circunstancia


de ser absuelto el ejecutado no impone al ejecutante la
obligación de indemnizarle los perjuicios que haya sufrido
con el embargo trabado, sino la de pagarle las costas de la
ejecución. La indemnización de aquellos perjuicios se regla
por las normas generales contenidas en el Código Civil.725

b) Concepto

El embargo es una actuación judicial cuya finalidad


primordial es afectar bienes concretos del patrimonio del
ejecutado, para asegurar con ellos el pago de la deuda, ya
sea con las especies mismas o con el producto de la
realización de los bienes embargados.

Su objeto es la individualización y la indisponibilidad del


bien afectado mediante los cuales se asegura que el
importe que se obtenga por la realización judicial del mismo
será aplicado a satisfacer el interés del acreedor.726

Esta diligencia se concreta con la entrega real o simbólica


de bienes pertenecientes al deudor que realiza el ministro
de fe al depositario designado.

c) Requisitos del embargo

c.1) Requisitos objetivos

a) El embargo debe recaer sobre bienes o derechos


determinados del ejecutado.
En la diligencia del embargo deben identificarse con cierta
exactitud los bienes o derechos sobre los cuales se ha
trabado el embargo, independientemente de la fórmula
utilizada al despachar el mandamiento de ejecución y
embargo y quien haya sido el que designó los bienes que
han de quedar afectados. Inclusive el embargo que recae
sobre una cuenta corriente bancaria debe ceñirse aquella
cantidad que se considere suficiente para cubrir la suma por
la cual se despachó el mandamiento de ejecución,
pudiendo el deudor disponer libremente del saldo restante.

b) El embargo debe materializarse sobre bienes o


derechos susceptibles de ser embargados.

De conformidad al artículo 2465 del Código Civil, el


acreedor puede perseguir su crédito sobre todos los bienes
raíces o muebles del deudor, presente o futuros, salvo
aquello que la ley ha declarado inembargables.

Para que un bien sea susceptible de embargo no es


menester que esté libre de toda otra traba jurídica. Así, por
ejemplo, podrá embargarse un bien ya embargado —
reembargo— o sobre algún bien gravado con hipoteca o
cualquier otra carga; eso sí, el valor del bien embargado
disminuirá según sean el valor de las cargas que pesan
sobre él.

c) El embargo debe recaer sobre bienes o derechos


suficientes para responder de la deuda, intereses y costas,
por las que se ha despachado la ejecución.

El embargo debe limitarse a cubrir únicamente la cantidad


por la cual se despachó la ejecución. De este modo no
deben embargarse bienes cuyo previsible valor exceda de
la cantidad por la que se ha despachado ejecución, a
menos que en el patrimonio del ejecutado solo exista
bienes de un valor superior a lo demandado, pues en tal
caso, la afección de esos bienes será necesario para los
fines de la ejecución.

Por otro lado, si los bienes embargados resultan ser


insuficientes para cubrir el monto adeudado, podrá
ampliarse el embargo a otros bienes del deudor. Cabe tener
presente que el embargo en bienes del deudor no atiende al
monto de la deuda, de lo contrario, habría que concluir que
si un deudor solamente posee bienes de gran valor no
podrían embargárseles por una deuda pequeña, conclusión
que naturalmente no se condice con nuestra legislación en
la cual conforme a lo dispuesto en el artículo 2465 del
Código Civil, el acreedor tiene el derecho de perseguir su
ejecución sobre todos los bienes raíces o muebles del
deudor, sean presentes o futuros, exceptuándose
solamente los no embargables, designados en el artículo
1618 del Código Civil.727

La apreciación de la suficiencia de los bienes embargado


corresponde al ministro de fe encargado de la diligencia, sin
perjuicio de lo que pueda resolver el tribunal a solicitud de
la parte interesada. Para este efecto existen la figura de la
ampliación y reducción del embargo.

c.2) Requisito subjetivo

El embargo solo puede realizarse sobre bienes que


pertenezcan al ejecutado. Así lo dispone el número 2 del
artículo 443 del Código de Procedimiento Civil, al expresar
que el mandamiento de ejecución contiene la orden de
embargar bienes del deudor. Exigencia que se ve
corroborada por lo estatuido en el inciso segundo del
artículo 450 del Código del ramo al prescribir que el Ministro
de Fe que practique la diligencia del embargo debe dejar
constancia de toda alegación que haga un tercero
invocando la calidad de dueño o poseedor del bien
embargado.

Para satisfacer este presupuesto se requiere una


probabilidad suficiente, donde el ministro de fe a cargo de la
diligencia debe atender a cualquier circunstancia que revele
que la titularidad del bien corresponde al ejecutado:
presunciones o signos externos.728 Así, por ejemplo, si se
trata de bienes muebles que están en posesión del deudor
al momento de la traba del embargo (artículo 700 del
Código Civil); o tratándose de bienes cuya titularidad pueda
ser objeto de inscripción, en cuyo caso la ley ha establecido
una presunción de dominio.

El Ministro de Fe encargado de la diligencia del embargo


debe abstenerse de ejecutarla, sobre bienes que
ostensiblemente aparezcan no pertenecerles al ejecutado o
bien cuando se deduzca oposición por un tercero alegando
dominio o posesión sobre ellos. De esta última alegación, el
Receptor debe dejar constancia en el proceso. El embargo
sobre bienes que no pertenecen al deudor no es nulo, pero
autoriza a su propietario a entablar la correspondiente
tercería de dominio o de posesión en los términos
contemplados en los artículos 518 y siguientes del Código
de Procedimiento Civil.

Es común que los tribunales no concedan el auxilio de la


fuerza pública para la traba del embargo en lugares
distintos al domicilio particular. Tal es el caso del domicilio
laboral. No obstante, se ha resuelto que el hecho de
tratarse del domicilio laboral del ejecutado no impide la
diligencia del embargo en dicho lugar, puesto que los
terceros que se sientan agraviados podrán deducir las
correspondientes tercerías.729 También se ha resuelto que
no impide la subasta de un inmueble embargado el hecho
de encontrase inscrito a nombre de un tercero a la época
del remate, si la obligación por la cual se ejecuta al
demandado y el embargo mismo, son anteriores a la
inscripción que favorece al tercero.730

d) Bienes embargables

El derecho de prenda general habilita al acreedor para


perseguir su acreencia sobre todos los bienes del deudor,
sin importar su naturaleza; exceptuándose aquellos que son
inembargables. De este modo, son embargables, los
derechos hereditarios;731 la devolución anual de
732
impuestos;  la patente de alcoholes otorgada por alguna
Municipalidad al ejecutado;733 734 o bien una marca
-

registrada, entre otros derechos del deudor.

e) Bienes inembargables

Por lo general son inembargables aquellos bienes que son


indispensables para la subsistencia del deudor o para el
funcionamiento de los servicios necesarios para la
población; de ahí que la inembargabilidad se defina como
un privilegio establecido en favor de los demandados para
evitar que sean privados de los medios indispensables de
subsistencia.735

e.1) Características de la inembargabilidad

(i) Es renunciable

De acuerdo al artículo 12 del Código Civil, son


renunciables los derechos que solo miran el interés
particular de su titular y cuya renuncia no está prohibida por
la ley. De modo que, si concurren estas dos condiciones,
que será lo normal, nada impide que se renuncie al
privilegio de la inembargabilidad y esta posibilidad de
renuncia la confirma el inciso final del artículo 445 del
Código de Procedimiento Civil al prohibirla en ciertos casos.
Bajo esta premisa, el deudor no puede renunciar al derecho
de inembargabilidad a que se refiere los bienes indicados
en los números 8 y 13 del artículo 445 del Código de
Procedimiento Civil, ya que no mira únicamente su interés,
sino además el de su familia; los bienes indicados en el
número 7 por encontrase establecidos en beneficio de la
comunidad; y los bienes del número 1, por prohibirlo la ley,
al establecerse en el inciso final del artículo 445 del Código
de Procedimiento Civil que "Son nulos y de ningún valor los
contratos que tengan por objeto la cesión, donación o
transferencia en cualquier forma, ya sea a título gratuito u
oneroso, de las rentas expresadas en el número 1 de este
artículo o de alguna parte de ellas".

Esta renuncia puede ser expresa o tácita.

Será expresa cuando se haga en términos formales y


explícitos; como si en el contrato que consta la obligación
se excluye de la inembargabilidad determinados bienes.
Será tácita, cuando no se reclame del embargo, mediante el
incidente de exclusión del embargo, antes que los bienes se
rematen.

(ii) Irretroactividad de la ley

De acuerdo al artículo 9º del Código Civil, la ley solo


puede disponerse para lo futuro y no tendrá jamás efecto
retroactivo. Aplicado este precepto al embargo de bienes,
resultan dos conclusiones:
1.- El embargo ya trabado sobre bienes que la ley permite
embargar, constituye un derecho adquirido que no puede
ser afectado por una ley posterior.

2.- Mientras el embargo no sea trabado, la posibilidad de


embargarse ciertos bienes del deudor, constituye una mera
expectativa que desaparece al dictarse una ley que prohíba
el embargo de esos bienes.

e.2) Los bienes inembargables señalados en el artículo 445


del Código de Procedimiento Civil

El artículo 445 del Código de Procedimiento Civil amplió el


artículo 1618 del Código Civil, haciendo extensivo a otros
bienes el carácter de inembargables. De conformidad a la
norma recién citada son bienes inembargables los
siguientes:

1.- Los sueldos, las gratificaciones y las pensiones de


gracia, jubilación, retiro y montepío que pagan el Estado y
las Municipalidades.

Sin embargo, tratándose de deudas que provengan de


pensiones alimenticias decretadas judicialmente, podrá
embargarse hasta el 50% de las prestaciones que reciba el
alimentante por concepto de sueldos, gratificaciones o
pensiones de gracia, jubilación, retiro y montepío que pagan
el Estado y las Municipalidades.

Este número trata de las remuneraciones y otros haberes


que el Estado y las Municipalidades pagan a los empleados
públicos o municipales.

La inembargabilidad de los sueldos de los empleados


públicos ha sido establecida por el Código de
Procedimiento Civil en favor de ellos, consultado un interés
público.736Esta inembargabilidad alcanza también a la
remuneración que perciben ciertos funcionarios de parte del
público, tal es el caso de Notarios, Archiveros,
Conservadores, Receptores, Defensor Público y demás
funcionarios a los cuales la ley fija su arancel.737

Cabe mencionar que las rentas vitalicias quedan


comprendidas en este numeral, atendido que el Decreto
Ley Nº 3.500 que regula el Sistema de Pensiones consagra
como modalidad para recibir una pensión la renta vitalicia,
por lo que de conformidad con el artículo 61 del referido
cuerpo legal queda establecido que la misma constituye
una forma de jubilación y por ende se encuentra protegida
por lo dispuesto en el citado elartículo 445Nº 1 delCódigo
de Procedimiento Civil, no obstante la referencia que dicho
artículo hace al Estado y las municipalidades, atenido el
contexto histórico del sistema previsional vigente a la
época.

Además, el propio Decreto Ley antes indicado determina,


en sus artículos 62, 62 bis y 63 que regulan las diversas
formas de acceder a una renta vitalicia, que los contratos
celebrados entre la respectiva Compañía Aseguradora y el
asegurado conllevan asociados un seguro de vida, por lo
que el pago de sus primas y retiros que constituyen la renta
están al mismo tiempo amparadas por el artículo 445 Nº 6
del Código de Procedimiento Civil.738

2.- Las remuneraciones de los empleados y obreros en la


forma que determinan los artículos 40 y 153 del Código del
Trabajo.

Este numeral se refiere a los trabajadores del sector


privado y la remisión normativa debe entenderse referida al
actual artículo 57 del Código del Trabajo, atendido que los
artículos 40 y 153 fueron derogados por el artículo 166 del
D.L. Nº 2.200 de 1976.

De acuerdo al artículo 57 del Código de Trabajo, las


remuneraciones de los trabajadores y las cotizaciones de
seguridad social serán inembargables. No obstante, podrán
ser embargadas las remuneraciones en la parte que
excedan de cincuenta y seis unidades de fomento.

Con todo, tratándose de pensiones alimenticias debidas


por ley y decretadas judicialmente, de defraudación, hurto o
robo cometidos por el trabajador en contra del empleador
en ejercicio de su cargo, o de remuneraciones adeudadas
por el trabajador a las personas que hayan estado a su
servicio en calidad de trabajador, podrá embargarse hasta
el cincuenta por ciento de las remuneraciones.

Finalmente cabe mencionar que el 170 del Código


Tributario, relativo al cobro ejecutivo de obligaciones
tributarias, dispone que el embargo podrá recaer en la parte
de las remuneraciones que perciba el ejecutado que
excedan a cinco unidades tributarias mensuales. Sin
embargo, las normas de inembargabilidad consagradas en
el Código del Trabajo, hoy actual artículo 57, debe aplicarse
preferentemente por sobre el artículo 170 del Código
Tributario por el principio de la especialidad, consagrada en
el artículo 13 del Código Civil, no pudiendo perderse de
vista el hecho de que la remuneración cumple una función
de orden humanitario fundamental, cual es permitir la
subsistencia del trabajador y su familia, por ello no puede
embargarse sino en lo que exceda de 56 Unidades de
Fomento.739Además, se ha sostenido que esta norma del
año 1975 debe entenderse derogada tácitamente por el
actual artículo 57 del Código del Trabajo del año 1981.740
3.- Las pensiones alimenticias forzosas.

4.- Las rentas periódicas que el deudor cobre de una


fundación o que deba a la liberalidad de un tercero, en la
parte que estas rentas sean absolutamente necesarias para
sustentar la vida del deudor, de su cónyuge y de los hijos
que viven con él y a sus expensas.

5.- Los fondos que gocen de este beneficio, en


conformidad a la Ley Orgánica del Banco del Estado de
Chile y en las condiciones que ella determine.

6.- Las pólizas de seguro sobre la vida y las sumas que,


en cumplimiento de lo convenido en ellas, pague el
asegurador. Pero, en este último caso, será embargable el
valor de las primas pagadas por el que tomó la póliza

7.- Las sumas que se paguen a los empresarios de obras


públicas durante la ejecución de los trabajos. Esta
disposición no tendrá efecto respecto de lo que se adeude a
los artífices u obreros por sus salarios insolutos y de los
créditos de los proveedores en razón de los materiales u
otros artículos suministrados para la construcción de dichas
obras.

Se ha resuelto que es embargable la remuneración del


demandado cuando el contrato de donde proviene tiene su
origen en el Servicio de Conservación de los Arboles
Ornamentales. Este servicio no tiene naturaleza de obra
pública, atendida la definición contenida en el artículo 4º
Nº 12 del Decreto Nº 1.340 de 1965, que aprueba el
Reglamento Para Contrato De Obra Pública, disposición
que define la Obra Pública como inmueble, construido por
el Estado directamente o en virtud de un contrato cuya
finalidad es propender al bien público.741
8.- El bien raíz que el deudor ocupa con su familia,
siempre que no tenga un avalúo fiscal superior a cincuenta
unidades tributarias mensuales o se trate de una vivienda
de emergencia, y sus ampliaciones, a que se refiere el
artículo 5º del Decreto Ley Nº 2.552, de 1979; los muebles
de dormitorio, de comedor y de cocina de uso familiar y la
ropa necesaria para el abrigo del deudor, su cónyuge y los
hijos que viven a sus expensas.

La inembargabilidad establecida en este numeral no rige


para los bienes raíces respecto de los juicios en que sean
parte el Fisco, Las Cajas de Previsión y demás organismos
regidos por la ley del Ministerio de la Vivienda y Urbanismo.

9.- Los libros relativos a la profesión del deudor hasta el


valor de cincuenta unidades tributarias mensuales y a
elección del mismo deudor.

10.- Las máquinas e instrumentos de que se sirve el


deudor para la enseñanza de alguna ciencia o arte, hasta
dicho valor y sujetos a la misma elección.

11.- Los uniformes y equipos de los militares, según su


arma y grado.

12.- Los objetos indispensables al ejercicio personal del


arte u oficio de los artistas, artesanos y obreros de fábrica; y
los aperos, animales de labor y material de cultivo
necesarios al labrador o trabajador de campo para la
explotación agrícola, hasta la suma de cincuenta unidades
tributarias mensuales y a elección del mismo deudor.

Se ha resuelto que conforman este grupo de bienes las


máquinas de coser embargadas por ser del oficio de la
tercerista.742
13.- Los utensilios caseros y de cocina, y los artículos de
alimento y combustible que existan en poder del deudor,
hasta concurrencia de lo necesario para el consumo de la
familia durante un mes.

Se ha resuelto que este numeral hace extensible el


carácter de inembargable a todos los artículos caseros que
sirvan para la alimentación y calefacción de un grupo
familiar, como por ejemplo una estufa a gas; 743horno
microondas;744o lavadora eléctrica.745 Lo propio un
refrigerador, atendida su función y la utilidad que presta.746

14.- La propiedad de los objetos que el deudor posee


fiduciariamente.

15.- Los derechos cuyo ejercicio es enteramente personal,


como los de uso y habitación.

16.- Los bienes raíces donados o legados con la expresión


de no embargables, siempre que se haya hecho constar su
valor al tiempo de la entrega por tasación aprobada
judicialmente; pero podrán embargarse por el valor
adicional que después adquieran.

17.- Los bienes destinados a un servicio que no pueda


paralizarse sin perjuicio del tránsito o de la higiene pública,
como los ferrocarriles, empresas de agua potable o
desagüe de las ciudades, etc.; pero podrá embargarse la
renta líquida que produzcan, observándose en este caso lo
dispuesto en el artículo anterior.

Se ha resuelto la inembargabilidad de los inmuebles


afectos a la concesión de servicios públicos sanitarios.747

18.- Los demás bienes que leyes especiales prohíban


embargar.
e.3) Otros bienes inembargables señalados en normativas
general y especiales

(i) Código Civil

De acuerdo al artículo 2466 del Código Civil es


inembargable el usufructo de marido sobre los bienes de la
mujer y el usufructo del padre o madre de familia sobre los
bienes del hijo. Sin embargo, son embargables los frutos
provenientes del usufructo del marido sobre los bienes de la
mujer.748

El fideicomiso es inembargable respecto del


fideicomisario, púes este no tiene sobre aquel, ningún
derecho, sino la mera expectativa de adquirirlo. 749 No
obstante, son embargables los frutos de los objetos que el
deudor posee fiduciariamente. Esto es así, dado que la
propiedad fiduciaria no comprende los frutos que produzcan
los objetos que se poseen fiduciariamente, porque
percibidos son independientes del dominio del bien que los
produce y su enajenación en nada afecta ese dominio,
frutos que incrementan el patrimonio del deudor, sin
ninguna limitación, y quedan en consecuencia afectos al
pago de sus obligaciones.750

(ii) Código de Minería

De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 226, no son


embargables: a) la concesión del deudor; b) las cosas que
se reputan inmuebles accesorios conforme al artículo 3º, y
c) las provisiones introducidas dentro de los límites de la
concesión. Dentro de la expresión "provisiones", se
entiende comprendido aquellos bienes muebles necesarios
para la exploración o explotación de la concesión, como
utensilios, herramientas, explosivos, etc. No obstante la
propia norma establece una excepción, al establecer que
tienen derecho a embargar la concesión y,
consecuentemente, a enajenarla para hacerse pago de sus
acreencias, las siguientes personas: a) los acreedores
hipotecarios; b) los acreedores del deudor minero que tenga
la calidad de sociedad anónima, y c) los acreedores del
deudor minero que consienta en el embargo y enajenación,
siempre que el consentimiento se dé en el mismo juicio.751

(iii) Los derechos sociales en las sociedades de personas

Los derechos sociales en las sociedades de personas son


bienes inembargables. En efecto, las sociedades
comerciales de responsabilidad limitada, al igual que la
sociedad colectiva comercial, son sociedades de personas
porque se forman "intuito personae", por las
responsabilidades que la ley establece; y el artículo 404 del
Código de Comercio, en su número 3, prohíbe a los socios
ceder a cualquier título su interés en la sociedad y hacerse
sustituir en el desempeño de las funciones que le
correspondan en la administración, agregando que la
"cesión o sustitución sin previa autorización de todos los
socios es nula, lo que es indiciario que los actos
relacionados con la administración son actos
personalísimos, naturaleza que no cambia por el hecho de
tratarse de una enajenación forzosa. Por otra parte, los
artículos 1618 del Código Civil y 445 del Código de
Procedimiento Civil, disponen la inembargabilidad de los
derechos cuyo ejercicio es enteramente personal.752

No obstante y con buenos argumentos, se ha sustentado


la embargabilidad de los derechos sociales en las
sociedades de personas, fundado en que su
inembargabilidad no se encuentra establecida en el artículo
1618 del Código Civil ni el artículo 445 del Código de
procedimiento Civil y tampoco es consecuencia de las
prohibiciones señaladas en los artículo 380 del Código de
Comercio y 2096 del Código Civil, como quiera que estos
se refieren a bienes sociales corporales;753asimismo se
arguye que lo que prohíbe el artículo 380 del Código de
Comercio es el embargo del aporte que un socio hubiere
introducido en la sociedad, cosa distinta a que se
embarguen los derechos que el socio tiene en la sociedad,
derechos que los tiene incorporados a su patrimonio.754

Siguiendo esta línea, se ha resuelto que lo establecido en


el artículo 445 del Código de Procedimiento Civil en cuanto
a que no son embargables, de conformidad con el Nº 18,
los demás bienes que leyes especiales prohíban embargar,
debe entenderse que en lo referente a los derechos del
deudor en una sociedad de personas pueden serlo, pero
con las limitaciones que la misma ley estatuye. En
consecuencia, pueden embargarse los derechos de un
socio en una sociedad de personas y subastarse, pero en el
bien entendido de que el deudor, esto es, el ejecutado, no
pierde la calidad de socio ni la administración de la
sociedad si la tuviere, y que el subastador solo adquiere el
derecho a percibir las asignaciones que se hagan al
ejecutado a cuenta de los beneficios o sus aportes o
acciones al momento de producirse la disolución de la
compañía y división o liquidación del haber social según se
trate de sociedades civiles o comerciales.755

(iv) Ley de Bancos

De acuerdo al Nº 13 del artículo 69 del D.F.L. Nº 3 que fija


la Ley General de Bancos, la boletas o depósitos de
garantía que emitan los bancos en el marco de sus
operaciones que permite efectuar la norma citada, son
inembargables por terceros extraños al contrato o a la
obligación que caucionen.

En este contexto, se ha resuelto que la boleta de garantía


para una obra pública es inembargable por terceros
extraños al contrato o a la obligación que cauciona.756

(v) Bienes municipales

De acuerdo al artículo 32 del D.F.L. Nº 1 que fija el Texto


Refundido, Coordinado y Sistematizado de la Ley
Nº 18.695, Orgánica Constitucional de Municipalidades, los
bienes municipales destinados al funcionamiento de sus
servicios y los dineros depositados a plazo o en cuenta
corriente, serán inembargables.

Cabe precisar que la ejecución de toda sentencia que


condene a una municipalidad se efectúa mediante la
dictación de un decreto alcaldicio. Con todo, tratándose de
resoluciones recaídas en juicios que ordenen el pago de
deudas por parte de una municipalidad o corporación
municipal, y correspondiere aplicar la medida de arresto
prevista en el artículo 238 del Código de Procedimiento
Civil, esta solo procederá respecto del alcalde en cuyo
ejercicio se hubiere contraído la deuda que dio origen al
juicio.757

(vi) Organismos Públicos de Salud

De acuerdo al artículo 43 del D.F.L. Nº 1 que fija Texto


Refundido, Coordinado y Sistematizado del Decreto Ley
Nº 2.763, de 1979 y de las Leyes Nº 18.933 y Nº 18.469,
gozan de inembargabilidad los bienes raíces y muebles de
propiedad del Servicio de Salud que se encuentren
destinados al funcionamiento de los servicios sanitarios,
administrativos u otros objetivos del Establecimiento. Esta
limitación no es absoluta, ya que solo está relacionada con
los bienes destinados al funcionamiento de los servicios
administrativos y médicos, de manera que a la luz de esa
restricción es que debe considerarse la petición de
embargo.758

(vii) Fondos de pensiones

El artículo 14 letra a) de la Ley Nº 19.641 consagra la


inembargabilidad de los fondos de pensiones.

(viii) Fondos de cesantía

De acuerdo al artículo 40 de la Ley Nº 19.728, los bienes y


derechos que compongan el patrimonio de los Fondos de
Cesantía serán inembargables.

(ix) Asignación familiar

En conformidad al artículo 15 del D.F.L. Nº 150, la


asignación familiar y demás prestaciones del sistema serán
inembargables.

(x) La propiedad indígena

De acuerdo al artículo 13 de la Ley Nº 19.253, las tierras


calificadas de indígenas conforme al artículo 12 del citado
cuerpo normativo, por exigirlo el interés nacional, no podrán
ser enajenadas, embargadas, gravadas, ni adquiridas por
prescripción, salvo entre comunidades o personas
indígenas de una misma etnia. No obstante, se permitirá
gravarlas, previa autorización de la Corporación. Este
gravamen no podrá comprender la casa-habitación de la
familia indígena y el terreno necesario para su subsistencia.
Esa decisión se funda en la supremacía del interés
nacional, evidentemente por sobre el particular, tal como lo
indica el artículo 13 de la Ley Nº 19.253.759

(xi) Concesión marítima

La concesión marítima queda comprendida dentro de los


bienes inembargables que se consigna en el artículo 445
Nº 15 del Código de Procedimiento Civil, habida
consideración que se trata de un derecho cuyo ejercicio es
exclusivamente personal y lo mismo sucede con el
arrendamiento de ella, de manera que en el evento de que
se quisiera ceder el arrendamiento aún en pública subasta,
cae dentro de la inembargabilidad, toda vez que el titular no
puede ser privado de aquella.760

(xii) Las subvenciones escolares

Las subvenciones escolares se estimaban inembargables,


fundado en que la aplicación de los artículos 2º y 5º del
D.F.L. Nº 2 de 1997 permite sostener, por una parte, que el
sostenedor de un establecimiento educacional no incorpora
en su patrimonio la subvención, debido a que dicho
beneficio tiene el carácter de fondo fiscal, afectada a un fin
determinado por la ley, cual es, en términos generales,
mantener el funcionamiento de los establecimientos
educacionales y, por otro lado, la inembargabilidad de la
subvención fiscal educacional, toda vez que el sostenedor
recibe la subvención como mero administrador fiduciario,
los que pasan a ser inembargables en los términos del
artículo 445 Nº 14 del Código de Procedimiento Civil, que
establece: "No son embargables: la propiedad de los
objetos que el deudor posee fiduciariamente".761

Sin embargo, el criterio que se ha ido imponiendo es el de


la embargabilidad de la subvención. Así, se ha fallado que
no existe norma alguna que declare la inembargabilidad de
la subvención, habría que estarse al principio contrario, es
decir, la subvención que el Fisco paga a los sostenedores,
entre ellos a la demandada de este litigio, sería
perfectamente embargable, conclusión que se ve
confirmada por las disposiciones del D.F.L. Nº 2 de
Educación, las que deben interpretarse armónicamente.
Además, existe una norma expresa, la del inciso segundo
del artículo 15 del ya citado D.F.L. Nº 2, que prescribe que
la subvención debe ser pagada directamente a los
sostenedores o a sus representantes legales, salvo en el
caso de medidas judiciales, dentro de las cuales se
encuentra, el embargo decretado en este proceso.762

(xiii) Ley Nº 19.123

El artículo 17 de la Ley Nº 19.123 establece una pensión


mensual de reparación e beneficio de los familiares de las
víctimas de violaciones a los derechos humanos o de
violencia política, que se individualizan en el Volumen
Segundo del Informe de la Comisión Nacional de Verdad y
Reconciliación y de las que se reconozcan en tal calidad
por la Corporación Nacional de Reparación y
Reconciliación, conforme a lo dispuesto en los artículos 2º
Nº 4 y 8º Nº 2.

Esta ley en su artículo 26 dispone que las pensiones


mensuales de reparación establecidas en los artículos 17 y
19 y la bonificación compensatoria del artículo 23 son
inembargables.

(xiv) Ley Nº 16.807

El artículo 53 de la Ley Nº 16.807, establece una


inembargabilidad general por deudas de cualquier origen o
naturaleza, respecto de las propiedades hipotecadas en
garantía de préstamos otorgados en conformidad a esta ley,
y la única exigencia para gozar de este beneficio consiste
en que el deudor ocupe el inmueble como habitación
principal, hecho que incluso se presume legalmente. Sin
embargo, tal privilegio no existe si la acreencia proviene de
contribuciones, pavimentación u otros gravámenes de esta
naturaleza y tampoco del acreedor hipotecario.763

e.4) Situación de los bienes familiares

La declaración de bien familiar no transforma en


inembargable el bien en que recae, sino que tan solo limita
la facultad de disposición de su propietario, quién para
enajenar, gravar o prometer hacerlo voluntariamente
necesita la autorización de su cónyuge.764

f) Designación de bienes para la traba del embargo

El Código de Procedimiento Civil establece un orden de


precedencia en relación a las personas que pueden
designar los bienes a embargar:

f.1) El acreedor

El acreedor dispone de dos oportunidades para hacer la


designación de los bienes.

a) Puede designarlos en su demanda, lo que hará en un


otrosí; y si así lo hace, el mandamiento de ejecución deberá
designar estos bienes. Lo propio si el embargo recae sobre
el cuerpo cierto, debido según lo estatuye el inciso
penúltimo del artículo 443 del Código de Procedimiento
Civil.
b) Concurriendo al embargo y designando los bienes
verbalmente, con tal que no exceda de lo necesario para
responder a la deuda, apreciación que debe hacer el
ministro de fe, sin perjuicio de lo que pueda resolver el
tribunal a solicitud de la parte interesada una vez que se
plantee el incidente de reducción o ampliación del embargo
en los términos que estatuyen los artículos 447 y 456 del
Código de Procedimiento Civil.

El ejecutante podrá hacer la designación en el acto del


embargo, siempre que no los haya designado en su
demanda.

Si bien, el orden de prelación a que se refiere el artículo


449 del Código de Procedimiento Civil solo resulta aplicable
para el caso que el acreedor o el ejecutado no haga uso del
derecho a designar bienes para la traba del embargo; 765 en
su designación, de todos modos, deberá cuidar no exceder
de lo necesario para satisfacer su crédito. Necesariamente,
habrá de intentarse trabar embargo sobre otras especies de
valor medianamente equivalente a la deuda. En este
sentido, se ha resuelto rechazar la realización del inmueble
embargado si su tasación supera en más de 10 veces el
valor nominal de lo adeudado, pues con ello se excede de
lo necesario para responder de ella, disponiéndose que se
proceda conforme al orden que establece el artículo 449 del
Código de Procedimiento Civil.766 Sin embargo, si el deudor
carece de otros bienes el acreedor podrá obtener la
realización del bien embargado independientemente de su
tasación.767

Frente a la designación de bienes hecha por el actor, el


ejecutado carece de legitimación para solicitar su exclusión
argumentando que los mismos no le pertenecen. Tal
circunstancia debe ser alegada, acreditada y resuelta en el
procedimiento que la ley prevé para que terceros ajenos al
juicio comparezcan haciendo valer sus derechos en los
bienes que han sido objeto de embargo.768 Por otro lado, en
este estadio procesal, el juez no puede pronunciarse acerca
del dominio de los bienes designados por el acreedor para
el embargo, toda vez que la ley no prevé un escenario
probatorio al efecto, debiendo el juez limitarse a tener
presente los bienes designados, sin perjuicio de los
derechos que se puedan ejercer por terceros afectados por
el embargo.769

f.2) El deudor

Solo si el acreedor no ha hecho la designación de los


bienes, puede hacerla el demandado en el momento mismo
del embargo, en este caso será el Ministro de Fe quien
aprecie la suficiencia de los bienes designados por el
demandado, según lo estatuye el artículo 448 Código de
Procedimiento Civil.

f.3) La ley

Si ni el acreedor ni el demandado han designado los


bienes, esta será hecha por el Ministro de Fe, quien deberá
sujetarse al orden de prelación que establece el artículo 449
del Código de Procedimiento Civil, vale decir,

1º Dinero.

2º Otros bienes muebles.

3º Bienes raíces.

4º Salarios y pensiones.
Si bien el artículo 449 del citado texto tiene como
destinatario al Ministro de Fe que practica el embargo,
cobra sentido solo en la medida que aparezca en el proceso
que el deudor tiene varias clases de bienes susceptibles de
embargo.770

Al igual que en las hipótesis anteriores, la cantidad de


bienes que deben embargarse depende de la apreciación
que haga el Ministro de Fe. Esta apreciación de suficiencia
queda sujeta a la revisión que puede hacer el tribunal si
alguna de las partes reclama de ello, según lo prevén los
artículos 447 y 448 del Código de Procedimiento Civil.

Finalmente cabe reiterar que, si la ejecución recae sobre


un cuerpo cierto, el embargo deberá trabarse sobre él.

g) Requisitos que se deben cumplirse en el acto de


embargo

1.- Debe trabarse previo requerimiento de pago al deudor.

2.- Debe realizarse en día y horas hábiles.

Al tratarse de actuaciones judiciales, recibe aplicación lo


prescrito en el artículo 59 del Código de Procedimiento
Civil. En consecuencia, son días hábiles los no feriados y
horas hábiles las que median entre las ocho y veinte horas;
pudiendo solicitarse la habilitación de días y horas inhábiles
para la realización del embargo en los términos que
autoriza el artículo 60 del Código de Procedimiento Civil.

3.- Tratándose del embargo de bienes muebles debe


realizarse materialmente en el lugar en que se encuentran
ubicadas.771 Por el contrario, para la eficacia del embargo
sobre inmuebles no es necesario que el Ministro de Fe que
lo practica se encuentre físicamente en el lugar donde se
halla la especie raíz y, por lo mismo, es posible concluir que
resulta factible que el receptor que lo trabe levante el acta
que da cuenta de la actuación, con los señalamientos a que
se refiere la norma citada, en un territorio jurisdiccional
diverso de aquel en que se sitúa el bien, en tanto lo haga
dentro de aquel en que se encuentra el tribunal en cuyo
territorio ejerce sus funciones. Dicho de otro modo, el
embargo sobre una especie raíz queda trabado y produce
efectos respecto del deudor dueño del mismo, desde que el
Ministro de Fe practica la diligencia y levanta el acta
respectiva, individualizando el bien mediante la indicación
de los datos de su inscripción conservatoria, y ello puede
tener lugar aún sin que el deudor concurra al acto —como
se desprende del inciso cuarto del aludido artículo 450 del
Código de procedimiento Civil— y en un territorio
jurisdiccional diverso de aquel en la especie se halla,
siempre que sea aquel en que se siga el juicio y el Ministro
de Fe ejerza sus funciones en él.772

Por otro lado, las especies embargadas pueden


encontrarse en un domicilio distinto del indicado en la
demanda y de aquel en el cual la ejecutada fue requerida
de pago personalmente.773

4.- Tratándose del embargo de dineros que se encuentra


en poder de terceros, como sería el caso de los dineros
depositados en la cuenta corriente del ejecutado o la
devolución anual de impuestos a que este tenga derecho el
deudor, deberá el Receptor Judicial concurrir al
establecimiento donde se encuentra los tenedores de
dichos valores y proceder a trabar embargo sobre esos
dineros, dejando al tercero como depositario provisional,
quien posteriormente a requerimiento del tribunal mediante
oficio, deberán depositarlos en la cuenta corriente del
Tribunal. La diligencia resultará fallida si no existen fondos.
En este sentido, se ha resuelto que en el caso que se
embarguen dineros de la cuenta corriente del deudor, el
banco será designado depositario provisional, por economía
procesal, puesto que de lo contrario, debería girarse tales
dineros, para volverlos a depositar en un banco de la plaza
a nombre del tribunal, lo que igualmente se logra con
notificar del embargo al banco poseedor de los dineros en
cuenta corriente del ejecutado.774

h) Manera de practicar el embargo

La regla fundamental en este aspecto está contenida en el


inciso primero del artículo 450 del Código de Procedimiento
Civil, según el cual "El embargo se entenderá hecho por la
entrega real o simbólica de los bienes al depositario que se
designe, aunque éste deje la especie en poder del mismo
deudor...".

De esta manera, lo que constituye esencialmente el


embargo es la entrega de los bienes al depositario, sea real
o simbólica. La entrega simbólica se efectúa por alguna de
las formas que contempla los numerales 2 al 4 del artículo
684 del Código Civil, vale decir, mostrando la cosa;
entregando las llaves del granero, almacén, cofre o lugar
cualquiera en que esté guardada la cosa o encargándose el
uno de poner la cosa a disposición del otro, en el lugar
convenido o, por último, en alguna forma equivalente. Al
depositario definitivo la entrega siempre debe ser real.775

Si el demandado no concurre al embargo o se niega a


permitir la entrega, el Ministro de Fe puede proceder con
auxilio de la fuerza pública. Para tal efecto, el Receptor
Judicial deberá dejar constancia georreferenciada de tal
circunstancia en la carpeta electrónica.776 Solo así el juez
podrá acceder al auxilio de la fuerza pública, regularmente
Carabineros de Chile, a quien dirigirá oficio solicitando que
facilite la fuerza necesaria al Receptor Judicial. Luego, si los
bienes embargados resultaron insuficientes para satisfacer
el monto adeudado, la ampliación del embargo que pueda
decretarse no lleva implícita la fuerza pública, deberá por
tanto procederse si fuerza pública y solo ante la oposición
requerir nuevamente al juez el auxilio de ella.

La resolución que se pronuncia sobre la petición de fuerza


pública, bien sea accediendo o bien denegándola, tiene
naturaleza de auto que altera la substanciación regular del
juicio, por lo que procede en su contra el recurso de
apelación. Esta apelación solo podrá interponerse con el
carácter de subsidiaria de la solicitud de reposición y para el
caso que esta no sea acogida.777

No obstante que el embargo consiste en la entrega de los


bienes al depositario provisional, y que por regla general es
una entrega real e inmediata, hay casos en que ello no es
posible, a saber:

1.- Cuando el embargo recae sobre dineros, el depósito


debe hacerse en la cuenta corriente del tribunal en el banco
Estado.778Si se trata de alhajas, especies preciosas o
efectos públicos, en algún banco en general, usualmente el
banco Estado. Deberá agregarse el certificado del depósito
a la carpeta electrónica según lo prescribe el inciso final del
artículo 451 del Código de Procedimiento Civil.

2.- Cuando la ejecución recae sobre el simple menaje de


la casa habitación del demandado, el embargo se entiende
hecho permaneciendo los bienes en poder del mismo
demandado en calidad de depositario, previa facción de un
inventario detallado y tasación aproximada de los bienes
embargados que debe practicar el ministro de fe en los
términos que estatuye el inciso final del artículo 444 del
Código de procedimiento Civil, testimonio que se conoce
como acta de embargo y se agrega en el cuaderno de
apremio de la carpeta electrónica.

Esta diligencia debe extenderse por escrito y ser firmada


por el Ministro de Fe, el acreedor si concurre y el deudor,
quien en caso de sustracción incurre en el delito de
depositario alzado.

Ahora, si el embargo recae sobre el inmueble que sirve de


habitación al ejecutado, no podrá expulsársele de ella y
entregársela al depositario. En efecto, si no puede
privársele al ejecutado de menaje de su casa habitación,
menos podrá privársele de ella o cobrársele una renta de
arrendamiento, en tanto no se remate el inmueble.779

3.- Cuando la ejecución recae sobre una empresa o


establecimiento mercantil o industrial o sobre cosas o
conjuntos de cosas que sean complementos indispensables
para su explotación, de acuerdo con los incisos 1º y 2º del
artículo 444 del Código de Procedimiento Civil, el
embargo puede hacerse sobre los bienes designados por el
acreedor, en otros bienes del deudor, en la totalidad de la
industria misma, o en la totalidad o parte de las utilidades
que ésta produzca.

En caso que el embargo se trabe sobre la industria o las


utilidades, el depositario tendrá solo las facultades de un
interventor judicial, de manera que en este caso no hay
entrega al depositario, sino que este debe limitarse a llevar
una cuenta de las entradas y gastos y a vigilar la
administración.
4.- Cuando las cosas embargadas se hallaren en poder de
un tercero que se oponga a la entrega, alegando el derecho
a gozarla a otro título que el de dueño, como por ejemplo el
arrendatario. En este caso, de acuerdo con el artículo 454
del Código de Procedimiento Civil no se hará alteraciones
en el goce del tercero hasta el momento de la enajenación,
ejerciendo mientras tanto el depositario sobre la cosa, los
mismos derechos que ejercía el demandado, esto sin
perjuicio del derecho del tercero para continuar gozando de
la cosa después de su enajenación.

5.- Cuando se haya designado como depositario al propio


deudor, puesto que en tal caso las cosas permanecen en
poder de este, de manera que mal puede hablarse de
entrega.

Si el depositario ha sido designado de la manera prevista


en el Nº 3 del artículo 443 del Código de Procedimiento
Civil, debe él concurrir al acto de traba de embargo para
recibir real o simbólicamente los bienes embargados, cuya
entrega le haga el deudor o el Ministro de Fe actuante,
firmar el acta de la diligencia y decidir si deja los bienes en
poder del deudor. La no concurrencia del depositario a la
diligencia de la traba de embargo, no importa la omisión de
un requisito esencial que acarre la nulidad del acto, como
tampoco para la marcha o ritualidad del juicio, pues no
existe texto legal que así lo establezca; no se trata de
alguno de los presupuestos procesales, indispensables
para que pueda existir una relación jurídica válida entre las
partes, ni importa, tampoco la omisión de algún requisito
que pueda acarrear la indefensión de alguna de ellas.780

i) Trámites posteriores al embargo


Hecha la entrega real o simbólica de los bienes al
depositario, deberán cumplirse los siguientes trámites:

1.- El ministro de fe debe dejar constancia escrita y


georreferenciada, según sea el caso, de la diligencia en el
proceso. Esta constancia debe contener las siguientes
menciones:

a) Día y hora en que ésta se practicó.

b) Expresión individual y detallada de los bienes


embargados.

c) Indicar si fue o no necesario el auxilio de la fuerza


pública para practicarlo y, en su caso, la identificación de
los funcionarios que intervinieron.

d) Tratándose de los bienes muebles, el acta deberá


indicar su especie, calidad y estado de conservación, así
como cualquier otro antecedente necesario para su
singularización. En el caso de los inmuebles, estos se
individualizan por ubicación y los datos de la inscripción de
dominio.781

e) La firma del Ministro de Fe, del depositario y del


acreedor y deudor si hubieren concurrido a la diligencia del
embargo.

f) Deberá dejarse constancia de toda alegación que haga


un tercero invocando la calidad de dueño o poseedor del
bien embargado.

2.- Debe dejarse testimonio del embargo e incluso de sus


ampliaciones en el cuaderno ejecutivo de la carpeta
electrónica, según el inciso 2º del artículo 458 del Código de
Procedimiento Civil.
3.- Si el embargo recae sobre bienes raíces o sobre
derechos reales constituidos en ellos, debe inscribirse en el
Registro de Interdicciones y Prohibiciones del Conservador
de Bienes Raíces del lugar en que estén ubicados tales
bienes y ello porque desde la fecha de la inscripción, el
embargo produce efectos respecto de terceros, según el
inciso primero del artículo 453 del Código de Procedimiento
Civil. Esta diligencia debe hacerla el Ministro de Fe que
practicó el embargo. Si los bienes raíces se encuentran
ubicados en una comuna distinta a aquella en que se sigue
el juicio, deberá exhortarse al juez competente para que
disponga la inscripción habilitarse al Receptor Judicial en
los términos que autoriza el inciso segundo del artículo 391
del Código Orgánico de Tribunales.

Si el embargo recae sobre vehículos motorizados, de


acuerdo al artículo 35 de la Ley Nº 18.290 y artículo 9º del
Decreto Nº 1.111 que Aprueba el reglamento del Registro
de Vehículos Motorizados, deberá anotarse en el Registro
de Vehículos Motorizados del Servicio de Registro Civil,
debiendo para tal efecto el Ministro de Fe notificar al Oficial
del Registro Civil respectivo. Dispone la norma citada que
no será oponibles a terceros ni se podrán hacer valer en
juicio los gravámenes, prohibiciones, embargos, medidas
precautorias, arrendamientos con opción de compra u otros
títulos que otorguen la tenencia material del vehículo,
mientras no se efectúe la correspondiente anotación en el
Registro.

Si el embargo recae sobre naves pesqueras, para que


surtan efecto respecto de terceros, deberán inscribirse en el
Registro de Hipotecas, Gravámenes y Prohibiciones que
está a cargo de la Dirección General del Territorio Marítimo
y de Marina Mercante, en los términos que estatuye los
artículos 15 y 20 del Decreto Ley Nº 2.222 de 31 de mayo
de 1978.

4.- El Ministro de Fe debe enviar carta certificada al


ejecutado comunicándole el hecho del embargo dentro de
los dos días siguientes. De acuerdo al inciso final del
artículo 450 del Código de Procedimiento Civil, su omisión
no inválida la diligencia, pero hace responsable al receptor
de los perjuicios de que ello se derive. En efecto, cualquier
infracción a lo estatuido en el artículo 450 del Código de
Procedimiento Civil, hace responsable al Ministro de Fe de
los daños y perjuicios que se originen y el tribunal, previa
audiencia del afectado, debe imponerle alguna de las
medidas que se señalan en los números 2, 3 y 4 del artículo
532 del Código Orgánico de Tribunales.

5.- Verificado el embargo, el Ministro de Fe debe entregar


inmediatamente los antecedentes en el tribunal. De ello
queda constancia en la Carpeta Electrónica. Esto es así
atendido el escaso plazo que tiene el ejecutado para oponer
excepciones a la ejecución.

Dependiendo de la naturaleza de los bienes embargados y


de su ubicación, puede designarse a más de un depositario.

En el acta de bienes embargados debe expresarse la


entrega real o simbólica al depositario. Ello importa puesto
que el embargo se entiende verificado con la entrega real o
simbólica del bien al depositario y constituye además un
presupuesto esencial para la configuración del delito de
depositario alzado.782

j) Efectos del embargo


Realizado el embargo se producen los siguientes efectos
jurídicos:

j.1) Efectos sobre el bien embargado

El embargo constituye un presupuesto de validez de los


posteriores actos de ejecución del bien, pudiendo el tribunal
realizar forzosamente determinados bienes del ejecutado
para con el producto hacer pago a su acreedor.783 No es
concebible la venta forzada sin un embargo que la
anteceda, a menos que los bienes destinados a la subasta
se hallen afectos a medidas cautelares, caso en el cual no
se requiere embargo sobre ellos.784

j.2) Efectos respecto del ejecutado

La cosa embargada continúa siendo de propiedad del


ejecutado mientras no se proceda a su enajenación. No
obstante, trabado que sea el embargo, se producen dos
efectos respecto del deudor:

(i) Respecto la administración de los bienes embargados

Practicado el embargo el ejecutado cesa en la


administración de los bienes que se embargan y desde ese
momento la administración le corresponde al depositario
según el artículo 479 del Código de Procedimiento Civil.

(ii) Respecto a la disposición de estos bienes

Verificado el embargo, el deudor pierde la posibilidad de


disponer de los bienes embargados, porque de acuerdo con
el artículo 1464 Nº 3 del Código Civil hay objeto ilícito en la
enajenación de los bienes embargados por decreto judicial
a menos que el juez lo autorice o el acreedor consienta en
ello. Cuando se trata de inmuebles, el embargo no produce
efecto respecto de terceros, sino mediante su inscripción en
el Conservador de Bienes Raíces.

Desde la perspectiva de esta norma, para que haya objeto


ilícito en la enajenación de las especies embargadas, el
embargo o prohibición debe existir al momento de la
enajenación.785 Sin embargo, esta norma permite
excepcionalmente la enajenación en este tipo de bienes,
cuando hay autorización judicial o el acreedor consiente en
ello. Lo primero tiene lugar cuando el juez que dispuso el
embargo o la prohibición autoriza su enajenación. Lo
segundo, cuando el acreedor en cuyo beneficio se dispuso
la medida consiente en el acto de enajenación.

El acreedor puede consentir o autorizar la enajenación en


cuestión, en forma expresa o tácita, ya que la ley no ha
precisado cómo debe darse esta autorización, ni ha
establecido solemnidades especiales. Lo determinante es
que el consentimiento debe darse de manera inequívoca,
debe manifestarse claramente, con actos tales que,
examinadas todas las circunstancias, no dejen ningún
motivo racional para dudar de ella, o por hechos de los
cuales se deduzca necesariamente.786

Si las cosas embargadas se venden, sin cumplir con las


formalidades que señalan los números 3 y 4 del artículo
1464 del Código Civil, la venta es nula de nulidad absoluta,
conforme a los artículos 10 y 1682 del Código Civil. La
ilicitud del objeto en la compraventa de estas cosas no
proviene del artículo 1464 sino del artículo 1810 del Código
Civil, al hablar de cosas cuya enajenación esté prohibida
por la ley, incorporó a él, entre otros, las disposiciones del
citado artículo 1464 del Código Civil.787

j.3) Efectos respecto del ejecutante


El embargo no confiere preferencia de pago al acreedor
que lo obtuvo. Para efectuar el pago con lo producido en el
remate deberá estarse a las reglas de la prelación de
crédito, sin que importe la fecha del embargo. No obstante,
estará en mejor pie el acreedor que logró embargar bienes
del deudor, puesto que este podrá ver satisfecho su crédito,
no pudiendo aplicarse las sumas realizadas a ningún otro
crédito que no haya sido declarado preferente. Además, en
conformidad al inciso segundo del artículo 513 del Código
de Procedimiento Civil, las costas procedentes de la
ejecución gozan de preferencia aun sobre el crédito mismo,
norma especial que prevalece sobre las normas generales
de la prelación de créditos, atendido lo dispuesto en los
artículos 4º y 13 del Código Civil.788

j.4) Efectos respecto de terceros

El embargo produce efectos en terceros ajenos a la


ejecución. Tal sería el caso, por ejemplo, del que adquiere
un bien ya embargado. En este caso, pese a las acciones
que le correspondan frente al transmitente, el bien
continuará sujeto a la ejecución.789

Por otro lado, está la situación del tercero que afirma ser
titular del bien desde antes de la traba de embargo y el
tercero titular de un derecho de crédito respecto del
ejecutado. En el primer caso el tercero para obtener el
levantamiento del embargo trabado sobre bien ajeno al
deudor deberá intentar la tercería de dominio o posesión,
según sea el caso. En tanto que, en el segundo caso, el
tercero deberá instar por las tercerías de mejor derecho: de
pago o prelación.

k) Administración de los bienes embargados


El depositario asume la administración de los bienes
embargados solo a virtud de la aceptación del cargo.790

Puesto los bienes a disposición del depositario provisional,


este ejerce su cargo hasta que se nombre al definitivo.
Como nada dice el Código, el depositario provisional puede
tener una duración ilimitada, al punto que en la práctica el
depositario provisional dura todo el tiempo que dura el
juicio, sin que se proceda a nombrar a un depositario
definitivo.

De acuerdo al inciso primero del artículo 451 del Código


de Procedimiento Civil, el depositario definitivo es
designado por las partes en audiencia verbal especialmente
convocada para tal efecto a petición de las partes, y a falta
de acuerdo, lo nombra el tribunal. Si los bienes embargados
se encuentran en territorios jurisdiccionales distintos o
consisten en especies de distinta naturaleza, puede
nombrarse a más de un depositario.

Normalmente se debe designar un solo depositario, pero


de acuerdo con el inciso segundo del artículo 451 del
Código de Procedimiento Civil, se puede nombrar más de
un depositario en dos casos:

1.- Cuando los bienes embargados se encuentran en


distintos territorios jurisdiccionales

2.- Cuando los bienes embargaos consista en especies de


distinta naturaleza.

El depositario designado tienes facultades y obligaciones.


Entre las primeras se cuentan:

a) Realizar todas las acciones de administración que


fueren necesarias, vale decir, actos tendientes a la
conservación, explotación y reparación de los bienes que se
han puesto a su cuidado; v. gr. cobrar frutos naturales y
civiles de la cosa; perseguir créditos, etc.

En todo caso, el depositario no puede realizar acciones de


disposición ni tiene la facultad de usar la cosa
embargada.791

b) Trasladar los bienes muebles embargados al lugar que


crea más conveniente, a menos que el deudor caucione la
conservación de los bienes en el lugar en que se
encuentran, según lo faculta el inciso segundo del artículo
479 del Código de Procedimiento Civil.

c) Vender en la forma más conveniente, sin previa


tasación, pero con autorización del juez los bienes
embargados sujetos a corrupción o susceptibles de próximo
deterioro o cuya conservación sea difícil o muy dispendiosa
según lo dispone el artículo 483 del Código de
Procedimiento Civil. Tal sería el caso del embargo sobre
una carga de frutas.

Entre las obligaciones se debe mencionar:

a) Consignar a la orden del tribunal los fondos líquidos que


perciba, tan pronto como lleguen a su persona; y si así no lo
hace debe pagar intereses corrientes de acuerdo al artículo
515 del Código de Procedimiento Civil.

b) Rendir cuenta de la administración al expirar el cargo o


cuando el juez lo dispusiere a solicitud de parte, según el
artículo 514 del Código de Procedimiento Civil.

El depositario responde por los actos ejecutados en el


ejercicio de sus funciones hasta la culpa leve y si se trata
de un depositario provisional designado por el ejecutante,
este ejecutante responde de toda actuación dolosa o
descuidada del depositario. Esta responsabilidad del
ejecutante no es solidaria con el depositario, porque el
Código de Procedimiento Civil no lo señala así.

El depositario tiene derecho a que se le pague una


remuneración, la que se determinará tomando en
consideración la responsabilidad y trabajo que el encargo le
hubiese impuesto y esta remuneración debe ser fijada por
el juez al pronunciarse sobre la aprobación de la cuenta de
conformidad al inciso primero del artículo 516 del Código de
Procedimiento Civil.

La remuneración del depositario goza de preferencia para


pagarse con el producto de la realización de los bienes
embargados, aun por sobre el crédito del ejecutante. Esta
remuneración la deben pagar la parte que sea condenada
al pago de las costas, pero si ella se hace exigible durante
el juicio, debe pagarla el ejecutante, sin perjuicio de su
derecho para reembolsarse oportunamente. Sin embargo,
de acuerdo al artículo 517 del Código de Procedimiento
Civil, el depositario no tiene derecho a remuneración en los
siguientes casos:

a) Cuando el depositario encargado de pagar un salario o


pensión embargada, retiene a disposición del tribunal la
parte embargable de dichos salarios o pensiones. Tal sería
el caso en que, en un juicio de alimentos, el patrón del
alimentario debe entregar al tribunal el sueldo de este.

b) Cuando el depositario se hubiere hecho responsable de


dolo o culpa grave.

Toda cuestión relativa a la administración de los bienes


embargados o a la venta en el caso recién señalado, que se
suscite entre el ejecutante o el ejecutado y el depositario, se
substanciará en audiencias verbales que tendrán lugar con
solo el que asista.

Finalmente, el deudor depositario no tiene derecho a


remuneración.

l) Depositario alzado

El delito de depositario alzado se encuentra contemplado


en el artículo 444 del Código de Procedimiento Civil y está
referido cuando el embargo en juicio ejecutivo recae sobre
el menaje de casa habitación del deudor, caso en que las
especies permanecerán en poder del mismo deudor, en
carácter de depositario, previa facción del inventario y
tasación. En caso de sustracción, el deudor incurre en la
sanción prevista en el Nº 1 del artículo 471 del Código
Penal, esto es, el dueño de una cosa mueble que la
sustrajere de quien la tenga legítimamente en su poder, con
perjuicio de éste o de un tercero.

Se ha resuelto que para configurar los elementos del delito


de depositario alzado previsto en el artículo 444 del Código
de Procedimiento Civil, en relación con el artículo 471 Nº 1
del Código Penal, debe hacerse al depositario advertencia
de las responsabilidades civiles o penales en que podría
incurrir, quedando de ello constancia en el proceso; y que
en el acta correspondiente se debe dejar constancia que la
demandada aceptó el cargo de depositario y juró
legalmente, para que pesen sobre ella las
792
responsabilidades que afectan a un depositario.

m) El reembargo
Es reembargo es el embargo sobre un bien ya
embargado.793 Ello es posible dado que el embargo no saca
del comercio humano el bien sobre el que recae. 794 Se trata
de una medida muy útil, cuando los acreedores ejecutantes
no hayan podido conseguir la traba en otros bienes del
deudor, en cantidad suficiente para cubrir sus respectivos
créditos.795 En efecto, decretado un embargo en una
ejecución y trabado este sobre un bien del deudor, otros
acreedores pueden trabar un nuevo embargo sobre el
mismo bien y la realización de él es legalmente posible en
cualquiera de las ejecuciones que llegue primero a la etapa
de la venta, sin perjuicio que los demás acreedores hagan
uso de los derechos que les confieren los artículos 527, 528
y 529 del Código de Procedimiento Civil.

El reembargante posee la misma condición jurídica que el


primer embargante, pero para poder rematar los bienes
objeto del reembargo, debe requerirse la autorización de él
o los otros jueces que conocen de los juicios donde ya se
había trabado el embargo en los términos que prevé el Nº 3
del artículo 1464 del Código Civil; por lo demás, un juez no
puede pasar por sobre lo resuelto por otro. Para este
efecto, el juez de la causa en que se pretender rematar el
bien reembargado, deberá dirigir un oficio a su par,
solicitando autorización. Este accederá con citación de la
ejecutante respectiva, vencido este término, enviará el oficio
correspondiente comunicando dicha autorización.796 No
obstante, resulta más conveniente que los nuevos
acreedores interpongan tercerías de prelación y de pago
ante el juez que conoce del primer embargo. Así mismo, si
el segundo acreedor tramita su juicio ante diverso Tribunal,
a virtud de lo establecido en el inciso primero del mismo
artículo 528 del Código de Procedimiento Civil, puede
"...pedir se dirija oficio al que este conociendo de la primera
ejecución para que retenga de los bienes realizados la
cuota que proporcionalmente corresponda a dicho
acreedor".

Si bien hubo una época en que se discutía la validez del


reembargo lo que motivó una jurisprudencia contradictoria,
desde que entró en vigencia la Ley Nº 7.760 de 5 de febrero
de l944, que dio al artículo 528 del Código de
Procedimiento Civil su redacción actual, tal discusión perdió
actualidad pues reconoce implícitamente la posibilidad de
que en una segunda ejecución se pueda embargar el
mismo bien ya embargado en una ejecución
anterior;797 amén de ello, no existe una ley que lo
prohíba;798 y prohibir el reembargo significaría limitar el
derecho de prenda general que el acreedor tiene sobre los
bienes del deudor, estableciendo un privilegio en favor de
uno de los acreedores que la ley no concede. Nuestra
jurisprudencia mayoritaria acepta el reembargo.799

Para evitar dificultad con los depositarios, se da


preferencia al depositario de la primera ejecución y los otros
no pueden hacer retirar las especies embargadas. 800 En
este sentido, se ha resuelto "Todos quienes hayan
embargado quedan sujetos a un mismo depositario, y si en
una segunda ejecución se nombra a uno distinto del
nombrado en la primera, aquel segundo nombramiento no
vale. Asimismo, confirmando esta igualdad de condiciones
entre los ejecutantes, también esta norma legal establece
que si un ejecutante que sabe de la existencia de un
depositario sobre el bien objeto del embargo "...o no
pudiendo menos de saberlo, hace retirar las especies
embargadas en la segunda ejecución por el nuevo
depositario, será sancionado con las penas asignadas al
delito de estafa".801
n) Ampliación del embargo

Existiendo un embargo válido entre los litigantes, el


ejecutante para proceder al embargo de otros bienes
raíces, debe solicitar la ampliación del mismo, acreditando
que existe justo motivo para temer que el bien embargado
no bastará para cubrir la deuda y las costas. De este modo,
ampliar el embargo significa extenderlo a otros bienes que
no fueron objeto de la diligencia primitiva.

El artículo 456 del Código de Procedimiento Civil se refiere


a esta materia. Según esta norma el acreedor puede hacer
uso de este derecho en cualquier estado del juicio, cuando
hay justo motivo para temer que los bienes embargados no
bastan para cubrir la deuda y las costas. En este caso el
tribunal debe realizar un juicio de oportunidad calificando la
procedencia o improcedencia de la ampliación.802 La ley no
exige que el acreedor rinda prueba de la insuficiencia de los
bienes embargados, solo bastará que el juez estime que
pueda dudarse de su suficiencia. En el evento que el
acreedor invoque justo motivo, el juez puede acceder
discrecionalmente a la solicitud de ampliación de embargo,
pero en los casos previstos en el inciso 2º del artículo 456
del Código de Procedimiento Civil, forzosamente debe
estimar que los bienes embargados son insuficientes. Se
trata de dos presunciones de justo motivo, pudiendo existir
otras.

Dice el Código que hay siempre justo motivo para pedir la


ampliación:

a) Cuando el embargo ha recaído sobre bienes de difícil


realización, por ejemplo, un elefante de un circo.
Se ha resuelto que la sola circunstancia de no haber
podido proceder aún al retiro del vehículo embargado, no lo
transforma en una especie de difícil realización, bastando
que el Ministro de Fe a cargo proceda de acuerdo a sus
facultades incluso con el auxilio de la fuerza pública.803

b) Cuando se ha introducido cualquier tercería en relación


con los bienes embargados.

Igualmente habrá mérito para la ampliación del embargo,


cuando los bienes embargados estén sujetos a otros
embargos o gravámenes.804

Se ha resuelto que procede la ampliación del embargo


cuando el inmueble embargado, conforme al certificado de
avalúo fiscal es insuficiente, a lo menos para cubrir el
capital y las costas de la presente causa. 805Cuando el retiro
de las especies embargadas no se puede cumplir, al
constatar que los bienes no se encontraban en el domicilio
al momento de la diligencia;806 y si se ha hecho imposible la
realización del único bien embargado.807

Por otro lado, la circunstancia de haberse ejecutado la


prenda que garantizaba el crédito, no es óbice para que el
acreedor persiga en este mismo procedimiento el total de
su crédito, en los términos que autoriza el artículo 2465 del
Código Civil.808

La ampliación de acuerdo al artículo 456 del Código de


Procedimiento Civil se tramita como incidente, por tratarse
de una cuestión accesoria del mismo que requiere
pronunciamiento especial con audiencia de las partes, por
lo tanto, el juez de la causa debe darle la tramitación
incidental.809
Si la ampliación se pide después de haberse dictado
sentencia definitiva, no es necesaria la dictación de una
nueva sentencia que comprenda la realización de los
bienes agregados al embargo, lo que significa que la
sentencia que resuelve las excepciones opuestas o manda
seguir adelante la ejecución está señalando que deben
rematarse los bienes ya embargados y aquellos que
posteriormente sea necesario embargar por alguno de los
motivos indicados.810

Cabe señalar que la circunstancia de haberse opuestos


excepciones a la ejecución y, entre tanto está pendiente su
decisión, no se suspende el juicio ejecutivo, solo impide
procederse a la realización de determinados tramites en la
misma, de modo que el acreedor puede solicitar la
ampliación del embargo.

Se ha resuelto que la resolución que resuelve la petición


incidental de ampliación de embargo tiene naturaleza de
auto que no altera la sustanciación regular del juicio o se
pronuncien sobre trámites que no están expresamente
ordenados por la ley, por lo que en su contra no procede el
recurso de apelación.811

ñ) La reducción del embargo

Este es un derecho del ejecutado para solicitar al tribunal


la desafectación de determinados bienes embargados
cuando de los antecedentes aparece que el valor de estos
excede con creces al monto del crédito cuyo cobro se
persigue.

Su fundamento se encuentra en la necesidad de que


exista un justo equilibrio entre el valor de los bienes
embargados y el monto de la deuda. Por lo demás el
acreedor siempre conserva el derecho de solicitar la
ampliación del embargo si los bienes trabados no le fueren
suficientes para el pago de la deuda, de modo que no es
posible que se adelante y trabe embargo sobre una
cantidad superior a la suficiente para cubrir la deuda,
intereses y costas.812

La posibilidad de reducir el embargo se desprende del


artículo 447 del Código de Procedimiento Civil que señala
que si el acreedor concurre al embargo puede señalar los
bienes sobre lo que ha de trabarse, siempre que no
excedan de lo necesario para responder a la demanda,
haciéndose esta apreciación por el Ministro de Fe
encargado de la diligencia, sin perjuicio de lo que resuelva
el tribunal a solicitud de parte interesada. Sin embargo,
atendido el carácter general del artículo 447 del Código de
Procedimiento Civil, la reducción del embargo no solo es
procedente cuando el receptor judicial haya hecho la
apreciación de la suficiencia de los bienes al momento de la
traba del embargo, sino que es procedente en todos
aquellos casos en que se embarguen bienes más que
suficientes.813

Solo la parte interesada puede solicitar la reducción del


embargo en el evento que los bienes objeto de cautela
excedan de lo necesario para responder de la demanda
ejecutiva. De modo que el juez no puede de oficio dejar sin
efecto un embargo por exceder el monto de lo adeudado.
En este sentido, se ha resuelto que no hay norma alguna
que autorice al juez para actuar de oficio en lo concerniente
a la práctica del embargo de bienes, su administración y su
realización, y ello especialmente en lo tocante a la
reducción, ampliación y sustitución del mismo, tal como los
dejan en claro las reglas contenidas en los artículos 447,
456 y 457 del Código de Procedimiento Civil.814

La petición de reducción del embargo, al igual que la


ampliación del mismo, se tramita incidentalmente. Habiendo
hechos controvertidos el incidente deberá recibirse a
prueba.815

Se ha resuelto que es un factor que debe considerarse


para la reducción del embargo, el valor de la tasación de los
bienes embargados y la circunstancia de estar o no sujetos
a otros embargos o gravámenes.816 Así, por ejemplo, si se
ha alzado otro gravamen que afectaba a algunos de los
inmuebles embargados, podría ser plausible la
desafectación de alguno de ellos, desde que un inmueble
sin más gravámenes, da mayor garantía para la satisfacción
del crédito adeudado.

o) La sustitución del embargo

Es el derecho que tiene el ejecutado para solicitar el


reemplazo de un bien embargado por una suma de dinero;
se refiere a ello el artículo 457 de Código de Procedimiento
Civil que señala "Puede el deudor en cualquier estado del
juicio substituir el embargo, consignando una cantidad
suficiente para el pago de la deuda y las costas, siempre
que éste no recaiga en la especie o cuerpo cierto a que se
refiere la ejecución". Al deudor le asiste la facultad de
solicitar la sustitución del embargo de acuerdo con lo
dispuesto en la norma transcrita, sin que el tribunal pueda,
de oficio, hacer lo que la ley ha establecido como un
derecho de la parte.

Aun cuando la substitución del embargo está contemplada


como un derecho para el deudor, en el artículo 457 del
Código de Procedimiento Civil, nada impide que un tercero
lo ejerza. Al operar dicho cambio, desaparece el embargo
sobre el bien y, como consecuencia de ello, toda cuestión
relacionada con su realización, ya que se termina dicho
acto jurídico procesal.817

En consecuencia, el ejercicio de este derecho tiene una


doble limitación:

a) Opera solo en cuanto se consigne una cantidad de


dinero suficiente para el pago de la deuda, lo que incluye
capital, intereses y costas. Para tal efecto, será necesario
que previo el incidente se cuente con una liquidación del
crédito y se fijen la costa de la causa.

De este modo, el ejecutado no podría sustituir el embargo


trabado sobre dos automóviles por un inmueble inscrito a su
nombre, a menos que el ejecutante consienta en ello; ni el
tribunal acceder a ello si la consignación realizada solo se
satisface los intereses y parcialmente el capital, puesto que
la deuda está aún impaga.818

b) Ese derecho no podrá ejercerlo si el embargo recae


sobre la especie o cuerpo cierto materia de la deuda y
ejecución.

La consignación que hace el ejecutado no equivale al


pago; se trata únicamente de un reemplazo de garantías,
de modo que no podrá pagársele al ejecutante en tanto no
se encuentre ejecutoriada la sentencia que desestima las
excepciones a la ejecución.

El ejecutado debe expresar que la consignación hecha


tiene por objeto la sustitución del embargo, de lo contrario
se tomará como cesación y, en consecuencia, también
como un desistimiento de las excepciones opuestas.819

Debe dársele una tramitación incidental.

p) La cesación del embargo

A ella se refiere el artículo 490 del Código de


Procedimiento Civil, que dispone "Antes de verificarse el
remate, puede el deudor libertar sus bienes pagando la
deuda y las costas". Consiste en poner término al embargo
en forma incondicional, ya que es diferente a la sustitución
del embargo. Para tal efecto el ejecutado debe depositar
dinero en la cuenta corriente del tribunal para pagar la
obligación que se demanda, terminando con ello el juicio
ejecutivo, ya que su finalidad ha sido obtenida.

La cesación del embargo difiere de la sustitución del


mismo. En efecto, en esta el ejecutado pone dinero a
disposición del tribunal sin renunciar a las excepciones
ejercitadas ni con la intención de pagar la obligación
demandada, sino que con la única finalidad de cambiar el
objeto embargado; el juicio ejecutivo continúa adelante. En
tanto que en la cesación del embargo, el ejecutado deposita
dinero en la cuenta corriente del tribunal para pagar la
obligación que se demanda, con el objeto de que se deje
sin efecto el embargo que hubiese recaído sobre los bienes
constitutivos de su patrimonio poniéndose término al juicio
ejecutivo.820

Al igual que las anteriores instituciones, la cesación del


embargo se tramita como incidente, en el cuaderno de
apremio y no paralizan el curso de la ejecución.

q) Exclusión del embargo


De acuerdo al inciso segundo del artículo 519 del Código
de Procedimiento Civil, si el embargo ha recaído sobre un
bien inembargable, el ejecutado debe reclamar y solicitar el
alzamiento del embargo en forma incidental antes que el
bien sea rematado o enajenado. Si no se reclama dentro
del término señalado, se produce la renuncia tácita al
privilegio de la inembargabilidad.

Si bien el ejecutado no es un tercero, su reclamo se


ventila en la forma establecida en las tercerías; por lo tanto,
la oportunidad para demandar la exclusión se extiende
desde la traba del embargo hasta a lo menos el remate del
bien embargado.821

La resolución que resuelve la petición de exclusión de


embargo tiene naturaleza jurídica de sentencia
interlocutoria. No obstante, en alguna oportunidad se ha
considerado que reviste la naturaleza de auto. 822 Atendida
su naturaleza jurídica, no es recurrible de casación en el
fondo.823 Tampoco es susceptible del recurso de queja.824

Se ha resuelto que habiéndose establecido para este


efecto un procedimiento especial de exclusión de embargo,
resulta improcedente intentarlo a través de la acción
constitucional de protección.825

4. Medida prejudiciales en el procedimiento ejecutivo

Las medidas cautelares contempladas en los Títulos IV y


V del Libro II del Código de Procedimiento Civil, pueden
solicitarse por el actor en el juicio ejecutivo. En efecto, de
acuerdo al artículo 3º del Código citado, se aplicará el
procedimiento ordinario en todas las gestiones, trámites o
actuaciones que no estén sometidos a una regla especial
diversa, cualquiera que sea su naturaleza, y a falta de regla
diversa en el juicio ejecutivo, debe aplicarse en ellos aquella
parte del procedimiento ordinario que legisla sobre las
medidas precautorias.826 Así también aparece de la historia
de la ley.827Por lo demás, el procedimiento ejecutivo
igualmente se requiere de medidas que eviten la frustración
de la ejecución durante el tiempo necesario hasta que la
ejecución alcance su acto final. Lo dicho resulta aplicable a
las gestiones preparatorias de la vía ejecutiva, las que
forman un solo todo con las acciones posteriores,
independientemente que se tramiten en diferentes
cuadernos.

Concedida una medida prejudicial precautoria, no es


preciso pedir que se mantenga esta medida si
posteriormente se deduce demanda ejecutiva, ya que
puede ser sustituida por el embargo.828

No obstante jurisprudencia reiterada ha resuelto que las


medidas precautorias no son procedentes en el juicio
ejecutivo desde que el Título V del Libro II que las
establece, se encuentra en las normas del juicio ordinario y
su aplicación supletoria no es pertinente en esta
materia;829 y porque iniciado el juicio ejecutivo ya no existe
una acción cuyo resultado deba asegurarse, sino que
sencillamente se trata de afectar bienes para su posterior
realización y para el pago del crédito perseguido.830
Sección XIII Cumplimiento de la ejecución

1. Generalidades

De acuerdo al artículo 472 del Código de Procedimiento


Civil, si el ejecutado no opone excepciones a la ejecución,
se omite la sentencia y bastará el mandamiento de
ejecución para que el acreedor pueda perseguir la
realización de los bienes embargados y el pago de
conformidad a las disposiciones del procedimiento de
apremio.

En cambio, si el ejecutado opone excepciones a la


ejecución, mientras no medie una sentencia que las
resuelva, no podrá procederse a la realización de
determinados trámites de la ejecución. No se trata de una
suspensión de la causa ejecutiva, ello no es procedente,
desde que la razón de existir cuadernos separados
conforme el artículo 458 del Código de Procedimiento Civil,
es precisamente permitir la tramitación de uno
independientemente de lo que acontezca en el otro, y
además ni siquiera la apelación formulada por el ejecutado
procede, por regla general, en ambos efectos, al ordenar el
artículo 194 del Código de Procedimiento Civil que se
concederá en el solo efecto devolutivo la apelación
deducida en contra de las resoluciones dictadas contra el
demandado en el juicio ejecutivo. De lo que se trata es que
no podrán ser llevados delante la realización de
determinados trámites de acuerdo a la correlación de
diversas normas legales. En efecto, de acuerdo a lo
dispuesto en el artículo 471 del Código de Procedimiento
Civil, la sentencia que resuelva la oposición puede ser
absolutoria o condenatoria. Esta última mandará seguir
adelante la ejecución. La sentencia de condena puede ser
de remate o de pago. Solo notificada la primera, de acuerdo
al artículo 481 del mismo Código, se procede a la venta de
los bienes embargados, lo que implica que el remate no se
puede efectuar antes de tal circunstancia. Asimismo,
tratándose de la sentencia de pago, esto es, la que se dicta
cuando el embargo se ha trabado sobre la especie misma
que se demanda y según lo ordena el artículo 512 del
Código ya citado, su entrega se efectúa una vez
ejecutoriada la sentencia.

Esto último como se dijo, no significa una especie de


suspensión absoluta del juicio ejecutivo como queda en
claro de diversas normas que permiten la realización de
ciertos trámites, tales como aquellos relativos a la
administración de los bienes embargados, a que se refiere
el artículo 481, de la ampliación de embargo tratada en el
artículo 456 o la sustitución de los bienes embargados por
el ejecutado contemplada en el artículo 457 e incluso la
posibilidad de su liberación, en conformidad al artículo 490,
todas disposiciones del Código de Procedimiento Civil.831

De este modo, una vez dictada sentencia, el cuaderno de


apremio se pone nuevamente en movimiento con la
realización de las diligencias necesarias para cumplir la
sentencia definitiva.
2. Realización forzosa de los bienes

El procedimiento de apremio o realización forzosa es


aquella fase posterior al embargo, en la cual se trata de
convertir alguno de los bienes embargados en una cantidad
de dinero a fin de satisfacer el crédito del ejecutante. De su
regulación establecida en los artículos 482, 483, 484, 485,
508 y 510 del Código de Procedimiento Civil, se pueden
derivar diversas modalidades de realización, tales como
entrega directa al ejecutante, subasta o bien administración
para pago (prenda pretoria).

Para saber cómo se cumple la sentencia ejecutiva, se


debe distinguir entre sentencia de pago y sentencia de
remate.

a) Sentencia de pago

Por regla general, la sentencia de pago solo puede


cumplirse una vez que está firme o ejecutoriada, así se
desprende del artículo 510 del Código de Procedimiento
Civil. Así, una vez firme la sentencia se liquida la deuda y
las costas y una vez ejecutoriada esta resolución se hace
pago al acreedor con el dinero embargado.

Si el embargo ha recaído sobre la especie debida, firme la


sentencia ella es entregada al acreedor, sin perjuicio de la
liquidación y cobro de las costas.

Pero hay dos casos de excepción en que la sentencia de


pago puede cumplirse antes que se encuentre firme la
sentencia:

a) Cuando el ejecutante cauciona las resultas del recurso


de apelación pendiente, de acuerdo al artículo 475 del
Código de Procedimiento Civil;
b) Cuando el ejecutado ha deducido recurso de casación
en contra de la sentencia; porque o puede exigir del
acreedor el otorgamiento de fianza de resultas, de acuerdo
al artículo 774 del Código de Procedimiento Civil.

Practicada la liquidación en los términos que ordena el


artículo 510 del Código de Procedimiento Civil, se ordenará
hacer pago al acreedor con el dinero embargado o con lo
que resulte de la realización de los bienes de otra clase
comprendidos en la ejecución. Para aprobar la liquidación
del crédito la ley no ha establecido un procedimiento
especial, por lo que se recurre al de las costas, vale decir
se tendrá por aprobado si no fuese objetado en el término
de tercero día. Si se objeta la liquidación, se genera un
incidente.832

Si la ejecución fuere en moneda extranjera, el tribunal


debe poner a disposición del depositario los fondos
embargados en moneda diferente a la adeudada sobre los
cuales hubiere recaído el embargo y los provenientes de la
realización de bienes del ejecutado en cantidad suficiente, a
fin de que, por intermedio de un Banco de la plaza, se
conviertan en la moneda extranjera que corresponda. Esta
diligencia puede también ser realizada por secretario del
tribunal según el inciso segundo del artículo 511 del Código
de Procedimiento Civil.

En el pago que se hace al ejecutante se imputan


preferentemente las costas según lo dispone el artículo 513
del Código de Procedimiento Civil.

b) Sentencia de remate

Cuando el embargo ha recaído sobre especies que no son


dineros ni aquella que se debe, es necesario rematar los
bienes embargados para pagar al acreedor con su
producto.

Para determinar la forma de cumplimiento, el Código de


Procedimiento Civil distingue cuatro clases de bienes: Los
bienes sujetos a corrupción o de costosa conservación; los
efectos de comercio realizables en el acto; los bienes
muebles que se pueden vender al martillo; y los demás
bienes, especialmente los bienes raíces. Los tres primeros
no requieren de tasación previa.

Sección XIV Realización bienes sujetos a corrupción o de


costosa conservación y efectos de comercio realizables en
el acto

1. Realización bienes sujetos a corrupción o de costosa


conservación

La regla general es que la realización de los bienes


embargados en el juico ejecutivo en las obligaciones de dar
se lleve a efecto mediante la subasta pública. Hace
excepción a esta regla los bienes muebles sujetos a
corrupción, o susceptible de próximo deterioro, o cuya
conservación sea difícil o muy dispendiosa.
Se refiere a estos bienes el artículo 483 del Código de
Procedimiento Civil, según el cual, el depositario venderá
en la forma más conveniente, sin previa tasación, pero con
autorización del juez, los bienes muebles sujetos a
corrupción o susceptibles de próximo deterioro o cuya
conservación sea difícil o muy dispendiosa.

Las cosas corruptibles son aquellas que deben


consumirse en un tiempo brevísimo, porque de lo contrario,
y en razón de su misma naturaleza, se corrompen,
tornándose ineptas para el consumo (frutas, pasteles), o
bien, pierden las propiedades que justifican su consumo
(como ciertos medicamentos).833

El depositario puede vender estos bienes en cualquier


estado del juicio, aun antes de que se dicte sentencia de
remate y ello por la emergencia que hay en vender, por
ejemplo, un cargamento de frutos u hortalizas.

Si bien el Código no trata el procedimiento que debe


seguir el depositario para obtener la autorización, habrá de
entenderse que lo es través de audiencias verbales según
lo estatuye el artículo 480 del Código de Procedimiento
Civil. Sin embargo, en la práctica estas audiencias se
sustituyen por peticiones escritas del depositario, a las
cuales el tribunal accede con citación del ejecutante y
ejecutado.

El depositario deberá consignar el producto de la venta a


la orden del tribunal.
2. Realización efectos de comercio realizables en el acto

Se trata de aquellos valores que se transan en la bolsa de


comercio, como por ejemplo las acciones de sociedades
anónimas abiertas, bonos, etc. Se refiere a este tipo de
bienes el artículo 484 del Código de procedimiento Civil; se
venden sin previa tasación por un corredor nombrado en la
forma establecida para la designación de peritos prevista en
el artículo 414 del Código de Procedimiento Civil.

En estos casos corresponde efectuar el remate a la Bolsa


de Comercio.

La venta de estos efectos solo puede realizarse una vez


notificada la sentencia de remate, según lo estatuye el
artículo 481 del Código de Procedimiento Civil.

El corredor deberá consignar el precio de la venta a la


orden del tribunal.

Sección XV Realización bienes muebles que pueden


venderse al martillo

1. Generalidades
Se trata de los bienes muebles no comprendidos en la
categoría de muebles sujetos a corrupción, susceptibles de
próximo deterioro o de difícil o dispendiosa conservación ni
de efectos de comercio.

De acuerdo al artículo 482 del Código de Procedimiento


Civil, se venden sin previa tasación, pero por un Martillero
designado por el tribunal que corresponda.

Puede procederse a la realización de los bienes


embargados aun cuando la sentencia de remate no se
encuentre ejecutoriada. Sin embargo, no puede hacerse
pago al ejecutante con el producto del remate mientras la
sentencia no se encuentre firme, según lo establece el
artículo 510 del Código de Procedimiento Civil, a menos
que el ejecutante garantice su devolución en los términos
visto para la sentencia de pago.

2. Designación de martilleo y retiro de especies


embargadas

Para la realización de los bienes el ejecutante deberá


solicitar al tribunal la designación de un Martillero Público, a
fin de que este proceda a la venta de las especies
embargadas en pública subasta al mejor postor, sin previa
tasación. Si corresponde, el tribunal designará Martillero y
ordenará la entrega de las especies embargadas a éste
para su remate.834

Los Martilleros son personas naturales o jurídicas inscritas


en un registro en conformidad a Ley Nº 18.118, para vender
públicamente al mejor postor toda clase de bienes
corporales muebles. El ejercicio de esta actividad se
encuentra regulado en la Ley Nº 18.118 y en su reglamento.

La nominación deberá recaer en algunos de los martilleros


que figuren en el Registro Especial de Martilleros elaborado
por la respectiva Corte de Apelaciones en vigencia y, los
nombramientos deberán hacerse siguiendo el orden
correlativo en que se encuentran incorporados.835 El juez
debe velar que los remates se distribuyan equitativamente
entre la nómina de martilleros.

El Martillero, una vez designado, deberá ser notificado de


su encargo, no pudiendo eximirse de practicar el remate
judicial sin causa justificada.

Conjuntamente con la petición de designación de


Martillero, el ejecutante debe solicitar el retiro de especie
que se encuentran en poder del depositario, que por regla
general es el propio deudor. Usualmente en lo principal,
solicita designación de martillero y en un otrosí el retiro de
las especies embargadas. De acuerdo al inciso final del
artículo 455 del Código de Procedimiento Civil, el retiro de
las especies no podrá decretarse sino hasta que haya
transcurrido diez días desde la fecha de la traba del
embargo, a menos que el juez, por resolución fundada
ordene otra cosa.

Si en el acto del retiro de especies el receptor encuentra


oposición de parte del ejecutado o un tercero, deberá dejar
constancia en el cuaderno de apremio. Frente a ello, el
ejecutante podrá requerir al tribunal el auxilio de la fuerza
pública para su retiro, el que accederá para ese solo efecto
y en la medida que sea necesario.
3. Entrega de bienes embargados al martillero

El retiro de las especies embargadas deberá realizarse


por un Receptor Judicial. Estos de acuerdo a lo dispuesto
por el artículo 9º de la Ley Nº 20.886, deben incluir en la
diligencia del retiro de especies un registro fotográfico o de
video con fecha y hora de los bienes muebles al momento
del retiro para entregárselo al Martillero. Este registro tiene
por finalidad proteger al deudor frente a los deterioros que
puedan sufrir sus bienes muebles una vez que se haya
procedido a su retiro. En efecto, estos bienes podrían sufrir
una desvalorización por la falta de cuidado, de lo que debe
responder el martillero público si este detrimento ocurrió
mientras se encontraban bajo su custodia, incluso si de ello
se siguió un perjuicio al ejecutado, podrían intentarse una
acción indemnizatoria en su contra. Si el deudor o el
depositario se oponen a la toma de registro del estado de
los bienes embargados, constituye una verdadera renuncia
a dicha garantía.836

El Receptor Judicial deberá hacer entrega de los bienes al


martillero en su oficio.

El Martillero, al momento de recibir las especies para


remate, deberá levantar acta de ello, la que deberá
contener todas las especificaciones que se establecen en el
artículo 450 del Código de Procedimiento Civil para el acta
de embargo, en lo que fuere pertinente. Esta acta deberá
ser suscrita por el Martillero y el Ministro de Fe que le haga
entrega de las especies embargadas. El Martillero no tiene
la obligación de tomar otro registro fotográfico o de video al
recibir las especies embargadas. Si las imágenes no se
condicen con el real estado de los bienes, el Martillero
deberá dejar una reserva o anotación de tal situación.

4. Trámites previo al remate

El Martillero debe comunicar el lugar, día y hora en que


verificará el remate. Este anuncio se hace por medio de
avisos publicados en uno de los dos periódicos de mayor
circulación de la región en que este se realice. El último
aviso deberá ser publicado el día anterior al de la subasta.
Si los bienes estuvieren en otra región, el remate se
anunciará también en ella por el mismo tiempo y en la
misma forma.

La ley nada dice entorno al número de publicaciones, pero


al utilizar la expresión "avisos", se debe entender que se
requieren a lo menos dos.

En este aviso debe dejarse constancia además del


nombre del Martillero, número de su inscripción en el
Registro Nacional de Martillero, lugar en que se encuentren
las especies a subastar, días y horas en que pueden
inspeccionarse y el valor de la comisión que deberá pagar
el comprador si así correspondiere, según lo establece los
artículos 5º y 6º del Reglamento de la Ley Nº 18.118.

Si la especie mueble embargada corresponde a un


vehículo, será necesario que el ejecutante acompañe a la
causa el respectivo certificado de inscripciones de vehículos
motorizados, donde deberá constar el embargo. No se debe
olvidar que el embargo de bienes muebles solo tiene
eficacia frente a terceros desde que tengan conocimiento
del embargo y ello ocurre cuando él se inscribe en el
Registro Nacional de Vehículos Motorizados, tratándose de
vehículos, pues solo así los actos de disposición del
ejecutado sobre los bienes muebles embargados, son
eficaces, pues de lo contrario serían nulos y habría objeto
ilícito, conforme lo dispone elartículo 1464delCódigo Civil. 837

Por otro lado, si la especie a rematar registra algún otro


gravamen o prohibición, v. gr. prenda o embargo, deberá
notificarse al acreedor la circunstancia de verificarse el
remate de la especie a objeto que ejerza el derecho que
estime corresponderle. Ahora, tratándose de embargo
decretado por otro tribunal, es necesario solicitar, al Juez de
la causa, que dirija oficios a los otros tribunales que han
decretados esos embargos, para que autoricen el remate, y
luego de ello, puede procederse a la subasta respectiva,
porque en caso contrario, la enajenación, adolecería de
objeto ilícito. Dicho requerimiento deberá realizarse aun
cuando se trate de un mismo acreedor, puesto que un juez
no puede pasar por sobre la autoridad de otro.

5. Realización del remate

Las especies embargadas cuya subasta haya sido


suspendida por resolución judicial y que permanezcan en
poder del Martillero por más de tres meses, contados desde
la fecha de la suspensión, podrán ser rematadas por este
sin más requisitos que la publicación de los avisos que
procedan legalmente. Previamente deberá informar de ello
al Tribunal con no menos de 10 días de anticipación a la
fecha fijada para el remate. A menos que el juez disponga
expresamente lo contrario, el remate se llevará a efecto en
la fecha señalada.

La parte que solicite la suspensión del remate, será


obligada a pagar los gastos de avisos en que el Martillero
hubiere incurrido para anunciar el remate suspendido.

Si el ejecutante tiene interés en adjudicarse las especies


que serán rematadas con cargo a su crédito, deberá
presentar un escrito al tribunal solicitando autorización para
participar en el remate con cargo a su crédito, oficiándose al
efecto al Martillero. En este caso, el acreedor será
responsable, del pago de la comisión, de los gastos por
avisos y del Impuesto al Valor Agregado, si lo hubiere. Si la
adjudicación, fuere parcial, el acreedor será obligado en
forma proporcional al valor de la adjudicación, según lo
señalan los artículos 19 a 22 de la Ley Nº 18.118.

Si transcurridos dos días hábiles de verificado el remate,


el adjudicatario no pagare el total del precio de la especie o
la cuota de contado, si esta se hubiere convenido, la
adjudicación quedará sin efecto por este solo hecho y se
abrirá de nuevo la licitación. La disminución del precio y
todos los gastos que se causaren en el nuevo remate serán
de cargo del anterior adjudicatario. El vendedor tendrá
derecho para impedir la repetición del remate y para
recuperar la especie por no haberla llevado el comprador.
En tal caso, quedará solo este obligado a pagar
íntegramente la comisión, según lo señala el artículo 15 de
la Ley Nº 18.118.
6. Rendición de cuenta del martillero

Efectuado el remate, los Martilleros deben rendir cuenta


de la subasta ante el Tribunal, dentro de los cinco días
siguientes a la fecha del remate. La cuenta deberá
especificar, en detalle, la especie rematada, el estado en
que se encontraba al momento de la subasta y el precio
obtenido por ella. Además, se debe acompañar una copia
del acta de recepción de las especies subastadas, fotocopia
de los avisos publicados para anunciar el remate, con
indicación del diario, página, tipo y tamaño del aviso,
fotocopia de las boletas o facturas entregadas al subastador
y comprobante de depósito en la cuenta corriente del
tribunal por el valor obtenido en la subasta.

El Martillero solo podrá deducir del producto de la subasta


el impuesto al valor agregado, si lo hubiere, y el costo de
los avisos de remate o, de haberse incluido en estos a otros
remates, la parte proporcional que corresponda.

Sección XVI Realización de los demás bienes,


especialmente los raíces
1. Generalidades

A estos se refiere el artículo 485 del Código de


Procedimiento Civil. Se deberán tasar y vender en remate
público ante el tribunal que conoce de la ejecución o ante el
tribunal dentro de cuya jurisdicción se encuentran situados,
cuando así se resuelva a solicitud de parte y por motivos
fundados.

Para realizar estos bienes deben observarse una serie de


trámites o formalidades:

2. Diligencias previas

a) Tasación de los bienes

De acuerdo al inciso primero del artículo 486 del Código


de Procedimiento Civil, ella será la que figure en el rol de
avalúo vigente para los efectos de las contribuciones de
haberes, es decir, el avalúo vigente para los efectos del
impuesto territorial. Esta tasación se acredita al proceso
acompañando un certificado de avalúo expedido por el
Servicio de Impuestos Internos, este certificado es un
instrumento público, así que debe ser acompañado con
citación; solo el ejecutado tiene derecho a pedir que se
haga una nueva tasación sin necesidad de impugnarla o dar
razones para ello, por cuanto la ley no lo exige.838

El demandado solo puede hacer uso de este derecho


dentro del plazo de la citación con que fue acompañado el
certificado de avalúo. Si no lo hace, precluye su
derecho.839 No obstante, se ha resuelto la parte ejecutada
puede solicitar una nueva tasación sin necesidad de
impugnar el avalúo fiscal, ya que el artículo 486 no ha
señalado plazo para ello, solicitud que podrá hacer mientras
no sean aprobadas las bases para el remante.840

Si el ejecutado pide que se haga nueva tasación esta


debe ser hecha por peritos nombrados en la forma ordinaria
prevista en el artículo 414 del Código de procedimiento
Civil. Este informe de peritos, al tenor de las normas
citadas, tiene por finalidad fijar el valor comercial de los
inmuebles a rematar a efectos de fijar en las bases de
remate el precio mínimo para la subasta.

Para tal efecto, las partes serán citadas a la audiencia del


segundo día hábil después de notificada por cédula la
resolución que les cita a comparendo de designación de
perito.

A falta de acuerdo sobre la persona del perito, este será


designado por el juez, conforme a las reglas generales. En
todo caso de acuerdo al inciso tercero del artículo 486 del
Código de procedimiento Civil, la designación hecha por el
juez, no podrá recaer en empleados o dependientes a
cualquier título del mismo tribunal.

Practicada la tasación por el perito, ella debe ser puesta


en conocimiento de las partes, quienes disponen de un
término de tres días para impugnarla. Si transcurren los tres
días sin que se deduzca objeción, la tasación se tendrá por
aprobada.

Si las partes, o al menos una de ellas, formula objeción, se


conferirá traslado de la misma por tres días a la contraria, a
fin que ésta exprese lo conveniente a sus derechos y,
transcurridos los tres días del caso, con o sin respuesta de
las partes, el juez deberá resolver la incidencia, pudiendo
adoptar algunas de estas tres decisiones:

a) Aprobando la tasación.

b) Acoger la objeción, ordenando que se rectifique por el


mismo u otro perito, en cuyo caso debe determinar los
puntos sobre los que debe recaer la rectificación.

c) Admitir la objeción, fijando el mismo tribunal el


justiprecio de los bienes, conforme lo indica el artículo 487
del Código de Procedimiento Civil.

El juez está obligado a emitir pronunciamiento sobre las


objeciones al informe de tasación, debiendo resolver acerca
de la tasación de los inmuebles, siendo este requisito
elemento esencial para los trámites posteriores del
procedimiento de ejecución como son, precisamente, fijar la
bases de remate y la fecha del mismo.841

Estas resoluciones del juez son inapelables según lo


estatuye el artículo 487 del Código de Procedimiento Civil.

La nueva tasación practicada por perito o por el propio


tribunal no admite nuevos reclamos.

Se debe indicar que la tasación del inmueble


corresponderá al avalúo que esté "vigente" a la fecha del
remate, toda vez que la voluntad del legislador reside en
que el inmueble embargado sobre que versará la subasta,
sea vendido por un precio justo para su dueño.842

De este modo, si el avalúo del inmueble embargado


cambia antes de la fecha de remate, corresponde que el
ejecutante proceda a actualizar el avalúo de dicho bien raíz,
para lo cual debe presentar al tribunal un escrito de
actualización del avalúo del inmueble a rematar,
acompañando el respectivo certificado del Servicio de
Impuestos Internos con el nuevo avalúo fiscal vigente. Sin
embargo, ello no da derecho al ejecutado a solicitar una
nueva tasación mediante peritos en los términos del artículo
486 del Código de Procedimiento Civil, ya que ello es solo
una adecuación de la tasación del inmueble, en tanto que el
derecho a pedir tasación por peritos debe hacerlo cuando el
juez tuvo por aprobada la tasación, con citación. Pedirlo en
razón de las actualizaciones de tasación deviene en
extemporáneo.843 En sentido contrario, se ha sostenido que
la norma en comento no ha señalado un plazo dentro del
cual debe ejercerse tal derecho, por lo que el término de la
citación no es de aquellos plazos que produzcan la
extinción o preclusión del derecho no ejercido; y que, el
derecho del ejecutado a solicitar una nueva tasación
subsiste mientras no sean aprobadas las bases para el
remate.844

Con todo, si ha trascurrido un considerable espacio de


tiempo desde que el bien a subastar fue tasado por peritos
sin que se haya efectuado el remate, cualquiera de las
partes podrá solicitar una nueva tasación, pues solo así la
tasación del inmueble será representativa de valor vigente.
Se ha resuelto que el juez no puede ordenar un nuevo
remate de un bien raíz, cuyo mínimo para comenzar la
subasta se determinó de acuerdo a una tasación practicada
dos años antes de esa nueva fecha.845

Por último, cuando se trata de otros bienes que no sean


inmuebles, como los incorporales, la tasación
necesariamente debe efectuarse por peritos, toda vez que
carecen de un avalúo como el que se analizó.

b) Determinación de las bases de remate


Una vez establecida la tasación de los bienes, deben
fijarse las bases del remate, es decir, las condiciones
conforme a las que se efectuará la subasta: el precio,
mínimo de las posturas, forma de pago, monto de la
garantía, entrega del inmueble, pago de los gastos de
escritura e impuestos, singularización del inmueble, etc. 846

De acuerdo al artículo 491 del Código de Procedimiento


Civil, el precio de los que se rematen deben pagarse de
contado, salvo excepciones que las partes acuerden o que
el tribunal, por motivos fundados, resuelva otra cosa. Las
demás condiciones deben proponerse por el ejecutante,
con citación del ejecutado, quien podrá formular oposición a
la misma.847

La objeción a las bases de remate —con independencia


de sus fundamentos— se trata de un incidente debe ser
resuelta de plano por el tribunal. 848Ergo, será el juez quien
en último término fijará las bases del remate, debiendo
consultar la mayor facilidad y mejor resultado de la
enajenación, pero con las siguientes limitantes:

a) Debe disponer que el precio de la subasta se pague de


contado, salvo que existan motivos fundados que lo hagan
resolver de otro modo.

b) No puede fijar un mínimo para las posturas inferior a los


2/3 de la tasación del bien, según el artículo 493 del Código
de Procedimiento Civil.

c) La caución que deben rendir los postores para intervenir


en la subasta será el equivalente al 10% de la tasación del
bien. La suficiencia de la caución la califica el tribunal sin
ulterior recurso, y subsiste hasta el otorgamiento de la
escritura pública de compraventa o hasta que se deposite a
la orden del tribunal la parte del precio que debe pagarse al
contado según lo dispone el artículo 494 del Código de
Procedimiento Civil.

La resolución que se pronuncia sobre la objeción de las


bases de remate tiene naturaleza de sentencia
interlocutoria y en su contra procede el recurso de
apelación, el que se concede en el solo efecto
devolutivo.849No procede el recurso de casación desde que
no se trata de una interlocutoria que pone término al juicio
ni hace imposible su continuación.

Las bases de remate deben contemplar las siguientes


clausulas:

b.1) Individualización del bien que se va a subastar

El inciso tercero del artículo 450 del Código de


Procedimiento Civil dispone que en el embargo de bienes
inmuebles, estos se individualizarán por su ubicación y los
datos de la respectiva inscripción. De este modo basta con
señalar la calle y el número, y si fuere rural, camino y
sector, además de los datos de la inscripción de dominio.850

Como los deslindes constan en la inscripción de dominio,


no resulta necesario expresarlos en las bases del remate.
Sin embargo, en la escritura pública de adjudicación los
deslindes que se expresarán serán únicamente los que
constaban en la inscripción de dominio a la época de la
aprobación de las bases de remate. En ello debe existir
congruencia. De ahí que la exigencia de señalar los
deslindes en las bases de remate, pese a no ser según ley,
resulta clarificadora, particularmente para los postores. De
la imperfección de los deslindes o cabida pueden surgir
acciones que pueden perturbar la adquisición en pública
subasta.

Por otro lado, en ciertos casos resulta conveniente


especificar con claridad lo que comprende el inmueble a
subastar, más aún si en la inscripción de dominio no
especifica detalladamente los derechos que da cuenta el
título. Así, por ejemplo, si lo que se va a subastar es un
departamento dentro de un edificio, deberá indicarse si
comprende la bodega y estacionamiento o el derecho a
usar exclusivamente algún espacio como estacionamiento,
dado que en algunos casos constituyen unidades distintas
del inmueble principal, de modo que al suscribir la escritura
pública de compraventa no haya duda de los derechos que
adquirió el adjudicatario. Dificultad que no se presenta
cuando existen en la propiedad subastada diversas
dependencias, tales como casa habitación, galpón y oficina,
pues en tal caso, se tendrá en consideración la
individualización que se remató un inmueble en relación a
una determinada inscripción de dominio.851

b.2) Mínimo para la subasta

En las bases de remate deberá expresarse el mínimo para


la subasta del inmueble embargado. Desde luego el mínimo
de la subasta no prohíbe al tribunal adjudicar el bien en una
suma superior, toda vez que al hacerlo incluso se beneficia
al ejecutado.

El mínimo de las posturas será aquel que quede


determinado en la etapa de tasación del inmueble
embargado, vale decir, conforme el certificado de avalúo
fiscal o el monto fijado por un perito en los términos ya
estudiados.
Si en las bases de remate, se establece que el mínimo de
las posturas será el avalúo fiscal vigente para el semestre
en que se realice la subasta, no podría luego el ejecutado al
actualizarse el avalúo fiscal correspondiente al semestre del
remate, solicitar designación de perito con la finalidad de
determinar una nueva tasación. Por otro lado, si la tasación
del inmueble a subastar realizada por peritos, desde la
primera vez que se acompañaron las bases, tiene un alza
más que significativa, producto del tiempo o el cambio de
las condiciones que se tuvieron en vista al practicarse la
valorización, será procedente una nueva tasación.

b.3) Forma de pago del precio

De acuerdo al inciso primero del artículo 491 del Código


de Procedimiento Civil, el precio de los bienes que se
rematen deberá pagarse de contado, a menos que las
partes acuerden o que el tribunal, por motivos fundados
resuelva otra cosa.

Igualmente, deberá fijarse el plazo que tiene el


adjudicatario para consignar el saldo del precio, usualmente
dentro del quinto día de practicado el remate.

Podrá ser parte del precio la caución de seriedad que


establece el artículo 494 del Código de Procedimiento Civil.

Si es el acreedor quien se adjudica el bien embargado, no


tendrá que consignar el saldo del precio en cuanto este no
exceda el monto de su crédito, operará entonces la
compensación de créditos, pudiendo incluso imputar al
precio del remate otros créditos que tenga el ejecutante en
contra del ejecutado. En todo caso, habiendo una sentencia
favorable para un tercerista de prelación, el ejecutante cuyo
crédito no sea preferente, deberá consignar el precio de la
subasta si es que se adjudica el inmueble en el acto del
remate.

b.4) Garantías que se pueden otorgar para caucionar


el pago a plazo del saldo de precio

El artículo 494 del Código de Procedimiento Civil, dispone


que toda persona que desee participar en la subasta deberá
rendir previamente caución que no podrá ser inferior al 10%
del valor de la tasación, la que subsistirá hasta que se
otorgue la escritura definitiva de compraventa o se deposite
a la orden del tribunal el precio a la parte de él debe
pagarse de contado. El ejecutante está eximido de rendir
caución. Su crédito avala la seriedad de su postura.852

Esta caución tiene por objeto asegurar la seriedad de las


posturas y que se llevará a efecto la compra de los bienes
rematados;853evitando que concurran personas que solo
busquen dilatar la ejecución.

La caución se suele concretar mediante un depósito a la


vista tomado a nombre del tribunal por el equivalente al
10% del mínimo de la subasta. Si esta comprende varios
lotes y cada cual con su propio mínimo, el postor deberá
acompañar una boleta por cada lote que pretenda
adjudicarse. Este depósito podrá hacerse en cualquier
banco de la plaza, de modo que no puede imponérsele a
los postores comparecer con vale vista de un banco en
particular, aun cuando el tribunal registra su cuenta
corriente en el Banco Estado.854

b.5) Suscripción de escritura pública de compraventa

En las bases de remate debe indicarse el plazo que tiene


el adjudicatario para suscribir la escritura pública de
adjudicación. De acuerdo al artículo 495 del Código de
procedimiento Civil, la escritura de adjudicación debe
suscribirse en el plazo de tres días contados desde el
remate. Se trata de un plazo no fatal. Usualmente en las
bases se estipula que la escritura de adjudicación deberá
suscribirse en el término de 30 días contados desde que se
encuentre ejecutoriada la resolución que ordena extender la
correspondiente escritura de adjudicación.

El término para suscribir del acta de remate y la escritura


definitiva de compraventa, debe ser el mismo para el
ejecutante y los demás postores.855

b.6) La fecha en que se efectuará la entrega del inmueble

Deberá indicarse en las bases la oportunidad en que se


deberá hacer entrega del inmueble subastado al
adjudicatario.

b.7) La facultad del ejecutante de participar en el remate


con cargo a su crédito

El ejecutante puede participar como postor en la subasta.


Sin embargo, frente a otros acreedores con derecho
preferente, no podrá adjudicarse el inmueble con cargo a su
crédito. Lo propio si existe tercería de prelación y de pago
acogida.

b.8) Situación de los insumos atrasados

Si nada se dice son de cargo del adjudicatario.

Cabe agregar que en conformidad artículo 510 del Código


de Procedimiento Civil, la carga procesal de pagar las
costas pesa exclusivamente sobre las partes del juicio
según se expone en los artículos 138 y siguientes del
mismo cuerpo legal, de modo que estas no pueden
imponerse en las bases del remate a un tercero ajeno al
juicio.856

c) Eventual citación personal de los acreedores hipotecarios

c.1) Generalidades

Si los bienes que han de subastarse están gravados con


hipoteca, se debe citar al o los acreedores hipotecarios para
advertirles que la finca va a ser rematada, para que, si lo
estiman necesario, comparezcan al juicio en resguardo de
sus derechos.

A ello se refiere los artículos 492 del Código de


Procedimiento Civil y 2428 del Código Civil. Ambas normas
han establecido de algún modo la obligación de citar a los
acreedores hipotecarios cuando se quiera rematar una finca
hipotecada. En efecto, de conformidad a la norma
sustantiva citada, cesa el derecho de persecución del
acreedor hipotecario, contra el tercero que haya adquirido el
inmueble en pública subasta si concurren tres condiciones:
a) la venta debe efectuarse en pública subasta; b) debe
citarse personalmente a los acreedores hipotecarios,
mediante receptor judicial; y c) la subasta no puede
efectuarse antes de trascurrido el término de
emplazamiento, contado desde la notificación a los
acreedores hipotecarios.

El artículo 492 del Código de Procedimiento Civil vino a


complementar el artículo 2428 del Código Civil,
consagrando a los acreedores hipotecarios de grado
preferente a aquel que persigue el remate de la finca, el
derecho a optar: a) por pagarse sus créditos con el
producto del remate; o b) conservar sus hipotecas, siempre
que sus créditos no estén devengados. Vale decir, si el
deudor esta en mora, no puede optarse por conservar la
hipoteca, sino que necesariamente debe optarse por
pagarse con el producto del remate.

Si bien el artículo 492 del Código de procedimiento Civil


refiere a la ejecución iniciada por un acreedor hipotecario
de grado posterior, nada impide que el acreedor valista
también puede recurrir y aplicar el procedimiento de citación
y emplazamiento del acreedor hipotecario previsto en las
normas precedentemente citadas;857de lo contrario dejaría
al acreedor hipotecario de grado preferente en peores
condiciones cuando la ejecución es promovida por un
acreedor valista que cuando es promovida por un acreedor
hipotecario de grado posterior.858Por lo demás, así aparece
de la historia del establecimiento de la ley. 859De este
derecho a ser citados gozan todos los acreedores
hipotecarios y no únicamente los preferentes.

c.2) Procedimiento de citación

Como se dijo, si el remate es solicitado por un acreedor


valista o hipotecario de grado posterior, deberá citarse a
todos los acreedores de grado preferente y proceder a la
subasta reconociendo los gravámenes de grado preferente.
Los acreedores sucesivos en un inmueble prefieren según
el orden de celebración del contrato hipotecario, o de su
inscripción.860

Para tal efecto, es necesario que el ejecutante acompañe


al juicio el correspondiente certificado de hipoteca y
gravámenes del inmueble extendido por el respectivo
Conservador de Bienes Raíces.861
Esta citación para que sea válida debe hacerse en la
forma que prescribe el artículo 2428 del Código Civil, esto
es, debe reunir los siguientes requisitos:

a) La citación debe ser personal.

De acuerdo a los artículos 40 y 46 del Código de


Procedimiento Civil, la notificación persona deberá
efectuarse entregándose copia íntegra de la resolución y de
la solicitud en que hubiere recaído, cuando fuere escrita; y
en caso de que la persona a quien se pretende notificar no
fuere habida, debe procederse en la forma que establece el
artículo 44 del Código de Procedimiento Civil.

No resulta aplicación para este efecto lo dispuesto en el


artículo 56 del Código de Procedimiento Civil, que dispone
"las notificaciones que se hagan a terceros que no sean
parte en el juicio, o a quienes no afecten sus resultados, se
harán personalmente o por cédula", desde que la primera
notificación a las partes o personas a quienes hayan de
afectar sus resultados, debe ser personal. La citación es
una resolución que afecta en sus resultados al acreedor
hipotecario, ya que se hace con el fin de que tenga
conocimiento del remate para que tome las medidas
conducentes en resguardo de sus derechos. Además, un
argumento de texto lo avala: por la Ley Nº 1.725 de 31 de
enero de 1905 sobre cobro de valor de remate de tierras
fiscales en Arauco, Malleco, Cautín, Valdivia y Llanquihue,
se estableció en el artículo 3, "que para los efectos
expresados en el artículo 2428 del Código Civil no será
necesaria la citación personal de los demás acreedores que
tengan constituidas hipotecas sobre la misma finca.
Después que se pague al Fisco de la cantidad que se le
adeude, el juez de letras hará consignar el saldo, para que
con él sean cubiertos dichos acreedores en el orden que
corresponda", de dicho precepto se desprende que el
legislador ha reconocido que el artículo 56 del Código de
Procedimiento Civil, no había modificado el artículo 2428
del Código Civil, en lo que a la notificación personal se
refiere, por lo cual fue necesario establecer una disposición
expresa en esa ley que permitiera notificar a los acreedores
hipotecarios en otra forma que la personal.862

b) Entre la notificación y el remate debe mediar el término


de emplazamiento.

Sin perjuicio de lo que se dirá con ocasión del estudio de


la purga de la hipoteca cabe señalar que lo que ha querido
decir el legislador con esta disposición es que entre la
notificación a los acreedores y la subasta mediara el plazo
de emplazamiento y no que es suficiente la
notificación hecha a los acreedores pocos días antes del
remate por haberse hecho en el término de emplazamiento
o llamamiento y no fuera de él como se ha resuelto en
alguna oportunidad.863Esto es así, atendido que la citación a
los acreedores se pretende, que estos puedan imponerse
de las bases de remate e impugnarlas si fueren
perjudiciales a sus intereses, o bien ejercer algún otro
derecho que estimen asistirle, lo que no será posible si la
notificación se realiza no con la antelación debida, pudiendo
hacer ilusorio el ejercicio de sus derechos.

Ahora, el término de emplazamiento a que alude la norma


no puede ser otro que el término del juicio ordinario de
mayor cuantía, atendido que al tiempo que se dictó el
Código Civil solo se daba el nombre de emplazamiento al
del juicio ordinario;864y en el juicio ejecutivo no se conocía el
término de emplazamiento, porque al deudor se le daba a
conocer el juicio por medio de la "citación a remate", o
apercibimiento que se hace al deudor de que, si en el
término legal no paga la deuda y las costas causadas ni se
opone a la ejecución con alguna excepción admisible de
derecho, se procederá a la subasta de los bienes
embargados para hacer con su producto el debido pago al
acreedor.865Por lo demás no existiendo una regla especial
en el Código de Procedimiento Civil, por aplicación de lo
dispuesto en el artículo 3º del cuerpo normativo citado, el
término de emplazamiento debe ser el del juicio ordinario.

Hecha la citación personal del acreedor hipotecario a la


subasta de la cosa hipotecada, resulta innecesario repetir la
misma citación al señalarse posteriormente otra fecha para
la realización de ese acto, no efectuando la primera vez por
falta de postores.866

Cabe señalar que si un crédito hipotecario está dado en


prenda, la notificación que prescribe el artículo 2428 del
Código Civil debe hacerse al acreedor prendario, que es el
representante legal del deudor.867

c.3) Derechos conferidos a los acreedores citados

En conformidad a lo dispuesto en el artículo 492 del


Código de Procedimiento Civil, si por un acreedor de grado
posterior se persigue una finca hipotecada contra el deudor
personal que la poseyere, el acreedor o acreedores de
grado preferente, citados conforme el artículo 2428 del
Código Civil, podrán o exigir el pago de sus créditos sobre
el precio del remate según sus grados, o conservar sus
hipotecas sobre la finca subastada siempre que sus
créditos no estuvieren devengados. Similar derecho
confiere el artículo 762 del Código de procedimiento Civil, a
los acreedores de grado preferente cuando se persiga la
finca hipotecada contra los terceros poseedores.
Pese a que el artículo 492 del Código de procedimiento
Civil refiere a la ejecución iniciada por un acreedor de grado
posterior, nada obsta a que el acreedor preferente pueda
ejercitar el derecho conferido por la citada norma si quien
persigue la finca sea un acreedor no hipotecario, solo que
en tal caso, todos los acreedores podrán o exigir el pago de
sus créditos sobre el precio del remate según sus grados, o
conservar sus hipotecas sobre la finca subastada siempre
que sus créditos no estuvieren devengados.868

Para que los acreedores de grados preferentes puedan


ejercer el derecho que confiere el artículo 492 del Código
de Procedimiento Civil, se requiere que sus créditos no
estén devengados, y que el remate haya producido lo
suficiente para solventar el crédito del acreedor que invoca
este derecho, en caso contrario la hipoteca se extingue
definitivamente.

Citado que sea el acreedor hipotecario, si nada dice en el


término de emplazamiento, el inciso segundo del artículo
492 del Código de Procedimiento Civil atribuye a dicho
silencio una manifestación de voluntad positiva, en orden a
considerar que opta por ser pagado sobre el precio de la
subasta.869

Por último, si se ha dictado resolución de reorganización


que incluya los bienes del poseedor de la finca perseguida,
o ha sido sometido a un procedimiento concursal de
liquidación, conforme a la Ley Nº 20.720, se estará a lo
prescrito en el artículo 2477 del Código Civil, vale decir, por
cada finca hipotecada podrá abrirse a petición de los
respectivos acreedores un concurso especial hipotecario,
para que se les pague inmediatamente con ella, según el
orden de las fechas de sus hipotecas o bien, si las
hipotecas son de una misma fecha, en el orden de su
inscripción; si tienen idéntica fecha e inscripción, según el
número de repertorio del Conservador de Bienes Raíces.870

c.4) Derechos del acreedor hipotecario para modificar


las bases de remate

Una vez citados los acreedores hipotecarios al remate,


para cuyo efecto el ejecutante debe acompañar al juicio los
certificados de gravámenes respectivos el acreedor citado
debe comparecer con sus títulos justificantes para
considerársele como parte.871

Al acreedor hipotecario citado le cabe el derecho a


solicitar la modificación de las bases de remate propuestas
por el ejecutante, tendientes a quedar autorizado para
hacer posturas en el remate, adjudicarse el inmueble
embargado con cargo a su crédito, sin necesidad de
caución, pagarse preferentemente con el inmueble
hipotecado de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 492
del Código de Procedimiento Civil y en el evento de que no
se presenten postores el día de la subasta le asista el
derecho que confiere al acreedor el artículo 499 del Código
de Procedimiento Civil, entre otros derechos. 872 Se ha
resuelto que este derecho se debe ejercer por vía de la
correspondiente tercería de prelación.873Cuestión discutible
desde que los artículos 2428 del Código Civil y 492 del
Código de Procedimiento Civil no lo exigen. En todo caso,
al tercerista de prelación también le asiste el derecho a
solicitar la modificación de las bases de remate. En este
sentido, se ha resuelto, "si bien no existe norma expresa
que regule la posibilidad de solicitar por algún tercerista la
modificación de las condiciones de la subasta, resulta
procedente y justo que lo haga. En efecto, no debe
perderse de vista que la tercería es una acción que se
dirige contra ambas partes del juicio ejecutivo; respecto del
ejecutado para que se le reconozca su calidad de acreedor
y en cuanto al ejecutante, para que, en el caso de la de
prelación, se establezca su preferencia en el pago. Por
ende, su acción no es una cuestión puramente accesoria,
sino que, por el contrario, muchas veces tendrá interés
cierto en la resolución de determinados asuntos, no
resultando admisible, por ejemplo, que un ejecutante sin
preferencia alguna pueda adjudicarse una propiedad con
cargo a su crédito y un tercerista de prelación, con
sentencia firme que así lo reconozca, no pueda hacerlo por
habérsele impedido en su oportunidad modificar las bases
ya referidas".874

Este derecho deberá ejercerlo en el término de


emplazamiento a que refieren los artículos 2428 del Código
Civil y 492 del Código de Procedimiento Civil, que no es
otro que el establecido para el juicio ordinario de mayor
cuantía, por aplicación del principio contenido en el artículo
3º del Código de Procedimiento Civil.875 De dicha petición se
conferirá traslado al ejecutante que sacó a remate la finca y
al ejecutado.

La ejecutoriedad de la resolución que tiene por aprobadas


las bases del remate, no es oponible al acreedor hipotecario
si este solo es citado una vez que dicha resolución ya ha
adquirido esa calidad. En efecto, su petición no podría ser
calificada de extemporánea si se considera que las bases
de remate propuestas en el juicio, así como la resolución
con que ellas fueron proveídas, son anteriores a la citación
del acreedor hipotecario y, por consiguiente, este no pudo
formular su petición, sino a partir de la notificación
practicada con posterioridad, dentro del término de
emplazamiento.876Por el contrario, si es citado o bien
comparece voluntariamente al juicio con antelación a la
aprobación de las bases de remate, estas deberán ser
impugnadas en la oportunidad procesal establecida en el
artículo 491 del Código de Procedimiento Civil.877

c.5) Sanción que acarrea la falta de citación a remate

Si bien en alguna oportunidad se planteó la tesis que la


sanción por falta de citación de los acreedores hipotecarios
o su defectuosa notificación era la nulidad del remate, en la
actualidad no se discute que la omisión de la citación no
acarrea la nulidad del remate, sino que el acreedor no
citado conserva su hipoteca, quienes podrán perseguir la
finca, cualquiera que sea la persona en cuyo poder se
encuentre, hasta obtener un nuevo remate.

Ello se infiere del tenor literal del artículo 2428 del Código
Civil, al consagrar en su inciso primero el derecho de
persecución que compete a todo acreedor hipotecario, el
que cesa en si el tercero adquiere de la finca hipotecada en
pública subasta, ordenada por el juez, a menos que el
remate se haya hecho sin la citación personal del
acreedores hipotecarios, caso en el cual se retorna a la
regla general contenida en el inciso primero de la norma en
estudio, conservando el acreedor hipotecario su derecho de
persecución.878

Si por alguna circunstancia la hipoteca hubiere sido


cancelada, pueden pedir el restablecimiento de ellas. No
obstante, el subastador podrá subrogarse en los derechos
del acreedor hipotecario que obtuvo el pago de su
acreencia.

De este modo, para que el adjudicatario adquiera un


inmueble libre de gravamen después de la subasta, es
menester practicar la citación antes referida.
Por último, la citación de los acreedores hipotecarios como
las autorizaciones que deben solicitarse al juez o a otros
acreedores, según sea el caso, no obsta a la aprobación de
las bases de remate. Estas deben ser aprobadas en la
oportunidad procesal correspondiente, sin perjuicio que
luego de verificadas las citaciones y obtenidas las
autorizaciones a que se viene haciendo referencia, los
acreedores citados pidan modificar las bases de remate a
objeto de resguardar sus intereses.

d) Autorización judicial o de los acreedores embargantes


en su caso

De acuerdo numeral 3 del artículo 1464 del Código Civil,


hay objeto ilícito en la enajenación de las cosas
embargadas por decreto judicial, a menos que el juez lo
autorice o el acreedor consienta en ello. De este modo, si el
inmueble que se va a rematar se encuentra embargado por
orden de otro tribunal donde se sigue otro juicio, es
indispensable obtener la autorización de aquel juez que
dispuso la medida para evitar el objeto ilícito que podría
derivar de la enajenación según el Nº 3 del artículo 1464 del
Código Civil, a menos que el propio acreedor consienta en
ello.

Para este efecto, el tribunal que conoce de la ejecución,


deberá dirigir un oficio al tribunal donde se haya trabado
embargo solicitándose la respectiva autorización. Si el juez
que debe emitir la autorización la deniega, el remate
adolecerá de vicio de nulidad absoluta por objeto ilícito. 879

La subasta se hará una vez firme la autorización dada por


el tribunal que dispuso la medida, de lo contrario el remate
podría quedar sin efecto si la resolución que autorizó la
subasta es revocada vía apelación.880
No se requerirá esta autorización si se trata de un mismo
acreedor, ni el alzamiento previo del embargo para rematar
un bien raíz en la misma ejecución. Por el contrario, si se
trata de un acreedor diverso, se ha entendido que
tácitamente el acreedor otorga su autorización al juez que
sustancia otro procedimiento de apremio para realizar la
subasta, cuando solicita que se retenga el monto de la
cuota que proporcionalmente y según la naturaleza de su
crédito le corresponda; cuando concurra a interponer la
tercería de pago o prelación correspondiente; y en definitiva
cuando inste por el derecho de prenda general que la ley
prevé en su beneficio, finalidad que se cumple con su sola
autorización.881Se ha resuelto que la sola existencia de una
tercería de prelación no permite colegir el consentimiento
del acreedor en el sentido exigido por el artículo 1464 Nº 3
del Código Civil. La autorización a la que se refiere la norma
citada debe ser inequívoca, es decir, no debe dejar lugar a
dudas acerca de su existencia. En efecto, la circunstancia
de que un acreedor intervenga en un juicio ejecutivo
solicitando se le tenga como coejecutante no implica
asentimiento, toda vez que en ese caso el acreedor está
solicitando que se le respete el embargo ya constituido o se
levanten las medidas decretadas.882

La existencia de otros embargos sobre el inmueble


constará en el certificado de Interdicciones y Prohibiciones
de Enajenar que extiende el Conservador de Bienes
Raíces. Este documento deberá allegarlo al proceso el
ejecutante, resultando conveniente que tenga una data no
superior a 10 días previos al remate.

Se ha resuelto que esta regla comprende no solo las


enajenaciones voluntarias, sino también las forzosas. Así,
inscrita una medida precautoria de prohibición de celebrar
actos y contratos sobre un inmueble con posterioridad a un
embargo decretado en juicio ejecutivo, la enajenación de
ese bien en ese juicio sin autorización del juez que decretó
la medida es nula por adolecer de objeto ilícito. 883No
obstante, doctrina muy autorizada sostiene que el artículo
1464 Nº 3 del Código Civil, solo resulta aplicable a las
enajenaciones voluntarias, pues lo contrario podría llevar a
que un deudor obtenga que en un nuevo juicio se decrete
una precautoria o se le embargue el bien ya embargado
para perturbar el derecho de prenda general del acreedor
que le persigue.884

Por último, cabe señalar que el Servicio de Tesorerías es


otro acreedor más del ejecutado, por lo tanto, para los
efectos del artículo 1464 Nº 3 del Código Civil, no resulta
necesario pedir autorización para rematar, sino solo
notificarlo de la eventualidad del remate del inmueble a
cuyo respecto ha decidido embargar.885

e) Fijación del día y hora de la subasta

El día y hora para la subasta se fijará una vez aprobada la


tasación y las bases de remate. Si bien el artículo 488 del
Código de Procedimiento Civil señala "Aprobada la
tasación, se señalará día y hora para la subasta", debe
entenderse, lógicamente que además de la tasación
tendrán también que estar establecidas las bases para la
subasta. Aprobar las bases del remate y fijar el día y hora
de la subasta en una misma resolución, puede generar
inconvenientes en cuanto a la anticipación con que deben
hacerse las publicaciones del remate si es que se objetan
las bases o se recurre en contra de ellas.

f) Publicación de avisos
La publicidad en un requisito previo a la venta en pública
subasta y tiene por finalidad hacer conocer al público en
general el acto a realizarse y las condiciones establecidas
para el remate. Constituye una garantía de que los bienes
se adjudicarán por su valor real.886

Conforme al artículo 489 del Código de Procedimiento


Civil, el remate, con la indicación del día y hora en que
tenga lugar, se debe anunciar por medio de avisos
publicados a lo menos por cuatro veces en un diario de la
comuna asiento del tribunal o de la capital de la provincia o
de la región, si en aquella no la hubiera.

Estos avisos deberán ser redactados por el Secretario del


tribunal o Administrador, en su caso, y deberán contener los
datos necesarios para identificar los bienes que van a
rematarse.

Los avisos pueden publicarse aun en días inhábiles y el


primero de ellos necesariamente debe ser publicado a lo
menos con quince días de anticipación a aquel fijado para
el remate. Así, por ejemplo, si se fijó como fecha para la
subasta el día 26 de febrero de 2018 a las 12:00 horas, el
primer aviso deberá publicarse a lo menos el día 10 de
febrero de 2018.

Si los bienes estuvieren ubicados en una comuna


diferente a aquel en que se sigue el juicio, deberá
anunciarse el remate de la misma manera en un diario de
esa comuna o de la capital de provincia o de región según
el caso.

Efectuadas las publicaciones, el ejecutante deberá


acompañar a la causa copia de los diarios en que consta el
aviso, debiendo el Secretario del tribunal certificar en el
proceso el tenor de los avisos, la fecha de publicación y el
diario en que se practicó, dejando copia de las
publicaciones en la carpeta electrónica.

Las partes de común acuerdo pueden avisar el remate en


otros lugares y con un mayor número de avisos, que se
sumen a los exigidos por el legislador.887

La omisión del trámite de la publicación acarrea la nulidad


procesal del remate. En tanto que la omisión de la
certificación de la publicación no produce nulidad del
remate, pues la ley no exige que se deje tal constancia, es
conveniente para tener una prueba fehaciente de que se
hicieron las publicaciones.

3. El acto del remate

Remate y subasta son términos que se utilizan


indistintamente para designar el procedimiento por el cual
se efectúa la venta de los bienes embargados.

Se le ha conceptualizado como el acto procesal mediante


el cual se enajena a instancia del juez el bien embargado,
con el objeto de satisfacer, con su producido, el importe del
crédito que dio origen a la ejecución.888

a) Actos previos al remate

Llegado el día y hora fijado para la subasta, esta deberá


ser anunciada en la antesala del tribunal. Previo al anuncio,
el juez debe constatar el cumplimiento de todos los trámites
que establece la ley para el remate, a fin que este acto no
adolezca de algún vicio procesal. Si el sentenciador en este
estudio constata la existencia de algún vicio de
procedimiento que pueda acarrear la invalidación de lo
obrado, podrá hacer uso de la facultad correctiva que
autoriza el artículo 84 del Código de Procedimiento Civil.

Por otro lado, es fundamental que los interesados en pujar


en el remate realicen el estudio de los títulos del inmueble
para que más tarde no se vean sorprendidos de algún
defecto de los mismos, dado que la venta judicial no purga
el título y lo transmite con los mismos defectos que tenía. 889

Anunciado que sea el remate, los interesados deberán


presentar la garantía o caución exigida en las bases de
remate, que como se dijo equivale al 10% del valor de la
tasación. Estas serán calificadas por el tribunal sin ulterior
recurso, vigilando en este acto que se cumpla con el monto
exigido y que hayan sido tomadas a nombre del tribunal que
conoce del proceso. El interesado cuya caución que no
cumpla con estas condiciones no podrá participar en el
remate.

Cabe recordar que de conformidad al artículo 1798 del


Código Civil, al empleado público se prohíbe comprar los
bienes públicos o particulares que se vendan por su
ministerio; y a los jueces, abogados, procuradores o
escribanos los bienes en cuyo litigio han intervenido, y que
se vendan a consecuencia del litigio; aunque la venta se
haga en pública subasta; a los martilleros les está prohibido
adquirir del subastador especies que este se hubiere
adjudicado en subastas efectuadas por el mismo martillero,
conforme la letra b) del artículo 17 de la Ley Nº 18.118; y
los notarios y procuradores del número no podrán comprar
los bienes en cuyo litigio han intervenido y que se vendan a
consecuencia del litigio, aunque la venta se haga en pública
subasta, de acuerdo al inciso segundo del artículo 481 del
Código Orgánico de Tribunales.

b) El desarrollo del remate

Cumplidos los trámites anteriores, el remate se efectúa


ante el Juez y el Secretario que conoce del proceso, a
menos que en uso de la facultad prevista en el artículo 485
del Código de Procedimiento Civil, el remate se verifique
ante el juez que corresponda al territorio donde se
encuentran ubicados los bienes.

El remate se suele iniciar con la lectura de las bases del


remate o incluso con aviso publicado y que tuvo como
función hacer conocer al público en general las condiciones
de la subasta. Desde el momento que el asistente formula
una postura, presta su consentimiento a las condiciones
establecidas en las bases de remate.

Luego se sigue con la puja entre los interesados,


comenzado con una primera postura terminando cuando no
hay posibilidad de mejorar la última oferta. Cada postura es
válida mientras no sea sobrepasada por una postura
superior. Formulada una nueva postura queda libre la que
le antecede. De esta regla se siguen dos consecuencias: si
la postura más alta resulta nula por algún motivo, esta
nulidad o invalidez no tiene por efecto hacer revivir la
inmediatamente anterior; y la postura más alta no puede ser
anulada por el solo hecho de haber sido nula la
precedente.890

Agotadas las posturas sin que se haya superado la del


precio más alto, el juez finaliza la subasta adjudicando el
bien ofrecido al que hizo el mayor y último ofrecimiento.
Una sola postura que supere el mínimo fijado basta para
adjudicar el inmueble en subasta.891

En caso alguno puede suspenderse el remate por el


hecho de no alcanzarse el precio que se considera
adecuado.

El ejecutante puede tomar parte en el remate, porque la


ley no se lo ha prohibido, y si así ocurre, en principio no
paga el precio de la subasta, sino solo la diferencia entre su
crédito y este precio, operando en lo demás una
compensación. Decimos en principio, porque si existen
otros acreedores con derecho a pagarse en forma
preferente, el ejecutante deberá consignar el precio de la
subasta, tal sería el caso de un tercerista de pago o
prelación.

El ejecutado no puede participar en la subasta porque su


única posibilidad es pagar la deuda y las costas, como lo
señala el artículo 490 del Código de Procedimiento Civil.

Concluido el remate se devuelve la caución a los demás


interesados.

El adjudicatario, pese a no ser parte ni tercero, de modo


que no puede alterar la controversia de la ejecución,
empero tiene cierta capacidad procesal para actuar en lo
pertinente a su interés. Así puede solicitar que se extienda
escritura pública de adjudicación del inmueble, dar cuenta
del pago, presentar minutas de escritura pública y solicitar
la entrega del bien adjudicado.892

c) El acta de remate

Si la subasta verificada dice relación con bienes raíces,


servidumbres, censos y sucesión hereditaria, de
conformidad al artículo 495 del Código de Procedimiento
Civil y 1801 del Código Civil, deberá levantarse un acta de
remate, la que debe ser confeccionada por el tribunal.

Esta acta se extiende en un libro especial que al efecto


debe llevar el Secretario del Tribunal y en ella debe constar
los pormenores de la venta efectuada y será suscrita por el
juez, el rematante y el secretario. Se ha resuelto que la
validez del acta de remate, radica en que se haya levantado
tal Acta ante el secretario, y que se encuentre firmada por el
secretario, juez y el rematante, y no en el hecho de
extenderse en el Libro de Remate que dispone el artículo
495 del Código de Procedimiento Civil; de ahí que la
utilización de un registro electrónico no torna inválida el
acta.893

Una copia de esta acta se debe agregar a la carpeta


electrónica.

El acta solo procede extenderla después de verificado el


remate, para lo cual la ley no señala plazo.894 Y es
susceptible de modificación o anulación durante la secuela
del juicio por vicios inherentes a su celebración o a su
cumplimiento.895

De acuerdo al artículo 496 del Código de Procedimiento


Civil, en el acta de remate, puede el rematante indicar la
persona para quien adquiere y como en tal caso se trata de
una estipulación a favor de otro, subsiste la responsabilidad
del rematante, hasta que se presente la persona para quien
adquirió. Se ha estimado que al utilizar la norma citada la
expresión "podrá", el rematante puede con posterioridad a
la extensión del acta de remate indicar el nombre de la
persona para quien ha rematado.896
Por último, extendida el acta de remate, aun cuando el
inmueble no se encuentre inscrito a nombre del subastador,
el inmueble rematado no puede ser nuevamente
embargado, pues este ya fue transferido.

d) Naturaleza jurídica del remate judicial

La naturaleza jurídica del remate, es uno de los temas que


más controversia genera en el ámbito del derecho procesal
civil, verificándose tesis de distinta índole. Hay quienes lo
califican como un verdadero contrato de compraventa que
se rige en todo por el Código Civil. 897También hay quienes
lo asimilan a un acto jurídico público; y otros que lo
identifican como acto procesal.898

La Corte Suprema desde tiempo atrás viene asignándole


al remate la característica de fenómeno híbrido en el cual
se combinan elementos del derecho civil y del derecho
procesal, y como corolario la posibilidad de la doble
impugnación, es decir, sustancial y procesal. En este
sentido, se ha resuelto "La subasta judicial ejecutiva
constituye un fenómeno híbrido de derecho procesal y civil.
Se ha considerado que en su aspecto procesal, constituye
una actuación o trámite del juicio ejecutivo; y en su aspecto
sustantivo, un contrato, una compraventa forzada que crea
obligaciones entre vendedor y comprador,
independientemente de la ejecución misma". 899 Por
consiguiente, el remate lo han considerado como acto de
compraventa y como diligencia judicial; aceptando la
posibilidad de su anulación pero marcando, en cuanto dice
al tratamiento jurídico que debe darse en cada caso, la
diferencia que hay entre la nulidad del remate, como acto
civil sustantivo, y su anulación como acto integrante de un
procedimiento". De este modo, a la invalidación de una
subasta puede llegarse por la ausencia de los requisitos
establecidos por la ley para ella, considerada como un acto
jurídico civil, o por falta de sus formalidades propias como
acto procesal. En el primer evento las causas
determinantes generan nulidad sustancial, absoluta o
relativa, según la clase de requisitos pretermitidos; al paso
que en el segundo se alude a informalidades,
determinantes de nulidad procesal.

Se ha resuelto que en esta compraventa el comprador es


el subastador o rematante y, el vendedor es el deudor,
representado por el juez de la ejecución. 900 Se trataría de
una representación legal excepcional instituido en los
términos que prevé los artículos 497 del Código de
Procedimiento Civil y 43, 671 del Código Civil. De ahí que,
si con ocasión de la adjudicación en pública subasta se
sigue una acción de nulidad sustantiva, el legitimado pasivo
será únicamente el deudor, no pudiendo entablarse la
demanda en contra del juez que concurrió a representar al
deudor. No obstante, se ha sostenido que no hay
representación, sino sustitución, atendido que el juez no
actúa en lugar del deudor, como si fuera este, sino que
actúa sustituyendo la voluntad remisa del deudor.901

La principal crítica que se le formula la teoría de la


compraventa dice relación la falta de consentimiento del
vendedor, se postula que en la enajenación forzosa no hay
compraventa ni tradición, desde que en ella no hay facultad
ni intención de transferir dominio.902

e) Ausencia de postores en el remate

Puede ocurrir que el día señalado para la subasta no se


presenten postores, en este caso según el artículo 499 del
Código de Procedimiento Civil, el acreedor tiene dos
alternativas:
1.- Que se le adjudique los bienes embargados por los 2/3
del valor de tasación de los mismos. En este caso el
tribunal deberá acceder a ello, con citación del ejecutado y
demás interesados, si es que los hubiere. Este derecho no
podrá ejercitar el ejecutante si se ha entablado una tercería
de pago o prelación, porque de aceptarse quedarían
burlados los derechos del tercerista.

En este caso, habrá una verdadera venta en pública


subasta donde el acreedor será el comprador, enterando el
precio correspondiente por compensación de su crédito,
procediéndose en lo demás tal cual hubiere habido
remate.903

De acuerdo al inciso segundo del artículo 500 del Código


de Procedimiento Civil, si la ejecución fuere en moneda
extranjera, el ejecutante deberá hacer liquidar su crédito en
moneda nacional, al tipo medio de cambio libre que
certifique un Banco de la plaza.

2.- Que se reduzca prudencialmente por el tribunal el


avalúo aprobado, pero la reducción no puede exceder de
1/3 de ese avalúo.

Si se ejercita este derecho, los bienes deben ponerse


nuevamente en remate y el mínimo para las posturas será
los 2/3 del nuevo avalúo, debiendo cumplirse con todas las
formalidades antes vistas, pero los plazos fijados para los
avisos se reducirán a la mitad, a menos que hayan
transcurrido más de tres meses desde el día designado
para el anterior remate hasta aquel en que se solicite la
nueva subasta según lo estatuye el artículo 502 del Código
de Procedimiento Civil.
Si en el segundo remate tampoco se presenten postores,
el ejecutante puede optar por tres derechos que le otorga el
artículo 500 del Código de Procedimiento Civil:

1.- Pedir que se le adjudique los bienes por los 2/3 del
nuevo avalúo.

Al igual que el número 1 de la alternativa anterior, si la


ejecución fuere en moneda extranjera, el ejecutante deberá
hacer liquidar su crédito en moneda nacional, al tipo medio
de cambio libre que certifique un Banco de la plaza.

2.- Solicitar que los bienes se pongan por tercera vez en


remate por el precio mínimo que el tribunal designe; en
cuyo caso tiene aplicación lo dicho para efectos del
segundo remate.

3.- Pedir que los bienes se le entreguen en prenda


pretoria. Si hace uso de este derecho, es decir, que le sean
entregados estos bienes con el objeto de ir percibiendo las
rentas líquidas que estos produzcan, las que irá abonando
al crédito. De acuerdo al artículo 501 del Código de
Procedimiento Civil, el ejecutado tiene derecho a oponerse
a esta alternativa y solicitar en cambio que se saquen los
bienes por última vez a remate sin mínimos para las
posturas.

En el caso que se efectúe un tercer remate, bien sea por


solicitarlo el acreedor al hacer elección entre los tres
derechos que le otorga el artículo 500 del Código de
Procedimiento Civil o bien cuando el remate se lleva a
efecto a petición del ejecutado como oposición a la prenda
pretoria, deberá cumplirse nuevamente con los trámites de
fijar día y hora para el remate y publicaciones, pero en este
último caso el plazo para la fijación de los avisos se
reducirá a la mitad, salvo que haya transcurrido más de tres
meses desde el día designado para el remate anterior y
aquel en el cual se pide nueva subasta.

Finalmente, cabe señalar que el acreedor puede solicitar


un cuarto remate y otros, cuantos fueren necesarios para
lograr el pago del crédito con el producto de los bienes
embargados y así hacer efectivo su derecho a prenda
general.904 En cuanto al mínimo que debe servir de base
para los nuevos remates, el juez puede reducirlo sin
limitación alguna, de otro modo, no tendría objeto seguir
sacando a remate la propiedad. Incluso, de ser necesario,
puede establecerse nuevas bases de remate en caso de no
existir postores interesados con el precio mínimo ya
establecido. No obstante, se ha resuelto que la voluntad del
legislador de modificar nada más la variable precio entre
uno y otro remate llega hasta el que contempla el artículo
500 del Código de Procedimiento Civil.905

f) La prenda pretoria

Este es un contrato en cuya virtud, por el ministerio del


tribunal se entregan al ejecutante los bienes embargados,
para que se haga pago con sus frutos, es decir, es una
anticresis judicial.

A la prenda pretoria se refieren los artículos 503 a 507 y


en lo no reglamentado en ellos se aplican los artículos 2435
y siguientes del Código Civil.

Declarado por el tribunal el derecho del acreedor para que


se le entreguen en prenda pretoria los bienes embargados,
esta debe hacerse bajo inventario solemne. La prenda
pretoria no confiere ningún derecho real al acreedor.
El acreedor a quien se entreguen los bienes muebles o
inmuebles en prenda pretoria, debe llevar cuenta exacta, y
en cuanto sea exigible, documentada, de los productos de
dichos bienes.

Hecha la entrega, el acreedor tiene derecho a pagarse con


los frutos o utilidades a medida que estas se van
produciendo. Para tal efecto, deben deducirse de los frutos,
todos los gastos necesarios para producir esos frutos más
el interés corriente de los capitales propios que el acreedor
invierta y la cantidad que el tribunal fije como remuneración
de los servicios que preste el acreedor como administrador.
No tendrá, sin embargo, derecho a esta remuneración el
acreedor que no rinda cuenta fiel de su administración, o
que se haga responsable de dolo o culpa grave.

Se ha resuelto que el acreedor que ejerce la facultad de


solicitar la entrega de un bien productivo en prenda pretoria
(desechando la posibilidad de adjudicarse el bien en
propiedad o sacarlo nuevamente a remate), y no pacta
intereses, renuncia tácitamente a que el capital
originalmente adeudado los siga produciendo hacia el
futuro, renuncia que, atento lo dispuesto en el artículo 12
del Código Civil, resulta plenamente admisible.906

La prenda pretoria dura hasta que se pague totalmente el


crédito del ejecutante; pero el ejecutado puede en cualquier
tiempo recuperar los bienes pagando la deuda, las costas o
incluso los gastos a que se refiere el inciso final del artículo
504 del Código de Procedimiento Civil.

De acuerdo al inciso segundo del artículo 505 del Código


de Procedimiento Civil, el ejecutante, en cualquier tiempo,
podrá poner fin a la prenda pretoria y solicitar su
enajenación o el embargo de otros bienes del deudor, de
acuerdo a las reglas generales.

g) Embargo del derecho de gozar de una cosa o percibir


sus frutos

De acuerdo al artículo 508 del Código de Procedimiento


Civil, si los bienes embargados consisten en el derecho de
gozar de una cosa o percibir sus frutos, puede pedirse al
acreedor que se dé en arrendamiento o que se entregue en
prenda pretoria, para que se pueda percibir los frutos. Si se
solicita arrendamiento, se debe hacer en remate público,
fijándose previamente las condiciones para las posturas por
el tribunal, con audiencia de las partes.

Se anunciará al público el remate con anticipación de


veinte días, en la forma y en los lugares expresados por el
artículo 489 del Código de Procedimiento Civil.

h) Efectos del remate

h.1) Purga de hipoteca

La purga de la hipoteca es la extinción del derecho del


acreedor hipotecario de persecución, cuando la finca se
vende en las condiciones que señala el artículo 2428 del
Código Civil. Este artículo establece los siguientes
requisitos para que pueda purgarse la hipoteca: a) que la
venta se haga en pública subasta, ordenada por el juez; b)
que se cite personalmente a los acreedores; c) que haya
transcurrido el término de emplazamiento entre la citación y
la subasta.

(i) Pública subasta


La subasta exige la presencia de postores. No basta poner
en remate la finca hipotecada. Se ha resuelto que de lo
contrario se desentendería el tenor literal del artículo 2428
del Código Civil y el contexto del mismo que habla de
tercero que haya adquirido en pública subasta la cosa
hipotecada, y para adquirir es necesario que se haya
efectuado primero la venta y no que se haya anunciado
simplemente, o sea, es preciso que exista una subasta
consumada y no una mera tentativa de ella. 907 De ahí
entonces que si la finca se adquiere por adjudicación por
falta de postores, no opera la caducidad de la hipoteca.908

(ii) Citación personal de los acreedores hipotecarios

La citación a que se refiere el artículo 2428 del Código


Civil es un llamamiento a los acreedores hipotecarios a
resguardar sus derechos y se hace por medio de la
notificación.909 La citación personal a que alude esta norma
debe entenderse referida a la notificación, porque en la
legislación procesal civil vigente a la época de la dictación
del Código Civil, la palabra citación equivalía a
notificación.910Ahora, de acuerdo al artículo 40 del Código
de Procedimiento Civil, la primera notificación a las partes
debe hacerse personalmente.

Se ha resuelto que habiéndose hecho parte en el juicio un


acreedor hipotecario, señalando su domicilio en él, procede
notificarle por el estado la diligencia para el remate; 911hecha
la citación personal del acreedor hipotecario a la subasta de
la cosa hipotecada, resulta innecesario repetir la misma
citación al señalarse posteriormente otra fecha para la
realización de ese acto, no efectuando la primera vez por
falta de postores;912 Sería inaceptable exigir la notificación
personal para cada diligencia; se atentaría contra la eficacia
y rapidez del juicio ejecutivo, cuya terminación se haría muy
difícil cada vez que hubiera que citar varios
acreedores.913No es necesaria la notificación personal o por
cédula, según los casos, si los acreedores hipotecarios se
presentan al juicio oponiéndose al remate, pues al hacerlo,
tácitamente se dan por notificados de él. 914 Lo propio si
hace valer cualquier otro derecho que estime
corresponderle. Ahora, si la nueva fecha de la subasta es
consecuencia del efecto de una nulidad de lo obrado que
alcanzó a la notificación hecha al acreedor hipotecario,
habrá de practicarse una nueva notificación, atendido que la
anulada ya no existirá.

(iii) Que haya transcurrido el término de emplazamiento


entre la citación y el remate

Se requiere que entre la última notificación hecha a los


acreedores hipotecarios y la subasta, haya trascurrido el
término de emplazamiento, que por aplicación del artículo
3º del Código de Procedimiento Civil, corresponde al del
juicio ordinario.915 Este plazo tiene por objeto dar tiempo
suficiente a los acreedores hipotecarios para que adopten
las medidas de resguardo a sus derechos.916 De ahí que
para resulte conveniente citar a los acreedores hipotecarios
antes de fijar el día y hora del remate.

Se ha resuelto, aunque no haya transcurrido todo el


término de emplazamiento entre la citación y el remate no
verificado por falta de postores, se cumple con la ley si ese
tiempo trascurre entre aquella citación y la subasta
efectuada en la nueva fecha.917

Cabe añadir que el artículo 2428 del Código Civil está en


parte modificado por el artículo 492 del Código de
Procedimiento Civil, al expresar que, si un acreedor
hipotecario de grado posterior persigue el inmueble
hipotecado contra el deudor personal que lo posee, él o los
acreedores de grado preferente, citados conforme el
artículo 2428 del Código Civil, tienen un derecho optativo:

a) Pueden pagarse de sus créditos con el precio de la


subasta.

b) Pueden conservar sus hipotecas.

Pero para que puedan hacer uso de este derecho de


opción, es necesario que sus créditos no estén
devengados.918Ahora, si nada dicen en el término de
emplazamiento se entiende optan por pagarse con el precio
del remate en el orden correspondiente.

Finalmente, se debe indicar que el subastador de un


inmueble hipotecado lo adquiere sin las limitaciones de las
acreencias no pagadas. En efecto, no es requisito para la
extinción de una hipoteca que los acreedores citados se
paguen del todo o en parte con el precio de la subasta que
se ha consignado;919 y la adjudicación del inmueble en
pública subasta por parte del acreedor hipotecario extingue
hipoteca constituida a su nombre, no pudiendo subsistir
dicho gravamen para garantizarse sus propias obligaciones.

h.2) La evicción en las ventas en pública subasta

De acuerdo al artículo 1851, en las ventas forzadas


hechas por autoridad de la justicia, el vendedor no es
obligado, por causa de la evicción que sufriere la cosa
vendida, sino a restituir el precio que haya producido la
venta. Se trata de un efecto mucho más restringido que el
establecido para el vendedor de una compraventa en el
artículo 1847 del Código Civil.
El precio debe restituirse íntegramente, aunque la cosa al
tiempo de la evicción valga menos debido a causas
naturales, porque el artículo 1851 del Código Civil declara
que debe restituirse el precio que la venta haya producido,
es decir, todo el precio.920

Esta acción puede dirigirse únicamente en contra del


vendedor o deudor. No procede en contra del acreedor
ejecutante.921

h.3) Procedencia de la acción por vicios redhibitorios

De acuerdo al artículo 1865 del Código Civil, la acción


redhibitoria no tiene lugar en las ventas forzadas hecha por
la autoridad de la justicia, a menos que el vendedor, no
pudiendo o no debiendo ignorar los vicios de la cosa
vendida, no los hubiere declarado a petición del comprado,
en tal caso habrá lugar a la acción redhibitoria y a la
indemnización de perjuicios. En este sentido, se ha resuelto
"Si en el remate, realizado dentro de un juicio ejecutivo, una
persona compra para sí y para su hermano, sabiendo el
vicio de que adolecería la cosa, este hermano no puede
alegar su ignorancia del vicio si aceptó tácitamente lo
obrado a su nombre".922

Este régimen restrictivo de la acción por vicios


redhibitorios no se aplica en las ventas en pública subasta
que se realizan voluntariamente, pero con intervención de la
justicia.

h.4) Procedencia de la acción de rescisión por lesión


enorme

De conformidad al artículo 1891 del Código Civil, no


procede la acción rescisoria por lesión enorme en las
ventas de bienes muebles, ni en las que se hubieren hecho
por el Ministerio de la justicia. Por venta hecha por el
ministerio de la justicia debe entenderse no solo aquellas
que ocurran en el procedimiento ejecutivo, sino a todas las
ventas, inclusos las voluntarias en que intervenga la justicia.

Para los efectos del artículo 1891 del Código Civil son
ventas hechas por el ministerio de la justicia aquellas en
que el contrato de compraventa se genera, no entre las
partes, sino por obra de la justicia, aquellas en que el juez
representa la voluntad del vendedor y en las cuales
concurre un tercero al juicio, asumiendo en el contrato el rol
jurídico de comprador. Ergo, son ventas hechas por el
ministerio de la justicia, la del remate público en el juicio
ejecutivo, la de un remate en pública subasta en un juicio
de liquidación y partición y las ventas en pública subasta en
los actos de jurisdicción no contenciosa que exigen tal
trámite.923

La razón de esta excepción radica en que por las


características que asumen las ventas en pública subasta,
se está asegurando que el precio logrado en la operación
sea el más alto posible, puesto que la cosa se adjudica al
mejor postor, no existiendo el temor de que por algún
motivo se venda la cosa a un precio que esté muy por
debajo de precio corriente.924

Finalmente, el artículo 1891 del Código Civil no recibe


aplicación si la justicia se ha limitado a ordenar que se
extienda la escritura pública de compraventa ante la
negativa del promitente vendedor a otorgarla. 925Ergo,
procede la acción rescisoria por lesión enorme en la venta
suscrita por el juez a causa de la negativa del promitente
vendedor.
h.5) Subsistencia contrato de arrendamiento

De la relación conjunta de los artículos 1965 del Código


Civil y artículo 454 del Código de Procedimiento Civil, se
puede concluir que el arriendo sobre un bien posteriormente
embargado subsiste, y los derechos del arrendador-deudor
deben ser ejercidos por el depositario o bien por el acreedor
o acreedores del arrendador, pero no por un tercero.

Si el bien arrendado es rematado y adjudicado al acreedor


o acreedores del arrendador, de acuerdo al inciso segundo
del artículo 1965 del Código Civil, estos estarán obligado a
respectar el arriendo, en la medida que el contrato de
arrendamiento haya sido otorgado por escritura pública, a
menos que se trate de un acreedor hipotecario, en cuyo
caso no rige la obligación de respetar el arriendo.

Por el contrario, si el bien arrendado es adjudicado a un


tercero, la adjudicación no afecta en nada este contrato de
arrendamiento, sus derechos y obligaciones, atendido que
solo existe norma expresa respecto al acreedor o
acreedores del arrendador que se adjudican el inmueble en
subasta pública, según lo dispone el artículo 1965 inciso
final, en concordancia con el artículo 1962.926

4. Actos posteriores al remate

a) Depósito del saldo del precio de adquisición del inmueble


rematado

De acuerdo al artículo 491 del Código de Procedimiento


Civil, el precio de los bienes que se rematen deberá
pagarse de contado y en la oportunidad fijada en las bases
del remate, salvo que las partes acuerden o que el tribunal,
por motivos fundados, resuelva otra cosa. Se trata de un
plazo no fatal porque mira solo el interés privado de los
contratantes. De este modo, aunque el subastador haya
consignado el precio del remate fuera del plazo fijado, pero
antes que la contraparte acuse la rebeldía, dicha
consignación no invalida el remate.927

Si el ejecutante adquiere el bien en remate no tendrá que


consignar el precio, en cuanto este no excediera el monto
de su crédito, siempre que se no existan acreedores
preferentes. En caso contrario deberá depositar la totalidad
del precio ofertado.928

Del hecho del pago dejarse en el expediente mediante una


certificación que hará el Secretario del Tribunal. Si el
inmueble fue adjudicado por el ejecutante con cargo a su
crédito, la certificación dirá relación con la diferencia si es
que fue adjudicado en un precio mayor al monto de la
ejecución.

Si el adjudicatario no entera el precio de la subasta en las


condiciones estipuladas en las bases o bien no se suscribe
la escritura pública dentro del plazo de tres días o en la
mayor extensión concedida, el remate queda sin efecto y se
hace efectiva la caución en los términos que indica el inciso
segundo del artículo 494 del Código de Procedimiento Civil.
Esta norma dispone que el valor de la caución, deducidos
los montos de los gastos del remate, tales como
publicaciones, se abonará en un 50% al crédito y el 50%
restante a la Junta de Servicios Judiciales, esto es, la
Corporación Administrativa del Poder Judicial. Siendo esta
la sanción que contempló el legislador para el caso que el
adjudicatario no satisfaga sus obligaciones, no podría el
tribunal de oficio ni a petición de parte aumentar el
porcentaje de la caución equivalente al 10% de la
valoración de los bienes a rematar como medida disuasiva
a postores inescrupulosos.929

Si el subastador de los bienes embargados recurre de


apelación en contra de alguna resolución dictada por el
tribunal, la apelación se concederá solo en el efecto
devolutivo.

b) Suscripción de la escritura pública de adjudicación y


alzamiento
de hipotecas, gravámenes y prohibiciones

De acuerdo al inciso segundo del artículo 495 del Código


de procedimiento Civil, la escritura del remate o
adjudicación debe otorgarse dentro de tercero día de
suscrito el acta de remate. Pasado este plazo sin que el
subastador suscriba la escritura pública, nace el derecho
para exigir que el rematante firme la escritura pública o para
hacer efectiva la caución, si se negare a ello.930

El plazo de tres días que concede el artículo 495 del


Código de Procedimiento Civil para otorgar la escritura
pública, es un plazo judicial y por ende no fatal. En este
sentido, se ha resuelto "el plazo establecido en el artículo
495 del Código de Procedimiento Civil en modo alguno
reviste el carácter de fatal, comprendido en el artículo 64
del Código de Procedimiento Civil, puesto que ese plazo
está establecido para la suscripción de la escritura pública
de compraventa por parte del Juez y rematante,
constituyendo ello, en su esencia, una actuación propia del
Tribunal".931 Si se retarda la suscripción de la escritura
pública por sobre el término de tres días o el mayor plazo
concedido por el tribunal, sin que ello sea imputable al
adjudicatario, no procede dejar sin efecto el remate, toda
vez que esto significaría hacerlo responsable de hechos
que no le son imputables.932 Tal sería el caso de que el juez
demorara la revisión de la escritura.

Para otorgar la escritura pública, se requiere que


previamente el adjudicatario pague el precio en los términos
que se estipuló en las bases de remate. Cumplida esta
obligación, el subastador deberá solicitar al tribunal que se
extienda la escritura pública de adjudicación, a lo que el
tribunal accederá, con citación. La resolución que ordena
extender la escritura de remate tiene la naturaleza jurídica
de un decreto, providencia o proveído el que, sin fallar
sobre incidentes o sobre trámites que sirvan de base para
el pronunciamiento de una sentencia, tiene solo por objeto
determinar o arreglar la substanciación del proceso. 933 De
ahí entonces que la resolución que da lugar a la ampliación
del plazo para extender la escritura de adjudicación no es
apelable.934

Aun cuando la subasta queda perfecta al extenderse el


acta de remate, porque esta según el inciso segundo del
artículo 495 del Código de Procedimiento Civil tiene valor
de escritura pública, se debe extender una escritura pública
propiamente tal para poder inscribir el bien a nombre del
adjudicatario, dado que dicha acta no es un título suficiente
para los efectos de practicar la tradición del inmueble, cosa
que se produce al inscribirse en el Registro de Propiedad
del Conservador de Bienes Raíces la escritura pública de
compraventa.935 En este sentido, se ha resuelto "si bien el
acta de remate hace las veces de escritura pública para los
efectos del inciso segundo del artículo 1801 del Código
Civil, vale decir, desde que es firmada por el juez,
adjudicatario y secretario del tribunal se reputa perfecta la
venta; lo cierto es que la verdadera escritura pública en el
caso de subasta pública en juicio ejecutivo, no es el acta de
remate, a la cual la ley le concede sólo efecto provisorio,
sino la escritura pública de compraventa, que es la única
que puede admitir el Conservador para practicar la
inscripción".936 En consecuencia, el acta de remate vale
como escritura pública siempre que esta última se otorgue,
pues si ello no ocurre, aquella carece de valor.937

En la suscripción de la escritura pública comparecerá


como vendedor el juez en ejercicio del tribunal donde
realizó el remate en representación del ejecutado, y el
subastador como comprador. De acuerdo al inciso segundo
del artículo 495 del Código de Procedimiento Civil, en ella
se debe insertar los antecedentes necesarios, y si bien el
Código no indica cuáles serían estos, debe entenderse
todos aquellos que se requieren cuando se estudian los
títulos, demostrando que el remate ha sido válidamente
realizado. De modo que es conveniente consignar en lo
posible el mayor número de piezas del juicio ejecutivo, tales
como, el requerimiento de pago, la sentencia que ordena
seguir adelante la ejecución, la constancia de que se hizo la
tasación del bien a rematar, la publicación de los avisos, la
constancia de haberse citado a los acreedores hipotecarios
y obtenido las autorizaciones de otros tribunales o
acreedores, el acta de remate, la consignación del precio de
la subasta y la constancia de estar firme la resolución que
autorizó la suscripción de la escritura pública.

Suscrita la escritura pública de adjudicación, de lo que se


dejará constancia en el expediente, podrá el adjudicatario
solicitar el alzamiento de embargos y la cancelación de
hipotecas que graven el bien, petición a las que el tribunal
accederá con citación, en la medida que se hubiere
obtenido la autorización judicial o de los acreedores
embargantes y cumplido con la citación personal de los
acreedores hipotecarios, en su caso.938 En todo caso, se ha
resuelto que mientras el acreedor hipotecario no se haya
pagado de su acreencia con el producido del remate
realizado en la causa, el Tribunal a quo no podría acceder
al alzamiento de los gravámenes que afecten al bien
embargado, mientras no se pague o ponga a disposición de
dicho acreedor el pago.939

Finalmente, se debe señalar que la representación que la


ley otorga al juez en las enajenaciones forzadas que se
realizan por medio de la justicia, está limitada estrictamente
a las actuaciones indispensables para la celebración misma
del remate, sin que sea posible pretender que dicha
representación legal sea amplia y de alcances
ilimitados.940 Por lo mismo, si el ejecutado o un tercero
intentan una acción civil sustantiva para dejar sin efecto la
adjudicación, la acción debe deducirse en contra del
ejecutado y no en contra de juez, quien sólo compareció a
objeto de suscribir la escritura pública de adjudicación.

La resolución que ordena inscribir la escritura de


adjudicación no es apelable, según se ha resuelto.941

c) Liquidación del crédito y determinación de costas

De acuerdo con el artículo 509 del Código de


Procedimiento Civil, los fondos que resulten de la
realización de los bienes embargados, se consignarán a la
orden del tribunal por el rematante, el martillero, por el
corredor o por el depositario, según corresponda.

Conforme el inciso 1º del artículo 510 del Código de


Procedimiento Civil, consignados los fondos se procede a
liquidar el crédito y se determinarán las costas procesales y
personales que deben ser de cargo del deudor. No
prescribiendo esta norma un trámite distinto del que
establece el artículo 141 del citado Código, debe
entenderse que, siempre que se trate de liquidación de un
crédito y de tasación de costas a la vez, corresponde
observar en su aprobación lo que preceptúa éste, o sea,
que se tengan por aprobadas si nada se expusiere dentro
de tercero día.942Cabe mencionar que mediante la
denominada "retasación" de costas, no se puede objetar,
extemporáneamente, una tasación de costas procesales ya
firme.943

Por último, son costas procesales los valores pagados por


las publicaciones para llevar a efecto el remate. 944 Para tal
fin, el ejecutante debe adjuntar al proceso las boletas por
publicaciones de remate antes de su tasación.

d) Pago al ejecutante

Una vez que se encuentre firme la resolución que tuvo por


aprobada la liquidación y tasadas las costas, se hace pago
al acreedor. Éste en todo caso puede obtener que se le
pague antes de que se encuentre firme la sentencia,
caucionando las resultas del recurso de apelación conforme
al inciso segundo del artículo 509 del Código de
Procedimiento Civil. Si lo embargado ha sido la especie
misma adeudada, se hará entrega de ella al ejecutante
según lo dispone el artículo 512 del Código de
Procedimiento Civil.

De acuerdo al inciso segundo del artículo 511 del Código


de Procedimiento Civil, si la ejecución ha sido en moneda
extranjera, por haberse estipulado así en el título ejecutivo,
el tribunal pondrá a disposición del depositario los fondos
embargados en moneda diferente a la adeudada sobre los
cuales hubiere recaído el embargo y los provenientes de la
realización de bienes del ejecutado en cantidad suficiente, a
fin de que, por intermedio de un Banco de la plaza, se
conviertan en la moneda extranjera que corresponda. Esta
diligencia podrá también ser cometida al secretario.

Conforme al artículo 513, los dineros consignados en la


cuenta corriente del tribunal deberán ser destinados al pago
de los siguientes rubros y en el orden que se indica:

a) Créditos declarados preferentes por sentencia


ejecutoriada.

b) Costas y remuneraciones del depositario.

c) La deuda misma, pagándose en primero los intereses y


luego el capital.

Sin perjuicio del orden establecido, en conformidad al


inciso 2º del artículo 513 del Código de Procedimiento Civil,
las costas procedentes de la ejecución gozan de
preferencia aun sobre el crédito mismo; así entonces el
acreedor preferente que obtiene sentencia favorable en una
tercería de prelación, no podría extender la preferencia de
su crédito a las costas de la ejecución. Se ha resuelto que
"el inciso 2º del artículo 5l3 del Código de Procedimiento
Civil, contiene una regla de carácter especial, que
determina específicamente el orden de preferencia en que
concurren las costas con respecto a los créditos en el juicio
ejecutivo, y que prevalece sobre las normas generales de la
prelación de créditos, atendido lo dispuesto en los artículos
4º y l3 del Código Civil".945 Por lo demás, sería contrario a la
equidad que el ejecutante que tramitó el juicio en su
integridad no fuera resarcido, a lo menos, en los gastos
incurridos con ocasión de la ejecución.

Este derecho que concede inciso 2º del artículo 513 del


Código de Procedimiento Civil, según se ha resuelto, puede
ser declarado por el tribunal aun sin requerimiento del
ejecutante.946

Si con el producto de la realización no se hubiese


solucionado el total de lo adeudado, podrá ampliarse el
embargo. Con todo, si realizados los pagos
correspondientes queda aún un saldo, este deberá ser
entregado al deudor ejecutado.

e) Entrega del bien rematado

Una vez suscrita que sea la escritura de compraventa, el


adjudicatario del bien ejecutado, podrá reclamar su entrega
y desocupación.

Si el deudor se niega a entregar materialmente el bien


rematado, el juez en su calidad de representante legal del
vendedor, debe cumplir con la obligación de hacer entrega
del inmueble subastado al adjudicatario, sin que sea
necesario que el rematante deba iniciar un nuevo juicio para
obtener el lanzamiento del ejecutado. En este proceso no
se podrán oponer más excepciones que las que surjan de
derechos que provengan de actos jurídicos debidamente
comprobados. En todo caso al ejecutado no se le admitirá
excepción alguna.

Si bien en las normas relativas al juicio ejecutivo, no existe


una disposición que expresamente contemple la entrega
material de un inmueble embargado a su adjudicatario, de
distintas disposiciones legales fluye que esa entrega es
procedente cuando se refiere a los bienes raíces. En efecto,
el artículo 671 del Código Civil en su inciso tercero
establece: "en las ventas forzadas que se hacen por
decreto judicial, a petición de un acreedor, en pública
subasta, la persona cuyo dominio se transfiere es el
tradente, y el juez su representante legal". De este modo el
juez, en la calidad de representante legal que la ley le
otorga para actuar en una venta forzada, es también el
encargado de cumplir con la obligación esencial del
contrato de compraventa consistente en la entrega de la
cosa vendida, como se desprende de lo dispuesto en los
artículos 1824 y 1826 del citado Código. De manera
entonces que el juez, en cumplimiento de las indicadas
disposiciones legales y de lo previsto en el artículo 497 del
Código de Procedimiento Civil, agota la representación que
la ley le encomienda en una venta forzada cuando coloca,
además, al adjudicatario, en la posesión material de la
especie vendida. Esto está en armonía, además, con la
situación jurídica asumida por la ejecutada en el juicio, ya
que ésta revestía el carácter de depositario de la especie
embargada, situación que la pone en la obligación de
entregarla una vez concluido el procedimiento con la
adjudicación del inmueble y su posterior tradición al
adquirente.947

En este sentido, se ha resuelto, si el juez hace lugar a la


petición de lanzamiento del ejecutado y entrega el inmueble
subastado al acreedor que se lo adjudicó se ajusta a
derecho.948En su contra no procede el recurso de apelación.
En efecto, la resolución dictada en el juicio ejecutivo, una
vez materializada la subasta de un bien raíz embargado,
que ordena la entrega del mismo al adjudicatario
disponiendo el lanzamiento del demandado y de las
personas que dependan de él, en nada altera la
substanciación regular del juicio, puesto que es lo que en
principio corresponde hacer en consideración a la etapa de
la ejecución en que se encuentra el litigio.949 De igual modo
se ha resuelto que en contra de la resolución que dispone el
lanzamiento, no procede el recurso de protección.950

Se ha resuelto que rematada dos veces una misma


propiedad en una ejecución y adjudicada a diversas
personas, prima, no el primer adjudicatario, sino el que
primero ha entrado en posesión de la cosa inmueble
mediante la inscripción del título, aunque su compra haya
sido posterior.951

Finalmente, cabe agregar que de no ser posible la entrega


del inmueble adjudicado en pública subasta por parte del
juez, podrá perseguirse la entrega material mediante la
acción de precario.952 Ahora, si el detentador material del
inmueble rematado es de aquellos a que el artículo 1962
del Código Civil impone respetar el contrato de
arrendamiento, deberá iniciarse en su contra por el
adjudicatario, el correspondiente juicio de terminación de
contrato de arrendamiento por extinción del derecho del
arrendador.

5. Cuestiones que pueden suscitarse con posterioridad al


remate

a) Que el subastador se desista de efectuar la compra

Si el adjudicatario no consigna el precio del remate en la


oportunidad fijada en las bases o no suscribe la escritura
definitiva de compraventa, el remate queda sin efecto y se
hará efectiva la caución, en los términos que sanciona el
inciso segundo del artículo 494 del Código de
Procedimiento Civil. Sin perjuicio de que la norma citada
delimitó expresamente la sanción que debe imponérsele al
adjudicatario que no suscribe la escritura, lo cierto es que
tales medidas podrían resultar ineficaces frente a las
actitudes dilatorias de postores que buscan únicamente
entorpecer la ejecución, adjudicándose un inmueble para
luego desistirse de suscribir la escritura. De ahí que con
muy buenas razones jurídicas, las que compartimos, se
sostenga que el adjudicatario tiene la obligación de comprar
el inmueble, por cuanto la venta se reputa perfecta y la
obligación de extender la escritura pública obedece
únicamente a la exigencia legal de que el Conservador,
para efectos de la inscripción, solo admitirá la escritura
definitiva de compraventa. El profesor Alessandri sostiene
que se puede despachar mandamiento de ejecución con el
acta de remate para obtener el pago de contado, y que
puede exigirse ejecutivamente que se suscriba la escritura
de adjudicación.953 Bajo esa línea, podría entonces
demandarse el cumplimiento de una obligación de hacer del
adjudicatario e incluso demandarse los perjuicios que
pueda ocasionar al ejecutante la actitud asumida por el
rematante.954 No obstante, mayoritariamente se ha estimado
que no puede exigirse ejecutivamente el pago del precio
que ha debido pagarse por la subasta ni compelerse a
suscribir la escritura pública de adjudicación,
probablemente para evitar contingencias de un nuevo juicio
ejecutivo.955

b) Nulidad del remate


La compraventa en pública subasta de los bienes
embargados es un acto jurídico de doble carácter, por una
parte, constituye una acción o trámite procesal y por la otra
es un contrato de compraventa. Su validez está supeditada
al cumplimiento de requisitos sustanciales y normas
instrumentales.956De este modo, la puede afectar dos tipos
de vicios:

b.1) Vicios de procedimiento

La nulidad procesal de la subasta se producirá cuando el


vicio que la origina sea de carácter procedimental, vale
decir, vicios adjetivos que afectan a los actos procesales
que sirvieron de antecedente a la venta en pública
subasta.957 Por ejemplo, si no se tasó el inmueble, no
efectuaron las publicaciones legales o su número, no se
notificó la sentencia de remate, etc. Por el contrario, una
certificación ex post al remate, no anula la subasta.958

Se trata de un verdadero incidente de nulidad procesal


que debe reclamarse dentro del propio juicio —in limine litis
— y con arreglo a la ley procesal. En efecto, esta nulidad
podrá impetrarse hasta que quede firme la resolución que
ordena extender la escritura pública de adjudicación en
remate;959 No obstante, puede solicitar la nulidad procesal
pese a existir sentencia el litigante rebelde a que se refiere
el artículo 80 del Código de Procedimiento Civil, en caso de
falta de emplazamiento.960

El subastador de un bien raíz embargado en un juicio


ejecutivo debe ser oído en el incidente de nulidad del
remate planteado por el ejecutado, notificándolo
personalmente o por cédula, como lo dispone el artículo 56
del Código de Procedimiento Civil. Se ha resuelto que las
notificaciones por el estado diario que para tal efecto se
hayan practicado, no afectan al subastador a quien
previamente no se haya notificado en la forma indicada en
el citado artículo 56.961

Si no se reclama oportunamente la nulidad de los actos


procesales como el embargo, el remate en pública subasta,
la resolución que ordena extender la escritura pública de
adjudicación, entre otros, por quien correspondía, ha de
entenderse que estos son actos procesales válidos y que
rige por ello con toda su fuerza los efectos contemplados en
los artículos 495 y 497 del Código de Procedimiento Civil.
Ergo ya no podrá intentarse vía nulidad civil actos de
naturaleza procesal.962

b.2) Vicios de carácter civil

El remate y la adjudicación pueden ser nulos, además, por


vicios de carácter sustantivo, es decir, por omisión de
alguno de los requisitos que el Código Civil señala para la
validez de los contratos. Se trata de la nulidad sustantiva
propia del contrato de compraventa, por adolecer de
cualquier vicio de orden civil, ya sea falta de
consentimiento, objeto ilícito, causa ilícita o ausencia de
solemnidades civiles.

Debe reclamarse esta nulidad sustantiva de acuerdo a las


normas del derecho civil, interponiendo la acción ordinaria
de nulidad, con independencia de la ejecución en que se
efectúo la subasta y aún después de encontrarse
ejecutoriada la resolución que ordenó extender la escritura
pública.963

c) Pago de la deuda con posterioridad al remate


La interrogante que surge aquí es determinar si el pago
efectuado por el deudor, una vez verificado el remate,
puede tener la virtud de detener el curso de la inscripción
de la propiedad a nombre del subastador.

De acuerdo al artículo 490 del Código de Procedimiento


Civil "Antes de verificarse el remate, puede el deudor
libertar sus bienes pagando la deuda y las costas". Nuestra
jurisprudencia ha venido ampliando el alcance de lo que ha
de entenderse por remate, convirtiéndolo en un acto
complejo que no se agota con la materialidad de la subasta,
sino que concluye, para algunos, con la suscripción de la
escritura pública respectiva y para otros incluso con la
inscripción del inmueble en el registro conservatorio a
nombre del adjudicatario.964 De ahí entonces que el deudor
podría liberar su bien embargado, entre tanto no medie a lo
menos, la suscripción de la escritura a favor del
adjudicatario. En este sentido, se ha resuelto que puede
pagarse el crédito mientras no se haya realizado la
suscripción de la escritura a favor del
965
adjudicatario. Incluso se ha permitido pagar al deudor, ya
suscrita la escritura de adjudicación, pero antes de ser
inscrita en el Registro de Propiedad del Conservatorio de
Bienes Raíces, estimándose que hasta así no ocurra, el
remate no ha concluido.966

Bajo esta última línea se ha resuelto que "el remate es un


acto complejo que se inicia con las posturas en el acto de la
subasta, sigue con la adjudicación al mejor postor, la
suscripción del acta de remate, el otorgamiento de la
escritura pública de adjudicación en el caso de inmuebles y
concluye con la inscripción de ésta en el registro pertinente,
por lo que el deudor que paga la deuda antes que ese
proceso termine, hace uso de la facultad que le confiere el
artículo 490 del Código de Procedimiento Civil, pudiendo
así liberar el bien embargado y extinguir la deuda y con ella,
el juicio ejecutivo".967Doctrina ya sustentada por nuestro
máximo tribunal, quien afirmó, "el hecho de que la firma del
rematante, tanto en el acta de remate como en la escritura
pública definitiva de compraventa, no constituye sino el
consentimiento que como requisito general para que una
persona se obligue a otra por un acto o declaración de
voluntad exige el Nº 2 del artículo 1445 del Código Civil, de
manera entonces que mientras no subscriba aquélla el
rematante, tampoco ha estado en condiciones de
comparecer al otorgamiento de ésta produciéndose entre el
acta y la escritura mencionadas un período en que el
demandado ha podido instar procesalmente por el pago de
la deuda con el consiguiente alzamiento del embargo y
liberación del bien de su dominio, por haber satisfecho
íntegramente el pago demandado por el acreedor, finalidad
precisa que tiene el juicio ejecutivo en las obligaciones de
dar a que se refiere el artículo 434 del Código de
Procedimiento Civil".968 Por lo demás, esta posibilidad se
condice plenamente con los fines del proceso ejecutivo
respecto de obligaciones dinerarias, que no es el de
transferir bienes, ni el de posibilitar un rentable negocio
para el ejecutante, sino única y exclusivamente el de hacer
cabal y cumplido pago de la obligación devengada.969

Sin embargo, jurisprudencia más reciente, ha resuelto que


el pago posterior al remate por parte de la ejecutada no es
suficiente para impedir inscripción a nombre del comprador
en venta forzada. Se sostiene que este derecho debe
ejercitarse antes de que el juez declare adjudicada la
propiedad al mejor postor, que es el acto de autoridad que
pone fin al remate. El pago posterior al remate por parte del
ejecutado no es suficiente para impedir la inscripción a
nombre del comprador en venta forzada, puesto que el
remate tiene el efecto producir la extinción de la obligación
que se cobraba, y por lo mismo, solucionar respecto del
deudor ejecutado su deuda. Por ello, cuando el ejecutado
consigna el dinero del pago, ya no hay deuda que extinguir,
porque ella se solucionó con el pago hecho por el tercero
que remató la propiedad raíz.970 En este sentido, se ha
resuelto también, una vez que ya se ha llevado a cabo ello
no será posible, toda vez que dominio de los bienes objeto
del mismo habrá pasado a terceros.971 En el caso del
remate de bienes raíces se entiende este finiquitado con la
firma de la correspondiente acta de remate; 972 y la
suscripción del acta del remate, pone término al periodo
durante el cual el ejecutado puede liberar sus bienes
pagando lo adeudado más las costas.973

Por último, se debe indicar que si bien el artículo 490


citado dispone que antes de verificarse el remate el deudor
pueda libertar sus bienes pagando la deuda y costas, la
oportunidad de su ejercicio queda siempre subordinada a
que exista realmente remate o subasta. De modo que si el
adjudicatario no consigna el saldo del precio o no suscribe
la escritura definitiva de compraventa dentro de los plazos
establecidos en las bases de remate, la subasta queda
caduca y podrá entonces el deudor libertar sus bienes
acogiéndose al derecho que le otorga el artículo 490 del
Código de Procedimiento Civil.974

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El Juicio Ejecutivo


Tabla de Contenido
El Juicio Ejecutivo
EL JUICIO EJECUTIVO
INICIO DE:
EL JUICIO EJECUTIVO
PRESENTACIÓN
CAPÍTULO I DEL EJECUTIVO EN GENERAL
CAPÍTULO II EL JUICIO EJECUTIVO EN LAS OBLIGACIONES DE DAR
CAPÍTULO III DE LAS TERCERÍAS
CAPÍTULO IV JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE HACER
CAPÍTULO V JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE NO HACER
CAPÍTULO VI JUICIO DE MÍNIMA CUANTÍA
CAPÍTULO VII EL ABANDONO DE PROCEDIMIENTO
BIBLIOGRAFÍA

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INICIO DE:
CAPÍTULO III DE LAS TERCERÍAS
SECCIÓN I GENERALIDADES
SECCIÓN II TERCERÍA DE DOMINIO
SECCIÓN III TERCERÍA DE POSESIÓN
SECCIÓN IV TERCERÍA DE PRELACIÓN
SECCIÓN V TERCERÍA DE PAGO
SECCIÓN VI OTROS DERECHOS QUE PUEDEN HACER VALER LOS TERCEROS

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Capítulo III De las tercerías

Capítulo III De las tercerías


Sección I Generalidades

1. Definiciones

Las tercerías en el juicio ejecutivo son aquellas


intervenciones que efectúan en el proceso terceros
extraños al mismo pretendiendo dominio sobre los bienes
embargados, posesión de los mismos, derecho a ser
pagado preferente o derecho para concurrir al pago a falta
de otros bienes.975 Se encuentran reguladas en el párrafo 3º
del Título I del Libro III Código de Procedimiento Civil, entre
los artículos 518 a 529.

Normalmente en un juicio puede intervenir como tercero


cualquier persona que, sin ser parte directa en él, tenga
interés actual en su resultado y esta intervención puede ser
como tercero coadyuvante, excluyente o independiente. En
el juicio ejecutivo, en cambio, la posibilidad de intervenir
terceros es más restringida y se limita solo a los casos
expresamente permitidos por la ley.976 De este modo no
podría comparecer, por ejemplo, un tercero interponiendo
una demanda incidental de inoponibilidad, pues no
perseguiría con esa acción ninguna de las pretensiones que
establece el artículo 518 del Código Adjetivo que legitima la
intervención de un tercero en un juicio ejecutivo. Sin
embargo, tratándose de una obligación de hacer, la
intervención de un tercero no queda limitada a las tercerías
contemplada en el artículo 518 del Código de
Procedimiento Civil. En efecto, su ubicación en el párrafo III
del Libro III revela que su normativa solo es aplicable al
juicio ejecutivo de obligaciones de dar, y no podía ser de
otra manera, ya que la naturaleza de las tercerías referidas
en el artículo 518 citado, denota que estas requieren la
existencia de bienes embargados respecto de los cuales un
tercerista de dominio o de posesión pide exclusión de
embargo efectuado, petición que resulta incompatible con la
naturaleza del juicio ejecutivo de obligación de hacer, en
que no hay embargo y, lo mismo acontece con las tercerías
de prelación y pago, que requieren embargo y realización
de bienes o simplemente pago con dineros embargados.977

2. Naturaleza jurídica

Se ha planteado el problema de decidir si las tercerías


constituyen un incidente del juicio ejecutivo o si,
constituyen, por el contrario, un juicio separado.

Para un sector de la doctrina y jurisprudencia, las tercerías


son incidencias del juicio ejecutivo promovidos por terceros,
que salvo la de dominio, se tramitan conforme a las normas
de los incidentes ordinarios. Esto es así, porque las
tercerías reguladas en el párrafo 3º del Título I del Libro III
Código de Procedimiento Civil, solo son posibles en la
medida que exista un juicio ejecutivo y se haya trabado
embargo sobre bienes determinados, solo así el tercero
podrá hacer valer derechos que obstan, total o parcialmente
al pago del ejecutante con los bienes
978
embargados. Posición que compartimos.

En esta línea, se ha resuelto, que la tercería de posesión


es un incidente de previo y especial pronunciamiento que
hace aconsejable la paralización del procedimiento de
apremio, puesto que de seguirse este adelante, se podría
hacer ilusorio el derecho del tercerista de posesión de
rescatar sus bienes; y, que no es admisible el recurso de
casación en el fondo interpuesto en contra de la resolución
que resuelve una tercería de posesión, ya que si bien es
una sentencia interlocutoria, no es de aquellas que ponen
termino al juicio o hacen imposible su continuación.979

No obstante, con muy buenos argumentos se ha sostenido


que la tercería constituye un juicio distinto de la ejecución,
porque el fallo recaído en el cuaderno de tercería reviste
una importancia como la sentencia que resuelve el pleito
ejecutivo y en nada modifica lo resuelto en el cuaderno
ejecutivo; y, si la tercería de dominio se sigue por los
trámites del juicio ordinario, con pequeñas modificaciones,
es demostrativo de que no se trata de un mero incidente del
juicio ejecutivo.980Siguiendo esta línea, se ha resuelto: pese
a que el artículo 521 inciso primero del Código de
Procedimiento Civil hace aplicable el procedimiento
incidental para la tramitación de las tercerías de posesión,
prelación y de pago, tal consideración procedimental no
altera la naturaleza jurídica de la decisión que resuelve la
pretensión deducida, que tiene un carácter de principal,
autónoma y distinta de la sustentada por las partes del
juicio ejecutivo;981 la resolución que resuelve una tercería de
posesión reviste la naturaleza jurídica de sentencia
definitiva, pues pone fin a la instancia resolviendo la
cuestión que ha sido objeto del juicio, en consecuencia es
apelable y también susceptible de ser recurrida mediante
casación en la forma, y de estos recursos corresponde
conocer a la Corte de Apelaciones respectiva, en
conformidad a lo establecido en el artículo 63 Nº 3, letra a)
del Código Orgánico de Tribunales, previa vista de la
causa;982la resolución que falla una tercería, corresponde a
una sentencia definitiva, en los términos previstos en el
artículo 158 del Código de Procedimiento Civil, pues pone
fin a la instancia, resolviendo el asunto controvertido,
naturaleza que no se ve alterada por la forma como la ley
ordena que se tramiten algunos litigios, como ocurre con las
tercerías de posesión, de prelación y de pago, respecto a
los cuales, se establece que se tramitarán como
incidentes.983

Participar de una u otra interpretación, trae aparejada


diversas consecuencias en torno a la validez de los
mandatos otorgados, forma de notificación en las tercerías
(demanda, interlocutoria de prueba y sentencia) y
naturaleza jurídica de las resoluciones recaídas en ella, lo
que importa para el régimen de recursos.984

Por último, han sido recurrentes los fallos pronunciados


por algunas Cortes de Apelaciones en que, conociendo vía
apelación de una sentencia recaía en una tercería, han
anulado de oficio lo obrado, pues considerando que se trata
de un juicio independiente requiere notificación personal o
por cédula de la demanda e interlocutoria de prueba, o bien,
si la omisión dice relación con la notificación de la
sentencia, reenvía el expediente al a quo para que
disponga su notificación por cédula. 985 En esta línea se ha
resuelto que al disponerse la notificación de la tercería por
el estado diario y no en forma personal a las partes
demandadas, se omite el debido emplazamiento, que es un
trámite o diligencia esencial.986

3. Características

a) Son de carácter excepcional. De acuerdo al artículo 518


del Código de Procedimiento Civil solo son admisibles las
allí indicadas.

b) Son de carácter accesorio. De esta accesoriedad se


sigue que el mandato constituido en el juicio ejecutivo por el
actor o el ejecutado tiene pleno valor para la tercería;
asimismo, la primera resolución que recae en la tercería de
posesión, prelación y pago, la interlocutoria de prueba y la
sentencia deben notificarse por estado diario; y las
resoluciones que la resuelven tienen naturaleza de
sentencia interlocutoria.

c) El tercerista tiene el derecho en cualquier estado del


juicio substituir el embargo, consignando una cantidad
suficiente para el pago de la deuda y las costas, siempre
que este no recaiga en la especie o cuerpo cierto a que se
refiere la ejecución de acuerdo al inciso final del artículo
521 del Código de Procedimiento Civil.

4. Sujetos en la relación procesal


El procedimiento de tercería supone la intervención de un
tercero que tendrá la calidad de demandante; en tanto el
ejecutante y ejecutado, pasan a ocupar el lugar de
legitimados pasivos de la acción. Este último, como se
sabe, pueden ser más de un sujeto, v. gr., deudor principal,
fiador o codeudor solidario.

La acción debe dirigirse en contra del ejecutante y en


contra de todos los ejecutados, pues a todos ellos
necesariamente afecta la acción intentada. Si así no se
hiciera, se produce una constitución irregular de la relación
procesal, por lo que no debiera admitirse a tramitación o
bien rechazarse en definitiva la demanda de tercería. 987Se
ha resuelto que los herederos, en su calidad de
continuadores del causante no tienen derechos
incompatibles con los derechos del demandado, al
contrario, tienen y representan sus mismos derechos y
obligaciones transmisibles desde el momento de fallecer
aquel, dado que le han sucedido a título universal sin
condición alguna, en todos sus derechos y obligaciones
transmisibles. De este modo, los actores de la acción de
tercería, no son efectivamente terceros sino que, por lo
contrario, son la parte directamente demandada o ejecutada
y por ello se encuentran afectados por todo aquello que se
ha obrado válidamente en el juicio ejecutivo principal, dado
que la acción que el demandante tenía contra el causante,
la conserva contra sus herederos.988

5. Tercerías preventivas
Las tercerías de dominio y posesión, pueden deducirse
desde el momento en que se produce el embargo, pues ahí
nace el interés, o lo que es lo mismo, la necesidad de tutela
jurídica. En efecto, la acción nace cuando se traba embargo
sobre un bien de dominio del tercerista, o del que estaba en
posesión. Antes de eso no existe afectación y por ende no
resulta procedente las llamadas tercerías
989
preventivas.  Esto no impide que el tercero pueda hacer
presente al tribunal y al ejecutante que un determinado bien
no pertenece al ejecutado, pero sin deducir la tercería.

Sección II Tercería de dominio

1. Concepto

La tercería de dominio es la reclamación que hace un


tercero en un juicio ejecutivo, alegando dominio sobre los
bienes embargados, para que se alce el embargo y se le
reconozca su derecho.990 Su ejercicio es una cuestión
jurídica que, apartándose de la que dio origen a la
ejecución, mira exclusivamente al derecho de propiedad
que el tercerista reclama para sí y que el ejecutante y el
ejecutado discuten.991 Con esta figura, el ordenamiento
jurídico garantiza al propietario de los bienes embargados
que pueda obtener la liberación de los mismos.
2. Oportunidad para deducirla

La tercería de dominio puede intentarse desde que se ha


trabado embargado sobre bienes del tercerista, ya que si no
los hubiere la demanda carecería de objeto. Mientras no se
le perturbe no tiene legitimidad activa para demandar. Así,
por ejemplo, si se deja sin efecto el embargo, durante la
prosecución de la tercería no puede acogerse la acción del
tercerista, no correspondiendo entrar a pronunciarse sobre
el dominio alegado.992

Finalmente, esta acción solo podrá deducirse hasta antes


que opere la tradición de los bienes rematados, es decir,
tratándose de los bienes muebles hasta antes de la
entrega; en el caso de los inmuebles hasta antes de la
inscripción de dominio en favor del adjudicatario en el
registro del Conservador de Bienes Raíces.

Si los bienes embargados han sido rematados y se ha


hecho tradición, el tercero deberá recurrir a la acción
ordinaria de reivindicación.

Es necesario que existan bienes embargados, ya que si


no los hubiere la demanda carecería de objeto, de manera
que si se deja sin efecto el embargo, durante la prosecución
de la tercería no puede acogerse la acción del tercerista, no
correspondiendo entrar a pronunciarse sobre el dominio
alegado.
3. Tramitación

La tercería de dominio se sigue en cuaderno separado con


el ejecutante y ejecutado como sujetos pasivos.

El libelo pretensor debe cumplir además con todos los


requisitos establecidos en el artículo 254 del Código de
Procedimiento Civil para que el juez le dé curso.

Se tramita conforme a las reglas del procedimiento


ordinario, pero sin los escritos de la réplica y dúplica.
Conforme a lo dispuesto en el artículo 1698 del Código
Civil, corresponde al tercerista probar su derecho de
dominio sobre los bienes embargados. En este sentido, se
ha resuelto, "Debe probar que la cosa embargada es la que
reclama, y precisar la identidad de ella en tal forma que
lleve al convencimiento del juez que lo que se reclama y le
pertenece es precisamente el objeto embargado y no
otro".993

4. Efectos de la tercería de dominio

La interposición de la tercería de dominio no suspende, en


caso alguno el cuaderno ejecutivo o principal, puesto que
entre ambos cuadernos no existe una relación que haga
necesaria la suspensión.
Además, por regla general, tampoco suspende el
cuaderno de apremio, a menos que el tercerista lo pida y
apoye su solicitud con un instrumento público otorgado con
anterioridad a la fecha de la presentación de la demanda
ejecutiva (inciso primero del artículo 523 del Código de
Procedimiento Civil). El instrumento público debe ser el
medio de prueba del dominio del tercerista, ya que en caso
contrario no habría motivo suficiente para conferirle el
mérito de suspender el procedimiento de apremio. La
exigencia contenida en la norma en estudio, en orden a que
para suspender el procedimiento de apremio, la tercería de
dominio debe apoyarse en un documento de determinada
calidad jurídica, de data anterior a la de interposición de la
demanda ejecutiva del cuaderno principal, presenta una
necesaria y evidente vinculación con el llamado derecho de
prenda general establecido en favor de los acreedores, en
virtud del cual, el patrimonio del deudor, salvo ciertas
excepciones, queda afecto al cumplimiento íntegro y
oportuno de todas sus obligaciones, institución que se
encuentra consagrada positivamente en el artículo 2465 del
Código Civil en los siguientes términos: "Toda obligación
personal da al acreedor el derecho de perseguir su
ejecución sobre todos los bienes raíces o muebles del
deudor, sean presentes o futuros, exceptuándose
solamente los no embargables, designados en el artículo
1618".994

En consecuencia, si la tercería de dominio no se funda en


un instrumento público otorgado con anterioridad a la
demanda ejecutiva, el procedimiento de apremio continúa
hasta la realización del bien embargado, pero el remate
recae solo sobre los derechos que el deudor tenga o
pretenda tener en la cosa embargada. Ergo, el subastador
adquiere estos derechos bajo condición resolutoria, en
forma tal que si se acoge la tercería de dominio y se declara
que el bien es del tercerista, se resuelve el contrato de
compraventa celebrado en pública subasta.995

Ahora, la suspensión solo guarda relación con los bienes


objeto de la tercería. En lo demás embargado, se sigue el
procedimiento de ejecución.

5. Sentencia

La resolución que resuelve una tercería de dominio reviste


la naturaleza jurídica de sentencia definitiva, pues pone fin
a la instancia resolviendo la cuestión que ha sido objeto del
juicio.996 Si se acoge la tercería de dominio, debe
disponerse el alzamiento del embargo, la cancelación de las
inscripciones si fuera del caso y la restitución del bien
embargado al tercerista.

Si la sentencia rechaza la tercería, termina la intervención


del tercero.

Se ha resuelto que por el efecto declarativo del pacto de


separación total de bienes de los cónyuges, se entiende
que el inmueble adjudicado al tercerista le ha pertenecido
exclusivamente desde aquel entonces y, por lo mismo,
quiere decir que el embargo trabado el con posterioridad no
ha afectado al cónyuge adjudicatario, por cuanto se practicó
cuando el inmueble ya no le pertenecía en dominio al
ejecutado;997es improcedente fundamentar una tercería de
dominio en base a derechos que no se han adjudicado a
quien la propone, pues todavía forman parte de una
universalidad jurídica;998habiendo recaído el embargo sobre
un bien raíz, resulta indispensable, para que la tercería
prospere, que el inmueble se encuentre inscrito en el
Registro del Propiedad del Conservador de Bienes Raíces a
nombre del tercerista, en tanto este invoca un título
traslaticio de dominio de aquellos que, de conformidad con
lo dispuesto en el Nº 1 del artículo 52 del Reglamento del
Registro Conservatorio de Bienes Raíces, deben
inscribirse.999

Finalmente, cabe agregar que el demandado y ejecutante


carece de legitimación activa para alegarla la prescripción
adquisitiva respecto de un tercero. Además, la prescripción,
como modo de adquirir, procesalmente debe ser requerida
en términos tales que determine una declaración del juez,
ya sea interponiendo la demanda por vía principal o
reconvencionalmente, situación que no se logra por medio
de una excepción o defensa.1000

Sección III Tercería de posesión

1. Concepto

Es aquella por la cual un tercero ajeno al juicio comparece


solicitando que se alce el embargo trabado sobre un bien
que al momento del embargo se encontraba en su
posesión. Su objeto es obtener que se respete la posesión
que tiene sobre los bienes que han sido embargados en
una ejecución que no se ha dirigido en su contra. No se
trata de una cuestión de dominio sino de una situación de
hecho, cual es la posesión y, por consiguiente, debe
probarse por este tercero que él la detenta.1001

Si el tercero no tiene las cosas en su posesión, solo puede


ejercer la tercería de dominio, siendo más más difícil probar
el dominio que la posesión.

2. Oportunidad para deducirla

Al igual que la de dominio, la tercería de posesión puede


interponerse desde que se haya trabado embargo sobre la
cosa y mientras ella no se haya rematado y adjudicado al
subastador. Sin embargo, se ha resuelto que respecto de
bienes raíces puede interponerse desde que se inicia la
ejecución y hasta antes de que se practique el remate del
inmueble embargado, pues de acuerdo al artículo 495 del
Código de Procedimiento Civil el acta de remate vale como
escritura pública para los efectos del artículo 1801 inciso 2º
del Código Civil y, por tanto, desde su otorgamiento la venta
al rematante se reputa perfecta.1002

3. Tramitación
De acuerdo al artículo 521 del Código de Procedimiento
Civil, se tramita conforme a las reglas generales de los
incidentes por no tener una reglamentación especial en la
ley. Debe seguirse en cuaderno separado con el ejecutante
y ejecutado como sujetos pasivos.

La lista de testigos debe presentarse dentro de los dos


días siguientes a la notificación de la resolución que recibe
la prueba. El hecho que deberá acreditarse por el tercerista
se limita a la comprobación de los elementos que
conforman la posesión respecto del bien embargado. Se ha
resuelto que atenta contra el debido proceso no recibir a
prueba la tercería de posesión.1003Cuestión que desde luego
se extiende a las demás tercerías.

4. Efecto

La tercería de posesión no suspende el cuaderno


ejecutivo. En tanto que el cuaderno de apremio solo si en
su petición el articulista acompaña antecedentes que
constituyan a lo menos presunción grave de la posesión
que se invoca.

La ejecución se suspende sólo respecto de los bienes


objetos de la tercería; y, dentro de estos, únicamente
aquellos que por los antecedentes acompañados permitan
presumir que estaban en posesión del tercerista.
5. Carga probatoria

En la tercería de posesión debe acreditarse que, al


momento de la traba del embargo, los bienes embargados
se encontraban en posesión exclusiva y excluyente del
tercerista. Es imprescindible que se acredite que, al tiempo
del embargo, el tercerista tenía la tenencia material o
corpus y, que, además, se compruebe su comportamiento
de señor y dueño.1004

Las reglas generales sobre peso de la prueba sufren


excepción cuando la parte que debería acreditar los hechos
controvertidos se encuentra amparada por una presunción
legal; no recae sobre ella el peso de la prueba, sino sobre el
opositor.1005 De este modo, acreditada la calidad de dueño
de la propiedad ubicada en el domicilio del tercerista y la
posesión de los bienes embargados, de acuerdo a lo
dispuesto en el artículo 1698 del Código Civil, al ejecutante
corresponde probar que dichos bienes pertenecían al
ejecutado o que éste tenía la posesión de los mismos.1006

Se ha resuelto que habiéndose trabado embargo sobre


bienes muebles que se encontraban al interior del domicilio
de la ejecutada, lo que fue debidamente certificado por un
Ministro de Fe, sin que se haya promovido controversia a
ese respecto, era menester aplicar en principio la
presunción del artículo 700 inciso segundo del Código Civil,
a favor del ejecutante, ya que establecido el domicilio de la
ejecutada y hallándose las especies en dicho lugar, debía
reputársela dueña de los bienes, mientras otra persona no
justificara serlo, presunción simplemente legal que admite
prueba en contrario;1007corresponde rechazar demanda
incidental de tercería de posesión, toda vez que las
especies embargadas se encontraban en el domicilio la
ejecutada y hallándose las especies en dicho lugar, debe
reputársela dueña de los bienes;1008 si el tercerista no
acredita —a través de medios de prueba útiles— el hecho
de encontrarse en posesión exclusiva de los bienes
muebles embargados al momento de practicarse el
embargo, y siendo insuficiente probar su calidad de
arrendatario del inmueble donde estos bienes se
encuentran, corresponde rechazar la demanda incidental de
tercería de posesión;1009 al haberse probado la posesión y
dominio que esta tiene sobre el inmueble en el que se
practicó el embargo, debe presumirse su dominio o al
menos su posesión sobre los bienes muebles que lo
guarnecen;1010Contrato de arrendamiento de inmueble no es
suficiente para acreditar posesión de muebles;1011 tercería
de posesión debe ser rechazada si se funda en contrato
privado suscrito ante notario no habilitado;1012 si tercerista
de posesión invoca contrato de arriendo corresponde a las
partes principales acreditar que muebles que guarnecen el
hogar no son de aquel;1013tercerista que acompaña contrato
de arrendamiento se rige por presunción de que muebles
que guarnecen el hogar le pertenece;1014 y no se puede
privar de la posesión de los bienes por medio de un
mandamiento de ejecución y embargo a aquel tercero que
reside en un inmueble del ejecutado en virtud de un
contrato de arrendamiento y que prueba ser el poseedor de
los bienes embargados.1015

6. Sentencia

Si en la sentencia se acoge la tercería de posesión,


deberá ordenarse el alzamiento del embargo y su
restitución al tercerista; si la sentencia deniega la acción,
cesa la intervención del tercero.1016

Al tener la resolución que rechaza la tercería de posesión


en un juicio ejecutivo, naturaleza jurídica de una sentencia
interlocutoria y no de sentencia definitiva, pues recae sobre
un incidente del proceso, el plazo para impugnar la
resolución vía apelación es de cinco días. 1017 Sin embargo,
no debe olvidarse que la naturaleza jurídica de las tercerías
es una cuestión discutida y parte importante de nuestra
jurisprudencia estima que la resolución que falla una
tercería de posesión tiene la naturaleza jurídica de
sentencia definitiva y como tal el plazo para interponer un
recurso de apelación en contra de la sentencia que zanja
una tercería de posesión es de diez días hábiles contados
desde la notificación de dicho fallo, según lo dispuesto en el
inciso segundo del artículo 189 del Código de
Procedimiento del Civil.1018

Sección IV Tercería de prelación

1. Concepto

La tercería de prelación es la intervención de un tercero


que adviene al juicio ejecutivo, invocando el derecho a ser
pagado prioritariamente respecto del ejecutante con el
producido de los bienes subastados al deudor ejecutado,
por ostentar en contra de este un derecho amparado con
una preferencia expresamente consagrada en la ley.

El principio de igualdad reconocido a los acreedores en los


artículos 2465 y 2469 del Código Civil para perseguir y
realizar todos los bienes de los deudores, a excepción de
los inembargables, con el objeto de lograr la íntegra
satisfacción de sus créditos, se rompe de acuerdo con lo
que dispone el mismo artículo 2469 del citado Código,
cuando se presentan causas especiales para preferir ciertos
créditos respecto de otros. En este contexto emerge la
tercería de prelación, como instrumento destinado a
asegurar en la práctica el respeto de las reglas sobre
preferencia en el pago que la normativa legal reconoce a
algunos créditos en relación con otros.1019 La forma de
alegar el mejor derecho es a través de la tercería de
prelación, así, por ejemplo, no podría admitirse la
participación de un tercero excluyente que intenta entrar al
incidente de tercería sosteniendo que tiene derecho
preferente sobre las otras partes de la demanda incidental,
sin perjuicio de su derecho de alegar, por su parte,
prelación, ingresando al juicio como tal tercerista.1020

Para que pueda prosperar la tercería de prelación es


necesario ser tercero; hacer valer un crédito ejecutivo en
contra del ejecutado alegando para el derecho que reclama
alguna de las preferencias que la ley establece a su favor y
acompañar el título ejecutivo en que conste su crédito. Se
ha resuelto que no basta presentar fotocopias de los títulos
ejecutivos; estos instrumentos no forman parte de aquellos
a las que la ley les da este carácter.1021
2. Finalidad

La formulación de una tercería de prelación supone el


ejercicio de dos acciones con destinatarios, fundamentos y
objetivos diversos. El petitum frente al ejecutado se
concreta en la exigencia de pago de un crédito cierto,
vencido y exigible, mientras que respecto del ejecutante se
traduce en la alegación de pago preferente, invocando un
mejor derecho para solucionar su acreencia. Se trata de
una facultad que confiere la ley y permite reclamar del juez
la declaración de un pago antelado a los demás. De allí,
entonces, fluye que el objeto de este pleito, es que se
reconozca al tercero la calidad de acreedor privilegiado y
hacer efectiva la preferencia que alega al efectuarse el
pago con el producido de la venta de lo embargado, en
forma previa a los demás acreedores no privilegiados o
privilegiados de menor grado que concurra.1022

3. Oportunidad para deducirlo

La tercería de prelación deberá oponerse luego de


notificada la demanda ejecutiva al ejecutado y mientras
exista producto del remate que repartir.
4. Tramitación

Al igual que la tercería de posesión, se tramita conforme a


las reglas de los incidentes ordinarios y en cuaderno
separado.1023 El libelo pretensor no requiere la especificidad
que exige el artículo 254 del Código de Procedimiento Civil.

En la demanda debe acompañarse el título ejecutivo que


justifica la preferencia que alega y pedir al tribunal que se
pague al tercerista con preferencia al demandante
ejecutivo.

5. Efectos

Su interposición no suspende la tramitación del cuaderno


de apremio, pero no podrá procederse al pago de los
créditos entre tanto no se encuentre firme la sentencia que
resuelve esta tercería.

El juicio de apremio y la tercería de prelación tienen


objetos diferentes, lo cual explica que la tercería de
prelación no esté entre aquellas que, según los artículos
522 y 523 del Código de Procedimiento Civil, pueden llegar
a suspender la tramitación del cuaderno de apremio. Esto
se explica porque al tercerista lo que le interesa es pagarse
preferentemente con el producto del remate. Sin embargo,
el producto del remate se depositará en la cuenta corriente
del tribunal hasta que se dicte sentencia firme en el
cuaderno de tercería de prelación.
6. Carga probatoria

El tercerista es un verdadero demandante sobre quien


recae la comprobación de su derecho, puesto que es él, en
última instancia, quien pretende alterar los términos en que
se ha constituido la relación procesal principal. 1024 Así
entonces, le corresponderá probar todos los extremos de
procedencia de su acción, vale decir, que es titular de un
crédito realizable y preferente, que su crédito existe, que es
acreedor del ejecutado, al igual que el ejecutante, que su
crédito es líquido, actualmente exigible y que no se
encuentra prescrito.

Tratándose de un acreedor de primera, reiteradamente


nuestros tribunales han impuesto sobre estos la carga de
probar que sus créditos no pueden ser cubiertos en su
totalidad con los otros bienes del deudor, como condición
para que su acreencia pueda extenderse a las fincas
hipotecadas.1025 Se ha explicado que no se trata de una
prueba negativa, sino de una prueba de hechos positivos
que consiste, precisamente, en establecer cuántos o cuáles
son los restantes bienes del deudor, diferentes de los
gravados con hipoteca, sobre los cuales puede obtenerse
parte del pago.1026 Sin embargo no se trata de un tema
pacífico, existen fallos que han considerado que la carga de
la prueba, en este caso, incumbe al acreedor hipotecario.1027
7. Sentencia

Si se acoge la acción dirigida en contra del ejecutado pero


se rechaza la preferencia, la tercería de prelación se
transforma en una de pago y, de conformidad al artículo
527 del Código de Procedimiento Civil, no teniendo el
deudor otros bienes que los embargados, sino alcanza a
cubrirse con ellos los créditos del ejecutante y tercerista, ni
se justifica derecho preferente para el pago, el producto del
remate se distribuirá entre ambos acreedores
proporcionalmente al monto de los créditos que se hagan
valer.1028

Antes de efectuarse los pagos, deberán estar falladas las


excepciones opuestas a la ejecución.

Se ha resuelto que en el caso de concurrir al pago créditos


de primera clase con créditos de segunda como el que
detenta el acreedor prendario sobre la prenda, rige la norma
establecida en el artículo 2476 del Código Civil; 1029 el hecho
de trabar una medida precautoria sobre una propiedad
hipotecada no implica que el acreedor hipotecario sea
afectado en su preferencia de pago, ya que la medida solo
impide la transferencia de la propiedad por parte de su
dueño pero en nada afecta la hipoteca previamente
constituida para garantizar obligaciones presentes y
futuras;1030 el Fisco posee privilegio sobre realización de
finca hipotecada para cobro de deudas provenientes de
impuestos retenidos, prerrogativa que solo opera en caso
de no poder cubrirse con otros bienes de deudor; 1031 y la
Administradora de Fondos de Pensiones tiene un derecho
preferente de pago sobre un crédito hipotecario, pues el
privilegio establecido en el artículo 19 del Decreto Ley
Nº 3.500 —que se remite al numeral 5 del artículo 2472 del
Código Civil— debe interpretarse armónicamente, de tal
forma que la alusión que esta última norma hace a "otras
garantía" incluye a la hipoteca, que constituye también una
caución.1032

Sección V Tercería de pago

1. Concepto

Por ella un tercero acreedor no privilegiado del ejecutado,


comparece en el juicio ejecutivo pretendiendo concurrir al
pago en el producto del remate, cuando el deudor carece
de otros bienes embargables, aparte de los ya embargados,
para responder de sus obligaciones.

Su fundamento se encuentra en el hecho de que el


embargo trabado por un acreedor sobre los bienes del
deudor, no confiere a aquel ninguna preferencia ni impide
que otros acreedores persigan otros bienes. De modo que
si ninguno de los acreedores puede invocar alguna causa
legal de preferencia, ni el deudor tiene otros bienes que los
embargados, el producto de dichos bienes se distribuirá a
prorrata entre los diversos acreedores.1033
2. Oportunidad

Puede deducirse luego del embargo, puesto que nace solo


cuando el deudor carece de bienes embargables y hasta
antes que se haya efectuado el pago al ejecutante.

3. Requisitos de procedencia

Para que proceda la tercería de pago, se deben cumplir


dos condiciones, primero, que el crédito invocado por la
persona que la plantea debe tener calidad de ejecutivo, lo
que significa que ha de cumplir con las exigencias
requeridas para cursar su cumplimiento por la vía
ejecutiva y, segundo, que el deudor no tenga otros bienes,
fuera de los que han sido objeto del embargo, para hacer el
pago de los créditos del ejecutante y del tercerista, pesando
sobre el tercerista la carga de acreditar ambas
circunstancias. En este sentido, se ha resuelto "gravar con
la prueba al acreedor ejecutante y demandado en la
tercería en razón de que al tercerista le sería dificultoso
justificar que el deudor carece de bienes diversos de los
embargados, desnaturalizaría el carácter de actor que al
tercerista confiere el artículo 518 del Código de
Procedimiento Civil y lo relevaría de una carga procesal que
esa condición le impone. Ello, sin embargo, no significa que
se exija al incidentista demostrar la cerencia absoluta y total
de bienes del deudor, sino más bien, el despliegue de
alguna actividad probatoria razonable, dirigida a comprobar
que el sujeto pasivo de la acreencia no dispone de otros
bienes sobre los cuales hacerla efectiva, distinto de
aquellos respecto de los que ya se trabó embargo".1034
Presentado el título ejecutivo con la demanda de tercería y
demostrada la ausencia de otros bienes, el ejecutante solo
podrá excluir al tercerista de concurrir al pago sobre el
producto del bien embargado a prorrata de sus créditos, si
alegare y justificare en el procedimiento incidental a que da
lugar la tercería, la existencia de alguna preferencia.1035

Si el tercerista no acredita la circunstancia de que el


deudor carece de otros bienes distintos de los embargados,
esta acción de pago no podrá prosperar.1036

4. Tramitación

Al igual que las tercerías de posesión, prelación y pago, se


tramitan conforme al incidente ordinario. No obstante, se ha
resuelto por algunos tribunales que la tercería de pago
constituye un juicio propiamente tal y es solo su tramitación
la que se rige por las reglas del procedimiento incidental,
por lo mismo, la notificación de la demanda de tercería ha
de hacerse a la demandada conforme a las reglas
generales.1037

Si se interpone una tercería en subsidio de otra, de cada


una de ellas debe darse traslado a los demandados. No
conferir traslado constituye una omisión de trámite
esencial.1038

5. Efectos
No suspende la tramitación del cuaderno ejecutivo ni el de
apremio; no obstante, producido el remate, los fondos se
consignarán en la cuente corriente del tribunal mientras se
falla la tercería de pago.

6. Sentencia

Si la sentencia acoge la tercería de pago y el producto de


los bienes embargados no es suficiente para pagar el
crédito del ejecutante y del tercerista, el producto de remate
de distribuye entre ambos a prorrata de sus créditos. Para
que opere el prorrateo se debe estar frente de dos
obligaciones comunes.1039

Si la tercería es rechazada, el tercero no podrá concurrir al


pago con el producto del remate.

Se ha resuelto que los créditos de primera clase no


pueden afectar a las fincas hipotecadas, sino solo en el
caso que el resultante de la subasta de los otros bienes del
deudor no alcance para cubrirlos.1040 Ahora si el tercerista
es un acreedor valista, este no puede concurrir en igualdad
de condiciones, a prorrata, sin respetar la preferencia que
favorece al ejecutante sobre un bien hipotecado. Por el
contrario, conforme al artículo 2489 del Código Civil, su
crédito solo podría ser cubierto con cargo al remanente del
remate una vez satisfecho el acreedor hipotecario.1041
7. Procedimiento especial del artículo 528 del Código de
Procedimiento Civil

El artículo 528 del Código de Procedimiento Civil


contempla otro procedimiento, para que un acreedor pueda
obtener su pago. Para este efecto, debe iniciar un
procedimiento ejecutivo diverso ante el tribunal que
corresponda, donde podrá solicitar que se dirija oficio al
tribunal que conoce de la otra ejecución, para que retenga
de los bienes realizados la cuota que proporcionalmente le
corresponda. Este oficio el tribunal lo tiene por acompañado
con citación. Una vez notificada esta resolución por estado
diario y sin que hubiese oposición, se tiene por interpuesta
automáticamente esta tercería.

Para determinar estas cuotas será necesario efectuar la


liquidación en ambos créditos con sus respectivas
tasaciones de costas. De esta norma surgen los
argumentos para sostener que en nuestro sistema jurídico
está contemplada la figura del reembargo.1042

8. Derechos del tercerista de pago en relación al depositario


y el remate

El artículo 529 del Código de Procedimiento Civil, concede


al tercerista de pago dos derechos:

a.- La facultad de hacerse parte en el primer juicio en


calidad de tercero coadyuvante del ejecutante. Este mismo
derecho tendrá el otro acreedor si el tercerista inició un
propio juicio ejecutivo en contra del ejecutado.

b.- La facultad de solicitar la remoción del depositario


alegando motivo fundado. Si el tribunal accede a la
remoción, el nuevo depositario deberá ser nombrado de
común acuerdo por el ejecutante y el tercerista, o a falta de
acuerdo, por el juez.

Si bien estas facultades se encuentran referidas al


tercerista de pago, nada impide que ellas puedan
aplicárseles también a los terceristas de dominio, posesión
y prelación.1043

9. Diferencias entre la tercería de prelación y de pago

La tercería de prelación supone la invocación del derecho


a ser pagado prioritariamente respecto del ejecutante con el
producto de los bienes subastados al deudor ejecutado, por
ostentar en contra de éste un derecho amparado con una
preferencia expresamente consagrada en la ley. En la de
pago, se reclama por un tercero que pretende derecho para
concurrir con el ejecutante en el pago, a falta de otros
bienes del deudor. El fundamento de la tercería de pago se
encuentra en el hecho de que el embargo trabado por un
acreedor sobre los bienes del deudor, no confiere a aquel
ninguna preferencia ni impide que otros acreedores
persigan otros bienes.1044
Sección VI Otros derechos que pueden hacer valer los
terceros

Además de los derechos estudiados, existen otros


derechos que pueden hacer valer los terceros o el
ejecutante y que están señalados en los artículos 519 y 520
del Código de Procedimiento Civil

1. Oposición que se funda en el derecho del comunero


sobre la cosa embargada

Puede ocurrir que el ejecutado no sea dueño exclusivo de


los bienes embargados, sino que sea propietario de ellos en
comunidad con otras personas y sin embargo tales bienes
sean embargados en forma íntegra. Si el deudor es solo
comunero, únicamente es embargable la cuota que tenga
sobre los bienes embargados.

Si se embargan íntegramente los bienes, los otros


comuneros pueden solicitar que se excluyan del embargo la
cuota que a ellos les corresponde. Esta oposición se tramita
de acuerdo a los trámites de la tercería de dominio.

Si la oposición es acogida, el ejecutante puede ejercer


cualquiera de los dos derechos que le concede el artículo
524 del Código de Procedimiento Civil.
a.- Dirigir su acción sobre la parte o cuota que en la
comunidad corresponda al deudor para que se enajene sin
previa liquidación de la comunidad.

b.- Exigir que con intervención suya se liquide la


comunidad. En este caso, los demás comuneros pueden
oponerse a la liquidación si existiere algún motivo legal que
la impida, o si, de procederse a ella, hubiere de resultar
grave perjuicio.

El ejecutante adoptará alguna de estas actitudes cuando


exista duda respecto de la existencia de la comunidad, ya
que, en caso de que ella exista, deberá sustanciarse el
procedimiento antes señalado, el que se tramitará de
acuerdo a las reglas de las tercerías de dominio, con el
objeto de que se declare por sentencia la existencia de la
comunidad.1045

2. Derechos que hace valer el ejecutado invocando una


calidad distinta de aquella por la cual se ejecuta

Tal es el caso en que se demanda ejecutivamente a una


persona y se trabe embargo sobre sus bienes, en
circunstancia de que dichos bienes no están afectos al pago
de la deuda.

El artículo 520 del Código de Procedimiento Civil se refiere


a efecto, estableciendo un listado meramente enunciativo.

a.- El del heredero a quien se ejecute en este carácter


para el pago de las deudas hereditarias o testamentarias de
otra persona cuya herencia no haya aceptado.
b.- El de aquel que, sucediendo por derecho de
representación, ha repudiado la herencia de la persona a
quien representa y es perseguido por el acreedor de esta.

c.- El del heredero que reclame del embargo de sus


bienes propios efectuado por acción de acreedores
hereditarios o testamentarios que hayan hecho valer el
beneficio de separación de que trata el Título XII del Libro III
del Código Civil, y no traten de pagarse del saldo a que se
refiere el artículo 1383 del mismo Código. Al mismo
procedimiento se sujetará la oposición cuando se deduzca
por los acreedores personales del heredero.

d.- El del heredero beneficiario cuyos bienes personales


sean embargados por deudas de la herencia, cuando esté
ejerciendo judicialmente alguno de los derechos que
conceden los artículos 1261 a 1263 inclusive del Código
Civil. El ejecutado podrá, sin embargo, hacer valer su
derecho en estos casos por medio de la excepción que
corresponda contra la acción ejecutiva.

Estos derechos y fundamentalmente los dos primeros, se


pueden hacer valer de dos maneras:

1.- Mediante el procedimiento de las tercerías.

2.- Oponiendo al ejecutado la excepción correspondiente,


que normalmente será la del numeral 7 del artículo 464 del
Código de Procedimiento Civil.

De acuerdo con el artículo 520 del Código de


Procedimiento Civil, estas reclamaciones se tramitarán en
la forma establecida para las tercerías, pero no dice nada
más. De manera que se presenta el problema de
determinar conforme a qué tercería deben tramitarse estas
reclamaciones. Normalmente se ha entendido que deben
tramitarse igual que la tercería de dominio, porque estas
reclamaciones pretenden en el fondo impedir que se
realicen los bienes embargados, igual que la tercería de
dominio y por tratarse además el artículo 520 de uno que no
ha sido modificado.

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El Juicio Ejecutivo



Tabla de Contenido
El Juicio Ejecutivo
EL JUICIO EJECUTIVO
INICIO DE:
EL JUICIO EJECUTIVO
PRESENTACIÓN
CAPÍTULO I DEL EJECUTIVO EN GENERAL
CAPÍTULO II EL JUICIO EJECUTIVO EN LAS OBLIGACIONES DE DAR
CAPÍTULO III DE LAS TERCERÍAS
CAPÍTULO IV JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE HACER
CAPÍTULO V JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE NO HACER
CAPÍTULO VI JUICIO DE MÍNIMA CUANTÍA
CAPÍTULO VII EL ABANDONO DE PROCEDIMIENTO
BIBLIOGRAFÍA

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INICIO DE:
CAPÍTULO IV JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE HACER
1. GENERALIDADES
2. PROCEDIMIENTO

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Capítulo IV Juicio ejecutivo obligaciones de hacer

Capítulo IV Juicio ejecutivo obligaciones de


hacer

1. Generalidades

Está reglamentado en los artículos 530 a 543 del Código


de Procedimiento Civil y además se le aplican las
disposiciones del párrafo 1º del título I del Libro III delmismo
código, en lo que no aparezcan modificado por estos
artículos.

La obligación de hacer es aquella que consiste en la


prestación de un hecho. En caso que el deudor de una
obligación de hacer se constituya en mora, el acreedor
puede pedir, junto con la indemnización de la mora,
cualquiera de las tres cosas que se señala en el artículo
1553 del Código Civil:
a) Que se apremie al deudor para la ejecución del hecho
convenido.

b) Que se le autorice a él mismo para hacerlo ejecutar por


un tercero a expensas del deudor.

c) Que el deudor le indemnice de los perjuicios resultantes


de la infracción del contrato.

De estos tres derechos solo los dos primeros pueden ser


objeto de juicio ejecutivo; la indemnización de perjuicios no
puede serlo porque se trataría de una obligación que no es
líquida, en este caso debe procederse previamente a
determinar la especie y monto de los perjuicios en un
procedimiento declarativo.

Para que pueda demandarse ejecutivamente por


obligaciones de hacer son necesarios los siguientes
requisitos de acuerdo con los artículos 530 y 531 del
Código de Procedimiento Civil:

1.- Que exista un título ejecutivo.

2.- Que la obligación sea determinada y actualmente


exigible. El que la obligación sea determinada equivale al
que la obligación sea líquida para las obligaciones de dar.

3.- Que la acción ejecutiva no esté prescrita.

2. Procedimiento
Para determinar el procedimiento se deben distinguir dos
situaciones:

a) Subscripción de un documento o en la constitución de


una obligación

Se refiere a ella el artículo 532 del Código de


Procedimiento Civil según el cual el juez procederá a
suscribir el documento o a constituir la obligación. Si
requerido el deudor para hacerlo, no lo hiciere en el plazo
que el tribunal le señale, se seguirá el siguiente
procedimiento:

1.- Se presentará la demanda ejecutiva y en su parte


petitoria se solicitará que se despache mandamiento de
ejecución en contra de deudor a fin de que este suscriba el
documento o constituya la obligación dentro del plazo que
el juez señale bajo apercibimiento de que si así no lo hace,
el juez procederá a su nombre.

2.- El mandamiento de ejecución contendrá la orden de


requerir al deudor para que suscriba el documento o
constituya la obligación en el plazo señalado el juez bajo el
apercibimiento de que si no lo hace lo hará el juez a su
nombre.

3.- Requerido el deudor pueden producirse dos


posibilidades:

i.- Que oponga excepciones, en cuyo caso se tramitarán


estas de acuerdo con el procedimiento del juicio ejecutivo
para las obligaciones de dar. Una vez firme esta sentencia
se hace efectivo el apercibimiento y el juez procede a
nombre del deudor.
ii.- Que no oponga excepciones. Caso en el que se omite
la sentencia y basta el mandamiento para que el juez actúe
a nombre del deudor.

b) Ejecución de una obra material

El procedimiento está señalado en los artículos 533 y 534


del Código de Procedimiento Civil y es el mismo del juicio
ejecutivo de las obligaciones de dar, pero con las siguientes
particularidades.

1.- El ejecutante debe pedir en su demanda que se


despache mandamiento de ejecución en contra del deudor
para que este de principio a la ejecución del trabajo.

2.- El mandamiento de ejecución contendrá la orden de


requerir al deudor para que dé cumplimiento a la obligación
y el señalamiento de un plazo prudente para que dé
principio a los trabajos.

3.- Requerido el deudor puede o no oponer excepciones.


Si las opone, estas se tramitan de la misma manera que en
el juicio ejecutivo de las obligaciones de dar, pero en este
caso además de las excepciones del artículo 464 del
Código de Procedimiento Civil, puede oponer la excepción
de imposibilidad absoluta para la ejecución actual de la obra
debida, según lo dispone el artículo 534 del Código de
Procedimiento Civil.

Nuestra jurisprudencia ha resuelto, que la excepción de


imposibilidad absoluta incide solo en los juicios ejecutivos y
cuando la obligación consiste en la ejecución de una obra
material; y no a las relativas a la suscripción de un
documento, puesto que, en tal caso, la imposibilidad no
existe, por cuanto se resuelve en la actividad del juez del
litigio, que puede proceder a nombre del deudor
suscribiendo el documento cuando ha sido requerido y
transcurre el plazo sin que lo haga.1046

El concepto de imposibilidad absoluta a que se refiere el


artículo 543 del Código de Procedimiento Civil, dice relación
con la falta de posibilidad para existir o para hacer
algo.1047Esta imposibilidad debe ser absoluta y debido a
causas no imputables a culpa del deudor, pues en tal caso
importaría una resistencia ilegitima del deudor al
cumplimiento de su obligación.1048

Si no opone excepciones, se omite la sentencia y basta el


mandamiento para continuar adelante la ejecución.

Desechadas las excepciones por sentencia firme o no


opuestas ellas dentro de plazo legal, nace para
el demandante el derecho alternativo que señala el artículo
1553 del Código Civil, es decir puede solicitar, que se
apremie al deudor para la ejecución del hecho debido o que
se le autorice para hacerlos ejecutar por un tercero y a
expensas del deudor, según el artículo 1553 Nºs. 1 y 2 del
Código Civil.

a) Si opta por pedir que se apremie al deudor para que


ejecute el hecho debido, se le impondrán a este deudor
arresto de hasta 15 días o multa proporcionada y este
apremio se repetirá hasta que el demandado ejecute el
hecho según lo señala los artículos 542 y 543 del Código de
Procedimiento Civil y 1553 Nº 1 del Código Civil.

Estos apremios solo podrán decretarse cuando el deudor


no haya consignado fondos para la obra o que no se haya
obtenido éstos mediante la realización de bienes del
deudor. En este sentido, se ha resuelto que en juicio
ejecutivo por obligación de hacer deben primero agotarse
medidas de apremio del Código Civil para proceder al
arresto de deudor.1049

Esos apremios deben cesar si el deudor paga la multa y


cauciona suficientemente la indemnización completa de
todo perjuicio al acreedor.

b) Si opta por solicitar que se le autorice para ejecutar la


obra por un tercero y a expensas del deudor, tiene lugar lo
previsto en los artículos 536 a 541 del Código de
Procedimiento Civil, y fundamentalmente se procede de la
siguiente manera:

1.- El ejecutante debe presentar un presupuesto del costo


de la ejecución de la obra

2.- Este presupuesto debe ser puesto en conocimiento del


deudor, el que dispone de un plazo de tres días para
objetarlos. Si no lo objeta dentro de este plazo se tiene por
aprobado el presupuesto; si lo objeta, se procede a avaluar
el costo de las obras por medio de peritos, procediéndose
en la forma señalada en los artículos 486 y 487 del Código
de Procedimiento Civil.

3.- Una vez aprobado o determinado el valor de los


trabajos, el deudor debe consignar a la orden del tribunal el
valor correspondiente dentro de tercero día y si no lo hace,
se procede a embargar y enajenar bienes de su dominio
para costear con ellos el valor de las obras, bajo el
procedimiento del juicio ejecutivo de las obligaciones de
dar.

Concluida la obra, el ejecutante debe rendir cuenta al


tribunal de la inversión de los fondos que recibió.
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El Juicio Ejecutivo



Tabla de Contenido
El Juicio Ejecutivo
EL JUICIO EJECUTIVO
INICIO DE:
EL JUICIO EJECUTIVO
PRESENTACIÓN
CAPÍTULO I DEL EJECUTIVO EN GENERAL
CAPÍTULO II EL JUICIO EJECUTIVO EN LAS OBLIGACIONES DE DAR
CAPÍTULO III DE LAS TERCERÍAS
CAPÍTULO IV JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE HACER
CAPÍTULO V JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE NO HACER
CAPÍTULO VI JUICIO DE MÍNIMA CUANTÍA
CAPÍTULO VII EL ABANDONO DE PROCEDIMIENTO
BIBLIOGRAFÍA

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INICIO DE:
CAPÍTULO V JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE NO HACER
1. GENERALIDADES
2. REQUISITOS PARA QUE PROCEDA LA EJECUCIÓN
3. PROCEDIMIENTO

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Capítulo V Juicio ejecutivo obligaciones de no hacer


Capítulo V Juicio ejecutivo obligaciones de no
hacer

1. Generalidades

Se refiere a este juicio el artículo 544 del Código de


Procedimiento Civil. La obligación de no hacer consiste en
que el deudor se abstenga de la ejecución de un hecho
cualquiera, sea éste material o jurídico.1050

De manera que el juicio ejecutivo tiene lugar en las


obligaciones de no hacer cuando el demandado infringiendo
su obligación, ha realizado el hecho del que debió
abstenerse y de lo que se trata entonces es destruir lo
hecho.

De acuerdo con el artículo 155 del Código Civil, toda


obligación de no hacer se traduce en la de indemnizar
perjuicios, si no puede deshacerse lo hecho; si se puede
deshacer el deudor será obligado a ello siempre que la
destrucción sea necesaria.

De este modo, frente a una contravención de una


obligación de hacer, debe distinguirse previamente si lo
hecho puede o no deshacerse; si lo hecho no puede
deshacerse se deben los perjuicios correspondientes y no
procederá el juicio ejecutivo porque la obligación no es
líquida y, por lo tanto, habrá que determinar previamente en
un juicio ordinario la especie y montos de los perjuicios.

Si lo hecho se puede deshacer, hay que subdistinguir dos


situaciones:

a) La destrucción es necesaria para el objeto que se tuvo


en vista al contratar. En este caso el deudor será obligado a
deshacer lo hecho y esta acción sí que puede ser objeto del
juicio ejecutivo.

b) La destrucción no es necesaria: Otra vez, se deben


perjuicios y el juicio ejecutivo no tiene aplicación.

2. Requisitos para que proceda la ejecución

a) Es necesario que existan un título ejecutivo.

b) La obligación debe ser actualmente exigible.

c) Es necesario que la obligación de no hacer se convierta


en la de destruir la obra hecha, debiendo constar del título
ejecutivo que la destrucción es necesaria para el objeto que
se tuvo en vista al contratar y que dicho objeto no puede
obtenerse por otro medio.

d) Que la acción ejecutiva no está prescrita.


3. Procedimiento

En principio se aplican las mismas reglas del juicio


ejecutivo por obligaciones de hacer, con las siguientes
particularidades:

a) El acreedor debe pedir en su demanda que se


despache mandamiento de ejecución en contra del deudor
para que se destruya lo hecho, señalándose un plazo para
ello.

b) El mandamiento de ejecución contendrá la orden de


requerir al deudor para que destruya la obra realizada
señalándole un plazo para ello.

c) El deudor puede o no oponer excepciones.

Si no opone excepciones o las opuestas se desechan por


sentencia firme, el acreedor tiene dos alternativas:

1.- Solicitar que se apremie al deudor para que destruya lo


hecho con multas y arrestos de acuerdo a los artículos 542
y 543 del Código de Procedimiento Civil.

2.- Pedir que se le autorice para destruir la obra expensas


del deudor, al igual que las obligaciones de hacer, según
los artículos 536 a 541 del Código de Procedimiento Civil.

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EL JUICIO EJECUTIVO
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EL JUICIO EJECUTIVO
PRESENTACIÓN
CAPÍTULO I DEL EJECUTIVO EN GENERAL
CAPÍTULO II EL JUICIO EJECUTIVO EN LAS OBLIGACIONES DE DAR
CAPÍTULO III DE LAS TERCERÍAS
CAPÍTULO IV JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE HACER
CAPÍTULO V JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE NO HACER
CAPÍTULO VI JUICIO DE MÍNIMA CUANTÍA
CAPÍTULO VII EL ABANDONO DE PROCEDIMIENTO
BIBLIOGRAFÍA

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INICIO DE:
CAPÍTULO VI JUICIO DE MÍNIMA CUANTÍA
1. REGLAMENTACIÓN
2. APLICACIÓN
3. PARTICULARIDADES DEL JUICIO EJECUTIVO DE MENOR CUANTÍA
4. TRAMITACIÓN

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Capítulo VI Juicio de mínima cuantía

Capítulo VI Juicio de mínima cuantía


1. Reglamentación

Se encuentra regulado en los artículos 729 y siguientes


del Código de Procedimiento Civil, en el párrafo "De los
juicios de mínima cuantía". Rige tanto a las obligaciones de
dar, hacer y no hacer y se le aplica supletoriamente las
normas del procedimiento ejecutivo de mayor cuantía según
lo estatuye el artículo 738 del Código de Procedimiento
Civil.

2. Aplicación

El juicio ejecutivo de mínima cuantía, se aplica a aquellos


juicios cuya cuantía no exceda de 10 Unidades Tributarias
Mensuales y que por su naturaleza no tengan señalado en
la ley un procedimiento especial.

3. Particularidades del juicio ejecutivo de menor cuantía

a.- El depositario designado en el mandamiento de


ejecución podrá ser el mismo deudor que tendrá el carácter
de indefinido.
b.- El requerimiento de pago se hará por un receptor, si
este no está o estuviese inhabilitado, podrá realizarse por
medio de un vecino de la confianza del tribunal, que sea
mayor de edad y sepa leer y escribir, o por un miembro del
cuerpo de Carabineros, según dispone el artículo 705 del
Código de Procedimiento Civil.

4. Tramitación

La tramitación del juicio ejecutivo de mínima cuantía


presenta las siguientes particularidades.

a) Cuaderno ejecutivo

El procedimiento es verbal. La demanda se puede


interponer verbalmente o por escrito.

Si el actor lo hace verbalmente, el tribunal deberá levantar


un acta que servirá de cabeza de proceso, la que deberá
contener los datos del demandante, los hechos que
exponga, los documentos que acompañe y las peticiones
que formula al tribunal.

Si la acción no procede como ejecutiva, el tribunal lo


declarará así, disponiendo la tramitación del juicio ordinario
de mínima cuantía en los términos que prevé el artículo 703
y siguientes del Código de Procedimiento Civil.

Si la acción ha sido correctamente deducida, el juez


deberá proveerla y despachará el mandamiento de
ejecución en contra del deudor.
El mandamiento contendrá la orden de embargar bienes
del ejecutado y la designación del depositario, que podrá
recaer en el propio deudor.

La demanda puede notificarse personalmente o bien


mediante la notificación personal subsidiaria contemplada
en el artículo 44 del Código de Procedimiento Civil. Dicha
diligencia podrá ser realizada por un receptor o bien por
medio de un vecino de la confianza del tribunal, según lo
prevé el artículo 705 del Código de Procedimiento Civil.

Si la demanda se notifica conforme al artículo 44 del


Código de Procedimiento Civil, el encargado de la
notificación deberá indicar el lugar, día y hora que se
designe para la traba del embargo. En el acto de
notificación, deberá entregarse al deudor copia autorizada
del acta y de su proveído.

El ejecutado tiene un plazo fatal de cuatro días más el


término de emplazamiento para oponer excepciones a la
ejecución, sin distinguir el lugar donde hubiese sido
requerido el ejecutado.

El ejecutado podrá oponer las excepciones que


contemplan los artículos 464 y 534 del Código de
Procedimiento Civil. Opuestas las excepciones el tribunal
llamará a las partes a una audiencia de contestación y
continuará conforme a las reglas del procedimiento
ordinario de mínima cuantía hasta la dictación de la
sentencia. De la celebración de esta audiencia, al
ejecutante se le notificará mediante cédula, en tanto que el
ejecutado en el acto de oposición de excepciones.

Contestada las excepciones el tribunal deberá resolver si


recibe o no a prueba las excepciones. En caso afirmativo,
fijará los puntos sobre los cuales debe recaer y señalará
una audiencia próxima para recibirla. En caso contrario,
citará las partes para oír sentencia, la que deberá dictar a
más tardar en el plazo de ocho días subsiguientes. La
resolución que recibe la causa a prueba es inapelable.

Si el ejecutado no opone excepciones o si opuestas no


son legales, se omite la sentencia y bastará el
mandamiento de ejecución para que el acreedor pueda
perseguir la realización de los bienes embargados.

b) Cuaderno de apremio

Del requerimiento de pago y embargo debe levantarse un


acta individualizando los bienes embargados y el lugar en
que se encuentran, con su respectiva georreferenciación en
el caso que sea realizada por un receptor.

De acuerdo al artículo 734 del Código de Procedimiento


Civil, los bienes embargados son tasados por el juez, quien
podrá oír perito, designando preferentemente al empleado
público, municipal o de institución semifiscal que estime
competente, quien deberá desempeñar el encargo
gratuitamente.

Establecido el valor de los bienes se ordenará el remate,


previa citación de las partes. Ahora, si se trata de bienes
raíces o derechos reales constituidos en ellos, deberá
además publicarse tres avisos en un diario de la comuna en
que se encuentre situado el inmueble, y si allí no lo hubiere
en la capital de provincia o capital regional respectiva.

Los remates se efectuarán los días primero y décimo


quinto día de cada mes, o en el día siguiente hábil si alguna
de esas fechas corresponde a un día inhábil
Las posturas comienzan por los dos tercios de la tasación.

El acta de remate del bien raíz debe extenderse en el libro


copiador de sentencias y será subscrita por el juez y el
secretario, si este falta, por una persona en calidad de
actuario a nombre del tribunal.

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El Juicio Ejecutivo
EL JUICIO EJECUTIVO
INICIO DE:
EL JUICIO EJECUTIVO
PRESENTACIÓN
CAPÍTULO I DEL EJECUTIVO EN GENERAL
CAPÍTULO II EL JUICIO EJECUTIVO EN LAS OBLIGACIONES DE DAR
CAPÍTULO III DE LAS TERCERÍAS
CAPÍTULO IV JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE HACER
CAPÍTULO V JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE NO HACER
CAPÍTULO VI JUICIO DE MÍNIMA CUANTÍA
CAPÍTULO VII EL ABANDONO DE PROCEDIMIENTO
BIBLIOGRAFÍA

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CAPÍTULO VII EL ABANDONO DE PROCEDIMIENTO
1. GENERALIDADES
2. IMPULSO PROCESAL
3. EFECTOS DEL ABANDONO DEL PROCEDIMIENTO
4. RÉGIMEN DE COSTAS
5. DILIGENCIAS ÚTILES EN EL CUADERNO DE APREMIO
6. DILIGENCIAS ÚTILES EN EL CUADERNO EJECUTIVO
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Capítulo VII El abandono de procedimiento

Capítulo VII El abandono de procedimiento

1. Generalidades

En el juicio ejecutivo rigen las reglas de abandono del


procedimiento establecidas en el Título XVI del Libro I del
Código de Procedimiento Civil. Tal institución de carácter
procesal constituye una sanción para el litigante que, por su
negligencia, inercia o inactividad, da pábulo para que se
detenga el curso del pleito, impidiendo con su paralización
que este tenga la pronta y eficaz resolución que le
corresponde.1051Tiene lugar cuando todas las partes que
figuran en el juicio cesan en su prosecución durante el
tiempo que señalan los artículos 152 y 153 del Código de
Procedimiento Civil.
Para determinar cuál es el plazo que debe ser
considerado para los efectos de declarar el abandono del
procedimiento —tres años o seis meses— se debe hacer la
siguiente distinción:

a.- Si el ejecutado no opuso excepciones a la ejecución o


habiéndose opuesto, se ha dictado sentencia condenatoria
ejecutoriada pronunciándose respecto de ellas.

Después de ejecutoriada la sentencia definitiva o en el


caso del artículo 472 del Código de Procedimiento Civil,
esto es, cuando se omite la sentencia por no haberse
opuesto excepciones y el simple mandamiento de ejecución
desempeñe ese rol, el plazo para alegar el abandono del
procedimiento según lo establece el inciso 2º del artículo
153 del Código de Procedimiento Civil, es de tres años
contados desde la fecha de la última resolución recaída en
alguna gestión útil hecha en el procedimiento de apremio.

Si se ha dictado sentencia definitiva que rechaza las


excepciones y es objeto de recurso de apelación concedido
en el solo efecto devolutivo, el plazo para impetrar el
abandono del procedimiento es el del artículo 152 del
Código de Procedimiento Civil, esto es, de seis meses y no
de tres años a que se refiere el artículo 153 del mismo
Código.1052Lo propio si la causa se encuentra en segunda
instancia.1053

En el evento que la última diligencia realizada en el


cuaderno de apremio sea de fecha anterior a aquella en
que quedó ejecutoriada la sentencia definitiva condenatoria
o en que venció el plazo para oponer excepciones, el plazo
de los tres años se contará desde que acaeció alguna de
estas situaciones.1054
b.- Si el ejecutado opuso excepciones a la ejecución y
estas no han sido resueltas mediante sentencia
ejecutoriada.

En este caso, se retorna a la regla general contenida en el


artículo 152 del Código de Procedimiento Civil, de modo
que el plazo para alegar el abandono del procedimiento es
de seis meses contados desde la fecha de la última
resolución recaída en alguna gestión útil hecha en el
procedimiento ejecutivo o de apremio.1055

2. Impulso procesal

Si se han opuesto excepciones por el ejecutado,


corresponde al tribunal el impulso procesal de conferir
traslado y vencido plazo para contestar, háyase o no
evacuado traslado, resolver admisibilidad de excepciones y
recibirlas a prueba si es necesario.1056En este sentido, se ha
resuelto, estandopendiente la resolución de la reposición
del auto de prueba, no corresponde impulso procesal al
ejecutante.1057

Si bien se ha resuelto que el trámite de citación para oír


sentencia queda entregado en su iniciativa en forma
preeminente al juez,1058 ello no significa que las partes estén
impedidas de instar en la prosecución del juicio. En este
sentido se ha fallado también, que el artículo 469 del
Código de Procedimiento Civil, no excluyen el deber que
pesa sobre las partes de instar por la prosecución del juicio
y de requerir al tribunal que cite a las partes para oír
sentencia.1059
3. Efectos del abandono del procedimiento

Los efectos del abandono del procedimiento consisten, en


la pérdida del derecho de continuar el procedimiento
abandonado o de hacerlo valer en un nuevo juicio; sin
embargo, como lo expresa la norma del artículo 156 del
Código de Procedimiento Civil, "no se entenderán
extinguidas las acciones o excepciones de las partes",
subsistiendo "con todo su valor los actos y contratos de que
resultan derechos definitivamente constituidos".1060 Su
efecto alcanza a lo obrado en el cuaderno ejecutivo y
cuaderno de apremio.1061 Se ha resuelto que el abandono
de la instancia ejecutiva solo afecta a esta y no a las
diligencias preparatorias que culminaron con el
perfeccionamiento del antecedente que trae aparejado el
poder de ejecución;1062 si hay pluralidad de ejecutados,
encontrándose trabada la litis respecto de todos, la
declaración de abandono de procedimiento obtenida por
uno de ellos, impide continuar el procedimiento ejecutivo
respecto de los demás. En efecto, atendida la naturaleza
del abandono del procedimiento, no puede coexistir en un
mismo juicio una decisión que pone fin a un procedimiento
e impide su continuación, con otra que, busca seguir
adelante con la misma ejecución pero respecto de los
demás ejecutados;1063 y, declarado el abandono de
procedimiento, desaparece todas las actuaciones
producidas, entre ellas, el embargo. El ejecutante tendrá
derechos adquiridos solo cuando se haya consumado la
ejecución en todos sus trámites, vale decir, hasta la
inscripción de la escritura de adjudicación.1064

4. Régimen de costas

Finalmente, de conformidad a la parte final del inciso


segundo del artículo 153 del Código de Procedimiento Civil,
el ejecutante que no se ha opuesto al incidente de
abandono del procedimiento, no puede ser condenado en
costas.1065

5. Diligencias útiles en el cuaderno de apremio

Para calificar de útil una gestión efectuada en cuaderno de


apremio, resulta necesario que persiga el cumplimiento de
la obligación.1066 En este sentido, se ha resuelto que
constituyen gestiones útiles solicitar el embargo de bienes
pertenecientes al deudor;1067 la liquidación de crédito,
tasación y regulación de costas;1068 la solicitud del
ejecutante de nueva fecha para la realización del
remate;1069 pedir que se oficie a la fuerza pública a fin que
auxilie al ministro de fe en el retiro de las especies, cuando
en una primera oportunidad se constató que hubo oposición
a la observancia de este trámite;1070 las gestiones
encaminadas a determinar la existencia de bienes del
deudor en los que hacer efectiva la ampliación del embargo
decretada;1071 la petición de desarchivo de la causa
efectuada con la finalidad de reactivar la ejecución, seguida
de la solicitud de fijar el mínimo de la subasta o para
efectos de liquidación del crédito; 1072acompañar copia de
inscripción de dominio, certificado de hipotecas,
gravámenes y prohibiciones y solicitar corrección del
proceso;1073 y la solicitud de ejecutante que se tenga
presente inmueble indicado para trabar embargo.1074

6. Diligencias útiles en el cuaderno ejecutivo

Se ha resuelto que constituyen gestiones útiles las


realizadas por el ejecutante destinadas a notificar a
codemandado;1075y las gestiones dirigidas a hacerse parte
en segunda instancia.1076

Por el contrario, se ha estimado que no constituyen


gestiones útiles la mera presentación ante tribunal de
primer grado de escritos desvinculados de
1077
expediente;  las solicitudes de desarchivo, por cuanto no
están destinadas a proseguir efectivamente con
sustanciación de Litis;1078 la solicitud de tasación de costas
correspondiente a la condena en un incidente de nulidad,
dado que no tiene mérito de instar por el avance del
proceso.1079

Asimismo, se ha resuelto que procede el abandono del


procedimiento en juicio ejecutivo, si el ejecutante no insta
por el cumplimiento del fallo de segunda instancia. Si bien
el cúmplase corresponde a un impulso procesal privativo
del tribunal, ello no inhibe a la parte ejecutante de instar a
su dictación y notificación legal.1080
Cabe agregar que nuestra jurisprudencia ha resuelto que
procede el abandono de la instancia en el procedimiento
ejecutivo especial de Ley de Bancos;1081en la gestión
preparatoria de desposeimiento, atendido su carácter de
juicio declarativo;1082 y en la gestión preparatoria a que se
refiere la Ley Nº 19.983, cuando el deudor ha alegado la
falta de entrega de las mercaderías o el no haberse
prestado el servicio, en su caso y se ha formado el
incidente a que se refiere la citada letra d) del artículo 5º de
la Ley Nº 19.983.1083

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CAPÍTULO I DEL EJECUTIVO EN GENERAL
CAPÍTULO II EL JUICIO EJECUTIVO EN LAS OBLIGACIONES DE DAR
CAPÍTULO III DE LAS TERCERÍAS
CAPÍTULO IV JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE HACER
CAPÍTULO V JUICIO EJECUTIVO OBLIGACIONES DE NO HACER
CAPÍTULO VI JUICIO DE MÍNIMA CUANTÍA
CAPÍTULO VII EL ABANDONO DE PROCEDIMIENTO
BIBLIOGRAFÍA

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