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Competencia:

CONCEPTO DE COMPETENCIA:
La jurisdicción corresponde a todos los órganos jurisdiccionales considerados
en su conjunto, ya que la potestad publica de administrar justicia es única, pero por
razones de elementales practicidad, la jurisdicción se fracciona y se distribuye entre los
diversos órganos que forman el Poder Judicial.
Surge así, el concepto de competencia como distribución y como atribución de
la jurisdicción entre los diversos órganos jurisdiccionales. Es en este sentido que Guasp
define la competencia como “la asignación a un cierto órgano jurisdiccional de
determinadas pretensiones, con preferencia a los demás órganos de la Jurisdicción, y
por extensión, la regla o conjunto de reglas que deciden sobre dicha asignación”.
Entre competencia y jurisdicción existe una verdadera diferencia. Algunos
autores (como Rocco), consideran que esta diferencia es de carácter cuantitativo:
mientras la jurisdicción es el poder que corresponde a todos los magistrados
considerados en su conjunto, la competencia es la jurisdicción que, corresponde a cada
magistrado.
Otros autores en cambio (Lascano), estiman que la diferencia es cualitativa.
La jurisdicción es una función, en tanto que la competencia es la aptitud para
ejercerla; la jurisdicción supone una actividad, la competencia, la facultad para
desarrollarla.
Es en base a esta distinción que Carnelutti señala que “competencia es el poder
perteneciente al oficio o al oficial considerados en singular” y, por consiguiente: “Se
explica así la diferencia entre competencia y jurisdicción; ésta es el poder
perteneciente, no a cada oficio sino a todos los oficios en su conjunto”.
Señalado esto, debe tenerse presente que, en nuestro ordenamiento jurídico,
la jurisdicción no tiene la significación amplia que habitualmente se le asigna en la
doctrina. En efecto, de acuerdo con el Art.6 LOT la jurisdicción “es la potestad publica
que tienen los tribunales de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado en una materia
determinada”. Paralelamente, la competencia es legalmente definida como “la medida
dentro de la cual la referida potestad esta distribuida entre los diversos tribunales de
una misma materia”.

CLASIFICACION DE LA COMPETENCIA:
Siguiendo a Carnelutti puede realizarse una doble clasificación de la
competencia.

A) Competencia Externa e Interna:


La competencia externa atiende a la distribución de la jurisdiccion entre los diversos
tribunales. La competencia es, pues, la competencia de cada órgano jurisdiccional, de
cada tribunal, la que los separa con una clara connotación individualizante, del resto
de los órganos jurisdiccionales.
La competencia interna, por el contrario, es no ya la del órgano sino la de un miembro
o un integrante jurisdiccional. En la concepción de Carnelutti la competencia interna se
refiere a la distribución de los diversos litigios entre los varios integrantes del oficio o
del tribunal pluri personal.
B) Competencia necesaria y eventual:
Carnelutti clasifica en necesaria (o principal u originaria) y en eventual (o secundaria o
derivada).
La primera es la que se atribuye con carácter permanente a un tribunal teniendo en
cuenta para ello los diferentes criterios que establece la ley; la segunda es aquella que
eventual u ocasionalmente puede modificar la primera. En nuestro Derecho, parece
preferible hablar no de competencia eventual sino de causas que modifiquen la
competencia.

ENUMERACION DE LOS DISTINTOS ORGANOS JUDICIALES EXISTENTES EN NUESTRO


PAIS:
En éste panorama que ha cambiado sustancialmente en los últimos años a
partir de la sanción del CGP.
Suprimidos en la Const., del año 1952 los Jueces de Distrito o Tenientes
Alcaldes, el primer escalón por así decirlo, de los órganos judiciales, esta configurado
por los Juzgados de Paz.
Categoría aparte, pero siempre dentro de ese primer peldaño la constituyen los
Juzgados de Paz Departamentales de la Capital y del Interior (Art.72 y 73 LOT).
Los Juzgados de Paz Departamentales del Interior son 49 y tienen su cede en las
18 Capitales Departamentales, sea en las ciudades que, a su vez, son cede de Juzgados
Letrados es decir, las ciudades de Bella Unión, Las Piedras, Ciudad de la Costa, Pando,
Atlántida, Toledo, Rio Branco, Carmelo, Rosario, San Carlos, Young, Chuy, Libertad,
Dolores y Paso de los Toros.
Los Juzgados de Paz Departamentales de la Capital, son 29 y tienen su cede, tal
como la indica su denominación, en Montevideo.

CRITERIOS DE DISTRUBUCION DE LA COMPETENCIA:


Multiplicidad de tribunales se distribuye, pues, según grados y según sedes. La
distribución de los órganos jurisdiccionales según el grado, da lugar a una distribución
vertical de la competencia; la distribución de los órganos jurisdiccionales según su
sede, da lugar a una distribución horizontal de la competencia. Para referirse a la
primera resulta apropiado hablar de competencia jerárquica; para referirse a la
segunda puede emplearse la expresión competencia territorial.
La competencia territorial es un género y frente a ella el otro género de
competencia es la competencia jerárquica, que engloba dentro de sí, las competencias
por razón de la materia, de la cuantía y de la función.

CRITERIOS DE DISTRIBUCION DE LA COMPETENCIA EN NUESTRO DERECHO POSITIVO:


Entendemos que para clasificar los criterios de distribución de la competencia,
resulta conveniente distinguir, en primer término, un criterio objetivo que tome en
consideración el modo de ser del litigio y un criterio subjetivo que tome en cuenta, el
modo de actuar el tribunal en el proceso.

Criterio objetivo:
es aquel que atiende a los elementos que componen o integran el litigio. A
continuación mostraremos 4 subcriterios:
Criterio territorial:
Consiste en designar a aquel órgano entre varios del mismo grado cuya sede lo
haga más idóneo para el ejercicio de la función jurisdiccional en cada caso concreto. y
para resolver tal cuestión deberá atenderse a la proximidad, con respecto a la sede del
Tribunal, de los diversos elementos que habrán de servir al Tribunal para sustanciar el
proceso.
La LOT adopta a este respecto una serie de criterios en forma dispar.
1- Presencia de las partes (Fuero Personal): La solución natural, seria la de que el
proceso se desenvolviera dónde están las partes, como medio de facilitar su
actividad y la del tribunal. Pero esta solución, presenta dos dificultades: en
primer lugar, las partes pueden domiciliarse en un lugar determinada tener
residencia en otro, hallarse accidentalmente en un tercer lugar, lo que significa
que, la noción de sede de una persona es múltiple; en segundo lugar, puede no
coincidir la sede de una de las partes en el proceso con la de la otra. Para
resolver la primera dificultad: en primer término deberá atenderse al domicilio
de las partes y sólo a falta de éste, a su residencia. Para la solucionar la segunda
dificultad que en definitiva solo puede resolverse en una opción entre la sede
del actor y la sede del demandado la LOT opta decididamente por la sede del
demandado.
2- Presencia del bien contencioso (Fuero Real): asignar la competencia
atendiendo a la radicación de la cosa objeto de litigio al tribunal de ese lugar, se
explica fácilmente por la conveniencia que habrá de derivarse en caso de que la
cosa deba ser inspeccionada por el tribunal.
3- Presencia del hecho que constituye el fundamento de la pretensión (Fuero
Causal): La Ley puede tomar en consideración la presencia del hecho que
constituye el fundamento de la pretensión que habrá de ejercitarse en el
proceso. Son ejemplo las disposiciones que toman en cuenta, para distribuir la
competencia territorial, ya sea el lugar de nacimiento de la obligación, ya se el
lugar en que se debió dar cumplimiento a la obligación.
4- Pretensiones de los instrumentos del proceso (Fueron Instrumental): En otros
casos la Ley asigna competencia al tribunal del lugar donde se hayan los
elementos instrumentales del proceso, entendiendo por tales las pruebas y los
bienes que el mismo deberá utilizar.

Criterio Temporal:
Este criterio a perdido hoy generalidad y solamente rige en materia aduanera
en todo el país, incluido Montevideo, y las restantes materias únicamente en el
interior del país.
En materia aduanera, por ejemplo, la competencia quedará fijada por el día,
prescindiendo del mes y año, en que se entiende consumada la infracción aduanera.

Criterio Cualitativo o Material:


La atribución de competencia en razón de su materia, esta determinada por un
modo de ser del litigio, independiente de su relación con el lugar y con el tiempo en
que ese litigio se haya planteado, así como de su valor o cuantía.
Este criterio es el que determina la existencia de diversas jurisdicciones.
Criterio cuantitativo:
En cada caso y para que la justicia pueda rendir mejor sus frutos se hace
necesario adaptar el costo del proceso a la importancia del litigio cuya solución se
persigue.
Y esa adaptación se obtiene, por una distinta estructuración de los órganos
jurisdiccionales. Para los litigios de menor trascendencia deberán implantarse órganos
menos costosos, tanto en lo que refiere al número como a la cualidad de sus agentes y
de sus funcionarios.
Pero, ¿cuál es la cuantía del litigio?. La cuantía del litigio objeto del proceso está
dada no por lo que la ley le garantiza a la parte, sino por lo que ésta pretende le sea
garantizado.
No en todos los casos la importancia del litigio estará dada por la cuantía del
bien litigioso. Integra también el concepto de cuantía del litigio el derecho respecto del
cual se reclama la tutela jurisdiccional.
Cuando el objeto de la pretensión no es directamente una suma de dinero, se
estima dicha pretensión en dinero, ya sea por el valor fijado por la Dirección General
del Catastro Nacional si se trata de un inmueble o de otras maneras.

Criterio subjetivo o funcional:


El criterio subjetivo, hace referencia al modo de ser del proceso o al modo de
ser del proceso o al modo de actuar el tribunal en el proceso.
En todos los ordenamientos procesales se ha reconocido siempre la
conveniencia de someter un mismo litigio o una misma causa al examen sucesivo de
más de un órgano judicial.
Esta idea constituye el principio de la pluralidad de grados. Para llevarlo a la
práctica, el proceso en vez de agotarse ante un solo tribunal, se fracciona ante dos o
más tribunales de jerarquía diferente, realizando el segundo un reexamen de la
sentencia dictada por el anterior.
Este principio ha sido recogido por el CGP en su art. 22.3 (Leer).
Así tenemos, por lo que refiere a la segunda instancia:
a) Órganos que conocen solamente en primera instancia: Juzgados Letrados de
Familia, Juzgados Letrados de Trabajo y Juzgados Letrados de Concurso.
b) Órganos que entienden sea en primera, sea en segunda instancia (Juzgados
Letrados de Primera Instancia del Interior, Juzgados Letrados de Primera
Instancia en lo Civil, Juzgados Letrados de Primera Instancia en lo Contencioso
Administrativo y Juzgado Letrado de Aduana).
c) Órganos que entienden exclusivamente en segunda instancia. (Tribunales de
Apelaciones en lo Civil, Tribunales de Apelaciones de Familia y Tribunales de
Apelaciones de Trabajo).
d) Órgano que entiende fundamentalmente en los recursos de casación y revisión
(que no constituyen, sin embargo, una tercera instancia).

El criterio funcional aparece combinado, además, con el criterio cuantitativo, de


manera tal que, por ejemplo, los Juzgados Letrados de Primera Instancia del Interior,
los Juzgados Letrados de Primera Instancia en lo Civil, los Juzgados Letrados de Primera
Instancia en lo Contencioso Administrativo sólo conocen en segunda instancia en
asuntos menores de quinientos mil pesos uruguayos, en los cuales han conocido en
primera instancia los Juzgados de Paz; los Tribunales de Apelaciones en lo Civil, por lo
que respecta a la segunda instancia de los asuntos civiles, comerciales y contencioso-
administrativo, provenientes tanto de Juzgados Letrados de Primera Instancia del
Interior como de los Juzgados Letrados de Primera Instancia en lo Civil, y de los
Juzgados de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo, de la capital, sólo
conocerán en asuntos mayores de quinientos mil pesos uruguayos.
Los Tribunales de Apelaciones de Familia y del Trabajo, en cambio, conocerían
en segunda instancia de las apelaciones contra sentencias las dictadas en primera
instancia por los Juzgados Letrados de Familia y por los Juzgados Letrados de Trabajo o
los Juzgados Letrados de Primera Instancia del Interior con competencia en tales
materias, sin limitación de cuantía, por cuanto tales Juzgados y en tales materias
también habrán conocido, sin limitación de cuantía, en la primera instancia.

CLASIFICACION DE LOS ORGANOS JUDICIALES:


Siguiendo a Calamandrei podemos distinguir dos grandes rubros:

Diversidad de tipos de órganos judiciales:


La necesaria pluralidad de los órganos judiciales, impuesta por la extensión del
territorio de un país y la multiplicidad de procesos a entender, se complementa con la
idea de que, más que distribuir la jurisdicción entre los diversos órganos creados sobre
una misma estructura, resulta más conveniente adaptar la estructura de esos diversos
órganos a las distintas pluralidades derivadas, ya sea de la materia de los litigios a
juzgar, o de su valor, o de las diversas exigencias de la función jurisdiccional en las
distintas fases o grados del proceso.

Pluralidad de órganos judiciales del mismo tipo:


Existe una multiplicidad de órganos de un mismo tipo. No existe uno sino 20
Juzgados Letrados de Primera Instancia en lo Civil; no existe uno sino 26 Juzgados
Letrados de Familia; y así, sucesivamente.
La atribución de competencia a unos u otros de estos órganos judiciales de un
mismo tipo se efectúa por la aplicación del criterio territorial, sea por aplicación del
criterio temporal, sea por algo que no constituye un criterio distributivo de
competencia sino tan sólo un sistema de repartición del trabajo.

DISTRIBUCION DE LOS ORGANOS JUDICIALES:


La distribución de la competencia en razón del territorio provoca una
distribución horizontal de los órganos judiciales; la distribución de la competencia en
razón de la cuantía y en razón del grado provoca una distribución vertical.
Estas dos formas de distribución de la competencia, dan origen a dos nociones:
las nociones de circunscripción judicial y de jerarquía judicial.

Distribución horizontal de la competencia: la noción de circunscripción judicial.


La distribución horizontal de los tribunales se traduce en la dispersión de sus
sedes. A cada sede corresponde una circunscripción judicial, que viene a ser algo así
como la protección territorial de la competencia de ese tribunal.
La determinación de la circunscripción judicial está dominada por dos
tendencias opuestas. La tendencia descentralizadora aspira a llevar el lugar del
proceso lo más cerca posible del lugar del litigio; la tendencia centralizadora obliga,
por razones de carácter práctico, a atenuar la directiva anterior, centrando los órganos
judiciales en determinados puntos del territorio, seleccionados por su mayor
población, por la intensidad de su tráfico comercial, etc.
La solución consiste, naturalmente, en la conciliación de ambas tendencias.
Para los litigios pequeños: tupida red de tribunales de menor costo; para los
litigios de mayor importancia: disminuye: disminuye el número de órganos judiciales,
se exige a sus agentes mayores condiciones de preparación, se les retribuye mejor.
Los órganos de segunda instancia están, por consecuencia, menos
descentralizados que los de primera y por ello su circunscripción jurisdiccional resulta
mayor.

Distribución vertical de la competencia: la noción de jerarquía judicial.


Esta jerarquía se construye de acuerdo con el sistema de apelación, ya que, es
exigencia de la segunda instancia que ésta se desarrolle ante un tribunal superior al
que conoció del litigio en primera instancia.
La distribución horizontal y la distribución vertical de la competencia se
combinan entre sí, ya que la relación jerárquica se establece sólo entre un tribunal
superior y los tribunales inferiores radicados en su circunscripción.

INSTITUTOS ASIGNADORES DE COMEPETENCIA:


Vamos a estudiar, los institutos de la prevención y de la correlación de
competencias. Decimos que ellos son institutos asignadores de competencia por
cuanto carecen de la generalidad suficiente como para denominarlos criterios de
distribución de competencia,

La prevención:
La prevención es un instituto asignador de competencia necesaria o principal y
no de competencia eventual o derivada.
La prevención no es una causa de modificación o de desplazamiento de la
competencia, por cuanto, en los casos en que existe prevención, sólo el tribunal que ha
prevenido es competente para entender en ese asunto. Dicho de otro modo: si en un
caso concreto hay prevención, no rigen ninguno de los criterios de distribución de
competencia, sino que todos ceden, precisamente, ante el instituto de la prevención.

Concepto:
El art. 7 LOT explica el mecanismo mediante el cual opera el instituto de la
prevención.
Escriche definía a la prevención como “el conocimiento anticipado de un Juez
en alguna causa que por su naturaleza pudiera pertenecer a varios” y también como el
“derecho que tiene un Juez para conocer de un negocio por ser el primero que lo ha
ocupado, anticipándose a otro Juez a quien pertenecía igualmente por prevención ese
mismo negocio”.
Couture, en su “Vocabulario Jurídico” la define como la “situación jurídica en
que se halla un órgano del Poder Judicial, cuando ha tomado conocimiento de un
asunto antes que los otros órganos, también competentes, y que por ese hecho dejan
de serlo”.
La prevención, a nuestro juicio, ha quedado hoy reducida prácticamente a los
casos de competencia acumulativa. Por ejemplo, el art. 69 Bis LOT (Leer porque no me
pinta transcribirla).
En esos casos, lo que significa la prevención es, que uno u otro de los tribunales
acumulativamente competentes, se hace plenamente competente y excluye al
restante, desde el momento en que comienza a conocer de la petición de herencia, de
la pretensión de desheredamiento, de la nulidad de testamento, etc.

La correlación de competencias:
De acuerdo con el art. 8 LOT: “una vez fijada con arreglo a la ley la competencia
de un tribunal para conocer en primera instancia de un determinado asunto, queda
igualmente fijada la de los tribunales inmediatos superiores para conocer del mismo
asunto en las demás instancias”.

CAUSAS QUE MODIFICAN LA JURISDICCION Y LA COMPETENCIA:

Causas que modifican la jurisdicción:


Las causas que pueden producir una modificación o un desplazamiento de la
jurisdicción son la conexión, la subrogación y la sumisión del litigio a arbitraje.

La conexión:
Se entiende por conexión la circunstancia de tener dos o más procesos,
elementos en común, ya sea que el elemento en común sea las partes (conexión
personal o subjetiva), el objeto de cada proceso (conexión real u objetiva) o la causa
petendi (conexión causal).
Hasta la sanción del Código del Proceso Penal eran dos los casos de conexión en
que podía operarse un desplazamiento de la jurisdicción.
La única situación anterior ahora, en que la conexión puede operar un
desplazamiento de la jurisdicción es el de las cuestiones prejudiciales que pueden
plantearse en un proceso penal.
Cuestiones prejudiciales son, cuestiones de materia no penal que se plantean
en un proceso penal y que tienen una influencia decisiva para determinar la existencia
del delito o el grado de responsabilidad de su autor.
Dicho con un ejemplo clásico: si una persona imputada por el delito de bigamia,
alega en su defensa que el primer matrimonio era nulo al momento de contraer el
segundo, la decisión que al respecto se adopta sobre la validez o la nulidad del primer
matrimonio en el momento de contraer el nuevo matrimonio, configuran una cuestión
no penal, constituyendo, por el contrario, una cuestión de carácter típicamente civil.
En estos casos, pues, un tribunal cuya jurisdicción abarca, en principio, sólo la
materia penal, verá ampliada su jurisdicción y deberá pronunciarse sobre cuestiones
de otra naturaleza o pertenecientes a otra materia.
La subrogación:
Cuando el art. 104 LOT dispone que si los dos Juzgados Letrados de Aduana se
hallaren impedidos de conocer en un asunto determinado, el que debió conocer de él
será subrogado por un Juez Letrado de Primera Instancia en lo Civil, más allá de la
mera sustitución de un Juez por otro, se está configurando una causa que modifica la
jurisdicción, en cuanto se amplía, para ese caso, la jurisdicción de un tribunal civil al
asignarle el conocimiento de un litigio aduanero.

La sumisión del litigio o arbitraje:


En determinadas situaciones las partes deben acudir para dirimir su litigio, no a
los tribunales que integran el Poder Judicial, sino a árbitros.
Si se admite la naturaleza jurisdiccional del arbitraje, resulta claro que también
en estas situaciones de arbitraje, nos hallemos ante una causa que modifica la
jurisdicción, por cuanto en tales hipótesis se quita jurisdicción al tribunal judicial para
el conferírsela al o a los árbitros.

Causas que modifican la competencia:


Ellas son el acuerdo de partes o prórroga de competencia, la conexión y la
subrogación.

El acuerdo de partes:
Se funda en la convicción de la utilidad que puede aportar el acuerdo de las
partes como índice de idoneidad, con respecto a un litigio, de un tribunal distinto al
determinado por las reglas generales de fijación de competencia principal u originaria.
La fuente de la competencia electiva es, pues, la voluntad de ambas partes.
Podemos, pues, definir la prórroga de competencia como, el acuerdo y el
efecto de ese mismo acuerdo, o sea hacer competente a un tribunal que, de no haber
mediado dicho acuerdo, sería incompetente para conocer de ese litigio determinado.
De conformidad con el inc. 2° del art.6 LOT, queda prohibida la prórroga de
jurisdicción, es decir que, no puede hacerse competente a un tribunal que, por razón
de la materia no es competente.
El art. 10 LOT dispone que, “La competencia de los tribunales solamente es
prorrogable de lugar a lugar”, esto es, que sólo es posible la prórroga de la
competencia fijada en razón del territorio.
Aun dentro de la competencia territorial existen, en diversas materias, normas
especiales que prohíben la prórroga; por ejemplo, en materia de desalojos, promesas
de enajenación de inmuebles a plazos.

La conexión:
Hemos apuntado ya, al referirnos a la conexión como causa de modificación de
la jurisdicción, un concepto muy general del instituto, que damos aquí por
reproducido.
La conexión entre dos o más pretensiones determina que éstas puedan (o
deban, según los casos) acumularse. Y bien, este fenómeno de la acumulación de
pretensiones, puede convertirse también en una causa de modificación de la
competencia, toda vez que, en virtud de tal acumulación, se haga competente a un
tribunal que no lo sería si esas diversas pretensiones acumuladas se dedujeran
separadamente.
Los institutos que, en virtud de la conexión pueden operar un desplazamiento
de la competencia, son:
a) Acumulación inicial de pretensiones: La acumulación inicial de pretensiones es
aquella que se produce desde la iniciación misma de un proceso, sumándose o
yuxtaponiéndose pretensiones diversas (acumuladas) en una misma demanda.
Art. 120 CGP. (Hay un ejemplo en la pág. 129 si les quedan dudas).
b) Acumulación sucesiva por inserción de pretensiones (la reconvención o
contrademanda y la intervención de terceros): La acumulación sucesiva por
inserción de pretensiones se opera cuando a una pretensión ya hecha valer en
un proceso, se agrega otra que aún no había sido deducida judicialmente. Los
ejemplos típicos son la reconvención o contrademanda y la intervención de
terceros en el proceso, o tercerías. Mediante la reconvención, el demandado
deduce a su vez, contra el actor, una pretensión que va constituir, junto con la
pretensión inicial, con la pretensión del actor, el objeto del proceso.
Mediante el instituto de la intervención de terceros en el proceso (arts. 48 a 55
CGP) alguien que hasta ese momento no era parte en un proceso determinado,
deduce una pretensión que se opone a la del actor coadyuvando con la
oposición a la pretensión del demandado, o viceversa (intervención
coadyuvante), o deduce una pretensión que se opone tanto a la pretensión del
actor como a la oposición a la pretensión del demandado (intervención
excluyente).
La tercería excluyente, puede sí llegar a operar un desplazamiento en la
competencia en la medida en que esta pretensión del tercero, sumada por
ejemplo a la del actor, haga rebasar el límite de competencia cuantitativa del
tribunal ante el que se estaba desarrollando el proceso hasta el momento de la
intervención.
c) Acumulación sucesiva por reunión de pretensiones (la acumulación de autos):
Si diversas pretensiones habían sido hechas valer, antes de su posterior
acumulación, en procesos separados y distintos que luego se unifican, a la
pluralidad de acumulación sucesiva por reunión. El CGP en sus arts. 323 y
siguientes denomina a este instituto: “acumulación de autos”. En los casos en
que procede la acumulación de autos se opera también un desplazamiento de
competencia.
d) El fuero de atracción y los procesos de ejecución colectiva (LOT en su art. 70 y
el art. 411 CGP): El tribunal competente para conocer del proceso sucesorio
igualmente competente para conocer de “todas las cuestiones que puedan
surgir con ocasión de la muerte del causante”, podrá operarte aquí un
desplazamiento de competencia de otro tribunal potencialmente competente
para conocer, por ejemplo, en un proceso de posesión notoria de estado civil
de hijo natural del causante, en favor del tribunal que está conociendo el
proceso sucesorio.

La subrogación:
Toda vez que, por hallarse impedido un tribunal de conocer en determinado
asunto, éste pase a conocimiento de otro tribunal de su misma categoría (el que lo
precedió en el turno en el caso, por ejemplo, de los Juzgados Letrados de Primera
Instancia en lo civil) o de otra categoría en el caso, también por ejemplo, de un Juzgado
Letrado de Primera Instancia con sede en una ciudad donde haya un solo Juzgado de
esta categoría (Bella Unión, Young, Dolores, etc.) en que dicho asunto conocerá el
Juzgado de Paz Departamental correspondiente a esa ciudad (arts. 104 y 105 LOT).

CLASES DE COMPETENCIA Y DE INCOMPETENCIA:


Tanto la competencia como la incompetencia, pueden clasificarse en absoluta y
relativa. El momento que marca en cada caso la separación entre una y otra es la
posibilidad legítima o no del acuerdo de partes.
La competencia es absoluta cuando ella no puede ser variada por acuerdo de
partes. La incompetencia es absoluta cuando las partes, en violación de la prohibición
legal, pretenden hacer competente a otro tribunal, distinto a aquél que tiene
competencia absoluta para conocer en el caso concreto.
La competencia es relativa cuando ella sí puede ser modificada por el mutuo
acuerdo entre las partes. La incompetencia es relativa cuando, pudiendo ser
modificada la misma por acuerdo de partes, no lo es por no existir, precisamente,
dicho acuerdo.
Son casos de competencia absoluta los derivados de la aplicación de los
criterios cuantitativos, temporal y funcional. Desde luego que la competencia en razón
de la materia también es absoluta; pero de acuerdo con la particular concepción de
nuestro Derecho a su respecto, la competencia en una materia determinada constituye
nada menos que la jurisdicción (art. 6 LOT).
Son casos de competencia relativa, en cambio, los derivados del criterio
territorial.
En los casos en que el tribunal es absolutamente incompetente, debe inhibirse
de oficio de conocer de la pretensión que ante él se formule (art. 13, inc. 1° LOT).
Por el contrario, en los casos en que el tribunal sea relativamente
incompetente, no puede inhibirse de oficio ya que su incompetencia, por ser relativa,
podrá ser subsanada por el acuerdo (expreso o tácito) del demandado.
El inc. 2° del art. 13 exceptúa de la regla del inc. 1° a la incompetencia por razón
de turnos y el que el inc. 3° dispone, simultáneamente, que las partes no pueden
disponer de los turnos; que no obstante, si por error se dejaren de observar los turnos,
lo actuado ante el tribunal incompetente por razón de turno será válido, pero
advertido el defecto debe remitirse el expediente ante el tribunal competente por
razón de turno.
La incompetencia por razón de turno sigue siendo una incompetencia absoluta,
no prorrogable, por tanto, por acuerdo de partes; pero, a diferencia de la
incompetencia absoluta por razón de la cuantía, por ejemplo, lo actuado por el
tribunal absolutamente incompetente no es nulo, sino válido. Advertida la
incompetencia, de oficio o a petición de parte, el tribunal que esté conociendo del
asunto deberá remitir lo actuado al tribunal competente.

Art. 322 de la Ley N° 16.226 (leer).


Lo que ha venido a establecer este artículo, de la respectiva ley, es que esta
falta de jurisdicción, esta incompetencia por razón de materia, que es absoluta, sólo
podrá ser invocada hasta la finalización de la audiencia preliminar. Finalizada esta
audiencia, la incompetencia absoluta dejó de ser tal.
La norma excluye a la materia penal; si un proceso de materia penal se
planteara ante un tribunal no penal, aún después de la audiencia preliminar, podría
invocarse la incompetencia absoluta del tribunal.}
En nuestra opinión, resulta claro que, admitida la alegación de incompetencia
absoluta, lo actuado hasta ese momento es nulo, y el proceso deberá reproponerse
ante el tribunal competente.
En los casos de incompetencia absoluta, lo actuado ante el tribunal
absolutamente incompetente es nulo y el tribunal, al inhibirse, deberá mandar al actor
que comparezca ante el tribunal que corresponda, formulándose una nueva demanda
ante el tribunal competente.
En cambio, en los casos de incompetencia relativa, lo actuado ante el tribunal
relativamente incompetente es válido y al fallarse, acogiéndola, la excepción previa de
incompetencia, deberán enviarse los autos al tribunal competente, ante el cual
proseguirá el desarrollo del proceso.

GARANTIAS DE LA COMPETENCIA:
En la denominación genérica de garantías de la competencia quedan
comprendidos todos aquellos institutos procesales que tienen por finalidad proteger la
vigencia de las normas legales relativas a la competencia.

Control a cargo del tribunal:


Cuando el Tribunal es absolutamente incompetente, éste debe inhibirse de
oficio de conocer de la pretensión que ante él se formule.
En otros casos puede resultar dudosa la competencia del Tribunal.
El CPC, en su art. 286 establecía: “Si no resultara claramente de ellas (de las
demandas) que son de su competencia, mandaran que el actor exprese lo necesario a
este respecto” luego lo cual el tribunal, si éste se considera absolutamente
incompetente se abstendrá: y si se considera plenamente competente, o aún
relativamente competente, emplazará al demandado y le conferirá traslado de la
demanda.
El CGP no ha dictado una norma similar, pero esta facultad parece estar
implícita en el conjunto de facultades del tribunal.

La excepción previa de incompetencia:


La excepción previa de “incompetencia del tribunal” (art. 133, num. 1 CGP) es la
que puede oponer el demandado, conjuntamente con la contestación de la demanda,
denunciando, sea la incompetencia absoluta, sea la incompetencia relativa del
tribunal.
Si la incompetencia alegada por el demandado era de carácter absoluto y si ella
es acogida por el tribunal, el actor tendrá que formular ex novo su pretensión ante el
tribunal competente. Si la incompetencia alegada era tan solo de carácter relativo y si
ella es acogida por el tribunal, se enviarán los autos al tribunal competente el que
continuará en el conocimiento del proceso.
“El tribunal relevará de oficio la incompetencia por razón de materia, cuantía,
grado o turno…” establece el art. 133.2 CGP.

El recurso:
Si la incompetencia del tribunal era sólo relativa y el demandado no opuso en la
correspondiente oportunidad procesal, la excepción previa de incompetencia; el
tribunal relativamente competente se hizo, por esa actitud omisiva del demandado,
plenamente competente y su originaria incompetencia relativa ya no podrá ser
planteada.
Si la incompetencia del tribunal era absoluta y si, a pesar de ello dicha
incompetencia pasó desapercibida para el tribunal y para el demandado, tanto uno
como el otro podrán plantearla posteriormente.
En el caso de la incompetencia por razón de la materia, hasta la finalización de
la audiencia preliminar y en ningún caso más allá de ella.
En los restantes casos de incompetencia absoluta, el demandado podrá
denunciarla en el momento en que la advierta y el tribunal, con denuncia o sin ella,
deberá declararla en el momento en que la perciba.
Lo que variará, según los casos, será la consecuencia de esa nulidad absoluta
tardíamente advertida y declarada. Si lo es por razón de la cuantía o de la función (o el
grado), lo actuado resultará absolutamente nulo; si lo es por razón del turno, lo
actuado ante el tribunal incompetente resultará válido.
Si el demandando recién advierte esa incompetencia absoluta una vez dictada
la sentencia, y si ésta le fuera desfavorable podrá, mediante la interposición del
recurso de apelación alegarla, solicitando al tribunal alzada que se declare nulo todo lo
actuado.

En la segunda instancia:
Apelada la sentencia, el tribunal de segunda instancia, aún sin impugnación de
nulidad por el apelante, “deberá observar” “si se ha incurrido en los mismos” (esto es,
en “los actos de primera instancia”) “en alguna nulidad insanable (art. 116 CGP).
Si el tribunal de primera instancia hubiera conocido del con incompetencia
absoluta por razón de la cuantía o de la función (o el grado), el tribunal de segunda
instancia deberá declararlo absolutamente nulo.

Contienda de competencia:
Art. 331 CGP (Leer).

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