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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA

VICERRECTORADO ACADÉMICO

ESCUELA DE DERECHO

SAN JOAQUÍN DE TURMERO – ESTADO ARAGUA

Consecuencias Patrimoniales de la Terminación de la relación


laboral.

ALUMNO

RICHARD RAFAEL JAIMES GARCÍA

C.I.19.028.495

SAN JOAQUÍN DE TURMERO, MARZO DE 2021


Introducción

La terminación de la relación laboral se efectúa cuando por voluntad


de las partes o por un hecho ajeno a la voluntad de las mismas cesa el
cumplimiento mutuo de las obligaciones surgidas de la vinculación o de la
relación laboral. Al llegar este momento, aparecen dos figuras
primordiales, el despido o el retiro. El despido es el término
universalmente conocido para denominar el acto de poner fin a la relación
de trabajo por la voluntad unilateral del patrono. Por lo tanto, es un acto
jurídico, en el cual el patrón da por terminada esa relación, ya sea por
justos o injustos motivos que acarrea la física e inmediata separación del
trabajador de su cargo en la empresa; es una voluntad expresa, clara e
inequívoca del patrón.

Por otro lado, encontramos que el trabajador en ejercicio de su


voluntad unilateral, ya sea con causa justa o injusta y mediante el acto
jurídico propio, pone término a su contrato de trabajo. Cual quiera que
sean las causas de despido o retiro, se pone fin a la unión jurídica que
tenían las partes y mueren todas las obligaciones que nacieron con el
inicio de su contrato de trabajo.

Por tal razón, en el presente ensayo, se pretende abordar un análisis


de las consecuencias patrimoniales que surgen de la terminación del
contrato de trabajo, en donde tienen participación elementos como: el
preaviso, las prestaciones sociales, la indemnización por despido
injustificado, las vacaciones fraccionadas, daños y prejuicios y daños
morales.

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Los efectos de la terminación de la relación laboral son un conjunto de
derechos y beneficios que reciben los trabajadores por el hecho de
prestar servicios ininterrumpidos al mismo patrono. Entendemos por
consecuencias patrimoniales los hechos o acontecimientos derivados o
que resulta inevitable y forzosamente de otro, y que son susceptibles de
medirse pecuniariamente. En el caso de la terminación del contrato de
trabajo, tenemos que son las siguientes:

En primer lugar se encuentra el preaviso, que es la notificación que


cada parte está en el deber de hacer a la otra, con la anticipación prevista
legal o convencionalmente, de su voluntad de terminar el contrato
concertado a tiempo indeterminado por causas no justificadas, es decir,
por despido injustificado o basado en motivos económicos o tecnológicos
según la ley..

Según lo expuesto en el artículo 81 de la Ley Orgánica del Trabajo, los


Trabajadores y las Trabajadoras (LOTTT), cuando la relación de trabajo
por tiempo indeterminado termine por retiro voluntario del trabajador, sin
que haya causa legal que lo justifique, éste deberá dar al patrono o a la
patrona un preaviso cuyo tiempo dependerá del tiempo de trabajo
interrumpido que realizo: Después de un mes, con una semana de
anticipación; después de seis meses de trabajo, con una quincena de
anticipación; después de un año de trabajo ininterrumpido, con un mes de
anticipación. En caso de que el preaviso sea omitido, el patrón deberá
pagar al trabajador los beneficios que le corresponden hasta la fecha en
que presto servicio.

Así mismo, el artículo 82 de la LOTTT, se estipula que no es una


obligación realizar el preaviso siempre y cuando exista una causa
justificada para dar por terminada la relación de trabajo, sin previo aviso.
La actual Ley del Trabajo, no dispone nada sobre el preaviso que el

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patrono debe dar al trabajador que va a despedir. Si la causa del despido
es por culpa del propio trabajador, será despedido sin preaviso, además
porque está permitido de conformidad con el artículo anteriormente
mencionado.

Con respecto a las prestaciones sociales, tenemos que los efectos de


la terminación de la relación laboral son un conjunto de derechos y
beneficios que reciben los trabajadores por el hecho de prestar servicios
ininterrumpidos al mismo patrono. Es decir, son los pagos que, al finalizar
la relación laboral, se le dan al trabajador en reconocimiento a sus años
de servicio y le amparan en la cesantía, o sea, mientras está sin trabajo.

El nuevo régimen que regula las prestaciones sociales (LOTTT-2012)


le es aplicable a todos los trabajadores amparados por la legislación
laboral rigiendo además para los funcionarios públicos Nacionales,
Estadales o Municipales, lo cual constituye un importante extensión del
régimen laboral al funcionario público (art. 146 LOTTT).

Está contenido en el artículo 141 de la LOTTT, que establece que


todos los trabajadores y trabajadoras tienen derecho a prestaciones
sociales que les recompensen la antigüedad en el servicio y los ampare
en caso de cesantía. El régimen de prestaciones sociales regulado en la
presente Ley establece el pago de este derecho de forma proporcional al
tiempo de servicio, calculado con el último salario devengado por el
trabajador o trabajadora al finalizar la relación laboral, garantizando la
intangibilidad y progresividad de los derechos laborales. Las prestaciones
sociales son créditos laborales de exigibilidad inmediata. Toda mora en su
pago genera intereses, los cuales constituyen deudas de valor y gozan de
los mismos privilegios y garantías de la deuda principal.

En la ley orgánica del trabajo vigente se establece el pago de este


derecho de forma proporcional al tiempo de servicio, calculado con el
último salario devengado por el trabajador o trabajadora al finalizar la

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relación laboral, garantizando la intangibilidad y progresividad de los
derechos laborales. Teniendo en cuenta estas consideraciones, se
entienden como prestaciones sociales al pago que realiza el empleador a
sus empleados, no como una retribución del servicio prestado, sino como
un beneficio legal adquirido por este fundamentado en acuerdos
colectivos o en el contrato de trabajo, y al cual la legislación laboral
reconoce como de pleno derecho.

El artículo 142 de la (LOTTT, 2012), es uno de los más importantes,


pues establece la forma de cálculo y pago de las prestaciones sociales.
Destaca que existen dos sistemas para el cálculo de las prestaciones
sociales, y se establece que se le pagara al trabajador, el sistema que
resulte más beneficioso. Además se establece que el pago se hará dentro
de los cinco días siguientes del término del vínculo laboral, y de no
efectuarse se genera interés de mora.

Las prestaciones sociales serán depositadas, según el artículo 143


(LOTTT, 2012), en un fideicomiso individual o en un Fondo Nacional de
Prestaciones Sociales según la voluntad del trabajador. También podrá
ser acreditada en la contabilidad de la entidad de trabajo donde labora el
trabajador cuando este éste lo haya autorizado por escrito previamente

En el cálculo de Prestaciones Sociales se toman en cuenta dos


elementos que son el Salario Integral y la Antigüedad. Estos, determinan
el monto en Bolívares que deberá otorgarse a cada trabajador. Según la
Ley Orgánica del Trabajo en el artículo 104 se entiende por salario “la
remuneración, provecho o ventaja, cualquiera fuere su denominación o
método de cálculo, siempre que pueda evaluarse en moneda de curso
legal, que corresponda al trabajador o trabajadora por la prestación de su
servicio y, entre otros, comprende las comisiones, primas, gratificaciones,
participación en los beneficios o utilidades, sobresueldos, bono

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vacacional, así como recargos por días feriados, horas extraordinarias o
trabajo nocturno, alimentación y vivienda”.

Posteriormente, entramos en lo que es la indemnización por despido


injustificado. Y tenemos que el artículo 92 de la LOTTT, se refiere a la
indemnización debida en caso de despido injustificado, por terminación de
la relación de trabajo por causas ajenas al trabajador o trabajadora.
Primero es importante señalar que La Ley señala que el despido puede
ser: Justificado, cuando el trabajador incurre en una falta prevista por la
Ley. Injustificado, cuando no existe motivo o causa que lo justifique. Entre
las causas que pueden justufucar un despido se encuentran: Falta de
probidad o conducta inmoral; vías de hecho, excepto por defensa propia;
injuria o falta de respeto grave al empleador, representantes o familiares
que vivan con él; acciones contra la seguridad o higiene del trabajo;
omisiones o imprudencias que afecten la seguridad o higiene de la
empresa; faltas injustificadas por 3 días hábiles en 1 mes (las faltas por
enfermedad deberán ser notificadas); daño grave a los bienes de la
empresa; revelación de secretos corporativos, falta grave a las
obligaciones laborales, Abandono del trabajo.

En caso de terminación de la relación de trabajo por causas ajenas a


la voluntad del trabajador o trabajadora, o en los casos de despido sin
razones que lo justifiquen cuando el trabajador o la trabajadora
manifestaran su voluntad de no interponer el procedimiento para solicitar
el reenganche, el patrono o patrona deberá pagarle una indemnización
equivalente al monto que le corresponde por las prestaciones sociales.

En este caso, de que el trabajador manifieste su intención de no


entablar juicio por el despido injustificado, el patrono deberá cancelarle
como indemnización por el despido, un monto equivalente al de las
prestaciones sociales que le correspondan, calculadas de conformidad

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con el art. 142, literal d de la LOTTT. Este artículo también se aplica al
caso del despido indirecto (art. 80).

Así mismo, dentro de las consecuencias patrimoniales, entran también lo


que son las vacaciones fraccionadas. El artículo 196 de la LOTTT
establece la disposición que regula el derecho del trabajador al pago de
vacaciones fraccionadas al termino de la relación de trabajo. Cuando
termine la relación de trabajo antes de cumplirse el año de servicio, ya
sea que la terminación ocurra durante el primer año o en los siguientes, el
trabajador o la trabajadora tendrá derecho a que se le pague el
equivalente a la remuneración que se hubiera causado en relación a las
vacaciones anuales y el bono vacacional, en proporción a los meses
completos de servicio durante ese año, como pago fraccionado de las
vacaciones que le hubieran correspondido

De acuerdo con este mismo artículo, dicho pago fraccionado es


equivalente a la remuneración que se hubiera causado por concepto de
vacaciones anuales según los artículos 219 (días de descanso básico y
adicional) y 223 (bonificación para su disfrute), "en proporción a los meses
completos de servicio durante ese año", es procedente el pago
fraccionado de la vacación también en casos de retiro injustificado del
trabajador y de despido por motivos económicos o tecnológicos, entre
otros modos de terminar la relación distintos del despido justificado.

Por último, existe la remuneración por daños y prejuicios, esta noción


es propia del derecho común. El daño es la pérdida o el empobrecimiento
que el acreedor sufre en su patrimonio (damnum emergens), y el perjuicio
es la frustración de una ganancia, de una utilidad. Toda la materia está
regulada, en general, por los artículos 1.271 y siguientes del Código Civil,
que garantizan una indemnización en dinero, considerada equivalente, al
acreedor perjudicado por el incumplimiento de la obligación estipulada, o
de sus consecuencias según el uso, la equidad o la Ley.

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De acuerdo con ello, la reparación debe extenderse hasta restablecer
la situación en que la parte afectada debió encontrarse si se hubiere
ejecutado normalmente el contrato; es, por tanto, ajena a la institución, la
finalidad de lograr para aquélla un provecho mayor que el que habría
derivado en tal supuesto, no es para enriquecerse. Así, los daños y
perjuicios comprendidos en la indemnización son los que han podido
preverse en el momento de la celebración del contrato -cuando el
incumplimiento no proviene de dolo- y, en todo caso, los que son
consecuencia inmediata y directa de la falta de cumplimiento.

La Ley Orgánica del Trabajo fija en determinadas oportunidades la


cuantía de los daños y perjuicios mediante sumas proporcionadas al
salario y a la antigüedad en el servicio, dichas sumas son independientes
de la verdadera magnitud del perjuicio y de su probanza en juicio, pues
obran automáticamente, con análogo efecto a las cláusulas penales
contractualmente establecidas (responsabilidad objetiva). De ese modo
procede en los artículos 106, 107 Y 109, citados a manera de ejemplo. En
cambio, en el artículo 110 actúa el legislador con diferente criterio, ya que
hace depender la cuantía de la indemnización debida por el trabajador, de
la intensidad real del daño sufrido por el patrono (estimada por el Juez)
con ocasión del retiro injustificado sobrevenido antes de la terminación
natural del contrato.

De conformidad con el referido artículo 110, y por aplicación de los


principios generales, puede afirmarse que la indemnización de daños y
perjuicios laborales no guarda una relación necesaria con el salario
devengado por el trabajador, especialmente si el damnificado es el
patrono. Los daños y perjuicios de índole laboral no precisan ser
demostrados; no sucede así con los eventuales daños civiles (destrucción
de maquinaria, hurto de materia prima, etc.), que requieren ser
claramente determinados y plenamente probados en el proceso judicial
correspondiente. Además de los daños y perjuicios materiales inmediatos

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y directos, la indemnización puede abarcar los daños morales sufridos por
el trabajador.

De igual manera nace para los trabajadores el derecho a exigir una


indemnización derivada del Daño Moral, ya que comúnmente dicha
enfermedad puede afectarlos de manera física y psicológica por los
problemas y traumas. Este daño se define como aquel perjuicio sufrido a
la psiquis de una persona, es la trasgresión a los derechos
personalísimos de una persona a través de un agravio a la dignidad,
honorabilidad, sosiego, integridad física, privacidad, o cualquier elemento
que altere la normalidad facultativa mental o espiritual.

El artículo 1.196 del Código Civil establece: “la obligación de


reparación se extiende a todo daño material o moral causado por el hecho
ilícito. El Juez puede, especialmente, acordar una indemnización a la
víctima en caso de lesión corporal, de atentado a su honor, a su
reputación, o a los de su familia, a su libertad personal, como también en
el caso de violación de su domicilio o de su secreto concerniente a la
parte lesionada. El Juez puede igualmente conceder una indemnización a
los parientes, afines, o cónyuge, como reparación del dolor sufrido en
caso de muerte de la víctima”.

Según la doctrina le corresponde al juez apreciar y estimar el daño


moral debiendo tomar en consideración ciertas circunstancias al momento
de hacerlo, por lo tanto, deberá tomar en cuenta el grado de cultura de la
persona afectada, su posición social y económica, esto, obviamente
porque una persona a la cual se le causó un daño moral derivado de una
enfermedad profesional, mal podría repararse el daño causado con un
monto de dinero bajo, siendo que esta persona tiene un alto nivel social y
económico. El derecho ha seguido regulando la materia y ha contemplado
no sólo los daños materiales sino también los daños morales. La

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indemnización por daño moral constituye actualmente un principio
reconocido en todos los sistemas jurídicos modernos y democráticos

Conclusiones

Uno de los momentos más prolíferos, en el Derecho Laboral es el de la


extinción de la relación que ha existido entre un patrono y un trabajador.
La necesidad de proteger al trabajador en el momento en que se
encuentre sin ocupación por una circunstancia de que no sea culpable, el
deseo de amparar también justamente al patrono contra una ruptura
abusiva por parte del trabajador y el propósito de dar a éste un interés de
permanencia en la empresa y recompensarle por la colaboración prestada
durante largo tiempo, han suscitado una cuidadosa regulación jurídica que
atribuye a la terminación de la relación de trabajo diversas consecuencias,
según la causa que la hubiese motivado.

Es importante resaltar que se habla de la terminación de la relación de


trabajo y no del contrato en sí, debido a que las consecuencias jurídicas
se operan cuando la situación de hecho, es decir, la colaboración real
existente entre el patrón y el trabajador, cesa definitivamente. La relación
de trabajo termina en el momento en que deja de existir el vínculo jurídico
laboral entre el patrón y el trabajador. De la terminación de la relación
laboral, derivan consecuencias patrimoniales, en el caso de la terminación
del contrato de trabajo, tenemos que son las siguientes: En primer lugar
se encuentra el preaviso, las prestaciones sociales, la indemnización por

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despido injustificado, las vacaciones fraccionadas, daños y perjuicios y
daños morales.

En conclusión, el fin de estas prestaciones o efectos de la disolución


de la relación, es evitar el daño que puede causar a un contratante la
repentina suspensión, por parte de la otra, de una prestación
convencionalmente prevista para prolongarse en el tiempo. Con respecto
a las prestaciones sociales, tenemos que los efectos de la terminación de
la relación laboral son un conjunto de derechos y beneficios que reciben
los trabajadores por el hecho de prestar servicios ininterrumpidos al
mismo patrono, así como la indemnización por despido injustificado y las
vacaciones fraccionadas. Por último, los daños, sean por prejuicios o
morales, surgen como reparación a los prejuicios físicos o psiquicos
sufridos al trabajador durante el tiempo que presto servicio.

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Referencias Bibliográficas

Carballo, C. (2013) Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las


Trabajadoras y su Reglamento Parcial sobre el Tiempo de Trabajo.
Editorial Jurídica Venezolana, Caracas.

Código Civil (1982) Gaceta Nº 2.990 Extraordinaria. Caracas, Venezuela

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