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INSTITUCIÓN: Universidad de Caldas

FACULTAD: Artes y Humanidades.


PROGRAMA: Licenciatura Artes Escénicas Énfasis en teatro.
ELABORADO POR: Tania Alejandra Grisales
ENTREGADO A: Magister en Educación Carolina Grajales Acevedo.
TITULO DEL TRABAJO: Informe de lectura “La poética del espacio- La casa del sótano a la
guardilla”

Palabras Claves: Recuerdos, Espacio, Ensueño, Valores, Vida, Imágenes, Historia, Espacios.

INTRODUCCIÓN:
El primer capitulo lo dedica Bachelard al análisis espacial de la Casa en tanto imagen poética. La
casa es un elemento de integración psicológica, morada de recuerdos y de olvidos. La casa es el
primer universo de la cotidianeidad, pero se proyecta como un autentico “microcosmos”, una
unidad de imagen y recuerdo. Su funcionalidad reside en que sirve como detonante del proceso de
reminiscencia, morada incalificable del pasado imperecedero, suplementadora de las contingencias
y multiplicadora de las continuidades. Por que la casa es nuestro rincón del mundo. Se ha dicho con
frecuencias nuestro primer universo, es realmente un cosmos, un cosmos en toda la aceptación del
término. Vista íntimamente, la vivienda más humilde ¿no es más bella? Los escritores de la
“Habitación humilde” evocan a menudo ese elemento de la poética del espacio. Pero dicha
evocación peca de sucinta. Como tienen un poco que describir en la humilde vivienda, no
permanecen mucho en ella. Caracterización la habitación humilde en su actualidad, sin vivir
realmente su calidad primitiva, calidad que pertenece a todos, ricos o pobres, si aceptar soñar. Las
grandes imágenes tienen a la vez una historia y una prehistoria. Son siempre a un tiempo recuerdo y
leyenda. No se vive nunca la imagen en primera instancia. Toda imagen grande tiene un fondo
onírico insondable y sobre ese fondo el pasado personal pone sus colores peculiares. Por lo tanto, ya
está muy avanzado el curso de la vida cuando se venera realmente una imagen descubriendo sus
raíces más allá de la historia fijada en la memoria. En el reino de la imaginación absoluta se es
joven muy tarde. Hay que perder el paraíso terrenal para vivir verdaderamente en él, para vivirlo en
la realidad de sus imágenes, en la sublimación absoluta que trasciende toda pasión. La choza, en la
pagina Bachelard aparece sin duda como la raíz pivote de la función de habitar. Es la planta humana
mas simple, la que no necesita ramificaciones para poder subsistir. Es tan simple que no pertenece
ya a los recuerdos, a veces demasiado lleno de imágenes. Ahora, nuestro objeto esta claro:
debemos demostrar que la casa es uno de los mayores poderes de integración para los pensamientos,
los recuerdos y los sueños del hombre. En esa integración, el principio unificador es el ensueño. El
pasado, el presente y el provenir dan a la casa dinamismos diferente, dinamismo que interfieren con
frecuencia, a veces oponiéndose, a veces excitándose mutuamente. La casa en la vida del hombre
suplanta contingencias, multiplica sus consejos de continuidad. Sin ella el hombre seria un ser
cuerpo y alma. Es el primer mundo del ser humano. Antes de ser “lanzado al mundo” como dicen
los metafísicos rápidos, el hombre es depositado en la cuna de la casa. Y siempre, en nuestros
sueños, la casa es una gran cuna. Una metafísica concreta no puede dejar a un lado ese hecho, ese
simple hecho, tanto más, cuanto que ese hecho es un valor, un gran valor al cual volvemos en
nuestros ensueños. él seres de inmediato un valor. La vida empieza encerrada, protegida, toda tibia
en el regazo de una casa. Con la choza, con la luz que veía en la intimidad del refugio.
Primeramente, y al empezar este capítulo, habíamos intentado, al contrario, diferenciar la casa de
acuerdo con su verticalidad. Ahora, y siempre con ayuda de documentos literarios circunstanciados,
tenemos que explicar mejor los valores de protección de la casa contra las fuerzas que la asaltan.
Después de haber examinado esta dialéctica entre la casa y el universo examinaremos pomas donde
la casa es todo un mundo. En este sentido, destaca Bachelard la importancia de las grandes
imágenes simples, como la casa, y ello por que potencian el fenómeno de liberación poética pura.

CUERPO DE TRABAJO:
 Hay que decir, pues, cómo habitamos nuestro espacio vital de acuerdo con todas las
dialécticas de la vida, cómo nos enraizamos, de día en día, en un «rincón del mundo».
 Nuestra vida adulta se halla tan despojada de los bienes primeros, los lazos
antropocósmicos están tan relajados que no se siente su primer apego en el universo de la
casa.
 Una y otra constituyen, en el orden de los valores, una comunidad del recuerdo y de la
imagen. Así la casa no se vive solamente al día, al hilo de una historia, en el relato de
nuestra historia. Por los sueños las diversas moradas de nuestra vida se compenetran y
guardan los tesoros de los días antiguos. Cuando vuelven, en la nueva casa, los recuerdos de
las antiguas moradas, vamos a país de la Infancia Inmóvil, inmóvil como lo
Inmemorial. Nos reconfortamos reviviendo recuerdos de protección. Algo cerrado debe
guardar a los recuerdos dejándoles sus valores de imágenes. Los recuerdos del mundo
exterior no tendrán nunca la misma tonalidad que los recuerdos de la casa.
  Una metafísica concreta no puede dejar a un lado ese hecho, ese simple hecho, tanto
más, cuanto que ese hecho es un valor, un gran valor al cual volvemos en nuestros
ensueños.
 Creemos a veces que nos conocemos en el tiempo, cuando en realidad sólo se conocen una
serie de fijaciones en espacios de la estabilidad del ser, de un ser que no quiere
transcurrir, que en el mismo pasado va en busca del tiempo perdido, que quiere
«suspender» el vuelo del tiempo. 

BIBLIOGRAFIA.
 Gastón, Bachelard. (1957). La poética del espacio, “la casa del sótano a la guardilla”.

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