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Ingresa paciente de sexo masculino, de 25 años de edad, soltero, escolaridad cuarto

bachillerato, oficio cesante, que presenta un cuadro depresivo mayor.


2.- ¿Qué le pasa a la persona?

Esta pregunta orienta a describir cuales son los problemas de esta persona, y comprender el por
qué lo que le pasa a esta persona supone un pro-blema.

el consultante manifiesta percibir un sin sentido en su vida, sin motivación para realizar
actividades diarias, se siente triste la mayor parte del tiempo, muchas veces desearía no
seguir viviendo sin que exista una causa concreta presente. Sus atribuciones se
encuentran en el pa-sado, en su historia de vida, manifiesta que tiene una sensación de
vacío y de abandono, que conecta con las relaciones disfuncionales que mantiene con
sus figuras significativas.

3.- ¿Cómo es la persona?

Se describe cómo se percibe o representa a sí misma, y los aspectos que pudieran ser más rele-
vantes de su mundo.

El consultante destaca principalmente su sensación de desconfianza y soledad; respecto


a su familia. Percibe una sensación de menosprecio por parte de ellos. Funciona
principalmente desde el mundo de las ideas, más que desde el contacto afectivo o de la
acción. Suele pensar y buscar ex-plicaciones a las experiencias que le ocurren, pero tiene
dificultades para hacer conscientes qué emo-ciones experimenta frente a estas
experiencias. En general no inicia acciones para cambiar situaciones de su realidad

.4 ¿Qué hacer? Se trata de lograr implementar una especie de plan de acción, con algunas
estrategias posibles de usar y los objetivos de la intervención.
-El consultante busca principalmente sentir-se mejor emocionalmente y encontrar un
sentido a sus vivencias.
En el proceso diagnóstico se desta-can los recursos de motivación y juicio positivo
respecto a la terapia como elementos favorables para el proceso psicoterapéutico.

Objetivos terapéuticos
Respecto a los objetivos de la terapia, deben ser construidos entre el consultante y el
terapeuta, los cuales se resumen en: a) disminuir los síntomas asociados al ánimo
depresivo, insomnio, b) facilitar la búsqueda de un sentido a su vida. La estrategia
terapéutica se debe enfocar en que el consultante pueda reconocer y com-prender sus
principales dificultades y atribuciones que hace de ellas, así como hacer conscientes as-
pectos del sí mismo rechazados o negados, y de otros factores que pueden estar
asociados a su cuadro depresivo, facilitando que el consultante sea capaz de aceptarlos y
luego inte-grarlos, para lograr así un mejor funcionamiento y bienestar en su vida.

Desarrollo del proceso psicoterapéutico


. El primer momento terapéutico fue enfo-cado a reforzar la relación terapéutica, a
través de la comprensión empática. Se busca que el consul-tante fuese capaz de clarificar
y/o comprender me-jor su queja desde su experiencia.
En dicho momento el consultante debe lograr es-clarecer su queja, y comprender que su
sensa-ción de soledad tenía relación con su distancia-miento y escasa relación con ambos
padres, reco-noció, la emoción de la rabia hacia su abuelo ma-terno, y reflexionó sobre sí
mismo y su lealtad personal hacia su abuela, entre otros.
El consultante logró comprender que estas situaciones a pesar de ser parte del pasado
conti-nuaban afectándole en la actualidad. Un segundo momento relevante en la in-
tervención se produjo cuando el consultante fue capaz de darse cuenta que en diversas
circunstan-cias se auto limitaba en su impulso a la acción por suponer que resultaría en
una consecuencia negati-va.
El consultante logró –en el proceso terapéutico– conectarse con la emocionalidad
asociada a estas experiencias, la inseguridad, el miedo, la frustración, la angustia y su
molestia frente a la vida. Respecto a este proceso
Existió un tercer momento terapéutico re-levante en el proceso de cambio, que se
produjo al trabajar los asuntos inconclusos, con sus figuras significativas, padres y
abuelos maternos.
Para trabajar este tema se utilizaron las técnicas de la silla vacía, escribir cartas, dibujos,
y técnicas expresivas en general. En el proceso de terapia, el consultante fue aceptando
sus relaciones interpersonales con sus figuras significativas, logró empatizar y compren-
der que ciertas acciones de sus familiares y espe-cialmente padres, fueron quizás la única
opción que ellos vieron en ese momento, y que el aceptar-lo podía ser saludable para él
mismo, dejando estas experiencias como parte del pasado.
En el transcurso del proceso, el consultante fue reportando que notaba mayor vitalidad
para realizar tareas, conciliando mejor el sueño, aumen-tando el apetito, etc.
Manifestando ideas de estu-diar, buscar trabajo, vivir solo, aumentar su activi-dad social.
En este momento del proceso, el consultante logró clarifi-car sus necesidades, otorgarles
una jerarquía, y pasar a la acción. Se matriculó en un centro de formación técnica, y
aumento su actividad social, entre otros cambios. Ya en esta etapa, no reportó las
emociones que le causaban aflicción, descritas al inicio de la intervención, sino que
reportó una mayor com-prensión de sus vivencias y fue capaz de cerrar algunos asuntos
inconclusos, proyectándose al futuro con mayor esperanza.

Evaluación de objetivos y cierre del proceso psicoterapéutico


Luego de que se presentaran avances en el proceso terapéutico, se evaluaron los logros
de los objetivos planteados inicialmente. En conjunto, el consultante reportó que logró
darse cuenta de sus emociones, vivenciarlas e integrarlas.
También logró trabajar los asuntos inconclusos más relevantes con sus figuras signifi-
cativas, fue capaz de darse cuenta de sus necesida-des, reconocer motivaciones,
jerarquizarlas y llevar acciones a cabo. Pudo encontrar un mayor sentido a su vida,
comenzó a tener proyectos, metas, e ideas sobre cómo quisiera vivir la vida.

Discusión y conclusiones La investigación realizada,


el caso, de un consultante con un epi-sodio depresivo mayor, el cual recibió atención
psicoterapéutica desde el modelo humanista trans-personal. La narración del proceso
psicoterapéutico dividió el proceso en tres etapas; la primera de diagnóstico y
objetivos terapéuticos, la segunda correspondió al desarrollo del proceso psicoterap-
éutico y, la tercera etapa, la evaluación de objeti-vos y cierre del proceso
psicoterapéutico.
La narración del estudio muestra momen-tos terapéuticos relevantes en la etapa de
cambio, y los resultados muestran la eficacia del proceso psicoterapéutico. Se evidencian
cambios en la per-cepción de bienestar del consultante, que se mues-tran en los
resultados y los reportes verbales del cliente en sesión. Esta per-cepción de bienestar
también se tradujo en accio-nes que fueron comprobadas mediante los reportes del
consultante. Respecto a estos cambios, sería relevante poder hacer seguimiento de
estos casos, para veri-ficar si se sostiene la percepción de bienestar, los cambios
conductuales realizados, y poder medir la estabilidad de los cambios en el tiempo.
Una de las limitaciones del estudio se re-fiere a la metodología, ya que al ser un estudio
de un solo caso, no se puede generalizar la efectividad de este modelo de terapia. Una
segunda limitación, se refiere a los cambios ocurridos durante el proceso de psicotera-
pia, ya que podrían deberse a otros elementos pro-pios del consultante o del ambiente, o
a variables desconocidas en este estudio. Y una tercera limitación, sería en relación con los
factores inespecíficos en psicoterapia, lo cual implica que los cambios no dependen sólo
del enfoque y las técnicas, también influyen las carac-terísticas del consultante y del
terapeuta, entre otros elementos. Respecto a las interrogantes que surgen a partir de
este trabajo, uno de ellos es; ¿será posible incorporar este tipo de intervenciones al
modelo de

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