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Después de leer las bibliografías básicas colgada en la plataforma, (podrás

utilizar otras fuentes bibliográficas), procederás a:

1. Elabora un ensayo explicando la importancia de la ética en el proceso


terapéutico de la Terapia Conductual.

Lo primero que quiero explicar en este pequeño ensayo sobre importancia de la


ética en el proceso de la terapia conductual es la definición de la palabra ética.
Esta se puede definir como el conjunto de normas morales que rigen la conducta
de las personas en cualquier ámbito de la vida.

Abarcando otras definiciones cito a Julio Zan (2004), comenta que la ética alude
a una concepción de la buena vida, a un modelo de vida virtuosa y a los valores
vividos de una persona o una comunidad encarnados en sus prácticas e
instituciones.

Ahora bien, ¿de qué manera la ética juega su papel en el proceso terapéutico?
La terapia cognitivo conductual requiere y da estructura al quehacer de los
terapeutas. Sin embargo, ¿hasta dónde se puede cumplir con esta estructura?
es necesario tener un manual que guie al terapeuta y le enseñe como éste debe
de actuar según los criterios establecidos como profesionales que estos son; no
obstante, la profesionalidad incluye según Teófilo González; una rigurosa
preparación científico-técnica para el desempeño de las actividades, también
refiere que es necesario apartarse intereses, imperativos o criterios personales,
lo cual significa, dejar de lado creencias propias que pudieran afectar el
desempeña de nuestra labor, no tratar de inculcar o someter a ideas y valores
personales.

La intervención del terapeuta cognitivo-conductual implica saber discernir


cuando si y cuando no aplicar todo el proceso que se dice debemos seguir. Saber
cuándo hacer modificación a esa línea establecida.
La “Revista de terapia cognitivo-conductual” del CETECIC (Centro de terapia
Cognitivo Conductual y Ciencias del Comportamiento), en su artículo “prejuicios
sociales sobre la relación entre ideología y Terapia cognitivo-Conductual” (2015),
menciona algunas de las críticas más frecuentes a este modelo terapéutico:

• La TCC deshumaniza al hombre. No considera “aspectos internos” del


comportamiento y la singularidad de cada caso.

• La TCC es coercitiva, generando sufrimiento en los pacientes; éstos deben


someterse y aceptar pasivamente las técnicas que aplique el psicólogo.

• La TCC es antidemocrática y está al servicio de la dominación social.

• Por mencionar algunas. Estas críticas se ven reforzadas por algunos terapeutas
incapaces de flexibilizar su estructura y que difícilmente se abstienen de “meter
su cuchara”, ósea, ideales y posturas propias.

Por otro lado tenemos importantes autores que dieron un importante aporte a lo
que es la ética dentro del reglón psicológico. Uno de estos autores es B. F.
Skinner, el cual nos dice que la ética no es más que una técnica de control social
y los valores, una serie de refuerzos.

Carl R. Rogers tiene un planteamiento distinto. Según el, los valores están fuera
de la ciencia y es elección previa subjetiva del psicólogo la que los pone en juego.
En otras palabras, o el científica hace una opción de valores (subjetiva) que dirija
su actividad, o pondrá de hecho su ciencia al servicio de valores de quien detenta
el poder.

Tanto Skinner como Rogers mantienen, aunque en términos muy distintos, la


presencia de lo ético en lo psicológico, presencia ineludible, ya sea como parte
de su misma estructura (Skinner) ya sea incorporada por decisión, implícita o
explícita, del psicólogo. Ambos puntos de vista resultan insuficientes e
insatisfactorios, pero muestran la afirmación básica de que lo ético está factual y
necesariamente presente en la actividad psicológica.
Algo importante que quiero destacar es que los programas de entrenamiento en
terapia cognitivo conductual dejan en claro que el psicólogo, además de detentar
una sólida formación teórica y técnica, debe poseer también ciertas habilidades
de comunicación orientadas al fortalecimiento de la relación terapéutica. Se
denominan “variables inespecíficas” a aspectos tales como la personalidad, el
estilo de comunicación y las habilidades sociales del terapeuta. Si bien no se le
otorga las condiciones suficientes para el cumplimiento de los objetivos de la
terapia, las variables inespecíficas pueden aumentar notablemente la
probabilidad del éxito.

A continuación quiero describir algunos aspectos de vital importancia que surge


en la relación terapeuta-cliente al momento de la consulta. Enfatizare un aspecto
menos explorado quizás: el que el terapeuta también de propiciar para sí un
clima de trabajo humano agradable. Y si bien tal objetivo involucra a los dos
individuos, la responsabilidad técnica y ética de su consecución alude tan solo al
psicólogo, y no a paciente.

Aceptación incondicional o “no enjuiciamiento: cuando el profesional toma


un caso, deberá comprometerse a aceptar y ayudar al paciente. Aceptarlo
significa contemplarlo como un ser humano con sus defectos, muchos de los
cuales pueden no hallarse en conexión con el motivo de consulta. En tal sentido
una aceptación equilibrada permite señalar en el paciente áreas a mejorar o
aspectos de su estilo de vida potencialmente dañinos para su salud, sin ejercer
manipulación o presión.

Motivación e involucración: el psicólogo debe de sentirse genuinamente


motivado para ayudar al paciente. Esto implica naturalmente vocación para el
trabajo clínico en general, pero particularmente, el agrado o interés por la
patología puntual que presenta la persona que se encuentra frente al psicólogo.
La motivación del terapeuta dependerá en parte de sus horas de descanso o
cantidad de entrevistas diarias que realiza. Resulta escasamente probable que
mantenga un adecuado deseo de trabajar si duerme poco o atiende diez persona
al día.
Empatía: esta se refiere a la capacidad de comprender al paciente a partir de su
propio punto de vista. Se trata de una de las habilidades más deseadas para el
terapeuta, pues permite entender a las personas desde sus propios esquemas
cognitivos y su historia particular, tomando distancia de juicios inmediatos
condenatorios o etiquetadores.

La autenticidad: el terapeuta cognitivo conductual expresa sus acuerdos o


discrepancias con el paciente de manera sincera y directa. A diferencia de otros
enfoques terapéuticos, no se mantiene abstinencia ni neutral. Por el contrario,
basado en un criterio de salud y enmarcado en una formación científica, contesta
las dudas que el paciente le plantee con un lenguaje simple y claro.

La ecuanimidad: el feedback hacia el comportamiento del paciente constituye


uno de los pilares que apunta la relación terapéutica. Por lo tanto el psicólogo
cognitivo conductual deberá manejarlo equilibradamente, ya que tanto la crítica
como la aprobación excesiva pueden ser contraproducentes. Si el terapeuta es
demasiado negativo, quizás desvalorice comportamientos que, aunque
pequeños para otras personas, representan un logro importante para algunos
pacientes.

Respeto y manejo de las propias emociones negativas: el psicólogo habrá


de manejar adecuadamente sus emociones y las expresara asertivamente, no
debemos olvidar que representa un importante modelo para quienes acuden a
su consulta. Independientemente de las diferencias que puedan existir entre
paciente y terapeuta, este último debe utilizar un lenguaje y cordialidad.
Especialmente el enojo del paciente, puede representar una muestra de
conducta que requiere ser analizada más que juzgada y atacada.
2- Redacta un Plan Terapéutico de un caso real o ficticio que cumpla con las
reglas del mismo.

Intervención en caso real de una adolecente con problemas de conducta.

Identificación del paciente

María es una chica de 13 años y 9 meses. Asiste a un colegio concertado desde


los 3 años. En el momento en el que acude a consulta cursa 1er ciclo de segundo
grado. Vive con su madre (42 años) que se encuentra en el paro actualmente y
con el marido de ésta (39 años) que dirige un restaurante. Sus padres se
separaron cuando ella tenía 6 años y visita a su padre semanalmente. El nivel
sociocultural familiar es medio-alto.

Historia del problema

La madre de maría informa que ella ha estado mostrando una conducta diferente
desde unos meses para acá tanto en la casa como en el colegio. Siempre está
a la defensiva, discuto por todo, se enoja bastante, y desafía a su madre en
múltiples ocasiones.

Según la madre de María, la niña siempre ha sido una niña obediente, tranquila,
y con un buen rendimiento académico. Siempre habían mantenía una buena
cercanía la una con la otra y bastante confianza entre ambas. Afirma que la niña
no exteriorizo nunca algún sentimiento negativo por la separación de sus padres.
La relación con el padre es difícil, ya que la madre relata que María no está de
acuerdo en tener que irse con él fines de semana alternos, puesto que según le
cuenta tienen dificultades a la hora de comunicarse y que le da miedo hablarle
sobre algunas cosas y pedirle ayuda con las tareas escolares y el estudio, porque
este se altera y le grita, incluso en alguna ocasión ha tenido que ir a recogerla
antes del día previsto tras recibir una llamada de la niña pidiéndole irse de allí.

La relación entre ambos padres no es buena, mantienen continuas discusiones


sobre la manutención y la situación de su hija.

Durante el curso anterior María empezó a salir con un grupo nuevo de amigas
de clase y fue cuando empezaron los problemas, discusiones continuas con su
madre y fue cuando empezaron los problemas, discusiones continuas con su
madre, quejas y desobediencia.
Posteriormente, tuvo problemas con este grupo de amigas, que se metían con
ella y le acosaban en el colegio, hasta que la madre le prohibió verlas de nuevo

María continúo quedando con el grupo de amigas a espaldas de la madre con


continuas mentiras. Actualmente, ha cambiado de grupo de amigas pero las
conductas, los problemas y las discusiones en casa continúan. Según la madre,
tiene una actitud pasiva en casa y es maleducada. No saluda ni se despide de
los miembros de la familia, no recoge la habitación ni hace las tareas
correspondientes y que la comunicación con ella es prácticamente inexistente.

En el colegio María continúa viendo a las antiguas amigas, sigue con conductas
problemáticas, estudia poco y falta a la entrega de trabajos y deberes. El tutor
se puso en contacto con la madre con quejas de varios profesores de mal
comportamiento e interrupciones en clase, peleas con compañeros, expulsiones
de clase y múltiples suspensos. Los profesores afirman que María es una niña
muy buena y muy capaz de sacar el curso con buenas notas. Finalmente, animan
a la madre a pedir ayuda ante esta situación.

Motivo de consulta

La madre informa que el comportamiento de maria, tanto en el colegio

La madre informa que el comportamiento de María, tanto en el colegio como en


casa, ha empeorado considerablemente. Tal es el cambio que desde el colegio
han animado a la madre a buscar una solución. En casa las peleas son
continuas: discusiones y desobediencia por parte de su hija así como una mala
relación con el marido de la madre. Desde el colegio informan que ésta, siempre
ha sido buena estudiante y nunca ha tenido llamadas de atención hasta el último
año, en el cual se han venido repitiendo continuos castigos y viéndose una
disminución considerable del rendimiento escolar.
.
Bibliografía
Ortiz, W. U. (2016). Etica y Moral en Terapia Cognitivo-Conductual. Tijuana.

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