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Noach, 

Noiach, Nauach, Nauah, Noah, Noaj, Noé.

2016
Noach – Noaj – Noé - Noiach – Noah – Nauach

Kenya Y Olivera
Gal Einai – La Dimensión Interior
Instituto Gal Einai
La Dimensión Interior

Plegaria antes del estudio


(De los Secretos del Libro “Sod Hashem Leireav”)

“Deseo estudiar para que el estudio me lleve a la acción, y a las cualidades


rectas, y a comprender la Torá, y a apegarme al Creador. Y a esparcir los
manantiales de las grandes profundidades, y se abran los portales del cielo,
y se llene la tierra del conocimiento de Di-s como las aguas cubren el mar,
con la llegada del justo redentor pronto en nuestros días amen”.

Una de las preguntas que seguramente se está formulando en la mente de


quien lee es ¿por qué comenzar con una oración? La respuesta es que la oración
es un lazo de unión entre D-os y Sus criaturas. Es como un camino en donde la
presencia Divina está constante y llenándolo todo, como la luz del sol en pleno
día. Un sendero donde nada está libre de Él, y el hombre [que no percibe Su
presencia] piensa que anda por ese camino como un desesperado que busca
consuelo. Pero cuando llegas a la mitad de la primera oración salida del fondo del
corazón, ese camino se transforma en una de escalera, que palabra tras palabra
va elevando al pendenciero cada vez más y más, hasta que de pronto comienza a
percibir la Divina, presencia que jamás lo dejó solo.
Su percepción se asemeja al aroma de los guisos que anuncian al
caminante que está muy próximo a su casa. Es como un olor que al inhalar
penetra en cada una de las células produciendo una reconfortante sensación de
calor.
La oración es considerada el trabajo del corazón, su práctica trae
impresiones de gozo y placer. Justo como la sensación del olor de las delicias de
una buena cocina, es placentero y a la vez abre el apetito. Así, la oración hace
que la persona sienta placer, anhelo y apetito por estar cerca de su Creador.
El aferrarse al Creador y permanecer en con Él es lo que motiva al hombre
a buscarLo, y no es otro más que este anhelo lo que impulsó el que usted
adquiriera este documento. Pues bien, con el firme propósito de iniciar ese

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reencuentro es que cuando se tratan asuntos de Él, es preciso comenzar con un


rezo.
La pregunta que ahora debe levantarse es ¿cómo se reza? Se reza con un
corazón vivo, porque el rezo es colocar los sentimientos del corazón al desnudo y
frente a D-os. Se reza con la mente de un desmemoriado, porque el rezo coloca al
hombre más joven o al más viejo como si fuera la primera vez que está con su
Creador. Se reza con la ilusión de un niño, porque las palabras que brotan están
cargadas de esperanza. Ciertamente, también hay ocasiones en que se reza con
la impaciencia de aquel que corre peligro, porque algunas veces el combustible
del rezo es la desolación.
Y siempre que el alma humana reza tiene su respuesta y su recompensa,
de eso ningún hombre pude dudar.
Por ahora, con este nivel de explicación es suficiente.

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CAPÍTULO 1: Noaj.

Es menester introducirse al tema “Los hijos de Noaj, los B’nei Noaj, los
noájidas”. Y cuando se ha de estudiar un tema se deben buscar sus fuentes, y la
fuente de toda fuente es la Torá. Así que comencemos este estudio con un
versículo de la Torá:

“Estas son las generaciones de Noaj; Noaj fue un hombre recto, perfecto en
sus generaciones; con Elokim caminó Noaj” (Génesis 6:9).

Primeramente se debe enfatizar que no existen letras de más, ni mucho


menos palabras o frases de más en la Torá; y así como nada hay de más,
tampoco hay de menos, significando que la Torá está completa. Y si esto es
verdad, como lo es, entonces ¿qué otras generaciones pudieron vivir con Noaj si
no es su propia generación? Rashbi1 explica que, en acuerdo con Rabí Yochanan
(estudiante de Rabí Yehuda HaNasi, y primer generación Amora cuyas
enseñanzas formaron las bases del Talmud Yerushalmi), “en sus generaciones”
no habla de otra cosa que de la estatura de Noaj, la estatura espiritual que él tenía
en relación a la de lo demás hombres; en consecuencia, el nivel de rectitud de
Noaj no podía contarse entre los demás piadosos de sus generaciones. Y es plural
porque Noaj vivió en cuatro generaciones: i) la generación de Mesushelaj, ii) la
generación de Lernej, iii) su propia generación y iv) la generación después del
diluvio.

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Rashbi – rabino Shimon bar Iojai. Vivió en Galilea durante la época de la dominación romana y después de
la destrucción del segundo Templo. Se opuso al dominio romano y vivó oculto en la cueva de Peki’in.
Durante 13 años él y su hijo estuvieron ahí apartados del mundo y dedicados al estudio de los secretos del
judaísmo. A él se le atribuye la autoría del sagrado libro del Zohar (ZHR), y según este libro Rashbi muere
durante la Cuenta del Omer, 27 días después de Pesaj. Fue enterrado en el monte Merón y la cúpula y
construcción sobre su tumba (y la de su hijo) fue construida en el siglo XVI por el rabino Galanti, quien lo
hizo siguiendo los consejos del rabino Isaac Luria (el santo ARI).

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¿Qué se debe entender por estatura espiritual? La estatura espiritual es el


desarrollo, mantenimiento y fortalecimiento de la relación que una persona tiene
con D-os.
¿Por qué se hace tanto hincapié en las generaciones en las que vivió Noaj?
Porque todo en la creación tiene Su y su propósito. En el Noam Elimelej (conocido
también como Sefer Shel Tzadikim), Rabi Elimelej de Lizensk (1717 EC – 1787
EC) opina que cada generación tiene una mitzva2 específica que cumplir en
adición a todas las demás. Y la razón de que se hable de “generaciones” en la
Torá es porque se está haciendo hincapié en la mitzva a cumplir por esas cuatro
generaciones en las que vivió Noaj. Y porque la mitzva es exclusiva de esas
generaciones, no se podría haber hecho hincapié sobre “generaciones” en otras
generaciones; por ejemplo la de Abraham Avinu, la de Moshe Rabeinu o la de
Shmuel HaNavi.
Reish Lakish (Rabi Shimon ben Lakish, cuñado de Rabi Yochanan) también
concuerda con que “en sus generaciones” se refiere a la estatura de Noaj. Sin
embargo, objeta un argumento: si Noaj fue justo en medio de generaciones tan
bajas en la tierra, ¿hubiera sido contado como justo en otras generaciones en
donde la degradación humana no hubiera llegado tan bajo? Nótese que se tiene
un desacuerdo con Rabí Yohanan, y es necesario que el lector sepa que cuando
se presenta un desacuerdo entre Rabí Yohanan y Reish Lakish, la regla es seguir
a Rabí Yohanan. Es de sorprender que Rashi citara ambos comentarios; sin
embargo, Rashi apoya también la posición de no objetar la estatura de Noaj,
basándose para ello en el verso de la Tora: “con Elokim caminó Noaj”, sin olvidar
que también está escrito “…pues te he considerado justo ante Mi en esta
generación” (Bereshit 7:1). Esto, para muchos sabios, iguala en nivel de rectitud
de Noaj con el de Abraham Avinu.
Por la otra mano, la explicación que hace Ramban ante el verso de “entre
sus generaciones” es diferente; él no se inclina ni a favor de Rabi Yochanan ni a
favor de Reish Lakish, para el Ramban el que se diga “en sus generaciones”

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Mitzvá - mandamiento

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significa que Noaj, fue lo suficientemente recto como para merecer ser salvado del
Diluvio.
Entonces, la rectitud de Noaj no debe ser puesta bajo cuestionamientos
porque la humanidad dejó de llamarse “las generaciones de Adam” después del
Diluvio para ser llamadas “las generaciones de Noaj”.

Nota del autor:


Hasta ahora únicamente se ha profundizado en una frase del versículo:
“Estas son las generaciones de Noaj; Noaj fue un hombre recto, perfecto en
sus generaciones; con Elokim caminó Noaj” (Génesis 6:9). Es importante
enfatizar que el estudio es un proceso de aprendizaje y tiene un método. Se
toma la Torá, se lee un versículo y se comienza a desmenuzar dicho versículo
frase por frase, palabra por palabra para, finalmente, analizar letra por letra. De
esta manera, la realización misma del proceso asegura su aprendizaje.
Para entender cada versículo el estudioso se remite a las fuentes más
ortodoxas, más puras, evitando aquellas fuentes que no son consideradas
“adecuadas”. No explicaré más la manera en que se califica una fuente, pero
poco a poco el estudiante podrá determinar cuándo la fuente es kosher y cuándo
NO lo es.

Noaj fue un hombre que poseía una estatura espiritual superior a aquellos
de sus generaciones. Son diez las generaciones que pasaron sobre la tierra desde
Adam hasta Noaj, y es su familia la que se mantuvo firme y recta (comportándose
de manera correcta ante D-os) haciendose diferente, así, del comportamiento de
los demás hombres. Las generaciones fueron: ADAM->Shet ->Enosh -> Keynan
-> Mahalalel -> Yered ->Janoj -> Metushelaj -> Lernej -> NOAJ.
Cuando la Torá comienza a relatarnos la historia de alguno de los nombres
que se mencionan en ella, es porque de ese nombre [persona] se debe obtener
una enseñanza. Por tal motivo, es necesario entender a cabalidad la parasha
Noaj.

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El nombre es Noaj, y su significado es “descansar” proviene de Nujá


refiriéndose a un lugar de descanso. El nombre de una persona está íntimamente
ligado al propósito que dicha persona tiene en su vida, así, Lernej [padre de Noaj]
nombra así a su hijo teniendo la esperanza de que su intervención en el mundo
ayudaría a descansar el trabajo que el hombre realizaba, de hecho el Midrash
atribuye que el arado fue invento de Noaj. Esto lo aprendemos de la misma Torá
en Génesis 5:29: “llamó su nombre Noaj, diciendo: Este nos aliviará de
nuestras obras y del trabajo de nuestras manos a causa de la tierra que
Hashem maldijo”. ¿Por qué la maldijo? Por la corrupción que dominaba toda
carne sobre la tierra. En los últimos días del bisabuelo de Noaj, Metushelaj, los
hombres corrompieron la tierra y se envalentonaron colocándose contra El Eterno.
Robaban y se saqueaban el uno al otro, transgredieron y corrompieron todos los
caminos. En respuesta a su comportamiento D-os destruía la semilla que ellos
plantaban sobre la tierra; de tal manera que ésta no producía lo qué cosechar. El
hombre no se detenía en su maldad, la corrupción comenzó a abrazar toda la
tierra. Muchos eran culpables de idolatría, otros de un comportamiento sexual
promiscuo y los más continuaban con el robo, el atraco y la estafa.
Dice el Midrash (Bereshit) que de hecho cada generación aportó para
desbordad la maldad sobre la tierra:
 En los tiempos de Adam el mundo cayó por su pecado y la Shejiná se retiró
de la tierra al primer cielo.
 En tiempos de Shet los descendientes de Kain enojaron a Hashem.
 En los tiempos de Enosh se dio la primera profanación del Nombre de D-os
al propagar la idea de idolatrar a seres distintos a Él.
 En los tiempos de Keynan la generación que habitaba la tierra seguía
siendo corrupta.
 En los tiempos de Mahalalel la generación era pervertida.
 En los tiempos de Yered la humanidad permanecía corrupta.
 En los tiempos de Janoj éste intentó influir sobre sus contemporáneos para
que volvieran al camino de Hashem, pero falló.

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 En los tiempos de Matushelaj él mismo junto con su nieto Noaj salieron a


predicar el arrepentimiento, pero nadie en el mundo los escuchó.
 En los tiempos de Lernej se produjo una hambruna porque El Eterno
deseaba advertir al hombre que no toleraría más la expansión de la maldad
sobre la tierra, pero el hombre no rectificó.
 En los tiempos de Noaj los pecados eran idolatría, derramamiento de
sangre e inmaralidad, al grado que Hashem decide borrar toda carne sobre
la faz de la tierra.

Nuestros sabios explican que el mundo, en esa época, era parecido al


Jardín del Edén, la gente vivía muchos años, estaban llenos de fuerza y vigor y
éste les hacía permanecer inmaduros espiritualmente, y dejándose llevar por sus
propios deseos, eran más parecidos a un animal que a al hombre recto creado por
Hashem. Su materia maduraba haciéndolos más inflexibles. Para ellos la única
verdad era la verdad de la dimensión física, haciendo casi desaparece su
dimensión espiritual. Su degeneración era de tal magnitud que no había
esperanza para ellos de arrepentirse y retornar al buen camino. Es por ello que D-
os decide borrar toda esa carne de la faz de la tierra; pero no lo haría de
inmediato, permitiría que aquellos que permanecían en Su camino murieran para
que no presenciaran la destrucción que Él realizaría.
En esos días Lernej, hijo de Metushelaj y padre de Noaj, tenía 160 años y
Shet, el hijo de Adam 912 años, edad en la que murió. 20 años más tarde Lernej
se casa con Ashmua (hija de Elisha, hijo de Hanoj) quien da a luz a Noaj. Y Noaj
creció y siguió el camino hacia El Eterno que Metushelaj, su abuelo, le enseñó; así
es como inició su relación con Hashem llegando a ser perfecto y recto delante de
Él. Sin embargo, el Sefer Yashar indica que los demás hombres permanecían en
su corrupción y en el pecado contra D-os “Y cada hombre se hizo para sí un
elohim, y ellos robaron y saquearon cada hombre a su vecino, como también
a sus parientes, y ellos corrompieron la tierra y la tierra estaba llena de
violencia. 18 Y sus jueces y regidores [en el libro de Hanoj/Enoc, estos son

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llamados "Los Vigilantes."] y fueron a las hijas de los hombres y tomaron las
esposas de los sus esposos por la fuerza de acuerdo a su escogencia, y los
hijos de los hombres en esos días tomaron de las reses de la tierra, las
bestias del campo, y las aves del aire, y enseñaron la mezcla de animales de
una especie con la otra, para así provocar a D-os; y el Todopoderoso vio que
la tierra entera estaba corrompida, porque toda carne había corrompido sus
caminos sobre la tierra, todos los hombres y todos los animales” (Sefer
Yashar, 4:17-18).
Toda carne estaba corrompida, menos la de Noaj y su familia, y lo que los
salvó es que ellos se mantuvieron fieles a El Eterno. Noaj aprendió de Lernej, su
padre, quien aprendió de Matushalej, su padre, quien aprendió de Matushelaj, su
padre, quien aprendió de Hanoj su padre, quien aprendió de Yeored su padre,
quien aprendió de Mahalaleel su padre, quien aprendió de Keynan su padre, quien
aprendió de Enosh su padre, quien aprendió de Shet su padre, quien aprendió de
Adam, su padre.
Dice el Midrash (Bereshit) que Noaj nació circuncidado, que trajo alivio y
bienestar al mundo. Con su llegada la tierra volvió a producir cultivos perfectos, los
animales se sometieron nuevamente al dominio humano. Hashem había castigado
al hombre por sus pecados y los muertos no encontraban paz en sus tumbas, las
aguas de las profundidades las inundaban tanto por la mañana como por la noche;
con la llegada de Noaj hasta los cadáveres encontraron respiro.
La estatura espiritual [su relación con D-os] de Noaj también se manifiesta
en su fortaleza interna. Fue él el primer hombre que honró a sus padres y a sus
antepasados, proveyéndoles de lo que necesitaran. Permaneció firme sin seguir el
consejo de los malvados, pese a la permisividad a la perversión de su generación,
Noaj no desvió su camino de Su camino manteniéndose inmutable en su servicio a
D-os.
Hashem había entregado a Adam seis mitzvot, mismas que Noaj abrazó y
cumplió sin dudar. Noaj tenía que ser fuerte ante lo que vivía y ante lo que viviría;
¿de dónde obtenía Noaj esta fortaleza? La obtiene de la gracia que él mismo

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produjo ante D-os, y como resultado Él le otorgó la fuerza que requería. Él se la


otorgó como un regalo.
¿Qué se aprende de esto? Que D-os da al hombre para que éste pueda
cumplir Su voluntad. Algunos sabios como el rabí Yehuda Leib Alter (1847 EC –
1905 EC) 2º Rebe de Ger, hace notar que es más que claro que Hashem le otorga
a la humanidad el soporte que requiere; sin embargo, algunos requerirán de un
soporte constante como Noaj lo requirió, y para que la respuesta de Hashem sea
igualmente pronta en nuestro tiempo, quienes así requieren deben mantener su
gracia ante El Padre.
Ahora bien. Son 10 generaciones desde Adam hasta Noaj. Noaj vivió en la
“Edad de los Metales” (5000 AEC – A18 EC), justo en la “Edad del Bronce” (3000
AEC – 1500 AEC).

¿Cómo estaba el mundo en la “Edad de Bronce”?

• Se descubre la posibilidad de fundir y dar forma a los metales, con lo cual


nace la metalurgia.
• El bronce y el hierro contribuyen al mejoramiento de las armas y las
herramientas de trabajo, y por tanto comienzan a reemplazar a la piedra
como material de construcción.
• El mejoramiento de los instrumentos de trabajo trae consigo el progreso de
las técnicas de agricultura.
• El hombre de la Edad de los Metales empieza a dedicarse firmemente a la
minería.
• Se inventa la rueda.
• Aparece la ruta de los metales. Eran los caminos que el hombre abría en
busca de encontrar cobre y estaño para fabricar el bronce.
• Se inicia un gran intercambio comercial entre ciudades distantes, y este
hecho provoca que el hombre desarrolle la navegación.

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¿A qué se dedicaba el hombre? Principalmente a la guerra, al comercio,


agricultura, artesanía y al sacerdocio. Estamos hablando de la época de
Gilgamesh, de la ciudad de Uruk en la antigua Mesopotamia. En arameo era
conocida como Erech, nombre que se piensa es el ancestro del nombre Iraq. Una
derivación de Erech es Al-Iraq, el nombre árabe con que se llamaba a la región de
Babilonia. Es en esta zona el origen de la escritura, del primer trabajo
arquitectónico en piedra y, la primera ciudad en desarrollar el sello cilíndrico
utilizado para firmar documentos. El sello cilíndrico que usaba cada hombre era lo
que hoy es la firma personal; por tanto, los historiadores pueden decir que Uruk
fue la primera ciudad en donde se reconoce la importancia de un individuo dentro
de una comunidad.
La ciudad siempre estuvo habitada desde que se fundó hasta el año 300
E.C., cuando la gente comenzó a abandonar el área, y permaneció abandonada y
enterrada hasta 1853 E.C. año en que un explorador británico excava y la
encuentra. En esa época también estaba la ciudad de Ur, pero no fue tan
importante como Uruk.
La gente de esta zona rendía idolatría a Anu (un dios masculino) y a Inanna
(diosa femenina). A estos dioses les hacían templos y se consideraba que los
dioses “literalmente” habitaban en ellos. En Mesopotamia, también se practicaba
la idolatría, ellos decían que todo el mundo era el resultado de una guerra entre
dioses y las fuerzas del caos; y que la tierra estaba plagada de espíritus y
demonios. Diariamente hacían ritos a sus dioses, prestaban atención a ellos,
practicaban rituales específicos para los funerales y, además, cumplían con sus
deberes cívicos. Ellos suponían que de esa manera los dioses los favorecerían y
se mantendría el balance entre los dioses y las fuerzas del caos.
La Parasha Noaj termina con la torre de Babel, que según historiadores se
construye en la “edad del hierro” (1000 AEC – 500 AEC). En este contexto vivía
Noaj y su familia, rodeados de ansiedades por asuntos materiales e inundados del
egoísmo que hacía que todos y cada hombre sólo se preocupara por él mismo y
su propio beneficio, robaba, estafaba y engañaba a los demás para satisfacerse y

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demostrar que podía hacer lo que le viniera en gana porque era fuerte, y llegó a
pensar que todo lo que tenía era porque él podía obtenerlo; así, se alejó de toda
luz divina dando paso al caos y a la destrucción.
Los hijos de Noaj deben tomar esto muy en cuenta, porque el hecho es en
sí mismo una enseñanza.

¿Qué dice el sagrado Zohar? Nos dice que Noaj simboliza la sefirá de
Iesod y que el arca es una metáfora de la sefirá de Maljut. Explica que los pecados
de esas generaciones separaron a Maljut de Iesod, cuya fuente es la luz. Y
cualquier separación con la luz produce obscuridad, y dentro de esa obscuridad
emergen el caos y la destrucción.
En esta parasha, el Zohar nos dice que se encuentra la ayuda que se
requiere para unir a Maljut nuevamente con Iesod. ¿Cómo? A través del
cumplimiento del pacto.
En el sagrado libro del Zohar, rabí Chiya explica que “Noaj fue un hombre
justo” porque observó el pacto y por tal motivo su descendencia tuvo
descendencia. Y por esta razón es que está escrito en la Torá: “Estas son las
generaciones de Noaj, Noaj fue un hombre justo” porque su rectitud y su
continuidad sobre la tierra (su descendencia) están conectados.
¿Cómo sabemos que cumplir con el pacto es lo que hace a un hombre
justo? El Zohar nos dice que esto lo aprendemos de Iosef, quien al observar el
pacto del mundo no hizo caso a la esposa de su amo, y por ello se le llamó “justo”;
y también por ello está escrito “Tu pueblo también será de justos, ellos
heredarán la tierra por siempre”.
El pacto, el cimiento sobre el cual se establece el mundo es el tzadik. El
tzadik, quien como está escrito en el Zohar “extrae agua de lo alto, y se
sostiene de los dos lados y los une en sí”, refiriéndose a Iacob. (Zohar, Bereshit
1-VI,8).
Cuando Adam desobedece a El Eterno, el cielo y la tierra “estaban
desarraigados” (Zohar, Bereshit 1-VI,8), sólo se basaban en el pacto y si El

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Eterno no hubiera previsto que un día Israel estuviera ante el Monte Sinaí, no
hubiera permanecido la tierra. Luego entonces, el cumplimiento del pacto es lo
que hace al hombre justo.
¿Qué hizo de Noaj un hombre recto? Que dentro de su psique podía saber
que sólo había UN D-os, y su fe en Él hizo que se mantuviera bajo Su voluntad sin
hacer uso de “las hojas del árbol”; es decir, sin dejarse caer en su propia
naturaleza, más bien su temor hacia Hashem hizo que dominara su naturaleza, se
colocara por encima de ella y siguiera los caminos de D-os.
El amor de El Eterno es tan grande, que, a pesar de las abominaciones
realizadas por el hombre, instruyó a Matushelaj y a Noaj a que salieran a hablar
con los hombres y los convencieran de que regresaran al buen comportamiento,
les dio 120 años para ello. De lograr que el hombre dejara de pecar y retornara a
Su camino, Él no destruiría toda carne sobre la faz de la tierra. Y está escrito que
“Noaj y Metushelaj hablaron todas estas palabras de D-os a los hijos de los
hombres, día tras día, constantemente hablando a ellos. Pero los hijos de los
hombres no querían escucharles, ni inclinar sus oídos a sus palabras,…
ellos eran de dura cerviz” (Sefer Yashar, 5:9-11).
Y en esos días Noaj no deseaba tener hijos, tenía presente que El Eterno
destruiría al mundo; sin embargo, fue Él quien le dijo a Noaj que tuviera
descendencia pues había visto en él la rectitud en esa generación. Y así fue que
Noaj toma como esposa a Naamah, hija de Hanoj. Ella tenía 580 años y Noaj 498.
Y sus hijos fueron Yefet, Shem y Ham.
Cuando la edad de Noaj era de 600 años vino el diluvio, Matushelaj ya
había muerto a la edad de 960 años. Siguiendo el consejo de El Eterno, Noaj tomó
a las hijas de Eliakim, hijo de Metushelaj, por esposas para sus hijos, y junto con
ellas, sus hijos y su esposa subió al arca.
Ahora bien, antes que se produjera el diluvio no se encuentra registro
alguno de que Noaj llorara y suplicara a El Eterno piedad por sus semejantes y por
los animales. Noaj se concentró en seguir Sus mandatos, pero no protestó ni

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clamó piedad por los otros hombres. Podría suponerse que el temor paralizó su
lado derecho y se restringió a cumplir Sus órdenes…

“Después del diluvio, Nóaj encontró un mundo desolado y vacío


y rompió en llanto:
-¡Creador Misericordioso! ¿Cómo es posible que hayas hecho
esto con tu creación?
Di-s respondió: -¿¡ahora lloras!? ¿¡Ahora te quejas!? ¡Tonto
pastor! ¿Dónde estaban tus lágrimas cuando te hablé por
primera vez? ¡Si hubieras protestado entonces, podrías haber
salvado el mundo!”
(Freeman, Tzzi. 1997. Trayendo el cielo a la tierra.).

De esto se debe aprender que una corrección para todo Bnei Noaj es la de
preocuparse por el otro al grado de pedir a El Eterno piedad hacia él.

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CAPÍTULO 2: El Arca.
La Torá nos dice que Hashem dijo a Noaj cómo hacer el arca. Lo instruyó
minuciosamente en medidas, tipo de madera, sellado, aspecto, forma, estructura,
modo de iluminación, absolutamente todas las instrucciones Él se las dio. También
le dijo quién debía entrar al arca, él, su esposa, sus hijos y las esposas de sus
hijos. Una pareja de todas las bestias que no son puras, y siete de las que sí lo
son.

Desde el momento de su construcción hasta que terminó el diluvio gran


cantidad de milagros pasaron, por ejemplo, las bestias llegaban solas, Noaj no
tenía que ir a por ellas. Todos los animales cupieron, sabiendo que un arca con
esas medidas no daría cabida a todos los animales existentes sobre la tierra. Se
produjo comida suficiente para alimentar a hombres y bestias.

Para la elaboración del arca Noaj tuvo que aprender muchos secretos que
el mismo Hashem le develó, sobre cómo hacer que la madera creciera en la
medida exacta que Él había ordenado; qué árbol debía plantar y cuánto tardaba
éste en crecer, en qué época debía plantar. Y cada enseñanza conllevaba el
hecho de que Noaj, en persona, debía cumplir con ella porque el arca, en sí
misma, poseía un grado de santidad.

La elaboración del arca por las manos de Noaj, nos dice el Midrash (Noaj),
era un proceso de purificación en sí mismo. Todos los hombres de esa generación
se burlaban de Noaj, pues cuando él les decía que la estaba construyendo por
mandato de D-os porque les castigaría por su mal comportamiento, ellos se reían
y le decían “nosotros somos gigantes, somos amos del universo… familiarizados
con los ángeles del fuego, del agua y de toda la creación. Sabemos de
hechicería”. Esas burlas en lugar de hacer dudar o flaquear a Noaj, le dieron
mayor firmeza a su fe en Hashem elevando cada vez más su estatura espiritual.

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¿Qué se aprende de esto? Noaj cerró su boca, no respondió a la burla y se


mantuvo trabajando en el mandato que D-os le había dado. Noaj restringió su
orgullo colocando por encima de él la voluntad de Hashem, se anuló a sí mismo
para poder construir el arca. De aquí se aprende que sólo despojándose del “yo”
es que el ser humano puede recibir las cuestiones de la santidad.

Sin embargo, no debe pensarse que este trabajo lo hace el hombre por sí
mismo, nada puede hacer el hombre por sí mismo porque todo requiere de la
providencia Divina para ser. Por tanto, en esta tarea de construir el arca también
había una intención suprema, limpiar y purificar a Noaj de todo aspecto indeseable
haciéndolo, de esta manera, un recipiente para la santidad.

Con la llegada del diluvio Hashem le dice a Noaj que entre a la teivá, al
arca. Ante esto el Baal Shem Tov correlaciona la palabra Teivá con Torá y
plegaria. Entrar a la teivá es pues entrar a la Torá y a la plegaria porque, dice el
Baal Shem Tov, sólo envuelto en ellas puedes estar confiado en la inundación. Por
tanto, el arca es una construcción hecha con la plegaria y la Torá que,
basándonos en las enseñanzas de la parasha, permitió preservar la simiente
humana. Entrar al arca es, pues, la culminación de un trabajo duro.

Las instrucciones incluían el sellado del arca por dentro y por fuera con
brea. Kofer es la palabra hebrea para sellar, y también puede significar expiación
(Kaparah), Los sabios de Israel nos enseñan que el estudio de la Torá, la plegaria
y las buenas acciones limpian a la persona de todo daño causado por pecar. Así,
Hashem enseña a la humanidad, a través de Noaj que: “cuando el hombre está
en una necesidad de expiación, debe sellarse, él mismo. El sello en su
interior es con el estudio de la Torá, y en su exterior es con la realización de
buenas acciones”3.

3
Enseñanzas jasídicas de la parasha Noaj. Recuperable en:
http://www.chabad.org/parshah/article_cdo/aid/757297/jewish/Chassidic-Insights.htm

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El arca debía construirse con madera de Ciprés, madera dura, asociada con
la severidad (guevurá). Esa madera se encargaría de dar seguridad y mantener la
estructura; tal como una madre mantiene la estructura del hogar (biná). La brea
con la que sellarían les daría la posibilidad de que la estructura no se viniera
abajo; el propósito de ponerle brea era hacer que el arca diera verdadero cobijo y
protección (como un padre se lo otorga a su familia-jesed). Entre madera y
madera se colocaría la brea (jesed) y eso haría más flexible y duradera la
estructura del arca. De aquí también se aprende que es con bondad (jesed) la
dulcificación que se le debe dar a la severidad.

El arca debía medir 300 codos. Los sabios de Israel dicen que esto alude a
las tres manifestaciones de la esencia del ser humano: el pensamiento, el habla y
su actuar. Cuando el hombre se adentra al estudio de la Torá sus pensamientos
comienzan a girar en torno a lo que estudia desprendiéndose de todo pensamiento
sobre sí mismo se entrega al escrutinio de los versos de la Torá, rectificando de
esta forma sus discernimientos. A través de la oración, de pronunciar las palabras
que la construyen, al pronunciar los versos de la Torá y al decir las bendiciones, lo
que hace es colocar sobre sus labios un léxico adecuado, corrigiendo por sí
mismo sus palabras. Y cuando comienza a actuar conforme a las palabras de la
Torá, palabras que ha estudiado, que ha pronunciado y que pone en acción, lo
que hace es reparar su propio comportamiento dirigiéndolo hacia el
comportamiento que El Eterno pide.

Ahora bien, esta arca debía tener tres niveles. Shelishim es el nivel
superior, Shenim el de en medio y tahtiyim el inverior. El superior era para los
seres humanos, en la parte media estarían los animales y en la parte inferior todos
los demás materiales. Rashi lo comenta así:
‫למדור ]למדור אמצעים לאדם עליונים זו גב על זו עליות ג׳ ושלישים שנים תחתים‬

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‫לזבל תחתים [בהמה‬, “Inferior, segundo y tercero [pisos]: tres [pisos], uno
encima del otro; el superior [el piso era] para los seres humanos, el de en medio
para que habiten los animales, el inferior [piso] para desperdicios.4”

Los sabios corresponden estos niveles con los niveles del alma humana. El
alma humana tiene un nivel muy elemental, que le da vitalidad al cuerpo y que se
conoce con el nombre de nefesh. Después de este nivel, existen dos niveles más
elevados, uno es Jaia y el otro es Iejida. Jaia es como un tipo de inspiración que
llega al hombre para iluminarlo e inmediatamente se va. Es como un dulce
recuerdo que llena de fuerza y motivación para volver a vivir el gozo
experimentado. Iejida es una sensación de total plenitud en donde todo toma su
justo valor y lo único que verdaderamente importa es apegarse a Hashem. Así,
cuando el alma desciende a este mundo y experimenta sus dificultades, siempre
tiene la oportunidad de “introducirse al arca”; significando al estudio de la Torá y a
la oración. Ésta “arca” evitará que el alma se ahogue en las “aguas de este
mundo”, y no sólo impedirá la desolación del alma; sino que la ayudará a elevarse
por sobre sus aflicciones en todos y cada uno de sus niveles.

El arca será el lugar de resguardo para Noaj, su familia y las bestias


durante el tiempo que durara el diluvio y se restaurara la tierra seca. Podrá gozar
de la luz del día; pero… ¿qué sucede cuando llega la obscuridad de la noche?
4
Attia, E. (2015). La edición de la Masora Asquenazí medieval y la Masora Figurativa: Apuntes
sobre las funciones de la micrografía en manuscritos hebreos. Sefarad, 75(1), 7-33.

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Para alumbrar en la obscuridad es que El Eterno le instruyó a Noaj colocar una


piedra luminosa para que ésta fuera una fuente de luz y trajera luz aunque en la
noche, en el exterior, no se perciba la presencia de la luz.

Lo que Hashem le instruyó con esto es mantener viva la consciencia de la


providencia divina. Saber que El Eterno está involucrado en todos y cada uno de
los aspectos del mundo, y que Su providencia jamás se detiene, por más
obscuridad que aparezca. Y Hashem le indica, paso a paso la manera en que
colocará la piedra luminosa (la consciencia de la providencia divina). Primero, ha
de romper el techo para crear una traga luz. Primero, has de romper la severidad y
dureza que se presenta sabiendo que todo es por providencia divina y, por ende,
todo es para bien; porque de Él y Su providencia ningún mal puede resultar.

La capacidad de romper con lo que se presenta ante el hombre se


encuentra en el alma humana misma. En ella, en el nivel de nefesh se
entremezclan la vitalidad (nefesh), la capacidad de colocar la fe y confianza en
Hashem por encima de la naturaleza tanto interna como externa (ruaj), y la
capacidad de enraizar nuestras acciones, palabras y pensamientos en la voluntad
de Hashem (neshama).

Por tanto, una vez que el hombre sea capaz de ejercitar su ruaj colocarse
por encima de la naturaleza confiado en la providencia divina, podrá develar la luz
escondida en la obscuridad y enraizarse en esa luz. Primero ha de romper la
“fachada” que la naturaleza le presenta utilizando para ello su fe y confianza en El
Eterno. Después, ha de utilizar esa misma “fachada” que se le presenta para
revelar la divinidad que esconde utilizando para ello las enseñanzas de la Torá.

Ciertamente Hashem pudo permitir que los hijos de Noaj le ayudaran a


construir el arca, pero no fue así. El que la construyera sin ayuda lo obligó a
fortalecer el compromiso establecido con El Eterno; pues al terminar Noaj con la
construcción del arca, podría entonces entrar en ella y cumplirse el versículo: “Y
Yo estableceré mi pacto contigo y tú entrarás al arca”. Esta es una enseñanza vital

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para la humanidad, El Eterno le dice a Noaj que confíe en Él; que siga Sus
instrucciones; que haga tal cual Él lo manda y, entonces, Él lo protegerá. No debe
importar lo que la naturaleza presente, las catástrofes y devastación que se
presencie; pues estando firmes en Su camino Él proveerá. Sin embargo, la
enseñanza es integral, pues muestra el trabajo y pesada labor que tuvo que hacer
Noaj para alcanzar el pacto. Por tanto, el hombre debe aprender que ha de
esforzarse y trabajar duro, solo entonces podrá entrar al arca.

El arca de Noaj fue el instrumento que se necesitaba para que existiera un


algo que guardara y preservara la simiente de todas las especies. El arca es, nos
dice el sagrado Zohar, el Arca del Pacto, como está escrito “Y Yo estableceré mi
pacto contigo”. Explica el Zohar que antes de haberse establecido el pacto entre
Noaj y El Eterno, Noaj no pudo entrar al arca, por eso dice: “Y Yo estableceré mi
pacto contigo y tú entrarás al arca”. Y desde que se creó el mundo, el hombre
adecuado para estar en unión con el arca y entrar a ella fue Noaj.

Cuando Noaj entra al arca, entra a todo un embrión en cuyo interior se


encontraba toda la vida existente en ese momento sobre la tierra. Después salió
de ese embrión con la tarea de multiplicarse, de tal suerte que fue del arca de
donde salieron todas las generaciones futuras.

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CAPÍTULO 3: El diluvio.

Noaj nació circuncidado, sabía su nombre, fue instruido en Sus caminos, se


esforzó, trabajó y construyó el arca. En Torá Or, el Alter Rebe señala que el diluvio
fue un acto de purificación, había que purificar al mundo que había sido
impurificado. Las aguas de purificación son llamadas en el Midrash naijá derujá,
que en español es satisfacción del espíritu. Esto debe ser entendido con claridad.

¿Cómo puede haber satisfacción ante tanta destrucción? Aquí es necesario


poner en práctica la enseñanza del arca. Pese a que la realidad, la naturaleza
estampe en nuestra percepción la peor de las caras, cada acto, cada situación
tiene un fin último, ser capaces de gozar con El Eterno un placer perfecto; y para
ello el hombre requiere refinarse y corregir la parte de este mundo que le toca
corregir. Por tanto, la satisfacción se refiere a la pureza que volvió al mundo
después del diluvio; porque es sabido que la intención del diluvio no era castigar;
la intención real fue limpiar para hacer del mundo y sus habitantes un verdadero
recipiente para la santidad.

Por tanto, la purificación vendrá y eso significa que la aflicción se hará


presente. Las aguas del diluvio son justamente el medio, a través del cual, se
produce la purificación. Y dicen los sabios que el diluvio puede dividirse en dos:
Las "aguas malvadas"11 del Diluvio pueden dividirse en dos: 1) Tehóm rabá ("el
gran abismo"), y 2) Aruvót hashamáim ("los ventanales del Cielo"). Las primeras
aguas corresponden a las ansiedades y aflicciones del hombre por encontrar y
ganar su sustento en este mundo material. Las segundas hablan de lo mismo,
pero en el mundo espiritual. Y la única forma de salvarse de una u otra es
entrando al arca.

Ahora bien, nos dice el Midrash que siete días antes del inicio del diluvio El
Eterno cambió las leyes de la naturaleza y el mundo se transformó, de ser un lugar

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donde la maldad y corrupción se esparcía, la percepción del mundo para el


hombre se modificó, ahora parecía un lugar placentero, pacífico, seguro. La
intención era que los seres humanos notaran la diferencia y retornaran a Su
camino. Por su parte, esos siete días Noaj los utilizó para tomar a los animales
puros al arca. Esta acción corresponde a llenarse de intenciones adecuadas para
poder introducirse al arca.

El día 17 de Jeshvan de 1656 comenzó el diluvio. Gotas tranquilas,


normales, no inició con una tormenta, inició de forma calmada. Hashem seguía
dando la oportunidad al hombre, pero éste no recapacitó.

Dice el Midrash que Noaj al principio pensó que Hashem tendría


misericordia y no produciría el diluvio, y sólo hasta que el agua le llegó a los
tobillos es que entró al arca. También relata que las gotas eran tan calientes que
la piel se pelaba al tener contacto con ella; y que además también caían gotas de
fuego. Que se abrieron las ventanas del cielo así como los pozos y fuentes
existentes en el interior de la tierra, de éstas emanaba agua hirviendo. Y subraya
que la altura que alcanzaron las aguas del diluvio, era de 7.5 metros por encima
de los picos más altos existentes en la tierra.

Los gigantes que vivían en esa generación se habían burlado cuando Noaj
les habló del diluvio, dijeron que ellos eran tan altos que ninguna inundación
podría ahogarlos. Así fue que Hashem les demostró su verdadera estatura. Esa
generación también dijo que eran tan fuertes que si se abrían las fuentes de la
tierra ellos, con sus propios pies, las cerrarían. Las aguas estaban hirviendo,
Hashem les demostró el poder que tenía su fuerza.

Toda carne sobre la tierra desapareció, pero los peces, que no habían
pecado como todos los demás animales, ellos prevalecieron.

Poco a poco el arca comenzó a flotar sobre las aguas hasta que el violento
movimiento de las aguas azotó también a todos los que estaban en su interior. La

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agitación de las aguas era enorme, nos dice el Midrash que se mezclaban las
aguas del cielo (las aguas superiores) con las aguas de la tierra (las aguas
inferiores) produciéndose en esta unión una agitación tal, que la desesperación y
ansiedad se hicieron presentes en toda criatura viviente.

Dice el Midrash que Shem, hijo de Noaj, contó a Eliezer, sirviente de


Abraham, lo que sucedía en el arca en aquellos días. Habló de que los animales,
todos comenzaron a emitir sus ruidos particulares “… el león rugía, el asno
rebuznaba, el lobo aullaba…” expresando su temor y lamentándose de la
situación.

Noaj y su familia también derramaron lágrimas. El Midrash narra otra


enseñanza que deja Noaj, dice que ante la desesperación él comenzó a clamar a
El Eterno para que los ayudara de la situación, le suplicó porque no tenían (ni él ni
su familia) fuerza para soportar “…este mal que nos ha abarcado, porque las olas
de las aguas nos han rodeado, torrentes maliciosos nos han aterrorizado, las
trampas de la muerte han venido sobre nosotros; respóndenos,… alumbra Tu
semblante hacia nosotros, y sé misericordioso hacia nosotros , redímenos y
libéranos” (Midrash, Noaj 31). Y tal como dice el salmo (107) clamaron a El Eterno
y de sus desgracias Él los libró. Él mandó un viento sobre la tierra y las aguas se
aquietaron.

La duración de las aguas del diluvio fue de un año. Desde el 27 de kislev


hasta el 1º de sivan el agua permaneció a la misma altura, nos dice el Midrash que
en aquel periodo todos los malvados fueron destruidos. A partir del 1º de sivan las
aguas comenzaron a bajar. Para el 10 de ab las cimas de las montañas
comenzaron a asomarse. Fue hasta el 1º de Tishri que las aguas abandonaron la
tierra. Sin embargo, todo era tan fangoso que fue hasta el 27 de hashvan que la
tierra estaba seca.

Noaj y su familia podían abandonar el arca, pero lo hicieron hasta que El


Eterno se los ordenó.

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CAPÍTULO 4: Sal del arca.


El sagrado Zohar nos dice que Rabí Shimón, padre de Rabí Eleazar dijo
que El Eterno deseaba poblar nuevamente la tierra mediante Noaj, una vez que
éste saliera del arca.

Cuando Noaj sale del arca ve la tierra devastada, como desierto, totalmente
árida. Entonces llora. Dice el Midrash que dijo a D-os “debiste haber tenido
compasión por Tus criaturas”. Hashem le dice entonces “¿Te parece éste el
momento oportuno para decir eso?... Te anuncié que destruiría la raza humana
para que tú ruegues por misericordia. Pero cuanto te enteraste que tú te salvarías,
no suplicaste por los demás ¿cómo te atreves abrir la boca delante de Mí ahora?”.

La lección que Hashem nos entrega a través de Noaj es tan clara que no
amerita explicación.

Noaj se da cuenta que se había equivocado y entonces prepara una


ofrenda a Hashem. Ofrece cuatro sacrificios justo en el lugar en donde estaría el
Beit Hamikdash.

‫עלת ויעל הטהר העוף ומכל הטהורה הבהמה מכל ויקח ליהוה מזבח נח ויבן‬

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‫ במזבח‬, “Entonces Noanj construyó un altar a El Eterno, y tomó de cada animal puro
y de cada ave pura, y ofreció ofrendas ígneas sobre el altar” (Génesis 8:20).
La imagen es un hombre (Noaj) haciendo una ofrenda en el altar. El
comentario de Ibn Ezra dice que el altar fue levantado en el monte Ararat. El
Midrash señala que fue donde se estableció más tarde el Templo en Jerusalem.
Sin embargo, todos señalan que este hecho complació a Hashem, levantar un
altar y hacer una ofrenda para Él.

Noaj oró mientras ofrecía los sacrificios suplicando que nunca más se
enviara otro diluvio, la lección enseñada había sido aprendida. En respuesta a su
súplica Hashem accedió a no volver a enviar otro diluvio sobre la tierra. Entonces,
Hashem les entregó las mismas reglas que había entregado a Adam y les ordenó
“fructificad, multiplicaos y colmad la tierra” (Génesis 9:1).

¿Se debería entender “sal del arca” como “sal de la Torá y de la plegaria?
No, en lo absoluto. Se debe entender que tomes la Torá y la plegaria y, con forme
a ellas actúes, salgas al mundo físico y actúes en él. Al entrar al arca Noaj
adquiere un nivel espiritual que debe mantener al salir de ella, al enfrentarse al
mundo físico, ese es el verdadero trabajo: influenciar al mundo exterior.

Después de ordenarles repoblar la tierra, Hashem les entrega a todas las


bestias, aves, animales rastreros y peces. Y les da permiso de usarlos como
alimento. También les entrega a los vegetales: “… os he entregado todo” (Génesis
9, 2:3). Y más adelante la Torá estipula que El Eterno pedirá cuentas de cada vida
humana.

Nada sencillo lo que Él le entrega a Noaj, hacerse cargo de toda vida sobre
la tierra, preservarlos tal como lo hiciera dentro del arca. El Midrash dice que Rabí
Levi y Rabí Abba hablaban sobre el tema de cuidar de los animales, subrayan que
para alimentarlos y mantenerlos sanos Noaj y su familia tuvieron, muchas veces,
que hacer a un lado sus propias necesidades y trabajar en la protección de las

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especies. Rabí Abba apunta que incluso tuvieron que poner en riesgo su propia
vida.

Las lecciones que Noaj vive son lecciones para toda la humanidad. Una vez
que el ser humano entra a su propia arca debe salir de ella como un hombre
nuevo, totalmente purificado. Al enfrentarse al mundo lo primero, antes que
cualquier cosa es agradecer a El Eterno el permitir haber llegado a ese momento
(Noaj hace el altar y ofrece su ofrenda). Posteriormente se deben retomar las
reglas (viejas y nuevas) que rigen en el mundo. Las reglas que fueron entregadas
por Hashem al primer hombre, Adam, y que fueron establecidas para siempre; y
las que les entrega en ese momento, al salir del arca. Además, será necesario
tener siempre presente lo aprendido en los momentos de estudio de la Torá, y en
los momentos de oración. Por tanto, cuando el hombre está dispuesto a actuar en
el mundo no puede argumentar a favor de su mala conducta; porque le fue
entregado lo necesario para ir por el camino correcto.

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CAPÍTULO 5: El arcoíris, la señal del pacto.

Hashem le muestra el arcoíris en el cielo a Noaj y le dice que éste es la


señal del pacto. Dice el Midrash que el arcoíris ya había sido designado para este
fin desde las vísperas del shabat durante los seis días de la creación.

El arcoíris es un arco al revés, y lo que viene a recordarnos cada vez que


aparece en el cielo es que, de no ser por el pacto entre Hashem y Noaj, ya
hubiéramos sido juzgados de la misma manera en que lo fue la generación de
Noaj. Por tanto, la reflexión que todo esto deja es que al aparecer el arcoíris en el
cielo el hombre debe recapacitar y retomar el camino correcto, aquel que aprendió
estudiando y orando, aquel que tomó justo en el arca y con el cual salió de ella.

Algunos, cuando ven el arcoíris, recuerdan el pacto, reflexionan y vuelven


su camino hacia El Eterno.

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CAPÍTULO 6: Las siete leyes.

1. Prohibición de la idolatría.
Saber que existe un solo D-os, Infinito y Supremo sobre todas las cosas. No
remplazar al Ser Supremo por ídolos limitados, ya sean de otros seres, o tú
mismo. Incluidos en este mandamiento se encuentran hacer plegaria sólo a
D-os, el estudio de la Torá y la meditación en ella.
Rendir culto a cualquier imagen, idea u objeto va en contra de la voluntad
de D-os.
La idolatría se remonta a los tiempos de Enoj, hijo de Adam. El
manufacturar ídolos y rendirles culto es abominable ante Hashem. Las
prácticas que el hombre llegó a desarrollar para mantener contentos a sus
dioses van desde el derramamiento de sangre hasta el sacrificio humano.
Está prohibido hacer ritos a cualquier cosa creada, creer que ésta tiene
poder independiente o bien que puede ser un mediador entre El Eterno y
los demás seres humanos.
http://www.statemaster.com/encyclopedia/Idolatry
http://www.statemaster.com/encyclopedia/Religion
http://www.statemaster.com/encyclopedia/Mishneh-Torah
http://search.statemaster.com/cgi-bin/search.cgi?
query=sheva+mitzvot+bnei+noach&submit=+Search+%C2%BB+

2. Prohibido blasfemar.
Respetar al Creador. Por más frustrado o enojado que pudieses estar,
jamás expreses tales sentimientos maldiciendo al Creador. Incluido en este
mandamiento está cumplir con la voluntad de D-os.

3. Prohibido matar.

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No cometer asesinato. Cada ser humano, al igual que Adam (Adán) y Javá
(Eva), constituyen un mundo entero. Salvar una vida es salvar un mundo
entero. Destruir una vida es destruir un mundo. Ayudar a otros a vivir es un
corolario de este principio. Incluido en este mandamiento está el amor al
prójimo.

4. Prohibido llevar una vida promiscua.


Respetar la institución del matrimonio. El matrimonio es un acto divino. La
unión de un hombre y una mujer es el reflejo de la unidad de D-os y Su
creación. La deshonestidad en el matrimonio es una violación de esa
Unidad. Incluido en este mandamiento está mantener un correcto
comportamiento en la vida sexual.

5. Prohibido robar.
No robar. Condúcete honestamente en todas tus transacciones. Confiando
en D-os y no en nuestra auto indulgencia, expresamos nuestra fe en Él
como Proveedor de la Vida. Incluido en este mandamiento está el
mantenimiento de la fe.

6. Prohibido ser cruel con los animales.


Respetar a las criaturas de D-os. En los albores de la creación el hombre
era el jardinero del Jardín del Edén, "para trabajarlo y protegerlo". Al
principio, el hombre tenía prohibido causar daño a los animales. Después
del gran diluvio, se le permitió consumir carne, pero con una advertencia:
No causar sufrimiento innecesario a animal alguno.

7. Se ordena tener leyes justas.


Mantener la justicia. La justicia es asunto de D-os, pero a nosotros se nos
ha encomendado instituir las leyes necesarias y hacerlas respetar siempre

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que podamos. Cuando corregimos los errores de la sociedad, actuamos


como socios en el acto de sustentar la creación.

Por: Tzvi Freeman

Estas Siete Leyes Universales tienen que ver con idolatría, blasfemia,
asesinato, robo, relaciones sexuales, comer la carne de un animal vivo y el
establecimiento de cortes de justicia.
Todas las Siete Leyes Universales son prohibiciones. No hay que
sorprenderse: los mandamientos negativos (o prohibitivos) son de un orden
superior a los positivos; y, su cumplimiento, conlleva una mayor recompensa.
Hombres y mujeres son iguales en su responsabilidad por observar los
Siete Mandamientos. Sin embargo, es materia de disputa la edad a partir de la
cual un individuo es responsable por sus acciones bajo estas leyes. Una opinión
sostiene que depende del desarrollo mental del individuo. Conforme a esta
opinión, tan pronto como un muchacho ha alcanzado la madurez que le permite
entender el significado e importancia de las Siete Leyes Universales, está en la
obligación de cumplir con la ley en su plenitud. La otra opinión sostiene que un
muchacho alcanza la edad de responsabilidad legal a los trece años (doce años
en caso de las mujeres).

Los hijos de Noaj están permanentemente advertidos en lo concerniente a


las Siete Leyes Universales. Esto quiere decir que no es defensa válida la
ignorancia de la ley. Uno no puede afirmar, por ejemplo, que no sabía que la
idolatría estaba prohibida por una de las siete leyes. Ni puede tampoco afirmar
que no sabía que inclinarse ante un ídolo constituía idolatría.

Cuando uno de los hijos de Noaj resuelve cumplir a cabalidad los Siete
Mandamientos Universales, su alma se eleva. Esta persona se constituye en uno

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de los Jasidei Umot ha-Olam, Justos entre las Naciones, y recibe un lugar en el
Mundo Eterno. Las Santas Escrituras llaman a aquel que acepta el yugo del
cumplimiento (cabal) de las Siete Leyes Universales un guer toshav, un Prosélito
de la Puerta. Esta persona tiene permitido vivir en la Tierra de Israel y entrar al
Santo Templo en Jerusalén y ofrecer sacrificios al D-os de Israel.

A pesar de que los hijos de Noaj tienen como obligación sólo el


cumplimiento de las Siete Leyes Universales, les está permitido observar
cualquiera de los 613 Mandamientos de la Torá con el propósito de recibir
recompensa divina. Las excepciones a esto son:

1. Observar el Shabat a la manera de los judíos (descansando de las


acciones que fueron necesarias para la construcción del Tabernáculo
durante el Éxodo de Egipto).

2. Observar las festividades Judías a la manera de los Judíos


(descansando de forma similar al Shabat).

3. Estudiar aquellas partes de la Torá que no se aplican al servicio noájida


para con D-os.

4. Escribir un rollo de Torá (los Cinco Libros de Moisés) o recibir una aliyá
a la Torá (i.e., leer una porción de la Torá en una reunión pública).

5. Hacer, escribir o vestir tefilín, las filacterias que se usan durante el


rezo (judío) y que contienen porciones de la Torá.

6. Escribir una mezuzá, un pergamino particular que contiene porciones


de la Torá.

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Es el propósito primario de las Siete Leyes Universales el enseñar a los


hijos de Noaj acerca de la Unicidad de D-os y, por tanto, les es permisible el
estudio de aquellas partes de la Torá que corresponden a este conocimiento. Esto
incluye los veinticuatro libros de las Escrituras Hebreas; y, del mismo modo, el
estudio de cualquier parte de la Torá que conlleve un mayor conocimiento en lo
concerniente al cumplimiento de los Siete Mandamientos por parte del noájida, es
permisible. Pero el estudio Talmúdico o Halájico de las materias que corresponden
exclusivamente al servicio judío hacia D-os, está prohibido. El noájida que estudia
porciones de la Torá que no le corresponden, daña su alma.
La observancia de las Siete Leyes noájidas es un yugo de fe para con D-os;
es decir, deben ser observadas exclusivamente porque D-os las ordenó. Si un hijo
de Noaj observa estas Siete Leyes Universales por otra razón que no sea cumplir
con el deseo de D-os, dicho cumplimiento es inválido y por tanto no le
corresponde recompensa divina alguna. Esto quiere decir que si un hijo de Noaj
dice, "Estas leyes se presentan como sensibles y benéficas, por tanto las
observaré", sus acciones no concretan nada y no recibirá recompensa.
Cuando un hijo de Noaj se embarca en el estudio de las Siete Leyes
Universales, es capaz de alcanzar un nivel espiritual superior al del Sumo
Sacerdote de los judíos, quien es el único que tiene la santidad para entrar al
Lugar Santísimo en el Templo de Jerusalén.
Si un noájida desea aceptar la responsabilidad completa de la Torá y de los
613 Mandamientos, puede optar por la conversión y (entonces) ser judío en cada
aspecto. A aquel que opta por esta ruta se le conoce como un guer tzedek, un
prosélito justo.

Es un principio del judaísmo, sin embargo, no buscar conversos; y todo


individuo que solicita la conversión es generalmente desmotivado. En caso de que
la persona persista en su deseo de conversión, deberá tomar consejo
exclusivamente de un rabino (o erudito) ortodoxo porque si la conversión es
realizada por fuera de los parámetros de la Halajá (Ley de la Torá), no es para

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nada una conversión válida. Asimismo, una conversión supervisada y concedida


por rabinos quienes, por su cuenta, no siguen las leyes de la Torá, es nula y
vacua: no es reconocida en los cielos ni por ningún judío temeroso de D-os.
Es erróneo pensar que, puesto que los hijos de Israel tienen 613
Mandamientos y los hijos de Noaj tienen Siete Mandamientos, el rango de valor
espiritual es proporcionalmente de 613 a 7. La verdad es que las Siete Leyes
Universales son mandamientos generales, cada una conteniendo muchas partes y
detalles, mientras que los 613 Mandamientos de la Torá son específicos, cada uno
en relación con uno de los detalles básicos de la Ley Divina. Por tanto, la
disparidad numérica de ninguna manera refleja el valor espiritual relativo de los
dos sistemas de mandamientos. La diferencia primaria en el servicio del Israelita y
del noájida es que el noájida mira la existencia de la existencia, es decir, mejora el
mundo; mientras que el Israelita mira la no-existencia de la existencia, es decir
revela la Divinidad al mundo. Por supuesto, mejorando al mundo se revela
Divinidad y revelando Divinidad automáticamente se mejora al mundo.
Junto a las Siete Leyes Universales, los hijos de Noaj han tomado
tradicionalmente sobre si mismos el cumplir con el mandamiento de honrar a
padre y madre.
Algunas autoridades son de la opinión de que los hijos de Noaj tienen que
observar el mandamiento de dar caridad. Otros sostienen que es propio y meritorio
el que los hijos de Noaj den caridad pero que en realidad no tienen obligación
legal.

Cuando un noájida observante de las Siete Leyes Universales da caridad,


los Israelitas la aceptan y la entregan a los pobres de Israel, porque a través del
mérito de dar caridad al pobre (entre el pueblo judío) uno gana vida por parte de
D-os y es salvado de la muerte. Pero cuando un noájida que no acepta el yugo de
las Siete Leyes Universales da caridad, no está permitido entregarla al necesitado
de Israel. Su caridad podría ser entregada solamente a pobres entre los noájidas.

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En conformidad con las Siete Leyes Universales, el hombre está advertido


respecto a crear cualquier religión basado en su propio intelecto: le corresponde o
bien observar las Leyes noájidas (si es gentil) o bien observar los 613
Mandamientos de la Torá (si es judío).
En lo concerniente a festividades, los noájidas pudieran participar en ciertas
celebraciones Judías tales como Shavuot (la celebración de la Entrega de la
Torá), o Rosh Hashaná (Día del Juicio y del Año Nuevo judío) y Iom Kipur (Día de
la Expiación), pues, siendo importantes, deberían ser consideradas a tal efecto
tanto por el noájida como por el judío. Rosh Hashaná es también el día en que
Adán, el primer hombre, fue creado por D-os; y toda la humanidad desciende de
Adán así como desciende de Noaj. Aun en estas festividades, sin embargo, los
gentiles celebran sólo con el propósito de ganar mérito adicional y recompensa; y
no pueden descansar a la manera de los judíos. Más aun, el noájida tiene
estrictamente prohibido crear una nueva festividad que tenga un sentido religioso
para afirmar entonces que es parte de su propia religión, aun si la religión fuera la
observancia de las Siete Leyes noájidas. Por ejemplo, tiene prohibido establecer
una festividad celebrando el asentamiento de las aguas del Diluvio o cualquier
cosa por el estilo. Y, lo que es más importante, tiene prohibido instituir festividades
que adscriban significado religioso a eventos fuera de la esfera de los Siete
Mandamientos noájidas. La celebración de actividades seculares y la
conmemoración de hechos históricos, aun si involucran una comida festiva, están
permitidas.

Las naciones del mundo reconocen la existencia de D-os y no contravienen


Su deseo; sin embargo, el problema radica en que las naciones han presentado
regularmente una incapacidad de nulificarse ante Dios y niegan Su Unicidad al
pensar que ellas mismas constituyen entidades separadas, refiriéndose a Él como
dios de dioses. Se deriva, por tanto, que cuando los gentiles transgreden los Siete
Mandamientos noájidas se debe solamente al espíritu de "ingenuidad" que entra
en ellos ocultándoles la verdad. Pero en su ser esencial, no son capaces de

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transgredir el Deseo Divino. De hecho, incluso Balaam, el profeta vil, dijo, "No soy
capaz de contravenir la palabra de D-os" (Números 22:18).
Cuando un noájida muere; sus restos deberían ser depositados en tierra,
"pues de ella fuiste tomado; porque polvo eres y al polvo volverás" (Génesis
3:19). Esto no quiere decir que los Hijos de Noaj transgreden uno de los Siete
Mandamientos al utilizar procesos como la cremación o la preservación criogénica,
sino que carecerán de la expiación que el entierro conlleva.
Al observar las Siete Leyes Universales, la humanidad usa la herramienta
justa con la que puede perfeccionarse a sí misma. El individuo, a través de estas
leyes, tiene el poder de refinar su ser esencial y puede elevarse cada vez más
alto, sin límite. Porque está escrito, "Llamo al cielo y tierra para que atestigüen
que cualquier individuo, hombre o mujer, Judío o Gentil, libre o esclavo,
puede tener el Espíritu de Santidad morando sobre él. Todo depende de sus
actos". Y también está escrito, "Ultimadamente, todo está entendido: teme a
Dios y observa Sus Mandamientos, porque esa es la realización del hombre"
(Eclesiastes 12:13).

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Las siguientes son las preguntas más recurrentes realizadas por miembros
de las comunidades noajidas en el mundo.

P: ¿Qué bendiciones deben recitar los Bnei Noaj después de las comidas?

R: "Bendito eres Tú, Oh Di-s de Israel, Amo del universo Quien... extrae el pan de
la tierra" (o crea los frutos, o los vegetales, etc. de acuerdo con el alimento que se
ha comido).

P: ¿Deben cubrirse la cabeza los Bnei Noaj?

R: Si cubrirse la cabeza le ayuda a sentir la Presencia de D-os por encima suyo y


a aceptar Su yugo Divino, entonces es algo positivo que puede hacer.

P: ¿Qué plegarias son recomendadas para los Bnei Noaj?

R: Las principales plegarias para los Bnei Noaj las puede encontrar en los Salmos,
particularmente aquellos que son apropiados para todo ser humano como creación
de Di-s. Es también muy importante rezar desde lo profundo del corazón en sus
propias palabras. Rece acerca de todo detalle de su vida personal sobre el que
usted busca la mano conductora de Di-s. Rece a Di-s que toda la humanidad
reconozca la verdad de la Torá de Moshé y llegue a estar cerca de Di-s y de la
observancia de las mitzvot de los Bnei Noaj. Esto acelerará la redención completa
y verdadera a través del Mashíaj, que sea pronto en nuestros días.

P: ¿Que partes de la Torá deben estudiar los Bnei Noaj?

R: Las partes de la Torá apropiadas para los Bnei Noaj incluyen las partes
reveladas de la Torá, que son las leyes que se aplican para ellos, y las partes
ocultas de la Torá, la meditación en la Inmanencia de Di-s y la Providencia Divina.

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P: ¿Qué historias son recomendables para que los Bnei Noaj enseñen a sus
hijos?

R: Enseñe a sus hijos todas las historias del Génesis y las de los libros de Ioshúa
y Jueces.

Fuente: The Path of the Righteous Gentile (An introduction to the Seven Laws of the
Children of Noah)

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