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2. El criterio de validación teológica según José David Rodríguez.

Es indispensable para la teología plantearse el problema de las normas o criterios de

validación de los juicios teológicos. Desde la antigüedad de la Iglesia se proponía el criterio de la

autoridad, ya fuera este material, el cual era la regla de la fe a partir de un símbolo bautismal; o

formal, que se plasmaba en el desarrollo de la jerarquía de autoridades eclesiales que

garantizarían la transmisión de la fe.

Para Rodríguez, tanto el catolicismo como el protestantismo se fundamentan en un

principio formal de autoridad. En su criterio, el Magisterium representa, dentro del catolicismo, la

máxima autoridad de tipo formal; mientras tanto que en el protestantismo se propone como

autoridad máxima a la Biblia.

Lo que está en el centro del tema es qué tipos de criterios han de usarse para validar el

discurso teológico. Según Rodríguez, desde la perspectiva de la teología latinoamericana de la

liberación, es a partir de la verdad revelada por Dios que se obtienen los criterios que validan el

discurso teológico. Ahora bien, esta revelación de Dios es acontecimiento histórico que alcanza

su culminación en Jesucristo, el Verbo encarnado de Dios, quien es palabra viva que habla a

todos los seres humanos, en todas las épocas. En esta perspectiva, la fe y la revelación son

correlativas.

Otro punto importante que destaca Rodríguez es el concepto de verdad en el pensamiento

hebreo, contrapuesto con el concepto filosófico griego. Para los griegos, la verdad se relaciona

con la esencia de las cosas, y el conocimiento es la correspondencia entre el intelecto y la cosa,

mientras tanto que en los hebreos, la verdad está relacionada y se define en términos de promesa

y cumplimiento, ala vez que sugiere una relación correcta entre personas. Rodríguez afirma:
“Dios es verdadero, y confiable porque permanece fiel y cumple las promesas hechas a su

pueblo”1.

La verdad en el pensamiento hebreo no es algo abstracto, sino una promesa: Jesús, el cual

irrumpe en la historia humana como cumplimiento de la promesa del Padre. Esta verdad revelada

libera al ser humano, a los oprimidos, a los que sufren en carne propia las consecuencias del

pecado y la dominación; y para conocerla hay que ser seguidor de Jesús. Este seguimiento es el

punto de partida de la vida cristiana y de la teología; en ese camino se va discerniendo la verdad

revelada en Cristo, y es precisamente allí donde se obtiene el criterio válido de discernimiento

teológico.

La verdad, en el concepto de la teología latinoamericana, no es un concepto abstracto; es

más bien el compromiso con los marginados; compromiso de liberación y justicia, tal como está

reflejado en el evangelio. Afirma Rodríguez: “en la literatura joánica del Nuevo Testamento se

subraya reiteradamente que la verdad se verifica en la práctica. No es en el mundo de las Ideas

puras, sino en el mundo de la historia que se verifica si la verdad está o no” 2. En conclusión, de

acuerdo a Rodríguez, es en el caminar diario donde los criterios de validación teológica se

formulan. En la lectura de nuestra realidad latinoamericana se lucha por la justicia, por el

establecimiento del Reino de Dios, se lucha en contra de los sistemas ideológicos opresores que

enajenan a los pobres de la tierra.

1
Rodríguez, José. Introducción a la teología. (San José: DEI, 1993). Pag. 64.
2
Rodríguez. Ibid. Pag. 66.

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