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Zurbarán recibió el encargo de pintar esta Apoteosis, al tiempo que se le daban precisas instrucciones acerca
de su ejecución: tamaño de la obra, colocación, tema, personajes, etc. El lienzo, enorme, habría de colocarse
en el Colegio de Santo Tomás de Sevilla. Este colegio formaba doctores, por lo que el tema no es sino una
exaltación de la propia labor del Colegio y sus monjes. Santo Tomás de Aquino es una de las figuras más
relevantes de la teología cristiana. Se le nombró Doctor de la Iglesia en 1567. Por su importancia aparece
rodeado de los cuatro Padres de la Iglesia, otros tantos personajes fundamentales para la elaboración de la
doctrina. A su derecha se encuentran conversando San Ambrosio y San Gregorio; a su izquierda, San
Jerónimo, de rojo cardenalicio, y San Agustín. Los cinco intelectuales se encuentran en el plano superior del
cuadro, que simboliza en mundo divino. Sobre sus cabezas, el cielo en pleno asiente a sus conclusiones:
destacan Dios Padre y Dios Hijo con la cruz. A estas dos figuras trinitarias se añade en el centro la paloma del
Espíritu Santo, que ilumina con sus rayos a Santo Tomás. En el plano inferior se encuentra representada la
tierra: los personajes principales de la Orden y nada menos que el emperador Carlos V. Su presencia se
explica porque fue él quien facilitó los terrenos y la dote necesaria para la construcción y puesta en marcha
del Colegio. A lo largo de su vida, el emperador ofreció su patronazgo continuo a los monjes y sus alumnos.
M1, M2 y M3
Doctrina filosófica que considera que la omnitudo rerum (la totalidad de las cosas) es la materia. A
pesar de esta definición tan simple, el materialismo no puede considerarse como una doctrina
unívoca, pues puede hablarse de un materialismo corporeísta, que reduzca al primero de los géneros
de materialidad todos los entes (o al segundo o tercer género de materialidad, según otros tipos de
formalismos). Asimismo, puede hablarse de un materialismo filosófico, de un materialismo
dialéctico, que supone que existe una transición desde la Naturaleza al Espíritu, expresado ahora
en términos positivos por medio del materialismo histórico; la doctrina que supone que los fenómenos
de la Economía Política son la base y la causa de las realidades históricas y sociales, etcétera. La
opción por alguna de las doctrinas materialistas ha de ser dialéctica , en el sentido de mostrarse
más potente que sus alternativas.
Cuando desde M se adscribe M1, M2, M3 al mundo, se abre la posibilidad de coordinar estos géneros a
un «centro del mundo» (Ego trascendental, designado por E) desde el cual intentaremos
«reconstruirlo científicamente». La constitución del sujeto en cuanto Ego trascendental puede ser
considerada como el proceso recurrente de un paso al límite de las relaciones de identidad
(terciogenéricas) al que tienden los sujetos operatorios (segundogenéricos, alineados en el eje
pragmático: autologismos, dialogismos, normas) en tanto interactúan, a través de sus individuos o
términos corpóreos (primogenéricos) en el proceso de constitución del Mundo. Los tres géneros de
materialidad se coordinarán con los sectores del eje sintáctico y a través de los sectores del eje
semántico del espacio gnoseológico: los términos (de los diversos campos de las ciencias), a través del
sector fisicalista, se coordinarán con los contenidos primogenéricos; las operaciones (a través de los
fenómenos) con los contenidos segundogenéricos; y las relaciones (a través de las esencias) con los
contenidos terciogenéricos.
Cuando consideramos los tres géneros desde la perspectiva de los sujetos operatorios (que convergen
en un punto E, que no es trascendental en virtud de ciertas funciones a priori de su entendimiento, sino
en virtud del propio ejercicio, in medias res, de los sujetos operatorios) los contenidos terciogenéricos
tenderán a ser puestos bajo el control de M2, por cuanto éste aparece en su génesis. Pero cuando los
consideramos desde la perspectiva de M, estos «canales genéticos» pueden desvirtuarse, de suerte
que M3 pasa a verse como una «refracción» de «algo de M» en cuanto a su estructura,
independientemente de su génesis.