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JOSE BENJAMIN AMAYA ANGARITA

ID UB63252BBU72309
ADMINISTRACION DE EMPRESAS

ADULTOS DE EDAD MADURA

ATLANTIC INTERNATIONAL UNIVERSITY


JUNIO/2020
ENSAYO
ADULTOS DE EDAD MADURA

En el presente ensayo se va a tratar un importante tema como lo es la


madurez emocional, que se origina a causa de distintos factores, en especial a las
experiencias que en la vida hay que afrontar, ya que para algunas personas no es
fácil salir adelante. Para empezar a comprender el proceso de la adultez, es
importante analizar que no siempre se va a estar en casa de los padres, donde se
tiene todo, hay que empezar a hacerse a la idea de que ya ese tiempo termina y
hay que tener las propias ambiciones, propósitos, sueños, independencia, para
poder enfrentar la vida con madurez. En cuanto a los sentimientos de las personas
maduras, se puede decir que entre los factores que determinan su forma de ser,
están los desequilibrios emocionales, teniendo en cuenta que el cerebro se está
trasformando y está fortaleciendo la personalidad del adolescente. No hay que
preocuparse por vivir para madurar sino vivir para encontrar el bienestar.
(Baucum, D., and G. Craig. 2009).

En relación a las diferencias entre el modelo de la crisis y el de la transición


de la edad madura, es significativo indicar que algunos investigadores piensan
que el adulto atraviesa una crisis de madurez, teniendo en cuenta el modelo de la
transformación del desarrollo que se establece por grandiosos sucesos de la vida
capacitados para preverse y de proyectarse.

Para dar respuesta al interrogante sobre si existe o no la crisis de la


madurez, se puede decir que varias personas creen que la madurez origina una
crisis transcendental infalible, pero la sociología no protege esta idea. No se está
manifestando que las personas de poca edad estén libres de inconvenientes o de
angustias psicológicas, sino que esas contrariedades son consecuencia de la
enfermedad o la falta de seres queridos, no a la edad propiamente dicha.

Es de recordar que el concepto de crisis surgió de seguidores de Sigmund


Freud, quien pensaba que, mediante la segunda mitad de la vida, los
pensamientos llegaban del miedo a una muerte ya anunciada. No obstante, hay
quienes al envejecer se aferran a su juventud, y de esa manera están más felices
en su vida diaria que los adultos jóvenes. Quienes se han dado oportunidades
nuevas en la vida, se han consolidado en su trabajo y han criado a los hijos. La
mediana edad establece, en promedio, una etapa feliz.

En relación a los cambios más importantes en los funcionamientos


sensorial y motor durante la madurez, se afirma que, hasta alrededor de los 50
años, las disminuciones de las capacidades físicas son totalmente tan niveladas
que se nota dificultosamente. Intranquilidad dada por los cambios en sus
habilidades reproductoras y sexuales menopausia y período crítico masculino y en
la deducción de la agilidad al caminar, pero puede haber alguna intranquilidad por
la reducción del atractivo físico. A los 45 años, la altura es fundamenta después de
comenzar a decaer. Pérdida progresiva de la fuerza muscular, la perspicacia
visual y la coherencia. Una pérdida progresiva después de los 55 años de la
audición, aumenta en los hombres más que en las mujeres, la gran parte del
desgaste de la audición a través de los años no es apreciada, teniendo en cuenta
que está condicionada a los niveles de sonido que son poco significativos para la
conducta diaria. (Baucum, D., and G. Craig. (2009).

Referente a las principales enfermedades que afectan a los adultos de edad


madura debido a los malos hábitos de salud, tienen que ver con el consumo de
medicamentos, tabaquismo, consumo de alcohol, práctica de deportes y horas
seleccionadas al sueño. El tabaco es un elemento que interviene negativamente
en el estado de salud de los individuos. No obstante, este mal hábito ha estado
relacionado con el género masculino, los tipos de consumo que reflejan mujeres y
hombres son cada día más cerca a todas las edades, inclusive estimando
porcentajes altos entre las mujeres, con irregularidad de los expuestos por los
grupos de población de la tercera edad.

De igual manera, el consumo de alcohol se relaciona a la cantidad de


enfermedades cardiovasculares, por lo que es necesario tener en cuenta este
elemento en el estudio y examinar cuales son los estándares de consumo de la
población adulta. En consecuencia, que hay significativas discrepancias en el
consumo de alcohol en relación del género y la edad, el estudio se ha ejecutado
fundamentado a estas características. Igualmente, los beneficios de la práctica de
algún deporte son diversas para la salud: prevención de sobrepeso, mejor
movimiento de las articulaciones, progreso de las habilidades corporales, siendo la
parte opuesta, el sedentarismo físico, que se relaciona con una fragilidad de la
salud asociándose a enfermedades cardiovasculares y emocionales o psicológico.
(Baucum, D., and G. Craig. (2009).

Otro aspecto importante, tiene que ver de qué manera afecta el estrés a la
salud durante la madurez, donde es importante anotar que la calidad de vida de un
individuo está relacionada con distintos aspectos como; contextos socio-
económicas, salud física, relaciones sociales o la salud mental o psicológica. Una
etapa de salud mental negativa, ocasionado con el sufrimiento de estrés, ansiedad
o depresión, trae implicaciones en el cambio de salud habitual y, en la calidad de
vida a las personas (Mokkink et al., 2009).

De otra parte, a diferencia de la inteligencia fluida, la concretada tiende a


incrementar, en el transcurso de la vida, pues la mayoría de las personas
mantienen un nivel seguro de ejercicio intelectual hasta la llegada del séptimo
período de su vida; pero dimiten ver buena diversidad en su crecimiento y
disminución intelectual. El deterioro de la inteligencia fluida se relaciona con la
confusión de la vida. La estimulación ambiental, la complacencia con la vida, una
familia inmune y factores análogos favorecen el mantenimiento de las capacidades
intelectuales.

En cuanto al estudio del cambio cognitivo en la edad adulta y la vejez es


muy nuevo y propone dificultades distintas a las que se planean en el análisis de
los ciclos tradicionales de la psicología del desarrollo como lo es la infancia y la
adolescencia.

Las características habituales en la conducta de los individuos a través de


la edad adulta y, en la vejez son menos elementales que en la infancia o la
adolescencia: a lo largo de la vida adulta la igualdad y perseverancia en las
conductas de los individuos reduce a causa de que la variabilidad socio personal
aumenta y los cambios físicos y cerebrales son menos generales. Las
capacidades cognoscitivas presentes en el adulto maduro, tienen mucha relación
en el contexto en que se desarrollen y la labor que desempeñen. Kohn, 1980;
Kohn y Schooler, 1983, 1990).

Los adultos con un nivel más alto de auto dirección ocupacional pueden
tener un mejor pensamiento, decisión y reflexión autónoma reflejan, asimismo,
más resistencia intelectual (Schooler, 1987).

De esta manera, se observa cómo cada día es grande la necesidad de


resistencia en el trabajo. El cambio tecnológico requiere del aprendizaje de nuevas
habilidades, para mantener el trabajo. Los adultos de edad madura, con la
habilidad cognoscitivas para educarse sobre nuevas actividades y con la
resistencia para ocupar compromisos más complicados, están en óptimas
condiciones de hacer frente a los requerimientos de un trabajo cambiante (Willis,
1989). Es una capacidad bastante necesaria en campos como la medicina, la
ingeniería y la informática en los que el conocimiento se torna antiguo acorde
existen adelantos y cambios. De esta manera, aproximadamente la mitad de los
conocimientos de los versados en el área permanecen antiguos en un tiempo de
dos o tres años (Cross, 1981; Dubin 1972).

El concepto de obsolescencia se refiere a la necesidad de recambio de un


aparato tecnológico absolutamente por el hecho de que surge una nueva versión
del mismo, inclusive, no obstante, los cambios no son explicativos, ni el producto
anterior logra llegar al final de su vida útil.

Otro punto importante de citar de este capítulo, tiene que ver con el regreso
a la escuela en la edad madura; pues esta sorprendente predilección concuerda
con el reconocimiento de que el ser humano es un aprendiz indestructible con
capacidades cognoscitivas que le hacen posible adaptarse a la vida diaria.
Tomando en cuenta los estereotipos sociales de que el tiempo de la instrucción
escolar termina después de la adolescencia y la juventud, las personas maduras
necesitan conseguir la información y las habilidades necesarias para cumplir con
las funciones de su trabajo (Willis, 1989).

Todo parece indicar que un paso equilibrado por la edad adulta logra llevar
al individuo a prosperar positivamente en su madurez y en la concepción de su
propia actitud ante la vida. Por parte de la neurología, las nuevas investigaciones
han demostrado que, al contrario de lo que se pensaba hasta ahora, el cerebro no
se deteriora imperceptiblemente por medio de la vida del individuo, sino que lo
hace por fracciones, por lo que algunas partes se deterioran mientras las de más,
la mayoría, continúan desarrollándose durante toda la vida.

Como una lógica consecuencia, el individuo tendería a hacerse más


tranquilo, a tomar las cosas con más calma, a tener mayor seguridad en sí mismo.
Esto, entre otras cosas, podría explicar por qué, en la mayoría de las estadísticas,
se encuentra que raramente un individuo de más de cuarenta años da comienzo a
una vida delictiva.

Algunos estudiantes de edad madura regresan a la escuela para dignificar


su vida personal o para culminar una educación pendiente; aun así, existen
distintas personas que lo hacen por obligación, porque están desempleados,
víctimas de la reestructuración de las empresas.

Para regresar a la escuela se requieren de distintos ajustes y se necesita


del apoyo de la familia. Igualmente, es necesaria la evaluación personal de las
propias capacidades y habilidades. El papel del estudiante tiene que ser muy
diferente a otros que desempeñan los adultos maduros; es necesario contar con
una capacidad considerable de adaptación para ser un alumno subordinado a
profesores más jóvenes.

El estilo de vida se va estableciendo desde los primeros años de vida y se


fortifica cuando se alcanza la edad adulta. No obstante, si es viable cambiar
parcial o absolutamente este estilo cuando se llega a la adultez intermedia. Estas
transformaciones son posibles cuando se tiene una serie de habilidades y
conocimientos para enfrentar los retos que nos presentará la vida.

De otra parte, en cuanto a los cambios físicos y emocionales a corto y a


largo plazos relacionados con la menopausia, es importante como primera medida
que la menopausia admite el fin de los ciclos ovulatorios y de la etapa fértil de la
mujer. Es una etapa muy importante en la vida de toda mujer y trae con ello
distintos cambios físicos y emocionales, en algunos casos más acusados que en
otros, debido a los significativos cambios hormonales que se originan en el cuerpo
femenino. En la etapa de la premenopausia y la menopausia, se ocasiona un
declive de las principales hormonas femeninas, como son los estrógenos y la
progesterona, y esto es lo que conlleva a esos cambios físicos y emocionales que
logran perturbar a la calidad de vida de la mujer y a sus relaciones particulares y
sociales.

A lo largo de las etapas de la premenopausia (período comprendido entre 3


a 7 años antes de la menopausia) y menopausia (última menstruación de la
mujer), los ovarios dejan de originar las hormonas estrógenos y progesterona que
sistematizan el ciclo menstrual y, de esta manera, los niveles de estas hormonas
reducen ampliamente, lo que afecta a la mujer a nivel físico, pero asimismo
psicológico. Los estrógenos, fundamentalmente, son hormonas que aquejan al
sistema nervioso central y a la energía de los neurotransmisores, y la disminución
de los mismos que se dan en la menopausia puede sobrellevar a una disminución
de los niveles de serotonina, que es un neurotransmisor que interviene claramente
en el estado de ánimo y en otros procesos significativos del cuerpo como la
regulación del sueño, del apetito, del deseo sexual, etc.

Para concluir el presente ensayo, se puede decir que de las formas en que
la sexualidad va cambiando en la madurez, la declaración primordial de por qué no
se conservan relaciones sexuales en la edad madura es la falta de apetito sexual.
Esto no es del todo cierto. Todas las etapas se viven y gozan de forma distinta, ni
mejor, ni peor. Es incuestionable que a partir de los 40 y 50 las mujeres empiezan
a sufrir cambios hormonales importantes como el declive hormonal rudo causado
por la menopausia, mientras que en los hombres logran surgir las primeras
muestras de disfunción eréctil. Aunque, estos son problemas más psicológicos,
producto de la ansiedad, que fisiológicos. Los mitos que se han dado a través de
los años han provocado que se especule que no es posible conservar relaciones
sexuales a cierta edad siendo completamente desacertado para el envejecimiento
activo. (Baucum, D., and G. Craig. (2009).
Referencias

Baucum, D., and G. Craig. (2009). "Desarrollo psicológico." editorial Prentice Hall,
México (2009). Cap. 14. Disponible en:
http://students.aiu.edu/submissions/profiles/resources/onlineBook/u6N7i7_p
sicologia-del-desarrollo-humano.pdf

De Vet, H. C. (2009). “Evaluation of the methodological quality of systematic


reviews of health status measurement instruments”. Quality of Life
Research 18(3): 313-333.
Mokkink, L. B., Terwee, C. B., Stratford, P. W., Alonso, J., Patrick, D. L., Riphagen,
I., y

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