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Este documento trata sobre el envejecimiento y la vejez. En la primera parte, discute conceptos como el desarrollo psicosocial en la adultez tardía y el afrontamiento del estrés. Luego, compara la teoría de la retirada con la teoría de la actividad en cuanto a los patrones de participación social durante la vejez. También cubre temas como los arreglos de vivienda comunes para las personas mayores y las relaciones sociales en la etapa de la vejez.
Este documento trata sobre el envejecimiento y la vejez. En la primera parte, discute conceptos como el desarrollo psicosocial en la adultez tardía y el afrontamiento del estrés. Luego, compara la teoría de la retirada con la teoría de la actividad en cuanto a los patrones de participación social durante la vejez. También cubre temas como los arreglos de vivienda comunes para las personas mayores y las relaciones sociales en la etapa de la vejez.
Este documento trata sobre el envejecimiento y la vejez. En la primera parte, discute conceptos como el desarrollo psicosocial en la adultez tardía y el afrontamiento del estrés. Luego, compara la teoría de la retirada con la teoría de la actividad en cuanto a los patrones de participación social durante la vejez. También cubre temas como los arreglos de vivienda comunes para las personas mayores y las relaciones sociales en la etapa de la vejez.
El propósito de esta investigación es aproximarnos a una caracterización del adulto mayor
y del anciano, como etapas de la vida que, por ser las últimas, permiten hacer una síntesis retrospectiva, encarar el presente con sus posibilidades de logros, y elaborar una actitud con respecto a la muerte, límite final. En la primera parte nos proponemos desarrollar algunos conceptos básicos, tales como Desarrollo psicosocial en la adultez tardía, afrontamiento y salud mental, teoría de la retirada frente a la teoría de la actividad y dentro de los temas, se han desarrollado subtemas para facilitar el orden y compresión del trabajo. De acuerdo con los teóricos de las etapas normativas, el crecimiento depende de que se lleven a cabo las tareas psicológicas de cada etapa de la vida de una manera emocionalmente sana. Para Erikson, el logro mayor de la adultez tardía es el sentido de integridad del yo, o integridad del sí mismo, un logro basado en la reflexión sobre la propia vida. En la octava y última etapa del ciclo de vida, integridad del yo frente a la desesperanza, los adultos mayores necesitan evaluar y aceptar su vida para poder aceptar la muerte. La virtud que puede desarrollarse durante esta etapa es la sabiduría, un “interés informado y desapegado por la vida cuando se encara la propia muerte”. Desarrollo psicosocial en la adultez tardía EL MODELO DE LOS CINCO FACTORES: RASGOS DE PERSONALIDAD EN LA VEJEZ Medición de la estabilidad y el cambio en la adultez tardía. Un cambio continúo en la adultez tardía: disminuciones en el neuroticismo con el paso del tiempo incrementos en la confianza personal, la calidez y la estabilidad emocional y aumentos en la escrupulosidad acompañados por deterioros en la vitalidad social (carácter gregario) y en la apertura a la experiencia. Una forma de medir la estabilidad o el cambio radica en realizar comparaciones de rangos ordenados de diferentes individuos en un rasgo determinado. Una revisión de 152 estudios longitudinales reveló que las diferencias relativas entre individuos se equilibraban cada vez más por cierto tiempo y luego se estabilizan. Bienestar en la adultez tardía En general, los adultos mayores sufren menos trastornos mentales, son más felices y se sienten más satisfechos con la vida que los adultos más jóvenes. y posteriores, lo que tal vez obedece al inmenso tamaño de su generación, a las presiones resultantes de la competencia por la educación, el empleo y la seguridad económica, así como a los turbulentos. Afrontamiento y salud mental El afrontamiento se refiere a los pensamientos y conductas adaptativas que se proponen aliviar el estrés que surge de condiciones dañinas, amenazantes o desafiantes. Se trata de un aspecto importante de la salud mental. Vamos a examinar dos aproximaciones teóricas al estudio del afrontamiento: el modelo de las defensas adaptativas y el de valoración cognoscitiva. Luego veremos un sistema de apoyo al que recurren muchos adultos mayores: la religión. George Vaillant: defensas adaptativas ¿Qué contribuye a mostrar una buena salud mental en la vejez? De acuerdo con tres estudios prospectivos de 60 años, un factor predictivo importante es el uso de defensas adaptativas maduras cuando se afrontan problemas en un momento más temprano de la vida. Modelo de valoración cognoscitiva Según el modelo de valoración cognoscitiva, las personas eligen de manera consciente estrategias de afrontamiento de acuerdo a cómo percibe y analiza una situación. El afrontamiento incluye cualquier cosa que un individuo piensa o hace al tratar de adaptarse al estrés, sin importar lo bien que funcione. ¿La religión o espiritualidad influyen en la salud y el bienestar? La religión adquiere cada vez más importancia para mucha gente a medida que envejece. La actividad religiosa parece ayudar a mucha gente a afrontar el estrés y las pérdidas en la vejez; algunas investigaciones sugieren que su efecto en la salud y el bienestar puede ser real. Teoría de la retirada frente a la teoría de la actividad Quién muestra un ajuste más sano a la vejez: ¿una persona que observa tranquilamente pasar al mundo desde una mecedora o una que se mantiene ocupada de la mañana a la noche? De acuerdo con la teoría de la retirada, por lo regular el envejecimiento implica una reducción gradual de la participación social y una mayor preocupación por sí mismo. De acuerdo con la teoría de la actividad, cuantos más activos permanezcan los ancianos, mejor envejecen. La teoría de la retirada fue uno de los primeros enfoques que tuvieron influencia en la gerontología. Consideraban que el distanciamiento es una condición universal del envejecimiento. Sostenían que los declives del funcionamiento físico y la conciencia de la proximidad de la muerte dan por resultado un retraimiento gradual inevitable de los roles sociales (trabajador, cónyuge, padre); además, dado que la sociedad deja de proporcionar a los adultos mayores roles útiles, el distanciamiento es mutuo. Se cree que el distanciamiento es acompañado por la introspección y por el acallamiento de las emociones. Arreglos de vivienda Por lo regular, en los países en desarrollo, los adultos mayores viven con hijos adultos y con sus nietos en hogares multigeneracionales, aunque esta costumbre está en descenso. En los países desarrollados, la mayoría de los ancianos viven solos o con una pareja o cónyuge. Envejecer en el lugar En los países desarrollados, la mayoría de los ancianos prefi eren, de ser posible, permanecer en su hogar y su comunidad. Esta opción, conocida como envejecer en el lugar, tiene sentido para quienes pueden manejarse por sí solos o con ayuda mínima, cuentan con un ingreso adecuado o la hipoteca pagada, pueden manejar los gastos de mantenimiento, se sienten contentos en el vecindario y quieren ser independientes, tener privacidad y estar cerca de sus amigos, hijos adultos o nietos. Los cuidadores más informales, como los familiares, que atienden en el hogar a las personas que envejecen lo hacen de buen grado, pero eso puede representar para ellos una fuente importante de estrés y preocupación. Vivir solos Dado que las mujeres viven más tiempo que los hombres y tienen mayor probabilidad de enviudar, en Estados Unidos las ancianas tienen un riesgo dos veces mayor que los hombres de vivir solas, probabilidad que se incrementa con la edad. Los adultos mayores que viven solos tienen mayor probabilidad que los que viven con el cónyuge de ser pobres. Vivir con los hijos adultos Históricamente, en muchas sociedades africanas, asiáticas y latinoamericanas los ancianos esperaban vivir y ser cuidados en los hogares de sus hijos o de sus nietos, pero este patrón está cambiando con rapidez. En los países desarrollados, la mayoría de los ancianos, incluso en circunstancias difíciles, prefieren no tener que vivir con sus hijos. Opciones alternativas de vivienda Algunos adultos mayores que no pueden o no quieren mantener una casa, no necesitan cuidados especiales, no tienen familiares cercanos, prefieren un escenario o clima distinto, o quieren viajar se mudan a casas en la ciudad sin mantenimiento o con mantenimiento bajo, a condominios, departamentos cooperativos o de renta o a casas móviles. Un segmento relativamente nuevo pero creciente del mercado de vivienda es el de comunidades de adultos activos de edad calificada. En esas comunidades, para personas de 55 años en adelante, los residentes pueden encontrar muy cerca de su casa diversas oportunidades recreativas, como gimnasios, canchas de tenis y cursos de golf. Relaciones personales en la vejez Nuestros estereotipos sobre los ancianos a menudo nos llevan a creer que la vejez es una época de soledad y aislamiento. Con frecuencia, el trabajo es una fuente conveniente de contacto social; quienes han estado retirados por mucho tiempo tienen menos contactos sociales que los que se retiraron más recientemente o los que continúan trabajando. Para algunos adultos mayores, las enfermedades les dificultan salir y ver gente. En general, los adultos mayores manifiestan tener en sus redes sociales apenas la mitad de personas de las que afirman tener los adultos más jóvenes. ¿Por qué envejece la gente? ¿Qué ocasiona la senectud, un periodo marcado por deterioros evidentes del funcionamiento corporal asociados con el envejecimiento? ¿Por qué varía su inicio de una persona a otra? Y, para el caso, ¿por qué envejece la gente? La mayor parte de las teorías sobre el envejecimiento biológico caen en dos categorías teorías de la programación genética y teorías de tasa variable. Teorías de la programación genética: Estas teorías sostienen que el cuerpo humano envejece de acuerdo con un plan de desarrollo normal incorporado en los genes. Una de esas teorías postula que el envejecimiento resulta de la senectud programada: genes específi cos se desconectan antes de que se hagan evidentes ciertas pérdidas relacionadas con la edad (por ejemplo, en la visión, la audición y el control motor). Estudios de gemelos han revelado que las diferencias genéticas explican alrededor de una cuarta parte de la varianza en el ciclo de vida del ser humano adulto. Esta infl uencia genética es mínima antes de los 60 años, pero se incrementa después de esa edad. Es probable que involucre a muchas variantes raras de los genes, cada una con pequeños efectos (Christensen, Johnson y Vaupel, 2006; Molofsky et al., 2006; Willcox et al., 2008). Teorías de tasa variable: Estas teorías, llamadas también teorías del error, consideran que el envejecimiento es resultado de procesos aleatorios que varían de una persona a otra, y por lo regular el envejecimiento implica daño debido a errores aleatorios o a ataques ambientales a los sistemas biológicos. Una de esas teorías, la teoría del desgaste sostiene que el cuerpo envejece como resultado del daño acumulado del sistema a nivel molecular (Hayfl ick, 2004; Holliday, 2004). Como se describe en el capítulo 3, las células del cuerpo se multiplican de manera continua a través de la división celular; este proceso es esencial para equilibrar la muerte programada de células inútiles o potencialmente peligrosas y para mantener el funcionamiento apropiado de órganos y sistemas. A medida que la gente envejece es menos capaz de reparar o reemplazar las partes dañadas. Los estresores internos y externos (que incluyen la acumulación de materiales nocivos como los productos químicos derivados del metabolismo) pueden agravar el proceso de desgaste. Cambios físicos Algunos cambios físicos que por lo general se asocian con el envejecimiento resultan evidentes para un observador casual, aunque afectan más a algunos ancianos que a otros. La piel envejecida tiende a palidecer y a perder elasticidad, y puede arrugarse a medida que se reducen la grasa y la masa muscular. Tal vez aparezcan venas varicosas en las piernas; el cabello de la cabeza se adelgaza y se torna gris y luego blanco, y el vello corporal comienza a escasear. La estatura de los ancianos se reduce a medida que se atrofi an los discos entre las vértebras espinales. En especial entre las mujeres con osteoporosis, el adelgazamiento de los huesos puede ocasionar cifosis, llamada comúnmente “joroba de la viuda”, una curvatura exagerada de la columna vertebral que por lo general ocurre entre los 50 y los 59 años (Ball, 2009). Además, la composición química de los huesos cambia, lo que crea un mayor riesgo de fracturas. Otros cambios, menos visibles pero igual e importantes, afectan a los órganos internos y los sistemas corporales, el cerebro y el funcionamiento sensorial, motor y sexual. Envejecimiento del cerebro En las personas normales saludables, los cambios en el cerebro durante la vejez suelen ser sutiles, hacen poca diferencia en el funcionamiento y varían de manera considerable de una persona a otra, de una región del cerebro a otra y de un tipo de tarea a otro. Además, la plasticidad del cerebro puede “reorganizar los circuitos neuronales para responder al desafío del envejecimiento neurobiológico” (Park y Gutchess, 2006, p. 107). De hecho, algunos investigadores han sugerido que la continua fl exibilidad y plasticidad del cerebro es responsable del hecho de que si bien en la edad avanzada disminuyen la velocidad de procesamiento, la memoria y la inhibición, existen también incrementos en la actividad prefrontal (Park y Reuter-Lorenz, 2009). De igual modo, estudios de resonancia magnética han demostrado que cuando realizan tareas cognoscitivas, los cerebros de los adultos mayores muestran activación más difusa que los cerebros de los adultos jóvenes (Brayne, 2007). Esos procesos pueden ser compensatorios. Dado el deterioro en ciertas áreas, el cerebro evita esos problemas utilizando rutas cognoscitivas alternas, por lo que el menoscabo observado en el cerebro viejo no es tan grave como podría haber sido. En la adultez tardía se observan disminuciones graduales del volumen y peso del cerebro, sobre todo en la corteza frontal, la cual controla las funciones ejecutivas (Park y Gutchess, 2006; von Hippel, 2007). Este encogimiento gradual se atribuía antes a la pérdida de neuronas (o células nerviosas). Sin embargo, la mayoría de los investigadores coinciden ahora en que — salvo en ciertas áreas específi cas del cerebro como el cerebelo, que coordina la actividad sensorial y motora— la pérdida neuronal no es importante y no afecta la cognición (Burke y Barnes, 2006; Finch y Zelinski, 2005). Sin embargo, cuando se incrementa el ritmo de esos cambios cerebrales, el deterioro cognoscitivo es cada vez más probable (Carlson et al., 2008). Sueño Los adultos mayores suelen dormir y soñar menos que antes. Sus horas de sueño profundo son más restringidas y pueden despertarse con mayor facilidad por problemas físicos o exposición a la luz (Czeisler et al., 1999; Lamberg, 1997), o quizá como resultado de cambios relacionados con la edad en la capacidad del cuerpo para regular los ciclos circadianos de sueño y vigilia (Cajochen, Münch, Knoblauch, Blatter y Wirz-Justice, 2006). Sin embargo, puede ser peligroso suponer que los problemas del sueño son normales en la vejez. El insomnio o falta de sueño crónica puede ser un síntoma o, si no se atiende, un precursor de la depresión. Tanto la falta como el exceso de sueño se asocian con un mayor riesgo de mortalidad (Gangswisch, 2008). Por lo general se emplean fármacos como los benzodiacepinas para tratar los problemas del sueño (Salzman, 2008). Además, la terapia cognitiva-conductual (permanecer en cama sólo cuando se duerme, levantarse a la misma hora cada mañana y aprender acerca de las falsas creencias concernientes a las necesidades de sueño) ha obtenido progresos a largo plazo con o sin tratamientos con fármacos (Morin, Colecchi, Stone, Sood y Brink, 1999; Reynolds, Buysse y Kupfer, 1999). En un estudio que se realizó durante dos semanas con 12 ancianos de ambos sexos, 90 minutos diarios de actividad física de leve a moderada intercalados con socialización mejoraron el funcionamiento cognoscitivo y la calidad percibida del sueño (Benloucif et al., 2004). Funcionamiento sexual El factor más importante para mantener el funcionamiento sexual es la actividad sexual continua a lo largo de los años. En una encuesta nacional, 53% de los adultos estadounidenses de 65 a 74 años y 26% de los de 75 a 85 años dijeron ser sexualmente activos. Los hombres tienen una probabilidad mucho mayor que las mujeres de mantener la actividad sexual en la vejez, lo que en gran medida se debe a que, por constituir una población menos numerosa, es más factible que tengan pareja (Lindau et al., 2007). ¿Cómo cambia la memoria? A menudo se considera que las fallas de la memoria son un signo del envejecimiento. El hombre que mantenía su agenda en la cabeza ahora tiene que escribirlo en un calendario; la mujer que tomaba varias medicinas ahora mide las dosis de cada día y las pone en un lugar donde se asegure de verlas. La pérdida de memoria es la principal preocupación manifestada por los estadounidenses viejos (National Council on the Aging, 2002). Se estima que uno de cada cinco adultos mayores de 70 años presenta cierto grado de deterioro de la memoria fuera de la demencia (Plassman et al., 2008). Pero en la memoria, como en otras capacidades cognoscitivas, el funcionamiento de las personas mayores disminuye con lentitud y varía de manera considerable. Para entender el deterioro de la memoria relacionado con la edad, es necesario revisar los diversos sistemas de memoria que se presentaron en los capítulos 7 y 9, que permiten al cerebro procesar la información para usarla en un momento posterior (Budson y Price, 2005). Esos sistemas se clasifi can tradicionalmente como “corto plazo” y “largo plazo”. Conclusión Después de haber realizado esta investigación, he podido llegar a la conclusión de que La adultez tardía es una etapa de muchos cambios importantes, es la etapa donde la vida cobra un sentido propio y se adquiere un crecimiento personal frente al significado de la vida. Para los estándares generalizados, esta etapa comienza a partir de los 60 años hasta la muerte, y como cualquier etapa, conlleva mejorías y retrocesos. Es importante reconocer que las personas que se encuentran en esta etapa necesitan de cuidado y aceptación frente a su situación actual de vida, ciertas capacidades se deterioran con el paso de los años y se hacen evidentes cuando la tierra empieza a reclamar sus cuerpos. Bibliografía https://sites.google.com/site/psicoevohllg/desarrollo-psicosocial-en-la-adultez-tardia file:///C:/Users/pc/Downloads/Desarrollo_Humano_12_Edicion_1%20(1)%20(10).pdf