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1. Título de la actividad
2. Objetivos
En el capítulo IV del ensayo Sobre la libertad de John Stuart Mill, el autor expone sus ideas acerca
de cómo se articulan los distintos límites entre las libertades individuales y el poder de la
autoridad que representa la libertad colectiva y la búsqueda del bien común que conlleva a la
felicidad del individuo. Lo primero que establece Stuart Mill, es la existencia de distintos criterios
que extienden o acotan, según sea el caso, el alcance de estos límites.
Stuart Mill comienza esta reflexión ponderando el ejercicio de la libertad individual como algo
natural y deseable. Cuando nuestra voluntad es ejercida en un ámbito que no afecta los intereses
de los demás, no tendría por qué haber restricción alguna; el ejercicio de la libertad individual es
esencial para la constitución del individuo como persona.
1
John Stuart Mill, Sobre la Libertad. Ed. Aguilar, P. 88.
2
Íbid. P. 89 – 90.
La ponderación de la persona como poseedora de libertad puede ser entendida desde un ámbito
social más bien superficial o, mejor dicho, más básico. Stuart Mill considera que esta libertad
parte de la facultad de decidir cómo y con quién socializar. Tenemos la libertad de considerar
como admirables y deseables a cierto tipo de personas que posean en determinado grado, ciertas
cualidades y virtudes; tenemos también la facultad de señalar y censurar las actitudes que
podamos considerar como perjudiciales para un buen desenvolvimiento social.
De alguna manera Stuart Mill, tiene en cuenta una cierta gradación en la manera como las
libertades individuales actúan negativamente o en detrimento de otras individualidades o del bien
común:
De igual manera, el autor considera que es difícil determinar si un acto tenido como un “aislado”
ejercicio de libertad individual, afecta o no a los intereses y equilibrios de la sociedad en conjunto;
pues nadie se encuentra absolutamente aislado, y las acciones, positivas o negativas, que
ejerzamos sobre nosotros de la manera más “individual”, tendrán, en mayor o menor medida, un
impacto en nuestro círculo social más cercano. Aquí es donde Stuart Mill considera que las leyes
comunes a los individuos empiezan a cobrar importancia, pues éstas deben estar elaboradas, de
acuerdo a la experiencia de nuestra vida en comunidad, para proveer de un bienestar colectivo
incluso a través de la regulación de ciertos actos considerados ejercicios de libertad individual.
Cabe señalar que Stuart Mill considera fundamental el papel de la educación como un regulador
de las libertades y conductas individuales, en perfecto complemento con las leyes. La educación
es crucial en el entendimiento de las virtudes y del bien colectivo como algo necesario y deseable.
En la última parte del texto, el autor reflexiona acerca de la dificultad de armonizar de manera
infalible las libertades individuales con los intereses colectivos. Más específicamente, de cómo
ciertos convencionalismos y leyes sociales, aún siendo ampliamente aceptados, pueden resultar
perjudiciales incluso a un nivel social, de acuerdo con ciertas condiciones y contextos; situaciones
que van desde lo religioso a lo político, laboral y social; que ejemplifican que esta articulación de
la libertad del individuo con el bienestar común, es una relación cambiante en fondo y forma, en
donde intervienen la percepción la racionalidad y los sentimientos.
3
Íbid. P. 91.
4
Íbid. P. 94.