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Libertad, una palabra que suele mencionarse con mucha frecuencia, pero que no todos

saben el verdadero significado, pues día a día se escucha como las personas la utilizan
casualmente como si estas supieran ello, evidentemente existen personas que, si lo saben,
pero la mayoría la señala sin saberlo. Es por ello, que este ensayo trata de la libertad de
cada individuo, específicamente en el poder político, en lo que varios autores han dedicado
algunos de sus libros a hablar de ello, en este caso se señalara a Stuart Mill. Este autor
limita la libertad en la expresión de opinión y en las acciones. En términos generales
cuando se refiere a las limitaciones de opinión alude a que el poder político no puede
imponer una forma de pensar, y en la libertad de acciones puede intervenir si estas pasan a
llevar al otro, en donde se toman medidas para resguardar ello. Pero… ¿Qué pasa cuando si
dichas opiniones y acciones defienden o provocan la violencia física?

Es relevante señalar que, la opinión de algún/a individuo/a sobre algún tema en particular
debiera estar sujeta bajo diversos criterios de buen comportamiento y comunicación, con el
fin de que exista un tranquilo intercambio de opiniones entre las partes a participar, en
donde no exista la posibilidad de que alguno pase a llevar a alguien, para así encontrar lo
verídico y correcto sobre el tema debatido. Pero, cuando el tema debatido es un acto en el
que se usó la violencia física, la situación tiende a no cumplir con lo antes mencionado,
pues la mayoría de las veces una de las partes defiende una acción que no se encuentra
dentro de un buen comportamiento, ya que este acto agrede el bienestar de otro sujeto, y
defender un acto así es avalar la violencia. En estos casos, la discusión por la verdad es lo
que hace cambiar de parecer al sujeto que defendía la violencia, debido a que ninguna
aseveración es verdadera, sin antes haber escuchado otras opiniones con respecto al tema, y
es ahí donde cada individuo argumenta su opinión y escucha la de los demás, nutriéndose
ambos de lo piensan los demás, para luego llegar a un punto en común dentro de sus
opiniones. Y si esto no pasa, se debe condenar o castigar por difamar e incentivar acciones
violentas, pues opinar sobre un acto a favor de la violencia física, puede beneficiar a
sujetos/as que según los códigos culturales que puedan existir, son personas malas o no, o
con comportamientos que no idealmente correctos. Los dichos de Mill evidencia esto en la
siguiente cita:
“Los seres humanos se deben mutua ayuda para distinguir lo mejor de lo peor, incitándose
entre si para preferir el primero y evitar el ultimo. (…) La injerencia de la sociedad para
dirigir sus juicos y propósitos (…) tiene que fundarse sobre presunciones generales; las
cuales no solo pueden ser falsas, sino que, aun siendo verdades, corren el riesgo de ser
equívocamente…” (Pág. 152)

En relación a lo anterior, si hablamos de lo que pueda suceder al hablar sobre algún tema de
violencia física, se tienen dos opciones, la primera es que las diferencias de opiniones entre
el que defiende el acto violento y el que esta en contra de ello, se puedan resolver
pacíficamente, en donde se pueda encontrar un consenso en lo que todas las partes queden
conformes, opción que se espera llegar, sin embargo, si ello no sucede, ocurre la segunda
opción que es que una de las partes utilice la violencia como método de defensa, que según
lo escrito por el Mill, no es lo correcto, pues en primera instancia pasa a llevar el bienestar
de otra persona, y si una acción provoca a alguien un daño, esta acción debe ser penalizada
con un castigo que provoque que esta acción no vuelva a suceder. No obstante, a lo largo de
los años se han penalizado diversas acciones que hoy en la actualidad no recibirían un
castigo, es por eso que los criterios de penalización van cambiando y evolucionando con la
sociedad, con el fin de avanzar hacia una sociedad mejor para el ser humano. También es
importante mencionar, que, al utilizar la violencia, el/la sujeto/a está violando los derechos
del individuo afectado, por lo que dentro una mirada social, será juzgado por los que lo
rodeen, y aquello también se contaría como un castigo por su uso. Mill señala esto en la
siguiente cita:

“Si una persona nos disgusta podemos expresar nuestra antipatía y mantenernos alejados de
ella como se de una cosa que nos desagrada; pero por eso no nos sentiremos llamaos a
perturbar su vida. Debemos reflexionar que ya soporta, o soportara, toda la penalidad de su
error…” (Pág. 156)

Ahora, si se coloca ambas situaciones en una balanza, las medidas de penalización no creo
que deban ser las mismas, pues según los códigos culturales de la actualidad, la gravedad
de una opinión hacia la violencia física es menos grave que la acciones, pues una acción
puede provocar muchas más consecuencias explicitas en la persona atacada. Si bien, una
acción es más grave, las opiniones en defensa de la violencia física, si traen consecuencias
a la victima de la primera acción violenta, pues el hecho de se minimice aquello, provoca
que las emociones sentidas por esta sean atacadas y retraídas para si misma, y esto puede
incluso causar el suicidio de la persona, pues la falta de credibilidad y de empatía, genera
una inseguridad de los dolores que caso la acción principal. Entonces, en relación con lo
recién mencionado el Estado debe tomar la misma postura en ambos casos, y no lo primero
mencionado, pues desde una vista general, las consecuencias que provoca son muy
parecidas en términos de gravedad. Mill retrata esto en lo siguiente:

“Una persona debe ser libre de hacer su gusto en sus propios asuntos, pero no debe serlo
cuando obra en nombre de otro, con el pretexto de que los asuntos de son propios suyos. El
Estado, en tanto que respeta la libertad de cada uno en lo que especialmente le concierne,
esta obligado a mantener una vigilante intervención sobre el ejercicio de todo poder
conferido.” (Pág 187)

Si se relaciona con Hume, existen varias similitudes, pues ambos tienen una mirada de que
el ser humano es o llegara a ser un igual entre cada sujeto que pertenezca a una sociedad, en
lo que cada acción realizada por las personas, de alguna u otra manera va a interferir en el
día a día de los demás, pues la vida de cada uno eta relacionada con el resto de la sociedad,
es por eso que se debe mirar a los componentes de esta, como iguales, y como seres
capaces de tener un pensamiento crítico, del cual poder ser seres cultores y razonables en la
toma de decisiones, y en los intercambios de opiniones con respectos a temas en particular.
Una cita que evidencia el pensamiento de Hume sobre la mirada entre cada individuo es.

“…todo hombre, al ser un segundo yo de los demás, sin recelos, sin divisiones, sin
distinciones. La raza humana formaría una única familia donde todo estaría en común y
seria usado libremente, (…); pero también cautelosamente, con un respeto (…) a las
necesidades de cada uno de los individuos, como si (…) estuviesen involucrados de la
manera más estrecha.” (pág 95)

A modo de cierre, la libertad de expresión y de acción, son cosas muy diferentes y


parecidas entre sí, pues cada de una estas deben mantener una distancia con respecto a las
consecuencias que puedan provocar al referirse o actuar con violencia física, debido a que
estas causan algún daño a las personas con las que se están intercambiando opiniones, y con
la/las persona/s afectada por la violencia física. Además, es importante recalcar, que estos
hechos son juzgados por la opinión publica de la sociedad, pero además según Mill,
debieran ser penalizados y castigados, para que el sujeto involucrado a la hora que este en
la misma instancia considere los limistes que tiene la libertad. Los que son importantes en
el desarrollo de la sociedad, para que cada individuo se respete a el mismo, y al que se
encuentre al lado, hay que de alguna u otra forma sus acciones interceden con el bienestar
del día a día.

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