Está en la página 1de 10

HERMexÉurrcA runÍorcA

rsTilr0 s0cl[1 lft


IITREGH|I Y IITGHúil
fuDrcrfl G0[BtcT[:
ult IltTtltT0 ltt
RTGAPITUIAGIIí]I Dt l||S
GR[lüttS ]tl0lf tl0s lll
IIITTRPREf[G¡úil
runÍüG['
Bodfigo uüimnyYercs
La expedición de la Constitución de
1991, las polémicas en torno a la
jurisprudencia de la Corte Consti-
tucional, la aplicación directa de la
Constitución debido a acción de
tutela y la llamada constitu-
cionalización del derecho ordinario,
son todos fenómenos que en los
últimos años han dado particular
relevancia doctrinaria y prá.ctica a
los problemas de interpretación
jurídica en general y de interpre-
tación constitucional en particular.
Así, según algunos, Colombia
habría entrado, gracias al trabajo
innovador de la Corte Constitucio-
nal, en un nuevo derechq, más
dinámico y acorde a la realidad
social que la jurisprudencia desa-
rrollada durante la vigencia de la
anterior carta política. En cambio,
según los críticos de la labor de este
I Este artícu1o es un aparte de un texto más amplio

que se encuentra elabo¡ando el autor sobre


tribunal, estas tentativas de
problemas de interpretación constitucional. Es al renovación de la prácticajudicial no
mismo tiempo un desarrollo del texto "La sólo son extranjenzantes sino que
motivación de las sentencia.s y el papel del juez en
el Estado social y democrdtico de derecho" en afectan profundamente la seguridad
Pensamiento Juídico No 4. Bogotá: UN, 1995. juúdica que existía en el país, por
RODRIGO UPRIM},IYYEPES

lo cual es necesario retornar a las sabias recomendaciones herme-néuticas


del Código Civil y de la Ley 153 de 1887, según las cuales el juez debe
siempre atenerse al estricto tenor de la ley:.

Esta controversia es interesante e importante, y podría enriquecer


enoÍnemente la doctrina jurídica colombiana, pues toca con un aspecto
esencial de la teoría del derecho y de la prácticajudicial, a saber, cómo
deben interpretar los jueces las normas a fin de resolver correctamente los
casos que llegan a su conocimiento3. Sin embargo, creo que en general el
debate ha sido bastante mal planteado, pues la discusión ha tendido a
polarizarse. Así, algunos defensores del "nuevo derecho" parecen sugerir
que la seguridad jurídica es un valor poco importante en una democracia
constitucional, pues los jueces deben buscar primariamente larealización
de la justicia material en sus decisiones. De esa manera, se tiende a
descalificar como conservadores a todos aquellosjuristas que se preocupan
por el control de la arbitrariedad judicial. En cambio, los detractores de
las nuevas tendencias interpretativas consideran que sólo el retorno a la
exégesis implícita en las reglas del código civil permite lograrla seguridad
jurídica que debe existir en la labor judicial y en el Estado de derecho.
Estaríamos pues en una especie de reedición de las recurrentes polémicas
entre los antiguos y los modernos que se suelen dar en las distintas
disciplinas. Sin embargo, creo que en el presente caso esa polarización es
no sólo perjudicial, pues evita un diálogo fecundo que permita llegar a
resultados teóricos y prácticos que enriquezcan el trabajo judicial en el
país, sino que además es muy equívoc4 ya que ambas posiciones no sólo
son unilaterales sino que, paradójicamente, son en cierto sentido
complementarias. Así, no es cierto que la seguridad jurídica y el respeto
del juez a la ley sean valores conservadores o de poca importancia en una
democracia, ya que no puede existir justicia material allí donde no exista
un control a la arbitrariedad judicial. Por ejemplo, en el campo penal, es
claro que los autores democráticos y progresistas, desde Beccaria hasta
nuestros días, siempre han defendido la estricta sujeción del juez a la ley,

t V". po, tos a.tículos ¿e Alfonso lipez Michesen en el Tiempo el 31 de marzo de 1996 y el 30
".¡"*pfo
junio de 1996, en donde defiende el retomo a las reglas heremenéuicas del Código Civil, a 1as que
de
ca-lifica de "principios ineludibles"
I Como dice Carlos Gaviria, "e1 problema de la interpretación es un problema realmente axiai dent¡o de
.¡ reoía del derecho", por cuanto "la actitud que se asuma frente al problema de la interpretación,
:..:dlciona la actitud que se asuma frente a cualqüer otro problema jurídico, pero viceversa, cualquier
:.:::'ii jus naturalista positivista, especulativa o analítica que yo asulrul frente al derecho, va a inciür
:.--e:3.amente en el concepto que yo tenga de la interpretación" ("1¿ interpretación constitucionai" en
\, \' \-\ \ir¿u¿rs corrientes del derecho constitucional colombiano. Bogotá: Dike, 1994' p l2l)
ESTADO SOCIAL DE DERECHOY DECISIÓN ruDICIAL CORRECTA

mientras que son las tendencias autoritarias las que han abogado por una
mayor creatividad judiciala. Pero, de otro lado, tampoco creo que las reglas
del Código Civil permitan lograr buenas decisiones judiciales en todos
los casos, pues sus insuficiencias son evidentes, sobre todo cuando se
trata de interpretar la Constitución.Además, como intentaré mostrarlo, no
sólo el "nuevo derecho" dista de ser nuevo, ya que es una recepción tardía
de tendencias muy diversas que hace varias décadas se dieron en otros
países, sino que muchas de esas orientaciones surgen precisamente para
lograr una mayor seguridad jurídica en las decisiones judiciales.

En tal contexto, la finalidad del presente trabajo es situar en un contexto


teórico más amplio y reposado el debate colombiano, para lo cual intento
hacer una recapitulación de los distintos modelos de interpretación jurídica,
a fin de despejar ciertos equívocos y abrir espacios de discusión más
fecundos para la doctrina jurídica en el país. Para ello creo que la reflexión
debe partir del papel que coresponde jugar aI juez en una sociedad
democrática, por lo cual comenzaré por mostrar que la idea del Estado
social de derecho implica unas muy difíciles exigencias sobre la actividad
judicial, que están muy ligadas a las polémicas sobre la interpretación y
aplicación del derecho. En efecto, se trata de saber que podemos entender
por una decisión judicial correcta en una democracia constitucional. Luego
presento las respuestas tradicionales extremas que se han dado al
interrogante sobre cómo llegar a una decisión judicial satisfactoria, a saber,
la jurisprudencia mec¿ínica o conceptualista, de un lado, y el libre activismo
judicial, del otro. Frente a los riesgos e insuficiencias de esas perspectivas,
muestro que desde hace varias décadas se abre un terreno intermedio cuya
presentación abordo en los siguientes puntos: son, de un lado, las
perspectivas del positivismo normativista ¡ del otro, las tentativas por
construir una lógica de lo razonable o una hermenéutica argumentativa.
En el último punto, intento extraer de ese examen algunas conclusiones
relativas la actividad judicial y a la enseñanza jurídica en el país.

a
Ve¡ por ejemplo, los capítulos 3,4 y 5 de 1a clásica obra de Becca¡ía "De los Deliros t las Penas", en
donde defiende el modelo silogístico de aplicación de la ley penal, a fin de que la laborjudicial no sea
más que afirmación o negación de hechos pues, según su criterio, la a¡bitra¡iedad se instala cuando e1
castigo no depende de la "voz constante y fija de la iey" sino de la "e¡rabunda inestabilidad de las
interpretaciones". En el mismo sentido, Luigi Ferrajoli sostiene que el modelo ea¡an¡sn en materia penal
supone una labor estrictamente verificadora del juez penal, mientras que los mo<Jelos autoritarios y de
derecho penal máximo han pretendido liberar al juez del principio de estricu legajidad. Yer Derecho y
razón. Teoría del garantismo penal. Madnd: Trotta, 1995, capítulos I a 3.
RODzuGO UPRMNYYEPES

1. ESTADO SOCIAL DE DERECHO Y RESPUESTA JUDICIAL


CORRECTA.

El Estado social y democrático de derecho, consagrado como fórmula


política en la Constitución de 1991s, es un resultado complejo, a veces
contradictorio, de tres tradiciones diversas, que en cierta medida
representan los diferentes componentes ideológicos y los principios
constitutivos de este tipo de Estado.

De un lado, es un Estado liberal, que recoge las aspiraciones del Estado


de derecho clásico del Siglo XIX. Según esta filosofía, lo importante es el
control al Estado a fin de limitarlo, por mecanismos como la división de
poderes y el control constitucional. Prima entonces la protección de las
llamadas libertades contra el Estado, por lo cual la democracia es entendida
ante todo como un procedimiento que limita la arbitrariedad del poder
para asegurar esos derechos de las personas. La libertad es definida
entonces como la ausencia de interferencias a nuestra autonomía, esto es,
según la clásica definición de Benjamin Constant, la libertad es el plácido
goce de la independencia individual. La igualdad que se protege es la
igualdad formal ante la ley, esto es, una igualdad al servicio de las libertades,
puesto que en el fondo la pretensión del pensamiento liberal es que las
libertades de todos los ciudadanos sean igualmente protegidas

De offo lado, es un Estado democrático que reposa en la soberanía popular,


esto es, en la igualdad de las personas en el diseño de las instituciones y
en la formación de la voluntad política. Lo importante desde esta
perspectiva es el origen de las decisiones jurídicas y políticas, por lo cual
la democracia, conforme a las clásicas enseñanzas de Rousseau, es
entendida como un procedimiento igualitario de formación del poder con
base en el predominio del principio de mayoría. La libertad es entonces
definida como la participación en los destinos colectivos del orden político,
pues es libre aquél que sigue ia norma que él mismo se ha dado, por lo
cual la igualdad es pensada ante todo como una igualdad política.

Finalmente es un Estado social, que reposa en la idea de que el poder


político debe lograr para los asociados una justicia material mínima: lo

s La bibliografía sobre el Estado social y democrátrco ¿e je=cho. como fórmula política de muchos
regímenes políticos contemporáneos, es muy exrcnsa. U:" ::esenlactón sintéuca de sus componentes
ideológicos,seencuentraenJoséRamónCossioDíaz. Es:¿j.:,:¡:¿itderechosdeprestación.l:lladrid:
Centro de Estudios Constitucionales, 1989, capítulo I. U:l =¿:¡;' ie su reievancia en la interpreiación
:onsLitucional se encuentfti en Raúl Canosa Usera. ,fn terpreiar:L-. ..r-.incronal t fórmula política. N{adnd:
Cel¡¡o de Estudios Constitucionales, 1989. La Corte Cons:::.^:o:¿ :¿ mostrado la importancia de esta
:ó::::la en diversas decisiones, en pa¡ticula¡ ver las sentenc:- T-3 6,92 v SU- I 1 1/97'

116
ESTADO SOCIAL DE DERECHOY DECISIÓN ruDICIAL CORRECIA

importante es entonces el resultado de la acción pública, de suerte que la


democracia es entendida más como un efecto material del ejercicio del
poder, esto es, como una cierta igualdad social conseguida gracias a la
acción estatal. Esta concepción está asociada entonces a la llamada libertad
positiva, esto es, aquella que deriva de la existencia de prestaciones
positivas de parte del Estado.

Para una mayor claridad, en el cuadro No 1, he intentado resumir el alcance


de estos principios constitutivos del Estado social y democrático de
derecho.

E¡sn¿pros oe Locke, Constant, Rousseau Marx, Lasalle.


AUTORES Tocqueville Berstein

Los resultados del poder ,


E¡9, cSNTRAL oB Los límites al poder: así se El origen del poder:
la solida¡idad social, que
ESTAS protege la libertad y igual participación de
permitan una iguaidad
CORRIENTES autonomía del individuo todos en el estado
material mínima
Libertad Libertad 'psitiv4" o
Libertad "negativa" o
NocróN rB "participación" o posibilidad efectiva de
plácido goce de la
LIBERTAD acatar las leyes que hacer algo, porque se
independencia inüvidual
¡no mismo se ha dado poseen los medios

Igualdad fomal ante la ley Igualdad poiítica o


NocróN on Igualdad social o
y eliminación de derecho de participar
equidadmaterial
Icu¡loeo privilegros. La igualdad al en decisiones
mímma
servicio de las libertades
colectivas
Representativa, como garantía Lo ntlís participativa Social, pues cada cual
NocróN ns conra la artimiedad y cono posible, y con el debe aportar según su
psibilidad de delegar el poder mayor control socia)
DeN¡ocRAcr¡ capacidad y recibir según
paradedicane a lo privado a los elegidos
sus necesidades

Contra el Estado o A través del Estado o


Tpos o¡, En el Estado o derechos prestacionales
derechos civiles y
DERECHOS derechos pofticos (económicos, sociales y
libertades económicas
culturales)

y Protección absoluta Limitaciones potenciales Limitaciones efectivas e


Srarus pnopnoao
pues se asimilan a los pr fuerza del principio inevitables para lograr
LEERTAD ECONOMICA
derechos civiles de mayoría mayor igualdad matenai

Separación de poderes, Función social de la


h,ncpru-rsusños Principio de mayoría,
principio de legahdad y propiedad. intervención
necanismos de participación
INSTIruCIOMT.ES Y declaraciones de derechos. del Estado, deberes
y umvenalidad dei derecho
co¡lcsrros JLl.brcos Ulteriormente control de solidaridad y
al voto
cnnstihrninnrl discnminación nositiva.

Cuadro N" 1. Principios constitutivos del estado social y democrático de derecho


RODRIGO UPRIMNYYEPES

Esta triple dimensión del Estado social y democrático de derecho es


compleja, puesto que esos principios diversos no son siempre compatibles"
Así, en la primera parte del Siglo XIX, el debate político se centró en la
oposición entre liberales y demócratas. En efecto, la democracia clásica
admite un poder sin límites, siempre y cuando se fundamente en la voluntad
popular, mientras que los derechos liberales nacen como limitaciones a
esa soberanía, pues tienen inicialmente un contenido individualista. Por
ello, como dice con acierto Isaiah Berlin, <<no hay ninguna conexión necesa-
ria entre la libertad individual y el gobierno democrático. La respuesta a la
pregunta '¿quién me gobierna?' es lógicamente diferente de la pregunta
'¿qué tanto interfiere el gobierno sobre mí'?"6. Esto explica que ciertas
versiones democráticas radicales hayan considerado que los derechos
liberales son obstáculos inaceptables al ejercicio de la soberanía popularT,
mientras que ciertas visiones liberales temen los riesgos de una opresión
mayoritaria ligada a la ideología democrática, por 1o cual plantean la
necesidad de morigerarla con elementos en apariencia no estrictamente
democráticos, como el poder regio defendido por Benjamin Constant8, el
control judicial de constitucionalidad establecido en la independencia
estadounidensee, y los propios derechos constitucionales, que son por
esencia instituciones contramayoritariast0. Igualmente, glan parte del
debate en el Siglo XX ha girado en torno a las complejas relaciones entre
la tradición socialista y la democracia liberal, las cuales han tenido también
fuertes repercusiones judiciales. Por ejemplo, durante las primeras décadas
de este siglo, la Corte Suprema de los Estados Unidos, con base en la
cláusula del debido proceso sustantivo, anuló gran parte de la legislación
social, propia del Estado social, pues consideró que violaba la libertad

ó <<Two concepts of libeny" en Four essers on liben¡^. Oxford: Oxford University Press, 1969, p 130
Sobre estas tensiones, ver Norbeno Bobbio. Liberalismo v Democraaa. México: FCE, 1989, pp 39 y ss.
7 Por
ejemplo, para Rouseeau. el gran teórico de la soberanía popular, el individuo no puede pretender
tener derechos contra la voluntad general. ya que el pacto social confiere al cuerpo político un poder
absoluto sobre todos sus miembros. Yer I¿ Contrat Social,Il. 1.
8
Ver Benjamín C onstanl. Principios de PoLíric a. B uenos Aires; Amencalee, 1 943. En el capítulo segundo,
este liberal defiende 1a idea de una monarquía cons¡itucional pues considera que la técnica de la división
de poderes es insuficiente, por lo cual sólo el poder resio. como poder supremo pero nulo, es capaz de
evita¡ los excesos de los poderes acLivos. y por ello es necesa¡io para asegurar la iibertad individual.
e
En el céleb¡e numeral 78 del Federalisb. 1a deiensa del cont¡ol ¡udicial efectuada por Hamilton tiene
cla¡amente un sello contramayoritario, pues la presenia como una .excelente banera contra el abuso y
las opresiones del cuerpo represenlativor', que es necesana oara proteger la lbrma hrnitada de gobierno y
los derechos de la persona.
'0
Ver, por ejemplo, Ronald Dworkin. Los derechos en ,s¿no. Ba¡celona: .\riel. 1984. Según este autor, los
derechos constitucionales, en el sentido riguroso del térmlno. loi c3nas de munfo contra las mayorías y
ia persecución del bienestar colectivo, ya que sólo se pueie iecrr que una peniona A tiene derecho a
ha;e¡ una conducta X si la mayoúa no puede evitar que A realce X. aun cuando la mayoía considere que
X disminuye su bienestar.
.a
=¡ización de

1ra
ESTADO SOCIAL DE DERECHOY DECISIÓN ruDICIAL CORRECTA

contractual. El caso más célebre, por cuanto dio inicio a este proceso, fue
el de Lochner vs NewYork de 1905, en donde la Corte anuló una ley de
ese Estado que limitaba la jomada de trabajo adiez horas diarias, con lo
cual la jurisprudencia dio preferencia al liberalismo económico sobre los
criterios de las mayorías, el pluralismo económico y la búsqueda de la
igualdad social. Sólo en los años treinta, y en especial a partir de los casos
West Coast Hotel Co vs Parrish de 1937 y sobre todo el célebre U.S vs
Carolene Products de 1938, la Corte varió su jurisprudencia y reconoció
la posibilidad que tenían las mayorías democráticas de establecer norrnas
diversas para la intervención estatal en los procesos económicostt. Hoy
en día, debido a las tendencias de la reestructuración neoliberal del Estado,
este debate ha adquirido nuevo vigor.

A pesar de esas tensiones, el Estado social de derecho no sólo es la fórmula


política adoptada por la Carta de 1991 sino que es el modelo ideológico
dominante en las constituciones contemporáneas. Por ello mi pretensión
en este trabajo no es estudiar las eventuales contradicciones internas de
este tipo de Estado sino señalar las profundas implicaciones que su
adopción tiene sobre la actividad judicial. Estas pueden ser resumidas en
el siguiente interrogante: ¿Cómo garuntizar que unas personas que no son
elegidas democráticamente, los jueces, y que en muchos casos no deben
serlo precisamente para que puedan ser independientes y garantizar los
derechos de las personas, sin embargo decidan los casos de manera objetiva
y justa, garantizando lo liberal, lo democrático y lo social de este tipo de
Estado?

El juez del Estado social de derecho debe entonces respetar al menos tres
exigencias fundamentales derivadas de los principios constitutivos del
Estado social de derecho.

De un lado, y conforme a la filosofía liberal, el juez debe garantizar las


libertades de las personas por medio de decisiones previsibles. esto es,
jurídicamente seguras. La seguridadjuríd_ie_a es así no sólo un mecanismo
indispensable al capitalismo y a la economía de mercado -como

11
La bibliografía sobrc estas tensiones y su impacto sobre la noción de derechos huma¡os es inmensa.
Ver, por ejemplo, Angelo Papachini. FilosoJía y derechos humanos. Cali: ciudad ¡ democracia, 1995,
capítulos cuatro a seis. Igualmente Rodrigo Uprimny. Lc Dialéctica de los derechos humanos en Colombia.
Bogotá:FUAC,1992,capítulodos. Aunnivelmáspolitológico, verClausOffe.Contradiccionesenel
Estado del Bienes¡ar. Madrid: Alianza Editorial. i990.
RODRIGO UPRIMNYYEPES

lúcidamente lo ha mostrado MaxWeberlz- sino que constituye sobre todo


un instrumento para que la actividad del juez no sea arbitraria y no lulnere
los derechos y libertades de los asociados. De otro lado, en virnrd de la
idea de la soberanía popular, el juez debe respetar las decisiones tomadas
mayoritariamente por los órganos políticos, puesto que el juez no tiene
una fuente de poder autónomo, ya que carece de legitimación democrática.
El juez debe entonces respetar los acuerdos sociales mayoritarios expre-
sado en los órganos políticos de origen popular. X finalmente, como si
fuera poco, el juez debe lograr decisiones materialmente justas, puesto
que, en virtud del principio social, la actividad judicial debe contribuir al
logro de una sociedad materialmente más justa.

En el cuadro No 2 he intentado resumir las implicaciones sobre la actividad


judicial de la adopción de la fórmula política del Estado social de derecho.

Seguridad Respeto a Decisiones


ExceNcns
jurídica y res decisiones efectivas en
ACTIVIDAD
derechos mayoritarias y procura de la
ruDICIAL
individuales c0nsensos sociales justicia material

Cuadro N" 2. Exieencias del Estado social sobre la actividad iudicial

'2 Ver MaxWebe¡. Economíay Sociedad. }f.éxico. FCE. 1964.


pp 173 y ss, 732 y ss, 1048 y ss. Según este
autor, el capitalismo requiere un derecho forma.l. calculable ¡ previsible, que funcione con la precisión de
una máquina. Esto es uno de los factores que explica el surgrmrento del capitalismo en Occidente, en
donde la recepción de1 derecho romano imperial permitió el tnunfo del de¡echo formal sobre las
consideraciones dejusticia material concreta- gracias a una alia¡za entre el Estado y lajurisprudencia
formal. En cambio en China e India predomrnó un derecho con orientación material -una justicia de
Cadí- que obstaculizó el capitalismo, como lo muestra el siguiente ejemplo de Webe¡. <En China -dice
Weber-puede, por ejemplo, suceder que un hombre que ha r endido a otro una c¿rsa vuelva algún tiempo
después y le pida asi1o, por haber caído enfetanto en Ia pobreza- Y sr el comprador hace caso omiso del
antiguo mandamiento chino de la ayuda fraternal, entonces ios espíntus se agitan; resulta, pues, que el
vendedor empobrecido vuelve a instalarse en la casa en caiidao de inquilino forzoso, sin pago alguno de
renta. Con semejante derecho, el capitaüsmo no puede operar: :o que necesita es un derecho con el que se
pueda contar lo mismo que una máquina; los puntos de vista reiigiosos-rituales y mágicos no han de
jugar en él papel alguno. La creación de semejante derecho se consiguió al aliarse el Estado moderno a
losjunstas. para imponer sus ambiciones de podeo, (p 1050t

120
ESTADO SOCIAL DE DERECHOY DECISIÓN ruDICIALCORRECTA

En muchos eventos, es relativamente fácil que un juez respete esas


exigencias, por cuanto los distintos principios orientan la decisión en un
único sentido. Son los llamados "casos fáciles". Sin embargo, en otras
ocasiones, en los llamados casos difíciles, estos principios entran en
conflicto.Así, en muchas ocasiones, la búsqueda de lajusticia material en
el caso concreto implica una cierta inseguridad jurídica, y viceversa, un
excesivo celo en el respeto a los mandatos generales del ordenamiento
puede afectar la equidad en una situación específica. Igualmente, como lo
muestra todo el debate en torno al control constitucional de las leyes, los
jueces están a veces obligados a adoptar decisiones contra las mayorías
sociales a fin de proteger los derechos de las minorías y, en particular, de
esa minoría radical que es el individuo. Surge entonces un obvio
interrogante: ¿cómo obtener que la actividad judicial respete esas exigencias
que están ligadas al papel propio del juez en el Estado social y democrático
de derecho? O, si se quiere, conforme al lenguaje popularizado por
Dworkin, ¿cómo podemos lograr que los jueces alcancen, incluso en los
casos difíciles, una decisión correcta? 13 ¿Es eso posible?

No es fácil contestar esos interrogantes. Es más, gran parte del debate


metodológico en la teoría jurídica de los dos últimos siglos se encuentra
ligado a Ias distintas respuestas que se han dado a los problemas de la
interpretación judicial en un Estado social de derecho. Resultaría, pues,
presuntuoso intentar reseñar en un corto espacio todas las escuelas
relevantes, por lo cual me pareció más interesante mostrar los modelos
esenciales que se han propuesto en este campo, pues de esa manera se
puede situar adecuadamente el debate colombiano. Y para ello creo que
es posible distinguir algunos modelos extremos, que se desarrollaron sobre
todo en el Siglo XIX, y lo que podríamos denominar las escuelas
intermedias, más propias del pensamiento jurídico contemporáneo.

2. LAS RESPUESTAS EXTREMAS DEL SIGLO XIX: ENTRE LA


JURISPRUDENCIA DEDUCTIVA Y EL LIBREACTIWS}IO JLDICL{LI{

En forma muy esquemática, el pensamiento jurídico del Siglo XIX puede


ser descrito como el progresivo paso de un modelo extremo. la llamada

1r
La distinción entre casos fáciles y difíciles ha estado muy ligada al debate ent¡e Heice:: H::: r Ronald
Dwo¡kin sobre la discrecionalidadjudicial. Así, mientras que Hart niega que en los casos i.::íciles eKisra
una sola solución, por el contrario Dworkin considera que incluso en tales ocasiones errsie .j: ari; rcspuesh
correcta, que un juez mítico y omnisciente, Hércules, podría encont¡ar, aun cua¡do ...s -:e¿es reales no
sean capaces de llegar a ella
raLaliteraturasobrelaevolucióndelainterpretaciónyaplicacióndelderechoeseno=:e.{eunassíntesis
contemporiíneas pedagógicas y sugestivas de esa evolución son: Luis Prieto Sa¡chjs. Lltología jurídica
e interpretación jurídíca.Madid:Tecnos, 1987. primeros dos capítulos. Roben.{er1 Teoia del discurso
y derechos humanos. Bogotá: Univeridad Extemado de Colombia 1995, pp 35 ¡ ss. \larruel Calvo García.
ktsfundamentosdelmétodojurídico:unarevísióncrítica.Barceiona:Tecnos.199-:

También podría gustarte