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t V". po, tos a.tículos ¿e Alfonso lipez Michesen en el Tiempo el 31 de marzo de 1996 y el 30
".¡"*pfo
junio de 1996, en donde defiende el retomo a las reglas heremenéuicas del Código Civil, a 1as que
de
ca-lifica de "principios ineludibles"
I Como dice Carlos Gaviria, "e1 problema de la interpretación es un problema realmente axiai dent¡o de
.¡ reoía del derecho", por cuanto "la actitud que se asuma frente al problema de la interpretación,
:..:dlciona la actitud que se asuma frente a cualqüer otro problema jurídico, pero viceversa, cualquier
:.:::'ii jus naturalista positivista, especulativa o analítica que yo asulrul frente al derecho, va a inciür
:.--e:3.amente en el concepto que yo tenga de la interpretación" ("1¿ interpretación constitucionai" en
\, \' \-\ \ir¿u¿rs corrientes del derecho constitucional colombiano. Bogotá: Dike, 1994' p l2l)
ESTADO SOCIAL DE DERECHOY DECISIÓN ruDICIAL CORRECTA
mientras que son las tendencias autoritarias las que han abogado por una
mayor creatividad judiciala. Pero, de otro lado, tampoco creo que las reglas
del Código Civil permitan lograr buenas decisiones judiciales en todos
los casos, pues sus insuficiencias son evidentes, sobre todo cuando se
trata de interpretar la Constitución.Además, como intentaré mostrarlo, no
sólo el "nuevo derecho" dista de ser nuevo, ya que es una recepción tardía
de tendencias muy diversas que hace varias décadas se dieron en otros
países, sino que muchas de esas orientaciones surgen precisamente para
lograr una mayor seguridad jurídica en las decisiones judiciales.
a
Ve¡ por ejemplo, los capítulos 3,4 y 5 de 1a clásica obra de Becca¡ía "De los Deliros t las Penas", en
donde defiende el modelo silogístico de aplicación de la ley penal, a fin de que la laborjudicial no sea
más que afirmación o negación de hechos pues, según su criterio, la a¡bitra¡iedad se instala cuando e1
castigo no depende de la "voz constante y fija de la iey" sino de la "e¡rabunda inestabilidad de las
interpretaciones". En el mismo sentido, Luigi Ferrajoli sostiene que el modelo ea¡an¡sn en materia penal
supone una labor estrictamente verificadora del juez penal, mientras que los mo<Jelos autoritarios y de
derecho penal máximo han pretendido liberar al juez del principio de estricu legajidad. Yer Derecho y
razón. Teoría del garantismo penal. Madnd: Trotta, 1995, capítulos I a 3.
RODzuGO UPRMNYYEPES
s La bibliografía sobre el Estado social y democrátrco ¿e je=cho. como fórmula política de muchos
regímenes políticos contemporáneos, es muy exrcnsa. U:" ::esenlactón sintéuca de sus componentes
ideológicos,seencuentraenJoséRamónCossioDíaz. Es:¿j.:,:¡:¿itderechosdeprestación.l:lladrid:
Centro de Estudios Constitucionales, 1989, capítulo I. U:l =¿:¡;' ie su reievancia en la interpreiación
:onsLitucional se encuentfti en Raúl Canosa Usera. ,fn terpreiar:L-. ..r-.incronal t fórmula política. N{adnd:
Cel¡¡o de Estudios Constitucionales, 1989. La Corte Cons:::.^:o:¿ :¿ mostrado la importancia de esta
:ó::::la en diversas decisiones, en pa¡ticula¡ ver las sentenc:- T-3 6,92 v SU- I 1 1/97'
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ESTADO SOCIAL DE DERECHOY DECISIÓN ruDICIAL CORRECIA
ó <<Two concepts of libeny" en Four essers on liben¡^. Oxford: Oxford University Press, 1969, p 130
Sobre estas tensiones, ver Norbeno Bobbio. Liberalismo v Democraaa. México: FCE, 1989, pp 39 y ss.
7 Por
ejemplo, para Rouseeau. el gran teórico de la soberanía popular, el individuo no puede pretender
tener derechos contra la voluntad general. ya que el pacto social confiere al cuerpo político un poder
absoluto sobre todos sus miembros. Yer I¿ Contrat Social,Il. 1.
8
Ver Benjamín C onstanl. Principios de PoLíric a. B uenos Aires; Amencalee, 1 943. En el capítulo segundo,
este liberal defiende 1a idea de una monarquía cons¡itucional pues considera que la técnica de la división
de poderes es insuficiente, por lo cual sólo el poder resio. como poder supremo pero nulo, es capaz de
evita¡ los excesos de los poderes acLivos. y por ello es necesa¡io para asegurar la iibertad individual.
e
En el céleb¡e numeral 78 del Federalisb. 1a deiensa del cont¡ol ¡udicial efectuada por Hamilton tiene
cla¡amente un sello contramayoritario, pues la presenia como una .excelente banera contra el abuso y
las opresiones del cuerpo represenlativor', que es necesana oara proteger la lbrma hrnitada de gobierno y
los derechos de la persona.
'0
Ver, por ejemplo, Ronald Dworkin. Los derechos en ,s¿no. Ba¡celona: .\riel. 1984. Según este autor, los
derechos constitucionales, en el sentido riguroso del térmlno. loi c3nas de munfo contra las mayorías y
ia persecución del bienestar colectivo, ya que sólo se pueie iecrr que una peniona A tiene derecho a
ha;e¡ una conducta X si la mayoúa no puede evitar que A realce X. aun cuando la mayoía considere que
X disminuye su bienestar.
.a
=¡ización de
1ra
ESTADO SOCIAL DE DERECHOY DECISIÓN ruDICIAL CORRECTA
contractual. El caso más célebre, por cuanto dio inicio a este proceso, fue
el de Lochner vs NewYork de 1905, en donde la Corte anuló una ley de
ese Estado que limitaba la jomada de trabajo adiez horas diarias, con lo
cual la jurisprudencia dio preferencia al liberalismo económico sobre los
criterios de las mayorías, el pluralismo económico y la búsqueda de la
igualdad social. Sólo en los años treinta, y en especial a partir de los casos
West Coast Hotel Co vs Parrish de 1937 y sobre todo el célebre U.S vs
Carolene Products de 1938, la Corte varió su jurisprudencia y reconoció
la posibilidad que tenían las mayorías democráticas de establecer norrnas
diversas para la intervención estatal en los procesos económicostt. Hoy
en día, debido a las tendencias de la reestructuración neoliberal del Estado,
este debate ha adquirido nuevo vigor.
El juez del Estado social de derecho debe entonces respetar al menos tres
exigencias fundamentales derivadas de los principios constitutivos del
Estado social de derecho.
11
La bibliografía sobrc estas tensiones y su impacto sobre la noción de derechos huma¡os es inmensa.
Ver, por ejemplo, Angelo Papachini. FilosoJía y derechos humanos. Cali: ciudad ¡ democracia, 1995,
capítulos cuatro a seis. Igualmente Rodrigo Uprimny. Lc Dialéctica de los derechos humanos en Colombia.
Bogotá:FUAC,1992,capítulodos. Aunnivelmáspolitológico, verClausOffe.Contradiccionesenel
Estado del Bienes¡ar. Madrid: Alianza Editorial. i990.
RODRIGO UPRIMNYYEPES
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ESTADO SOCIAL DE DERECHOY DECISIÓN ruDICIALCORRECTA
1r
La distinción entre casos fáciles y difíciles ha estado muy ligada al debate ent¡e Heice:: H::: r Ronald
Dwo¡kin sobre la discrecionalidadjudicial. Así, mientras que Hart niega que en los casos i.::íciles eKisra
una sola solución, por el contrario Dworkin considera que incluso en tales ocasiones errsie .j: ari; rcspuesh
correcta, que un juez mítico y omnisciente, Hércules, podría encont¡ar, aun cua¡do ...s -:e¿es reales no
sean capaces de llegar a ella
raLaliteraturasobrelaevolucióndelainterpretaciónyaplicacióndelderechoeseno=:e.{eunassíntesis
contemporiíneas pedagógicas y sugestivas de esa evolución son: Luis Prieto Sa¡chjs. Lltología jurídica
e interpretación jurídíca.Madid:Tecnos, 1987. primeros dos capítulos. Roben.{er1 Teoia del discurso
y derechos humanos. Bogotá: Univeridad Extemado de Colombia 1995, pp 35 ¡ ss. \larruel Calvo García.
ktsfundamentosdelmétodojurídico:unarevísióncrítica.Barceiona:Tecnos.199-: