La selección de los canales de distribución de los productos es uno de los retos
que toda empresa debe enfrentar entre las decisiones que se debe tomar con respecto a sus productos, donde no solo deben seleccionarse por los aspectos económicos sino también por el control de mercado. De acuerdo al canal de distribución escogido por la empresa, este debe facilitar de la mejor manera el logro de los objetivos fundamentales, en ocasiones no es fácil conseguir los canales deseados y pueden plantearse intereses entre el fabricante y los consumidores. Las empresas pueden recurrir a los canales ya existentes o a otros nuevos para brindar un mejor servicio a los clientes y tratar de conseguir una ventaja diferencial o competitiva. Una empresa puede organizar la distribución de sus productos en función de la cobertura de mercado que tenga como objetivo, deberá fijar la intensidad con que se presentara ante los consumidores; mediante su política de distribución que podrá realizar en base a tres alternativas: - Distribución intensiva: tiene como objetivo dirigirse a un gran número de sectores o puntos de ventas, para estar presentes en los mismos mercados de los competidores que son productos de compra muy frecuentes de primera necesidad, poco diferenciados y de precios bajos. Tiene mayor cobertura y menor control sobre la distribución. - Distribución selectiva: se dirige hacia los sectores más rentables e interesantes del mercado. Se limitan los puntos de ventas y se seleccionan los canales a utilizar. tienen criterios de selección, volumen de compras, servicio ofrecido y equipamiento. - Distribución exclusiva: implica la cesión de derechos de comercialización a un distribuidor, su objetivo suele ser el de conseguir un trabajo más agresivo y un mayor control sobre el intermediario en cuanto a precios, promoción y servicio al cliente. Aumenta el prestigio del producto y tiene márgenes más elevados, cuenta con exclusividad territorial y de surtido.