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TAREA II. LITERATURA. TEMA 5. LA NOVELA ESPAÑOLA DE 1939 A 1974.

REDACTA este tema construyendo un buen TEXTO EXPOSITIVO (revisar


características dadas en fotocopias) a partir de estas pautas esquemáticas.

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LA NARRATIVA ESPAÑOLA DESDE 1939 A 1974

Tras la Guerra Civil , España quedó bajo el régimen franquista, lo que provocó algunas
consecuencias como el fin de la paz, la dura represión tanto política como cultural (no podían
defender sus ideales ante el resto de las personas, sino podían ser castigados), una situación
económica muy precaria (los fondos económicos decrecían y las personas trabajaban en muy malas
condiciones) y por último, destacaba el panorama tan desolador, provocado por la eliminación de las
corrientes de carácter intelectual (autores exiliados, incluso asesinados).
Debido a esto último, no se podían diferenciar grupos de autores y se desarrollaron algunas
características como la evocación de la España perdida (tema muy relevante y que trataban con gran
penuria), el recuerdo de la guerra Civil (diferentes bandos), el deseo de recuperar el pasado (volver a
una época mucho más pacífica en la que no hubiera esa cantidad de enfrentamientos por diferentes
razones), nostalgia y experiencia del destierro (ya que los autores que no seguían los ideales que se
promovían en aquella época, fueron exiliados, si no querían morir) y una gran cantidad de secuelas
(no solo físicas, sino que también psicológicas (dolor, angustia, soledad, las cuales plasmarán los
autores de esta época en sus obras)).

Narrativamente, destaca el hecho de que se lleva a cabo un corte muy profundo con la tradición,
abandonando tendencias e ideas mucho más experimentales y renovadoras; también, podemos
observar: como hay una influencia mucho más cercana de la novela realista y de la novela del siglo
diecinueve y que a partir de los años 40 se pueden diferenciar 4 etapas diferentes que son: la Novela
de los años 40 (existencial), la de los años 50 (de carácter más social) y la de los 60 (que se
caracterizará por su gran experimentalismo).

Por un lado. estarían los autores que continúan con el realismo tradicional, sin introducir
innovaciones técnicas ni temáticas. Por otro, están los novelistas que se proponen innovar y renovar
el realismo. De entre estos autores nació el primer gran movimiento de la novela de posguerra: El
Tremendismo(o novela existencial).

Los autores añoran la España perdida, aunque la temática es muy variada. Proliferan los libros de
memorias y las autobiografías. Algunos autores y sus obras son: Max Aub con La calle de Valverde;
Ramón J. Sender con Crónica del Alba; Francisco Ayala y Los usurpadores (1949); Rosa Chacel, y
otros tantos. Los temas de la novela existencial son la soledad, la frustración, la muerte y la
imposibilidad de crítica.

El tremendismo se inicia en 1942 con la novela de Camilo José Cela: La familia de Pascual Duarte. 
Se distancia del resto de obras, en la visión gris y angustiada de la realidad del momento, la
recreación de personajes incomprendidos. La obra es una visión realista (pensando en la censura).

El narrador-protagonista, un pobre campesino extremeño de nombre Pascual Duarte, narra desde


la cárcel las calamidades que la vida le deparó. Ya de niño era brutalmente golpeado por su padre,
expuesto al alcoholismo de su madre; en resumen, criado en el clima hostil de su casa.

Nada (1945) de Carmen Laforet, recibió el primer premio Nadal y además, fue considerada por
algunos autores como la novela del desencanto.
La protagonista de la novela es una joven, llamada Andrea, que recién terminada la  Guerra Civil
Española se traslada a la ciudad de Barcelona para estudiar y empezar una nueva vida. Cuando
Andrea llega a casa de su abuela, de donde solo tiene recuerdos de su infancia.

También hay que destacar a Miguel Delibes como el máximo representante del realismo intimista. Su
obra más destacada en La sombra del ciprés es alargada, siendo esta una novela con una gran
preocupación humano-psicológica.

Con esto, iniciamos la novela de los años cincuenta, esta década destaca por su realismo social o
(novela social), además de tener un cierto avance socio-cultural. Hay una progresiva incorporación
de España a la órbita internacional tras el anterior aislamiento, una tímida liberalización intelectual,
una evolución socio-económica del país y una apertura al exterior. Así, hay un cambio de tendencia
en la narrativa.

Aparece una nueva generación de escritores conocidos como “Generación del medio siglo” o
“Generación de los 50”. Algunos de los representantes son I.Aldecoa, R.Sánchez Ferlosio, Ana María
Matute, J.Goytisolo o Carmen Martín Gaite.

Existieron dos corrientes dentro de esta novela social: el objetivismo y el realismo crítico. El primero,
extrema el conductismo en la explicación de los sucesos y el comportamiento de los personajes,
además, limita o prescinde del análisis psicológico de los personajes. En cuanto al segundo, usa un
estilo y una técnica más simple y tiene una denuncia más explícita (un dato que cabe a destacar es la
dificultad que existe a veces para poder distinguir entre escritores objetivistas y novelistas del
realismo crítico).

Al ser una época de cambio y renovación, se pueden observar algunos rasgos como los
anteriores(otras épocas), sin embargo, se introducen nuevos rasgos más técnicos como: la reducción
al mínimo de la presencia del autor, narra sin comentar ni opinar; limitación del protagonismo de los
personajes, el personajes principal es la sociedad; caracterización externa de los personajes, se
definen por lo que hacen y lo que dicen; eliminación de la introspección y el análisis psicológico, el
mundo interior de los personaje no le importa mucho al autor; el argumento se deshace en una serie
de anécdotas, situaciones cotidianas; sucesión de los hechos ordenados de forma lineal, sin saltos
en el tiempo y en el espacio; y una limitación del tiempo y espacio, los hechos se concentran en
cortos periodos de tiempo. En cuanto a los rasgos generales de estilo, destacan: la deliberada
pobreza léxica, la tendencia populista a recoger los aspectos más superficiales de los registros
lingüísticos populares o coloquiales.

El tema de esta década es la sociedad española contemporánea. En todas las novelas se capta el
momento presente, es decir, la dura vida del campo, el mundo laboral, la vida en la ciudad y las
novelas de la burguesía.

Los autores más representativos de los años 50 son: Camilo José Cela con “La colmena” (1951);
Miguel Delibes con “El camino” o “Las ratas”. Sus obras reflejan la soledad y marginalidad de
personajes en las tierras castellanas;y Rafael Sánchez Ferlosio con “El jarama” (representante de la
novela del conductismo). Los rasgos técnicos son: el escaso interés argumental, carece de tema, un
dominio casi completo del diálogo, personaje colectivo, una técnica cinematográfica y una
transcripción eficaz del lenguaje.

En los años 60 y última década de esta novela, aparecen movimientos sociales como el hippie, la
rebelión estudiantil, el pacifismo y otros tantos. Hay un cambio político que no llegará hasta 1975,
pero la transformación en la novela se había producido bastante antes. Los novelistas abandonan
progresivamente las esperanzas de que sus obras tengan repercusión social directa y, aunque en
muchas novelas no falta la intención crítica, centran sus esfuerzos en la renovación formal y en la
experimentación técnica y lingüística.

Algunos de los autores que influyendo en estos años son: Luis Martín Santos con “Tiempo de
silencio” en 1962; Mario Vargas-Llosa con “La ciudad y los perros” (esta obra provocó el “boom de
la narrativa hispanoamericana”); y en 1966 hubo una consolidación de la renovación novelística con
tres obras: “Se
ñas de identidad” de J.Goytisolo, “Últimas tardes con Teresa” de J.Marsé y “Cinco horas con Mario”
de Delibes.

Desde 1966 y hasta el final del franquismo, podemos destacar el aspecto de que hay una tendencia
hacia el experimentalismo, una renovación técnica de algunos novelistas (Como por ejemplo: Cela,
Delibes, Goytisolo, e incluso, algunos nuevos como Juan Benet y C. Martín Gaite), a los que no
hicieron cambiar su rumbo, sino , adaptarse a las características nuevas. En cuanto a la temática, no
hubo un cambio radical, ya que se siguió tratando sobre la Guerra Civil, la posguerra (tratados con un
gran trasfondo) y la crítica hacia la sociedad y en cuanto a los rasgos técnicos, destacó el grado de
experimentación, que dependiendo del caso, podía ser muy diferente.

Para concluir, debemos mostrar las características dominantes de esta época, que son: el punto de
vista múltiple o varias perspectivas, la escasa importancia del argumento (importa más la forma, el
cómo se narra), una estructura compleja, la ruptura con la estructura tradicional de planteamiento
nudo y desenlace ( desorden cronológico, saltos temporales, múltiples historias cruzadas…), los
monólogos interiores ( en los que los personajes, expresan libre y desordenadamente el fluir de sus
pensamientos), los comentarios o digresiones del autor y la total libertad y experimentación en estilo
y lenguaje.

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